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Un laberinto de tensiones irresueltas

El Estado al

1
centro del cambio

COREGIMIENTO / QUE EL COREGIDOR CONBIDA en su mesa a comer


a gente vaja, yndio mitayo, a mestizo, mulato y le honra. /
mestizo / mulato / yndio tributario / coregidor / “Brindes [...],
señor curaca.” / Apo, muy sino, noca ciruiscayqui” [“Señor, muy
señor, yo te voy a servir.”] / probi[n]cias /
Fuente: Guaman Poma de Ayala, 1615.
I
ntroducción turales, la interculturalidad democrática y
una vocación por el diálogo hasta las últi-
La ilustración de nuestro Informe mas consecuencias. Este sentido común
describe el Estado boliviano como abre una senda hacia lo que pensamos es
un laberinto de callejones desorde- una nueva “pluri-nación” en Bolivia.
nados, edificios a medio construir, sali- La estructura del Informe sigue este hilo con-
das ocultas. Visualizamos el Estado co- ductor. Primero, en el presente Capítulo,
mo un laberinto de tensiones irresueltas analizamos los imaginarios que dominan
–luchas y divisiones sobre el legado co- la discusión pública en torno al Estado en
lonial, la propiedad de los recursos natu- Bolivia. Algunos imaginarios surgen de dis-
rales, la diversidad regional y el carácter cusiones teóricas sobre el Estado y otros de
intercultural de la democracia– que son procesos sociales y políticos de la historia
recurrentes a lo largo de la historia boli- boliviana. Discutimos también las formas
viana. La coyuntura actual no escapa a en las que se ha descrito al Estado y, sobre
esta fascinación histórica con el Estado. esa base, planteamos nuestra agenda de
Muchas de las contradicciones funda- investigación en torno al estado del Estado
mentales de nuestra sociedad se cristali- boliviano en un escenario de cambio.
zan en pugnas en torno, a favor o en con- Segundo, en los siguientes cuatro capítulos,
tra del Estado. que configuran el cuerpo central de este In-
Este Informe Nacional sobre Desarrollo Hu- forme con base en un amplio trabajo empí-
mano tiene como objetivo analizar el “es- rico, desempacamos el análisis del Estado
tado del Estado” boliviano. Para ello se desde cuatro perspectivas distintas pero
contrastan imaginarios, representaciones complementarias: histórica, fiscal-burocrá-
y narrativas del Estado con prácticas, ac- tica, etnográfica y sociológica. Estos capítu-
ciones e instituciones que describen lo los sugieren, en distintas vertientes y con el
que es y hace el Estado en el día a día. De- respaldo de datos, un contraste enorme en-
trás de los imaginarios estatales se escon- tre los imaginarios homogéneos y las reali-
den profundas contradicciones que articu- dades fragmentadas y contingentes a tiem-
lan la propia sociedad boliviana. El Estado po y lugar del Estado realmente existente
que describimos –débil, fragmentado, en Bolivia.
parcialmente soberano– es en parte refle- Finalmente, el último Capítulo muestra que
jo de una sociedad heterogénea, dividida y detrás de los imaginarios polarizantes so-
desigual; pero constituye también el actor bre el Estado habita un mayoritario senti-
más importante en la construcción de es- do común sobre la igualdad, la economía,
tas desigualdades, divisiones y heteroge- la interculturalidad, la democracia y la in-
neidad. El Estado está en la sociedad, pero serción internacional. Sobre esa base pro-
también reproduce un tipo de sociedad. ponemos doce tesis respecto al “estado
No es sorprendente, entonces, que encontre- del Estado” y, en el marco de ese emergen-
mos hoy, en la sociedad boliviana, lecturas te sentido común de la pluri-nación boli-
polarizantes sobre el “estado del Estado”. viana, visualizamos algunos espacios y ca-
Son lecturas que confrontan visiones in- minos –a veces atajos– para salir del labe-
compatibles de la política, la economía y la rinto de tensiones irresueltas. El Informe
propia sociedad. Detrás de estas visiones se cierra identificando cuatro aristas del
polarizantes se encuentra una nueva socie- Estado para el cambio.
dad en pleno proceso de construcción.
Emerge de décadas de migración, cambio 1.1. El Estado, esa
social y cultural, y cristaliza un “sentido co- construcción incesante
mún” emergente que une a cerca del 70%
de la población en asuntos tan distintos co- ¿Por qué interesa analizar el “estado del Es-
mo la propiedad estatal de los recursos na- tado”? Porque asistimos en los últimos
83
INFORME SOBRE DESARROLLO
HUMANO EN BOLIVIA
años a una nueva centralidad del Estado boliviano en el escenario del actual pro- proceso creciente de fortalecimiento esta- falso; sólo hay imágenes, prejuicios o sen-
cuyo alcance y naturaleza plantean im- ceso de cambio que vivimos en el país? tal sólo superado por el período que si- tidos comunes más o menos representati-
portantes desafíos analíticos, de diseño Primero, porque el nuevo rol del Estado guió a la Revolución Nacional del 52. vos de lo que la gente piensa. A diferencia
institucional y de gestión pública. Esto es motiva pugnas, polarización y conflicto Si bien el Estado está al “centro del cambio”, de una “ideología social”, un imaginario
más relevante aún en el caso de Bolivia, en torno a temas de coyuntura. Estas dis- interesa entender mejor las funciones, ca- no es instrumental. No se puede imponer
que se encuentra en proceso de construc- putas dibujan un imaginario divisivo ante pacidades y atributos que son relevantes un imaginario social desde un partido polí-
ción de un nuevo ciclo histórico que, co- la opinión pública. La mayor parte de la al proceso de cambio. Para ello propone- tico, un movimiento social o el propio Esta-
mo en anteriores oportunidades, tiene población boliviana considera que el Es- mos estudiar el “estado del Estado” desde do.7 Sólo es posible conectar retazos o frag-
como epicentro al Estado. Esto hace más tado –en sus relaciones de poder sobre cuatro perspectivas que ayuden a enten- mentos de sentidos comunes o prejuicios
necesario que nunca una nueva mirada los recursos naturales, en sus relaciones der los retos del momento histórico ac- existentes, que se van transformando de a
al “estado del Estado”. intergubernamentales y en su construc- tual.5 No evaluamos si el Estado boliviano poco en el tiempo. Por ello, el estudio de
En la literatura internacional, el estudio del ción ideológica nacional– es el actor prin- está cerca o lejos de algún ideal político, imaginarios analiza imágenes duraderas,
Estado estuvo opacado por los análisis de cipal del cambio. sociológico o filosófico abstracto, y por sentidos comunes de larga construcción y
“gobernabilidad”, “democracia” y “políti- Segundo, porque anhelos, esperanzas y un ello no lo calificamos de manera normati- prejuicios enraizados.
cas públicas” en los años ochenta y noven- nuevo sentido común sobre el Estado tam- va. Lo que sí nos interesa es comprender Como los imaginarios representan cons-
1
ta. Esta literatura matizó una u otra arista bién encuentran un cauce en el proceso al Estado en sus prácticas cotidianas, en trucciones sociales, específicas a lugares
de importancia estatal en el contexto de político de la Asamblea Constituyente. Es- su institucionalidad y en los propios térmi- y tiempos precisos de la sociedad o la
reformas de democratización y reforma ta realidad dibuja un imaginario de unión nos que usa la sociedad para describirlo. historia, muchos de ellos conviven al
estatal desarrollista. En los últimos cinco ante la opinión pública. La sociedad boli- Para este fin introduciremos miradas his- mismo tiempo. Algunos dividen a la so-
años, sin embargo, ha vuelto a emerger un viana asiste, en tiempo real y de manera tóricas, fiscales, etnográficas y sociológi- ciedad y otros la unen en torno a ejes co-
interés sistémico y comparativo sobre la pacífica, a la transformación estructural de cas de análisis. munes o diferenciados de significación.
estatalidad en el contexto de un mundo su Estado. La posibilidad de cambio gene- El punto de partida para estas miradas es la Iniciamos este Capítulo precisamente
globalizado, “post-guerra fría”, “post-na- ra enormes presiones sobre las expectati- manera en la cual la sociedad construye “mapeando” algunos imaginarios socia-
2
cional” y “post-11 de septiembre”. El aná- vas populares. Este proceso también cons- “imaginarios sociales” sobre el Estado. les que, en las representaciones sociales
lisis del Estado en Bolivia no es ajeno a las tituye una gran oportunidad de reconstruir Coincidimos con Charles Taylor (2004) en y en la percepción de la opinión pública,
corrientes internacionales, pero tiende a el tejido social y estatal en democracia, de pensar que un imaginario social es un unen y dividen a los bolivianos y bolivia-
estar asociado a momentos históricos de modo pacífico y consensuado. conjunto de representaciones sociales nas en esta coyuntura histórica. El Esta-
crisis en la política interna. La Revolución Tercero, porque de manera objetiva el Esta- que ayudan a entender la realidad, más do está en el centro de ambos tipos de re-
Nacional de los años cincuenta y la transi- do se ha tornado más importante en las que un objeto erudito de construcción presentación y por ello amerita una mi-
ción democrática de los años ochenta fue- relaciones sociales y económicas en los académica. Los imaginarios son imáge- rada más detallada.
ron campos fértiles de análisis sobre la últimos años. En el año 2007, el Estado nes, sentidos comunes y prejuicios de la Los imaginarios que los bolivianos tene-
materialidad e importancia simbólica del contabilizará cerca de $US 11.462 millo- gente de a pie.6 Taylor insiste en que el en- mos sobre el Estado conjugan represen-
Estado en la construcción de la nación, el nes del Producto Interno Bruto. Empleará foque sobre imaginarios nos conecta con taciones sociales positivas y negativas,
desarrollo de la propia Revolución y en los alrededor de 255.000 servidores públicos las representaciones sociales de la gente, prejuicios y valores comunes sobre lo
preámbulos a las reformas estatales de los y movilizará más de $US 3.553 millones más que con debates teóricos sobre el Es- que es y hace el Estado. Estas represen-
3
años ochenta y noventa. de impuestos directos e indirectos.4 En tado. Incluye, por tanto, imágenes a me- taciones fueron construidas durante dé-
Ahora bien, ¿por qué consideramos que es términos absolutos, estas cifras son las dio definir, prejuicios arraigados y senti- cadas y son la materia prima de muchas
fundamental explorar y en su caso pro- más altas de la historia republicana boli- dos comunes latentes. de las discusiones coyunturales que te-
poner hoy una nueva lectura del Estado viana. En términos relativos, reflejan un nemos sobre la “Asamblea Constituyen-
1 Existe una voluminosa literatura desatada por los procesos de democratización en los años ochenta, entre cuyos autores
a) La batalla de imaginarios te”, “autonomías”, “recursos naturales”
destacan Guillermo O´Donnell, Phillippe Schmitter y Laurence Whitehead (1986 y 2002), Juan Linz y Alfred Stepan (1996), y y muchos otros asuntos públicos. En ese
Scott Mainwaring y Timothy Scully (1995). También se ha escrito mucho en torno a las reformas estatales e institucionales en
los noventa, como las obras de Merilee Grindle y John Thomas (1991), Judith Tendler (1997) y Merilee Grindle (1996). A diferencia de una “teoría social”, el “imagi- sentido es importante distinguir clara-
2 El nuevo tratamiento del Estado “post-nacional” se encuentra retratado en una literatura también voluminosa e influyente. Entre nario social” no tiene pretensiones científi- mente la perdurabilidad de los imagina-
los estudios sociales y políticos es importante destacar a Jurgen Habermas (2001), Manuel Castells (1996) y Ulrich Beck (1992).
Entre los estudios económicos y de relaciones internacionales destacan Thomas Friedman (2005), Joseph Stiglitz (2003) y cas. No existe un imaginario verdadero o rios sociales respecto a la volatilidad de
Antonio Negri (2001).
3 En los últimos veinte años destaca una generación de pensamiento boliviano sobre la sociedad y el Estado, que incluye 5 Nuestra agenda se construye sobre una línea de investigación iniciada hace años en el PNUD. Ver el IDH 2002: Capacidades
trabajos de Carlos Toranzo (1992, 1993 y 2006), René Antonio Mayorga (1992 y 1995), H.C.F. Mansilla (1991a, 1991b, 1992 y políticas y el IDH 2004: Interculturalismo y globalización, que sitúan el Estado en el centro de un proceso de crisis e inflexión.
2000), Roberto Laserna (2004), Horst Grebe (1983,1998 y 2007), Xavier Albó (1981, 1984, 1993, 1999, 2000 y 2002), Jorge Ver en particular los trabajos de Fernando Calderón y Mario dos Santos (1991) y Fernando Calderón y Norbert Lechner (1998).
Lazarte (1989, 1993 y 2000), Gustavo Fernández (2004) y Fernando Calderón (1991, 1994, 1999 y 2002). También destacan 6 Ver Charles Taylor (2004): “estoy pensando, más bien, en las maneras en las cuales las personas imaginan su existencia social,
desde la universidad pública Fernando Mayorga (1991, 1993 y 1998), Silvia Rivera (1983, 1984 y 1993) y Carlos Hugo Molina cómo se vinculan a otros..., las expectativas que normalmente se cumplen y las nociones normativas más profundas que
(1990). En años recientes sobresalen los trabajos académicos de Álvaro García Linera, Luis Tapia, Raquel Gutiérrez y Raúl acompañan estas expectativas”.
Prada desde el Grupo Comuna (2000, 2001a, 2001b y 2002). 7 Para una discusión teórica amplia sobre las diferencias epistemológicas entre “representaciones sociales”, “imaginarios”,
4 Para estos datos ver Banco Mundial (2006) y UDAPE (2006). “ciencia” e “ideología” ver Slavoj Zizek (2000).

