Sunteți pe pagina 1din 411

Carta de Ottawa

Carta de Ottawa
Para la Promoción de la Salud
(Ottawa Charter for Health Promotion)

La Carta de Ottawa suscribe un nuevo abierto entre profesionales de la salud y de otros


concepto: la Promoción de la Salud sectores, entre representantes de organizaciones
gubernamentales, de voluntariado y comunitarias,
El concepto de Promoción de la Salud, así como entre políticos, miembros de la
cristalizado en 1986 en la Carta de Ottawa, surgió administración, académicos y facultativos, se
como respuesta a la necesidad de buscar un nuevo coordinaron esfuerzos para definir claramente los
acercamiento a los múltiples problemas de salud objetivos futuros y reforzar el compromiso
que aún hoy exigen solución en todas las partes individual y colectivo con la meta de Salud Para
del globo. Los cambios tan rápidos e irreversibles Todos en el año 2000 (SPT 2000).
que caracterizan a los tiempos en que vivimos, El acta de la Conferencia desarrolla los puntos
obligan a proyectarse constantemente hacia el expuestos, ofrece ejemplos concretos y
futuro, pero los sistemas de salud ni siquiera han sugerencias prácticas referentes a la forma en que
logrado avanzar al ritmo que imponen las pueden conseguirse avances reales, y precisa cuál
necesidades sentidas por las poblaciones. En los es el compromiso que se requiere de los países y
países industrializados, esta dilación se manifiesta de los grupos implicados.
en no haber abordado a tiempo los problemas de La Carta de Ottawa para la Promoción de la
salud derivados de los estilos de vida propiciados Salud presenta los enfoques, estrategias y
por la abundancia, a pesar de las grandes proposiciones fundamentales que los participantes
inversiones realizadas en el sector salud y de los consideraron indispensables para avanzar de
adelantos alcanzados. forma significativa en el progreso y la promoción
La toma de conciencia de estas fallas, durante de la salud.
los últimos 20 años, ha sido el punto de partida de
varios intentos para hallar el curso de acción más
apropiado. En Europa, este esfuerzo se expresó en A continuación se reproduce íntegramente el
la estrategia regional de Salud Para Todos (SPT), contenido de dicha Carta
adoptada por 32 países en 1984. Pero la idea de la
promoción de la salud ya se había comenzado a
perfilar en 1974 a raíz del informe A new Carta de Ottawa para la Promoción
perspective on the health of Canadians publicado de la Salud
en Canadá. Éste representa uno de los primeros
intentos de modificar la planificación, Primera Conferencia Internacional de
tradicionalmente dirigida a los servicios de Promoción de la Salud, Ottawa, 21 de
atención sanitaria, en favor de la planificación noviembre de 1986
para lograr una población y un ambiente sanos.
Finalmente, en noviembre de 1986, la WHO / HPR (Health Promotion) / HEP / 95.1
Organización Mundial de la Salud, el Ministerio
de Salud y Bienestar Social de Canadá y la La Primera Conferencia Internacional de
Asociación Canadiense de Salud Pública Promoción de la Salud, reunida en Ottawa el 21
organizaron la primera Conferencia Internacional de noviembre de 1986, presenta esta CARTA
sobre la Promoción de la Salud en la que se acerca de las acciones que se han de realizar para
reunieron 212 delegados de 38 países [entre ellos: alcanzar la Salud Para Todos en el año 2000 y en
Antigua, Australia, Austria, Bélgica, Bulgaria, adelante.
Canadá, Checoslovaquia, Dinamarca, Escocia,
España, Estados Unidos de América, Finlandia, Esta conferencia fue, ante todo, una respuesta a
Irlanda, Irlanda del Norte, Islandia, Israel, Italia, la creciente demanda de un nuevo movimiento
Japón, Malta, Nueva Zelanda, Noruega, República para la salud pública en todo el mundo. Los
Democrática Alemana, República Federal de debates se centraron en las necesidades de los
Alemania, Polonia, Portugal, Rumanía, St. Kirts- países industrializados, pero también se tuvieron
Nevis, Sudán, Suecia, Suiza, Unión de Repúblicas en cuenta problemas similares en todas las demás
Socialistas Soviéticas y Yugoslavia] en Ottawa regiones. Se tomó como base el avance
(Ontario, Canadá), del día 17 al 21, para conseguido mediante la Declaración sobre la
intercambiar experiencias y conocimientos en Atención Primaria de Salud en Alma-Ata, el
relación al tema. En un ambiente de diálogo documento Objetivos de Salud Para Todos de la

Salud Publica Educ Salud 2001; 1 (1): 19-22 19


Carta de Ottawa

Organización Mundial de la Salud y el debate y oportunidades iguales que capaciten a todo el


reciente en la Asamblea Mundial de la Salud mundo para alcanzar el máximo potencial de
sobre la acción intersectorial a favor de la salud. salud. Esto incluye una base sólida en un
ambiente de apoyo, acceso a la información,
habilidades vitales y oportunidades de hacer
Promoción de la salud elecciones sanas. Resulta imposible alcanzar un
potencial de salud pleno si no se pueden controlar
La promoción de la salud es el proceso de aquellos aspectos que determinan la salud. Esto
capacitar a las personas para que aumenten el debe aplicarse por igual a mujeres y a hombres.
control sobre su salud, y para que la mejoren. Para
alcanzar un estado adecuado de bienestar físico, Mediar
mental y social, un individuo o un grupo debe ser
capaz de identificar y llevar a cabo unas El sector sanitario no puede garantizar por sí
aspiraciones, satisfacer unas necesidades y solo los requisitos previos ni las perspectivas de
cambiar el entorno o adaptarse a él. La salud se futuro para la salud. Y lo que es aún más
contempla, pues, como un recurso para la vida importante, la promoción de la salud exige una
cotidiana, no como el objetivo de la vida. La salud acción coordinada por parte de todos los
es un concepto positivo que enfatiza recursos implicados: gobiernos, sectores sanitarios y otros
sociales y personales, junto con capacidades sectores sociales y económicos, organizaciones no
físicas. Por tanto, la promoción de la salud no es gubernamentales y de voluntariado, autoridades
simplemente responsabilidad del sector sanitario, locales, industria y medios de comunicación.
sino que va más allá de los estilos de vida Están implicadas las personas de todos los
saludables para llegar al bienestar. ámbitos, como individuos, familias y
comunidades. Los grupos profesionales y sociales
Requisitos previos para la salud y el personal sanitario tienen una mayor
responsabilidad de mediar entre distintos intereses
Las condiciones y recursos fundamentales para dentro de la sociedad para la consecución de la
la salud son: salud.
• paz,
• cobijo, Las estrategias y programas de promoción de la
• educación, salud deben adaptarse a las necesidades y
• alimento, posibilidades locales de cada país y región, con el
• ingresos económicos, fin de tener en cuenta los diferentes sistemas
• un ecosistema estable, sociales, culturales y económicos.
• recursos sostenibles,
Las acciones de promoción de la salud
• justicia social y equidad.
implican:
La mejora de la salud requiere una base sólida
Elaborar una política pública saludable
fundamentada en estos prerrequisitos.
La promoción de la salud va más allá de la
Abogar
atención sanitaria. Coloca a la salud dentro de la
agenda de quienes elaboran políticas en todos los
Una buena salud es la principal fuente de
sectores y a todos los niveles, encarrilándolos a
desarrollo personal, económico y social, y una
que sean conscientes de las consecuencias que sus
dimensión importante de la calidad de vida. Todos
decisiones pueden tener para la salud, y a que
los factores políticos, económicos, sociales,
asuman sus responsabilidades para con la salud.
culturales, ambientales, comportamentales y
Una política de promoción de la salud combina
biológicos, pueden favorecer la salud o serle
enfoques distintos pero complementarios, que
perjudiciales. Las acciones de promoción de la
incluyen cambios en la legislación, en las medidas
salud tienen como objetivo hacer que estas
fiscales, en los impuestos y de organización. Es la
condiciones sean favorables abogando por la
acción coordinada lo que conduce a políticas
salud.
sociales, de economía y de salud que fomenten
una mayor equidad. La acción conjunta
Capacitar
contribuye a asegurar servicios y bienes más
seguros y más sanos, servicios públicos más
La promoción de la salud se centra en lograr la
saludables, y entornos más limpios y agradables.
equidad en la salud. La acción de promoción de la
Una política de promoción de la salud requiere
salud tiene como objetivo reducir las diferencias
la identificación de los obstáculos para la
en el estado actual de la salud y asegurar recursos

20 Salud Publica Educ Salud 2001; 1 (1): 19-22


Carta de Ottawa

adopción de políticas públicas saludables en oportunidades para la salud, así como soporte
entornos insanos, y de maneras de eliminarlos. El financiero.
objetivo debe ser hacer que la elección más
saludable sea también la elección más cómoda Desarrollar las habilidades personales
para los elaboradores de las políticas.
La promoción de la salud apoya el desarrollo
Crear entornos de apoyo individual y colectivo, aportando información,
educación para la salud, y potenciando las
Nuestras sociedades son complejas e habilidades para la vida. De este modo, aumentan
interrelacionadas. La salud no puede separarse de las opciones disponibles para que la gente ejerza
otros objetivos. Los lazos inextricables entre la un mayor control sobre su propia salud y sobre
gente y su entorno constituyen la base de un sus ambientes, y para que hagan unas selecciones
enfoque socio-ecológico con respecto a la salud. que conduzcan a la salud.
El principio general de orientación para el mundo, Es esencial capacitar a la población para que
las naciones, las regiones y las comunidades, por aprenda, a lo largo de su vida, a prepararse de cara
igual, es la necesidad de motivar el mantenimiento a todas y cada una de las etapas de la misma, y a
recíproco, cuidarnos los unos a los otros, a afrontar las enfermedades y lesiones crónicas.
nuestras comunidades y nuestro ambiente natural. Esto ha de hacerse posible en los ambientes
Debe enfatizarse la conservación de los recursos escolares, hogareños, laborales y comunitarios.
naturales del mundo como una responsabilidad Son necesarias acciones mediante los cuerpos
global. educativos, profesionales, comerciales y de
El cambio de modelos de vida, trabajo y ocio, voluntariado, y dentro de las propias instituciones.
tiene un efecto significativo sobre la salud. El
trabajo y el ocio deberían ser una fuente de salud Reorientar los servicios sanitarios
para la población. La manera en que la sociedad
organiza el trabajo, debería contribuir a crear una La responsabilidad para con la promoción de la
sociedad saludable. La promoción de la salud salud en los servicios sanitarios está compartida
genera condiciones de vida y de trabajo seguras, entre las personas, los grupos comunitarios, los
estimulantes, satisfactorias y agradables. profesionales de la salud, las instituciones de
Es esencial una evaluación sistemática del servicios sanitarios y los gobiernos. Todos ellos
impacto sobre la salud que tiene un medio deben trabajar conjuntamente en la creación de un
ambiente rápidamente cambiante -sobre todo en sistema de asistencia sanitaria que contribuya a la
los sectores de la tecnología, el trabajo, la obtención de la salud.
producción de energía y la urbanización-, que El papel del sector sanitario debe orientarse cada
debe ir acompañada de actuaciones que aseguren vez más hacia una promoción de la salud, más allá
beneficios para la salud del público. Toda de su responsabilidad de prestar servicios clínicos
estrategia de promoción de la salud debe y curativos. Es necesario que los servicios
orientarse a la protección de los ambientes sanitarios asuman un enfoque amplio que sea
naturales y construidos y la conservación de los sensible a las necesidades culturales y las respete.
recursos naturales. Este enfoque debería hacer soporte a las
necesidades de las personas y las comunidades de
Fortalecer la acción comunitaria cara a una vida más sana, y abrir cauces de
relación entre el sector sanitario y los
La promoción de la salud funciona mediante componentes sociales, políticos, económicos y del
acciones comunitarias concretas y efectivas para ambiente físico, más amplios.
establecer prioridades, tomar decisiones, El reorientar los servicios sanitarios exige
planificar estrategias y aportar medios para lograr igualmente que se preste mayor atención a la
una salud mejor. En el corazón de este proceso investigación sobre la salud, junto con cambios en
está el empoderamiento de las comunidades -el la educación teórica y formación práctica
capacitarlas para que puedan controlar y ser profesionales. Todo esto debe llevar a un cambio
dueñas de sus propios empeños y destinos-. en la actitud y organización de los servicios
El desarrollo de la comunidad se basa en los sanitarios que los reenfoque hacia las necesidades
recursos humanos y materiales existentes en ella totales del individuo, entendiéndose éste como un
para llevar a cabo la auto-ayuda y el apoyo social, todo.
y en crear sistemas flexibles que refuercen la
participación y la dirección públicas en las Avanzar hacia el futuro
cuestiones de la salud. Esto requiere un acceso
completo y continuo a la información, conocer La salud la crea y la vive la gente dentro de los
ambientes de su vida cotidiana; donde aprenden,

Salud Publica Educ Salud 2001; 1 (1): 19-22 21


Carta de Ottawa

trabajan, juegan y aman. La salud se crea • a reconocer la salud y su mantenimiento


cuidando de uno mismo y de los demás, siendo como una inversión y un desafío social
capaces de tomar decisiones y de ejercer control importantes; y a abordar la faceta
sobre las propias circunstancias vitales, y ecológica global de nuestros modos de
garantizando que la sociedad en que uno vive cree vida.
las condiciones que permitan que todos sus
miembros alcancen la salud. La Conferencia insta a todas las personas
La solidaridad, el holismo1 y la ecología son implicadas a unirse a ella en su compromiso de
aspectos esenciales a la hora de desarrollar cara a formar una alianza fuerte a favor de la salud
estrategias para la promoción de la salud. Por lo pública.
tanto, aquellos que estén implicados en dichas
estrategias deberían tener como guía el que, en Llamamiento a la acción internacional
cada planificación, desarrollo y evaluación de las
actividades de promoción de la salud, hombres y La Conferencia insta a la Organización Mundial
mujeres deben ser compañeros iguales. de la Salud y a otras organizaciones
internacionales a abogar por la promoción de la
El compromiso con la promoción de la salud salud en todos los foros apropiados y apoyar a los
países a la hora de establecer estrategias y
Los participantes en esta Conferencia se programas para la promoción de la salud.
comprometen: La Conferencia está firmemente convencida de
• a introducirse en el terreno de una política que si las personas de todos los ámbitos de la
pública saludable y a abogar por un vida, organizaciones no gubernamentales y de
compromiso político claro con la salud y voluntariado, gobiernos, Organización Mundial de
la equidad en todos los sectores; la Salud y todos los demás organismos
• a oponerse a las presiones que favorezcan implicados, unen sus fuerzas para introducir
los productos nocivos, el agotamiento de estrategias de promoción de la salud acordes con
los recursos, los entornos y condiciones los valores morales y sociales que constituyen la
de vida insalubres, y la mala nutrición; y a base de esta CARTA, la Salud para Todos en el
centrar su atención en aspectos de salud año 2000 se habrá convertido en una realidad.
pública tales como la contaminación, los
riesgos laborales, la vivienda y los
poblados; CARTA ADOPTADA EN LA CONFERENCIA
• a hacer frente a las diferencias en salud INTERNACIONAL DE PROMOCIÓN DE LA
entre las sociedades y dentro de ellas, y a SALUD (Co-patrocinada por la Asociación Canadiense
de Salud Pública, el Ministerio de Salud y Bienestar
abordar las inequidades en salud que
Social de Canadá y la Organización Mundial de la
resultan de las normas y actuaciones de Salud).
estas sociedades;
• a reconocer al ser humano como la El movimiento hacia una nueva salud pública, 17-21 de
principal fuente de salud; a apoyarlo y noviembre de 1986, Ottawa, Ontario, Canadá.
capacitarlo, con medios financieros y de
otra índole, para que pueda mantenerse
1
sano a sí mismo, a su familia y a sus Nota de T.: El holismo es una filosofía basada en la
amistades; a aceptar a la comunidad como teoría de que los elementos vivos (como, por ejemplo,
la voz principal en las cuestiones el ser humano) y los elementos inertes (como, por
ejemplo, el entorno físico) interaccionan entre sí como
relacionadas con su salud, condiciones de si fuesen una sola cosa.
vida y bienestar;
• a reorientar los servicios sanitarios y sus
recursos hacia la promoción de la salud; a
compartir el poder con otros sectores, con Traducción: K. Duncan & L. Maceiras
otras disciplinas y, lo que es aún más
importante, con el propio pueblo.

22 Salud Publica Educ Salud 2001; 1 (1): 19-22


La Salud y la Enfermedad:
Aspectos biológicos y sociales.
CONTENIDOS CURRICULARES.

Por

Ana Lía Kornblit y Ana María Mendes Diz.

Grupo Editor
Aique.

Primera edición:
2000.
Capital Federal.

Este material
es de uso
exclusivamente
didáctico.

1
Índice general
Prólogo………………………………………………………………………………………….……..13

Capítulo 1. El proceso salud-enfermedad…………………………………………………………...17


¿Qué es la salud?.....................................................................................................................................17
Concepciones médicas…………………………………………………………………………………18
Concepciones sociales…………………………………………………………………………………20
Concepción de salud ideal……………………………………………………………………………..23
Representaciones sociales del estado de salud ideal…………………………………………………...25
Salud y prácticas culturales…………………………………………………………………………….28
Concepciones y vivencias de enfermedad……………………………………………………………..30
La percepción de enfermedad y la consulta médica…………………………………………………...32
El cuidado de la salud en familias urbanas…………………………………………………………….35
Notas…………………………………………………………………………………………………...38

Capítulo 2. Promoción de la salud………………...…………………………………………………41


¿Qué se entiende por promoción de la salud?.........................................................................................41
El “empoderamiento” de la promoción de la salud……………………………………………………45
La promoción de la salud en los jóvenes………………………………………………………………46
Niveles de prevención y enfoque de riesgo…………………………………………………………....47
Teorías psicosociales acerca de conductas preventivas……………………………………………….50
Intervenciones preventivas…………………………………………………………………………….52
La promoción de la salud en la escuela………………………………………………………………..53
Notas…………………………………………………………………………………………………...54

Capítulo 3. Nociones de epidemiología……………………………………………………………...55


Conceptos básicos……………………………………………………………………………………..56
Población expuesta al riesgo…………………………………………………………………….56
Prevalencia e incidencia de una enfermedad……………………………………………………56
Letalidad………………………………………………………………………………………...58
Mortalidad………………………………………………………………………………………58
Morbilidad……………………………………………………………………………………….61
Esperanza de vida……………………………………………………………………………….61
Fecundidad………………………………………………………………………………………62
Principales diseños de estudios epidemiológicos……………………………………………………...63
Estudios descriptivos……………………………………………………………………………63
Estudios transversales o de prevalencia…………………………………………………………63
Estudios de casos y controles…………………………………………………………………....64
Estudios de cohorte.......................................................................................................................64
Estudios experimentales…………………………………………………………………………65
La causalidad en epidemiología………………………………………………………………………..65
Epidemiología de las enfermedades transmisibles………………………………………………66
Enfermedades epidémicas y endémicas…………………………………………………………66
Cadena de infección……………………………………………………………………………..67
Medidas de bioseguridad………………………………………………………………………..69
Control de las enfermedades transmisibles……………………………………………………...69
Pobreza y enfermedades transmisibles………………………………………………………….69
Notas…………………………………………………………………………………………………...70
Obras recomendadas…………………………………………………………………………………...72

Capítulo 4. Salud mental……………………………………………………………………………..73


Problemas mentales y factores asociados……………………………………………………………...73
Nuevos lineamientos en la terapéutica de las enfermedades mentales………………………………...77
Reseña de las enfermedades mentales más frecuentes:

2
principales grupos de trastornos mentales……………………………………………………………..83
Psicosis…………………………………………………………………………………………..83
Neurosis…………………………………………………………………………………………86
Trastornos de la personalidad…………………………………………………………………...86
Trastornos orgánicos…………………………………………………………………………….87
Intoxicaciones…………………………………………………………………………………...91
Reacciones vivenciales………………………………………………………………………….91
Notas…………………………………………………………………………………………………...92
Obras recomendadas…………………………………………………………………………………...93

Capítulo 5. La violencia y sus consecuencias para la salud………………………………………..95


Violencia colectiva…………………………………………………………………………………….95
Desplazamientos humanos…………………………………………………………………………….98
Violencia hacia las mujeres……………………………………………………………………………98
Violencia intrafamiliar……………………………………………………………………………….100
Violencia autoinfligida (suicidio)…………………………………………………………………….102
Notas………………………………………………………………………………………………….104
Obras recomendadas………………………………………………………………………………….105

Capítulo 6. Consumo y abuso de drogas como conductas de riesgo……………………………..107


El riesgo y su percepción………………………………………………………………………107
Consumo y abuso de drogas…………………………………………………………………...110
Modelos explicativos de la drogadicción……………………………………………………………..112
Drogas lícitas e ilícitas más comunes………………………………………………………….114
Alcohol…………………………………………………………………………………….114
Tabaco……………………………………………………………………………………..116
Drogas ilícitas……………………………………………………………………………...118
Factores originantes de las adicciones…………………………………………………………120
Factores sociales…………………………………………………………………………..120
Factores individuales………………………………………………………………………124
Notas………………………………………………………………………………………………….126
Obras recomendadas………………………………………………………………………………….128

Capítulo 7. Educación de la sexualidad…………………………………………………………....129


Proyecto de iniciación sexual en San Pablo, Brasil………………………………………………….130
Curso del Instituto Mexicano de Investigación de Familia y Población…………………………….133
Efectividad de los programas de educación de la sexualidad………………………………………...135
Conceptualizaciones acerca de la sexualidad………………………………………………………...136
Notas…………………………………………………………………………………………………138
Obras recomendadas…………………………………………………………………………………139

Capítulo 8. El estrés laboral...............................................................................................................143


Concepción psicosocial………………………………………………………………………………143
Fuentes de estrés laboral……………………………………………………………………………...144
Factores mediadores………………………………………………………………………………….146
Notas………………………………………………………………………………………………….149

Capítulo 9. El sistema de salud y la evaluación de sus servicios.....................................................151


Un poco de historia…………………………………………………………………………………...151
Crisis generalizada de las instituciones del sector y presencia
hegemónica del estado (1930-1952/55)………………………………………………..……....153
Pérdida de la hegemonía estatal y consolidación del
modelo estatal-corporativo (1952/55-1976)…………………………………………………...154
Crisis político-ideológica del modelo y último intento de superación de
la crisis financiera (1976-1988/89)………... ………………………………………………….156

3
La desregulación de los servicios de salud…………………………………………………………...158
La calidad de los servicios de salud y su evaluación…………………………………………...…….160
La calidad en el ámbito sanitario……………………………………………………………………..163
La calidad de los servicios sanitarios para adolescentes……………………………………………..166
Notas…………………………………………………………………………………………………167

Capítulo 10. La discapacidad como problema social……………………………………………..169


Conceptualizaciones acerca de la discapacidad………………………………………………………169
La rehabilitación como estrategia de integración…………………………………………………….170
Marginación, un mal prevenible……………………………………………………………………...172
Escuelas para la diversidad…………………………………………………………………………...173
Notas………………………………………………………………………………………………….176
Obras recomendadas………………………………………………………………………………….177

Capítulo 11. La donación y el trasplante de órganos……………………………………………..179


Antecedentes y legislación específica………………………………………………………………..179
Condiciones para la donación………………………………………………………………………..180
Resultados de una investigación……………………………………………………………………..184
Notas………………………………………………………………………………………………….187

Capítulo 12. Problemas de salud según edad y sexo………………………………………………189


En los niños…………………………………………………………………………………………..189
Prevención por inmunización………………………………………………………………….190
Patologías más frecuentes en niños menores de seis años……………………………………..191
En los adolescentes y jóvenes………………………………………………………………………...193
Algunas enfermedades crónicas que afectan a los jóvenes…………………………………….194
El embarazo en la adolescencia………………………………………………………………..197
En las mujeres………………………………………………………………………………………..198
Situación de los derechos reproductivos y sexuales en la Argentina…………………………..204
En los hombres……………………………………………………………………………………….211
Enfermedades de la próstata…………………………………………………………………...212
Salud reproductiva de los varones……………………………………………………………..212
En los ancianos……………………………………………………………………………………….216
Trastornos geriátricos más frecuentes………………………………………………………….216
Prevención de los trastornos del envejecimiento………………………………………………218
Notas………………………………………………………………………………………………….218
Obras recomendadas………………………………………………………………………………….220

Manual de consulta………………………………………………………………………………….223

I. Enfermedades infecciosas………………………………………………………………………...225
Enfermedades bacterianas…………………………………………………………………………….226
Enfermedades producidas por bacterias grampositivas………………………………………..226
Enfermedades producidas por bacterias gliamnegativas………………………………………229
Enfermedades producidas por micobacterias………………………………………………….233
Enfermedades producidas por espiroquetas………………………………………………………….235
Sífilis…………………………………………………………………………………………...235
Enfermedades producidas por rickettsias…………………………………………………………….235
Tifusmurino (endémico)……………………………………………………………………….236
Tifus epidémico………………………………………………………………………………..236
Enfermedades virósicas………………………………………………………………………………236
Enfermedades producidas por virus ADN……………………………………………………..236
Enfermedades producidas por virus ARN……………………………………………………..239
Enfermedades producidas por retrovirus (de tipo ARN)……………………………………....243
Enfermedades produc1das por otros virus ARN………………………………………………252

4
Infecciones causadas por hongos……………………………………………………………………..257
Infecciones causadas por parásitos…………………………………………………………………...258
Protozoos y helmintos…………………………………………………………………………258
Notas………………………………………………………………………………………………….262
Obras recomendadas………………………………………………………………………………….264

II. Enfermedades no transmisibles………………………………………………………………...265


Enfermedades del aparato cardiovascular……………………………………………………………265
Insuficiencia cardíaca………………………………………………………………………….265
Fiebre reumática……………………………………………………………………………….266
Infarto agudo de miocardio……………………………………………………………………266
Ateroesclerosis…………………………………………………………………………………267
Hipertensi6narterial……………………………………………………………………………267
Enfermedades del aparato respiratorio……………………………………………………………….268
Asma…………………………………………………………………………………………..268
Bronquitis cr6nica y enfisema…………………………………………………………………269
Neoplasias pulmonares………………………………………………………………………...269
Enfermedades del aparato urinario…………………………………………………………………..270
Insuficiencia renal……………………………………………………………………………..270
Síndrome nefrótico…………………………………………………………………………….271
Infecciones de las vías urinarias……………………………………………………………….271
Nefrolitiasis (cálculos renales)…………………………………………………………………272
Enfermedades del aparato gastrointestinal……………………………………………………..272
Úlcera péptica………………………………………………………………………………….272
Divertículos…………………………………………………………………………………….273
Colon irritable………………………………………………………………………………….273
Apendicitis……………………………………………………………………………………..273
Peritonitis aguda……………………………………………………………………………….274
Litiasis biliar…………………………………………………………………………………...274
Enfermedades del páncreas…………………………………………………………………….274
Algunas enfermedades relacionadas con la inmunidad………………………………………………275
Lupus eritematoso agudo………………………………………………………………………275
Artritis reumatoide…………………………………………………………………………….276
Trastornos de las articulaciones………………………………………………………………………276
Artrosis…………………………………………………………………………………………276
Gota…………………………………………………………………………………………….277
Enfermedades endocrinas…………………………………………………………………………….277
Enfermedades de la tiroides……..……………………………………………………………..277
Diabetes……………………………………………………………………………..…………279
Trastornos del metabolismo lipídico………………………………………………………….279
Enfermedades mieloproliferativas……………………………………………………………………280
Leucemia mielógena crónica…………………………………………………………………..280
Leucemias agudas (linfocítica y mielógena)…………………………………………………..280
Linfomas……………………………………………………………………………………….281
Enfermedades neoplásicas……………………………………………………………………………281
Notas…………………………………………………………………………………………………283
Obras recomendadas………………………………………………………………………………….283

Índice temático alfabético…………………………………………………………………………..285

5
Capítulo 1

El proceso salud-enfermedad

En este capítulo analizaremos diversas concepciones de salud, diversas vivencias de enfermedad y


diversas prácticas en relación con la salud teniendo en cuenta el contexto histórico-social, porque la
conducta relacionada con la salud y la enfermedad se aprende y se realiza en dicho contexto, que da
contenido y significado a esos conceptos.

1. ¿Qué es la salud?

Si en este momento hiciésemos esta pregunta a diversas personas, recibiríamos diversas


respuestas.
No es lo mismo la salud para un docente, para un médico, para un abogado, para alguien que
circunstancialmente estuviera presente en el momento en que se hablara del tema. La diversidad de
respuestas deriva de diferentes formaciones profesionales, contextos socioculturales específicos,
etapas vitales, etcétera.
Analizaremos, entonces, algunas concepciones de salud según el enfoque de varias disciplinas que
tienen que ver con ella. Si bien algunas corresponden a ciertos momentos históricos del pasado, esas
concepciones coexisten con las actuales.

Concepciones médicas

Las concepciones médicas de la salud surgen, desde el punto de vista de la medicina, como
actividad profesional; sin embargo, hay diferencias entre ellas según se ponga el énfasis en la salud
somático-fisiológica, en la psíquica o en la sanitaria.

• La concepción somático-fisiológica parte de la enfermedad en el organismo físico. La salud


es, en esta concepción, el bienestar del cuerpo y del organismo físico, y la enfermedad es el
proceso que altera este bienestar. Es evidente el peso que tiene esta concepción de la salud en
la opinión colectiva y en la propia práctica médica y no puede negarse que la mayor parte del
desarrollo de la medicina proviene de los adelantos en esta dimensión. Esquemáticamente
puede enunciarse diciendo que si el organismo físico no posee alteraciones visibles, existe
salud y sólo cuando haya una alteración del organismo existirá enfermedad.
Aún hoy la enseñanza de la medicina, la exploración y examen del enfermo y la terapéutica
habitual se basan principalmente en la identificación de alteraciones en el organismo en el
nivel fisiológico. No en vano se conocía antiguamente a los médicos con el nombre de
"físicos", y aún en los países de habla inglesa (physician), ya que, tanto por sus instrumentos
como por sus actos, la profesión era identificada por el público con la manipulación de los
aspectos físicos del cuerpo humano. El éxito de la medicina somática, avalado por los
numerosos descubrimientos en biología, física y química, contribuyó directamente a que ésa
fuera la forma fundamental de practicar la medicina, o sea, diagnosticar la enfermedad y curar
el organismo físico. La concepción somática de la salud ha transcurrido más pendiente de la
enff1rmedad que de la salud durante la mayor parte de la historia.

• La concepción psíquica de la salud implica el reconocimiento de la estrecha interrelación


entre cuerpo y psique en el organismo humano, lo que lleva a no restringir la experiencia de
salud ala salud orgánica únicamente. En la historia de la medicina, la salud psíquica aparece
como una categoría residual o, al menos, de importancia menor.
Puede decirse que la limitación fundamental con que se enfrenta la concepción psíquica de
la salud es la subjetividad y la indeterminación de sus manifestaciones, en comparación con
las manifestaciones somáticas. La sensación de bienestar psíquico es, en última instancia, una

6
experiencia subjetiva frente a la que el médico no puede aducir pruebas "objetivas" de salud -
como ausencia de gérmenes u otras causas patógenas- resultado de análisis y comprobaciones
clínicas. El ejemplo más obvio del subjetivismo de la concepción psíquica de la salud es el
caso del dolor. Aun siendo los tejidos musculares y nerviosos aparentemente semejantes y la
agresión patógena de la misma intensidad, la sensibilidad de -dos individuos puede ser muy
diversa, sin que puedan establecerse medidas científicas objetivas acerca de la diversa
intensidad del dolor que sufren dos pacientes.

• La concepción sanitaria de la salud, propia de la salud pública como disciplina, coloca el


énfasis en la salud colectiva de una población más que en la salud individual, como acabamos
de ver en las dos concepciones descriptas más arriba.
Se caracteriza por tener un enfoque preventivo de los problemas de diversos grupos sociales
diferenciados por edad, sexo, nivel socioeconómico, etcétera. Realiza generalizaciones, a
semejanza del diagnóstico individual de la medicina clínica, orientadas a identificar el grado
de salud o de enfermedad de una comunidad. Para llegar a esas conclusiones, los sanitaristas
establecen medidas de lo que se considera saludable para cada comunidad o región de un país.
Estas valoraciones de lo que se considera normal o patológico oscilan entre ciertos márgenes.
La "normalidad", desde el punto de vista estadístico, se define en cada sociedad de acuerdo
con un cúmulo de circunstancias económicas, sociales, del medio ambiente, climáticas, que
condicionan lo que se considera aceptable o "normal" en cada sociedad. Una desviación de la
"norma", en individuos o en grupos, no supone necesariamente un estado anormal, aunque
indica al médico clínico o al sanitarista que existen algunos factores a los que se debe prestar
especial atención.
Esta concepción no aparece hasta el siglo pasado, cuando la magnitud de los problemas
planteados por la industrialización y la urbanización, derivados del traslado de grandes masas
que pasan a vivir en condiciones infrahumanas en los cinturones industriales de las primeras
ciudades fabriles, acelera la necesidad de que el Estado adopte una actitud decidida para
tutelar la salud de la población.
La concepción sanitaria de la salud posee un contenido amplio ya que se refiere
esquemáticamente a dos aspectos:

• el medio ambiente físico, en el que se analizan las condiciones que facilitan u


obstaculizan la difusión de la enfermedad teniendo en cuenta la totalidad del mismo:
tierra, agua, aire, alimentos en sus diversas formas, etcétera.
• las personas que ocupan el medio ambiente, a las que se -agrupa por sus condiciones
personales, como edad, sexo y su adscripción a determinados grupos sociales de
residencia, trabajo, etcétera, identificando problemas de salud, estableciendo programas
para actuar sobre ellos y controlando los resultados de la acción.

7
Concepciones sociales

Desde la perspectiva de las ciencias sociales, la concepción de salud también responde a diferentes
enfoques disciplinares, según se la conciba desde el derecho, la economía o la sociología, entre otras.

• La concepción político-legal de la salud la considera como un bien general que interesa a


todos. Cuando este bien es tutelado por el ordenamiento jurídico de un país, se convierte
en derecho exigible por los ciudadanos según una amplia variedad de reconocimientos.
Jurídicamente, más que de un derecho a la salud habría que hablar de un derecho a la
integridad física, lo cual supone la protección por parte del Estado en aquellos casos en
que la integridad pueda verse en peligro. A este derecho a la integridad física corresponde
correlativamente el deber y la obligación de mantenerla, reconocidos por todos los
códigos penales, que, por lo tanto, identifican como delitos los actos que atentan contra
ella. El atentar contra la salud, propia o ajena, es penado por el Estado, dado que ello
supone un ataque aun bien que debe protegerse.
Esta concepción de la salud, se extiende por todas las latitudes y los sistemas políticos y,
aunque las variedades de su reconocimiento como derecho sean diferentes entre diversos
sistemas, existe un consenso común universal en la concepción político-legal de la salud
que se reconoce en la Declaración Universal de Derechos Humanos.

• La concepción económica se impone en el mundo desarrollado debido a la importancia


que la salud posee para la eficacia del factor humano en los procesos productivos, a los
que aporta un elemento único y costoso. En otras épocas, el factor humano no era
considerado un factor estratégico, lo cual llevaba a su poca estimación económica,
mientras que un factor escaso como el capital atraía la atención principal y la
preocupación del empresariado. En la situación actual, el factor humano ha pasado a
constituir un elemento estratégico de los procesos productivos; de ahí la relevancia de
mantener la "productividad humana", para lo cual es necesario contar con una "buena
salud".

Un distinguido pensador francés, Alfred Sauvy,1 ha escrito: “…los objetivos económicos y ético y
no se concilian sino raramente (…) en los numerosos casos en que las vidas humanas están en
competencia con bienes materiales, se impone una elección…” y en su obra expone una serie de
dilemas éticos a partir de casos en que los que la vida humana está en conflicto con un objetivo
económico. Valdría la pena dedicarles algunas reflexiones.
Un organismo competente en el tema ha dicho en 1973 que no faltan los medios técnicos para
poder hacer menos perjudiciales a los combustibles o a sus humaredas; lo que sí pueden faltar son
los capitales necesarios para implantarlos.
La información señala el aumento que resultaría en los precios de los combustibles, pero no el
número de vidas human se salvarían de esa manera.
“Las dosis de irradiación que reciben los trabajadores en de las centrales nucleares deberán ser
reducidas se la conferencia Nuclear Europea el 23 de abril de 1915 enParís. Se trata de reducirlas
hasta una dosis que se juzgue que no implique gastos demasiado elevados...”
“¿Quién debe decidir y cómo, con un presupuesto limitado, si parte del mismo se aplica a
prolongar la vida de los pacientes seniles o a detectar las anomalías congénitas en los recién
nacidos?”

1
Sauvy, A. (1980). Costo y valor de la vida humana. Buenos Aires, Emecé. Sauvy es un pensador francés, autor de
importantes trabajos de filosofía y economía, entre ellos La economía del diablo, que produjo profunda impresión en Francia,
hasta el punto de que puede decirse que instaló en la agenda de discusión importantes problemas de hoy: la población, las
profesiones, los salarios, el pleno empleo, la desigualdad social.
En la mencionada obra, Sauvy sostiene que la economía de mercado ha hecho que la vida humana pueda ser considerada
como un bien cuyo costo aumenta o disminuye y que este costo puede, por lo tanto, calcularse matemáticamente. La
reducción del presupuesto de salud, por ejemplo, aumenta indudablemente la mortalidad. Se puede, incluso, llevar una
"contabilidad humana", en la que a menudo la hipocresía rivaliza con el cinismo.

8
Estos son sólo algunos de los infinitos dilemas éticos que pueden discutirse a partir de una
concepción económica de la vida humana.
• Según la concepción cultural, la salud como estado de aptitud para el desempeño de roles
sociales se define tan variadamente como numerosos son los roles en la sociedad. Si tomamos
como ejemplo el rol laboral, que puede desglosarse en multitud de puestos de trabajo, veremos
que una misma situación afectará diferencialmente a dos sujetos, según el rol que
desempeñen. Por ejemplo, la inmovilización de una extremidad inferior implica falta de salud
para el desempeño del rol de un trabajador de la construcción, mientras que no invalida al
directivo o al técnico en el desempeño de funciones que no requieren desplazamientos.
La definición cultural de la salud según el estado de desarrollo del país de que se trate y
según cuales sean los roles sociales que la persona deba cubrir, lleva a enunciar lo que se ha
denominado "relatividad cultural de la salud y la enfermedad". Ello quiere decir que cada
grupo social, sea tan extenso como una nación o tan reducido como un grupo familiar,
poseerá' una definición peculiar de salud establecida de acuerdo con lo que se considera
"normal" en dicho grupo y que esta definición influye activamente en la forma de sentirse
sano o enfermo de las personas pertenecientes a él.
La sola reflexión acerca de la diversidad regional que tiene nuestro país nos permite
suponer múltiples situaciones que reflejan la relatividad cultural de la salud y la enfermedad
existente.

Concepción de salud ideal

Supone un estado de salud no alcanzable por el ser humano en su realidad diaria. Responde a la
definición teórica de una situación deseable en salud. Sin embargo tiene importancia, pues esas
concepciones son guías inspiradoras de los actos cotidianos, aunque se sepa que nunca se alcanzarán
plenamente dichos objetivos.
La concepción de salud ideal más conocida es la definición de la Organización Mundial de la
Salud (1964), como “estado de bienestar físico, mental y social completo y no meramente la ausencia
de enfermedad”. Esta definición es a todas luces ideal, pues dicho estado de salud es imposible de
alcanzar para toda una población; de todos modos, es una definición útil, pues sirve de guía para las
actividades sanitarias que versan siempre sobre estados parciales de salud física, psíquica o social. Sin
embargo, si bien esta definición ha sido un avance, el cambio es todavía insuficiente.
En realidad, la salud no puede ser considerada como un “estado”, como tampoco lo es la
“enfermedad”. Ambas son parte de un proceso multidimensional, un proceso que podría llamarse de
bienestar psicosocial. El individuo, a lo largo de su vida, se desplaza sobre un eje salud-enfermedad (y
muerte), acercándose ya a uno y a otro de sus extremos, según se retuerza o se rompe el equilibrio
entre factores que están permanentemente interactuando: estos factores son físicos, biológicos,
psicológicos, sociales, culturales y ambientales.
Es evidente que de la concepción de salud ideal conviene pasar a considerar niveles aceptables o
inaceptables, que estarán condicionados por la situación global de cada sociedad.

Se podría entonces conceptual izar la salud como "la posibilidad que tiene una persona de gozar de
una armonía bio-psico-social al interrelacionarse dinámicamente con el medio en el que vive".

Esta definición implica, por un lado, considerar al hombre como unidad y, por el otro, significa no
concebir la salud como estado inalterable ni como mera adaptación al medio. Supone reconocer que el
hombre vive en constante interacción con el medio ambiente físico-biológico y sociocultural,
recibiendo influencias tanto favorables como desfavorables, y que en esta interacción se configura el
nivel de salud. No es, pues, lo conflictivo lo que define lo patológico sino la imposibilidad de
resolverlo en cualquiera de las áreas "física" “psíquica” o social". Esto es lo que genera la idea de
enfermedad.
Así, el hombre tendrá salud en la medida en que pueda resolver los conflictos que se le plantean,
lo cual implica, fundamentalmente, considerarlo como ser activo que participa en el logro de su salud.
Individuo como unidad Ambiente físico-biológico Y SALUD bio-psico-social ---sociocultural

9
Podría decirse, entonces, que un individuo se considera sano cuando:
• no presenta signos de enfermedad ni padece una enfermedad inaparente que podría
curarse;
• padeciendo una enfermedad incurable, ésta puede ser controlada sin que se acorte su
vida ni disminuya su actividad;
• aun teniendo una notoria incapacidad, esté acostumbrado/a a vivir con la enfermedad y
esté integrado/a en su medio social;
• luche contra las dificultades ambientales sin dejarse dominar por la melancolía, la
angustia o la desesperación;
• no viva con la preocupación obsesiva de la enfermedad y la muerte.

La salud así entendida se asocia con la vida, con la capacidad de vivir con el menor sufrimiento
posible y de luchar para reproducir la vida; tanto satisfactoriamente para el individuo como para los
conjuntos sociales.

Representaciones sociales del estado de salud ideal

Para acercarse a la idea de salud o de enfermedad en una población, se puede- partir, como hemos
visto, de diversas definiciones y de diferentes niveles de abstracción acerca de ellas. Sin embargo,
sabemos que estas conceptualizaciones de los profesionales de la salud coinciden sólo en parte con las
de la población.
La representación acerca del estado de salud ideal no es independiente de otros componentes de la
concepción del mundo sostenida por las personas. Así, las representaciones sobre este tema cubren un
espectro que abarca desde una concepción "organicista", en la que el estado de salud ideal incluye sólo
la dimensión del cuerpo y su buen funcionamiento, desgajado de la unidad psicofísica, hasta un
modelo que podríamos llamar "mentalista", en el que el estado de ánimo es la medida de la valoración
del buen o mal estado de salud. La atención al sí mismo y al equilibrio interior son factores relevantes
para los sujetos que definen de este modo el estado de salud ideal.
Entre estos dos polos figura el reconocimiento de la integración cuerpo-mente como estado de
salud ideal.

concepción - integración - concepción


organicista cuerpo-mente mentalista

En un estudio realizado con jóvenes argentinos entre 15 y 19 años2, encontramos que:


“un 34% sustentaba el criterio de la salud ‘orgánica’, el 25% el de la salud 'psíquica' y
el 41% el de la salud como integración psico-física. Estos porcentajes varían según nos
refiramos a varones o mujeres.
En efecto, los varones mantienen en mayor proporción el criterio de la salud orgánica,
privilegiando así el ámbito de ‘lo corporal’ se inclinan en mayor porcentaje por la salud
‘psíquica’. Sería de interés reflexionar acerca de esta variación explicable, sin duda desde
una perspectiva de género, o sea aquello que se espera socialmente de los varones y de las
mujeres.”

2
Kornblit, A. (1996). Culturas juveniles. Instituto de Investigaciones Gino Germani/Oficina de Publicaciones CBC,
Universidad de Buenos Aires. En esta obra se analizan aspectos referidos a jóvenes entre 15 y 19 años, de clase media, que
viven en distintos centros urbanos del país -Ciudad de Buenos Aires, un partido del Gran Buenos Aires, Bariloche y
Neuquén- en relación específicamente con cuestiones de trabajo y salud, por ser "...dos ejes capitales, en torno a los cuales se

10
Otra dimensión del estado de salud ideal se refiere a la ausencia de síntomas o de enfermedades,
criterio de definición de la salud denominado "negativo", no en el sentido valorativo sino en término
de cómo se construye la definición. Por el otro lado, cabe que el concepto se construya de modo
"positivo", teniendo en cuenta la realización de conductas saludables. En este último caso, el estado de
salud ideal se define por la búsqueda activa de estados saludables, como alimentarse bien, realizar
deportes, cuidarse en general y, al mismo tiempo, evitar conductas riesgosas para la salud, como
fumar, beber en exceso, consumir drogas, etcétera.
Del estudio mencionado surgió que:

“…aproximadamente un tercio de los jóvenes expresó su adhesión a la idea de la salud como


ausencia de enfermedad, mientras que los dos tercios restantes mencionan como estado de salud
ideal la adopción de conductas saludables, ya sea en el sentido positivo (40%) o en el sentido de
evitar conductas de riesgo (20%).
Es interesante señalar que el criterio de evitar conductas de riesgo es adoptado en mayor
proporción por las mujeres, quienes parecen tener así una mayor conciencia acerca de la propia
responsabilidad en la conservación de la salud, coincidiendo con lo descripto en la literatura
respecto del rol femenino en la familia en cuanto al velar por las acciones vinculadas con la salud
de todo el grupo.”

Puede concluirse, pues, que existe entre buena parte de los jóvenes una conciencia de la necesidad
de adoptar una posición activa en relación con el logro de un buen estado de salud, aunque es
importante destacar que esto ocurre particularmente en las mujeres y no tanto en los varones.
En otra Investigación realizada con familias de la Ciudad de Buenos Aires3, se observó que éstas
conceptualizaban la salud refiriéndose a diversos aspectos de la vida cotidiana tales como
alimentación, hábitos de vida, consulta al sistema médico, práctica de gimnasia y deportes, bienestar
intrapsíquico e interpersonal, abrigo, higiene, vida al aire libre y prácticas religiosas. Cabe destacar
que, según el nivel socioecon6mico al que pertenecían, cada uno de estos aspectos fueron connotados
de modo diverso.
Las autoras del estudio mencionado describen de este modo las concepciones de salud que
sostienen las familias según loS estratos sociales a los que pertenecen.

han verificado en las últimas décadas cambios sustanciales en cuanto a las valoraciones y a las representaciones sociales que
de estos temas tienen los jóvenes".
3
Prece, G., Necchi, S., Schufer, M., Adamo M. (1988). "La salud: una tarea cotidiana". Tercer Seminario-Taller de
Investigación en Ciencias Sociales y Salud. Secretaría de Ciencia y Técnica, Ministerio de Educación y Justicia.
Investigación realizada con entrevistas en profundidad a familias residentes en la Ciudad de Buenos Aires de distintos
estratos socioeconómicos: alto y medio alto (profesionales, ejecutivos, empresarios), medio y medio bajo (pequeños
comerciantes, "cuenta propistas, empleados en relación de dependencia), y bajo (trabajadores manuales estables e inestables).

11
Estos ejemplos muestran las diferencias en cuanto a la concepción de salud que tienen los sectores
de la sociedad. Se diferencian, en un caso, por la edad y, en el otro, por el nivel socioeconómico al
cual pertenecían las familias.

Salud y prácticas culturales

Así como hemos visto que la concepción de salud se entiende necesariamente dentro de una
cultura particular que conforma e influye fundamentalmente en el modo en que ésta se experimenta, lo
mismo ocurre con la enfermedad. Las creencias sobre la enfermedad dan forma a los síntomas de
quien las sufre y también dan cuenta de su ubicación social. La cultura forma parte de la naturaleza
misma de la enfermedad.
Las diferencias culturales se refieren a las maneras diversas de resolver la relación de los seres
humanos con su entorno natural y social. Asimismo, en todas las culturas existen diversidades según
niveles socioeconómicos, sexo, edad, religión, etcétera. Estas diversidades culturales influyen en la
forma de pensar y actuar de las personas, por lo que la significación de la enfermedad y las
implicaciones que tenga para cada sujeto tendrán características particulares, construyéndose así
formas singulares de padecimiento.
Las definiciones que el común de la gente tenga sobre su padecimiento condicionan los tipos de
ayuda buscada y las percepciones de las ventajas del tratamiento.
La resistencia a seguir las indicaciones terapéuticas, el consumo autónomo y por propia iniciativa
de fármacos, la resistencia y/o incapacidad de asumir comportamientos preventivos, son todos factores
que no pueden ser explicados y comprendidos sólo en términos de eficacia-no eficacia del sistema de
salud. Todos ellos constituyen aspectos parciales de un fenómeno mucho más amplio vincu1ado con el
hecho de que las personas tienen ideas, que a su vez se traducen en comportamientos, sobre lo que hay
que hacer o evitar para mantenerse sano o para curar las enfermedades, en definitiva, sobre lo que es
relevante respecto de su salud.

Existe, pues, un complejo mundo de creencias, valores, normas, conocimientos y


comportamientos ligados explícitamente a la salud, que interaccionan permanentemente con la
medicina oficial y que informan no sólo de las modalidades de gestión de la salud, sino también de
la relación que el sujeto tiene con su cuerpo, con la alimentación, con los hábitos de vida, con el
tiempo libre, con el conjunto de los servicios sanitarios, etcétera.

Considerar los comportamientos ligados a la salud y a la enfermedad como expresión de un


sistema de creencias permite modificar algunos esquemas interpretativos y plantear la hipótesis de que
los significados atribuidos a la salud y a la enfermedad dan razón y explican las acciones realizadas
por una persona para afrontar una patología o para preservar su salud.

12
A partir de esta hipótesis interpretativa, los significados atribuir dos a la enfermedad constituyen
un filtro a través del cual el sujeto selecciona sus estrategias de acción, que no deben necesariamente
presuponer la consulta al médico, sino que podría hacerlo aun familiar, aun amigo, a un curandero o
aun sacerdote o permanecer sin consultar a nadie.
En el proceso de atribuir significado a su experiencia de enfermedad, el paciente no inventa los
significados sino que usa los significados y las interpretaciones que su entorno social le proporciona y
que él ha hecho suyos. Por ello, es posible predecir en buena medida la conducta de un conjunto de
individuos sin tener en cuenta sus características individuales, sino refiriéndose únicamente al
contexto sociocultural en el que participan.
Lo que cualquier persona reconoce como síntoma de un mal es, en parte, una función de la
desviación del estándar cultural e histórico de normalidad establecido por la experiencia diaria. Si
alguien considera que está enfermo y que necesita ayuda médica, lo probable es que encuentre
aceptación y apoyo dentro de su medio cultural, siempre que muestre síntomas que a juicio de otros
indican un mal y si los interpreta del modo que a los demás les parezca adecuado.

Concepciones y vivencias de enfermedad

Variados trabajos interculturales confirman la existencia de ideas populares sobre la enfermedad y


señalan diversos modos de pensar las causas de las enfermedades. Estos modos de pensar constituyen
"lógicas" que permiten entender la realidad "enfermedad".
Pueden distinguirse las siguientes lógicas de comprensión de la enfermedad:

• una lógica de degeneración, en la cual la enfermedad sigue al desgaste del cuerpo;


• una lógica mecánica, en la cual la enfermedad es resultado de bloqueos o de daños a
estructuras corporales;
• una lógica de equilibrio, en la cual la enfermedad sigue ala ruptura de la armonía entre las
partes o entre el individuo y el medio; y
• una lógica de invasión, que incluye la teoría del germen y otras intrusiones materiales de
las que resulta la enfermedad.

Estas lógicas implican concepciones de enfermedad que responden a la medicina científica en


cuanto a centrarse en síntomas, causas y terapias de enfermedades. Otro punto de vista sugiere que los
conceptos vinculados con la enfermedad operan como símbolos que se relacionan con una amplia
variedad de experiencias propias de una cultura. Los conceptos comunes de enfermedad no sólo
nombran entidades en el cuerpo, también son imágenes poderosas asociadas con otros órdenes de la
vida.
Puede hablarse de cuatro aspectos del fenómeno enfermedad para el individuo:

• estar enfermo, es decir, sufrir alteraciones a causa de enfermedades en el cuerpo y en sus


funciones;
• sentirse enfermo, es decir, percibir tales modificaciones en el propio organismo;

13
• identificar la enfermedad basándose en los conocimientos adquiridos en su época y referidos
al tema;
• poder estar enfermo, lo cual depende tanto del tipo de enfermedad como de los roles sociales
que desempeña el sujeto.

Siguiendo esta línea de razonamiento, pueden mencionarse dos términos que se vinculan con las
palabras inglesas illness y disease cuyos significados interesan para la reflexión sobre estos temas. La
primera, que traducimos como dolencia o padecimiento, de índole subjetiva, resulta de alteraciones de
la salud reconocidas y descriptas por el individuo afectado, por lo que su carácter, duración y
severidad depende no solamente de las causas físicas de esas alteraciones sino de las características del
paciente y sus circunstancias. "Disease", en cambio, es una condición objetiva y reconocida mediante
la mirada profesional, sería lo que la medicina considera como enfermedad y puede evaluarse, por
ejemplo, a través de pruebas de laboratorio. Los pacientes sufren de dolencias, los médicos
diagnostican y tratan enfermedades; o sea que podría decirse que el paciente consulta al médico por
una dolencia y regresa a su casa con una enfermedad.
Por otro lado, las enfermedades son evaluadas de manera distinta según la sociedad, la época y las
características de la persona que se enferma. Algunas enfermedades han sido consideradas a lo largo
de la historia como estigmatizantes. Es el caso de las enfermedades de transmisión sexual,
consideradas como peligrosas por el riesgo directo para la salud de los otros, por la necesidad de
descargar las miserias de la comunidad en un chivo expiatorio y por las dificultades y las angustias
que la enfermedad introduce en la convivencia familiar y social.
El caso del si da es paradigmático, ya que las personas son consideradas enfermas antes de estarlo,
y esto las lleva a una "muerte social antes que a la muerte física", ya que se las margina, no se las
selecciona para empleos, etcétera. Un proceso similar ocurre con el cáncer, cuya representación social
es también altamente negativa.
Esta actitud generalizada hacia la enfermedad puede determinar reacciones emocionales y/o
conductuales pesimistas y desesperanzadas, tanto en los sujetos sanos como en quienes han pasado a la
condición de enfermos. El individuo "rotulado" como enfermo, luego del diagnóstico médico, recurre
a la información existente en su medio social acerca de su enfermedad y adopta un determinado modo
de pensar, sentir y reaccionar frente a ella. Por todo esto, para comprender las reacciones de los
pacientes, por ejemplo, oncológicos o que viven con el virus del VIH, es fundamental considerar la
representación cultural que el paciente tiene de la enfermedad, así como la actitud y el conocimiento
que tiene acerca de ella. Todos estos factores darán cuenta de cómo el paciente vive su proceso y de
esta vivencia surgirán las estrategias que pondrá en juego para convivir con su enfermedad.

De acuerdo con lo expuesto, podría decirse, a manera de síntesis, que el paciente es un ser activo,
responsable y creativo en el mantenimiento y en la recuperación de su salud; que la enfermedad es
una dolencia personal pero también una construcción social y cultural y que la conducta adoptada
al respecto debe comprenderse en el contexto familiar, institucional y social más amplio en el que
se desarrolla.

La percepción de enfermedad y la consulta médica

Las desigualdades que se registran en toda comunidad en relación con la demanda de la atención
médica deben explicarse también por el grado de interés y atención que prestan determinados
conjuntos sociales a las sensaciones mórbidas y al cuerpo mismo y por los umbrales de intensidad a
partir de los cuales los individuos consideran anormal una sensación, por ejemplo, el dolor.
Este conjunto de normas conforman distintas culturas somáticas o corporales (modos de pensar y
sentir el cuerpo) y regulan las conductas de las personas respecto del proceso salud-enfermedad-
atención. Resultan del lugar que las personas ocupan en la red de relaciones sociales en que se
desempeñan y están condicionadas principalmente, aunque no absolutamente, por las situaciones
materiales de existencia. El carecer de un termómetro, aunque parezca un hecho trivial, puede opacar
la severidad de un cuadro de fiebre elevada.

14
Entendemos, pues, que la percepción de la propia enfermedad está influida por la cultura y, a su
vez, el sentirse enfermo está íntimamente relacionado con la percepción del propio cuerpo.

El fenómeno de la percepción de enfermedad se inscribe dentro del proceso general de la


percepción. Éste es esencialmente selectivo, dado que no percibimos todos los estímulos a los que
estamos expuestos. La percepción implica una organización y reorganización de los estímulos en
busca de sentido y una preparación para percibir. Las posibilidades de percibir son diversas y están
socialmente condicionadas. Algunos de sus condicionantes son estructurales (sexo, edad, nivel
socioeconómico) y otros, propios de la biografía personal, o sea, todo lo incorporado a partir de las
experiencias vividas. Estas consideraciones sobre la percepción son igualmente válidas para las
situaciones de riesgo de enfermar o morir.
Algunos de los factores que condicionan la percepción de las sensaciones relativas a la salud y la
enfermedad son los siguientes:

• La riqueza y la precisión del vocabulario del individuo y su capacidad para manipular y


memorizar las taxonomías mórbidas-o sea la denominación y la clasificación de
enfermedades- que la medicina provee. Esta aptitud discursiva está desigualmente distribuida
en la población y se relaciona especialmente con el grado de escolarización alcanzado. "Lo
que no puede expresarse no existe".
• El estrato socioeconómico al cual se pertenezca. En los sectores populares, la cultura somática
-ese poder sentir, escuchar al cuerpo- es escasa y la lucha por la supervivencia "eclipsa" la
temática de la salud; la imposición de conseguir el sustento diario hace que se retarde la
concurrencia a la consulta médica y, a veces, dificulta el registro de las molestias hasta que
éstas se imponen cuando ya es imposible no registrarlas.
• La falta de educación sanitaria, que dificulta la identificación de la enfermedad.
• El uso intensivo del cuerpo -característico de los estratos socioeconómicos bajos- actúa
también como un factor de negación de los síntomas al elevar el "umbral" para sentirse
enfermo.
• El momento evolutivo y la intensidad de la enfermedad: cuando el síntoma es muy alarmante
o el dolor es muy intenso, se hace difícil negarlo. En su inicio, muchas enfermedades son
asintomáticas y otras se mantienen así aun habiéndose instalado.
• El género, ya que son las mujeres, en general, las que se muestran más perceptivas a las
sensaciones del cuerpo; influyen, para que así sea, la maternidad, la habitual mayor
responsabilidad por el cuidado de la salud de su familia y el que constituyan las interlocutoras
"naturales" del sistema médico, sobre todo en sociedades con alto grado de medicalización,
como son las occidentales. Anticoncepción, embarazos, partos y la atención pediátrica de sus
hijos son momentos en los que las mujeres se ven compelidas a mantener un contacto fluido
con los profesionales de la salud. Los hombres, en cambio, se resisten a asumir el rol de
enfermo, ya que lo viril se identifica en nuestra cultura con la fortaleza física y anímica. El rol
de proveedor principal del sustento familiar acentúa esta resistencia.
• La edad es otro determinante importante. Los niños y los ancianos, por ejemplo, son los que
están más presentes en la historia de salud familiar, por su mayor vulnerabilidad y por la
conciencia que existe en la población respecto de su indefensión.

El percibirse enfermo puede conducir hacia la puerta de entrada del sistema de atención de la
salud, si el paciente decide consultar. Pero la accesibilidad al sistema está condicionada por factores
geográficos, económicos, jurídicos y psico-socio-culturales que dan forma al concepto de
accesibilidad cultural.

15
La accesibilidad cultural al sistema de salud está determinada por valores, normas, conocimientos y
actitudes propios de la población en relación con la salud y la enfermedad, que pueden facilitar u
obstaculizar el acceso al sistema de atención y, por ende, condicionar los resultados de sus
acciones.

La no utilización de un hospital por su alta complejidad asistencial y burocrática; el no pedir


explicaciones sobre el diagnóstico o las indicaciones; el no comprender el lenguaje médico; el recurrir
al personal de enfermería, al farmacéutico o a algún familiar o vecino con mayor “experiencia médica”
son algunos ejemplos de situaciones de limitada accesibilidad cultural al sistema de atención médica.

El cuidado de la salud en familias urbanas

A modo de ejemplo, transcribimos a continuación resultados de un estudio realizado con familias


residentes en la Ciudad de Buenos Aires4 en el que se muestran claramente las diferencias entre los
distintos estratos socioeconómicos, de acuerdo con las formas en que las familias en cada uno de ellos
se movilizan y organizan sus recursos para la atención de sus necesidades de salud:

4
Schufer, M., Prece, G., Necchi, S., Adamo M. (1992). "El cuidado de la salud en familias de la Ciudad de Buenos Aires",
en Medicina y sociedad, Vol. 15, Nº 2. Se realizaron entrevistas/domiciliarias a una muestra representativa de la Ciudad de
Buenos Aires: 225 familias, clasificadas en cuatro estratos socioeconómicos: estrato medio alto (universitarios
independientes o dependientes en niveles jerárquicos), estrato medio (han completado el nivel secundario y trabajan como
empleados, comerciantes, empresarios medianos y cuentapropistas), estrato medio-bajo (han completado la educación
primaria y muchos la secundaria; sus ocupaciones se distribuyen entre empleados especializados y no especializados y
cuentapropistas), estrato bajo (han completado el ciclo primario en su mayoría, la mitad de ellos son obreros y el resto se
reparte entre personal de servicio y maestranza y cuentapropistas).

16
17
Este ejemplo muestra cómo cada cultura, en este caso la de los grupos familiares, se vincula de un
modo particular con la enfermedad, desde el modo de reconocerla y de nombrarla hasta la forma de
enfrentarla.
A modo de síntesis, podríamos decir que en torno del proceso salud-enfermedad hay una
configuración de ideas, valores y normas generadas y aprendidas socialmente, a su vez condicionadas
por características estructurales, de accesibilidad económica, cultural, jurídica, etc. que posibilitan
o dificultan la adopción de conductas saludables por parte de la población.

18
Página |0

Monografía
Curso de Capacitación Docente
en Neurociencias
Alumna: Dr. Héctor Valdés Veloz

www.asociacioneducar.com
Mail: informacion@asociacioneducar.com
MSN: asociacioneducar@hotmail.com

Introducción a la

Neurodidáctica
Página |1

Introducción

La neurodidáctica es una disciplina reciente que se ocupa de estudiar la optimización del


proceso de enseñanza – aprendizaje basado en el desarrollo del cerebro, o lo que es lo
mismo, es la disciplina que favorece que aprendamos con todo nuestro potencial cerebral.

El cerebro humano es una masa física que pesa aproximadamente 1,4 Kg. Y tiene alrededor
de 1400 cm3 de volumen. Sin lugar a dudas es el objeto más complejo del universo, tiene
aproximadamente cien mil millones de neuronas, las que establecen en promedio diez mil
sinapsis. Por esa razón los seres humanos tenemos una gran flexibilidad para aprender.

Enseñanza y aprendizaje son dos procesos que están indisolublemente unidos y que se
condicionan recíprocamente. El aprendizaje implica el tratamiento, almacenamiento y
recuperación activa de la información que se recibe, y la enseñanza debe ayudar a quienes
deseen aprender para que puedan desarrollar adecuadamente sus habilidades para
procesar la información y aplicarlas sistemáticamente a la solución de problemas de la
naturaleza, la sociedad y el pensamiento.

Aprendizaje y memoria son dos procesos cerebrales estrechamente ligados que originan
cambios adaptativos en la conducta. La estabilización de los cambios neurales que tienen
lugar tras el aprendizaje permite la consolidación de las memorias y su mantenimiento a
largo plazo.

Sin atención, nuestra memoria y aprendizaje no tienen lugar o en cualquier caso se


empobrecen. Prestar atención consiste en focalizar selectivamente nuestra consciencia,
filtrando y desechando información no deseada; como un proceso que surge desde diversos
mecanismos neuronales, manejando el constante fluir de la información sensorial y
trabajando para resolver la competencia entre los estímulos para su procesamiento en
paralelo. Supone, temporizar las respuestas apropiadas y, en definitiva, controlar la
conducta. Atender exige un esfuerzo cognitivo que precede a la percepción, a la intención y
a la acción.
Página |2

El concepto de aprendizaje visto desde la Didáctica General tradicional y


desde las Neurociencias

Para la Didáctica General o Teoría de la Enseñanza y siguiendo un enfoque vigotskiano,


aprendizaje es el proceso de apropiación por el alumno, de la cultura, bajo condiciones de
orientación e interacción social. Hacer suya esa cultura requiere de un proceso activo,
reflexivo y regulado, mediante el cual se apropia de forma gradual, de las características de
los objetos, procedimientos, las formas de interacción social, de pensar, del contexto
histórico social en el que se desarrolla y de cuyo proceso dependerá su propio desarrollo.

En el concepto antes planteado cultura se refiere a todo el legado histórico de


generaciones precedentes y la apropiación debe ser comprendida como las más diversas
formas y recursos a través de los cuales el sujeto, de forma activa y en íntima relación con
los demás – los adultos y los coetáneos que lo rodean – hace suyos los conocimientos, las
técnicas las actitudes, los valores, así como los mecanismos a través de los cuales logra su
autodesarrollo.

Es muy importante reconocer que el individuo al apropiarse de la cultura, también la


construye, enriquece y la transforma.

En cuanto a las actividades de interacción social, cada sujeto cuenta y pone en


función en los actos de aprendizaje sociales que realiza para asimilar la cultura, sus propios
recursos intelectuales y afectivo / motivacionales, conformados de forma particular en su
individualidad. O sea, en el aprendizaje cristaliza continuamente la dialéctica entre lo
histórico / social y lo individual personal, es siempre un proceso activo de reconstrucción
de la cultura, y de descubrimiento del sentido personal y la significación vital que tiene el
conocimiento para los sujetos.

Por su parte las neurociencias conciben la categoría aprendizaje como cualquier variación
en las conexiones sinápticas que produzcan cambios en el pensamiento y comportamiento,
que puedan generarse a través de la información teórica, la práctica o las experiencias de
vida.
Página |3

Sinapsis, neurotransmisores y aprendizaje

Estudiando las células de los sistemas sensoriales del encéfalo se ha llegado a comprender
que la información sensorial la reciben varias regiones del encéfalo en paralelo para
después transmitirla a otras, y cómo estas regiones procesan la información sensorial,
contribuyendo en la percepción de estímulos y en la planificación de la conducta como
respuesta a esos estímulos.

Estudios sobre los mecanismos neuronales implicados en el proceso de la información han


demostrado que el encéfalo no se limita a recibir impresiones del mundo externo, sino que
más bien construye imágenes que es lo que finalmente percibimos, basándose para ello en
un proceso muy selectivo de integración de información de información de las aferencias
sensoriales y que estas están conectadas entre sí de una manera precisa y ordenada.

En este sentido es importante precisar que las conexiones entre las células pueden ser
modificadas por la actividad y por el aprendizaje. Recordamos los acontecimientos debido
a que la estructura y la función de las conexiones entre células nerviosas llega a
modificarse con la experiencia.

La neurona es la unidad anatómica y funcional del tejido nervioso. Es una célula


especializada en la recepción, la integración y en la transmisión de señales. Estas cooperan
y competen entre sí con el objetivo de regular el estado general del sistema nervioso. La
forma en que las neuronas se comunican entre sí para formar redes neuronales se llama
sinapsis. Las señales que llegan a una neurona, procedentes de axones de otras neuronas,
suelen ser químicas y la alcanzan a nivel de dendritas. Estas señales al llegar a las dendritas
son transformadas en señales eléctricas y se incorporan al resto de las señales procedentes
de otras dendritas, adicionándose o sustrayéndose, siendo función primordial de las
neuronas decidir si la señal que llega se propaga hacia la siguiente neurona o no. Si la señal
que se genera en la neurona es suficientemente importante, el potencial eléctrico viaja por
el axón hacia la sinapsis, pasando a las dendritas de la siguiente neurona y el proceso
vuelve a repetirse.

Cada parte de la neurona, el cuerpo celular, las dendritas, los axones y las terminaciones
sinápticas, es responsable de una función, de recibir, de integrar o de transmitir la señal.
En general, la dendrita recibe, el cuerpo integra y el axón transmite, siendo los terminales
Página |4

axónicos la parte de las neuronas que comunica con otras neuronas.

Es importante destacar que una de las partes fundamentales de la neurona, como del resto
de las células, es su membrana celular. Esta membrana es la estructura celular mediante la
cual una neurona se comunica con su medio externo, y por tanto va a ser de una
importancia capital en las células excitables a la hora de transmitir señales.

La membrana externa de la neurona es semipermeable a determinados iones. Por ello, en


las células vivas, existe una diferencia en la concentración de iones Na+, K+, Cl- y Ca2+ en
el interior de la neurona con respecto a su exterior, lo que origina también una diferencia
de carga neta eléctrica a ambos lados de la membrana de unos – 70 mv, siendo el interior
de la neurona electronegativo con respecto al exterior. A esta diferencia de potencial
eléctrico se le denomina potencial de membrana. Este potencial eléctrico es necesario para
que se llevan a cabo muchas funciones celulares, desde la asimilación de nutrientes a la
producción de energía. En el caso concreto de las neuronas, esta diferencia de potencial es
además utilizada para la transmisión de información. En el sistema nervioso hay dos tipo
de sinapsis que difieren tanto morfológica como funcionalmente. Son las sinapsis eléctricas
y las sinapsis químicas.

Las sinapsis eléctricas se caracterizan porque las dos neuronas implicadas yuxtaponen sus
membranas citoplasmáticas, llegando en algunos casos a fusionarse. En la zona de
contacto entre ambas neuronas aparecen unas estructuras proteicas llamadas conexiones
que atraviesan la membrana y forman unos canales por los cuales pueden pasar iones de
pequeño tamaño. De esta manera, ambos citoplasmas quedan conectados eléctricamente, y
la señal eléctrica puede propagarse en ambas direcciones.

En las sinapsis químicas, las membranas de las neuronas pre y postsinápticas no llegan a
contactar físicamente, quedando entre ambas un espacio denominado hendidura sináptica.
La principal característica de este tipo de sinapsis es que utilizan una sustancia química
llamada neurotransmisor, para transmitir la información desde una neurona a otra.

De esta manera las neurociencias explican cómo se da el proceso de aprendizaje, y todo


buen docente debiera saberlo para que con una práctica pedagógica de excelencia estimule
la generación de neurotransmisores que garanticen adecuadas sinapsis en el cerebro de
nuestros niños. De lo contrario tendría lugar aquella máxima de José Martí cuando
Página |5

expresó: “Es un crimen el divorcio que existe entre la educación que se brinda en una
época, y la época”.
Bibliografía

 Springer, Sally P. (1988). Cerebro izquierdo, cerebro derecho. Madrid: Alianza

 Goldberg, Elkonon (2007). La paradoja de la sabiduría: cómo la mente puede


mejorar con la edad. Y de este mismo autor "El cerebro ejecutivo: lóbulos frontales
y mente civilizada". Editorial Dracontos

 Damasio, A. (2005). En busca de Spinoza: neurobiología de la emoción y los


sentimientos. Editorial Crítica. Y de este mismo autor "El error de Descartes"

 Carter, Rita. "Nuevo mapa del Cerebro. Integral de RBA. Hace una descripción muy
clara y bonita de los procesos cerebrales.

 Jensen, Eric (2003). Cerebro y aprendizaje: competencias e implicaciones


educativas. Madrid: Narcea.

 Iglesias Rodríguez, Ana y otros. Neuropedagogía. Editorial Universa Terra. España,


2008.

 Soriano Mas, Carles y otros. Fundamentos de Neurociencias. Editorial UOC. 2007.


“La Neurociencia”  
Dra. Nelly Pastoriza  Prof.  Extraordinaria Consulta de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNLP 

El término Neurociencia es joven: La Society for Neuroscience ‐ Asociación de neurocientíficos 
profesionales ‐ se fundó en 1970. La historia de la disciplina, en cambio, es larga y la  Neurociencia 
de hoy todavía se está escribiendo.  

En efecto, el estudio del cerebro es tan antiguo como la propia ciencia: idea establecida  ya hace 
más de 2000 años por Hipócrates en el sentido de que el estudio apropiado de la mente comienza 
‐ y continúa ‐ en el cerebro. Tema que aún sigue vigente: vino añejo en botellas nuevas...   

Estas son algunas de las disciplinas que la integran:  Neuroanatomía, Neurofisiología, 
Neurobiología, Biología celular y molecular, Neuropsicología, Ciencias Cognitivas, etc.  

Por ello es quizás el mejor paradigma de enfoque multidisciplinar en el estudio de la relación 
mente‐cerebro.  

Nace, pues, como consecuencia de ese enfoque con el que en la década del 70 se fusiona la 
Psicología  Cognitiva, ciencia de la mente, con la  Neurociencia, disciplina que estudia el cerebro. 
Se trata de conexiones entre Ciencia Cognitiva y Neurociencia; entre mente y cerebro.  

DEFINICIONES 

Michael I. Posner y Marcus E.  Raichle en su libro Images of Mind (1999) la definen así: “Es el 
estudio de cómo se construyen los cerebros”. Y al igual que otros autores, resaltan que “a partir 
de los esfuerzos para producir un enfoque integrado de mente y cerebro la Neurociencia ha 
florecido como un campo de estudio que combina muchos enfoques, que permanecían separados, 
para comprender los principios básicos que subyacen a la construcción del sistema nervioso”.  

La integración de la  Ciencia Cognitiva con  la  Neurociencia ha dado origen a un nuevo campo: la 
Neurociencia  Cognitiva que se apoya en modernos métodos de estudio del cerebro en acción y en 
tiempo real. Para Eric Kandel es la “Rama de la ciencia que aportó a la moderna Psicología 
Cognitiva métodos biológicos para estudiar los procesos mentales “. (En Busca de la Memoria, 
2007).  

Ya el registro de la actividad de células individuales en animales despiertos había empezado a dar 
sus frutos para el conocimiento de la estructura de los sistemas sensoriales y motores.  

A partir de 1980  surgen nuevas técnicas de exploración de la actividad cerebral genéricamente 
llamadas Neuroimágenes. Especialmente la Resonancia Magnética funcional (RMf) y la Tomografía 
por Emisión de Positrones (PET), basadas en que los distintos órganos del cuerpo humano, incluido 
el cerebro, difieren en densidad lo que posibilita visualizarlos “in vivo” mediante el paso de haces 
de rayos X  que atraviesan los tejidos en diferentes planos con cierta resolución espacial que 
permite reconstruir y escanear la sección  examinada.  
Pero, ¿cómo localizamos y estudiamos las áreas del cerebro involucradas en los procesos mentales 
superiores, especialmente en personas normales?  

Hoy somos los beneficiarios de la más remarcable revolución en técnicas para estudiar la anatomía 
y las funciones del cerebro con mayor detalle.  

Estas técnicas nos brindan “una ventana única desde la cual podemos visualizar las áreas activadas 
por eventos mentales” creando imágenes de nuestro cerebro cuando, por ejemplo,  estamos 
pensando, escuchando, viendo, experimentando alguna emoción, etc.  

Por primera vez los científicos han podido hacer visibles ciertos aspectos del pensamiento 
mediante el registro de sus efectos físicos sobre la actividad del cerebro.  

Desde luego, estos registros NO pueden mostrar lo que pensamos cuando, por ejemplo, estamos 
leyendo este texto, pero pueden mostrarnos que áreas del cerebro se activan y cuáles no.  

Son una herramienta para un nuevo nivel  de análisis de la experiencia  mental.  

Las teorías modernas sobre Neurociencia Cognitiva van abrevando en los nuevos conocimientos 
aportados por estas herramientas. Y ya hay avances significativos.  

Sin embargo, aún falta mucho por investigar y aprender sobre el funcionamiento del cerebro y su 
relación con la mente hasta que podamos disponer de teorías que puedan describir cómo funciona 
el cerebro y cómo los sistemas cognitivos logran la experiencia subjetiva consciente que muchos 
autores conceptualizan como  “mente”.  

Esta es una tarea típica de la  Neurociencia que, con sus modernas tecnologías, ha empezado a  
descifrar los códigos de los procesos cognitivos – mentales – que, cual los jeroglíficos egipcios de la  
Piedra Rosetta, se encuentran encriptados en la  Biología celular y molecular del Sistema Nervioso 
Central. 

“Funciones Cerebrales “  

Dr. Oscar Alberto Haramboure . Especialista Consultor en Neurología   

La localización anatómica de las funciones cerebrales es un objetivo primordial de las 
neurociencias 

El estudio de la localización de las funciones cerebrales data al menos de Herófilo y Galeno (300 a 
130 años a.d. C.), y por ello es tan antiguo como la anatomía y la fisiología mismas. Franz J. Gall 
(1758‐1828) fundador de la frenología, es quien promueve los intentos de localizar funciones 
cerebrales, enunciando la correlación entre una función fisiológica específica y un área específica 
del cerebro, dando de esta forma inicio a la denominada teoría  localizacionista; más tarde fue 
M.Flourens (1794‐1867) quien postuló una visión  holística de las funciones (el 
antilocalizacionismo) inaugurando una nueva vertiente la teoría funcionalista, que postula “las 
actividades cerebrales son el producto de múltiples áreas de la corteza que interactúan entre sí. 
Fueron numerosos los anatomistas, fisiólogos, antropólogos, cirujanos y neurólogos, que con sus 
investigaciones aportaron fundamentos por una u otra posición tales como, P. Broca (1824‐1880), 
Bouillaud (1796‐1881), K. Wercnike (1848‐1905), K. Brodmann (1868‐1918). H. Jackson (1835‐
1911), P. Marie (1853‐1940), O. Foerster (1873‐1941) C. Sherrington (1857‐1952) y W. Penfiel 
(1891‐1976). 

En el campo de la Neuropsicología con Benton, Teuber, Milner, Halstead y Reitan se idearon, 
validaron y estandarizaron muchas pruebas psicológicas, proporcionando un instrumento 
poderoso para el progreso del estudio de las funciones cerebrales. La neuropsicología 
experimental,  aportó  el principio de entender el funcionamiento de un sistema observando lo 
que pasa cuando el sistema falla. Estableciendo la analogía de organización funcional del SNC con 
la de una computadora, introduciendo así la idea de modularidad, conexionismo y redes. 

Es en 1965 que Norman Geschwind (1926‐1984) y colaboradores como D.F Benson, H. Goodglass y 
E. Kaplan proponen que las funciones conductuales son el producto de múltiples áreas de la 
corteza que interactúan a través de conexiones específicas. La desconexión de estas áreas podría 
producir anormalidades cognitivas‐conductuales específicas. 

Los avances tecnológicos como la TAC, RNM, RNMf, SPECT (Tomografía de emisión por fotón 
único), técnica compleja que permite obtener imágenes sobre el funcionamiento de diferentes 
regiones cerebrales, y el PET (tomografía por emisión de positrones)  y la combinación de PET con 
RNM permiten cartografiar la actividad metabólica en una imagen estructural detallada del mismo 
cerebro y  junto con la psicofarmacología acrecientan y consolidan el entendimiento de la base 
neural de las funciones cerebrales. 

El debate entre localizacionismo y funcionalismo perdura aún en este Siglo.                            

Dos son las concepciones actuales que ayudan a entender la Organización Funcional del SNC, las 
de A. Luria y MM. Mesulam.   

A. Luria (1902‐1977)  expresa que los “sistemas funcionales complejos no pueden localizarse en 
zonas restringidas del córtex o en grupos celulares aislados, sino que deben estar organizados en 
sistemas de zonas que trabajan concertadamente, cada una de las cuales ejerce su papel dentro 
del sistema funcional complejo, y que pueden estar situadas en áreas completamente diferentes, y 
muy distantes en el cerebro”. Con sus investigaciones en pacientes con lesiones locales del 
cerebro, fue quien permitió el desarrollo de un modelo teórico de la organización cerebral, 
introduciendo los conceptos de organización funcional, de interacción, funciones críticas y 
mecanismos autoregulatorios. Según Luria, las funciones corticales superiores tienen su base en la 
interacción de estructuras cerebrales altamente diferenciadas, cada una de las cuales realiza un 
aporte específico al sistema total, cumpliendo funciones propias. 
Las neuronas establecen conexiones con otras neuronas y de esta forma constituyen circuitos que 
establecen conexiones entre neuronas de una misma región recibiendo el nombre de circuitos 
locales o intrínsecos. Los circuitos interregionales son aquellos que comprenden: la interconexión 
entre los circuitos locales confiriendo  al sistema nuevas propiedades. Gracias a las conexiones “el 
todo” es distinto a la suma de las partes. Expresión de Vigotski, que constituyó una de las bases de 
la Neuropsicología de Luria. 

El conexionismo en la corteza no sigue una estricta organización jerárquica ya que existen 
fenómenos de retroalimentación, alimentación anterógrada, actividades reentrantes, núcleos de 
convergencia o divergencia y vías alternativas directas o indirectas. 

MM. Mesulam, manteniendo los conceptos de Luria sobre la organización del SNC, ha propuesto 
que las diferentes actividades mentales están sustentadas por sistemas funcionales compuestos 
por diferentes estructuras de diferentes niveles de organización en el SNC. 

1. Organización Jerárquica: de estructuras básicas hasta estructuras de mayor nivel de 
funcionalidad. 
2. Organización Serial: la información sigue un camino determinado. 
3. Existencia de Zonas Críticas: para el funcionamiento de cada actividad cerebral. 
4. Vías de conexión: entre los diferentes niveles del sistema. 
5.Organización topográfica: los distintos niveles jerárquicos se encuentran topográficamente 
organizados en cercanía. 
 

Las funciones cognitivas dependen de redes neuronales que integran el funcionamiento de 
regiones corticales distantes y subcorticales. En cada región confluyen diferentes redes 
neurocognitivas. Por lo tanto, lesiones en diferentes regiones cerebrales se pueden traducir en el 
trastorno de una misma función cognitiva y la lesión de una misma región puede traducirse en el 
trastorno de diferentes funciones cognitivas. 

Estas redes neuronales según  Mesulam son 5: 

1. Red atencional: córtex parietal posterior, área ocular frontal y la circunvolución cingular 
(hemisferio dominante derecho) 
2. Red de la emoción y la memoria: región hipocampal‐ entorrinal y el complejo amigdalino 
3. Red ejecutiva y del comportamiento: córtex prefrontal dorsolateral, orbitofrontal y parietal 
posterior 
4. Red del lenguaje: área de Wernicke y de Broca (hemisferio dominante izquierdo) 
5. Red de reconocimiento de caras y objetos: córtex temporal lateral y temporopolar 
 

El mapa de la Corteza Cerebral habitualmente usado en clínica y neuroimagen funcional es el de 
Brodmann, aún con sus limitaciones es el más adecuado, con el esquema de Mesulam. 
En función del rol funcional de las diferentes áreas corticales se diferencian las siguientes zonas 
funcionales 

a) Áreas primarias  
b) Áreas secundarias o de asociación (unimodal) 
c) Áreas terciarias o de asociación (heteromodal) 
d) Sistema límbico (componentes corticales)  
La corteza de asociación es la parte de la corteza donde tienen lugar los procesos cognitivos y 
motivacionales más complejos.  Se distinguen tres tipos de corteza: 

Corteza de asoc. Parietotempooccipital (procesamiento de la información sensorial heteromodal y 
lenguaje). Integra los datos que llegan a través de las diferentes áreas sensoriales primarias y 
secundarias. 

Corteza de asoc. Frontal (conducta cognitiva y planificación motora). 

Corteza de asoc. Límbica: porción orbitofrontal (motivacional o afectiva), porción temporal 
(memoria). 

La  expansión cerebral durante la evolución humana se ha centrado principalmente en las áreas 
asociativas de orden superior. Las regiones prefrontales de los humanos no son 
desproporcionadamente mayores que las de los monos superiores. El cerebro humano sigue el 
principio básico de organización de los sistemas nerviosos más primitivos y en general todos los 
sistemas nerviosos. Disponemos de sistemas receptores, sistemas de procesamiento intermedio y 
sistemas efectores o de respuesta. Cuando se asciende de los sistemas nerviosos más primitivos a 
los más evolucionados, la separación entre entradas y salidas, se incrementa abrumadoramente a 
expensas del componente intermediario de procesamiento. El pensamiento, el lenguaje, la 
memoria, el estado de humor, la planificación de programas de conducta, etc., son expresiones del 
componente de procesamiento intermedio.   

BIBLIOGRAFÍA 
J. Peña‐Casanova. Neurología de la Conducta y Neuropsicología. Editorial Médica Panamericana. 
D. P. Cardinali. Neurociencia Aplicada. Sus fundamentos. Editorial Médica Panamericana. 
F. Manes‐Labos y otros. Tratado de Neuropsicología. Librería Akadia Editorial. 
A. J. Parkin. Exploraciones en Neuropsicología cognitiva. Editorial Médica Panamericana. 
F. Benson. Clínicas Neurológicas de Norte América. Editorial Interamericana. 
 

  

 
“Organización funcional cerebral. Cognición y conducta” 
Dr. Oscar Alberto Haramboure. Especialista Consultor en Neurología 
“La cognición son aquellos procesos de la actividad cerebral involucrados en la adquisición, 
retención y manipulación de la información (funciones corticales superiores) y la conducta 
adaptativa que de tal procesamiento depende. 

Cada individuo procesa estas funciones, sesgado por sus valores o creencias, motivaciones o 
emociones, su personalidad y su entorno social”  

“Las funciones cognitivas dependen de redes neuronales que integran el funcionamiento de 
regiones corticales distantes y subcorticales. En cada región confluyen diferentes redes 
neurocognitivas. Por lo tanto, lesiones en diferentes regiones cerebrales se pueden traducir en el 
trastorno de una misma función cognitiva y la lesión de una misma región puede traducirse en el 
trastorno de diferentes funciones cognitivas”. 

La evolución filogenética del sistema nervioso central, nos ayuda a entender su organización 
actual. El desarrollo filogenético es el que permitió a la especie humana la aparición de sistemas 
de mayor complejidad en el cerebro.  

El cerebro humano es el resultado de un largo proceso filogenético.  

En el Darwinismo clásico se establecía la evolución como un árbol ramificado, que tenían un 
tronco común. En este contexto los humanos  se describieron como la culminación de la evolución. 
La teoría darwiniana ve a la evolución del hombre como un proceso lineal y continuo. En este 
proceso, cada especie sería el eslabón de una extensa cadena evolutiva. Durante mucho tiempo, 
los investigadores buscaron una especie mitad hombre mitad mono, situada en el punto 
intermedio de la evolución entre los primates y los humanos. Como esa especie nunca fue hallada, 
se le llamo el eslabón perdido.  

Niveles filogenéticos de A. Mc. Lean:  

1er nivel. Cerebro reptiliano: incluye en los mamíferos, formación reticular, región tectal, ganglios 
de la base, tálamo, etc. O sea, se ocupa de todo lo referente a la supervivencia de la especie. 
2do nivel. Cerebro paleomamífero: comprende las estructuras del sistema límbico. 
3er nivel. Cerebro neomamífero: comprende la neocorteza.  
Las concepciones modernas estiman que los humanos no deben considerarse “una versión 
mejorada” de formas ancestrales. Por lo cual esto pone limitaciones a los estudios realizados en 
animales como “modelos” de la función cerebral humana.                        

Dos son las concepciones actuales que ayudan a entender la Organización Funcional del SNC, las 
de Alexander Luria y Marsel Mesulam.   

A. Luria (1902‐1977). Con sus investigaciones en pacientes con lesiones locales del cerebro, fue 
quien permitió el desarrollo de un modelo teórico de la organización cerebral, introduciendo el 
concepto de organización funcional. Las neuronas establecen conexiones con otras neuronas y de 
esta forma constituyen circuitos que establecen conexiones entre neuronas de una misma región 
recibiendo el nombre de circuitos regionales o locales. Los circuitos interregionales son aquellos 
que comprenden: la interconexión entre los circuitos locales confiriendo al sistema nuevas 
propiedades. Gracias a las conexiones “el todo” es distinto a la suma de las partes. Expresión de 
Vigotski, que constituyó una de las bases de la Neuropsicología de Luria. 

El conexionismo en la corteza no sigue una estricta organización jerárquica ya que existen 
fenómenos de retroalimentación, alimentación anterógrada, actividades reentrantes, núcleos de 
convergencia o divergencia y vías alternativas directas o indirectas. 

Luria propuso además que la corteza cerebral posee distintas áreas según su función: 

Áreas primarias son aquellas en la que se proyectan informaciones de los diversos sistemas 
sensoriales (visual, auditivo y somestésico). Los contactos neuronales provienen de los órganos 
sensoriales. 

Áreas secundarias las que se hallan situadas alrededor de las zonas primarias. Estas tienen 
numerosas conexiones trancorticales, que analizan e integran los mensajes aferentes en 
percepciones provista de significado. 

Áreas terciarias son aquellas en la que se realiza un cruce de información de los distintos sistemas 
sensoriales, constituyendo la zona de integración multimodal, situadas en la región frontal y 
parieto‐temporo‐occipital. 

                      Corteza cerebral y cognición 

 Contiene estimativamente 10.000 millones de neuronas. Su espesor varía de 1,5 a 4,5 mm. Los 
tipos de células nerviosas que la integran son  piramidales, estrelladas, fusiformes, horizontales y 
de Martinotti. Se organizan en forma laminar (capas) y en unidades verticales (columnar) de 
actividad funcional. Estas unidades funcionales se extienden a través de las 6 capas. 

Capas de la corteza 
1.‐ Capa molecular 
2.‐ Capa granular externa  
3.‐ Capa piramidal externa 
4.‐ Capa granular interna 
5.‐ Capa ganglionar 
6.‐ Capa multiforme 
En función del número de capas se pueden diferenciar distintas regiones de mayor o menor 
complejidad, según Marsel Mesulam: 

Estructuras corticoideas, no poseen capas claramente constituidas, corresponden a la amígdala, 
núcleo septal y sustancia innominada 
Allocortex, poseen 1 o 2 grupos de neuronas que forman capas más o menos diferenciadas, 
corresponden al hipocampo. 

Periallocortex o mesocortex, mayor complejización citoarquitectónica, corresponde a la ínsula, 
polo temporal, circunvolución para hipocampal, córtex orbitofrontal caudal y complejo cingulado. 

Córtex primario, posee 6 capas, correspondiendo al córtex primario sensitivo y motor. 

Córtex asociativo, posee 6 capas, correspondiendo al córtex asociativo unimodal y heteromodal 
(neocorteza). 

En función del rol funcional de las diferentes áreas corticales se pueden diferenciar: 

Córtex Sensitivo Primario 

Córtex Motor Primario 

Córtex Asociativo: a) córtex de asociación unimodal y b) córtex de asociación heteromodal. 

Córtex paralímbico: con sus respectivas: a) áreas límbicas, estructuras corticoideas y  allocortex y 
b) áreas paralímbicas, mesocortex. 

Las áreas corticoideas y el allocortex están extensamente interconectadas con el hipotálamo 
(medio interno). 

El córtex sensitivo primario es la puerta de entrada de la información externa y el córtex motor 
primario constituye la vía final para coordinar los actos motores (espacio extrapersonal). 

El córtex asociativo y paralímbico constituyen el puente neuronal que permite la interacción entre 
el medio externo e interno. 

En el procesamiento cognitivo se activan en forma sucesiva áreas sensitivas primarias, seguidas de 
áreas sensoriales secundarias y, por último, las áreas de asociación. Diferentes formas sensitivas 
convergen en la corteza de asociación parietotemporoocicipital.  Desde esta última área se 
proyectan a las cortezas de asociación frontal y límbica, centrales para el proceso de la cognición.                 

La corteza de asociación es la parte de la corteza donde tienen lugar los procesos cognitivos y 
conductuales más complejos. Se distinguen tres tipos de corteza:  

1) Corteza de asociación Parietotemporoccipital (procesamiento de la información sensorial 
heteromodal y lenguaje). Integración y transferencia de los datos que llegan a través de las 
diferentes áreas sensoriales primarias y secundarias. Desempeña un papel esencial en la 
transformación de la percepción concreta en pensamiento abstracto. 
2) Corteza de asociación Frontal  prefrontal dorsolateral (participa en mecanismos de aprendizaje, 
planificación y toma de decisiones) prefrontal medial (involucrada con la atención). 
3) Corteza de asociación Límbica: porción orbitofrontal (motivacional o afectiva), porción temporal 
(memoria).  
Tálamo y cognición 

Tradicionalmente se lo ha considerado una estructura de mero relevo hacia la corteza cerebral. La 
visión actual es totalmente distinta. Este tiene un papel más integrado y bidireccional con la 
corteza, mucho más complejo en el proceso de la información. El tálamo, por sí mismo juega un 
papel trascendente en la transmisión de la información entre áreas corticales o en su 
coordinación.        

Ganglios de la Base y cognición 

Se considera que a través de sus conexiones con los lóbulos frontales intervienen en la 
adquisición, la retención y la expresión de la conducta cognitiva. Los ganglios de la base reciben 
aferencias de la corteza cerebral, para devolver señales a la misma tras realizar una serie de 
procesamientos.  

Cerebelo y cognición 

Los estudios de las últimas décadas han puesto de manifiesto que el cerebelo tiene un papel en el 
contexto de las redes neuronales que implican lo cognitivo y afectivo. 

Asimetría cerebral anatómica y funcional 

La primera esta documentada por las neuroimágenes y la segunda con la aparición de las 
habilidades de las manos y más tarde con la del lenguaje, se arriba a una lateralización de 
funciones que se transforma en un principio importante de la organización cerebral. Prueba 
demostrativa de ello son las diferentes consecuencias de ablaciones o lesiones de áreas idénticas 
en uno u otro hemisferio.                                                 

LA NEUROBIOLOGÍA MOLECULAR, LA GENÉTICA, LA FARMACOLOGÍA, LAS CIENCIAS COGNITIVAS, 
LAS TÉCNICAS DE NEUROIMÁGEN, Y LA PSICOLINGÜISTICA ENTRE OTRAS CIENCIAS, SON LAS QUE 
APORTAN CAMBIOS EN LOS NUEVOS CONCEPTOS Y ENFOQUES METODOLÓGICOS EN LAS BASES 
NEUROBIOLÓGICAS DE LAS FUNCIONES CEREBRALES. 

BIBLIOGRAFÍA  
J. Peña‐Casanova. Neurología de la Conducta y Neuropsicología. Editorial Médica Panamericana. 
Año 2007 
. D. P. Cardinali. Neurociencia Aplicada. Sus fundamentos. Editorial Médica Panamericana. Año 
2007 
. F. Manes‐Labos y otros. Tratado de Neuropsicología. Librería Akadia Editorial. Año 2008 
DIEGO
LASGOLOMBEK
NEURONAS
DEDIOS
Unaneurociencia de la religión,
la espiritual.idad
y [a luza[ finaldeLtúnet
LAS
NEURONAS
DEDIOS
Elairese llenócon un granruidoy tratéde moverme.Sentl
queel cielodescendía sobrela Tierray me envolvía.
Real_
mentehe tocadoa Dios.Vinodentrode mí;sí,Diosexiste,
gr¡té,y no recuerdonadarnás.Todosustedes,gentesalu-
dable...no puedenimaginar quelosepilépticos
lafeljcidad
sentimos el segundoantesdelataque...No sé si estafelici-
daddurasegundos, horaso minutos, perocréanme, no la
cambiaría por ningunade lasalegríasque puedatraerla vida.
Fiodor Dostoievskis

Pensóentonces consumalucidez en un fenómeno que


precedia, entreotros,a susataques epilépt¡cos cuandose
p.oducian en estadode vigilia.Enmediodelabatimiento,
melancolía,oscuridad y opresión
de ánimoqueexperi-
mentabael enfermoen talesocasiones, parecía,a trechos,
surgiren su cerebroun rayode luzy d¡érasequetodas
susenergías vitalesse esforzaban
de pronto,trabajando al
miiximode intensidad. Lasensaclónde vivir,la conciencia
de
si mismo,casisedecuplicaban en aquellosinstantesfugaces
comoel relámpago. Unaclaridadextraordinaria iluminaba
su
y su corazón.
espíritu
Fiodor Dostoievski,Elidiota

¿Qué tienen en comÍrn Dostoievski, su personaje el


príncipe Mishkin de El idiota,Napoleón Bonaparte, Sócrates,

66 Citadoen <scienceblogs.coÍtr/neurophilosophy>.
86 Lasneuronasde Dios

y
Juana de Arco, Moliére, GustaveFlaubert y hasta MahomaoT
San Pablo?
No busquen tazones creativas,o de genialidad: lo cierto es
que todos ellos -y muchos otros- sufrían de lo que los griegos
llamaban "la enfermedad sagrada":la epilepsia. Tan sagrada,
que su signiflcado es algo así como que "te atrapa de impro-
viso", como si algún dios de la Antigüedad se hubiera desper-
tado bromista o con la pata izquierda y, pam pasar el rato, se
nos metiera dentro del cuerpo y tomara control de é1,hacién-
donos temblar, rabiar, ausentarnosdel mundo. .. o ver a Dios.
Divina, sí, hastaque Hipócrates la destruyó en su texto S¿ór¿
Ia mfermed,adsagrad'a,donde dice que:

Ennadame pareceque seamássagradao más


divinaque lasotras,sinoquetienesu naturaleza
oropiacomotodaslasenfermedades, y de ahíse
origina.Perolos hombresconsideraron su funda-
mentoy causanaturalcomounacosadivinaporsu
inexperienciay su asombro,y porqueno se parece
en nadaa iasdemás[...],y la tratancon purifcacio-
nesy conjuros.

Fue así,buscandola razón natural de las enfermedades,como


Hipócrates creó, casi de la nada, la ciencia médica. Aquí no
sólo echa por tierra las explicacionescelestialesde sufrimien-
tos y remedios, sino que incluso vaticina que, en este caso,la
fuente de la epilepsia radica en el mal funcionamiento del
cerebro.
Lo curioso es que, aun si fuera verdad que los dioses no
pueden crear la enfermedad sagrada,sí parece cierto que la
epilepsia puede, en algunos casos,invoc¿r a Dios. Y este es el
punto de partida del capítulo: cómo un desorden de las char-

67 NuevamenleDostoievski;en E/ldlbta señalaque "Es sin duda a


ese mismo maravillososegundoal que aludíael epiléplicol/ahoma
cuando decí.aque visitabatodas las mansionesde Alá en menos
tiempo del que necesitabasu odre para vaciarsede agua".
Lasneuronasde Dios87

las entre las neuronas puede a vecesmanifestarsecomo una


señal divina.s
Así, la neurocienciava identificando circuitos cerebralesque
podrían ser el origen y la huella de las experienciasreligiosas:
oor un lado. ciertos cambiosen la actividad eléctrica de ciertas
áreas puede.r dar por resultado üsiones místicasy, por otro
lado, algunas actividadesespirituales (rezos, mantras. danzas
rituales) son capacesde dejar una estampa característicaen
nuestrasmentes. Pero valamos de mayor a menor' comenzan-
do por cómo un conjunto de neuronas revoltosasy fuera de
control lograjugar a las brujas e invocar a los dioses.

Prohibido tomar café

La historia estárepleta de líderes religiososcarismáticos,como


Moisés y sus Tablas de la Ley,6eSan Pablo y sus prédicas o
Mahoma y susrevelaciones.Buceando en susescritoso en sus
mitos, los neurólogos han llegado a vislumbrar trastornos epi-
lépticos que podrían estar relacionados con sus visiones del
más allá. Otros ejemplos son más recientes y se encuentran
mejor documentados,como el caso de Ellen White, la funda-
dora del movimiento Adventista del Séptimo Día. A los 9 años
de edad (hacia 1836) estabacorriendo a la lrrelta de la escuela,
cayóy sufrió un fuerte golpe e¡lz nanz (o, según otras versio-
nes,recibió un piedrazo en la ca¡a) y la cabeza,que Ia mantuvo
en estado casivegetativodurante un par de semanas.Cuando
despertó, ya no era la misma: le habían cambiado la cata y \a
personalidad,y, lo m:ásimportanté, comenzó a tener tremen-
áas visionesmísticasque la impulsaron a escribir y a predicar'

68 Señalque,porotrolado,puede sobre
¡nfuencia
tenerunatremenda
Antesde la batalladel PuenleMiMo'en el año
el cursode la historia,
312d. C.,el emperador Constant¡no sufriÓunostemblores y tuvola
visiónde unacruzen el cielo,con la ¡nscripc¡Ón(en "Con
latín) este
símbolovencefiás". y
Visionado hecho: ganó la batalla
e hizodel
cristianismo ofic¡aldelimperio.
la religiÓn
69 Si es interpretadopor Charlton Hestontantomejor.
88 Lasneuronasde Dios

En esasvisionesrecibía precisasinstrucciones diünas sobre el


bien y el mal, que plasmó en miles y miles de escritos,la base
de su religión.
El código moral predicado por Ellen es sumamenteestricto,
y castigatanto la masturbación como el beber té o café (que,
como todo el mundo sabe,son gravespecados). Las visiones
solían ser precedidas por un halo de luz y un aroma a flores
-algo así como la ta{eta de presentación de su Dios-.
Quienes
fueron testigosde sus momentos místicos la describían como
esláúcao con moümientos repetitivos, la mirada fija en el te-
cho y 4jena a lo que la rodeaba.T0Al regresar asegurabahaber
hablado directamente con Dios, como el vendedor de He uistn
a Dios,la obra teatral de FranciscoDefilippis Novoa (1930):

Vendedor:¿Creeen Dios?
Carmelo:Te va decíla veritá:creoe no creo.Creo
pe querenequecreeen argo;o no creo,pe que,
¿quiénlo ha visto?
Vendedor:iYo!

Como el vendedor, y a diferencia de Carmelo, Ellen ueíaaDios,


y su misión consistióen crear una Iglesiaadoradora del sábado,
que espe¡ala segunda venida de Jesucristo a la Tierra. No le
fue nada mal: secalcula que, actualmente,el grupo cuenta con
unos dieciocho millones de miembros. Lo interesante es uuc
esosmillones de fieles pueden haber sido el producto de un
golpe en la cara sufrido por una persona que pudo haber oca-
sionado un movimiento y una lesión importante en su cerebro;
así,no es de extrañar que la personalidad de la pequeña Ellen
cambiara por completo. Los adventistas,por supuesto,niegan
esa asociacióndiciendo que, en los casoscomprobados, es la

70 Aunquealgunasdescripciones portest¡gossonpadicu-
realizadas
larmente sorprendentes.Porejemplo,se diceque,luegode gritar
tresveces"iclorial",adquiíaunafueza sobrehumana y dejabade
respirarporel tiempoquedurarala v¡sión,de quinceminutosa...
itreshoras!
Lasneuronasde Diosg9

epilepsia temporal la que puede causarvisiones (y la correza


temporal esrámuy lejos de donde Ellen sufrió el golpe), ade_
más de que las experiencias místicascomenzaron varios años
despuésdel accidente.Por otro lado, las descripcionesindican
que susüsiones eran bastanteprolongadas-podían durar des_
de minutos hastavariashoras-, mientras que la mavoría de los
ataquesepilépticosson másbreves.
E1.fin, aquí se aplica perfectamente aquello de que .,el que
estélibre de pecado, que tire la primera piedra,,.Esá sí: que no
le apunte al cerebro, que despuéspasancosasraras.Tan raras
como las que le sucedieron aJuana de A¡co.

Juana y sus hermanasTl

Enun lugarazul,
dondemujeresbailanb/ues,
ardela llamadelJuicioFinal.
RatonesParanoicos,,'Juanade Arco',

Sin duda, uno de los casos.másfascinantesde üsiones místicas


que cambian una üda es el de SantaJuana-de Arce, la don-
cella de Orleans, una adolescentecasi ana.lfabetaque llegó a
comandar ejércitos en defensa del delfín de F¡ancia, Carlos
\{II. Juana era una chica normal, tal vez un poco más d.evota
que sus amigos, pero todo era más o menos corriente hasra
que a los 12 años tuvo su primera üsión. Estabaen el iardín de
su casacuando, de pronto, escuchó una voz que venía desde
la iglesia acompañadade una luz brillante (asi lo contó en su
juicio muchos años después).Otra versión de este primer en_
cuentro aseguraqueJuana eshbajugando con susamigasy de
repente oyó una voz: le decía que debía volver a su casaporque
su madre la necesitabay, 1a que estaba,que cambiara el curso
de su vida y se pusiera a realizar obras máraüllosasen nombre

7 f Una excelenteversiónde la h¡storiaen que se basanestos párrafos


puedeconsultarse en ¡ngram(1998).
90 Lasneuronasde Dios

de Dios y del rey de Francia,vestidade hombre y portando las


armas que le permitieran ganar la guerra.
M:ís allá de las versiones,las voces se le quedaron pegadas
aJuana durante toda su üda dándole instrucciones,consejoy
consuelo.Algo es seguro: la voz debía ser la de un gran estra-
tega militar, porque con Juana al frente las tropas francesas
vencieron a los inglesesen numerosasbatallas.Hacia el final,
y sin el apoyo del delffn, lajoven fue tomada prisioneray ]:.tz-
gada en Inglaterra, no por un tribunal de guerra sino por la
Iglesia, acusadade hereje, blasfema,bruja y otros calificativos
nada simpáticos.Luego de dieciséisjuicios, en los que mantu-
vo su historia a cal y canto, finalmente se quebró, seguramente
como una rácticz-para que la dejaran vivir más o menos en
paz. Pero entendió que no había arrepentimiento que valiera y
que )a estabacondenada a la hoguera. Cuenta la leyenda que,
luego del fuego, el verdugo descubrió que su corazón estaba
intacto, y se convenció de que acababade quemar a una santa.
En todo caso, eran santos quienes la visitaban en üda: San
Miguel Arcángel, Santa Catalina y Santa Margarita, una y otra
vez, se acercabana dar órdenes y predecir el futuro. PeroJua-
na, más allá de su santidad, era también una muchacha que,
al menos al principio, no quería saber nada de ir a la guerra
(alguna vez contestó a las vocesque "era una pobre chica que
no sabíanada de cabalgary guerrear").
El caso de Juana es extraño: no era una genia como Sócra-
tes -también üsitado por voces extrañas- ni un soldado nato
como Napoleón. Sus alucinacionescobran sentido en su mo-
mento histórico, con ángeleshablando en francésy empuján-
dola al campo de batalla. Es decir que hay cierto método en su
locura. Algo así propone Bernard Shaw en la introducción a
SantaIuana:

Si Juanaestabaloca,entoncestoda la cristiandad
tambiénlo está:la gentequecreedevotamente
de personajes
en la existencia estátan
celestiales
chifladacomola quecreeouelosve.
Lasneuronasde D¡osgl

En 1984 hubo un intento de diagnosticar aJuana de A¡co de


acuerdo con las clasificacionesmodernas de la enfermedad
mental. Si bien lo que más parece acercarsea su casoes la es-
quizofrenia, lo cierto es queJuana era una persona de lo más
organizaday práctica,lo que no suele ser el casode quienes la
padecen.También seha sugerido que podría haber sufrido de
tuberculosis,y haberle afectadolos nervios de tal modo que le
provocasealucinacionese incluso un tumor (tuberculomá). Al
mismo tiempo, la falt¿ de menstruación (amenorrea) o, por
qué no, la calcificación de algunos de sus órganos (aquellos
que no se quemaron en la hoguera) podrían tener algo que
ver con una infección bacteriana,pero... no hay ninguna otra
señal de la enfermedad en sus biografías. -Ial vez un tumor
cerebral en la región temporal izquierda sea un buen sospe-
choso. Como veremos más adelante, los lóbulos temporales
suelen estar siempre en la lista de posibles culpables.di voces
y apariciones santísimas;cuando la actividad eléctrica de sus
neuronas enloquece, el paciente puede perder todo contacto
con el mundo terrenal, estar ausenteo ver lo que no hay. por
supuesto,la historia personalcontribuyea determinar il tipo
de üsiones que sepresentan;aJfin y al cabo, esla culpa asesrna
la que hace confesar al protagonista de "El corazón delator",
de Edsar Allan Poe:

-iBastaya de f¡ngir,malvadosl
-aullá-.¡Confieso
que Io maté!ilevantenesostabionesl¡Ahí...ahí!
¡Dondeestálatiendosu horriblecorazónl

Más allá de las voces,muchas de las característicasde Juana


parecen acordar con el diagnósticoepiléptico: su poco sentido
del humor, los cambiosen su comportamiento sexual,las emo-
ciones intensas,incluso el rígido código moral que imponía a
sus hombres (que, aun así, la aceptabancomo líder). El gran
misterio deJuana, sin embargo, no es que haya tenido üsiones
(o audiciones) místicas,sino su contenido y la tremenda trans-
formación que suscitaronen ella.
Seguramente,más de uno estará pensando que son todas
mentiras, que los que escuchanvoceso ven ángeleso salen a
92 Lasneuronas
de Dios

pelear contra Inglaterra esrán locos o borrachos.T2Pero aquí va


una historia absolutamente real como para volver a la Tierra,
aquí y ahora.

En pr¡merapersona

Haceunos años,conté lo que entonceserala génesisde estelibro


en un popular prosrama de radio. Al cabo de unos días recibí
un mens{e de rln oyente (llamémosleC. M.),75que sehabíasen-
tido identificadojustamente por esta relación entre epilepsiay
sentimientosreligiosos.Como es una historia muy pertinente a
la relación entre cerebro y creencias,la tr-anscriboen fbrr¡a casl
textual,de manera de sentirnos,másque en Orleánsarengando
a l:s tropasdel delfin, en BuenosAires haciafinalcsdel sigloXX.

Experienc¡amíst¡ca

l. Enmarzoo abrilde 1998vivíasolo,a los41


años,en un departamento ubicadoen el barrio
de Belgranode BuenosAires,Hacíaalgomásde
un aRoque me habíadivorciado. lntentabaen ese
momentodedicarme a la ediciónde librosen forma
independiente. Nadaespecialpasabaen m¡ánimo
en eseentonces.
Unolamedi cuenlade queempe/aba a percibir
la
realidadde otramanera.Deun modoinvoluntar¡o,
advedíapartesde la realidadidenlificadas conalgún
colorcomosi estuvieran destacadas delrestode la
información. lvle la
llamab'a atenciÓnel lomorolode
un libro,el marcogrisde unaventana,la parteverde
de un cuadro.A su vez,teníala certezade queesos

72 Todacoincidenc a con Ia h sto¡a recenteargentlna. no es solouna


co ncidencia.
73 A qu en agraclezcoa autorizaciónpara reproduciraquí sus
expenenc as.
Lasneuronas
de D os 93

colores,que meresultaban impresionantes por un


que
motivo no comprendía, querían deciralgo.
Estapercepción estabaacompañada por una
sensación intensade bienestar general, que me
impedÍadudarde m¡equilibrio emocional o llegar
que
a suponer se tratabade algo qu€ pud era
causarme daño.Porel contrario, me sentlase-
guroy confiado, a pesarde que me dabacuenta
de que me estabasucediendo algoque no era
habitual.
Empecéalegremente -€se erami estadG-a incorpo-
rarunaseriede s¡gn¡Ucados basadosen estasper-
cepciones. Desdequer¡e despertaba, ibaadvirtien
lo
cloa argooeldÍao.st:rtos que
colores, oa'ecran
señaleso comentarios de lo queestabaviviendo.
S n esfozarmeporinterpretar (cuandounoestámuy
contento,no merecela penaobligarse a nada)fueron
surgiendo significados que iban quedando asociados
a Loscoloresquepercibía comodestacados.
Valeaclararque estas"señales"no se me presen-
tabancomoun problemaa resolvera travésde la
inlerpretación,y que los significados quefulaso-
ciandoa cadacolorno fueronel resultadode un es-
fuerzode m¡partepordescifraralgo.Tanfácilmente
comoempezaron a aparecerlasseña¡es coloridas,
aparecieron ios significados.
Fü estableciendo un códigobastanleelemental,
queincuiael colornegroparaindcar o destruc-
tivoy los motivosinconfesables, e blancoparael
miedoy el vacío,el grisparalo tristey lo anodino, e¡
amarlllopara a purcza,el naranjaparala sabidurÍa,
el azulparaia honestidad y la rectitud,el verdepara
lo inmaduro,el rojoparala pasióny lossentimientos
intensos,el violetaparael talentosobresaliente, la
luzparala claridad y la iluminación.
A"ora,cuandoesc',bosobreos signif,cados de los
colores, medoycuentade queen aigunos casos
tengoquebuscarlaspalabras adecuadas. Poreso,
94 Lasneuronasde D os

creoqueen su momento tuveunacomprens on


intuitivadel significado de esasseñales:no hubo
unainstancia en la quetuviera querefinar la com-
prensiónu optarentreun posiblesignificado y otro,
ComolasseñaLes, la comprensión sinllegó ambi-
güedady sinninguna elucubración de mi pade.
E.npezo asr." pe'iodo. que duro-'1parde meses.
en el cualse estableciÓ unasuertede diálogoentre
lo queyo ba vivendo esasseñales,qúemuya
y
r¡enudome hacÍanun "colnentario" sobrelo quesu-
cedia.Lo extraordlnario erala sensación de p enitud
y la faltatotalde temor.Loscomentarios resultaban,
para
por lo general,evidentes mí;no hacían másque
,e'otlatla queya pensaba. peroei hechode que
y
existierande que me acompañaran durántetodo el
otae/amuyrmpresiocante: ter''acun efeclooodero
mis
so de conlnnaciónsobre opiniones y creencias,
y cualqu;er dudaal resoeclo nabradesapa'ecido.
Un espaldarazo tan ¡ncuestionable producecam-
bios.Fn mi caso,no fueronradicales: me hice
vegetarianot empecéa llevaruna vida muyaustera,
ya que hallabaplaceren sobrevivlr con lo mínimol
go
haciaa de yoga todaslas mañanas; y pasabael
díaen largascaminatas, gozando delmundode una
maneranesperada. Por primera vez, me sentípade
de todo,no de manerarazonadasinoíntimamente:
comprendí quemividatambiénhacíaposiblela
existencia de lo demás.Esemundo,quede alguna
manerame estabareconociendo, era,además,per-
fecto.Devenía sinmás.Y yo estabailuminado.

2. Paraentender melorcómoy porquéla experien-


c¡aque describo antes causóen mí un deterrninado
efectoy no otro,me parecenecesario daralguna
información sobre mi, ya que estoyconvencloooe
que si aigosimilarlessucediera a personascon otra
historlay otrascreencias, el seríamuy
resultado
diferente,
Lasneuronas
de Dios95

Soyhrjode padrejudíoy madrecatólica.No tuve


en la niñezningunaclasede formaciónreligiosa, y
crecíen un ambjentedondeprevalecía el escepti-
cismohaciaios distintoscultosy susrepresentan_
tes"Adheríal marxismosiendomuyjoven,y lo dejé
portdeasmejorelaboradas ya cumplicios los 22
anos.Leíuna buenacantidadde librossobre
temasque vandesdela cienciapolí|caa las
ensenanzas dei TaoTe King,pasandopor las
sutrlezas de Wittgenstein y las introspecciones de
Joyce.Puedoleercorrectamente en inglés, francés,
italiano,
portugués y, conesfueao.en alemán.
Muchoantesde ia experiencia que clescribo era
agnóstico (losigosiendo), sobire la basedelsigujen_
te argumento: parasostener queno existeninguna
realidadmásalláde la material,habríaque admltir
que lodasnuestrasdecislones ya estabandeter
n¡jnadas desdetiemposinmemoriales; dadoquela
experiencia de tomardecisiones parececontradecir
el determinismo, me veooLrligado a dejarabieda
la posib¡lidadde un másallá,aunqueno cuente
conningúnelemento queme permita deflnirloni la
ceñezade que realmente exjsta.Elargumentoes
clásico,y ¡osintentosde explicarel librea¡bedrío
comounailusiónnecesaria parala superuivencia no
me resultan convincentes, debidoa queno logran
disolverla sensac¡ón de ¡ibertadmoralquetodos,
ouierosuponer . experimentamos.
Cuandoirrumpieron en m¡vidalos,digarnos,
coloressignificativos,yo eraconsciente de que se
tratabade unaexperiencia mística,perono tenía
nrngunapuroen sacarconclusiones. lvleenfeguéa
roque me pasaba-era, por ciedo,irresstible-,pero
me quedétambiéna la expeclativa y me cuicjéde
no agregarn¡forzarnada.

