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Síntesis del contenido de la ley

La presente ley ha sido dividida en ocho (8) títulos contentivos de cuarenta y seis
(46) artículos. En el Título I se establece el objeto general de la ley y el deber en
que está el Estado venezolano de velar para que toda persona desarrolle
libremente sus creencias, así como fomentar la participación de las asociaciones
religiosas en la consecución del bien común. Parte importante de las obligaciones
del Estado es garantizar a los pueblos indígenas el derecho a realizar sus ritos y
prácticas religiosas ancestrales en todo el territorio nacional. En este título queda
claro que todas las iglesias, confesiones religiosas y cultos son iguales y libres
ante la ley, y que ninguna entidad religiosa tendrá carácter estatal.
El título II, establece los alcances del derecho a la libertad religiosa y de culto, la
cual implica profesar la creencia religiosa que la persona elija libremente o no
profesar ninguna, y no ser perturbado en el ejercicio de este derecho; también, el
derecho que tienen las personas de recibir asistencia religiosa de su propia
confesión donde quiera que se encuentre y, principalmente en los centros de
salud, recintos militares y en los lugares destinados a la privación de libertad; así
como recibir e impartir enseñanza o información religiosa de toda índole a quien
desea recibirla. Los padres, tutores y representantes tienen derecho a que sus
hijos e hijas, representados y representadas, reciban la educación religiosa que
esté de acuerdo con sus propias convicciones. Parte importante de este título es
reafirmar la plena autonomía de las entidades religiosas para el desarrollo de los
fines que le son propios. Esto incluye, entre otras, la potestad de celebrar
reuniones de carácter religioso, fundar y mantener lugares para estos fines; así
como establecer su propia jerarquía y organización interna y difundir por cualquier
medio su propio credo, propendiendo a la dignificación de la persona.
El título III determina el marco legal en el cual los ciudadanos ejercerán su
derecho a asociarse con fines religiosos de acuerdo a los trámites previstos en la
ley, y garantiza la permanencia de la personalidad jurídica de las entidades
religiosas, así como su derecho a crear y mantener en forma autónoma,
instituciones de carácter educativo o humanitarias. En este título se protege la
personalidad jurídica de derecho público y el régimen jurídico que las entidades
religiosas, reconocidas como tales, tengan con anterioridad a la publicación de la
presente ley, y se establece que las entidades religiosas debidamente registradas
en el Ministerio del Interior y Justicia, a través de la Dirección General de Religión
y Cultos, gozarán de personalidad jurídica de derecho público.
El título IV se refiere a los ministros y las ministras del culto, quienes acreditan su
calidad de tales mediante constancia expedida por la entidad religiosa respectiva.
También queda abierta la factibilidad de reconocimiento oficial de los estudios
realizados por los ministros y las ministras religiosas a través del ente
administrativo respectivo, y la posibilidad de que ejerzan la docencia religiosa en
los planteles educativos, previo convenio con las autoridades respectivas, y a
solicitud de los padres o representante de los alumnos. Se establece, además, el
derecho en que están las ministras y los ministros religiosos de prestar asistencia
religiosa a las personas internadas en los centros de salud y en lugares de
reclusión sin estar para ello sujeto al horario ordinario de visita. Así mismo, se
exceptúa a los ministros y las ministras religiosos de la prestación del servicio
militar, y se les exime de la obligación de denunciar los hechos que llegaren a su
conocimiento en el ejercicio de las funciones de carácter secreto de su ministerio
religioso.
El título V establece el derecho que tienen los padres y tutores a orientar a sus
hijos y representados según sus propias convicciones religiosas, así mismo, abre
la posibilidad de que se imparta educación religiosa en los planteles educativos
oficiales y privados hasta el sexto grado, a solicitud de los padres o
representantes. Este título contiene también, los derechos que tienen las
entidades religiosas de fundar y dirigir planteles educativos de carácter religioso,
así como el deber de registrarlos en el ministerio respectivo si desean obtener el
reconocimiento oficial.