84 85
INFORME SOBRE DESARROLLO INFORME SOBRE DESARROLLO
HUMANO EN BOLIVIA HUMANO EN BOLIVIA
RECUADRO 1.1 la opinión pública captada por las en- ro dominan los registros positivos ante la
cuestas. opinión pública. Para los bolivianos, Asam-
La construcción del Estado, Pero el cambio lingüístico más importante, En el momento presente de cambio que se blea constituyente se escribe con A mayús-
de la palabra Estado según Skinner, se dio cuando la palabra no vive en Bolivia encontramos importan- cula y con c minúscula; es decir, en la per-
Las palabras que hoy usamos con natura- solamente empezó a designar los regímenes tes registros del imaginario de “Asam- cepción mayoritaria de los ciudadanos no
lidad no siempre tuvieron el mismo sentido, imperantes sino también a las instituciones blea Constituyente” que unen a la pobla- se trata de un congreso constituyente en el
ni el mismo significado. Por ejemplo, la pala- de gobierno y los medios de control coer- ción y otros registros que dividen. Hoy cual los elegidos, gente que conoce de le-
bra Estado (status en latín) que hoy se usa citivo orientados a preservar el orden dentro pesan más los que unen. Lo mismo ocu- yes, se aboca a cambiar el texto constitu-
para designar a un poder ejercido por un ór- de las comunidades políticas. A pesar de es- rre con el imaginario sobre las “autono- cional en medio de un debate político y téc-
gano impersonal, en el pasado describía la tos cambios semánticos todavía la palabra mías”: hay registros que unen y otros nico alejado de la ciudadanía. Los bolivia-
condición o situación jurídica de las per- status no se refería a un agente independien- que dividen. Hoy pesan más estos últi- nos están pensando más en una Asamblea
sonas y más específicamente de los gober- te a la soberanía del rey. Para ello fue necesa- mos. Como sea, es interesante subrayar en la cual el debate se abre a la participa-
nantes. ¿Cómo pudo darse un cambio de es- ria la concurrencia de otras influencias. que, en la coyuntura, tienden a reflejarse ción de todos, en particular de la sociedad
ta magnitud? En la tradición de los autores republicanos más las representaciones sociales nega- civil organizada, y con ella se garantiza que
Quentin Skinner (2002) señala que hacia fi- encontramos “la afirmación de que existe tivas, tanto en los liderazgos políticos na- los cambios introducidos en la Constitu-
nes del siglo XIV la palabra status se usaba una forma diferenciada de autoridad civil o cionales y regionales como, en especial, ción se den en beneficio de los más pobres
para describir la posición de un rey y, algunas política que es autónoma, que existe para re- en los medios de comunicación del país (PNUD-IDEA Internacional, 2007).
veces, la situación de un reino. En la misma gular los asuntos públicos de una comuni- y del exterior. Los registros negativos, El concepto abstracto de Asamblea Cons-
época proliferó una literatura para príncipes dad” (Skinner, 2002). Esta tradición, además, que dividen y hasta polarizan, “son noti- tituyente ha entrado en el lenguaje coti-
que describía las maneras de alcanzar y con- consideraba que ninguna comunidad podía cia”, pero no constituyen necesariamen- diano de los bolivianos desde que los
servar el trono. En este contexto se comenzó aspirar a conservarse en un estado libre a te un reflejo fiel de la opinión pública y pueblos indígenas de las tierras bajas lo
a usar la palabra status para denotar la posi- menos que tuviera éxito para imponer condi- de la percepción ciudadana en el largo y asociaran a una reivindicación de ciuda-
ción política adquirida de los gobernan- ciones estrictas a sus gobernantes. Así, fue corto plazo. danía como derecho de participación en
tes. Pero además para hablar de los distintos la tradición republicana la que dejó de hablar Asistimos, por ello, a una “batalla de imagi- la primera marcha indígena de 19908. Y
aspectos del gobierno que un príncipe de- de gobernantes preocupados por mantener narios” sobre el Estado en el país. Es im- su uso se ha intensificado al menos des-
bía cuidar para conservarlo. No menos im- su estado en el sentido de preservar su as- portante reiterar que no existe un regis- de su discusión pública en las Elecciones
portante fue la herencia de Tomás de Aquino, cendencia personal sobre el aparato de go- tro único para cada imaginario. No es Generales de 2002 y su inclusión en la
quien habló de status para designar los dis- bierno y comenzaron a usar status como el que el imaginario de “Asamblea” siem- agenda de los movimientos sociales en
tintos tipos de gobierno reconocidos por nombre de ese aparato de gobierno que pre una a la población, ni que el imagina- octubre de 2003. Desde entonces, dis-
Aristóteles. los gobernantes tenían la obligación de rio de “autonomía” siempre divida. Am- tintos estudios han demostrado de for-
mantener. Pero si los republicanos lograron bos tienen la oportunidad de unir o divi- ma sistemática el apoyo masivo de la
establecer una diferenciación entre gober- dir. Ambos se constituyen de prejuicios y población a la realización de una Asam-
nantes y status, fueron los contractualistas valores comunes o divergentes que pue- blea Constituyente.
los que lograron establecer finalmente la di- den girar en uno u otro sentido. El reto en Pero, ¿cuál es el imaginario emergente asocia-
ferencia entre los poderes de los Estados y la coyuntura actual, en el marco del pro- do a la Asamblea Constituyente? Para res-
los poderes de las comunidades sobre las ceso constituyente y bajo la premisa de ponder esta pregunta el PNUD e IDEA Inter-
que aquéllos ejercían su soberanía. que estamos ante un sentido común nacional (2007) realizaron un ambicioso es-
Estas construcciones paulatinas lograron emergente, es desmontar los registros tudio de representaciones sociales sobre la
articular el sentido con el que hoy compren- divisivos en torno al Estado boliviano, la base de 255 entrevistas en profundidad a
demos la palabra Estado ya claramente sis- sociedad y las relaciones entre ambos. ciudadanos bolivianos mayores de 18 años.
tematizada por Hobbes en el siglo XVII: “un Éstos fueron elegidos según distintos crite-
Estado es una persona de cuyos actos cada b) El imaginario de la rios: localización geográfica (tierras altas/tie-
uno de los miembros de una gran multitud, “Asamblea Constituyente” rras bajas; urbano/rural); condición étnico-
por pactos realizados entre sí, se ha vuelto el lingüística (indígena/no indígena) y clase so-
autor, a fin de que pueda usar la fuerza y los El imaginario de “Asamblea Constituyente” cial (clase media y alta/clase baja y muy ba-
medios de todos ellos como lo crea conve- tiene valoraciones positivas y negativas, pe- ja); y las entrevistas fueron analizadas según
niente, para su paz y defensa común”.
“No existe un poder
sobre la tierra que pueda 8 Nos referimos a la marcha “por el Territorio y la Dignidad” realizada por los indígenas de las tierras bajas y que llegó hasta la
compararse al Leviatán” Fuente: Skinner (2002). sede de gobierno en La Paz. Fue entonces, hace 17 años, que por primera vez en la actual etapa de democratización se
plantea en el país la demanda de una Asamblea Constituyente.