3, A medidaque avanzaba
mi diálogocon unaen-
tidadqueyo ¡ntuía
comototalidad,
un entequese
96 Lasneuronasde Dios

manifeslaba de manerasimpley abuábu todo lo


existente, tuvela ceriezade quealgosimilarhabían
experimentado muchasde laspeGonas-algunos
de ellos,notoriospersonaies de la historia*que
basaronenseñanzas moralesy cavilaciones en su
contacto con la d,vi.rdad. Me parec'a que el con-
textohistór¡co y soc¡al,por un lado,y la personali-
la
daov cu,tura delIndiviouo involucrado. porotro.
habÍansidocrucialesparadeterminar el alcancede
la experiencia. Si yo imaginaba esa misma experien-
cia en otrosámbitos,eraIhitosuponerque había
estadoen el origende unagranvariedadde com-
portamientos y declaraciones. Enmi caso,el efecto
era, por el momento, limitado. Conla inlenciónde
establecer susalcances, me parectó válidointen-
tar chequear los hechos con otras pérsonas y con
algunos textos.
Hiceun breverelatoa algunosde misÍnt¡mos, que
demostraron escasointerésy que recib¡eron invaria-
blemente del "más allá"el comenlario l¡gado al color
blanco(miedo). Visitéluegoconciertodesgano a un
psiquiatra paraavenguar s¡existíaalgunaenferme-
dadyaco4ocida enlrecuyossínto,-las estuvieran
la alegriapermanente y la percepción de colores
significativos.Elhombreme escuchócon curios¡dad
y respeto,y no emitiójuicio(elcomentario fueun
azul:honestoy recto).Enfermedad conocidano ha-
bía.Fuia unalibrería y comprévarioslibrosde Alan
WattsTo y otrosaLtores. perolooosse referlan a las
conclusiones que habíanextraídoellosu otrosde la
experiencia místicay nadadecíande la experiencia
en sí,quehaliaban siempre "inefable".
Hacíatodo estocon parsimonla, de vezen cuando
y sin dernas¡adas expectaljvas. Se me ocurría,ade-

74 F lósofoy escrtor británco, que popu arizóclertosaspectosde las


re igionesor entales.
Lasneuronasde D os 97

más,quepodÍaserü¡l intercambiar oatossobreel


asuntoconalgúnentendido paraeso,
en la.'tateria,
concunía la presentación de un librocompiladopor
un estudiosoargentino que en ocasio-
de lafilosofía
nestomaba¡aexperiencia místicacomopL¡ntode
partidaparadiscunirsobrela exislencia. Terminada
la presentacion,
lo abordé,
-Estoyiluminado -le drle,
-¿Voste creésquea vos solote pasaeso?-res,
pordióde manera abrupta. m,entras yo advertiael
rolo(sentimientos ¡ntensos) y et b¡anco(m¡edo).
*No, estoysegurode queno. Poresoquierosaber
de qLjése trata,
-Es un estadocomomuchosotros.
-lvlegustaria sabermás,
-Sí, peroyo no puedoatendene,Estome pasapor
gefieroso,por darlecabidaa todo el mundo.¡No
lengot¡empoparatodos!-€xclamó,casiofuscado.
Tambiénfui a vera lndraDevi,75 cuyafundación
quedaba entonces a lavuettade mi casa,All¡habte
primero conun señor,ouemediloqueIndraDevi
ya no atendfapersonalmenle a nadie.Insistí.Le
d?jeque estabailuminado y quequizáseltalo podía
eniender. Fuea consuftar y mehizopasar.Me
advirtióquoIndraDevino escuchaba bieny queel
debíarepetir.etevando la voz.todo to queyo dijera.
Cuandoentréa verla,la túnicanaranJa quetenía

75 Famosaprofesorade yoga nacidaen Letona, que se radicóen Bue


nosAiresen la décadade 1980.
98 Lasneuronasde Dios

fl hombremern.rÓ entrecurioso y sorprendioo


*Sí,es muylindo-admití,y luegopregunte-:¿Qué
tengoque hacef?
el nlmbre repitióla pregunta.lndraDevisonrióy se
encogióde hombros.
-Fs así:estarbien,Y nadamás-dijo.

4. Un buendíalasseña¡es desaparec¡eron Mi
estadode ánimoseguíasiendo muy optimista,pero
antterminaba todo.Habiluado a perciblrlosco'ores
signifcat¡vos,mi mentetratabaahorade buscar-
losde algunamanera,de recrearel mecanismo'
y en ocasionesllegabaa imitarlo,perono erareal
y requeria concenPaciÓn y volLntad. No rnecostÓ
que
admit¡r se había ido.
Paséalgúntiempo,un mesqutzá,reflexionando
sobrelo ocurrido,Tratabade establecer, de bus-
cardentrode rri. algunainclinaciÓn paratomarla
experiencia como punto de partida de unavidadife-
rente,dedicadaa ¡nvestigar los plieguesque acaso
separannuestro dia a día de un estadode conc¡en-
cia privilegiado,que me permitiera unacompronsión
más profunda y verdadera del mundo. No encontré
esavocacion y des'st;.
Pocoa poco,retomémi dietahabitual, quees
y
bastantesanaperono vegetariana,mi vidaha-
bitual,quees máso rnenosausteraperono fun-
damentalisia a eserespecto.Dejéde gozarpor el
solohechode estaren el mundoy volvíahacerlo
a travésde misafectos,de misdeseosy de mis
proyectos. Me quedaron, sí,unaserenidad y una
seguridaci mejorpreparadas para afrontarcuai-
quiercontraltempo, comósi la experienc¡a v¡v¡da
me hubierafortalecido de unamaneradecisiva e
i^esperaoa.
Hanpasadoya másde diezañosy esaserenidad y
fortalezasiguenahí.Podríaterminarla fraseanterior
cón un "grac¡asa Dios",peronuncauséexpresio-
Lasneuronasde D os 99

nesde esetlpo,y aunqueestavezlascircunstan-


ciasacasomeautorizana hacerlo,
intentocomo
siempreserpreciso.

5, Hastaaquí,e relatode loshechos.Fataun dato,


que hastaahorano creÍrelaconadocon lo anterior.
SLfro-n tipoespecíf quese ma-
co de eprlepsta.
nifiestasóloen el momentode despeftar,cuando
pasode'sue;oa la vigilia.Esde olge' traumat'co:
a rnesde 1976.pocodespr,és de L.renc-enl.o
viore^to y desafolunado co1lasJuerzasoelOroen.
sufrÍunaprir¡eraconvulsón.
flA iñq aváñ-anpq nrslcrig.g5 -g¡ ese lTtorTlento
estabaen Bruselas- surgo oueno le^íaesones
gravesy que la anomalía eramuy1eve. Fuimedica-
do confenobarbital durantemuchosaños.lvlientras
tomabala medicación no teníamayores contratiem-
pos.Cuandointentabadejarla,volvíanlasconvul-
siones,siempreal desperiar.A lo largode veinle
añosa enfe.'¡pdad estuvonas o'¡enos eslabley
las
derrrode cd.acte'stcas descrplas. Haca199/
delédefinitivamentela medicación, ya quehabía
empezado a tenerconvulsio'res.s erpre leves,aun
tomándola, y me resistía aumentar la dosis.A padir
de entonces. le'rgoruy de vezen c .andoalguna
convulsiónleve,que no llegaa perturbarmi norrnal
funcionamiento.
Oueun peque^olocode epileosi¿ pueo¿esta.,'e
lacio^adoconla exoerienc a queoescribantese'a
algoqueno se me habíaocurrido. Porcasuaiidad,
escucÁe a D. G deciroorrad.oqueeslao¿inves
.i^-r¡^ ^.^ ^^-iL-
!vo, ¡ ¡u vnd pu)ru Li rr u^ o. ru . j , v r |!Ju uru
^rró
vuL
ó
l r ev . . h ^u u

estas I neas.

La icleade relacionar ciertos tipos dc cpilepsia, particularmen-


te aquella quc ocrlrrc cn cl lóbrrlo ternpor-alde la corteza ce-
l OOLasneuronasde Dios

rimento de hace unos quince años se demostró que mientras


(medida
un grupo control tenía mayor respuestainconsciente
ooil" i-rr.pi-ción en la piel, que modifica la conductividad
con
eléctrica) a palabras relacionadascon el sexo, pacientes
EI
epilepsia teáporal respondían más a palabras "religiosas"'
.*o..i-.rrto ioe liderido por Vilayanur Ramachandran en la
Universidad de California y fue bastante claro: nadie respon-
a
día a palabras como "nreda", los controles respondían-más
"sexo';,y los epilépticos,más a "fe". La conclusión más obvia es
como
que est;s pu.i.tti., son más sensiblesa ciertas palabras'
.i lu r.ti*.iótt del lóbulo temporal generara una mayor alerta'
que
o un mayor interés,frente a los conceptosreligiosos'Claro
es posibie que, una vez que pareció algún tipo de experiencia
le-
.oür..ru*rul, estossujetós.é ittttt"tut"rr más por el tema'
rabinos o imanes' y su aten-
'ción hablaran con sacerdotes,
yeran,
se votüera así más sensible a este tipo de cuestiones' Si
esto fuera así,las personasmuy religiosas(pero no-epilépticas)
-y hay
también deberían responder m:ísa estetipo de palabras
evidenciasde que esto es así-.
Mucho tiempo despuésse razonó que, si la actividad de esta
tal
región podía generar sensacionesespirituales, €ntonces
u"i, .i ,e .*.it ba la cortezacerebral con el estímulo adecuado'
(más
se podrían inducir este tipo de pensamientosy üsiones
las
,oü." ..,o en el interludio siguiente)' En otras palabras:
cosa
experienciasnarr¿das por los epilépticos no serían otra
a.todos -da
qr." ,rt. a*ugaración de algo que puede pasarnos
sepa
escalofríos,piero sí, el cerebro es quien manda, y quien lo
controlar...'dominarrrrrá el munnnnndo, y f¿ no se burrrrla-
rán de él en la academia,Igor-.
Si bien no hay estimacionescerteras de cuántos pacientes
orden'
con epilepsia temporal tienen alucinaciones de este
,.goru-.nt es sólo una minoría;76al mismo tiempo' no to-
de
di las experienciasreligiosastienen como origen este tipo

76 Enuntrabajode 1963sereportóque,de69pacientesep¡lépti-
26tenían
cosestudiados, "síntomas
de extrema'
religiosidad Una
de2008,esmucho
másreciente, más cautaal que
estimar
revisión
Lasneuronasde Dios101

epilepsia,lo que n-relveel asunto aún más misterioso e intere-


sante.Veremos m:is adelante que hay otras áreasdel cerebro
que también se actilan durante las prácticas espirituales.Lo
cierto es que el sistemanervioso, coronado por el cerebro, es
tremendamente complejo, y suele ser difícil apuntar a un á-rea
específicapara explicar un comportamiento. Sin embargo, las
epilepsiastemporalesson un buen punto de partida; como di-
'défi-
ría Oliver Sacks,"la palabra favorita de la neurología es
cit"', pues buena parte de lo que conocemos sobre el funcir>
namiento del cerebro surge de aquellos que andan mal (por
una lesión, un trauma, un foco epiléptico o ya a saber qué)
y desdeahí especulamosacercade cómo son las cosascuando
todo funciona normalmente.
Los síntomasepilépticos no sólo pueden causarvisionesmís-
ticas:en diversoscasosdescriptosa partir de la décadade 1970
se notó que este tipo de trastorno podía causaruna repentina
conversión religiosa de pacientes que antes no eran necesa-
riamente buenos parroquianos, aunque en muchos casospa-
rece haber antecedentesde un cierto interés por cuestiones
celestiales. En el libro Neurologíadc la expnimcia rel:igiosa(Mc'
Namara, 2006)77secuenta el casode un paciente que, de niño,
tenía una intensa üda religiosa, que, como suele suceder,fue
apagándoseen la juventud. A sus veintipocos años sufrió su
primera convulsión menor, que llegó acompañadade una re-
velación cristiana. Pero la carne es débil, y este nuevo ímpetu
decayónuelamente hasta que, doce años más tarde, tuvo dos
ataquesepilépticos el mismo día y, ahí sí, Dios llegó para que-
darse.En suspropias palabras,üo"laltz"; tuvo una serie de ü-
sionesapocalípticasque lo convencieron de ser un instrumen-
to de la divinidad aquí en la Tierra, y así quedó, aun cuando

alrededor de un 3% de lospacientes presenta


epilépticos experien-
ciasrelig¡osasimportantes.
77 Elejemplo aquícitadohasidotomadodelcapítulode PeterSchachter
"Religionandthe brain:evidence (véase
fromtemporallobeepilepsy"
íacomentada).
Bibliograf
102 Lasneuronasde Dios

no aparecieron nuevascrisis epilépticas.Algo había cambiado


su cableado interno para siempre.
En fin, ejemplos no faltan. La epilepsia ha sido perseguida
a lo largo de la historia, y quienes la sufren, acusadosde pac-
tos demoníacos o implicados en cuestiones sobrenaturales.
En 1763 la madre superiora del convento de SanJerónimo en
Puebla (México) le encomendó a Pedro de Horta un informe
para establecersi la epidemia de comrrlsionesy temblores via
lentos que estaban sufriendo las novicias se debían al diablo
o podían considerarse algo natural. El resultado es el InJurmc
MédicuMmal d¿la Pmosissimay RigmosaEnfermcd'ad' dc la Epibp
sia. Luego de doscientasochenta y cuatro páginas, llegamos
a la conclusión de que don Pedro no se lajuega demasiado,
pues afirma que seguramentela epidemia tiene tanto causas
naturales como del más allá, y recomienda tratamientos tanto
médicos como espirituales.Un buen ejemplo de que la ciencra
y la fe pueden ir de la mano.
Fue recién hace unos ciento cincuenta años, o un poco
más, que comenzó a relacionarse la enfermedad con uno de
sus síntomas: las alucinaciones de carácter religioso. En este
siglo XXI la asociación es tomada más en serio, se hila más
fino en el tipo de epilepsia, se tiene en cuenta si las üsiones
son más comunes durante el foco, antes o después. Por su-
puesto que nada se reduce sólo a la locura de unas neuronas
cerebrales cercanasa la oreja, preferentemente del lado de-
recho de la cabeza;nadie desdeñala importancia de la histo-
ria personal, la crianza,las circunstanciasespeciales;aun así,
parece ser que esaslocas neuronas tienen bastante que decir
en estoscasos.
Sin embargo, hay mucho más en el cerebro que lo que pue-
de la epilepsia y, de a poco, las técnicaspara conocer el fun-
cionamiento de la mente se lan afinando más, de manera de
poder espiar en la trastiendade la religión.
Lasneuronasde Dios103

Viajefantást¡coa la neuroteología

Es unaobsesióndelser humano,
siglosintentandohablarcon Dios.
Y se ve que Diosandaocupado
porquemuchono nosrespond¡ó.
AgarrateCatalin?,"Dios"ze

En la película Vi,aje
fantástico(1966), un grupete de científicos,
con la notable inclusión de Raquel Welch, debe miniaturizar-
se para poder meterse dentro del cuerpo de un investigador-
diplomático-espíay eliminar un coágulo cerebral en una hora,
antesde que sepudra todo tanto en el cuerpo del agentecomo
en el resto del mundo. Para ello se introducen en un micro-
submarino y se lanzan a la aventura a travésde la sangre. En
eseviaje fantástico,son atacadospor el sistemainmunológico
y por offos enemigos (sin duda, enviadospor la KGB), pero al
final el bien siempre triunfa.
Lo importante para nosotros es poder espiar de alguna ma-
nera aJ cuerpo, las sensaciones,hasta los pensamientos,para
buscar las señalesde Dios en el cerebro, pero sin dejar huella.
Porque no nos alcanza con correlacionar eventos epilépticos
con visiones místicas, es necesario poder medir la actiüdad
cerebral desde afuera y así, tal vez, Dios nos responda. Pero
para hacer bien el experimento deberíamos entrar en larias
cabezasa la vez: \a de personascon profundas creenciasreli-
giosas,la de ateos,la de monjes en estadode meditación, la de
fieles en pleno rezo. De eso se úatala newoteologíú,una nueia
rama de la neurociencia que intenta explicar la experiencia
religiosa en términos de la actividad de las neuronasy, con ese
propósito, echa mano de todas las herramientas tecnológrcas
disponibles para entender el cerebro.

78 "Agarrate
Catal¡na"es unode losgruposde murgauruguayaque
hanllevadoestamúsicapopularportodoel mundo,y se caractedza
Dor¡aironíade susletras.
104 Lasneuronasde Dios

Palabracuriosa "neuroteología", seguramenteinmersa en la


moda de las "neuroalgu": de la neuroeconomía a la neuropo-
lítica o el neurom:írketing. Lo curioso es que tiene, como en
otros casos,un origen puramente literario, producto de la plu-
ma de Aldous HuxleyTeen su novela Za isla (1962):

-No puedesser un bueneconomista a menos


quetambiénseasun buenpsicólogo -dijo Will-.
O un bueningeniero s¡nserel tipo adecuadode
metafisico.
-Y no olvidestodaslasotrasciencias-dijo el Dr.
Robert-.Farmacología, sociología,fsiología...y eso
sin mencionar neuroteología,
a la autologia, mela-
química,micomisticismo y la cienciafnal -agregó-
la cienciaquetardeo tempranoa todosnosllegará:
la tanatología.80

En 1994 se publicó el primero de lo que sería una cataratade


libros sobre el tema,8lpero las técnicasde imágenesy análisis
cerebral aún no estaban tan desarrolladas como para que estas
ideas tuüeran algún basamentoconcreto, Veamosentonces el
pequeño manual de cómo espiar al cerebro sin que se entere
demasiado (sobre todo tratándose de cuestiones tan íntimas
como Dios y suscircunstancias).

79 Nietode ThomasHuxley,defensor de Darwiny quienacuñóla


palabra"agnóstico';
tambiénhermano de AndrewHuxley,quien
describió vezel potencial
por primera de acciónde lasneuronas.
iQuéfamil¡a!
80 Nuevamente Huxleynosdejaperplejos consusvaticin¡os de las
cienciasporvenir:¿unaautología?¿Seráel estudiode lossistemas
autólogos? ¿Yla metaquímica,un estudiollosóficosobrela quími-
ca?Comosea,algode micomist¡cismo (osea,el efectoalucinógeno
de ciertoshongos)serátratadomásadelanteen estel¡bro.
81 McKinney, L. (1994).
Lasneuronasde Dios105

Pequeño manual de cómo espiar


al cerebro sin que se entere demasiado
La forma más clásicade registrar la actividad de diversasáreas
del cerebro es el electroencefalograma(EEG), que, pesea ha-
ber sido desarrollado en los alegresaños veinte, sigue siendo
muy utilizado para estudiar cambiosbioeléctricosen pedacitos
de cerebro. Nos permite saber muy bien cómo cambia esaac-
tiüdad a lo largo del tiempo, o en respuestaa determinados
estímulos,aunque su resolución espacialno es maraüllosa: si
el objetivo es ir a buscar el centro de Dios (o de la moral, o de
lo que sea) en el cerebro, apuntará en la dirección correcta
pero no nos llevará a la casa,número, piso y departamento
donde se alojan dichas percepciones.Aun así,el EEG es el mé-
todo ideal para determinar cambios globales en la actiüdad
cerebral, como por ejemplo los que ocurren durante la vigilia,
el sueño o los sueños.
El asunto es entonces poder medir la actiüdad (o inactivi-
dad) de áreasespecíficaso pequeñasdel cerebro. El tmco es
disfrazarsede sangre, de oxígeno o incluso de neurotransmi-
sor (Ias sustanciasque utilizan las neuronas para comunicarse
entre ellas) para poder colarseen el metabolismo del cerebro.
La lógica es que si un área cerebral estámás activa,necesitará
más oxígeno y, por eIIo, mayor flujo sanguíneo;así,si la sangre
o el oxígeno o alguna otra sustancia (como la glucosa, uno
de los alimentos favoritos de las neuronas) están "pintados"
(con algrrna pintura que pueda observarseen una pantalla,
por ejemplo, un marcador radiactivo), podremos ir viendo
cómo se prenden o apaganregiones discretasdel cerebro. En-
tre estastécnicashay siglaspara todos los gustos,algunas más
útiles para ver estructurasy otras para determinar si seencuen-
tran acti s, como la PET (tomografía por emisión de posi-
trones), la SPECT (tomografía computarizada por emisión de
fotones únicos) o la f\4RI (imágenesde resonanciamagnética
funcional).
Imaginen, por ejemplo, que es posible medir las partes del
cerebro que reciben más sangre dado que aparecen con otro
color en una pantalla mientras ustedes esán cómodamente
(bueno, no tan cómodamente) acostadosen una camilla den-
106 Lasneuronasde Dios

tro de un tubo (claustrofóbicosabstenerse).Así, si se les pide


que lean, o hagan cuentas,o reconozcan una serie de caras,o
simplementeveanu oigan algún estímulo, irán encendiéndose
las áreasdel cerebro responsablesde cada una de esasaccio-
nes. En realidad, no es tan simple: todo el tiempo el cerebro
esun hewidero de actiüdades,por lo que casimás importante
que obtener las imágenes es poder procesarlasmatemática-
mente, de manera de filtrar el ruido que inevitablementevaya
produciéndose. Podríamos,por ejemplo, pedirle a una perso'
na que rece mientras esrádentro de un escánery registrar qué
.u-bior específicosse dan en el metabolismo de su cerebro'
(Esosí: hay que tener mucha fe para rezar como si nada dentro
de un resonador magnético, que no sólo es un túnel ajustado
sino que estálleno de ruidos de lo más distractores...)
Siempre sedebe ser cuidadosocon estastécnicasque requie-
ren tanto análisismatemático a la hora de sacarlesel jugo; de
hecho, en una parodia de la técnica de fMRI llegó a medirse
la actiüdad cerebral de un salmón en el resonador, sólo que
el salmón había sido comprado en la pescaderíapara la cena
de Ia noche.82Más allá de las creenciaspersonalesdel salmón
(o de susexperienciascon la muerte), otro problema es que si
los sujetosefectivamenteestánexperimentando una sensación
místiia o espiritual, es dificil interrumpirlos en medio de la
sesiónpara preguntares: "¿Te gustó?¿Yqué sentiste?",)'a que
seguramenteinterferiremos con el fenómeno e4 cuestión,por
lo que habrá que confiar en el relato posterior al hecho'
De entre todas estas técnicas, tal vez las imágenes SPECT
son las que mayor información han dado sobre las experien-
cias trascendentaleso religiosas. Si bien ya veremos algunos
de estosexperimentos en detalle, parece emerger un patrón
común: seactivael área prefrontal, que estárelacionada con la
atención focalizadaen algún objeto, y, en general, también se

82 Eltitulodeltrabalo,queobtuvounode losfamosospremioslgNobel,
es "Conelatos de unaperspectiva
neurales con el
interespecies -
salmón atlánticopost-mortem:
un argumento paraunaconeccon
adecuada de lascomparacionesmúltiples".
Lasneuronasde Dios107

observaalgún tipo de actilación temporal (sí, del :áreaque se


enciende espontáneamenteen los epilépticos con alucinacio-
nes místicas).En particular si la activación temporal se produ-
ce sólo en uno de los hemisferios cerebrales,puede interpre-
Larsecomo la sensaciónde una presenciasuperior.
Pero se agregaun hecho bastantepeculiar: hay un área del
cerebro que consistentementese apaga durante estassensa-
ciones, un grupo de neuronas en el lóbulo parietal superior
(máso menos la parte de la cabezaque seusaParacabecearun
centro, tal vezun poquito más atr:ás),un área de asociacióndel
cerebro, o seaque recibe información de diversasfuentes -el
tiempo, el espacio,la-orientación corporal-. Tiene que ver con
los límites del cuerpo, el espacioffsico en el que existimos. Si
esta área se lesiona, puede complicarse el manejo del cuerpo,
de las distanciasy la forma de maniobrar; en cierta forma, se
desdibujaría el límite entre nosotros y no-nosotros.En suma:
un interesante candidato para albergar alguna noción de tras-
cendencia en el cerebro.
Estaidea de que los dos hemisferioscerebrales,y en particu-
lar sus conflictos, pueden estar relacionadoscon la aparición
de fenómenos sobrenaturalesen nuestra conciencia no es tan
nueva. En su libro E/ urigen d'eIa concimcia m Ia ruptwa dz Ia
mmtebicamzral(1976),JulianJapes hipotetizó que evoluciona-
mos a partir de una mente "bicarrteral":si los dos hemisferios
cerebralesno estabanmuy de acuerdo, el lenguaje generado
en las áreasdel hemisferio izquierdo podría ser interpretado
por el hemisferio derecho como üniendo de afuera, de extra-
terrestriao de algún ente sobrenatural. Nuestros ancestros,de
ser así, se paseabanpor el mundo de la manera más esquizo
frénica, escuchandovoces que, sin saber que eran generadas
por su propio cerebro, atribuían a un ser superior' Es más:
en forma bastante temeraria, Jaynes a-firma que estos antiguos
humanos no tenían conciencia, en el sentido moderno, del
tiempo, y pone como pruebas diversosanálisisliterarios (pre-
vtos a La llíad,a, por ejemplo) en que no hay ningún tipo de
introspección o toma de decisionesconscientes;lo que hacen
los héroes siempre está dictado "desde afuera", en particular
oor los dioses.
108 Lasneuronasde D¡os

Recordemostambién que el hemisferio derecho del cerebro


-el "no dominante", en una versión simplista del asunto- con-
tiene á¡easequivalentesa las del lengu{e, responsablesde la
emocionalidad del habla, por ejemplo. Una persona con lesio-
nes en estasáreasseg'uramentepodní hablar, pero le costará
cantar o contar un chiste,1a que careceráde estamodulación
emocional. AsíJaynesimagina que, si los dos hemisferioscere-
bralesestándesconectadosy seactivanlas vocesdel hemisferio
derecho, al pobre humano que Ias "escuche" no le quedará
otra que sometersea susdesignios'83

Rezo por vos

La indómitaluz
Se hizocarneen mi
CharlyGarcíay Lu¡sAlberto Sp¡heüa,"Rezoporvos"

En las religiones con rituales de tipo repetitivo, rezar esuna de


Ias principales maneras de sentirse parte de una comunidad'
Sea en el idioma propio, en latín, hebreo o árabe, o simple-
mente con un "ommmm" colectivo, no cabe duda de que el
rezo conjunto es una experiencia muy poderosa que, desdeel
principio de los tiempos (religiosos), ha sewido para sentirse
perteneciente a un rebaño de iguales.Si nos entregamospor
completo a la oración, podremos ir aplacando el mundo, apa-
gríndolo, dejar de sentir el bombardeo de estímulos que nos
iega permanentemente, casi como en un estado de medita-
ción orofunda.
modelo
Justamente la meditación puede ser un excelente
para comprender qué Ie pasa al cerebro cuando alcanza es-
tados alterados de conciencia. Sin ir m:áslejos, podemos con-
siderar el concePto de "iluminación" en sentido literal: ha1'
meditadores que describen que, cuando alcttzar. cierta prác-

andthevoices
J.,"Consciousness
83 Jaynes, ofthemind",Canad¡m
27
Canad¡enne,
PsycholoMPsycholog¡e : 128-14a,1986'
Lasneuronasde Dios109

tica meditabunda, ven una luz. Un trab{o de 2014 trata de ex-


plicar esta percepción lumínica desde una perspectivaneuro.
científica.8aAllí investiganla aparición de formas lumínicas en
los practicantesbudistasb4jo la hipótesis de que la meditación
es una forma de deprivación sensorial: se sabe que, cuando
se eliminan los estímulos visualesy auditivos, el cerebro pue-
de estar hipersensible,y las neuronas saltan por nada ante la
menor provocación.Y de paso, como la deprivación sensorial
también tiene el potencial de remodelar algunos circuitos ce-
rebrales,la meditación podría ser capazde inducir cambiosen
las neuronas y susconversaciones.
De acuerdo, pero esto es sólo el comienzo. Aquí entra uno
de los person4iesmás curiosos y emblemáticos de la neuro-
teología, el Dr. Andrew Newberg, con su afán de medir la ac-
tividad cerebral de todo bicho que medite, rece o se ilumine.
Polémico también: más allá de suscredencialesacadémicas-es
director de investigacionesen el Centro de Medicina Integrati-
la y médico del hospital de laJefferson University-, sustrabajos
no siempre se publican en las reüstasmás relevantesde la neu-
rociencia y, adem:ás,leyéndolo o escuchandosusconferencias,
uno se queda pensando:"¿Paraquiénjugará este?".Veamos,si
no, los títulos de suslibros principales: Pm quéDiosno seaa, La
mcntemctafuica,CómoDi,oscambiatu cerebro, Pm quécreemos lo qu
creernos,La mentetnística.Sin mucha información adicional, pa-
recen títulos de sermonesde pastoreselangélicos.85 Sin embar-
go, si uno se toma el trabajo de leer los papers,da la sensación
de que ahí estí toda la información metodológica y estadística
necesariapara tomar en serio los datos y preguntarse qué está
pasandoentre nuestftN orejas.
Uno de sqsprimeros estudiosacerca de este tema se ocupó
de la actiüdad cerebral de monies tibetanos en estado de me-

J. y otros,"Aphenomenology
84 Lindahl, of meditation-induced
light
experiences:tradit¡onal
Buddhisl perspectives",
andneurob¡ologica¡
Front¡ers
¡nPsychology, 3 deenerode2014.
85 Y eneltranscurso delaescritura
deestelibroheescuchadovarios,
asícomotambién larad¡o y otrass¡milares,
Aleluya decaminoal
porloquepuedoconoborar
laboratorio, elsímil.
v

110 Lasneuronasde Dios

ditación profunda. Cuando los sujetos a)canzabzntal estado,


debían tirar de un piolín para que los investigadoresestuüe-
ran al tanto, inyectaran el marcador radiactivo y comenzaran
a registrar qué le pasabaal cerebro (es cierto: esta parte del
método, la de "tirar de un piolín", no parece muy sofistica-
da en términos tecnológicos). La meditación exige una con-
centración absoluta en la respiración, en un mantra, en una
imagen visual, y eso tiene su correlato cerebral: se activan las
áreasque se deben enfocar, como por ejemplo la parte fronral
y temporal. Pero lo curioso fue que aquí comenzó a obsewarse
una menor actividad en la zona parietal, que, como dijimos,
asociadiversassensacionesque tienen que ver con la concien-
cia del "yo". La interpretación de Newberg es que, cuando se
llega al estado de meditación profunda, se diluye esta sensa-
ción de "yo" -lo cual cuadra demasiadobien con los textos que
describenestastécnicas,aunque escierto que, en las imágenes
del cerebro meditabundo, puede observarseel fenómeno que
describen-. Sin duda, aluda que las técnicas de meditación
tiendan a eliminar la entrada sensorial alz cortezz cerebral,
que, en cierta forma, tiene permiso para vagar por donde se
le dé la gana.
Y si los meditadores no resultan convincentes, que entren
las monjas en escena.Cuando Newberg y sus amigos registra-
ron la actiüdad cerebral de un grupo de monjas franciscanas
durante sus rezos, encontraron más o menos lo mismo: ac-
tivación frontal y temporal e inhibición parietal derecha (y
resultados similares se obtuvieron en un estudio de monjas
carmelitas en Montreal, Canadá). Como era de esperar, tam-
bién se activaíon las áreas del cerebro que generan y proce-
san el lenguaje hablado (al fin y al cabo, estabanrezando en
voz alfa o en su cabeza).Por si fuera poco, los pacientes con
algún tipo de lesión en la corteza parietal derecha a veces
informan, ademásde susproblemas limítrofes en lo que hace
al manejo del propio cuerpo, experiencias espirituales como
las que ya describimos en la activación temporal de algunos
epilépticos.
Budistasmeditadores,monjas rezadorasy, para completar el
cuadro, bienvenidos los glosolálicos.¿Losqué? Los que mani-
Lasneuronasde Dios111

fiestan glosolalia, la capacidadde hablar en lenguas descono-


cidas,como la niña de Villaguay en la canción de Fito Páez:86

Hastaque un díadespués,algocamb¡Ó en su
mrraoa,
sólorepiteunafraseen inglés,ojosde india
sagraoa. ..
Y ellano quisoversuscarasde terror,
llorabaeternamente sola,
I loveyou, loveyou so.

El don de lenguasno es nada nuevo: el oráculo de Delfos ofre-


cía sus predicciones y horóscopos en lenguas desconocidas
(previo depósito de la ofrenda de rigor), y ahí había que arre-
glárselaspara entenderlo -aunque siempre había un sacerdote
gentil dispuestoa traducir a gusto del interesado-. Hoy en día
esto sigrre siendo común entre los pentecostales,que deben
tener a mano no sólo un cultor del don de lenguas,sino tam-
bién un intérprete de lenguas, pam que toda la comunidad
pueda iluminarse. Puesbien: Newberg logró hacer un estrrdio
de imágenescerebralesa pentecostaleshablando en lenguas'
n Como obüamente es una actividad que requiere cierto moü-
t- miento corporal, el control no podía ser un señor acostadoen
tS la camilla dentro del aparato, así que estosanálisisse compa-
:- raron con Ios de fieles cantando el elangelio (gospet¡en luna
v situación de misa. El resultado, difícil de analizat por la can-
ts tidad de variablesque entran enjuego, es que la actividad de
t- los lóbuloífrontales disminuye mucho cuando se habla en len-
guasdesconocidas.SegúnNewberg, esto tiene sentido porque,
n a diferencia de quienes rezan o meditan y, al hacerlo, enfocan
n su atención, los pentecostalespolíglotas hacen lo contrario: se
)S desenfocan,dejan que las lenguaslleguen a ellos y, así,tienen
:e que apagar sus conüoles mentales, representadosen el área
o frontal del cerebro.
)S

el 86 "Lastardesdelsol,lasnoches que
deClrcoBeat(1994)'
delagua",
tl- terminaconunexorcismo, comocorresponde.
112 Lasneuronasde Dios

El cerebro que reza


Los estudiosanteriores corresponden al cerebro funcionando;
son,justamente, medidas de la actividad de ciertas áreascere-
bralesen respuestaa un estímulo, una emoción o, en esecaso,
un fenómeno religioso. Pero vayamosun paso miásallá: ¿será
posible que la experiencia religiosa modifique no sólo la fun-
ción, sino también la anatomía misma del cerebro?Eso se pre-
guntó un grupo de investigadoresde los Institutos Nacionales
de la Salud de los EstadosUnidos,87que partió de la hipótesis
de que la religiosidad podía medirse como una variabilidad en
el volumen de la co¡teza cerebral. Y sí: el sentimiento de una
relación íntima con Dios se asoció con un aumento de volu-
men de la cortezatemporal, mientras que el temor a Dios sere-
lacionó con una disminución de otras áreascerebrales,como
el precúneo (parte de la corfezaparietal) y la corteza orbito
frontal (una región del lóbulo frontal). Por supuesto,esto no
necesariamenteapunta a una causa;perfectamente podría ser
una consecuenciadel uso o desusode ciertas áreascerebrales.
Vale la pena repetirlo: parece que la religiosidad puede achi-
car ciertas regiones del cerebro. Otra investigación, en este
casode la Universidad de Duke y publicada en 2011,da cuenta
de una mayor atrofia en el hipocampo de personasmayores
que, a lo largo de su vida, se identificaron con pensamientos
religiososcrónicos.Atención: el hipocampo tiene que ver con
la memoria y con el procesamiento de las emociones.Es más:
en aquellos que experimentaron un fenómeno de "renaci-
miento espiritual" en algún momento de susvidas, se üo una
disminución aún más marcada del volumen del hipocampo.
Tal vez estoscambios tan profundos generen un estrésen las
personasque seve reflejado en modificacionesanatómicas;en
fin, las lariaciones en el cerebro asociadasa los sentimientos
espirituales son reales, pero también insondables, como los
caminosdel Señor.

D.y otros,"Neuroanalomical
87 Kapogiannis var¡ability
of religiosity",
PLOSONE 4(9):e7180,2009,
Lasneuronasde Dios113

En todo caso,no hay "un lugar de Dios en el cerebro", sino


que, como corresponde, Dios estí en todos lados, o al menos
en varios: diversasáreasse activan o inhiben en forma simul-
lánea durante una experiencia mística. Por ejemplo, parece
haber una región en el cerebro que funciona como un segu-
ro contra las alucinaciones.Efectivamente,el cíngulo anterior
derecho (que estaría por detnásde la co¡teza frontal) se en-
ciende cuando se alucina algún tipo de estímulo -una voz, un
sonido-, pero no cuando uno imngina dicho estímulo. Así, esta
región le pone una etiqueta al estímulo: viene de a.Íirerao de
adentro. Cuando se activa en ausenciade un vérdadero estí-
mulo o lo imaginamos... estamosen problemas.
Al mismo tiempo, la dimensión emocional de toda expe-
riencia religiosa se manifiesta en la activación del sistemalím-
bico, que estáen la basede toda emocionalidad que se precie
-miedo, rabia, éxtasis- y nos enciende nombres tan poéticos
r como la amígdala,el hipocampoe hipotálamo.EsteÉsun sis-
tema muy antiguo en cuanto a la evolución del sistema ner-
vioso, una serie de estructurasque se activan en determinados
e contextos emocionales, aparentemente en la mayoría de los
7 vertebrados. De todas formas es importante tener en cuenta
:S que, como en casi todos los estudios de aná.lisisfuncional de
)S imágenes cerebrales,distintos investigadoresencuentran co-
n sasdiferentes.
s: Pero volvamos a los humanos: así como Newberg sugiere
que un punto en común es la disminución de la actividad en
ta la, corteza parietal derecha, otras investigaciones,como la de
o. Nina Azari en la Universidad de Dusseldorf, encuentran una
as activaciónen el circuito que la de lo frontal a lo parieta.l.El ex-
ln perimento de Azari consistió en la lectura de cancionesinfan-
os tiles, de instrucciones de una tarjeta telefónica o de un salmo
OS bíblico a un grupo de creyentesy a otro de escépticos.En los
creyentesse activó este circuito fronto-parietal con el salmo,
mientras que los escépticosestuüeron más interesadosen las
cancionesde infancia. Por el momento, no parece haber nadie
cuyo cerebro se haya excitado con las instruccionesde la tarje-
ta telefónica, pero es sólo cuestión de esperar:hay gente para
todos los gustos.
deDios
114Lasneuronas

Llegamos a todas estasconclusionesdesdedos frentes: el es-


tudio de pacientesa los que sin previo aviso se les encienden
sin control áreasdel cerebro y, por otro, el análisisde sujetos
con experiencia en cuestionesde fe, de meditación o duchos
en los rituales que acompañan a estasactividades.
¿Peroesto le pasaa cuaiquiera?Muy sencillo: pruébenlo en
sus casas(si cuentan, claro, con un resonador magnético fun-
cional o algún chirimbolo similar). Aunque no lo puedan ex-
perimentar, esposible predecir que no, que no cualquiera va a
sentir las experienciasreligiosasni su cerebro va a mostrar los
patrones particulares que ya mencionamos. Hay una caracte-
rística fundamental de nuestro sistemanervioso: que cambia,
todo cambia, y todo el tiempo: ver a una persona por primera
vez implica un cambio en las charlas y circuitos neuronales,
que hace que nunca más la veamosde la misma manera. Cuan-
do una imagen religiosa -una cruz, el sonido del shofar, el
adhan o llamado a la oración en una mezquita- genera una
sensaciónespiritual, ias áreas de asociaciónvisual o auditiva
conectan estasseñalesexternas a las emociones que se hayan
experimentado a lo largo de la vida.
Recordar, asociar,leer (incluso este libro) y cualquier otra
actividad van a suscitar estos cambios, algunos más sutiles y
offos más drásticos:es lo que se denomina "neuroplasticidad",
y que nos permite ir adaptándonosa 1o que vayapasando en
nuestro mundo. Así, quienes experimenten 1osobrenatu¡al en
cerebro propio y, por lo tanto, exhiban cambiosen la actividad
d.eeste cerebro, seguramenteya tienen una estruchrra psicG
Iógica propensa a estasexperiencias (una educación religiosa
una frondosa imaginación, una historia familiar que a1'udea
darlessentido a voces,üsiones o auras)' Una doctrina religior'r
exige la creencia sin pruebas, y es ese cerebro el que estar'i
más dispuesto a encontrar las necesariascomo Para relorzal
la fe. Así como Luis Pasteur asegurabaque "la fortuna sólo
favorece a las mentes preparadas",podríamos decir que Dios
sólo üsita a los cerebrosque de antemano seanmás sensiblesa
su presencia-siempre y cuando no haya habido algún tipo de
modificación de la actiüdad cerebral (como una lesión o un
foco epiléptico)-.
Lasneuronasde Diosi 1S

Pertenecer (a Dios) tiene sus pr¡vílegios


sociales
Otra. dimensión de la experiencia religiosa
es su costado co-
munitario y eminentemenE social: no é.tu_o,
tan segurosde
mundo. ¡ay!.ya no queden hombre., p".J
11::1,Í pu."."
rnduclable que es cada vez más difícil encontrar u; místr.o
as_
ceta o ermitaño comiendo hie¡bas en su
choza mientras es-
pera la iluminación diaria. No: los rezos y rituales
iruor,,..u,
la p_resencia del otro y así,hipotéticamenie, debieran.".1r.t
.
ul:"t del cerebro que tienen en cuenta la cognición
f", social.
_urecüvamente, se comprobó en un grupo de dánesescristia_
nos que se pusieron a rezar como mejoi les
üno en gana que
las áreascerebralesque seacdvaronfu"e.on
las qr. ,riul_.rr"
se encienden en las relacionesinterpersonalesi
si le habtamos
a.Dios en la oración, esjusto y razonable que
el sistemaner-
vrosose comporte como lo haría durante una
conversaciónen
la peluquería (aunque, es de esperar,se trate
de temasmucho
más trascendentes).
El hallazgo de áreascerebralesdirectamente
_ implicaciasen
la sensaciónreligiosa lleva a pensar que, así
corno hay cambios
en la actiüdad eléctrica, debe habei cambios
.o.."Joorrai"rr-
tes en la comunicación entre las neuronas: ,i
h"y ,.ar"'qrrí_ia"
del amor, sin duda debe haber una química
a" ir..llá?". v,
hablaremos de esto en el capítulo d^edicado
u U" J.3^á, ¿.
Dios, pero las áreasinvolucraáassugieren qr"
ag,r.r* i"r.o_
transmisores,como la dopamina y li serotoniru,
i"*.á.n,"
tengan algo que ver con las charlas diünas que
ocrirren en el
cereb¡o de los creyentes.pero otra vez se presenta
una para_
doja: todos tenemos las mismasáreascereúrales
neurotransmisoresdando lr_reltasentre las fior^_i.rno,
células, chismean_
do las últimas noticias.
¿por qué, entonces,en algu.ro, ."*. l^
noticias üenen de Ctranmay en offos de L,Ossaiatme
Romano?
r\uevamente:se sabe_y lo hemos mencionado
Ia_ que la
pertenencia a algún grupo religioso o la creencia'en
ur, ser
."tacerísricas que comparte la mayoría de la
ill:::.::: po_
Dlacron.pero ¿cuánfrecuente_esestacapacidad
para las expe_
¡iencias místicaspoderosas?Mientras qrr"
to.
EstadosUnidos alrededor del53% de lás adultos "r, "rrir..rtur-..,
-al menos una vez- haber m;;;;;.."
estadomuy cerca aa irraaro .r_
116 Lasneuronasde Dios

piritual que "los sacóde sí mismos",son pocos los datos locales


que permiten estableceruna línea de base con resPectoa las
creenciasy experienciassobrenaturalesen Latinoamérica. La
indagación realizada por un tal "Instituto de Psicología Para-
normal" constituye una excepción. Ha publicado los datos de
una encuestaonli,nerealizadaen la Argentina a 1733 personas
en la que más del 80% refiere haber tenido sueñospremonito-
rios o experienciastelepáticasy, lo que es más relelante para
este capítulo, casiel 94Vomenciona la "sensaciónde presen-
cia", mientras q]u'etn 45Voy tn 54Voinforman haber tenido
experiencias místicas o "apariciones", respectivamente.Dado
que esta encuestase aloja en el sitio web del citado instituto,
cuyo objetivo es investigar específicamentelo paranormal, un
(importante) dejo de duda se impone acercade la representa-
tividad de la muestra, puesto que, para responder a la encues-
ta, es necesariohaber ingresado a la página de la institución,
1o que denota un eüdente interés en esostemas.
La pregunta es aquí, m:ásallá de porcentajes, por qué en
algunaspersonasse producen cambiosen el cerebro y en otras
las neuronas ni se enteran de 1o que está pasando. Si somos
fríos obsewadoresde números y tendencias,afirmaremos que
la norma es tener un cerebro religioso, mientras que los ex-
tremos -un cableado tal que lleve a alucinacionesespirituales
o, del otro lado, un cerebro escéptice constituyen excepcie
nes.Tal vez desdeun punto de vista evolutivo todos los grupos
contribulan a un equilibrio que se mantiene con el tiempo:
fanáticos, religiosos,escépticos.Como sea,estamosrecién co'
menzando a entender qué les pasa a esos cerebros -y a sus
portadores- cuando se emocionan con un rezo, con un gol
de Atlanta o el "Aleti", o con el Cosmosde Carl Sagan,pero sin
duda esun camino fascinantey que tenemos que seguir andando.
Por otro lado, sin duda es muy tentadorjugar con la idea de
cambiar al otro. Un cablecito por acá,un electrodo por alláy,
ta,lvez...
I

INTERLUDIO
-Estavezva a funcionar-dijo frayLucas,con un tonoa me-
dio caminoentreel entusiasmo y la resignación.
Ellaboratorioeraun caosde cablesy pantallas. Unade lasme-
sadas parecía el tallerde un electricista: soldadores, circuitosimpre-
sos,imanesen miniatura. Al otro ladoasomabaalgosemejante a un
quirófanoimprovisado, con unacamillaraída -quizá lo másllamativo
fueranlascorreasparasujetara quienesse acostaranallÉ,algunos
aparatosparamedirvariables fisiológicas de rutina(frecuenc¡a cardÍa-
ca, ventilación,saturación de ox(geno) y, en la cabecera,algoparecido
a la mitadtraserade un cascollenode cablesoue se perdianen las
terminales de la computadora contigua.Todoteníaun aspectoanti-
guo,hash casero,comoen los laboratorios de los alquimistas o los
sótanosde los inventores de fin de semana.
-La últimavezdüistelo mismo.Y la anteúltima. Y la anterior-le re-
cordóel hermanoManuellevantando la vistade susanotaciones en el
cuadernode protocolos. Hojeando alguna de las páginas podía leerse:

Sujeto84, masculino,22 años:recuerdacanciones


de cunade la infancia.
SujetoN66,masculino, 31 años:se niegaa partici-
par,requieresedación,Sinresultados.
SujetoAzbis,femenino,17 años:se duermeprofun-
damentea los2 minutosde comenzada la estimula-
ción.Se aplicamodafiniloparareanimarla.
SujetoC15,masculino, 67 años:manifestadolor
agudofrenteal estímulo.Logradesprenderse de las
correasy se arrancael casco.
120 Lasneuronasde Dios

SujetoA18,femenino,12 años:sinningúntjpode
respuesta.Mantieneconcienc¡a
normala lo laroo
del protocolo.

Y asíconunosquincecasosmás,todoslos cualespresentaban
resultados negat¡vos, al menosen términosde losobjetivosdel
experimento.
-Es queantesno teniramos lascoordenadas adecuadas. Ahora
estoyseguro:segúnestepaper delJournatof Cogn¡üveNeurosc¡ence
-se animafrayLucas,agitandounaspáginascon ¡mágenes simila_
resa rad¡ografías- estábamos enandopor bastante.¿Estálistoei
voluntario?
-Ahí Iedigoa sor Paulaque ¡otraiga-{ontestóel hermano
Manuel,
evidentemente pococonvencido con losargumentos, y saliópor una
pequeñapuertadisimulada al fondodel local.Al ratovolvióa aDarecer
juntoa unamujer,que a su vezguiabade la manoa un hombrede
unos30 años,visiblemente nerviosoy confundidopor la situación.
-¿Quées estelugar?-preguntóel hombre-.No me habian
dicho
nadasobreun sótanoy no estoysegurode que...
-Tranqu¡lo, hermano -le respondió sor paula,convozfirmepero
serena-.Ya ledijimosqueestátodoba.jocontrol.Sabemoslo que ha_
cemos,y ningúnsacrificio es grandeen nuestrocamino.Recuerde: será
unode losprimeros en esteviaje,y su iluminacjón seráun ejemplopara
todala humanidad, Será... un apóstol.
Losojosdel hombrebrillaban antela promesadel paraíso.Aúnou-
daba,perose dejaballevarpor sor paulay el hermanoManuelhaclata
camilla.FrayLucasteniapreparada.una pequeñajeringa.
-No se preocupe-le dijoal hombre-.Es sólounaDequeña se-
dac¡ónparaevitarque la activación motoranosimpidavisualizar los
resultados.
Elhombre,res¡gnado, ofreciósu brazoderechoy, al t¡empoquerecibia
la inyección, eraatadoirmementea lacamilla. Luegoel hermano Manuel
le colocóel cascoy sor Paulalo basóen lafente.
-Lo envidio-le susurró-.Va a ascenderadondecasinadieha lleqa-
do todavíia.
El hombrele tomó la manoy ceffolosojos.
Desdelaspantallas, frayLucasy el hermanoManuelmon¡toreaban
Iasimágenes: loscortesdel cerebro,desdeel frentehaciala nuca.
Interludio
t2l

fueronapareciendo comodibujossimétricos. Ellosibancomparando


la anatomía y el¡giendo los sit¡oscon ayudade sombras,formassoto
visiblesal ojo experto;señalaban la pantallaen silenciomurmurando
los nombresde laszonas,queya conocíande memoria:
cortezatem_
poralinferior,áreade asociación parietal,girodel cíngulo.Conayuda
de un cursorseñalaban lasregionesque lesinteresaban y hac¡alas
que apuntarian el estimulador: unaseriede imanescapacesde enviar
unaseñalmagnética a travésdel cráneode maneramuyespecÍfica y
afectaráreasrelativamente pequeñasde la cortezacon unaresolución
de alrededorde un centímetro. Talvezno fuerala resolución jdeal,y
hayasidola causade losfallosantenores: correrseun centímetro en la
cortezacerebralpodíarepresentar un unjversode d¡ferencja.
Un zumbidocas¡¡mperceptible intenumpió de prontoel silenciodel
laborator¡o en el momentoen quefrayLucasoprimÍael ¡nteffuptor.
Lossegundosque siguieron se volvieron tangiblesdebidoa la jnso-
poftabletensiónquese generabaen el laboratorio:
losojosde los
investigadores ibande la frecuencia cardíacaal mon¡toráe la compu_
tadora,de Iacaray lasmanosdel sujetoen la camillaa los
controles
del electroimán. pasarondos,tres,diezsegundos.
Nada.Elsilencto
eraferoz,y la respiración delsujetomantenía unafrecuenc¡a normal,
s¡nquese evidenciase n¡ngúncambto.
-Suspendamos -dtjo el hermanoManuel_. No funciona.y es peti_
grososeguirestimulando. Acordatede lo que pasócon...
De prontose escuchóla voz delsujeto,en lo que parecía quelr_
un
do, un pedidode ayudaque resultaba d¡fajldescjfrar.
-¿Quédice?-se desesperó frayLucas.
SorPaulatampocoentend¡ólaspataDras, y se acercóa la cabe_
cerade la camillaparatratarde interpretar al hombre.Al cabode un
momento,parecióentender.
-Galletitas-susuffó-.euieregalletitas.
-¿Cómoque galletitas? -preguntófrayLucas.
-iSí!-gr¡tóel sujeto-.
icalletitasliy queso,salame,ravioleslCuat_
quiercosa-rogó-. iMemuerode nambre!
FrayLucasy el hermanoManuelse miraronen silencio.Otro
fraca_
so. Nuevamente la estimulación falló;tal vezhayans¡dolascoordena_
das,o quizála intensidad de los pulsoshayaatravesado la cortezay
llegadoa zonasprofundasdel cerebro,rozandolasque
controlanel
apettto.
122 Lasneuronasde D¡os

-¡Asado!-siguiórogandoel hombre-.iAunquesea,un pocode pan


viejo!
Sor Paulatratóde calmar¡o, peroel sujetoestabadesesperado y ti-
rabade lasconeascon fuerza, los ojos f¡josen e¡ techo como poseÍdo
porunaúnicaidea.
-Bastaya -dijo el hermanoManuel-.Si sigueasí,va a lastimarse.
Se acercarona la cam¡llaparaterm¡nar con el experimento. El hom-
brecont¡nuaba delirando.
-¡Unasmigas,un terrónde azúcar,por el amorde Diosl-exclamó
el sujetoacostado,y juntoconestaúltimafrasese callórepentina-
mente,comosi su lenguase hubieraapagado.Elcuerpoparecióre-
lajarsecompletamente; losojosfueroncorriéndose haciaarribahasta
dejarexpuestoun globocasicompletamente blanco;la respiración se
aqu¡etó y cesaron losesfuezos por librarsede las correas.Los dos
invest¡gadoros y la mujerse miraron,expectantes.
-Dios,Dios,Dios,Dios,Dios-recitabael sujetoen la camilla. Suvoz
habíacambiadopor completo,se sentiarelajada,con la profundidad de
unapequeña cavema. Unatenuesonrisa sedibujóen sucara.Elcambio
eranotable,no dejabalugara dudas.FrayLucasestabaexpectante,no
querÍaperderseningúndetallede la transformación casimágicaque se
presentaba frentea susojos.C¡n ungesto,le indicóa sorPaulaque
continuaracon lo previsto.
-Ale¡uya,veoque estállegandoa dondepocoshanllegado-le dijo
la mujerdulcemente-. Ustedes unode loseleg¡dos delSeñor-mien-
qué
trashablabale tomó unamano-.Cuéntenos ve, compartacon
nosotrosestemilagro.
-Veo... unaluz-balbuceóel sujeto--. Y yo m¡smome sientoparte
de esaluz.Me sientotan livianoque... ¡flotoen el aire!Y sientoamor,
todo el amordel mundosobremí.Yo sabíaqueeraposible...yo creia
contoda mi almaen esto,y aquíestoy,en manosdelSeñor,alabado
sea.
ElhermanoManuelse acercóa la consolade controlesdel labora-
torio.CuandofrayLucasse lo indicó,pulsóel interruptor paraapagar
el electro¡mán. Elefectofue inmediato: los pároadosdel hombrese
cerraron,su respiración se agitónuevamente, se notóel esfuezopor
desprenderse de la camilla.Esperaron cincosegundosy encendie-
ronnuevamente el estimulador magnético. De inmed¡ato, el prodigio
reaparecro.
Intertudio
129

-¿Peroustedesno lo ven?-preguntóel hombre-.


iEstamosrodea_
dos de luz,de seresque nosmirandesdelo alto,quenosofrecenla
salvaciónde su amorlRecemos,hermanos, cantemosalabanzas a
estavisiónmaravillosa. Gracias,Señor,graciaspor dejarmesertestigo
de Tu amory Tu infinitasabiduría. ¡Recen!iAdmirenesteportentode
pazy de amor!
La escenase inteffumpió con unaalarmadel registrode la fre-
cuenciacardiaca:los lat¡dosdelcorazónse habíanaceleradopeligro-
samentehastasuperarlascientoochentapulsaciones oor minuto.
Rápidamente, el hermanoManueldesligóel estimulador mientrasfray
Lucassedóal sujeto,quese durmiócaside ¡nmediato.
Lostres,Lucas,ManuelyPaula,se abrazaron, r¡eron,se sintieron
poderosos,porflntriunfadores en Iaque,sabían,erala misiónmás
trascendente de susv¡dasy, pos¡blemente, el eventomásimportante
pa€ Iahumanidad.
-Hay que ir a decirle-interrumpióel festejofrayLucas,y lostres
salieronpor la puertadelfondo,quedabaa unapequeñaescalera
caracol.Al cabode unospocospasos,sub¡eron al templo,dondeel
padreAndrésestabaterminando de dar su sermóna un grupode
unoscincuentafieles.
-Por eso,hermanos -{oncluyóel padre-,por esoy por muchos
motivosmás,es horade volvera Dios.Eshorade hacernosunocon
la divinidad,
de cumplirnuestramisiónen la Tierray no detenernos
frentea nada.Debemosaprovechar todo cuandoestéa nuestro
alcance,ya queestametaes la másvaliosade todas.seremoslos
primeros,los iniciados, los quecontagiarán la fe. Nadapodrádetener
nuestracruzada.¡Seremos lossoldadosde la pazde Diosl¡Amén!
Losasistentes gritaron"¡aménl"y en esemomentocomenzóa
sonarunamúsicadesdeel primerpiso;el órgano,el bajo,la bateríay
el coroguiabana la gentea travésde un himnoquetodoscantaban
y aplaudían. ElpadreAndrésestabadescendiendo del prllpitopara
saludarcuandonotóque,desdeun costado,susasistentes le hacían
señasparaquese acercaran.
-¡Lo logramos,padre!-€xdamófrayLucascon unaalegríla que no
pudoesconder.
-¡Vioa Dios!-agregóel hermanoManuel.
-Pero...¿estánseguros?-preguntóel padreAndrés,sin evitarque
losotroslo abrazaran emocionados.
124 L'asneuronasde Dios

-Fue increíble-€xplicósor Paula-.De prontovio la luz,y sint¡óla


presencia de Dios.¡Unmilagrol
-Tenemosque hacermáspruebas-se adelantóel hermanoMa-
nuel-.Perocreoqueya tenemosla localización correcta.
-Gracias,padre,por confiaren nosotros-düofrayLucasy amagó
arrodillarse,peroel padreAndrésIo detuvo,
-No fui yo quienlos guióni quienconfióen ustedes-sonrló,y seña-
ló haciaarriba-,sinoÉ1.Ahora,a trabajar.

Lassemanassiguientes lasdedicarona mejorarlaspruebasdelapa-


y
rato a afinarel protocolo de manerade elim¡nar losefectossecunda-
rios,conseguir visionesmásnÍtidasy asegurarla metodología, No les
costaba encontrar ninguno
voluntarios: de losasistentesal templo se
negabaa participarcuandose lesofrecíael encuentrocon lo divino,
auncuandose lesexigieraguardarel mayorde lossecretos.Elriesgo
eramínimo:inclusosi algunoscontaranla experiencia a su familia,o
a suscompañeros de trabajo,seríainterpretadacomounaanécdo-
ta que reflejabael conocidofanatismode losfieles.Ademásde las
pruebasde laboratorio, eranecesario mejorartambiénel prototipodel
casco,de maneraquefueraliviano,cómodoy, sobretodo, preciso
pararecibirlasseñales.Lasinstrucciones de colocacióndebíanser
rigurosas,y lasmarcasdel aparato,coincidirexactamente con la po-
siciónen el cráneo;cualquiermodificación en eseaspectopodíadar
lugara resultados impredecibles.
Trabajaron díay noche,y al cabode un parde mesesestabanen
condiciones de continuarcon el plan.

-Hermanos-los congregóel padreAndrésen su oficina-.Hanreal¡-


zadola mayorobraparael Señorde quese tengamemoria.Se han
ganadoel cielo.
-Aunqueahorapodemostenerlocuandoqueramos-rió el hermano
Manuel,peroprontocallóanteel gestoseverodel padreAndrés.
-No olvidennuestrameta-{ontinuóAndrés-,Somosinstrumentos
del MásAllá,y es en Su nombreque debemosinfectara los hombres
y lasmujeres,a los niños,a losancianos.
TodosdebenrecibirSu
mensaje.Nosotrossolamente seremos llamainicial,la puertapor la
la
queentrarála luz.Luego,todo estaráen manosde Dios.
125
lnterludio

Podríadecirsequela siguiente fasedel planeraeminentemente comer-


cial;comoafrmabael asesordel padre,consistía en "ponerel pro-
ductoen el mercadode maneraque,paratodos,obtenerlo fuerauna
necesidad". Habíaexpuestoplanesde negocios, ejemplosde éxito'
curvasde consumidores y hastaesquemas de precios, peroel padre
Andrésno quisoescucharmás."LoscaminosdelSeñorsoninsonda-
bles".habíadicho,"y nuestraplegariallegaráadondetienequellega'"
Elasesorinterpretó queestabadandovíalibrea suspropuestas' y as¡
comenzólafasedos.
Elcascohabíasidoperfeccionado y resultaba atractivo'unamues-
tra del poderde la realidadvirtual,como garantizaba la publicidad
que prontocomenzóa circularpor internet("¿Televisión? ¿Radio?"'
habíapreguntado en formaretóricael asesor, para luego responderse
"Nada de eso.Llegaremos a todaslascomputadoras' y
a sí mismo:
desdeallíal cerebrode los usuarios, seanniños,ióveneso adultos'
otorgarlemayor
¡Todosquerránsu cascode realidadvirtual!")Para
credibilidada la campaña,el cascovenía provisto de un programade
virtualizaciónquehacíaque el usuariose sintieraen otroplaneta'des-
conocido,desierto,en el queteníapor misiónhallarvidaextraterrestre'
Comocondimento adicional,Iosprogramadores habíanprevistoque
losdistintosjugadorespudieranencontrarse en este"planeta"y elegir
si cooperaro competirparalograrsusobjetivos
Pocoa pocoel negociofueconvirtiéndose en un éxito No sÓlolos
másjóvenes,sinotambiénlosmayoresqueíanserpartede esteviale
productoscompetidores' que
al espacio.Porsupuesto'aparecieron
inquietarona frayLucasy al hermanoManuel,peroel padre Andréslos
"Cuandologremos
tranquilizó: nuestrosefectos,nadiequeráotracosa'
Nadase comparacon la luzdivina,ni siquiera el espacioe)derior"'
Habíandecididoesperarhastaalcanzar númeroelevadode
un
ventas,de maneraque la lercerafasecontaracon un nivelinicialde
participaciónmuypor encimade lo necesar¡o comoparacomenzar
el procesoinfectivoAl cabode un año estabanlistos:casiun cuarto
de la poblaciónteníasu cascode promesasinterespaciales "Esel
una noche "Oue
momento",dio el padreAndrésa suscolaboradores
comience Y el milagro
el milagro'. comenzó'
UnavezquefrayLucasinicióla estimulación a distancia'pocoa
pocolas noticiasfueronpoblándose de testimonios sobrevis¡ones re-
conversiones
ligiosas, repentinas, aparic¡onesmilagrosas En el mapa
126 Lasneuronasde Dios

de su pantalla,quesumabaunaluza medidaquese informaban


visiones,el hermanoManuelibaviendocómoel mundose pintaba
con cadanuevaexperiencia mística.Al principiose concentraban en
América,peropocoa pocose encendían losestimuladores magné-
t¡cosal otro ladodel mar;Europay Áfricaseguíanel camino.Asiase
mantenía másoscuraen el plano,con lasexcepciones de Japóny de
Coreadel Sur,que habíanaceptadoel cascocomosi se tratarade un
nuevojuguetequeeranecesario adquirirparaformarpartedel mundo.
Cuandolasvisiones y
de luz la sensación delsersuperior se
volvÍanmasivasen algúnpaís,ensayaban el experimento de apagar
brevemente la estimulación:parasu regocüo,el planfuncionaba
y los relatosde experiencias sobrenaturales no se detenían;por el
contrario,cadavez másfielesasistíana los serviciosrelig¡osos de
todaslas denominaciones. Comohabíanprevisto,la estimulación
no convertíaa los usuariosa unareligiónparticular,sinoque avivaba
sus creenciasanteriores. Estono le preocupabaal padreAndrésen
absoluto:su objetivoestabamásalláde una iglesiao un templo:él
y sus ayudanteseranlos elegidosparatransformar el mundo,para
encarrilara los humanosque se habíanalejadotantodel camino
trazadodesdeel Cielo.
Nadade estopasóinadvertido. No faltaronlasinterpretaciones y
d¡scusiones acercadelfenómeno.La mayoríia coincidíaen que las
visionesy el repentinofanatismode buenapartede la humanidad se
debíaal agotamiento del modode vidaque habíanadoptado,mate-
y carentede sentidoprofundo,y que la vueltaa Diosreflejaba
r¡alista
un regresoa losor(genes del hombre.Habíatambtén,porsupuesto,
sectasapocalípticas, convencidas de quela revelación de lasv¡siones
erala señalinequÍvoca delJuicioFinal,el castigodivinoquedebíacaer
sobrela humanidad por su comportamiento y suspecados.Sinem-
bargo,bastabaunasutilestimulación magnéticaparaacallara estos
movimientos, cuyosmiembrosparticipaban tambiénde la percepción
y
de unadivinidadde luz de amor,de unapresencia guardiana que los
observaba bondadosamente.

Pasarondos años,y el padreAndrésno podríahaberestadomás


satisfecho
con su trabajo;la misiónque le habíasidoencomendada
eraun éxito.Elsolo-y unospocosmás- habíalogradoque la humani-
dadvolvieraa la buenasenda,la únicasenda:la sendade Dios.i.Oué
Intertud¡o
127

importancia
teníaunapequeñapuerta,un senc¡llo empujón,si de eso
dependíanIafeticidady la fe de los hombres?Todoibabien,demasia_
do bien.

-Qu¡erenmás-el hermanol\rlanuel
irrumpióen lascavilaciones del
padreAndrés-.Muchomás.y algunoslo estánloorando.
-¿Quiénguieremás?
¿[/ásde qué?-AnOrés levantó laca¡ezavuo a
su asistente agitado,conunamiradaquemanifestaba oítremapreocupa_
ción,y quele recordójasprimerasetapasdelproyecto.
-Los hombres,lasmujeres.Todos-€xplicó
l\¡lanuelcomo
pudo-. Muchosya se dieroncuentade que el cascolesproduce
las
vrs¡ones..,
-¿Y cuáles el problema? _preguntóel sacerdote-.Si esoes
.iusta-
mentelo quebuscamos,quedescubranel podersuperior;luego,ellos
sabránbuscarlosolos...
-¡Esees el problema! -exclamófrayLucas,quehabiallegado
corriendo-.Hayun laboratorio en Singapurque detectóla frecuencia
oe nuestrasestimulaciones, y lasestántmitando,peroa muchamavor
intensidad.
-Y otroslosestáncop¡ando-{ompletó
el hermanolvlanuel_. No saoe_
mosquepuedepasarsi siguenaumentando lapotencia de losimanes.
Elsistemasewelve¡nestable. ya llegaronalgunos¡nformes de brotesde
locuraquenadiesabeexplicar. euierenmás...
-Debimoshaberloprevisto-se lamentó
Lucas_.Nuestrocerebroes
el cerebrode un pecador,que se arrojaal placeren cuantolo siente.
sin medirlasconsecuencias. Unavezquesintieronel placerde Io
divino,quisieron más.
-Se vo¡vieron tolerantes-resumióManuel.
-¿Tolerantes? -intentósonreírAndrés_. es esotambién que
¿No lo
queremos?
-No, padre-expusoLucas-.Tolerancja
en el sentidofarmacoló_
gico.Paralograrel mismoefecto,un adjctonecesitacadavez
más
dosisde unasustancia. Másdrogas,másalcohol...
-lvlásDios-se agarróla cabezaManuel.
-¿Adictos? -comenzóa entenderel padreAndrés_.
¿Hemosgenera_
do unaadiccióndiv¡na?peroesono puedesertan malo...
128 Lasneuronasde D¡os

-Sí puede-Lucasseñalóel monitorinstalado en el claustrodel pa-


dreAndrés-.Ahfpuedever la intensidad de lasestimulaciones mag-
nét¡cas.Está aumentando minuto a minuto.
-Nosotroscalibramos la estimulacióna un nivelbaio-continuóMa-
nuel-.El nivelmínimoparatenerunavisióndivina.Si siguesubiendo...
-No sabemosqué puedepasar-concluyóLucas.
ElpadreAndréscomprendió de golpela tragedia:los humanos,sus
humanos,suscompañeros de suertey de planeta,no estabanpre-
paradosparaDios.No sabíanqué hacercon El.Su rebañose había
vueltoad¡cto,y esopodíallevara...
-La locura-le leyóla menteLucas.
-O la muerte-sentencióManuel.
Quedaronlostresen silencioduranteun parde minutos,mientras
los númerosde la pantallacontinuaban en ascenso;no sólosubían
sinoque la epidemiase desparramaba por loscontinentes aún más
rápidode lo quelo habíanhecholasv¡siones y
de luz de amor.El
padreAndréssabíalo queteníaque hacer,y bastÓmirara susasis-
tentesparaque salieranescaleras abajoy cortaranparasiempretoda
estimulación.Habíandesconectado a Dios.
Regresaron vencidosal claustro,con lasmanosvacíasde
esoeranza.
-¿Y ahoraquéhacemos,padre?
-Rezar-diio el oadreAndrés-.Y comenzarde nuevo.ss

88 Estaficcióntan absolutamente está,sinembargo,basada


fantást¡ca
en experimentos reales.Esposibleestimularmagnáicamerte ciertas
áreasdel cerebroy generaren los sujetosalgúntipo de experiencia
religiosa:unaverdadeamáqu¡nade Dios.El investigadorMichael
Persinger, de la Un¡versidadLaurentianade Canadá,pareceser
todo un personaje en esteterreno,al menosa juzgarpor sus
experimentos y explicaciones.Diseñóunaespeciede cascoque
permitíala estimulaciónmagnéticatranscranealde zonasespecí-
lcas delcerebro,y apuntóa lasár€asquela neurología indicaba
que esiabanrelacionadas con lasüsionesm'rsticas.En particular,
desdeladécadade 1980,realizóestimulaciones magnéticas de los
lóbuloslemporales y, segúnsusdescripc¡ones, la mayoía(másdel
8070,dadaunamuestrade aproximadamente 600personas) de los
sujetosinformaba habersentidouna presenciadivinao algúntipo
de experiencia espiritual.Unarevisiónrec¡ente
de susexperimentos
hterludio129

puedeteerseen el trabajo,Theelectromagnetic induction of mystjcal


and alteredstateswithinthe laboratory,,,publicadoen el Journalof
Conscíousness Exptorationand Researchen 2010.Otrosinvesti_
gadores¡ntentaron replicarlosexperimentos, perono llegaron a los
mismosresultados,
Elsucesomásespectacular en estaseneoe experenctas ocurrió
cuandoPers¡nger convenc¡ó al aleísjmoRichardDawk¡ns de part¡ci-
paren un conjuntode pruebasde laboratorio. A diferenc¡a de otros
casos,el resu¡tado
fuecompletamente negativo:Dawkins no sintió
absolutamente nadaesp¡ritua¡ duranteel experimento.
S¡nembargo,no fueel únicofamosoen someterse al maqnetismo
d¡vino.Lapsicólogay divulgadora SusanBlackmore tuvo-otra suerte.
peromejorleerlode suspropiaspalabras:

Nadapareciósucederdurantelospr¡meros diezminutos,t...1
Deprontomisdudasdesaparecieron. 'Me estoy
bamboleánáo.
Escomoestaren unahamaca.,, Luegosentícomosi dosmanos
meaganaran de loshombrosy meanastraran haciaaniba.
Sabíaqueestabaen unas¡llarecl¡nable, peroa¡guien, o algo,me
estabatirandoparaarriba.
Algopareciótomarmj p¡ernay t¡rarde ella,distorsionarla y
anastrarlapor la pared.Sentiacomosi me hubieran eslirado
haciael cielo.Luegov¡njeronlasemoc¡ones. Dela nada.oerode
maneramuyintensa, de prontomesentienojada[...],perono
hab¡anadani nadiesobrelo quepudieraactuar.Luegode unos
d¡ezsegundos, Ia sensac¡ón
sefue.¡/ás tardefuereemplazada
por un ataquesúbitode miedo.Estabaatefforizada, perode
nadaen particular.
Porsupuesto, sabíaquetodóhabías¡docausadopor los
camDosen et campomagnético, pero¿quépasaría si la gente
sintieraestoespontáneamente en mediode la noche?¿Noque_
nían,sobretodo,encontrar unaexp¡icación paradescubrir ouién
leshabíaestadohaciendotodoesto?
Persinger aplicóunafueza silenciosae invis¡ble
a mi cerebroy
creounaexperjencia paramÍ.[..,]¿podíahacerloa
específica
distancia? ¿Podrí.ahacerseen unaescalamayor?firaducción
de un reportede SusanBlackmore publicado en la revistaNew
Sc/bnfibten 1994.)

SegúnPersinger, nuestrosentjdodelserestámed¡ado oor la cor_


tezatemporalizquierda. proponeque.cuandoIa actividad
de esta
áreacerebralse altera,el hemisferio podríainterpretar
¡zquierdo la
130 Lasneuronasde Dios

actividad delhemisferio derechocomola de otroser,y estoexplica-


rí,aIasensación de quehayalgúntipode presencia en el ambiente,
aunquese apuraen señalar queestova a depender muchode las
circunstancias y de la historiapreviade lossujetos.
La estimulación cerebralno es algonuevo,sinoqueestáen el origen
de la investigación en neurociencias: el neurocirujano WilderPenf¡eld
fuepioneroen eltratamiento de lasepilepsias, y cuandoestimu-
labaeléctricamente áreastemporales delcerebroexpuesto, sus
pacientes (preparados parala cirugíadelfocoepiléptico) afirmaban
"escuchar voces"o "tenervisiones",
Comosuelesuceder,la realidad superaa la flcción:un discípulo de
Persinger, ToddMurphy,estácomercializando versiones hogare-
ñasde loscascos.Puedenprobar:el estimulador Shal(i,conocho
electrodos, cuestaunos300dólares,aunqueparaunaverdadera
experjencia psíquica recomiendan el modeloShiva,de d¡eciséis
canales, al quepuedenaccederpor unos650dólares,Unaganga.
89 Y siguenlasfirmas.En 1958AldousHuxleypublicósu ensayo
"Drugsthatshapemen'sminds"(Drogas quemodilican la mente
humana), en dondepasarevistaa lasdiversas experiencias farma-
cológicas queproducenun sentidoreligioso-espiritual. Perolo que
es másinteresante paraeste¡nterludio es quemenciona un expen-
mentosoviético de 1956,un planqu¡nquenal parael desarrollo de
sustancias farmacológicas quenormalizaran la actividad nerviosa
y aumentaran la capacidad de trabajo.Deacuerdoconel padfe
Andrés,personaje de la historiaqueacabande leer,Huxleyapoyó
fervorosamente "Deseémosles
Ia iniciativa: fervientemente a losrusos
el mayorde loséxitosen su aventura farmacológica. [...]Aunen el
oestedemocrático podríamos benef¡ciarnos muchocon un poco
de energizante psíquico[...].Aquellosquepuedensent¡rse ofendi-
dos por la ideade quetragarseunapíldorapuedecontribu¡r a una
experiencia religiosagenuinadebenrecordarquetodaslasmortifi'
cacionesusuales -ayuno,insomnio voluntario,autoflagelacióft- que
se ¡nfligenlosascetasde cualquier relig¡ónparahacerméritosson,a¡
igualquelasdrogasquemodifican la mente,mediospoderosos para
alterarla químicadelcuerpoen generalydelsistemanervioso en
particula/',AsíqueAndrés,Lucasy losdemáspuedentenernuevos
planesparael futuro,es cuestiónde instalarse a la salidade lasdis-
cotecascon pastillas de colores.Elprimerote lo regalo,el segundo
te lo rezo.
Neurociencia aplicada: el cerebro al servicio de la humanidad

Ángel Correa
Dept. de Psicología Experimental y Fisiología del Comportamiento, Universidad de Granada, España

Tipo de artículo: Actualidad


Disciplinas: Neurociencia, Psicología, Inteligencia Artificial.
Etiquetas: cerebro, EEG, neurofeedback, neuroestimulación, realidad virtual, neuroergonomía, ritmos
cerebrales, electroencefalograma.

La neurociencia aplicada utiliza tecnología y conocimiento sobre el cerebro para resolver problemas
prácticos, principalmente en la clínica y el trabajo. La cura de lesiones neurológicas, Parkinson y Alzheimer,
podría depender de terapias génicas, neurofeedback, neuroestimulación magnética o implantes neurales. En
neuroergonomía, la aplicación de la realidad virtual mejora la productividad y la seguridad laboral.

La neurociencia aplicada es una disciplina que utiliza


el conocimiento sobre la estructura y el
funcionamiento del cerebro para la solución de
problemas prácticos. La neurociencia aplicada
además se nutre de conocimientos que provienen de
disciplinas clásicas como la psicología clínica, la
rehabilitación neuropsicológica y la ergonomía.
Actualmente, el campo de aplicación neurocientífica
por excelencia es la clínica, donde se utilizan
modernas técnicas de neurofeedback y
neuroestimulación para el tratamiento de trastornos
del sueño, dolor, tinnitus, epilepsia, trastorno obsesivo
compulsivo, rehabilitación de lesión cerebral, etc.
El neurofeedback (también llamado EEG
biofeedback) es una técnica terapéutica que consiste
en informar al paciente de su propia actividad eléctrica
cerebral (electroencefalograma – EEG) para que éste (cc) ewedistrict
intente regularla de forma voluntaria en la dirección
indicada por el terapeuta. El neurofeedback está logrando buenos resultados en el tratamiento del trastorno
por déficit de atención e hiperactividad. Tras múltiples sesiones de entrenamiento, el paciente hiperactivo
aprende tanto a reducir el anómalo exceso de ritmos cerebrales lentos, como a incrementar su déficit en

Correa, A. (2008) Neurociencia aplicada: el cerebro al servicio de la humanidad. Ciencia Cognitiva: Revista Electrónica de Divulgación, 2:1, 38-40.
38
actividad rítmica cerebral de rápida frecuencia, lo cual revierte en una reducción de los síntomas comparable
a la que produce la medicación con psicoestimulantes (Butnik, 2005). Aparte de la clínica, otras aplicaciones
del neurofeedback se dirigen a potenciar el rendimiento en el deporte, la música, la danza o la meditación, a
través de un entrenamiento que permite al individuo controlar sus ritmos cerebrales relacionados con
funciones cognitivas de concentración, atención y memoria (Gruzelier, Egner, & Vernon, 2006).
En el campo de la neuroestimulación, el fisiólogo malagueño José Rodríguez Delgado inventó el
“estimociver”, un dispositivo que permite la estimulación cerebral por control remoto con objeto de mejorar
determinadas conductas, como la agresividad (Rodríguez Delgado, 1983). Más recientemente se ha
desarrollado la estimulación magnética transcraneal repetitiva (rTMS), que es una técnica que no requiere la
implantación de electrodos dentro del cráneo para estimular el cerebro. La rTMS consiste en la aplicación
sobre la superficie del cráneo de una serie repetitiva de pulsos magnéticos que alcanzan una estructura
cerebral específica, dando lugar a cambios duraderos en su funcionamiento neuronal. La rehabilitación de
lesiones cerebrales y el tratamiento de la enfermedad de Parkinson y la depresión están progresando
extraordinariamente gracias a esta técnica, de la cual el neurólogo valenciano Álvaro Pascual-Leone es una
autoridad mundial (Fregni & Pascual-Leone, 2007). En los próximos años presenciaremos también
importantes avances en materia de terapias génicas (por ejemplo, contra el mal de Alzheimer) y de
neuroimplantes. Éstos consisten en la implantación de chips o dispositivos electrónicos sobre el tejido neural
que pueden actuar como una prótesis cerebral, o bien como elementos de comunicación con un ordenador
externo (v.g., la interfaz cerebro-computadora: BCI; véase Correa, 2008, http://www.cienciacognitiva.org/?
p=17).
En este vertiginoso desarrollo de la tecnología del cerebro, las ciencias de la computación juegan un
papel esencial. La inteligencia artificial, la robótica y la bioinformática son áreas clave que se están integrando
en equipos multidisciplinares de trabajo junto con la física, la ingeniería, la neurofisiología y la psicología
cognitiva, para aportar soluciones innovadoras. El fuerte carácter multidisciplinar de la neurociencia facilita el
surgimiento de nuevos campos de aplicación de los conocimientos del cerebro a otros ámbitos fuera de la
clínica, relacionados con la toma de decisiones, la educación o el trabajo.
El psicólogo israelí Daniel Kahneman estableció los cimientos de la neuroergonomía con sus estudios
sobre la dilatación de la pupila como índice de la sobrecarga mental de un individuo mientras desempeña una
tarea cognitiva compleja (Kahneman, 1973). La neuroergonomía utiliza los conocimientos sobre el cerebro
para mejorar la interacción hombre-máquina, con énfasis en el diseño de dispositivos de vigilancia continua
de variables psicofisiológicas (tasa cardiaca y respiratoria, sudoración, frecuencia de parpadeo, actividad
muscular y cerebral) para predecir en los trabajadores estados cognitivos específicos (somnolencia, fatiga,
baja alerta, falta de atención o emociones negativas) que resultan incompatibles con el desempeño de
actividades de alto riesgo como el pilotaje de vehículos, el control aéreo o la supervisión de centrales
nucleares.
Un área clave de la neuroergonomía es la realidad virtual. Ésta consiste en el diseño por ordenador
de escenarios virtuales, lo cual permite numerosas aplicaciones (Parasuraman & Rizzo, 2007). Por ejemplo,
el comportamiento de un trabajador en situaciones de peligro (v.g., catástrofes naturales o accidentes
laborales) puede estudiarse de forma segura mediante la simulación por ordenador de dichas situaciones.
También facilita el entrenamiento de labores complejas, como el pilotaje o la telecirugía. Otro ejemplo de
aplicación es la cognición aumentada, que consiste en el diseño de sistemas que regulan la presentación de
información para que el usuario no sufra estrés, fatiga o sobrecarga de información. La realidad virtual
también se ha incorporado a la clínica, para el tratamiento psicológico de trastornos por estrés post-
traumático, ansiedad y fobias. Mediante la inmersión del paciente en un entorno virtual, es posible exponerlo
de forma gradual y repetida frente al objeto amenazante (alturas, arañas, espacios abiertos), de modo que el
paciente logre desensibilizarse ante aquellas situaciones que le provocaban reacciones exageradas de miedo
o ansiedad.
En conclusión, la neurociencia aplicada es una disciplina moderna que aporta soluciones innovadoras
que benefician a la sociedad en términos de salud y bienestar personal, y de eficiencia y seguridad en el
trabajo. En este clima de optimismo, no obstante, la sociedad se encontrará en situaciones donde deberá ser

Correa, A. (2008) Neurociencia aplicada: el cerebro al servicio de la humanidad. Ciencia Cognitiva: Revista Electrónica de Divulgación, 2:1, 38-40.
39
crítica y cauta para no dejarse deslumbrar por todo aquello que lleve la etiqueta de “neurociencia aplicada”.
Es decir, más de una vez presenciaremos engañosas ofertas que anuncian remedios milagrosos para
entrenar nuestro cerebro y potenciar nuestras facultades mentales hasta límites insospechados. En otras
ocasiones, la sociedad deberá reflexionar profundamente sobre aquellas aplicaciones de la neurociencia que
entren en conflicto con los principios básicos de la ética y la moral.

Referencias

Butnik, S. M. (2005). Neurofeedback in adolescents and adults with attention deficit hyperactivity disorder.
Journal of Clinical Psychology, 61(5), 621-625.

Fregni, F., & Pascual-Leone, A. (2007). Technology insight: noninvasive brain stimulation in neurology-
perspectives on the therapeutic potential of rTMS and tDCS. Nature Clinical Practice Neurology, 3(7), 383-393.

Gruzelier, J., Egner, T., & Vernon, D. (2006). Validating the efficacy of neurofeedback for optimising
performance. Progress in Brain Research, 159, 421-431.

Kahneman, D. (1973). Attention and effort. London: Prentice Hall. Versión traducida al castellano: Kahneman,
D. (1997). Atención y esfuerzo. Madrid: Biblioteca Nueva.

Parasuraman, R., & Rizzo, M. (2007). Neuroergonomics: The brain at work. New York: Oxford University
Press.

Rodríguez Delgado, J. M. (1983). Control físico de la mente. Hacia una sociedad psicocivilizada. Madrid:
Espasa-Calpe.

Correa, A. (2008) Neurociencia aplicada: el cerebro al servicio de la humanidad. Ciencia Cognitiva: Revista Electrónica de Divulgación, 2:1, 38-40.
40
La Neurociencia Computacional hoy: I. Qué es y por qué es difícil su estudio

Jesús Cortés
Institute for Adaptive and Neural Computation, University of Edinburgh, UK

Tipo de artículo: Actualidad.


Disciplinas: Neurociencia, Inteligencia Artificial.
Etiquetas: Neurociencia Computacional, simulación por ordenador, procesos neurales, cerebro.

La Neurociencia Computacional es una disciplina consolidada, con más de 20 años de desarrollo, y que
emplea técnicas muy diversas para entender diferentes computaciones cerebrales. Aquí se introduce
brevemente mediante dos artículos. En el primero, “Qué es y por qué es difícil su estudio”, se introducen de
forma muy general cuáles son sus objetivos como ciencia y los problemas con los que se encuentra. En el
segundo, mediante “Un ejemplo muy representativo en el campo” abordamos su metodología y destacamos
la trascendencia que la Neurociencia Computacional está teniendo y tendrá dentro de las Neurociencias.

Alan Turing quiso entender cómo el cerebro


realizaba operaciones complejas y acabó
fabricando el primer ordenador. Desde aquí,
los ordenadores han evolucionado muchísimo.
Por ejemplo, desde la década de los 70 se ha
observado un crecimiento exponencial en
varias de sus características: el número de
transistores integrados por micro-procesador,
la velocidad de cómputo y el abaratamiento del
coste por transistor. Si comparamos la
velocidad de cómputo, cualquier ordenador
convencional es mucho más rápido que
nosotros mismos. Supongamos una
(cc) Office of Naval Research multiplicación larga, por ejemplo 8 factorial,
que es 8 * 7 * 6 * 5 * 4 * 3 * 2 * 1. Si somos
capaces de hacerla en, digamos, 5 minutos, estaremos computando a una velocidad de 8/(5*60) que es
aproximadamente 0.03 operaciones de coma flotante por segundo (su unidad de medida es en FLOPS).
Comparativamente, un Pentium IV de los que tenemos en casa, y que opera a unos pocos gigaFLOPS,
computa varios cientos de millones de veces más rápido.

Cortés, J. (2009) La Neurociencia Computacional hoy: I. Qué es y por qué es difícil su estudio. Ciencia Cognitiva: Revista Electrónica de
Divulgación, 3:1, 5-7.
5
Evidentemente, nuestro cerebro no está sólo programado para realizar operaciones en coma flotante.
Todo el mundo sabe que los ordenadores de hoy en día funcionan de forma muy diferente a como lo hace
nuestro cerebro. La campaña publicitaria del “Yo no soy tonto” de MediaMarkt es un ejemplo muy claro.
Ningún ordenador hoy en día (programado con una serie de secuencias que son del tipo “Si A entonces B”) es
capaz de captar su significado. Al menos, no después de un simple vistazo. “Que no te tomen el pelo. Somos
los más baratos”. ¿Cómo es capaz el cerebro de procesar tal información y darnos un significado tan
unívoco? Si ocurre en todas las personas (o en la mayoría de ellas), ¿debe haber un circuito alojado
físicamente en nuestro cerebro que procesa e interpreta esta información? Para la Neurociencia
Computacional, sí. Su principio paradigmático número 1 es que cualquier computación o proceso cognitivo
(función) que tiene lugar en nuestro cerebro tiene un determinado circuito físico o “cableado” que lo procesa
(estructura).
Hasta aquí podríamos pensar que estos objetivos no se diferencian mucho de los de la Neurociencia
en general. Sin embargo, la Neurociencia Computacional enfatiza su papel como nexo entre varias
disciplinas. Pongamos un ejemplo en el que hemos estado trabajando los dos últimos años en Edimburgo.
Las neuronas en la corteza visual primaria son capaces de codificar determinadas características del
estímulo. Así, por ejemplo, algunas neuronas responden específicamente a la orientación del estímulo, la
frecuencia espacial y el color (Johnson, Hawken y Shapley, 2008, y las citas que incluye). La adaptación
visual es un fenómeno en el cual la respuesta de la neurona se atenúa o debilita ante un estímulo repetitivo o
no cambiante ¿Cómo cambia la codificación de estas propiedades durante la adaptación? Para responder a
esta cuestión, usando electrofisiología con pequeños electrodos de aproximadamente una micra de diámetro
es posible medir la respuesta de una sola neurona en presencia del estímulo (Dragoi , Sharma y Sur, 2000).
Si hacemos registros de medida de poblaciones de neuronas, como electroencefalogramas (EEG) o
invasivamente con matrices de electrodos, podremos inferir algunas propiedades sobre la estructura del
circuito o su conectividad (Gutnisky y Dragoi, 2008). Sin embargo, si queremos explicar las ilusiones ópticas
que ocurren después de la adaptación, ninguno de los dos métodos por separado funciona. Ambos,
conectividad y respuesta individual de cada neurona, cambian después de la adaptación. A fecha de hoy, no
existe ninguna técnica experimental que permita medir ambos simultáneamente. Por lo tanto, a fecha de hoy
es un problema sin solución experimental. Combinando ambos datos por separado, un modelo computacional
sí permite cuantificar los cambios después de la adaptación en poblaciones de neuronas (Cortés, Marinazzo,
Oram, Series, Sejnowski y van Rossum, en revisión).
Usando la Neurociencia Computacional como nexo entre disciplinas, existen diferentes razones por
las que se hace imprescindible su uso. En primer lugar, la conectividad en los circuitos corticales es bastante
recurrente (Douglas, Koch, Mahowald, Martin y Suarez, 1995). A grosso modo, podríamos decir que existen
en promedio unas mil conexiones por neurona. Esta conectividad hace que sea difícil aislar partes de la
corteza cerebral para su análisis, lo cual a su vez hace muy difícil la interpretación y generalización de los
datos experimentales. Por si fuera poco, existen diferentes jerarquías en el cerebro, operando a muy
diferentes escalas de tiempo y espacio e interaccionando entre sí. Así, en la escala de tiempo, la memoria a
corto plazo opera desde unos pocos milisegundos a horas; la potenciación y depresión a largo plazo (long
term potentiation, long term depression) ocurre desde algunas horas a incluso días, y la memoria a largo
plazo está presente desde días a decenas de años. En la escala espacial, las moléculas difundidas y
trasmitidas entre neuronas ocupan aproximadamente una milésima de micra, las sinapsis (conexiones entre
neuronas) algunas micras, las neuronas cientos de micras, las redes de neuronas algunos milímetros, los
mapas corticales algunos centímetros y, finalmente, la Neurociencia Cognitiva, en la escala más
macroscópica utiliza medidas de casi un metro. (Para más detalle sobre diferentes procesos cognitivos
operando a diferentes escalas de tiempo y espacio véase Churchland y Sejnowski, 1992.)
Esta multitud de neuronas conectadas abundantemente unas a otras, y a tan diferentes escalas
temporales y espaciales, hace que el estudiar el cerebro sea hoy en día uno de los retos más importantes en
ciencia. La Neurociencia Computacional ha contribuido enormemente en los últimos años a su estudio. En el

Cortés, J. (2009) La Neurociencia Computacional hoy: I. Qué es y por qué es difícil su estudio. Ciencia Cognitiva: Revista Electrónica de
Divulgación, 3:1, 5-7.
6
siguiente artículo, continuación de éste, comento un ejemplo muy representativo dentro de la Neurociencia
Computacional: el super proyecto Blue-Brain.

Referencias

Churchland, P. y Sejnowski, T. J. (1992). The Computational Brain. The MIT Press.

Cortés, J. M., Marinazzo, D., Oram, M., Series, P., Sejnowski, T. J. y van Rossum, M. C. W. (en revisión).
Invariant population coding accuracy after visual adaptation.

Douglas, R. J., Koch, C., Mahowald, M., Martin, K. A. y Suarez, H. H. (1995). Recurrent excitation in
neocortical circuits. Science, 269, 981-985.

Dragoi, V., Sharma, J. y Sur, M. (2000). Adaptation-Induced Plasticity of Orientation Tuning in Adult Visual
Cortex. Neuron, 28, 287 – 298.

Gutnisky, D. A. y Dragoi, V. (2008). Adaptive coding of visual information in neural populations. Nature, 452,
220-224.

Johnson, E. N., Hawken, M. J. y Shapley, R. (2008). The Orientation Selectivity of Color-Responsive Neurons
in Macaque V1. The Journal of Neuroscience, 28, 8096-8106.

Cortés, J. (2009) La Neurociencia Computacional hoy: I. Qué es y por qué es difícil su estudio. Ciencia Cognitiva: Revista Electrónica de
Divulgación, 3:1, 5-7.
7
Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento, 2010, Vol. 2, N°3, 30-44

Revista Argentina de
ISSN 1852-4206
www.psyche.unc.edu.ar/racc Ciencias del Comportamiento
(RACC)

Procesos en Neurociencia Social Cognitiva y Afectiva para la Comprensión e


Interacción Social: un Marco Integrador
Piemontesi, Sebastián Eduardo* a,b
a
Laboratorio de Evaluación Psicológica y Educativa, Córdoba, Argentina.
b
Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba, Argentina.

Artículo de Revisión
Resumen Abstract
La presente revisión tiene como objetivo brindar un marco integrador sobre Processes in Social Cognitive and Affective Neuroscience to Social
los procesos básicos estudiados por la Neurociencia Social Cognitiva y Understanding and Interaction: An Integrative Framework. This
Afectiva que están implicados en la capacidad de las personas para la review aims to provide an integrating framework of the basic processes
comprensión e interacción social. Para ello son revisados los principales studied by the Social Cognitive and Affective Neuroscience that are
hallazgos sobre los procesos cognitivos, sociales y afectivos, indicando las involved in the ability of people to understand and interact with others. For
áreas cerebrales donde se asientan y analizándolos de acuerdo a si son this, are reviewed the main findings about cognitive, social and emotional
procesos automáticos o controlados, si se centran en las características processes, by indicating the brain areas where they are located, and are
internas o externas de las personas, y si son procesos simples o complejos. analyzed according if are automatic or controlled processes, if they focus
Este artículo propone una distribución anatómica-funcional donde los on internal or external characteristics of individuals, and if they are simple
procesos automáticos y controlados se asientan en áreas ventrales y or complex processes. This article proposes a functional-anatomic
dorsales respectivamente, los procesos centrados externa e internamente en distribution where automatic and controlled processes are located on
áreas laterales y mediales respectivamente, y los procesos simples y ventral and dorsal areas respectively, externally and internally focused
complejos en las áreas caudal y rostral respectivamente. Finalmente son processes in lateral and medial areas, respectively, and simple and complex
discutidas las limitaciones y las direcciones futuras de investigación. processes in the caudal and rostral areas respectively. Finally, limitations
and future directions of research are discussed.
Palabras claves: Key Words:
Neurociencia social cognitiva y afectiva; Teoría de la mente; Empatía; Social cognitive and affective neuroscience; Theory of mind; Empathy;
Actitudes sociales; Bases cerebrales. Social attitudes; Neural bases.
Recibido el 9 de Enero de 2010; Recibido la revisión el 22 de Octubre de
2010; Aceptado el 20 de Noviembre de 2010

1. Introduccion
La Neurociencia Social Cognitiva y Afectiva experiencias y conductas; (2) el nivel cognitivo, que
(NSCA) es un campo de estudio interdisciplinario de especifica los mecanismos de procesamiento de la
reciente desarrollo que intenta responder cuestiones información; y (3) el cerebral, que explora las bases
fundamentales sobre la capacidad de las personas para neuronales donde se asientan tales mecanismos
entender a los demás, entenderse a sí mismos y navegar (Ochsner, 2004).
en el mundo social efectivamente (Ochsner & Esta disciplina integra teorías, métodos y
Lieberman, 2001). Específicamente, la NSCA busca fenómenos propios de otras ciencias sociales como la
explicar los fenómenos socio-emocionales a través de cognición social, cognición política, economía
las relaciones entre tres diferentes niveles de análisis: conductual y antropología (Lieberman, 2007), y se sirve
(1) el nivel social, que incluye descripciones del de herramientas como la resonancia magnética
contexto social, claves socio-emocionales relevantes, funcional (RMf), la tomografía por emisión de

*
Enviar correspondencia a: Lic. Piemontesi, Sebastián Eduardo
E-mail: piemontesi@psyche.unc.edu.ar

30
31 Piemontesi, S. / RACC, 2010, Vol. 2, N°3, 30-44

positrones, la estimulación magnética transcraneal, los de la información (Ej.: información sensorial del
potenciales evento relacionados (PER), el registro de cuerpo, estados emocionales corporales), mientras que
célula única y el estudio de personas con lesiones los procesos complejos se caracterizan por un mayor
cerebrales con consecuencias neuropsicológicas para nivel de integración y procesamiento de la información
explorar los mecanismos implicados en la conducta junto a la generación de representaciones cognitivas
social. complejas (Ej.: integración de múltiples creencias o
En su inicio, las investigaciones en NSCA han juicios, pensamiento abstracto, atribución de estados
definido diferentes áreas de estudio tales como los mentales a otras personas; Gilbert et al., 2006; Olsson
estereotipos sociales (Hart et al., 2000; Phelps et al., & Ochsner, 2008).
2000), el auto conocimiento (Kelley et al., 2002) y la
2. Capacidad de comprensión de otras personas
teoría de la mente (Baron-Cohen et al., 1994; Frith &
Frith, 2003); sin embargo se han extendido hasta la Si bien la cognición social abarca un amplio rango
actualidad permitiendo identificar numerosos procesos de procesos mentales, principalmente se refiere a la
que están involucrados en la capacidad de entender a las capacidad de entender a otras personas (Lieberman,
demás personas, entenderse y controlarse a uno mismo, 2007). Hay al menos dos modos para tratar de entender
e interactuar o enfrentarse a otras personas (Lieberman, la experiencia y mente de los demás, uno es
2007). denominado “Teoría de la Mente” (TDM, Perner &
Dado el creciente número de trabajos de Wimmer, 1985) y el otro, empatía. Las investigaciones
investigación, libros y encuentros académicos que se sobre TDM examinan la habilidad de las personas para
han observado en la última década (Lieberman, 2007), crear sus propias teorías de cómo las mentes operan y
junto al surgimiento de revistas especializadas (Social cómo las situaciones sociales afectan los estados
Cognitive and Affective Neuroscience y Social mentales en general, con el fin de representar el estado
Neuroscience) y la ausencia de revisiones comprensivas mental de un individuo particular dada una situación
en lengua española sobre esta temática que brinden un particular.
marco integrador coherente, el objetivo del presente 2.1. Representación de la mente: Representación de
trabajo es describir los principales hallazgos y temas de estados y rasgos psicológicos
estudio organizándolos en un esquema funcional y La capacidad para representar el contenido de la
anatómico que sea de utilidad para la clínica y la mente de otra persona consiste en dos componentes: (a)
investigación en el área. En esta revisión, por cuestiones el reconocimiento de que, a diferencia de otros objetos
de extensión, sólo se considerarán los procesos en el mundo, las personas tienen mentes con
implicados en entender a los demás e interactuar o pensamientos y sentimientos, y (b) el desarrollo de una
enfrentarse a otras personas. teoría sobre cómo las mentes de otras personas operan y
Además, en los casos que sea pertinente, tales responden a eventos en su entorno. La investigación
procesos serán analizados en función a tres ejes, (1) sobre TDM (Perner & Wimmer 1985) indica que a la
procesos controlados y automáticos: los procesos edad de cuatro años casi todos los niños desarrollan la
controlados están asociados a la conciencia, la capacidad de evaluar los estados mentales de los demás.
intención, la voluntad, el esfuerzo y la capacidad de Este proceso puede basarse en la capacidad de
interrupción de los mismos, y los automáticos, por el reconocer el movimiento del cuerpo humano y la acción
contrario, a la falta de una o más de tales características dirigida hacia una meta, que surge en torno a seis meses
(Chaiken & Trope 1999; Satpute & Lieberman, 2006); de edad (Woodward, 1998). Desde la infancia hasta la
(2) procesos centrados interna y externamente: la edad adulta, se incrementa la complejidad y
cognición centrada internamente se refiere a procesos especificidad de generación de teorías, aunque este
que se focalizan en el estado interior mental de uno incremento no siempre conlleva un aumento en la
mismo o de otra persona (Ej.: pensamientos, precisión (Gilbert & Malone 1995).
sentimientos, experiencias), mientras que la cognición Los estudios de neuroimagen sobre la TDM
centrada externamente se refiere a procesos que se generalmente muestran activaciones en la corteza
focalizan en características físicas y visibles de uno prefrontal dorsomedial (CPFDM, Áreas de Brodmann
mismo o de otra persona que son percibidas por las 8/9), en el surco temporal superior posterior (STSp), en
modalidades sensoriales y se experimentan como parte la corteza temporal lateral (CTL) y los polos temporales
del mundo material (Lieberman, 2007); y (3) procesos en la CTL (Frith & Frith, 2003). La investigación
simples y complejos: los procesos simples se sugiere que el STSp es particularmente sensible al
caracterizan por un procesamiento concreto y sensorial movimiento del cuerpo humano (Allison, Puce &
Piemontesi, S. / RACC, 2010, Vol. 2, N°3, 30-44 32

McCarthy, 2000) y que los polos temporales pueden externamente que no requieren el examen de los estados
estar asociados con la percepción de individuos internos si no que se focalizan en atributos físicos
familiares (Sugiura et al., 2001). Frith y Frith (2003) externos de otras personas percibidos por modalidades
sugieren que a diferencia de la CTL, que es sensible a sensoriales.
las señales visuales externas, la CPFDM se asocia Los seres humanos, además de hacer inferencias
específicamente con la mentalización, la cual se refiere sobre el estado de la mente de otras personas, también
a la atribución de estados mentales internos a los demás. están interesados en la identificación de rasgos
Asimismo, Saxe, Carey y Kanwisher (2004) han psicológicos duraderos de los demás. Las personas usan
sugerido que la unión temporoparietal en la corteza sus teorías de cómo los individuos con diferentes rasgos
parietal lateral (CPAL), que es distinta del STSp, se comportan con el fin de deducir los objetivos de su
también participa en los procesos de la TDM. Por conducta. Un estudio de RMf de atribución de
último, investigaciones de neuroimagen y disposiciones (o atribución de rasgos, Harris, Todorov
neuropsicológicas sugieren que la corteza prefrontal & Fiske, 2005) encontró que cuando los individuos leen
ventrolateral derecha (CPFVL), una subregión dentro descripciones diagnósticas conductuales de una persona
de la corteza prefrontal lateral (CPFL), ayuda a inhibir para hacer inferencias acerca de sus rasgos, presentan
la propia experiencia durante la consideración de la mayor activación en la CPFDM y el STSp. En otro
mente de otra persona (Samson, Apperly, estudio (Mitchell, Macrae & Banaji, 2004) encontraron
Kathirgamanathan & Humphreys, 2005; Vogeley et al., que cuando se observa un rostro junto a descripciones
2001). Estos hallazgos son consistentes con la de acciones características de un rasgo conductual, sólo
investigación evolutiva que indica que el desarrollo de se presenta actividad en la CPFDM cuando los sujetos
la TDM está vinculada a los avances en el control tienen el objetivo explícito de formarse una impresión
inhibitorio general (Carlson & Moses, 2001). Es de la persona.
probable que en los adultos una falla de este proceso Los procesos controlados que soportan la
pueda desempeñar un papel central en el realismo atribución de disposiciones sólo se manifiestan cuando
ingenuo (Pronin, Gilovich, & Ross, 2004), en el que los está presente la intención de hacerlo, en este sentido, el
individuos asumen que los demás ven el mundo de la estudio de Mitchell y colaboradores, (2004) sugiere que
misma manera que ellos lo hacen y tienen dificultad la activación de la CPFDM caracteriza el aspecto
para reconocer puntos de vista alternativos (Lieberman, controlado de la atribución de rasgos. Por otra parte, el
2005). STSp se activa en respuesta a las descripciones de la
Teniendo en cuenta el desarrollo temprano de la acción, independientemente del objetivo de codificación
sensibilidad al movimiento del cuerpo humano y el del sujeto (Lieberman, 2007), un hallazgo que sugiere
hecho de que los adultos lo perciben sin esfuerzo, se que esta respuesta manifiesta el aspecto automático de
puede entender que se trata de un proceso relativamente la atribución de rasgos. Una disociación similar también
automático. Alternativamente, el pensamiento explícito se observa entre la CPFDM y los polos temporales
sobre el contenido de la mente de otra persona parece (Mason, Banfield & Macrae, 2004). Ambos resultados
ser un proceso controlado y con características de son consistentes con el estudio descrito previamente por
mayor complejidad que la simple percepción del den Ouden y colaboradores (2005) que analizó los
movimiento. Un estudio de RMf confirma estos componentes automáticos y controlados de los procesos
supuestos, encontrando que durante una tarea de de la TDM. Además, estos resultados son consistentes
mentalización con carga cognitiva, en la cual la persona con la distinción entre procesos centrados interna o
intenta atribuir estados mentales mientras realiza una externamente observada en la investigación sobre
actividad cognitiva controlada que genera interferencia, TDM, de como la CPFDM se asoció con codificación
disminuyeron las respuestas en la CPFDM, pero no en de los rasgos psicológicos de una persona (internos),
el STSp o el polo temporal (den Ouden, Frith, Frith & mientras que STSp y los polos temporales se activaron
Blakemore, 2005). También es interesante observar que en respuesta a las descripciones de la conducta
la activación sólo medial (CPFDM) en los procesos de observable (externos). Finalmente, se puede observar en
la TDM se vincula a procesos centrados internamente las áreas anteriores un incremento en la complejidad de
ya que consideran el contenido de la mente de otra la representación generada, como lo es un rasgo
persona. La sensibilidad al movimiento y a la psicológico de una persona, y con áreas más posteriores
familiaridad de personas, manifiestas en regiones el procesamiento de aspectos sensoriales más simples o
laterales (STSp y los polos temporales, de primer orden, como lo es la conducta observable.
respectivamente), se vinculan a procesos centrados
33 Piemontesi, S. / RACC, 2010, Vol. 2, N°3, 30-44

Tabla 1. activaron tanto cuando los individuos olían olores


Abreviaturas utilizadas en el texto. repugnantes como cuando vieron videoclips de otras
personas sentir estos olores. Del mismo modo, varios
Sigla Significado
estudios han encontrado activación en estas dos
A Amígdala
regiones cuando las personas sentían dolor físico al
AB Área de Brodmann igual que cuando observaban a otra sentir dolor físico
CCAm Corteza cingulada anterior media (Botvinick et al., 2005; Singer et al., 2004), y la
CCAr Corteza cingulada anterior rostral intensidad de la activación correlacionó con el rasgo de
CCAd Corteza cingulada anterior dorsal empatía auto-informado (Singer et al., 2004). Por otra
CCp Corteza cingulada posterior parte, Farrow y colaboradores (2001) observaron una
CPAL Corteza parietal lateral mayor actividad en la corteza prefrontal ventromedial
CPAM Corteza parietal medial (CPFVM), la corteza prefrontal medial (CPFM), la
CPFDM Corteza prefrontal dorsomedial CPFDM y la corteza parietal medial (CPAM) cuando a
CPFL Corteza prefrontal lateral los individuos se les pidió hacer juicios empáticos en
CPFM Corteza prefrontal medial relación con otras formas de razonamiento social. Del
CPFVL Corteza prefrontal ventrolateral mismo modo, Botvinick y colaboradores (2005)
CPFVM Corteza prefrontal ventromedial encontraron una mayor actividad en la CPFVM al
CTL Corteza temporal lateral observar el sufrimiento de otro, pero no cuando se
Estr Estriado siente dolor en uno mismo, lo que sugiere que esta
GB Ganglios Basales región puede contribuir a procesos adicionales evocados
IA Ínsula anterior
por la empatía. Congruente a lo anterior, Mathur y
LTM Lóbulo temporal medial
colaboradores (2010) encontraron que, si bien la
NSCA Neurociencia social cognitiva y afectiva
empatía hacia la humanidad se asocia a un
procesamiento afectivo, con activaciones en la IA y la
PER Potenciales evento relacionados
CCAd, las personas que experimentan una empatía
PT Polo temporal
extraordinaria hacia miembros de su mismo grupo
RMf Resonancia magnética funcional
social presentan mayor activación en la CPFM,
STSp Surco temporal superior posterior
indicando un procesamiento cognitivo controlado de
TDM Teoría de la mente
mayor complejidad en este tipo de empatía.
UTPd Unión temporoparietal derecha En investigaciones neuropsicológicas de pacientes
con lesiones cerebrales, el daño en la CPFVM resultó
2.2. Experimentación de los estados mentales de otras ser el predictor más fuerte de los déficit de empatía
personas (Shamay-Tsoory, Tomer, Berger & Aharon-Peretz,
La empatía es la segunda manera de conocer a los 2003). Finalmente, se han encontrado diferencias de
demás pero de un modo más corporizado y vivencial género en la capacidad de empatía; en las mujeres se
que la TDM (Lieberman, 2007). La empatía se asocia activan mayormente áreas implicadas en respuestas
con un aumento de la ayuda, el apoyo social (Batson,
emocionales, y en los hombres se activan
1991) y el altruismo (Mathur, Harada, Lipke & Chiao, principalmente áreas involucradas en la evaluación
2010), sin embargo, esta capacidad requiere que el
cognitiva, mentalización y anticipación conductual
individuo tenga conciencia de que la respuesta (Derntl et al., 2010).
emocional que percibe es una simulación interna de la A diferencia de los procesos de la TDM, la empatía
experiencia de otra persona, y que no debe confundirse se focaliza en la experiencia interna de otra persona y
con la propia experiencia. Así, los dos criterios para las por lo tanto está centrada internamente. En consonancia
respuestas empáticas son: (a) una respuesta emocional y
con esta distinción, la investigación revisada asocia a la
vivencial que se aproxima a la de otra persona y (b) el empatía con activaciones típicamente mediales en el
conocimiento e identificación de que esta emoción hace cerebro, en lugar de laterales. Es importante destacar
referencia a la experiencia de esa otra persona. que la capacidad de empatía parece asentarse en
Entre los estudios que han abordado el primero de regiones del cerebro vinculadas con procesos
estos criterios, Wicker y colaboradores (2003) automáticos afectivos, como la IA y la CCAd, sin
encontraron dos regiones asociadas con el embargo, se demuestra la existencia de representaciones
procesamiento afectivo, la ínsula anterior (IA) y la empáticas de mayor complejidad, principalmente en la
corteza cingulada anterior dorsal (CCAd) las cuales se CPFM.
Piemontesi, S. / RACC, 2010, Vol. 2, N°3, 30-44 34