El título VI, contiene las normas a las cuales se acogerán las entidades
religiosas para la adquisición, enajenación y administración de sus bienes y
donaciones, los cuales, en caso de disolución, no podrán pasar a dominio de
alguno de sus integrantes. Se le reconoce a las entidades religiosas, las
exenciones y beneficios tributarios establecidos en las leyes y, finalmente, deja
abierta la posibilidad para suscribir convenios entre el Estado y las entidades
religiosas, siempre que estén enmarcados dentro de objetivos educativos,
humanitarios y de culto.
El título VII, se refiere al derecho que tienen las personas y entidades religiosas a
realizar reuniones o manifestaciones de carácter religioso, bien sea privadas o
públicas, dentro de los requisitos establecidos por esta y otras leyes de la
República; así como la obligación en que están los funcionarios públicos de
brindar atención y protección a las reuniones y manifestaciones religiosas.
Además, este título postula la inviolabilidad de los lugares de culto, así como los
límites a esta inviolabilidad.
En el título VIII, que se refiere a las disposiciones transitorias y finales, se
establece la creación de una instancia de supervisión y apoyo al ámbito religioso
con carácter de dirección general, adscrito al Ministerio de Interior y Justicia. Este
ministerio estará en la obligación de promulgar y sancionar la reglamentación
necesaria y de crear la Dirección General de Religión y Cultos, así como el
Registro Público de Entidades Religiosas. Las entidades religiosas establecidas en
el país tendrán un plazo de dos años para formalizar su inscripción a partir de la
puesta en vigencia de la presente ley. Se crea, además, un órgano asesor
compuesto por personas de reconocida experiencia en el campo religioso que
funcionará como instancia consultiva y de apoyo a la Dirección General de
Religión y Culto. Esta última instancia, favorecerá la comunicación y el diálogo
entre los diferentes factores religiosos para promover la fraternidad, el
conocimiento y respeto mutuo y las acciones interreligiosas que busquen el bien
común.
TÍTULO I: DISPOSICIONES FUNDAMENTALES
Artículo 1º.- Esta ley tiene por objeto proteger las garantías que tiene toda
persona a la libertad religiosa y de culto, en los términos establecidos en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en los Convenios o
Tratados Internacionales suscritos por la República y en la ley, así como regular el
libre desarrollo y funcionamiento de las iglesias, confesiones y entidades
religiosas.
Artículo 2º.-El Estado venezolano garantiza a los pueblos indígenas el derecho a
realizar sus ritos y prácticas religiosas ancestrales en sus lugares sagrados y de
culto y en todo el territorio nacional.
Artículo 3º- Ninguna persona podrá ser discriminada en virtud de sus creencias
religiosas. Ni tampoco podrán invocarse estas, como motivo par suprimir, restringir
o afectar los derechos consagrada en la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela y en ley.
Artículo 4º-El Estado velará para que las personas desarrollen libremente sus
creencias y promoverá la participación de las iglesias y asociaciones religiosas en
la consecución del bien común.
Artículo 5º-Todas las iglesias, confesiones religiosas y cultos son iguales y libres
ante la ley. Ninguna entidad religiosa tendrá carácter estatal.
Parágrafo Único: Quedan fuera del ámbito de protección de esta ley, las
actividades, finalidades y entidades relacionadas con el estudio de fenómenos
síquicos o parasicológicos. Quedan igualmente excluidos del ámbito de protección
de esta ley el satanismo, las prácticas mágicas, supersticiosas, espiritistas o la
difusión de otros valores con fines análogos, ajenos a lo estrictamente religioso.
Artículo 6º-El Ejecutivo Nacional ejercerá la supervisión de las iglesias y cultos
por órgano de la Dirección General de Religión y Culto del Ministerio de Interior y
Justicia.
Artículo 7º-Toda vez que en esta ley se emplee el término “Entidad Religiosa”, se
está refiriendo a las iglesias, confesiones e instituciones religiosas de cualquier
culto, y sus formas organizativas.