86 87
INFORME SOBRE DESARROLLO INFORME SOBRE DESARROLLO
HUMANO EN BOLIVIA HUMANO EN BOLIVIA
GRÁFICO 1.1 Representanciones sociales de la 2006, el 76% de los bolivianos postuló que
Asamblea Constituyente en Bolivia la Asamblea Constituyente beneficiará a
los pueblos indígenas u originarios de Boli-
1 2
via. Existe un simbolismo movilizado de
envergadura que sostiene la tesis de la in-

5
1

Otros

Otros
19
37
clusión. En el campo de los imaginarios,

76
61
4

Otros
por ejemplo, en agosto del 2006 el 60% de

34
62
3 4
los bolivianos vio con buenos ojos que du-

4
8

Blanco

Blanco
27
32
rante la instalación de la Asamblea se can-

69
60
3

Blanco
7 tara el Himno Nacional en cuatro idiomas.

22
75
Por último es importante señalar que los dere-

6 4
Aymara

Aymara
2
12
chos y las obligaciones ciudadanas no apare-

10

90
1. Proceso de participación

88
cen como elementos ni siquiera periféricos

Aymara
5
2. Reforma de la CPE

GRÁFICO 1.2 ¿La Asamblea Constituyente es el espacio indicado para resolver el tema de ...?

18
3. Para beneficiar a los que están en mala situación en la representación de la Asamblea Consti-

76

Quechua

Quechua
4. Demandas

2
1
tuyente: lo central es la participación y la jus-

10
15
7. No sabemos para qué sirve / no estamos informados

87
85
ticia social. Este dato resulta particularmente

Quechua
12. Para defender nuestros recursos naturales

1
23
importante en un momento crítico de la his-

76
Fuente: PNUD - IDEA Internacional (2007).

Mestizo

Mestizo
toria de la construcción estatal boliviana en

3
5

23
32
el que las dinámicas de la polarización regio-

74
62
Mestizo
3
37
la metodología de análisis de las representa- nal y étnico-cultural parecen poner en tela de

60
ciones sociales.9 juicio la unidad nacional. Más allá del plura-

2 4
El Alto

El Alto
3 3
En la percepción de los bolivianos, la Asam- lismo constitutivo del Estado-nación en Boli-

El tema de los derechos indígenas


Las autonomías departamentales

94
94
8

El Alto
blea Constituyente es un “proceso de parti- via, pre-existe un tejido social nacional que

23
69
cipación” con el fin de “reformar la Consti- reconoce en el proceso constituyente el es-

Fuente: Proyecto PAPEP - PNUD. Encuesta Equipos Mori, diciembre 2006, 1.200 casos (seis ciudades).
Trinidad

Trinidad
4 3
5
El tema tierra

14
27
tución Política del Estado (CPE)”, para “be- pacio privilegiado para tratar los temas críti-

83
68
Trinidad
2
neficio de los más necesitados”, escuchan- cos de la reforma estatal.

24
74
do e incorporando las “demandas” de to- Al respecto, resulta altamente significativo

17 13
14

Tarija

Tarija
dos los sectores sociales (cognemas 1, 2, 3 que en un contexto tan polarizado como el

24

70
62
10
y 4). Participación ciudadana y justicia so- actual, 70% de los consultados opinan que

Tarija
19
cial, pues, son los valores que los bolivia- las autonomías departamentales deben tra-

71

Cochabamba

Cochabamba
3
nos más asociamos a la Asamblea Consti- tarse y resolverse en la Asamblea Constitu-

14

9
Cochabamba

87
84
tuyente actual y que explican en gran me- yente, al igual que el tema de la distribución

5
22
dida la legitimidad y las expectativas vin- de la tierra (76%) y el reconocimiento de los

72
culadas al proceso constituyente. Veamos derechos de los pueblos indígenas y origi-

2
0

La Paz

La Paz
13
16
esta mirada ciudadana en el anterior “ narios (83%). Por ello, el 86% de los consul-

86
84
1

La Paz
20
árbol de representación”. tados demandó de forma consistente una

79

Santa Cruz

Santa Cruz
Las representaciones sociales plantean que salida negociada al conflicto surgido en tor-

3
3

24
38
la Asamblea implica ante todo la presencia no a la aprobación del reglamento de deba-

Santa Cruz

73
59
2
de los excluidos, siendo la modalidad par- tes de la Constituyente.