2.3. Comprensión de las emociones de otras personas mediante un procesamiento automático, y es posible
Casi todos los aspectos de la conducta social que la CPFM sea la base de una conciencia reflexiva
dependen de la capacidad de entender las emociones meta-cognitiva sobre tales emociones, indicado un
propias y de otros. Si bien las personas pueden procesamiento controlado y complejo.
experimentar de manera directa las emociones de los 2.4. Aprendizaje emocional
demás como en la empatía, no siempre resulta tan La capacidad de las personas no se limita a
simple debido a que las señales no verbales de las comprender las emociones en el momento presente,
emociones a menudo son ambiguas. En tales casos, se sino que además se puede aprender sobre los eventos
necesita información adicional para entender el estado que provocan emociones y también formar impresiones
emocional, como puede ser la experiencia previa con la duraderas de los rasgos emocionales de los demás. Por
persona y el conocimiento acerca de la situación. Por ejemplo, ver la expresión de miedo de otra persona
ejemplo, los ojos muy abiertos podrían significar que hacia un perro desconocido podría proporcionar
alguien siente miedo o sorpresa en función de lo que información valiosa sobre un peligro potencial, sobre un
uno sabe que acaba de ocurrirle (Kim et al., 2004). Del rasgo ansioso del individuo o de ambos. Estas
mismo modo, la conexión empática podría ser habilidades para aprender de y sobre los demás
bloqueada si se percibe que el otro es un competidor dependen de manera crucial de comprender las
pasado o potencial (Lanzetta & Englis, 1989; Singer et emociones (Olsson & Ochsner, 2008).
al., 2006). Los modelos de neurociencia sobre aprendizaje
Similar a los estudios sobre empatía, las emocional se basan principalmente en estudios de
investigaciones de neuroimagen sobre la comprensión condicionamiento del miedo donde se encuentra que la
de emociones han encontrado que cuando se observa o amígdala es crucial para el aprendizaje mediante la
experimenta una emoción se presenta activación en la experiencia directa de estímulos que predicen
IA y la porción media de la corteza cingulada anterior consecuencias aversivas (LeDoux, 2000). Sin embargo,
(CCAm; Decety, Jackson, Sommerville, Chaminade & el aprendizaje emocional también puede llevarse a cabo
Meltzoff, 2004; Zaki, Ochsner, Hanelin, Wager & a través de medios indirectos como la comunicación
Mackey, 2007). Se cree que la IA se asocia a la verbal y la observación. Aunque estas rutas socio-
experiencia emocional a través de la información emocionales para el aprendizaje son cruciales en la vida
interoceptiva que recibe sobre el estado de activación cotidiana de la mayoría de los seres humanos (Bandura,
del cuerpo (Craig, 2002), mientras que la CCAm 1977), sus bases cerebrales han empezado a ser
codifica los atributos afectivos del dolor, como lo exploradas sólo recientemente (Olsson, Nearing &
desagradable de lo percibido (Eisenberger, Lieberman Phelps, 2007; Olsson & Phelps, 2007).
& Williams, 2003), y motiva la conducta apropiada a Un ejemplo común es el aprendizaje del miedo por
través de las conexiones a los centros motores observación en el que un individuo aprende de manera
autónomos. vicaria a temer a un estímulo que provoca expresiones
Por otra parte, cuando un individuo toma de miedo en un congénere. La investigación en especies
voluntariamente la perspectiva de otro para hacer no humanas demuestra que los procesos automáticos
juicios sobre sus emociones o rasgos emocionales tienen un papel importante en el aprendizaje del miedo
estables, cambia su respuesta empática (Batson, por observación a través de las especies (Mineka &
Thompson & Chen, 2002) tanto como la activación en Cook, 1993), no obstante, los trabajos en humanos
la IA y la CCAm (Lamm, Batson, & Decety, 2007). Por sugieren que además, el aprendizaje del miedo por
lo general, este proceso controlado depende de una red observación podría involucrar también la atribución
neuronal que incluye la unión temporoparietal derecha reflexiva de estados mentales de orden superior. Olsson
(UTPd) y las regiones dorso-rostral de la CPFM, y colaboradores (2007) encontraron un solapamiento en
incluyendo el área de Brodmann (AB) 10, la cual está las regiones de la amígdala, la IA y la CCA las cuales
especialmente desarrollada en humanos (Ochsner et al., se activaron tanto durante el aprendizaje por
2004). En un meta-análisis sobre el AB 10 se encontró observación como en la expresión subsecuente de las
que esta región es particularmente sensible a las tareas respuestas de miedo, mientras que la CPFDM se activó
que implican emociones y atribuciones de estados sólo durante la observación del distrés en otra persona.
mentales (Gilbert et al., 2006). Es importante destacar que la magnitud de la respuesta
Puede observarse como sucede con la empatía, que condicionada fue predicha por la actividad de la IA, la
la activación de la CCAm y la IA está vinculada a la CCA y la CPFDM. Esto sugiere que el aprendizaje
experiencia directa de los estados emocionales de otros emocional de otras personas depende en parte de
35 Piemontesi, S. / RACC, 2010, Vol. 2, N°3, 30-44

procesos automáticos y que a su vez se ven favorecidos en la distinción entre procesos centrados interna o
por la actividad en regiones que sustentan procesos más externamente, se podría decir que si la imitación
controlados y reflexivos como la CPFM, y en forma promueve o sirve como una forma de entendimiento
conjunta dan apoyo al aprendizaje socio-emocional. corporeizado de los estados mentales de otros, daría
Finalmente, se destaca que los procesos de lugar a una mayor actividad en áreas mediales, pero en
entendimiento y aprendizaje emocional son congruentes su lugar, la imitación está asociada con una red
con procesos centrados internamente y presentan frontoparietal lateral coherente con la comprensión de
actividad cerebral en áreas mediales. la acción física centrada externamente, pero no con los
procesos centrados internamente como la
3. Capacidad de interacción con otras personas
representación de estados mentales o la empatía. De
Gran parte de la vida diaria de las personas está hecho, la investigación sobre la imitación de
dedicada a navegar el mundo social con otras, y muchos expresiones faciales emocionales encuentra una menor
de los procesos ya revisados han evolucionado, en actividad en la CPFDM durante la imitación que
parte, para facilitar la vida social. Las personas durante la observación (Carr, Iacoboni, Dubeau,
coordinan su actividad con los que los rodean, usan la Mazziotta & Lenzi, 2003), un hallazgo que sugiere que
retroalimentación de los demás para entenderse a si la imitación puede exigir una atención centrada
mismos, dan sentido a los demás basándose en sus externamente a las acciones, en lugar de ser indicadora
propias teorías y desarrollan actitudes personales acerca de los estados internos de otra persona.
de los grupos sociales. También se preocupan por estar Es posible, sin embargo, que las neuronas espejo
conectados con sus seres queridos, no ser rechazados y desempeñen un papel importante en la comunicación no
de ser tratados de manera justa y digna de confianza en verbal (es decir, gestos, expresiones faciales y postura;
sus interacciones con desconocidos. En conjunto, estos DePaulo, 1992). Hay evidencia de un "baile" no verbal
procesos contribuyen a un mundo social coherente en el reciproco y complejo que se produce durante la
que los individuos continuamente realizan ajustes para interacción de las personas que puede servir como base
cumplir con las normas de la sociedad en general para sus juicios acerca de una interacción (Chartrand &
(Dunbar, 1998). Bargh, 1999). La dificultad para realizar esta conexión
3.1. Sistema de neuronas espejo es que mientras una gran parte de la comunicación no
Di Pellegrino, Fadiga, Fogassi, Gallese y Rizzolatti verbal se produce sin esfuerzo consciente (Lieberman,
(1992) descubrieron una clase de neuronas en los 2000), los estudios de imágenes en humanos sobre
primates que se activaban tanto cuando los animales neuronas espejo han examinado intenciones explícitas
realizaban una acción intencionada (tomar un objeto) de observar e imitar una conducta única presentada
como cuando observaban al experimentador realizar la focalmente. La conexión entre el funcionamiento de las
misma acción (tomar el mismo objeto). La presencia de neuronas espejo y la comunicación no verbal podría
estas neuronas sugirió que se activan las mismas reforzarse si el sistema de neuronas espejo igualmente
representaciones motoras cuando se realiza como se activara por conductas enmarcadas en un escenario
cuando se observa una acción intencional (Di Pellegrino más amplio desplegado en el tiempo, mientras los
et al., 1992). En los seres humanos, se ha descrito participantes no están atendiendo a la conducta focal o
activación en regiones homólogas a las de los primates se encuentren con carga cognitiva (Lieberman, 2007).
tanto cuando los participantes observan como cuando 3.2. Valoración reflejada y juicio de personas similares
imitan una acción intencional (Iacoboni et al., 1999). En Se cree que la valoración reflejada (es decir, "lo
particular, las regiones de la CPFL (pars opercularis en que creo que otra persona piensa de mí") es una fuente
el AB 44, y el giro frontal inferior) y la CPAL se importante de autoconocimiento durante todo el
observa que siguen este patrón de activación. desarrollo. Ochsner y colaboradores (2005) han
Se especula ampliamente que las neuronas espejo examinado las bases cerebrales de las valoraciones
representan una base para comprender el reflejadas encontrando que se asocian a una mayor
comportamiento, las intenciones y las experiencias de actividad en la extensión orbitaria de la CPFVL
los demás, pero esto aún necesita ser demostrado derecha, el lóbulo temporal medial (LTM) y la CPAM.
empíricamente (Lieberman, 2007). Una persona puede Este patrón de activación es coherente con la idea de
imitar sin entender, y hasta la fecha, ningún estudio ha que la generación de valoraciones reflejadas es un
evaluado si la actividad en el sistema de neuronas proceso controlado.
espejo se asocia con la experiencia de comprender la En contraste a la valoración reflejada, que implica
perspectiva o la intención de otra persona. Basándonos consultar nuestra teoría sobre la mente de otra persona
Piemontesi, S. / RACC, 2010, Vol. 2, N°3, 30-44 36

para entendernos a nosotros mismos, bajo ciertas explícitas depende del procesamiento controlado.
condiciones, las personas pueden consultar sus teorías Adicionalmente, en un estudio de PER (Cunningham,
de sí mismos para comprender a otros individuos; existe Espinet, DeYoung, & Zelazo, 2005) se observó que las
evidencia de que esto ocurre cuando se piensa o se activaciones de la CPFL asociadas con actitudes
observa a un pariente o una persona similar. Cuando los explícitas aparecen al menos 400 ms después de la
individuos valoran los rasgos y estados psicológicos de presentación del objeto, también implicando la CPFL
sus madres (Ruby & Decety 2004), un amigo cercano en el procesamiento controlado de las actitudes.
(Ochsner et al., 2005) o alguien calificado como similar Sin embargo, otros estudios han identificado
a ellos mismos (Mitchell, Banaji & Macrae, 2005), se regiones del cerebro asociadas con actitudes implícitas.
producen activaciones significativas en la CPFM, la En estos trabajos son presentados a los individuos
región típicamente encontrada en los procesos de objetos que movilizan actitudes negativas y positivas,
autorreflexión (Gusnard, Akbudak, Shulman & Raichle, como rostros de personas afro-americanas y caucásicas,
2001). Mitchell y colaboradores (2005) también a medida que realizan una tarea de distracción (definir
informaron de una interacción entre la actividad de la el género de las mismas). Por lo general, se ha
CPFDM y la CPFM en función de la similitud entre el encontrado mayor activación en la amígdala frente a los
participante y la persona objetivo, de manera que la objetos que movilizan actitudes negativas que ante los
actividad de la CPFDM disminuyó y la actividad de la objetos que movilizan actitudes positivas (Cunningham
CPFM aumentó mientras la similitud aumentaba. Esto et al., 2003; Hart et al., 2000; Wheeler & Fiske 2005).
sugiere que la similitud promueve la comprensión de la Phelps y colaboradores (2000) reconocieron que la
mente de los demás en términos de la teoría sobre uno activación de la amígdala de los estadounidenses
mismo. Puede observarse que las activaciones en los caucásicos a caras afroamericanas se asocia a una
procesos de valoración reflejada y juicio de personas medida implícita de las actitudes raciales, pero no a una
similares coinciden con procesos controlados centrados medida de la actitud explícita. Lieberman, Hariri,
internamente y de mayor complejidad. Jarcho, Eisenberger y Bookheimer (2005) encontraron
3.3. Actitudes sociales: implícitas, explícitas, que los afroamericanos también muestran una mayor
regulación y cambio de las mismas actividad de la amígdala ante rostros afroamericanos
Las actitudes se refieren a predisposiciones que ante rostros caucásicos, en consonancia con
aprendidas para responder positiva o negativamente hallazgos anteriores que indican que los afroamericanos
ante objetos sociales particulares, es decir, tipos de tienen actitudes implícitas negativas hacia los mismos,
personas, instituciones sociales o situaciones (Aiken, en contraste con su actitud explícita positiva hacia ellos
2003). Las actitudes tienen una función fundamental en (Nosek, Banaji & Greenwald, 2002). Cunningham,
la vida social ya que sirven para apoyar y definir la Raye y Johnson (2004) hallaron que la activación de la
identidad social de una persona. Cuando una persona amígdala a los rostros afroamericanos era más intensa
comparte sus actitudes con los demás, está en estudios de RMf cuando el rostro objetivo se
proporcionando una guía sobre sus inclinaciones presentaba subliminalmente y la amígdala fue la única
conductuales y una referencia sobre sus posibles región cerebral que mostró este patrón de actividad.
reacciones ante diferentes situaciones. El trabajo de Aparte de la amígdala, la única región del cerebro que
neuroimagen sobre actitudes se enfoca principalmente se asocia con actitudes implícitas es la CPFVM. Milne
en la identificación de los correlatos cerebrales de las y Grafman (2001) realizaron un estudio de pacientes
actitudes implícitas y explícitas (Lieberman, 2007). con daño en la CPFVM y observaron que en ellos no
Cuando las personas expresan actitudes explícitas existen prejuicios implícitos de género.
hacia conceptos (Zysset, Huber, Ferstl & Von Cramon, La investigación en el área de actitudes sociales
2002), nombres famosos (Cunningham, Johnson, también está interesada en conocer cómo las personas
Gatenby, Gore & Banaji, 2003), formas geométricas pueden controlarlas. En una serie de trabajos de
(Jacobsen, Schubotz, Hofel & Cramon, 2006) o pinturas neuroimagen se combinó el estudio de la
(Vartanian & Goel, 2004), la activación tiende a autorregulación intencional con el estudio de las
aumentar en la red frontoparietal tanto medial como actitudes raciales con el fin de comprender los
lateral, en comparación a los juicios no evaluativos mecanismos por los cuales las personas pueden
hechos sobre los mismos estímulos. Esta red incluye la controlar sus prejuicios. Parece que la CCAd puede
CPFM, la CPAM, la CPFVL y la CPAL. Estas regiones estar implicada en la detección de que una actitud
han sido asociadas con procesos controlados y son prepotente y no deseada está a punto de ser
coherentes con la idea de que la expresión de actitudes experimentada (Amodio et al., 2004), mientras que las
37 Piemontesi, S. / RACC, 2010, Vol. 2, N°3, 30-44

regiones de la CPFL tienden a estar implicadas en disonancia cognitiva a veces puede depender de
ejercer el control y la disminución de la actividad de la procesos implícitos (Read, Vanman & Miller, 1997).
amígdala. Múltiples estudios han demostrado que el 3.4. Conexión y rechazo social
deseo de regular la expresión de una actitud particular Se ha demostrado que el aislamiento social es un
se asocia con una mayor actividad en la CPFL derecha factor de riesgo que puede contribuir a un pobre
en presencia del objeto que moviliza una actitud y rendimiento cognitivo y ejecutivo, una rápida
además la magnitud de la activación de la CPFL debilitación cognitiva, aumento de cogniciones
derecha mientras se regula un prejuicio se asocia con el negativas y depresivas, alta sensibilidad a amenazas
grado en que las respuestas de la amígdala se ven sociales y baja autoestima, entre otras dificultades
disminuidas (Cunningham et al., 2004). (Cacioppo & Hawkley, 2009). Las consecuencias
La autorregulación involuntaria de actitudes negativas del aislamiento hacen de la necesidad de
también se demostró en estudios de RMf. Simplemente conexión y la aceptación social importantes
fue suficiente categorizar a personas afroamericanas en motivaciones que guían las interacciones humanas con
términos de sus preferencias personales alimenticias en pares, parejas románticas y familias. Los estudios de
lugar de su pertenencia a grupos étnicos para revertir la neuroimagen se han centrado principalmente en la
respuesta de la amígdala en personas afroamericanas y actividad cerebral asociada con las respuestas a
caucásicas (Wheeler & Fiske, 2005). En otro estudio, personas cercanas. En estos trabajos, a los individuos se
cuando a los participantes se les indicó nominar el les muestran imágenes de sus parejas románticas o su
grupo étnico de personas en lugar de procesarlo propio hijo junto a imágenes de control. Muy a menudo,
perceptivamente, la verbalización fue suficiente para cuando las personas observan a alguien que aman,
eliminar la sensibilidad de la amígdala a la raza, y esta muestran una mayor actividad en los ganglios basales
reducción se asoció con aumentos de actividad en la (Aron et al., 2005). Otros estudios también encontraron
CPFVL derecha (Lieberman et al., 2005). Estos que la red de áreas implicadas en la TDM (CPFDM,
estudios demuestran que la capacidad de regular los STSp, CTL) estuvieron menos activas durante la
prejuicios puede tener base tanto en procesos presentación de un ser querido que la de un control
controlados como automáticos. (Bartels & Zeki, 2004), sin embargo, otra investigación
La investigación sobre la disonancia cognitiva, otra encontró un patrón de actividad opuesto (Leibenluft,
área de investigación vinculada a las actitudes sociales, Gobbini, Harrison, & Haxby, 2004). Estas diferencias
establece que cuando los individuos realizan un pueden atribuirse al hecho de que en los estudios que
comportamiento o hacen una elección que entra en muestran una disminución de la actividad en estas
conflicto con una actitud previamente establecida, la regiones, las imágenes fueron presentadas por 15
actitud tiende a cambiar en la dirección en que se segundos, mientras que en el estudio que encontró un
resuelve el conflicto con el comportamiento aumento en estas regiones, las imágenes fueron
(Lieberman, 2007). Aparentemente, este proceso parece presentadas durante 1,5 segundos. Por lo tanto, puede
implicar una racionalización, mediante la cual los haber diferencias en las respuestas inmediatas y a largo
individuos estratégicamente cambian sus actitudes con plazo ante la presentación de imágenes de seres
el fin de evitar ser incoherentes. Sin embargo, el trabajo queridos.
neuropsicológico realizado por Lieberman, Ochsner, Los mamíferos, a diferencia de los reptiles, forman
Gilbert y Schacter (2001) demostró que éste no es enlaces parentales a largo plazo con sus crías y la
siempre un proceso estratégico y consciente. En su separación de los cuidadores generalmente termina con
estudio, pacientes con amnesia anterógrada, con daño la muerte de los mamíferos jóvenes. La actividad de la
neurológico que afectó el funcionamiento del LTM y CCAd se asocia con el distrés de perder conexiones
que eran incapaces de formar nuevos recuerdos, fueron sociales. Los primates con lesiones en esta región
comparados con controles sanos en una tarea de muestran una reducción en la frecuencia de las
disonancia. Los amnésicos no tuvieron recuerdo de vocalizaciones de angustia (Mac Lean & Newman,
haber realizado una conducta que entrara en conflicto 1988), mientras que la estimulación de esta región
con sus actitudes previas y por lo tanto no fue probable induce de forma espontánea vocalizaciones de angustia
que hayan emprendido un cambio consciente y (Robinson, 1967). Además, los roedores hembras con la
estratégico de actitudes. Sin embargo, los amnésicos corteza cingulada lesionada no proveen el cuidado
cambiaron su actitud de la misma medida que los materno, resultando en una tasa de supervivencia del
controles. Estos resultados sugieren que, en lugar de 12% de su descendencia en comparación a un 95% para
una racionalización consciente, la reducción de la la descendencia de los roedores con operación o lesión
Piemontesi, S. / RACC, 2010, Vol. 2, N°3, 30-44 38

simulada (Stamm, 1955). contenido abstracto (Cheng & Holyoak, 1985). Los
En humanos, los estudios de neuroimagen sobre estudios de neuroimagen han encontrado mayor
exclusión social han encontrado que las medidas de actividad en las áreas frontoparietales laterales durante
autoinforme de distrés social están fuertemente el razonamiento condicional social que durante el
relacionadas con la actividad de la CCAd durante la razonamiento condicional abstracto (Fiddick,
exclusión, mientras que la CPFVL derecha se asoció de Spampinato & Grafman, 2005), encontrándose también
manera inversa a la actividad de la CCAd como a las una mayor actividad en la CPFDM durante
medidas de auto-informe de distrés social. La ansiedad razonamiento social (Fiddick et al., 2005). Es
de separación también se relaciona con actividad en la importante señalar que las normas sociales utilizadas en
CCAd (Gillath, Bunge, Shaver, Wendelken & estas tareas no requieren atribución de estados mentales,
Mikulincer, 2005). En un trabajo relacionado, el sonido y por lo tanto el predominio de la actividad
de los llantos infantiles activó la CCAd (Lorberbaum et frontoparietal lateral es coherente con los procesos
al., 2002) y la activación fue mayor para los padres que centrados externamente descriptos en esta revisión.
para otras personas (Seifritz et al., 2003). En un estudio Al estudio del razonamiento moral se le ha
sobre sufrimiento encontraron que la actividad en la prestado mayor atención. El hallazgo más común entre
CCAd junto a un número de regiones de la TDM estos estudios es que el razonamiento moral activa en
(CPFDM, STSp, CTL), fue mayor cuando los mayor medida la CPFM que durante las tareas de
individuos afligidos observaron las fotos de una persona control correspondientes, también se ha encontrado una
recientemente fallecida en comparación con las mayor activación en el STSp y los polos temporales
imágenes de control (Gundel, O’Connor, Littrell, Fort (Heekeren, Wartenburger, Schmidt, Schwintowski &
& Lane, 2003). Villringer, 2003). En el primer estudio de neuroimagen
Se cree que el dolor social en mamíferos puede sobre razonamiento moral, Greene, Sommerville,
haber evolucionado del sistema de dolor físico Nystrom, Darley y Cohen (2001) compararon el
(Eisenberger & Lieberman 2004; MacDonald & Leary razonamiento moral personal e impersonal. En la
2005), con la CCAd jugando un papel clave en la condición personal, los individuos fueron inducidos a
angustia emocional del dolor físico (Rainville, Duncan, centrarse en su implicación personal en el logro de un
Price, Carrier & Bushnell, 1997). La evidencia resultado útil pero desagradable; en la condición
proviene, en parte, de datos de laboratorio donde impersonal, los individuos fueron inducidos a centrarse
sentirse socialmente rechazado aumenta la sensibilidad principalmente en la utilidad del resultado. En la
al dolor físico, mientras que el apoyo social reduce la condición personal, la red frontoparietal medial junto
sensibilidad al mismo (Brown, Sheffield, Leary & con la CPAL se activó en mayor grado que en la
Robinson, 2003). condición impersonal, en consonancia con la idea de
Durante un episodio de rechazo social escaneado que la condición personal promueve a la autorreflexión
mediante RMf se observó mayor actividad en la CCAd, sobre las consecuencias de implicarse uno mismo en los
la amígdala y la sustancia gris periacueductal (otro resultados. La condición impersonal, por el contrario,
componente de la matriz del dolor; Peyron, Laurent & dio lugar a una mayor actividad en las regiones
Garcia-Larrea, 2000) y estuvo también asociada a un frontoparietal laterales, en consonancia con los procesos
mayor reporte de desconexión social día a día evaluado centrados externamente. Un estudio (Mendez, Anderson
mediante la metodología de muestreo de experiencias & Shapira, 2005) de pacientes con daño en la CPFM
(Lieberman, 2007). Finalmente, se ha propuesto un confirmó estos resultados: Las personas estaban
modelo para explicar cómo el estrés producto del imposibilitadas para hacer juicios morales personales,
rechazo social promueve un serie de cambios pero no juicios morales impersonales.
cognitivos, emocionales y biológicos que de manera Finalmente, se han encontrado diferencias de
integrada provocan depresión (Slavich, O’Donovan, género en las áreas implicadas en el razonamiento
Epel & Kemeny, 2010). moral; los hombres presentan una mayor actividad de la
3.5. Toma de decisiones sociales, razonamiento social CPAL inferior y las mujeres en la ínsula y la corteza
y moral, equidad y confianza en las interacciones cingulada posterior, indicando que a diferencia de los
La investigación conductual demuestra que el hombres, las mujeres pueden implicarse empáticamente
rendimiento en tareas de razonamiento condicional es en sus juicios morales (Harenski, Antonenko, Shane &
sustancialmente mejorado si las reglas que determinan Kiehl, 2008).
las condiciones sobre las que se debe reflexionar son Una nueva área de investigación, la neuroeconomía
formuladas a partir de normas sociales reales y no de (Camerer, Loewenstein, & Prelec, 2005), combina el
39 Piemontesi, S. / RACC, 2010, Vol. 2, N°3, 30-44

estudio de la conducta económica y la neurociencia lo han hecho a lo largo de dos dimensiones (Amodio &
cognitiva. Los estudios que involucran el intercambio Frith, 2006; Lieberman, 2007). El presente marco debe
económico con la dinámica social son particularmente ser visto como complementario de los anteriores y
pertinentes a la NSCA. Estos estudios utilizan concuerda con trabajos donde los procesos son
paradigmas como el juego del ultimátum (Sanfey, entendidos dentro de tres dimensiones de organización
Rilling, Aronson, Nystrom & Cohen, 2003), el dilema anatómica y funcional (Olsson & Ochsner, 2008).
del prisionero (Rilling et a., 2002), y el juego de la
confianza (de Quervain et al., 2004) con el fin de
examinar las respuestas cerebrales relacionadas a la
cooperación, la competencia, la equidad y la confianza.
En estos estudios, la cooperación, la confianza y el
juego limpio suelen activar la CPFVM, la CPFM y la
CPAM (Rilling et al., 2002), mientras que las
respuestas desleales y poco fiables activan la ínsula
(Sanfey et al., 2003), el caudado en los ganglios basales
(de Quervain et al., 2004) o la CPFDM (Decety et al.,
2004). El hallazgo de que la cooperación, en relación a
la competencia, promueve la actividad en la CPFM en
lugar de la CPFDM es coherente con el trabajo
previamente descrito por Mitchell y colaboradores
(2005), de manera que la cooperación puede estar
asociada con la visión de los demás jugadores como
más similares a uno mismo (Decety et al., 2004), de
Nota: En la cara medial (a) tanto como lateral (b) se destacan a las áreas que
hecho, la cooperación ha sido estudiada como una sustentan los procesos automáticos (óvalos blancos) en las regiones
técnica para superar las diferencias entre grupos y principalmente ventrales, y los controlados (óvalos negros) en las regiones
principalmente dorsales (1). En la cara ventral (c) y dorsal (d) se observa a
fomentar un sentimiento de identidad compartida los procesos centrados internamente (óvalos blancos) en áreas mediales y los
(Sherif, Harvey, White, Hood & Sherif, 1961). procesos centrados externamente (óvalos negros) en áreas laterales (2).
A través de estos estudios, la equidad en el proceso Finalmente, puede distinguirse en la cara medial (a) y ventral (c) que las
regiones caudales son la base del procesamiento de aspectos sensoriales de
de toma de decisiones a menudo ha sido confundida con primer orden, mientras que las regiones anteriores son la base del
el valor material de los resultados. Es decir, las procesamiento y representación de información más compleja (3). Los
respuestas justas de un compañero están típicamente óvalos son una aproximación simplificada de cada área y no indican la
localización o extensión exacta de las mismas. Los ganglios basales, la
asociadas con mejores resultados financieros para el amígdala y la ínsula anterior son regiones no visibles que han sido señaladas
sujeto. En otra investigación se manipularon las en la superficie para una más fácil presentación. Ver abreviaturas en Tabla 1.
ganancias materiales y la equidad en la conducta de la
Figura 1. Esquema de organización funcional y anatómica de
pareja de forma independiente. Después de controlar las
los procesos revisados
ganancias materiales, la equidad sigue activando las
regiones relacionadas a la motivación y recompensa, La primera dimensión se corresponde al eje
incluyendo la CPFVM, el estriado ventral en los ventral-dorsal. A medida que el procesamiento se
ganglios basales y la amígdala, lo que sugiere que la mueve de las regiones ventrales a las dorsales, los
equidad está valorada hedónicamente en las procesos se vuelven menos automáticos, permitiendo a
interacciones sociales (Lieberman, 2007). las personas hacer juicios explícitos y ser conscientes de
4. Un marco integrador para los procesos las situaciones sociales y emocionales. Hasta el
implicados en la comprensión e interacción social momento, esta división es quizás la más especulativa y
representa un intento de distinguir a la amígdala, el
Los procesos estudiados por la NSCA, en particular estriado, la CPFVM y la CTL, las cuales son la base de
los implicados en el conocimiento e interacción con los procesos automáticos, de la CPFL, la CPAL, la
otras personas, pueden ser entendidos en función de CPFM, la CPAM y el LTM, los cuales son la base de
cómo están distribuidos a lo largo de los ejes en el los procesos controlados. La imagen que surge es
cerebro (Ver Figura 1). Si bien existen revisiones consistente con trabajos previos sobre los sistemas
previas que han formulado modelos anatómicos neuronales que dan soporte a la cognición social refleja
funcionales tratando de capturar la amplia gama de los y reflexiva (sistema X y sistema Y; Satpute &
fenómenos cognitivos y socio-emocionales, a menudo Lieberman 2006) y los procesos controlados que están
Piemontesi, S. / RACC, 2010, Vol. 2, N°3, 30-44 40

implicados en la regulación socio-afectiva son psicología social, siendo este un hallazgo que surgió de
coherentes con el concepto de control coactivo o la investigación en NSCA (Lieberman, 2007; Ochsner
voluntario (i.e., “effortful control”, Rothbart & Rueda, et al., 2004).
2005). No existen suficientes estudios sobre cognición La tercera dimensión se corresponde al eje rostro-
social automática y controlada que hayan implicado a caudal y está vinculado al grado de complejidad de la
los ganglios basales o la CCA rostral para permitir una información procesada y de las representaciones
evaluación precisa. Además, los estudios con respecto a generadas. Las regiones posteriores proveen el sustrato
la contribución de la CCAd son variados. Basándonos perceptual de primer orden de los procesos socio-
en los resultados existentes, la CCAd podría estar emocionales que pueden ser re-representados en las
implicada en el procesamiento controlado o responder áreas anteriores con una complejidad mayor. A lo largo
automáticamente a conflictos en relación a objetivos y de la IA, las regiones mediales posteriores como la
luego, como resultado, desencadenar otros procesos CCAm representan la información del estado del cuerpo
controlados. Cualquiera de las alternativas produce la cual incrementa la complejidad a medida que es
actividad en la CCAd durante tareas que implican procesada por el polo frontal y el AB 10 (Amodio &
procesos controlados en respuesta a conflictos. Aunque Frith, 2006) la cual tiene un rol clave en la integración
estos resultados deben considerarse preliminares, de la información del estado interno del cuerpo con
sugieren que las diferencias entre los procesos procesos mentales de nivel superior necesarios para
automáticos y controlados pueden constituir una categorizar los estados socio-emocionales. Esto se
distinción básica en el estudio de la NSCA. Dada la observa en la TDM y la empatía donde en las áreas
importancia que ha tenido en los últimos 20 años en el posteriores se produce el procesamiento de aspectos
campo de la cognición social (Chaiken & Trope 1999, sensoriales más simples y en las áreas anteriores se
Wegner & Bargh 1998), resulta valioso identificar las presenta un incremento en la complejidad de las
regiones cerebrales que apoyan esta diferenciación en representaciones generadas. Esta dimensión concuerda
los procesos. con modelos jerárquicos de organización rostro-caudal
La segunda dimensión se corresponde con el eje desarrollados recientemente (Badre, 2008; Koechlin &
medial-lateral. Las regiones mediales se encuentran Summerfield, 2007) donde se entiende que los lóbulos
interconectadas con los centros viscerales y frontales siguen un patrón de evolución cortical
emocionales, tales como la amígdala, la ínsula y el progresivo que ha permitido un procesamiento más
estriado, y son importantes para la representación de complejo y representaciones más abstractas a medida
estados mentales internos de otras personas y de uno que se avanza hacia la región fronto-polar.
mismo. Esta red frontoparietal medial resulta más activa
5. Discusión
por las tareas que focalizan la atención en el interior, en
las características mentales, emocionales y El presente trabajo tiene como objetivo proveer de
experienciales de otras personas y de uno mismo, tales un marco integrador de los procesos básicos estudiados
como la mentalización de la teoría de la mente, la por la NSCA para la comprensión e interacción social
atribución de disposiciones, la empatía, la comprensión que pueda ser de utilidad para investigadores y clínicos
de emociones, el razonamiento moral personalizado, que se inicien en el estudio de los mecanismos
entre otros. Por su parte las regiones laterales, que están implicados en la conducta y cognición social. Si bien
interconectadas con los centros viso-espaciales, son examinados los principales hallazgos en el área, se
procesan preferentemente información proveniente de destaca también cuánto aún falta por ser esclarecido.
entradas externas. Esta red frontotemporoparietal lateral Dada la temprana etapa de investigación en la que se
resulta más activa por tareas cognitivo-sociales que encuentra esta disciplina, las distinciones funcionales
focalizan la atención a las características externas, propuestas entre las regiones ventrales-dorsales,
físicas y visuales de otras personas, uno mismo, o la mediales-laterales y rostro-caudales son por necesidad
interacción de ambos, tales como las tareas que no altamente simplificadas, poseen un fin heurístico y se
implican mentalización de teoría de la mente, la considera que la investigación futura será crucial para
atribución de disposiciones asociadas a aspectos una mayor especificación las mismas.
externos, la observación y la imitación de la acción, el En este sentido, numerosos trabajos en NSCA están
razonamiento moral y social impersonal, entre otros. A basados en el estudio de cómo una persona promedio
diferencia de los procesos automáticos y controlados, la responde ante estímulos sociales estáticos, pero proveen
distinción entre la cognición social centrada interna y poca información de cómo otras variables pueden
externamente no tiene un claro precursor teórico en la influir en los procesos de comprensión, aprendizaje y
41 Piemontesi, S. / RACC, 2010, Vol. 2, N°3, 30-44

regulación durante una interacción social en tiempo Cognitive Science, 4, 67-78.


real, en la cual las claves sociales se presentan de Amodio D.M., Harmon-Jones E., Devine P.G., Curtin J.J.,
manera multimodal, dinámica y enmarcadas en un Hartley S.L. & Covert A.E. (2004). Neural signals for
contexto. Por ello, es relevante el desarrollo de métodos the detection of unintentional race bias. Psychological
Science, 15, 88-93.
o aproximaciones que permitan evaluar con mayor
Amodio, D.M. & Frith, C.D. (2006) Meeting of minds: the
validez ecológica (Marino, 2010) a los procesos medial frontal cortex and social cognition. Nat. Rev.
sociales, tales como los nuevos paradigmas de la Neurosci. 7, 268-277
cognición social naturalista (Zaki & Ochsner, 2009). Aron A., Fisher H., Mashek D.J., Strong G., Li H. & Brown
Otro aspecto de relevancia es poder conocer cómo L.L. (2005). Reward, motivation, and emotion systems
los diferentes procesos trabajan juntos durante una tarea associated with early-stage intense romantic love. J.
social. Por ejemplo, los procesos más simples pueden Neurophysiology, 94, 327-337.
ser complementados por los más complejos o los Badre, D. (2008). Cognitive control, hierarchy, and the
procesos automáticos ser regulados por procesos rostro-caudal axis of the prefrontal cortex. Trends in
controlados; por ello el estudio de las conexiones Cognitive Science, 12, 193-200.
Bandura, A. (1977) Social Learning Theory. General
funcionales entre las áreas cerebrales que sustentan
Learning Press
tales procesos resulta de importancia. Una metodología Baron-Cohen, S., Ring, H., Moriarty, J., Shmitz, P., Costa, D.
útil para estos fines es el análisis de interacciones & Ell, P., (1994). Recognition of mental state terms: a
psicofisiológicas (Friston et al., 1997) que permite clinical study of autism, and a functional imaging study
establecer cómo se relacionan las diferentes áreas of normal adults. British Journal of Psychiatry, 165,
cerebrales donde se asientan los procesos durante una 640-649.
tarea específica (Berkman, Burklund & Lieberman, Bartels, A. & Zeki S. (2004). The neural basis of maternal
2009). and romantic love. Neuroimage, 21, 1156-1166.
Por otra parte, las comparaciones con modelos Batson, C.D. (1991). The Altruism Question: Toward a
animales han permitido comprender qué procesos Social-Psychological Answer. Hillsdale, NJ: Erlbaum.
Batson, C.D., Thompson, E.R. & Chen, H. (2002) Moral
comparten o cuáles son únicos para cada especie, pero
hypocrisy: addressing some alternatives. Journal of
presentan limitaciones. Si bien, existen áreas en que las Personality and Social Psychology, 83, 330-339.
homologías entre especies son fuertes, principalmente Berkman, E.T., Burklund, L. & Lieberman, M.D. (2009)
en procesos simples como el aprendizaje del miedo por Inhibitory spillover: Intentional motor inhibition
observación, en otras áreas como la TDM resulta produces incidental limbic inhibition via right inferior
complicado realizar comparaciones debido a que los frontal cortex. Neuroimage, 47, 705-712.
seres humanos son capaces de atribuciones mentales Botvinick M., Jha A.P., Bylsma L.M., Fabian S.A., Solomon
complejas que pueden ser difíciles de capturar por P.E. & Prkachin K.M. (2005). Viewing facial
modelos animales (Call & Tomasello, 2008). Por ello el expressions of pain engages cortical areas involved in
estudio con estos modelos puede reducirse a la the direct experience of pain. Neuroimage, 25, 312-319.
Brown J.L., Sheffield D., Leary M.R. & Robinson M.E.
exploración de los procesos sociales más básicos que
(2003). Social support and experimental pain.
son compartidos por otros mamíferos sociales. Psychosomatic Medicine, 65, 276-283.
Finalmente, los hallazgos de la NSCA pueden Cacioppo J.T. & Hawkley L.C. (2009) Perceived social
extenderse al estudio de numerosos trastornos isolation and cognition. Trends in Cognitive Sciences,
psicológicos que se caracterizan por deterioros en la 13, 447-454.
capacidad de comprensión e interacción social, tales Call J. & Tomasello M. (2008). Does the chimpanzee have a
como la esquizofrenia, el autismo, la fobia social, los theory of mind? 30 years later. Trends in Cognitive
trastornos de la personalidad, entre otros. El estudio de Sciences 12, 187-192.
posibles déficits en los sistemas cerebrales que soportan Camerer C., Loewenstein G. & Prelec D. (2005).
los procesos socio-emocionales puede ser crucial para Neuroeconomics: how neuroscience can inform
economics. J. Econ. Lit., 43, 9-64.
la comprensión en profundidad sobre la etiología y
Carlson S.M. & Moses L.J. (2001). Individual differences in
tratamiento de los mismos. inhibitory control and children’s theory of mind. Child
Referencias Development, 72, 1032-1053.
Carr L., Iacoboni M., Dubeau M.C., Mazziotta J.C. & Lenzi
Aiken, A. (2003). Tests psicológicos y evaluación. México: G.L. (2003). Neural mechanisms of empathy in humans:
Prentice Hall. a relay from neural systems for imitation to limbic areas.
Allison T., Puce A. & McCarthy G. (2000). Social perception Proceedings of the National Academy of Sciences of the
from visual cues: role of the STS region. Trends in United States of America, 100, 5497-5502.
Piemontesi, S. / RACC, 2010, Vol. 2, N°3, 30-44 42

Chaiken S. & Trope Y., (1999). Dual-Process Theories in Fiddick L., Spampinato M.V. & Grafman J. (2005). Social
Social Psychology. New York: Guilford contracts and precautions activate different neurological
Chartrand T.L. & Bargh J.A. (1999). The chameleon effect: systems: an fMRI investigation of deontic reasoning.
the perception-behavior link and social interaction. Neuroimage, 28, 778-786.
Journal of Personal and Social Psychology, 76, 893- Friston, K.J., Buechel, C., Fink, G.R., Morris, J., Rolls, E. &
910. Dolan, R.J., (1997). Psychophysiological and
Cheng P.W. & Holyoak K.J. (1985). Pragmatic reasoning modulatory interactions in neuroimaging. Neuroimage 6,
schemas. Cognitive Psychology, 17, 391-416. 218–229.
Craig, A.D. (2002) How do you feel? Interoception: the sense Frith U. & Frith C.D. (2003). Development and
of the physiological condition of the body. Nat. Rev. neurophysiology of mentalizing. Philos. Trans. R. Soc.
Neurosci. 3, 655-666. Lond. B Biol. Sci., 358, 459-473.
Cunningham W.A., Espinet S.D., DeYoung C.G. & Zelazo Gilbert D.T. & Malone P.S. (1995). The correspondence bias.
P.D. (2005). Attitudes to the right- and left: frontal ERP Psychological Bulletin, 117, 21-38.
asymmetries associated with stimulus valence and Gilbert S.J., Spengler S., Simons J.S., Steele J.D., Lawrie
processing goals. Neuroimage, 28, 827-834. S.M., Frith C.D. & Burgess P.W., (2006). Functional
Cunningham W.A., Johnson M.K., Gatenby J.C., Gore J.C. & specialization within rostral prefrontal cortex (area 10):
Banaji M.R. (2003). Neural components of social a meta-analysis. Journal of Cognitive Neuroscience, 18,
evaluation. Journal of Personality and Social 932-948.
Psycholgy, 85, 639-649. Gillath O., Bunge S.A., Shaver P.R., Wendelken C. &
Cunningham W.A., Raye C.L. & Johnson M.K. (2004). Mikulincer M. (2005). Attachment-style differences in
Implicit and explicit evaluation: fMRI correlates of the ability to suppress negative thoughts: exploring the
valence, emotional intensity, and control in the neural correlates. Neuroimage, 28, 835-847.
processing of attitudes. Journal of Cognitive Greene J.D., Sommerville R.B., Nystrom L.E., Darley J.M. &
Neuroscience, 16, 1717-1729. Cohen J.D. (2001). An fMRI investigation of emotional
De Quervain, D.J., Fischbacher, U., Treyer, V., engagement in moral judgment. Science, 293, 2105-
Schellhammer, M., Schnyder, U., Buck, A. & Fehr, E., 2108.
(2004). The neural basis of altruistic punishment. Gundel H., O’Connor M.F., Littrell L., Fort C. & Lane R.D.
Science 305, 1254-1258. (2003). Functional neuroanatomy of grief: an FMRI
Decety J., Jackson P.L., Sommerville J.A., Chaminade T. & study. Am. J. Psychiatry, 160, 1946-1953.
Meltzoff AN. (2004). The neural basis of cooperation Gusnard D.A., Akbudak E., Shulman G.L. & Raichle M.E.
and competition: an fMRI investigation. Neuron, 23, (2001). Medial prefrontal cortex and self-referential
744-751. mental activity: relation of a default mode of brain
Den Ouden H.E., Frith U., Frith C. & Blakemore S.J. (2005). function. Proceedings of the National Academy of
Thinking about intentions. Neuroimage, 28, 787-796. Sciences of the United States of America, 98, 4259-4264.
DePaulo B.M. (1992). Nonverbal behavior and self- Harenski C.L., Antonenko O., Shane M.S. & Kiehl K.A.
presentation. Psychological Bulletin, 111, 203-243. (2008) Gender differences in neural mechanisms
Derntl B., Finkelmeyer A., Eickhoff S., Kellermann T., underlying moral sensitivity. Social Cognitive and
Falkenberg D.I., Schneider F. & Habel U., (2010). Affective Neuroscience, 3, 313-321.
Multidimensional assessment of empathic abilities: Harris L.T., Todorov A., & Fiske S.T. (2005). Attributions on
Neural correlates and gender differences. the brain: neuro-imaging dispositional inferences,
Psychoneuroendocrinology, 35, 67-82. beyond theory of mind. Neuroimage, 28, 763-769.
Di Pellegrino G., Fadiga L., Fogassi L., Gallese V. & Hart, A.J., Whalen, P.J., Shin, L.M., McInerney, S.C.,
Rizzolatti G. (1992). Understanding motor events: a Fischer, H. & Rauch, S.L. (2000). Differential response
neurophysiology study. Experimental Brain Research, in the human amygdala to racial outgroup vs. ingroup
91, 176-180. face stimuli. NeuroReport, 11, 2351-2355.
Dunbar R.I.M. (1998). The social brain hypothesis. Heekeren H.R., Wartenburger I., Schmidt H., Schwintowski
Evolutionary Anthropology, 6, 178-190. H.P. & Villringer A. (2003). An fMRI study of simple
Eisenberger N.I. & Lieberman M.D. (2004). Why rejection ethical decision-making. Neuroreport, 14, 1215-1219.
hurts: a common neural alarm system for physical and Iacoboni M., Woods R.P., Brass M., Bekkering H., Mazziotta
social pain. Trends in Cognitive Sciences, 8, 294-300. J.C. & Rizzolatti G. (1999). Cortical mechanisms of
Eisenberger, N.I., Lieberman M.D. & Williams K.D. (2003) human imitation. Science, 286, 2526-2528.
Does rejection hurt? An FMRI study of social exclusion. Jacobsen T., Schubotz R.I., Hofel L. & Cramon D.Y. (2006).
Science 302, 290–292. Brain correlates of aesthetic judgment of beauty.
Farrow T.F., Zheng Y., Wilkinson I.D., Spence S.A., Deakin Neuroimage, 29, 276-285.
J.F., Tarrier N., Griffiths P.D. & Woodruff P.W. (2001). Kelley W.M., Macrae, C.N., Wyland, C.L., Caglar, S., Inati,
Investigating the functional anatomy of empathy and S. & Heatherton, T.F. (2002). Finding the self? An
forgiveness. Neuroreport, 12, 2849-2853. event-related fMRI study. Journal of Cognitive
43 Piemontesi, S. / RACC, 2010, Vol. 2, N°3, 30-44

Neuroscience, 14, 785-794. Mendez M.F., Anderson E. & Shapira J.S. (2005). An
Koechlin, E. & Summerfield, C. (2007). An information investigation of moral judgement in frontotemporal
theoretical approach to prefrontal executive function, dementia. Cogn. Behav. Neurol., 18, 193-208.
Trends in Cognitive Sciences, 11, 229-235. Milne E. & Grafman J. (2001). Ventromedial prefrontal
Lamm, C., Batson, C.D. & Decety, J. (2007). The neural cortex lesions in humans eliminate implicit gender
substrate of human empathy: effects of perspective- stereotyping. J. Neurosci., 21, RC150.
taking and cognitive appraisal. Journal of Cognitive Mineka, S. & Cook, M. (1993) Mechanisms involved in the
Neuroscience, 19, 42-58. observational conditioning of fear. Journal of
Lanzetta, J.T. & Englis, B.G. (1989) Expectations of Experimental Psychology: General, 122, 23–38.
cooperation and competition and their effects on Mitchell J.P., Banaji M.R. & Macrae C.N. (2005). The link
observers’ vicarious emotional responses. Journal of between social cognition and selfreferential thought in
Personality and Social Psychology, 56, 543–554 the medial prefrontal cortex. Journal of Cognitive
LeDoux, J.E. (2000) Emotion circuits in the brain. Annu. Rev. Neuroscience, 17, 1306-1315.
Neurosci. 23, 155–184. Mitchell J.P., Macrae C.N. & Banaji M.R. (2004). Encoding-
Leibenluft E., Gobbini M.I., Harrison T. & Haxby J.V. specific effects of social cognition on the neural
(2004). Mothers’ neural activation in response to correlates of subsequent memory. Journal of
pictures of their children and other children. Biol. Neuroscience, 26, 4912-4917.
Psychiatry, 56, 225-232. Nosek B.A., Banaji M.R. & Greenwald A.G. (2002).
Lieberman M.D., Hariri A., Jarcho J.M., Eisenberger N.I. & Harvesting implicit group attitudes and beliefs from a
Bookheimer SY. (2005). An fMRI investigation of race- demonstration web site. Group Dyn., 6, 101-115.
related amygdala activity in African-American and Ochsner K.N (2004). Current directions in social cognitive
Caucasian-American individuals. Natural Neuroscience, neuroscience. Current Opinion in Neurobiology, 14,
8, 720-722. 254-258
Lieberman M.D., Ochsner K.N., Gilbert D.T. & Schacter Ochsner K.N. & Lieberman M.D. (2001). The emergence of
D.L. (2001). Do amnesics exhibit cognitive dissonance social cognitive neuroscience. American Psychologist,
reduction? The role of explicit memory and attention in 56, 717-34
attitude change. Psychol. Sci., 12, 135-140. Ochsner K.N., Beer J.S., Robertson E.R., Cooper J.C.,
Lieberman M.D. (2000). Intuition: a social cognitive Gabrieli J.D., Kihsltrom J.F. & D’Esposito M. (2005).
neuroscience approach. Psychological Bulletin, 126, The neural correlates of direct and reflected self-
109-137. knowledge. Neuroimage, 28, 797-814
Lieberman, M.D. (2005). Principles, processes, and puzzles Ochsner, K.N., Knierim, K., Ludlow, D., Hanelin, J.,
of social cognition: an introduction for the special issue Ramachandran, T. & Mackey, S. (2004). Reflecting
on social cognitive neuroscience. Neuroimage, 28, 745- upon feelings: An fMRI study of neural systems
756. supporting the attribution of emotion to self and other.
Lieberman, M.D. (2007) Social Cognitive Neuroscience: A Journal of Cognitive Neuroscience, 16, 1746-1772.
Review of Core Processes. Annual Review of Olsson A. & Ochsner K.N. (2008). The role of social
Psychology, 58, 259-289. cognition in emotion. Trends in Cognitive Sciences, 12,
Lorberbaum J.P., Newman J.D., Horwitz A.R., Dubno J.R., 65-71.
Lydiard R.B., Hamner M.B., Bohning D.E. & George Olsson, A. & Phelps, E.A. (2007) Social learning of fear.
M.S. (2002). A potential role for thalamocingulate Natural Neuroscience, 10, 1095-1102.
circuitry in human maternal behavior. Biol. Psychiatry, Olsson, A., Nearing, K. I. & Phelps, E. A. (2007). Learning
51, 431-445. Fears by Observing Others: The Neural Systems of
MacDonald G. & Leary M.R. (2005). Why does social Social Fear Transmission. Social Cognitive and Affective
exclusion hurt? The relationship between social and Neuroscience, 2, 3-11.
physical pain. Psychological Bulletin, 131, 202-223. Perner J. & Wimmer H. (1985). “John thinks that Mary
MacLean P.D. & Newman J.D. (1988). Role of midline thinks that...”: attribution of second-order beliefs by 5-
frontolimbic cortex in production of the isolation call of to 10-year-old children. Journal of Experimental Child
squirrel monkeys. Brain Research, 450, 111-123. Psychology, 39, 437-71.
Mason M.F., Banfield J.F. & Macrae C.N. (2004). Thinking Peyron R., Laurent B. & Garcia-Larrea L. (2000). Functional
about actions: the neural substrates of person imaging of brain responses to pain. A review and meta-
knowledge. Cerebral Cortex, 14, 209-214. analysis. Neurophysiol. Clin., 30, 263-288.
Mathur V.A., Harada T., Lipke T. & Chiao J.Y., (2010) Phelps, E.A., O’Connor, K.J., Cunningham, W.A.,
Neural basis of extraordinary empathy and altruistic Funayama, E.S., Gatenby, J.C., Gore, J.C. & Banaji, M.
motivation. NeuroImage, 51, 1468-1475. (2000). Performance on indirect measures of race
Marino D. J.C., (2010) Actualización en Tests evaluation predicts amygdala activation. Journal of
Neuropsicológicos de Funciones Ejecutivas. Revista Cognitive Neuroscience 12, 729-738.
Argentina de Ciencias del Comportamiento, 2, 34-45. Pronin E., Gilovich T. & Ross L. (2004). Objectivity in the
Piemontesi, S. / RACC, 2010, Vol. 2, N°3, 30-44 44

eye of the beholder: divergent perceptions of bias in self & Frith C.D. (2004). Empathy for pain involves the
versus others. Psycholgical Review, 111, 781-799. affective but not sensory components of pain. Science,
Rainville P., Duncan G.H., Price D.D., Carrier B. & Bushnell 303, 1157-1162.
M.C. (1997). Pain affect encoded in human anterior Singer, T., Seymour, B., O’Doherty, J.P., Stephan, K.E.,
cingulate but not somatosensory cortex. Science, 277, Dolan, R.J. & Frith, C.D. (2006) Empathic neural
968-971. responses are modulated by the perceived fairness of
Read S.J., Vanman E.J. & Miller L.C. (1997). others. Nature, 439, 466-469.
Connectionism, parallel constraint satisfaction Slavich G.M., O’Donovan A., Epel S.E. & Kemeny M.E. (en
processes, and gestalt principles: (re)introducing prensa) Black sheep get the blues: A psychobiological
cognitive dynamics to social psychology. Personal. model of social rejection and depression. Neuroscience
Soc. Psychol. Rev., 1, 26-53. and Biobehavioral Reviews.
Rilling J.K., Gutman D.A., Zeh T.R., Pagnoni G., Berns G.S. Stamm J.S. (1955). The function of the medial cerebral
& Kilts C.D. (2002). A neural basis for social cortex in maternal behavior of rats. J. Comp. Physiol.
cooperation. Neuron, 35, 395-405. Psychol., 47, 21–27.
Robinson B.W. (1967). Vocalization evoked from forebrain Sugiura M., Kawashima R., Nakamura K., Sato N.,
in Macaca mulatta. Physiol. Behav., 2, 345-354. Nakamura A., Kato T., Hatano K., Schormann T., Zilles
Rothbart, M. K. & Rueda, M. R. (2005). The development of K., Sato K., Ito K. & Fukuda H. (2001). Activation
effortful control. In U. Mayr, E. Awh, & S. Keele (Eds.), reduction in anterior temporal cortices during repeated
Developing individuality in the human brain: A tribute recognition of faces of personal acquaintances.
to Michael I. Posner (pp. 167-188). Washington, D.C.: Neuroimage, 13, 877-890.
American Psychological Association. Vartanian O. & Goel V. (2004). Neuroanatomical correlates
Ruby P. & Decety J. (2004). How would you feel versus how of aesthetic preference for paintings. Neuroreport, 15,
do you think she would feel? A neuroimaging study of 893-897.
perspective-taking with social emotions. Journal of Vogeley K., Bussfeld P., Newen A., Herrmann S., Happé F.,
Cognitive Neuroscience, 16, 988-999 Falkai P., Maier W., Shah N.J., Fink G.R., & Zilles K.
Samson D., Apperly I.A., Kathirgamanathan U. & (2001). Mind reading: neural mechanisms of theory of
Humphreys G.W. (2005). Seeing it my way: a case of mind and self-persepctive. Neuroimage, 14, 170-181
selective deficit in inhibiting self-perspective. Brain, Wegner D.M. & Bargh J.A. (1998). Control and automaticity
128, 1102-1111. in social life. En Editores DT Gilbert, ST Fiske, G
Sanfey A.G., Rilling J.K., Aronson J.A., Nystrom L.E. & Lindzey(Eds.), The Handbook of Social Psychology,
Cohen J.D. (2003). The neural basis of economic (pp. 446-496). New York: McGraw-Hill
decision-making in the Ultimatum Game. Science, 300, Wheeler M.E. & Fiske S.T. (2005). Controlling racial
1755-1758. prejudice: social-cognitive goals affect amygdala and
Satpute A.B. & Lieberman M.D. (2006). Integrating stereotype activation. Psychol. Sci., 16, 56-63.
automatic and controlled processing into neurocognitive Wicker B., Keysers C., Plailly J., Royet J., Gallese V. &
models of social cognition. Brain Research, 1079, 86- Rizzolatti G. (2003). Both of us disgusted in my insula:
97. the common neural basis of seeing and feeling disgust.
Saxe R., Carey S. & Kanwisher N. (2004). Understanding Neuron, 40, 655-664.
other minds: linking developmental psychology and Woodward A.L. (1998). Infants selectively encode the goal
functional neuroimaging. Annu. Rev. Psychol., 55, 87- object of an actor’s reach. Cognition, 69, 1-34.
124. Zaki J., & Ochsner K.N. (2009). The Need for a Cognitive
Seifritz E., Esposito F., Neuhoff J.G., Lüthi A., Mustovic H., Neuroscience of Naturalistic Social Cognition. Ann.
Dammann G., von Bardeleben U., Radue E.W., Cirillo New York Academy of Sciences, 1167, 16-30.
S., Tedeschi G. & Di Salle F. (2003). Differential sex- Zaki J., Ochsner K.N., Hanelin J., Wager T.D. & Mackey
independent amygdala response to infant crying and S.C. (2007) Different circuits for different pain: patterns
laughing in parents versus nonparents. Biol. Psychiatry, of functional connectivity reveal distinct networks for
54, 1367-1375. processing pain in self and others. Social Neuroscience,
Shamay-Tsoory S.G., Tomer R, Berger B.D. & Aharon- 2, 276-291.
Peretz J. (2003). Characterization of empathy deficits Zysset S., Huber O., Ferstl E. & Von Cramon D.Y. (2002).
following prefrontal brain damage: the role of the right The anterior frontomedial cortex and evaluative
ventromedial prefrontal cortex. Journal of Cognitive judgment: an fMRI study. Neuroimage, 15, 983-991.
Neuroscience, 15, 324-327.
Sherif M., Harvey O.J., White B.J., Hood W.R. & Sherif
C.W. (1961). Intergroup Conflict and Cooperation: The
Robber’s Cave Experiment. Norman: Univ. Oklahoma
Press
Singer T., Seymour B., O’Doherty J., Kaube H., Dolan R.J.
Educación y Educadores
ISSN: 0123-1294
educacion.educadores@unisabana.edu.c
o
Universidad de La Sabana
Colombia

Barrios-Tao, Hernando
Neurociencias, educación y entorno sociocultural
Educación y Educadores, vol. 19, núm. 3, septiembre-diciembre, 2016, pp. 395-415
Universidad de La Sabana
Cundinamarca, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=83448566005

Cómo citar el artículo


Número completo
Sistema de Información Científica
Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Neurociencias, educación y entorno sociocultural1

Hernando Barrios-Tao
Universidad Militar Nueva Granada,
Colombia.
hernando.barrios@unimilitar.edu.co

Resumen
La relación neurociencias y educación se mueve entre detractores y defensores, con
un movimiento intermedio que clama por diálogo y colaboración en la búsqueda del
beneficio mutuo. Resultados de investigaciones neurocientíficas se convierten en una
posibilidad para contribuir al mejoramiento de procesos educativos y a la solución
de problemas relacionados con el aprendizaje. El objetivo del artículo se orienta a
revisar las contribuciones de las neurociencias a la educación, de manera particular,
a los factores del entorno sociocultural que influyen en el aprendizaje. La revisión se
delimita con el marco temporal 2002-2014, mediante la búsqueda en bases de da-
tos y sistemas internacionales que denotan la relación neurociencias, educación y
entorno social. Factores como salud, ambiente vital, ejercicio físico y aspectos como
plasticidad, madurez cerebral y neuronas espejo son relevantes para considerar el
influjo del entorno sociocultural en la educación.

Palabras clave
Neurociencias; neuro-desarrollo; neuro-educación; factores socioculturales; ense-
ñanza-aprendizaje (Fuente: Tesauro de la Unesco).

1 Este artículo de revisión se asocia con el Proyecto de investigación HUM-1805 “La neurodidáctica y sus aportes
para la praxis en el aula: hacia la construcción de elementos pedagógicos y epistemológicos para la educación
superior en la UMNG”, financiado por la Universidad Militar Nueva Granada, Bogotá (Colombia).

Recepción: 2015-09-22 | Envío a pares: 2016-07-26 | Aceptación por pares: 2016-08-30 | Aprobación: 2016-08-30
DOI: 10.5294/edu.2016.19.3.5
Para citar este artículo / To reference this article / Para citar este artigo
Barrios-Tao, H. (2016). Neurociencias, educación y entorno sociocultural. Educ. Educ., 19(3), 395-415. DOI: 10.5294/edu.2016.19.3.5

395
ISSN 0123–1294 | e-ISSN 2027-5358 | Educ.Educ. Vol. 19. No. 3 | Septiembre-Diciembre de 2016 | pp. 395-415.
Universidad de La Sabana | Facultad de Educación

Neurosciences, Education and Sociocultural Context

Abstract
The relationship between neurosciences and education moves between detractors
and defenders, with intermediate movements that call for dialogue and collabora-
tion in the search for mutual benefit. The results of neuroscientific researches have
become a possibility to contribute to the improvement of educational processes and
to the solution of learning issues. This article aims to review the contributions of neu-
rosciences to education, particularly to factors related to the sociocultural context
that influence learning. The review is limited to the 2002-2014 period through re-
search in databases and international systems that demonstrate the relationship
between neurosciences, education and the social environment. Factors like health,
living environment, physical exercise, and other aspects such as plasticity, brain ma-
turity and mirror neurons are relevant to consider the influence of the sociocultural
environment over education.

Keywords
Neurosciences; Neurodevelopment; Neuroeducation; Sociocultural Factors; Teaching-
Learning (Source: Unesco Thesaurus).

396
Neurociencias, educación y entorno sociocultural

Hernando Barrios-Tao

As neurociências, a educação e o ambiente


sociocultural

Resumo
A relação entre neurociências e educação move-se entre detratores e defensores, com
um movimento intermédio que clama por um diálogo e uma colaboração na bus-
ca do benefício mútuo. Os resultados das pesquisas neurocientistas transformam-se
em uma possibilidade para contribuir ao melhoramento de processos educativos, e
à solução de problemas relacionados com a aprendizagem. O objetivo do artigo está
orientado à revisão das contribuições das neurociências para a educação, com uma
vista particular aos fatores do ambiente sociocultural que influem na aprendizagem.
A revisão delimita-se no quadro temporal de 2002-2014, mediante a pesquisa de ban-
cos de dados e sistemas internacionais, que denotam a relação entre as neurociên-
cias, a educação e o ambiente social. Fatores como a saúde, o ambiente vital, o exercí-
cio físico, e aspectos como plasticidade, maturidade do cérebro e neurônios-espelho,
são relevantes para considerar a influência do ambiente sociocultural na educação.

Palavras-chave
Neurociências; neurodesenvolvimento; neuroeducação; fatores socioculturais; ensi-
no-aprendizagem (Fonte: Tesauro da Unesco).

397
ISSN 0123–1294 | e-ISSN 2027-5358 | Educ.Educ. Vol. 19. No. 3 | Septiembre-Diciembre de 2016 | pp. 395-415.
Universidad de La Sabana | Facultad de Educación

Introducción ambiente, periodos críticos, edad y cerebro, plastici-


Aprendizaje, enseñanza, evaluación, trasposi- dad. Diversos informes investigativos entregan re-
ción del saber, memoria, son aspectos cuya práctica sultados sugerentes acerca de la aplicación de estas
está sustentada todavía en teorías educativas acer- técnicas e instrumentos a las relaciones entre las ba-
ca del modo como se gestan, desarrollan y potencia- ses cerebrales, el comportamiento del ser humano, el
lizan en la estructura integral del ser humano. Pro- desarrollo del aprendizaje y la interacción con el am-
blemas específicos relacionados con el aprendizaje biente sociocultural (Goswami, 2004; Hall, 2005; Jo-
como la dislexia, la discalculia, la acalculia, por men- lles et al., 2006; De Jong, 2008; Howard-Jones, 2010).
cionar algunos, retan a la educación la cual, a pesar
de tener elementos para su diagnóstico, no plantea La multiplicación de centros, programas y pu-
aún soluciones más allá de tratamientos de la psico- blicaciones dedicados a la relación neurociencias y
logía, debido a información insuficiente en relación educación abre un panorama internacional fructí-
con su génesis y desarrollo. fero en escenarios para socializar y confrontar los
resultados investigativos: Reino Unido, Estados Uni-
La conciencia de algunos responsables de la dos, Alemania, Dinamarca, Holanda. El programa
educación acerca de la influencia de factores como “Mente, cerebro y educación” de la Universidad de
el ambiente, la salud, las emociones y la genética Harvard, el Centro para la Neurociencia en la Edu-
en el aprendizaje, el saber y la memoria, todavía no cación de la Facultad de Educación de la Univer-
alcanza para llegar a decisiones que privilegien po-
sidad de Cambridge (Reino Unido), el Laboratorio
líticas públicas que garanticen estos y otros aspec-
de Aprendizaje de Dinamarca (LAD), el Centro de
tos por encima de búsquedas coyunturales como
Transferencia de la Neurociencia y el Aprendizaje
cobertura, financiación, tecnificación, aspectos no
en Ulm (Alemania), el Centro para la Investigación
menos necesarios en los procesos educativos (OCDE,
Educacional e Innovacional (CERI) de la OCDE son
2007). A pesar de los resultados, tanto la teoría como
una muestra del potencial para las investigaciones
la práctica educativa todavía no se disponen como
neurocientíficas.
campos aplicativos fértiles para fortalecerse con los
progresos neurocientíficos (Blakemore y Frith, 2000). El impulso fomentado por la década del cere-
bro, inaugurada en 1990, permite acercarse a resul-
Las neurociencias reúnen disciplinas clásicas
tados gestados en ese momento y a publicaciones e
y campos interdisciplinares novedosos, con objeti-
vos orientados a la búsqueda de respuestas sobre informes investigativos posteriores que llegan has-
la estructura y el funcionamiento del cerebro con ta nuestros días (2002-2014). La revisión se delimita
el objetivo último de comprender en profundidad con este marco temporal y por la búsqueda en bases
los procesos cognitivos y el comportamiento del de datos y sistemas internacionales (Science Direct,
ser humano (Mora y Sanguinetti, 1994): anatomía, Proquest, Ebsco, Redaly c, Scopus) bajo aspectos es-
química, fisiología, neurología, neurofisiología, pecíficos que denotan la relación neurociencias,
neuroquímica, neurobiología molecular, psicolo- educación y entorno social: factores socioculturales,
gía cognitiva, neuropsicología, bioinformática. Hall plasticidad y madurez cerebral, neuronas espejo y
(2005) presenta los métodos para estudiar el cere- aprendizaje por imitación. El artículo inicia con la
bro, algunas claves de los estudios neurocientíficos revisión de las difíciles relaciones entre neurocien-
y las bases para la visión neurocientífica de la educa- cias y educación, donde detractores y defensores
ción. Técnicas invasivas (autopsia, cirugía), estudios plantean dificultades y posibilidades, pero son los
animales, imágenes, se utilizan en la investigación mismos resultados de las investigaciones los que
neurocientífica con claves como la modificación del señalan la necesidad de un diálogo que pueda en-

398
Neurociencias, educación y entorno sociocultural

Hernando Barrios-Tao

riquecer las labores mutuas. La parte central revisa Las críticas apuntan a la extrapolación de
resultados investigativos que contribuyen a la re- resultados neurocientíficos, de animales a seres
lación educación y entorno sociocultural. Factores humanos y de instrumentos de laboratorio a con-
como salud, ambiente vital, ejercicio físico y aspec- textos de aula, con criterios de generalización y
tos como plasticidad, madurez cerebral y neuronas con el descuido de la complejidad de los procesos
espejo son relevantes para considerar el influjo del educativos. Manejo y aplicación de estos resulta-
entorno sociocultural en la educación. dos a procesos pedagógicos y de aprendizaje crea-
rían dificultades por la incompatibilidad entre los
instrumentos investigativos de las neurociencias
Neurociencias y educación: y los escenarios particulares en donde se desarro-
un diálogo necesario lla la acción educativa: “los métodos utilizados por
La relación entre neurociencias y educación no
la neurociencia resultan a menudo incompatibles
alcanza todavía consensos que permitan integrar con el uso de contextos complejos, de cariz social,
sus labores en beneficio de sus particulares obje- que son justamente los contextos donde tienen lu-
tivos. Después de pocas décadas de investigacio- gar los procesos educativos” (Coll, 2011). La comple-
nes neurocientíficas, esta relación se mueve entre jidad y el necesario abordaje holístico de procesos
defensores y detractores, entre quienes sustentan educativos están en la base de algunas críticas. Las
argumentos sobre los aportes, orientación y ayu- críticas precursoras de Bruer (1997) en relación con
da que los resultados de las neurociencias podrían las pretensiones de los resultados de las neurocien-
ofrecer a los procesos educativos, y quienes debaten cias para aleccionar la educación, alertan sobre el
sobre la aplicabilidad de estos resultados a los pro- peligro de las generalizaciones de resultados neu-
cesos de aprendizaje, por su distancia con la experien- rocientíficos acerca de comportamientos cognitivos
cia en el aula. Neurofílicos y neurofóbicos participan en el aula, con base en aspectos específicos de algu-
en el debate que continúa en las primeras décadas nas funciones neuronales.
del siglo XXI. Hall (2005) recoge autores de finales del
siglo pasado e inicios del XXI entre los cuales se en- El trabajo todavía aislado, tanto de neurocien-
cuentran entusiastas que plantean algunas posibles tíficos como de educadores, con sus objetivos, pro-
pósitos e intereses propios, sustenta otra dificultad
contribuciones que las neurociencias podrían brin-
para esta relación. La orientación de las neurocien-
dar a la educación (Clark, 2001; Diamond y Hopson,
cias denota mayor progreso en el conocimiento de
1998; Greenleaf, 1999; Sabatella, 1999), y otros au-
la “sintaxis cerebral” y en su sistema de organización
tores que llegan hasta el escepticismo en torno de
y transmisión que en la “semántica cerebral”, es de-
la figura pionera de Bruer (1997; 1998), cuyos plan-
cir, en la formación de los significados transmitidos,
teamientos acompañan otros (Davis, 2000; Jensen,
que forman parte nuclear de la educación (Marina,
2000; Wolfe y Brandt, 1998). Los aspectos relevantes
2012). Unido a esta orientación se debe considerar la
que plantean estos detractores se vinculan con
complejidad del sistema neuronal y la diversidad del
aspectos como la sobregeneralización, sobresim-
sistema nervioso: eléctrico, químico, espacial, tem-
plificación e injustificada extrapolación de afirma-
poral, que no solo denota múltiples formas, sino que
ciones y resultados de las neurociencias aplicadas
evidencia la complejidad tanto de la teoría como de
a los procesos educativos (Hall, 2005). Educadores
los datos neurocientíficos.
también caminan en contra de la posibilidad de
introducir hallazgos de neurociencias en contex- Willingham (2009) particulariza problemas
tos educativos (Purdy y Morrison, 2009; Alferink y que reducen la frecuencia probable y la profundi-
Farmer-Dougan, 2010). dad de las contribuciones de esta relación “marital”,

399
ISSN 0123–1294 | e-ISSN 2027-5358 | Educ.Educ. Vol. 19. No. 3 | Septiembre-Diciembre de 2016 | pp. 395-415.
Universidad de La Sabana | Facultad de Educación

neurociencias y educación: 1) las ciencias artificiales tigativos y potenciales aplicaciones, que no permiten
son impulsadas por metas, y las cosas deseadas fi- aún sustentar y generar políticas para los sectores
jadas por algunas metas particulares por lo que las educativos. Esta débil relación imposibilita “aplica-
ciencias naturales no son informativas; 2) problema ciones potenciales de la investigación del cerebro a
de los niveles de análisis: los neurocientíficos estu- las políticas educacionales” (OCDE, 2007, p. 13).
dian estas funciones cognitivas en aislamiento en
Aspectos organizacionales y de gestión, tanto
aras de la simplicidad. No estudian todo el sistema
en los ámbitos educativos como en los mismos pro-
nervioso, trabajando en conjunto con todas las in-
cesos investigativos contribuyen a la difícil relación,
teracciones entre los componentes concomitantes;
en cuyo trasfondo están las dicotomías ciencias y
3) modo para traducir el contenido de los dos cam-
humanidades, ciencias naturales y sociales, tecno-
pos: la teoría educativa y los datos son puramente
logía y humanismo. Asimismo, la denominada ti-
conductuales (pp. 544-545).
ranía o barbarie de las especializaciones (Ortega
Edelenbosch et al. (2015) presentan una revi- y Gasset, 1998) y el “fetichismo de los fragmentos”
sión centrada tanto en la “brecha” entre neurocien- (Bohm, 1992) configuran otro factor que contribuye
cia y práctica educativa como en los intentos por a la problemática. Las desintegraciones en el trabajo
construir conexiones entre estos campos (Ansari, académico investigativo no solo han fragmentado
Coch y De Smedt, 2011; Hruby, 2012; Koch et al., 2013; el conocimiento sino también las unidades que se
Samuels, 2009). Se revisan algunos factores que ale- ocupan tanto de los asuntos educativos como de los
jan esta relación: expectativas poco realistas sobre laboratorios neurocientíficos:
el impacto directo de la neurociencia educativa (An- La gran barrera es que el conocimiento se ha es-
sari, De Smedt y Grabner, 2011); barreras del idioma tudiado de manera fragmentada, es así como, el
y la falta de comunicación entre los investigadores cerebro en el cual se procesa el conocimiento se
científicos y profesionales de la educación (Picke- estudia en los departamentos de neurociencias;
ring y Howard-Jones, 2007); diferencias filosóficas y la vida psíquica que lo constituye se estudia
epistemológicas entre la investigación y la práctica, en las facultades de psicología; la lógica que lo
y la historia de la educación como un campo un tan- controla se discute en las facultades de filosofía;
to impermeable a la influencia científica (Samuels, la cultura en la cual se inserta va a los depar-
2009); la forma en que a los niños se les debe en- tamentos de ciencias sociales; la formación que
señar no debe seguir una visión neurofisiológica lo hace maleable se encarga a las facultades de
porque no tiene en cuenta argumentos morales y educación (Álvarez, 2013, p. 156).
políticos (Davis, 2004).
No obstante las dificultades, críticas y sospe-
La centralidad de la dimensión cognitiva y las chas, la mayoría de las propuestas investigativas
exigencias políticas, sociales y económicas acerca concluyen con la necesidad del diálogo entre neuro-
del desarrollo de competencias prácticas de los egre- ciencias y educación. Algunos resultados neurocien-
sados de la educación superior no solo determinan tíficos podrían ofrecer información acerca de las pro-
modelos de instituciones de educación superior sino blemáticas vinculadas con el aprendizaje, mientras
también le trazan fines y metas, con el descuido de que otros están en la posibilidad de contribuir con
aspectos relacionados con la génesis, etiología y pro- información para fortalecer o reorientar procesos
blemáticas de los procesos subyacentes en el apren- educativos. Colaboración, interacción, aprendizaje
dizaje y la enseñanza. Aquí radica otra causa de la mutuo entre educación y neurociencias se determi-
deficiente relación entre neurociencias y educación nan como aspectos necesarios que permitirían re-
hasta llegar a la sospecha mutua de resultados inves- sultados positivos a las dos áreas.

400
Neurociencias, educación y entorno sociocultural

Hernando Barrios-Tao

Goswami (2004) considera el aprendizaje como res. Blakemore y Frith (2000) presentaron resultados
el eje que podría unir neurociencias y educación. Es como los denominados neuromitos, dentro de los cua-
necesaria la conexión, integración y colaboración les se incluyen los “periodos críticos” y la relevancia de
mutua con un abordaje sistémico tanto en el estu- “nuevas áreas de interés potencial” en el desarrollo
dio del cerebro como en los procesos educativos, del aprendizaje. Varias publicaciones posteriores pro-
particularmente el aprendizaje. En este sentido se fundizaron en los neuromitos en el campo educativo:
orienta la propuesta planteada por Geake y Cooper Goswami, 2004; Ansari y Coch, 2006; Goswami, 2006;
(2003), después de considerar posiciones “diame- Geake, 2008; Lindell y Kidd, 2011; OECD, 2002; Pasqui-
tralmente opuestas” en las que señalan a las neu- nelli, 2012; Tardif y Doudin, 2011 (Tardif et al., 2015, p.
rociencias “no meter la nariz en los asuntos de la 40). Tardif et al. (2015) reportan el debate pero traen
educación”, y a esta última no pensar en un futuro nuevos autores de los últimos años, que han enfa-
dependiente de las neurociencias. Los mencionados tizado en la necesidad de acercar y juntar expertos
autores apuestan por un camino medio en torno en ambos campos con el fin de iniciar un debate
de las posibilidades de la neurociencia cognitiva constructivo entre ellos: Ansari y Coch, 2006; Ansa-
para ofrecer información sobre el aprendizaje en un ri, Coch y De Smedt, 2011; Fischer, Goswami y Geake,
marco holístico bio-psico-social (Goswami, 2004). La 2010; Goswami, 2006; Kalra y O’Keeffe, 2011; Tardif y
consideración del aprendizaje como la adquisición Doudin, 2011).
de nuevas representaciones neuronales de informa- El aprendizaje como punto de interés común,
ción, y el establecimiento de relaciones funcionales tanto de neurociencias como de educación, se desa-
entre ellas y las ya existentes en el cerebro (Morga- rrolla en las dos áreas. Mientras que las neurocien-
do, 2012), no se aísla de factores psicológicos y socio- cias buscan comprender sus bases cerebrales, para
culturales, lo cual sustenta la necesidad del diálogo. la educación el aprendizaje es un punto de llegada
El vínculo entre educación, aprendizaje y factores que debe ser mejorado permanentemente, a partir
emocionales no es novedoso en la teoría educati- de lenguajes comunes e intercambio de preguntas
va, sin embargo, la comprensión de las bases fisio- y datos (Gruart, 2014). Estrategias, orientaciones y
lógicas, biológicas y psicológicas aún está abierta. modelos relacionados con pedagogía y aprendizaje
La sintaxis cerebral relacionada con las emociones se podrían beneficiar: “Otra consideración es que la
debe ir más allá de su comprensión y el nexo con los neurociencia puede utilizarse para informar y modi-
procesos del aprendizaje: “Un área final en la que la ficar los modelos cognitivos que están adaptados en
neurociencia puede contribuir a la educación en el las teorías del aprendizaje, y así contribuir a la inter-
futuro es en la comprensión de la conexión entre pretación de los datos de comportamiento” (Grus-
emoción y aprendizaje” (Hall, 2005, p. 23). hka et al., 2014, p. 361).

La relación neurociencia cognitiva y ciencias Varma et al. (2008) proponen la neurociencia


de la educación recibió un aporte sugerente en De educativa como una disciplina común para que tan-
Jong (2008) con la propuesta de objetivos concre- to neurociencias como educación se unan a fin de
tos: 1) cómo los principios, mecanismos y teorías integrar procedimientos con métodos de compor-
de la educación pueden ser extendidas o refinadas tamientos relacionados con el aprendizaje, a partir
basadas sobre hallazgos de las neurociencias cogni- de lo cual se pueda configurar un modelo sinérgi-
tivas; 2) cuáles principios, mecanismos o teorías de co multidisciplinar. Mientras que los datos halla-
las neurociencias pueden tener implicaciones para dos en los experimentos neurocientíficos podrían
la investigación en educación y pueden conducir a desembocar en hipótesis sugerentes para probar
nuevos proyectos de investigaciones interdisciplina- en el aula, así también algunos de los interrogantes

401
ISSN 0123–1294 | e-ISSN 2027-5358 | Educ.Educ. Vol. 19. No. 3 | Septiembre-Diciembre de 2016 | pp. 395-415.
Universidad de La Sabana | Facultad de Educación

emanados de las aulas se podrían diseñar e investi- En algunos ámbitos se acuñan expresiones
gar mediante herramientas neurocientíficas. En este como neuroeducación, neurodidáctica, neuropeda-
sentido va la integración de las neuroimágenes fun- gogía, que no solo dificultan más esta relación, sino
cionales con los métodos de comportamiento para que sugieren nuevos campos del saber pendientes
abordar aspectos educativos y de aprendizaje. por desarrollar y que ya buscan su posicionamiento.
Hruby (2012) plantea tres requerimientos necesarios
Los resultados investigativos socializados por para justificar, particularmente, una “neurociencia
la OCDE apuestan por la necesidad de integrar la- educativa”: coherencia intelectual, informar mu-
bores hasta el punto de realizar propuestas por el tuamente y experiencia académica respetada, y un
nacimiento de una nueva ciencia del aprendizaje, compromiso ético con las implicaciones y obligacio-
en la cual converjan los esfuerzos en torno de la nes morales compartidas dentro de la investigación
mejora y resolución de problemáticas vinculadas educativa en general.
con el aprendizaje. La OCDE (2007) sintetiza con-
tribuciones que no se deberían obviar tanto en la
formulación de las políticas públicas como en las
Entorno sociocultural y educación:
prácticas educativas: facilita la comprensión de la
contribuciones de las neurociencias
La influencia del entorno sociocultural en el
“casualidad” y no solamente de la “correlación”, y
aprendizaje no es ni teoría ni temática novedosa
mueve cuestiones importantes del ámbito intuitivo
en el ámbito educativo. La teoría sociocultural de
o ideológico al de la evidencia; al revelar los mecanis-
Vygotsky y la teoría del aprendizaje social o cognos-
mos a través de los cuales se producen los efectos,
citiva social de Bandura no solo han influenciado las
puede ayudar a identificar intervenciones efectivas
teorías educativas sino que ahora sus planteamien-
y soluciones; disipa los neuromitos que arriesgan
tos adquieren mayor relevancia por algunos de los
distraer la práctica educativa seria; profundiza la
resultados neurocientíficos acerca de la relación
base del conocimiento de lo que constituye el apren-
entre aprendizaje y aspectos sociales, ambienta-
dizaje; revela características hasta ahora ocultas en
les y emocionales: “En el programa vigotskiano, las
los individuos para solucionar problemas o mejorar
funciones mentales se desarrollan y transforman
rendimientos; informa acerca de cómo diseñar y or- en contextos sociohistóricos, el entorno influyente
denar mejor las diferentes prácticas educativas; apo- adquiere un valor causal, en tanto que mediador
ya al aprendizaje continuo y sus beneficios para las necesario en esa metamorfosis; esa mediación ins-
poblaciones que envejecen; aporta en relación con tituye y se instituye en lo que Vigotsky denominó
los hallazgos sobre la propiedad de plasticidad del Zona de Desarrollo Potencial (ZDP)” (García y Juanes,
cerebro. La OCDE (2007), además de considerar pre- 2013, p. 55). En el ámbito educativo se recogen bases
cauciones, también advierte sobre limitaciones en la teóricas (Rogoff, Vygotsky, Geertz), sobre el desarro-
relación, lo cual se complementa con el cuidado de llo del ser humano en el ámbito educativo a partir
sustentar en la neurociencia un “enfoque pedagó- de bases constructivistas, mediación instrumental,
gico prescriptivo universal” y más bien considerar la y vínculo sociocultural y aprendizaje. Esta misma
información iluminadora para programas en cada dimensión instrumental en los procesos educativos
contexto. De ahí que preocuparse por cómo funcio- y bajo la configuración del triángulo sujeto-herra-
na el cerebro es “solo uno de los factores que deben mientas-objeto, basados en autores como Leontiev,
ser tomados en cuenta al construir programas edu- Wertsch, Cole, en la cual se determina la actividad y
cacionales y de enseñanza” (p. 232). Estas indicacio- el desarrollo del sujeto “en función del objeto de su
nes acerca de los cuidados y las limitaciones sugie- actividad y de los artefactos que la median” (Lalueza,
ren la necesidad de enfoques holísticos. Crespo y Camps, 2008, p. 56).

402
Neurociencias, educación y entorno sociocultural

Hernando Barrios-Tao

Tanto educadores como filósofos han conside- aspectos ambientales en el desarrollo y la conducta
rado el influjo del ambiente social no solo en proce- del ser humano. Estudios antropológicos, psicológi-
sos de aprendizaje, sino también en la configuración cos y sociales se han detenido en la relación entre
del comportamiento del ser humano: “Pero la inser- estos dos aspectos para el desarrollo del ser (García y
ción de cada hombre en una comunidad humana, Juanes, 2013). En las últimas décadas se han retoma-
la circunstancia de que su vida se enmarque en una do con una nueva perspectiva los planteamientos
vida colectiva, tiene consecuencias que determinan de la epigenética: “Actualmente se reconoce el papel
de antemano la conducta ética y que de antemano fundamental que el ambiente extranuclear, extrace-
prestan a las exigencias categóricas unos perfiles lular y social ejerce en la modulación de la actividad
formales más acusados” (Husserl, 2002, p. 49). La genética” (Bedregal et al., 2010, p. 366; Rutter, 2012;
teoría sociocultural plantea la interacción entre in- Coll, 2011).
dividuo y entorno social como fundamental para el
Nature vs Nurture, herencia y ambiente, como
desarrollo del aprendizaje y, por su parte, la teoría
uno de los temas clásicos en el desarrollo de la con-
del aprendizaje social considera que factores exter-
ducta y de los procesos mentales ya no se estudian
nos, acontecimientos del ambiente, condiciones físi-
bajo la configuración de aspectos enfrentados o de
cas, son aspectos fundamentales en el denominado
entidades contrapuestas, sino que cada vez más se
aprendizaje vicario (observacional).
comprenden como entidades complementarias y
Las teorías educativas relacionadas con el en- mutuamente influyentes (Coll, 2011). Sin embargo,
torno sociocultural se reconocen en investigaciones los interrogantes no se detienen cuando se plan-
neurocientíficas (De Jong, 2008). Así también, las tean las influencias ambientales o del entorno so-
conclusiones de Fuster en su casi medio siglo de ex- cial y los diversos efectos producidos en la dotación
periencia investigativa en el área de las neurocien- genética de personas particulares. Asimismo, cuan-
cias dedicadas a “explorar las redes cognitivas de la do se discurre en los efectos logrados en personas
corteza cerebral y la influencia sobre ellas de facto- con genotipos cercanos sometidos a diversas in-
res metabólicos, ambientales y sociales” (López, 2012, fluencias experienciales o socioambientales (Coll,
p. 30). Más allá del reconocimiento, algunas inves- 2011). Martí y Darbra (2006) refieren que la genéti-
tigaciones evidencian las reacciones del cerebro a ca del comportamiento ha hecho dos aportaciones
factores medioambientales, interacciones sociales claves en relación con la influencia del ambiente.
y condiciones del entorno. Asimismo, comprueban La primera es que el medio aumenta las diferencias
la capacidad cerebral para cambiar los estímulos de entre personas con genoma parcialmente compar-
estos factores que conducen a nuevos aprendizajes, tido, por ejemplo, entre hermanos. La segunda es
manifestados en nuevas conexiones neuronales: que muchas influencias ambientales a su vez están
“el cerebro se ve afectado por todos los cambios en influidas por la genética. Ello es debido a que existen
el entorno cultural; porque, vivir en esos entornos, tanto correlaciones como interacciones entre la do-
participar en ellos, consiste en la activación de pa- tación genética y el ambiente.
trones de actividad cerebral, mediante los cuales di-
En el ámbito neurocientífico el vínculo entre lo
rigir intencionalmente el comportamiento” (García
innato y lo adquirido, genotipo y fenotipo, cada vez
y Juanes, 2013, p. 76).
más se va estrechando en relación con la dependen-
En la exploración de factores socioculturales cia mutua entre entorno y desarrollo cerebral, ge-
influyentes en procesos educativos no puede pasar nética e influencias del entorno (Rutter, 2012; OCDE,
desapercibida la relación entre genética y ambien- 2007). Se ha evidenciado la presencia de factores
te, genotipo y fenotipo, entre factores genéticos y socioculturales que influyen en el aprendizaje consi-

403
ISSN 0123–1294 | e-ISSN 2027-5358 | Educ.Educ. Vol. 19. No. 3 | Septiembre-Diciembre de 2016 | pp. 395-415.
Universidad de La Sabana | Facultad de Educación

derado bajo los componentes neuronales y psicobio- consideran como dos formas de entender a las per-
lógicos. La revisión permitió examinar investigacio- sonas en su devenir histórico-cultural (Álvarez, 2013,
nes acerca de factores como la nutrición, el ejercicio p. 159). Con base en los planteamientos de Bruner, la
físico, el sueño, las interacciones sociales, la regula- cultura se ha considerado como “un proceso tran-
ción de emociones, como aspectos que afectan los saccional, intersubjetivo, en el que se forma la men-
procesos cerebrales relacionados con el aprendiza- te –y en este sentido– las instituciones culturales se
je (Goswami, 2004; Jolles et al., 2006; García, 2009; levantan sobre creencias de sentido común –sen-
Rodríguez, 2009; Howard-Jones, 2010; Álvarez, 2013; tido consensuado, negociado y compartido–, sobre
García y Juanes, 2013, Gruart, 2014). La OECD (2002) el comportamiento humano” (García, 2009, p. 106).
y su versión castellana (2007) presentan resultados La información al cerebro a través de los sentidos, la
acerca de factores ambientales que mejoran el fun- cultura que se adopta a través de la mediación sen-
cionamiento del cerebro: la calidad del ambiente sorial, es lo que permite considerar “la mente como
social y de las interacciones, la nutrición, el ejercicio producto de la interacción del cerebro con su entor-
físico y el sueño, todo lo cual puede parecer dema- no” (Rodríguez, 2009, p. 32).
siado obvio y ser fácilmente pasado por alto en su
Se encuentran resultados incipientes y algunas
impacto en la educación. Condicionando nuestras
reflexiones acerca de la influencia de las acciones, los
mentes y cuerpos correctamente, es posible sacar
procesos y ambientes configurados en la era tecno-
ventaja del potencial del cerebro para la plasticidad
lógica, tanto en el desarrollo como en la metamorfo-
y facilitar el proceso de aprendizaje.
sis de las conexiones cerebrales relacionadas con el
Gruart (2014) reporta aspectos del aprendizaje aprendizaje (Blackmore, 2000; Burke y Ornstein, 2001;
relacionados con “conexiones químicas” produci- Small, 2009; Martínez Cari, 2012; García y Juanes,
das por sustancias que actúan en el nivel sináptico: 2013). Algunas voces ya se levantan en este sentido:
drogas, alcohol, cafeína y sus efectos neuroquími-
La tecnología que usamos cotidianamente es
cos relacionados con los procesos de aprendizaje
capaz de modificar nuestro cerebro mucho más
(Gazzaniga, 2005; Lynch et al., 2011). Asimismo, se
de lo que creemos. Los hallazgos científicos de las
evidencian mejoras y fortalecimientos cognitivos
últimas décadas han demostrado que el cerebro
que podrían ser realizados a través de medios di-
es un órgano plástico, constituido por neuronas
ferentes a los farmacológicos como la nutrición,
capaces de regenerarse y de sufrir una remode-
ejercicio psíquico, sueño, meditación (Dresler et al.,
lación permanente en respuesta a las experien-
2013). Influencia en el sistema neuronal de sustan-
cias que vivimos (García y Juanes, 2013, p. 48).
cias como la cafeína en los niños y su aprendizaje, así
como la glucosa también se reportan como factores Más allá del aprendizaje, esta influencia tecno-
que pueden ser problemáticos (Fontinha et al., 2009; lógica se determina como un reto sugerente para la
Heatherley et al., 2006; Zuluaga, 2009). educación y la bioética que alcanzan tanto el desa-
rrollo como la configuración misma de las subjetivi-
La relación cerebro y cultura no solo se deter-
dades (Barrios Tao, 2015).
mina por ser dominios netamente humanos sino
que, guardadas las proporciones de la dimensión Experimentos neurocientíficos en ambientes
holística, la cultura se almacena en los cerebros de mejorados y sobreestimulados todavía no alcanzan
las personas y el mismo el cerebro se convirtió en el consensos en la aceptación de sus resultados, sin
órgano por excelencia de la diversidad cultural. Los embargo, el mejoramiento y la diversidad de ele-
cerebros están biológicamente preparados para ad- mentos didácticos y pedagógicos en los ambientes
quirir cultura, además de que cultura y cerebro se educativos, así como la calidad en las interacciones

404
Neurociencias, educación y entorno sociocultural

Hernando Barrios-Tao

sociales de los contextos de aprendizaje posibilitan educativos. Willis (2010) la describe como la “capa-
con mayor grado el mejoramiento de habilidades: cidad de las redes neuronales para extender, podar,
“Las interacciones sociales catalizan el aprendizaje. reorganizar, corregir o fortalecerse con base en la
Sin ellas, un individuo no puede aprender ni desarro- adquisición de nueva información, obtener retroa-
llarse adecuadamente. Al integrarse en un contexto limentación correctiva, y el reconocimiento de las
social, el aprendizaje de un individuo mejora con re- asociaciones entre el conocimiento nuevo y previo”
lación a la riqueza y variedad de ese contexto” (OCDE, (p. 55). Esta plasticidad considerada como la capaci-
2007, p. 49). En otro sentido, se ha contribuido con dad inherente del cerebro para adaptarse a un en-
el afianzamiento de teorías que sustentan factores torno cambiante está en la “base del desarrollo del
que ejercen efectos negativos en el aprendizaje. cerebro y la maduración, y por lo tanto proporciona
Coll (2011) revisa varios estudios (Hillman, Erickson los mecanismos que subyacen en la adaptación y el
y Kramer, 2008; Hawkley y Cacioppo, 2010; Macrory, aprendizaje” (De Jong, 2008, p. 51). La plasticidad es
De Brito y Viding, 2010) que sustentan algunos de una propiedad
estos factores negativos sobre el funcionamiento de
algunas áreas de la corteza prefrontal y pueden de- ...que se pone en marcha como consecuencia
teriorar funciones cognitivas: estrés, soledad y falta de factores sensoriales, motores, sociales, emo-
de ejercicio físico. De ahí la importancia de que los cionales y, también, de la presencia de lesiones
programas escolares no estén centrados únicamen- cerebrales (Cicchetti et al., 2006). A su vez, los
te en la consecución de conocimientos y habilidades factores ambientales provocan modificaciones
cognitivas, sino también en el desarrollo emocional en la expresión génica en el núcleo de la neuro-
y social, así como en la actividad física. na, expresando ARN que codifica las proteínas
necesarias para la formación de nuevas sinapsis
Uno de los grandes descubrimientos neuro- y dendritas, estableciendo así modificaciones es-
científicos que permiten afianzar las teorías acerca tructurales (Rodríguez, 2009, p. 33).
de la influencia del ambiente sociocultural, tanto en
el desarrollo del cerebro como en su modificación Bernal (2011) considera la influencia cultural en
estructural y funcional, es la plasticidad cerebral, relación con el desarrollo pleno del cerebro humano
que le permite adaptarse a condiciones del entorno y la vincula con la propiedad del cerebro para admitir
tanto intra como extracerebrales (Rodríguez, 2009). alteraciones en su estructura o función como conse-
Esta propiedad cerebral para crear, fortalecer, debili- cuencia del desarrollo, de la experiencia o de alguna
tar y eliminar conexiones cerebrales es fundamen- lesión: “Esto significa que cada individuo, lo sepa o
tal para sustentar la influencia sociocultural en el no, está construyendo, para bien o para mal, su pro-
aprendizaje. La plasticidad se recoge en muchos in- pio cerebro en su interacción con el mundo (Jeanne-
formes y artículos científicos, con matices diversos y rod, 2006; Moraes y De la Torre, 2002)”. En algunos
con aplicaciones en múltiples campos (Nelson, 1999; estudios se considera la importancia de la plastici-
Koizumi, 2003; OECD, 2002; Geake y Cooper, 2003; dad hasta el punto de calificarse como la adaptabi-
Blakemore y Frith, 2005; Jeannerod, 2006; OCDE lidad del cerebro “que hace posible el aprendizaje y
2007; Citri y Malenka, 2008; Kolb y Whishaw, 2008; la enseñanza” (Grushka et al., 2014, p. 361).
De Jong, 2008; Rodríguez, 2009; Willis, 2010; Coll,
De Jong (2008) sustenta resultados que impli-
2011; Bernal, 2011; Marina 2012; Grushka et al., 2014).
can el aprendizaje acompañado siempre “de cambios
Diversos matices en las definiciones sobre en el tejido nervioso y en la eficacia de procesamien-
plasticidad permiten considerar tópicos de esta to de la información en el cerebro”. En consecuencia,
capacidad del cerebro en relación con los procesos la misma investigación sostiene que “como los niños,

405
ISSN 0123–1294 | e-ISSN 2027-5358 | Educ.Educ. Vol. 19. No. 3 | Septiembre-Diciembre de 2016 | pp. 395-415.
Universidad de La Sabana | Facultad de Educación

los jóvenes y también los adultos se adaptan a un La información descubierta en las dos últimas
entorno en constante cambio, esto significa que décadas ha conformado que el cerebro retiene
compañeros, padres, maestros y otros –contexto psi- su plasticidad a lo largo de toda la vida. Y, de-
cosocial– tienen un papel mayor en la conformación bido a que la plasticidad sustenta el aprendiza-
de la eficiencia de la plasticidad del cerebro y por lo je, podemos aprender en cualquier etapa de la
tanto la adaptación” (p. 51). vida, aunque de formas un tanto diferentes en
las distintas etapas (Koizumi, 2003; OECD, 2002;
Kolb y Whishaw (2008) describen los funda- OCDE, 2007, p. 63).
mentos neurocientíficos de la plasticidad a partir
de su consideración como la capacidad del tejido Resultados investigativos comprueban la plas-
nervioso para cambiar en estructura y función en ticidad durante toda la vida, lo cual fundamenta
respuesta a factores que pueden ser descritos como procesos de aprendizaje a lo largo del ciclo vital y la
“medioambientales”. Estos factores “actúan sobre influencia de factores socioambientales en todos los
el nivel de la neurona o sus subestructuras tales periodos vitales. De Jong (2008) recoge resultados
como dendritas y espinas dendríticas pero tam- que sustentan que
bién –sobre un nivel más macroscópico– a nivel de
...el tejido nervioso –y por lo tanto el cerebro–
agregados de neuronas (por ejemplo, redes neuro-
permanece plástico hasta muy avanzada edad.
nales)”. En consecuencia, se evidencia lo que los au- Esta idea viene de décadas de investigación
tores denominan una “reorganización plástica del realizadas con animales y seres humanos (por
tejido nervioso” la cual “se produce en relación con ejemplo, Buonomano y Merzenich, 1998; Wein-
los neurotransmisores y neurohormonas y otras en- berger, 1995). Esto pone de relieve la idea de que
tidades químicas tales como factores tóxicos”. Con el aprendizaje es posible hasta una edad muy
relación al aprendizaje y el cambio cerebral, el pro- avanzada (p. 51).
fundo estudio afirma que
El mismo informe evidencia otros resultados
...el aprendizaje y los procesos psicológicos, así en el sentido benéfico de estilos de vida con acti-
como experiencias emocionales pueden cam- vidades cognitivas, sociales y físicas que “pueden
biar la estructura y función del cerebro debido proteger contra el deterioro cognitivo y del cerebro”
al hecho de que la “plasticidad” es una propie- (Bosma et al., 2002; Karp et al., 2006; Wilson et al.,
dad inherente del tejido nervioso. Este cambio 2002). Estos importantes hallazgos apoyan los en-
es en el nivel estructural, lo que significa que la foques hacia el concepto de “aprendizaje para toda
forma y la estructura de la neurona y conjuntos la vida” (De Jong, 2008, p. 51). Nelson (1999) relaciona la
neuronales –y por lo tanto el cerebro– cambia plasticidad cerebral con el desarrollo humano y de
(Kolb y Whishaw, 2008). manera artística la determina como:

La OCDE (2007) recoge resultados investiga- ...“la danza sutil pero orquestada que se produ-
tivos y agrupa bajo el término plasticidad los pro- ce entre el cerebro y el medio ambiente” y “la
cesos que remodelan el cerebro: la sinaptogénesis, habilidad del cerebro para ser moldeada por
la poda, el desarrollo y la modificación neuronal. la experiencia y, a su vez, para que este cerebro
Asimismo, presenta resultados investigativos que recién remoldeado facilite el abrazo de nuevas
demuestran la plasticidad como una propiedad ce- experiencias”, lo cual se considera una base fun-
rebral que se prolonga durante todo el ciclo vital, “en damental del aprendizaje para toda la vida en
términos de números tanto de neuronas como de relación con los “cambios neuronales, ad infini-
sinapsis” (p. 175): tum” (p. 42).

406
Neurociencias, educación y entorno sociocultural

Hernando Barrios-Tao

La relación plasticidad y ambiente sociocultural, largo de toda la vida, excepto en ciertos tras-
factores ambientales y desarrollo cerebral, experiencia tornos graves del desarrollo y en enfermedades
y plasticidad, se sustenta en varios informes. Rodrí- neurodegenerativas. Este tipo de plasticidad es
guez (2009) reporta algunos que plantean dos pro- el que posibilita el aprendizaje y la memoria
cesos diferentes en la influencia del entorno sobre el (Coll, 2011).
desarrollo del cerebro: expectantes y dependientes
En la relación desarrollo humano y plasticidad
de experiencia:
cerebral, Nelson (1999) plantea y ejemplifica tres
El primero corresponde a los denominados pe- mecanismos mediante los cuales la experiencia in-
riodos críticos o sensibles y tienen lugar en las duce cambios en el cerebro: cambio anatómico, neu-
edades tempranas del desarrollo del sistema roquímico y metabólico:
sensorial […] La plasticidad mediada por los pro-
Un cambio anatómico podría ser la capacidad
cesos dependientes de experiencia va esculpien-
de las sinapsis existentes (es decir, las conexio-
do literalmente el cerebro a través de nuevas co-
nes entre las células nerviosas) para modificar
nexiones como respuesta a eventos que proveen
su actividad por brotar nuevos axones o por
información, única para cada individuo, que ha
la ampliación de la superficie dendrítica. Un
de ser codificada en su sistema nervioso (Black
cambio neuroquímico podría reflejarse en la
et al., 1998, pp. 93-94).
capacidad de una sinapsis existente para mo-
La de Greenough et al. (1987) es una investiga- dificar su actividad mediante el aumento de la
ción pionera en la relación experiencia, desarrollo y síntesis y liberación de sustancias químicas que
madurez cerebral con base en referencias morfoló- transmiten los impulsos nerviosos (es decir, neu-
gicas de experiencias visuales selectivas. rotransmisores). Finalmente, un ejemplo de un
cambio metabólico podría ser las fluctuaciones
Coll (2011) reporta la clasificación de la plastici- en la actividad metabólica (por ejemplo, utiliza-
dad sináptica en relación con la experiencia, referi- ción de la glucosa o el oxígeno) en el cerebro en
da a un tipo de influencia ambiental, y sustentada respuesta a la experiencia (p. 42).
por Greenough y Black (1992): 1) independiente de
experiencia; 2) expectante de experiencia; 3) depen- Grushka et al. (2014) relacionan neurociencias,
diente de experiencia. Coll concretiza la experiencia aprendizaje y currículo, con la propuesta de la inte-
como “la interacción activa entre la persona y su en- racción entre experiencia y neuroplasticidad cerebral
torno físico y social, e incluye aspectos tan diversos como un vínculo de especial interés para el trabajo
como las informaciones procedentes de los senti- curricular. A partir de la definición de plasticidad de
dos, la manipulación de objetos, el contacto corporal Willis (2010) como la capacidad de las redes neuro-
y visual con otras personas, los premios y castigos nales para extender, podar, reorganizar, corregir o
recibidos, la observación de la conducta de otras fortalecerse con base en la adquisición de nueva in-
personas, etc.” (2011). Con relación a los procesos del formación, obtener retroalimentación correctiva, y el
reconocimiento de las asociaciones entre el conoci-
aprendizaje y la memoria el tipo de plasticidad “de-
miento nuevo y previo, el texto de Grushka considera
pendiente de la experiencia” se refiere a los
que esta adaptabilidad del cerebro es lo “que hace
...cambios plásticos que se dan como consecuen- posible el aprendizaje y la enseñanza” (p. 361). La
cia de experiencias a lo largo del ciclo vital. Aun- comprensión cognitiva de esta “plasticidad adapta-
que este tipo de plasticidad es máxima durante tiva” tiene implicaciones “para cuestiones pedagó-
la infancia y la adolescencia, se mantiene a lo gicas relacionadas con el aprendizaje, incluyendo la

407
ISSN 0123–1294 | e-ISSN 2027-5358 | Educ.Educ. Vol. 19. No. 3 | Septiembre-Diciembre de 2016 | pp. 395-415.
Universidad de La Sabana | Facultad de Educación

necesidad de refuerzo y el problema de aprendizaje se ocupan de la planificación, el control ejecutivo, el


erróneo, y para cuestiones de amplitud y profundi- concepto de cambio, el procesamiento eficiente en la
dad del currículo” (Geake y Cooper, 2003, p. 14). memoria, los procesos de atención y los así llamados
‘autoevaluación’ y ‘control social’ (Blakemore y Chou-
Factores socioculturales y plasticidad no solo
dhury, 2006)” (De Jong, 2008, p. 53).
se vinculan estrechamente, sino que las neurocien-
cias también han investigado acerca de otra relación El desarrollo y la madurez del cerebro por mu-
vinculada con la plasticidad: aspectos psicosociales cho tiempo se confinaron a los primeros años de
y madurez del cerebro. Entorno, plasticidad y ma- vida, pero las recientes investigaciones no solo con-
durez cerebral se vinculan de manera sugestiva en cluyeron que el cerebro crece y se desarrolla en los
los procesos del desarrollo humano. De Jong (2008) primeros años del adulto, sino también que el cere-
presenta resultados con relación al papel de facto- bro muestra “signos continuos de plasticidad en res-
res psicosociales que modulan y guían la madurez puesta a las nuevas exigencias ambientales durante
cerebral, no obstante la particularidad y variabilidad la vida adulta” (Hall, 2005, p. 21). Los factores del en-
de la madurez en cada proceso individual (Blake- torno socio-cultural no solo afectan aspectos educa-
more y Frith, 2005; Giedd, 2004; Gogtay et al., 2004; tivos y del aprendizaje, sino también contribuyen a la
Paus, 2005; Steinberg, 2005). Un resultado sugestivo madurez cerebral: “El cerebro es plástico, lo que sig-
relacionado con aspectos socioculturales, procesos nifica que el buen crecimiento, el desarrollo adecua-
de aprendizaje y desarrollo cognitivo, guardadas las do de las redes cerebrales y la poda de las conexiones
proporciones individuales y sociales, son los tiempos y la optimización de la comunicación interneuronal
de maduración cerebral: se guía por el comportamiento, la información senso-
Se ha reconocido en los últimos años que de- rial y motivacional” (Kolb y Whishaw, 2008).
terminadas partes del cerebro y sus conexiones Uno de los soportes neurocientíficos para las
se desarrollan en la adolescencia media y tar- teorías sobre el aprendizaje social, en cuya base se
día y no están completamente maduras hasta encuentra el aprendizaje por imitación, es el des-
la tercera década de la vida. La corteza medial cubrimiento de las denominadas neuronas espejo.
prefrontal y otras regiones de los lóbulos fron-
García (2008) aborda el aprendizaje vinculado con
tales, sino también zonas terciarias en el lóbulo
los descubrimientos de las neuronas espejo por Riz-
parietal están entre ellas (De Jong, 2008, p. 52).
zolatti, en cuya base se presentan investigaciones
Resultados neurocientíficos concuerdan en la con neuroimagen cerebral que han constatado que
tercera década del desarrollo individual como el la observación de las acciones de los demás activa
tiempo conclusivo de madurez de la corteza pre- en el observador las mismas áreas cerebrales, como
frontal (Paus, 2005; Blakemore y Choudhury, 2006; si fuera él mismo quien ejecutara las acciones. El
OCDE, 2007; De Jong, 2008). informe de De Jong (2008) resalta resultados de la
neurociencia cognitiva con relación al aprendizaje
Algunas investigaciones se preocupan por iden- social, particularmente del papel de estas neuronas
tificar el desarrollo de áreas específicas del cerebro en la comprensión de las acciones realizadas por los
que permiten establecer este proceso de madurez. La demás así como en la capacidad para el aprendizaje
corteza prefrontal, vinculada con aspectos de las fun- por observación e imitación:
ciones ejecutivas, es el área del cerebro que se desa-
rrolla “relativamente ‘tarde’, en la media y final de la Se ha demostrado que la observación de accio-
adolescencia” y “corresponde a los aspectos particu- nes (orientadas a objetos) hechos por otros acti-
lares de la función ejecutiva. Las funciones ejecutivas va el sistema de neuronas-espejo, que también

408
Neurociencias, educación y entorno sociocultural

Hernando Barrios-Tao

está activo cuando uno realiza la misma (Iaco- neuronas-espejo está involucrado aquí. Es decir,
boni et al., 1999; Meltzoff y Prinz, 2002). Varios puede haber una interacción compleja entre los
autores (Buccino y col, 2004; Craighero, Bello, circuitos neuronales implicados en el control
Fadiga, y Rizzolatti, 2002; Vogt, Taylor, y Hopkins, motor, la simulación mental, y la creación de
2003) encontraron que el sistema de neuronas- reflejos que permiten la imitación y la empatía
espejo, se activa durante la mera observación de (véase, por ejemplo, el artículo y los comentarios
la acción, prepara la ejecución de acciones si- por Hurley, 2008) (De Jong, 2008, p. 25).
milares, y con ello media el aprendizaje basado
en la imitación. Durante un tiempo, se pensaba
Conclusiones
que el sistema de neuronas-espejo solamente se
El movimiento entre el escepticismo a la espe-
activaba cuando las partes del cuerpo huma-
ra de aplicaciones de resultados investigativos en el
no que ejecutaban la acción eran visibles, y no
escenario de las aulas y el triunfalismo que simplifi-
cuando la acción se llevaba a cabo por algún
ca, generaliza y finaliza resultados de las neurocien-
otro agente, tal como un brazo de robot (Tai,
cias en relación con los procesos educativos requiere
Scherfler, Brooks, Sawamoto, y Castiello, 2004;
un punto medio que labore sobre la necesidad de in-
De Jong, 2008, p. 25).
tegración y colaboración mutua, la complejidad de
El descubrimiento de estas neuronas y su pa- los procesos educativos y la necesidad de resolver
pel no solo fundamentan teorías relacionadas con las problemáticas, especialmente aquellas relacio-
el aprendizaje social, sino también aquellas vincula- nadas con el aprendizaje.
das con los mismos procesos del desarrollo humano Uno de los aspectos cuestionantes para los
y social e igualmente soportan las teorías de otros procesos educativos es la centralidad de lo cognitivo
saberes: “En psicología evolutiva, se argumenta que sin tener en cuenta, en la práctica, otros fenómenos
es posible que hayamos evolucionado de observar que influyen en el aprendizaje. Ambiente, entorno,
e imitar a otras personas (Sweller y Sweller, 2006)”. bienestar, creatividad, salud, son aspectos que su-
(De Jong, 2008, p. 24). La plasticidad y la madurez ce- gieren la necesidad de investigaciones en el aula
rebral como procesos ampliados a lo largo de toda la para mejorar su influjo en los procesos educativos
vida sustentan el aprendizaje social y la influencia vinculados con el aprendizaje con enfoques holís-
de factores socioculturales en la constante recon- ticos, bio-psico-sociales, que integren dimensiones
figuración de las conexiones cerebrales. En estas mentales y corporales, ambientales y cognitivas.
relaciones bio-psico-sociales el aprendizaje por imi- Asimismo, investigaciones que integren técnicas
tación no se limita a los primeros años del desarro- neurocientíficas y ambientes reales en el aula y en
llo humano sino que el desarrollo cerebral permite entornos pedagógicos.
afirmar que cualquier estadio de la vida puede aco-
ger la relación entorno sociocultural y aprendizaje: La revisión de informes investigativos y artí-
culos científicos acerca de la relación entre entorno
También se ha sugerido que el sistema de neu- sociocultural y procesos educativos, particularmente
ronas espejo puede desempeñar un papel más el aprendizaje, permite fundamentar con bases neu-
amplio en la cognición social al permitir la rocientíficas las teorías sobre el aprendizaje social y la
comprensión de las acciones realizadas por los influencia del ambiente sociocultural en los procesos
demás, es decir, puede haber un vínculo con la de aprendizaje. De la misma manera, estos resulta-
empatía y el desarrollo de la teoría de la mente dos podrían ofrecer elementos para que los actores de
(véase, por ejemplo, Keysers y Gazzola, 2007). Sin los procesos educativos consideren y adquieran re-
embargo, es cuestionable si solo el sistema de levancia en la práctica pedagógica.

409
ISSN 0123–1294 | e-ISSN 2027-5358 | Educ.Educ. Vol. 19. No. 3 | Septiembre-Diciembre de 2016 | pp. 395-415.
Universidad de La Sabana | Facultad de Educación

Actores, escenarios y procesos educativos no educativos del ser humano. García y Juanes (2013)
solo deberían tener conciencia del vínculo entre consideran que las TIC no solo se pueden considerar
educación y aprendizaje con las bases neuronales y como “el sistema tecnológico humano con mayor po-
biológicas de estos procesos, sino también conocer der de modificación del entorno vital que la humani-
y considerar estrategias para fortalecer aspectos dad haya conocido nunca”, sino también como “una
del entorno sociocultural que influyen en el desa- fuente de cambios en la actividad del cerebro” (p. 74).
rrollo cerebral:
En la relación neurociencias y educación, la
Tener una idea clara de las posibilidades de propuesta de Álvarez (2013) es una sugerente con-
nuestro cerebro, saber que educar es cambiarlo, clusión cuando considera que el conocimiento de
porque el aprendizaje supone actividad y pro- los “cambios neurobiológicos” que ocurren en el
ducción de cambios neuronales, promueve un cerebro al realizar procesos de aprendizaje pueden
optimista modelo educativo, que aumenta la fortalecer los procesos didácticos, además de nutrir
relevancia de la tarea docente. La cultura cam- los modelos educativos en aspectos como su opti-
bia el cerebro que, a su vez, cambiará la cultura mización a través del conocimiento de la anatomía
(Marina, 2012, p. 9). y fisiología del cerebro, las emociones, la conducta,
Así como la educación y el aprendizaje cam- el proceso de la información, los procesos cogniti-
bian y desarrollan las bases biológicas del cerebro, vos, las estrategias metacognitivas. La OCDE (2007)
no se pueden descuidar otros factores que actúan reporta una sugerente propuesta conclusiva para
sobre el aprendizaje, el desarrollo del cerebro y la configurar la relación y los aportes recíprocos entre
formación misma del ser humano. El ámbito escolar, educación y neurociencias:
en cualquiera de sus niveles, así como el ambiente
La neurociencia por sí sola no puede proveer el
sociocultural cotidiano en el cual se desarrolla la
conocimiento necesario para diseñar enfoques
mayor parte de los actores del proceso educativo,
eficaces para la educación, y, por lo tanto, la
estudiantes-docentes-directivos-familia, no son dos
neurociencia educacional no habrá de consistir
espacios aislados, sino que ambos deben contribuir
en insertar técnicas basadas en el cerebro den-
al desarrollo integral que busca la educación.
tro de las aulas. Más bien, se debe establecer una
Los ambientes socioculturales que transcurren relación recíproca entre la práctica educacional
en los entornos digitales no solo se pueden deter- y la investigación acerca del aprendizaje, que es
minar como instrumentos para mejorar los pro- análoga a la relación entre la medicina y la bio-
cesos educativos y del aprendizaje, sino que estos logía. Esta relación recíproca habrá de sostener
mismos ambientes se han consolidado como esce- el flujo bidireccional continuo de información
narios todavía por descubrir e investigar, acerca de necesario para dar soporte a una práctica edu-
sus efectos en el desarrollo, la madurez y la afecta- cacional informada sobre el cerebro y basada
ción de los aspectos neurobiológicos, psicológicos y en la investigación.

410
Neurociencias, educación y entorno sociocultural

Hernando Barrios-Tao

Referencias

Alferink, L. A. y Farmer-Dougan, V. (2010). Brain-(not) based education: Dangers of misunderstanding and mi-
sapplication of Neuroscience research. Exceptionality, 18, 42-52.

Álvarez, M. E. (2013). La neurociencia en las ciencias socio-humanas: una mirada transdisciplinar. Ciencias socia-
les y educación, 2 (3), 153-166.

Ansari, D. y Coch, D. (2006). Bridges over troubled waters: Education and cognitive neuroscience. Trends in Cog-
nitive Sciences, 10 (4), 146-151.

Ansari, D., Coch, D. y De Smedt, B. (2011). Connecting education and cognitive neuroscience. Where will the jour-
ney take us? Educational Philosophy and Theory, 43 (1), 37-42.

Ansari, D., De Smedt, B. y Grabner, R. H. (2011). Neuroeducation –A critical overview of an emerging field. Neu-
roethics, 5 (2), 105-117.

Barrios Tao, H. (2015). Subjetividades en el ágora digital: cuestiones para la educación y la bioética. Revista Lati-
noamericana de Bioética, 15 (29), 84-95.

Bedregal, P., Shand, B., Santos, M. y Ventura-Junca, P. (2010). Aportes de la epigenética en la comprensión del
desarrollo del ser humano. Revista Médica de Chile, 138, 366-372.

Bernal, A. (2011). Neurociencia y aprendizaje para la vida en el mundo actual. Ponencia XII Congreso internacio-
nal de teoría de la educación, Universidad de Barcelona.

Blackmore, S. (2000). La máquina de los memes. Barcelona: Paidós.

Blakemore, S-J. y Choudhury, S. (2006). Development of the adolescent brain: Implications for executive function
and social cognition. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 47, 296-312.

Blakemore, S. J. y Frith, U. (2000). Report on the implications of recent developments in neuroscience for research
on teaching and learning. Consultation paper commissioned by the Teaching and Learning Research Pro-
gramme, ESRC.

Blakemore, S. J. y Frith, U. (2005). The learning brain: Lessons for education. Oxford: Blackwell Publishing.

Bohm, D. (1992). Thought as a System. New York: Routledge.

Bruer, J. T. (1997). Education and the brain: A bridge too far. Educational Researcher, 26 (8), 4-16.

Bruer, J. T. (1998). Brain science brain fiction. Educational Leadership, 56 (3), 14-18.

Burke, J. y Ornstein, R. (2001). Del hacha al chip. Cómo la tecnología cambia nuestras mentes. Barcelona: Planeta.

411
ISSN 0123–1294 | e-ISSN 2027-5358 | Educ.Educ. Vol. 19. No. 3 | Septiembre-Diciembre de 2016 | pp. 395-415.
Universidad de La Sabana | Facultad de Educación

Citri, A. y Malenka, R. (2008). Synaptic plasticity: Multiple forms, functions, and mechanisms. Neuropsychophar-
macology, 33, 18-41.

Clark, B. (2001). Some principles of brain research for challenging gifted learner. Gifted Education International,
46, 445-451.

Coll, M. (2011). Plasticidad cerebral y experiencia: fundamentos neurobiológicos de la educación. Ponencia XII
Congreso Internacional de teoría de la educación, Universidad de Barcelona.

Davis, A. (2004). The credentials of brain-based learning. Journal of Philosophy of Education, 38 (1), 21-36.

Davis, S. M. (2000). Look before you leap: Concerns about ‘brain-based’ products and approaches. Childhood
Education, 77 (2), 100-101.

De Jong, T. (ed.) (2008). Explorations in learning and the brain: On the potential of cognitive neuroscience for
educational science. The Hague (NL): Netherlands Organisation for Scientific Research.

Diamond, M. y Hopson, J. (1998). Magic tress of the mind: How to nurture your child’s intelligence, creativity, and
healthy emotions from birth through adolescence. New York: Dutton.

Dresler, M., Sandberg, A., Ohla, K., Bublitz, C., Trenado, C., Mroczko-Wasowicz, A., Kühn, S. y Repantis, D. (2013).
Nonpharmacological cognitive enhancement. Neuropharmacology, 64, 529-543.

Edelenbosch, R., Kupper, F., Krabbendam, L. y Broerse, J. E. W. (2015). Brain-based learning and educational neu-
roscience: BoundaryWork. Mind, Brain, and Education, 9 (1), 40-49.

