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Cementerio Municipal de Rubio: “Del Valle de Cania al Pueblo de los

Carapos” - Junín, Táchira, Venezuela

Parte de la historia: En el año 1877, se realiza la construcción del cementerio por parte del
Concejo Municipal, bajo la dirección del Dr. Fernando Mendoza; obra que fue concluida el 18 de
mayo de ese año. La bendición del Cementerio vendría a efectuarse en el mes de diciembre., luego
de solicitar y recibir autorización del señor obispo de Mérida: “PETICIÓN: Rubio Noviembre 10
1877.- Señor Vicario Capitular.- Terminando el nuevo cementerio que se ha construido en esta
parroquia para sepultar cadáveres de Católicos, suplico a V.S. Se designe dar licencia en
bendecidlo conforme al Ritual Romano.- Soy de V.S. Obediente súbdito.- Justo Pastor Arias”.
RESOLUCIÓN.- Gobierno de la Diócesis en Sede Vacante, noviembre 22 1877.- Facultamos al Sr.
Cura exponente para que pueda bendecir el nuevo cementerio de la parroquia de Rubio
arreglándose para ceremonia a los dispuesto en el Ritual Romano. En dicho cementerio debe
dejarse una parte sin bendecir, separada por cerca del resto, para sepultar allí los cadáveres que
no merecen sepultura eclesiástica según el mismo Ritual, a fin de prevenir desde ahora conflictos
con las autoridades civiles. Dada bendición debe ponerse constancia en el Libro de Gobierno.-
Tomás Zerpa”.

Al entrar a la explanada del cementerio se divisa el arco compuesto de un muro de tapia horadado
por un vano rectangular rematado en arco de medio punto y coronado con un tímpano de arco
rebajado, sobre el que se apoya una figura de un ángel, en las caras del arco se adosan gruesas
columnas semicirculares eclécticas sin base de fuste lisos e inclinado rematadas de capiteles
cilíndricos, con una evidente función estructural de refuerzo del muro.

Desde el año 1956 se levanta una capilla de modestas dimensiones en el costado derecho, (este)
del acceso al Cementerio, en cuya edificación se ha hecho uso de técnicas y materiales
constructivos pertenecientes a dicho período. Tomado del Libro: Indagaciones y vivencias en
Rubio, Luis Antonio González, con referencias del Cronista de la Ciudad de Rubio: Jesús Acevedo
Sánchez.

De la visita realizada: La Ciudad de Rubio fue recinto de pueblos indígenas, de acuerdo a


información del Cronista Jesús Acevedo Sánchez, los más conocidos fueron los Canias, Carapos y
Quinimaríes, quienes a la llegada de los españoles y, obligados por los encomenderos fueron
desarraigados de sus lugares de origen para colocarlos en reservas, generándose que estas tierras
quedaran desocupadas, luego cedidas a particulares quienes las dedicaron a la agricultura y a la
explotación ganadera.

Así comienza la historia de Rubio, una comunidad extranjera desplazando a los verdaderos dueños
de las tierras. Las tierras originarias de los indígenas fueron divididas entre hacendados quienes
vieron fertilidad y buen clima para sus negocios de producción agrícola y de ganado, siendo el
rubro económico más importante la producción y exportación del Café.
Gracias a la generación de grandes ingresos económicos con la venta del Café, el nacimiento de la
ciudad de Rubio vio momentos de gloria, un increíble poder económico que se refleja en sus
construcciones, no escatimaron materiales en la construcción de las haciendas de Café y de las
grandes casonas, la imagen de su Cementerio debería poseer cualidades arquitectónicas,
constructivas, escultóricas, ambientales y estéticas excepcionales.

Al realizar la visita al Cementerio de Rubio pudimos observar que evidentemente se ejecutaron


monumentos con un gran valor constructivo y estético, esculturas de mármol recordando a
aquellos primeros extranjeros que pisaron la tierra de Los Canias, Los Carapos, Los Quinimaríes, se
vislumbró un espacio que poseía magnificencia, monumentalidad, parcelas funerarias de gran
amplitud.

Pero que paso con la trama original y aspecto del Cementerio de Rubio, con esa imagen lograda
a finales del S. XIX y principios del S. XX, cuando comenzaron las intervenciones, las invasiones,
las destrucciones de ese pasado glorioso, quienes iniciaron los cambios, quienes usurparon las
parcelas funerarias, por que no se controló en el momento y permitieron la generación de una
anarquía descomunal, dejándonos hoy día ver vestigios arqueológicos en la ranchificación de las
nuevas construcciones funerarias, entres miles de tumbas unas 42 con valor patrimonial. La
construcción de nuevas tumbas tipo tanque revestidas en cerámica y la colocación de techos,
generan una imagen parecida a los kioscos levantados en la periferia del Mercado Municipal de
Rubio.

Tratar de volver a ese inicio esplendoroso del Cementerio de Rubio es una tarea muy difícil de
lograr, se observa que hubo ventas y uso de propiedad privada, la destrucción de elementos
constructivos tradicionales, rejas forjada, pisos de mosaico, mamposterías de piedra y ladrillos,
robo y destrucción de esculturas, la eliminación de testimonios históricos que habían generado un
contexto digno de ser conservado, hoy imposible de reconocer. Lo que pudo ser un Museo a cielo
abierto orgullo tachirense se ha convertido en otro espacio intervenido y desdibujado de la
memoria de un Pueblo. Jonny Rojas, Pensamiento, Patrimonio y Memoria, Gabinete de Cultura
Táchira, Ministerio del Poder Popular para la Cultura.

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