36
63
ticipativa una consigna que precedió el de-

Ns/Nr
bate sobre el contenido de la reforma de la c) El imaginario de “autonomías”

Ns/Nr

No

No

CPE. Resulta importante considerar que

Ns/Nr
No

las encuestas sostienen lo postulado por el El imaginario de “autonomías” es el que más

3
Total
estudio de representaciones sociales ya prejuicios y miedos atrae en la coyuntura

Total
21

14
76

83
4
que como muestran los resultados de una actual. Captamos registros positivos y ne-

Total
26
encuesta realizada en septiembre del gativos de “autonomías”, pero son los ima-

70

0
80

60

40

20

80

60

40

20
100

100
9 El núcleo central de una representación social se presenta bajo la forma de un “árbol de representación”, es decir, como un
sistema de asociaciones entre cognemas o familias de ideas a las que hacen referencia de forma sistemática personas
pertenecientes a un grupo determinado cuando se refieren a un tema específico. El diferente grosor de las líneas, como se
observa en los gráficos 1.1 y 1.3, tiene relación con la frecuencia de la asociación entre los cognemas: a mayor grosor de la
línea, mayor presencia de la asociación en las representaciones sociales (véase PNUD-IDEA, 2007).

88 89
INFORME SOBRE DESARROLLO INFORME SOBRE DESARROLLO
HUMANO EN BOLIVIA HUMANO EN BOLIVIA
casos, 10 ciudades
Opinión y Mercado
ginarios negativos los que dominan en los En lo negativo, las autonomías departamen-

Opinión y Mercado,
2.007, 2.153 casos.
junio, 2006-2153

Fuente: Apoyo,
Fuente: Apoyo
medios de comunicación nacionales e in- tales son concebidas básicamente como la

las autonomías departamentales en los departamentos en los


En su opinión, ¿la Asamblea Constituyente debe aprobar o no
que ganó el SI en el referéndum autonómico del 2 de Julio?
ternacionales. “administración de recursos por cada de-

febrero
ponen en riesgo, mucho, algo o nada la unidad del país?
A diferencia de la Asamblea Constituyente, partamento” que derivaría en “desunión/

Bastante (5 y 6)

Bastante (5 y 6)

Bastante (5 y 6)
que es percibida como un proceso con una separatismo” y “fuente de conflictos” en-

Poco (2 y 3)

Poco (2 y 3)

Poco (2 y 3)
Regular (4)

Regular (4)

Regular (4)
Mucho (7)

Mucho (7)

Mucho (7)
No precisa
En su opinión, ¿las autonomías departamentales

Ns/Nr

Nada (1)

Nada (1)

Nada (1)
finalidad determinada, las autonomías tre las regiones del país. Connotación ne-

8
comportan un cuadro complejo de relacio- gativa reforzada por otras dos ideas que
nes de sentido que se traduce en una re- consideran a las autonomías como “bene-

Nada
presentación social menos consensual y ficio para unos cuantos” e “injusticia con

22

No
28
por ello más dispersa. los departamentos más pobres”. Estas mi-

28

16

17
condiciones
Sí, pero con
En lo positivo, las autonomías departamenta- radas están expresadas en el “árbol” del

30

44

42
Algo

El Alto
38
les son percibidas como la capacidad de Gráfico 1.3.

12

El Alto
El Alto
22

7
“administración de recursos por cada de- En tierras bajas la representación apunta al

-25 -22

-12 -14
-16
partamento” y de “poder elegir las autori- propósito de “ser dueños de lo que produ-

-12
Mucho

52
10


dades”, permitiendo una mejor inversión cimos”, mientras en las tierras altas se in-

31 34

31 35

39
En una escala del 1 al 7, donde 1 significa Nada y 7 significa Mucho, ¿hasta qué punto cree Ud. que la democracia en Bolivia está en riesgo?
En una escala del 1 al 7, donde 1 significa Nada y 7 significa Mucho, ¿hasta qué punto siente Ud. miedo de lo que puede suceder en el país?
de los recursos e implementación de pro- dica que la administración departamental

33
En una escala del 1 al 7, donde 1 significa Nada y 7 significa Mucho, ¿hasta qué punto cree Ud. que la unidad de Bolivia está en riesgo?
yectos regionales. En ese sentido, las auto- de los recursos, a través de las autonomías,

Tarija

Tarija
Tarija
9
¿Ud. cree que las autonomías beneficiarán o perjudicarán a…?

7
5 14 10

10

8
8
nomías permitirían y promoverían “el cre- puede provocar desunión y separatismo

-15 -10

-11 -9

-11 -7
33
cimiento de las regiones”, sobre todo si entre las regiones, deviniendo en fuente de

31

52
apuntan a “recuperar nuestros recursos na- conflictos y confrontaciones debido a la in-

17

28

29 31

28 31
turales” (PNUD-IDEA Internacional, 2007). justicia e inequidad que se generaría con

30

Cochabamba
71

Cochabamba
Cochabamba
Junio de 2006, 3.000 casos encuesta urbano-rural
los departamentos más pobres del país.

52

22
42

22

10
34

Fuente: Equipos Mori para el PAPEP-PNUD.


GRÁFICO 1.3 Representaciones sociales Por otra parte, aunque las autonomías indí-

-11

-11

-17
de las autonomías en Bolivia genas no están contempladas en la repre-

-7

-8
A los departamentos
más pobres del país
Su
departamento

Personas como
ustedes
A los
departamentos
más ricos

-9
sentación general de la sociedad, los gru-

18

19
21
pos que incorporan las autonomías indíge-

Según ciudad
Según ciudad

Según ciudad
9 12 17

27

31
29
nas en sus visiones son los pobladores de

GRÁFICO 1.5 El miedo al centro de la coyuntura (enero de 2007)

15

La Paz

10
15

La Paz
La Paz
tierras bajas, indígenas y personas de nivel

-23
Ni beneficiarán
ni perjudicarán

-24

-21
Perjudicarán
socioeconómico bajo.

Beneficiarán

-16

-11

-11
Las representaciones sociales de las autono-

Ns/Nr
10 1 2

31 23

45
38 41
mías incluyen fuentes de conflicto que no

33
Santa Cruz

Santa Cruz

Santa Cruz
son estrictamente institucionales, sino que

13

12
8
8 se refieren a la propiedad y uso de los re-

57,7
42,3

-14
GRÁFICO 1.4 Percepciones sobre la autonomía

-6

-6
3 14
cursos naturales, la propiedad de la tierra y Pando

-8

-6

-5
derechos indígenas diferenciados.

26,2

73,8
“Asamblea Constituyente” y “autonomías” Beni

28,9

71,1
son apenas dos imaginarios que unen y di-

Resultados Referéndum autonómico 2006


4 Santa Cruz
viden a la población boliviana. No son los

39,2

60,8
únicos, pero sí representan dónde está el Tarija
1. Administración de recursos por cada departamento
debate público de la actual coyuntura. Pen-

73,1

26,9
2. Unos cuantos se benefician

24
samos que su posicionamiento puede de-

24

30
3. Desunión/separatismo Potosí
4. Fuentes de conflictos

30
75,5

24,5
sembocar o en una acelerada polarización

30

33
8. Ser dueños de lo que producimos

Total

Total

Total
14
Oruro
social, regional y política o en la conforma-

14

10
9. Desconocimiento

-14 -17

-14
10. Poder elegir autoridades

-13
63

37
ción de un “nuevo sentido común” que
12. Recuperar nuestros recursos naturales Cochabamba

-10
construya salidas consensuadas, democrá-

-9
14. Injusticia con los departamentos más pobres

73,4

26,6
17. Crecimiento de las regiones ticas e interculturales a las tensiones irre-

50
40
30
20
10

-10
-20
-30
-40
0
La Paz

50
40
30
20
10
50
40
30
20
10

-10
-20
-30
-40
-10
-20
-30
-40

0
0
sueltas más importantes de la sociedad y el

62,2

37,8
Fuente: PNUD-IDEA Internacional (2007).
Estado bolivianos10. Para avanzar en este úl- Chuquisaca

No


10 Los enfrentamientos registrados en la ciudad de Cochabamba en enero de 2007 reposicionaron la polarización, la violencia y el
miedo como percepción en la coyuntura (ver gráfico 1.5).