Fontinha, B., Delgado-García, J. M., Madroñal, N., Ribeiro, J., Sebastião, A. M. y Gruart, A. (2009). Adenosine A2A
receptor modulation of hippocampal CA3-CA1 synapse plasticity during associative learning in behaving
mice. Neuropsychopharmacology, 34, 1865-1874.

García, E. (2008). Neuropsicología y educación. De las neuronas espejo a la teoría de la mente. Revista de Psico-
logía y Educación, 1 (3), 69-90.

García Carrasco, J. (2009). Educación, cerebro y emoción. Aula, 15, 91-115.

García, J. y Juanes, J. A. (2013). El cerebro y las TIC. Teoría de la educación. Educación y cultura en la sociedad de la
información, 14 (2), 42-84.

Gazzaniga, M. S. (2005). Smarter on drugs. Scientific American Mind, 16 (3), 32-37.

Geake, J. (2008). Neuromythologies in education. Educational Research, 50 (2), 123-133.

Geake, J. y Cooper, P. (2003). Cognitive neuroscience: Implications for education? Westmister Studies in Educa-
tion, 26 (1), 7-20.

Giedd, J. N. (2004). Structural magnetic resonance imaging of the adolescent brain. Annals of the New York
Academy of Sciences, 77-85.

412
Neurociencias, educación y entorno sociocultural

Hernando Barrios-Tao

Gogtay, N., Giedd, J. N., Lusk, L., Hayashi, K. M., Greenstein, D. et al. (2004). Dynamic mapping of human cortical
development during childhood through early adulthood. Proceedings of the National Academy of Sciences
of the United States of America, 101, 8174-8179.

Goswami, U. (2004). Neuroscience and education. British Journal of Educational Psychology, 74, 1-14.

Goswami, U. (2006). Neuroscience and education: From research to practice? Nature Reviews Neuroscience, 7, 406-413.

Greenleaf, R. K. (1999). It’s never too late! What neuroscience has to offer high schools. National Association of
Secondary School Principals. NASSP Bulletin, 83 (608), 81-89.

Greenough, W. T., Black, J. y Wallace, C. S. (1987). Experience and Brain Developmente. Child Development, 58, 539-559.

Greenough, W. y Black, J. (1992). Induction of brain structure by experience: Substrate for cognitive develop-
ment. En Gunnar, M. R. y Nelson, C. A. (eds.). Minnesota symposia on child psychology 24: Developmental
behavioral neuroscience (pp. 155-200). Hillsdale, NJ: Lawrence Erlbaum.

Gruart, A. (2014). The role of Neurosciences in Education… and viceversa. International Journal of Educational
Psychology, 3 (1), 21-48.

Grushka, K., Donnelly, D. y Clement, N. (2014). Digital Culture and neuroscience: A conversation with learning
and curriculum. Digital Culture & Education, 6 (4), 358-373.

Hall, J. (2005). Neuroscience and Education, A review of the contribution of brain science to teaching and learning.
University of Glasgow: SCRE Research Report 121.

Hawkley, L. C. y Cacioppo, J. (2010). Loneliness matters: A theoretical and empirical review of consequences and
mechanisms. Annals of Behavioral Medicine, 40 (2), 218-227.

Heatherley, S. V., Hancock, K. M. F. y Rogers, P. J. (2006). Psy chostimulant and other effects of caffeine in 9- to
11-year-old children. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 47 (2), 135-142.

Hillman, C. H., Erickson, K. L. y Kramer, A. F. (2008). Be smart, exercise your heart: Exercise effects on brain and
cognition. Nature Reviews Neuroscience, 9, 58-65.

Howard-Jones, P. (2010). Introducing neuroeducational research. Neuroscience, education and the brain from
contexts to practice. New York: Routledge.

Hruby, G. (2012). Three requirements for justifying an educational neuroscience. British Journal of Educational
Psychology, 82, 1-23.

Husserl, E. (2002). Renovación del hombre y de la cultura. Barcelona: Anthropos Editorial.

Jeannerod, M. (2006). Motor cognition: What actions tell the self. Oxford: Oxford University Press.

Jensen, E. (2000). Brain-based learning: A reality check. Educational Leadership, 57 (7), 76-80.

Jolles, J., De Groot, R., van Benthem, J., Dekkers, H., De Glopper, C., Uijlings, H. y Wolff-Albers, A. (2006). Brain lessons; A
contribution to the international debate on brain, learning & education. Maastricht: Neuropsy ch Publishers.

413
ISSN 0123–1294 | e-ISSN 2027-5358 | Educ.Educ. Vol. 19. No. 3 | Septiembre-Diciembre de 2016 | pp. 395-415.
Universidad de La Sabana | Facultad de Educación

Koch, K. R., Timmerman, L., Peiffer, A. M. y Laurienti, P. J. (2013). Converge of two independent roads leads to colla-
boration between education and neuroscience. Psychology in the Schools, 50, 577-588.

Koizumi, H. (2003). Science of Learning and Education: An Approach with Brain-function Imaging. No To Hattat-
su, 35 (2), 126-129.

Kolb, B. y Whishaw, I. Q. (2008). Fundamentals of human neuropsychology. New York: Worth Publishers.

Lalueza, J. L., Crespo, I. y Camps, S. (2008). Las tecnologías de la información y la comunicación y los procesos
de desarrollo y socialización. En Coll, S. y Monereo, C. (coords.) (2008). Psicología de la educación virtual:
aprender y enseñar con las tecnologías de la información y la comunicación (pp. 54-73). Madrid: Morata.

Lindell, A. K. y Kidd, E. (2011). Why right-brain teaching is half-witted: A critique of the misapplication of neuros-
cience to education. Mind, Brain, and Education, 5, 121-127.

López, F. (2012). Entrevista al profesor D. Joaquín Fuster. Participación educativa, 1, 29-32.

Lynch, G., Palmer, L. C. y Gall, C. M. (2011). The likelihood, of cognitive enhancement. Pharmacology, Biochemistry
and Behavior, 99, 116-129.

Macrory, E., De Brito, S. A. y Viding, E. (2010). Research review: The neurobiology and genetics of maltreatment
and adversity. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 51 (10), 1079-1095.

Marina, J. A. (2012). El diálogo entre neurociencia y educación. Participación educativa, 1, 7-14.

Martí, A. y Darbra, S. (2006). Genètica del Comportament. Barcelona: Servei de pulicacions de la Universitat
Autònoma de Barcelona.

Martínez Cari, D. (2012). El yo y la máquina: cerebro, mente e inteligencia artificial. Madrid: Palabra.

Mora, F. y Sanguinetti, A. M. (1994). Diccionario de Neurociencias. Madrid: Alianza Editorial.

Moraes, M. C. y De la Torre, S. (2002). Sentipensar bajo la autopoiética o cómo reencantar creativamente la edu-
cación. Creatividad y sociedad. Revista de la Asociación para la Creatividad, 2, 41-56.

Morgado, I. (2012). Claves neurocientíficas de la enseñanza y el aprendizaje. Participación educativa, 1, 15-19.

Nelson, C. (1999). Neural Plasticity and Human Developoment. American Psychological Society, 8 (2), 42-47.

OCDE (2007). La comprensión del cerebro. El nacimiento de una ciencia del aprendizaje. Santiago: Ediciones Uni-
versidad Católica Silva Henríquez.

OECD (2002). Understanding the brain: Towards a new learning science. Paris: Organization for Economic Co-
operation and Development.

Ortega y Gasset, J. (1998). La barbarie del “especialismo”. En Gardner, M. (coord). Los grandes ensayos de la ciencia
(pp. 91-96). México: Nueva Imagen.

414
Neurociencias, educación y entorno sociocultural

Hernando Barrios-Tao

Pasquinelli, E. (2012). Neuromyths: Why do they exist and persist? Mind, Brain, and Education, 6, 89-96.

Paus, L. (2005). Mapping brain maturation and cognitive development during adolescence. Trends in Cognitive
Sciences, 9, 60-68.

Pickering, S. J. y Howard-Jones, P. (2007). Educators’ views on the role of neuroscience in education: Findings
from a study of UK and international perspectives. Mind, Brain, and Education, 1 (3), 109-113.

Purdy, N. y Morrison, H. (2009). Cognitive neuroscience and education: unravelling the confusion. Oxford Re-
view of Education, 35 (1), 99-109.

Rodríguez, F. (2009). Educación y neurociencia. Psicología Educativa, 15 (1), 27-38.

Rutter, M. (2012). Discussion Paper Gene-environment interdependence. European Journal of Developmental


Psychology, 9 (4), 391-412.

Sabatella, M. L. P. (1999). Intelligence and Giftedness: Changes in the structure of the brain. Gifted Education
International, 13, 226-237.

Samuels, B. M. (2009). Can the differences between Education and Neuroscience be overcome by Mind, Brain,
and Education? Mind, Brain and Education, 3 (1), 45-55.

Small, G. (2009). El cerebro digital. Cómo las nuevas tecnologías están cambiando nuestra mente. Barcelona: Urano.

Steinberg, L. (2005). Cognitive and affective development in adolescence. Trends in Cognitive Science, 9, 69-74.

Sweller, J. y Sweller, S. (2006). Natural information processing systems. Evolutionary Psychology, 4, 434-458.

Tardif, E. y Doudin, P. A. (2011). Neurosciences cognitives et education: Le debut d’une collaboration. Revue des
HEP de Suisse Romande et du Tessin, 12, 99-120.

Tardif, E., Doudin, P. A. y Meylan, N. (2015). Neuromyths among Teacher and Student Teachers. Mind, Brain and
Education, 9, (1), 50-59.

Varma, S., McCandliss, B. D. y Schwartz, D. L. (2008). Scientific and pragmatic challenges for bridging education
and neuroscience. Educational Researcher, 37 (3), 140-152.

Willingham, D. T. (2009). Three problems in the marriage of neuroscience and education. Cortex, 45, 544-545.

Willis, J. (2010). The current impact of neuroscience on teaching and learning. En De Sousa, R. (ed.). Mind, brain,
and education: Neuroscience implications for the classroom (pp. 45- 66). Bloomington: Solution Tree.

Wolfe, P. y Brandt, R. (1998). What do we know from Brain research? Educational Leadership, 56 (3), 8-13.

Zuluaga, J. A. (2009). Neurociencias y educación. Foro Mundial de Grupos de trabajo por la Primera Infancia,
Sociedad Civil-Estado, Cali, Colombia.

415
NEUROCIENCIAS

Definición, Objetivos y Alcances. Dentro de las Ciencias Biomédicas, el término Neurociencias


es relativamente reciente. Su empleo actual corresponde a la necesidad de integrar las
contribuciones de las diversas áreas de la investigación científica y de las ciencias clínicas para la
comprensión del funcionamiento del sistema nervioso (Rocha-Miranda, 2001). Las Neurociencias
cobijan un área del conocimiento que se encarga del estudio del Sistema Nervioso desde el
funcionamiento neuronal hasta el comportamiento. Obviamente, la comprensión del funcionamiento
del cerebro normal favorece el conocimiento y la comprensión de anormalidades neurobiológicas
que causan desórdenes mentales y neurológicas. El propósito principal de las Neurociencias es
entender cómo el encéfalo produce la marcada individualidad de la acción humana. Es aportar
explicaciones de la conducta en términos de actividades del encéfalo, explicar cómo actúan
millones de células nerviosas individuales en el encéfalo para producir la conducta y cómo, a su
vez, estas células están influidas por el medio ambiente, incluyendo la conducta de otros individuos
(Kandell, Schwartz & Jessell, 1997).
Los actuales estudiosos del cerebro, saben que para comprenderlo hay que derrumbar las
barreras de las disciplinas tradicionales para mencionar apenas algunas de las áreas que han sido
creadas, en gran parte para caracterizar los métodos de estudio. Esta tendencia queda muy
evidente en las obras científicas recientes las cuales tratan de las funciones más complejas de este
órgano, como las emociones y la consciencia, apoyándose en los principales conceptos
provenientes de las diversas disciplinas (Rocha-Miranda, 2001).
Algunas de las esperanzas alimentadas por este avance del conocimiento tienen que ver
con el que aumente nuestra comprensión de las funciones normales así como también de las
disfunciones psicológicas y consecuentemente, surjan métodos más eficaces de tratamiento de las
enfermedades mentales que en conjunto eleven la calidad de vida del ser humano.
En principio, se puede afirmar que el desarrollo de las Neurociencias se deriva del abordaje
multidisciplinario de los diversos fenómenos de interés, éstos incluyen desde los científicos de
áreas más básicas como el caso de los físicos con sus aportes al conocimiento de los fundamentos
de la excitabilidad celular o con sus aportes al desarrollo de redes neurales, hasta los que abordan
el conocimiento con aproximaciones clínicas y/o poblacionales que contribuyen a dar una idea del
ser humano integral.
No obstante, las Neurociencias dan cabida a prácticamente a todas las áreas del saber y
cada una ha hecho importantes aportes a diferentes áreas temáticas, de las cuales, cabe destacar
algunas como: desarrollo, envejecimiento y muerte neuronal; plasticidad celular y molecular;
percepción, psicofísica y movimiento; funciones mentales superiores (memoria y aprendizaje,
cognición, emociones, lenguaje, estados de conciencia); bases biológicas de las psicopatologias;
psicofarmacología; abordaje etoexperimental e implementación de modelos en Neurociencias.
Cada tema aquí mencionado podría subdividirse en sus respectivos componentes de abordaje
biofísico, neuroquímico, de genética y biología molecular, fisiológico, farmacológico, clínico y hasta
poblacional. Consecuentemente, las ciencias básicas día a día profundizan más en la comprensión
de los mecanismos que dan cuenta de cada tópico y, de esta forma, pasan por el estudio de las
bases moleculares indispensables para que ocurran y se modulen dichos eventos hasta por la
elaboración de modelos de redes neurales y de simulación predictiva de los mismos basados en
las interrelaciones de cada elemento estudiado.
La genética hoy con el estudio del genoma humano y con los modelos de animales
transgénicos o las mutaciones dirigidas viene describiendo las capacidades innatas del
comportamiento y la posibilidad de manipularlas. La neurobiología del desarrollo ha hecho aportes
significativos a las definiciones de los períodos críticos de desarrollo neuronal durante los cuales
existe una alta vulnerabilidad del sistema nervioso con repercusiones duraderas o permanentes en
el comportamiento. Los estudios de plasticidad neuronal y molecular han descrito mecanismos
básicos responsables por los cambios adaptativos en diferentes fases del desarrollo ontogenético
mejorando la comprensión de muchas de las preguntas relacionadas sobre los cambios
comportamentales adaptativos resultados de la experiencia del individuo haciendo énfasis en los
mecanismos sinápticos.
La psicofísica y los estudios de percepción han contribuido significativamente en la
comprensión de las relaciones de categorías físicas medibles que inciden sobre los órganos
sensoriales y la estimación cuantitativa de la percepción de dichas categorías. Quizás de los
mayores avances se vienen dando con la comprensión de las funciones neurales superiores
ayudados por el avance de la electrofisiología, la imagenología y el mejoramiento de los estudios
de lesiones cerebrales en humanos y la manipulación controlada de distintos elementos del
sistema nervioso en modelos animales.
Sin ninguna duda, una de las necesidades y puntos de mayor desarrollo de las
Neurociencias ha estado en torno a la búsqueda y validación de diferentes tipos de modelos tanto
animales como de simulación, que representen las características esenciales de los procesos que
pretenden ser estudiados. En este aspecto, la psicofarmacología ha contribuido de manera
significativa con su aporte a la validación o evaluación de muchos modelos de enfermedades
mentales. Adicionalmente, la psicofarmacología ha hecho contribuciones esenciales a la
clasificación y caracterización de receptores de membrana para los diferentes sistemas de
neurotrasmisores con sus consecuentes aportes utilizando substancias que remedan o
antagonizan los efectos funcionales repercutiendo en mejores opciones de tratamiento de los
trastornos mentales. Es absolutamente imposible describir con justicia utilizando pocas palabras,
los significativos avances en cada área de las Neurociencias pero si resulta necesario destacar que
éstos sólo son posibles en la medida que el abordaje viene siendo hecho de manera
multidisciplinaria.

Bases Epistemológicas: En la antigüedad, el cerebro aún no había sido estudiado y no se


reconocía a éste órgano como el genitor de la conducta humana (Kandell et al., 1997). Una de las
más antiguas e importantes teorías referente a este tema, consideraba que la mente residía en los
espacios ventriculares del cerebro, doctrina ventricular iniciada en el siglo 4 d.C., cuando la Iglesia
Católica incorporó las enseñanzas anatómicas del romano Galeno (130-200 d.C.). Las funciones
cerebrales fueron atribuidas a los ventrículos cerebrales y en todas las versiones de esta doctrina
se consideró un esquema básico de distribución de las funciones mentales en tres etapas
sucesivas correspondientes a las tres “células” ventriculares (anterior, mediana y posterior). La
primera era la colecta de impresiones del ambiente (las sensaciones); la segunda, el
procesamiento de las impresiones en imaginación o pensamiento; y la tercera, su almacenamiento
en la memoria. Galeno afirmó que el cerebro es el órgano de la mente lo cual promovió, cientos de
años después, la realización de experimentos con el fin de investigar con precisión las funciones
del cerebro. Favoreció la mirada hacia el sistema nervioso como el regulador de la conducta y
ejerció una profunda influencia en la medicina practicada en el Imperio Bizantino, que se extendió
con posterioridad a Oriente Medio, para acabar llegando a la Europa medieval, que persistió hasta
entrado el siglo XVII. De esta manera, en el siglo XVIII, antes de que se inventara el microscópico,
se creía que el tejido nervioso tenía una función glandular (Herculano-Houzel, 2004).
El siglo XIX fue marcado por grandes cambios en la apreciación de la existencia humana.
Emergía una sociedad civil que necesitaba de construirse independientemente de los dogmas y
poder religioso. Nacía la Biología, identificando funciones y localizándolas en estructuras
anatómicas definidas. Terminaba la creencia de que había un reino humano a parte, en una
revolución de ideas cuyo principal promotor era Charles Darwin (1809-1882). Con la publicación de
la obra “Sobre el origen de las especies”, Darwin, describió su teoría de la evolución, teoría que por
excelencia ha ejercido más influencia en las ciencias biológicas. Las investigaciones de Darwin
sobre la evolución fueron el punto de partida de la observación sistémica de los actos y de la
conducta. Esta nueva aportación dio lugar a la psicología experimental, el estudio de la conducta
animal y humana en condiciones controlada; y a la etología, el estudio de la conducta animal en
condiciones de naturales (Kandel et al., 1997; Herculano-Houzel, 2004).
De esta manera, a finales del siglo XIX se fortalecieron los intentos de relacionar los
conceptos biológicos con los psicológicos en el estudio de la conducta cuando el médico y
neuroanatomista Franz Gall propuso que el encéfalo es un órgano de la mente y que el córtex
cerebral no es homogéneo sino que contiene centros particulares que controlan funciones
mentales específicas. Gall, por lo tanto, fue el primero que propuso la teoría de la localización
(Simpson, 2005). No obstante, como no era un científico experimental, identificó erróneamente la
función de la mayoría de las partes del córtex, al basarse en su creencia de que la localización de
una facultad mental determinada podía averiguarse examinando la superficie del cráneo de los
sujetos con dicha función bien desarrollada (craneoscopia). Gall fue rechazado por la academia,
pero aún, sus ideas tuvieron gran impacto sobre las generaciones siguientes. Junto con sus
seguidores fundó la Frenología, un intento de correlacionar la personalidad con las características
del cráneo. Movidos por la pretensión de probar que Gall no tenía razón, otros científicos
comenzaron a provocar lesiones cerebrales en animales de laboratorio y observar sus
consecuencias - que finalmente dependían de la localización de las lesiones. Nacía el espíritu de la
Neurociencia Experimental que hoy se conoce (Herculano-Houzef, 2004).
En este contexto, Pierre Florens intentó determinar la contribución relativa de diferentes
partes del sistema nervioso a la conducta, extirpando en el encéfalo de animales experimentales
los centros funcionales identificados por Gall. De estos experimentos, Florens concluyó que
conductas específicas no dependen exclusivamente de regiones específicas del encéfalo, sino que
todas las regiones del encéfalo, participan en cada función mental (teoría del campo agregado).
Esta teoría prevaleció hasta que fue seriamente cuestionada por J.Hughlings Jackson quien
demostró que diferentes procesos sensoriales y motores se localizan en diferentes partes del
córtex cerebral.
En principios del siglo XX, estos estudios fueron elaborados sistemáticamente por el
neurólogo alemán, Kart Ernick, Charles Sherrington y Ramón y Cajal en un enfoque opuesto de la
función cerebral, denominado conexionismo celular. Según esta hipótesis, las neuronas
individuales son unidades de señalización del encéfalo; se organizan por lo general en grupos
funcionales y se conectan una con la otra de modo preciso. Ramón y Cajal, fue el primero a
comprender que el denominador común de todos los cerebros es la presencia de neuronas y que
todos los cerebros son sociedades celulares, la meta común de la cual está orquestar la
interconexión del comportamiento del organismo con el ambiente externo. Adicionalmente,
consideraba que la función cerebral podría ser comprendida en el contexto del nicho evolutivo y
ecológico en el cual había desarrollado y sobrevivido (Llinás, 2005).
En la década pasada, Kandel (1998), en el intento de proponer una base epistemológica
capaz de soportar la teoría y práctica psiquiátrica y psicológica, propuso que todos los procesos
mentales, incluso los procesos psicológicos más complejos derivan de operaciones cerebrales. El
principio central de esta visión consiste en que lo que llamamos mente se trata de un conjunto de
funciones llevadas a cabo por cerebro. Afirma que la acción del cerebro subyace no solo los
comportamientos relativamente simple, más a todas las acciones cognitivas complejas.
Adicionalmente, Kandel enunció en su marco teórico que las combinaciones de genes y sus
productos proteicos son determinantes del patrón de interconexiones entre las neuronas del
cerebro y de los detalles de su funcionamiento, por lo cual ejercen un significativo control sobre el
comportamiento.
A partir de lo previamente mencionado, Kandel postula que así como las combinaciones de
genes contribuyen a determinar el comportamiento, incluyendo el social, también la conducta y los
factores sociales pueden ejercer acciones en el cerebro mediante una retroalimentación que
modifica la expresión de los genes, es decir, su función transcripcional. De esto se podría inferir
que el aprendizaje, considerado en su sentido más amplio como cambios relativamente
permanentes de la conducta debidos a la experiencia, incluyendo el aprendizaje que da lugar a
disfunciones, como en el caso de algunos trastornos psicológicos, produce alteraciones en la
expresión de genes. De esta manera, dichas alteraciones dan lugar a cambios en los patrones de
conexiones neuronales, los cuales según Kandel, no sólo contribuyen a las bases biológicas de la
individualidad, sino también son presumiblemente responsables de la iniciación y mantenimiento
de anormalidades de la conducta inducidas a través de contingencias sociales.
Combinando los estudios de localización cerebral con las observaciones de la conducta
cada vez más sofisticadas, ha sido posible aprender mucho a cerca de la localización de las
funciones mentales en el encéfalo. Hoy en día, la aplicación de las técnicas de neuroimagen está
aportando considerable información con respecto a las regiones del encéfalo implicadas en
conductas complejas específicas y como estas pueden descomponerse en operaciones mentales
más simples, que tienen lugar en regiones encefálicas específicas que están interconectadas.
Tales resultados han provocado un nuevo entusiasmo en la neurociencia actual basado en la
convicción de que tenemos los conceptos idóneos y los instrumentos metodológicos para explorar
el órgano de la mente.

Bases Empíricas: Considerando que las Neurociencias integran las contribuciones de las diversas
áreas de la investigación científica y de las ciencias clínicas para la comprensión del
funcionamiento del sistema nervioso, cada neurocientífico se dedica aportar a la comprensión de
diferentes aspectos de la conducta humana desde de diferentes abordajes. En particular, la
principal meta del área de Neurociencias de la Universidad Pontificia Bolivariana es estudiar la
memoria y la emoción, así como la búsqueda y validación de algunos modelos animales que
representen las características esenciales necesarias para comprender los procesos biológicos
subyacentes a la estrecha relación entre estos dos procesos. De manera general, los conceptos y
planteamientos desarrollados a continuación, son los que fundamentan la línea principal del área,
los cuales asociados a toda la conceptualización sobre los procesos neurobiológicos subyacentes
a los trastornos de ansiedad y de depresión, así como a algunos procesos cognitivos, son la
fuente principal de interés como aporte al conocimiento científico.
La investigación de carácter científico sobre la memoria es muy reciente; aproximadamente
cien años dan indicio de sus inicios (Baddeley, 1999). Sin embargo, desde la perspectiva filosófica
se ha cuestionado e hipotetizado sobre ésta hace aproximadamente dos mil años. Es a partir de
estos cuestionamientos que se plantean desafíos conceptuales sobre la memoria, para posibilitar
la obtención de una explicación argumentativa, discursiva e instrumental que a su vez conlleve a la
generación de nuevos planteamientos.
La memoria ha sido definida por McGaugh & Gold (1988) como la habilidad de aprender y
recordar informaciones basadas en experiencias esenciales para la sobrevivencia; un estado
estable de un sistema complejo con muchos componentes que se integran entre sí en
consecuencia de un estímulo o un conjunto de estímulos (Izquierdo, 1992). De una manera más
amplia, Tomaz (1993) conceptualiza la memoria como un proceso complejo de adquisición,
almacenamiento y recuperación de la información la cual es recibida o captada mediante los
sentidos y que a su vez facilita la interacción entre los seres vivos, permitiéndoles la ubicación
temporal en el pasado y futuro, un proceso vital para la supervivencia del individuo, así como de la
especie. Dentro de esta perspectiva, la memoria ha sido estudiada a través de modelos animales y
humanos. En animales se expresa mediante la modificación del comportamiento, caracterizada por
cambios fisiológicos y conductuales que se traducen en respuestas viscerales y motoras simples;
en humanos, puede ser medida, adicionalmente, por el reconocimiento de personas, palabras,
lugares o situaciones (Rosat, 1991).
Existen diferentes maneras de categorizar y clasificar la memoria de acuerdo al tipo de
información procesada (Baddeley, 1999). Una de las categorizaciones se refiere a los sistemas de
memoria, los cuales corresponden al tiempo transcurrido entre la adquisición y la evocación de la
información (Izquierdo, Medina, Vianna & Barros, 1999; Rosatt, Cháves, Ribeiro & Izquierdo, 1990).
Se han identificado por lo menos dos sistemas de memoria, entre ellos el sistema de memoria a
corto y a largo plazo. El sistema de memoria a corto plazo según se caracteriza por ser lábil,
icónico y de limitada capacidad de duración; en este sistema se almacenan pequeñas cantidades
de información por un período de tiempo limitado (Tomaz, 1993). Sin embargo, si la información
adquirida en dicho sistema es significativa y posteriormente útil para el individuo, puede pasar al
sistema de memoria a largo plazo (Baddeley & Warrington, 1970). A su vez, este último se
caracteriza por ser más estable y de larga duración donde la información es almacenada en
grandes cantidades por un período de tiempo indefinido y cuyo contenido puede ser evocado
mediante estímulos relacionados (Tomaz & Costa, 2001).
En los sistemas de memoria, la información evoluciona y se desenvuelve de diversas
formas, y en diversos niveles de clasificación. La memoria a largo plazo se ha clasificado en dos
tipos: la memoria declarativa o explícita y la memoria no declarativa o implícita. La memoria
declarativa o explícita (Squire, Shimamura & Amaral, 1989; Tomaz & Costa, 2001) hace alusión a
la información que el individuo puede referir de manera verbal, es definida como “aquellas
memorias explícitamente disponibles para la evocación consciente de hechos, acontecimientos o
estímulos específicos”; es la memoria de acontecimientos sobre los cuales se puede pensar y
hablar. Estudios experimentales con humanos, han demostrado que la memoria declarativa es más
flexible que la no declarativa, es decir es accesible a múltiples sistemas de respuesta (Reber,
knowlton & Squire, 1996). A diferencia de la anterior, en la memoria no declarativa, la información
es más encapsulada y pierde acceso a sistemas no relacionados con aprendizajes iniciales (Squire
& Zola-Morgan, 1996); comprende aprendizajes de carácter perceptual, de estímulos-respuesta y
de carácter motor, los cuales no son necesariamente conscientes y parecen operar de manera
automática. Científicos como Milner (1985), se refiere a esta clasificación como memoria implícita.
La memoria declarativa comprende dos subtipos de memoria: memoria semántica y
memoria episódica. La memoria semántica (Ardila, 1992; Tomaz & Costa, 2001), incluye
información verbal independiente de su fuente de origen o situación durante la cual se adquirió, es
decir, información fuera de contexto, como conocimientos aritméticos, significado de palabras,
conceptos y personajes históricos; contiene información general y se mueve por significados. Por lo
tanto, Tulving (1972), define la memoria semántica como aquella necesaria para el uso del
lenguaje, el conocimiento organizado sobre las palabras y otros símbolos verbales, sus
significados y referencias sobre ellos, y sobre las reglas, fórmulas y algoritmos para el manejo de
símbolos, conceptos y relaciones. Este mismo autor conceptualiza la memoria episódica, como el
“almacenamiento de eventos donde se utiliza un código espacial y temporal que incluye
conocimiento de eventos o situaciones”. En este subtipo de memoria declarativa se encuentran las
experiencias que el sujeto tiene como acontecimientos concretos del mundo y a través de ella se
adquieren, almacenan y recuperan determinados hechos, impresiones y otros aspectos del
pasado. En general, esta memoria corresponde a datos autobiográficos. En este subtipo de
memoria se almacena la información por episodios y situaciones fijas temporalmente, y las
relaciones temporo-espaciales entre tales situaciones (Tulving, 1972).
Una de las características de la memoria humana, que es pertinente enunciar y que la hace
diferente de las memorias de los ordenadores, es que los seres humanos olvidan. A menudo el
olvido es considerado como una molestia, sin embargo, este se constituye en una herramienta muy
útil para el sistema de memoria humano. El proceso de olvido según Baddeley (1999), es “aquel
por el cual las características importantes son filtradas y conservadas, mientras que el detalle no
pertinente o predecible es destruido o almacenado de tal modo que no es fácilmente evocado”. Al
respecto Lloyd y Lishman (1975), plantean que la capacidad de olvidar o recordar, está mediada
por procesos de tipo emocional, afectivo y cognitivo, los cuales son de gran utilidad al momento de
observar el incremento o decremento de los recuerdos en situaciones particulares y cómo son
recordados fácilmente o por el contrario son olvidados sin aparente explicación. Con base en lo
anterior, pueden surgir varios interrogantes: ¿cómo la información obtenida en situaciones
determinadas logra consolidarse y expresarse en forma de recuerdo posterior al suceso o, por el
contrario cómo es olvidada parcial o totalmente?
Planteamientos como estos muestran la importancia de otros procesos psicológicos, en
especial, las emociones como facilitadores o inhibidores de los procesos de memoria. Últimamente,
la emoción, se ha convertido en un tema de interés del estudio científico, especialmente cuando se
ha encontrado que intervienen en su desarrollo factores de tipo fisiológico, además de los procesos
cognitivos de interpretación y comprensión de las situaciones desencadenantes cognitivo y
ambiental (Santiago, Tornay & Gómez, 1999). Lang (1995), define la emoción como el conjunto de
sentimientos positivos o negativos producidos por situaciones específicas, que involucran la
integración de componentes fisiológicos, comportamentales y cognitivos. Además, Barón y Robert
(1996), plantea que estos componentes afectan la forma de actuar, pensar, recordar y sentir,
convirtiéndose en uno de los aspectos esenciales que da sentido a lo que se es y a la existencia.
En cuanto a la interacción entre procesamiento de la información y emoción, autores como
Frank y Tomaz (2003), reportan que un cuerpo de evidencias originadas de estudios con animales
y humanos demuestra que la activación emocional influencia la retención mnemónica a largo plazo
y desde el punto de vista del comportamiento, el mecanismo subyacente a este fenómeno es un
estado de activación fisiológica y cognitiva causada por los estímulos. Izard (1993), expone que
para que se dé este procesamiento existen 4 niveles; celular, orgánico, biopsicológico y cognitivo,
donde cada uno representa un nivel de complejidad que inicia desde los procesos más sencillos de
la biología hasta alcanzar la construcción de procesos mediados por la experiencia y el aprendizaje
que facilitan la categorización, discriminación y comparación en la activación y regulación de la
emoción. Las propiedades de categorizar, discriminar y comparar son procesos de la interrelación
entre la emoción y la cognición, fundamentales para la retención, recuperación y el olvido de la
información.
LeDoux (1993), sostiene que las emociones son respuestas conductuales, autonómicas y
hormonales organizadas, que implican la vinculación de los procesos cognoscitivos para lograr una
adecuada interpretación de los estímulos y situaciones ambientales, a fin de responder de manera
adaptativa frente a estas situaciones, aun cuando suponen una amenaza para el organismo.
Considerando este planteamiento, resulta pertinente abordar la vinculación y relación de la
amígdala con la emoción. Respecto a esto, LeDoux (1993), sostiene que la amígdala desempeña
un rol importante en las reacciones fisiológicas y conductuales, fundamentalmente ante aquellas
situaciones que se asocian al dolor y a consecuencias aversivas y desagradables. La amígdala o
complejo amigdaloide se constituye en una estructura cerebral que está localizada en los lóbulos
temporales y se encuentra conformada por varios grupos de núcleos –núcleo medial, central,
lateral o basolateral y basal-, de los cuales se expondrán el central y basolateral, teniendo en
cuenta que el núcleo central está significativamente involucrado en el desarrollo de conductas y
respuestas emocionales condicionadas, provocadas ante la presentación de estímulos aversivos,
mientras que el basolateral se reporta (Buchanan, Denburg, Tranel & Adolphs, 2001; Cahill &
McGaugh, 1998) como el núcleo amigdalino más importante para el almacenamiento de la
memoria emocional, teniendo en cuenta su relevante participación en la consolidación de la
memoria declarativa a largo plazo vinculada con eventos altamente emocionales.
En algunos estudios de neuroimagen funcional (Cahill & McGaugh 1996; 1998; Cahill &
Stegeren, 2002; Hamann et al., 1999), donde se han señalado la participación de la amígdala para
el almacenamiento de material emocional en humanos, se han demostrado también, la presencia
de una asimetría funcional relacionada con el género, indicando una mayor activación de la
amígdala derecha en hombres e izquierda en mujeres durante la presentación de imágenes con
contenido emocional. Adicionalmente, estos autores sugirieron la existencia de una especialización
hemisférica en el procesamiento de aspectos globales versus aspectos específicos, determinando
la participación del hemisferio derecho en el procesamiento de elementos holísticos y el izquierdo
para eventos detallados, tanto en sujetos saludables como con lesión cerebral.
Complementariamente, Adolphs, Cahill y Schul (1999), confirmaron la existencia de asimetría
funcional en el complejo amigdalino, cuando al estudiar pacientes con compromiso de la amígdala
izquierda, evidenciaron que éstos presentaban dificultad para recobrar palabras con contenido
emocional, a diferencia de los pacientes con lesión del lado derecho, quienes no presentaron
ninguna dificultad. Glosser et al. (1998) y Pillon et al. (1999), citados por Adolphs et al. (1999),
demostraron también la dificultad de pacientes con compromiso cerebral derecho para recordar
elementos no verbales con contenido emocional.
De acuerdo con LeDoux (1993), el sistema de memoria emocional constituye una categoría
especial de la memoria, involucrada en el aprendizaje y almacenamiento implícito o inconsciente
de información correspondiente al significado emocional de los eventos. En contraste con este
supuesto, Cahill y McGaugh (1995), sustentan que la memoria emocional corresponde a un
sistema de memoria explícito, teniendo en cuenta las evidencias existentes en relación a la
influencia de la emocionalidad sobre el recuerdo consciente de la información y contemplando
además, el tipo de material empleado, el intervalo de retención utilizado y la experiencia emocional
presenciada.
Con el objetivo de analizar la modulación de la memoria por medio de la emoción, se han
implementado diferentes herramientas con las cuales dichos sistemas emocionales han sido
investigados en humanos, y cuyo reporte desde la literatura se referencia como el uso de fotos
alertadoras y neutras (Taylor et al., 1998), expresiones faciales emocionales (Adolphs et al., 1999;
Morris, Ohman & Dolan, 1998), películas cortas con contenidos emocionales opuestos (Lane,
Reiman, Ahern, Schwartz & Davidson, 1998) e historias neutras e impactantes (Botelho et al.,
2004; Cahill & McGaugh, 1995; Frank & Tomaz, 2002; Heuer & Reisberg, 1990). Dentro de esta
perspectiva, algunas investigaciones recientes (Botelho et al., 2004; Cahill & McGaugh, 1995;
Frank & Tomaz, 2000; Heuer & Reisberg, 1990) han demostrado que eventos y contenidos con
características emocionales perduran en la memoria por mucho más tiempo que otros menos
llamativos, proporcionando una menor posibilidad de olvido que según Baddeley (1999),
corresponde a uno de los mecanismos evidenciados dentro del sistema humano de memoria, por
el cual las características llamativas de orden cognoscitivo, emocional y afectivo, son filtradas y
conservadas, mientras que las no pertinentes son destruidas o almacenadas haciendo más difícil
su recuerdo. En consecuencia, las características de orden emocional y afectivo, especialmente la
intensidad del estímulo, juegan un papel relevante a la hora de observar el incremento y
decremento de recuerdos relacionados con situaciones particulares. Fundamentalmente, dicho
incremento ha sido evidenciado a partir de los estudios realizados en la línea de memoria
emocional, con los cuales se ha demostrado el efecto de potenciación que en algunas ocasiones
ejerce el alertamiento emocional sobre la memoria declarativa, al aumentar la evocación de
recuerdos en historias asociadas con contenido alertante emocionalmente (Botelho et al., 2004;
Cahill & McGaugh, 1995; Frank & Tomaz, 2000; Heuer & Reisberg, 1990).
De hecho, se ha reportado en la literatura que el alertamiento emocional potencia la
memoria tanto de sujetos saludables como la de sujetos con daño cerebral (Adolphs et al., 1997), a
excepción de aquellos sujetos con compromiso bilateral de la amígdala en quienes no se reporta
una diferencia significativa para el recobro y evocación de las láminas con contenido emocional de
las de contenido neutro (Adolphs et al., 1997; Hamann et al., 1997). A favor de este planteamiento,
estudios con tomografía por emisión de positrones (PET), entre éstos el de Cahill y McGaugh en
1996, han encontrado que durante el recobro de estímulos emocionales se muestra una marcada
activación de la amígdala. Interesantemente y en particular dentro de esta investigación, no se
reportó activación de esta misma estructura, cuando se asignaba el valor emocional a partir de la
reacción emocional generada por la historia presenciada, proponiendo con este resultado que la
amígala es una estructura cerebral que se encuentra involucrada de manera importante en el
procesamiento de la memoria asociada a eventos emocionales, pero no de la experiencia
emocional subjetiva per se (Adolphs et al., 1997).
Por otro lado, se ha encontrado también que experiencias emocionalmente intensas
consideradas como traumáticas pueden ocasionar amnesia psicógena (Baddeley, 1999;
Markowitsch et al., 1998) o efectos adversos sobre la memoria (Brewin, 2001; Geuze, Vermetten,
de Kloet & Westenberg, 2008; Gilbertson, Gurvitz, Lasko, Orr & Pitman, 2001; Emdad &
Söndergaard, H.P., 2006; Megías, Ryan, Vaquero & Frese, 2007; Neylan et al., 2004). De esta
manera, el impacto del estrés sobre la memoria ha sido comprendido como altamente perturbador,
particularmente, en personas que sufren del Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT), uno de
los trastornos de ansiedad donde la naturaleza anormal de memoria traumática es manifestada por
medio de síntomas de reexperiencia tales como pensamientos intrusitos, pesadillas y “flashbacks”
acompañados de elevada reactividad emocional y fisiológica (Horowitz, Wilner, Kaltreider &
Alvarez, 1980; Orr, Metzger & Pitman, 2002; Rabe, Dörfel, Zöllner, Maercker & Kart, 2006; Veazey,
Blanchard, Hickling & Buckley, 2004). Específicamente, estudios realizados con prisioneros de
campo de concentración han demostrado que algunas memorias centrales se deterioran con el
tiempo, mientras otras pueden ser fuertemente recordadas (Brewin, 2001; Wagenaar &
Groeneweg, 1990).
Los anteriores hallazgos suelen ser contradictorios ya que el enfrentamiento a un
fenómeno muy estresante en unas ocasiones puede producir un recuerdo muy persistente y
exacto, y en otras lo contrario, es decir, un deterioro del recuerdo total o parcial. Esta aparente
contradicción, según Christianson y Engelberg (1997), parece cumplir con una función de
supervivencia, la cual consiste por un lado en identificar y reconocer las situaciones amenazantes
y, por otro, al olvido y deterioro del recuerdo de las experiencias desagradables. Por otro lado, se
ha demostrado que el estrés intenso y prolongado altera la actividad hipocampal fundamental para
la consolidación de la memoria declarativa interfiriendo sobre los procesos de potenciación a largo
plazo (Aguado, 2002; Eichenbaum, 2000; Fortin, Wright & Eichenbaum, 2004; Squire, 1992; Zola,
Squire, Teng, Stefanacci, Búfalo & Clark, 2000). Adicionalmente, tras la exposición al estrés
crónico, los altos niveles de hormonas corticoides, que generan las experiencias de estrés
prolongado, pueden producir deterioro estructural hipocampal (Bremner et al., 2008; Bremner,
Randall, Scott & Broker, 1995; Francati, Vermetten & Bremner, 2007; Bremner, Elzinga, Schmahl &
Vermetten, 2008). Según Bremner (2003), los pacientes con TEPT victimas de trauma de
combate, abuso físico y sexual y abuso sexual infantil, presentan un menor volumen hipocampal.
Así, la disminución en el volumen de esta estructura parece contribuir considerablemente para la
disfunción de memoria característica de este trastorno (Bremner et al., 2008; Horner & Hammer,
2002). De acuerdo a estos planteamientos, los déficits de memoria asociados al TEPT, podrían
tener como origen los efectos negativos de la hiperactividad hormonal y un posible deterioro previo
de tipo morfofuncional en estructuras importantes para el procesamiento de la memoria declarativa.

Referencias

Adolphs, R., Cahill, L., Schul, R., & Babinsky, R., (1997). Impaired declarative memory for
emotional material following bilateral 11mygdale damage in humans. Learning and Memory, 4,
291-300.
Adolphs, R., Tranel, D., Hamann, S., Young, A. W., Calder, A.J., Phelps, E.A., Anderson, A., Lee,
G.P. & Damasio. A.R. (1999). Recognition of facial emocion in nine individuals with bilateral
11mygdale damage. Neuropsychology, 37,1111-1117.
Aguado L. (2002). Procesos Cognitivos y Cerebrales de la Emoción (2002). Revista de Neurología,
34(12), 1161-1170.
Ardila, A. (1992). Neuropsicología Clínica. Tomo I. Medellín. Prensa creativa.
Baddeley, A. (1999). Memoria Humana. Teoría y Práctica. Madrid: McGraw Hill.
Baddeley, A. D. & Warrington, E. K. (1970). Amnesia and the distinction between long- and short-
term memory. Journal of Verbal Learning and verbal Behavior, 9, 176-189.
Baron & Robert, A., (1996). Psicología. México, Prentice-Hall, 3ª ed..
Botelho, S., Martínez, L., Conde, C., Prada, E. & Tomaz, C. (2004). Evaluación de la memoria
declarativa asociada con contenido emocional en una muestra colombiana. Latin American Journal
of Psychology, 36 (2), 229-242.
Bremner, J.,D., Randall, P., Scott, P. and Broker, R. (1995). MRI-based measurement of
hipocampal 11mygda in patients with combat-related posttraumatic stress disorder. American
Journal Psychiatry, 152, 973-981.
Bremner, J.D. (2003). Functional neuroanatomical correlates of traumatic stress revisited 7 years
later, this time with data. Psychopharmacology Bulletin, 37(2), 6-25.
Bremner, J.D., Elzinga, B., Schmahl, C. & Vermetten, E. (2008). Structural and functional plasticity
of the human brain in posttraumatic stress disorder. Progress in Brain Research, 167:171-186.
Brewin C.R. (2001). Cognitive and emotional reactions to traumatic events: implications for short-
term intervention. Advanced Mind-Body Medicine, 17(3), 163-168.
Brewin, C.,R., Dalglesish, T. & Joseph, S. (1996). A dual representation theory of posttraumatic
stress disorder. Psychological Review, 103 (4), 670 – 686.
Buchanan, Denburg, Tranel & Adolphs (2001). Verbal and nonverbal emotional memory following
unilateral 12mygdale damage. Learning & Memory, 8(6), 326-35.
Cahill & McGaugh (1996). Modulation of memory storage. Current Opinion in Neurobiology Current
Opinion in Neurobiology. 6(2), 237-42.
Cahill, L. & McGaugh, J.,L. (1995). A novel 12mygdale12tion of enhaced memory associated with
emotional arousal. Consciouness and Cognition, 4, (4), 410-421.
Cahill, L. & McGaugh, J.,L. (1998). Mechanisms of emotional arousal and 12mygdal declarative
memory. Trends Neuroscience, 2, 294-299.
Cahill, L. & McGaugh, J.L. (1995). A novel 12mygdale12tion of enhanced memory associated with
emotional arousal. Consciousness and Cognition, 4, 410-412.
Cahill, L. & McGaugh, J.L. (1996). Modulation of memory storage. Current Opinion in Neurobiology,
6, 237-242.
Cahill, L. & van Stegeren, A. (2003). Sex-related impairment of memory for emotional events with
beta-adrenergic blockade. Neurobiology of Learning and Memory, 79(1), 81-88.
Christianson, S. & Engelberg, E. (1997). Remembering and forgetting traumatic experiences: A
matter og survival. En M.A. Conway (Ed.), Recovered memories and false memories, Oxford,
Oxford University Press, 230-250.
Emdad, R., Bonekamp, D., Söndergaard, H.P., Björklund, Tomas, Agartz, I., Ingvar, M. & Theorell,
T. (2006). Morphometric and psychometric comparisons between non-substance-abusing patients
with posttraumatic stress disorder and normal controls. Psychotherapy and Psychosomatics, 75(2),
122-132.
Francati V., Vermetten E., Bremner J.D. (2007). Functional neuroimaging studies in posttraumatic
stress disorder: review of current methods and findings. Depression and Anxiety, 24(3), 202-218.
Frank, J. E. & Tomaz, C. A. (2000). Enhancement of declarative memory associated with
emocional content in a Brazilian sample. Brazilian Journal of Medical and Biological Research, 33,
1483-1489.
Frank, J.,E. & Tomaz, C.,A. (2003). Lateralized impairment of the emotional enhacement of verbal
memory in patients with 12mygdale-hippocampus lesion. Brain and Cognition, 52, 223-230.
Geuze E, Vermetten E, de Kloet CS, Westenberg HG. (2008). Precuneal activity during encoding in
veterans with posttraumatic stress disorder. Progress in Brain Research, 167, 293-297.
Geuze E., Vermetten E., de Kloet, C.S., Hijman R. & Westenberg H.G. (2009). Neuropsychological
performance is related to current social and occupational functioning in veterans with posttraumatic
stress disorder. Depression and Anxiety, 26(1), 7-15.
Geuze E., Westenberg H.G., Heinecke A., de Kloet C.S., Goebel R. & Vermetten E. (2008). Thinner
prefrontal cortex in veterans with posttraumatic stress disorder. Neuroimage, 41(3), 675-81.
Hamann, S. B., Cahill, L., McGaugh, J. & Squire, L. (1997). Intact enhancement of declarative
memory for emotional material in amnesia. Learning and Memory, 4, 301-309.
Herculano-Houzef, S. (2004). A Frenologia e o Nascimento da Neurociencia Experimental. En:
Roberto, L.. Cem bilhões de neurônios: conceitos fundamentais en Neurociência. São Paulo,
Atheneu, 20-21.
Heuer, F. & Reisberg, D. (1990). Vivid memories of emocional events: the accuracy of remembered
minutiae. Memory and Cognition, 18: 496 -506.
Horner, M.D. & Hamner, M.B. (2002). Neurocognitive functioning in posttraumatic stress disorder.
Neuropsychology Review, 12 (1), 15 –30.
Horowitz, M., Wilner, N., Kaltreider, N. & Alvarez, W. (1980). Signs and symptoms of post-traumatic
stress disorder. Archive General Psychiatry, 37,85-92.
Izard, C. (1993). Four Systems for Emotion Activation: Cognitive and Noncognitive Processes.
Psychological Review, 100(1):68-90.
Izquierdo I. (1992). Dopamine receptors in the caudate nucleus and memory processes. Trends in
Pharmacological Sciences, 13 (1), 7-8.
Izquierdo, I. Medina, J.H. Vianna, M.R. & Barros, D.M. (1999). Separate Mechanisms for short-and
Long-term memory. Behavioral Brain Research, 103 (1),1-11.
Kandel, E.R., (1998). A new Intellectual framework for Psychiatry. The American Journal of
Psychiatry, 4, 457-69.
Kandel, E.R., Schwartz, J.H., Jessell, T.M. (1997). Neurociencia y conducta. España, Prentice Hall,
1ª ed.
Lane, R.D., Reiman, E.M., Ahern, G.L., Schwartz, G.E. & Davidson, R.J. (1998). Nauroanatomical
correlates of happiness, sadness and disgust. American Journal of Psychiatry, 154, 926-933.
Lang, P. (1995), The emotion probe. Studies of Motivacion and Attention. American Psychologist,
50, 372-385.
LeDoux J.E. (1993). Emotional memory systems in the brain. Behavior Brain Research, 58(1-2),
69-79.
LeDoux, J.,E. (1993). Emotional memory systems in the brain. Behavioral Brain Research, 58 (1-2),
69-79.
Llinás, R.R., (2003). The contribution of Santiago Ramón y Cajal to functional neuroscience.
Nature Reviews, 4, 77-80.
Lloyd, G.,G. & Lishman, W.A. (1975). Effect of depression on the spedd of recall of pleasant and
unpleasant experiences. Pshychological Medicine, 5, 173-180.
Markowitsch, H. J. (1998). Differential contribution of the right and left 13mygdale to affective
information processing. Behavioural Neurology, 11, 233-244.
McGaugh, J.L. & Gold, P.E. (1988). Hormonal modulation of memory. En: Brush, R.B.; Levine, S.
Psychoneuroendocrinology. New York, Academic Press.
McGaugh, J.L. (1989). Involvement of hormonal and neuromodulatory systems in the regulation of
memory storage. Annual Review of Neuroscience, 12, 255-287.
Milner, B. (1985). Memory and the human brain. En: Handbook of Neuropsychology 249-332. L.S:
CERMAK.
Morris, J.L., Ohman, A. & Dolan, R.J. (1998). Conscious and unconscious emocional 14mygdale in
the human 14mygdale. Nature, 393, 467-469.
Orr, S.P., Metzger, L. & Pitman, R.,K. (2002). Of post-traumatic stress disorder. Psychophysiology,
25, 271-293.
Reber, P.J. Knowlton, B.J & Squire, L.R. (1996) Dissociable properties of memory systems:
different in the flexibility of declarative and nondeclarative Knowledge. Behavioral Neurocience, 110
(5), 861-871.
Rosatt, Cháves, Ribeiro & Izquierdo (1990). The use of a new non-verbal test in the evaluation of
recent memory. Brazilian Journal of Medical and Biological Research, 23(9), 805-809.
Santiago, J., Tornay, F. & Gómez, E. (1999). Procesos Psicológicos Básicos. Madrid, Mc Graw Hill.
Simpson, D. (2005). Phrenology and the neurosciences: contributions of F. J. Gall and J. G.
Spurzheim. ANZ Journal of Surgery, 7, 475–482.
Squire, L.,R. And Zola-Morgan, S. (1996). Structure and function of declarative and nodeclarative
memory systems, Proceedings of the National Academy of Science of the United States of America,
93,(2), 13515-13522.
Squire, L.R., Shimamura, A.P., & Amaral, D.G. (1989). Memory and the hippocampus. En: Neural
Model of Plasticity: Experimental and Theoretical Approaches, San Diego, Academic Press.
Taylor, S.,F., Liberzan, I., Fig, L.,M., Decker, L.,R., Minoshima, S. & Koepper, R. (1998). The effect
of emotional contact on visual recognition memory: A PET activation Study. Neuroimage, 8, 188-
197.
Tomaz, C. & Costa J. C. (2001). Neurociencia e Memoria. Humanidades, 48, 146-160.
Tomaz, C. (1993). Amnesia. En: Graeff, F. G. & Brandão, M. L. Neurobiologia das doenças
mentais, 175-184. São Paulo. Lemos Editora.
Tulving, E., (1972). Episodic and semantic memory. En: E. Tulving and W. Donaldson (Eds).
Organization of Memory. New York. Academic Press, 381-403.
Zola, S.M., Squire, L.R., Teng ,E., Stefanacci, L., Buffalo, E.A. & Clark, R.E. (2000). Impaired
recognition memory in monkeys after damage limited to the hippocampal region. Journal of
Neuroscience, 20(1), 451-463.
TÍTULO

NEUROCIENCIA + PEDAGOGÍA = NEUROPEDAGOGÍA:


REPERCUSIONES E IMPLICACIONES DE LOS AVANCES DE
LA NEUROCIENCIA PARA LA PRÁCTICA EDUCATIVA

AUTOR

Tarcisio Jose de Melo Ferreira

Esta edición electrónica ha sido realizada en 2012


Directores José María Delgado y Luis Puelles
Curso Máster en Neurociencia (1998)
¤ Tarcisio Jose de Melo Ferreira
¤ Para esta edición, la Universidad Internacional de Andalucía
LA NEUROCIENCIA

Para comprender el cerebro, los neurocientíficos no sólo investigan


cómo se hallan construidas las distintas subdivisiones del mismo, sino también
deberán descubrir su finalidad funcional, identificando en detalle cómo
funcionan tanto las neuronas individuales como las estructuras formadas por
grupos pequeños o grandes (o gigantescos) de neuronas. No es posible
formular una teoría adecuada de cualquier actividad compleja del cerebro, si no
se dispone también de una teoría adecuada acerca de la actividad individual de
los componentes más simples. Sin embargo, es preciso recordar que a cada
salto de magnitud en los fenómenos neurales se puede producir la emergencia
de propiedades funcionales nuevas, que no existen en los niveles inferiores.
Pero, antes de alcanzar ese nivel de discusión será necesario
investigar/descubrir de qué manera una neurona determinada genera sus
señales y las transmite a la célula siguiente.

En este capítulo intentaremos hacer un breve recorrido sobre la


neurociencia. No pretendemos realizar una aproximación completa al estudio
del sistema nervioso o a todo su desarrollo histórico. Sin embargo, trataremos
de realizar un resumen de los aspectos principales que tenemos que
considerar a lo largo de esta introducción a la neurociencia, destacando los
avances de los últimos años.

La neurociencia tiene cierto carácter transdisciplinário, proporcionando


así a los pedagogos los principios básicos del funcionamiento del cerebro que
hacen posible la percepción sensorial, la actividad motora y la cognición. Los
científicos consideran que la última frontera del conocimiento humano está en
su propio cerebro, es decir, la máxima de la filosofía presocrática “conócete a ti
mismo” tiene un papel fundamental cuando intentamos responder a las
cuestiones planteadas de cómo funciona nuestro sistema nervioso.

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


Según Delgado et al. (1998)2

“...el cerebro es, en realidad, un conjunto de neuronas separadas del mundo


exterior, cuya actividad funcional no sólo construye una percepción integral y
privada del entorno, sino la elaboración de complejas respuestas motoras
(comportamiento) y la elaboración interna de estrategias y patrones de conducta
no directamente contingentes con lo que ocurre en cada momento
(pensamiento).”

El mismo autor señala que ya durante nuestros estudios en la escuela


aprendemos que el elemento celular básico del sistema nervioso es la neurona,
y que en el cerebro humano hay una cantidad del orden de 10¹² de neuronas.
Esto es, si comparamos una neurona con un grano de arena, necesitaríamos
para transportar este contenido un tren con 50 vagones aproximadamente. A
diferencia de los granos de arena, las neuronas se caracterizan, además, por
ser distintas entre sí, no sólo por su morfología sino también por sus diferentes
capacidades funcionales.

Según Kandel et al3 (1997) “el propósito principal de la neurociencia es


entender cómo el encéfalo produce la marcada individualidad de acción
humana”. Es decir, los neurocientíficos intentan comprender lo que ocurre en la
distancia conceptual que media entre las moléculas responsables de la fina
actividad de las células nerviosas y la complejidad aun en gran medida
incomprensible de los procesos mentales destacados en los estudios
neurobiológicos de la conducta. Así, la neurociencia echa mano de diversas
disciplinas y estudios cognitivos, que han hecho posible la exploración biológica
del potencial del cerebro humano, para que se pueda comprender qué nos
hace ser lo que somos.

La Neurociencia es una disciplina que estudia el desarrollo, estructura,


función, farmacología y patología del sistema nervioso, según Mora (1994)4.

2
DELGADO, J. M. FERRÚS, A. MORA, F. & RUBIA, F. J. Manual de Neurociencia. Madrid, Síntesis,
1998. Pág. 38-41.
3
KANDEL, E. JESSEL, T.M. SCHWARTZ, J.H. Neurociencia y Conducta. Madrid, Prentice Hall, 1997.
Pág. 5-6.
4
MORA, F. Diccionario de Neurociencia. Madrid, Alianza Editorial, 1994. Pág. 190.

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


Kendall et al (1997)5 se limitó a considerar que la Neurociencia es la ciencia del
encéfalo. Lo que acostumbramos a llamar mente consiste en una compleja red
de funciones realizadas simultáneamente (parcialmente independientemente)
por el encéfalo y tal acción multitarea subyace a toda conducta, desde lo más
sencillo, como andar y comer, hasta los actos cognitivos complejos, como
pensar, hablar y crear obras de arte. Así, podemos decir que los trastornos del
comportamiento que caracterizan a las enfermedades mentales son
alteraciones de la función cerebral, a veces sin que aparezcan daños
orgánicos.

Para Bhatnagar & Andy (1997),

“La neurociencia constituye el estudio de las estructuras anatómicas y los


procesos fisiológicos del sistema nervioso. Por la neurociencia se consigue
conocer las bases de la anatomía y la fisiología normal del cerebro, con lo que
es posible identificar dónde asientan las anomalías estructurales y funcionales.
... La neurociencia es indispensable para comprender las correlaciones
6
fisiológicas del habla, el lenguaje, los gestos y la cognición.”

Según Bears, Connors & Paradiso (1998)7 no importa que tu profesor


sea un bioquímico, un neurobiólogo, un psicólogo, un neurocirujano, un
biólogo, (y ¿por qué no un pedagogo o un educador?) Etc. Todos son
neurocientíficos, desde el momento en que todos estos profesionales tienen
como objeto común de estudio el cerebro. La Neurociencia es un campo amplio
de estudio y si queremos entendernos a nosotros mismos, tendremos que
entender cómo se comportan e interactúan entre sí las distintas estructuras del
sistema nervioso, que es el órgano encargado de las funciones superiores del
hombre.

Cuanta más correcta, coherente y detallada sea la información obtenida


por los pedagogos acerca del funcionamiento y la plasticidad del cerebro
(capacidad de cambiar estructuralmente con el tiempo), más les servirá para
conocer mejor el comportamiento general de los niños y de nosotros mismos

5
Idem pág. 5
6
BHATNAGAR, Subhash C. & ANDY, Orlando J. Neurociencia para el estudio de las alteraciones de
la comunicación. Barcelona, Masson, 1997. Pág. 01.
7
BEAR, Mark, F. CONNORS, Barry. W. & PARADISO, Michael, A. Neurociencia: Explorando el
cerebro. Barcelona, Masson-Willian & Wilkins, 1998. Pág. 03

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


durante los procesos de aprendizaje. El cerebro es demasiado importante para
quedarse sólo como una parcela exclusiva de los neurocientíficos.

Como podremos ver, los estudios en neurociencia también están


relacionados con las alteraciones del habla y del lenguaje, ya que abordan la
representación cortical de las aptitudes lingüística, musical, cognitiva, ideativa,
gestual y mnésica, que son en gran medida exclusivas del cerebro humano, o
en todo caso mucho más desarrolladas en éste que en los cerebros animales.

Según Gardner (1987)8, “Quienes trabajan en las neurociencias se


diferencian de sus pares de otras ciencias cognitivas por adherirse más
estrictamente al modelo de las ciencias “exitosas”, la física y la biología, y
porque pueden enunciar de manera más inequívoca sus interrogantes y
verificar si se avanza o no en vía a su solución.” La Neurociencia presenta un
rico contenido cambiante y dinámico, pero todavía evoluciona con relativa
lentitud en relación a las propiedades mentales más complejas. Sin embargo,
los neurocientíficos desarrollan continuamente nuevas técnicas para explorar
desde un punto de vista estructural y funcional el sustrato físico de la mente,
permitiendo estudiar y manipular asimismo la capacidad inherente que tiene el
sistema nervioso para responder adaptativamente a una lesión, un
traumatismo, una disfunción vascular, etc.

Hoy, el uso de animales manipulados genéticamente como modelos


experimentales está proporcionando una aproximación molecular novedosa a
la cognición, estudiando cómo al alterar un gen concreto se puede ver afectada
la conducta: el aprendizaje, la percepción, la memoria o la atención.

Los avances en neuroimagen permiten estudiar directamente, en sujetos


humanos vivos, la representación interna de los procesos mentales. Así las
funciones mentales superiores ya no tienen que deducirse a partir de
observaciones comportamentales, o subjetivas, ya que ya puede intentarse en
humanos el estudio de la cognición de manera no invasiva.

8
GARDNER, Howard. La nueva ciencia de la mente: Historia de la revolución cognitiva. Barcelona,
Paidós, 1987. Pág. 311.

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


Tenemos ya datos suficientes procedentes de los estudios de
Neurociencia para recomendar a los centros de formación, a los estudiantes y a
los profesionales del área educativa, un mayor énfasis en su formación acerca
de la organización funcional del cerebro, sus tendencias primarias en los
diferentes momentos de la infancia y adolescencia, y algunas de las
alteraciones o contradicciones funcionales que comprometen el desarrollo
personal, la comunicación y el engarce del joven con las unidades familiar,
escolar y social. Esto ayudará a comprender la génesis de los problemas de
aprendizaje, y la naturaleza y el ámbito de repercusión de su psicopatología
cotidiana. Ayudará igualmente a comprender ciertas anomalías cerebrales de
tipo congénito y ciertas enfermedades neurológicas de base genética,
valorando la eficacia o las limitaciones de las acciones o tratamientos
aplicables. En definitiva este tipo de formación ayudará a incorporar estos
conocimientos de forma regular en la práctica educativa.

La neurociencia es una área del conocimiento que estudia el desarrollo,


estructura, función, farmacología y patología del sistema nervioso, y que viene
contribuyendo significativamente a través de sus avances para un nuevo
planteamiento teórico-práctico de los procesos educativos, de modo que
favorezca una mejor intelección del desarrollo cerebral humano, en general, e
infantil, en particular.

El progreso logrado por la neurociencia hasta el momento en la


definición de los principales sistemas funcionales del encéfalo (p.ej., los
sistemas homeostático, de alerta, sensoriales, motores, de valoración de la
experiencia, motivación, atención y memoria) se ha beneficiado del poder
analítico de los estudios de la neurobiología celular para analizar los problemas
planteados por la psicología cognitiva. Estos avances se basan en el supuesto
de que las funciones mentales emergen de las propiedades biológicas de las
células nerviosas y sus complejas interconexiones.

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


Es habitual el clasificar los principales campos de la neurociencia
cognitiva como sigue: percepción, acción, emoción, lenguaje, aprendizaje y
memoria (Kandel et al. 1997)9

Los estudios de los componentes celulares del procesamiento de


información en la vía visual han demostrado que el encéfalo no se limita a
recibir impresiones del mundo externo, sino que más bien construye imágenes
visuales, basándose en una integración altamente selectiva de los inputs que
aportan las distintas vías aferentes paralelas con la experiencia acumulada
durante toda la vida.

Diferentes modos de interacción con el mundo (un objeto que se ve, una
cara que se toca o una melodía que se escucha) son procesados en paralelo
por diferentes sistemas sensoriales. Los receptores de cada sistema analizan y
descomponen espacial y temporalmente la información proveniente del
estímulo. Cada sistema sensorial abstrae su tipo de información particular, la
somete a diversos algoritmos de análisis y ajustes reflejos de sensibilidad, y la
representa secuencialmente en vías y regiones específicas del encéfalo, donde
se interrelacionan con señales endógenas que representan la experiencia
previa, en forma de expectativas con mayor o menor grado de probabilidad.
Como resultado, se “construye” la percepción más consistente con el conjunto
de señales procesadas, con carácter de entidad psíquica emergente. Así, la
apariencia final (subjetiva) que tienen nuestras percepciones de ser imágenes
directas y precisas del mundo, son estrictamente una ilusión.

Las células nerviosas, están conectadas entre sí de modo preciso y


ordenado. Las conexiones en cada encéfalo son en general muy precisas, y,
sin embargo, dada su variabilidad, no son exactamente las mismas en todos
los individuos. Las conexiones entre las células pueden ser alteradas por la
actividad, el esfuerzo y el aprendizaje. Los recuerdos son debidos en esencia a
que la estructura y la función de las conexiones entre millones de células
nerviosas llegan a modificarse sutilmente con la experiencia, de tal modo que la

9
Op. Cit. pág. 344.

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


estimulación de una parte de la red funcional en cuestión tiende a reactivar un
conjunto de células suficientemente similar como para que sea reconocido
como un “recuerdo”. Por supuesto, éste también es un “constructo” emergente,
más o menos bien informado y detallado, de nuestras redes neuronales.

Para comprender como las personas piensan, se comportan, sienten,


actúan, y se relacionan unas con otras, es también esencial entender cómo los
fenómenos de las células individuales llevan a la cognición. Para esto, tienen
que combinarse los métodos de la biología celular con técnicas que relacionen
la actividad de poblaciones interconectadas de neuronas con la conducta. Esta
combinación de métodos (biología celular, neurociencia de sistemas,
neuroimagen cerebral, psicología cognitiva, neurología comportamental y
ciencia computarizada) ha dado lugar a una aproximación conjunta,
denominada neurociencia cognitiva, proyectada para entender los mecanismos
neurales que originan la conducta.

El principal objetivo de la neurociencia cognitiva es el estudio de las


representaciones internas de los fenómenos mentales. La meta de los
esfuerzos combinados de la psicología cognitiva, la neurobiología de sistemas
y la neuroimagen es trazar el mapa de los elementos de la función cognitiva
dentro de sistemas neuronales específicos.

Según Kandel et al (1997)10, la neurociencia cognitiva se basa en cinco


avances conceptuales y técnicos fundamentales. El primero, ocurrió en los
años sesenta y los setenta cuando se desarrollaran técnicas para examinar la
actividad de las células individuales en encéfalos ilesos y activos de primates,
haciéndose así posible el estudio de los procesos perceptivos y motores en el
ámbito celular mientras los animales realizaban conductas típicas.

El segundo, basado en los estudios celulares, llevaron al descubrimiento


de que incluso procesos cognitivos complejos, tales como los procesos de
atención y toma de decisiones, están correlacionados con el patrón de disparo

10
KANDEL, Eric. R. JESSEL, T.M. & SCHWARTZ, J. H. Neurociencia y Conducta. Madrid, Prentice
Hall, 1997. Pág. 348

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


de células individuales en regiones específicas del encéfalo.

El tercero, procedente de los avances de la neurobiología de sistemas y


de la psicología cognitiva, estimuló un renovado interés por la neurología
comportamental. Estos estudios indican que en cualquier sistema cognitivo
existen muchos módulos de procesamiento independiente de la información. El
sistema visual, por ejemplo, tiene vías especializadas para procesar
información sobre color, formas y movimiento.

El cuarto, debido al desarrollo de las técnicas de neuroimagen —


tomografía por emisión de positrones (TEP), la resonancia magnética nuclear
(RM), la magnetoencefalografía, y las tensiones sensibles al voltaje — ha
posibilitado relacionar los cambios de actividad de poblaciones neuronales con
procesos mentales específicos en el cerebro humano in vivo.

El quinto, la ciencia de los ordenadores, ha aportado dos contribuciones


importantes a la neurociencia cognitiva. La primera es que los ordenadores han
hecho posible simular la actividad de amplias poblaciones de neuronas y
emprender el examen de tesis específicas sobre las funciones cerebrales
complejas. La computación es útil para superar el problema, ya que nos
permite hacer modelos de amplias redes neuronales. La segunda consiste en
que los procesos cognitivos en cierto modo son análogos a los programas de
ordenador, puesto que ambos se ocupan del procesamiento, transformación,
almacenamiento y recuperación de la información. Así la ciencia de los
ordenadores proporciona un lenguaje que, potencialmente, es útil para analizar
los fenómenos cognitivos.

La aplicación de la neurociencia al estudio de la percepción táctil, nos


permite considerar que la sensación del tacto implica tres modelos
particularmente sencillos de representación interna. Primero, estudiamos la
representación del espacio personal bajo la forma de un mapa cortical de la
sensibilidad táctil de la superficie del cuerpo, y cómo las modificaciones de este
mapa neural que siguen a la pérdida de una parte del cuerpo pueden explicar
el síndrome del miembro fantasma (percepción subjetiva de un miembro que no

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


existe; evidentemente un constructo perceptivo mental anómalo). Segundo,
estudiamos cómo la representación del espacio personal se elabora partiendo
de una representación más compleja del espacio peripersonal, el cual incluye a
los objetos que están próximos, o del espacio extrapersonal, que incluye a los
objetos fuera del alcance del brazo.

En un mundo en constantes cambios y cada vez más exigente con la


formación profesional, la unión de la neurociencia y la pedagogía
(Neuropedagogía) proporcionará un amplio campo de aplicación teórico-
práctico sobre el desarrollo mental, favorecido por nuevas técnicas no
invasivas11 que permiten estudiar una función nerviosa en tiempo real, in vivo,
de forma no traumática, indolora y precisa. Gracias a estos potentes scanners
que permiten tratar grandes volúmenes de información, mostrando imágenes
estáticas y dinámicas del sistema nervioso central con una definición apreciable
(aunque aun insuficiente para alcanzar el nivel celular), abriendo así, una gran
oportunidad de estudio de la mente. Ello hace que un neurólogo se transforme
en un “geógrafo” del cerebro, que puede determinar con precisión objetiva y
topográfica las lesiones, como también hacer una exploración funcional del
sistema nervioso central, y que puede proporcionar datos muy valiosos para
definir un diagnóstico y evaluar los efectos de un tratamiento.

¿Cuáles serían las implicaciones prácticas de estos avances para los


pedagogos12? La posibilidad de que las informaciones que ya pueden
proporcionar estos Scanners y un conocimiento riguroso sobre el desarrollo
biológico de las funciones mentales, permitan a los profesores actuar de forma
que puedan planear actividades que estimulen las áreas del cerebro que
necesitan “ayuda” directa del adulto.

11
Técnica No Invasiva: técnica que posibilita estudiar un cerebro vivo, sin la necesidad de abrir la caja
craneal. Ejemplos: Tomodensitometria o Tomografía de Absorción, que permite hacer distinción entre la
sustancia blanca (compuesta en gran parte por la vaina de mielina que esta alrededor de las fibras
nerviosas) y la sustancia gris (compuesta por el conjunto de cuerpos celulares) y reconocer las diferentes
estructuras que anteriormente sólo se podían observar mediante una autopsia. Tomografía
Computadorizada por Emisión de Fotones Únicos, Tomografía por Emisión de Positrones y finalmente la
Resonancia Nuclear Magnética.
12
Para efecto de este trabajo consideramos pedagogos todos los que participan directamente de la acción
escolar, como los maestros de clase, profesores de Educación Física, Música, Artes/Educación Artística,
etc.

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


Los estudios de la neurociencia sirven de referente para cuestionarnos
cada vez más una pedagogía tradicional, que se centra en el profesor como
actor principal del proceso educativo, llevando al mismo a coadyuvar con los
padres en la educación de los niños. De aquí en adelante nosotros apuntamos
una reorientación de la formación de los pedagogos en términos de
conocimiento actualizado acerca del desarrollo biológico del cerebro, y sus
propiedades relativas al aprendizaje, sin recurrir a los falsos rótulos
psicologizantes.

El objetivo prioritario que nos proponemos con la realización de esta


investigación es saber cómo la neurociencia puede contribuir al trabajo de los
pedagogos. Pretendemos conocer cuáles de las implicaciones funcionales de
tales estudios son válidas a la hora de llevar a cabo una práctica pedagógica
más predictiva en la etapa del desarrollo de la educación infantil, comprendida
aproximadamente entre los 10/12 primeros años de edad. Del mismo modo,
incorporaríamos a este objetivo general los determinantes históricos y
culturales que modulan e influyen en el pensamiento pedagógico.

Con el proceso de investigación que proponemos, pretendemos


aprehender cuál ha sido el proceso histórico desarrollado en la construcción y
los presupuestos claves en torno a los cuales se vienen articulando las
investigaciones de la neurociencia. Para esto analizaremos los aspectos y
categorías fundamentales del conocimiento, tratando de clarificar la falsa
neutralidad de las mismas, con el objeto de no caer en el error de conocer por
conocer, sino contribuir al desenvolvimiento de una práctica docente
rigurosamente más actualizada.

En este sentido, pretendemos estructurar una ruta de estudios de las


contribuciones de la neurociencia en relación con los planeamientos de las
actividades destinadas a los niños. Los pedagogos (y los padres también)
precisan una buena perspectiva en términos de conocimientos del desarrollo
neurofisiológico del cerebro infantil.

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


A través de una amplia y exhaustiva revisión bibliográfica sobre los
avances recientes experimentados en los estudios del sistema nervioso central,
en neurociencia, y de los programas de aquellas disciplinas que guardan
relación con el desarrollo biológico del cerebro. Esta revisión, nos permitirá
analizar el proceso mediante él cual se obtiene y adquiere el conocimiento, la
memoria, el lenguaje, etc.

En última instancia, perseguimos, en un futuro cercano, diseñar un


programa/disciplina de estudio, el cual podría ser llamado Neuropedagogía, o
neurociencia para pedagogos, que en un primer momento mostraría cuándo,
por qué y cómo deberían comportarse los diferentes actores en los procesos
educativos de los niños en relación a las diversas manifestaciones del
desarrollo cerebral.

La complejidad estructural y funcional del sistema nervioso hace


necesario un planteamiento multidisciplinario de la investigación en
Neurociencia. Por ello las nuevas tendencias sobre el estudio y la enseñanza
de esta disciplina están obligadas a reunir a profesionales de muchas áreas
diferentes de las ciencias biomédicas y tecnológicas.

Delgado & Ferrús (1997)13, fueron los pioneros, en España, en intentar


formar y crear un grupo de investigadores con una nueva visión multidisciplinar
en neurociencia. Ellos desarrollaron un programa de Maestría en Neurociencia
en la Universidad Internacional de Andalucía - UIA, en la Sede de Santa María
de La Rábida que tenía sus objetivos resumidos en dos puntos principales:

“Convocar a profesionales y postgraduados a una reflexión en profundidad


sobre los problemas científicos más relevantes, sobre sus enfoques actuales y
sobre las posibilidades futuras en investigación.
Crear en los alumnos una visión participativa y multidisciplinaria del estudio
del sistema nervioso.”

13
Tríptico de la III Maestría en Neurociencia de la Universidad Internacional de Andalucía, sede de Santa
María de La Rábida, febrero-mayo de 1998.

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


Y sigue:
“La complejidad estructural y funcional del sistema nervioso hace necesario
un planteamiento multidisciplinario de la investigación en Neurociencia. Por
ello las nuevas tendencias sobre el estudio y la enseñanza de esta disciplina
están obligadas a reunir a profesionales de muchas áreas diferentes de las
14
ciencias biomédicas y tecnológicas”. (Delgado & Ferrús, 1997)

En los EEUU, los neurocientíficos, psicólogos cognitivos, investigadores


educacionales y practicantes y legisladores están aunando esfuerzos para
explorar las relevantes posibilidades para las escuelas de los recientes
hallazgos en neurociencia15

Todos los días los neurocientíficos aprenden más acerca de cómo se


forma y desarrolla un cerebro infantil. Todos los días los profesores luchan para
encontrar herramientas efectivas para ayudar a los niños a desarrollar con
mayor capacidad y eficiencia práctica sus cerebros. En este sentido,
educadores y neurocientíficos enfocan desde diferentes perspectivas el mismo
tema. Parece lógico que la ciencia del cerebro pueda ofrecer algunas pistas
para guiar a los educadores y que los educadores puedan hacer preguntas a
éstos, para ampliar los conocimientos en las diferentes áreas científicas de
investigación.

Extrañamente, son prácticamente inexistentes los foros de discusión o


comentario conjunto entre estos dos grupos de profesionales en España,
donde la Neurociencia tiene un desarrollo muy significativo y existe un gran
número de investigadores de prestigio internacional. Pero, ya hay una
preocupación entre conocidos neurocientíficos (Mora, Delgado, Martínez,
Puelles) y educadores (Romeu), en España. Sus preocupaciones no giran en
torno a qué conocimientos de la investigación de la neurociencia pueden
ayudar a los educadores, ya que el propio diálogo hace surgir los temas donde

14
Idem
15
Ver los siguientes artículos Bridging the Gap Between Neuroscience and Education. Denver,
Education Comission of the States-ECS, 1996. Brain Resarch has implication for education. Denver,
Education Commission of the States, 1997. White House Conference on Early Childhood
Development and Learning: What new research on the Brain us About Our Youngest children.
Disponible en la página www. whitehouse.gov/WH/New/ECDC.

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


la interacción es fructífera, sino en la construcción de enlaces o cauces
discursivos que cubran los huecos existentes entre ambos campos de
conocimiento.

La neurociencia viene proporcionando una fascinante visión acerca del


desarrollo y funciones del cerebro. Los neurocientíficos, Bruer (2000), Kandel
(1997)16, Delgado et al. (1998)17, LeDoux (1998)18 Damasio (1996, 2000)19
acreditan ahora que las estructuras que controlan la percepción, la acción y la
cognición se desarrollan al mismo tiempo y no secuencialmente, como se creía
antes. Los bebés nacen virtualmente con una población de células nerviosas
preestablecida, cuyas complejas interconexiones son generadas durante los
cinco o seis primeros años de vida. El número de células nerviosas sufre un
continuo y gradual refinamiento, en general a la baja, “podando” las
exageradas capacidades iniciales para adquirir y afianzar sistemas conectivos
perfectamente acordes con el entorno real percibido. Estas redes neurales que
ya han incorporado la impronta del mundo circundante son las que proseguirán
incorporando nuevos conocimientos y guiando nuestra conducta con su
capacidad predictiva durante toda la vida.

Antes del nacimiento, el cerebro infantil está ya constantemente


buscando sentido para las sensaciones que tiene, incluyendo el uso del
lenguaje y la música (el canto) por parte de la madre. Por ejemplo, los bebés
pueden distinguir en todas partes un lenguaje de otro. Pero aproximadamente
a los seis meses, los bebés empiezan a desarrollar “imanes” que atraen hacia
ellos los sonidos que formarán parte de su propio lenguaje. Ellos pierden así
pronto su capacidad inicial para discernir las sutiles diferencias de los sonidos
en los idiomas extranjeros. Estos “mapas de percepciones” se desarrollan en la
infancia, pueden explicar la distinción nacional y regional de acentos al hablar,
y la dificultad apreciada al pretender aprender y distinguir sonidos afines en

16
Op. Cit.
17
Op. Cit.
18
LE DOUX, Joseph. El cerebro Emocional. Barcelona, Ariel/Planeta, 1996.
19
DAMÁSIO, António E. O erro de Descartes: emoção, razão e o cérebro humano. São Paulo,
Companhia das Letras, 1996.

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


otros idiomas cuando ya somos mayores.

El cerebro tiene múltiples sistemas de memoria que procesan y actúan


de diferentes modos sobre la información. Por ejemplo, la memoria a corto
plazo se forma en una parte del cerebro, aunque puede ser transferida,
almacenada y usada para recuperar datos destinados a otra memoria a largo
plazo. Diferentes sistemas de memoria contribuyen de forma diferente en el
campo físico, intelectual y de las valoraciones emocionales.

Los bebés sufren de modo profundo en su desarrollo los efectos


sensoriales y emocionales del entorno.

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


El Cerebro: ese gran desconocido

Durante las dos últimas décadas, los descubrimientos realizados en


torno al cerebro se han extendido en muchas direcciones hasta alcanzar
distintas dimensiones de la ciencia. Las nuevas aportaciones y descubrimientos
no sólo han favorecido la creación de nuevos productos en la industria
farmacéutica, destinados al tratamiento de muchas enfermedades, sino que a
partir de ellos ha sido posible enunciar nuevas conjeturas acerca del
funcionamiento del cerebro.

Más que hablar de una diversidad de conocimientos en ámbitos


específicos de estudio, en la actualidad se trabaja alrededor de teorías que
defienden la unificación, por encima de la contradicción en la que han estado
viviendo psicólogos, pedagogos, antropólogos, lingüistas y filósofos durante
años, a través de la cual consideraban que el cerebro era el responsable último
de la configuración de la personalidad, la cultura, la lengua y la razón.
Contradecir esta idea es, sin lugar a dudas, algo bastante innovador y, a
menudo, demasiado impresionante como para creerlo. Los avances
experimentados en el campo de la informática y las nuevas tecnologías de la
imagen, han permitido que en la última década los neurocientíficos hayan
podido deducir cómo funciona verdaderamente el cerebro.

En este sentido, una pregunta ronda nuestra mente: ¿cómo podremos


transformar un área de conocimiento tan compleja como la Neurociencia, en un
trabajo de investigación accesible a todos los educadores?. Según Ratey
(2002)30, “la ciencia del cerebro es una secta sacerdotal, una orden mística
completamente cerrada para el no iniciado”31. Si suscribimos esta idea,
tendremos que esforzarnos, al máximo, para hacer que el esfuerzo que
comporte este trabajo no caiga en el uso y dominio exclusivo de la jerga de los
neurocientíficos.

30
RATEY, John J.. El cerebro: manual de instrucciones. Barcelona, Mondadori, 2002.
31
Ver el capitulo

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


Si sabemos que el cerebro es el elemento más complejo del universo
conocido, no nos sorprende que el lenguaje utilizado por los neurocientíficos
sea igualmente incomprensible y hermético. Sin embargo, a medida que los
educadores profundicen acerca del conocimiento del cerebro, la terminología
utilizada por la Neurociencia será quizá cada vez más explicativa y
clarificadora, a la vez que la terminología pedagógica adquirirá conceptos de un
rango superior al presentemente en curso.

En la era digital, la Neurociencia, como hacen otras disciplinas, se sirve


con gran frecuencia del lenguaje informático; las comparaciones del cerebro
con un ordenador son constantes. Sin embargo, la realidad nos muestra que
las semejanzas del cerebro con el ordenador son escasísimas, pues el cerebro
no procesa información ni construye imágenes mediante la manipulación de
una hilera de unos y ceros. Por el contrario, nuestro cerebro está compuesto,
principalmente por mapas, a través de los cuales quedan representados los
objetos de la percepción, de la cognición o de cualidades sensoriales o
cognoscitivas totales de dichos objetos: el color, la forma, el tamaño, la
velocidad... etc. Dichos mapas son fruto de la interacción conectiva mediante
sinapsis de innumerables partes del cerebro que actúan conjuntamente. De los
avances de la Neurociencia hemos aprendido dos grandes lecciones: que el
cerebro es un sistema dinámico, con capacidad de adaptación, y que los
procesos mentales son sistemas físicos que necesitan formación y práctica.

El cerebro posee una complejidad y plasticidad tal, que resultaría casi


imposible, salvo en los términos más generales, predecir cómo un factor dado
influirá en su estado. La información genética encierra las instrucciones para
gran parte del desarrollo inicial del cerebro, pero no tiene poder definitivo o
absoluto para determinar cómo responderá ante la influencia del entorno.
Desde el mismo momento de la concepción, hasta el albor de nuestra muerte,
el genotipo y el ambiente interaccionan constantemente, cambiando el cerebro.

Nos encontramos ante un híbrido de gran poder, en el cual las líneas


generales de su desarrollo se encuentran determinadas por la carga genética,
mientras que el resto de detalles y pormenores serán el resultado de la

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


interacción entre el cerebro y el medio ambiente. Sin lugar a dudas, todo afecta
a nuestro desarrollo, y a su vez el desarrollo abarca toda la vida. Por este
motivo, no podemos seguir pensando que somos prisioneros de los genes, ni
del ambiente.

Por lo tanto, si nuestra intención es formar a los educadores para que


sean capaces de preparar mejor a los niños y niñas, ciertamente habremos de
replantear nuestra formación pedagógica, desde el punto de vista del
conocimiento del cerebro, para que progresivamente vayan sabiendo más y
más acerca de los diversos factores que influyen en las funciones cerebrales.
Una vez que entendamos cómo se desarrolla el cerebro, podremos desarrollar
en los niños/as la capacidad de entrenarlo para que sea cada vez mas plástico,
más saludable y más resistente y longevo.

En la actualidad, por todos es sabido que casi todo lo que hacemos,


comemos y bebemos afecta al cerebro. A cada instante, el cerebro cambia sus
patrones de actividad, ajustándose a los estímulos que percibe. Sin embargo,
muy pocos son los que entienden al cerebro en sí mismo. Si la biología está
detrás de quiénes somos, debemos conocer mejor cómo funciona el cerebro
para obtener un amplio abanico de conocimientos que nos permita intervenir
activamente en el desarrollo de nuestras vidas. Consideramos que es
responsabilidad de los pedagogos el saber más y mejor acerca de nosotros
mismos y de aquello que nos da a cada uno una manera única de ver y sentir
el mundo: el cerebro.

Un ejemplo práctico, es un problema de percepción. Un niño que padece


de este tipo de problema puede tener déficit cognitivo, que a su vez conlleva
desventajas sociales, pérdida de autoestima y una vida posiblemente llena de
frustraciones. No obstante, no se puede negar el conocimiento acerca del
problema a los padres y a los propios niños, testigos de su propia experiencia
subjetiva, que han de llegar a saber de sí mismos. Si en su entorno escolar se
puede identificar en el cerebro dónde nacen los problemas, sus profesores
pueden idear un modo de intervención en la práctica pedagógica para el
tratamiento que ataque la verdadera fuente del trastorno del niño. Pero, para

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


que se produzca esta transformación en la manera que afrontamos los
problemas que nos aparezcan en nuestra práctica a diario en las escuelas,
todos tenemos que aprender a estudiar nuestro comportamiento a partir del
órgano que lo sustenta, el cerebro.

Según Ratey (2002)32, “para conocernos a nosotros mismos debemos


convertirnos en buenos observadores de nosotros mismos”, esa es la razón de
que debamos aprender acerca del cerebro, ese objeto que es el motor de
nuestra lógica, nuestra imaginación y nuestra pasión, lo que es crucial para que
sepamos más acerca de sus funciones y desarrollo. Como ya hemos dicho
antes, todo lo que hacemos afecta a lo que viene a posteriori, y el cerebro se
desarrolla en gran parte de un modo impredecible, también sin la intervención
del maestro. Diversos neurocientíficos, ya citados antes, tienen un pensamiento
común acerca de la genética. La genética es importante pero no determinante,
es decir, que los tipos de actividades físicas, sueño, alimentación, entorno
social y formación, quizás tengan tanto poder para cambiar nuestras vidas
como los genes de condicionarla.

En realidad, el cerebro es visto por la gran parte de la gente de la calle


como la instalación eléctrica de una casa, la utilizamos todos los días y no nos
damos cuenta de su existencia o importancia, mientras no pase algo. Cuando
ocurra un fallo, es cuando nos daremos cuenta de lo necesaria que es en
nuestro hogar. Un conocimiento cabal de los fundamentos neurobiológicos de
nuestra experiencia didáctico-pedagógica no arruinaría nuestras teorías, sólo
las enriquecería. Por el contrario, ignorar el cerebro dejará coja cualquier teoría
pedagógica, psicológica o sociológica que se intente plantear.

Debatir acerca de qué factor genético, cultural o medioambiental es la


verdadera causa de un fenómeno psicológico determinado, suele ser una
pérdida de tiempo, porque el cerebro es el principio de todo, y sirve de enlace
de múltiples factores causales, siendo el catalizador de todo el proceso de
desarrollo, en su tendencia instintiva a buscar la adaptación del individuo al

32
Idem pág. 17.

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


medio. Lo mejor que podemos hacer es informarnos acerca de cómo el cerebro
de los niños hace lo que hace. Eso hará que sea más responsable, desde un
punto de vista moral, realizar una práctica con los niños que maximice los
puntos fuertes que puedan tener y minimice sus debilidades. No hay que echar
la culpa al cerebro por las deficiencias fisiológicas de un niño, sean las que
fueran, es malgastar fuerzas que se pueden aplicar mejor en modificar los
hábitos y forma de vivir, para de esta forma mejorar en lo posible su adaptación
al medio en el cual se desenvuelve.

IMPLICACIONES EDUCATIVAS DE LAS INVESTIGACIONES DEL


CEREBRO

No podemos olvidar que las decisiones sobre qué enseñar, cuándo


enseñar e incluso cómo enseñar suponen juicios de valor. Estas decisiones
nunca pueden estar dictadas por el conocimiento del cerebro. No se puede
aplicar directamente el conocimiento de las funciones del cerebro a lo que se
debe hacer en primer curso el lunes por la mañana.

A pesar de la fascinación que puede causar los estudios de la


Neurociencia no podemos quedarnos hipnotizados por ella. También tenemos
claro que la educación es demasiado importante como para dejarla en manos
de los pedagogos, de la junta escolar, del ministerio o consejería pertinente, de
la comunidad neurocientífica o de cualquier otra entidad, persona o grupo
concreto. La educación refleja un conjunto de valores sociales y familiares.
Elegimos qué enseñar, cómo enseñarlo y por qué se debe aprender y a veces
la implementación de nuestro plan tiene consecuencias desastrosas. La
Neurociencia obviamente no dicta los valores sociales perseguidos por los
educadores, pero si puede informar de las aptitudes, las tendencias
facilitadoras o contrarias al progreso, los posibles factores distorsionantes, etc.
que resultan de las propiedades invariantes de los cerebros en desarrollo.
Tener en cuenta esta información simplemente nos permite diseñar más
eficientemente nuestros programas y llevarlos a cabo de la forma más acorde
posible con la realidad biológica de los cerebros a nuestro cargo. Las
decisiones sobre los planes educativos son decisiones sobre objetivos y

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


valores; y estas decisiones corresponden al conjunto de la comunidad y no a
un sector privilegiado.

Sin embargo, para que la comunidad pueda tomar decisiones con


fundamento, debemos determinar qué nos ha enseñado sobre el ser humano la
filosofía, la psicología, la neurociencia, la antropología y la sociología. En una
época plagada de continuos avances a pasos agigantados del conocimiento
científico, sería una insensatez no acudir a estas fuentes de conocimiento e
información, como igualmente lo sería el recurrir únicamente a la neurociencia
y excluir a las demás.

A pesar de todo, no olvidemos que conocer la estructura y el


funcionamiento del cerebro bien podría deparar unas consecuencias
interesantes para el aprendizaje y la pedagogía. Y la única manera de saberlo
con seguridad es probarlo. Y si convertimos todo eso en un hecho
determinante hará que cambie nuestra manera de concebir el cerebro y no
nuestra manera de concebir la pedagogía. Gardner (2000)33

Un niño de cinco años de edad que entra en la escuela por primera vez,
está al borde de toda una vida educacional, ya que puede tener algunas
oportunidades cruciales para su aprendizaje que jamás podrán ser recuperadas
en caso de no realizarse en su momento.

Desde del punto de vista del desarrollo cerebral, los niños empiezan la
escuela relativamente tarde en su vida. Mucho antes de que estos jóvenes
aprendan de un maestro el ABC, su cerebro ya ha pasado por muchos hitos
de desarrollo. Sin embargo, las políticas educacionales no están direccionadas
en función de cómo aprenden los niños antes de que ellos lleguen a la
educación formal.

33
GARDNER, H.. La educación de mente y el conocimiento de las disciplinas. Barcelona, Paidós, 2000.
Pág. 91.

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


Ninguna política está enfocada a ayudar a los padres en casa para
favorecer el enriquecimiento del entorno de sus hijos de modo que estén
preparados para aprender óptimamente cuando alcancen la edad escolar.
Ahora, las investigaciones sobre el desarrollo del cerebro sugieren que es hora
de replantearse muchas políticas educacionales, inclusive aquellas
relacionadas con la primera infancia y la educación especial.

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


DESARROLLO DEL CEREBRO: Sinaptogénesis y eliminación sináptica

Un cerebro humano adulto tiene aproximadamente 100 billones de


neuronas; en el momento del nacimiento el cerebro tiene ligeramente menos
neuronas. Sin embargo, durante el desarrollo tienen lugar muchos cambios en
el cerebro. Las neuronas crecen y se convierten en el motor del cambio, pero el
“cableado”, la intrincada red de conexiones entre las células, llamada sinapsis,
produce un cambio más significativo. En el inicio del desarrollo postnatal, el
cerebro empieza a formar numerosas sinapsis, de tal modo que la densidad
sináptica (el número de sinapsis por el volumen de la unidad de tejido del
cerebro) excede sobradamente los niveles adultos. Este proceso de
multiplicación sináptica, llamado Sinaptogénesis34, perdurara varios meses,
dependiendo de la especie animal estudiada. Prosigue con un periodo de
eliminación sináptica (podado de la conectividad), de manera que se fortalecen
aquellas que resultan usadas frecuentemente y con buenos resultados
“biológicos”, y se eliminan las conexiones que no tuvieron al azar tal éxito
funcional. Esto equivale a una adaptación de la estructura conectiva del
cerebro a la estructura fenoménica del mundo circundante. Este mundo nos
proporciona señales que estabilizan a ciertas sinapsis, mientras que las otras
sinapsis que podrían haber registrado señales que no llegaron de hecho
resultan eliminadas. Por lo tanto, nuestro cerebro se hace “especialista” del
mundo que le ha tocado vivir. Estas decisiones no son tan firmes y definitivas
como puede parecer, ya que la plasticidad neuronal permite cierto juego en lo
sucesivo, tanto para crear nuevas sinapsis que se sometan a la selección de
una realidad cambiante, pescando nuevos estímulos, o para ajustar la
sensibilidad de las sinapsis supervivientes.

La mayoría de lo que sabemos sobre cómo se desarrolla el cerebro


viene de la investigación animal. La primera demostración de sinaptogénesis
dinámica se remonta a 1975, cuando se descubrió en el sistema visual del gato

34
Término que refiere a la formación de sinapsis, bien durante el desarrollo cerebral, bien tras una lesión
en una área específica del cerebro. MORA, F. & SANGUINETTI, A. M. Diccionario de Neurociencias.
Madrid, Alianza Editorial, 1994. Pág. 288.

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


que el número de sinapsis por neurona aumenta primero rápidamente y
después disminuye gradualmente hasta alcanzar los niveles propios de la
madurez, Cragg (1975)35. Una extensa investigación que se llevó a cabo en
monos Rhesus demostró ulteriormente que esa densidad sináptica alcanza su
nivel máximo entre los dos y cuatro meses del periodo postnatal, después del
cual empieza el periodo de poda sináptica, Rakic (1995)36. La densidad
sináptica gradualmente declina hasta los niveles del adulto hacia los tres años
de edad, que coinciden con el momento en el cual los monos alcanzan la
madurez sexual.

El desarrollo del cerebro varía cuantitativamente entre las especies.


Además, el curso del periodo de sinaptogénesis primaria es diferente para las
diferentes áreas del cerebro y las diferentes clases de neuronas en la misma
región de cerebro, ya que ganan o pierden sinapsis en proporciones diferentes.
Se han llevado a cabo escasas investigaciones comparativas en los infantes
humanos, porque el tejido del cerebro sólo puede estudiarse tras una autopsia.
Los únicos datos disponibles sugieren que la sinaptogénesis en los humanos
tiene un periodo de duración diferente a la de los animales. Hay un aumento
rápido en el número de conexiones sinápticas en torno a los dos o tres meses
de edad en la corteza visual humana, que alcanza un pico a los 8-10 meses.
Después de eso hay un marcado declive en la densidad sináptica hasta que se
estabiliza alrededor de la edad de 10 años y permanece en este nivel a lo largo
de la vida adulta. Huttenlocher (1990)37.

En la corteza frontal humana38 - el área del cerebro responsable de


planear, integrar información relevante y tomar decisiones sobre la conducta a

35
CRAGG, B. G. The development of synapses in the visual system of the cat. In Journal of Comparative
Neurology. 160 1975. Pág. 147 – 166.
36
RAKIC, P. Corticogenesis in human and nonhuman primates. In: GAZZANINGA, M. S. (Ed.), The
Cognitive Neuroscience. Cambridge MA, MIT Press, 1995. Pág. 127-145.
37
HUTTENLOCHER, P. Morphometric studies of human cerebral cortex development. In:
Neuropsychology. 28 (6), 1990. Pág. 517-527.
38
Para más detalles Ver: LEDOUX, Joseph. El Cerebro Emocional. Barcelona, Ariel/Planeta, 1999. Pág.
81-113.

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


seguir a medio o largo plazo - la sinaptogénesis ocurre más tarde y el proceso
de poda sináptica toma mucho más tiempo que en la corteza visual. En esta
área cortical, el desarrollo y la maduración neuronales continúan a lo largo de
la adolescencia. La densidad sináptica empieza a declinar alrededor de la
mitad de la adolescencia, pero no alcanza los niveles adultos hasta los 18-21
años de edad (coincidiendo con la apreciación social de la “mayoría de edad”).

En resumen, mientras que es verdad que los niños del periodo Infantil
tienen inteligencias que sufren cambios sustanciales y rápidos, y son más
flexibles que las inteligencias adultas, esta flexibilidad funcional adaptativa al
medio permanece activa por lo menos a lo largo de toda la adolescencia en
algunas áreas del cerebro.

Sin embargo, queda por aclarar una duda que nos asalta: ¿cómo se
relaciona la sinaptogénesis con la función psicológica? Como nuestro esquema
3 sugiere, las funciones biológicas necesitan ser relacionadas con las funciones
psicológicas y éstos tienen que estar relacionados, a su vez, con el
comportamiento. Cuando la sinaptogénesis empieza en la corteza visual,
alrededor de los 2 meses de edad, los infantes humanos empiezan a perder
sus reflejos infantiles, innatos. A la edad de 3 meses, cuando la sinaptogénesis
está en marcha en la corteza visual, los infantes pueden alcanzar con la mano
un objeto mientras se fijan visualmente en él. De los 4 a los 5 meses, aumenta
la capacidad de análisis y discriminación visual de los infantes. A los 8 meses,
los infantes muestran por primera vez la habilidad de realizar una tarea de
memoria visual, como las tareas de contestación retardada. En éstas, un objeto
está oculto de la vista del infante y después de un cierto tiempo, se permite al
infante alcanzar el objeto. La memoria de los niños para encontrar los objetos
ocultos mejora firmemente entre los 8 y los 12 meses. Aunque la aparición de
estas capacidades coincide con la sinaptogénesis en la corteza visual, estos
procesos no están necesariamente unidos causalmente, pudiendo estar
implicados otros subsistemas neurales. Goldman-Rakic (1987)39. Se pone en

39
GOLDMAN-RAKIC, P. S. Development of cortical circuitry and cognitive function. In: Child
Development. 58, 1987. Pág. 539-559.

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


correlación el incremento en la densidad sináptica con la aparición inicial de
algunas habilidades y capacidades, pero éstas continúan mejorando después
de que las densidades sinápticas empiezan a retroceder a los niveles del adulto
– por supuesto, los humanos pueden aun aprender nuevas habilidades en la
madurez y la vejez, aunque sin la facilidad que muestran los niños. Así, la
sinaptogénesis puede ser necesaria para la aparición inicial de algunas
habilidades, pero no puede explicar su continuado refinamiento. Ya que el
proceso de conectividad adaptado al mundo es por competición entre las
posibilidades de activación sináptica preexistentes, la primera fase de
incremento de la densidad sináptica equivale a la presentación de candidatos a
un concurso (mientras más, mejor), y la segunda fase de poda sináptica
correspondería al mecanismo que selecciona a los candidatos mejor pre
adaptados para las funciones necesarias. Qué funciones son necesarias es a
su vez una variable que tenderá a cambiar con el tiempo en algunos casos (la
necesidad de ver líneas verticales y horizontales no cambiará, por ejemplo), lo
que explicaría la capacidad residual plástica para hacer concursar a nuevas
sinapsis y seguir seleccionando las más adecuadas a otras edades ulteriores.

Gran parte de lo que conocemos sobre el desarrollo del cerebro


corresponde al surgimiento de cambios en la función visual, del movimiento y
de la memoria, las cuales son adquiridas en casi cualquier ambiente por todo el
mundo aproximadamente a la misma edad, antes de que los niños entren en la
educación formal. Cómo se relaciona más tarde la sinaptogénesis con el
aprendizaje educativo, o con la adquisición de conocimiento y habilidades tales
como leer, escribir y los números, es un aspecto que permanece en gran
medida desconocido. Es posible que los cambios prosigan a niveles cada vez
más sutiles de la complejísima textura de contactos en las redes neuronales del
cerebro.

Universidad Internacional de Andalucía, 2012


Autoridades Nacionales

Presidenta de la Nación
Dra. Cristina Fernández de Kirchner

Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales


Dra. Matilde Morales

Ministro de Salud de la Nación


Dr. Juan Luis Manzur

Secretario de Promoción y Programas Sanitarios


Dr. Máximo Andrés Diosque

Subsecretaria de Prevención y Control de Riesgos


Dra. Marina Kosacoff

Coordinadora del Programa Médicos Comunitarios


Equipos de Salud del Primer Nivel de Atención
Dra. Diana Juárez

Universidades que colaboran con el Posgrado

Universidad Católica de Córdoba


Universidad de Buenos Aires
Universidad de Morón
Universidad del Aconcagua
Universidad del Salvador
Universidad Maimónides
Universidad Nacional de Córdoba
Universidad Nacional de Cuyo
Universidad Nacional de Entre Ríos
Universidad Nacional de La Plata
Universidad Nacional de La Rioja
Universidad Nacional de Luján
Universidad Nacional de Rosario
Universidad Nacional de San Juan
Universidad Nacional de Tucumán
Universidad Nacional del Comahue
Universidad Nacional del Nordeste
Universidad Nacional del Sur
L a mejor estrategia de salud es transformar los estilos de vida de las personas. Desde
hace más de un cuarto de siglo que se viene repitiendo en todos los eventos académicos
nacionales e internacionales que la mejor manera de aumentar la esperanza y la calidad de
vida es a través de la Atención Primaria de la Salud. Pero, en la práctica, muy poco se había
hecho para reformar el sistema centrado en los grandes hospitales. Hoy lo estamos haciendo:
el Programa Remediar, el Nacer Argentina y el Médicos Comunitarios, entre otros, son el re-
sultado del creciente acuerdo entre las provincias y la Nación en torno a la relevancia de la
Atención Primaria, ya concretado en el Plan Federal de Salud 2004–2007.

El Plan articula un conjunto de políticas que promueven la equidad en el acceso y en el fi-


nanciamiento, el fortalecimiento de la Atención Primaria y la ampliación de un esquema re-
gulado de seguros de salud. La estrategia de salud más eficiente es la que pone énfasis en la
equidad. Por ello promueve la construcción de redes de atención y designa explícitamente a
la estrategia de la Atención Primaria de la Salud como principio organizador del sistema,
pues "concibe integralmente los problemas de salud–enfermedad–atención de las personas y
del conjunto social", en tanto es el enfoque más efectivo "en el mejoramiento de la salud de
la población y en el logro de una cobertura más uniforme". El Plan claramente establece que
"la atención primaria será la prioridad absoluta y las acciones de promoción y prevención
obtendrán una asignación creciente de recursos". Constituye indudablemente una oportuni-
dad que hace pocos años hubiera sido considerada impensable.

Pero, además, para que las políticas puedan promover la equidad, se necesita el compromiso
decidido de todos los actores. En el sistema de salud no intervienen únicamente los estableci-
mientos sanitarios. La universidad proporciona más de las dos terceras partes de las perso-
nas que trabajan en el sector. Universidad y salud constituyen uno de los más antiguos mari-
tajes de la historia. Desde tiempos remotos, esas mezclas raras de sacerdotes, filósofos, pro-
fetas y brujos que eran los médicos, fueron seleccionados y entrenados con todo cuidado. La
aparición de las bases científicas de la profesión médica reafirmó los mecanismos de selec-
ción y aprendizaje, y así surgieron las primeras universidades. Con el tiempo, al hacerse ma-
sivas, fueron un ámbito privilegiado para la reforma política y social.

Un mayor conocimiento agrega cantidad y calidad a la vida saludable. Salud es un excelente


camino para disminuir las desigualdades y el más potente instrumento para el crecimiento
económico y la integración social. Pero la capacitación no tiene únicamente como objetivo el
de promover el ascenso social de quienes la reciben sino que, a la vez, debe procurarse que
el conocimiento que éstos obtienen pueda ser una herramienta de desarrollo que promueva la
equidad social.

Por ello la reforma del sistema de salud requiere un cambio en las prioridades instituciona-
les. Una vez superada la crisis iniciada en el 2001, podemos mirar hacia el futuro con opti-
mismo. La crisis ha dejado oportunidades y ventajas, entre ellas el convencimiento de que lo
más importante del sector son las personas que trabajan en él. En el pasado se ha dedicado
excesiva atención a los aspectos técnicos y financieros de las reformas y no se ha prestado
suficiente atención a los actores. La salud es una de las escasas actividades donde las perso-
nas no pueden ser reemplazadas por máquinas, es "mano de obra intensiva", pero también
"conocimiento intensivo". Es un sistema conformado esencialmente por personas que brindan
atención a personas. El Plan Federal alcanzará sus objetivos sólo si logra que el sistema se
sustente en la habilidad y en la voluntad de los trabajadores de la salud.

En la actualidad, la desigualdad socioeconómica se ve crecientemente reflejada en el sistema


de salud: una amplia mayoría de los médicos son especialistas y están concentrados en los
mejores barrios de las grandes ciudades. Ninguna calle llevará sus nombres. Nuestra pro-
puesta es que vuelvan a ser protagonistas de sus comunidades. Queremos mejorar juntos la
vida de cada uno de los argentinos para que la salud sea verdaderamente un proyecto de
construcción colectiva, y que diariamente les recuerden a los estratos dirigenciales que la Ar-
gentina existe y tiene domicilio en todos los rincones de nuestra geografía.

No sólo pretendemos que aprendan mejores maneras de unir sus sueños de estudiantes con el
ejercicio de su profesión. Queremos mucho más: que compartan sus conocimientos con las
personas que atienden, que aporten a millones de familias nuevas formas de salir de la po-
breza desde la salud, que abran las puertas y salgan de sus consultorios para volver a ser
profetas en la calle, en el barrio, allí donde palpita la vida y donde millones de argentinos
que cotidianamente modelan el futuro colectivo con sus manos, están a la espera de que les
enseñemos a no enfermarse y a mejorar su calidad de vida. Por eso, para que esos millones
de compatriotas dejen de ser aquel "hombre que está solo y espera", pretendemos de nuestros
jóvenes profesionales y trabajadores de la salud mucho más: que lideren la reforma más an-
helada del sistema de salud.

Afectuosamente
Gi­nés­Gon­zá­lez­Gar­cía
i n d i c e

P o s G r a d o e n s a l u d s o c i a l y c o m u n i t a r i a

Consideraciones Generales
• Presentación general del Posgrado ...................................................................................................... 11
• Presentación del Módulo........................................................................................................................................ 13
• Objetivos generales .................................................................................................................................................... 17

Unidad 1
• La Salud y los determinantes del proceso salud-enfermedad.
• Pobreza y condiciones de vida. .................................................................................................................. 19

Unidad 2
• Equidad y ética en Salud.
• Desigualdades e inequidades. ...................................................................................................................... 53

Unidad 3
• Cultura y Culturas.
• Barreras en Salud. .......................................................................................................................................................... 99

Unidad 4
• Hacia la estrategia de Atención Primaria de la Salud (APS). ........................ 141

Evaluación .................................................................................................................................................................................. 177

Anexo
• Guías metodológicas y actividades de campo. .................................................................. 193

Bibliografía General del Módulo ........................................................................................ 217


Prólogo

E n el análisis del complejo proceso salud-enfermedad, resulta fundamental conocer el esce-


nario donde se desarrollan los acontecimientos. Ello resulta válido, tanto en el caso de la
salud individual como familiar, comunitaria y poblacional, ya que ellas conforman un espectro
único y se encuentran íntimamente interrelacionadas.
Este escenario está constituido por la sociedad y los factores que interjuegan en ella a los que
habitualmente conocemos como los determinantes de la salud.
Entre dichos factores encontramos los ambientales, económicos, sociales, educativos, y culturales
que condicionan la salud y la enfermedad, como lo demuestran los estudios realizados desde los co-
mienzos de la Salud Pública y en esencia, han dado origen y consistencia a su concepción actual.
Los estudios de los últimos años han alcanzado extensión y profundidad paralelamente con la
preocupación por el agravamiento del cuadro de pobreza, exclusión y marginalidad extendido a
grandes sectores de la población mundial.
Nuestro país, tal como lo demuestran las estadísticas, no ha quedado al margen de este proceso,
lo cual explica la necesidad de un enérgico programa, como el Programa de Médicos Comunita-
rios, que tenga como objetivo enfrentar las graves consecuencias que este panorama conlleva
para la salud, la pobreza y la marginación.
El sector salud, en consecuencia, si bien sólo puede contribuir en mínima parte a solucionar el
fenómeno global de la inequidad y la exclusión socio-económica y cultural, minimiza sus efectos
sobre la salud de la población menos favorecida, mediante programas que amplían la cobertura
y posibilitan la accesibilidad, removiendo así las barreras que impiden el acceso a la salud y re-
flexionando sobre la ideología subyacente a las prácticas habituales y los modelos de pensa-
miento en los que se sustentan, haciendo hincapié en los imperativos éticos de nuestro tiempo.
De esta forma, es posible caracterizar a cada comunidad en particular, identificando las barre-
ras que traban la atención de la totalidad de su población, planificando y ejecutando las estrate-
gias de corrección. Estas estrategias, como lo exponen estudios que vienen de la década del 60 y
que han sido retomados en los últimos años por los más destacadas ámbitos universitarios y por
la OMS demuestran que, la salud constituye una importante inversión coadyuvante al desarrollo
socio-económico y a la superación del círculo vicioso enfermedad-pobreza. Asimismo se supera
la marginación y exclusión de los núcleos poblacionales sumergidos, dando cumplimiento a los
imperativos éticos y valores que sustenta nuestra sociedad, así como las características cultura-
les de cada región.
La estrategia para lograr éxito en el terreno de la salud debe basarse en la atención primaria,
asignatura pendiente de correcta aplicación que configura promoción, prevención y asistencia a
la enfermedad como actividades simultáneas, comprometiendo la participación de todos los es-
tratos sociales.
Valga como muestra de este futuro auspicioso, la intervención activa de la casi la totalidad de
las Escuelas de Medicina del país que han hecho suyo este Posgrado, aceptando la invitación
del Ministerio, asegurando su jerarquía profesional, concretando anhelos de colaboración de
vieja data y cumplimentando su responsabilidad social.
acad.­­abraam­so­nis
Presentación del Módulo 1

Presentación general del Posgrado


en Salud Social y Comunitaria

El Pos­gra­do­en­sa­lud­so­cial­y­co­mu­ni­ta­ria ha sido preparado como oferta educativa para


formar a profesionales de la salud del primer nivel de atención, en el marco de la estrategia de
Atención Primaria de la Salud (APS), y desarrollar capacidades que les permitan actuar en su
ámbito de trabajo y en la comunidad.

Así, el Posgrado es una acción que tiende al fortalecimiento de la estrategia de APS como una
política de Estado, en el marco del Plan Federal de Salud, y del Pro­gra­ma­"mé­di­cos­co­mu­-
ni­ta­rios". Los participantes son becarios incorporados por dicho Programa y profesionales ya
actuantes en Centros de Salud de las distintas provincias del país.

El desarrollo del Posgrado es impulsado y apoyado por el Ministerio de Salud y Ambiente de


la Nación y en él intervienen Universidades Nacionales, públicas y privadas, Ministerios y
Secretarías de Salud provinciales. Su duración total es de dos años.

El enfoque educativo de esta propuesta tiene dos características centrales:

Es un pos­gra­do­en­ser­vi­cio, que lo diferencia sustantivamente de los posgrados que se


realizan en el aula de las universidades, lejos de las situaciones de trabajo. En este caso,
se compromete en la integración de las teorías y las prácticas, apuntando a producir me-
joras efectivas en la práctica profesional y en el desempeño de los equipos de salud, en
el mismo contexto social y sanitario de los procesos de trabajo.

Implica el uso­de­ma­te­ria­les­edu­ca­ti­vos­de­au­toa­pren­di­za­je. Esto permite acercar al


participante documentos, actividades, propuestas y experiencias, fortaleciendo la capaci-
dad de aprender por sí mismo y con los otros.

De este modo, el participante es protagonista de su propio proceso de reflexión y aprendizaje,


lo que implica ciertos compromisos y necesidades, entre ellas:

res­pon­sa­bi­li­dad­per­so­nal para el desarrollo y acompañamiento gradual de las distintas


actividades y de persistir en los procesos de estudio y en las actividades de campo.

au­to­no­mía en el manejo de los tiempos, en la planificación de las actividades, en la


búsqueda de informaciones y en la profundización de los conocimientos y tareas.

in­te­gra­ción­gru­pal que implica formas de intercambio y comunicación para pensar y


trabajar en equipo.

El plan de estudios está integrado por diez módulos organizados alrededor de núcleos pro-
blemáticos, que promueven la reflexión sobre la realidad, sobre las prácticas profesionales
y sobre el conocimiento. A través de ellos Ud. tendrá la posibilidad de:

11
Posgrado­en­salud­social­y­comunitaria

Acceder a producciones especializadas en el campo de la salud social y comunitaria.

Intercambiar conocimientos y experiencias.

Implementar de modo gradual y sistemático la estrategia de Atención Primaria de la Sa-


lud en su ámbito de trabajo comunitario.
Recuerde que
el sistema de En este espacio de formación Ud. tendrá que realizar las siguientes actividades:
asistencia Cumplir con el programa de formación del posgrado en Salud Social y Comunitaria
incluye: participando de las reuniones de tutoría y los encuentros presenciales coordinados por
las Universidades.
75 % de asistencia
Desarrollar acciones asistenciales en el Centro de Salud, según su especialidad y las
a las reuniones
normas de atención del Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación y/o de la
presenciales
provincia.
mensuales.
Promover acciones de programación local con todo el equipo de su Centro de Salud,
75 % de asistencia fortaleciendo las prácticas de prevención y promoción de la salud, con la participación
a las reuniones de de la comunidad correspondiente al área geográfica donde trabaja.
seguimiento y Realizar el seguimiento y búsqueda activa de familias vulnerables y en situación de
apoyo con el equipo riesgo.
tutorial.
Diseñar y desarrollar actividades de investigación operativa en su área de especializa-
ción y en terreno.
Asistencia a sus
actividades en el Cumplir con las distintas actividades de aprendizaje y evaluaciones previstas.
Centro de Salud.
Para el cumplimiento y desarrollo de estas actividades Ud. podrá contar con:
El ma­te­rial­im­pre­so que integra el aporte de textos y actividades especialmente diseñadas;

tu­to­rías para acompañar a los cursantes en la realización de actividades, en el análisis


y transferencia de los aprendizajes a su ámbito de trabajo comunitario y en la asistencia
de necesidades específicas individuales y grupales;

reu­nio­nes­pre­sen­cia­les­men­sua­les, dirigidas a la profundización de los contenidos y la


integración de las actividades propuestas en los materiales impresos.

eva­lua­ción­de­los­apren­di­za­jes. Se lleva a cabo en dos etapas: al finalizar cada módu-


lo y al término de cada año. En la primera, Ud. estará en condiciones de presentar el
trabajo de evaluación requerido por cada módulo. En el segunda etapa, podrá realizar
una evaluación de integración o síntesis centrada en la transferencia de los aprendizajes
a la práctica.