Artículo 8º.-Para los efectos de esta ley, se entiende por iglesias, confesiones, o
instituciones religiosas a las entidades formadas por personas que profesen una
determinada fe, la practiquen, enseñen y difundan.

TÍTULO II: DE LA LIBERTAD RELIGIOSA


Artículo 9º.-La libertad religiosa y de culto que conforme a la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela garantiza el Estado y constituyen derechos
ciudadanos libres de coacción, comprende las potestades siguientes:
a)Profesar la creencia religiosa que libremente elija o no profesar ninguna,
manifestarla libremente o abstenerse de hacerlo, cambiar o abandonar la que
profesaba.
b) Practicar en público o en privado, individual o colectivamente, actos de oración
o de culto, conmemorar sus festividades, celebrar ritos, observar el descanso
semanal, recibir a su muerte una sepultura digna, o el tratamiento que la persona
o sus familiares dispongan de sus restos mortuorios sin discriminación por
razones religiosas, no ser obligado a practicar actos de culto o recibir asistencia
religiosa contraria a sus convicciones personales y no ser perturbado en el
ejercicio de estos derechos.
c) Recibir asistencia religiosa de su propia confesión donde quiera que se
encuentre y, principalmente en los centros de salud, recintos militares y en los
destinados a la privación de libertad.
d) Recibir e impartir enseñanza o información religiosa de toda índole sea
oral, por
escrito o por cualquier otro medio, a quien desea recibirla.
e) Los padres, tutores y representantes tienen derecho a que sus hijos e
hijas, representados y representadas, reciban la educación religiosa que este de
acuerdo con sus propias convicciones.
Artículo 10º.-Las entidades religiosas gozarán de plena autonomía para el
desarrollo de los fines que le son propios, y en consecuencia tendrán las
potestades siguientes.
a) Ejercer libremente su propio ministerio mediante la practica del culto, la
celebración de reuniones de carácter religioso y fundar y mantener lugares para
estos fines.
b) Establecer su propia jerarquía y organización interna, nombrar, elegir y designar
en cargos y jerarquía a las personas que correspondan para la propagación y
ejercicio de la respectiva creencia religiosa, cualquiera que fuere su denominación.
c) Enunciar, comunicar y difundir, de palabra, por escrito o por cualquier otro
medio su propio credo y manifestar su doctrina, la orientación de la sociedad y el
mejoramiento y dignificación de la actividad humana.
d) Fundar, mantener y dirigir, en forma autónoma, institutos de formación y
estudios teológicos o doctrinales, instituciones, educacionales, de beneficencia o
humanitarias
e) Establecer y mantener comunicación, sea en el territorio nacional o en el
extranjero, con sus fieles, o con otras iglesias, confesiones o instituciones.
f) Escribir, publicar, editar, recibir y usar libros, documentos y publicaciones sobre
temas religiosos o de cualquier otra índole, que contribuyan a la orientación
religiosa, moral y ética de sus propios fieles o al conjunto de la sociedad.
g) Enunciar, comunicar, enseñar y difundir, de palabra, por escrito y por cualquier
otro medio, sus principios doctrinales o creencias.
TÍTULO III: DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA Y LOS ESTATUTOS
Artículo 11.- Todos los ciudadanos tienen derecho a asociarse con fines
religiosos.
Artículo 12.- Las entidades religiosas se constituyen y adquieren personalidad
jurídica de acuerdo con el ordenamiento jurídico y su constitución se hará de
conformidad con los trámites previstos en la ley.
Sólo por sentencia judicial podrá ser cancelada la personalidad jurídica de las
entidades religiosas.
Artículo 13.- Las entidades religiosas podrán crear personas jurídicas de
conformidad con la legislación vigente. En especial, podrán:
a) Crear, patrocinar y fomentar asociaciones, corporaciones y fundaciones para la
realización de sus fines y,
b) Fundar, mantener y dirigir, en forma autónoma, institutos de formación y de
estudios teológicos o doctrinales, instituciones educacionales, de beneficencia o
humanitarias.