90 91
INFORME SOBRE DESARROLLO INFORME SOBRE DESARROLLO
HUMANO EN BOLIVIA HUMANO EN BOLIVIA
timo camino hace falta describir las tensio- cuánto destruyen. ¿No existe un vocabulario RECUADRO 1.2
nes irresueltas con un nuevo vocabulario. alternativo que pueda describir mejor –de
Eso es precisamente lo que nos propone- manera menos apasionada– las contradic- El primer contrato social:
mos hacer en este Informe. ciones fundamentales que generan cambio y cartas entre Bolívar y Sucre
conflicto social en el país? Este Informe parte La Constitución es el “pacto” que norma
1.2. ¿Cómo se ha descrito al Estado? de la premisa que sí, y que es parte del voca- las instituciones y rige a las personas de un
bulario cotidiano de la gente en sus aprecia- país. Cuando Bolivia nació como república
En el actual proceso de cambio coexisten ciones sobre el Estado. Este vocabulario alter- independiente, la apenas formada Asam-
en Bolivia imaginarios que unen e imagi- nativo no se construye en un vacío. Emerge blea del Alto Perú pidió al libertador Simón
narios que dividen. El Estado se encuen- luego de una historia larga de construcción de Bolívar que redactara nuestra Constitución.
tra al centro de estas tensiones irresuel- imaginarios, de teorizaciones, de acciones El 12 de mayo de 1826 el Libertador escribía
tas. Pero requerimos avanzar en la agen- políticas y de memorias históricas largas y al Mariscal José Antonio de Sucre: “Se está
da de reflexión antes de poder entender cortas. Algunos de estos fragmentos discursi- imprimiendo hoy mismo mi Constitución
los alcances del proceso de cambio. El vos son parte de nuestro quehacer cotidiano Boliviana”.
vocabulario que usamos para hablar del y otros son un legado de debates académicos Bolívar mando imprimir dos versiones: la
“Estado” y de la “sociedad” es importante y políticos bolivianos del siglo XX. Veamos es- primera contenía solamente la propuesta de
para esta agenda. Sin embargo, compro- tos fragmentos en el contexto del debate na- Constitución y la segunda incluía, además,
bamos que existe cierto agotamiento en cional e internacional sobre la estatalidad. un discurso a los legisladores. En la primera
las maneras con las cuales hablamos sobre versión, el Mariscal Sucre realizó modifica-
el Estado. No es que pensemos que térmi- a) El Estado, síntesis del contrato social ciones al texto de Bolívar, algunas de las cua-
nos como “Estado” o “sociedad” requieran les fueron incorporadas por el Congreso, que
de una nueva definición. Sí hace falta, em- Como en 1825, en el presente se debate el finalmente aprobó el primer texto constitu-
pero, re-significar conceptos y narrativas carácter “fundacional” de la Asamblea cional de Bolivia. Proyecto de Constitución para la República Boliviana. Lima, Imprenta
Republicana administrada por José María Concha, 1826.
como Estado y sociedad para no describir Constituyente boliviana.11 Lo que está de- Pero la propuesta de Bolívar no fue acep-
cosas que no existen. trás de la disputa sobre la refundación o re- tada sin más por el Congreso Nacional. Va-
Limitarnos a sostener que el Estado es “pobla- forma constitucional, sin embargo, es la rios temas fueron objeto de arduo debate.
ción, poder y territorio” o que “monopoliza idea de reconstituir un “pacto social” más Uno de los puntos más controvertidos, por
el uso legítimo de la fuerza” es decir algo po- inclusivo. Esta cuestión tiene un distingui- ejemplo, se refiere al voto de los analfabetos
co útil para el actual momento histórico. do legado en la historia y la filosofía políti- indígenas. Losa, un representante del Con-
Necesitamos visibilizar conceptos que sean ca mundial. En la era moderna, el Leviatán greso, planteó que si la soberanía residía en
analíticamente más fecundos para refor- de Thomas Hobbes inició, en 1651, un de- el pueblo y si el pueblo está compuesto por
mular cuál es el problema que está detrás bate que sigue vigente hoy en los escritos al menos dos terceras partes de indígenas,
de las demandas de autonomía, los debates de neocontractualistas como John Rawls, parecía poco admisible que se excluyera la
en torno a recursos naturales y la emergen- Jurgen Habermas y Will Kymlicka.12 La voluntad general de un grupo tan numeroso.
cia de derechos ciudadanos interculturales. pregunta clave de la vertiente contractua- Sin embargo, otro diputado alegó que lo im-
Un nuevo vocabulario debe servir para pro- lista es: ¿qué tipo de ficción hace posible portante era la calidad de los electores y por
veer un hilo común lo suficientemente am- que una minoría de la población gobierne tanto aquél que no tuviera industria o profe-
plio para no ignorar la heterogeneidad de la sobre el resto de la población de manera sión o ignorara la importancia de las leyes era
historia, pero a la vez lo suficientemente legítima?13 La respuesta es el imaginario de evidente que no tenía ningún interés en lo
preciso para no significar cualquier cosa. un “contrato social”, porque afirma que público. Después de largos debates final-
A pesar de la importancia del Estado en la co- una comunidad política funciona como si mente se decidió que sólo podrían votar
yuntura y la historia, asistimos hoy a una po- existiera el consentimiento de cada uno de aquéllos que supieran leer y escribir y que tu-
larización social y política que parece ine- sus miembros a una unión mayor. El “co- vieran algún empleo o industria, o profesaran
ludible. Las ficciones, las historias oficiales, mo si” es clave porque en sociedades com- alguna ciencia o arte y no estuviesen sujetos
los discursos encendidos requieren de una plejas y plurales no existe la figura de la au- a servidumbre.
mirada crítica para ver cuánto construyen y to-representación. Esta es la ficción, el
Fuente: Grases y Polanco Alcántara (1978).
La propuesa de Bolívar con las modificaciones a mano de Sucre.
11 El artículo 1º del Reglamento General de la Asamblea Constituyente dibuja su carácter fundacional: “La Asamblea
Constituyente es Originaria porque radica en la voluntad de cambio del pueblo como titular de la Soberanía de la Nación (…)
Se encuentra legítimamente por encima del poder constituido. La Asamblea Constituyente tiene plenos poderes para redactar
el nuevo texto constitucional y tiene como mandato transformar y construir un Nuevo Estado Boliviano”.
12 Skinner (2003) retrata el origen del debate contractualista en la tradición republicana moderna.
13 Ver las reflexiones de Edmund Morgan (2006) sobre “la invención del pueblo" en los casos inglés y estadounidense.