Asimismo, podrá contar con la página web del Posgrado, en la que podrá obtener más infor-
maciones, acceder a documentos, bibliografía y materiales de trabajo de este programa:

http://www.medicoscomunitarios­.go­v.ar

¡Le deseamos muy buen comienzo en esta nueva experiencia de formación!

12
Presentación del Módulo 1

Presentación del Módulo

El presente es un material impreso de autoaprendizaje organizado para servir de base al estu-


dio - trabajo de los cursantes del Posgrado en Salud Social y Comunitaria. Fue concebido pa-
ra que cada participante desarrolle su propio proceso de aprendizaje de manera:

au­tó­no­ma, centrada en el trabajo independiente de los cursantes, lo que supone organi-


zación propia del tiempo y dedicación.

Pro­gre­si­va, en una secuencia preparada para ir avanzando en pasos sucesivos.

in­te­gra­da, en la que retomará actividades anteriores e incluirá actividades


de síntesis sucesivas de los materiales.

Con relación permanente entre el es­tu­dio­y­las­prác­ti­cas­en­el­con­tex­to del Centro de


Salud y la comunidad, entre la reflexión y la acción.

Este material es parte integrante del módulo sa­lud­y­so­cie­dad, el primero de un total de


diez, el cual se prevé desarrollar en dos meses.
Durante el desarrollo de las distintas actividades, usted contará con el apoyo de su equi­po
tu­to­rial, integrado por:

El tu­tor­de­cam­po -–con quien podrá intercambiar en interacción directa en el Centro


de Salud–.

El coor­di­na­dor­do­cen­te –con quien también intercambiará en reuniones presenciales–.

También podrá in­ter­cam­biar con los integrantes del Equipo del Centro de Salud y con aque-
llos con quienes comparte esta formación.

Participará en reu­nio­nes­pre­sen­cia­les­men­sua­les coordinadas por la Universidad, en las que


podrá compartir con otros colegas, profesionales de la salud y con profesores el análisis de
sus trabajos, la profundización del trabajo sobre problemáticas y conocer otros aportes.

La temática que aborda este primer módulo refiere a las complejas e importantes relaciones
entre sa­lud­y­so­cie­dad en torno de núcleos problemáticos que en gran medida determinan
las prácticas socio- sanitarias profesionales e institucionales. Entre ellos:

¿Compartimos la misma concepción de salud y de enfermedad en los equipos de Salud?

¿Cuáles son las concepciones de salud que influyeron e influyen en las interacciones
con la población y en el desarrollo de los procesos de trabajo?

13
Posgrado­en­salud­social­y­comunitaria

¿Cuáles prácticas profesionales e institucionales favorecen la equidad en salud?

¿Cuál es el posicionamiento ético de los distintos actores?

¿Cómo inciden las concepciones sociales propias y del otro sobre la salud, la enferme-
dad y el cuerpo en la atención de la salud?

¿Qué nuevas perspectivas y campos de acción abre el trabajo con la estrategia de APS?
¿Cuáles son los obstáculos y las fortalezas para su implementación?

¿Cómo podemos replantear los modos de intercambio entre los distintos actores?

Conceptos clave del Módulo

Salud. Determinantes del proceso de salud-enfermedad. La pobreza.


Equidad y ética. Desigualdades e inequidades en salud. Derecho a la salud. Cultura y culturas.
Barreras culturales, geográficas, institucionales en la atención.
Atención primaria de la salud, asistencia, promoción de la salud, participación, prevención.

Para contribuir con su lectura y estudio, el material se organiza en cuatro Unidades de estudio
- trabajo, en las que se desarrollarán los conceptos clave y otros relacionados de manera pro-
gresiva, a saber:

uni­dad­1: La salud y los determinantes del proceso salud - enfermedad.


Pobreza y condiciones de vida.

uni­dad­2: Equidad y Ética en salud. Desigualdades e inequidades.

uni­dad­3: Cultura y culturas. Barreras a la accesibilidad en Salud.

uni­dad­4: Hacia la estrategia de Atención Primaria de la Salud (APS).

En este material de autoaprendizaje, encontrará:

Textos seleccionados y contribuciones especializadas en el campo de Salud y Sociedad.

Actividades que promueven la integración de los conocimientos aprendidos a través de


la lectura y el análisis de sus propias prácticas y de la comunidad en la que trabaja. Es-
tas actividades son de distinto tipo, a saber:

Actividades iniciales, como apertura al tratamiento de cada unidad.

14
Presentación del Módulo 1

Actividades de campo en el contexto de la comunidad local.

Actividades de reflexión en torno a casos - problemas, artículos y lecturas.

Actividades de exploración en el contexto particular del servicio.

Actividades de integración de cada unidad.

Los resultados de estas actividades serán motivo de intercambio - discusión en las reuniones
con el Equipo tutorial.

Un cuestionario de autoevaluación para que compruebe el grado de apropiación y


aprovechamiento de los contenidos.

Un anexo en el que se adjuntan las guías metodológicas y propuestas de actividades


para la realización de los trabajos de campo en la comunidad.

Orientaciones para la evaluación final del módulo que usted estará en condiciones de
realizar una vez que haya completado las actividades aquí propuestas.

Una lista de bibliografía utilizada en el desarrollo del módulo y de profundización de las


distintas temáticas.

A su vez, el desarrollo de los contenidos estarán acompañados por iconos que permitirán
identificar distintos tipos de información:

Actividades

Recomendaciones

Definiciones

Más información complementaria

Importante / Destacado

Encontrará más información en la web

15
Posgrado­en­salud­social­y­comunitaria

Además de las producciones o fragmentos bibliográficos que se incluyen en este


material impreso, usted podrá encontrarlos en versión completa y otra bibliografía de
ampliación en la página web del Programa explicitada anteriormente.

Usted podrá acceder al material de "Actividades Preliminares del Posgrado",


solicitándolo al equipo tutorial. También se encuentra disponible en la página web del
Programa Médicos Comunitarios:

http://www.medicoscomunitarios.gov.ar/posgrado-modulos-pre.php

Podrá realizar una impresión de la copia del material en pdf que allí se
encuentra.

16
Presentación del Módulo 1

Objetivos Generales del Módulo 1

Al completar el estudio y actividades de este Módulo, estará en condiciones de:

Identificar los determinantes del proceso salud-enfermedad en las diferentes situaciones


individuales y comunitarias de la población a cargo del Centro de Salud, y analizarlas
desde el marco de la equidad.

Reconocer y describir las condiciones de vida y la vulnerabilidad de la población a car-


go del centro de salud, desarrollando una visión de la atención de salud desde la pers-
pectiva socio-sanitaria.

Interpretar la dimensión socio-cultural en las prácticas de salud de la comunidad y del


equipo de salud y en sus propias relaciones con las familias.

Identificar las barreras a la equidad en salud, tanto sociales, geográficas, económicas, Recuerde que este
culturales, de género, edad y discapacidad, así como las barreras institucionales. es su material
de trabajo.
Analizar desde el punto de vista ético las intervenciones profesionales en salud y definir Por lo tanto, puede sub-
una visión de sus potenciales contribuciones en el marco del derecho de las personas a rayarlo, anotar dudas,
la salud. nuevas explicaciones,
comentarios, completar
Analizar las estrategias de acción profesional para promover la salud de la comunidad y la información que aquí
fortalecer la prevención, cuidado y recuperación de la salud desde una perspectiva de se encuentra, etc.
APS.

17
Presentación del Módulo 1

19
Unidad 1

Introducción
La salud es considerada en todas las culturas como un bien cuya conservación y recuperación
aparece como una de las más importantes necesidades, tanto desde la perspectiva de los indi-
viduos como de la sociedad misma.

Sin embargo, no existe el mismo tipo de consenso a la hora de definir qué se entiende por sa-
lud, dado que en ello intervienen conocimientos, creencias, normas, tradiciones y valores. De
hecho, la salud no es un concepto unívoco sino una construcción sociocultural relativa a cada
momento histórico. Con independencia de la época en que se generaron, en la actualidad estas
concepciones conviven contradictoriamente, orientando toda la gama de prácticas sociales, sa-
nitarias y de los equipos de salud.

En otros términos, es necesario reconocer que:

Las prácticas de atención de la salud se asientan –de modo consciente o inconsciente–


en determinados supuestos sobre qué es la salud y suponen opciones acerca de los mo-
dos de recuperarla;

Las formas de organización de las instituciones de salud reflejan –de modo explícito o
implícito– una concepción acerca de la salud y de sus formas de intervención;

Toda práctica de salud produce efectos en las poblaciones y en los individuos, algunos
explícitamente buscados, otros, muchas veces ni siquiera previstos o deseados.

También es necesario reconocer que, la mayor parte de las veces, la práctica profesional que
se realiza en los servicios de salud deja muy poco o ningún tiempo libre para pensar en estos
supuestos, opciones y efectos de lo que se hace. Sin embargo, esta reflexión es de fundamen- Texto del
tal importancia a la hora de definir nuestro quehacer y nuestra propia identidad como profe- Plan Federal
sionales de la salud.
"Sabemos que no
podemos modificar el
En esta dirección, esta primera Unidad de estudio nos llevará a pensar en torno de estos pasado, pero si
nú­cleos­pro­ble­má­ti­cos: modelar nuestro
futuro(...) La salud es
un bien jurídico
¿Compartimos la misma concepción de salud y de enfermedad en los equipos de Salud? colectivo. Su respeto
se logra, por un lado,
¿Cuáles son las concepciones de salud que influyeron e influyen en las interacciones a través de un
con la población y en el desarrollo de los procesos de trabajo? accionar preventivo
que el Estado debe
desarrollar, y por el
otro, garantizando el
Objetivos específicos acceso a las
prestaciones y
servicios necesarios"
A lo largo del proceso de estudio- trabajo en esta Unidad, Ud. podrá:
Pág. 8

21
Posgrado­en­salud­social­y­comunitaria

Avanzar en el reconocimiento de los supuestos sobre la salud, tanto en sus expresiones


históricas como en las prácticas sanitarias actuales.

Analizar los determinantes del proceso de salud- enfermedad y sus principales dimensio-
nes.

En este proceso de Reconocer las consecuencias de la pobreza y las condiciones de vida sobre el proceso de
recolección de in- salud-enfermedad de la comunidad en la que desarrolla su trabajo.
formación y de re-
construcción de de-
terminantes del pro- Le solicitamos que analice las con­di­cio­nes­de­vi­da (infraestructura básica, medio ambiente,
ceso de salud-enfer- viviendas, situación laboral, etc.), la composición de las familias, así como las formas de
medad le sugerimos cuidado y protección de la salud de sus miembros, y otras formas de protección social y
que, si no lo ha rea- situación socio-sanitaria de la co­mu­ni­dad de su Centro de Salud dado que permite
lizado, planifique contextualizar la tarea del equipo de salud en el cen­tro­de­sa­lud.
con su equipo del
Centro de Salud el
proceso de reflexión
sobre la práctica.

Actividad Inicial

Le proponemos que:

Elabore un informe sobre determinantes de la salud y una caracterización del barrio,


a partir de lo observado y registrado en el desarrollo de la presente actividad .

Lo invitamos a que retome sus registros realizados durante las Actividades Preliminares
para el becario de este Posgrado, bajo el título "El barrio y su gente".

Si usted no realizó las Actividades Preliminares, podrá acceder a ese material, solicitán-
dolo al equipo tutorial. También se encuentra disponible en la página web del Programa
Médicos Comunitarios:

http://www.medicoscomunitarios.gov.ar/posgrado-modulos-pre.php

Podrá realizar una impresión de la copia del material en pdf que allí se encuentra.

22
Unidad 1

Aspectos Pregunta guía

Ahora, además, le sugerimos­que el informe que Ud. preparará incluya los siguien-
tes aspectos:
Es importante que
planifique con su
infraestructura básica ¿Cuál es el acceso que poseen a los ser­vi­cios de
Equipo Tutorial
del sector agua, luz, cloacas, tratamiento de la basura, red
la metodología de
telefónica, etc.?
búsqueda y orde-
namiento de los
Tipo de construcción de ¿Cómo es el espacio físico de la vivienda?; ¿cuál
datos e informa-
la vivienda es el tipo de los materiales de construcción?; ción de la pobla-
¿cómo es la distribución de los miembros en di- ción. Recuerde
cho espacio? que puede recu-
rrir a informantes
Grupos­familiares ¿Cómo están integrados los grupos familiares? claves (agentes
(presencia de abuelos, padres, otros parientes, sanitarios, lideres
otros adultos –adscriptos al grupo familiar–, comunitarios),
adolescentes, adolescentes con hijos, niños, be- fuentes escritas y
bés, etc.) documentos de
trabajo de la lo-
saneamiento ¿Cuáles son las condiciones de saneamiento del calidad en que
espacio físico dentro y fuera de la vivienda?; si Ud. desarrolla su
hay niños, ¿dónde realizan sus juegos de es­par­- actividad.
ci­mien­to? Prepare instru-
mentos de regis-
trabajo ¿Cómo obtienen su sustento?; ¿trabajan?, ¿en tro.
qué? ¿Cuántos y cuáles miembros del grupo fa-
miliar?; ¿quién o quiénes están a cargo del cui-
dado de ancianos, discapacitados y niños, si los
hay?

escolarización ¿Qué nivel de es­co­la­ri­za­ción alcanzan los


miembros de la familia?; los más jóvenes, ¿asis-
ten a las escuelas?

alimentación ¿Qué tipo de ali­men­ta­ción consumen con ma-


yor frecuencia?; ¿quiénes la consumen?

seguridad­social ¿Cuentan con cobertura de se­gu­ri­dad­so­cial?

23
Posgrado­en­salud­social­y­comunitaria

Por otra parte, registre:

¿Cómo describen su si­tua­ción­de­sa­lud, según los distintos miembros?; ¿usted ob-


serva otros pro­ble­mas diversos de los que describen?
Registre sus observa- ¿Cuándo y en qué situaciones y/o con qué periodicidad asis­ten­al­cen­tro­de­sa­-
ciones, las explica- lud?
ciones preliminares y Escuche y anote, ¿Cuáles han sido las experiencias de las familias y de esas insti-
las respuestas que tuciones en su contacto con el Centro de Salud?
haya obtenido en la ¿A qué otras ins­ti­tu­cio­nes­del­ba­rrio­(escuelas, ONGs, instituciones religiosas, so-
realización de entre- ciedades de fomento) recurren si lo necesitan?
vistas, porque serán
retomadas en las En su carpeta de trabajo registre las instituciones barriales: su ubicación, sus re­fe­ren­tes,
actividades sus principales funciones y la relación que puede establecerse con la prevención y recupe-
siguientes. ración de la salud de la comunidad.

Le acercamos guías metodológicas Nº: 1 y 3 incluidas al final de este material, con téc-
nicas adecuadas, (observación, entrevistas, acceso a informantes clave del barrio) para
repensar esta actividad con su equipo tutorial.

Ud. puede complementar esta información con el relevamiento hecho en las


Actividades Preliminares.

24
Unidad 1

1. Determinantes del
proceso de salud-enfermedad:

Límites y alcances en la práctica profesional

En su actividad diaria, Ud. realiza la importante tarea de trabajar por la salud de


individuos. Cuando lo hace, interviene a partir de explicaciones de las causas,
comúnmente expresadas en términos de diagnóstico, a partir de síntomas, signos o
informaciones de estudios clínicos.

De lo que se trata ahora es de analizar esas explicaciones, y aún más, los modelos de
pensamiento en los que se asientan. Asumimos que dichas explicaciones, basadas en
supuestos, se asientan en el método científico o bio-médico y que nos dan las
respuestas necesarias para actuar. Sin embargo, este modelo puede, muchas veces,
constituirse en un obstáculo para el conocimiento del proceso de salud- enfermedad
colectivo y aún del individual. En este sentido, se suele hablar de la crisis del
modelo médico ante las respuestas urgentes a los problemas cotidianos.

1
En un importante estudio, Luis César Abed analiza la construcción histórica de estos
modelos y además cuestiona, por otra parte, cuáles son los límites de las prácticas de
los profesionales de la salud para transformar las condiciones de salud de la
población.

A continuación le acercamos algunos tramos de su obra, para colaborar en la


comprensión de nuestros pensamientos actuales y nuestras prácticas.

Subraye o destaque las ideas más importantes de este texto, pues las retomará para
completar la actividad presente

1. Abed, Luis César.


Cap. VI: "El proceso salud-enfer-
medad; Alcances y limitaciones
del modelo biológico". En: La en-
fermedad en la historia. Tesis de
Doctorado. Universidad Nacional
de Córdoba; Págs. 125-140-.
1993.

25
Posgrado­en­salud­social­y­comunitaria

el Pro­ce­so sa­lud-en­fer­me­dad

al­can­ces­y­li­mi­ta­cio­nes­del­mo­de­lo­bio­ló­gi­co:­pro­pues­tas­su­pe­ra­do­-
ras.­cir­cu­la­ción­y­trans­fe­ren­cia­so­cial­de­las­fun­cio­nes­y­su­ejer­ci­cio.

Nos permitimos, en este Capitulo, trazar un esquema descriptivo muy simplificado, y


hasta caricaturizado, para resaltar los aspectos nodales intervinientes en el proceso
enunciatorio de la enfermedad y su proyección histórica, según el modo en que lo fui-
mos exponiendo en el curso del presente trabajo.
En virtud de los aspectos desarrollados en los Capítulos precedentes, hemos querido
mostrar la concepción predominante de la enfermedad a partir del pensamiento post re-
nacentista hasta la actualidad: la enfermedad considerada como la resultante de la colo-
nización de un ser extraño en el cuerpo del individuo, con existencia real, con catego-
ría de “ser”, externa al organismo, que podría relatar su propia historia natural. Es de-
cir que, inscripta en un atlas médico, tendría silueta propia y daría así cuenta de todos
sus aspectos específicos y legitimadores de su estatuto nosográfico.
Además, la exploración y la reflexión que hemos llevado a cabo tuvo por objeto -sin
pretender haber agotado el tema- rastrear y presentar los aspectos nodales de una línea
de pensamiento que se propone fundamentar y dar coherencia a la interpretación de la
enfermedad como un hecho constituido socialmente.
Creemos pertinente realizar las siguientes consideraciones: En la actualidad, en los
centros urbanos desarrollados, alrededor del 75% de las muertes ocurren sin que la ac-
ción médica pueda alcanzar la eficiencia que obtuvo en el terreno de las enfermedades
infecciosas. En este 75% -que incluye las enfermedades del aparato circulatorio, el
cáncer y las muertes violentas (accidentes, homicidios y suicidios)- el arsenal teórico-
práctico del biologismo no es suficiente para elaborar una respuesta contundente y es
probable que no lo sea en el futuro tampoco.
De manera que puede afirmarse que, si los patrones de consumo alimentarios de la ac-
tualidad fueran adecuados para este momento histórico, la expectativa de vida crecería.
como crecería también si se alcanzara una conducta vial tolerante y ordenada, en la ca-
da vez más compleja organización urbanística. La consecuencia debería ser la disminu-
ción considerable de la morbi-mortalidad y la discapacidad producida por los acciden-
tes de tránsito. Lo mismo sucedería si se diera más importancia a los fenómenos psí-
quicos y al sufrimiento mental. Todo esto proveería al ser humano no sólo de mayor
expectativa de vida sino de mejor calidad de la misma.
De ello se desprende la necesidad de ampliar el campo de las prácticas a otras esferas
del conocimiento que puedan aportar al tema de la salud y el bienestar humano, a los
fines de intentar romper el cepo que constituye el reduccionismo causa-efecto, en el
cual a toda acción le corresponde una reacción-respuesta.
El campo de lo social y lo psicológico pueden, a la luz de los avances biológicos, apor-

26
Unidad 1

tar a una comprensión más clara y completa de la problemática salud-enfermedad pro-


veyendo soluciones más eficaces y menos onerosas.
Cabe recordar que en cada etapa del desarrollo, el conocimiento humano hizo sus
aportes y su construcción social de los problemas que le aquejaban, elaborando el con-
junto de premisas gnoseológicas que subyacen –enunciadas o no- a cada discurso, ten-
ga éste carácter individual o colectivo, sea científico o de otra especie.
Todas las sociedades en todos los tiempos participaron de un molde y de un modelo
que les sirvieron de base cognitiva desde donde fueron elaboradas sus creencias. Tam-
bién a todas las sociedades les resultó una ardua tarea desprenderse de estas bases de
pensamiento, que si bien habían adquirido el estado de dogma, a su vez se mostraban
insuficientes para responder a las nuevas preguntas que les estaba formulando el desa-
rrollo social.
Una cosa, una situación, un acontecimiento, pueden ser interpretados de manera dife-
rente si son observados y abordados desde otros tantos ángulos teóricos (la Luna, mira-
da desde la teoría ptolomeica, era un planeta, sin embargo, para la teoría copernicana
es un satélite del planeta tierra.).
Los hechos físicos no dicen lo mismo a la luz de la mecánica de Newton que desde la
relatividad einsteiniana o desde las teorías modernas de las partículas elementales.
El problema social de la salud del hombre no puede reducirse por medio del análisis
simplista. La biología ve solo algunos aspectos de la salud y de la enfermedad; el hom-
bre tiene todas las posibilidades de darse los instrumentos para alcanzar un modo de
vida saludable en bienestar. Para ello, y desde el lugar de la práctica científica, en el
análisis interpretativo deberían confluir todos los órdenes del saber: el biológico, el
psicológico y el socio-cultural, para configurar un ángulo de observación integral, to-
tal, complejo y dialéctico.
Es así que el campo complejo actual de los problemas de la salud humana, en el cual
se multiplican las esferas conflictivas del quehacer del hombre, constituye un desafío
para los profesionales e investigadores de la salud y para los cientistas sociales, llama-
dos a innovar en los conceptos y formas de abordaje de la práctica en salud.
A pesar de las series de éxitos y soluciones obtenidas, los esfuerzos de las prácticas an-
te la enfermedad, no deberían centralizarse en las tareas reparadoras, restauradoras de
la salud perdida. El esfuerzo social para alcanzar la salud no debe circunscribirse a la
acción y vigilancia sistemáticas (que consisten en prevenir o rechazar el agente agresor
colonizador del cuerpo). Este conjunto de acciones individuales ha generado un campo
de desigualdades sociales en las políticas públicas.
Una sociedad conflictuada, presa del autoritarismo, castigada por la inequidad en la
cual se promocionan hábitos dañinos como el tabaco o el alcohol, se acepta la discri-
minación de cualquier tipo, que no atiende los patrones de consumo, que no planifica
su recreación, no comprende a sus ancianos o sus adolescentes… no puede tener indi-
viduos saludables. Pero mucho menos aún la medicina reparadora tendrá posibilidades

27
Posgrado­en­salud­social­y­comunitaria

de subsanarlo.
El reto consiste en conocer y actuar sobre las variables bio-psico-socioculturales capa-
ces de acompañar un estilo de vida saludable para el hombre. Es el modo de vida el
determinante del bienestar humano.
Señalamos una consecuencia importante de la concepción biologista: la delimitación
de dos instancias, el hombre y el medio externo al hombre, como polos enfrentados en-
tre los que se produciría el fenómeno. En dicho medio externo acecharía la enfermedad
esperando el momento oportuno para el ataque. “El semblante que es la enfermedad…
constituiría… la máscara con la que sería identificado el enfermo”.
Descrita y entendida de este modo la enfermedad, resulta entonces, que la tarea de la
medicina como arte médico consiste en detectar, a través de indicadores precisos con-
signados en un atlas normativo, el momento que esta agresión se produce para comba-
tirla o dotar al cuerpo de defensas suficientes y capaces de repeler la acción incursio-
nista de la enfermedad.
Estos indicadores de la enfermedad en el organismo denominados signos y síntomas
han de estar minuciosamente descritos en el plano teórico, de manera tal, que sean el
soporte de la identificación del morbo; es así que el diagnóstico deviene uno de los
principales objetivos de la clínica. El otro soporte es el tratamiento, por el cual se po-
nen en marcha los mecanismos terapéuticos que combatan a la enfermedad, alejándola
del cuerpo agredido.
Hacia finales del siglo XIX, en una suerte de síntesis histórica, el problema aparecía
como resuelto, pues se habían consolidado los criterios que requerían una única causa
como factor suficiente para provocar la enfermedad en el mundo de lo viviente. “El
microorganismo debía hallarse siempre en el animal enfermo y no en los sanos” decía
el primer postulado de Koch y lo encontramos elocuentemente expresado en la si-
guiente cita: “Toda enfermedad infecciosa resulta del proceso conflictivo entre el orga-
nismo agresor y el huésped agredido”.
“La edad de oro de la infectología” se articulaba en virtud de dos vertientes que se po-
tenciaban: por un lado los criterios mecánico-cartesianos de la causalidad en los cuales
la biología encontraba su espacio de desarrollo. Y, por otro lado, la secuencia de los
éxitos, pues sucesivamente se habían identificado los “agentes causales microbianos”
responsables del “efecto-enfermedad” en el hombre de la tuberculosis, el cólera, el án-
trax, la difteria, la gangrena gaseosa, el tétano, la fiebre tifoidea, la gonorrea, la disen-
tería, la sífilis entre otras.
Este pensamiento mecánico, lineal y demasiado simple, a poco de andar se mostró
marcadamente insuficiente para comprender y explicar la complejidad del problema.
La conjunción del agente causal –microbiano o físico- no era suficiente para producir
la patología. Otro u otros factores debían confluir para que el proceso de enfermedad
cristalizara en el cuerpo vivo.
Es así que, aplacada la euforia triunfalista de finales del siglo XIX y principios del

28
Unidad 1

XX, se empezó a tratar de completar el pensamiento biológico incorporando otro ele-


mento que, sumado al agente y al huésped, explicara por qué la convivencia de estos
dos factores algunas veces producía la enfermedad y otras no.
Este esquema conceptual de la enfermedad es lo que había definido el papel del médi-
co: éste se encontraba cercado entre dos soportes cognitivos, que debía cultivar, a sa-
ber: la hermenéutica y la semiología. Por la primera debía adquirir los conocimientos y
técnicas capaces de interpretar los signos que son indicadores de la enfermedad; por la
segunda la tarea consistía en incorporar la sabiduría y la techné adecuadas para detec-
tar –en el individuo transformado en paciente- los signos identificatorios de lo patoló-
gico.
Pero el saber médico incrustado en el saber biológico, debió incorporar otros factores a
su grilla analítica, tratando de tener una comprensión más cabal del hombre y sus ocu-
rrencias. Para ello debió trasladar sus incumbencias a campos distantes: ya la física y
la biología no eran suficientes para dar explicación a todo ese acontecer humano; el in-
dividuo entendido únicamente como ser biológico no daba satisfacciones a las nuevas
preguntas que se originaban en el crisol de respuestas insuficientes.
Otras dolencias habían desembarcado en las arenas de la vida del hombre y se hacía
necesaria otra medicina: la que se dio el nombre de medicina social. (En otras ocasio-
nes esta denominación a tenido carácter peyorativo). Lo cierto es que las cosas deman-
daban un cambio, se hacía imprescindible la incorporación de las ciencias sociales al
campo explicativo y discursivo de la interpretación de los morbos humanos.
Esta descripción que a primera vista parece una apretada y simplificada síntesis del
obrar de la medicina, en una segunda instancia suena denostadora y hasta falaz o inge-
nua. No creemos que sea necesario ninguno de estos dos calificativos. Dos razones nos
encaminan a ello: la primera es que se ha intentado definir –con el objeto de realzar las
limitaciones- una ciencia del hombre que va de la mano de un esquema reduccionista y
mecánico del cual la medicina no pocas veces hace ostentación; la segunda es que que-
da patentizado como en una caricatura que el problema de la enfermedad es un proble-
ma social inscrito en lo biológico.
Sería incorrecto pretender comprimir los haceres de la medicina al esquema reparador
(aun cuando en innumerables ocasiones se interpreta a la medicina acurrucada dentro
de estos estrechos moldes). Diagnóstico preciso y tratamiento eficaz no pueden ser los
objetos únicos de una ciencia que quiere atender al hombre en su integridad.
Es por ello que trataremos de describir algunos de los elementos que empezaron a co-
brar peso en el discurso de la enfermedad.

el me­dio am­bien­te:­un nue­vo fac­tor ex­Pli­ca­ti­vo

Tratando de integrar una explicación más general y más satisfactoria, el discurso médi-
co incorporó otro factor a los existentes: el medio ambiente, elemento que intervendría

29
Posgrado­en­salud­social­y­comunitaria

en la posibilidad de enfermar o no. De manera que ahora se trataba de una tríada –el
agente agresor, el huésped colonizado y el medio ambiente que contendría a ambos-
que, mientras mantuviera sus tres componentes en estado de equilibrio garantizaría el
estado natural de salud. En tanto que un desbalance daría origen a la enfermedad.
En el año 1953, Gurney Clark consignó los tres factores en cuestión en equilibrio eco-
lógico, definiendo la ecología como “la relación mutual entre organismos vivos y el
ambiente”. Para ello se valió del siguiente esquema: una balanza en donde el medio
ambiente sirve de centro de sostén de un brazo horizontal cuyos extremos, el huésped
y el agente casual, se hallan equidistantes. Cualquier circunstancia disruptora de dicho
equilibrio entre otras –mayor virulencia del agente, disminución de las defensas del
huésped o un medio ambiente inadecuado- producirían la enfermedad.
Este autor se apoya en tres premisas biológicas que sostienen que:
1) el desequilibrio entre el agente casual y el huésped humano produce la enfermedad.
2) la “naturaleza y extensión del desequilibrio”
3) las características del agente agresor y el huésped interactuates dependen de la “na-
turaleza del ambiente físico, social, económico y biológico”.
4) La incorporación de la “causacióon múltiple de todos los fenómenos biológicos”
constituye una visión más “holística” de la enfermedad que supera al modelo mono-
causal. Según esta visión, el agente con “su presencia no provoca obligadamente la en-
fermedad si no concurren ciertas influencias sociales que facilitan el proceso” (el su-
brayado es nuestro).

in­su­fi­cien­cia del mo­de­lo.­crí­ti­cas

La crítica a este modelo se funda precisamente en que éste cnsidera el factor social co-
mo un mero elemento más, al que se le asigna igual importancia que al biológico para
provocar la enfermedad. De manera que se traslada, mecánicamente, el determinismo
monocausal a una indefinida serie de factores que se mutualizan y diluyen, con lo cual
lo social pierde importancia por no conferírsele especificidad.

eco­lo­Gía.­ex­cur­sus so­bre el “me­dio”.


orí­Ge­nes y usos del tér­mi­no

El término ecología fue introducido a la biología por el zoólogo alemán Ernst Haeckel
(1834-1919) en 1866, que la definió como las relaciones entre los seres vivos y el am-
biente. Deriva del vocablo griego “oikos” que quiere decir “casa”, “lugar donde se vi-
ve”, o sea que literalmente significaría el estudio de los organismos en su casa, en su
medio ambiente.
A su vez, la noción de “medio” proviene de la física: “... importada de la mecánica a la
biología en el siglo XVIII” “Newton fue probablemente el responsable...” a través de

30
Unidad 1

Lamarck. El término fue introducido para explicar la interacción de dos cuerpos físicos
separados. Lo que circulaba entre ambos permitiendo la conducción de la acción recí-
proca era el medio. Es decir que se comportaría como vehículo de comunicación.
Para Newton el medio tenía naturaleza fluida como el éter, que actuaría como “inter-
mediario entre dos cuerpos” “...es la acción de un medio la que asegura la relación de
dependencia entre el resplandor de la fuente luminosa percibida y el movimiento de los
músculos por los cuales el hombre reacciona ante esta sensación”; afirma Cangilhem
en su intento de interpretación de la noción newtoniana sobre el tema.
Con anterioridad a Newton, Descartes sostenía que la acción física de los cuerpos po-
día realizarse mediante el choque por contacto. Se trata de una interpretación mecáni-
ca, mantenida por Lamarck, quien llamaba medios fluidos a aquellos como la luz, el
agua o el aire, y lo que hoy se entiende por medio es lo que él denominaba “circuns-
tancias influyentes”.
Buffon, quien a su vez fue maestro de Lamarck, participaba de este concepto. En 1838,
Auguste Comte extendió el concepto al “conjunto total de las circunstancias exteriores
necesarias a la existencia de cada organismo y no solamente al fluido en el cual un
cuerpo se encuentra sumergido”. Con esta cita, Canguilhem pretende certificar el ori-
gen mecánico del término, que se mantiene en Comte, incorporando la idea de la rela-
ción del “organismo apropiado” y el “medio favorable” integrantes de un “conflicto de
potencias” tan familiar en la biología.
Alejandro von Humboldt (1769-1859), fundador de la biogeografía, entendía la natura-
leza como un engranaje relacinando al hombre histórico y al medio en una totalidad,
unida por necesidad en un mecanismo.
Más tarde, Darwin, al sostener la génesis de las especies por la transformación y adap-
tación al ambiente de los más capaces, destacó la unidad entre el hombre y el medio
ambiente sosteniendo que “…resulta que cualquier ser, por poco que varíe de un modo
provechoso para él bajo las condiciones complejas y frecuentemente cambiantes de la
vida, tendrá mejores probabilidades de pervivir y habrá sido así seleccionado natural-
mente”.
De manera que la noción de medio en el sentido en que lo emplea la biología es bas-
tante reciente. La conexión entre medio circundante o medio ambiente y el hombre es-
tá constituida por la interacción recíproca y de relación de igualdad de los dos factores
entre sí.

la mul­ti­cau­sa­li­dad.­con­ceP­ción su­ma­to­ria e in­su­fi­cien­te.­


ex­clu­sión de fac­to­res

Analizando estas disquisiciones puede advertirse la insuficiencia de las concepciones


multicausales para explicar el por qué de la enfermedad en los seres vivos. Una de las
razones de la crítica a esta concepción reside en el hecho de que se consideran los fac-

31
Posgrado­en­salud­social­y­comunitaria

tores actuantes en igualdad de derecho. De manera tal que, dada la modificación de


cualquiera de ellos, se desencadenaría la enfermedad.
Resulta notorio que tanto lo social como lo psíquico se hallan replegados en sí mis-
mos, a la manera de un apéndice que estuviera “de prestado” dentro del factor medio
ambiente.
Es precisamente allí donde se encuentran las restricciones del modelo biológico. Es
que cuando incorpora el concepto de medio ambiente, lo hace con muchas limitacio-
nes, en forma de añadidlo, lo cual obstaculiza la posibilidad de desarrollo de una con-
cepción de enfermedad dotada de un carácter holístico. Lo social y lo psíquico, al que-
dar excluidos del plano analítico de estas teorías, no pueden jerarquizarse como facto-
res subyacentes determinantes de los procesos de salud-enfermedad.
Hemos mostrado a todo lo largo de este trabajo la importancia de la organización so-
cial del hombre en donde se perfilan los caracteres sociales, económicos, ecológicos,
culturales, políticos, psíquicos –entre otros- que confieren identidad a la producción
social de situaciones de salud o enfermedad. Porque si bien la enfermedad, como la en-
tiende el corpus epistémico biológico (biologista) actual, puede ser el resultado de un
desequilibrio del organismo -o más aún, de un órgano- que puede resultar del desen-
cuentro de los factores que conforman la tríada ecológica o epidemiológica, la salud
está lejos de ubicarse como su antinomia. Es por eso que resulta inaceptable reducir
esta cuestión a los límites del fenómeno biológico referido exclusivamente al indivi-
duo. Y entonces nos encontramos frente al siguiente dilema de opciones: "la salud pro-
tegida por el modo de vida o la salud restaurada mediante el tratamiento de la enferme-
dad".
La estructura social, la situación de una organización que puede satisfacer las necesi-
dades básicas y las otras, las múltiples y variadas modalidades de relaciones de vida de
los hombres entre sí, los aspectos culturales, las expectativas individuales, son algunos
de los factores básicos que intervienen –y condicionan- el bienestar del hombre.
Huelga decir que la concepción reparatoria de la enfermedad con su apéndice, la pre-
vención, no cuentan con las herramientas idóneas y pertinentes para abordar estas con-
sideraciones. Por el contrario, se halla cautiva de ellas al pertenecer al cuerpo social
que la sustenta: "la medicina, en consecuencia, tiene una historia paralela a la cultura
en general, con sus etapas, progresos y retrocesos".
Cabe señalar que con esta posición no ponemos en duda que los avances de la biología
sean válidos y útiles; pero sí creemos que son doblemente insuficientes para interpretar
las necesidades de salud del hombre actual: por un lado el paradigma científico de la
medicina dominante resulta incompetente como "modelo explicativo de la salud-enfer-
medad colectiva" y por otro hay que subrayar "la incapacidad de la práctica médica de
transformar las condiciones de salud de la población".
Si bien es cierto que hay una expectativa social de tener la posibilidad de recuperar la
salud perdida y aumentar los años de vida, también es cierto que cada vez hay mayor

32
Unidad 1

conciencia de que estos años deben estar dotados de una mejor calidad.
Es por eso que creemos necesario generar otro espacio que trascienda al del orden mé-
dico, para interpretar, desde una teoría social, los complejos procesos sociales de la sa-
lud colectiva. Esto no quiere decir de ninguna manera que haya que sustituir el orden
médico: el campo médico tiene su teoría y su práctica; y cuanto mayor eficiencia logre
para desarrollarla, mayor será su posibilidad de certificar y legitimar las conquistas ad-
quiridas con esfuerzo. En esa eficiencia debería cooperar una apertura hacia otros sa-
beres, del acervo social, en muchos casos ignorados por el orden médico y que corren
paralelos a su saber.
Asimismo, creemos que el legítima una crítica ética al orden médico y su ejercicio de
la autoridad intervencionista, pues ignora por lo general los derechos individuales de
cada hombre sobre su persona: "la medicina se impone al individuo, enfermo o no, co-
mo acto de autoridad".

PROPUESTA DE UN NUEVO ESPACIO PARA RESPONDER A LAS DEMANDAS DE LA SOCIEDAD


CONTEMPORáNEA

Sostenemos que el nuevo espacio que proponemos puede generarse o –acaso está ya en
vías de generarse– y debe ocuparse de los grandes problemas sociales que están de-
mandando urgente solución en nuestra sociedad contemporánea. Por ejemplo: los pro-
blemas específicos de los grupos etarios (niñez, adolescencia, género, ancianidad); los
problemas de comportamiento social autoexcluyente como la abulia, la apatía, los sen-
timientos de no pertenencia; los problemas de la violencia social y la autoviolencia co-
mo los homicidios, los suicidios y los accidentes; la expansión de las enfermedades de-
generativas, las enfermedades laborales y la exacerbación de las desigualdades socia-
les, de los choques culturales, de las diferencias étnicas. Todos ellos se constituyen en
factores que forman parte e intervienen en la cuestión de la salud colectiva.
El bienestar de las comunidades y de los individuos insertos en ellas depende de la ca-
pacidad de resolver estas alternativas que tienden a magnificarse a medida que se las
ignora.
Es por ello que suscribimos el planteo de la necesidad de "construir un nuevo objeto
científico… porque la medicina define el problema de salud en términos de la enfer-
medad biológica del individuo, lo que conlleva a dos tipos de limitaciones respecto al
proceso de generación de conocimientos sobre salud-enfermedad colectiva:

1. por una parte, le da una especificidad que en el terreno metodológico corresponde


las ciencias naturales obstaculizando la comprensión de la salud como un proceso
integral de múltiples determinaciones (donde lo biológico es un componente más de
dicho proceso), y,
2. por otra parte, lo desarticula de la totalidad social" conservando sus caracteres en la

33
Posgrado­en­salud­social­y­comunitaria

relación causal con la enfermedad.

La distribución en comportamientos estancos de los saberes encerrados en sus discipli-


nas asegura una distribución y un ejercicio del poder de ellas sobre sectores del campo
social, aun cuando aparezcan como solo afectando al campo biológico. Según sostiene
Foucault, el orden médico es portador de un discurso que le confiere autoridad y capa-
cidad represiva –como sucede en la terapia vigilante que concluye con el encierro del
alienado, e inclusive se registra su poder en la obligatoriedad de una vacunación o el
certificado médico que habilita o invalida. Pero éste no dimana del derecho jurídico,
del aparato jurídico, de la soberanía constituida como derecho político instaurado por
Determinantes
la burguesía en el poder. Más bien, es el derecho resultante del ejercicio de las discipli-
de la Salud:
nas.
" circunstancias sociales Las disciplinas como la medicina llevan como discurso prevalente el de la regla, el de
y económicas desfavo- la norma, que no es precisamente el de la norma jurídica. Definen un código que no
rables que afectan la
sea el de la ley sino el de la normalización. Es que tienen como punto de partida la
salud a lo largo de la vi-
da. Las personas que misma génesis del discurso desde el momento que considera al individuo que sufre
están más abajo en la una enfermedad como una dualidad: el hombre por un lado, y la enfermedad que lo ha-
escala social, usual- bita por otro, que es a su vez ajena a la persona. De esta manera se plantea una lucha
mente poseen dos ve-
que es liderada por el médico y en la que participa el enfermo en contra de la enferme-
ces más riesgo de con-
traer enfermedades gra- dad. Ya hemos visto que la enfermedad es una resultante normativa. Consecuentemente
ves y de fallecer prema- la batalla el médico y del enfermo se desarrolla contra el desvío y a favor del retorno a
turamente. Causas ma- la normalidad. Pero siempre a partir del discurso del médico sobre la enfermedad. Así,
teriales y psicológicas
la medicina tiene como objeto la enfermedad.
contribuyen con estas
diferencias y sus efec- En otras palabras, si al producirse una transferencia de los problemas que se hallan pri-
tos se extienden a casi sioneros en el campo de las ciencias biológicas al territorio de lo social, por ser éste
todas las causas de en- más abarcativo y tener mayor capacidad de respuestas, se produce también un traslado
fermedades y muertes.
de prácticas, de ejercicio de funciones desde la medicina a los organismos sociales en-
Las desventajas pueden
manifestarse de forma cargados del estudio y la instrumentación de dichas tareas, lo que se produce entonces
absoluta o relativa y la es un traspaso de poder.
tendencia a concentrar- De manera que, según puede observarse, muchas "patologías" van dejando de serlo a
se entre las mismas
medida que van siendo comprendidas como resultante social. Por ejemplo, la enferme-
personas, y sus efectos
en la salud se acumulan dad en sentido lombrosiano, o la enfermedad mental según los criterios manicomiales.
durante toda la vida. Si Del mismo modo, haciendo fluir el pensamiento en este sentido, podríamos adquirir
las políticas no logran otra comprensión con respecto al alcoholismo, a la adicción a las drogas, a la violencia
enfrentar esos eventos
colectiva, a la delincuencia infantil, a la xenofobia, a las crueldades raciales, al incre-
no sólo ignoran los más
potentes determinantes mento de las desigualdades socioeconómicas, a la indiferencia frente al sufrimiento hu-
de la salud, sino que mano, entre otras muchas realidades acuciantes de la sociedad.
dejan de cumplir uno de
los retos más importan-
tes de las sociedades
modernas, la justicia so-
cial" (OMS, 2003)

34
Unidad 1

Identifique cómo caracterizaría los determinantes del proceso salud-enfermedad


particularmente en su comunidad.

Retome sus subrayados y relacione esas ideas con la siguiente definición y realice
una primera reflexión, luego irá completando estas ideas en el desarrollo del mó-
dulo.

2. ¿Hacia una re-conceptualización


de la salud?

Primera parte: Un poco de historia

Cuando queremos pensar mejor acerca de las definiciones de la salud, encontramos que el
concepto ha sido (y es) entendido de diversas maneras.
OMS (2003)
Según diversos enfoques sobre el tema, decíamos, ha habido una evolución histórica en el Social
pensamiento acerca de la salud y la enfermedad, así como acerca de los modos de conservarla Determinants of
o recuperarla. Mientras los griegos de la antigüedad hicieron de la salud un culto, a partir del Health: the solid
facts. Copenhagen,
momento en que la ciencia helenística se implanta en Europa el interés se vuelca hacia la en- WHO- Europe. La
fermedad y lo normal pasa a ser la ausencia de síntomas patológicos. En el transcurso del si- Organización Mundial
de la Salud, conocida
glo XX pueden identificarse dos momentos importantes en las definiciones sobre salud: con la sigla OMS, es
un organismo espe-
cializado que
a.­Uno ocurre en la primera mitad, cuando la medicina se subordina a la biología; depende de las
Naciones Unidas
cuyas funciones son,
b.­El otro momento corresponde ya a la segunda mitad del siglo, cuando la salud comien- entre otras, brindar
ayuda a los gobier-
za a concebirse como un proceso dinámico y variable de equilibrio entre el organismo nos para preservar la
humano y su ambiente total, haciéndose resaltar entonces, la influencia de las factores salud y auxiliarlos en
emergencias, estimu-
históricos, políticos, económicos y sociales. Se habla entonces del pro­ce­so­sa­lud-en­- lar las investigaciones
fer­me­dad. relacionadas con la
sanidad, erradicar
enfermedades, pre-
venir accidentes, evi-
Históricamente, las explicaciones sobre causalidad en relación con la salud y las enfermeda- tar el abuso de dro-
des se han dirigido con mayor frecuencia a caracterizar la situación de enfermedad, quizás gas causantes de
dependencias,
porque las manifestaciones dolorosas y limitantes de la misma obligan a los hombres a buscar difundir conceptos de
remedios para eliminarlas o mitigarlas. higiene y seguridad,
promover la edu-
Son muchos los factores que actuando a nivel del ambiente humano determinan que una en- cación sanitaria,
fermedad se inicie y desarrolle en ciertos sujetos e incida, con mayor o menor peso, en deter- patrocinar campañas
mundiales, otorgar
minados grupos poblacionales. Las circunstancias naturales y la propia dotación biológica becas y formar per-
sonal especializado.
personal adquieren sentido en relación con el logro de un nivel o el desarrollo de una o más

35
Posgrado­en­salud­social­y­comunitaria

enfermedades específicas, solo entendidas en ese contexto.


Esta inseparable relación entre la persona y su entorno constituyó la base para una concepción
socioecológica de la salud, que es a su vez esencial para el concepto de promoción de la sa-
lud. Bajo esta perspectiva se subraya la importancia de la interacción entre los individuos y su
entorno, así como la necesidad de conseguir un cierto equilibrio dinámico entre ambas partes.
En este contexto destaca asimismo el carácter subjetivo y la relatividad del concepto de salud,
así como el hecho de que las experiencias personales sobre la enfermedad y la salud están
muy influenciadas por el contexto cultural en que tienen lugar.
Pero al hablar de la interacción del organismo con el ambiente, ¿a qué nos referimos?; ¿al in-
tercambio con el ambiente natural o biológico?, ¿o también, y muy especialmente, con el en-
torno histórico- social?

En esta dirección, Carlos Aníbal Rodríguez 2 expresa:

“La salud y la enfermedad son el resultado de una interacción constante entre el orga-
nismo y el medio ambiente en que el hombre crece y se desarrolla. Sin embargo, esta
concepción aceptada casi generalizadamente encuentra el límite en muchos de los que
la sostienen, al concebir el medio ambiente sólo en términos ecologistas clásicos, es
decir, sin tener en cuenta el medio ambiente social y el momento histórico en que la
salud se analiza. Estas posiciones pueden llegar a avalar la tesis acerca de la historia
“natural” de las enfermedades, cuando en realidad lo que existe es una historia social
de las relaciones salud-enfermedad.
Considerar la salud y la enfermedad como estáticos a través del tiempo constituye un
grosero error. El bacilo de Koch, por ejemplo, conocido como productor de la tubercu-
losis, existe desde hace miles de años. Sin embargo, hizo falta la concentración de ma-
sas campesinas en las ciudades, el hacinamiento, la desnutrición, la carencia de medi-
das higiénico- sanitarias, todos ellos factores hallables en la revolución industrial, para
que la tuberculosis se convierta en la gran depredadora”.

Le presentamos diferentes conceptos de salud para que los lea detenidamente y los
compare. Le serán necesarios para completar la actividad:

“La salud no es sólo la ausencia de la enfermedad, sino que es algo positivo,


una actitud gozosa ante la vida y una aceptación alegre de las responsabilida-
des que la vida hace recaer sobre el individuo” Sigerist (1941).

2. Rodríguez, Carlos Aníbal; Sa-


lud y Trabajo. La situación de los “El estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la
trabajadores en la Argentina,
Centro Editor de América Latina/ ausencia de enfermedad” OMS (1945)
OIT- PIACT, pág. 25-26. 1990.

36
Unidad 1

“La intensidad con que las personas solucionan o se adaptan a sus proble-
mas internos y condiciones externas”. Ivan Illich(1976)

“Salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social y de capa-


cidad para la función, y no sólo la ausencia de enfermedad (en cualquier
grado) o de invalidez.”. Milton Terris (1987)

“El estado de adaptación al medio y la capacidad de funcionar en las mejo-


res condiciones en este medio”. R. Dubos (1995)

“Estado caracterizado por integridad anatómica, fisiológica y psicológica,


con posibilidad para cumplir personalmente las funciones de importancia en
el seno de la familia, del trabajo y de la comunidad; capacidad para enfren-
tarse al estrés físico, biológico, psicológico y social; sentimiento de bienes-
tar y ausencia de riesgo de enfermedad y, en último término, de fallecimien-
to a consecuencia de aquella.” Last (1989) Diccionario

“...el hecho social producto de una circunstancia política, económica, cultu-


ral y social que se da en una población en un determinado tiempo y lugar.
Es un fenómeno social que refleja el grado de satisfacción colectiva, de las
necesidades vitales de una población” (Instituto Nacional de Epidemiología.
Jara).

“El grado en que una persona o grupo es capaz, por un lado, de llevar a ca-
bo sus aspiraciones y de satisfacer sus necesidades y, por el otro de enfren-
tarse con el ambiente. En consecuencia, la salud debe considerarse no como
un objetivo en la vida sino como un recurso más de la vida cotidiana. La sa-
lud es un concepto positivo que comprende recursos personales y sociales,
así como de capacidad física adecuada” OMS Europea (1985)

Le sugerimos que escriba: ¿Cómo definiría usted la Salud?

37
Posgrado­en­salud­social­y­comunitaria

3. ¿Hacia una re-conceptualización


de la salud?

Segunda parte:
La noción de campo de la salud en su comunidad

El Informe Lalonde, producido en Canadá en 1974, constituyó un punto de inflexión y una


herramienta de cambio para el trabajo en salud pública, ampliando la comprensión de la sa-
lud.

El informe contribuyó desde entonces al pensamiento sanitarista conceptualizando el “campo


de la salud” en cuatro amplios componentes: biología humana, medio ambiente, estilo de vida
y organización de la atención. Estos componentes se identificaron mediante el examen de las
causas y los factores básicos de la morbilidad y mortalidad y como resultado del análisis del
modo en que cada elemento afecta el grado de salud en el país. Le presentamos las definicio-
nes sobre el campo de la salud y sus componentes en un breve trabajo producido por el enton-
ces Ministro de Salud de Canadá Marc Lalonde, veinte años después de la publicación del cé-
lebre informe que lleva su nombre: “Informe Lalonde: una nueva perspectiva para la salud de
los canadienses”.

Lo invitamos a realizar la lectura del texto:

“el con­ceP­to de ‘cam­Po de la sa­lud’


una Pers­Pec­ti­va ca­na­dien­se”
de Marc Lalonde3

El análisis del campo de la salud ha presentado un problema fundamental que con-


siste en la carencia de un marco conceptual común que permita separar sus compo-
nentes principales. Sin ese marco ha sido difícil comunicarse adecuadamente o des-
menuzar el campo de la salud en segmentos flexibles que se presten al análisis y la
evaluación. Se percibió que existía una necesidad aguda de organizar los miles de
fragmentos en una estructura ordenada, que fuera a la vez intelectualmente acepta-
ble y suficientemente sencilla, de modo que permitiera ubicar rápidamente casi to-
das las ideas, problemas o actividades relacionadas con la salud: se necesitaba una
3. Lalonde, Marc. “El concepto especie de mapa del territorio de la salud.
de "campo de la salud": una pers-
pectiva canadiense”; En: Promo-
ción de la Salud: Una Antología, Este concepto contempla la descomposición del campo de la salud en cuatro am-
OPS- OMS, Washington, DC, Pu-
blicación Científica Nº 557, Págs. plios componentes: biología humana, medio ambiente, estilo de vida y organiza-
3-5. 1996

38
Unidad 1

ción de la atención de la salud. Estos componentes se identificaron mediante el


examen de las causas y los factores básicos de la morbilidad y la mortalidad en el
Canadá, y como resultado del análisis del modo en que cada elemento afecta el gra-
do de salud en el país.

bio­lo­Gía hu­ma­na

El componente de biología humana incluye todos los hechos relacionados con la


salud, tanto física como mental, que se manifiestan en el organismo como conse-
cuencia de la biología fundamental del ser humano y de la constitución orgánica
del individuo. Incluye la herencia genética de la persona, los procesos de madura-
ción y envejecimiento, y los diferentes aparatos internos del organismo, como el
esquelético, el nervioso, el muscular, el cardiovascular, el endocrino y el digestivo,
por ejemplo. Dada la complejidad del cuerpo humano, su biología puede repercutir
sobre la salud de maneras múltiples, variadas y graves, además de que puede fallar
de mil modos. Este elemento contribuye a la mortalidad y a toda una gama de pro-
blemas de salud, entre otros, muchas de las enfermedades crónicas (artritis, diabe-
tes, aterosclerosis y cáncer y otras), los trastornos genéticos, las malformaciones
congénitas y el retraso mental. Los problemas de salud cuyas causas radican en la
biología humana producen indecibles desdichas y el costo de su tratamiento es de
miles de millones de dólares.

me­dio am­bien­te

El medio ambiente incluye todos aquellos factores relacionados con la salud que
son externos al cuerpo humano y sobre los cuales la persona tiene poco o ningún
control. Los individuos, por sí solos, no pueden garantizar la inocuidad ni la pureza
de los alimentos, cosméticos, dispositivos o abastecimiento de agua, por ejemplo.
Tampoco está en sus manos el control de los peligros para la salud que representan
la contaminación del aire y del agua, ni los ruidos ambientales, ni la prevención de
la diseminación de enfermedades transmisibles. Además, individualmente, no se
puede garantizar la eliminación adecuada de los desechos y aguas servidas, ni que
el medio social y sus rápidos cambios no produzcan efectos nocivos sobre la salud.

es­ti­lo de vi­da

En cuanto al concepto de campo de la salud, el componente estilo de vida represen-


ta el conjunto de decisiones que toma el individuo con respecto a su salud y sobre
las cuales ejerce cierto grado de control. Desde el punto de vista de la salud, las
malas decisiones y los hábitos personales perjudiciales conllevan riesgos que se
originan en el propio individuo. Cuando esos riesgos tienen como consecuencia la

39
Posgrado­en­salud­social­y­comunitaria

enfermedad o la muerte, se puede afirmar que el estilo de vida de la víctima contri-


buyó a ellas.

or­Ga­ni­za­ción de la aten­ción de sa­lud

La cuarta categoría del concepto, la organización de la atención de salud, consiste


en la cantidad, calidad, orden, índole y relaciones entre las personas y los recursos
en la prestación de la atención de salud. Incluye la práctica de la medicina y la en-
fermería, los hospitales, los hogares de ancianos, los medicamentos, los servicios
públicos comunitarios de atención de la salud, las ambulancias, el tratamiento den-
tal y otros servicios sanitarios como, por ejemplo, la optometría, la quiropráctica y
la pediatría. Este cuarto componente del campo de la salud se define generalmente
como sistema de atención de salud.

Hasta ahora, casi todos los esfuerzos de la sociedad encaminados a mejorar la sa-
lud, y la mayor parte de los gastos directos en materia de salud, se han concentrado
en la organización de la atención sanitaria. Sin embargo, cuando se identifican las
causas principales de enfermedad y muerte actuales en el Canadá, se llega a la con-
clusión de que su origen está en los otros tres componentes del concepto, es decir,
la biología humana, el medio ambiente y el estilo de vida. Por consiguiente, es evi-
dente que se están gastando grandes sumas de dinero en tratar enfermedades que,
desde un principio, podrían haberse prevenido. Con el fin de seguir reduciendo la
discapacidad y las defunciones prematuras debe dedicarse mayor atención a los pri-
meros tres elementos del concepto de campo de la salud.

ca­rac­te­rís­ti­cas del con­ceP­to de cam­Po de la sa­lud

Este concepto tiene muchas características que lo constituyen en un potente instru-


mento para el análisis de los problemas de salud, la determinación de las necesida-
des de salud de los canadienses y la selección de los medios para satisfacer esas ne-
cesidades.

Una de las consecuencias obvias del concepto fue que se diera a los componentes
de biología humana, medio ambiente y estilo de vida un grado de importancia com-
parable al de la organización de la atención de la salud. Ese hecho es, de por sí, un
cambio drástico, dada la prioridad absoluta otorgada en los conceptos antiguos del
campo de la salud a la organización de la atención de la salud.

Otro rasgo del concepto es su amplitud, su capacidad de abarcar el todo. Cualquier


problema de salud puede ser causado por uno de sus componentes o por una com-
binación de los cuatro. En consecuencia, esta característica del concepto es impor-
tante porque garantiza que se considerarán debidamente todos los aspectos de la sa-

40
Unidad 1

lud. Asimismo, exige que todos los que contribuyen a la salud, ya sea individual o
colectivamente –pacientes, médicos, científicos y gobierno– tengan conciencia de
sus funciones y de su influencia en el nivel de salud.

Una tercera característica del concepto es que permite instaurar un sistema de aná-
lisis con el cual es posible examinar cualquier problema con respecto a los cuatro
componentes, a fin de evaluar su importancia relativa y su interacción. Por ejem-
plo, puede determinarse que las causas básicas de las defunciones por accidentes de
tránsito se deben, principalmente, a los riesgos a que se exponen los individuos,
con lo cual se asigna menor importancia al diseño de los automóviles y de las ca-
rreteras y a la disponibilidad de servicios de urgencia. En este caso, la biología hu-
mana tiene muy poca o ninguna importancia. En consecuencia, el estilo de vida, el
medio ambiente y la organización de la atención de salud contribuyen a la mortali-
dad por accidentes de tránsito en 75%, 20% y 5%, respectivamente. Este análisis
permite a los planificadores de programas concentrar su atención en los factores
contribuyentes de más peso. En forma similar se puede establecer la importancia
relativa de los factores contribuyentes de muchos problemas de salud.

La cuarta característica del concepto consiste en la posibilidad de desmenuzar, a su


vez, los mismos componentes. Si se retoma el ejemplo de las defunciones por acci-
dentes de tránsito, bajo la categoría de estilo de vida, los riesgos a que se exponen
los individuos pueden clasificarse como poca habilidad para conducir, descuido, re-
chazo del uso del cinturón de seguridad y exceso de velocidad. Se podría decir en-
tonces que, en gran medida, el concepto permite elaborar un mapa que señala las
relaciones más directas entre los problemas de salud y sus causas básicas, así como
la importancia relativa de los diversos factores que contribuyen a ellas.

Por último, el concepto de campo de la salud ofrece una nueva visión de la salud, vi-
sión que libera la creatividad para reconocer y explorar aspectos que hasta ahora se
han ignorado. Como ejemplo, un resultado que se podría obtener al utilizar el con-
cepto como instrumento analítico es la importancia que los canadienses, individual-
mente, atribuyan a sus comportamientos y hábitos en relación con su propia salud.

Uno de los principales obstáculos que se presentan para mejorar la salud de los ca-
nadienses es que el poder para lograrlo se halla ampliamente disperso entre los in-
dividuos, los gobiernos, los profesionales y las instituciones de salud. Esa fragmen-
tación de la responsabilidad, a veces ha llevado a utilizar enfoques desequilibrados,
en los cuales cada participante en el campo de la salud ha procurado soluciones li-
mitadas a su propia esfera de interés. El concepto de campo de la salud unifica to-
dos los fragmentos y permite a los individuos descubrir la importancia de todos los
componentes, inclusive aquellos bajo la responsabilidad de otros.

Probablemente, una de las contribuciones principales del concepto al mejoramiento


del nivel de salud sea esa visión unificada de campo de la salud.

41
Posgrado­en­salud­social­y­comunitaria

A partir de la lectura del texto de Lalonde lo invitamos a que:

Retome las definiciones de salud de la actividad anterior y la suya propia y expli-


que si tal definición comprendería la/s práctica/s institucionales de salud que usted
observa: en el Centro de Salud, en su propia tarea, y en la comunidad. Anote las
conclusiones.

Escriba sus reflexiones acerca del interrogante:


¿Trabajamos con la misma concepción de salud de la comunidad?

Para profundizar en la concepción de salud de la comunidad le proponemos que:

Indague en su comunidad y anote en forma textual, “dichos” de la población acer-


ca de qué es estar sano y qué es estar enfermo. Analice, ¿qué factores incluyeron
para describir o definir la salud?

En el anexo de guías metodológicas le acercamos una propuesta de trabajo con la comuni-


dad sobre la concepción de salud para orientar, si Ud. lo desea, el desarrollo de esta activi-
dad en el barrio.

Registre sus conclusiones en su cuaderno de trabajo. Llévelo a la reunión con su equipo tu-
torial.

4. Análisis de un caso

Retomando las lecturas y actividades anteriores, le proponemos el análisis del caso que si-
gue. Al final contará con preguntas de análisis a desarrollar.

Jésica, de 20 meses de edad, concurre a un control de salud al Centro de Salud de su


barrio.
Su madre es de contextura pequeña y su padre de estatura mediana.
En cuanto a la Lactancia materna exclusiva (LME), su madre le dio pecho hasta los 5
meses, todavía continúa lactando. Jésica ha tenido algunas diarreas en los últimos me-
ses.
Su padre trabaja esporádicamente como changarín, su vivienda es de material y techo
de chapas, sin terminar. No tienen agua corriente ni cloacas.

42
Unidad 1

En la historia clínica se lee:

Pe­so­ac­tual­(P.a) 9.000 grs.


ta­lla­(t) 75,5 cm.
Pe­rí­me­tro­ce­fá­li­co­(Pc) 46 cm.

Antecedentes:  

6­me­ses P: 6.300 gr., T: 63,5 cm.

12­me­ses P: 7.900 gr. T: 69,5 cm.

18 me­ses P: 8.800 gr. T: 74,5 cm.

¿Cuáles son los determinantes de la salud presentes en la situación descrita? (organizán-


dolos según los componentes del modelo de Campo de Salud y de la definición por Ud.
elegida y /o reconstruida)
¿Cómo impacta la situación social descripta sobre la atención que brinda el Centro de
Salud ubicado en la zona geográfica en la que se sitúa el presente caso?
¿Cuál, cuáles acciones podría realizar el Centro de Salud junto con otras instituciones
existentes en la comunidad? Incluya en su propuesta el rol que le cabría al profesional
de la salud con orientación comunitaria.

5. Los determinantes y las “caras”


de la pobreza

“La incidencia de la pobreza en la población total del país aumentó del 33% al 51% desde oc-
tubre de 1998 a mayo de 2002, mes en que la pobreza alcanzó el punto más alto y la tasa de
desempleo el 22%, el pico más alto conocido. El incremento de la indigencia fue aún mayor,
del 9% de la población en octubre de 1998 al 22% en mayo de 2002 4. Si observamos el pro-
blema por regiones, la región del Noroeste presenta la tasa más alta de pobreza e indigencia,
es decir 70% y 39%, respectivamente.

Por otra parte, el quintil de población más pobre tiene una participación del 2.7% en el total
de los ingresos, mientras que dicha participación asciende al 54.3% en el quintil más rico. Es-
to supone una brecha de 0.4 veces más en el ingreso, brecha que ha aumentado el 77% en los 4. Datos actuales del primer se-
mestre de 2004. Fuente E.P.H.
últimos 5 años. (PNUD Argentina, Aportes para el Desarrollo Humano 2002). INDEC. Pobreza 44,3 % de la po-
blación. Indigencia: 17 % de la
población.

43
Posgrado­en­salud­social­y­comunitaria

Como existe una relación directa entre todas estas circunstancias y la salud de las personas, la
amenaza al patrimonio sanitario de los argentinos es clara y concreta.
Como ejemplo concreto, podemos tomar las diarreas en los menores de 5 años, donde se ob-
serva un incremento en la tasa de ocurrencia en los últimos años. Esta patología, la cual está
absolutamente relacionada con la pobreza –y por lo tanto con el nivel de vida de los niños, el
tipo de vivienda, el estado nutricional, su estado inmunológico, etc.– puede mostrar una ten-
dencia, la cual no se verá en los indicadores utilizados generalmente, si conseguimos que las
intervenciones tanto sociales como en salud sean oportunas y adecuadas.” 5

Para obtener más datos, usted puede recurrir en la web a las siguientes direcciones:

http:\­ww­w.in­dec­.go­v.ar

Le presentamos una parte de la entrevista realizada a Bernardo Kliksberg en la que refiere a


las “ca­ras­de­la­po­bre­za­en­amé­ri­ca­la­ti­na”­6

es­im­por­tan­te­en­ten­der­de­qué­es­ta­mos­ha­blan­do­cuan­do­nos­re­fe­ri­mos­a­“po­bre­za”­en
amé­ri­ca­la­ti­na.­¿exis­ten­real­men­te­in­di­ca­do­res­co­mu­nes­a­la­ho­ra­de­me­dir­la­po­bre­za
en­la­re­gión?

Hay una gran discusión metodológica sobre cómo medir exactamente “pobreza”, pero
hay mediciones consistentes en el tiempo que usan la misma metodología, como la de la
Cepal (Comisión Económica Para América Latina de la ONU). Según la medición de
este organismo, la pobreza ha aumentado significativamente desde 1980 a la actualidad.
Las mediciones se hacen básicamente con relación al costo básico de vida, que contem-
pla lo que las personas necesitan para vivir (el consumo de los insumos más elementa-
les), lo que varía según los países.
Desafortunadamente, la pobreza ha aumentado y el 50% de la población latinoamerica-
5. González García, Ginés. – na está debajo de la línea de pobreza.
Tobar, Federico. Salud para los
Argentinos, Buenos Aires, Las cifras argentinas son absolutamente sólidas. Hay una excelente metodología de me-
Ediciones I. Salud, págs. 116-117-
2004. dición de la pobreza que desarrolló el Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación
6. Entrevista titulada "Un 20% de de Programas Sociales (Siempro) y que se viene aplicando desde hace 10 años en forma
los argentinos se ha convertido en
'nuevos pobres' en los últimos 10
años". Realizada por Norma
consistente.
Domínguez (Editor en Jefe del
Observatorio Electoral
Según esos datos, en Argentina el 53% de la población y el 70% de los chicos están por
Latinoamericano y Nueva
Mayoría.com). Editada por
debajo de la línea de pobreza.
Semanario de información
económica y financiera. Una ver-
sión completa de la Entrevista la
encontrará en http://www.ameri-
caeconomica.com en la Sección
Entrevistas, del viernes 27 de sep-
tiembre de 2002.

44
Unidad 1

¿cuá­les­son­esas­“ca­ras­de­la­po­bre­za”­a­las­que­us­ted­ha­ce­re­fe­ren­cia­en­sus­ex­po­si­cio­-
nes?

La pobreza tiene caras feroces en América Latina. La pobreza mata, acorta la esperanza
de vida y destruye la calidad de la vida.

La primera de esas caras es la de los niños, que son las víctimas más importantes: seis
de cada 10 niños latinoamericanos están por debajo de la línea de pobreza y los cuadros
actuales de privación de estos chicos son muy duros en la región. Según los últimos da-
tos de la Cepal, el 33% de los más pequeños (de menos de dos años de edad) se encuen-
tra en situación de “alto riesgo alimentario”. Es decir que en un continente inmensa-
mente rico en materia de posibilidad de producción de alimento, más de uno de cada
tres chicos está desnutrido. Según datos de este año de la OIT (Organización Internacio-
nal del Trabajo), 22 millones de jóvenes menores de 14 de años trabajan, por lo tanto
pierden virtualmente el colegio, y aumentan los chicos de la calle, que son la expresión
más cruda de cómo una sociedad es incapaz de proteger a sus niños. Los chicos de la
calle tienen una esperanza de vida muy corta y están en situación de abandono total, li-
brados a las peores posibilidades y entre ellas al exterminio de grupos parapoliciales,
como está sucediendo en Brasil, en Colombia, en Centroamérica... Hace pocos días se
terminó una encuesta gigantesca sobre chicos de la calle en Honduras, y los resultados
no son muy distintos a otras realidades: hay 20.000 chicos viviendo en las calles de Te-
gucigalpa, el 60% está en estado de depresión psíquica y 6 de cada diez se suicidan.

La segunda cara de la pobreza son las mujeres pobres. Las madres humildes de las zo-
nas marginales y rurales que, en muchos casos, han visto sus familias destruidas bajo el
impacto de la pobreza. El abandono del cónyuge masculino en el 30% de los hogares
carenciados de la región tienen sólo a la madre al frente. Ellas son, en mi opinión, la
más importante red de protección social ya que se mueven con un coraje tremendo al
tiempo que sus vidas son un infierno ya que deben ganar el sustento y defender a su fa-
milia en condiciones muy difíciles.

La pobreza también tiene cara de indígena. En Latinoamérica hay 40 millones de indí-


genas y el 95% está en pobreza extrema. Esto afecta a los grandes sectores indígenas de
Bolivia, del Perú, de Guatemala...
Tiene, además, cara de población afroamericana. En los últimos años se ha detectado en
Brasil, por ejemplo, que las cifras de presencia de la población de color en la escuela
primaria, secundaria y superior, son inmensamente menores que la de la población blan-
ca. Es decir que en nuestras sociedades opera explícitamente (aunque no legalmente) el
mecanismo de discriminación.

Tiene cara de jóvenes en América Latina: la tasa de desocupación juvenil es actualmen-


te del 22%, el doble que el promedio de la región, que es del 11%.

45
Posgrado­en­salud­social­y­comunitaria

Y por último, la pobreza tiene cara de discapacitados (quienes virtualmente no tienen


ninguna protección) y de ancianos (los que después de una vida de trabajo tienen habe-
res jubilatorios con cifras absolutamente irrisorias).

en­los­úl­ti­mos­tiem­pos­se­ha­pues­to­de­mo­da­el­tér­mi­no­de­“nue­vos­po­bres”.­¿Po­dría­de­-
cir­se­que­son­una­nue­va­ca­ra­de­la­po­bre­za?

A todas esas caras de la pobreza se incluyó en este concierto de la miseria latinoameri-


cana (previo esfuerzo metodológico para medirlo) esta cara de los “nuevos pobres”, en
la cual Buenos Aires es una expresión casi extrema de lo que esto puede significar. En
la Argentina, en el término de 10 años (de 1990 a 2000), siete millones de personas de-
jaron de ser clase media para pasar a ser pobres. Prácticamente no se conoce un caso si-
milar, con esta velocidad y con esta masividad. El 20% de la población pasó a ser “nue-
vo pobre”.

Pen­san­do­en­las­po­si­bi­li­da­des­de­amé­ri­ca­la­ti­na­co­mo­re­gión,­¿cuá­les­di­ría­que­son­las
cau­sas­de­la­po­bre­za?

América Latina es un enigma desde el punto de vista de las ciencias del desarrollo. Al
comienzo de los años 60, el sentir mayoritario de los especialistas era que la región es-
taba “condenada al éxito” porque tiene una de las dotaciones de recursos naturales más
importantes del planeta, materias primas y estratégicas en gran cantidad, fuente de ener-
gía barata, grandes posibilidades de producción agropecuaria, excelente ubicación geo-
gráfico-económica y una buena dotación de recursos humanos. Sin embargo, el conti-
nente asiático logró el éxito y América Latina se hundió en problemas económicos y so-
ciales muy graves. Esto hace que actualmente se llame a esta situación “el enigma”:
porqué un continente potencialmente tan rico tiene tanta gente tan pobre.
Una de las explicaciones centrales de este “enigma” está dada en la desigualdad. Se es-
cucha decir, generalmente, que en América Latina hay mucha pobreza y mucha desi-
gualdad. Pero no es así porque, en realidad, “hay mucha pobreza porque hay mucha de-
sigualdad”, y ésa es una razón central.
La desigualdad de América Latina es la mayor del planeta actualmente dado que tiene
la mayor brecha social de todos los continentes del mundo: el 10% más rico de la po-
blación tiene 84 veces más que el 10% más pobre de la población.

¿có­mo­son­las­de­si­gual­da­des­en­ma­te­ria­de­edu­ca­ción­y­sa­lud?

Si bien la democratización ha permitido que casi todos los chicos empiecen la primaria,
entre el 25% y el 50%, según el país, no terminan el cuarto grado de la escuela primaria
y hay unas tasas de deserción y repetición elevadísimas, concentradas en los sectores
pobres. Hoy América Latina tiene una tasa de educación por persona que es de 5,2 pro-
medio, lo que significa que un latinoamericano promedio está llegando al siglo XXI sin
haber terminado la escuela primaria. Los jefes de hogar del 10% más rico de la pobla-

46
Unidad 1

ción tienen 12 años de escolaridad, los del 30% más pobre tienen sólo cinco años. Esos
siete años de diferencia van a ser totalmente determinantes a la hora de abrir posibilida-
des laborales).

En cuanto al acceso a la salud, si bien ha habido avances, las cifras de la región son in-
quietantes: una de cada 130 madres muere al dar a luz, lo que representa 28 veces la ta-
sa de mortalidad materna de EEUU. Estas son muertes gratuitas ya que por año 2,2 mi-
llones de madres pobres dan a luz sin ningún tipo de asistencia médica. Por otra parte,
hay 190.000 chicos que mueren anualmente por enfermedades absolutamente preveni-
bles, o por falta de vacunación (82 millones de niños en la región no tienen todas las
vacunas que debieran tener). La tasa de mortalidad infantil en Bolivia, por ejemplo, es
una de las peores: en 2002, de cada 1.000 chicos, 88 mueren antes de cumplir el año de
edad. Para dar una idea comparativa, en Canadá mueren seis de cada 1.000, es decir, 15
veces la diferencia.

Luego de leer este fragmento de entrevista , le sugerimos que escriba:

¿Por qué dice el entrevistado que la “pobreza mata”? y ¿Cuáles son las caras de la
pobreza que define?

Considerando los datos de incremento de la pobreza en Argentina o de los llama-


dos “nuevos pobres”, ¿cómo piensa que influyen estas desigualdades en las condi-
ciones de salud y de acceso a una vida saludable?

¿Qué observa de semejante o diferente respecto de lo que usted observó en su vi-


sita al barrio y en la referencia hecha por los informantes, por las observaciones,
las entrevistas con las familias que residen en el mismo?

6. La pobreza y la familia:
Estrategias de supervivencia familiares

El mayor impacto de la pobreza, recae sobre las familias, las que deben desarrollar estrategias
de supervivencia. Pero los más afectados son las mujeres y los niños. Le acercamos una parte
de un artículo del mismo autor, Bernardo Kliksberg 7, en el que analiza el impacto de la pobre-
za sobre la familia y la salud. 7. Kliksberg, Bernardo – La
situación social de América
Latina, editado por el Centro de
Formación para la Integración
Regional, Uruguay.

47
Posgrado­en­salud­social­y­comunitaria

1.­una si­tua­ción so­cial en de­te­rio­ro cre­cien­te

"Describiendo lo que constituye el "modo de vida cotidiano" de una mayoría de la po-


blación y de las familias de América Latina, señaló la reciente Conferencia Ministerial
convocada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) para hacer
seguimiento de las resoluciones de la Cumbre Mundial sobre la infancia:

"Los hijos de los pobres no tienen acceso a la educación, se enferman, están mal ali-
mentados, no acceden a empleos productivos, no tienen capacitación, no tienen crédito
y con ello se autogenera la pobreza".
Como se advierte, la vida consiste para muchos núcleos familiares de la región en un
"círculo perverso" de carencias que se van retroalimentando y fortaleciendo, y se cons-
tituyen en un modelo reproductor de pobreza, privaciones, y finalmente degradación
brutal de la calidad de la vida, y acortamiento de los años de existencia.
Esta situación se ha extendido en América Latina en la última década a núcleos cre-
cientes de la población. Las estimaciones actuales coinciden en ubicar por debajo de la
línea de la pobreza a más del 50% de la población total de América Latina. Al finalizar
la década del '70 las estimaciones más utilizadas hablaban de un 40%.
No sólo aumenta el número de pobres en términos absolutos y relativos (configuran
hasta el 80% de la población en diversos países de la región) sino que hay un nítido fe-
nómeno de descenso del nivel cualitativo de la pobreza. Los pobres de los '90 son
"más pobres" que los de los '80. El estrato de la pobreza que ha crecido más acelerada-
mente es el de los "pobres extremos". Se trata de familias que aun destinando todos
sus ingresos exclusivamente a consumir alimentos, hipótesis irreal dada la imprescindi-
bilidad de gastar en otras necesidades (salud, vivienda, transporte, vestimenta, etcéte-
ra), no alcanzan a comprar el mínimo de proteínas y calorías que se requieren para so-
brevivir.

Los pobres extremos tienden a ser en muchos países más del 50% de los pobres. Pade-
cen de diversas expresiones de desnutrición que afectan severamente su vida en todos
los planos. Una de las manifestaciones de su presencia creciente es la reducción obser-
vada en los distintos países en el tamaño y peso de los niños al nacer. En los sectores
en pobreza se está dando un fenómeno de descenso acusado de estos indicadores por
debajo de los normales.

El investigador inglés Peter Townsend concluye en sus trabajos que la "pobreza mata".
Efectivamente, esa es la realidad de la región. La pobreza, con sus complejos de caren-
cias y déficit nutricionales, es hoy la principal causa de muerte en la región. Se le atri-
buyen 1.500.000 víctimas anuales.

Por otra parte, crea el terreno propicio para que reaparezcan enfermedades erradicadas

48
Unidad 1

en la región y surjan otras nuevas. La rápida propagación e instalación del cólera, típi-
ca enfermedad de los pobres, ligada a la desnutrición y a la falta de agua potable indi-
ca la vulnerabilidad actual de la situación. (...) asimismo se presenta un nuevo proceso:
"Lo nuevo es que la naturaleza de este fenómeno en América Latina ha cambiado, al
añadirse a los sectores tradicionales de pobreza los "nuevos pobres" constituidos por
aquellos grupos que la crisis y las políticas de ajuste desplazaron de sus posiciones
económicas y sociales".

Los nuevos pobres expresan el deterioro de los niveles de consumo de amplios secto-
res de clase media en la región. (...) Y el mismo proceso puede observarse en diversos
países de la región; una estimación conjunta de varias instituciones de investigación
señala que:

"La clase media, que representa el 13,65% de la población, cada vez posee menos re-
cursos".

2.­im­Pac­tos so­bre la fa­mi­lia

El crecimiento de la pobreza tiene múltiples efectos destructores de las bases de la ins-


titución familiar. Las carencias afectan a cada uno de los miembros de la familia debi-
litando sus posibilidades de constituir familias fuertes y sólidas.
Los hombres afectados por problemas agudos de desempleo y salarios muy distantes
de las necesidades mínimas no llegan a constituir familias estables, o abandonan su
marco familiar. Las familias quedan a cargo de las mujeres. Actualmente en todo el
mundo un tercio de los hogares está cargo de mujeres y el promedio latinoamericano
es mayor. El Comité Preparatorio de la Cumbre Mundial Social preparada por las Na-
ciones Unidas destacaba:

"Las mujeres son las víctimas principales de los problemas sociales y culturales y de la
carencia de desarrollo. Son ellas también quienes, en las situaciones de miseria, de po-
breza y de desintegración de las estructuras sociales, sacrifican su bienestar y en oca-
siones su vida por mantener a su familia... La disolución de hogares en decenios re-
cientes que frecuentemente hace que las mujeres se queden solas pero con familiares a
su cargo, la doble carga que se impone a la mujer al tener que ganar el sustento y cui-
dar a los hijos, junto con la falta de protección para estos, la escasez de servicios de
cuidados a la infancia, y las limitadas oportunidades económicas de que dispone la
mujer han hecho que aumente el número de mujeres y niños en situación de pobreza y
la proporción que representan en el total de pobres, fenómeno que se ha denominado
"la feminización de la pobreza".

49
Posgrado­en­salud­social­y­comunitaria

Al mismo tiempo, desde ya en forma correlacionada a lo anterior, se está produciendo


en la región un regresivo y extenso proceso de "infantilización de la pobreza". Según
los cálculos de UNICEF, cerca de 3.000 niños por día perecen en la región por proble-
mas ligados a los complejos de desnutrición y carencias perfectamente evitables. Se
trata de 900.000 por año, el 60% de las muertes totales por pobreza.

El Comité Preparatorio de la Cumbre Social Mundial refiere a grandes trazos la situa-


ción de los niños pobres:
"Como parte de las estrategias de supervivencia familiar, todos los miembros de una
familia están frecuentemente obligados a contribuir a los escasos ingresos del hogar y
aceptar cualquier trabajo que se les ofrezca. A menudo están incluidos los niños, que
son uno de los grupos más vulnerables y más explotados en el mundo laboral. Algunas
familias pobres envían a sus hijos a trabajar y a la escuela, pero las necesidades pecu-
niarias de la familia, junto con los costos directos e indirectos que comporta la asisten-
cia a la escuela, hacen que otros muchos no tengan oportunidad de recibir una educa-
ción básica. El trabajo infantil y el empobrecimiento de los niños no son fenómenos
exclusivamente urbanos. Algunas de las manifestaciones peores se encuentran en las
zonas rurales, pero con el creciente hacinamiento en las villas miseria y el fenómeno
cada vez más extendido de los niños de la calle en muchas grandes ciudades, se tiene
una mayor conciencia de los efectos de la pobreza en los niños. Los niños de las villas
miseria son frecuentemente los más expuestos a los azares de la pobreza urbana, y las
tasas de mortalidad y morbilidad entre ellos son tres o cuatro veces superiores a las
que se registran como media en su grupo de edad. Como se señaló en la Cumbre Mun-
dial en favor de la Infancia, aunque de ordinario la causa inmediata de la muerte de un
niño es una enfermedad, las causas subyacentes tienden a ser síntomas de pobreza co-
mo la malnutrición, la ignorancia de la higiene más elemental, el analfabetismo y la
falta de acceso a suministros de agua y saneamiento".

Muchos de estos niños son actualmente "arrojados" de hecho a la calle. Carentes de


marcos familiares o abandonados por familias que no pueden garantizar equilibrios bá-
sicos, moran en las calles de grandes centros urbanos de América Latina en condicio-
nes límites de existencia. El número de "niños de la calle" en América Latina se estima
actualmente en 40 millones. Deben buscar diariamente su sustento, protegerse del frío
nocturno; duermen arracimados, en algunos casos en compañía de perros para obtener
calor, están fuera de todo sistema educativo, y de la economía, son marginales extre-
mos. Son un ejército creciente de miseria extrema que puede verse diariamente en las
calles de Río, San Pablo, Bogotá y otras capitales de América Latina. Sobre ellos se ha
desatado una plaga adicional denunciada por el Papa Juan Pablo II y los organismos
internacionales: el exterminio sistemático de niños de la calle, que en el mejor estilo
nazi están practicando grupos parapoliciales en el Brasil y otros países, contratados, se-
gún indican las investigaciones disponibles, por comerciantes que quieren evitar que

50
Unidad 1

los niños "afeen sus vidrieras". Ese exterminio, que tiene como marco la ideología de
"eliminar a los más débiles" de clara fuente hitleriana, subsiste a pesar de las denun-
cias en cuadro vergonzante para los países en donde se practica.
A las situaciones descritas en cuanto a madres y niños se suma el desempleo juvenil.
Las cifras de desempleo abierto en la región son "discriminatorias" hacia los jóvenes.
La tasa de desempleo juvenil supera hoy el 20% en diversos países de América Latina.
Las nuevas generaciones tienen dificultades crecientes para integrarse en el mercado
de trabajo.

Estos y otros factores determinan lo que el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) denomina en su informe 1993 un "debilitamiento del tejido so-
cial". Ascienden los índices de homicidios, violaciones, delitos relacionados con dro-
gas, suicidios, número de presos y porcentaje de jóvenes en la población reclusa.

Los impactos de la pobreza sobre los padres de hogar, la feminización de la pobreza,


los efectos devastadores sobre los niños, en la práctica, "los más pobres de los pobres",
conducen a un severo proceso de destrucción de núcleos familiares. La familia se debi-
lita, diluye, y va dejando de cumplir funciones centrales. Pierde las capacidades de
prestar los irremplazables roles de cuidados educativos, morales, de "nido cálido de los
niños", núcleo orientador de los adolescentes, base de apoyo de hombres y mujeres,
que sólo ella puede cumplir.

Una de las mayores víctimas del proceso de pauperización de la región es esta institu-
ción, pilar de la historia del género humano y eje del tramado del tejido social latinoa-
mericano".

Luego de esta lectura, le pedimos que:

Escriba su interpretación de los términos que presenta el autor, de "feminiza-


ción e infantilización" de la pobreza y situación de los jóvenes.

Destaque los efectos que tiene este deterioro de la situación social en la salud
de las familias de la comunidad de su Centro de Salud.

Liste cuáles son las estrategias de supervivencia familiar en la comunidad de


su Centro de Salud.

51
Posgrado­en­salud­social­y­comunitaria

Le acercamos guías metodológicas Nº: 4, 5 y 6 incluidas al final de este material, para re-
pensar esta actividad con su equipo tutorial, con el objetivo de caracterizar a las familias
que residen en el ámbito en el cual funciona el Centro de Salud.
Esta actividad podrá realizarse aplicando entrevista/s a informante/s seleccionados.
En caso de tener oportunidad de acceder a un contacto directo con algún miembro/s de
la/s familias, podría seguir las indicaciones de la guía metodológica Nº 6.

Actividad de integración de la unidad 1

La siguiente es una actividad de integración de la primera unidad de este Módulo. Le su-


gerimos que:

Presente en la reunión presencial con el equipo tutorial la reelaboración del informe


que preparó en la actividad inicial y que fue completado posteriormente.

Ud. volverá sobre este "informe" durante todo el posgrado pues a medida que retome
otros Módulos: Epidemiología, Salud y Ambiente, Trabajo comunitario, etc., será revisa-
do y modificado.

Seleccione un "problema de salud prioritario" (por Ej.: violencia, desnutrición, alco-


holismo) de la población de su Centro de Salud y defínalo. Si fuera posible consen-
súe con el equipo de salud la elección y recuerde que recibirá la orientación metodo-
lógica del Equipo tutorial. Es importante que sepa que sobre este problema trabajará
en las distintas Unidades del módulo 1.

Puede elegir un grupo de familias y revisar en los registros, en sus anotaciones, en las
Historias Clínicas, en las fichas si hay datos que permiten describir ese problema y las
condiciones de vida, la situación de pobreza de estas familias atendidas en el último mes
(por ejemplo).

Escriba un texto de no más de dos páginas sobre:


l ¿Cómo impactan los determinantes de la salud sobre el proceso de salud - enfer-

medad en relación con el problema seleccionado?

En dicho análisis incluya:


l ¿Con qué concepción de salud abordaría este problema?

l ¿Qué conoce acerca de las concepciones de salud de la comunidad afectada por


este problema?

52
Presentación del Módulo 1

53
Unidad 2

Introducción
En la Unidad anterior procuramos avanzar en el reconocimiento de los supuestos sobre la sa-
lud, tanto en sus expresiones históricas como en las prácticas sanitarias actuales. También co-
menzamos un camino que buscó introducirnos en el análisis de los determinantes del proceso
de salud-enfermedad, sus dimensiones en el campo de la salud.

Esta segunda Unidad no es independiente de estos propósitos, pero se orienta a abordar la no-
ción de inequidad como uno de los componentes que más adecuadamente caracterizan a la
realidad socio-sanitaria de la República Argentina, analizada desde una perspectiva centrada
en la vigencia y aplicación de los derechos humanos, pues pone en evidencia cuestiones y di-
lemas éticos que deben interpelar/nos a todos los miembros de la sociedad, entre ellos a los
profesionales de la salud y cu­ya­su­pe­ra­ción­re­pre­sen­ta­un­de­sa­fío­pa­ra­la­me­jo­ra­del­bie­-
nes­tar­y­la­sa­lud.

Nos centraremos en los siguientes nú­cleos­pro­ble­má­ti­cos:

¿Cuáles prácticas profesionales e institucionales favorecen la equidad en salud?


¿Cuál es el posicionamiento ético de los distintos actores?

En lo referente a los resultados en salud, su impacto se expresa, tanto por los diversos factores Texto del
determinantes de la situación de salud como también en relación con la accesibilidad y eficacia Plan Federal
de intervenciones institucionales, tanto individuales como poblacionales.
"Nos proponemos un
sistema más justo,
que iguale las oportu-
Objetivos específicos nidades de toda la
población, actuando
con responsabilidad y
Reconocer las desigualdades e inequidades en salud en el contexto de actuación profesio- sensibilidad frente a
nal. las necesidades de
Identificar la vulnerabilidad diferencial en los grupos sociales en materia de salud. todos y en especial
de los que tienen ma-
Analizar el papel de los profesionales de la salud desde la perspectiva ética, en torno a los
yor riesgo" Pág.23
valores de justicia y equidad. (...) Un sistema más
Reconocer las relaciones entre Derechos Humanos y bioética y su expresión en términos equitativo en el finan-
normativos y operacionales. ciamiento y más igua-
litario en el acceso es
Relacionar la realidad observada con los pactos internacionales sobre Derechos Humanos
un desafío que entre
incluidos en la Constitución Nacional. todos debemos cons-
truir, logrando la reso-
lución de estos pro-
blemas de atención
de la salud lo más
próximo a la residen-
cia de los ciudada-
nos." Pág.24

55
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

Actividad Inicial

Lo invitamos a escribir sus reflexiones, sus preguntas en torno de este trabajo que descri-
be la situación del país en términos de inequidades, con la hipótesis de cómo sería el país
si en él vivieran 100 personas. Fue realizado por la Consultora Equis1 y publicado en un
Diario Nacional.

(...) “Un trabajo realizado por el sociólogo Artemio López expone una es-
pecie de radiografía sociodemográfica del país” para el año 2004.

(...) Para ello, y a los efectos de ponerlo en un plano claramente compren-


sible, apela a un artificio simple: cómo sería este país si aquí viviesen sola-
mente 100 personas, según los datos obtenidos en varias mediciones reali-
zadas por el INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos).

El resultado es el siguiente:

Si en la Argentina vivieran 100 personas...


51 serían mujeres.
49 serían hombres.
Ano­te­sus 2 nacerían cada año.
re­fle­xio­nes­en­su 1 moriría cada año.
cua­der­no­de­no­tas. 30 serían casados y vivirían en pareja heterosexual.
Lue­go­lo­re­to­ma­rá 3 serían graduados universitarios.
2 serían analfabetos absolutos.
27 vivirían con cuatro pesos por día.
10, con dos pesos por día.
7 vivirían con un peso por día.
18 habitarían en villas de emergencias o asentamientos precarios.
63 no tendrían cloacas.
58 vivirían sin gas natural.
33 no dispondrían de agua potable.
48 no tendrían cobertura de salud por fuera del hospital público.
7 serían discapacitados, de los cuales cinco serían pobres. De los siete
habitantes con discapacidad, tres serían jefes de hogar.
30 serían menores de 15 años, de los cuales 18 serían pobres y siete in-

1. Equis significa Equipos de In-


vestigación Social. Datos extraí-
dos del artículo escrito por Sergio
Moreno. 25-11-04. Diario Página
12. Argentina.

56
Unidad 2

digentes.
10 tendrían más de 65 años y de ellos 4 no tendrían ninguna pen-
sión o jubilación disponible, ni tampoco cobertura alguna de salud,
por fuera del hospital público.
40 serían activos económicamente y 15 de ellos estarían desocupa-
dos o subocupados.
25 recibirían parte o todo su salario en negro.
De cada 100 pesos existentes, los 20 habitantes más ricos se que-
darían con 54 pesos...
... y los 20 más pobres con cuatro pesos.
69 estarían habilitados para votar.
52 votarían efectivamente.

López sostiene que este trabajo expone “un país de fuerte desigualdad
en la repartición de los bienes materiales y de los simbólicos”. Respec-
to de los primeros, ejemplifica que el 20 por ciento se queda con 54
pesos de cada cien y el 20 más pobre, con 4.
“Argentina multiplicó por dos la brecha existente entre el 20 por ciento
más rico y el 20 por ciento más pobre en los últimos 30 años, transfor-
mándose en uno de los países más inequitativos en el continente más
inequitativo del mundo, que es Latinoamérica”.

El estudio muestra otros indicadores que desnudan en otras áreas ese


proceso de inequidad. “Que el 63 por ciento viva sin cloacas, el 58 no
posea gas natural y el 48 no tenga cobertura sanitaria por fuera del sis-
tema de hospitales públicos muestra que el proceso de inequidad distri-
butiva en términos de ingreso impacta fuertemente en otros de la vida
cotidiana”, dice López.

El sociólogo mencionado resalta algunos de los datos expuestos más


arriba. A saber:
- “Argentina es un país que se jactó de poseer un alto nivel educativo,
comparándose con los países más desarrollados del hemisferio y están-
dares similares a los de las potencias mundiales. Ahora llegamos a la
circunstancia de que cada 100 habitantes tenemos 3 graduados univer-
sitarios y también dos analfabetos absolutos, casi la misma cantidad de
universitarios que de analfabetos.”

57
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

-“Tenemos una sociedad que plantea una realidad angustiosa en ambas


puntas de la vida. Por una parte, de cien habitantes, treinta son niños y de
ellos 18 son pobres y 7 indigentes; por la otra, 4 de cada diez mayores en
edad de jubilarse no lo podrán hacer porque no efectuaron aportes –sea que
trabajaban en negro, sea porque estaba desocupados– no van a cobrar in-
gresos ni tendrán cobertura de salud del PAMI. O sea que, de cada diez ho-
gares argentinos, cuatro no tendrán cobertura social ni ingresos. Tenemos
esa cantidad de mayores sin contención en un país que se jactó de poseer el
sistema sanitario y de previsión social más grande y completo del hemisfe-
rio.” (...)

1. Desigualdades sociales en
Argentina:

Aproximación en números a los efectos en la salud


de la población

El informe de Situación de Salud Argentina 2 permite analizar la desigualdad social y sus efec-
tos en la salud de la población, incluyendo alguno de los indicadores más reveladores acerca
del creciente empobrecimiento de la sociedad y su manifestación en los indicadores de salud.

Las desigualdades sociales aquí consideradas se expresan en el nivel de ingreso, el nivel de


educación, el grado de precarización laboral y los distintos patrones de comportamiento de-
mográfico, variables que deben ser identificadas y medidas en toda aproximación que relacio-
ne las condiciones de vida y de salud en los distintos grupos sociales.

En dicho informe se señala que en el 2001, un 40% de la población argentina o bien no tenía
ingresos o bien eran tan escasos que la ubicaban por debajo de la línea de pobreza. Se consta-
ta que las provincias con menores ingresos medios son las que registran mayores proporcio-
nes de población pobre. Las desigualdades producidas por los ingresos insuficientes dan lugar
2. OPS/ OMS – Ministerio de
Salud de la Argentina . Situación a diferencias injustas que se van profundizando con el tiempo, extendiendo sus efectos a las
de Salud en Argentina. 2003.

58
Unidad 2

dimensiones sociales, como la salud.

La pobreza tampoco se distribuye homogéneamente entre los distintos grupos de edades; más
del 40% de la población debajo de la línea de pobreza tiene menos de 15 años. Ello abona la
hipótesis que sostiene que los efectos más negativos se van incorporando a la sociedad a tra-
vés de las nuevas generaciones. También la precarización en las condiciones de trabajo y en
los ingresos afecta particularmente a la población joven.

Quizá el aspecto más evidente de las restricciones materiales que padece la población pobre
esté relacionado con la vivienda y el acceso a la provisión de agua potable y a la red de cloa-
cas.

Otro aspecto lo constituye el nivel educativo de la población, con importantes efectos en la


salud. El mayor nivel educativo contribuye a evitar la maternidad y paternidad adolescentes y
a mayores intervalos en el nacimiento de los hijos. En el estrato más pobre estos comporta-
mientos no se observan y la proporción de mujeres que no consultan al ginecólogo es marca-
damente mayor.

Según el mencionado Informe, queda de manifiesto cómo la presencia de enfermedades infec-


ciosas incluye a nuestro país junto a los denominados “en vías de desarrollo”, aun cuando ex-
hibe al mismo tiempo otros indicadores sanitarios, que demuestran inequívocamente el parale-
lo con los “países desarrollados”. También señala las importantes desigualdades en los resul-
tados de salud que se observan entre las distintas provincias.

Dicho informe se completa con un conciso pero certero diagnóstico de la situación de salud
en Argentina, en la cual queda de manifiesto la presencia de enfermedades infecciosas emer-
gentes y reemergentes, permitiendo ello identificar a los grupos más vulnerables.

Puede verse este informe en la pág. Web:

http:\www.ops.org.ar/publicaciones/situacion.html

Para continuar analizando la relación entre salud y pobreza e inequidad y salud, tanto en el
país como en su provincia, le ofrecemos el Informe ARGENTINA 2006. INDICADORES
BASICOS, publicado por OPS y el Ministerio de Salud de la Nación que Ud. encontrará
en la pág. Web del Programa Médicos Comunitarios.

59
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

A modo de aproximación cuantitativa a la contextualización de sus prácticas en la situa-


ción de salud provincial y local le proponemos que:

Seleccione al menos un indicador epidemiológico y/o demográfico de su provin-


cia, por ejemplo: mortalidad infantil, mortalidad materna, expectativa de vida al
nacer.

Luego seleccione un indicador socioeconómico o de condiciones de vida, por


ejemplo: porcentaje de población en condición de analfabetismo, porcentaje de po-
blación total con desagües cloacales.

¿Qué reflexiones y/o posibles explicaciones encuentra en la relación entre los indi-
Es­tas­ac­ti­vi­da­des cadores? ¿Qué preguntas puede plantearse?
se­rán­re­to­ma­das­en
la­uni­dad­4­y­en­los Ahora tome otra provincia con una situación económica y demográfica similar y
mó­du­los­si­guien­tes. resultados en salud diferentes.
Com­par­ta­sus­re­fle­-
xio­nes­con­el­equi­po ¿Qué preguntas puede plantearse que permitan la interpretación de dichas dispari-
tu­to­rial. dades en salud?

2. Inequidades en salud:
¿Cuáles son los grupos vulnerables
de su comunidad?

“Aunque se están obteniendo mejores resultados en los indicadores de salud, se retrocede en


la equidad. En términos mundiales, la distancia entre la vida saludable de ricos y pobres ha
tendido a aumentar. Esto no significa que el aumento de la cobertura y el avance tecnológico
no hayan mejorado la esperanza de vida al nacer ni la calidad de vida de los más pobres....
Sin embargo, la capacidad de las camadas superiores de la sociedad para aprovechar los nue-
vos recursos de salud es siempre muy superior a la de los pobres. Hace algunos años se po-
dían identificar enfermedades de ricos y enfermedades de pobres. Hoy, con algunas excep-
ciones como el melanoma –cáncer de piel– en las más frecuentes causas de enfermedad, los
pobres se enferman más que los ricos (Berlinguer, 1983). La capacidad del sistema sanitario
de producir salud es muy limitada. A casi 50 años del Sistema Nacional de Salud inglés, las

60
Unidad 2

diferencias de morbilidad y mortalidad entre clases sociales han aumentado. En Canadá,


los pobres tienen 11 años menos de vida saludable que los ricos. En Francia, la esperanza
de vida de un profesor universitario es 9 años mayor que la de un obrero especializado.
Países todos con servicios de salud con asistencia universal e igualitaria.

En la Cumbre Social de marzo de 1995 convocada por la ONU en Copenhague, quedó es-
tablecido que el aumento de la inequidad es el mayor de los problemas comunes a todas
las naciones del mundo. La formulación de políticas de salud, y en especial de reforma de
los sistemas que apunten a reducir la inequidad es, entonces, el mayor de los desafíos.

Los esfuerzos para disminuir la inequidad en salud han tendido a concentrarse solamente
en el acceso a los servicios. Es decir, se han preocupado para que hubiera la misma canti-
dad y la misma calidad de servicios de salud para cada uno de sus habitantes.
Todas las sociedades consideraron ilegítimas las desigualdades en salud. Los pueblos y na-
ciones han sido m{as tolerantes con otras diferencias sociales que con la enfermedad. De
hecho, desde los inicios de la medicina, cuando constituía una práctica más autónoma que
institucional, más artesanal que científica, los maestros enseñaban a sus discípulos que no
debía cobrarse a los pobres igual que a los ricos, aún cuando las prácticas realizadas fue-
ran idénticas (Abel Smith, 1982).

La igualdad en el acceso se enfatizó por las dificultades de promover la equidad en los re-
sultados. Durante mucho tiempo prevaleció en occidente la idea de que los hombres de-
bían velar por la igualdad en los procedimientos, porque la verdadera equidad en los resul-
tados involucraba una justicia que sólo podría ser divina.

La causa de aumento de las inequidades están relacionadas con las causas del aumento de
la pobreza. Un condicionante de ambas es el aumento de la población, que se concentra en
las camadas más pobres, los que sufren más enfermedades, los que enfrentan más dificul-
tades. En Argentina esta tendencia es muy clara, y la pobreza se convierte en un fenómeno
joven y femenino. Por ejemplo, un tercio de los partos de los hospitales públicos del Co-
nurbano Bonaerense corresponden a mujeres menores de 18 años. Entre los nuevos po-
bres, una gran parte de los jefes de familia son madres adolescentes. Quiere decir que la
pobreza aumenta al mismo ritmo que el crecimiento demográfico y afecta a los más débi-
les dentro de la sociedad.(...)

En conclusión, la lucha contra las inequidades constituye el mayor desafío de todos los
sistemas de salud. La política de salud es un ámbito privilegiado para alcanzar la equidad
porque es uno de los instrumentos más poderosos para corregir las desigualdades en la dis-
tribución de la renta que genera el mercado. Además, en un orden mundial en el cual au-
menta la exclusión, la búsqueda de la equidad en salud es fundamental porque los exclui-
dos de la producción y del consumo son mucho más vulnerables a la enfermedad y la
muerte que quienes están integrados al mercado.
Pero un sistema de salud equitativo no alcanza para resolver problemas de equidad ante-

61
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

riores a la asistencia médica, tales como la falta de agua potable y saneamiento, de vivienda
adecuada, de educación y alimentación. Aun en sistemas de salud equitativos, los resultados
de salud tienden a mantener las desigualdades sociales que caracterizan la sociedad.” 3
Pero, ...¿cuáles son las bases sociales de las desigualdades en salud?

En un trabajo desarrollado por Diderichsen y otros, se proporciona un marco conceptual que


permite analizar los factores asociados con las diferencias sociales y la inequidad en salud, el
cual incluye:

La es­tra­ti­fi­ca­ción­so­cial (pertenencia a grupo o clase social) que determina las oportunida-


des en salud (ej: acceso a un sistema de asistencia sanitaria).

La ex­po­si­ción­di­fe­ren­cial a factores de riesgo que se constituyen en amenazas para la sa-


lud, y que son evidentes en los estratos más desfavorecidos.

La vul­ne­ra­bi­li­dad­di­fe­ren­cial, que permitiría comprender por qué el impacto sobre la sa-


lud de la exposición a determinados factores de riesgo es dependiente de la existencia de
otros factores de riesgo que le están asociados,

El im­pac­to­di­fe­ren­cial que tienen las consecuencias de la enfermedad sobre los distintos


grupos sociales, ya que la mala salud puede iniciar una espiral creciente de deterioro de la
situación social: en un principio por los crecientes recursos dedicados a la asistencia sanita-
ria y luego por la pérdida de ingresos asociados con la enfermedad, lo que a su vez induce
un empeoramiento de la propia salud.

Le proponemos que:

Describa cuáles son los grupos vulnerables en su comunidad, puede retomar los da-
tos relevados en la actividad inicial de la Unidad 1 .

Distinga en ellos la “exposición diferencial” el “impacto diferencial” sobre la salud


de estos grupos.

3. González García, Gines. – To-


bar, F. Sa­lud­pa­ra­los­Ar­gen­ti­nos,
Buenos Aires, Ediciones I Salud,
pags. 141- 144- 2004.

62
Unidad 2

3. Equidad en salud:
realidad y prospectiva
¿Qué entendemos por Equidad en Salud? Le acercamos un artículo de Timothy Evans y va-
Le­su­ge­ri­mos­que
rios autores 4 que le posibilitará conceptualizar las relaciones entre Pobreza, Equidad y Salud.
se­ña­le:­
Dicho texto se enmarca en una creciente preocupación acerca del impacto que han tenido los
•­Las­di­fe­ren­cias­en­-
procesos de globalización y transición socio-económica que, acontecidos en la mayor parte de
tre­ine­qui­dad­y­de­-
los países del mundo, han provocado una profundización de las desigualdades en salud.
si­gual­dad;
•­La­re­la­ción­en­tre
En tal sentido, constituye una adecuada caracterización de los principales factores asociados
de­ter­mi­nan­tes­so­-
con la inequidad en salud: pobreza, marginación, estratificación en el empleo, diferenciales en
cia­les­y­sa­lud.
el nivel educativo, carácter urbano o rural del ámbito de residencia, efectividad de las políti-
•­Ine­qui­da­des­que
cas sociales, entre otros.
plan­tean­los­au­to­-
res;
Al caracterizar dichas formas de asociación, reúne y sintetiza las principales evidencias que
aportan los trabajos contenidos en el volumen, y señala las principales líneas de discusión
Le­ser­vi­rán­pa­ra
planteadas acerca de los mismos.
com­ple­tar­es­ta­ac­ti­-
vi­dad.
Como aspecto destacable, el texto vincula el concepto de equidad en salud con valores éticos
tales como la justicia y la igualdad, y sintetiza los problemas fundamentales que dificultan
una adecuada medición del fenómeno.

DiS­Pa­ri­Da­DeS ina­CeP­ta­bleS en el Cam­Po De la Sa­luD

En los últimos 50 años del siglo XX, muchos países lograron que las condiciones de
salud mejoraran más que en cualquier otro período de su historia. Incluso en algunos
de los países más pobres del mundo se alcanzaron progresos notables, con aumentos
de la esperanza de vida y mejorías de la supervivencia infantil sin precedentes. Aunque
estos éxitos generales podrían mover a la complacencia, cuando se profundiza en el
problema aparece un cuadro muy distinto.

Al desagregar los datos nacionales para conocer el destino de los distintos grupos que
constituyen las sociedades aparecen disparidades igualmente inquietantes.

En los países más ricos del mundo pueden observarse cuadros similares. Así ocurre en 4. OPS- OMS- Fundación Rocke-
feller Evans, Timothy; White-
los Estados Unidos, pues, cuando se comparan los condados con las tasas de mortali- head, Margaret; Diderichsen,
Finn; Bhuiya, Abbas; Wirth, Meg.
dad más altas y más bajas, aparece una diferencia de 13 años entre las esperanza de vi- De­sa­fío­a­la­Fal­ta­de­Equi­dad­en
Sa­lud, Washington DC, Publica-
ción Científica y Técnica Nº 585,
Introducción, págs. 3-11.2002.

63
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

da de las mujeres y de 16 años en la de los varones, patrones que siguen estrechamente


los perfiles de la pobreza y de las minorías étnicas de la nación (Murray et al. 1998).
Incluso en algunos de los países más saludables de Europa Occidental, tales como Ho-
landa, Finlandia y Gran Bretaña, se encuentran gradientes de salud a lo largo del es-
pectro social, de manera que los más pobres mueren entre 5 y 10 años antes que los
más ricos (Whithead y Diderichsen 1997), con diferencias de hasta 13 años en la espe-
ranza de vida sin discapacidad entre los ricos y los pobres de un mismo país (van de
Water et al. 1996; Valkonen et al. 1997).

Por tanto, las disparidades en salud parecen extenderse en todo el mundo, sea entre las
naciones como dentro de cada nación. Las oportunidades para gozar de buena salud
son muy desiguales, tanto en los países más ricos como en los pobres y tanto si el esta-
do sanitario global de cada uno de ellos es alto o bajo.

¿Qué Sig­ni­fi­Ca eQui­DaD en la Sa­luD?

Este volumen refleja la preocupación creciente por las disparidades de salud existentes
dentro de las naciones y entre ellas. Las de­si­gual­da­des­en salud reflejan las diferencias
de salud entre grupos, con independencia de cualquier posible valoración sobre la jus-
ticia de éstas. Las ine­qui­da­des se refieren al conjunto de desigualdades que se conside-
ran injustas. La calificación de injusticia implica una valoración de si las desigualdades
son o no evitables, así como la aplicación de conceptos más complejos de justicia dis-
tributiva a la salud.

La característica común de los estudios de caso de cada país incluidos en este volumen
es que la atención de todos ellos se centra en la equidad en relación con los resultados
finales de salud. Se trata de un punto de partida deliberado y basado en la premisa de
que las desigualdades en los resultados finales de salud constituyen la dimensión más
importante de la equidad en salud. Otras dimensiones tales como la equidad en el acce-
so a la asistencia sanitaria, aunque importantes por sí mismas, han de entenderse en la
relación con su impacto sobre el estado de salud. Ciertamente, es deseable lograr un
acceso equitativo a la asistencia sanitaria, pero cuando las disparidades de salud impor-
tantes persisten, la asistencia sanitaria equitativa no es condición suficiente para lograr
la equidad en salud. De hecho, Sen señala que la valoración de la equidad en salud de-
be ampliarse y superar el marco de la asistencia sanitaria recibida a fin de incluir otras
formas de mejorar los resultados finales (por ejemplo, mediante la educación) y la li-
bertad para lograr estos resultados.

Los estudios sobre la equidad en salud utilizan nociones intuitivas sobre lo que es “jus-
to” e intentan hacerlas más explícitas. El logro de una salud óptima no debería verse

64
Unidad 2

comprometido por el grupo social, político, étnico o profesional al que uno pueda per-
tenecer. En la medida en que las disparidades en salud coinciden con las distancias
existentes entre esos grupos, puede evaluarse que son injustas y, por tanto, constituyen
inequidades. Aunque cada uno de los estudios de este volumen enfoca un aspecto dis-
tinto de las disparidades en salud (salud de los niños o de los adultos, discapacidad,
morbilidad o mortalidad, desigualdades entre los sexos, grupos laborales, poblaciones
rurales y urbanas, zonas geográficas) en la mayoría de los casos los autores sostienen
que las desigualdades examinadas son evi­ta­bles e in­jus­tas. Estas reclamaciones o jui-
cios de valor pueden articularse discretamente mediante descripciones empíricas de las
desigualdades sociales en salud o pueden expresarse en forma más clara. Más allá de
los análisis empíricos, la credibilidad e integridad de estos valores se refuerza compro-
metiendo a los más intensamente afectados en la definición de las dimensiones de una
inequidad concreta, como sucede en los casos de Tanzania y Kenya.

Además de las demandas morales sobre la injusticia y la consideración de que las ine-
quidades en salud son evitables, existen otras dimensiones de las disparidades sanita-
rias que constituyen razones importantes para la movilización y la acción políticas. En-
tre ellas se destacan los argumentos relacionados con el alivio del dolor y el sufrimien-
to de los menos sanos, el rechazo que sienten las poblaciones hacia los resultados fina-
les de salud desiguales en grupos particularmente vulnerables como los niños, las ame-
nazas que representan para la salud de la población los reservorios residuales de infec-
ciones epidémicas, por ejemplo, en las barriadas urbanas, y la creciente evidencia de
que las enfermedades graves conducen al empobrecimiento, limitan el crecimiento
económico o producen ambos efectos.

Bajo las disparidades en salud, a menudo subyacen profundos desequilibrios generados


por la discriminación y las diferencias de poder. Estas discrepancias de poder tienen
lugar a lo largo de un amplio arco sociopolítico: desde las situaciones de desorden y
corrupción en las que algunos señores de la guerra controlan el estado y todos sus re-
cursos, hasta el otro extremo representado por las naciones pacíficas y democráticas
con jerarquías sociales y laborales bien arraigadas. Aunque las diferencias entre estos
contextos distintos son obvias, tienen en común el fenómeno de que el contexto social
en sentido amplio influye, sea en forma sutil o franca, en la salud de sus poblaciones.

El objetivo de este volumen no es afirmar que la comunidad sanitaria debería combatir


todos los casos de diferenciales de poder y conflicto; tampoco es nuestra meta el em-
peño políticamente poco realista de “aplanar” el gradiente social. Sin embargo, en el
intento de producir una respuesta efectiva no es posible olvidar los determinantes so-
ciales, económicos y políticos que son ajenos al sector sanitario, pero que afectan pro-
fundamente al estado de salud y a su distribución. De igual forma, un intento bien arti-

65
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

culado de corregir las inequidades en salud deberá operar, inevitablemente, junto con
tentativas más amplias dirigidas a lograr la justicia social, tales como la provisión de
redes de seguridad, la protección contra el empobrecimiento por causas médicas, la
educación, la formación laboral, la reducción de los riesgos ambientales y todos los es-
fuerzos destinados a garantizar la paz y la participación política general. “La mejor
forma de considerar la equidad en el campo de la salud no es como un objetivo social
en sí mismo y aislado sino como algo inherente a la búsqueda más amplia de justicia
social”.

Posiblemente, sería más fácil garantizar un compromiso con la equidad en salud articu-
lando objetivos que tuvieran en cuenta la distribución de la salud. En el último capítulo
de este volumen se proporcionan ejemplos de dos tipos de metas: simbólicas, cuyo
propósito principal consiste en inspirar y motivar, y prácticas, para ayudar a vigilar el
progreso hacia la equidad y mejorar la responsabilidad en el uso de recursos (White-
head et al. 1998).

Po­bre­za y mar­gi­na­Ción

En muchos de los países representados en este volumen, la pobreza y la marginación


son la causas “fundamentales” de las inequidades en salud.

Las inequidades en salud se observan en relación con una amplia variedad de tipos y
causas de enfermedad, de modo que la vulnerabilidad y la exposición a ellas, así como
sus consecuencias negativas, se concentran inevitablemente en los que ocupan el lugar
más bajo del rango socioeconómico. En contradicción con la ortodoxia aceptada, las
enfermedades transmisibles no son la única carga sanitaria que han de soportar los po-
bres. Los accidentes, los traumatismos y la violencia, al igual que muchas enfermeda-
des no transmisibles y otros factores de riesgo, se concentran también de manera des-
proporcionada en las poblaciones más desfavorecidas.

A lo largo de una vida existen efectos sanitarios adversos acumulativos que son conse-
cuencia de vivir en la pobreza persistente (Kuh y Ben-Shlomo 1997). Los efectos de la
pobreza se combinan con múltiples formas superpuestas de discriminación o margina-
ción. Por ejemplo, el ser pobre, ser mujer y pertenecer a un grupo étnico discriminado
magnifica el riesgo sanitario resultado de una vulnerabilidad intensificada. Los efectos
acumulativos de la pobreza y la marginación, que se extienden a lo largo de las genera-
ciones, son observables en el legado del apartheid o racismo institucionalizado. Ade-
más, los más ricos son los que tienden a apropiarse de las nuevas tecnologías, las inter-
venciones y las oportunidades de salud (Mechanic 2000). El corolario de estas obser-
vaciones es que las intervenciones dedicadas a una enfermedad concreta no reducen

66
Unidad 2

necesariamente la carga global de los pobres, ya que su vulnerabilidad subyacente po-


sibilita que el riesgo o la enfermedad erradicados sean rápidamente sustituidos por
otros.