Artículo 14.- Las entidades religiosas para cumplir con sus fines deberán adquirir
personalidad jurídica con el acto de registro público conforme a las disposiciones del
Derecho Civil.
Artículo 15.- Los estatutos o normas propias de cada persona jurídica que se constituya en conformidad con las disposiciones de esta ley deberán
contener aquellos elementos esenciales que la caracterizan, y los órganos a través de los cuales actúa en el ámbito jurídico y que la representa frente a
terceros.

El acta constitutiva contendrá como mínimo, la identificación de las instituciones


que la conforman, el nombre de la persona jurídica, su domicilio, régimen de
organización y funcionamiento, la forma del quórum y de sus decisiones, su
sistema de financiamiento, lo relativo a la disolución y destino de sus bienes, el
procedimiento para modificar los estatutos y la constancia de haberse aprobado
sus estatutos y sus directivos.
Las personas que constituyan entidades religiosas y sus directores no deberán
haber sido condenados por delitos de acción pública.
Las asociaciones, corporaciones y fundaciones y otros organismos creados por
una entidad religiosa, acreditarán su existencia a la autoridad religiosa que los
haya elegido o instituido.
Artículo 16.-Las entidades religiosas para sus actuaciones deberán cumplir con el
ordenamiento que se señala a continuación:
a) Solicitud de inscripción por ante la Dirección General de Religión y Culto del
Ministerio de Interior y Justicia.
b) El Ministerio de Interior y Justicia por órgano de la Dirección General de Religión y
Culto, dentro del lapso de noventa (90) días hábiles siguientes a la presentación
de la solicitud, se pronunciará sobre la autorización para su actuación.
c) Publicación en la Gaceta Oficial de la República de la decisión del Ministerio, con
un extracto del acta constitutiva y el respectivo número de registro.
Artículo 17.-El Ministerio de Interior y Justicia podrá negar la solicitud de registro
dentro del lapso señalado anteriormente, mediante acto administrativo motivado,
cuando no se cumplan las disposiciones legales o no se subsanen las
observaciones formuladas.
Artículo 18.-Los interesados podrán recurrir de las decisiones que la afecten sus
intereses, o de la abstención de la Administración cuando haya precluído el lapso
para decidir por ante los órganos jurisdiccionales.
Artículo 19.-Las entidades religiosas debidamente registradas en el Ministerio del
Interior y Justicia, gozarán de personalidad jurídica de derecho público.
Artículo 20.-La República reconoce la personalidad jurídica de derecho público de
las entidades religiosas reconocidas como tales y el Régimen Jurídico que tengan
con anterioridad a la publicación de la presente Ley.
TÍTULO IV: DE LOS MINISTROS Y MINISTRAS DEL CULTO.
Artículo 21.-Los ministros y las ministras de culto de una iglesia, confesión o
institución religiosa acreditan su calidad de tales mediante constancia expedida
por la entidad religiosa respectiva.
Las personas que hayan completados los estudios para ser ministros o ministras
religiosos o que hayan sido designados como tales por la asociación religiosa a la
que pertenezcan, pueden solicitar el reconocimiento oficial ante la Dirección de
Cultos del Ministerio del Interior y Justicia, a través del ente respectivo, para los
efectos correspondientes ante los órganos del Poder Público.
El reconocimiento oficial concedido a los ministros y ministras religiosos no puede
ser revocado mediante resolución administrativa.
Parágrafo único. La disposición anterior no impide el ejercicio del ministerio
religioso a las personas que no hayan solicitado el reconocimiento oficial.
Artículo 22.-Los ministros y ministras religiosos pueden ejercer la docencia
religiosa en los planteles educativos, previo convenio de la entidad religiosa a la
cual dicho ministro o ministra pertenezca, con las autoridades del Ministerio de
Educación, Cultura y Deportes, si así lo solicitaren los padres o representante de
los alumnos.
Parágrafo único. La disposición anterior no impide que otras personas ejerzan la
docencia religiosa.