92 93
INFORME SOBRE DESARROLLO INFORME SOBRE DESARROLLO
HUMANO EN BOLIVIA HUMANO EN BOLIVIA
imaginario, que hace posible hablar de un berano” definido de manera “conservado- doctrinas morales e identidades étnico- todos los actores del contrato social, funda-
“pueblo soberano” que delega poder a un ra” y “liberal” en el siglo XIX, y de manera culturales, raciales, regionales y naciona- do en la defensa radical de la igualdad.
“Estado” monárquico o republicano desde “nacional” y “popular” en la segunda mi- les?”. Lo importante de este enfoque, y lo Fuera del núcleo común, que es construido
el siglo XVII. tad del siglo XX. que lo diferencia de la tradición liberal an- por las “doctrinas políticas” de individuos
La tesis propuesta por los contractualistas del Dos legados directos del constitucionalis- terior, es que Rawls se pregunta cómo pue- y comunidades, habita el espacio privado
siglo XVII es que el acto de someterse a un mo del período de independencia siguen den vivir individuos, grupos y comunida- o comunitario para el ejercicio de la “doc-
soberano transforma a una multitud en una con nosotros hoy. Primero, el empate en- des profundamente divididos, no homogé- trina comprehensiva” de cada ciudadano
unión, y por lo tanto en una persona.14 Los tre “Estado” y “nación”, caracterizada és- neos, ni similares. Al hacer esta difícil pre- –sus preferencias morales, religiosas y cul-
contractualistas sostienen que cada vez ta en función de la “soberanía del pueblo” gunta Rawls confronta uno de los dilemas turales más íntimas–. La diferencia entre
que se engendra una “unión del pueblo” (Démelas, 2003). Las primeras constitu- medulares de la constitución de una socie- doctrinas políticas y comprehensivas hace
por medio de la aceptación de un sobera- ciones latinoamericanas se edifican, sin dad moderna: el “pluralismo estructural”. posible transar y negociar en un ámbito
no, el nombre de la persona que se crea es excepción, sobre la idea de una nación “li- Su liberalismo no es para un grupo sino pa- democrático, pero proteger a la vez las ba-
etát o estado. En el siglo XVII esta ficción bre e independiente de todo poder ex- ra el conjunto de comunidades étnicas, ses del contrato social: la igualdad.
–el imaginario de un “pueblo soberano”– tranjero”. Segundo, sobrevive aún un culturales o religiosas de una sociedad. Las
hizo posible transitar de un orden político eclecticismo en la coexistencia de nor- respuestas se encuentran dibujadas, desde La respuesta comunitaria
de sujeción al derecho divino a uno de suje- mas liberales, conservadoras y pre-repu- su concepción, en los libros Teoría de Justi-
ción a la soberanía popular. Este debate no blicanas en el constitucionalismo latinoa- cia (1971) y Liberalismo político (1993), ali- Autores como Jurgen Habermas o Charles
fue académico en un momento de la histo- mericano.16 La propia Constitución de Cá- mentados por la crítica comunitaria, repu- Taylor encuentran insuficiente el enfoque
ria europea en la que todavía competían diz reconocía toda norma anterior que no blicana y multicultural de varias décadas. liberal del “contrato social”. Para ellos no es
formas alternativas al Estado-nación mo- contraviniera las normas de la nueva Rawls encuentra que el único punto de equi- suficiente “tolerar” o “coexistir” con con-
derno. La Revolución Británica del siglo constitución –incluyendo normas tan dis- librio que puede unir a diferentes en un cepciones plurales del bien. El comunita-
XVII y la Revolución Americana del siglo tintas como las Leyes de Indias–. Quizá el contrato social es la igualdad. Por ello, par- rismo y, de forma más vigorosa, el republi-
XVIII utilizarían este imaginario para cons- matiz más importante del contractualis- te de la idea de que bajo un “velo de igno- canismo reclaman un ethos de construc-
truir un nuevo tipo de “contrato social”, mo actual es el énfasis en la reconstruc- rancia”, en el cual los participantes de la ción cívica y ciudadana. No sólo que no de-
fundado en la voluntad del pueblo. La Revo- ción de un “contrato social” incluyente y constitución de un pacto social no saben si biera abogarse por una neutralidad desde
lución Francesa sellaría esta distinción con pluralista, particularmente en lo que con- son ricos, pobres o de un grupo étnico u el Estado, sino que debe emerger un con-
una Asamblea Constituyente nacida de cierne a pueblos y comunidades indíge- otro, el único principio en el que todos se senso no-neutral sobre lo que es valioso,
consultas a cada comunidad, parroquia y nas en el continente. Tres vertientes nor- pondrían de acuerdo es el de la “igualdad que será activamente promovido y defen-
municipio del naciente “pueblo francés”15. mativas –liberal, comunitaria y multicul- de derechos”. Este derecho tendría prela- dido desde el Estado. La posición comuni-
La vertiente contractualista tiene un enorme tural– asumen este reto dentro de la tradi- ción sobre cualquier otro acuerdo en el taria/republicana requiere tanto de una
impacto sobre el imaginario del constitu- ción contractualista actual. contrato social, encima de las preferencias participación ciudadana activa como de
cionalismo sudamericano en el período de sociales o económicas de cada grupo. Para una “toma de posiciones”. Esto no implica
independencia (Loveman, 2003). Al “in- La posición liberal Rawls, como para Kant, los derechos de los la sujeción de una comunidad ciudadana
ventar” pueblos sudamericanos de los res- ciudadanos son inviolables y más impor- por otra, sino, en palabras de Habermas
tos de las guerras de independencia y re- El “contrato social” liberal es un pacto de tantes que las preferencias de cada uno. La (1998), la construcción “intersubjetiva” de
presentar los debates de la Corte de Cádiz igualdad entre desiguales.17 En el siglo XX, teoría contractualista de Rawls fue critica- lo que es valioso. La premisa liberal de que
y de la propia Constitución de Cádiz (1812) tres siglos después del Leviatán de Hobbes da por ser demasiado idealista y poco his- todo ciudadano construye su concepción
en el continente americano, los gobernan- y casi dos siglos más tarde de la adopción tórica. 18
¿Por qué omitir la lucha política de del bien de manera atomista e individual
tes americanos sentaron las bases de la de las primeras constituciones liberales, una visión normativa sobre el contrato so- se estrella contra la realidad sociológica de
idea de un Estado sustentado en la “sobe- John Rawls reinicia el debate contractualis- cial? ¿No se deciden acaso los asuntos de construcción de identidades con respecto
ranía popular” (Gargarella, 2005). América ta preguntando: “¿cómo pueden convivir manera política –con disputas, diferencias “al otro”. No podemos tener “identidad”
Latina vivió desde entonces una continua individuos, grupos y comunidades profun- y negociaciones– en el mundo real? propia, como tal, si no existen “otros”, di-
disputa en torno a quién es el “pueblo so- damente divididas por credos religiosos, En su obra Liberalismo político, Rawls dibuja ferentes a nosotros. Para Jurgen Haber-
14 La vertiene contractualista tiene un largo legado en los trabajos de Jean Bodin [1576], Seis libros de la república; Thomas
una teoría “política” del contractualismo mas, más importante que la sustancia del
Hobbes [1651], Leviatán; John Locke [1690], Segundo tratado del gobierno civil; David Hume [1752], Discursos políticos; Jean- que convergería con posiciones comunita- “contrato social” es el proceso de construc-
Jacques Rousseau [1762], El contrato social e Immanuel Kant [1788], Crítica de la razón práctica.
15 Para un análisis comparativo de la noción de soberanía popular en las revoluciones americana y francesa ver Hannah Arendt rias, marxistas y postmodernas de la teoría ción de dicho contrato.19 Un proceso legíti-
(1988). política. Allí postula la idea de un “núcleo mo que nace no sólo de la participación
16 Es interesante al respecto el estudio sobre constitucionalismo andino realizado por Brian Loveman (2003).
17 A principios del siglo XX, el liberal boliviano Bautista Saavedra asemejaba los retos del gobierno democrático a una “hermosa común”, un consenso sobrepuesto entre plural sino de la idea de “intersubjetividad”
armonía de desigualdades” que pervive en el reino natural. Ver al respecto Bautista Saavedra (1917) y el análisis de Marta
Irurozqui (1994). La lectura liberal boliviana de principios de siglo sostenía la idea de un “pacto social” limitado, alimentada por 18 Ver las posiciones críticas a Rawls, desde las escuelas marxista, comunitarista y postmoderna, en Gargarella (1998).
una concepción restringida de ciudadanía. 19 Véase al respecto el estudio de Jurgen Habermas (1998). Para el debate Rawls/Habermas ver John Rawls y Jurgen Habermas
(1998).