A menudo se equipara marginación y pobreza pero aquélla puede definirse también por
la exclusión de origen geográfico, étnico o racial, e incluso como la consecuencia de la
incapacidad o la enfermedad. Han de tenerse en cuenta las numerosas formas adopta-
das por la marginación, ya que su importancia relativa como variables de estratifica-
ción difiere según los contextos. De igual modo, debe admitirse que la pobreza es un
concepto heterogéneo, un factor que inhibe el bienestar e influye en múltiples facetas
del modo de vida. Como se señala en los capítulos de este libro, parte de la respuesta a
la corrección de las inequidades en salud radica en satisfacer las necesidades básicas y
eliminar la pobreza estructural. Por tanto, las intervenciones de salud deben responder
a mucho más que a la mera necesidad expresada en el momento actual y puesta de ma-
nifiesto por un síntoma o enfermedad particulares. Es esencial avanzar mucho más y
corregir los rasgos desproporcionados vinculados con la pobreza y no sólo los efec­tos
asociados a estos riesgos. Como lo demuestra el estudio comparativo entre Gran Breta-
ña y Suecia, los efectos sanitarios de la pobreza pueden modificarse mediante otras po-
líticas sociales y redes de seguridad. El hecho de que la pobreza y la marginación estén
tan unidas a la mala salud y que sean factores injustos y modificables hace de ellas una
prioridad de la equidad en salud.

Ám­bi­toS ur­ba­no y ru­ral

La rápida urbanización de muchas partes del mundo crea un terreno progresivamente


más complejo para el análisis de las disparidades entre las poblaciones rurales y urba-
nas. El tradicional “sesgo urbano” trae consigo una asignación preferente de los recur-
sos y servicios a las poblaciones de las ciudades, pues son las que protestan más. Sin
embargo, la ventaja urbana es menos clara en otros casos. En “algunos países” (la ex-
presión es nuestra), la crisis de mortalidad que acompañó al “choque” producido por
las reformas económicas se concentró sobre todo en las zonas urbanas. La creciente
concentración de los pobres en el mundo en los entornos urbanos constituye un nuevo
campo de estudio para la investigación e intervención relacionadas con la equidad en
salud (Stephens 1998).

Po­Si­Ción So­Cial

Es habitual encontrar paralelismos entre la posición social más elevada y la mejor sa-
lud. Dicho de otra forma, cada unidad de aumento del nivel educativo o de la jerarquía
profesional trae consigo el correspondiente incremento de los resultados finales de sa-

67
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

lud. A continuación, exponemos dos expresiones fundamentales de la posición social:


la educación y el empleo, y su asociación con la salud y la equidad sanitaria.

eDu­Ca­Ción

El papel de la educación como determinante de la salud está bien documentado y mu-


chos de los estudios incluidos en este volumen aportan pruebas adicionales y nuevos
aspectos relativos a esta fuerte asociación. En general, las probabilidades de supervi-
vencia son mayores en las clases mejor educadas.

El peso de estas y otras pruebas hace de la educación una consideración política con-
vincente para corregir las inequidades en salud. En primer lugar, parece que los niveles
educativos más altos suponen menores riesgos de mala salud o muerte relacionados
con una amplia variedad de causas, incluidos los cánceres, las enfermedades cardiovas-
culares, los accidentes y la violencia y el alcohol. En segundo lugar, estos beneficios
afectan a todas las culturas y países y pueden apreciarse en esta época de información
global. Por último, los beneficios sanitarios de la educación no son específicos de una
edad concreta, sino que se prolongan a lo largo de toda la vida y se extienden a las ge-
neraciones futuras.

tra­ba­jo o for­maS De ga­nar­Se la vi­Da

En el nivel más elemental, la relación entre empleo y salud se basa en si las personas
pueden generar los ingresos suficientes para mantenerse.
Dentro de la población activa empleada, la salud se estratifica por medio de factores
relacionados con el trabajo, tales como la exposición a peligros sanitarios específicos y
el grado de regulación laboral. Las condiciones laborales no sólo afectan a los trabaja-
dores propiamente dichos, sino también al conjunto de la población. Incluso en entor-
nos en los que gran parte del trabajo se desenvuelve en el sector formal, existen impor-
tantes gradaciones entre las distintas ocupaciones. Estos gradientes sanitarios laborales
se demuestran también en muchos otros contextos y constituyen una de las líneas fun-
damentales de estudio de los determinantes sociales de la salud.

gé­ne­ro

La inequidad en salud derivada de factores relacionados con el género puede conside-


rarse de dos formas distintas. En primer lugar, los sistemas sanitarios y sociales pueden
no adaptarse bien a las diferentes necesidades de salud derivadas de la especificidad
biológica de los varones y las mujeres. Quizás el ejemplo más llamativo de este tipo de
inequidad entre los géneros sea el de las diferencias internacionales de la mortalidad
materna: en los países más pobres del mundo las probabilidades de que una mujer

68
Unidad 2

muera a tener un hijo son de 1 por cada 16 partos, mientras que en los más ricos son
de 1 muerte por cada 2.000 partos. En segundo lugar, las diferencias de salud entre va-
rones y mujeres pueden deberse a construcciones sociales de los géneros y no a dife-
rencias biológicas entre los sexos. las diferencias en los papeles que las sociedades ad-
judican a los varones y las mujeres estratifican sus oportunidades para lograr una bue-
na salud.

En la mayoría de los casos incluidos en este volumen se observan diferencias en los re-
sultados finales de salud entre los sexos. Quizá los más llamativos sean los diferencia-
les de mortalidad o supervivencia. En Rusia, las mujeres viven ahora, como promedio,
13 años más que los varones, lo que constituye la mayor diferencia de esperanza de vi-
da entre géneros dentro de un país jamás registrada. Por el contrario, en China, la dife-
rencia entre géneros en cuanto a la tasas de mortalidad infantil (TMI) ha crecido de
manera sostenida desde 1987 debido tanto a la mejoría de la TMI masculina como a la
inquietante ausencia de mejoría de la femenina. Al hacer comparaciones directas entre
las tasas de mortalidad de varones y mujeres no deben perderse de vista las diferencias
biológicas subyacentes relativas a la supervivencia. Al ajustar la comparación de la
mortalidad infantil de Bangladesh según referencias masculinas y femeninas, se com-
probó la persistencia de una significativa inequidad entre los géneros, mientras que la
comparación no ajustada indicaba igualdad entre ellos. El análisis de las diferencias de
salud entre los géneros proporciona algunos datos reveladores sobre la distinción fun-
damental entre equidad e igualdad. Así, es perfectamente concebible que exista igual-
dad en resultados finales que no son equitativos y, por el contrario, desigualdad en re-
sultados finales que son equitativos.

Los casos tratados en este volumen indican que los gradientes de salud pueden tener
expresiones muy distintas en los varones y las mujeres. El capítulo sobre género y
equidad en salud proporciona ejemplos de las características de la mortalidad de las
mujeres adultas pobres en comparación con la de los varones adultos pobres y demues-
tra que las ventajas relacionadas con el género varían entre los países. El análisis de
Bangladesh revela que las inequidades socioeconómicas en la supervivencia de las ni-
ñas eran más pronunciadas que las de los niños a principios del decenio de 1980. Por
el contrario, el análisis de las desigualdades educativas en Rusia y Chile, de los dife-
renciales de ingreso y raza en los Estados Unidos, de las desigualdades laborales de
Gran Bretaña y Suecia, y de la marginalidad de los municipios en México, confirma la
observación de que los gradientes sociales en salud son, en general, más pronunciados
o abruptos en los varones que en las mujeres (McIntyre 1998). Sin embargo, es impor-
tante señalar que la comparación de estos gradientes sociales entre varones y mujeres
puede verse comprometida por la insensibilidad al género del propio sistema de clasifi-
cación utilizado y así, por ejemplo, una comparación directa de la medidas existentes
de las clases sociales puede no reflejar las diferencias laborales específicas dentro de

69
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

los niveles de una jerarquía de trabajo ni la carga doble de las mujeres que atienden su
hogar (Sacker et al. 2000).

Sobre todo, las pruebas aquí aportadas respaldan la necesidad de diferenciar los datos
de salud según el sexo. No sólo son distintos los patrones de inequidad en salud, sino
que es probable que también existan diferencias relacionadas con los géneros entre sus
causas subyacentes, las vías por las que el contexto social estratifica la salud y las en-
fermedades concretas mediante las cuales se expresan los procesos sociales. Además,
ha de valorarse el papel desempeñado por las políticas explícitas, tanto del sector sani-
tario como de otros sectores, en cuanto a su efecto de exacerbar la inequidad entre los
géneros.

Ello requiere un nuevo enfoque de los esfuerzos para:

• sensibilizarnos más respecto a nuestra tendencia a generar disparidades a través


de los sectores sanitario y social.
• reconocer las inequidades en salud como un reflejo crítico de la injusticia so-
cial.
• promover la distribución de la salud como un aspecto esencial legítimo de la
política sanitaria y de la investigación sobre la salud
• producir pruebas sobre las formas de vigilar y corregir las inequidades.

Por tanto, el desafío al que nos enfrentamos no es sólo la producción de salud, sino
también que todos tengan las mismas oportunidades de alcanzarla.

Analizando la lectura,

¿Qué formas de acción en el campo de salud serían necesarias u oportunas pa-


ra lograr mayor inclusión social y mejorar el derecho a la salud y a la vida de
estas poblaciones?

¿Qué piensa que podría hacerse en su comunidad a partir del rol que desempe-
ña el Centro de Salud?

Describa brevemente (en no más de 10 renglones) al menos un caso, una situación


vivida sobre el proceso de salud-enfermedad en la comunidad donde Ud. trabaja (re-
levando datos de informantes claves, por testimonios de sus pacientes, o bien por su
experiencia) sobre:

70
Unidad 2

Inequidad por pobreza y marginación;

Inequidad por grupo étnico, origen o nacionalidad;


Re­fle­xio­ne­con­su
Inequidad por discapacidad, sea individual o por grupos; tu­tor­acer­ca­del­ca­-
so­iden­ti­fi­ca­do­y­de
Inequidad por grupo etario (niños, adolescentes o ancianos). las­in­fe­ren­cias­que
sur­jan­de­la­lec­tu­ra
de­la­nor­ma.­Com­-
Busque en los casos anteriores los efectos de estas inequidades en las condiciones de sa- par­ta­sus­ob­ser­va­-
lud de las personas. cio­nes­en­la­reu­nión
pre­sen­cial.
Le proponemos que identifique situaciones que vulneren alguna de las obligaciones de
las convenciones, y de los tratados sobre derechos humanos incluidos en nuestra Consti- No­ol­vi­de­que­pue­de
tución. re­to­mar­la­ac­ti­vi­dad
1­de­es­ta­uni­dad­y
uti­li­zar­los­da­tos
pa­ra­con­tex­tua­li­zar
el­re­la­to­del­ca­so.

4. Equidad en salud:
la situación de la mujer
El problema de la mortalidad materna esta asociado, entre otros, también a los determinantes
sociales de la salud y a inequidades. Le presentamos un breve texto, a modo de ejemplifica-
ción, sobre la inequidad en el derecho de la mujer:

mor­ta­li­DaD ma­ter­na:
De­re­ChoS hu­ma­noS,­ in­juS­ti­Cia So­Cial y eQui­DaD Sa­ni­ta­ria5

an­te­Ce­Den­teS

En la conferencia inaugural del X Congreso Mundial de la Sociedad Internacional de


Ginecología y Obstetricia Psicosomática (ISPOG), el Dr. Mahamoud Fathalla afirmó
que “las mujeres mueren dando a luz porque las sociedades no consideran que sus vi-
das valen el costo necesario para salvarlas. La esclavitud de las mujeres hacia su rol 5. Ramos y cols; Para que cada
reproductivo y doméstico es responsable por la forma en que la sociedad subestima su muerte materna importe. Ministe-
rio de Salud de la Nación /CE-
DES. 2004

71
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

valor” (Fathalla, 1992). La reflexión del Dr. Fathalla inspira las bases de este capítulo
que identifica las muertes maternas como una violación de los derechos humanos de
las mujeres y expresión inequívoca de las desventajas económicas, sociales y cultura-
les que padecen en nuestra sociedad.

En efecto, detrás de cada muerte materna se esconde una tragedia personal que puede
ser entendida de diversas maneras. Se la puede definir como un evento biológico en el
que intervienen múltiples factores sociales, económicos y sanitarios. Por ejemplo, las
dificultades de la mujer y su familia para identificar signos de alarma, la falta de capa-
cidad resolutiva del sistema de salud transforman la muerte materna en una injusticia
social de enormes proporciones.

Tal vez uno de los aportes más trascendentales de Fathalla es la descripción de todas
las discriminaciones que están en juego en el “largo camino de la muerte materna”. Es
el título de un relato verídico del viaje de una mujer de treinta y nueve años hacia su
muerte por causas maternas, en el que se destacan la necesidad de intervenciones pre-
ventivas, como la nutrición o planificación familiar, a modo de pasos esenciales en un
camino hacia la garantía de una maternidad segura (Fathalla, 1987). Al analizar con
mayor precisión lo que hay detrás de las muertes maternas se evidencia toda clase de
privaciones que afectan la dignidad humana. No sólo la vida y la salud de las mujeres
están devaluadas: en cada muerte materna se conjugan discriminaciones y desequili-
brios de poder entre géneros, etnias, clases sociales y grupos de edad tanto dentro de
los hogares como en la comunidad y la sociedad en su conjunto.

mor­ta­li­DaD ma­ter­na y De­re­ChoS hu­ma­noS

La mortalidad materna es la expresión extrema de la negación de derechos que emerge


como la punta de un iceberg. No se trata sólo de la violación de estándares internacio-
nales reconocidos y acordados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en
otros tratados internacionales, como la Convención sobre la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación contra la Mujer – CEDAW (1979), la Convención America-
na de Derechos Humanos (1969), y el Pacto Internacional sobre Derechos Económi-
cos, Sociales y Culturales. Se trata también de violaciones al mandato constitucional,
dado que estos tratados forman parte de la Constitución de la Argentina desde su refor-
ma en 1994.

La mayoría de los países de América latina y el Caribe tiene normas que protegen am-
pliamente la maternidad, la Argentina no es una excepción. Con frecuencia esas dispo-
siciones no se cumplen plenamente, es decir que existen derechos reconocidos para las
mujeres durante el embarazo, el parto y la crianza de los hijos cuyo ejercicio no está
garantizado en forma plena. Resulta paradójico que muchas mujeres se vean obligadas

72
Unidad 2

a llevar adelante un embarazo y luego no se las proteja socialmente para poder criar al
hijo en buenas condiciones. Para que este derecho sea efectivamente ejercido por las
mujeres se necesitan servicios sociales de apoyo.

Varios derechos están vulnerados en cada muerte materna (Cook et al., 2001). En pri-
mer lugar, el derecho a la vida, la libertad y la seguridad de la persona. Este derecho es
violado cuando se produce una muerte evitable, pero también cuando el riesgo de mo-
rir se incrementa sin necesidad y se convierte además en un hecho constante. En este
sentido, la mortalidad materna es una realidad que desafía el derecho a la vida y la se-
guridad de muchas mujeres, en su amplia mayoría mujeres pobres, jóvenes y de áreas
rurales y periurbanas.

En segundo lugar, el derecho a conformar una familia y a poder disfrutar de la vida fa-
miliar. La mortalidad materna trunca el desarrollo de la vida familiar y pone en riesgo
físico y psíquico a sus miembros, en particular a los hijos e hijas que quedan huérfanos.

En tercer lugar, el derecho a la salud y a los beneficios del progreso científico. El desa-
rrollo tecnológico ha puesto a disposición los medios para salvar las vidas de mujeres
que sufren complicaciones de un embarazo, parto o puerperio. Sin embargo, el acceso
a los beneficios de los avances tecnológicos se ve inhibido, por un lado, por las defi-
ciencias en la organización de los servicios de salud y la baja calificación de su perso-
nal. Por otro lado, la desinformación, tanto de las mujeres como de sus familias, junto
con las barreras geográficas, económicas y culturales para el acceso a los servicios de
salud, constituye también obstáculos para la utilización de estos avances. Para ejercer
este derecho las mujeres deben tener acceso a servicios de salud sexual y reproductiva
de calidad técnica y humana, que incluyan la educación sexual, la asistencia anticon-
ceptiva, el tratamiento de las emergencias obstétricas y el manejo oportuno y de cali-
dad de las complicaciones del aborto inseguro, estrategias cuya eficacia para mejorar
la salud y preservar la vida de las mujeres está ampliamente reconocida.

Por último, el derecho a la igualdad y la no discriminación. El status social disminui-


do, así como las desventajas de muchas mujeres en cuanto al menor acceso a la educa-
ción formal, oportunidades laborales y poder de decisión tanto dentro como fuera del
hogar, y, en particular, su menor autonomía en las decisiones acerca de la vida sexual y
la reproducción conforman el escenario oculto de las muertes maternas. La pobreza y
la condición étnica acentúan estas discriminaciones, que con frecuencia se expresan
con mayor fuerza en las mujeres muy jóvenes. Para ejercer este derecho las mujeres
deben disponer de servicios (como educación para la salud y su atención) sin obstácu-
los de ningún tipo relacionados con su edad, estado civil, etnia o sector social, y deben
contar con el debido respeto a su autonomía en cuanto a las decisiones reproductivas,
tanto dentro como fuera del hogar.

73
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

in­juS­ti­Cia So­Cial

Las muertes maternas son asimismo una expresión inequívoca de las desventajas eco-
nómicas, sociales y culturales que padecen las mujeres. La muerte de una mujer duran-
Si­lo­desea,­puede te el embarazo o el parto es no sólo un problema de salud, sino también una cuestión
retomar­sus de injusticia social.
reflexiones­sobre
"feminización­de­la La magnitud de la mortalidad materna puede considerarse un indicador de la desventa-
pobreza"­de­la ja social de las mujeres. Como parte de esos desequilibrios, la división sexual del tra-
actividad­6­de­la bajo dispone que las tareas a cargo de las mujeres sean frecuentemente peor remunera-
unidad­1­de­este das. Al mismo tiempo, la doble jornada laboral (el trabajo fuera de hogar para ganar un
módulo. sustento y el trabajo dentro del hogar para asistir las necesidades de alimentación, hi-
giene y crianza de los hijos) suele exponerlas a muchas horas de esfuerzo, comprome-
tiendo así su salud física y psíquica, y creando obstáculos para que puedan cuidar y
atender su salud en forma apropiada y oportuna (Center for Population and Family
Health, 1992).

Todos estos factores culturales y sociales contribuyen a reproducir situaciones de desi-


gualdad y discriminación hacia las mujeres e influyen de manera más o menos directa
sobre los niveles y los determinantes de las muertes maternas.

¿Encuentra en su comunidad alguna situación en la que quede de manifiesto la Inequidad


de género? ¿Qué derechos se vulneran? Descríbala brevemente.

5. Ética y equidad: la ética en las


prácticas de salud

Más allá de la pobreza, las inaceptables desigualdades sociales y la pérdida de de­re­chos­a­la


6. Peter, F. – Evans, T. “Dimen- vi­da­y­la­sa­lud, constituyen una afrenta a los conceptos básicos de justicia.
siones Éticas en la Equidad en la
Salud”. En: OPS- OMS- Funda-
ción Rockefeller Evans, Timothy;
Whitehead, Margaret; Diderich- En esta dirección, le presentamos un breve texto acerca de las dimensiones éticas de la equi-
sen, Finn; Bhuiya, Abbas; Wirth,
Meg. De­sa­fío­a­la­Fal­ta­de­Equi­-
dad­en­Sa­lud, Washington DC,
dad en salud 6, que enmarca dicho problema en las preocupaciones filosóficas acerca de la
Publicación Científica y Técnica
Nº 585, pp. 27-31. 2002.
bioética y la justicia social, así como en los nuevos planteamientos relacionados con la nue­va

74
Unidad 2

sa­lud­pú­bli­ca. Al hacerlo, caracteriza los factores evitables e inevitables que determinan las
disparidades en salud, e identifica como inaceptables o injustas aquellas diferencias evitables
que tienen un impacto directo en el campo de la asistencia sanitaria.

Le­solicitamos­que­lea
Di­men­Sio­neS éti­CaS De la eQui­DaD en Sa­luD este­trabajo.­Subraye­o
Fa­bien­ne­Pe­ter­y­Ti­mothy­Evans destaque­sus­conceptos
principales.­Estas
Las enormes disparidades del estado de salud, sea entre las distintas regiones del mun- anotaciones­le­servirán
do, las naciones, los sectores sociales o los géneros, constituyen una afrenta al concep- para­realizar­la­activi-
to básico de justicia. La preocupación por la equidad en salud surgida en los últimos dad­que­se­le­propone.­
años subraya el hecho de que la salud no es un simple problema individual relacionado
con la carga biológica y el comportamiento, sino que ante todo depende de las circuns-
tancias sociales y de una amplia gama de políticas públicas. La conclusión de que las
más de las veces, una posición social privilegiada va unida a una mejor salud obliga a
considerar las desigualdades sociales y de salud como un problema distinto de otros
aspectos políticos, tales como la pobreza, las desigualdades de ingreso o la disparidad
de oportunidades, aunque relacionado con ellos. Es en este terreno donde el discurso
ético sobre la justicia social puede orientar al campo de la equidad en salud.

A primera vista parece obvio que la equidad en salud debe considerarse como un obje-
tivo social: la salud es una meta importante para la mayoría de las personas y la socie-
dad debe garantizar a sus miembros las mismas oportunidades para disfrutar de buena
salud. Sin embargo, debajo de esta premisa de sentido común subyace un laberinto de
aspectos complejos relacionados con la multidimensionalidad del concepto de salud, su
constitución sociobiológica y la limitación de los conocimientos acerca de los factores
que influyen en la distribución del estado de salud en cada población y entre las dife-
rentes poblaciones.

En el examen de la literatura sobre filosofía moral o política apenas se encuentran es-


critos que afronten directamente la equidad en salud. Las teorías sobre la justicia social
suelen guardar silencio en lo que a la salud se refiere. Cada vez que se toca el tema de
la equidad en salud, se tiende a considerar como aspecto fundamental el acceso a la
asis­ten­cia­sanitaria (Fried 1975 - Daniels 1985). De la misma forma, la bioética (un
campo de la filosofía moral aplicada) tiende a centrarse en la asistencia médica y en
los derechos individuales de los pacientes, sin prestar atención a la justicia en las po-
blaciones ni a los patrones sociales de la salud. Esto guarda relación con el hecho de
que el campo de la medicina en su conjunto puede ser acusado de ignorar la base so-
cial de la salud. Farmer y Bertrand, en un análisis de las más amplias fuerzas sociales
y económicas que determinan la mala salud de los haitianos pobres critican las lagunas
educativas de los médicos: “estudiamos las deficiencias vitamínicas, pero no la refor-

75
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

ma agraria; aprendemos fisiopatología, pero nunca nos enseñan la personificación de


las fuerzas sociales que ponen en movimiento el conjunto de acontecimientos que en
último término, conducen a un proceso somático crítico” (Farmer y Bertrand 2000:87).

La situación está cambiando, aunque lentamente, y las dimensiones éticas de la equi-


dad en salud y los temas con ella relacionados están comenzando a recibir mayor aten-
ción (Marchand et al. 1998; Beauchamp y Steinbock 1999), Wikler (1997) sostiene que
la bioética está ya preparada para pasar a una nueva fase, que abarca el análisis ético
de los aspectos de la salud de la población. La omnipresencia de los gradientes socia-
les en el estado de salud estimula la curiosidad tanto de eminentes filósofos como de
profesionales de la salud pública, y trae consigo un nuevo discurso y escritos diferen-
tes (Marchand et al. 1998; Beauchamp y Steinbock 1999; Anand et al. en preparación),
De igual modo, en el contexto de la literatura relacionada con la nueva salud pública
(Mann 1995; Krieger y Birn 1998), se descubre el actual interés por los vínculos exis-
tentes entre la búsqueda de la salud de la población y la búsqueda de la justicia social.

Este capítulo es sólo una contribución más a esta literatura en expansión, que explora
el nexo entre justicia social y salud. En él se exponen algunos de los temas y desafíos
principales a que nos enfrentamos al evaluar la justicia de las desigualdades sociales en
materia de salud. A partir de una breve exposición sobre la idea de salud propiamente
dicha, se procede a la identificación de dos tipos fundamentales de criterios que ayu-
dan a determinar lo que es equitativo y lo que no lo es en la distribución de la salud.
Como la base para establecer estos criterios no es clara, en la tercera sección del capí-
tulo se hace un análisis crítico de diversos enfoques filosóficos de la justicia que po-
drían orientar respecto de estas valoraciones. Aunque el capítulo ofrece una visión ge-
neral de estos aspectos fundamentales, sigue también una línea argumental propia. La
premisa es que la equidad en salud no puede ser un concepto apolítico acultural, “tec-
nocrático”, limitado al campo de la asistencia sanitaria y de la salud pública. El capítu-
lo señala que la mejor forma de considerar la equidad en el campo de la salud no es
como un objetivo social en sí mismo y aislado, sino como algo inherente a la búsqueda
más amplia de justicia social. Como tal, se intenta proporcionar un soporte para los
que nos invitan a “resistir la creencia ególatra de que, como profesionales de la salud
pública, tenemos todas las respuestas o podemos mejorar por nosotros mismos la salud
pública sin necesidad de esforzarnos en garantizar la justicia social o económica”
(Krieger y Birn 1998:1603).

76
Unidad 2

el Con­CeP­to De Sa­luD:­SuS Cau­SaS y Su DiS­tri­bu­Ción

Inevitablemente, el concepto de salud (su definición y medición) es un punto de parti-


da fundamental para cualquier análisis de la equidad en salud y en él inciden muchos
aspectos éticos esenciales. Quizás el más importante es el reconocimiento de que, aun-
que inextricablemente vinculada a la biología y a la naturaleza, la salud nunca puede
ser un concepto puramente descriptivo sin valor añadido (Canguilhem 1991 [1966];
Toulmin 1975). Los juicios de valor son necesarios para establecer distinciones entre
lo normal y lo anormal, lo saludable y lo patológico, e incluso entre enfermedad médi-
ca y desviaciones en relación con algunas otras normas sociales no médicas (Engel-
hardt 1975; Margolis 1981; Hare 1986). Por tanto, la salud no es simplemente una nor-
ma biológica, sino el producto de complejas valoraciones sociales y biológicas. El des-
cuido de cualquiera de estos aspectos impedirá la valoración de la equidad en salud.
Un concepto de salud como mero resultado de factores biomédicos tenderá a reducir al
mínimo la base social en que se funda y tal vez ocultará los aspectos relacionados con
su distribución. Por ejemplo, las variaciones de los niveles séricos de colesterol pueden
considerarse sólo en términos de ingesta alimentaria de grasas, sin prestar atención a
los patrones sociales de la dieta. Por otra parte, una visión social demasiado amplia
puede camuflar indebidamente la base biológica de la salud.
Una consecuencia de considerar a la salud como el producto de complejas valoraciones
sociales y biológicas es que pueden surgir distintas perspectivas sobre la salud y la en-
fermedad y sobre su significado en relación con la vida de la personas. En este contex-
to, Sen considera la necesidad de combinar las perspectivas de los observadores “ex-
ternos”, como los expertos en salud pública, con las perspectivas “internas” de los afli-
gidos por la enfermedad y la discapacidad, con el fin de garantizar una base informati-
va adecuada sobre la cual establecer las valoraciones de la equidad en salud. Un aspec-
to relacionado es, como lo refleja el capítulo, el hecho de que las diferentes formas de
medir la salud pueden modificar de manera espectacular la dirección y la magnitud de
las inequidades en este campo.

La salud es un estado del ser sobre el que la persona tiene sólo un control parcial a lo
largo de su vida; nacemos con una herencia social y biológica que deja una huella in-
deleble en las proyecciones sanitarias de nuestras vidas (Barker 1994). En los años
previos a la vida adulta durante los cuales estamos expuestos a ambientes físicos y so-
ciales que influyen en gran medida en nuestra salud actual y futura, tenemos pocas op-
ciones. Como adultos, disponemos, en teoría, de control sobre nuestra salud, por ejem-
plo, por medio del ejercicio regular, las dietas pobres en grasa y la evitación de sustan-
cias tóxicas como el tabaco; sin embargo, también está claro que el contexto social in-
fluye fuertemente en estos comportamientos que, por tanto, son volitivos sólo en parte.
Además, a medida que envejecemos surgen nuestras susceptibilidades biológicas, mu-

77
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

chas de las cuales no pueden ser alteradas en ese momento. Por último, aunque se ha
logrado aumentar la longevidad, está claro que la esperanza de vida tiene un límite.

Aunque existen limitaciones biológicas y son muchos los impactos sociales adversos
para la salud, también hay un amplio campo de acción para las políticas sociales dirigi-
das a mejorarla. Los progresos de la nutrición y de las condiciones de vida logrados en
los tres últimos siglos contribuyeron en gran medida a una mejor salud de la población
(McKeown 1976; Fogel 1994). La educación universal, en especial la de la mujer, po-
dría ser el factor que, por sí solo, contribuyó en mayor medida a mejorar la salud a lo
largo del último siglo. El descubrimiento de los antibióticos y las vacunas para comba-
tir las infecciones, las nuevas tecnologías para reducir en forma espectacular los ries-
gos de muerte asociados al embarazo y al parto, y los nuevos fármacos destinados a re-
ducir los riesgos de enfermedad crónica son solamente algunos de los pasos gigantes-
cos dados por la asistencia médica que han contribuido de manera significativa a incre-
mentar el potencial sanitario en los últimos 50 años. De igual forma, el creciente cono-
cimiento de las conductas de riesgo modificables, por ejemplo, mediante el ejercicio fí-
sico regular y el abandono del tabaco, surgido del estudio de la salud pública es un
componente en absoluto trivial del mejoramiento de los logros sanitarios. De este mo-
do, la nutrición, las condiciones de vida, la educación, la asistencia sanitaria y la salud
pública proporcionan a las sociedades un potente arsenal con el que mejorar la salud
de la población.

La falta de igualdad de oportunidades de los distintos subgrupos de la población para


participar en estos beneficios de salud y en otros beneficios sociales subyace a nuestra
preocupación por la equidad. Especialmente inquietante es el peligro de los círculos vi-
ciosos: la privación absoluta o relativa como factor causante de mala salud y la mala
salud como causa de empobrecimiento.

Al mismo tiempo, es poco probable que la salud se distribuya por igual entre todos los
individuos. la variación biológica individual, determinadas exposiciones ambientales,
la elección libre e informada y el puro azar se encuentran entre los factores menos mo-
dificables que diferencian los resultados finales de salud de los individuos. Por tanto,
en el ámbito individual, la distribución de la salud será siempre desigual. Es necesario
reconocer esta variación inicial al valorar la imparcialidad en la distribución de la sa-
lud entre los individuos. La inevitabilidad de las variaciones de salud en el ámbito in-
dividual puede ser aceptable en tanto éstas se encuentren distribuidas al azar entre los
grupos sociales, por ejemplo, según el género, la profesión o la raza o etnia, y no rela-
cionadas con la educación, el ingreso o el acceso a la asistencia sanitaria. La compro-
bación de desviaciones en la distribución de la salud en estos u otros estratos sociales
puede plantear cuestiones fundamentales sobre la justicia social.

78
Unidad 2

DiS­tin­Ción en­tre ine­Qui­DaD y De­Si­gual­DaD en el Cam­Po De la Sa­luD

¿Cómo, más allá de identificar y analizar estas desigualdades sociales en salud, debe-
mos establecer conclusiones sobre la equidad en salud? Según Brian Barry (1990
[1965]), la equidad es un principio com­pa­ra­ti­vo, un criterio sobre la situación que la
persona o grupo de personas ocupan en relación con los demás. La equidad requiere
que “los iguales sean tratados de igual forma y que los desiguales sean tratados en for-
ma desigual” (Barry 1990 [1965] – 152); en forma análoga al concepto de equidad ver-
tical y horizontal en el análisis de la asistencia sanitaria (Culyer y Wagstaff 1993), que
garantiza la conservación del principio de igualdad al tiempo que reconoce las diversas
necesidades sanitarias de los individuos, Barry distingue dos tipos fundamentales de
criterios para definir lo que es equitativo. El primero consiste en acudir a las normas
existentes de distribución que definen los criterios según los cuales las personas deben
ser consideradas como iguales o no iguales, y después, analizar si estos criterios se
aplican de manera constante. El segundo implica el desarrollo de normas allá donde
éstas son inexistentes.

En relación con el primer escenario, si la norma es la vacunación universal para los ni-
ños, existirá falta de equidad si determinados segmentos de la población no reciben la
vacuna. De la misma forma, los criterios de equidad pueden suponer la identificación
de un nivel mínimo o básico de salud, por ejemplo, la esperanza de vida al nacer debe
alcanzar al menos los 70 años en todas las regiones de un país. Existirá equidad si to-
das las regiones logran ese umbral mínimo, aunque persistan diferencias considerables
entre las regiones por encima de esa cifra.

Sin embargo, muchas veces no existen criterios claros para valorar la equidad. La falta
de criterios inequívocos que permitan definir cuándo y cómo se considera a las perso-
nas como iguales y cuáles de las desigualdades son adecuadas o necesarias es demos-
trable en casi todas las comparaciones entre grupos sociales (rurales frente a urbanos,
varones frente a mujeres, ricos frente a pobres, etc.); por tanto, se deben desarrollar
primero los propios criterios a utilizar. Por ejemplo, al comparar la salud de las muje-
res y los varones, ¿cómo ponderamos el hecho de que a menudo la esperanza de vida
de las primeras tiende a ser más larga, aunque su morbilidad es mayor? Además, aun-
que el criterio exista, puede ser discutible, como cuando se argumenta que las normas
de salud desarrolladas para los varones no son aplicables a las mujeres. En las valora-
ciones de la equidad en salud de este segundo tipo han de tenerse en cuenta considera-
ciones más amplias de justicia social y de bien social y, por tanto, los criterios sobre la
equidad se entrelazan con los de justicia social e imparcialidad.

Un razonamiento similar apuntala el objetivo de Margaret Whitehead (1992) de distin-


guir entre desigualdades sociales e inequidades en salud. Según la autora, las desigual-

79
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

dades evitables e injustas constituyen faltas de equidad en salud. Whitehead (1992)


elaboró una lista de siete factores determinantes de diferenciales de salud y sugirió que
es más probable que los relacionados con las variaciones biológicas y las elecciones li-
bres e informadas sean desigualdades evitables o imparciales. Las diferencias deriva-
das de los determinantes en los que las personas tienen menos posibilidades de elec-
ción en cuanto a la forma de vida, las condiciones de trabajo o el acceso a la asistencia
sanitaria y otros servicios públicos es más probable que deban considerarse como evi-
tables y parciales y, por tanto, como inequidades. Como indica la Figura 1, los criterios
sobre justicia e imparcialidad presuponen que las desigualdades de salud son evitables,
al menos en principio. Evidentemente, los criterios sobre evitabilidad pueden ser muy
complejos, puesto que deben entenderse en un sentido amplio y no sólo en relación
con el sta­tus­quo. Por ejemplo, no debe interpretarse que las enfermedades tropicales
son inevitables sólo porque la industria farmacéutica mundial no considera que consti-
tuyan prioridades de investigación y desarrollo los problemas de salud pública que
causan. Sin embargo, la conclusión final es que cuando la muerte prematura, la enfer-
medad o la discapacidad son inevitables, los criterios sobre imparcialidad y justicia no
son aplicables, lo que, como es obvio, no significa que estas situaciones no sean tristes
o trágicas. Por tanto, en la valoración de la equidad en salud es fundamental la cues-
tión de cómo se decide cuáles desigualdades sociales de salud son injustas y, por tanto,
constituyen inequidades.

fi­gu­ra­1.­Valoración de la equidad de los resultados de salud

Di­fe­ren­cia De los re­sul­ta­Dos en ma­te­ria De sa­luD

Inevitables Potencialmente evitables

Aceptables Inaceptables e injustos

¿Pue­De la fi­lo­So­fía mo­ral ayu­Dar a eS­ta­ble­Cer Cri­te­rioS So­bre la eQui­DaD en


Sa­luD?

En todos los casos, la evaluación de la imparcialidad de las desigualdades sanitarias será


inevitablemente muy compleja y no se deben esperar soluciones sencillas. No obstante,

80
Unidad 2

las teorías sobre justicia social existentes proporcionan algunas directrices (Marchand et
al. 1998, Pereira, 1993). A continuación, se expone la forma en que distintos enfoques fi-
losóficos podrían considerar la justicia de las desigualdades sociales en salud.

En la literatura sobre las desigualdades sociales en salud y la equidad en salud suele


admitirse que las primeras son “injustas” porque impiden a la población alcanzar su
máximo potencial de salud. Existe paralelismo entre esta idea y la doctrina filosófica
uti­li­ta­ris­ta según la cual debemos potenciar al máximo la suma de bienestares indivi-
duales. Si añadimos la admisión adicional de que la capacidad de todas las personas
para disfrutar de salud es igual, el logro de la máxima salud de la población significará
que cada uno de sus componentes debe alcanzar el más alto nivel posible de salud. Sin
embargo, antes de llegar a este nivel, el enfoque de alcanzar el máximo grado de salud
en la población implica que nos son indiferentes los grupos que logran estos beneficios
de salud, por ejemplo, los pobres o los ricos, siempre que dichos beneficios ejerzan el
mismo impacto sobre la salud global de la población. De hecho, una crítica frecuente
al utilitarismo es su incapacidad para corregir los defectos de la justicia distributiva
(Williams 1975). El problema es incluso más agudo cuando se comparan las pérdidas
de salud con la pérdida de ingresos por enfermedad o incapacidad, lo que supone atri-
buir un mayor valor a la salud de una persona rica que a la de una pobre.

Por el contrario, las teo­rías­igua­li­ta­rias se centran en consideraciones distributivas, sin


valorar la salud total de la población y, por ello, podrían ser más idóneas para dilucidar
los aspectos relacionados con la equidad en salud. Existen muchos tipos distintos de
teorías igualitarias y la defensa que hacen de la obligación social de garantizar la salud
individual o de proporcionar asistencia sanitaria depende del concepto de igualitarismo
defendido por cada una de ellas. El primer punto para aclarar es, como señala Amartya
Sen (1980), “¿igualdad en relación con qué?”. Algunas teorías igualitarias insisten en
la igualdad de los re­sul­ta­dos­fi­na­les que, en el contexto de la salud, se traducirían en
igualdad en el estado de salud. Una aplicación posible sería argumentar si es más justo
que todas las personas tengan una esperanza de vida de 60 años o si lo es que la espe-
ranza de vida media sea de 70 años, pero que la mitad de la población sólo pueda es-
perar vivir 50 años mientras que la otra mitad pueda esperar vivir hasta los 90 años.

Sin embargo, debe señalarse que el igualitarismo no implica necesariamente una igual-
dad estricta y de hecho muchos no querrían llegar tan lejos. Así para el bioético Robert
Veatch (1991:83) el igualitarismo en el contexto de la salud “requiere que las personas
disfruten de la opor­tu­ni­dad de tener un es­ta­do­de­sa­lud­igual en la medida de lo posi-
ble”. Veatch y otros (Sen 1980), por tanto, hacen hincapié en la igualdad de opor­tu­ni­-
da­des. Nótese que la igualdad de oportunidades suele exigir esfuerzos desproporciona-
dos a favor de los grupos desfavorecidos para que éstos puedan superar las barreras so-

81
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

ciales que se oponen a su salud.

La exigencia de igualdad puede considerarse también satisfecha cuando todas las per-
sonas se encuentran por encima de un umbral determinado. La idea de Amartya Sen
(1985) de “capacidades básicas” es un reflejo de esta perspectiva. Además, los princi-
pios del igualitarismo deben ser sopesados. La teoría de la justicia como imparcialidad
de John Rawls (1971) suele interpretarse como la exigencia de otorgar prioridad a los
grupos más desfavorecidos; en el caso de la salud, lo prioritario será mejorar la salud
de los más pobres de la sociedad (Marchand et al. 1998).

No todas las formas de igualitarismo privilegian la salud. En este sentido, puede citarse
el enfoque de igualdad de los recursos de Ronald Dworkin (1981). Este autor (1993)
argumenta que la justicia sólo requiere la igualdad de los recursos generales (por ejem-
plo, oportunidad de ganancia económica, acceso a la educación). Una vez lograda la
igualdad de recursos, dependerá de cada uno decidir cómo quiere utilizarlos, por ejem-
plo, cuánto quiere invertir en su salud. Desde este punto de vista, en una sociedad que
garantizara la igualdad de recursos no sería necesario prestar una atención especial a la
salud. Volveremos sobre este argumento más adelante.

Derek Parfit (1997) criticó las teorías igualitarias afirmando que es erróneo tratar la
igualdad como un valor en sí mismo. Para reforzar este concepto, cita con aprobación
a Joseph Raz (1986: 240):

“Lo que nos hace preocuparnos por las distintas inequidades no es la falta de equidad
en sí, sino el problema identificado por el principio subyacente. Es el hambre del ham-
briento, la necesidad del necesitado, el sufrimiento del enfermo, etc.”. Lo importante
es que “su hambre es mayor, su necesidad más imperiosa, su sufrimiento más doloroso
y, por tanto, es nuestra preocupación por el hambriento, el necesitado, el sufriente, y
no nuestra preocupación por la igualdad, lo que nos hace darles prioridad”.

La llamada perspectiva de la prioridad constituye, pues, un tercer enfoque de la equi-


dad en la salud. Puede considerarse como un contrapeso al principio del utilitarismo.
Así como la maximalización requiere que los beneficios sanitarios sean asignados de
manera tal que produzcan la mayor mejoría general posible, el principio de prioridad
obliga a asignarlos a los más enfermos. Igual que el principio de la maximalización, el
de prioridad impone que las diferencias de los resultados de salud entre los grupos so-
ciales importen sólo secundariamente; lo importante son los resultados sanitarios fina-
les y la gravedad de la enfermedad y no quién está enfermo y a través de qué caminos
adquirió la enfermedad. Este enfoque concuerda con los argumentos propuestos por la
Organización Mundial de la Salud para la valoración interindividual de la distribución

82
Unidad 2

de la salud con independencia de los grupos sociales (Gakidou et al. 2000). Dicho de
otra forma, esta perspectiva se centra en los que tienen peor salud y no necesariamente
en el estado de salud de los más pobres. Por esta razón, la perspectiva de la prioridad
puede tener más importancia dentro del sistema de asistencia sanitaria, en oposición a
una perspectiva más amplia de “sociedad y salud”.

Lo que los tres enfoques expuestos hasta ahora tienen en común es que se centran en el
patrón distributivo de los resultados finales sanitarios. Un enfoque alternativo de la
equidad en salud interpreta que lo éticamente equivocado en la inequidad social en sa-
lud guarda relación con las cau­sas de esta falta de equidad. Para responder a la cues-
tión de qué es lo que constituye una falta de equidad en salud resulta, pues, necesario
ir más allá de la información sobre el estado de salud y conocer los procesos sociales
subyacentes y su imparcialidad.

Enraizado en el concepto rawlsiano de justicia (Rawls 1971,1993a), este tipo de enfo-


que de la equidad en salud nace de un ideal de sociedad como sis­te­ma­jus­to­de­coo­pe­-
ra­ción. El objetivo de la justicia social consiste en garantizar que las instituciones so-
ciales, económicas y políticas básicas (“la estructura básica de la sociedad”) funcionen
sin exclusiones. Esta idea fundamental fue bien expresada por Onora O’Neill (1995:
315), quien argumentó que la organización social es injusta cuando “se basa en la vic-
timización de algunos, destruyendo, paralizando o recortando sus capacidades para la
acción durante al menos cierto tiempo y de cierta forma. El resultado de los principios
de justicia de Rawls es que las desigualdades sociales son justificables en tanto las
principales instituciones económicas, sociales y políticas no exijan sacrificios a los
grupos más desfavorecidos para el puro beneficio de los grupos más acomodados. De-
bido a su énfasis en los pro­ce­sos por los que se llega a determinados resultados finales,
en lugar de en los resultados finales propiamente dichos, este enfoque de la justicia re-
cibe el nombre de “procedimental”.

¿Có­mo Pue­De aPli­Car­Se la juS­ti­Cia rawl­Sia­na a loS Cri­te­rioS So­bre la eQui­DaD


en Sa­luD?

Este enfoque insiste en el peso particular de las desigualdades sanitarias cuyas causas
pueden rastrearse hasta el funcionamiento de las principales instituciones políticas, so-
ciales y económicas que funcionan en la sociedad: así, las desigualdades en la salud
serían consecuencia de una organización social que no satisface las exigencias de un
sistema justo de cooperación social. En consecuencia, se identifican como injustas las
desigualdades de clase, género, raza, región o de otro tipo que se originan en la estruc-
tura básica de la sociedad y que parecen ser el resultado de una división social del tra-
bajo que beneficia sólo a los grupos más acomodados, a expensas (de la salud) de los

83
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

más desfavorecidos.

Al mismo tiempo, la investigación sobre las desigualdades sociales en salud y sus cau-
sas subyacentes puede aportar información sobre si la organización social exige o no
un sistema justo de cooperación social. El conocimiento de la influencia de las fuerzas
culturales, sociales y económicas en los resultados finales de salud permite comple-
mentar la información económica y sociológica relativa a los logros de las distintas
formas de organización social y sus cambios en función del tiempo, así como nuestra
valoración de la justicia social en su conjunto. En otras palabras, las desigualdades so-
ciales en materia de salud pueden considerarse un barómetro sensible de la justicia del
orden social sobre el que se sustentan. Este aspecto suele pasarse por alto y lo habitual
es preguntarse sólo por la forma de aplicar a la salud las valoraciones de la justicia y
no por la manera en que los problemas de salud pueden afectar a nuestras valoraciones
de la justicia. Así, por ejemplo, el argumento de Dworkin (1993) pasa por alto el hecho
de que no será necesario prestar una atención especial a la salud si se logra igualdad en
los recursos, es decir, igualdad en relación con bienes como el ingreso y la educación,
pero no de salud. Debido a la complejidad de la trama de resultados finales individua-
les de salud y a la influencia de la organización social, no es posible valorar la justicia
de dicha organización sin tomar en cuenta sus efectos sobre la salud.

Existe, pues, una relación bidireccional entre los requisitos de la justicia rawlsiana y la
preocupación por las desigualdades sociales en salud. Por un lado, nuestra valoración
de la equidad en salud dependerá del vínculo entre las desigualdades sanitarias y las
injusticias de la sociedad. Por otro, la información sobre los logros sanitarios y las de-
sigualdades sociales en salud pueden contribuir a nuestra valoración de la justicia de la
organización social.

Al parecer, este enfoque engloba muchas de nuestras intuiciones sobre lo que está mal
en las desigualdades sociales relacionadas con la salud. Al fin y al cabo, la investiga-
ción empírica sobre las desigualdades sociales en salud no divide a la sociedad en gru-
pos aleatorios sino que, por el contrario, se apoya en la idea preconcebida de las insti-
tuciones sociales como entes jerarquizados que imponen desigualdades de distintos ti-
pos. En esto se basa el examen de las desigualdades raciales o entre grupos ocupacio-
nales. El enfoque aquí propuesto intenta hacer que estos criterios sean explícitos. La
premisa fundamental es que las desigualdades sociales en salud son injustas porque se
deben a una división del trabajo en la sociedad que coloca a determinados grupos de
personas en desventaja, no sólo económica, social y política, sino también en lo que se
refiere a sus posibilidades de conservar la salud.

El enfoque rawlsiano tiene importantes consecuencias políticas. Otros enfoques que

84
Unidad 2

sólo consideran los resultados finales sanitarios tienden a exagerar la posibilidad de


aportar remedio dentro de la esfera de la medicina y de la tradicional promoción de la
salud (por ejemplo, educación sobre comportamientos saludables). Por el contrario, si
el énfasis de una concepción de la equidad en la salud se sitúa en las causas sociales
más amplias que subyacen a las desigualdades sanitarias, la búsqueda de soluciones
deberá ampliarse al conjunto de las políticas sociales. Un ejemplo son las políticas que
tratan de reforzar el poder de las mujeres y de otros grupos marginados. El objetivo
consiste en inducir el cambio social de las organizaciones sociales que, en palabras de
O’Neill, victimizan a determinados grupos sociales.

Es cierto que la consideración de la equidad en salud como parte de la búsqueda más


amplia de justicia social puede complicar su valoración, pues obliga a contrapesar los
objetivos de salud como otros del campo de la justicia social. En una valoración de las
trabajadoras de la confección de Bangladesh, los efectos adversos del trabajo para la
salud deben contrapesarse con una amplia gama de beneficios, entre los que se encuen-
tran el retraso de la edad del matrimonio y del embarazo, el incremento salarial y las
mayores libertad e independencia. Cómo calificamos estos intercambios guarda rela-
ción, una vez más, con la cuestión de la perspectiva de justicia de las desigualdades de
salud que adoptemos: la de la persona o grupos con problemas de salud o la de un ob-
servador externo.

ob­Ser­va­Cio­neS fi­na­leS

La adpción de un marco teórico integral para el análisis de la equidad en salud se en-


frenta al desafío de combinar la moral y la filosofía política con la epidemiología, la
ciencia básica de la salud pública. Los estudios epidemiológicos de las desigualdades
sociales en salud y sus causas han de tomar en consideración conceptos e instrumentos
procedentes de otras ciencias sociales y no pueden seleccionar las consideraciones ex-
plícitas de justicia social. La aplicación de la moral y la filosofía política al complejo
tema de las desigualdades sociales de salud obliga a considerar la tensión entre la in-
fluencia de los factores sociales y de las relaciones biológicas. Como se señala en la
primera parte de este capítulo, este aspecto surge con la propia idea de salud.

En el capítulo se presentan cuatro enfoques distintos de la equidad en salud. Los tres


primeros, basados en el utilitarismo, el igualitarismo y la prioridad, proporcionan pers-
pectivas sobre la equidad en salud como un objetivo social independiente. Por el con-
trario, el último enfoque, derivado del ideal rawlsiano de sociedad como sistema de
cooperación justo, coloca el objetivo de la equidad en la esfera de la salud en el con-
texto de una búsqueda más amplia de justicia social. Aunque se argumenta que este úl-
timo enfoque es el más atractivo, no significa que estos distintos enfoques sean mutua-

85
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

mente excluyentes. Pese a sus diferentes puntos de vista, pueden encontrarse consen-
sos sustanciales sobre el momento en que una desigualdad social se convierte en ine-
quidad. Además, los distintos tipos de criterios sobre la justicia pueden ayudar a identi-
ficar lo que está en juego y los aspectos que deben considerarse prioritarios, especial-
mente porque es muy probable que nuestros conocimientos sobre las causas profundas
de las desigualdades sociales de salud sean incompletos.

En cuanto a la valoración de la importancia relativa de los problemas de salud y de las


prioridades para la acción, las mediciones de las desigualdades sanitarias permitirán
hacerse una idea de la magnitud de una desigualdad dada, que puede ser uno de los
muchos criterios con los que ordenar la importancia o la prioridad de las inequidades.
Como afirma Sen, un solo enfoque puede ser problemático y los cuatro enfoques aquí
indicados exigen ordenar la importancia de las inequidades en salud según sus causas
relativas. Las inequidades derivadas de una discriminación deliberada pueden juzgarse
como las más perniciosas y, por tanto, merecedoras de la máxima atención, en compa-
ración con las que surgen de la negligencia pasiva (aunque ésta pueda enmascarar un
descuido voluntario) (véase también Pogge 1999). Otra posibilidad es que se dé prefe-
rencia a tipos específicos de inequidades sociales en salud, por ejemplo las que afectan
a grupos especialmente vulnerables de niños o madres, en comparación con las que
ocurren entre otros grupos de edad o sexo. De igual forma, puede suceder que la desi-
gualdades sociales en la distribución de ciertas enfermedades muy estigmatizadas o
que suponen riesgos epidémicos tiendan a ser etiquetadas como inequidades con me-
nos frecuencia que, por ejemplo, ciertas enfermedades crónicas o no transmisibles que
muestran una distribución similar. Como la limitación de los recursos es un problema
general, son necesarios muchos más esfuerzos para ampliar los conocimientos y pro-
porcionar ciertas directrices.

En este capítulo se presta una atención insuficiente al tema de la identidad del que eva-
lúa la equidad en salud. Como señala Arthur-Kleinman al examinar las complejidades
del suicidio en China, el discurso ético debe estar iluminado por la realidad local y las
valoraciones etnográficamente informadas del “conocimiento local y de los procesos
morales locales” deben ser “tan sobresalientes como los temas del discurso ético gene-
ral” (Kleinman 1999: 3). En un análisis antropológico de las teorías tibetanas de la me-
dicina, Adams observa el papel central de la libertad cultural en relación con la salud y
plantea a la comunidad internacional la siguiente pregunta sobre la equidad en salud:
“¿cómo conciliamos con justicia las afirmaciones epistemológicas no occidentales y no
seculares?” (Adams 1999: 27). Este bagaje de principios éticos podría verse facilitado
por medio de una valoración política democrática, participativa, inclusiva por la toma
de decisiones. En este contexto, puede señalarse que los métodos de investigación par-
ticipativa y de valoración política están adquiriendo una importancia creciente y po-

86
Unidad 2

drían traer a escena problemas que aún no han recibido atención suficiente en la agen-
da de la equidad en salud. A este respecto, las teorías éticas pueden proporcionar nor-
mas amplias; sin embargo, los patrones de referencia y los criterios específicos de la
equidad en salud deben surgir del discurso local.

La necesidad de las evaluaciones democráticas participativas está vinculada a otro as-


pecto no tratado en este capítulo y que constituye un desafío importante para el análisis
de la equidad en salud. Desde una perspectiva global de la equidad en salud, uno de
los mayores incovenientes de la literatura ética es la escasez de teorías sobre justicia
internacional. Rawls (1993b) propuso la idea de ampliar un sistema de cooperación
imparcial al contexto internacional. De la misma forma, podemos extender la idea de
que las desiguadades en salud son injustas si se deben a formas de organización social
(internacionales) injustas. Thomas Pogge (1993: 3) sugiere un enfoque de este tipo
cuando rechaza “el significado moral del ‘connacionalismo’ –pertenencia al mismo
país– en relación con la prevención y alivio de los problemas sanitarios en cuya pro-
ducción participamos”.

Luego de esta lectura, le proponemos que:

Distinga conceptualmente entre las teorías igualitarias, las teorías de la justicia


y las teorías de la prioridad en materia de equidad, ética y salud.

Responda: ¿Qué consecuencias tienen estas teorías para la acción en el campo


de la salud?

¿Qué reflexiones le provoca este análisis para su práctica profesional?

Elabore un informe de al menos 2 (dos) páginas en el cual se consignen estas


reflexiones.

Com­par­ta­di­chas
re­fle­xio­nes­con
el­equi­po­tu­to­rial
y­si­fue­ra­po­si­ble
con­sus­pa­res.­

87
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

6. Salud, ética y desarrollo humano

A partir de aquí nos aproximaremos al problema de la ética en el campo de la salud, con la in-
tención de retomar el diálogo entre la ética y la acción de los profesionales de la salud.

En este sentido, le acercamos a continuación el texto de George A.O Alleyne, “Sa­lud,


Éti­ca­y­De­sa­rro­llo” 7 y lo invitamos a que identifique:

Los principios fundamentales de la ética y sus distintas aplicaciones en el campo


de la salud.

La relación entre salud, ética y desarrollo.

Los fundamentos sobre la idea: “el mejoramiento de la salud contribuirá directa-


mente a la reducción de la pobreza”.

El rol asignado al Estado.

Los determinantes de la salud que describe el autor y la importancia relativa asig-


nada.

Sa­luD,­eti­Ca­y­De­Sa­rro­llo

“No soy de ningún modo un profesional de la ética, en el sentido de que no he tenido


Lle­ve­es­tas­re­fle­xio­- una formación formal en esa disciplina. Mi experiencia, formación y práctica están en
nes­al­en­cuen­tro­con el campo de la salud, habiendo comenzado por la asistencia médica personal y exten-
el­Equi­po­tu­to­rial diendo luego mi interés a la salud pública, o mejor dicho, la salud de la población. Las
diferencias entre el enfoque personal y el de la población se vuelven cada vez más bo-
rrosas y muchos de los conceptos éticos pueden aplicarse a ambos, ya que deben ser
vistos como las dos caras de la salud pública.

Cuando era un médico académico practicante, la ética de la salud que me interesaba


era la ética de la medicina, y tenía que ver principalmente con las reglas de conducta
7. Alleyne, George A.O; "Salud,
Ética y Desarrollo", WDC. El Dr. que guían la interacción interpersonal. La ética médica clásica tal como la entiendo, y
Alleyne fue Director de la Orga-
nización Panamericana de la Sa- dado nuestro apego a los principios hipocráticos, está referida a la relación médico/pa-
lud. 2000

88
Unidad 2

ciente, a determinar cuál es el mejor interés del paciente y a la etiqueta que se requiere
que tenga un médico virtuoso. La ética de la asistencia del paciente individual era críti-
ca y la ética de mantener la calidad de vida, especialmente hacia el final, era y sigue
siendo una preocupación central. En la actualidad, el campo de la ética médica o de la
salud se ha ampliado para trasformarse en la bioética, que abarca mucho más que la
anterior, extendiéndose hasta incluir virtualmente todos los aspectos de la vida huma-
na. Vemos que se le da cada vez más atención a aspectos que tocan a los propios oríge-
nes y a la noción de vida propiamente dicha, como las consecuencias del mapa del ge-
noma humano, la ética de la investigación de las células humanas y los temas comple-
jos que rodean a la posible clonación de humanos.

Pero aún se siguen valorando los aspectos fundamentales de la ética aplicados a la sa-
lud que aprendí hace muchos años, y los tres principios esenciales a los cuales nos
apegamos todavía en el campo de la salud son autonomía, beneficencia y justicia.
Cuando originalmente nos concentrábamos en el individuo, la interacción con el pa-
ciente era guiada por la autonomía, la conducta del médico estaba en cuenta del princi-
pio de beneficencia, mientras que la justicia quedaba más bien en el ámbito de la so-
ciedad más amplia. Cuando uno comienza a tratar con la salud de la población y no de
un individuo, creo que esto todavía se aplica. Como veremos, la autonomía del grupo o
de la población sigue siendo todavía una consideración pertinente, aunque el tema de
la beneficencia y de la justicia adquieran quizá ahora mayor importancia. Se debaten
temas como el papel del estado benefactor como proveedor de las medidas sanitarias y
sociales necesarias para la salud, así como las teorías de justicia tal como se aplican a
la provisión y distribución de esas medidas. Pero si vamos a establecer un vínculo en-
tre salud, ética y desarrollo, primero tenemos que examinar las relaciones entre la sa-
lud y el desarrollo.

Durante los últimos veinte años, me interesé profundamente por la relación entre salud
y desarrollo. En mi concepto original, más bien ingenuo, veía al desarrollo como colin-
dante con el crecimiento económico y examinaba únicamente el impacto potencial que
la salud tenía en ese crecimiento, y en menor medida buscaba una mejor comprensión
de su relación recíproca. Pero observé que los conceptos y el pensamiento en este cam-
po avanzan notablemente y existe ahora una visión más amplia del desarrollo, como lo
han mostrado varios expertos. Pero la visión prístina del desarrollo, como cambio o
progreso, sigue siendo válida, incluso cuando se la aplica al concepto expandido de de-
sarrollo humano. Ahora me siento cómodo al aceptar la visión del desarrollo humano
como reflejo de esos cambios en la condición humana que permiten el florecimiento
del espíritu humano y la realización del potencial humano.

Para que ocurra este progreso o cambio en la condición humana, tiene que haber cam-
bio o progreso en ciertas capacidades u oportunidades fundamentales, o, como las lla-

89
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

maría el Profesor Amartya Sen, “libertades”, siendo la salud una de ellas y obviamente
las otras serían cosas como el acceso a los recursos educativos. Nadie piensa ya en la
actualidad en el desarrollo en términos económicos, y siempre me gusta mencionar a
Eric Williams, un ex primer ministro de Trinidad y Tobago que tuvo suficiente visión
hace muchos años para caracterizar al desarrollo como “el rostro del hombre”.

Ahora ya no se discute que la salud, ya sea a nivel individual o de la población, es im-


portante por derecho propio, por ser algo deseado y apreciado por su valor intrínseco,
pero también aceptamos que los cambios en la salud son críticos, y que facilitan o ins-
trumentan el progreso en otras capacidades u oportunidades que constituyen el desa-
rrollo humano. Los que nos deben interesar aquí son los aspectos éticos de esas inte-
rrelaciones. Tenemos que considerar los aspectos éticos de la relación de la salud con
otras capacidades de desarrollo, así como de qué manera estas últimas a su vez reper-
cuten en la salud de la gente. La reflexión y el diálogo racional, que constituyen buena
parte del discurso ético, aunque tal vez no sostenidos por el empirismo, deben condu-
cirnos a la aceptación de ciertos principios que, es de esperar, podrían ofrecernos infor-
mación para las decisiones sobre procederes o políticas.

Quizá el momento más definitorio en la ética de la salud pública moderna ocurrió hace
22 años y ninguno de los que trabajan en este campo puede olvidar el entusiasmo de
ese momento, cuando las naciones del mundo adoptaron lo que se llamó Salud para to-
dos, como expresión de la necesidad de justicia social en el campo de la salud. Los es-
pecialistas de la ética habrán considerado que esto era como caer en el reino del crite-
rio deontológico y ejemplificar una obligación moral de naturaleza general que recaía
en las naciones del mundo. Se consideró que las diferencias o desigualdades que exis-
tían entre las naciones y dentro de ellas eran éticamente injustas y debían reducirse, y a
medida que fue avanzando la noción de equidad en la salud, se hicieron esfuerzos para
definirla.

Esta noción de equidad en la salud y de ética tiene particular importancia para nosotros
en las Américas, que tienen la mala reputación de tener la distribución más desigual
del ingreso, lo que, como veremos, es un determinante importante para la salud. La de-
finición de esas desigualdades en la salud y las políticas necesarias para reducirlas se
transformaron para nosotros, en la Organización Panamericana de la Salud, en una me-
ta fundamental de nuestras políticas y constituye una parte importante de nuestro traba-
jo técnico. Ha habido una aceptación general de la interpretación de Whitehead/Dahl-
gren de la inequidad en la salud, lo que implica las disparidades que son evitables, in-
necesarias e injustas. El tema crítico es la injusticia de la situación de la salud y cree-
mos que este criterio se satisface cuando las diferencias son evitables, cuando están
fuera de la voluntad del individuo o del grupo y es posible identificar a algún agente
responsable.

90
Unidad 2

Uno de los primeros pasos para identificar la inequidad es el de establecer claramente


las diferencias existentes en las características de la asistencia de la salud y tal vez, de
igual importancia, su distribución. Así, ya no es suficiente hablar de promedios en los
países, ya que éstos esconden diferencias entre los grupos que pueden representar
inequidad. Esas diferencias pueden aparecer cuando se desagregan los datos mediante
mediciones económicas u otro tipo de mediciones de la clase social, por género, raza o
geografía. Está claro, por ejemplo, que indicadores clásicos tales como la tasa de mor-
talidad infantil muestran grandes diferencias entre los países y dentro de ellos, estando
los países ricos en ventaja. La tasa de mortalidad infantil en el país más pobre de Amé-
rica es de alrededor de 70 por 1000, y la cifra más baja es de alrededor de cinco, en
otro país. Las diferencias en la mortalidad materna son incluso mayores ya que la dife-
rencia en las relaciones es de aproximadamente un factor de 100 entre los países de
América. Es un manchón en nuestros servicios el hecho de que en un país mueran cua-
tro madres por cada 1000 niños nacidos. La diferencia en los resultados de la salud en-
tre los indígenas y otros grupos de la población es impresionante, estando los primeros
en enorme desventaja.

Pero no es suficiente demostrar las disparidades en el campo de la salud y calificarlas


como desigualdades. Si queremos aplicar políticas para corregir las desigualdades en
los resultados de la salud es fundamental examinar los determinantes de la salud y las
disparidades o desigualdades en esos determinantes. Estamos reconociendo que los de-
terminantes de la salud son casi idénticos a las capacidades u oportunidades que con-
ducen al desarrollo humano, y el campo de los bioéticos se ha ampliado hasta conside-
rar el aspecto de imparcialidad en lo que respecta a estos determinantes. Norman Da-
niels y sus colegas nos desafían a observar no solamente los resultados de la salud, si-
no, como él dice, “ir más lejos río arriba”, allí donde producen su efecto los determi-
nantes de la situación y los resultados de la salud.

El determinante que ha tenido ocupados a la mayoría de los que se interesan por el de-
sarrollo es el nivel económico. Por años se ha sabido que los más pudientes son más
saludables, pero el campo de investigación referido al impacto de la situación de la sa-
lud sobre el crecimiento económico es relativamente nuevo. Sin embargo hay un cuer-
po creciente de datos que apoyan la tesis de que la salud de las naciones es en verdad
un contribuyente fundamental en la riqueza de las naciones, y la salud del público es
un desiderátum social importante tanto por motivos de bienestar como por motivos
económicos.

La naturaleza de la causalidad previa en la relación de la salud con el crecimiento es


compleja, y todavía se sigue discutiendo acerca de las mediciones adecuadas que se
deben utilizar en el campo de la salud y en qué grado operan los mecanismos, princi-
palmente en el hogar, y no tanto a nivel de la población agregada. Mencionaré aquí só-

91
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

lo unos pocos aspectos pertinentes. Existe la evidencia histórica, excelentemente ela-


borada por Fogel, que demuestra que hubo una mejoría en la nutrición y la salud que
fue responsable de alrededor de un 30% de crecimiento económico en Europa oriental
entre 1970 y1980. Muchas veces se ha señalado, refiriéndose en particular a Africa,
que los países con mayor carga de enfermedades son los más pobres. En especial, los
estudios macroeconómicos demuestran que la inversión en salud puede acelerar el cre-
cimiento económico, aunque con un intervalo de demora. Los factores que intervienen
no han sido todavía bien dilucidados, pero aparte de que obviamente una persona salu-
dable tiene mayor capacidad, lo que le permite ser más productiva, es posible que la
salud juegue un papel de facilitador o instrumentador acrecentando al máximo la inver-
sión en educación, por ejemplo. En verdad, se ha sugerido que es posible que el mejo-
ramiento de la salud intervenga en buena medida en el impacto que la inversión en
educación tiene sobre el crecimiento. El dividendo demográfico derivado del creci-
miento del sector productivo de la población, al caer sucesivamente las tasas de morta-
lidad infantil y de fertilidad, puede también cooperar en la intensificación del creci-
miento económico, siempre que estén presentes otros prerrequisitos de infraestructura.
A la inversa, un país con una población poco saludable no tiene posibilidad de atraer la
inversión y sin duda su entorno insalubre o el deterioro del medio ambiente le impedi-
rán transformarse en un destino atractivo para el turismo que, como se sabe, ha llegado
a ser actualmente una de las industrias de crecimiento más rápido en el mundo. En el
nivel nacional agregado, el mejoramiento de la salud aumentará la productividad y al
producir recursos adicionales, éstos podrán a su vez contribuir a proporcionar mejor
los determinantes de la salud, permitiendo así que se cree un círculo virtuoso.

No cabe duda de que los servicios de salud contribuyen a los resultados en el campo
de la salud, pero el peso que representa esa contribución es incierto. Aunque no quere-
mos de ningún modo disminuir la importancia del personal de asistencia médica, esos
servicios podrían tener una importancia limitada en términos de salud de la población.
Así, hay que tener prudencia al fomentar una asistencia de la salud mejorada de tipo
curativo tradicional, abogando que la inversión en salud es un mecanismo que aumenta
el crecimiento. Lamentablemente se trata de un error corriente.

No se puede hablar de salud y de crecimiento económico sin mencionar la otra cara de


la moneda, que es la pobreza, y el mayor impulso en todos los esfuerzos de desarrollo
se dirigen hoy en día a aliviar la pobreza. La salud contribuye a aliviar la pobreza me-
diante el aumento del desarrollo económico, pero en la medida en que la pobreza es
vista actualmente no sólo en términos económicos reduccionistas, sino como la falta de
las capacidades fundamentales para el desarrollo humano, podemos decir que el mejo-
ramiento de la salud contribuirá directamente y por derecho propio a la reducción de la
pobreza. La falta de asistencia de la salud, o el impacto económico de una enfermedad
en una familia marginal, puede conducirla a una trampa de pobreza de la cual le será

92
Unidad 2

difícil, si no imposible, escapar. En pocas situaciones se ve tan claramente la vulnera-


bilidad que caracteriza a la pobreza como en el campo de la salud. La asistencia de la
salud es importante para mantener la autonomía de un pueblo, uno de los principios
éticos fundamentales al que ya aludimos, y su ausencia es la marca distintiva de la po-
breza.

El punto ético más difícil que implica un juicio de valor moral se relaciona con la dis-
tribución de los determinantes de la salud que, como dijimos antes, son prácticamente
idénticos a las otras capacidades del desarrollo humano. Las desigualdades sociales y
económicas son enemigas de la buena salud, y este tema ha sido incorporado al campo
de la justicia, dentro del marco de la “Teoría de la Justicia” de John Rawls. La primera
vez que leí acerca de este concepto fue hace unos 20 años, pero recientemente ha sido
adoptado con mayor fuerza por Norman Daniels y sus colegas que postulan que la jus-
ticia es verdaderamente buena para nuestra salud.

Rawls no aborda específicamente la salud, pero propone que una sociedad justa debe-
ría proporcionar iguales libertades básicas e iguales oportunidades a personas libres e
iguales. El postular que la salud debería figurar de manera prominente entre las liber-
tades básicas y las oportunidades iguales no es un gran salto. La justicia debería solici-
tar el acceso universal a los servicios de salud, pero tal vez sería más importante que
postulara una distribución justa de los demás determinantes de la salud. En el contexto
de la relación de la ética con la salud y el desarrollo, afirmaré que las desigualdades en
la salud se asociarían a desigualdades en otras capacidades y oportunidades que carac-
terizan al desarrollo humano. Existe una interrelación tan estrecha entre esas capacida-
des, que es imposible concebir que podría existir desigualdad en una y sólo hasta cier-
to grado en otras. Así, en una sociedad justa y en una sociedad que se esté desarrollan-
do en el sentido de ver un progreso o cambio positivo en las capacidades esenciales,
existirá un mínimo de desigualdad.

Algo importante es cuál es ese mínimo y cómo se le puede garantizar a la población.


Rawls dice que una sociedad justa sólo permitirá las desigualdades que trabajen de
manera que los grupos que se encuentren en el final más bajo de la escala transcurran
lo mejor posible. En una época se pensaba que la desigualdad era esencial para el cre-
cimiento económico, pero ahora existen buenas evidencias de que no es así. En reali-
dad, lo esencial para el crecimiento económico es la igualdad de acceso a los bienes
críticos como la tierra y los ingredientes esenciales del capital humano, como la salud
y la educación. Por supuesto, nada de esto niega la necesidad absoluta de tener un
marco de crecimiento macroeconómico correcto, pero hemos pasado a una etapa en
que vemos que si bien ese marco es necesario, tiene que ser complementado por otros
factores.

93
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

A pesar de los argumentos morales relacionados con la justicia y la salud, es discutible


y quizá hasta fatuo, imaginar que incluso el estado más benefactor pueda ser capaz de
asegurar la distribución equitativa de todas las medidas sanitarias y sociales necesarias
para asegurar una buena salud para todos. La redistribución del ingreso es ciertamente
la más ingobernable. Pero hay algunas que pueden ser distribuidas más equitativamen-
te. Esto se aplica en particular a algunos servicios esenciales básicos que contribuyen a
mejorar la salud, y una de las sanas lecciones del pasado reciente es que sólo el estado
puede y debe asumir la responsabilidad de la distribución justa de esos servicios que
tienen efectos externos altamente positivos, como ser la inmunización y el agua pota-
ble, y que indudablemente contribuyen a mejorar la salud de la población. Algunos ser-
vicios que son sin lugar a duda valiosos, pero que son más bien demandas y no manejo
de suministros, como la planificación familiar, pueden también ser mejor distribuidos a
través del uso consciente de técnicas adecuadas de mercadeo y del mejoramiento de la
capacidad de entrega de los propios servicios.

Si aceptamos que la salud de la población es importante por razones de bienestar, así


como para el desarrollo, debemos enfrentar el problema ético principal, que es de qué
manera debe el estado asignar los recursos para lograr la salud óptima de la población,
perjudicando sólo mínimamente a la inevitable demanda de los individuos de acceder a
la mejor asistencia que la tecnología moderna les pueda ofrecer. Cada vez más se defi-
ne a la asistencia de óptima calidad, como el acceso a los frutos de los imperativos tec-
nológicos modernos. Existe una incompatibilidad inherente entre proporcionar lo me-
jor para alguien y un razonable mínimo para todos –una incompatibilidad que se hace
más evidente cuando los recursos escasean. Pero tal vez esto va más allá del campo de
la ética y se relaciona más bien con las políticas y con cuán ampliamente se distribu-
yen y se ejercen en la sociedad el poder y la autoridad para la toma las decisiones
apropiadas.

Es posible proponer la dimensión ética de un estado benefactor en lo referente a lo que


ocurre con ese estado y la ejecución de algunas intervenciones que estimamos deben
ser distribuidas equitativamente, y que son absolutamente fundamentales para el desa-
rrollo. Pero hay una cuestión difícil y casi inmanejable que se relaciona con la provi-
sión de aquellos bienes de salud pública mundiales que son esenciales para la salud de
todos, y que por definición escapan al ámbito de responsabilidad de cualquier estado
tomado en forma individual. En áreas tales como la vigilancia de las enfermedades y el
control de las epidemias masivas no hay estado que pueda ser efectivo individualmen-
te. El problema de la generación de conocimientos de investigación para el manejo de
los problemas de la gran cantidad de pobres que sencillamente no pueden pagar por
ellos, se ha vuelto cada vez más grave. Este tipo de temas se sale de las dimensiones
éticas de la salud de la población para pasar a un nivel mundial, donde no existen me-
canismos efectivos para manejarlos.

94
Unidad 2

La ética será más valiosa cuando nos conduzca a algunas opciones o decisiones, y en
el contexto de esta discusión conviene examinar la postura posible de organizaciones
como el BID y otras instituciones financieras en relación a la salud y el desarrollo. La
respuesta simple es que tienen que invertir para producir una mejor salud, pero la pre-
gunta aún más difícil es cómo. El concepto habitual es enfocarse en las enfermedades
principales que afligen a determinada población. Indudablemente eso es importante,
pero una parte crucial de la receta es reforzar la capacidad del estado, para que en su
rol benefactor pueda asumir la responsabilidad de proveer y distribuir los bienes de sa-
lud pública esenciales, y como dije anteriormente, los programas como el de propor-
cionar agua potable y vacunación de niños entran dentro de esta categoría. Pero algo
que reviste igual, si no mayor, importancia es reforzar la capacidad del estado para que
lleve a cabo su papel directivo o regulatorio en lo referente a garantizar que se ejecuten
ciertas funciones esenciales para salvaguardar y promover la salud publica. (...)
En resumen, mi tesis es que la salud es una de las capacidades fundamentales que con-
ducen al desarrollo humano. Esas capacidades están estrechamente ligadas una a otra,
pero se ha puesto mayor énfasis en la relación entre la salud y el crecimiento económi-
co, colocando recientemente mayor atención en la causalidad previa. La ética de esta
conexión se relaciona con la autonomía que se les confiere a las poblaciones cuando
tienen las capacidades necesarias –especialmente en este caso, la oportunidad en lo
económico y en la salud. La falta de esa autonomía es el sello distintivo de la pobreza.

La inequidad en los resultados de la salud representa desigualdades que son injustas


pero es fundamental abordar no solamente las desigualdades de los resultados en salud,
sino la desigualdad en los determinantes de esos resultados. La búsqueda de equidad
en la salud y sus determinantes entran en el contexto de la justicia social. Una sociedad
justa requiere igualdad de acceso a los determinantes de la salud, que incluyen muchas
de las capacidades que constituyen el desarrollo humano.

El principio de beneficencia se aplica al papel de estado, al asegurar la distribución


justa de los determinantes de la salud relacionados con el desarrollo. Varios países que
buscan equilibrar la necesidad de una distribución justa de los determinantes de la sa-
lud se ven confrontados a este dilema ético importante, en particular cuando se trata de
brindar asistencia en salud apropiada para muchos, frente a las demandas corrientes de
unos pocos de una asistencia de calidad, definida como el acceso a todos los avances
impulsados por los nuevos imperativos tecnológicos. Tal vez, el tema de la ética y de
la provisión y distribución de bienes públicos de salud no se pueda resolver con los
mecanismos corrientes disponibles”.

95
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

7. Tensión entre los determinantes


sociales, la equidad y la ética
en salud

Análisis de un caso

La actividad que le proponemos aquí tiene un significado en sí misma, en relación con


las cuestiones abordadas en esta unidad y, de algún modo, ya anticipa algunas problemá-
ticas a ser analizadas en las unidades siguientes.

En este sentido, le proponemos que analice el siguiente ca­so­de­mor­ta­li­dad­ma­ter­na 8:­

La señora Juana murió durante el trabajo de parto en un pequeño hospital distrital. El


médico que la atendió no dudó sobre las causas de la muerte: un típico caso de hemo-
rragia antes del parto debido a una placenta previa. Una mujer en esta condición san-
gra inevitablemente al final de la gestación o antes del parto. El médico quedó satis-
fecho con el diagnóstico, buscó el código correspondiente en la Clasificación Interna-
cional de Enfermedades, codificó correctamente el caso y lo archivó.

Un comité de obstetras que investigaba las causas de las muertes maternas, se reunió
y solicitó el caso completo de la señora Juana y lo examinó, de acuerdo con los mo-
delos desarrollados por la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia. El
comité concluyó que la muerte de la señora Juana era evitable. Juzgó que si hubiera
habido sangre en cantidades adecuadas y si el servicio hubiera estado equipado para
atender emergencias, la vida de la señora Juana se habría salvado.

Más tarde un estudio poblacional financiado por la OMS sobre las necesidades de
salud materna en las comunidades, mostró que la señora Juana estaba lejos de ser una
mujer saludable. Antes del embarazo ya sufría de anemia crónica, causada por
desnutrición y parasitosis crónica. La señora Juana tampoco había tenido acceso a
ningún tipo de cuidado prenatal durante el embarazo. También se descubrió que ésta
no era la primera vez que la señora Juana sangraba en el embarazo. La investigación
concluyó que la muerte de la señora Juana obedecía a necesidades insatisfechas de la
comunidad en el área de salud materna. El caso fue nuevamente cerrado. Pero no
8. UNICEF – Ministerio de Salud por mucho tiempo; fue reabierto por una investigación patrocinada por la Family
de Argentina. Mortalidad
Materna.­Un­problema­de­salud Health International. Allí se descubrió que la señora Juana tenía 39 años y había
pública­y­derechos­humanos,
Buenos Aires. 2002

96
Unidad 2

tenido siete partos. Cinco de sus hijos están vivos. Debido a su edad y al número
de partos, la señora Juana ya había expresado su deseo de no tener más hijos. La
señora Juana nunca tuvo acceso a información ni a educación sobre planificación
familiar. La conclusión de este estudio fue que la señora Juana habría muerto por
la falta de acceso a la información adecuada y oportuna.

Más tarde, un grupo de demógrafos que buscaba las diferencias socioeconómicas


de la mortalidad en la comunidad, agregó un nuevo elemento. La señora Juana era
un ama de casa analfabeta, su marido era un trabajador rural de muy bajos recur-
sos. Los científicos descubrieron que la señora Juana tenía un riesgo relativo de
morir cinco veces superior al de una mujer de nivel socioeconómico más alto de su
país y 100 veces superior al de una mujer del país industrializado más cercano. El
estudio concluyó que la verdadera causa de la muerte de la señora Juana era su
estatus socioeconómico y la poca valoración social de su vida. Es decir, la señora
Juana murió por causa de la pobreza y la injusticia social.

Resulta claro que las causas de la mortalidad materna pueden analizarse desde
varias perspectivas. De todas formas, es claro que la señora Juana es uno de los
casos de muertes maternas evitables. Pero es poco frecuente en estos estudios,
agregar las causas culturales.

La causa de que la señora Juana haya tenido siete partos no reside simplemente en
su desconocimiento de los métodos anticonceptivos, ya que muchas mujeres que
los conocen, incluyendo muchas adolescentes, no los utilizan. ¿Por qué? En gran
medida porque para la mayoría de las mujeres pobres tener hijos es la única
manera de ser socialmente valoradas, lo que significa que su estatus social como
mujer depende de su papel como madre, incluyendo en ello la valoración frente a
su compañero.

Una mujer como la señora Juana –ama de casa, analfabeta, responsable del
cuidado de una familia numerosa y de bajos recursos– difícilmente puede ejercer
su autonomía cuando se trata de decidir sobre el tamaño de su familia o el cuidado
de su propio cuerpo. Las inequidades sociales, de las cuales las de género son sólo
una parte, se acumularon en la historia de su vida, hasta llegar a la única etapa
irreversible de la vida: la muerte prematura. Si en cualquiera de los accesos al
camino que la llevaría a la muerte la señora Juana hubiera encontrado una salida,
muy probablemente hubiera salvado su vida, y sus hijos hoy contarían con una
madre.

97
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

¿Qué reflexiones le provocan el análisis del caso de la señora Juana?

Identifique en dicho caso cuáles son los determinantes sociales que aumentan la ine-
quidad en salud. Puede recuperar en su análisis las dimensiones del campo de la salud
de la Unidad 1 (Actividad 3)

¿Cómo debería haberse obrado desde la perspectiva ética para evitar esta muerte ma-
terna?

Explique qué concepción de salud supone tendrían los miembros del equipo de salud y
la paciente.

¿Qué podrían haber hecho los profesionales que la atendieron?

Ha experimentado en su práctica profesional alguna situación similar a la descrita?


¿Lo ha observado en su análisis de la comunidad o barrio del Centro de Salud?

Actividad de integración de la unidad 2

Como cierre de esta unidad, le solicitamos que retome la actividad de integración ante-
rior (Unidad 1) y complete dicho análisis a partir de la perspectiva de la Ética y la Equi-
dad. En este sentido, lo invitamos a que incorpore en este caso:

¿Cuáles son las situaciones más injustas en las condiciones de vida y salud de los
grupos de la comunidad, evidenciando mayor desventaja y desigualdad?

¿Cuáles son los Programas Sanitarios que atienden a estas desventajas y cuáles
son los problemas en su implementación, así como la forma de mejorar sus aporta-
ciones en función de la equidad social?

¿Cuáles son sus reflexiones acerca de su papel como profesional de la salud desde
la perspectiva ética? (conserve estos escritos para retomarlos en la evaluación del
presente módulo)

¿Qué otros aspectos no mencionados aquí podrían estar asociados a la equidad y a


Analice­sus la ética?
conclusiones­con­su
equipo­y­con­su­tutor­

98
Presentación del Módulo 1

99
Unidad 3

In­tro­duc­ción
En esta unidad, nuestro propósito es repensar desde el equipo de salud con una mirada prospec-
tiva, cuáles aspectos de las concepciones y prácticas culturales de la comunidad entran en jue-
go en el proceso de cura, promoción de la salud o prevención de la enfermedad.

A continuación le presentamos los nú­cleos­pro­ble­má­ti­cos que se tratarán durante este


tramo de estudios, a saber:

¿Cómo inciden las concepciones sociales “propias y del otro” sobre la salud, la enfer-
medad y el cuerpo en la atención de la salud?

¿Qué obstáculos se expresan entre nuestras concepciones y prácticas y las de la po-


blación en el ámbito del Centro de salud?

¿Cuál es el posicionamiento del equipo de salud ante la medicina formal e informal y


ante las culturas de la comunidad?

Ob­je­ti­vos­es­pe­cí­fi­cos

Reconocer las desigualdades e inequidades en salud en el contexto de actuación profesio-


nal.

Identificar la vulnerabilidad diferencial en los grupos sociales en materia de salud.

Analizar el papel de los profesionales de la salud desde la perspectiva ética, en torno a los
valores de justicia y equidad.

Reconocer las relaciones entre Derechos Humanos y bioética y su expresión en términos


normativos y operacionales.

Relacionar la realidad observada con los pactos internacionales sobre Derechos Humanos
incluidos en la Constitución Nacional.

101
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

Actividad Inicial

Presentamos a continuación algunos testimonios que, extraídos de entrevistas tomadas a po-


bladores de una zona urbana en nuestro país, reflejan maneras de pensar, de sentir, mitos,
imágenes, conductas, prácticas propias de la cultura vinculadas con el cuidado y recupera-
ción de la salud:

a) "¿Quién no tuvo piojos?, expresa Alejandra. Es fácil, peine fino y vinagre. El piojo va a la
sangre dulce. Ahora me acuerdo que el Martín y la Paola se contagiaron en la peluquería;
yo me di cuenta el domingo en la feria que los piojos caminaban. No dependen de la lim-
pieza; si te bañás todos los días y te lavás la cabeza el pelo se pudre...." (*)

b) "Tanta cosa mala que pasan que alguien tiene que tener la culpa (...). Ponemos el ajo o
el balde de agua para espantar a los espíritus, acá se lavan los pies con vinagre, lim-
piamos la casa con vinagre...." (Mercedes) (*)

c) "Aquí, quien cura el empacho es la abuela, es la curandera, tira el cuerito y si no que-


rés hacés la clara de huevo con cuatro gotitas de alcohol y se lo ponés en el estómago
con una hoja, les saca todo el calor del estómago y con eso duermen; o hacés una bue-
na dieta o tomás los remedios que tenes en tu casa".
Texto del
Plan Federal d) "Nosotros por ejemplo tenemos a San Cayetano, a San Jorge que me lo regalaron de
Tandil, a la virgen de Desatanudos todos los 8 le prendo una velita para que mi marido
“Un­sis­te­ma­más tenga trabajo; los días 7, le prendo la velita a San Cayetano. (....) todo para levantarme
equi­ta­ti­vo­en­el­fi­nan­-
el espíritu y para que mi marido tenga trabajo....." (Ramona) (* )
cia­mien­to­y­más
igua­li­ta­rio­en­el­ac­ce­-
so­es­un­de­sa­fío­que Le proponemos que escriba sus hipótesis, sus pensamientos, sus creencias, que retomaremos
en­tre­to­dos­de­be­mos en el desarrollo de la Unidad, acerca de:
cons­truir;­lo­gran­do­la
re­so­lu­ción­de­los
¿Cómo caracterizaría las concepciones sobre la salud y la enfermedad que reflejan es-
pro­ble­mas­de­sa­lud
lo­más­pró­xi­mo­a­la tos testimonios?
re­si­den­cia­de­los
ciu­da­da­nos” ¿Qué posición podría tomar el Equipo de Salud ante prácticas como la del curandero o
Pág.­24 el agente de salud comunitario?

Lo invitamos a que rastree en su historia personal si algún miembro de su familia, o


amigo recurrió a la medicina "folklórica" para superar la enfermedad. ¿Por qué cree
Ud. que sucedió?

Escriba en no más de 5 renglones qué relación encuentra Ud. entre: Cultura y Salud.
1 (*) Testimonios extraídos de:
Bello, Julio y de Lellis, Martín.
Modelo social de prácticas de
salud. Proa XXI Editores. Buenos Lleve estas reflexiones a su reunión de trabajo.
Aires. 2001.

102
Unidad 3

1.­Prác­ti­cas,­pen­sa­mien­to­y­cul­tu­ra:
Apro­xi­ma­cio­nes­en­el­cam­po­de­la
sa­lud

“El término cultura tiene su historia. Se utilizó por primera vez en el Imperio Romano;
la palabra colere designaba, entonces, la recolección de lo sembrado; es decir, estaba
vinculada a las actividades de producción con la tierra.

Poco a poco fue designando las actividades de producción relacionadas con el espíritu
de los hombres: se suponía que lo que en ellos se sembraba daba sus frutos, y que eso
era la cultura. Cicerón hablaba de la cultura como el cultivo del alma o el espíritu.

Recién en el Renacimiento el concepto se modifica y pasa a designar el proceso de for-


mación de las elites dominantes, en especial relacionado con las artes, las ciencias en
formación y la moral. Nace así una concepción muy extendida de cultura, como refina-
miento del “buen gusto”, conocimiento y cultivo de las bellas artes y las bellas letras,
donde los “cultivados” eran los aristócratas.

En el siglo XVIII se generaliza otra noción extendida de cultura, aquella que la contra-
pone a lo “natural” y a los “naturales”, considerados, desde entonces, incultos. Enton-
ces cultura pasó a ser sinónimo de “civilización” y antónimo de “barbarie”. El estado
culto, ahora, se relacionaba con el conocimiento científico-racional, los buenos moda-
les, las bellas artes y la literatura.

Hoy es aceptada la noción de cultura como forma de ser, de pensar, de sentir y de ac-
tuar compartida por un pueblo, y construida a lo largo de su historia. Esa es una defini-
ción que propuso el escritor argentino Jorge Luis Borges. Entonces, habría culturas y
no sólo una cultura, porque cada pueblo tiene historias diferentes.

Para los antropólogos que se dedican al estudio de las culturas, cultura designa una
condición o estado que todas las sociedades y todas las personas comparten, cuales-
quiera sean sus manifestaciones diferentes. Si bien todas las culturas poseen similitu-
des, tienen usos (como el saludo, por ejemplo), costumbres y normas, cada cultura ha-
ce estas cosas de manera diferente. Sin embargo, algunas culturas han creído que son 2. Huergo, Jorge y Col.; “Cultura
y Culturas”. En: Fundamentación
superiores a las demás y han actuado en consecuencia dominando a las otras2”. de los procesos educativos en el
área de la Salud. Serie:
Formación docente en el área de
la Salud. Dirección Provincial de
Capacitación para la Salud
Buenos Aires 1999.

103
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

Si bien en la actualidad se acepta que cada sistema sociocultural crea y legitima visiones con-
vencionales del mundo, es común hallar una desvalorización del pensamiento que no se adap-
ta a las características o atributos de la racionalidad científica occidental.

Como señalan Arrúe y Kalinsky3, el concepto de pensamiento mágico ha sido usado para con-
traponerlo al pensamiento científico-racional. Desde allí mismo se produjo su devaluación
epistemológica. (….) y agregan:

“Una antropología aliada a lo exótico y a la inconmensurabilidad de las racionalidades


ha hecho aparecer algunos conjuntos de creencias como incomunicables o mágicos.
Pero son en el fondo las condiciones de la comunicación -ideológicas, técnicas,
institucionales, morales y prácticas- las que lo hacen aparecer como tales”.

Dichos autores clasifican las características habitualmente adjudicadas al pensamiento mági-


co:

1. Uso irrestricto y tolerancia a la contradicción


2. Actitud acrítica a un cierto grupo de creencias
3. No aceptación de relaciones del tipo causa-efecto
4. Uso de la eficacia simbólica.

Desde un punto de vista práctico la cultura puede verse, oírse y comprenderse de muy dife-
rentes maneras: observando cómo se viste la gente, mediante qué lenguaje se comunican, cuá-
les son los hábitos alimentarios más comunes, la organización del trabajo y del tiempo de des-
canso, o escuchando canciones o relatos que forman parte del patrimonio de ese determinado
grupo.

Cada cultura encierra distintas posibilidades, apoyadas en creencias acerca de las razones para
hacerlas de esa particular manera. Por ejemplo, las formas de saludar difieren según las cultu-
ras: un abrazo, un apretón de manos, un beso. Las pautas sociales que rigen la comensalidad y
los medios usados para ingerir los alimentos también forman parte del patrimonio cultural:
con palillos de madera, con los dedos o con cubiertos de metal.

Estos patrones de comportamientos, creencias y valores permiten que los sujetos comprendan
su realidad, y puedan actuar en consecuencia. Las culturas evolucionan, a veces lentamente y
en ocasiones con rapidez, como consecuencia de acontecimientos de carácter natural y/o so-
cial, o bien por el contacto con personas de otras culturas. Dado que los grupos humanos ba-
san su reproducción en los patrones culturales, es habitual que todos los grupos humanos tra-
ten de reforzar en sus miembros la conciencia de la importancia y el valor de pertenecer a una
3. Kalinsky, Beatriz y Arrúe, Wi-
lle. Claves antropológicas de la cultura, así como cuidar o preservar el legado o patrimonio cultural que la constituye.
salud. Miño y Dávila Editores.
Buenos Aires. 1997

104
Unidad 3

¿Percibe usted distancias o discrepancias entre su cultura y la de la comunidad?


¿Entre la de los miembros del equipo de salud y la comunidad? ¿En qué se mani-
fiestan?

En sus prácticas de atención de la salud, ¿ha surgido en los diálogos o intercambios


del equipo de salud esta problemática?, ¿se ha propuesto alguna forma de superar-
las?

¿Qué importancia tendría reflexionar en torno de la cultura en salud para sus prácti-
cas profesionales?

2.­Cul­tu­ra­y­re­pre­sen­ta­cio­nes
so­cia­les:­la­sa­lud­y­la­en­fer­me­dad
Asimismo, existen comunidades en las que confluyen una gran variedad de subgrupos, pro-
ducto de migraciones (internas o de países vecinos) y de distintos grupos étnicos locales. Ca-
da uno de estos grupos comparte un conjunto de conocimientos, saberes, mitos, prejuicios,
creencias elaboradas en torno a un objeto o situación, compartidas por un grupo social y cons-
truidas a lo largo de su historia.

Para poder comprender las diversas formas de manifestación de las culturas locales será nece-
sario abordar el concepto de re­pre­sen­ta­ción­so­cial, el ámbito de su surgimiento y su campo
de aplicación.

“ Las representaciones sociales conforman un sis­te­ma­de­in­ter­pre­ta­ción­que­ri­ge­nues­-


tra­re­la­ción­con­el­mun­do­y­con­los­otros,­orien­tan­do­y­or­ga­ni­zan­do­las­con­duc­tas­y
las­co­mu­ni­ca­cio­nes­so­cia­les. Designan un conjunto de conceptos, afirmaciones y expli-
caciones que se originan en la vida diaria en el curso de las comunicaciones interindivi-
duales, y cumplen en nuestra sociedad la función de los mitos y sistemas de creencias en
las sociedades tradicionales; puede decirse también que son la ver­sión­con­tem­po­rá­nea
del­sen­ti­do­co­mún” (Moscovici, 1979).

105
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

Se transmiten de generación en generación y, como se aprenden desde la temprana infancia,


permiten integrar al grupo social alrededor de estas concepciones. Estas ideas, conocimientos
y creencias, muchas veces fundados en la experiencia de los grupos, se manifiestan y coordi-
nan toda una gama de prácticas sociales, desde las formas de nacer, de crecer, de aparearse (o
casarse), producir su economía familiar, envejecer y morir, manifestándose en la más variada
gama de comportamientos humanos.
Para Jodelet las re­pre­sen­ta­cio­nes­so­cia­les­son:

“...una manera de interpretar y de pensar nuestra realidad cotidiana, una forma de co-
nocimiento social, configuran lo que conocemos como ‘conocimiento cotidiano’, o de
‘sentido común’ o ‘conocimiento ingenuo’ ”.

A diferencia del pensamiento científico, las representaciones sociales constituyen una for­ma
de­co­no­ci­mien­to­prác­ti­co que de algún modo resulta útil para la vida cotidiana del grupo que
lo elabora, ya que permite pensar y actuar sobre los acontecimientos de la vida diaria.

Dependen de la posición que ocupan los sujetos en la sociedad; toda representación social es
re­pre­sen­ta­ción­de­al­go­y­de­al­guien. Por ello, en el aspecto metodológico del estudio de las
representaciones sociales, será importante obtener información sobre la posición social, sobre
indicadores de categorías sociales y realizar análisis de estructuras de las creencias, afectos y
comportamientos de los distintos grupos que “portan” las representaciones.

En su trabajo “De ayer a hoy: construcción social del enfermo”, Herzlich y Pierret señalan có-
mo han ido variando las representaciones sociales acerca de la enfermedad y el enfermo. Ex-
presan:

“La enfermedad es una de las encarnaciones privilegiadas de la desdicha individual y


colectiva: de este modo, exige siempre una explicación que supere la única búsqueda
de causas y que enuncie una verdad acerca del mundo y del cuerpo enfermo”.

Y resumen sintéticamente el proceso que ha permitido que hoy aparezca el sujeto reconocién-
dose en el rol de enfermo:

“Para que apareciera lo que hoy llamamos el enfermo, numerosos elementos jugaron
un rol y fueron puestos progresivamente en su lugar. Primero fue necesario que la en-
fermedad dejara de ser un fenómeno de masa y que constituyera una forma de vida
más que una forma de muerte. Luego la medicina debió ser capaz de intervenir eficaz-
mente sobre la enfermedad y de sustituir la visión y experiencia religiosa. Finalmente,

106
Unidad 3

por intermedio del desarrollo de las leyes sociales, las nociones de salud y enfermedad
se encontraron ligadas al trabajo, y el enfermo se definió por su lugar en el proceso de
producción. Los dos primeros elementos muestran que la enfermedad se individualiza
y pierde su carácter colectivo (….) A partir del siglo XIX la enfermedad adquiere tam-
bién su sentido con relación al trabajo. Con el desarrollo industrial y el asalaramiento
que la acompaña, se impone la necesidad de tener una mano de obra que responda a
las exigencias de la producción. La salud se asimila a la capacidad de trabajo y la en-
fermedad a la incapacidad. En tal contexto importa encontrar los medios de conservar
y restaurar la salud cuando es amenazada.” 4

Retome de la unidad 1 los testimonios acerca de qué es estar sano y qué


es estar enfermo, tanto para la comunidad como para el equipo de salud,
y escriba sus reflexiones incorporando la noción de representaciones so-
ciales y cultura.

En esos testimonios, reconozca las representaciones sociales acerca de


la enfermedad.

3.­Prác­ti­cas­cul­tu­ra­les:­la­se­gre­ga­ción
y­la­dis­cri­mi­na­ción

Así como estos sistemas de pensamiento congregan a los grupos humanos, también condenan
a algunos de sus miembros a posiciones subalternas o de subordinación. Asimismo, producen
diferencias sociales con otros grupos, desde el lenguaje y la comunicación hasta la se­gre­ga­-
ción­y dis­cri­mi­na­ción.
4. Herzlich, C y col. “De ayer a
hoy: construcción social del en-
Uno de los grupos que frecuentemente es objeto de discriminación social son los discapacita- fermo”. Cuadernos Médicos So-
ciales. Nº 43. Marzo. Centro de
dos, tanto en la esfera de la comunidad específica como en la inclusión a la sociedad y aun al Estudios Sanitarios y Sociales.
Asociación Médica de Rosario.
acceso a los servicios de salud. Al respecto, resultan interesantes algunos comentarios que 1988.

Barton incluye en su libro “Discapacidad y Sociedad” 5: 5. Barton. (Compilador). "Disca-


pacidad y Sociedad". Ediciones
Morata. Madrid. 1996.
Pág. 24 y 29.

107
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

“Ser discapacitado significa ser objeto de una discriminación, implica aislamiento y


restricción sociales. En las sociedades modernas, es una causa importante de diferen-
ciación social. El grado de estima y el nivel social de las personas discapacitadas se
derivan de su posición respecto a las condiciones y las relaciones sociales más genera-
les de una sociedad determinada (the Equality Studies Centre, 1994; Finkelstein,
1995).”

“La discapacidad surge del fracaso de un entorno social estructurado a la hora de ajus-
tarse a las necesidades y las aspiraciones de los ciudadanos con carencias, más que de
la incapacidad de los individuos discapacitados para adaptarse a las exigencias de la
sociedad (Hahn – 1986).” (Pág. 24)

¿Cómo es tratado el discapacitado en la comunidad cercana al Centro de Salud?


¿Observa Ud. una tendencia a la discriminación y que esta situación perdure?

Más allá de los discapacitados, ¿hay otros casos que puedan vincularse con la se-
gregación y la discriminación en la comunidad? Verifique el caso de los ancianos,
las mujeres, los grupos étnicos, etc.

No­pre­ten­de­mos­que­el­pro­ble­ma­de­la­dis­ca­pa­ci­dad­se­ago­te­aquí;­se­rá­re­to­ma­do
en­otros­Mó­du­los.­Sim­ple­men­te­es­una­aper­tu­ra­a­la­re­fle­xión­so­bre­la­dis­cri­mi­na­-
ción­y­la­se­gre­ga­ción.

Realice una lista de diferentes situaciones de individuos o grupos sociales que ha-
yan sido afectados en su calidad de vida por razones de discriminación en su co-
munidad.

Le sugerimos que lleve estas respuestas al encuentro con el Equipo tutorial.

Retome de la unidad
anterior, la actividad
3 referida a relatos
de inequidades en
salud en diferentes
grupos sociales de su
comunidad, ¿Podría
vincularlos con la
segregación y la dis-
criminación?

108
Unidad 3

4.­Prác­ti­cas­cul­tu­ra­les:­vi­sio­nes­
del­hom­bre­y­de­la­mu­jer­so­bre­el
cuer­po­y­la­sa­lud.
La comprensión de los fenómenos socio-culturales en relación con la salud requiere conside-
rar, también, en la perspectiva de género las concepciones acerca del cuerpo y de la salud en
hombres y en mujeres.

En un estudio realizado en distintos estratos socio-económicos de la Capital Federal y la pro-


vincia de Jujuy, la Dra. Silvia Necchi 6 indica:

“Centrando ahora nuestro análisis en los actores sociales considerados bajo su condi-
ción de género, se ha observado también que existen ciertas regularidades en las con-
ductas sanitarias de los hombres por un lado y de las mujeres por otro.
Algunas de las diferencias en las normas específicas que regulan las sensaciones mór-
bidas de hombres y mujeres considerados como actores sociales, pueden ser compren-
didas teniendo en cuenta la división sexual del trabajo social. Los hombres tradicional-
mente han sido asignados a la producción material de bienes (ámbito público) y las
mujeres a la reproducción social y doméstica (ámbito privado). Aunque a partir de la
creciente incorporación de mujeres al ámbito público esta división estereotipada del
trabajo social está tendiendo a cambiar; en amplios sectores de la sociedad sigue fuer-
temente arraigada, especialmente a nivel de contenidos ideacionales, esta asignación
de roles.
La condición de enfermo se asimila hoy día a la de paciente. Esto implica asumir un
rol de dependencia hacia el curador y conlleva el abandono de otros roles cotidianos.
El hombre, al que se le adjudica fortaleza física y anímica como condición esencial de
virilidad y se le atribuye responsabilidad en la provisión económica del hogar tiende a
rechazar la situación de dependencia que implica el estar enfermo. Como se verá más
adelante, los hombres de las familias estudiadas en Capital Federal declararon menos
problemas de salud que las mujeres y acudieron menos que ellas a la consulta médica,
en un período dado.
Estas conductas masculinas se acentúan en los sectores populares: en el estudio reali-
zado por J. Llovet (1984) sobre servicios de salud y sectores populares se describe
muy bien cómo los nombres de estos sectores sólo acuden a los servicios de salud
cuando las molestias los imposibilitan totalmente para el desempeño laboral; "el hom-
bre es el que debe sufrir cambios más bruscos cuando se enferma y pasa a convertirse
en paciente… coloca al afectado en el papel de sujeto "necesitado" el cual se contrapo- 6. Fragmentos extraídos de
Necchi, Silvia; "Distintos actores
frente a su cuerpo", Rev.
ne polarmente con la función de jefe que mantiene y tiene a su cargo dependientes Medicina y Sociedad, Vol. 15, Nº
4, oct./dic. 1992, págs. 13 y 14.

109
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

…es posible que tenga que anular por un tiempo su principal espacio de actividad –el
afuera, el ámbito extra doméstico– y tenga que permanecer las 24 horas del día en su
casa, el lugar de las mujeres y los niños.
Los eventos vitales que recorren las mujeres a lo largo de su vida: menarca, contracon-
cepción, embarazo, parto, crianza de los hijos, etc., han sido transferidos crecientemen-
te en las últimas décadas al ámbito de la medicina. Este proceso, llamado de medicali-
zación, implica la intervención expansiva de la medicina moderna en distintos aspectos
de la vida cotidiana de las personas, que afecta especialmente a las mujeres.
Estos hechos sumados al rol de cuidadoras de la salud familiar e intermediadoras de la
atención de los miembros enfermos con el sistema médico, coloca a las mujeres en una
posición especial frente a sus cuerpos”.

Ud. puede encontrar la investigación completa en la página Web

A partir de esta lectura:

¿Cuáles son sus reflexiones respecto de las diferencias en la visión del cuerpo y de
la salud en hombres y mujeres, en particular teniendo en cuenta los diferentes estra-
tos socioeconómicos?

Retome sus anotaciones obtenidas de la observación y entrevistas en la comunidad,


considerándolas respecto del papel de la mujer y de los hombres en las prácticas de
salud de su comunidad, ¿qué comportamientos diferenciales encuentra entre ellos?;
¿en qué medida influye el hecho de ser mujer en las conductas de cuidado de la sa-
lud?

Retome las lecturas y actividades de las unidades anteriores e integre estas reflexio-
nes respecto de la “feminización de la pobreza” y la vulnerabilidad.

Observe en el equipo de trabajo del Centro de Salud el papel que juegan las mujeres
y los hombres, de forma explícita e implícita. Escriba las reflexiones.

110
Unidad 3

5.­Prác­ti­cas­cul­tu­ra­les:
re­pre­sen­ta­cio­nes­so­cia­les­de
los­jó­ve­nes­acer­ca­de­la­sa­lud
Además de la perspectiva de género, otra línea importante es la de las concepciones, prácticas
y expectativas de los jóvenes, uno de los grupos sociales más vulnerables en el contexto ac-
tual. En esta actividad incluimos un trecho de un artículo de Marcelo Barbieri y Joaquin Mir-
kin 7, en el que relatan los resultados de una investigación realizada en el Instituto de Investi-
gaciones Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. La investigación fue
realizada en las ciudades de Buenos Aires, Merlo (Pcia. De Buenos Aires), Neuquén y Barilo-
che y comenzó con la pregunta:
¿Cuáles son los valores y actitudes de los jóvenes argentinos en relación con su salud?

“DOS­CON­CEP­CIO­NES­DI­FE­REN­TES”

Los resultados del trabajo demostraron que los jóvenes refieren a la salud desde dos concep-
ciones diferentes. En primer lugar, lo que llaman la base orgánica, en donde la salud se asocia
al buen funcionamiento del cuerpo y la ausencia de enfermedad. Otra concepción –en su ma-
yoría de la ciudad de Buenos Aires– se inclina por un concepto de salud ampliado que integra
cuerpo y mente e incluye, además, prevención. Según los especialistas en salud pública, la
existencia de este segundo criterio es favorable para cualquier grupo social, ya que implica la
adopción de hábitos preventivos, en lo referido a pautas de alimentación, prácticas de depor-
tes, consumo de drogas, etc. Según Ana María Kornblit, directora del equipo de investigación
del Germani, buena parte de los jóvenes tiene un nivel de conciencia importante que les per-
mite adoptar una posición activa respecto de su salud.

ES­TRÉS­Y­APO­YO­SO­CIAL

Dos factores fundamentales influyen en la salud de los jóvenes de hoy: el estrés psicosocial,
por un lado, y el grado de apoyo que reciben de la sociedad, por el otro. Frente a situaciones
económicas adversas, queda claro que sufren mayor presión; el descreimiento y la desespe-
ranza en relación con el futuro –producto de las sucesivas crisis económicas y sociales per-
manentes en nuestro país– aumentan significativamente su estrés psicosocial. Hay diferen-
cias, además, entre varones y mujeres: los hombres se muestran más interesados por lo orgá-
nico mientras que las mujeres incluyen una gama de aspectos que tienen que ver con lo psi-
cológico, lo cognitivo, lo afectivo, etc. Esta segunda posición coincide con el rol que les asig-
nan las sociedades a las mujeres como cuidadoras de la salud. 7. Extraído del Suplemento
Científico del diario Página 12,
del 8 de abril de 2000

111
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

EL­SI­DA­NOS­AFEC­TA­A­TO­DOS

Los problemas que más preocupan a los jóvenes son el sida (88%) y las adicciones. Sin em-
bargo, cuando se les pregunta normalmente sobre estos temas, queda al descubierto un prejui-
cio bastante común: el síndrome del sida es un problema de riesgo para los demás y no para
uno. De todas maneras, los entrevistados mencionan las siguientes soluciones: realización de
charlas en escuelas, ser escuchados y comprendidos, y aumentar las posibilidades de tener ac-
ceso real al sistema de salud. Hay algo que llama la atención: los jóvenes reclaman la falta de
acceso a médicos, psicólogos, nutricionistas, farmacéuticos, enfermeros, trabajadores socia-
les, docentes, etc.

Lejos de tener una imagen peyorativa de los jóvenes, el trabajo de Germani reflexiona sobre
un tema esencial: qué puede hacer la sociedad para responder a sus demandas, más allá de
promover la indiferencia y la exclusión.

Luego de la lectura de este artículo:

Retome las concepciones de la salud y de campo de la salud que fueron analizadas


en este Módulo, las suyas propias y las que conversó con el equipo de salud (se
encuentran en la unidad 1, actividades 2 y 3) y vincúlelas con las que expresan los
adolescentes de esta investigación. ¿Qué semejanzas y diferencias percibe entre
ellas?

Retome las anotaciones que realizó en la actividad inicial de esta unidad y verifi-
que las similitudes y diferencias en la percepción de la salud entre los jóvenes de la
investigación del Germani y lo que dicen los integrantes de la comunidad del
Centro de Salud en el que Ud. trabaja.

Analice las problemáticas de estos adolescentes a la luz de los determinantes de la


salud, tratados en las unidades 1 y 2 .

Verifique en su Centro de Salud si se desarrollan Programas Sanitarios (nacionales,


provinciales, locales) de atención a este grupo de población.

Retome la reflexión final del texto y analice qué puede hacer la sociedad y en par-
Comparta estas
ticular los profesionales de la salud para evitar la indiferencia o la exclusión de
reflexiones en el
estos jóvenes.
encuentro con el
Equipo tutorial.

112
Unidad 3

6.­Las­familias­y­la­salud
Las formas de manifestación de la diversidad socio- cultural también pueden observarse en
los siguientes aspectos:
Le recordamos que
En la organización de las familias y su estructura de parientes Ud. puede recurrir
a sus anotaciones
En la distribución de las responsabilidades de sostén económico y de cuidado de sus
de la actividad 6 en
miembros
la unidad 1 y las
En las formas de criar a los niños actividades 3 y 4 en
la unidad 2.
En las formas de compartir el espacio de la vivienda

En el sistema de creencias religiosas

En la relación con los otros grupos vecinos, en términos de integración o segregación

En el cuidado de la salud

Lo invitamos a realizar una lectura sobre las principales relaciones que pueden estable-
cerse entre la familia y el cuidado de la salud planteadas en fragmentos de un texto de
OPS 8:

Discuta el acuerdo o desacuerdo con las proposiciones del citado texto desde su expe-
riencia profesional en la atención de las familias.

Para comprender el impacto de los determinantes sociales sobre las condiciones de


salud, discuta con el equipo de trabajo acerca del rol desempeñado por la familia.

LA FA­MI­LIA Y LA SA­LuD

In­tro­duc­ción

IM­POR­TAN­CIA DE LA FA­MI­LIA CO­MO INS­TI­Tu­CIóN SO­CIAL:


¿POR quÉ CEN­TRAR­SE EN LA FA­MI­LIA?

1. La función que desempeña la familia en cuestiones de salud y enfermedad se ha re- 8. ORGANIZACIÓN


PANAMERICANA DE LA
conocido desde que la Organización Mundial de la Salud publicó en 1976 los índi- SALUD. 44º Consejo Directivo.
55º Sesión del Comité Regional.
ces estadísticos sobre salud familiar que estipulan lo siguiente: «La familia es la uni- LA FAMILIA Y LA SALUD.
2003- (Págs. 3- 9. Puntos 1 a 8,
Págs. 14- 20, 25-26).

113
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

dad básica de la organización social y también la más accesible para efectuar inter-
venciones preventivas y terapéuticas. La salud de la familia va más allá de las con-
diciones físicas y mentales de sus miembros; brinda un entorno social para el desa-
rrollo natural y la realización personal de todos los que forman parte de ella».

2. La familia es la institución social fundamental que une a las personas vinculadas por
nacimiento o por elección en un hogar y una unidad doméstica. La familia es el en-
torno donde se establecen por primera vez el comportamiento y las decisiones en
materia de salud. En las Américas, los factores culturales de las familias repercuten
significativamente en el acceso a la salud y en las actitudes saludables: por ejemplo,
las mujeres pueden dar menos prioridad a sus necesidades de salud que a otras nece-
sidades familiares como la alimentación y la educación. Esta forma de establecer
prioridades puede perjudicar a la salud de la familia: pese a ello, es en el marco de
la familia donde mejor puede modificarse tal comportamiento.

3. Las instituciones y los profesionales de salud han adoptado al individuo como el


centro de la prestación de los servicios de salud. En consecuencia, las necesidades
de la familia en su conjunto no han sido tomadas en cuenta de manera adecuada.

4. Se ha demostrado que la participación activa de las familias y la comunidad para


promover y proteger su propia salud mejora la eficacia: el empoderamiento de las
familias y las comunidades aumentará la concientización y la demanda de servicios
de salud de calidad. En efecto, esto puede lograrse con un modelo basado en un en-
foque de atención primaria de salud.

5. En la Región han aumentado las familias en crisis. Las sociedades ya no pueden su-
poner que todas las familias protegerán a sus miembros por sí mismas. Las normas
culturales, las condiciones socioeconómicas y la educación son los principales facto-
res determinantes de la salud de la familia. El maltrato, el descuido, la explotación
sexual de los niños, la violencia conyugal y otro tipo de violencia doméstica, así co-
mo el descuido de los ancianos, son hechos comunes dentro de la familia de impor-
tancia para la salud pública. El desamparo y el maltrato de las personas de edad se
han convertido en una epidemia silenciosa en todo el continente.

6. El aumento de la pobreza y de la inequidad social ha tenido como consecuencia que


para una mayor proporción de la población ha disminuido el acceso a los servicios.
Estos cambios exigen una reevaluación de los enfoques tradicionales que guíen los
modelos de atención y sus contenidos. Los nuevos métodos que se adopten deben
incluir a instituciones sociales que puedan apoyar intervenciones de salud participa-
tivas y que tengan en cuenta la diversidad cultural.

114
Unidad 3

VíN­Cu­LOS DE LA FA­MI­LIA Y LA SA­LuD CON LA CuL­Tu­RA,­LA EDu­CA­CIóN Y EL DE­SA­RRO­-


LLO Du­RAN­TE TO­DA LA VI­DA.

7. El desarrollo tecnológico y su difusión han contribuido al mejoramiento de los nive-


les de vida a nivel mundial. La familia ha alcanzado logros en cuanto a mejores
oportunidades de educación para los hijos y mayor seguridad, además de más tiem-
po para las actividades recreativas. También se observan efectos negativos tales co-
mo el estrés ocasionado por los cambios en los entornos de vida y de trabajo, los
desplazamientos y la desubicación.