Artículo 23.-Las ministras y ministros religiosos tienen el derecho de prestar
asistencia religiosa a las personas internadas en clínicas, hospitales u otros
centros de salud, sin estar para ellos sujeto al horario de ordinario de visitas.
Artículo 24.-Las ministras y ministros religiosos tienen el derecho de acceso las
personas para prestar asistencia religiosa a los detenidos o penados en las
comisarías, retenes, cárceles, prisiones y penitenciarías, sin estar para ello sujeto
al horario ordinario de visita.
Artículo 25.- Los Ministros Religiosos estarán diferidos de prestar el servicio
militar, pero se facilitará la prestación de servicios y asistencia religiosa a los
efectivos militares, mediante convenios con los órganos competentes de Poder
Público.
Artículo 26.-Las ministras y los ministros religiosos no están obligados a
denunciar los hechos que llegaren a su conocimiento en ejercicio de las funciones
de carácter secreto de ministerio religioso.
Artículo 27.-Las Asociaciones religiosas que requieran de la colaboración de
personal extranjero para la realización de algún ministerio religioso en el país,
solicitarán la autorización previa del Ministerio de Interior y Justicia.
TITULO V: DE LA EDUCACIÓN RELIGIOSA.
Artículo 28.- Todos tienen derecho de impartir y recibir educación religiosa.
Artículo 29.- Los padres que ejerzan la patria potestad sobre sus hijos tienen el
derecho de orientar su educación religiosa.
Los tutores tienen el derecho de orientar la educación religiosa de los menores
sobre los cuales ejerzan su tutela.
Artículo 30.- En los planteles educativos oficiales y privados se impartirá
educación religiosa a los alumnos hasta el sexto grado de educación básica,
siempre que sus padres o representantes lo solicitaren ante el Director del plantel.
Los alumnos cuyos padres o representantes no hayan solicitado su educación
religiosa no están obligados a recibir la misma.
Artículo 31.-Todos tienen derecho de establecer planteles educativos de carácter
religioso, así como determinar su orientación, dirección, régimen y programa de
estudios.
Las instituciones educativas de carácter religioso deben ser registradas en el
Ministerio de Educación para obtener el reconocimiento oficial de sus estudios y
de sus diplomas, certificados y títulos, así como para obtener las transferencias y
equivalencias a que hubiere lugar, según el programa y el nivel de estudios.
TITULO VI: DEL PATRIMONIO.
Artículo 32.- La adquisición, enajenación y administración de los bienes
necesarios para las actividades de las personas jurídicas constituidas conforme a
la ley estarán sometidas a la legislación común. Sin perjuicio de lo anterior, las
normas propias de cada una de ellas forman parte de los requisitos de validez
para la adquisición, enajenación y administración de sus bienes.
Artículo 33.-Las entidades religiosas podrán solicitar y recibir toda clase de
donaciones y contribuciones voluntarias, de particulares e instituciones publicas o
privadas y organizar colectas entre sus fieles, para el culto, el sostén de sus
ministros u otros fines propios de su misión.
Ni aun en caso de disolución, los bienes de las personas jurídicas religiosas
podrán pasar a dominio de alguno de sus integrantes.
Parágrafo único: El Estado podrá suscribir convenios de colaboración económica
con las entidades religiosas, siempre que los mismos tengan como objetivos
exclusivos los fines del culto, educativos y sociales.
Artículo 34.-Las personas jurídicas de las entidades religiosas regidas por esta
ley tendrán los mismos derechos, exenciones y beneficios tributarios que la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las leyes reconozca a
otras iglesias, confesiones e instituciones religiosas existentes en el país.
TITULO VII: DE LAS REUNIONES Y MANIFESTACIONES RELIGIOSAS.

Artículo 35.-Todos tienen derecho a realizar reuniones con fines religiosos en sus
hogares sin permiso previo.
Artículo 36.-Todos tienen derecho a realizar reuniones privadas o abiertas al
público en templos o local de reuniones con fines de culto religioso, divulgación,
educación religiosa u otro fin conexo, sin permiso previo, siempre que dichas
reuniones no comprometan la seguridad de los participantes, ni perturben el orden
público.