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INFORME SOBRE DESARROLLO INFORME SOBRE DESARROLLO
HUMANO EN BOLIVIA HUMANO EN BOLIVIA
–la construcción mutua de una identidad gira en torno a las libertades negativas del diferentes (la posición sustancial del inter- ejemplo, no es esencial que el resultado de
común– es un requisito indispensable para Liberalismo 1 ni a la pretensión de neutra- culturalismo)? esa oportunidad derive en igualdad de
ir más allá de la democracia representativa lidad entre comunidades y grupos. Esta Kymlicka (1995) diferencia entre dos di- condiciones–. En otras palabras, se enfati-
sin violar el Estado de Derecho. verdad común, en ojos de la teoría política, mensiones de derechos multiculturales. za el valor procedimental de una sociedad
Quizá la explicación más clara de la posición frecuentemente vuelve a la participación y Aquéllas que se promueven para defender justa, pero no se ingresa a la evaluación del
comunitarista se encuentra en el trabajo de deliberación cívica y política en sí. Si el “protecciones externas” de la mayoría do- valor sustancial de dicha justicia. Para los
Charles Taylor (1994), quien confronta la proceso político se define sobre concep- minante y aquellas que buscan generar comunitarios esa regla es frecuentemente
escuela liberal con una posición más “fuer- ciones del bien, el “bien mayor” es partici- “restricciones internas” dentro de grupos la de una “vida buena”. Si la distribución de
te” de posicionamiento normativo. Taylor par de dicho proceso. Sin embargo, en so- étnico-culturales de minoría. Sostiene que bienes y libertades hace posible construir
distingue entre dos tipos de “liberalismo”. ciedades multiculturales esto no puede to- las protecciones externas no violan los de- una vida buena, no importa si es igual o no
El primer tipo (Liberalismo 1) defiende, an- marse como dado. rechos liberales de la sociedad porque a la del prójimo o a la comunidad de próji-
te todas las cosas, los derechos individua- plantean la posibilidad de que existan di- mos. Para los republicanos una vida buena
les y, casi como deducción de esta posi- El reto del interculturalismo ferentes maneras de ejercer autonomía y puede ser una “vida cívica”, de participa-
ción, plantea un Estado rigurosamente libertad ciudadana, algunas bajo una con- ción, deliberación y representación políti-
neutral ante concepciones plurales religio- Por las consideraciones expuestas, en Bolivia cepción dominante del bien y otras bajo ca. Y así según la doctrina comprehensiva
sas, regionales o étnicas del bien. Enfatiza el debate liberal/comunitario pareciera otras (pensemos, por ejemplo, en una es- de cada individuo, grupo o comunidad.
la importancia de defender los “derechos conducir a un callejón sin salida, porque la cuela con currículo predominantemente El dilema, dice Walzer, es que ninguna de es-
negativos” de Isaiah Berlin (los derechos a realidad del país no se debate entre una u aymara en Jesús de Machaqa y quechua tas posiciones es “incongruente” o “inco-
la vida, a la seguridad, a las libertades per- otra concepción del bien, sino en recono- en Tacopaya). Encuentra, sin embargo, rrecta”. Ninguna se equivoca, porque a fin
sonales y de libre expresión y asociación).20 cer y dar cuenta de un pluralismo estructu- que las restricciones internas sí pueden de cuentas las reglas de asignación y redis-
El segundo tipo (Liberalismo 2) promueve ral que no se desvanecerá ni cambiará de ocasionar incompatibilidades en el ejerci- tribución de bienes y derechos tienen co-
un Estado que defienda a una nación, una opinión.21 La ampliación del “pacto social” cio de derechos liberales dentro de mino- mo base una valoración normativa socie-
cultura o una religión –o un grupo de nacio- es precisamente lo que está en disputa en rías tradicionales (por ejemplo, en el in- tal. Cuando redistribuimos trabajo califica-
nes, culturas, etc.– de manera más explíci- sociedades multiculturales que adoptan re- fanticidio femenino que contradice el de- do, la meritocracia suele ser una buena re-
ta, siempre y cuando los derechos de la mi- glas del juego que conjugan elementos de recho igual a la vida). Adopta, por ello, una gla de asignación; cuando redistribuimos
noría sean protegidos. Taylor distingue este ciudadanía universal con elementos de estrategia de dos pisos para defender los bienestar primario, la necesidad suele ser
segundo tipo de posición del liberalismo ciudadanía diferenciada.22 El paso de la co- derechos multiculturales desde una posi- la regla compartida; y cuando redistribui-
multicultural que simplemente “protege” existencia, tolerancia y convivencia entre ción liberal. En el primer piso se constru- mos poder político, la regla de mayoría
los derechos de minoría con respecto a la desiguales a la construcción de una comu- yen derechos comunes a minorías y ma- suele funcionar en muchas sociedades. Pa-
mayoría. Bajo esta óptica, ni la sociedad nidad de ciudadanos –una comunidad de yorías. Estos derechos constituyen el sen- ra Walzer lo que está en juego en todas es-
mayoritaria ni los grupos minoritarios tie- iguales– es el paso de una concepción mul- tido común de la sociedad plural. En el se- tas valoraciones es una concepción de
nen por qué mantener neutralidad con res- ticultural de ciudadanía a una intercultu- gundo, se generan espacios para derechos “igualdad compleja”. Por igualdad comple-
pecto a sus concepciones del bien. ral.23 Para avanzar en esta agenda no es su- diferenciados de ciudadanía según grupo ja se refiere a la posibilidad de tener dife-
El dilema que confronta Taylor es cómo lo- ficiente cambiar la palabra “multicultural” minoritario o mayoritario. Estos derechos rentes reglas de igualdad para diferentes
grar el ejercicio pleno de las concepciones por “intercultural”, sino confrontar el dile- suponen espacios para el ejercicio de li- esferas de distribución de bienes y dere-
de grupos y comunidades de mayoría y ma de la igualdad de manera más exhaus- bertades y autonomías autodefinidas, chos. ¿Cómo se relaciona la idea de igual-
minoría. Éste no es un problema trivial, tiva. Es evidente que sin igualdad no puede idiosincrasias culturales o regionales.24 dad compleja con el debate multicultural/
porque requiere de la toma de posición so- existir una comunidad de ciudadanos. Sin En esta discusión ayuda la idea de “igualdad intercultural? Bajo reglas “únicas”, por
bre los límites de uno y otro. Sin la “neutra- embargo, ¿cómo definimos “igualdad”? compleja” acuñada por Michael Walzer ejemplo, la facción mayoritaria valora una
lidad del Estado” no se puede acudir a un ¿Con relación a qué dimensiones de ciuda- (1983) en torno al debate liberal/comunita- regla para la asignación de tierras y la fac-
proceso externo al proceso político de ejer- danía? ¿Con respecto a oportunidades, ca- rio. Walzer se detiene en el supuesto de ción minoritaria otra. La resolución de este
cicio del poder. Y si no existen procesos ex- pacidades, funcionamientos, necesidades, que cada “bien” debe ser asignado o redis- dilema se da en la arena política, cuando
ternos, tampoco hay posiciones neutrales grupos o individuos? ¿En qué se diferencia tribuido según una misma regla. Para los li- se impone una visión normativa sobre otra
con respecto a concepciones del bien. Se la idea de “coexistir” entre diferentes (la berales esta regla comúnmente es definida por el voto o la coerción. En sociedades
requiere, en la visión comunitaria, de una posición multicultural de facto) y la idea de en términos de “igualdad de oportunida- plurales, la mayoría suele ganar ambos
“verdad común”, que no necesariamente construir una comunidad de iguales entre des” –en cuanto exista igualdad de oportu- procesos. La minoría termina accediendo
20 Isaiah Berlin (2000) comparte con Benjamin Constant la idea de que la libertad es construida socialmente, con cánones
nidades de acceso a la educación, por o impugnando la decisión por vías extra
distintos según tiempo y lugar.
21 Ver sobre este debate los planteamientos de George Gray Molina (2006). 24 Kymlicka (2002) retoma, desde la perspectiva liberal multicultural, lo que John Rawls (1993) defiende para todas las sociedades
22 Para visiones latinoamericanas de interculturalidad consultar los trabajos de García Canclini (2005) y Martín Hopenhayn (2005). plurales: la idea de “doctrinas comprehensivas” del bien que reflejan nuestros valores e identidades más íntimos (normas
23 Ver PNUD (2004), donde se analiza desde tres perspectivas el debate multicultural de ciudadanía. acerca de cómo se vive una “buena vida” en mi familia y mi comunidad); y la idea de “doctrinas políticas” del bien que reflejan
valores e identidades compartidas con colectividades mayores (normas acerca de la libertad e igualdad entre diferentes).