8. La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, celebrada en Copenhague, recomienda


que se creen oportunidades integrales de educación, con opciones para la educación
de adultos y el aprendizaje continuo, que hagan hincapié en la manera de aprender y
no en una materia concreta. Desde una perspectiva cultural, es importante reconocer
la función de la familia en el desarrollo de este hábito de aprendizaje. Es bien sabido
que la educación facilita el acceso a los servicios básicos, tanto sociales como de sa-
lud. Las mujeres con más años de estudios tienden a casarse más tarde, a tener me-
nos hijos y a criar niños más sanos, a tomar mejores decisiones para sí mismas y sus
hijos, y a efectuar mayores contribuciones económicas al hogar y a la unidad fami-
liar. Una de las correlaciones estadísticas más fuertes en los países de las Américas
se observa entre la educación de la madre y la mortalidad de los niños. Los hijos de
las mujeres con más años de escolaridad tienen mayores probabilidades de sobrevi-
vir más allá del período de la lactancia” (Págs. 3-4)
(…)

SI­TuA­CIóN DE LA FA­MI­LIA EN LAS AMÉ­RI­CAS

“DE­FI­NI­CIO­NES,­ES­TRuC­Tu­RA Y DI­Ná­MI­CA

14. En los últimos decenios, la estructura y la definición de lo que es la familia se ha


ampliado. Las nuevas tendencias en la formación, la estructura y la función de la
familia se están desplazando hacia: 1) la familia monoparental y los hogares enca-
bezados por mujeres; 2) el aumento de la edad promedio para el primer matrimo-
nio de las mujeres y el nacimiento de los hijos, lo que retrasa la formación de las
primeras familias; 3) el mayor ingreso de las mujeres en la fuerza laboral en núme-
ros sin precedentes y los cambios en los roles de género dentro de la familia, lo
que desplaza el equilibrio de las responsabilidades económicas en las familias; 4)
el tamaño de la familia y del hogar en descenso; 5) la mayor carga que recae sobre
los miembros de la familia en edad de trabajar debido a los dependientes jóvenes y

115
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

a los mayores. Además, el hogar ha surgido como una unidad socioeconómica fuer-
te que, con frecuencia, ocupa el lugar de la familia formada exclusivamente por pa-
dres e hijos y los miembros de la familia ampliada.

15. Los efectos de las fuerzas sociales que ejercen presión sobre la familia son dignos
de mención. Se reconoce que la familia tiene una responsabilidad fundamental en
la socialización de sus miembros, en su educación, así como en el establecimiento
de las normas sociales y los roles de género. Además, la responsabilidad de la fa-
milia en la repetición de las relaciones de poder entre los hombres y mujeres es
considerable. Si bien algunas de las funciones de socialización, como la educación
y el trabajo se han transferido a las escuelas, la familia está todavía realizando las
funciones fundamentales de la socialización, como la forja de interrelaciones esta-
bles y de solidaridad con otras personas, así como la creación de mecanismos para
hacer frente al conflicto dentro de la familia y manejar las presiones que surgen en
las esferas laboral, social y política.

16. El paradigma de salud basado en la familia como unidad principal del análisis, el
diagnóstico y la práctica debería basarse en la etiología de la salud y la enfermedad
y en la definición de la familia como una unidad estructural en funcionamiento de
la sociedad; es decir, como un proceso dinámico mayor que la suma de sus partes.
Sin embargo, el paradigma de salud familiar también se ocupa de explicar el desa-
rrollo del bienestar físico, mental y emocional de sus miembros. En consecuencia,
este documento abordará tanto la salud de la familia como la de cada uno de sus
miembros. (Págs. 5-6)

17. En las Américas están cambiando los tipos de familia, la composición de los hoga-
res y la situación matrimonial. Desde los años setenta se observa una tendencia
marcada hacia los hogares encabezados por mujeres.

18. La estructura demográfica en proceso de cambio, así como el entorno socioeconó-


mico y político en la Región coloca enormes presiones sobre las familias y las co-
munidades. El tamaño de familia promedio está disminuyendo debido a la disper-
sión de sus miembros. Esto afecta al ritmo del ciclo familiar, la socialización de los
niños centrada en la familia y la atención de los niños pequeños, así como de las
personas de edad. En vista de los cambios mencionados, es menos probable que los
miembros de la familia dependientes y ancianos reciban atención adecuada.

116
Unidad 3

19. Otros factores que inciden en esta situación son la urbanización rápida, la disminu-
ción de la prevalencia de la familia nuclear, el mayor acceso e integración de las
mujeres en el mercado de trabajo, los bajos niveles de instrucción y la elevada pre-
valencia de la miseria. El resultado de esta tendencia es la adquisición de nuevos
modos de vida relacionados con la urbanización, una disminución gradual de las
enfermedades infecciosas con aumento de la carga de las enfermedades crónicas
(lo que abarca la violencia, los accidentes, las adicciones y las enfermedades men-
tales), que son causas importantes de muerte y discapacidad”. (Págs. 6 –7)
(…)

RE­PER­Cu­SIóN DE LOS VíN­Cu­LOS FA­MI­LIA­RES EN LA CO­Mu­NI­DAD Y FuN­CIóN DE LA


FA­MI­LIA EN LA SA­LuD

25. A menudo, las familias son un reflejo de la comunidad y aportan el primer nivel de
educación para sus miembros acerca de los comportamientos saludables que deben
adoptarse, los comportamientos perjudiciales que deben evitarse o cambiarse, y sus
funciones y responsabilidades con respecto a ellos mismos y la sociedad. Algunas
veces, ciertos elementos del entorno familiar no son conducentes a la promoción o
protección de la salud de algunos de sus miembros. Por consiguiente, es importante
que la comunidad haya establecido sistemas de apoyo familiar en casos en que la
salud de los miembros de la familia se vea amenazada por la violencia, el abuso, el
descuido o el desamparo.

26. Numerosos y variados interesados directos de la comunidad, como los grupos reli-
giosos y sociales, contribuyen a formar las redes de apoyo social necesarias para
fortalecer la función de la familia en la promoción y la protección de la salud. Ma-
yores rendimientos, información, promoción de la causa y acceso a los servicios de
salud, especialmente la detección temprana y la atención preventiva, son de impor-
tancia fundamental. Para que las actividades de promoción de la salud se concen-
tren en la familia será necesario concebir métodos prácticos que consideren las va-
riables sociales al analizar las estrategias de salud y de desarrollo humano, además
de reconocer la importancia que tienen las variables sociales en el comportamiento
saludable. (Págs. 8-9)

117
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

7.­Prácticas­y­representaciones
sobre­la­alimentación
Primera­parte:
Estrategias­de­consumo­familiares

Mientras que la organización de las familias en los grupos familiares de mejores recursos
económicos incluye a la denominada familia nuclear (padres e hijos), las familias más pobres
tienden a organizarse en grupos aglomerados, incluyendo desde distintas generaciones (abue-
los) hasta afiliados, con marcada ampliación de las nociones de parentesco. Ello es particular-
mente visible en las periferias urbanas y en los ámbitos semi-rurales y rurales. Todos tienden
a contribuir en el sostén económico, incluyendo a los menores, dentro de las estrategias de
supervivencia.
Hasta aquí mencionamos la importancia de las representaciones sociales en las prácticas de
salud, tanto las referidas al cuerpo, a la enfermedad, como a la salud; ahora nos aproximare-
mos a las prácticas sociales sobre alimentación y su relación con las culturas.

Lo invitamos a realizar la lectura de fragmentos de un texto de Patricia Aguirre titulado:


SEguRIDAD­ALIMENTARIA.­una­visión­desde­la­antropología­alimentaria.9 que nos
permite identificar las distintas estrategias de supervivencia que despliegan las familias para
asegurarse un aumento de los ingresos económicos o bien un acceso suficiente a los alimentos
que garantice la seguridad alimentaria de los hogares:

ESTRATEgIAS DOMÉSTICAS DE CONSuMO -­CONCEPTO.

“Las estrategias domésticas de consumo alimentario son las prácticas que los agrega-
dos sociales realizan en el marco de la vida cotidiana para mantener o mejorar la ali-
mentación y las razones, creencias y sentidos que se aducen para justificarlas.”

ESTRATEgIAS DOMÉSTICAS DE CONSuMO -­PRáCTICAS

Hemos aislado cuatro prácticas­que permiten a los hogares pobres acceder a más can-
tidad y/o mejor calidad de alimentos: Diversificación de las formas y fuentes de los
ingresos; Diversificación de las fuentes de abastecimiento; Manejo de la composición
familiar; Autoexplotación.
9. Publicado en: Desarrollo
Integral en la Infancia: El Futuro
Comprometido. Fundación CLA-
CYD- Córdoba. 2004.

118
Unidad 3

1. Diversificación­de­las­formas­y­fuentes­de­los­ingresos:
Esta práctica asegura que al no depender de una cadena única, las pérdidas pueden
ser compensadas. Las fuentes de donde provienen los ingresos son múltiples y varia-
das:

mercados de trabajo urbanos formal e informal,


asistencia social provista por el estado,
redes de ayuda mutua,
autoproducción.

a) Mercados de trabajo urbanos: La esperanza de todas las unidades domésticas


pobres es colocar a todos sus integrantes en el mercado formal, ya que ello les
asegura un flujo de ingresos con estabilidad al mismo tiempo que prestaciones
de salud y cobertura previsional en el futuro. (...). En realidad toda la sociedad
logró mantener algún nivel de ocupación a costa de la precarización y la infor-
malización del empleo.”

b) Asistencia social provista por el estado: Otra fuente de ingresos es la asistencia


alimentaria tanto del estado (nacional, provincial y municipal) como de
Organizaciones No Gubernamentales (ONGs).
A medida que los ingresos de las familias y las partidas de la asistencia se
reducían, esta gestión se fue haciendo más difícil, exigiendo más trabajos para
entrar y permanecer en los planes. La “participación”, que en la década de la
convertibilidad se esgrimía como ideología, a medida que avanzaba la pobreza y
disminuían las prestaciones se convirtió en un elemento indispensable, no sólo
para el funcionamiento de los programas asistenciales que sumaban fuerza de
trabajo gratuita, sino para que los caudillos locales aseguraran el control social a
través del clientelismo político. Por eso los programas que en 1991 pasaban por
entregas de cajas o cheques para que la familia organizara sus comidas, luego se
convirtieron en comedores dependientes de instituciones o en Planes Trabajar,
bajo el control directo de los punteros locales. A medida que la asistencia se
transformaba en clientelismo su gestión pasaba de las mujeres a los varones.
Nuestros trabajos cualitativos advierten que en ningún momento de la década, el
aporte de la asistencia del estado a los ingresos de los hogares pobres (aun si
hubieran recibido todos los programas simultáneamente), hubiera superado el
10% del ingreso medio del hogar.

c) Redes de ayuda mutua: Cuando los ingresos se reducen y la asistencia se hace


más y más discrecional, los hogares aumentan la confianza en la ayuda que pue-
den recibir, no de un estado en retirada, sino de su propio entorno. Cultivan

119
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

entonces sus redes de ayuda mutua. Estas son relaciones de amistad, vecindad o
parentesco basadas en la confianza que se tienen entre amigos, vecinos y parien-
tes. Estas redes­de­relaciones­forman­un­verdadero­sistema­de­seguridad
social­que­canaliza­la­solidaridad­mutua­en­forma­de­mensajes,­bienes­y­ser-
vicios­que­se­desplazan­desde­los­miembros­y­los­hogares­que “están en la
buena”, que tienen más, hacia los miembros y los hogares que “están en la
mala”, quienes, a su vez, devolverán los favores recibidos a sus vecinos, amigos
o parientes cuando mejore su situación o aquéllos se encuentren necesitados.
Es cierto que puede dudarse de la eficacia de las redes cuando la crisis es gene-
ralizada, puesto que son sistemas de seguridad entre pares.(...) Pero, aun sin
recursos, la función de sostén psicológico de las redes se visualiza en el mensaje
de afecto, valorización y esperanza que realizan los amigos y que es un elemento
clave de la supervivencia.

d) Auto producción: Otra fuente de ingresos es la caza de pequeños animales o la


producción en huertos y gallineros domésticos. Sin embargo, en un área urbana
las posibilidades de cazar o mantener una huerta o un gallinero son escasas”.

2.­Diversificación­de­las­fuentes­de­abastecimiento
Por la misma razón que tratan de diversificar las fuentes de ingresos, las familias
pobres diversifican las fuentes de abastecimiento. (…) La estrategia de los hogares
es invertir la energía de las mujeres en la búsqueda de los mejores precios en todos
los circuitos. Esta conducta en 1991 permitía abaratar la canasta de consumo un
38%, en 1995 un 22% y en 1999 un 27%.
En la década se registra una modificación del mercado informal que pasa de comer-
cializar productos a comidas, intentando cubrir el espacio que brindan los cambios
en la comensalidad (cada vez más gente toma por lo menos una comida fuera del
hogar) y la caída de los ingresos hace que cada vez menos trabajadores puedan
pagar por una mesa.

3.­Manejo­de­la­composición­familiar.­
Desde hace milenios los humanos hemos descubierto que la organización doméstica
es un comportamiento estratégico que permite optimizar los recursos disponibles y
el tamaño de la misma ha dependido del sentido del flujo de los ingresos. Cuando
los ingresos fluyen de los hijos a los padres se tenderá a tener familias numerosas,
incluso a captar miembros a través de la adopción o del parentesco ampliado.
Cuando los ingresos fluyen de los padres a los hijos, los padres elegirán tener fami-
lias más pequeñas, con pocos niños, buscando calidad antes de cantidad de hijos.

120
Unidad 3

Identifique alguna de las estrategias de supervivencia familiar descritas hasta


aquí en estos fragmentos, en la comunidad vecina al Centro de Salud.

¿Qué impacto tienen dichas estrategias en el mantenimiento de la seguridad ali-


mentaria? ¿Cómo impacta ello sobre la salud?

8.­Prácticas­y­representaciones
sobre­la­alimentación
Segunda­parte:
Estrategias­de­supervivencia­familiar.
Preguntas­y­aperturas

La conservación y el cuidado de la salud es un bien muy preciado por las comunidades.


Decíamos que ello es de particular importancia entre los más pobres, ya que el cuerpo es, en
gran medida, un verdadero instrumento de trabajo. Estar enfermo no sólo es sentirse mal, sino
también perder el trabajo o el sustento mientras dure el malestar.

Sin embargo, muchas de estas preocupaciones buscan soluciones que se basan en creencias
sociales arraigadas. Algunos de ellas, adoptan explicaciones “mágicas”; otras se asientan en
saberes antiguos que han dado resultados en sus experiencias.

Siguiendo con los fragmentos del texto anterior, lo invitamos a tomar nota durante la
lectura acerca de

Sus reflexiones sobre las prácticas de alimentación, representaciones sociales de


los alimentos y el cuerpo en los distintos estratos sociales de la población que
accede al Centro de Salud.

121
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

4.­Au­TOEx­PLO­TA­CIóN

“En la pobreza este comportamiento estratégico significa:


a) trabajar más y/o
b) comer menos o distinto.

a) El intento de aumentar las horas por trabajador ocupado o la cantidad de trabajado-


res por hogar chocó con la creciente desocupación, la desaparición de las changas y
el levantamiento de horas extras. (...) No sólo se buscó aumentar la actividad en los
mercados de trabajo sino también en las actividades hogareñas, por ejemplo trabajar
más significa producir o procesar alimentos con alto valor agregado (amasar las ta-
pas de empanadas que antes se compraban), o sustituir servicios que antes se paga-
ban invirtiendo las energías de los miembros de la familia. (...)

b) Comer menos significa reducir la ingesta, distribuir en forma diferente o bajar la ca-
lidad del régimen. Es sintomática la asimetría de género con que las familias pobres
deciden invertir la energía disponible. Son las mujeres las que pagan con sobre tra-
bajo los productos que se suplantan, ya que por razones de subordinación y en con-
cordancia con representaciones de género difíciles de revertir, la mujer-madre, fun-
ciona como una reserva de energía silenciosa, siendo además cómplice de su propio
deterioro.
(...) La compra de la carne en circuitos informales... “Es que este abaratamiento riesgoso
sólo se sostiene en una serie de representaciones que podríamos llamar “el complejo de
la vaca”, donde la carne ha sido entronizada como “el alimento por excelencia” hasta el
punto que podemos decir que la comida idealizada es “carne con algo”
La formación de esta representación no esta exenta de criterios ecológicos, econó-
micos y nutricionales, porque dada la particular geografía pampeana, ha sido un ali-
mento de precios relativos bajos y la mayor fuente de proteínas y hierro en la dieta
del área. Simultáneamente se construyó el mito de su salubridad incuestionable. La
población con que trabajamos no reconoce que la carne vacuna pueda provocarle
mal alguno. En cambio está alerta respecto a las “otras” carnes: el cerdo como trans-
misor de triquinosis o la carne aviar sospechosa de contener hormonas. Pero la car-
ne vacuna carece, en la representación popular, de enfermedades que afecten al ser
humano. Los datos sobre la aftosa se ven como un problema político de colocación
de las carnes argentinas en el mercado europeo; de hidatidosis, ántrax o brucelosis
no se tiene registro. Se sabe, en cambio, que no hubo casos de “vaca loca” en Ar-
gentina, lo que confirmaría que “nuestra carne” es intrínsecamente sana. Por lo tanto
comprar carne barata, aunque se sospeche que proviene de mataderos clandestinos,
no configura (en la visión popular) ningún riesgo. Esto ha servido para marcar la
importancia de tratar las representaciones en que se apoyan las elecciones estratégi-
cas respecto de la alimentación.

122
Unidad 3

9.­“Diá­lo­gos”­en­tre­la­me­di­ci­na
fol­kló­ri­ca­y­la­me­di­ci­na­for­mal­­
En este apartado nos centraremos particularmente en las creencias y en las prácticas de cuida-
do y de recuperación de la salud de los grupos de la comunidad.

A continuación, analice el siguiente fragmento del texto de Axel Kroeger, y Rolando Luna10;

“Para el profesional de la salud es fundamental la identificación de las características


del contexto sociocultural en el que se desenvuelve su acción. Tiene que comprender
los procesos sociales, económicos y culturales subyacentes a la vida de la población
que determinan el estado de salud-enfermedad, así como la interpretación que dan los
miembros de la comunidad.

Varios estudios han demostrado que grupos étnicos y socioeconómicos diferentes pre-
sentan patrones patológicos distintos, y perciben la enfermedad y actúan frente a ella
en forma diferente.

En muchos países de América Latina existe una amplia base poblacional nativa, inte-
grada sólo parcialmente al desarrollo general de la sociedad. Aparte de los idiomas ofi-
ciales se habla una variedad de lenguas y dialectos. Hay, en consecuencia, importantes
elementos culturales (formas de vida, de concepción del mundo, costumbres, creen-
cias) que establecen una percepción especial de los procesos de salud y enfermedad.
Lo que se conoce como “medicina indígena”, “medicina folklórica”, “medicina tradi-
cional” o “medicina popular” es, precisamente, este saber de la población, mantenido a
través del tiempo por medio de la tradición y modificado mediante el contacto y mez-
cla con diferentes grupos étnicos y sociales. Este saber que conforma un verdadero
cuerpo de doctrina sobre el saber de la enfermedad, su clasificación y tratamiento, es
utilizado actualmente por un amplio porcentaje de la población, especialmente de las
zonas rurales o urbano-marginales.

Las diferentes culturas indígenas así como las subculturas populares nacionales (repre-
sentativas de una mezcla de diversos elementos culturales), han incorporado a su saber
muchos principios de la medicina “científica” para explicar la enfermedad. Sin embar-
go, los conceptos etiológicos que parten del desequilibrio humano en las relaciones so-
ciales, el mundo físico y sobrenatural se encuentran todavía muy vivos, lo cual se com-
prueba fácilmente al observar los modelos conceptuales con que la población explica
10. Kroeger, Axel y Luna, Rolan-
la enfermedad. do; Cap. II. Contexto sociocultu-
ral. En: Atención primaria de la
Salud, principios y métodos. Mé-
xico. OPS/Pax. 1992. Pág. 21.

123
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

La medicina científica ha negado, reiteradamente, los valores de la medicina tradicio-


nal; no obstante, últimamente hay mayor apertura para su consideración. Si bien existe
una carga de elementos mágico-mítico-religiosos, explicables por la situación social y
cultural en que permanecen estos grupos, también hay muchos elementos empíricos y
racionales que pueden ser utilizados e incorporados a la práctica médica occidental.”

Cuan­do­plan­tea­mos­tra­ba­jos­con­otros,­ne­ce­si­ta­mos­te­ner­en­cuen­ta­có­mo­jue­-
ga­la­cul­tu­ra­y­las­re­pre­sen­ta­cio­nes­so­cia­les­de­la­sa­lud­y­la­en­fer­me­dad­en
esos­pro­ce­sos,­có­mo­jue­ga­el­con­tex­to­so­cial­y­eco­nó­mi­co,­có­mo­jue­gan­las
ins­ti­tu­cio­nes­de­sa­lud­y­los­pro­fe­sio­na­les­fren­te­a­esos­pro­ble­mas.

¿Se han identificado en la comunidad vecina al Centro de Salud prácticas populares


o de “medicina folklórica”?

¿A quiénes acuden las personas para la resolución de sus malestares o enfermeda-


des?

¿Se observan en la comunidad la presencia de curanderos o agentes informales de


ayuda en salud?

¿En qué medida estas prácticas culturales tradicionales o populares son integradas
a las prácticas asistenciales médicas?

¿Qué destacaría de estos casos?

¿En qué medida estas prácticas pueden coexistir y aun ayudar a la atención del
Centro, y en qué caso piensa que pueden ser riesgosas?

Registre sus En su opinión, ¿qué piensan los grupos de la comunidad acerca de la asistencia
reflexiones, para con- brindada en el Centro de Salud? Retome los comentarios que relevó en las activi-
tinuar con la siguien- dades preliminares de este Posgrado.
te actividad

124
Unidad 3

10.­Las­pau­tas­cul­tu­ra­les:
¿Un­obs­tá­cu­lo­pa­ra­la­aten­ción­de
la­sa­lud?
Con frecuencia, el personal de salud entiende que las pautas populares de atención de la salud
desarrolladas por la comunidad son negativas y un verdadero obstáculo para su tratamiento.
Con relación a estas percepciones, le invitamos a que lea los siguientes párrafos, retomando la
contribución de Axel Kroeger, y Rolando Luna 11;

¿qué­pier­de­el­equi­po­de­sa­lud­cuan­do­ig­no­ra­los­fac­to­res­so­cio-cul­tu­ra­les?

1. El entendimiento racional del comportamiento de sus pacientes


2. El mejoramiento de la calidad y aceptabilidad de sus servicios y el reco-
nocimiento de sus propios límites.
3. Una mejor colaboración de sus pacientes, particularmente en tratamien-
tos largos (por ejemplo, tuberculosis).
4. El entendimiento del sistema informal y el aprovechamiento de algunos
elementos para el propio trabajo.

Medicina formal (moderna) Medicina informal (paralela)

Experiencias subjetivas Conceptos y curaciones populares


Médico/Equipo
de Salud

Medicina Medicina
científica tradicional

Con­cep­tos­re­la­ti­va­men­te­nue­vos­de
ma­gia,­es­pi­ri­tis­mo,­pa­ra­si­co­lo­gía,­etc.
11. Kroeger, Axel y Luna, Rolan-
do (comp.); Cap. II. Contexto so-
ciocultural. En: Atención prima-
ria de la Salud, principios y mé-
todos. México. OPS/Pax. 2da Ed.
1992. Págs 21-24. 28.

125
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

La Figura 1 muestra las dos grandes corrientes de la medicina que coexisten: la me-
dicina oficial o formalmente aceptada (medicina moderna, en nuestro contexto), y
la medicina informal en la cual se reúnen los elementos tradicionales (medicina tra-
dicional), nuevas corrientes de las llamadas ciencias ocultas (espiritismo, parasico-
logía, etc.) y una gran variedad de conceptos y curaciones populares. A esta medici-
na informal la llamaremos, en nuestro contexto, por brevedad y simplicidad, medi-
cina tradicional, tomando en cuenta que este término se refiere, en realidad, sólo a
una parte del todo.

El curandero (o terapeuta tradicional) es definido como una persona reconocida por


la propia comunidad en que vive como un personaje competente para prestar aten-
ción en salud mediante empleo de productos vegetales, animales y minerales, y la
aplicación de algunos otros métodos de origen social, cultural y religioso basados
en los conocimientos, actitudes y creencias de la comunidad. Sin embargo, el térmi-
no de curandero representa, según las regiones, diferentes agentes del sistema infor-
mal de salud. Utilizaremos “curador”, que incluye a todas las personas que curan
dentro del sistema informal de salud.

A los dos grupos de proveedores de atención se agrega un tercero que en términos


de frecuencia de utilización tiene todavía mayor importancia: la medicina domésti-
ca.

3.­BA­RRE­RAS DE EN­TEN­DI­MIEN­TO EN­TRE PRO­FE­SIO­NA­LES DE SA­LuD Y SuS PA­CIEN­TES

En América Latina hay una gran variedad de conceptos populares sobre el origen de
las enfermedades; existen clasificaciones populares específicas para determinar los
trastornos, las que llamaremos “enfermedades folk” (como susto, empacho, ojeo,
daño) y que presentaremos más adelante.

Estos trastornos parecen relativamente raros, porque la población no los presenta


con esa denominación a los servicios de salud. Muchas de las enfermedades comu-
nes como diarrea, bronquitis, impétigo, pueden ser clasificadas en los esquemas de
la medicina tradicional y doméstica. Aquí existe una sorprendente variedad de sub-
clasificaciones (por ejemplo, disentería de frío o de calor; diarrea de humedad o de
frío o de calor) que pueden o no coincidir con las de la medicina moderna.

Hay pocos estudios científicos de epidemiología de las enfermedades más comunes


que simultáneamente tomen en cuenta la clasificación de la medicina científica y la

126
Unidad 3

clasificación popular de enfermedad (Lozaya y Zolla. 1983; Zolla, 1988; Kroeger y


Ruiz, 1988).

Este hecho tiende a crear profundos malentendidos entre el paciente y el equipo de


salud.

Los malentendidos más evidentes pueden surgir cuando el paciente utiliza las mis-
mas palabras del médico, pero éste no se da cuenta de las diferencias conceptuales
que existen; por ejemplo, cuando el paciente utiliza la palabra “anemia” para expre-
sar debilidad y decaimiento, o “reuma” para describir dolores en los músculos o
huesos. En otros casos el paciente puede tener el mismo concepto etiológico que el
médico sobre cierta enfermedad, pero utiliza un término popular; por ejemplo “em-
pacho”, en lugar de dispepsias y “culebrilla” por herpes zoster. Frecuentemente el
paciente no comunica al médico sus propios conceptos etiológicos, particularmente
cuando ellos no coinciden ni con los conceptos ni con los términos médicos: tal es
el caso de mal de ojo, daño (hechicería), estómago caído, etcétera.

Felizmente, en muchos casos el malentendido médico/paciente no altera la efectivi-


dad terapéutica, especialmente cuando la enfermedad es de corta duración o la apli-
cación de los medicamentos necesita pocas repeticiones. Pero lleva a menudo al fra-
caso terapéutico cuando la enfermedad es crónica o grave, o cuando el tratamiento
requiere una determinada conducta por parte del paciente.

(…)

Re­su­men

La medicina moderna elabora el diagnóstico de una enfermedad, básicamente,


a través de la combinación de síntomas descritos por el paciente. En cambio la
medicina tradicional tiene otras formas de diagnosticar la causa de una enfer-
medad. El desinterés en los síntomas específicos, que comparte el curandero
con sus pacientes, lleva al enfermo a tener dificultades para explicar sus sínto-
mas al médico, de tal forma que entre al esquema de la medicina moderna.

127
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

En un esfuerzo por incorporar las prácticas sociales vinculadas con el cuidado y recuperación
de la salud que incluirá el poder y el conocimiento tanto del componente informal como formal
del sector salud, la OPS definió el Mo­de­lo­So­cial­de­Prác­ti­cas­de­Sa­lud como:

Sugerimos que
retome sus anota-
“un conjunto de prácticas, hábitos, conductas e intereses que instalados en la sociedad
ciones del estudio de
tienen una influencia decisiva en la salud de la población y los individuos que, incluyen-
los modelos de inter-
do al componente formal del sistema de salud lo exceden, conformando una realidad más
pretación de la salud
compleja, que jerarquiza caminos alternativos y complementarios a los tradicionales pa-
y sus determinantes,
ra cuidar, recuperar o promover la salud.”12
realizados en la
unidad 1.

Luego de estas lecturas,

Identifique una situación que haya acontecido en la atención brindada por el Centro
de Salud, y que refleje un problema de comunicación entre los pacientes y los pro-
fesionales de la salud;

Reflexione acerca de cómo dicho problema de comunicación representa un obstácu-


lo en la adecuada atención que debería brindar el Centro.

11.­Las­per­cep­cio­nes­de­la­aten­ción
en­sa­lud:­¿Un­obs­tá­cu­lo­pa­ra­el
cui­da­do­de­la­sa­lud?

¿Por qué la gente acude a otros servicios o a otros agentes comunitarios para resolver sus pro-
12. Citado en Bello, Julio y de blemas de salud? A continuación, a modo de introducción le presentamos dos autores que re-
Lellis, Martín. Modelo social de
prácticas de salud. Proa XXI Edi- flexionan sobre este problema:
tores. Buenos Aires. 2001.

128
Unidad 3

“Existe una gran variedad de factores que pueden influir en la decisión de un individuo
enfermo para elegir entre uno u otro servicio de salud. Por ejemplo, un anciano con
poca educación formal acude más fácilmente al curandero que un joven con educación
secundaria. Además, hay mayor disposición para acudir a un curandero cuando se trata
de una enfermedad crónica o folklórica que de una enfermedad infecciosa aguda y de
origen natural. Igualmente, es más probable que la gente se dirija al agente tradicional
de salud cuando el centro o puesto de salud más próximo está lejos o es de mala cali-
dad.

Son, entonces, dos los tipos de percepción que determinan la elección del servicio de
salud: la del beneficio que va a obtener del tratamiento y la percepción de las barreras
culturales, geográficas y financieras.” (Peter & Evans, 2002) 13

“Los que acudieron al médico o personal auxiliar se justificaron aludiendo la mayor


eficacia curativa de la medicina moderna y a las malas experiencias con los curande-
ros. Por el contrario, quienes consultaron a los curanderos se sentían rechazados por el
“orgullo” de los médicos, la distancia al puesto de salud más próximo o los costos ele-
vados (Kroeger y Luna, 1982)” 14

Le sugerimos la lectura de los siguientes casos analizando en ellos:

Las barreras de comunicación y relación entre la población y los profesio-


nales del equipo de salud.

Representaciones sociales sobre la salud y la enfermedad.

Cultura de los grupos sociales de la comunidad y cultura del equipo de sa-


lud.

A. Para la familia del señor Torres, de origen campesino, la enfermedad revela el po-
der de Dios, quien dirige la vida, ordena la naturaleza y castiga. El sujeto que en-
13. Peter, F.,– Evans, T. “Dimen-
ferma no tiene una parte de su cuerpo enferma (órgano), sino que él en su totali- siones Éticas en la Equidad en la
Salud”. En: OPS- OMS- Funda-
dad está enfermo. Se siente mal, de manera global (malestar). Por ese motivo, pre- ción Rockefeller Evans, Timothy;
Whitehead, Margaret; Diderich-
fiere llevar a su familia al curandero que al Centro de Salud. sen, Finn; Bhuiya, Abbas; Wirth,
Meg. Desafío a la Falta de Equi-
dad en Salud, Washington DC,
Publicación Científica y Técnica
B. Un miembro de la familia de la señora María tiene un trastorno caracterizado por Nº 585, 2002.

dolor abdominal, a veces vómito, diarrea, mareo y hasta pérdida del conocimiento. 14. Kroeger, Axel y Luna, Rolan-
do (comp.); Atención primaria de
La familia consulta al Centro de Salud, pero en realidad piensa que el joven tiene la Salud, principios y métodos.
México. OPS/Pax. Cap. II. Con-
“mal de aire”. texto sociocultural. 2da Ed.1992.
Pág. 39

129
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

C. Un niño de la comunidad fue mordido por una víbora, comúnmente presentes en


el medio local. Toda la comunidad sale persiguiendo a la víbora hasta encontrar-
la. El niño es conducido al Centro de Salud, donde recibe su suero antiofídico.
Sin embargo, la comunidad cree que el niño se salvará si y solamente si se consi-
gue atrapar y matar a la culebra.

D. El personal de una posta de salud encargado de esterilizar ciertos materiales utili-


zados para curación, acostumbra a secarlos extendiéndolos en el césped sobre
una sábana para recibir la acción del sol. Es la manera en que, también, secan sus
ropas lavadas. La percepción es que al aire libre y por la acción del sol quedarán
perfectamente esterilizados.

E. La madre de varios niños del barrio se niega a llevarlos al Centro de Salud para la
vacunación, debido a que su primer hijo falleció pocas horas después de haber si-
do inmunizado en dicho Centro. El grupo profesional del Centro no pudo expli-
carle por qué pudo haberse producido este lamentable hecho.

F. El médico del Centro de Salud atiende a la señora Luisa, embarazada de cuatro


meses. Es la primera vez que Luisa asiste a un control. Como resultado de esta
atención, el médico le informa sobre su estado y condiciones del embarazo, indi-
cándole el comportamiento a seguir. Como no está en buenas condiciones, le re-
comienda reposo y ningún esfuerzo. La entrevista fue breve. Luisa se retira sin
haber comprendido el lenguaje del médico. Además, piensa que en su realidad no
será posible la recomendación, dado que trabaja como empleada doméstica por
horas y tiene una familia numerosa. Su condición económica le impide reducir su
trabajo. Como no cumplirá con las indicaciones, decide no asistir más a los con-
troles.

G. El grupo de enfermeras brinda una charla a madres embarazadas que asisten al


Centro de Salud. Muchas están próximas al parto. En la sala de espera, las enfer-
meras les explican cómo deben lavar las mamaderas y otros enseres del futuro re-
cién nacido, para evitar la contaminación. Las madres escuchan en silencio. Una
de ellas piensa que no tendrá mamaderas y, como es de costumbre en su familia,
dará el pecho al niño mientras dure, y aun podrá apelar a una “madre de leche”.
Otra madre se pregunta interiormente cómo va a cumplir las instrucciones, si no
Discuta con su tutor
tiene agua corriente en su vivienda.
y miembros del equi-
po de trabajo accio-
H. En la Argentina, agua es un término desprestigiado –reflexiona un médico con-
nes que permitan
sultado–, que también recomienda los jugos exprimidos por su aporte de vitami-
revertir dichas barre-
nas y fibras, útiles para la digestión. Pero cuando los chicos se juntan en una ca-
ras de comunicación.

130
Unidad 3

sa, los padres no ofrecen agua para beber, porque creen que es poca cosa y, en su
lugar, ofrecen gaseosa. El profesional, además de reconocer el problema, no en-
cuentra cómo actuar con las familias para superarlo, especialmente considerando
la incidencia de casos de obesidad en niños en la comunidad.

Seleccione aquel/los casos que a su juicio más se asemeja/n a hechos o situa-


ciones que usted ha protagonizado como profesional del Centro de Salud.

Discuta con sus pares acerca de las estrategias utilizadas en ese contexto para
superar las barreras de comunicación.

Lo invitamos, si lo desea, a escribir un relato de una situación en la cual se ha-


ya planteado un problema de comunicación, de barreras culturales entre la po-
blación demandante y la atención brindada por el equipo de salud.

12.­La­cultura­socioprofesional

Otra tendencia común entre los profesionales de salud es la de concebir que las pautas cultura-
les atañen sólo a la comunidad. Sin embargo, ....

Es­im­por­tan­te­des­ta­car­que­es­tas­pau­tas­cul­tu­ra­les,­de­pen­sa­mien­to­y­de­prác­-
ti­cas,­se­de­sa­rro­llan­en­to­dos­los­gru­pos­hu­ma­nos,­in­clu­si­ve­en­el­gru­po­al­que
Ud.­per­te­ne­ce.­Los­pro­fe­sio­na­les­de­la­sa­lud,­co­mo­he­mos­vis­to,­a­lo­lar­go­de
la­his­to­ria­tam­bién­cons­tru­ye­ron­su­pro­pia­cultura profesional,­al­re­de­dor­de
los­mo­de­los­de­ex­pli­ca­ción­de­la­sa­lud.­
El­no­re­co­no­ci­mien­to­de­las­pro­pias­creen­cias­o­de­los­mo­de­los­pa­ra­pen­sar­la
sa­lud­obs­ta­cu­li­zan­la­com­pren­sión­de­las­pau­tas­cul­tu­ra­les­de­los­otros­gru­pos
so­cia­les.­Mu­chas­ve­ces­es­te­obs­tá­cu­lo,­se­ex­pre­sa­en­los­pro­ce­sos­de­co­mu­ni­-
ca­ción­y­diá­lo­go­en­tre­el­per­so­nal­de­sa­lud­y­la­gen­te­que­acu­de­a­los­ser­vi­cios,
con­con­se­cuen­cias­mu­chas­ve­ces­muy­ries­go­sas.

131
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

¿Cómo describiría la cultura profesional de los miembros del equipo de salud?

Si hubiera barreras culturales de los profesionales del Equipo de Salud:


¿Qué estrategias superadoras podrían implementarse?

Le proponemos a continuación la lectura de una ponencia presentada por el Dr. Raúl Me-
jía en ocasión de unas Jornadas realizadas en la ciudad de Buenos Aires, en el cual expo-
ne las dificultades que se observan en la propia cultura profesional para comprender con
claridad la problemática de salud de las mujeres: 15

Marque las barreras propias de la cultura socioprofesional.


Si lo desea puede
retomar la actividad Anote sus reflexiones .
4 de esta unidad.

-Vamos a hablar un poco de salud de la mujer. Primero habría que definirlo. Salud de
la Mujer se definió en 1985. En realidad se venia hablando de salud de la mujer desde
1960, porque hasta ese momento la salud de la mujer se dividía clásicamente en dos
grupos:

Las enfermedades ginecológicas o relacionadas con la reproducción y

Las otras. Estas otras enfermedades, de hecho siempre se estudiaron para varones y
después se homologaron para las mujeres, y en realidad se vio que no era así.

Entonces, en 1985 se definió que salud de la mujer comprende aquellas situaciones o


enfermedades, que reúnen alguno de estos criterios:

1. Ser exclusivas de las mujeres.

2. Ser más prevalentes en mujeres que en varones. Hay patologías que se presentan
en los dos sexos pero que son mucho más frecuentes en mujeres.

3. Tener consecuencias más graves para las mujeres o ser un factor de riesgo dife-
rente para mujeres, o simplemente requerir una estrategia de intervención dife-
rente.
15. Bello, Julio; de Lellis, Martín;
Cárdenas, Rosario. La salud en
crisis y el rescate de la equidad.
Fundación Navarro Viola. Buenos
Aires. 1997.

132
Unidad 3

Todo esto lo dice el Departamento de Salud de los Estados Unidos en un documento


que es clásico, de 1985.

A partir de ese momento se empezó a trabajar sobre el tema. En 1993 salió otro docu-
mento que trata sobre la educación médica y la necesidad de implementar el estudio de
la salud de la mujer en toda la formación médica. Y también se empezó a analizar cuá-
les son las dificultades más importantes que tienen las mujeres y si hay o no inequidad
en la calidad de la atención médica que reciben las mujeres.

El primer punto en el que hay una desigualdad en la calidad de la atención médica es


en el acceso al sistema de salud (en Estados Unidos el 13% de las mujeres y el 9% de
los varones no tuvieron cuidado médico durante el último año). Este 4% es bastante
importante, sobre todo si uno considera que en la población mayor de 65 años hay mu-
cho más porcentaje de mujeres que de varones, y es la población que necesita más cui-
dados médicos.

El otro elemento importante es que las mujeres que no tienen cobertura médica reciben
menos cuidados médicos que los varones. Del total de las mujeres, el porcentaje que
no tuvo cuidados necesarios en el último año es el que les dije al principio, 13% y 9%,
pero las mujeres sin seguro médico, las homeless, son un 36% contra 23% de los varo-
nes. Medicare, que es una especie de seguro médico para la gente sin recursos, que es-
tá provista por el Estado, muestra una diferencia muy grande y después va disminu-
yendo el cuidado y acceso médico y se van limando las diferencias.

En la Argentina, la cobertura médica de la población descendió del 74% que estaba cu-
bierto en 1985, al 58% en 1993. El grupo de la población donde más se nota la dife-
rencia en cobertura médica es el de las mujeres jóvenes, que son mujeres que han debi-
do recurrir a trabajos en negro, trabajos de tiempo parcial, trabajos que no tienen co-
bertura médica ni beneficios sociales.

El otro tema muy importante relacionado con éste es que la definición legal de trabajo
aleja a la mujer del sistema de salud. ¿Por qué? Porque, en primer lugar, la definición
de trabajo no considera al ama de casa como trabajadora, y el trabajo de ama de casa
es un trabajo, y es un trabajo que tiene una carga horaria mucho más alta que el de un
oficinista o de un empleado y no tiene ningún tipo de reconocimiento social. Entonces
las mujeres que están solas pero que tienen alguien que colabore en su manutención,
ya sea una pareja o la ayuda de la familia, no tienen acceso al sistema de salud porque
no trabajan, o mujeres que tienen que trabajar de empleadas domésticas para atender a
su familia o mujeres que tienen que hacer trabajos en negro para poder cuidar a su fa-
milia. Entonces, para poder acceder a un sistema de salud se necesita trabajar legal-
mente y las que están más perjudicadas en este sistema son las mujeres; esto marca

133
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

una severa desigualdad en el acceso.

Una vez que las mujeres entran al sistema de salud hay disconformidad; y la disconfor-
midad también es importante, 41% de las mujeres contra 27% de varones han cambia-
do de médico en su vida. ¿Cuál es el problema? Según un estudio de la Fundación
Commonwealth, en Estados Unidos el 32% de las mujeres cambia por problemas de
comunicación. El 25% de las mujeres contra el 12% de los varones, aquí los compara,
refiere haber sido desvalorizadas o tratadas como niños. Esto es fundamental, los sín-
tomas de las mujeres: “Ah ¡esto no es nada!...” es una frase característica; lo mismo
que “no esa molestia en el cuello no es nada...”. Esto es mucho más frecuente en muje-
res que en varones. La contrapartida es que ellas te contestan, por el contrario, los va-
rones sólo consultan cuando están gravemente enfermos, y eso también es cierto, hay
diferentes patrones de acceso al sistema médico, pero los de las mujeres no están con-
siderados. Al 17% de las mujeres contra el 7% de los varones se les dijo que sus pro-
blemas eran psicológicos.

Por último, y esto es en la Argentina, el 5% de las mujeres fueron molestadas sexual-


mente por los médicos, con comentarios o actitudes por los cuales se sintieron sexual-
mente agredidas.

Acá tenemos problemas de comunicación con los médicos, las mujeres tienen más difi-
cultades que los varones. Desvalorizadas: 25% las mujeres, 12% los varones. Que todo
era psicológico: 17% las mujeres, 7% los varones.
Enfermedades cardiovasculares. Primera causa de muerte de las mujeres en Estados
Unidos. Si se pregunta de qué se mueren las mujeres, la mayoría de los médicos no lo
sabe. Las mujeres se mueren de enfermedades cardiovasculares exactamente igual que
los varones tanto en Estados Unidos como en Argentina: 31,8%. La única diferencia es
que la enfermedad cardiovascular, enfermedad coronaria, afecta a la mujer diez años
después que al varón. Esto tiene muchas explicaciones fisiológicas que ahora no im-
portan.

Los factores de riesgo tienen diferente importancia en las mujeres y en los varones. Es-
to es algo que recién ahora se está empezando a investigar. Todos los estudios que hay
sobre enfermedad coronaria están hechos en varones. Los estudios más importantes, en
los cuales todo el mundo decide qué tratamiento va a hacer y la prevención, están he-
chos en varones. Ahora lo vamos a charlar al final.
Por ejemplo el HDL colesterol tiene mucho más importancia y se considera un factor
de riesgo independiente en las mujeres, cosa que no es así en los varones. Lo mismo
pasa con los triglicéridos, lo mismo pasa con la menopausia. Y después, cuando tienen
un infarto, ¿qué pasa? Las mujeres llegan a la edad coronaria más tarde que los varo-
nes, porque el dolor en el pecho de la mujer, es cierto, se presenta de manera diferente

134
Unidad 3

que en el varón, pero además se le presta mucha menor atención, y cuando llegan a la
unidad coronaria a las mujeres se les ofrecen menos tratamientos trombolíticos y me-
nos estudios invasivos, se les hacen menos cateterismos. Como respuesta, algunos di-
cen que esto no es una discriminación sino que la mujer que llega a la unidad corona-
ria es en promedio más grande que el varón, está más deteriorada y tiene diferentes ca-
racterísticas arteriales, por lo cual es más difícil hacer este tratamiento. Eso se dice, pe-
ro la realidad es que reciben con menor frecuencia tratamiento trombolítico y que los
estudios sobre prevención primaria y prevención secundaria publicados se han realiza-
do en varones....Los estudios más famosos en prevención ¿cuáles son? El 4S, el estu-
dio del Oeste de Escocia, dice: 8% de mujeres, entonces vale la pena darle droga para
prevenir enfermedad coronaria a gente de alto riesgo, que no han tenido infarto y casi
no considera mujeres. Y así si revisamos cada uno de los estudios desde 1960, todos
los estudios de prevención primaria y secundaria están hechos sobre varones.

Esto es un pantallazo de algunas enfermedades, nada más.

Vamos a hablar sobre las enfermedades psicosociales. 40% de las mujeres contra 26%
de los varones cumplen criterios de depresión mayor, en Estados Unidos. Respecto de
la depresión mayor en Estados Unidos, la historia psicológica o la escuela psicológica
existente es diferente a la de la Argentina. Por sus características, para calificar a una
persona como deprimida o no, ésta tiene que cumplir ciertos criterios del DSM IV. Es-
temos de acuerdo o no con esto, los criterios del DSM IV son iguales para varones y
para mujeres. Primer error. Y si uno se guía por esos criterios, fíjense la diferencia que
hay entre los varones y las mujeres. Prácticamente no hay estudios sobre el origen de
la depresión en las mujeres. En Estados Unidos se están empezando a hacer algunos
estudios, ya hay algunos grupos que trabajan bastante en psicología del género, en la
génesis de la depresión y son mecanismos totalmente diferentes. Las mujeres se depri-
men a diferente edad que los varones, tienen maneras de deprimirse diferentes, expre-
siones de la depresión, diferentes problemas de otra índole que ya vamos a ver.

Un elemento muy importante en Estados Unidos, que en Argentina no se mide, es la


autoestima. La autoestima también se mide con escalas con las que podemos estar de
acuerdo o no, pero la realidad es que el 20% de las mujeres se sienten desvalorizadas,
sienten que tienen baja la autoestima, y eso se advierte cuando uno somete a mujeres y
varones, a las mismas poblaciones a un mismo test.

Otro problema muy importante es que el 10% de la población argentina tiene más de
65 años. ¿Esto que quiere decir? Está demostrado que las mujeres de más de 65 años
son mujeres que en general están solas, o con parejas enfermas, porque los varones nos
enfermamos antes y morimos antes; cuanto más grandes sean las mujeres mayor es el
porcentaje de mujeres solas por varón. La soledad es un factor importante de depresión

135
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

y de malestar. Al vivir más tiempo tienen mayor cantidad de enfermedades crónicas o


parcialmente inhabilitantes y aparte tienen mayores problemas económicos, porque
cuando una mujer enviuda la pensión es mucho menor que la jubilación que recibía del
marido, porque no son iguales las pensiones, ya conocemos el valor de las jubilaciones
en nuestro país.

El acceso al Sistema de Salud también es diferente porque muchos sistemas, muchas


empresas que tienen a sus socios afiliados a algún sistema de medicina, cuando el afi-
liado se jubila pasa a depender del sistema estatal.

Entonces, el envejecimiento de la población argentina aumenta mucho el porcentaje de


soledad en la mujer y el riesgo de estar enferma.

Esta es una encuesta del grupo nuestro en Argentina. Tres de cada cuatro mujeres ma-
yores de 65 años consume psicofármacos en forma regular. Esta es una encuesta que
está hecha en un estrato social de clase media hacia arriba. Por otro lado, el uso cróni-
co de psicofármacos se asocia con algunas enfermedades muy importantes, por ejem-
plo el riesgo de caídas y de fractura de cadera, que es mucho más frecuente en varones
que en mujeres, se ve arriba de los 70 años, y de cuatro mujeres que se rompen la ca-
dera, tres tomaban psicofármacos, algo que es bastante congruente con esto.

El último punto es el alcoholismo; todo el mundo habla de alcoholismo en los varones


pero en las mujeres es otro tema del que no se habla, y no se habla porque los varones
tienen un patrón de consumo de alcohol social en grupo y uno los ve alcoholizados por
la vía publica. El patrón de consumo de alcohol de las mujeres es diferente; las muje-
res ¿cuándo beben?, beben a la mañana en su casa, en soledad, en general después
duermen y cuando se reinician las actividades en la casa porque los chicos vuelven del
colegio, porque el marido vuelve del trabajo, están más o menos en condiciones de
cumplir con sus tareas.

Cambiando de nuevo de tema, vamos a otro que es terrible: la violencia doméstica. Se


trata de un tema de muy alta prevalencia. En países que tienen estadísticas, el 7% de las
mujeres casadas ha sido físicamente agredido por sus maridos en el último año y el
37% lo ha sido en forma verbal o emocional. Esto es altísimo, es un porcentaje muy al-
to y las estadísticas siguen creciendo. En Estados Unidos, en los últimos 5 años, el 2%
de las mujeres han sido violadas. Violación no implica el uso de la fuerza física, simple-
mente implica tener una relación sexual no deseada. Cuando se lo pregunta con encues-
tas sensibles y dirigidas a las mujeres, el 5% de ellas ha tenido relaciones sexuales no
deseadas, aunque sea con su pareja, con algún tipo de coerción, en el último año.

De las mujeres que consultan a un servicio de guardia, el 30% viene de una situación

136
Unidad 3

de violencia doméstica, pero miren lo que pasa y esto ya es culpa de los médicos, el
92% de las mujeres víctimas de abuso no han discutido el tema con sus médicos, no se
animan por la respuesta que ellas encuentran en nosotros. Son respuestas que no con-
templan la situación, son respuestas que desvalorizan. Son respuestas tipo: “Bueno,
¿qué habrá hecho usted?... etc. etc.” Y recién nos enteramos de los casos de violencia
doméstica con el drama de esta chica que fue muerta de 113 puñaladas por el novio, o
algún otro caso que llega a los diarios. El 60% de las mujeres víctimas de violencia no
han sido derivadas a centros especializados, con lo cual no se les ha ofrecido ninguna
ayuda, se le ha curado las lesiones y nada más.

Si vamos a lo que son las prácticas de prevención, en Estados Unidos el 44% de las
mujeres mayores de 50 años no se han realizado una mamografía, ustedes saben que se
recomienda que las mujeres mayores de 50 años se hagan una mamografía anual, pues
se trata de una recomendación demostrada que salva vidas. En nuestro país no estamos
tan mal; 51% de las mujeres que consultan al Programa del Departamento de Atención
ambulatoria del Hospital de Clínicas, que es el Hospital Universitario, no tienen hecha
una mamografía. Este porcentaje en realidad se acompaña de un estudio hecho en el
centro de salud Nº 21 en el barrio de Flores, en una villa de emergencia, y entonces el
porcentaje sube al 80%, con lo cual la pobreza es el factor de riesgo del cáncer de ma-
ma por falta de diagnóstico precoz.

El treinta y cinco por ciento de las mujeres no se ha realizado el Papanicolau, y sabe-


mos que el Papanicolau anual desde el inicio de la vida sexual es una actitud preventi-
va que salva vidas. Un solo Papanicolau hecho en la vida de todas las mujeres salva
vidas, creo que es un cuarenta y pico por ciento, lo cual es un número realmente muy
importante.

El sesenta y siete por ciento de las mujeres tiene sobrepeso y solo el 31% contra el
47% de varones realiza ejercicio en forma regular más de 3 veces por semana. Esto es
muy importante porque mientras tanto la propaganda está llena de remedios para adel-
gazar, geles, institutos, algas, lo que uno quiera. Pero educación o programas sobre re-
ducción de peso o estímulo para el ejercicio no hay. Y en general todo el ejercicio está
dirigido hacia los varones no hacia las mujeres.

Aquí estamos viendo otro caso interesante: en la pareja, en un 80% de los casos la re-
gulación de la fertilidad depende de la mujer, es un problema de la mujer, si va a tomar
anticonceptivos, si va a utilizar un método barrera, si se va a colocar un DIU; el varón
en el 80% de los casos no participa; y cuando se adoptan técnicas de esterilización es 1
varón contra 300 mujeres cuando, paradójicamente la esterilización en el varón es una
técnica mucho más sencilla y barata que la esterilización de la mujer. Porque la esteri-
lización del varón es la ligadura de conductos eferentes, que se puede hacer fácilmente,

137
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

es una operación de cirugía menor y uno puede volver caminando a su casa, mientras
que una ligadura de trompas requiere una cirugía abdominal o hacerlo durante una ce-
sárea después de un embarazo.
Estos fueron algunos ejemplos. Tengo tantos ejemplos que podemos estar hasta maña-
na charlando de cada una de estas enfermedades. Pero ¿qué pasa con la educación mé-
dica? Porque hasta ahora vemos que los médicos no hacen nada, pero ¿nos educaron
para eso? No. El curriculum de la Facultad de Medicina no considera las cuestiones de
género salvo en dos materias, ginecología y obstetricia. No existen programas de edu-
cación médica continua que consideren la salud de la mujer en forma integral. Hay un
solo programa de entrenamiento para residentes; perdón hay dos programas de entre-
namiento para residentes que consideran a la mujer en forma especial, uno está en el
Hospital Italiano y el otro está en el Hospital de Clínicas. En el nuestro, los residentes
rotan tres meses durante toda su residencia por atención ambulatoria y en él pueden re-
cibir entrenamiento en salud de la mujer durante, creo, 3 días en total, hicimos el cal-
culo horario, con lo cual alcanza para que les mostremos un poco más este tema y na-
da más, no tenemos tiempo de entrenarlos.

Los programas de entrenamiento en violencia doméstica y la certificación o acredita-


ción en Medicina Interna no exige que uno esté capacitado en salud de la mujer, de he-
cho, por ejemplo, para obtener el Port en Internal Medicine en Estados Unidos uno de-
be acreditar que está capacitado para atender mujeres no solamente desde el punto de
vista reproductivo. Uno no sólo tiene que saber tomar un Papanicolau, saber mirar una
mamografía y saber hacer un examen pelviano, sino demostrar habilidad en la entre-
vista médico paciente y comprender en forma, algunos lo llaman “sensitive”, de mane-
ra sensible, digamos, hablando el mismo idioma que las mujeres, los problemas y los
16
patrones de acceso al sistema de salud.

Y por último, sólo el 15% del presupuesto de investigación se dedica a investigar el


problema de la mujer, no ginecológico, la investigación ginecológica obviamente es el
100% de presupuesto pero no se considera. Esto motivó que en el año 1994 el Instituto
Nacional de Salud de mujeres y niños, NIH sacase un documento en el cual se estable-
ce que los trabajos de investigación que se hacen a partir de ese momento no pueden
16. En la encuesta a médicos clí-
tener más el sesgo de discriminación de las mujeres. Pero la respuesta es que hay que
nicos y generalistas sobre el cui-
dado de la salud de la mujer se
cambiar todo el diseño de la investigación. Bueno, mala suerte, las mujeres son por lo
concluye que "los médicos clíni-
cos han recibido escaso entrena-
menos la mitad de la población.
miento formal en el cuidado de la
salud de la mujer, que la mitad de
ellos no discuten temas como la
violencia doméstica o el control
de la fertilidad con sus pacientes.
Además sugiere que los médicos
verían con buen agrado en sus
programas de entrenamiento de
posgrado".Mejía, Raúl y cols.
Medicina y Sociedad. Vol. 23. Nº
1. Marzo 2000.

138
Unidad 3

Actividad de integración de la unidad 3

En las actividades de integración de las Unidades I y II, usted estuvo trabajando sobre
un problema prioritario de salud que afecta a la población vecina al Centro de Salud
(sus determinantes, inequidad, la perspectiva ética).

Le solicitamos a continuación que:

Observe cuáles son las barreras culturales, en términos de distancias entre las cul-
turas locales en la atención de la salud y las culturas profesionales del Centro de
Salud.

Luego determine si existen barreras geográficas, económicas, administrativas del


Centro de Salud u otras .

¿Cuáles estrategias superadoras podrían pensarse? ¿Quiénes podrían partici-


par?

Sería importante que para dar respuesta a esta consigna revise sus anotaciones,
y las que ha ido realizando a lo largo del Módulo en las distintas actividades.

Escriba un breve texto en el que responda las siguientes preguntas:

¿Cómo explicaría las dificultades en el acceso a la atención que presenta la co-


munidad del Centro de Salud?

¿Existen familias o personas que quedan marginadas de la atención?;


¿existen extranjeros, trabajadores indocumentados o grupos étnicos que quedan
fuera del acceso a la atención?

¿Existen discapacitados y ancianos que quedan postergados por las distintas


barreras encontradas?

¿Existen familias en situación de riesgo a la salud, niños y mujeres


desnutridos, situaciones de violencia social o de género?

¿A qué pueden atribuirse estas barreras a la atención de la salud?;


¿qué acciones desarrollan los profesionales para vencer estas barreras? El texto que
Ud. elabore será
retomado en la
unidad 4.

139
Presentación del Módulo 1

141
Unidad 4

Introducción
En esta unidad, nos centraremos en la es­tra­te­gia­de­aten­ción­pri­ma­ria­de­la­sa­lud­(APS).
Esta estrategia, desde que fue concebida, puso en revisión muchos conceptos tradicionales so-
bre:

Salud y enfermedad,

Comportamientos personales e institucionales,

Modalidades para definir y organizar un sistema de atención de la salud.

Asimismo, impulsó las líneas de trabajo que buscaban su­pe­rar­las­ba­rre­ras­de­ac­ce­so­a­la


aten­ción­e­in­te­grar­las­ac­cio­nes­de­pro­mo­ción­de­la­sa­lud­y­pre­ven­ción­de­las­en­fer­me­da­-
des mediante intervenciones individuales y/o poblacionales.

Enriqueció el marco conceptual de la par­ti­ci­pa­ción­co­mu­ni­ta­ria como un elemento principal


de los programas de salud, y colaboró en la integración de los derechos humanos en la base
ética que sustenta el acceso a la salud destacando la importancia de la red de servicios y los
niveles de atención para asegurar el acceso y la calidad de la atención, en donde el primer Texto del
contacto con el sistema de salud suponía tanto una integración hacia el interior del sistema Plan Federal
asistencial como hacia la población, valorando su responsabilidad y la de sus instituciones pa-
"La Atención Primaria
ra promover salud, prevenir la enfermedad y acceder oportunamente al sistema de atención.
de la Salud es una
estrategia que conci-
En esta unidad buscaremos integrar las actividades y temáticas desarrolladas en las anteriores be integralmente los
unidades con los conceptos centrales sobre Atención Primaria de la salud; su estudio será problemas de salud-
enfermedad-atención
desarrollado en mayor profundidad y extensión a lo largo de los subsiguientes Módulos.
de las personas y del
conjunto social, a tra-
vés de la asistencia,
Los nú­cleos­pro­ble­má­ti­cos que nos planteamos para este último tramo del módulo se centra- la prevención de en-
fermedades, la pro-
rán en:
moción de la salud y
la rehabilitación.
¿Cuáles son las concepciones de APS que subyacen a las prácticas de los profesionales Tiene como misión
de la salud? extender el sistema
sanitario a la intimi-
dad de los hogares
¿Qué nuevas perspectivas y campos de acción profesional abre el trabajo con la Estrate- permitiendo conocer
gia de Atención Primaria de la Salud? la realidad social y
sanitaria de la pobla-
ción, mejorando la
¿Cuáles son los obstáculos y las fortalezas para su implementación?
comunicación del in-
dividuo (y su familia,
sus saberes y cultu-
ra) con la medicina
científica."
Págs 22-23

143
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

Objetivos específicos

Deseamos que el trabajo desarrollado en esta Unidad le permita:

Concebir la noción de Atención Primaria de la Salud como una estrategia integral e in-
Re­gís­tre­las­en­su
tegrada de asistencia, promoción y prevención en el contexto comunitario.
cua­der­no­y­con­ver­se
so­bre­el­te­ma­con­el
Identificar el impacto de la estrategia de APS sobre los sistemas y servicios de salud.
tu­tor­y­al­gu­nos­com­-
pa­ñe­ros­del­Cen­tro
Reconocer los cambios organizacionales de la estrategia de APS y su influencia sobre
de­Sa­lud
las prácticas de los profesionales de la salud.

Identificar intervenciones que permitan superar los obstáculos para su extensión y con-
solidación.

Actividad Inicial

En esta última Unidad le proponemos que, a modo de apertura y recuperación de sus


saberes (conocimientos, creencias, prácticas),

Exprese en pocas líneas, a partir de su experiencia, formación y lo transitado a lo


largo del presente módulo, algunas respuestas o reflexiones a los siguientes inte-
rrogantes:

¿Qué entiende usted por Atención Primaria de la Salud?

¿Podría identificar programas, actividades, instituciones o servicios donde se


aplica?

¿Ha realizado experiencias sobre APS? ¿Recuerda cuáles?


Rea­li­ce­es­ta­ac­ti­vi­dad
an­tes­de­leer­el­ma­te­-
¿ Tiene alguna opinión valorativa sobre APS?
rial­de­la­pre­sen­te
uni­dad­a­efec­tos­de
Identifique algunas de las principales dudas y principales certezas que tiene so-
dar­ma­yor­es­pon­ta­-
bre el tema.
nei­dad­a­lo­que­usted
ex­pre­se.­Sus­re­pues­tas
son­im­por­tan­tes­pa­ra
guiar­al­Equi­po­Tu­to­-
rial­en­su­ac­ti­vi­dad
for­ma­ti­va.

144
Unidad 4

1. Algunos antecedentes importantes


de la APS
Desde 1978, se dio status prioritario y reconocimiento conceptual a la Aten­ción­Pri­ma­ria­de
la­Sa­lud­(APS), en la Conferencia Internacional celebrada en Alma-Ata 1. Así queda reconoci-
da en el campo de la Salud Pública:

“­Exis­te­una­Po­lí­ti­ca­de­Sa­lud­de­fi­ni­da­y­acep­ta­da­por­ca­si­to­dos­los­paí­ses­del­mun­do
en­la­Asam­blea­de­la­OMS,­en­1977,­de­no­mi­na­da­“Sa­lud­pa­ra­to­dos­en­el­año­2000”.
En­1978,­en­la­reu­nión­de­Al­ma-Ata,­que­dó­es­ta­ble­ci­do­que­pa­ra­lle­var­a­ca­bo­di­cha
po­lí­ti­ca­era­ne­ce­sa­ria­una­es­tra­te­gia­es­pe­cí­fi­ca,­dis­tin­ta­a­las­uti­li­za­das­has­ta­en­ton­-
ces.­Es­ta­es­tra­te­gia­se­de­fi­nió­co­mo­aten­ción­pri­ma­ria­de­la­sa­lud­(APS),­la­que­no­se
de­be­con­fun­dir­con­el­pri­mer­ni­vel­de­aten­ción­o­con­los­ser­vi­cios­bá­si­cos­de­sa­lud.” 2

Esta estrategia incluye como principios básicos:

Ac­ce­si­bi­li­dad­de la población a la atención de la salud.

Co­ber­tu­ra­uni­ver­sal en función de las necesidades de salud de la población.

Or­ga­ni­za­ción­y­par­ti­ci­pa­ción­de­la­co­mu­ni­dad para asegurar el derecho a la salud y


las estrategias de cuidado.

Ac­ción­in­ter­sec­to­rial, entre las organizaciones de salud y otras agencias sociales y lí-


deres comunitarios.

De­sa­rro­llo­de­tec­no­lo­gías­apro­pia­das en función de los recursos disponibles.

1. La 1ª Conferencia Internacio-
nal sobre Atención Primaria de la
Salud, se celebró del 6 al 12 de
septiembre en la ciudad de Alma
Ata, antigua URSS, en 1978.

2. Kroeger, A y Luna, R (comp.).


“Aspectos programáticos de la
atención primaria de salud a nivel
nacional e internacional”. Cap. I.
en Aten­ción­Pri­ma­ria­de­la­Sa­lud.
2° edición. OPS. México.
1992

145
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

2. Las prácticas y las distintas


concepciones de APS

Aten­Ción Pri­mA­riA:­PrO­mO­Ción De SA­luD y PAr­ti­Ci­PA­Ción

Grodos y Bertune nos dicen que la APS propone dar una respuesta “integral” a los pro-
blemas de salud. Esta in­te­gra­li­dad implica que se tome a cargo a la vez el alivio del
sufrimiento cotidiano de las personas (su “demanda de atención”) y los aspectos de
prevención y promoción de la salud.

en­re­su­men,­la­APS­re­quie­re­ser­in­te­gral­por­que­la­rea­li­dad­mis­ma­de­la­sa­lud­y
la­en­fer­me­dad­es­“in­te­gral”­y­por­que­su­fin­úl­ti­mo­es­“in­te­gral”. Es decir, se pro-
pone un modelo de atención “que integra las actividades de medicina curativa, de pre-
vención y promoción sanitaria” (el mismo equipo en una zona determinada es respon-
sable del conjunto de estas actividades, a la inversa de lo que ocurre en el enfoque
“vertical” de los problemas de los equipos especializados).

Veámoslo gráficamente.

PrácTIcAs AsIsTencIAles

PrácTIcAs PrácTIcAs
ProMocIonAles PrevenTIvAs

eqUIPo de sAlUd

Otros­au­to­res­se­ña­lan:

“Es­ta­es­tra­te­gia­(APS)­tie­ne­un­com­po­nen­te­muy­fuer­te­de­par­ti­ci­pa­ción­co­mu­ni­ta­-
ria­en­un­do­ble­sen­ti­do;­por­un­la­do,­bus­can­do­más­con­sen­so­y­de­mo­cra­ti­za­ción
del­po­der­y­por­otro,­más­le­gi­ti­ma­ción­del­sis­te­ma­de­sa­lud­que­en­mu­chos­ca­sos
no­es­su­fi­cien­te.­De­allí­sur­ge­la­ne­ce­si­dad­de­bus­car­al­gu­nos­cam­bios­ins­tru­men­-
ta­les que­me­jo­ren­la­per­for­man­ce­de­los­sis­te­mas,­la­le­gi­ti­ma­ción­con­los­ciu­da­da­-

146
Unidad 4

nos­y­ni­ve­les­más­ac­ti­vos­de­par­ti­ci­pa­ción­de­es­tos­úl­ti­mos.­Es­in­dis­cu­ti­ble­que­se
in­cre­men­ta­la­res­pon­sa­bi­li­dad­in­di­vi­dual­en­to­do­lo­que­po­drá­ser­la­es­tra­te­gia­de
pro­mo­ción­y­pre­ven­ción­de­la­sa­lud, ta­les­co­mo­los­es­ti­los­de­vi­da,­cam­bios­de
há­bi­tos­y­cui­da­do­de­la­sa­lud, que­tra­di­cio­nal­men­te­la­sa­lud­pú­bli­ca­ha­se­ña­la­do
co­mo­las­más­efec­ti­vas­pa­ra­me­jo­rar­la­ca­li­dad­de­vi­da­de­la­po­bla­ción.

En­es­te­sen­ti­do,­las­es­tra­te­gias­de­la­aten­ción­pri­ma­ria­y­la­par­ti­ci­pa­ción­co­mu­ni­-
ta­ria­me­jo­ran­la­res­pon­sa­bi­li­dad­in­di­vi­dual­y­ac­ti­van­mu­chas­fuer­zas­co­mu­ni­ta­rias
en­es­to­de­pro­du­cir­sa­lud­en­tér­mi­nos­co­lec­ti­vos­y­no­só­lo­con­su­mir­aten­ción­mé­di­-
ca.” 3

La Aten­ción­Pri­ma­ria­de­la­Sa­lud debe analizarse desde tres­pers­pec­ti­vas:

Co­mo­es­tra­te­gia

Co­mo­ni­vel­de­asis­ten­cia

Co­mo­pro­gra­ma­de­ac­ti­vi­da­des

La Atención Primaria de la Salud es concebida de distintas formas: como estrategia,


como programa, como nivel de atención. En la amplitud y ambigüedad de su defini-
ción, permite entenderla y actuarla de distintas maneras. En cualquier caso, siempre
tiene el valor de movilizar la reflexión y la acción en materia de la salud de las pobla-
ciones.

3. González García, Ginés;


“Apertura”. En: Torres, Rubén
(org) Aten­ción­Pri­ma­ria­de­la­Sa­-
lud, Buenos Aires, Ediciones. I
Salud Nº 3, Pág. 5. (2001)

147
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

Impacto
Concebida Apoyo en la sobre el Principal
Objetivo Nivel desagre-
como definición sistema
actual gación

8 componentes:
• Recursos
humanos
• Participación
• Articulación
Intersectorial

Administrativo
núcleo del Transformar el • Programación
estrategia

sistema sistema para • Tecnología

Político

Total
nacional de lograr equidad Apropiada
salud-Forma y eficiencia • Nuevas
Parte del social modalidades de
desarrollo organización
• Reorientación
del finan-
ciamiento
sectorial
• Cobertura total
nivel de Atención

Administrativo

APS Puerta de desarrollar una sistema de


Técnico

Parcial
escalonamiento
entrada al ancha base de
con refencia y
sistema captación contrarreferencia

Actividades:
• Educación para
la salud
• Nutrición
• Agua potable y
Saneamiento
Proteger ambiental
Programa Proyecto

grupos • Maternidad e
Asistencia sociales infancia
creativo
Técnico

(Planificación
Bajo

sanitaria seleccionados
familiar)
esencial abordando sus • Atención a
problemas endemias
prioritarios • Inmunizaciones
• Atención de
enfermedades y
traumatismos
comunes
• Suministro de
medicamentos
básicos

148
Unidad 4

Analicemos cada perspectiva.

APS­co­mo­es­tra­te­gia­

El logro de la meta Salud para Todos en el año 2000 mediante la APS implica una
reorganización del sistema de salud en su conjunto, al ubicar como foco de atención a
la propia comunidad y sus problemas.
Se apoya en tres­pi­la­res­fun­da­men­ta­les:­

me­jo­rar­el­ac­ce­so­y­la­uti­li­za­ción­de­los­ser­vi­cios­de­sa­lud.

Sos­te­ner­con­los­re­cur­sos­ade­cua­dos­la­ofer­ta­de­ser­vi­cios.

Adap­tar­se­a­las­ne­ce­si­da­des­y­as­pi­ra­cio­nes­de­la­po­bla­ción.

Ello implica subordinar la utilización sistemática y acrítica de las prestaciones de ser-


vicios más complejas a un uso racional de la atención médica basado en las reales ne-
cesidades de los pacientes, priorizando en consecuencia las prestaciones más básicas y
con mayor capacidad resolutiva. Así, se debe escalonar la atención según niveles as-
cendentes de complejidad, desde los primeros que son las unidades y centros de salud
hasta los niveles más altos como son los hospitales especializados o de máxima com-
plejidad, lo que implica dos­as­pec­tos­fun­da­men­ta­les:­

es­ti­mu­lar­el­uso­de­los­ser­vi­cios­bá­si­cos­de­sa­lud, apoyándose en las con­duc­tas


de­au­to­cui­da­do desarrolladas en el propio núcleo familiar y en es­tra­te­gias­de
par­ti­ci­pa­ción que facilitan la implementación de actividades de promoción y pre-
vención con base en la comunidad.

rea­sig­nar­los­re­cur­sos­hu­ma­nos,­propiciándose la capacitación de técnicos y


profesionales para aumentar sus competencias en la resolución de problemas bási-
cos de salud.

APS­co­mo­ni­vel­de­Asis­ten­cia

Así entendida, la Atención Primaria de la Salud (APS) es equivalente a un primer nivel


de atención, lo que se traduce habitualmente como “puer­ta­de­en­tra­da­al­sis­te­ma”.
Es decir, como la zona de contacto inicial de individuos y comunidades con el sistema
de salud, cuyo carácter descentralizado está destinado a aumentar las posibilidades de

149
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

acceso de la población a los recursos disponibles en cada área sanitaria.

Esta zo­na­ini­cial implica establecer una co­mu­ni­ca­ción­con­ti­nua­y­sis­te­má­ti­ca con:

a. La po­bla­ción­cu­bier­ta, ya se trate de aquellas personas incluidas en la población


de alto riesgo como aquellas consideradas como sanas o asintomáticas.

b. Con re­fe­ren­tes­ubi­ca­dos­en­otros­ni­ve­les­del­sis­te­ma, para efectuar su adecua-


da derivación.

Esta concepción sufrió tal tipo de distorsiones que llegó a interpretarse la APS como el
“techo” o límite máximo de la atención, lo que suponía limitar el acceso y degradar la
propuesta en una me­di­ci­na­pa­ra­po­bres. Si la atención primaria se degradara de esta
forma, se transformaría en un programa marginal para gente marginal y con recursos
marginales.

APS­co­mo­Pro­gra­ma­de­Ac­ti­vi­da­des

La APS sostiene que, si bien las acciones deben abarcar a toda la población garantizan-
do la equidad horizontal en el acceso a los servicios básicos de salud, es cierto que la
pre­sen­cia­de­gru­pos­con­ma­yo­res­ne­ce­si­da­des­de­aten­ción­obli­gan­a­sa­tis­fa­cer
prio­ri­ta­ria­men­te­sus­ne­ce­si­da­des. Esto no implica que la atención deba limitarse so-
lamente a grupos focalizados mediante el suministro de un paquete básico de servicios,
sino que es necesario am­pliar­o­ex­ten­der­la­co­ber­tu­ra­de­los­pro­gra­mas­y­ser­vi­cios
de­sa­lud.­

El concepto de pro­gra­mas­di­ri­gi­dos­a­gru­pos­de­po­bla­ción­o­a­pro­ble­mas­es­pe­cí­fi­-
cos­se­lec­cio­na­dos­se­gún­un­en­fo­que­de­ries­go ha sido objeto de una polémica cre-
ciente entre los sanitaristas. Por un lado, están quienes aceptan esta perspectiva, subya-
cente al diseño e implementación de programas “focalizados” que se dirigen a grupos
expuestos a situaciones de riesgo o en condiciones de mayor vulnerabilidad (Programa
Materno Infantil, Programa de Lucha contra el SIDA, Programa de Atención Primaria
dirigido a la población aborigen) y por el otro, los que sostienen que al asociarse la es-
trategia de APS con programas focalizados se legitima la concepción selectiva de la in-
tervención y se abandona la filosofía original de la APS, cuyo principio de universali-
dad se basaba en una atención que debía abarcar a toda la población comprendida en el
sistema.

150
Unidad 4

“La­aten­ción­pri­ma­ria­de­la­sa­lud­(APS)­cons­ti­tu­ye­la­asis­ten­cia­sa­ni­ta­ria­esen­cial­ba­sa­da­en
mé­to­dos­y­tec­no­lo­gías­prác­ti­cos,­cien­tí­fi­ca­men­te­fun­da­dos­y­so­cial­men­te­acep­ta­bles,­pues­ta­al­al­-
can­ce­de­to­dos­los­in­di­vi­duos­y­fa­mi­lias­de­la­co­mu­ni­dad­me­dian­te­su­ple­na­par­ti­ci­pa­ción­y­a­un
cos­to­que­la­co­mu­ni­dad­y­el­país­pue­dan­so­por­tar­en­to­das­y­ca­da­una­de­las­eta­pas­de­su­de­sa­-
rro­llo,­con­un­es­pí­ri­tu­de­au­to­rres­pon­sa­bi­li­dad­y­au­to­de­ter­mi­na­ción.
Esta definición, expuesta en la reunión de Alma Ata hace más de dos décadas, y a cuyos postula-
dos han adherido formalmente la totalidad de los países individualmente, y constituye hoy la re-
comendación de todos los organismos internacionales como una de las bases de los procesos de
reforma del sector salud, parece no corresponderse en la práctica con políticas universitarias de
pregrado y posgrado que privilegian la ultraespecialización, con políticas salariales que devalúan
estas prácticas y aun una depreciación de reconocimiento profesional para quienes a ella se dedi-
can.
Al mismo tiempo, la relación costo-efectividad y el impacto sobre los principales indicadores de
salud parecen dejar pocas dudas de su eficacia en relación con los procedimientos tecnológica-
mente más sofisticados; y aun así resulta difícil implementar e imponer esta estrategia.
Vinculada con ella, surge una nueva concepción del Hospital Público, que por ser el elemento
más visible e imagen de la salud pública para la mayoría de nuestra población, debe hoy cam-
biarse.
El tradicional hospital encerrado entre sus paredes y altamente especializado, o mejor, tecnologi-
zado, y simple receptor o tratante del hombre enfermo, debe transformarse en una institución ca-
paz de organizar la demanda de ingreso al sistema entrando en contacto con el hombre sano y
acercando a él la disponibilidad de los recursos.
En definitiva, un hospital que tienda a alcanzar la equidad no sólo como un problema de asignación
de recursos sino también de la accesibilidad del conjunto de la población al sistema sanitario.
Y aunque meta común de las políticas sanitarias y sociales, la equidad aparece a menudo esquiva
en la implementación de las mismas.
Según diferentes concepciones, la APS puede interpretarse simplemente como el nivel de aten-
ción o puerta de entrada al sistema, limitándola por consiguiente a una forma de organización téc-
nico-administrativa; como un programa con objetivos específicos y estructura simplificada para
la atención elemental de grupos marginales, y en este caso termina transformándose en un pro-
grama marginal, con recursos marginales, para población marginal («¿atención primaria o primi-
tiva de la salud?») y finalmente como una estrategia, para lo cual debe satisfacer requisitos de im-
pacto, equidad, eficacia social y articulación intersectorial.
La APS como estrategia, al introducirse en la estructura del sistema de salud, plantea desde la ba-
se de este sistema un cambio cualitativo que lo afecta en su totalidad generando a la vez modifi-
caciones en los diferentes niveles y promoviendo una mejor calidad en las prestaciones.
Por otra parte, en virtud de sus fundamentos y características de integración en la comunidad, al
encontrar las respuestas adecuadas en tiempo y lugar a las necesidades particulares de cada grupo
social, aumenta su eficacia elevando los niveles de salud de la población en su conjunto.
Concebida de esta manera, la APS sobrepasa los límites del sector, significa mucho más que reor- 4. Torres, Rubén; Atención Pri-
maria de la Salud, Nuevas Di-
denamiento y estructuración de los servicios, compromete una mayor participación del Estado, la mensiones, Buenos Aires, Edicio-
nes ISALUD N º 3. "A 20 años de
Alma Ata el Debe y el Haber de
integración de los servicios y de la comunidad y se transforma en un desafío político.” 4 la Atención Primaria de Aten-
ción", Págs.178-179-

151
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

Lo invitamos ahora a que, a partir de estas lecturas, realice las siguientes actividades:

Efectúe una consulta a profesionales de la salud que trabajen en el Centro de Salud


en distintas especialidades clínicas, acerca de qué significado le atribuyen al con-
cepto de Atención Primaria de la Salud.

Releve la presencia de las distintas concepciones acerca de la APS (como progra-


ma, estrategia, nivel de actividad) enunciadas en las respuestas dadas por los entre-
vistados.

Identifique cuál es la concepción que prevalece acerca de la APS.

De alguna manera, las diferentes concepciones, si las hubiere, ¿constituyen un obs-


táculo para las prácticas profesionales?

3. Barreras en la implementación de la
APS

Tal como señalan Fried (1975) y Daniels (1985) y como lo presentamos en las unida-
des anteriores, “Ca­da­vez­que­se­to­ca­el­te­ma­de­la­equi­dad­en­sa­lud,­se­tien­de­a­con­-
si­de­rar­co­mo­as­pec­to­fun­da­men­tal­el­ac­ce­so­a­la­asis­ten­cia­sa­ni­ta­ria.” 5 Sin duda, es
básica la posibilidad de recibir la atención de la salud ante cualquier episodio de enfer-
medad, cualquiera sea su nivel de complejidad, en forma equivalente para todas las
personas.

La am­plia­ción­de­los­ser­vi­cios­de­sa­lud, incluyendo centros de primer nivel de aten-


ción instalados en las comunidades, ha significado un importante aporte en la búsque-
da de acercamiento a la comunidad y a la mejora de su salud.

Sin embargo, estas barreras siguen influenciando a las prácticas y a los resultados sani-
5. En: Ob. cit. Peter F y Evans, T.
Capítulo 3 "Dimensiones éticas tarios. No sólo es necesario estar más cerca y pertenecer a la comunidad. Se requiere,
de la equidad en salud".
Pág. 27.

152
Unidad 4

fundamentalmente, el desarrollo de un nue­vo­mo­de­lo­de­tra­ba­jo que supere la visión


meramente curativa, atendiendo cuando el daño a la salud ya está instalado y agravado.

Entre los servicios de salud y la comunidad suelen establecerse dis­tin­to­ti­po­de­ba­rre­-


ras que se interponen al ac­ce­so­real,­considerando el uso­efec­ti­vo­de­los­ser­vi­cios­de Con­si­de­ran­do­es­tos­pro­-
sa­lud­por­par­te­de­la­co­mu­ni­dad, la disponibilidad y disposición del personal, la ca- ble­mas,­lo­in­vi­ta­mos­a
lidad y oportunidad de la respuesta, la satisfacción de la comunidad y las personas. ta­- re­cu­pe­rar­sus­re­fle­xio­nes
les­ba­rre­ras­eco­nó­mi­cas,­geo­grá­fi­cas­y­cul­tu­ra­les­constituyen un obstáculo impor- de­la­Ac­ti­vi­dad­de­in­te­-
tante para la salud de las personas y acaban potenciando los efectos de los determinan- gra­ción­de­la­uni­dad­3
tes sociales. En otros términos, es­tas­ba­rre­ras­obs­ta­cu­li­zan­el­lo­gro­de­ma­yor­equi­- re­fe­ri­da­a­las­ba­rre­ras
dad­en­sa­lud,­pro­du­cien­do­una­vul­ne­ra­bi­li­dad­di­fe­ren­cial­o­acu­mu­la­ti­va­de­los exis­ten­tes­en­tre­el­Cen­tro
fac­to­res­so­cia­les­de­ter­mi­nan­tes­de­la­sa­lud. de­Sa­lud­en­el­que­tra­-
ba­ja­y­su­co­mu­ni­dad­y
De manera simple y retomando lo enunciado en las unidades 2 y 3, podríamos iden- las­di­fi­cul­ta­des­en­el­ac­-
tificar: ce­so­a­la­aten­ción­de­la
sa­lud.
la­dis­tan­cia­geo­grá­fi­ca­del­ser­vi­cio­de­sa­lud­con­res­pec­to­a­la­co­mu­ni­dad Le­su­ge­ri­mos­que­re­to­me
que­atien­de. Ello incluye los medios de transporte público y sus costos para las sus­ano­ta­cio­nes­rea­li­za­-
personas más pobres, o el camino a pie que las personas deben recorrer para lle- das­du­ran­te­las­Ac­ti­vi­da­-
gar al servicio de salud, muchas veces con terrenos llenos de obstáculos. des­Pre­li­mi­na­res­del
Pos­gra­do,­(re­fe­ri­das­a
la­or­ga­ni­za­ción­de­los­ser­vi­cios­y­sus­ba­rre­ras­ad­mi­nis­tra­ti­vas,­que impiden las­ob­ser­va­cio­nes­y­en­-
el acceso al servicio y la atención oportuna. tre­vis­tas­ad­mi­nis­tra­das
acer­ca­de­las­ra­zo­nes
las­dis­tan­cias­cul­tu­ra­les­en­tre­los­pro­fe­sio­na­les­y­la­gen­te, incluyendo las di- por­las­cua­les­la­co­mu­-
ficultades para la comprensión de las necesidades, la comunicación, el diálogo. ni­dad­no­asis­te­al­Cen­tro
de­Sa­lud,­o­lo­ha­ce
las­di­fi­cul­ta­des­en­la­ca­pa­ci­dad­re­so­lu­ti­va­del­ser­vi­cio­de­sa­lud,­para dar atención cuan­do­ya­no­tie­ne­otras
y respuestas efectivas a las necesidades de salud y su reestablecimiento. op­cio­nes),­y­las­ac­ti­vi­da­-
des­10,11­y­12­de­la­Uni­-
dad­3.

Revisando sus anotaciones y las que ha ido realizando a lo largo del Módulo en las dis-
tintas actividades:

¿Podría agregar algo más a estas reflexiones sobre las barreras?

¿Cómo explicaría ahora las dificultades en el acceso a la atención que presenta la


comunidad del Centro de Salud?; ¿qué diferencias observa, si las hay, entre sus
primeras anotaciones y sus análisis actuales?

153
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

¿Cuáles son las barreras materiales y culturales que advierte?

¿En qué medida ellas afectan negativamente en el acceso a la atención oportuna?;


¿cómo afecta esto a la equidad en salud?

¿Qué límites presentan en materia de prevención del daño a la salud y de promoción


de prácticas saludables?

4. Barreras institucionales y
profesionales

Existen ba­rre­ras­per­so­na­les­e­ins­ti­tu­cio­na­les para la consolidación de esta estrategia


en los propios modelos de atención de la salud que, construidos a lo largo de la histo-
ria de la medicina y presentes en las prácticas profesionales condicionan su desarrollo.
El texto de Kroeger y Luna sintetiza en el siguiente esquema acerca de las barreras en
la relación médico – paciente:

“BA­RRE­RAS­MÉ­DI­CAS

1.­La­ines­ta­bi­li­dad­del­per­so­nal­mé­di­co en­las­zo­nas­ru­ra­les­no­ofre­ce­su­fi­cien­te
tiem­po­pa­ra­el­pro­ce­so­de­apren­di­za­je.

2.­La­iden­ti­fi­ca­ción­con­los­gru­pos­do­mi­nan­tes,­den­tro­de­los­pue­blos­y­co­mu­ni­-
da­des­ru­ra­les,­im­pi­de­el­co­no­ci­mien­to­de­los­ver­da­de­ros­gru­pos­de­al­to­ries­go
en­los­es­tra­tos­mar­gi­na­dos.

3.­La­inex­pe­rien­cia­y­des­co­no­ci­mien­to­pro­fe­sio­nal de­los­fac­to­res­so­cia­les­y­cul­tu­-
ra­les­que­in­flu­yen­en­la­sa­lud,­y­el­com­por­ta­mien­to­fren­te­a­los­ser­vi­cios­de­sa­-
lud­(par­ti­cu­lar­men­te­en­tre­gru­pos­in­dí­ge­nas­y­es­tra­tos­so­cio­–­eco­nó­mi­cos­ba­-
jos).

154
Unidad 4

4.­La­so­ber­bia­del­mé­di­co (ad­qui­ri­da­du­ran­te­su­ca­rre­ra­uni­ver­si­ta­ria­y­con­fir­ma­-
da­por­su­ele­va­da­po­si­ción­en­la­co­mu­ni­dad),­que­le­ha­ce­creer­que­en­tien­de­los
pro­ble­mas­de­sa­lud­de­la­co­mu­ni­dad­y­tra­ta­con­cier­to­des­pre­cio­a­sus­pa­cien­-
tes.­Por­es­ta­ra­zón,­mu­chos­en­fer­mos­pre­fie­ren­con­sul­tar­a­un­cu­ran­de­ro­pro­fe­-
sio­nal.

5.­La­prác­ti­ca­mé­di­ca­in­di­vi­dua­lis­ta,­que­per­mi­te­al­pro­fe­sio­nal­diag­nos­ti­car­y­tra­-
tar­pa­cien­tes­in­di­vi­dua­les,­pe­ro­que­le­im­pi­de­ana­li­zar­y­tra­tar­los­pro­ble­mas­de
sa­lud­y­sus­cau­sas­den­tro­de­una­po­bla­ción.

6.­El­mie­do­a­la­com­pe­ten­cia­de­los­prac­ti­can­tes­de­la­me­di­ci­na­in­for­mal,­quie­nes
po­drían­qui­tar­le­a­sus­pa­cien­tes.”­6

A continuación les presentamos algunos testimonios volcados por trabajadores de la Sa-


lud de distintas provincias de nuestro país 7. Se refieren a interrogantes y opiniones so-
bre posibles respuestas a los desafíos planteados. Le sugerimos que los lea y analice.

“El médico viene deformado de los ’70, ’80, ’90; aprendimos con el paciente hori-
zontal, no lo vimos nunca vertical, vimos un órgano, un ojo, un corazón etc., nunca
vimos a la persona. El cambio de paradigma de la salud es justamente apuntar a otra
cosa que no tiene nada que ver con lo que nos formamos ahora, y pasa por la refor-
mulación de lo que estamos haciendo, replantear la formación de la gran cantidad de
especialistas que se forman en los hospitales, por el centralismo hospitalario, y for-
mar profesionales de la salud que puedan hacer carne la estrategia de APS”.

“Desde el discurso, todos acuerdan con el abordaje a favor de la APS, como estrate-
gia para desarrollar todos los programas de salud. Pero en el abordaje concreto en-
contramos un poco de resistencia al cambio, a una visión que sea más humana y so-
cial, no sesgada y enfocada sólo en la enfermedad. La cuestión es tratar de desarro-
llar un trabajo multidisciplinario y en equipo”.

“Hace 40 años que estamos hablando de APS. Un poco ya conocemos las herra-
mientas, pero es aplicarlas en los contextos en los que estamos trabajando y creo 6. Kroeger y Luna. Ob. Cit. Pág.
42.
que todo se reduce a articulación, y es muy amplio, y es el secreto y es la rueda que
7. Estos testimonios fueron reco-
tenemos que poner a funcionar, que hace veinte, treinta, mil años que hablamos y gidos en el contexto de las distin-
tas jornadas de trabajo que orga-
que uno le echa la culpa a Nación, otro a Provincia, otro a Municipio. Pero a noso- nizó el Ministerio de Salud y Am-
biente de la Nación en conjunto
tros, ¿qué nos toca?” con los Ministerios de Salud Pro-
vinciales y que se convocaron ba-
jo el nombre "La estrategia de
APS en el centro de la esce-
na". 2003.

155
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

“Hay cuestiones sociales, económicas, esto [ha­ce­re­fe­ren­cia­al­pro­ce­so­sa­lud-en­fer­-


me­dad] es multicausal, multifactorial, todo es muy complejo; ¿qué hacemos mientras
tanto? En el mundo feliz tendríamos que esperar que no existiera el hambre, que no
existiera la desnutrición, que no existiera en los hospitales internación por estas cau-
sas, porque si manejamos prevención no tendrían que existir, pero ¿qué estrategia te-
nemos que plantear mientras tanto? Tenemos que bajar a lo nuestro, a lo cotidiano”.

En estos testimonios se plantea la estrategia de APS como una posible respuesta y algu-
nos de sus desafíos y limitaciones del enfoque clásico. A partir de la lectura de los testi-
monios anteriores, le proponemos que reflexione:

¿Qué piensa usted de estos testimonios?

¿Qué similitudes y diferencias tienen con las que se expresan en la práctica en su


equipo de salud? ¿Y con las suyas?

5. Barreras percibidas por la población

A continuación se transcriben tes­ti­mo­nios­de­po­bla­do­res que refieren a ba­rre­ras­per­ci­-


bi­das que dificultan el acceso a los servicios de salud. Le pedimos que los analice:

Ent:­¿Vos­con­si­de­rás­que­es­fá­cil­o­di­fí­cil­ser­aten­di­do?
¿Por­la­Obra­So­cial­o­el­Hos­pi­tal?

Ent:­En­am­bos­la­dos­...
No,­por­la­Obra­So­cial­es­mu­cho­más­fá­cil­la­aten­ción­y­si­uno­va­al­hos­pi­tal
bue­no­uno­sa­be­que­tie­ne­que­es­pe­rar,­de­be­es­pe­rar,­y­hay­ve­ces­que­cues­ta­es­-
pe­rar­se­gún­la­ur­gen­cia­que­ten­ga­ca­da­per­so­na,­por­ejem­plo­las­ve­ces­que­el

156
Unidad 4

ne­ne­se­me­las­ti­mó­la­ca­be­za­no­hu­bo­pa­cien­cia­pa­ra­es­pe­rar,­si­de­re­pen­te­el
ne­ne­tie­ne­tem­pe­ra­tu­ra­es­pe­ra­mos­has­ta­que­nos­lla­men,­pe­ro­por­la­Obra­So­-
cial­es­mu­cho­más­rá­pi­do,­no­hay­que­es­pe­rar­tan­to...

“Es­tán­tan­acos­tum­bra­dos­a­ha­cer­su­tra­ba­jo­que­de­re­pen­te­des­cui­dan­la­par­te
emo­cio­nal­de­pa­cien­te,­en­ton­ces­ellos­no­se­dan­cuen­ta­que­una­ma­dre­o­un­pa­-
dre­que­va­a­lle­var­a­sus­hi­jos­a­un­mé­di­co­por­que­lo­ne­ce­si­ta,­al­no­co­no­cer­tu
es­ta­do­eco­nó­mi­co­en­ton­ces­es­co­mo­que­ellos­ig­no­ran­to­do­ese­fac­tor­y­a­ve­ces
te­tra­tan­muy­mal­y­te­sen­tís­pé­si­ma­men­te­mal”­

“Si­me­gas­to­los­vein­te­pa­ra­ir­al­me­di­co­en­re­me­dios­les­sa­co­dos­o­tres­días
de­co­mi­da­a­mis­hi­jos;­pre­fie­ro­que­co­man­ellos;­yo­ya­vi­ví;­en­una­pa­la­bra
pre­fie­ro­que­co­man­ellos”.

“El­hos­pi­tal­te­nía­co­mo­68­per­so­nas­an­tes­que­yo,­así­que­lo­lle­vé­a­una­clí­ni­-
ca­(por­un­có­li­co­he­pá­ti­co,­des­pués­no­lo­hi­ce­tra­tar)”;­

*(...)­Ahí­en­el­hos­pi­tal­te­te­nés­que­le­van­tar­a­las­cin­co­de­la­ma­ña­na,­ha­cer­la
co­la­has­ta­las­sie­te­...que­se­abra­la­ven­ta­ni­lla­y­des­pués­te­nés­que­es­pe­rar­has­-
ta­las­diez­que­te­lla­me­la­gi­ne­có­lo­ga,­que­te­atien­da­o­te­dé­la­pas­ti­lla,­si­te­la
da­o­no­te­la­da...(...)­Acá­te­nés­que­es­tar­a­las­cin­co­pa­ra­sa­lir­a­las­do­ce­más
o­me­nos,­to­das­las­ve­ces­que­he­ido­he­tar­da­do,­te­nía­que­es­tar­to­da­la­ma­ña­na
ahí­...con­to­do­lo­que­uno­ne­ce­si­ta­pa­ra­los­chi­cos­(...)”

“Me­gus­ta­ría­que­en­la­sa­li­ta­del­ba­rrio­ha­ya­un­mé­di­co­las­24­ho­ras­por­que
ca­da­vez­que­pa­sa­al­gu­na­co­si­ta­ten­go­que­co­rrer­a­la­sa­li­ta­de­Va­len­tín­Al­si­-
na.

Ent:­¿El­pro­ble­ma­es­que­no­hay­mé­di­cos?
“En­la­sa­li­ta­de­Ma­rio­Bra­vo­so­la­men­te­hay­mé­di­cos­de­9­a­12,­creo­que­des­-
pués­de­la­1­has­ta­las­3­de­la­tar­de­y­no­to­dos­los­días”.

Ent:­¿Cuan­do­Uds­tie­nen­un­pro­ble­ma­siem­pre­se­di­ri­gen­a­Al­si­na?
“Sí,­al­hos­pi­tal­o­a­la­sa­li­ta­de­Al­si­na,­se­gu­ro­que­hay­un­pe­dia­tra”.­

Ent:­Uds.­Pre­fie­ren­ir­a­la­sa­li­ta­por­un­mo­ti­vo­de­dis­tan­cia?
“En­la­sa­li­ta­con­ven­dría­más­por­que­ahí­en­la­sa­li­ta­le­ha­cen­ha­cer­aná­li­sis,
esas­co­sas.­En­la­sa­li­ta­de­Va­len­tín­Al­si­na,­por­ejem­plo,­si­Ud.­ne­ce­si­ta­un
aná­li­sis­de­san­gre­o­una­ra­dio­gra­fía­to­do­le­ha­cen­ahí,­es­co­mo­un­hos­pi­ta­li­to
pe­ro­chi­co”.­

157
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

Luego de analizar estos testimonios:

Le sugerimos que realice algunas entrevistas a los habitantes de su comunidad in-


cluyendo los mismos interrogantes que utilizó el entrevistador para obtener los tes-
timonios transcriptos anteriormente.

Compare las respuestas obtenidas por usted y elabore su interpretación sobre las
barreras que perciben los miembros de su comunidad.

¿Cuáles son sus conclusiones acerca de las barreras a la atención de la salud en su


contexto?

6. Regionalización y nivel local

La implementación efectiva de la APS supone un sistema regionalizado: una red inte-


grada de servicios en la cual se otorga máxima prioridad a la aten­ción­bá­si­ca­pres­ta­da
a­ni­vel­lo­cal co­mo­puer­ta­de­ac­ce­so­al­sis­te­ma­de­sa­lud­en­su­con­jun­to. La atención
de la salud será más efectiva cuanto más próxima se halle al ámbito en el que las per-
sonas viven, se educan y trabajan, y de acuerdo con las necesidades o características
que presenta cada zona o región geográfica.

En­la­pá­gi­na­del­Mi­-
En este sentido, uno de los principios básicos de la regionalización es que la­aten­ción
nis­te­rio­de­Sa­lud,­en
de­la­sa­lud­de­be­ser­ofre­ci­da­al­má­xi­mo­ni­vel­po­si­ble­por­el­pri­mer­ni­vel­del­sis­te­-
Co­na­pris,­us­ted­en­-
ma.
con­tra­rá­el­re­su­men
eje­cu­ti­vo­del­tra­ba­jo
Para dar cumplimiento a este proceso debe partirse de la conformación de una red­in­-
so­bre­Re­fe­ren­cia­y
te­gra­da­de­ser­vi­cios, que incluya a efectores tales como:
Con­tra­rre­fe­ren­cia­en
sis­te­mas­lo­ca­les­
el Hospital,
de­sa­lud.­
el Centro de Salud o Unidad Sanitaria,
Lo­in­vi­ta­mos­a­com­-
Programas de salud que estén orientados hacia el fin de mejorar la cobertura de
par­tir­sus­re­fle­xio­nes
la población.
con­el­equi­po­
tu­to­rial

158
Unidad 4

El proceso de regionalización no debe concebirse como una simple división geográfi-


ca, sino que se inscribe en un pro­ce­so­de­des­cen­tra­li­za­ción­de­la­ad­mi­nis­tra­ción­téc­-
ni­ca­y­de­ser­vi­cios cuyo fin último es el au­men­to­de­la­ac­ce­si­bi­li­dad­a­los­ser­vi­cios.

Lo invitamos a que describa e interprete:

¿Cómo está organizada la red de atención regional a la que pertenece su Centro


de Salud?
¿Conoce Ud. la existencia de normas sobre referencia de pacientes, en el Centro
de Salud?
¿Tiene información sobre el grado de aplicación? ¿Cuáles son las dificultades?
¿Cómo responden los servicios en la contrarreferencia?
¿Qué papel le cabe al Centro de Salud en el aumento de la accesibilidad a los
servicios?; ¿y en su función resolutiva específica?
¿Qué procesos requerirían ser mejorados para facilitar la articulación entre los
servicios de la red y el desarrollo del primer nivel de atención?

7. Acerca de la intersectorialidad

Una herramienta fundamental para la implementación de una estrategia de APS es la


in­ter­SeC­tO­riA­li­DAD. Ella permite incorporar y sumar recursos, actividades, ini-
ciativas que habitualmente existen y se desarrollan más allá del sistema formal de sa-
lud, a través de otras agencias sociales: escuelas, instituciones barriales, centros de re-
creación, organizaciones laborales, etc. En la propuesta de Municipios Saludables apa-
recen buenos ejemplos de esta respuesta intersectorial.

159
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

En el sitio del Ministerio de Salud puede encontrar referencias concretas al Programa de


Municipios Saludables www.msal.gov.ar

Ahora le proponemos que trate de identificar, en la realidad del área que abarca el Cen-
tro de Salud en el que usted trabaja,

¿Cuáles son las organizaciones que, fuera de los servicios formales de salud, influ-
yen en la situación de salud de la población en su comunidad?

¿Qué actividades identifica en ellas como vinculadas a salud?

¿Qué mecanismos de articulación existen entre dichas organizaciones y los servi-


cios de salud?

¿Qué medidas sugiere para hacer esta articulación mas eficaz y eficiente?

8. Participación social y
Calidad en APS

La estrategia de APS, en cualquiera de los distintos niveles de atención, propone dar


una respuesta “integral” a los problemas de salud. Ello requiere la jerarquización de las
actividades de promoción y prevención desde un enfoque que destaque la participación
social, así como de la permanente mejora de la calidad de la atención. Veamos lo que
expresan algunos especialistas:

160
Unidad 4

PráC­ti­CAS De PrO­mO­Ción y PAr­ti­Ci­PA­Ción


(Pá­rra­fos­ex­traí­dos­de­Gra­dos­y­Ber­tu­ne)

Las dos características de integralidad y de equidad de la APS no son realizables sino


en el marco de un enfoque participativo. Éste cae de su peso si recordamos una dimen-
sión capital de la filosofía de la APS, tal como la hemos descripto: tender a responsabi-
lizar a los individuos y las comunidades con respecto a la toma a cargo de su salud por
ellos mismos.

Pero la participación tiene también razones más «técnicas». Podemos considerar al me-
nos cuatro:

a) el diálogo con la población es una vía de entrada no burocrática a la compren-


sión de sus necesidades y de su demanda de atención;

b) la salud no se mejora nunca por la sola acción de la medicina. Cuando todo el


medio ambiente cambia en el buen sentido, la salud puede mejorar. Pero esto su-
pone individuos actores, y no solamente beneficiarios de la acción médico-sani-
taria;

c) además, sólo la opinión, el control, la retroalimentación que viene de la pobla-


ción permiten una adaptación permanente del sistema de salud y su mejora hacia
una mayor eficacia, eficiencia, acceso, y para decirlo todo, humanidad.

d) finalmente, cada cultura tiene su propia concepción de la salud, que los “profe-
sionales de la salud”, encerrados en su saber técnico, no llegarán a adquirir más
que por una forma u otra de diálogo con la población. Se han cometido muchos
errores por no haber querido reconocer que toda comunidad humana posee su
propio saber sobre la salud, y que es tomando explícita la expresión y consciente
la lógica que podemos unir este saber con el saber occidental en los mismos do-
minios –saber occidental que no se trata de tirar, desde luego.

La participación no es siempre una dimensión de la APS automáticamente garantizada.


Se obtiene y se conserva difícilmente. Es, además, tanto un resultado de acciones em-
prendidas como un recurso para la realización de estas acciones. Tomemos el ejemplo
de la atención curativa. El sufrimiento individual es, para las personas, el problema de
salud prioritario (estemos en un país rico o en un país pobre, por otra parte).

Entonces, un servicio de salud debe, primero, hacerse cargo de la respuesta a esta ne-
cesidad fundamental y universal. Pero la organización de servicios curativos es tam-
bién una excelente ocasión de diálogo, que permite a las personas tomar conciencia de

161
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

sus propias posibilidades de autonomía y a los profesionales de la salud adaptar la na-


turaleza y las modalidades de funcionamiento de sus servicios.

No hay razón para que la participación no llegue a todos los sujetos que tienen una re-
lación con el desarrollo o la salud. Tampoco hay razón para que ella no intervenga en
todos los niveles de decisión, desde el nivel médico-enfermo a los niveles superiores
del sistema sanitario. Por lo tanto, al confinar indebidamente la APS sólo a los servi-
cios periféricos, no se hace más que yuxtaponer una organización comunitaria naciente
con el resto del sistema sanitario, inmodificado en su centralismo, sus costos y su tec-
nicidad.

Una vez dicho esto, el enfoque participativo no niega –contrariamente a lo que algunos
dicen– la importancia de las técnicas y de los técnicos. Pero demanda a estos técnicos
un esfuerzo de escucha y de cambio que permita reorientar algunas de sus acciones y
adaptar algunos de sus medios a los valores y modelos de las personas para las que tra-
bajan.

Las consecuencias evidentes de este reparto de saber y de poder, aun limitado, son la
demistificación de una gran cantidad de técnicas, de tratamientos o de servicios –y un
cierto cambio de comportamiento por parte de los que las utilizan. En la práctica, esto
se manifestará, por ejemplo, en la negativa a medicalizar problemas corrientes o sus-
ceptibles de ser tomados a cargo a nivel familiar (como el tratamiento de primera ins-
tancia de la gripe, de la fiebre o de la diarrea). O aun en la búsqueda de alternativas:
farmacias familiares, colaboración con la medicina tradicional, etc.

CO­ber­tu­rA y CA­li­DAD

Dra.­El­sa­Mo­re­no

“Alma Ata, con un renovado enfoque de la atención primaria, significó una ruptura
cualitativa con el pasado y una nueva propuesta de actuar en salud, focalizada espe-
cialmente en un reordenamiento de prioridades que compromete a la sociedad en su
conjunto. Este reordenamiento deriva, por lo menos, de tres ideas fuerza presentes en
la «Declaración de Alma Ata»; la primera es una nueva conceptualización de la salud,
la segunda es la introducción de un enfoque intersectorial y participativo y la tercera es
el imperativo de reorientación y reestructuración de los servicios de salud.

162
Unidad 4

La nueva conceptualización de la salud representa el reconocimiento de que la salud es


un producto intersectorial, resultado de un conjunto de aspectos mucho más amplios
que sólo los servicios de salud y las causas que se generan en los ámbitos políticos,
económicos y sociales.

La introducción de un enfoque intersectorial pone énfasis en la necesidad de generar


un compromiso político que permita llevar a la práctica esta nueva apreciación de la
salud, actuando intersectorialmente a nivel de los servicios y promoviendo una masiva
participación del pueblo tanto en la promoción y prevención de la salud, cuanto en los
determinantes políticos, sociales y económicos que afectan su vida.

La tercera idea fuerza de la atención primaria apunta a una reestructuración de los ser-
vicios de salud que aseguren la cobertura y la calidad necesarias para lograr un real
impacto en los indicadores y en especial en la inequidad de las cifras, acrecentada en
las últimas décadas en la totalidad de los países de América Latina.”

A partir de los aportes anteriores, le sugerimos que analice desde su perspectiva:

¿Por qué la participación de la comunidad y de las familias es necesaria para la


promoción de la salud?

Revise con su equipo de trabajo las enumeraciones de actividades preventivas y


promocionales que han identificado en el Centro de Salud y luego identifique en
ellas los factores que facilitan o dificultan la participación de la comunidad.

¿Por qué la calidad es asunto importante en el primer nivel de atención y desde la


estrategia de APS?

163
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

9. APS y Promoción de la Salud

La promoción de la salud es el proceso mediante el cual los individuos y las comuni-


dades están en condiciones de ejercer un mayor control sobre los determinantes de la
salud y, de ese modo, mejorar su estado de salud.

Se ha constituido en un marco de referencia ideológico y conceptual para todos aque-


llos que aceptan que el fomento de una mejor salud colectiva se apoya en cambios so-
bre las condiciones y sobre los estilos de vida, conjugando la autonomía personal y la
responsabilidad social.

El fomento de ambientes y comportamientos saludables es una responsabilidad primor-


dial del Estado, pero su acción debe plantearse concertadamente con los grupos más
representativos de la sociedad. Involucra, por lo tanto, a los actores institucionales y
comunitarios que pueden influir positivamente, en un determinado espacio geográfico,
sobre la salud de la población.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (1996):

“la­pro­mo­ción­de­la­sa­lud­pue­de­sin­te­ti­zar­se­a­tra­vés­de­los­si­guien­tes­prin­ci­pios
ge­ne­ra­les:­im­pli­ca­tra­ba­jar­con­la­gen­te,­no­so­bre­la­gen­te,­em­pie­za­y­aca­ba­en­la
co­mu­ni­dad­lo­cal,­es­tá­en­ca­mi­na­da­ha­cia­las­cau­sas­de­la­sa­lud,­va­lo­ra­tan­to­el­in­-
te­rés­por­el­in­di­vi­duo­co­mo­por­el­me­dio­am­bien­te­y­su­bra­ya­las­di­men­sio­nes po­si­-
ti­vas­de­la­sa­lud­y­afec­ta­a­to­dos­los­sec­to­res­de­la­so­cie­dad” 8.­

Los características que definen esta estrategia son:

Se orienta hacia las causas fundamentales que originan la pérdida de la salud.

Combina enfoques muy diferentes para mejorar la salud: información, educa-


ción, desarrollo y organización comunitaria, defensa de la salud, legislación.

Se apoya de manera decisiva en la participación de la comunidad.

Los profesionales de salud tienen un rol destacado en su difusión y desarrollo.

El Movimiento de Promoción de la Salud se difunde internacionalmente hacia media-


dos de la década del ´80, registrando como antecedentes una serie de eventos y docu-
8. Organización Panamericana de mentos internacionales que han ido planteando la necesidad de renovar el enfoque tra-
la Salud. Pro­mo­ción­de­la­sa­lud:
una­an­to­lo­gía. Washington D.C.
1996.

164
Unidad 4

dicional en torno a las modalidades de cuidado y recuperación de la salud.

Este movimiento, también conocido como Nueva Salud Pública, refleja la necesidad
de complementar el enfoque individual orientado hacia el cambio de conducta y el en-
foque orientado a promover cambios en la sociedad mediante intervenciones poblacio-
nales.

Convergen a este campo los esfuerzos que, compartiendo una filosofía similar acerca
de la salud, se produjeron en los países europeos a partir de experiencias como las que
se llevaban a cabo en las ciudades de Liverpool y Mercey en Inglaterra, y que culmi-
narán con la Conferencia desarrollada en Lisboa sobre el Proyecto de Ciudades Sanas
o Municipios Saludables para la región latinoamericana y la Carta de Ottawa para la
Promoción de la Salud.

Una síntesis de las principales estrategias y desafíos que plantea el movimiento de Pro-
moción de la Salud se incluye en la Declaración de Ottawa sobre la promoción de la
salud (OPS, 1996).

La Carta de Ottawa ha sido formulada y adoptada por una conferencia internacional a


la que asistieron doscientos delegados de 38 países que se reunieron en dicha ciudad
para intercambiar conocimientos y experiencias orientadas hacia la promoción de la sa-
lud.

El evento promovió un diálogo abierto entre profesionales de la salud, asociaciones fi-


lantrópicas, ciudadanos, representantes de organizaciones comunitarias, políticos, ad-
ministradores y técnicos de la salud.

Los participantes arribaron a consensos acerca de cuáles eran las prioridades y los ob-
jetivos futuros, y de cómo reforzar el compromiso individual y colectivo para acercar-
se a la meta de Salud para Todos en el año 2000.

El Documento presenta sintéticamente los enfoques y estrategias para la promoción de


la salud que los participantes juzgaron prioritario para lograr avances sustentables, y
convoca la participación de los grupos y naciones involucrados.

Allí se señala, como prioridades para la acción, las siguientes:

a) La formulación de políticas públicas saludables;


b) La creación de ambientes favorables;
c) El reforzamiento de la acción comunitaria;

165
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

d) El desarrollo de aptitudes personales


e) La reorientación de los servicios de salud

Ud. podrá encontrar la Carta de Ottawa en nuestra pág. Web:


www.medicoscomunitarios.gov.ar

A la búsqueda de una forma de adaptación de la propuesta comprendida en la Carta de


Ottawa para la situación de América Latina, la Declaración de la Conferencia Interna-
cional de Promoción de la Salud de Santa Fe de Bogotá realizada en 1992 enfatiza la
pobreza, la violencia y la marginalidad que vive la población del continente, y rescata
la necesidad de recuperar la participación comunitaria, la cultura de la salud y la reor-
ganización de los servicios de salud.
Otros hitos significativos que jalonan este movimiento son el Documento de Yakarta,
la Conferencia de Adelaida, y la Conferencia para la Promoción de la Salud desarrolla-
da en la Ciudad de México durante el año 2000.

A partir de los aportes anteriores, le sugerimos que analice:

¿Por qué la promoción de la salud requiere superar el enfoque exclusivamente médi-


co o técnico?;

¿Qué valores y ventajas atribuye a esta forma de mejorar la salud de la población?

¿Qué miembros de su equipo de salud presentan mayor experiencia o formación para


la acción en el terreno de la comunidad y las familias? Converse con él/ella sobre es-
tas temáticas.

166
Unidad 4

10. A 25 años de Alma Ata

Ahora lo invitamos a que en la lectura de fragmentos del texto de David Tejada de Rive-
ro 9 pueda:

Marcar en el texto aquellos principios de APS que a su criterio tienen vigencia,


tanto en lo conceptual como en las prácticas.

Señalar cuáles se toman en cuenta en su comunidad.

Comparta estas reflexiones con el Equipo tutorial y otros participantes del Posgrado.

Por otra parte, en la Unidad 1, usted analizó diferentes concepciones de salud y elaboró
una definición propia (puede retomar las actividades 3 y 4).

Le sugerimos comparar la definición propia con la perspectiva propuesta en Alma


Ata.

Luego, evalúe si hubo modificaciones, ¿Qué recuperó de su anterior definición de


la salud?

Luego de 25 años de la Declaración de Alma Ata, es ilustrativo conocer las reflexiones


que realizara el Dr. David Tejada de Rivero. 10

“Sa­lud­pa­ra­to­dos­en­el­año­2000”­fue­una­me­ta­va­lien­te­y­am­bi­cio­sa.­Pe­ro­in­clu­-
so­aque­llos­que­la­con­ci­bie­ron­en­1978­no­com­pren­die­ron­por­com­ple­to­su­sig­ni­fi­-
ca­do.­No­de­be­ex­tra­ñar­en­ton­ces­que,­25­años­des­pués,­to­da­vía­es­te­mos­tra­ba­jan­-
do­por­ese­sue­ño.­­­­­­­­­­­­­­­­

9. David A.Tejada de Rivero fue


Es­te­año­se­cum­ple­el­25º­ani­ver­sa­rio­de­la­Con­fe­ren­cia­In­ter­na­cio­nal­so­bre­Aten­- subdirector general de la Organi-
zación Mundial de la Salud de
ción­Pri­ma­ria­de­Sa­lud,­un­even­to­de­tras­cen­den­cia­his­tó­ri­ca.­Con­vo­ca­da­por­la 1974 a 1985 y fue dos veces mi-
nistro de Salud de Perú.
Or­ga­ni­za­ción­Mun­dial­de­la­Sa­lud­(OMS)­y­el­Fon­do­de­las­Na­cio­nes­Uni­das­pa­ra
10. Revista Pers­pec­ti­vas­de­Sa­lud
la­In­fan­cia­(UNI­CEF),­con­tó­con­la­pre­sen­cia­de­134­paí­ses,­67­or­ga­nis­mos­in­ter­- La revista de la Organización Pa-
namericana de la Salud Volumen
8, Número 1, 2003

167
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

na­cio­na­les­y­mu­chas­or­ga­ni­za­cio­nes­no­gu­ber­na­men­ta­les.­La­men­ta­ble­men­te­Chi­na
fue­el­gran­au­sen­te.