Artículo 37.-Los templos y las edificaciones para el culto religioso son inviolables.
No pueden ser allanadas sino para impedir la perpetración de un delito, o para
cumplir, de acuerdo con la ley, las decisiones judiciales. Llegado el caso de un
allanamiento, las autoridades tendrán en cuenta las consideraciones del caso.
Artículo 38.-Todos tienen derecho a hacer reuniones, desfiles y manifestaciones
de carácter religioso en lugares públicos, tales como plazas, parques, paseos
peatonales, avenidas y calles, conforme a los requisitos previstos en esta ley.
Artículo 39.-Las personas naturales o jurídicas que deseen llevar a cabo una
reunión, desfile o manifestación de carácter religioso en forma publica deben
hacer una participación con veinticuatro horas de anticipación, por lo menos, a la
primera autoridad pública de la jurisdicción, en la cual se indicará el nombre de los
responsables del acto, el lugar, itinerario, el día, hora, objeto y programa del acto.
La autoridad civil acusará recibo de la participación en una copia de la misma en el
acto de su presentación y en la misma oportunidad la misma fecha le entregará a
los interesados la resolución administrativa aceptando el acto público.
Si otras personas hubiesen solicitado con anterioridad una autorización para
realizar un acto público en la misma fecha y lugar, o uno cercano, o el sitio
escogido estuviese afectado por una prohibición general previa, la primera
autoridad sugerirá los cambios en lugar fecha o itinerario, en el sitio o itinerario
que sean aconsejables, a fin de otorgar la aceptación correspondiente.
A los efectos de esta disposición, la primera autoridad civil llevará un libro en el
cual irá anotando en riguroso orden cronológico, las participaciones de reuniones y
manifestaciones públicas recibidas.
Artículo 40.-Los funcionarios policiales velarán por el buen desarrollo del acto
público, en el lugar, itinerario y horario previsto para ello, para lo cual coordinará
con las personas organizadoras de dicho acto las medidas necesarias para
garantizar que no afectará la seguridad pública, ni el orden público, ni la
tranquilidad ciudadana.
Artículo 41.-Cuando exista una prohibición general de realizar reuniones, desfiles
o manifestaciones públicas en plazas, parques, paseos peatonales, avenidas,
calles u otros sitios de un municipio, previsto en una resolución municipal
debidamente publicada, los Alcaldes podrán autorizar en forma excepcional, a
solicitud de una asociación religiosa, reuniones, desfiles o manifestaciones de
carácter religioso en dichos sitios, siempre que no afecten el orden publico.

TÍTULO VIII: DISPOSICIONES TRANSITORIAS Y FINALES.


Artículo 42.-En un lapso no mayor de un año partir de la presente ley, el
Ministerio del Interior y Justicia sancionará y promulgará los reglamentos
especiales que sean necesarios y creará La Dirección General de Religión y Culto
así como el Registro Público de Entidades Religiosas.
Artículo 43.-Las entidades religiosas establecidas en el país tendrán un plazo de
dos años para formalizar su inscripción a partir de la puesta en vigencia de la
presente Ley.
Artículo 44.-Se crea el Consejo Consultivo de Libertad Religiosa como órgano
asesor de la Dirección General de Religión y Culto el cual estará compuesto por
personas de reconocida experiencia en el campo religioso. El Consejo Consultivo
de Libertad Religiosa expresará, en lo posible, en su composición, la pluralidad de
corrientes religiosas existente en el país.
El Consejo Consultivo de Libertad Religiosa no tendrán carácter representativo y
será designados, a título personal, por el Director General de Religión y Culto.
Artículo 45.-La República, a través de la Dirección General de Religión y Culto,
favorecerá el diálogo interreligioso para promover la fraternidad, el conocimiento y
respeto mutuo y las acciones interreligiosas que busquen el bien común.
Artículo 46.-La Presente Ley rige a partir de la fecha de su promulgación en la
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela y deroga todas las
disposiciones que le sean contrarias.

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