Fi­na­li­za­do­el­even­to,­ca­si­to­dos­los­paí­ses­del­mun­do­se­ha­bían­com­pro­me­ti­do­con
una­em­pre­sa­muy­se­ria.­La­con­fe­ren­cia,­la­De­cla­ra­ción­de­Al­ma-Ata­y­las­Re­co­-
men­da­cio­nes,­los­mo­vi­li­za­rían­pa­ra­po­ner­en­mar­cha­un­pro­ce­so­mun­dial­que­lle­-
va­se­al­cum­pli­mien­to,­pro­gre­si­vo­pe­ro­fir­me,­de­la­me­ta­so­cial­y­po­lí­ti­ca­de­“Sa­lud
pa­ra­to­dos”.­Des­de­en­ton­ces,­Al­ma-Ata­y­“aten­ción­pri­ma­ria­de­sa­lud”­son­tér­mi­-
nos­in­di­so­lu­bles.”

Hoy, un cuarto de siglo más tarde, es importante reflexionar sobre estos hechos, sobre
todo en cuanto al sentido original de ese objetivo, porque en reiteradas ocasiones ha si-
do mal interpretado y distorsionado.

Pa­ra­quien­fue­tes­ti­go­di­rec­to­de­es­tos­acon­te­ci­mien­tos­es­cla­ro:­el­le­ma­“Sa­lud
pa­ra­to­dos”­ha­si­do­víc­ti­ma­de­sim­pli­fi­ca­cio­nes­con­cep­tua­les­y­fa­ci­lis­mos­co­yun­-
tu­ra­les con­di­cio­na­dos­por­un­mo­de­lo­he­ge­mó­ni­co­mun­dial, aun­que­aho­ra­irre­me­-
dia­ble­men­te­ob­so­le­to,­que­con­fun­de­la­sa­lud­y­su­cui­da­do­in­te­gral con­una­aten­-
ción­mé­di­ca­re­pa­ra­ti­va­y­cen­tra­da­ca­si­en­for­ma­ex­clu­si­va­en­la­en­fer­me­dad.­(...)
En­la­dé­ca­da­de­los­´70­se­vi­vía­en­la­cres­ta­de­la­re­vo­lu­ción­cien­tí­fi­ca­y­tec­no­ló­-
gi­ca que­ha­bía­co­men­za­do­al­fi­nal­de­la­Se­gun­da­Gue­rra­Mun­dial­y­que­de­ter­mi­-
na­ría,­jun­to­a­otros­gran­des­cam­bios,­lo­que­hoy­se­co­no­ce­co­mo­“glo­ba­li­za­ción”.
Sin­em­bar­go,­ya­se­re­co­no­cían­las­gran­des­y­cre­cien­tes­de­si­gual­da­des­e­in­jus­ti­cias
so­cia­les­en­las­con­di­cio­nes­de­vi­da, así­co­mo­la­po­bre­za­y­el­aban­do­no­de­sec­to­res
ma­yo­ri­ta­rios­de­la­po­bla­ción.­Por­ello,­en­las­Asam­bleas­Mun­dia­les­de­la­Sa­lud­de
1975­y­1976­se­adop­tó­el­com­pro­mi­so­de­“Sa­lud­pa­ra­to­dos­en­el­año­2000”.­(...)
Al­mis­mo­tiem­po,­en­el­mun­do­se­pro­du­cían­des­de­mu­chos­años­an­tes,­ex­pe­rien­cias
so­bre­for­mas­di­fe­ren­tes­de­afron­tar­los­pro­ble­mas­de­sa­lud, a­pe­sar­de­y­por­las
li­mi­ta­cio­nes­de­re­cur­sos­fi­nan­cie­ros,­tec­no­ló­gi­cos­y­hu­ma­nos­en­las­so­cie­da­des­po­-
bres­o­me­nos­de­sa­rro­lla­das­en­el­as­pec­to­eco­nó­mi­co.­Es­tas­ex­pe­rien­cias­fue­ron­es­-
tu­dia­das­en­las­dé­ca­das­de­los­´60­y­´70.­(...)­Es­ta­me­ta­so­cial­y­po­lí­ti­ca era­en
rea­li­dad­un­“slo­gan”, tér­mi­no­que­se­re­fie­re­a­un­gri­to­o­es­tan­dar­te­de­ba­ta­lla­ca­-
paz­de­con­vo­car­y­mo­ti­var­a­las­per­so­nas.­Sin­em­bar­go,­el­con­te­ni­do­sus­tan­ti­vo­del
slo­gan­ha­si­do­mal­en­ten­di­do,­pues­se­con­fun­dió­con­una­for­ma­sim­ple­de­pro­gra­-
ma­ción,­más­téc­ni­ca­que­so­cial­y­más­bu­ro­crá­ti­ca­que­po­lí­ti­ca.

En este marco se propone “Sa­lud­pa­ra­to­dos”­en­1975;­fue muy claro al decir que se


trataba de alcanzar un nivel de salud que permitiese a todos, sin excepciones ni margi-
naciones, llevar una vida social y productiva en lo económico (hoy diríamos un nivel
mínimo de vida digna dentro de un desarrollo verdaderamente humano).

168
Unidad 4

Re­vi­se­mos­el­im­por­tan­te­pro­ce­so­de­de­sa­rro­llo­con­cep­tual­acer­ca­de­qué­es­la­sa­-
lud. En­1946,­la­de­fi­ni­ción­de­sa­lud­in­cor­po­ra­da­en­la­Cons­ti­tu­ción­de­la­OMS
ha­bía­si­do­pro­pues­ta­por­An­dri­ja­Stam­par,­pio­ne­ro­croa­ta­de­la­sa­lud­pú­bli­ca.­Fue
real­men­te­cos­to­so­que­fue­ra­com­pren­di­da­por­los­ex­per­tos­de­los­go­bier­nos­de­en­-
ton­ces,­a­pe­sar­de­ha­ber­sig­ni­fi­ca­do­un­no­ta­ble­sal­to­cua­li­ta­ti­vo.­En­es­ta­eta­pa­se
de­cía­que­la­sa­lud­era­“el­es­ta­do­de­com­ple­to­bie­nes­tar­fí­si­co,­men­tal­y­so­cial,­y
no­só­lo­la­au­sen­cia­de­afec­cio­nes­o­en­fer­me­da­des”.

En­la­De­cla­ra­ción­de­Al­ma-Ata se­rei­te­ra­en­for­ma­ex­pre­sa­esa­de­fi­ni­ción.­Y­se
agre­gan­los­con­cep­tos­de­que­la­sa­lud­“es­un­de­re­cho­hu­ma­no­fun­da­men­tal,­y
que­el­lo­gro­del­gra­do­más­al­to­po­si­ble­de­sa­lud­es­un­ob­je­ti­vo­so­cial­muy­im­por­-
tan­te­en­to­do­el­mun­do”. Ade­más,­el­tex­to­di­ce­que­di­cho­lo­gro­“exi­ge­la­in­ter­ven­-
ción­de­mu­chos­otros­sec­to­res­so­cia­les­y­eco­nó­mi­cos,­ade­más­del­de­sa­lud”.

Tam­po­co­se­com­pren­dió,­por­nues­tras­de­for­ma­cio­nes­pro­fe­sio­na­les,­que­la­sa­lud­es
una­rea­li­dad­so­cial cu­yo­ám­bi­to­no­pue­de­ser­se­pa­ra­do­con­ni­ti­dez­de­otros­ám­bi­-
tos­so­cia­les­y­eco­nó­mi­cos­y­que,­por­lo­tan­to,­no­de­be­cir­cuns­cri­bir­se­a­un­sec­tor
ad­mi­nis­tra­ti­vo­bu­ro­crá­ti­co­del­Es­ta­do. Tam­po­co­se­per­ci­bió­su­fi­cien­te­men­te,­a­pe­-
sar­de­es­tar­es­cri­to­va­rias­ve­ces,­el­he­cho­de­que­la­sa­lud­es,­por­so­bre­to­do,­una
rea­li­dad­so­cial­com­ple­ja, un­pro­ce­so­so­cial­aún­más­com­ple­jo,­y­un­pro­ce­so­po­lí­ti­-
co den­tro­del­cual­hay­que­to­mar­de­ci­sio­nes­po­lí­ti­cas­no­só­lo­sec­to­ria­les­si­no­de
Es­ta­do,­ca­pa­ces­de­com­pro­me­ter­obli­ga­to­ria­men­te­y­sin­ex­cep­cio­nes­a­to­dos­los
sec­to­res.

Lo­que­sí­fue­muy­cla­ro,­pe­ro­si­gue­sien­do­muy­mal­en­ten­di­do,­es­la­res­pon­sa­bi­li­-
dad­y­el­de­ber­de­to­dos­-per­so­nas,­gru­pos­so­cia­les­y­ciu­da­da­nía­en­ge­ne­ral-­de
cui­dar­de­mo­do­ac­ti­vo­de­su­sa­lud­in­di­vi­dual­y­co­lec­ti­va. La­men­ta­ble­men­te,­en­la
prác­ti­ca­las­per­so­nas­si­guie­ron­sien­do­con­si­de­ra­das­co­mo­re­ci­pien­tes­pa­si­vos­de
ac­ti­vi­da­des­pun­tua­les­pres­ta­das­por­sis­te­mas­de­ser­vi­cios­ins­ti­tu­cio­na­li­za­dos­de
aten­ción­mé­di­ca­re­pa­ra­ti­va­orien­ta­da­a­en­fer­me­da­des­es­pe­cí­fi­cas.

La denominación de “Aten­ción­Pri­ma­ria­de­Sa­lud”­surgió de una percepción sesgada


y errada de algunos de los componentes formales de las experiencias antes menciona-
das y sobre todo de la experiencia china de los “médicos descalzos”. Su com­pren­sión
su­per­fi­cial­y­sim­plis­ta contribuyó a una restringida interpretación conceptual. los
tres­tér­mi­nos­del­con­cep­to­han­si­do­mal­in­ter­pre­ta­dos:

Ya vimos la estrecha y errada interpretación de “sa­lud”;

En cuanto a la “aten­ción”, la versión original usó el término “cuidado” y no “aten-

169
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

ción”. El “cuidado” tiene una connotación mucho más amplia e integral que la
“atención”. Denota relaciones horizontales, simétricas y participativas; mientras que
la atención es vertical, asimétrica y nunca participativa en su sentido social. El cui-
dado es intersectorial y en cambio, la atención deviene fácilmente no sólo en secto-
rial sino en institucional o de programas aislados y servicios específicos.

En lo lingüístico, el término “pri­ma­rio” tiene diversas y hasta contrarias acepcio-


nes. Entre ellas, dos son extremas y hasta opuestas:
una se refiere a lo “primitivo, poco civilizado”,
la otra a “lo principal o primero en orden o grado”.

Por las percepciones simplistas y sesgadas de las experiencias que dieron origen al
concepto fue más fácil, más cómodo y seguro entender el término “primario” en la pri-
mera acepción, cuando el espíritu de Alma-Ata se refería a la segunda. En la Declara-
ción también se señalaba que la atención primaria de salud “forma parte integrante tan-
to de los sistemas nacionales de salud como del desarrollo social y económico global
(en su sentido multisectorial y no mundial)”, y es “la función central y el núcleo prin-
cipal” de “todo” el sistema. No fue nunca una parte aislada del sistema ni mucho me-
nos circunscrita a la atención más periférica y de bajo costo para los pobres.

No­es­tá­de­más­in­sis­tir­en­un­pun­to:­la­gran­di­fe­ren­cia­que­hay­en­tre­un­cui­da­do
in­te­gral­de­la­sa­lud­pa­ra­to­dos­y­por­to­dos­—mul­ti­sec­to­rial­y­mul­ti­dis­ci­pli­na­rio,
pro­mo­cio­nal­y­pre­ven­ti­vo,­par­ti­ci­pa­ti­vo­y­des­cen­tra­li­za­do­—,­y­una­aten­ción­re­-
pa­ra­ti­va­de­cier­tas­en­fer­me­da­des,­de­ba­jo­cos­to y­por­eso­de­se­gun­da­o­ter­ce­ra
cla­se­pa­ra­los­es­tra­tos­pe­ri­fé­ri­cos­más­po­bres­de­la­po­bla­ción­y,­lo­más­gra­ve,
pres­ta­dos­en­pro­gra­mas­pa­ra­le­los­al­res­to­del­sis­te­ma­de­sa­lud­y­sin­par­ti­ci­pa­ción
ac­ti­va,­di­rec­ta­y­efec­ti­va­de­las­per­so­nas.­(...)­Las­con­di­cio­nes­que­die­ron­ori­gen­a
la­me­ta­so­cial­y­po­lí­ti­ca­de­“Sa­lud­pa­ra­to­dos”­y­a­la­es­tra­te­gia,­tam­bién­so­cial­y
po­lí­ti­ca,­de­la­“aten­ción­pri­ma­ria­de­sa­lud”,­no­só­lo­sub­sis­ten­si­no­que­se­han­pro­-
fun­di­za­do.­Las­gran­des­di­fe­ren­cias,­las­ine­qui­da­des­y­la­in­jus­ti­cia­so­cial­de­jan­ca­-
da­vez­más­vas­tos­sec­to­res­sin­un­cui­da­do­in­te­gral­de­su­sa­lud.­La­po­bre­za­au­men­-
ta­y­los­po­cos­re­cur­sos­pa­ra­edu­ca­ción­y­sa­lud­de­que­dis­po­nen­las­so­cie­da­des­na­-
cio­na­les­se­in­vier­ten­y­gas­tan­en­las­for­mas­más­erra­das­e­in­jus­tas.­To­da­vía­pre­do­-
mi­na,­inex­pli­ca­ble­men­te,­la­con­fu­sión­de­la­sa­lud­con­la­aten­ción­mé­di­ca­re­pa­ra­-
ti­va orien­ta­da­a­unas­po­cas­en­fer­me­da­des.­Los­sis­te­mas­de­sa­lud­no­se­des­cen­tra­li­-
zan­en­los­he­chos­y­con­ti­núan­las­dis­tor­sio­nes­so­bre­la­par­ti­ci­pa­ción­ciu­da­da­na­y
el­con­trol­so­cial­efi­ca­ces.

En­el­mun­do­glo­ba­li­za­do­de­hoy,­uni­po­lar­y­con­la­ame­na­za­de­una­pér­di­da­cre­-

170
Unidad 4

cien­te­de­las­so­be­ra­nías­na­cio­na­les,­una­de­las­po­cas­me­di­das­que­exis­ten­pa­ra­te­-
ner­con­trol­so­bre­el­des­ti­no­es­la­cons­truc­ción­de­de­mo­cra­cias­au­tén­ti­cas,­des­cen­-
tra­li­za­das­y­par­ti­ci­pa­ti­vas. Hoy­es­im­pres­cin­di­ble­trans­fe­rir,­o­me­jor­di­cho­“de­vol­-
ver”,­el­po­der­po­lí­ti­co­pa­ra­to­mar­las­de­ci­sio­nes­que­afec­tan­a­las­so­cie­da­des­a­su
pun­to­de­ori­gen,­que­es­la­ciu­da­da­nía.

“El­cui­da­do­in­te­gral­de­la­sa­lud­pa­ra­to­dos­y­por­to­dos” ,­la­me­jor­for­ma­de­ex­-
pre­sar­la­ge­nui­na­“aten­ción­pri­ma­ria­de­sa­lud”­de­Al­ma-Ata,­es­una­ne­ce­si­dad­no
só­lo­en­el­ám­bi­to­de­la­sa­lud­si­no­pa­ra­el­fu­tu­ro­de­los­paí­ses­que­as­pi­ran­a­se­guir
sien­do­na­cio­nes-es­ta­dos­so­be­ra­nos­en­un­mun­do­ca­da­día­más­in­jus­to.
Tal­vez­sea­ne­ce­sa­rio­con­vo­car­a­una­Al­ma-Ata­II­pa­ra­re­lan­zar,­sin­dis­tor­sio­nes,
los­con­cep­tos­que­die­ron­ori­gen­a­esa­con­fe­ren­cia­en­1978.­Por­su­pues­to,­con­las
de­bi­das­ac­tua­li­za­cio­nes­de­ri­va­das­de­los­gran­des­cam­bios­mun­dia­les­y­de­las­ex­pe­-
rien­cias­de­es­tos­25­años.”

11. A modo de síntesis

A modo de síntesis conceptual es ilustrativo transitar por las siguientes preguntas que
desde la perspectiva de un medio de difusión propio de la OPS responde:

Escriba sus preguntas y compártalas en el encuentro presencia.

Nos preguntamos :­¿Qué­sig­ni­fi­có­la­con­fe­ren­cia­de­Al­ma­Ata?

La Conferencia Internacional sobre atención Primaria de Salud, realizada en Alma Ata


(Kasajistán), reunió en 1978 a 134 países y 67 organismos internacionales (China fue
el gran ausente). Esta conferencia definió y otorgó re­co­no­ci­mien­to­in­ter­na­cio­nal­al
con­cep­to­de­aten­ción­pri­ma­ria­de­sa­lud­(APS),­co­mo­una­es­tra­te­gia­pa­ra­al­can­zar
la­me­ta­de­“Sa­lud­pa­ra­to­dos”­en­2000, según indica la Declaración con la que se
concluyó la conferencia.

171
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

¿Qué­es­la­aten­ción­pri­ma­ria­de­sa­lud?

Según la Declaración de Alma Ata, la­aten­ción­pri­ma­ria­de­sa­lud,­es­“asis­ten­cia­sa­ni­-


ta­ria­esen­cial­ba­sa­da­en­mé­to­dos­y­tec­no­lo­gías­prác­ti­cos,­cien­tí­fi­ca­men­te­fun­da­dos­y
so­cial­men­te­acep­ta­bles,­pues­ta­al­al­can­ce­de­to­dos­los­in­di­vi­duos­y­fa­mi­lias­de­la­co­-
mu­ni­dad,­me­dian­te­su­ple­na­par­ti­ci­pa­ción­y­a­un­cos­to­que­la­co­mu­ni­dad­y­el­país
pue­dan­so­por­tar,­en­to­das­y­ca­da­eta­pa­del­de­sa­rro­llo,­con­un­es­pí­ri­tu­de­au­to­rres­-
pon­sa­bi­li­dad­y­au­to­de­ter­mi­na­ción”.

¿Cuál­era­el­con­tex­to­po­lí­ti­co­y­de­mo­grá­fi­co­en­el­que­se­ins­tru­men­tó­la­APS?

el­con­tex­to­eco­nó­mi­co­era­crí­ti­co. La población empezaba a ser mayormente urbana,


en plena transición demográfica. El panorama político se caracterizaba por dictaduras
militares en muchos países y democracias inestables en otros, con algunas excepcio-
nes. En ese escenario, los servicios de salud estaban organizados con un en­fo­que­cen­-
tra­lis­ta. La APS promovió el progresivo fortalecimiento de unidades de servicios y ca-
pacidades locales (que en muchos países se denominaría nivel primario de atención) y
que posteriormente servirían de base a nuevos enfoques de políticas sociales.

¿Cuá­les­fue­ron­las­gran­des­en­se­ñan­zas­de­la­apli­ca­ción­de­la­APS?

En las Américas, la APS se constituyó en una ex­pe­rien­cia­pio­ne­ra­de­de­sa­rro­llo­de


po­lí­ti­cas­de­sa­lud y marcó el inicio de un cam­bio­de­pa­ra­dig­mas­en­la­prác­ti­ca­de
la­sa­lud­pú­bli­ca.

La APS, al plantear un cam­bio­en­el­mo­de­lo­de­pres­ta­ción­de­ser­vi­cios,­se anticipó a


los procesos de reforma sectorial emprendidos en la década de los noventa. También
los países utilizaron la estrategia como marco para el desarrollo de recursos humanos
en salud. Por otra parte, la APS priorizó la pro­mo­ción­de­la­sa­lud, reivindicando el
ca­rác­ter­an­ti­ci­pa­to­rio­y­pre­ven­ti­vo­de­la­ac­ción­sa­ni­ta­ria y des­me­di­ca­li­zan­do­la
sa­lud­pú­bli­ca.

Asimismo, la Declaración final de la conferencia de Alma-Ata tenía 10 puntos princi-


pales que se encuentran sintetizados a continuación:

La­sa­lud­es­un­es­ta­do­de­com­ple­to­bie­nes­tar­fí­si­co,­men­tal­y­so­cial­y­es­un­de­-
re­cho­hu­ma­no­fun­da­men­tal.­La­con­se­cu­ción­del­ni­vel­de­sa­lud­más­al­to­po­si­ble
es­un­ob­je­ti­vo­so­cial­prio­ri­ta­rio­en­to­do­el­mun­do,­que­re­quie­re­de­la­ac­ción­de
mu­chos­sec­to­res.­

172
Unidad 4

La­de­si­gual­dad­exis­ten­te­en­la­sa­lud­de­las­per­so­nas­es­ina­cep­ta­ble e­in­vo­lu­cra
de­ma­ne­ra­co­mún­a­to­dos­los­paí­ses.­

El­de­sa­rro­llo­eco­nó­mi­co­y­so­cial­es­esen­cial pa­ra­po­der­al­can­zar­la­sa­lud­pa­ra
to­dos­y­la­sa­lud­es­esen­cial­pa­ra­el­de­sa­rro­llo­sos­te­ni­ble­y­la­paz­en­el­mun­do.­

Las­per­so­nas­tie­nen­el­de­re­cho­y­el­de­ber­de­par­ti­ci­par en­la­pla­ni­fi­ca­ción­e­im­-
ple­men­ta­ción­de­su­aten­ción­sa­ni­ta­ria.­

Un­ob­je­ti­vo­prin­ci­pal­de­los­go­bier­nos­y­la­co­mu­ni­dad­in­ter­na­cio­nal­de­be­ría­ser
la­pro­mo­ción,­pa­ra­to­dos­los­ha­bi­tan­tes­del­mun­do,­en­el­año­2000,­de­un­ni­vel
de­sa­lud­que­les­per­mi­tie­ra­lle­var­una­vi­da­pro­duc­ti­va­so­cial­y­eco­nó­mi­ca­men­-
te.­La­aten­ción­pri­ma­ria­de­sa­lud­(APS)­es­la­cla­ve pa­ra­con­se­guir­es­te­ob­je­ti­-
vo.­

La­APS­se­ba­sa­en­la­prác­ti­ca, en­las­prue­bas­cien­tí­fi­cas­y­en­la­me­to­do­lo­gía­y
la­tec­no­lo­gía­so­cial­men­te­acep­ta­bles,­ac­ce­si­ble­uni­ver­sal­men­te­a­tra­vés­de­la
par­ti­ci­pa­ción­so­cial­y­a­un­cos­to­que­la­co­mu­ni­dad­y­el­país­pue­dan­so­por­tar.­Es
el­fo­co­prin­ci­pal­del­sis­te­ma­sa­ni­ta­rio­y­su­pri­mer­ni­vel­de­con­tac­to,­acer­can­do
el­má­xi­mo­po­si­ble­la­aten­ción­sa­ni­ta­ria­al­lu­gar­don­de­las­per­so­nas­vi­ven­y­tra­-
ba­jan.­

la­APS­re­fle­ja­las­con­di­cio­nes­del­país­y­de­sus­co­mu­ni­da­des­y­se­di­ri­ge­ha­-
cia­los­prin­ci­pa­les­pro­ble­mas­sa­ni­ta­rios­de­la­co­mu­ni­dad. Debería llevar a
una mejora progresiva de la atención sanitaria para todos, dando prioridad a los
más necesitados.

los­go­bier­nos­de­be­rían­for­mu­lar­po­lí­ti­cas­y­pla­nes­de­ac­ción­pa­ra­es­ta­ble­-
cer­la­APS como parte de un sistema nacional de salud integrado y en coordina-
ción con otros sectores. Esto requiere del ejercicio de voluntades políticas, a fin
de movilizar recursos internos y externos.

la­con­se­cu­ción­de­la­sa­lud,­por­la­po­bla­ción­de­un­país,­afec­ta­y­be­ne­fi­cia
di­rec­ta­men­te­a­cual­quier­otro­país. Todos los países deberían cooperar para
asegurar la APS en todo el mundo.

Puede conseguirse un nivel aceptable de salud para todo el mundo en el año


2000 mediante una me­jor­uti­li­za­ción­de­los­re­cur­sos­mun­dia­les, gran parte de
los cuales se gastan hoy día en conflictos militares.

173
Posgrado­en­Salud­Social­y­Comunitaria

“La­Con­fe­ren­cia­in­ter­na­cio­nal­so­bre­aten­ción­pri­ma­ria­de­sa­lud­rea­li­za­un
lla­ma­mien­to­ur­gen­te­y­efi­caz­pa­ra­una­ac­ción­na­cio­nal­e­in­ter­na­cio­nal­a­fin­de
de­sa­rro­llar­e­im­ple­men­tar­la­aten­ción­pri­ma­ria­sa­ni­ta­ria­en­to­do­el­mun­do­…con­el
es­pí­ri­tu­y­con­te­ni­do­de­es­ta­De­cla­ra­ción.”

A efectos de completar su información, nos parece oportuno que pueda conocer y leer el
texto original de la Declaración de Alma Ata, que se encuentra en nuestra web
www.medicoscomunitarios.gov.ar

Por último, en el contexto de las transformaciones sociales y sanitarias que han tenido
lugar en las últimas décadas y la renovada perspectiva de Salud para Todos, la APS tie-
ne un gran potencial como ve­hí­cu­lo­pa­ra­sa­tis­fa­cer­cin­co­de­sa­fíos que se le presentan
al futuro de la salud en la Región:

Garantizar el estatuto de ciudadanía en salud y la universalización del acceso.

Priorizar la salud de los grupos menos privilegiados y la reducción de desigual-


dades en salud.

Mejorar la salud de la población con reducción de la mortalidad infantil y mater-


na, aumentando la esperanza de vida y mejorando la calidad de vida.

Alcanzar una aten­ción de salud eficaz que satisfaga a individuos, familias y co-
munidades, y en la cual participen todos ellos.

Desarrollar en forma articulada los distintos proveedores de salud, fortaleciendo


la infraestructura y las capacidades institucionales para el desempeño adecuado
de las funciones esenciales de salud pública.

Estos desafíos son hoy particularmente pertinentes para dar respuesta a las necesidades
de salud de la población, tanto en nuestro país como en el resto de países hermanos.
Iniciando el siglo XXI, todas las naciones del mundo han suscripto las Me­tas­de­De­sa­-
rro­llo­del­Mi­le­nio.­Ellas son un compromiso asumido por las naciones del mundo para
mejorar el bienestar de las personas, entre los que está reducir la pobreza, la mortali-
dad infantil y materna y la propagación del VIH para 2015.

En el marco mayor de la APS­co­mo­es­tra­te­gia­de­de­sa­rro­llo orientada a mejorar las


condiciones de vida de las comunidades, reducir la carga de enfermedad y favorecer la
equidad en salud, los principios de la APS requieren ser alineados, armonizados y ajus-
tados con estas metas. Por su capacidad de fortalecimiento de los servicios de salud, la
APS puede constituirse en una estrategia básica para el logro de estos objetivos inter-
nacionalmente acordados.

174
Unidad 4

Actividad de integración de la unidad 4

Revisando las actividades de esta unidad y algunas temáticas abordadas en unidades


anteriores de este Módulo, le pedimos que escriba sus conclusiones alrededor de los si-
guientes interrogantes:

La estrategia de Atención Primaria de la Salud ¿constituye una estrategia de inclu-


sión social y de equidad, en vistas al derecho a la salud de la comunidad?

La APS ¿constituye una estrategia útil para incidir sobre los determinantes sociales
de la salud con los recursos disponibles?

¿Por qué la APS se propone una acción integral de promoción, prevención y aten-
ción de la salud?

Por último, le proponemos que retome la actividad de integración de la Unidad 3 en la


que seleccionó un problema prioritario de salud de su comunidad y en esta instancia
analice:

¿Qué perspectiva de trabajo abriría la estrategia de APS en ese caso?

¿Con qué recursos y actores cuenta?, ¿con qué límites?; ¿pueden crearse estrate-
gias superadoras?

175
Presentación del Módulo 1

177
Evaluación

Evaluación

Al haber trabajado en las distintas actividades del módulo, Ud. está en condiciones de
realizar la evaluación correspondiente: por un lado, un ejercicio que le proponemos a
continuación, y luego la respuesta a un cuestionario de selección múltiple, adjunto al
final de éste. Entregue estas evaluaciones una vez completadas a su Tutor.

La evaluación servirá para valorar el aprendizaje y la capacidad para transferir los


conocimientos a las situaciones de la práctica profesional en el Centro de Salud. Ello
será de gran utilidad tanto para que Ud. mismo pueda reconocer sus avances, dificulta-
des y necesidades de aprendizaje, como para que podamos orientarlo mejor en este pro-
ceso. Asimismo será de utilidad para facilitar el seguimiento del Programa en los
siguientes Módulos.

El primer ejercicio incluye tres partes y consiste en:

1. Conteste brevemente (máximo 2 páginas) las siguientes preguntas:

a) Si después de estos años de experiencia profesional trabajando alrededor de la


importante tarea de curar enfermos, quisiera incorporar un cambio sustantivo
en las prácticas profesionales de modo de mejorar las condiciones de salud de
los individuos y comunidad en la que participa y posibilitar un crecimiento
personal y profesional propio a través del fortalecimiento del derecho a la
salud de la gente, ¿cuáles serían las razones que lo moverían para este cam-
bio?

b) Si la salud es un bien y un derecho para todas las personas, ¿es éticamente


exigible que se dedique, dentro de sus tareas, a promover la salud entre los
más vulnerables y prevenir los daños a la salud en la comunidad?; si es así,
¿por qué?

2. Luego de haber leído los materiales bibliográficos del Módulo, responda el ejer-
cicio de comprensión de los conceptos clave que encontrará al final de este mate-
rial. Detecte sus dificultades para construir las respuestas y, de haberlas notado,
retome la bibliografía, dialogue con su Tutor y profundice en la bibliografía com-
plementaria para mejorar su comprensión.

3. Conteste brevemente (máximo 5 páginas) las siguientes cuestiones:

179
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

a) ¿Cuáles son los grupos más vulnerables en materia de salud en la comunidad


en la que Ud. desarrolla sus actividades del Posgrado?; ¿cuáles son los determi-
nantes que inciden en su mayor vulnerabilidad?

b) ¿Cómo influyen las desigualdades sociales, de etnia, de género, de edad, de


discapacidad en el derecho a una vida saludable?

c) ¿Qué distancias detecta entre las representaciones y prácticas de salud de la


población y las representaciones y prácticas del equipo de salud del Centro?
¿Cómo entiende o explica esas distancias?

d) ¿Qué estrategias, políticas, planes o programas existen en la comunidad y en el


servicio para abordar las desigualdades sociales en materia de salud?

e) ¿Qué estrategias de atención de la salud aportan para mejorar las condiciones


de vida y de salud de la población de su comunidad e incluyen en sus propues-
tas acciones para favorecer prácticas de equidad?, ¿a través de qué acciones
podría ponerlas en práctica en su comunidad?; ¿con quiénes?

Actividad de comprensión de conceptos clave

Lea detenidamente las consignas y luego marque la respuesta correcta. Justifique.

1. Los cuatro componentes del Campo de la Salud son:

A. Estilo de Vida, Factores Nutricionales, Sistema de Servicios


de Salud. Medio Ambiente

B. Factores Ambientales. Factores Culturales. Factores


Sociales. Factores Biológicos

C. Sistema de Servicios de Salud. Biología Humana. Estilo de


Vida. Medio Ambiente

D. Promoción, Prevención primaria, secundaria y terciaria

180
Evaluación

2. Dentro de los cuatro Determinantes de la Salud, el Estilo de Vida designa:

A. Las pautas culturales y de socialización que definen el concepto


de lo sano y lo patológico

B. El nivel de vida definido por los ingresos y la posición social que


ocupa la persona

C. El conjunto de decisiones que toma el individuo respecto de su


salud y sobre las cuales ejerce cierto grado de control

D. Ninguna respuesta es correcta

3. De acuerdo al concepto de multicausalidad propuesto por el autor, los facto-


res que están asociados con el proceso salud-enfermedad pueden identificar-
se como:

A. Se trata de una sumatoria de factores (biológicos, sociales y


políticos) con el mismo nivel de jerarquía e importancia

B. Se trata de la relación entre el huésped y un conjunto de agentes


causales

C. Los factores sociales están inscritos en lo biológico y no se los


puede distinguir

D. Ninguna respuesta es correcta

4. El modelo de campo de la salud sirve para:

A. Analizar las prioridades en la distribución de los recursos,


de acuerdo a los factores determinantes

B. Identificar los principales factores determinantes de la salud de


acuerdo al perfil epidemiológico de la población, destacando la
importancia relativa de cada uno de ellos
C. Analizar los principales factores que obran en la aparición y
evolución de los problemas de salud, a fin de evaluar su
importancia relativa y su interacción

D. Proporcionar una visión unificada del complejo campo de la salud

E. Todas las respuestas son correctas

181
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

5. De acuerdo a lo planteado por Gurney Clark en torno a las relaciones


entre el huésped y el ambiente desde una concepción ecológica:

A. La presencia del agente causal provoca necesariamente la


enfermedad

B. La existencia del agente causal puede no hallarse de ningún modo


relacionada con la enfermedad padecida por el huésped interactuante

C. La presencia del agente causal no provoca necesariamente la


enfermedad si no concurren otras influencias sociales que facilitan
el proceso

D. Ninguna respuesta es correcta

6. Según el trabajo publicado por CEDES con el título “Para que cada muer-
te materna nos importe” Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación,
CEDES. Bs.As. 2004 , entre los derechos que se hallan vulnerados en cada
muerte materna se incluyen:

A. El derecho a la vida, la libertad y la seguridad de la persona

B. El derecho a disfrutar los beneficios del progreso científico

C. El derecho a la igualdad y la no discriminación

D. El derecho a conformar una familia y poder disfrutar de una vida


familiar

E. Todas las respuestas son correctas

7. De acuerdo al 44º informe del Consejo consultivo de la OPS, en las


Américas están cambiando los tipos de familia, la composición de los hoga-
res y la situación matrimonial, fenómeno que se manifiesta a través de:

A. El crecimiento de la familia monoparental y liderada por mujeres

182
Evaluación

B. El descenso en la edad promedio para el primer matrimonio de


las mujeres

C. Las nuevas posibilidades laborales a las que hoy tienen acceso


las mujeres

D. El incremento en el tamaño de las unidades familiares

E. Algunas respuestas son correctas

F. Todas las respuestas son correctas

8. Entre las prácticas familiares que permiten a las familias acceder a más y
mejores alimentos se incluye:

A. Diversificación de las fuentes de abastecimiento

B. Autoexplotación

C. Manejo de la composición familiar

D. Diversificación de las fuentes de ingreso

E. Todas las respuestas son correctas

9. De acuerdo a la evidencia que arrojan los estudios citados por


G. Alleyne en el trabajo Salud, ética y desarrollo:

A. La inversión en salud puede acelerar inmediatamente el desarrollo


económico

B. No existe relación alguna entre la inversión en salud y el desarrollo


económico

C. La inversión en salud puede acelerar el crecimiento económico,


aunque con un intervalo de demora

D. Ninguna respuesta es correcta

183
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

10. Según el trabajo formulado por el Dr. George Alleyne en el trabajo


Salud, ética y desarrollo:

A. La inequidad está asociada con las diferencias existentes en la


asistencia de la salud

B. La inequidad se expresa en resultados sanitarios tales como las tasas


de mortalidad infantil y mortalidad materna

C. La inequidad está asociada con la desigualdad en los determinantes


de la salud

D. Todas las respuestas son correctas

11. Entre los grupos sociales más afectados por la situación actual de
pobreza se encuentran:

A. Los niños, discapacitados, mujeres ancianos e indígenas

B. Las mujeres, ancianos y adultos con empleo

C. Los niños, discapacitados y mujeres

D. Ninguna respuesta es correcta

12. El alto grado de desigualdad en América Latina, uno de los mayores


del planeta:

A. Se expresa en el alto índice de pobreza de toda su población

B. Se expresa en la gran disparidad de ingresos entre el porcentaje


más rico y el porcentaje más pobre de su población

C. Se expresa en la carencia de oportunidades para la generación


de riqueza

D. Ninguna respuesta es correcta

184
Evaluación

13. Según el enfoque planteado por Kliksberg acerca del nuevo fenó-
meno de la pobreza en América Latina:

A. Aumentó el número de pobres absolutos y relativos en toda la


región

B. Empeoró la situación de los pobres extremos, aumentando los


niveles de indigencia

C. Aumentó el nivel de los nuevos pobres, capas medias que han


experimentado un agudo descenso en sus promedios de ingreso

D. Todas las respuestas son correctas

14. El término “feminización de la pobreza” comprende las siguientes


situaciones:

A. La creciente responsabilidad de las mujeres en el mantenimiento


económico de los hogares

B. La doble carga impuesta por tener que obtener el sustento y cuidar


a los hijos

C. La escasez de servicios destinados específicamente al cuidado de la


madre y el hijo

D. Las menores oportunidades de desarrollo económico que tiene la


mujer en comparación con el hombre

E. Todas las respuestas son correctas

15. El creciente empobrecimiento de los niños

A. Es un fenómeno exclusivamente urbano

B. Comprende solamente a población rural

C. Comprende a población urbana y rural, pero sus manifestaciones


son más perceptibles en las grandes ciudades, dado el hacinamiento
de sus zonas periféricas

D. Ninguna respuesta es correcta

185
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

16. El concepto de inequidad en salud alude a las disparidades inacepta-


bles entre los grupos sociales en relación con el estado de salud y las
condiciones de acceso a los servicios. Según Diderichsen

A. Las disparidades en salud se manifiestan entre los países pobres

B. Las disparidades en salud se manifiestan entre los más desarrollados

C. Las disparidades en salud afectan tanto a los países pobres


como a los más desarrollados

D. Ninguna respuesta es correcta

17. La inequidad en salud

A. Alude a las desigualdades en salud que reflejan las diferencias


entre los grupos

B. Se refiere al conjunto de desigualdades en salud consideradas


injustas

C. Alude a las desigualdades en salud entre la población pobre y la


población no pobre

D. Ninguna respuesta es correcta

18. La mitigación de las inequidades en salud comprende iniciativas destinadas a:

A. La provisión de redes de seguridad social

B. El incremento de la educación y formación laboral

C. La reducción de los riesgos ambientales

D. El aumento de la participación política y la reducción de la violencia

E. Todas las respuestas son correctas

186
Evaluación

19. En la población con mayores niveles de pobreza se observa:

A. Una mayor concentración de enfermedades transmisibles

B. Una mayor concentración de enfermedades transmisibles y


no transmisibles

C. Una mayor concentración de traumatismos, accidentes y violencias

D. Todas las respuestas son correctas

20. Los estudios que vinculan la posición social de la persona y/o grupos
con los indicadores de salud muestran lo siguiente:

A. Existe una asociación positiva entre el incremento del nivel


educativo y los mejores resultados en salud

B. Existe una asociación negativa entre el incremento del nivel


educativo y los mejores resultados en salud

C. No puede establecerse asociación alguna entre el nivel educativo


y los mejores resultados en salud

D. Ninguna respuesta es correcta

21. Las diferencias de salud entre varones y mujeres pueden atribuirse a:

A. Las creencias y representaciones acerca de los roles que deben


cumplir cada uno de los sexos

B. Las diferencias biológicas entre los sexos

C. La mayor feminización de la pobreza

D. Todas las respuestas son correctas

187
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

22. Según Peter y Evans, los estudios de bioética deben comprender


aspectos tales como:

A. Los deberes y responsabilidades inherentes a la profesión médica

B. Los derechos de los pacientes concernientes a decidir sobre


conductas propias y/o de terceros que tienen impacto sobre su salud

C. El problema de la justicia distributiva de bienes y recursos y su


impacto sobre la salud-enfermedad de los distintos grupos humanos

D. Todas las respuestas son correctas

23. Entre los factores que explican el importante progreso logrado en la


mejora de los niveles de bienestar de la población descritos por Evans
se incluyen:

A. La mejora en la nutrición y en las condiciones de vida

B. El descubrimiento de vacunas y antibióticos para tratar las infecciones

C. El acceso a mayores niveles de cobertura médica a través de la


Seguridad Social

D. El conocimiento acerca de la adopción de conductas que protegen o


amenazan la salud

E. Algunas respuestas son correctas

24. Según el texto de Kroeger y Luna incluido en el libro “Atención


primaria de la salud: principios y métodos”:

A. La medicina científica ha incorporado desde siempre el saber médi-


co popular a su acervo de conocimientos

B. Las distintas subculturas populares han rechazado muchos princip-


ios de la explicación científica para comprender la enfermedad

188
Evaluación

C. La medicina científica ha negado reiteradamente los aportes del


saber médico popular, pero existe actualmente una mayor apertura
para su consideración

D. Todas las respuestas son correctas

25. A lo largo de la historia, el término cultura ha designado:

A. La recolección de lo sembrado en la producción de la tierra

B. El proceso de formación artístico, moral y científico de las élites


dominantes

C. Como sinónimo de civilización en oposición a la barbarie natural

D. Una condición compartida por todas las personas y todas las


sociedades, sea cuales fueren sus manifestaciones

E. Todas las respuestas son correctas

26. Las formas de manifestación de las distintas culturas pueden observarse en:

A. Las pautas de crianza y socialización

B. El sistema de creencias religiosas

C. La relación que se establece entre los distintos grupos que conforman


a la sociedad

D. El rol social que se le asigna a cada uno de los géneros

E. Todas las respuestas son correctas

189
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

27. Según Axel Kroeger y Rolando Luna, se denomina medicina tradicio-


nal a :

A. El saber de la población lega, modificado a través del contacto y


mezcla entre diferentes grupos sociales

B. El saber de la población lega que es aceptado por el conocimiento


científico

C. El saber de la población que vive en zonas rurales

D. Ninguna respuesta es correcta

28. Alguna de las causas más frecuentes de malentendido entre médico y


paciente son:

A. Comparten el mismo concepto etiológico sobre la enfermedad

B. Utilizan los mismos términos pero designan conceptos disímiles

C. La dolencia del paciente impide toda forma de comunicación

D. Todas las respuestas son correctas

29. Entre las razones que explicarían, según Necchi, la más temprana y
frecuente consulta de las mujeres a los servicios de salud encontramos:

A. La división sexual del trabajo social que implica distinta


responsabilidad por la manutención económica del hogar

B. Las representaciones sociales acerca de la fortaleza física de


varones y mujeres

C. La creciente medicalización de situaciones vitales que atraviesan


especialmente las mujeres

D. Todas las respuestas son correctas

190
Evaluación

30. La Atención Primaria de la Salud puede ser entendida como:

A. Nivel de atención y puerta de entrada al sistema

B. Programa focalizado para poblaciones marginales

C. Estrategia de organización de todo el sistema de salud

D. Un desafío político que convoca la participación del Estado


y las organizaciones sociales

E. Algunas respuestas son correctas

F. Todas las respuestas son correctas

CLAVE DE CORRECCI N
Cuestionario de autoevaci n

Pregunta Respuesta correcta

1 C
2 C
3 C
4 E
5 C
6 E
7 E
8 E
9 C
10 D
11 A
12 B
13 D
14 E
15 C
16 C
17 B
18 E
19 D
20 A

191
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

21 A
22 D
23 E
24 C
25 E
26 E
27 A
28 B
29 D
30 F

192
Guías Metodológicas y Actividades de Campo

A continuación transcribimos las guías metodológicas 1, 3, 4, 5 y 6 del libro Modelo Social


de Prácticas en Salud. Bello y De Lellis. PROA XXI Editores. 2001

Guía Metodológica Nº 1
Inserción comunitaria

El proceso de inserción comunitaria sucede a la caracterización de las áreas geográficas sobre


las cuales se realizará el trabajo de campo.

Se basa en el conjunto de estrategias que el equipo pone en práctica para lograr conoci-
miento, aceptación y disponibilidad a la colaboración con el proyecto de parte de los refe-
rentes barriales identificados como importantes por su inserción en la comunidad.

Esta inserción se desarrolla gradualmente, a partir de la habilidad que el investigador demues-


tre por ubicarse en este escenario, para él inédito, y generar confianza entre quienes lo reci-
ben. Las demoras o dificultades propias de este proceso de inserción no deben comprenderse
como obstáculos o resistencias al cambio, sino como la gestación de condiciones que facilita-
rán el desarrollo de todo el proceso ulterior.
En la medida que la presencia de desconocidos cuyo fin es desarrollar un estudio comunitario
despierta interrogantes e inquietudes, los vecinos pueden colmar la ausencia de información
con comentarios que, a través del mecanismo del rumor, generen falsas expectativas sobre el
propósito de la inserción.
Es muy común, además, que en este contacto con personas e instituciones el investigador en-
cuentre grados muy diversos de resistencia a ofrecer información. A menudo el carácter públi-
co o privado de las organizaciones contactadas condiciona las mayores facilidades u obstácu-
los para lograr el acceso, que el técnico debe prever como un acontecimiento e integrarlo al
análisis mismo que él realiza sobre la comunidad.
Los motivos de esta manifestación pueden distorsionarse suponiendo que la presencia se rela-
ciona con algún asunto ligado a la gestión del Municipio o bien de alguna agencia que actúa
en el nivel local desarrollando una respuesta en materia de servicios sociales.
Cuando estas cuestiones recorren rápidamente circuitos formales e informales de la interac-
ción barrial, los vecinos o sus referentes pueden promover demandas concretas de solución
que el técnico se ve en la obligación de satisfacer.
Las recomendaciones metodológicas a seguir en este proceso son las siguientes:

Contacto con líderes o referentes barriales, que puede surgir del acercamiento a institu-
ciones representativas de la comunidad o bien a vecinos en sitios de interacción cotidia-
na.

195
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

Información veraz sobre los motivos del acercamiento, facilitando su aceptación y cola-
boración, aunque esto no signifique dar información precisa sobre el contenido de la in-
formación relevada y, menos aún, enunciar interpretaciones apresuradas sobre la
misma.

Ubicar a tales líderes en el rol de orientadores para posteriores acercamientos indicando:

Qué otros informantes deberían entrevistar los miembros del grupo.

Cómo contactar con ellos, dado que el contacto se facilita cuando el líder presenta
al visitante y le otorga confianza para que el vecino le ofrezca la información nece-
saria (técnica de la bola de nieve).

Recomendaciones del líder o referente sobre cómo, cuándo y a quién/es preguntar.

La información que el investigador obtiene en esta etapa procede de dos fuentes principales:

1. Observación

La observación es una de las técnicas más utilizadas en investigación comunitaria. Mediante


sus sentidos, el investigador acumula datos e información sobre hechos y situaciones presen-
tes en una determinada realidad socio-cultural, y el comportamiento de la gente en el contexto
de su vida cotidiana.
Desde su punto de vista metodológico, la observación debe guiarse por una percepción deli-
berada y un cuerpo de conocimientos que permitan categorizar y poner en relación los distin-
tos hechos observados.
La observación puede clasificarse según diferentes criterios, uno de los cuales es su grado de
estructuración.

Observación no Estructurada

La observación, asistemática, se basa en el reconocimiento y registro de los hechos a partir de


categorías o pautas de observación no estructurada. Esta observación abierta, impresionista,
tiene por objeto registrar los estímulos y señales ambientales más destacados para el observa-
dor. Resulta muy útil durante la entrada a campo, cuando aún no se ha establecido contacto
con referentes de la comunidad. Es decir, que será una observación poco sistematizada, sólo
orientada por la inquietud o preocupación general que motiva el estudio: por ejemplo, conocer
cuál es el nivel de servicios con que cuenta la comunidad, dado que eso podrá tener una in-
fluencia directa sobre el estado de salud de la población.

196
Guías Metodológicas y Actividades de Campo

Observación Estructurada

Este tipo de observación descansa en procedimientos más formalizados, que establecen con
mayor precisión los aspectos e indicadores a relevar.

Puede ser necesario entonces que los miembros del equipo acuerden una guía de observa-
ción para poder describir algunos aspectos con mayor precisión (por ejemplo, el estado de las
calles, los lugares para recreación, la presencia de chicos o adolescentes en las calles), y así
obtener en conjunto una información que pueda ser objeto de una comparación sistemática.
Su empleo resulta muy recomendado cuando se haya avanzado en el proceso de inserción, da-
do que se pueden definir con mayor precisión los objetivos de la observación. En esta fase,
igual que en la anterior, pueden utilizarse técnicas no reactivas que fijen y aumenten el detalle
de lo observado, como fotografías o registros audiovisuales.

El tercer momento es aquel en el cual el investigador ya se ha dado a conocer e interactúa con


vecinos desde un rol, que coincide con el empleo de la técnica conocida como observación
participante. A diferencia de la denominada observación no participante, el investigador se
involucra más directa y activamente en los hechos o situaciones que observa, pues asume ro-
les determinados en el grupo o comunidad que estudia. En este proceso de interacción, el in-
vestigador encuentra mayores posibilidades de captar el significado que tienen para las perso-
nas muchos de los comportamientos observados.

La observación corre paralela al proceso de realización de entrevistas, posibilitada por un ni-


vel de atención menos focalizada pero atenta a la captación selectiva de detalles que puedan
complementar el registro de los datos. La observación permitirá complementar, ampliar o co-
rregir la información que surja de la realización de entrevistas: por ejemplo, si se habla de los
problemas que la inundación ocasiona en la salud de los más pequeños, corroborar estos datos
observando cómo se ha alterado la interacción cotidiana a partir de la amenaza del agua o, si
se comenta el valor de las prácticas de higiene alimentaria, qué resguardos se adoptan al mo-
mento de preparar la comida.

Las habilidades que el investigador pone en práctica resultan similares a las que son parte
normal de toda interacción social, en la cual reglas de respeto y cortesía ponen límites en tor-
no a lo que se puede y debe indagar. En términos ideales, se considera óptima aquella relación
en la que el informante no percibe que el propósito del observador es investigar, y espontá-
neamente se confía en aquel que estimula su relato.

En esta fase, la observación se realiza en conjunto con la introducción de estímulos propios


de las técnicas reactivas (preguntas, cuestionarios) o bien el uso de técnicas no reactivas (fo-
tografías o filmaciones). Es conveniente que ambas técnicas se basen en el consentimiento de
la/s personas que serán registradas en la interacción.

197
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

Registro

En el trabajo comunitario, el técnico necesita disponer de un instrumento sencillo adonde pue-


da volcar rápidamente sus impresiones, producto de la observación más objetiva y del registro
de pensamientos e ideas que surgen durante el trabajo de campo. Se recomienda el empleo de
una libreta de campo en la cual el técnico pueda volcar sus observaciones e impresiones, para
fijar y compartir el registro con otros miembros del equipo de trabajo.

2. Entrevistas comunitarias

La realización de entrevistas es posible a partir de la selección de informantes significativos


para el propósito del estudio.
Los informantes apadrinan al investigador en el escenario y son sus fuentes primarias de ave-
riguación, ya que le indican a quién visitar, lo presentan ante desconocidos, les dan consejos
sobre cómo actuar y además le señalan cómo es visto por los otros en este nuevo escenario.
En el acuerdo establecido con ellos deben explicitarse los objetivos de la investigación, men-
cionando que la motivación del acercamiento descansa en aumentar el conocimiento acerca de
temas generales, no acerca de aquellos sucesos personales que incumben a la intimidad de las
personas comprendidas en el estudio.

Los informantes se clasifican en tres tipos básicos:

Claves: De acuerdo a la posición que ocupan (rol) en el ámbito comunitario (ej.: agente
de programa social, presidenta de asociación vecinal, representante de un sector político,
líder de iniciativas barriales).

Calificados: De acuerdo al grado de información y/o conocimiento que manejan en


temas que son de particular interés para el propósito del estudio (ej.: medio ambiente,
alimentación, salud, vivienda).

Ocasionales: Surgen a propósito de la interacción que se desarrolla en el ámbito


comunitario, sin que medien en su elección criterios relacionados con el grado de
conocimiento o con la posición que ocupan en la toma de decisiones comunitaria.

Clave: Cualesquiera de los tipos de informante mencionados puede servir además como
medio para acceder a otros informantes, o bien al reconocimiento de ámbitos importan-
tes para la interacción comunitaria.

Esta técnica, ampliamente utilizada en las ciencias sociales, debe ser objeto de algunas reco-
mendaciones particulares cuando se trata acerca de su empleo en el ámbito de la interacción
comunitaria.

198
Guías Metodológicas y Actividades de Campo

Programación:

Los distintos momentos y oportunidades en los que el técnico puede obtener información, me-
diante técnicas como la observación o la entrevista comunitaria no surgen de una situación
programada con antelación, como podría esperarse que ocurra a través de una relación plan-
teada a través de un dispositivo clínico o experimental. Esto supone sostener una presencia
que además dedique especial atención a las oportunidades que se presentan en el proceso de
inserción comunitaria, y así aprovechar las posibilidades de obtener información mediante en-
cuentros aparentemente casuales en los cuales pueden surgir datos de gran utilidad.

Ámbito:

El trabajo de campo se desarrolla en escenarios naturales definidos por el hábitat de la comu-


nidad estudiada. Es esencial considerar el principio siguiente:

Es el investigador quien debe acomodarse a los sitios, horarios y rutinas de las personas
con las cuales contacta, y no suponer que las personas observadas hallarán interés en aco-
modarse al ámbito o encuadre controlado y definido por quien investiga.

Esta cuestión, que puede plantear dificultades por la falta de condiciones mínimas para asegu-
rar confianza, intimidad o privacidad entre entrevistador y entrevistado, ofrece sin embargo
oportunidades para captar detalles de la vida de relación cotidiana y los determinantes am-
bientales, que pasarían desapercibidos para el técnico si dispusiera de otros ámbitos para
realizar la entrevista. La entrevista en la plaza barrial, el club, la asociación vecinal, el cen-
tro polideportivo o la institución de tercera edad no sólo permiten contar con un marco para la
realización de los encuentros. Ofrecen además una oportunidad para observar procesos que
revelan datos acerca de la posición que ocupan personas e instituciones en el sistema de roles
específico de cada comunidad.

Proceso:

En el vínculo entrevistador/entrevistado se acostumbra diferenciar entre entrevistas de inicio,


de proceso y de cierre.

La entrevista de inicio coincide aquí con la presentación, a cargo del técnico, sobre el moti-
vo que guía la realización de las mismas, explicitando toda aquella información que el refe-
rente comunitario plantee necesaria.

Las entrevistas de proceso suponen el establecimiento de una relación en la cual se van de-
sarrollando vínculos de confianza entre las partes. La relación de confianza es a veces un re-
quisito indispensable para que pueda profundizarse el nivel de inserción comunitaria y avan-

199
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

zar entonces en la etapa siguiente.

Las entrevistas de cierre tienen por objeto completar un ciclo de encuentro en el cual se ex-
plicita el grado de satisfacción de ambas partes, de acuerdo al tipo de expectativas con las que
cada una de ellas estableció la relación.

Retiro del campo:

El abandono del campo resulta un tema difícil de determinar con precisión, pues se relaciona
con la decisión adoptada por los investigadores de finalizar el relevamiento de datos. Dado
que siempre es posible añadir una nueva pregunta u observación, metodólogos como Glaser y
Strauss (1967) acuñaron el concepto de “saturación teórica” para describir aquel momento
del trabajo de campo en el cual la inversión de tiempo comienza a tener ventajas decrecientes,
dado que los nuevos datos comienzan a arrojar resultados demasiado similares a los que ya
fueran relevados.

Bibliografía

ANDER EGG, EZEQUIEL. Técnicas de investigación social. Editorial Hummanitas. Buenos


Aires. 1971.
TAYLOR, S. y BOGDAN, R. Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Pai-
dós Estudio. Buenos Aires. 1986.
SCHWARTZ, H. y JACOBS, JERRY. Sociología cualitativa. Método para la reconstrucción
de la realidad. Editorial Trillas. México. 1986

200
Guías Metodológicas y Actividades de Campo

Guía Metodológica Nº 3
Sondeo a informantes barriales

El objetivo de entrevistar a informantes barriales sirve a los siguientesfines:

Identificar características socio ambientales relevantes de cada uno de los barrios de


las localidades de Piñero y Sarandí en los cuales se realiza la presente investigación.

Reconocer los aspectos más destacados de las familias que viven en dichos barrios.

Se tratará entonces de que el informante pueda dar su opinión calificada acerca del barrio, y
la pregunta para obtener información sobre las características de la comunidad sería, por
ejemplo:

Pregunta Nº 1: ¿Cómo es el barrio?

Si bien se espera que el informante sea quien decida qué aspectos pueden definir mejor a la
comunidad en la cual vive y actúa, alguno de los aspectos que pueden seleccionarse por su
importancia son:

Localización (Límites del barrio, vecindario, jurisdicción)

Disponibilidad de servicios

Nivel social

Ocupación, desempleo

Migración

Nivel de educación formal

La pregunta para obtener información sobre la organización de la comunidad sería, por ejem-
plo:

Pregunta Nº 2: ¿Cómo se organiza y participa la gente en la vida comunitaria?

201
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

Ejemplo:

Asociaciones

Tipos de liderazgo

Grupos de representación política

La pregunta para obtener información sobre los recursos de la comunidad sería, por ejemplo:

Pregunta Nº 3: ¿Con qué recursos cuenta la comunidad para proteger, atender o cuidar la
salud de la gente que vive en el barrio?

Ejemplos:

Formales: Centros de salud, dispensarios, clínicas, hospitales.

Informales: Curanderos, espiritas, grupos de autoayuda.

Líderes formales e informales

Y además…

Pregunta Nº 4: ¿Con qué otros recursos cuenta la comunidad?

Ejemplos:

Formales: Asistencia social, Educación, Empleo.

Informales: Recreación, Sociedades de fomento, Vecinales.

Líderes formales e informales.

La pregunta para obtener información sobre las características de las familias que viven en la
comunidad sería, por ejemplo:

Pregunta Nº 5: ¿Cómo son las familias que viven en el barrio?

Tamaño promedio de las familias

Agrupamiento en hogares (familia nuclear o extensa)

Nivel de educación formal

202
Guías Metodológicas y Actividades de Campo

Empleo

La pregunta para obtener información sobre las condiciones de subsistencia de las familias
que viven en la comunidad sería, por ejemplo:

Pregunta Nº 6: ¿De qué vive la gente del barrio?

Ejemplo:

¿Quiénes trabajan o aportan ingresos?

¿Dónde y cuándo trabajan?

¿De qué trabajan?

La pregunta para obtener información sobre el cuidado que las familias realizan en relación
con su salud sería, por ejemplo:

Pregunta Nº 7: ¿Cómo se cuida, atiende o promueve la salud en las familias del barrio?

Ejemplo:

Utilización de los servicios formales e informales de salud

Hábitos de alimentación

Cuidados de higiene doméstica y prevención de accidentes

Uso del tiempo libre

Guía de pautas

1. ¿Cómo es el barrio?

2. ¿Cómo se organiza y participa la gente del barrio?

3. ¿Con qué recursos cuenta la comunidad para proteger, atender o cuidar la


salud de la gente que vive en el barrio?

4. ¿Con qué otros recursos cuenta la comunidad?

5. ¿Cómo son las familias que viven en el barrio?

6. ¿De qué vive la gente del barrio?

7. ¿Cómo se cuida, atiende o promueve la salud en las familias del barrio?

203
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

Guía Metodológica Nº 4
La familia como unidad de estudio

Esta investigación analizará los comportamientos específicos de cuidado, promoción y recu-


peración de la salud que presentan las familias.

Al adoptar el criterio de seleccionar a la familia como unidad de reproducción física, social y


cultural de los individuos pertenecientes a una determinada sociedad, se reconocen los si-
guientes aspectos:

Que la reproducción generacional (procreación, cuidado y socialización de los niños) y la


reproducción cotidiana (ciclo diario de producción y consumo de bienes o servicios para
la subsistencia de sus miembros) se organizan en el contexto de la unidad familiar (Jelín,
E. 1998).

Que constituye una unidad de residencia en la cual se toman decisiones adaptativas de la


vida cotidiana, según los condicionamientos propios del nivel socio-económico de perte-
nencia y los recursos disponibles en la comunidad (Schuffer et al. 1987).

Que una de las funciones principales de la familia es preservar la salud de sus miembros, a
través de prácticas elementales e indiferenciadas que comprenden la ayuda psicológica y
social en cualquiera de las fases del proceso de salud/enfermedad.

Que es en el ámbito de la familia donde se identifican y manifiestan situaciones patológi-


cas, y se decide qué ayuda o asistencia buscar para su resolución.

Esto significa que en el aprendizaje de actitudes, creencias y conductas la familia actúa como
principal formador, más allá del papel que posteriormente cumplan otras instituciones y per-
sonas significativas de la realidad social (ej.: escuela, vecindario).

Gran parte de las conductas que las personas aprenden en relación con la promoción, el cuida-
do y la recuperación de la salud se originan y/o mantienen en el contexto de las relaciones fa-
miliares. En el medio familiar, la identificación de problemas de salud da lugar a una respues-
ta que busca alguna forma de solución. Dado que es en el ámbito de las familias donde se cui-
da y promueve el proceso de crecimiento y desarrollo de los más pequeños, el papel de los
progenitores es fundamental para analizar cómo se actúa ante los problemas visualizados de
salud, y qué conductas de apoyo e intercambio se facilitan entre los adultos.

Esto, que puede observarse a partir del “corte transversal” de una familia en un determinado
momento histórico, también debe entenderse para la reproducción (con variaciones) de pautas

204
Guías Metodológicas y Actividades de Campo

sociales y culturales que así pueden transmitirse a lo largo del tiempo como parte del legado
de una generación a la otra.

Para los propósitos de este estudio, se toma a la familia como “sistema”. Al tomar a la familia
como un “sistema”, importa más el análisis de la interacciones entre sus miembros y la con-
ducta “de rol” de cada uno de ellos que el análisis del comportamiento de cada uno de los in-
dividuos que lo componen.

Esto significa que, si tomamos los comportamientos relacionados con la alimentación, impor-
tará más reconocer cuál de los roles familiares goza de atribución para ocuparse de la selec-
ción, preparación o conservación de los alimentos, que analizar cuáles son las motivaciones,
actitudes y valores de la persona singular que interioriza dicho rol y que participa circunstan-
cialmente como informante.

Las funciones (ej.: cocinar) pueden ser intercambiadas por diferentes roles en distintas cir-
cunstancias, y hasta considerarse que ciertos roles (ej.: el rol del padre en culturas con ideolo-
gías machistas) son incompatibles con determinadas funciones (ej.: cocinar o planchar) de
acuerdo a las pautas culturales que rigen para esa determinada sociedad.

Lo que resultará entonces de interés será, para los fines de esta investigación, explorar qué
funciones cumple cada uno de los roles en ciertos aspectos clave (ej.: alimentación), y qué va-
loración le otorga cada familia a esta particular distribución de roles y funciones.

Exploración de las conductas

Una parte de la investigación irá dirigida a identificar y reconocer las conductas habituales
de las familias en determinadas áreas que, se supone, guardan directa relación con la forma
en que las familias cuidan y promueven su salud.

Estas áreas son:

Salud

Alimentación

Tiempo libre

Higiene doméstica y prevención de accidentes

La elección de estas áreas ha sido hecha porque en ellas la familia puede adquirir un rol deci-
sivo en todos los comportamientos cotidianos que inciden sobre el cuidado y recuperación de
la salud.

205
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

Al formularse o implementarse programas educativos o asistenciales con impacto social que


tienen como destinatario focal a las familias, deben tomarse en cuenta las estrategias que la
familia ponga en práctica como unidad de acción.

Como ejemplo, la eficacia de un programa alimentario o campaña educativa estará condicio-


nada a las conductas que en tales familias se ponen en práctica, y que se estipulan como de-
seables. Esto supone un grado de aprendizaje cognitivo, afectivo y conductual que se traduci-
rá en conductas y hábitos alimentarios cotidianos en los que cada uno de los miembros parti-
cipará desde un rol propio y definido.

Dado que se trabajará sobre la identificación de comportamientos en salud, el estudio se


orientará a las prácticas cotidianas que en el ámbito de las familias se realizan en cada una de
las áreas antes mencionadas.

Es decir, cómo se seleccionan, preparan, cocinan o conservan los alimentos; cómo organizan
la higiene del hogar y qué recaudos adoptan para evitar accidentes; cómo utilizan el tiempo li-
bre y qué conductas de búsqueda de ayuda (y en qué ocasiones) realizan luego de identifica-
dos los problemas de salud.

Lo que las familias hacen deberá completarse con lo que las familias creen necesario hacer
para proteger su salud, pero esto surgirá del relevamiento acerca de las creencias que justifi-
can o legitiman la acción.

Exploración de las creencias

Complementariamente a la identificación de conductas familiares en las áreas antes mencio-


nadas, la investigación se enfocará al reconocimiento de creencias y representaciones destina-
das a validar las mismas dentro de un marco de referencia que permita a los sujetos orientarse
en el contexto de la vida cotidiana.

Las creencias y representaciones se constituyen a partir del proceso de socialización e interac-


ción de la persona con su medio ambiente socio-cultural. Son resultado de la tradición, los va-
lores dominantes y las costumbres más difundidas en un determinado grupo social.

Estas creencias nos ofrecen un punto de vista a partir del cual poder situarnos y orientar nues-
tras decisiones cotidianas. Importa, no su hipotético carácter de falsas o verdaderas, sino el
grado de eficacia que reflejen para ser aceptadas y transmitidas por la gente.

Nuestro comportamiento en materia de salud está fuertemente influido por las representacio-
nes y las creencias de las personas significativas con las cuales interactuamos en procesos de
mutua influencia social.

206
Guías Metodológicas y Actividades de Campo

Respecto de la indagación de creencias en torno de los temas incluidos en la investigación,


debemos señalar lo siguiente:

Los alimentos que ingerimos, sus formas de preparación, la combinación, higiene y conser-
vación de los mismos está sustentada en creencias que refuerzan alguno de sus atributos
porque promueven, protegen o ayudan a restablecer procesos alterados en materia de salud.

La investigación de estos comportamientos resulta fundamental en esta época de acelera-


dos cambios y renovadas influencias sociales, en donde las personas están expuestas a múl-
tiples estímulos (en los cuales la publicidad juega un papel muy importante) y la fuerza de
la tradición se enfrenta a corrientes modernizadoras propias de nuevas demandas de la acti-
vidad económica (ej .: el tradicional guiso o asado versus los innumerables productos de
comida rápida).

En el campo de la salud, las creencias nos orientan acerca de cuándo debemos preocupar-
nos por nuestra salud o la de terceros, qué formas de resolución buscar (autoayuda o bús-
queda a terceros), quienes son valorados como referentes para resolver los problemas per-
cibidos, a qué factores atribuir los procesos de mejoría.

Bibliografía

JELÍN, ELIZABETH. Pan y afectos. Fondo de Cultura Económica. México, 1998.


SCHUFFER, M. et al. Estrategias familiares en relación a la atención de la salud. Informe
de investigación. Mimeo. 1987.

207
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

Guía Metodológica Nº 5
Selección de familias tipo

Las ciencias sociales han legitimado una aproximación metodológica que hoy goza de gran
difusión: la construcción de tipologías.

Este procedimiento se basa en la identificación de tipos ideales, intensificando uno o más ras-
gos tomados como esenciales y eliminando aquellos que se juzgan relativamente poco impor-
tantes para acercarse a la comprensión de fenómenos o sucesos particulares. Tal enfoque, que
tiene valor heurístico, también permite orientar la selección de unidades de análisis y/o infor-
mación, tales como las unidades familiares residentes en las zonas seleccionadas.

En la primera fase de esta investigación, de carácter cualitativa, la elaboración de una tipolo-


gía familiar nos permitirá orientar la búsqueda de las familias concretas.

De esta manera, los datos que surjan del trabajo con dichas familias podrán ser tomados como
indicativos de una probable tendencia de la población en su conjunto, aun cuando esto deba
ser corroborado mediante técnicas de relevamiento poblacional.

La selección de aquellos rasgos o variables que sean discriminantes entre las distintas familias
se ajustará a su probable asociación con el comportamiento que la población sigue en materia
de salud. Además, deberá basarse en la información que ya se ha relevado de las unidades co-
munitarias (barrios), porque la familia tipo hay que referirla a lo que se presenta como mayo-
ritario o dominante entre las mismas.

El método que se seguirá es el siguiente:

1. Los informantes describirán, según una serie de pautas discriminantes que le propone
el entrevistador, cuáles son las características ue a juicio de ellos permitiría describir a
las familias residentes en cada barrio.

2. El entrevistador elabora, siguiendo una metodología de análisis cualitativo (elabora-


ción de matrices), una caracterización de la familia tipo correspondiente a cada barrio.

3. El entrevistador ajusta con los informantes (buscando cruzar la información de dife-


rentes fuentes) el carácter ajustado de la tipología realizada.

4. El entrevistador se asegura que las familias tipo elaboradas tengan valor discriminan-
te según la caracterización realizada de los distintos barrios.

208
Guías Metodológicas y Actividades de Campo

El momento posterior es la identificación de aquellas familias concretas que respondan a esta


tipología.

Deberá justificarse el empleo de dichos rasgos o variables discriminantes para el propósito


que busca la investigación: identificar las distintas formas de cuidado, promoción y/o recupe-
ración de la salud.

Un ejemplo podría ser el siguiente:

a) Familia numerosa (más de cuatro hijos), con bajo nivel de instrucción, residente en
hogar con necesidades básicas insatisfechas y que carece de cobertura a través de un se-
guro privado o semipúblico.

b) Familia de extensión intermedia (entre dos y cuatro hijos), con nivel medio de ins-
trucción, residente en hogar sin necesidades básicas insatisfechas y que ha tenido histó-
ricamente acceso a coberturas privadas y/o semipúblicas, pero que actualmente carece
de ellas.

c) Familia reducida (hasta dos hijos), con pareja conyugal estable, residente en hogar
sin necesidades básicas insatisfechas y que presenta cobertura a través de un seguro pri-
vado o semipúblico.

Esta tipología deberá expresarse, finalmente, en una cédula de asentamiento de los datos bási-
cos de la familia relevada para poder instalar una descripción de la misma según la tipología
elaborada.

La familia nuclear es un grupo primario cuya principal función es ofrecer amparo y sostén en
todas las etapas del ciclo vital. pero debemos observarla en relación con las redes de interac-
ción que rebasan sus límites para abarcar a integrantes de la familia extensa (primos, tíos, cu-
ñados, compadres, etc.) y otras personas o grupos cuyo papel puede ser muy importante en el
momento de analizar el comportamiento de la familia estudiada. Es aquí en donde podemos
ver la importante relación que puede establecerse entre el componente informal (redes fami-
liares y sociales) y el componente formal dentro del sistema total de la salud.

Bibliografía

MC. KINNEY, JOHN. Tipología constructiva y teoría social. Editorial Amorrortu. Buenos
Aires. 1980.
SCHUFFER, M. et al. “El cuidado de la salud en familias seleccionadas del Gran Buenos Ai-
res”. Revista Medicina y Sociedad. Número 3. Volumen 19. Abril-Junio 1992.

209
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

Guía Metodológica Nº 6
Entrevista a familias

La entrevista en profundidad es una de las técnicas cualitativas más recomendadas para la re-
colección de datos en el ámbito social y comunitario.

La riqueza que contiene la información producida con esta técnica no ha podido ser superada,
por la siguiente razón principal:

Se trata de una técnica que permite identificar cómo los actores estudiados significan, valo-
ran, orientan y deciden las conductas que adoptan en respuesta a situaciones de la vida co-
tidiana.

Como técnica cualitativa que busca indagar en torno a la experiencia subjetiva, la entrevista
en profundidad debe apoyarse en tres criterios juzgados como complementarios: la focaliza-
ción, la flexibilidad y la tolerancia.

La focalización descansa en el principio de que los objetivos de la investigación impli-


can un cierto acotamiento y definición del tema en estudio. En otros términos, para po-
der avanzar en el conocimiento debe reconocerse un área que, suficientemente acotada,
pueda ser objeto de indagación. Esto implica que, en la propia relación entre entrevista-
dor/entrevistado, el intercambio de información se vaya ajustando progresivamente con-
forme se explicita y pone en común cuáles son los objetivos que persigue la investiga-
ción. El uso de guías de pautas sirve al propósito de focalizar el contenido de la entre-
vista, si bien esto presupone un cierto grado de conocimiento sobre las personas que se-
rán entrevistadas.

La flexibilidad descansa en el principio de que un diseño excesivamente estructurado li-


mitará las posibilidades de generar información cuyo valor no ha podido ser anticipado
con anterioridad por el propio investigador.

La tolerancia supone aceptar las opiniones y valores que expresa el entrevistado como
reflejo de la perspectiva que él mismo adopta sobre los hechos de la vida cotidiana, sin
anteponerle a ello su juicio valorativo. Esto significa que el investigador no debe distor-
sionar los datos que releva porque contradicen sus supuestos o juicios valorativos. Debe,
por el contrario, abstenerse de formular juicios de valor hasta el momento interpretativo,
cuando deba efectuar una selección, procesamiento y síntesis del material relevado.

210
Guías Metodológicas y Actividades de Campo

Una de las críticas más comunes al material recogido mediante esta técnica es que se basa en
el intercambio verbal y, por lo tanto, susceptible de generar distorsiones, falseamientos o en-
gaños que son propios de este tipo de relaciones. Tampoco resulta posible acompañar directa-
mente a las personas en las situaciones de la vida cotidiana que ellos mismos describen, y que
permitiría una comprensión más cabal de otros aspectos que el sujeto no sabe o no desea co-
municar de sí mismo y de la situación en que se encuentra.

La existencia de estas limitaciones no implica abandonar el uso de esta técnica, pero induce a
adoptar un sentido crítico respecto de la comprobación fáctica que debería seguirse para cada
uno de los acontecimientos narrados en la entrevista.

Una alternativa es construir situaciones relajadas en las cuales el sujeto entrevistado se expre-
se confiada y libremente, evitando los sesgos que puede introducir el entrevistador mediante
su presencia o bien por el estímulo que va promoviendo la fluencia del relato.

Principios técnicos básicos

Como reglas de la entrevista, tener presente:

Contenidos

En el transcurso de una entrevista pueden surgir conflictos en torno al tratamiento de cuestio-


nes que los entrevistados consideran transgresivas a la norma dominante: por ejemplo, con-
ductas adictivas, comportamientos sexuales juzgados anormales, utilización de métodos de
curación no tradicionales que puedan ser desaprobados por el “doctor” o “licenciado” que, se
supone, indaga sobre temas que ya conoce.

El modo de indagación

Una buena entrevista no induce ni condiciona la respuesta del entrevistado: permite que la gen-
te se exprese sobre aquello que conoce, piensa o desea, sin verse forzada a responder para sa-
tisfacer los intereses o preocupaciones del entrevistado. En ella, el entrevistador funciona como
elemento dinamizador o catalizador para que las personas respondan o se expresen de manera
libre y confiada. Casi se diría, aunque exagerando los términos, que el entrevistador actúa co-
mo pantalla en blanco para que el entrevistado pueda expresar sus reales pensamientos, viven-
cias y emociones. Esto no debe desviar al entrevistado del establecimiento de lazos de afinidad
e interés, básicos para que la relación social se exprese y posibilite la situación de entrevista, y
que incluyen intervenciones de aliento. En muchas ocasiones pregunta de forma tal que el en-
trevistado termina expresando respuestas que, se presume, satisfarán al entrevistador, preguntas
iniciadas con términos tales como: ¿No es cierto que...? O bien expresiones que son rápida-
mente percibidas por el entrevistado como reflejo de los valores de quien le pregunta e inducen
respuestas que, sesgadas por el estímulo, amenazan la validez de la información.

211
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

Las circunstancias de realización

Resulta muy importante la circunstancia en que se desarrolla la entrevista, pues es muy dife-
rente si la entrevista se realiza a solas (en condiciones adecuadas de privacidad) o en grupo
(con la influencia interpersonal que ejercen quienes participan del grupo), o bien cuando se
realiza en condiciones atípicas como el gabinete o consultorio profesional.

El entrevistador deberá entrenarse en el manejo de esta técnica en escenarios naturales, como


puede ser el medio familiar o comunitario, dado que representa una oportunidad para obtener
información desde diversas fuentes y en situaciones no programadas o acordadas por ambas
partes.

El entrevistador deberá orientarse por una guía de pautas, que le permita tener en cuenta con
suficiente claridad cuáles son los temas que deberán estar presentes, no importa en qué orden
se presenten durante la relación de entrevista.

El lenguaje, el tono de voz, la postura corporal e incluso el vestuario con que el entrevistador
se presenta pueden incidir en las respuestas que obtiene de parte del entrevistado. Pero funda-
mentalmente son motivo de sesgo que afectan la validez de la información: a) aquello que se
pregunta; b) cómo se pregunta; c) la oportunidad elegida para formular dicha pregunta.

Disposición interesada

Acá debemos reconocer un aspecto importante: el entrevistado debe sentir que es protagonista
principal de la relación, que su relato o sus respuestas son aquello que en ese momento tiene
la mayor importancia, y que el entrevistador tiene un sincero interés en lo que él se encuentra
expresando.

Es claro que cuando el entrevistador está más preocupado en responder al entrevistado que en
indagar más y mejor sobre lo que éste dice, o cuando no puede resignar el lugar de ser centro
de la atención y obtura el relato de su entrevistado, el mal empleo de la técnica no contribuirá
al propósito buscado, y la información relevada perderá riqueza y calidad.

Como recomendación, resulta propicio dejarse envolver por el clima o la atmósfera de rela-
ción que se mantiene con la persona contactada, y establecer las preguntas o intervenciones
como parte de la relación fluida que se establece entre ambos. Poner atención en el relato que
se está escuchando, pues muy pronto aparecerá el interés por conocer más y mejor los porme-
nores que faciliten una mejor comprensión del mismo. Comprobará que en el relato de la per-
sona se conjugan elementos dramáticos que lo hacen particularmente interesante, porque se
trata de una experiencia única e intransferible que no tiene sustitución exacta por ninguna
otra. En ese relato irán apareciendo también aquellos aspectos que son también comunes a los
de otras personas, y que permiten enlazarlo y comprenderlo en el marco de un universo sim-
bólico mayor.

212
Guías Metodológicas y Actividades de Campo

Objetivos claros

En el relato se irán sucediendo temas que probablemente confundan al entrevistador, quien ya


participa de una relación sostenida en elementos afectivos. El riesgo que esto implica es la su-
ma de digresiones, los comentarios divagantes, sin responder a un objetivo y sin generar nue-
va información. Establecer claramente los objetivos de la entrevista, y cómo ellos contribuyen
al propósito más general de la investigación, es la mejor recomendación para facilitar la con-
centración y evitar dispersiones en el relato.

Empatía y escucha

Una de las condiciones fundamentales para la implementación de esta técnica es el logro de


un vínculo o rapport adecuado, que dé confianza al entrevistado y estimule su participación.
Este vínculo facilitará indagar sobre algunos temas menos accesibles, y permitirá ir disipando
la desconfianza que a menudo subyace en una relación que mantiene cierto nivel de ambigüe-
dad.

La identificación y selección de los informantes debería concretarse luego de haberse interio-


rizado acerca de cuáles son las características principales del escenario en el que se ha inserta-
do.

Una de las claves para la comprensión de cómo las personas significan y valoran situaciones
o procesos de la vida cotidiana es mediante el análisis del lenguaje usado por los informantes.
A menudo conforman un código cuya finalidad última es lograr que la comunicación no tras-
cienda la esfera del pequeño grupo, alejando al observador poco familiarizado con la situa-
ción. De allí que sea necesario examinar el lenguaje de acuerdo a los supuestos e intenciones
de quienes lo usan, no como una descripción objetiva de la realidad.

Confiabilidad del registro

Es fundamental establecer registro del material informativo que se releva, porque el dato cua-
litativo tiene valor íntegro por su singularidad. No se lo puede resumir fácilmente, porque
pierde su fuerza expresiva, o ser testimonio de una posición singular ante cuestiones muy es-
pecíficas. Pero este registro no puede realizarse poniendo en riesgo la relación de confianza
establecida, o inhibir al entrevistado en la expresión de sus ideas. De allí que se recomiende
plantear la solicitud y explicación de los motivos del registro, o bien su anulación cuando esto
perjudica la relación.

Bibliografía

BINGHAM, VAN DYKE y MOORE. Cómo entrevistar. RIALP. Madrid. 1987.


PADUA, JORGE. Técnicas de investigación social. Fondo de Cultura Económica. México. 1978.

213
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

Propuesta de actividad comunitaria


Concepción de la Salud

Esta es una propuesta de actividad comunitaria que el cursante del Posgrado podrá reali-
zar con los restantes integrantes de equipo del centro de salud que deseen participar y
con parte de la comunidad del área programática donde desarrolle su beca.

El contenido a trabajar es: Concepción de la Salud.

El objetivo general de esta actividad es:

Construir participativamente, la concepción de salud entre la comunidad y el equi-


po de salud del Centro de Salud del primer nivel (CAPS) donde se capacita el
becario.

Los propósitos docentes son:

Propiciar un espacio de encuentro con la comunidad del área programática para


reflexionar acerca de valores inherentes a la persona.

Promover el vínculo con el Centro de Salud donde el becario realiza su capacita-


ción.

Acercar al participante a los saberes comunitarios.

Posicionar al cursante y al equipo de salud como un actor más en la dinámica barrial.

Metodología propuesta

En el taller, pues, circulan horizontalmente los saberes (conocimientos, representacio-


nes, creencias, mitos) de todos los participantes. La modalidad de trabajo es grupal, y
puede realizarse con parte de la comunidad.

214
Guías Metodológicas y Actividades de Campo

Le proponemos que realice la convocatoria con previo conocimiento de espacios preexis-


tentes de participación barrial (escuela, sociedad de fomento, comedor comunitario, igle-
sia o en la sala de espera del centro de salud). Si estos espacios ya existen, le sugerimos
acercar una propuesta del encuentro para consensuar con los referentes barriales, la con-
vocatoria, los contenidos, la metodología. Si no existieran, se podrá propiciar el encuen-
tro desde el equipo de salud, con la difusión de la propuesta a través de todos los espa-
cios de atención del centro de salud y por diferentes medios (carteles, volantes, boca a
boca) .

La actividad barrial podría planificarse en cuatro momentos:

1. Presentación de los participantes: todos se presentan utilizando alguna técnica par-


ticipativa que distienda y cree un ambiente propicio para la reflexión (Ej.: presen-
tación por parejas: una persona presenta a la otra diciendo su nombre y lo que más
le gusta hacer). Este momento es importante para que el del posgrado sea presenta-
do a la población del barrio.

2. Presentación del contenido a trabajar: Ud. elige una pregunta.


Por ej.: ¿Qué es estar sanos?, o ¿Qué es tener salud?, o ¿Qué es ser sanos?
Luego, puede contar la metodología que va a utilizar; por ejemplo: “debatiremos
en pequeños grupos, y recortaremos de revistas y diarios figuras y/o palabras que
puedan definir la salud y las pondremos en un ‘cartel’ ( papelógrafo) para ser com-
partidas en el último momento de puesta en común de lo producido”.

3. Trabajo en pequeños grupos. En esta instancia retoma las preguntas planteadas en


el momento anterior. Tienen que estar previstos los materiales necesarios para tra-
bajar: revistas, diarios, folletos de medicamentos, papel afiche, marcadores, goma
de pegar, y lo que imagine pueda utilizar.

4. Puesta en común de lo trabajado: En este último momento cada pequeño grupo


cuenta qué es la salud para ellos y la persona designada como coordinador del
taller irá registrando en un cartel general los conceptos que van apareciendo hasta
conceptualizar la salud y sus determinantes. Al terminar el taller se deben escuchar
propuestas y demandas comunitarias, que se pueden tomar para evaluar con el
equipo y pensar las posibles respuestas a ellas.
El cartel construido entre todos podría exponerse en el centro de salud, o en otra
institución barrial, si el grupo estuviese de acuerdo.

Evaluación de la actividad

Es importante no obviar este momento. Tanto con la participación de la comunidad


como los miembros del Equipo de Salud.

215
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

Algunas consideraciones generales:

La planificación de las actividades barriales es importante porque ordena y facili-


ta el logro de los objetivos, permite distribuir los roles (quién registra, quién
coordina, quien expone), definir previamente el tiempo que se va a dedicar a
cada momento (para poder cumplir los objetivos del encuentro) y sobre todo para
los integrantes del equipo de salud que no desarrollan muy frecuentemente este
tipo de acciones.

Por supuesto, todo lo planificado se pone en juego en el momento del encuentro


con la gente y pueden aparecer cambios según el grupo lo proponga .

Es importante tener en cuenta que puede haber participantes que no sepan leer
y/o escribir.

216
Presentación del Módulo 1

217
Bibliografía

Bibliografía utilizada

Abed, Luis C. “La enfermedad en la Historia”. Universidad de Córdoba. Tesis de doctor-


ado. 1993.

Aguirre, Patricia; Desarrollo Integral en la Infancia: El Futuro Comprometido. Fundación


CLACYD- Córdoba. 2004.

Aportes para el desarrollo Humano de la Argentina. PNUD. 2004.

Barton, L (comp.). Discapacidad y sociedad. Ediciones Morata. Madrid. 1996.

Bello, Julio y de Lellis, Martín; Modelo Social de prácticas en Salud. Proa XXI Editores.
2001.

Evans, Timothy y cols. Desafíos a la falta de equidad en salud. Introducción y capítulos


1, 2 y 4. Publicación Científica y Técnica Nº 585. OPS.

González García, Ginés. El sistema de salud en la Argentina. Colección Temas


Económicos y sociales. Fundación Omega Seguros. 26 de junio de 1997.

González García, Ginés. y Tobar, Federico. La salud de los argentinos. Ediciones I Salud.
Buenos Aires, 1997.

González García, Ginés. Conferencia del Sr. Ministro de Salud de la Nación en el


encuentro regional “La estrategia de APS en el centro de la escena”. Paso de la Patria,
Pcia. de Corrientes, 31 de octubre de 2003.

Grodos, D. y col. Las intervenciones sanitarias selectivas. Cuadernos Médico Sociales.


Nº 46: Diciembre de 1988.

Herzlich, C.y cols De ayer a hoy: construcción social del enfermo. Cuadernos Médicos
Sociales. Nº 43. Marzo. Centro de Estudios Sanitarios y Sociales. Asociación Médica de
Rosario. 1988

Huergo, Jorge y cols.; Cultura y Culturas En: Fundamentación de los procesos educativos
en el área de la Salud. Serie: Formación docente en el área de la Salud. Dirección
Provincial de Capacitación para la Salud Buenos Aires 1999.

Kalinsky, Beatriz y Arrúe, Wille. Claves antropológicas de la salud. Miño y Dávila


Editores. Buenos Aires. 1997.

Kliksberg, Bernardo. Las caras de la Pobreza en América Latina. Entrevista. Texto on


line. 27 de septiembre de 2002 en la Sección Entrevistas
http://www.americaeconomica.com

Kliksberg, Bernardo; La situación social de América Latina. Centro de integración


regional. Uruguay.

219
Posgrado en Salud Social y Comunitaria

Kroeger, Axel y Luna, Rolando (comp.); Cap 2: “Contexto sociocultural”. En: Atención
primaria de la salud, principios y métodos.México. OPS/Pax 2da edición. 1992

Last, John. Diccionario de Epidemiología. International Epidemiological Association.


Oxford University Press. 1983.

Lalonde, Marc; “El concepto de ‘campo de la salud’: una perspectiva canadiense”. En:
Promoción de la Salud: una antología. Primera sección. Desarrollo de la estructura.
Publicación Científica Nº 557 – OPS, 1996.

Ministerio de Salud de la Nación – UNICEF. Mortalidad materna. Un problema de salud


pública y derechos humanos. 2003

Ministerio de Salud de la Nación, Organización Mundial de la Salud, Organización


Panamericana de la Salud. Situación de la Salud en Argentina. 2003

Necchi, Silvia. “Distintos Actores sociales frente a su cuerpo”. En: Medicina y Sociedad.
Vol. 15 Nº 4. Octubre – diciembre, 1992.

OPS – OMS. “Participación social en el desarrollo de la Salud”. Serie Desarrollo y


Fortalecimiento de los Sistemas Locales de Salud. Washington DC, 1993.

OMS Social Determinants of Health: the solid facts. Copenhagen, WHO- Europe .2003.

OPS – OMS – Universidad de Antioquía. Análisis de la situación de salud de la


población desplazada y estrato 1 en Medellín. 2002.

OPS - OMS. Planificación local participativa: metodologías para la promoción de la


salud en América Latina y el Caribe. Serie Paltex para ejecutores de programas de salud.
Nº 41. 1999.

OPS. 44º Consejo Directivo. 55º Sesión del Comité Regional. LA FAMILIA Y LA
SALUD. 2003

Prece, Graciela y cols; Mujeres Populares. El mandato de cuidar y curar. Editorial


Biblos. 1996.

Ramos, Silvina y cols. Para que cada muerte materna importe. Ministerio de Salud y
Ambiente de la Nación/CEDES. Buenos Aires. 2004.

Rodríguez, Carlos A. Salud y trabajo. La situación de los trabajadores en la Argentina.


Centro editor de América Latina / OIT. PIACT. 1990.

Sonis, Abraham. “Equidad y salud. En: Revista medicina y sociedad. Vol. 23. Nº 4. 2000.

Torres, Rubén. Atención Primaria de la Salud. Nuevas dimensiones. Ediciones I Salud.


Nº 3. 2001.

Wallace, S. P. y Enriquez – Haass V. Disponibilidad, accesibilidad y aceptabilidad en el


sistema de atención médica en vías de cambio para los adultos mayores en los Estados
Unidos. 2001.

220
Bibliografía

Bibliografía ampliatoria

Ashton, S. y Seymour, H. La nueva Salud Pública. Editorial Masson Salvat. 1990.

Chen, L. Y col. Equidad en la salud en un mundo que marcha hacia la globalización. En:
OPS. Desafío a la falta de equidad en la salud. Washington. 2002.

Cochrane, R. La creación social de la enfermedad mental. Introducción. Nueva Visión.


1991.

Evans, R. y col. “La matriz social y cultural de la enfermedad mental”. En: ¿Por qué
alguna gente está sana y otra no? Editorial Díaz de Santos. Madrid, 1996.

Frankel, D. ; “Hacia una definición participativa en Salud”. En: Cuadernos Médico


Sociales. Centro de Estudios Sanitarios y Sociales. Asociación Médica de Rosario. Nro.
44. páginas 65 a 67. Junio 1998.

Maglio, Francisco; “Fundamentación y contenido de la medicina antropológica, una mira-


da reflexiva del modelo”. En: La crisis del modelo médico hegemónico actual. Sociedad
de Medicina Antropológica. 2001.

Moreno, Elsa y cols. Calidad y cobertura de la APS. 2004. Universidad Nacional de


Tucumán. Tucumán. 1998.

Morín, Edgar; Ética y Globalización. Conferencia realizada en el Seminario Internacional:


“Los desafíos Éticos del Desarrollo”. Bs. As., 5 y 6 de Septiembre de 2002

221
Autores:

Académico Abraam Sonis


Miembro Titular de la Academia Nacional de Medicina.
Decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Maimónides

Dr. Julio N. Bello


Director de la Maestría en Administración de Salud de la Universidad
Maimónides. Ex Subsecretario de Desarrollo Humano y Familia de la Nación

Mg. Martín De Lellis


Asesor técnico de la SS de Planificación, Control, Regulación y Fiscalización
Sanitaria. Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación. Coordinador
Académico de la Maestría en Administración en Salud. Universidad
Maimónides.

Colaboradores:
Lic. Rosa María Borrell
Consultora en Recursos Humanos OPS/OMS

Responsable Editorial:
Dra. Mariela Rossen

Diseño Didáctico:
Dra. María Cristina Davini
Lic. Claudia Lomagno
Lic. Cristina Gorosito
Lic. Alejandra Bello
Lic. Claudia Lázaro

Asesoramiento Académico:
Dra. María Luisa Ageitos
Lic. Amanda Galli
Acad. Abraam Sonis

Producción creativa:
Lic. Alejandra Bello

Diseño gráfico:
Cristián Fèvre

Imprenta:
Graphicom

Agradecimientos:

Agradecemos el apoyo y la colaboración brindados por la Organización


Panamericana de la Salud.
Agradecemos a la editorial PROA XXI Editores el haber permitido la publi-
cación de las guías metodológicas.
Registro de la propiedad intelectual:
Módulo 1; Salud y sociedad / Abraam Sonis ; Martín De Lellis ;
edición literaria a cargo de: Mariela Rossen - 1a ed. 2a reimp. -
Buenos Aires : Ministerio de Salud, 2010.
221 p. ; 21x30 cm

ISBN 978-950-38-0061-4

1.Salud Social y Comunitaria. I. Bello , Julio II. De Lellis ,


Martín III. Rossen, Mariela, ed. lit. V. Título

CDD 362.1

Fecha de catalogación: 19/01/2010

da
2 Reimpresión
Rev. chil. radiol. v.9 n.2 Santiago 2003

http://dx.doi.org/10.4067/S0717-93082003000200008

Revista Chilena de Radiología. Vol. 9 Nº 2, año 2003;86-91.

RESONANCIA MAGNETICA FUNCIONAL: UNA NUEVA


HERRAMIENTA PARA EXPLORAR LA ACTIVIDAD
CEREBRAL Y OBTENER UN MAPA DE SU CORTEZA

Dra. María Rosario Rosales F.


Neuroradiólogo Instituto de Neurocirugía Dr. Asenjo

Abstract: The conventional brain MR image provides morphologic and blood flow
information; with functional techniques: (FMR) it is possible to obtain information of
brain cortical activities. This revision presents a recent experience on FMR acquired
during a stay at the Children Hospital of Miami.

Key words: Brain, Cortical activity, FMR.

Resumen: La Resonancia Magnética Funcional permite la detección e identificación de


áreas del cerebro durante su actividad, este hecho la diferencia de las imágenes
tradicionales de resonancia magnética que solo aportan una visión anatómica del
cerebro. El objetivo de este articulo es compartir la experiencia de una reciente estadía,
en el Hospital de Niños de Miami, centro de investigación en este tema.

Palabras claves: Acitividad cortical, Cerebro, RMF.

Introducción La resonancia magnética funcional (RMF) utiliza los principios generales


que relacionan estrechamente la actividad neuronal con el metabolismo y el flujo
sanguíneo(1,2,3). Puede registrar cambios hemodinámicos cerebrales que acompañan la
activación neuronal(4,5) y permite la evaluación funcional de regiones responsables de la
sensorialidad, motricidad, cognición y procesos afectivos en cerebros normales y
patológicos.

La tomografía por emisión de positrones (PET)(6) y la tomografía computada por emisión


de fotones simples (SPECT), han sido utilizadas para el monitoreo de la función cerebral
durante los últimos 15 años. Sin embargo, tienen una baja resolución espacial además
de requerir trazadores radioactivos para su realización.

Transcurrieron casi dos décadas, desde que Lauterbur propusiera la obtención de


imágenes estructurales de tejidos basadas en el fenómeno de resonancia magnética
(RM), hasta que casi simultáneamente en 1992, grupos de la Universidad de
Minnesota(7) y del Medical College of Wisconsin(8), mostraron un registro funcional
exitoso de activación cerebral por RM en humanos, empleando técnicas no invasivas
basadas en las propiedades magnéticas de la hemoglobina.

Ogawa et al.(1,2), en experimentación con ratas habían probado que la deoxihemoglobina


en la sangre podría ser usada como un medio de contraste intrínsico en imágenes
obtenidas por RM, fenómeno que recibió la denominación de contraste-Bold (blood
oxigenation level dependent) o dependiente del nivel de oxigenación sanguínea.

Método

La metodología de la RMF esta basada en la substracción entre las señales emitidas en


la RM obtenida en condiciones basales y las obtenidas durante la actividad neuronal
(Figura 1). Para estudios funcionales se requiere un equipo de al menos 1.5 Tesla(9,10),
aun cuando se han descrito registros exitosos con 1 Tesla(11). Con campos magnéticos
mayores (3 Tesla o más) se obtiene una señal de mejor calidad.

Figura 1. Estudio preoperatorio de áreas


elocuentes en paciente de trece años. Imagen
final obtenida con sustracción de las áreas
activadas de las que permanecen en reposo,
durante la estimulación, con test de
generación silente de palabras, con una
activación de los giros frontales inferior y
medio izquierdo y parietal post central
izquierdo. (Imagen cortesía Drs. B. Bernal y N.
Altman, Servicio de Radiología, Hospital de
Niños de Miami).

Las neuronas necesitan nutrientes para funcionar y dada su incapacidad para almacenar
contenidos energéticos, el cerebro depende del flujo vascular que le entrega glucosa,
oxígeno, vitaminas, aminoácidos y ácidos grasos. Así el incremento regional de la
actividad neural está asociado a un incremento local del metabolismo y perfusión
cerebral(10). Basados en este principio y considerando que la deoxihemoglobina actúa
como un agente de contraste endógeno e intravascular(1,2,12), tenemos que este efecto
se incrementa en relación directa con la concentración de deoxihemoglobina, que va a
afectar la conducta por RM de los protones de hidrógeno contenida en las moléculas de
agua, lo que genera un acortamiento de los tiempos de relajación transversal (T2 y T2),
lo cual atenúa la intensidad de señal en imágenes de RM(1,2,13).

El incremento de la actividad neuronal se traduce en dilatación de lechos capilares con


el objeto de proveer mayor monto de glucosa y oxígeno al área de actividad neuronal
aumentada. No obstante que exista una mayor demanda energética, el consumo de
oxígeno permanece más o menos constante, con un aumento de la oferta. Por lo tanto,
ocurre un aumento en el flujo sanguíneo sin un incremento de similar magnitud de la
extracción de oxígeno, con reducción de la deoxihemoglobina y aumento de la
oxihemoglobina en el lado venoso del lecho capilar, generando ello un aumento de la
intensidad de señal por RM(14).

La realización de este tipo de exámenes requiere un equipo multidisciplinario de


profesionales de distintas áreas: un físico con conocimiento en RM, estadísticos para la
evaluación de los datos, neurólogos o neuropsicólogos que diseñan los distintos Test
específicos para la activación de un área cerebral dada, técnicos en resonancia
entrenados en la realización de estos exámenes y neurorradiólogos que puedan
interpretar las imágenes.

Es muy difícil aislar y obtener una estimulación exclusiva del área neuronal de interés,
por ello la elaboración del Test o paradigma a aplicar, debe ser cuidadosa en su
elaboración y diseño. Además debe considerarse un entrenamiento previo del paciente
para que pueda reaccionar adecuada y rápidamente durante el examen.

Una forma de diseñar los paradigmas es hacerlo en "bloque", en este caso se


realiza una aplicación repetida o seriada de un estímulo seguido de un periodo de
descanso. Con lo anterior se puede realizar una sustracción entre el periodo de
actividad neuronal y el de descanso o inactividad (Figura 2).
Figura 2. Gráfico que muestra el
diseño de un test con períodos
alternados cada 30 segundos de
estimulación y reposo. Se
obtuvieron en este caso un total de
80 volúmenes, en 10 niveles
diferentes, a su vez en 6 diferentes
localizaciones. (Imagen cortesía
Drs. B. Bernal y N. Altman, Servicio
de Radiología, Hospital de Niños de
Miami).

El procesamiento de datos comprende varias etapas: primeros los datos son analizados
para realizar una correlación temporal entre los cambios de los niveles de señal por RM
y el paradigma impuesto. Después debe trazarse un umbral estadístico para distinguir
las regiones inactivas del cerebro

de aquellas señales más consistentes con actividad relativa al paradigma empleado.


Estos análisis son realizados revisando píxel a píxel, empleando diferentes
procedimientos estadísticos como "T" de Student, método de correlación cruzadas u
otros, que permiten trazar un mapa estadístico que provea la medida de localización
espacial, extensión y magnitud de la actividad cerebral. Finalmente los resultados del
análisis de activación son sobreimpuestos en imágenes estructurales de alta resolución
espacial obtenida en el mismo tiempo de examen generalmente en secuencia T1.

Areas de interés para el estudio con RMF

I. Area Motora: Diversos autores(15,16,17) han trazado mapas somatotópicos de la


corteza motora primaria con RMF obteniendo una buena correlación con las áreas
determinadas por Brodmann como 4 y 6 (Figura 3).

Figura 3. Paciente de 14 años de edad con


convulsiones y una lesión de aspecto
quístico en el hemisferio cerebral izquierdo.
Se estudio la ubicación de la corteza motora
previo a la cirugía. La RMF muestra con
color el área de activación en la corteza del
surco central izquierdo con movimientos de
la mano derecha durante el examen.
(Imagen cortesía Drs. B. Bernal y N.
Altman, Servicio de Radiología, Hospital de
Niños de Miami).

Para la estimulación del área motora se debe considerar la gran representación de la


mano en la circunvolución precentral. Movimientos simples de la mano producen
activación de la corteza motora primaria, movimientos más complejos como tocar
secuencialmente los dedos de la mano con el pulgar producen activación de la corteza
motora primaria y la corteza motora suplementaria(10,18).
La corteza motora suplementaria puede ser activada con movimientos imaginados de
los dedos, mientras que la corteza motora primaria se conserva inactiva, sugiriendo un
rol ejecutivo supramotor para la corteza motora suplementaria(15).

También se han descrito áreas de activación motora en la corteza fronto-mesial(19). Se


han realizado estudios que muestran que mientras la corteza motora derecha era
activada en diestros y zurdos fundamentalmente con movimientos dactilares
contralaterales, en los individuos diestros esto también podría activarse por
movimientos dactilares ipsilaterales, lo que podría tener implicaciones en recuperación
de accidentes vasculares encefálicos.

II. Lenguaje Expresivo: Las áreas correspondientes al lenguaje expresivo (áreas de


Broca), pueden ser activadas pidiéndole al paciente que genere palabras, ya sea que las
piense o las pronuncie (Figura 4).

Figura 4. Mujer de 25 años diestra , a la que se le aplicó un test de generación de palabras. Se


observó activación dominante en el hemisferio izquierdo. Las áreas que mostraron activación
fueron: áreas de Broca, porción posterior de los giros temporal medio e inferior izquierdos, área
parietal izquierda y premotora. Se observó también leve activación en el aspecto inferior de los
lóbulos occipitales. (Imagen cortesía Drs. B. Bernal y N. Altman, Servicio de Radiología, Hospital
de Niños de Miami).

Se ha encontrado mayor grado de activación de esta área cuando el paciente genera


verbos o rimas que cuando produce palabras simples(20). También con paradigma de
generación de palabras se ha detectado en las mujeres activación bilateral de las áreas
de lenguaje, mientras en los hombres la activación es predominantemente en el
hemisferio dominante(21).

Se ha descrito que ante paradigmas de generación de palabras, además del área de


Broca, también se activan ciertas áreas de la corteza temporal, corteza visual primaria y
secundaria, lo que parece sugerir que en el proceso de generación de palabras
intervienen también áreas de memoria y visuales.

III. Lenguaje comprensivo: En este tipo de Test se puede hacer escuchar al paciente
textos narrativos. Para esto se debe contar con un sistema adecuado de audífonos que
permitan disminuir el ruido inherente al equipo y permitir que el paciente escuche las
instrucciones y el texto deseado. La activación se observa en este caso en forma
bilateral en la circunvolución temporal superior (Brodmann 22)(Figura 5).
Figura 5. Hombre de 32 años , diestro al que se le aplicó un test en el cual debió escuchar una
historia pregrabada. Se obtuvo activación dominante a izquierda de área de Broca, área de
Wernicke, giro supramarginal izquierdo, área motora y premotora. También el área de corteza
auditiva se activó mayormente a izquierda. (Imagen cortesía Drs. B. Bernal y N. Altman, Servicio
de Radiología, Hospital de Niños de Miami).

IV. Areas Visuales: La estimulación visual se realiza directamente con la presentación


de imágenes. Estas al ser oscilantes van a provocar una activación mayor a lo largo de
la cisura calcarina. Cuando el estimulo es un objeto en movimiento que se debe seguir
visualmente, Barton et al(22) demostraron una mayor extensión de la activación cortical,
o sea además de la corteza visual primaria y secundaria, había activación a nivel lateral
temporo-occipital (Figura 6).

Figura 6. Cortes coronales de


encéfalo de un niño de 2 años de
edad, que recibió estimulación
lumínica durante 3 minutos. Las
imágenes funcionales muestran la
activación de las cortezas visuales en
colores rojo y amarillo. (Imagen
cortesía Drs. B. Bernal y N. Altman,
Servicio de Radiología, Hospital de
Niños de Miami).

Le Bihan(23), observó activación de la corteza visual pidiéndole al paciente que solo


imaginara patrones visuales.

V. Memoria: Se ha realizado una gran cantidad de trabajos para la investigación de


algunos tipos de memoria, como la memoria de trabajo, observándose en este caso
activación de las porciones ventrales y frontales de la corteza prefrontal lateral(24,25).
Callicott et al(26), han encontrado activación de áreas adicionales en este tipo de
memoria como: corteza premotora, porción superior del lóbulo parietal y tálamo que
sugieren la existencia de redes aún más complejas.

Se ha estudiado también el proceso de memoria remota, para ello se ha investigado la


función de reconocimiento facial donde participarían la corteza temporal y occipito-
temporal(27).

VI. Afectos: Se ha estudiado la respuesta ante estimulo visuales que son capaces de
generar emociones placenteras o desagradables. Teasdale et al(28), observaron que las
emociones positivas activaban bilateralmente la ínsula, la circunvolución frontal inferior
derecha, el splenium y precuneus. En cambio las emociones negativas activaban
bilateralmente la circunvolución medial frontal, la circunvolución del cíngulo en su
porción anterior, la circunvolución precentral derecha y el núcleo caudado izquierdo.

Otros estudios realizados por Baird et al(29), en adolescentes y niños a los cuales se les
mostraban fotografías de caras que expresaban miedo se observó activación de la
amígdala lo que sugiere la relación de esta área con los procesos ligados al temor.

RMF como herramienta de planificación neuroquirúrgica

El rol de la RMF en el plan neuroquirúrgico es un aspecto importante de esta técnica.


Para decidir la extensión de la resección quirúrgica a nivel cerebral se deben tomar en
cuenta dos factores: la extensión del tejido anormal y la función del tejido vecino. La
extensión del tejido anormal se puede determinar con RM convencional y la función del
tejido adyacente con RMF teniendo ésta un rol determinante (Figura 7).

Figura 7. Paciente de 9 años de edad con un tumor en región silviana izquierda, sin déficit de
lenguaje. Se practicó test verbal que consistió en pensar en acciones relacionadas con distintos
sustantivos.
Se observó dominancia cerebral izquierda con clara activación de área de Broca en el giro frontal
inferior izquierdo. La activación que se visualiza en cerebelo se ha descrito asociada a test de
lenguaje expresivo. (Imagen cortesía Drs. B. Bernal y N. Altman, Servicio de Radiología, Hospital
de Niños de Miami).

Considerando las cirugías con relación a epilepsia, estas van a demandar un grado
mayor de conocimiento del mapa funcional del cerebro. En el caso de hemiferectomia es
necesario conocer la lateralización del lenguaje. La lobectomía o lesionotomía requiere
de un mapeo más fino capaz de localizar las funciones críticas que podrían sufrir daños,
como el lenguaje o el área motora. Para esto las imágenes funcionales se superponen a
un T1 anatómico que permite una adecuada caracterización espacial del área activada
(motora o de lenguaje) y con ello es más fácil la planificación y el diseño de cada cirugía
acorde con las características propias del paciente y la lesión.

Conclusión
La RMF aporta información importante en el estudio de actividad cerebral cortical y
puede obtener al mismo tiempo imágenes anatómicas adecuadas para una ubicación
precisa del área de interés incluyendo imágenes angiográficas o estudio
espectroscópico. Los programas de análisis de datos son cada vez más rápidos y
eficaces permitiendo una mayor facilidad en su uso.

Esta técnica permite realizar más fácilmente mapeos corticales, que ayudan en la
planificación neuroquirúrquica, tanto en patologías tumorales, como en cirugía de
epilepsia y donde sea necesario ubicar con precisión áreas criticas motoras o de
lenguaje para evitar el daño de éstas o bien donde sea necesario determinar
dominancia cerebral (Figura 8). Además del estudio de funciones superiores y
emocionales que permiten su aplicación diagnóstica en diferentes patologías como:
Síndrome de déficit atencional, patología maníaco-depresiva, síndromes fóbicos,
alteraciones del lenguaje etc.

Figura 8. Paciente de 17 años con epilepsia de tipo motora parcial, cuya RM presentó un área de
displasia cortical en giro frontal medio izquierdo. La figura muestra una reconstrucción en tres
dimensiones de cráneo y cerebro. Se realizó test de generación de verbos obteniéndose
activación en color rojo en el tercio superior del giro frontal inferior izquierdo y el área de
displasia cortical se representó en color amarillo. (Imagen cortesía Drs. B. Bernal y N. Altman,
Servicio de Radiología, Hospital de Niños de Miami).

Agradecimientos

A los doctores del Departamento de Radiología (del Hospital Miami Children), su Jefe el
doctor Nolan Altman y al Director de Investigación en Resonancia Magnética Funcional,
el doctor Byron Bernal, que tuvieron la amabilidad en recibirme en su servicio y
facilitaron el material gráfico utilizado en este artículo.

Bibliografía

1. Ogawa S. Lee TM, Nayak AS, Glynn P (a). Oxygenation-sensitive contras in magnetic
resonance imaging of rodent brain at high magnetic fields. Magn Reson Med, 1990;
14:68-78. [ Links ]

2. Ogawa S, Lee TM, Kay AR, Tank DW(b). Brain Magnetic Resonance Imaging with
contrast dependent on blood oxygenation. Proc Natl Acad Sci USA 1990; 87:9868-
9872. [ Links ]

3. Levin JM, Ross MH, Renshaw PF. Clinical applications of functional MRI in
neuropsychiatry. J Neuropsychiatry 1995; 7(4):511-522. [ Links ]
4. David A, Blamire A, Breiter H: Functional magnetic Resonance Imaging: A new
technique with implications for psychology and psychiatry. Br J Psychiatry 1994; 164:2-
7. [ Links ]

5. Prichard JW, Rosen BR. Functional study of the brain by NRM. J Cereb Blood Flow
Metab 1994;14 365-372. [ Links ]

6. Fox PT, Mintun MA, Raichle ME, Miezin FM, Allman JM, Van Essen DC. Mapping the
visual cortex with positron computed tomography. Nature 1986; 323:806-
809. [ Links ]

7. Ogawa S, Tank D, Menon , Ellermann JM, Kim S-G, Merckle K, Ugurbil K. Intrinsic
signal changes accompanying sensory stimulation: functional brain maping using MRI.
Proc Natl Acad Sci USA 1992;89:5951-5955. [ Links ]

8. Bandenttini PA, Wong EC, Hinks RS, Tikofsky RS, Hyde JS. Time course EPI of human
brain function during task activation. Magn Reson Med 1992;25:390-398. [ Links ]

9. Mitchell DG. MRI principles. Philadelphia: WB Saunders Company, 1a


edición,1999. [ Links ]

10. Mock BJ, Lowe MJ, Turski PA. Functional Magnetic Resonance Imaging, vol III. 3a
edición, Stark DD y Bradley WG Jr., eds. Mosby 1999; 1555-1574. [ Links ]

11. Jones AP, Hugges DG, Brette DS, Robinson L, Sykes JR, Aziz Q, et al. Experiences
with functional magnetic resonance imaging at 1 tesla. Br J Radiol 1998; 71:160-
166. [ Links ]

12. Thulborn KR, Waternon JC, Mattews PM; Radda GK. Dependence of the transverse
relaxation time of water protons in whole blood at high field. Biochem Biophys Acta
1982; 714:265-272. [ Links ]

13. Ogawa S, Lee TM, Barrete B. The sensitivity of magnetic resonance image signals of
a rat brain to changes in the cerebral blood oxygenation. Magn Reson Med 1993;
29:205-210. [ Links ]

14. Deyoe E, Bandetti P, Neitz J, Miller D, Winans P. Functional magnetic resonance


imaging (fMRI) of the human brain. J Neurosci Methods 1994; 54:171-
187. [ Links ]

15. Rao SM, Biner JR, Bandetitni PA, Hammke TA, Yetkin FZ, Jesmanowicz A, et al.
Functional magnetic resonance imaging of complex human movements. Neurology
1993; 43:2311-2318. [ Links ]

16. Boeccker H, Kleinschmidt A, Recuardt M. Functional cooperativity of human cortical


motor areas during self-paced simple finger movements. A high resolution MRI study.
Brain 1994; 117: 1231-1239. [ Links ]

17. Li A,Yetkin Z, Cox R, Haughton VM. Ipsilateral hemisphere activation during motor
and sensory task.Am J Neuroradiol 1996;17:651-655. [ Links ]

18. Jack CRjr, Thompson RM, Butts RK, Sharbrough FW, Kelly PJ, Hanson DP, et al.
Sensory motor cortex: correlation of presurgical mapping with functional MR imaging
and invasive cortical mapping. Radiology 1994; 190:85-92. [ Links ]
19. Tysza JM, Grafton ST, Chew W, Woods RP, Colleti PM. Parceling of mesial frontal
motor areas during ideation and movement using functional magnetic resonance at 1.5
tesla. Am Neurol 1994; 746-749. [ Links ]

20. Hinke RM,HU X, Stillman AR, Kim SG, Merkle H, Salmi R, Ugurbil K, et al. Functional
magnetic resonance imaging of Broca`s area during internal speech. Neuroreport 1993;
4:675-678. [ Links ]

21. Gore JC. Neuroimaging, X:functional MRI studies of language by sex (images in
neuroscience). Am J Psychiatry 1996; 153:860. [ Links ]

22. Barton JJ, Simpson T, Kiriakopoulos E, Stewart C , Crawley A, Guthrie Bet


al.Functional MRI of lateral occipitotemporal cortex during pursuit and motion
perception. Ann Neurol 1996; 40:387-398. [ Links ]

23. Le Bihan D, Turner R, Jezzard P. Activation of human visual cortex by mental


representation of visual patterns (adsteact), in Proceedings of the 11 Annual Meeting of
the society of Magnetic Resonance in Medicine, Berlin, 1992; p311. [ Links ]

24. McCarthy G,Puce A, Constable RT, Krytal JH, Gore JC, Goldman-Rakic P. Activation
of human prefrontal cortex during spatial and nonspatial working memory tasks
measured by functional MRI. Cereb Cortex 1996; 6:600-611. [ Links ]

25. D`Esposito M, Zarahn E, Aguirre GK. Event-related functional MRI: implications for
cognitive psychology. Psychol Bull 1999; 125:155-164. [ Links ]

26. Callicott J, Mattay VS, Bertolino A Finn K, Coppola R, Frank JA, et al. Phisiological
characteristics of capacity contraints in working memory as revealed by functional MRI.
Cerebral Cortex 1999;9:20-26. [ Links ]

27. Bly BM, Kosslyn SM. Functional anatomy of object recognition in humans: evidence
from positron emission tomography and functional magnetic resonance imaging.
CurrOpin Neurol 1997; 10:5-9. [ Links ]

28. Teasdale JD, Howard RJ. Cox SG, Ha Y, Brammer MJ, Williams S et al. Functional
MRI study of the cognitive generation of affect. Am J Psychiatry 1999; 156(2):209-
215. [ Links ]

29. Baird AA, Gruber SA, Fein DA, Mass LC, Steingard RJ, Renshaw PF. Functional
magnetic resonance imaging of facial affect recognition in children and adolescents. J
Am Acad Child Adolesc Psychiatry 1999; 38:195-199. [ Links ]

Rosales MR. Resonancia magnética funcional: Una nueva herramienta para explorar la
actividad cerebral y obtener un mapa de su corteza. Rev Chil Radiol 2003; 9:86-91.
Correspondencia: Dra. María Rosario Rosales F.
José Manuel Infante 553. Providencia.
mrrosales @123mail.cl

S-ar putea să vă placă și