96 97
INFORME SOBRE DESARROLLO INFORME SOBRE DESARROLLO
HUMANO EN BOLIVIA HUMANO EN BOLIVIA
formales (petición, movilización o toma de b) Estado, orden legítimo hasta neoweberianos como Guillermo Un Estado “con huecos”
tierras). de dominación O´Donnell, Charles Tilly o Michael Mann
En la visión de Walzer existe la posibilidad subsiste una importante tendencia analíti- Resulta extraño que mucha de la sociología y
de construir juntos –entre mayorías y Para la historiografía moderna la emergencia ca que describe al Estado como un orden ciencia política actual siga atrapada en un
minorías– reglas de igualdad compleja. del Estado-nación moderno fue un proce- legal, un cuerpo burocrático y una jurisdic- enfoque normativo antes que descriptivo e
Así, se puede definir una dimensión de la so largo de construcción social y política ción compulsiva sobre un territorio que se histórico. Por ejemplo, la nostalgia por un
igualdad de acceso a la tierra sujeta a la re- con múltiples salidas, y no se resume en la sostiene por el peso o debilidad de la ley. La “Estado de Derecho” en Bolivia es una año-
gla “reparación histórica” (Tierras Comu- idea de una asamblea que da consenti- definición más famosa del Estado –la defi- ranza por un pasado que nunca existió.
nitarias de Origen), otra a la regla “función miento a una nueva unión.25 La metáfora nición weberiana– recoge estas aristas. Un Una vertiente distinguida de estudiosos
económico-social” (solar campesino y pe- del “contrato social” es, desde esta pers- Estado, dice Weber (2004), “es una comu- neoweberianos reparan en esta nostalgia.
queña propiedad) y otra dimensión sujeta pectiva, a-histórica. Lo que es común al nidad humana que (exitosamente) recla- Joel Migdal (1988), Guillermo O'Donnell
a la regla “precio de mercado” (predios desarrollo del Estado moderno es la emer- ma para sí el monopolio del uso legítimo (1999) y Alfred Stepan y Juan Linz (1996),
agroindustriales de alto rendimiento). La gencia de formas de gobierno que no de- de la fuerza física en un territorio determi- entre otros, argumentan que teorías actua-
diferencia entre este procedimiento de de- penden de modos tradicionales de obe- nado. (...) El Estado es considerado la úni- les sobre el Estado suponen un alto grado
liberación intercultural con respecto a su diencia o del carisma patrimonial de un lí- ca fuente del 'derecho' de usar violencia”. de homogeneidad “que no existe” en el al-
par multicultural es que el primero requie- der, sino de un orden legal comúnmente Para Weber, el desarrollo histórico del capi- cance, tanto territorial como funcional, del
re de una noción compartida de igualdad aceptado.26 El Estado como “Estado de De- talismo y del Estado moderno conlleva Estado y de la sociedad. Se preguntan:
–en muchos casos de “igualdad comple- recho” se encuentra hoy, como hace cien un proceso continuo de “racionaliza- “¿qué sucede cuando el Estado en sus di-
ja”–. No es suficiente la convivencia, la to- años, en el centro del debate. Dada la des- ción”. El Estado como “Estado de Dere- mensiones legales, burocráticas e ideológi-
lerancia o la coexistencia con el “otro”. Es confianza generalizada que rige en la ciu- cho” es un resultado de siglos de cons- cas se extiende de manera discontinua so-
imperativo construir juntos reglas de dadanía sobre el cumplimiento de la ley, es trucción de la autoridad de la legalidad, bre el territorio (áreas rurales, villas miseria
igualdad –ciudadanía–. El ejemplo utiliza- en parte paradójico que muchos de los pro- que se ve sustentada por una burocracia en áreas urbanas) y para muchos grupos
do, tomado de la Ley INRA de 1996, sugie- blemas más profundos de la sociedad se racional, una organización despersonali- funcionales (comunidades pobres, indíge-
re que este procedimiento de construc- procuren resolver con una nueva “Ley de zada y meritocrática, cuyos personeros, nas, excluidos)?” (O'Donnell, 1993). ¿Qué
ción de reglas comunes no es tan filosófi- Leyes”, como es el caso boliviano en la ac- “servidores públicos”, deciden y ejecu- tipo de Estado –y sociedad– son éstos? ¿Có-
co como parece. tualidad.27 En esto Bolivia no está sola. En tan políticas públicas en función de esta mo se construye una comunidad de iguales
Hasta aquí el debate contractualista ilumina América Latina conviven con dificultad lógica racional –no por particularismo, cuando el Estado “no llega” o “no actúa”
y construye. Sin embargo, algunas de las una legalidad formal con una legalidad in- faccionalismo o patrimonialismo–.28 Las aun cuando llega?
preguntas fundamentales no se resuelven formal –reglas del juego locales o particula- leyes son legítimas si han sido legítima- Estas preguntas conducen a una reflexión so-
en el ámbito normativo. De manera funda- res que no necesariamente conjugan con mente sancionadas; y la sanción es legíti- bre el alcance del Estado en sociedades
mental, no responde el cómo construir un Estado de Derecho único– (Whitehead, ma si ha ocurrido en conformidad con las plurales, marcadas por clivajes regionales,
una “comunidad de ciudadanos” en socie- 1994 y O’ Donnell, 1996). La frase atribui- leyes que prescriben el procedimiento étnico-culturales y sociales. Para O´Do-
dades plurales con historias particulares. da a Getulio Vargas: “para mis amigos, to- que ha de seguirse. Esta “circularidad” es nnell, los lugares de alta discontinuidad, lu-
Así, para avanzar en la discusión es im- do; para mis enemigos, la ley”, resume es- deliberada.29 Weber (1954) rechaza ex- gares en los cuales el alcance territorial y
prescindible trascender la visión normati- ta incómoda tensión. presamente las definiciones del Estado funcional del Estado es tenue, describen
va y aterrizar en una mirada histórica y El “Estado de Derecho” es un imaginario, co- moderno centradas en los “fines” de la un “Estado con huecos”. Esta concepción
más contingente del orden estatal y el Es- mo el de “soberanía del pueblo”, que nace comunidad política. Al excluir de su defi- no muestra necesariamente un Estado dis-
tado que hacen posible construir ciudada- en un momento histórico específico en la nición los fines perseguidos por el Esta- funcional o fallido, sino más bien un Esta-
nía. Por ello hace falta entender cómo Europa occidental del siglo XIX. Max We- do, no discurre como un teórico de dere- do que fue construido en etapas y frag-
emerge históricamente el Estado y cómo ber es quizá el referente más destacado del cho sino como un sociólogo; le interesa mentos. No son Estados nacidos de una
se construye el Estado de Derecho, una for- análisis de esta nueva forma de domina- saber “qué ocurre realmente en una co- gran construcción nacional/estatal, sino de
ma de legitimidad particular al Estado-na- ción política fundada en la ley y en un or- munidad”, y no cuáles son los ideales de procesos de descolonización, liberación
ción moderno. den social que acata la ley. Desde Weber la comunidad política ni las normas del republicana u otros mecanismos externos
orden jurídico que él personalmente sus- de conformación. Para estas sociedades y
25 Sobre este aspecto son relevantes las reflexiones de Charles Tilly (1990), Thomas Ertman (1997), Hendrik Spruyt (1994) y
cribía. Estados el imperativo de construir “na-
Michael Mann (1991).
26 Quentin Skinner (2003) argumenta que el “nacimiento del Estado” moderno emerge, históricamente, por la diferenciación entre
la persona del rey y el poder soberano de su reinado, en la Europa del siglo XVII. Sostiene que “de modo más claro que
cualquier escritor anterior sobre el poder público, Hobbes enuncia la doctrina según la cual la persona jurídica que yace en el
corazón de la política no es ni la persona del pueblo, ni la persona oficial del soberano, sino más bien la persona artificial del 28 Teorías pluralistas (Robert Dahl, 1956, y David Easton, 1965) y teorías elitistas (Gaetano Mosca, 1939, y C.W. Mills, 1956)
Estado”. comparten con la lectura weberiana una lógica de desarrollo racional del poder del Estado.
27 Es relevante en este punto el estudio realizado por el PNUD-IDEA Internacional (2007) sobre el estado de la opinión en Bolivia. 29 Ver al respecto los trabajos de Reinhard Bendix (2000) y Anthony Giddens (1977).

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HUMANO EN BOLIVIA HUMANO EN BOLIVIA
ción” no es trivial, porque sus bases cultu- tados depredadores, rentistas y altamente RECUADRO 1.3
rales, sociales e históricas no son homogé- particularistas. En el caso boliviano podría-
neas. El “Estado colonial” de la sociología mos invertir la descripción de O´Donnell El Estado con huecos en Bolivia demandas de poblaciones con más de
boliviana alude a este impasse, como tam- para los espacios regidos por el Estado –lu- En el imaginario de la gente se piensa al 20.000 personas. Tercero, resaltan asimetrí-
bién lo hace la antinomia “nación/antina- gares ordenados según códigos particula- Estado como el aparato estatal, el sector as entre municipios como los casos de Po-
ción” heredada de la Revolución Nacional. ristas, clientelares y duales–. Es paradójico público o el conjunto de burocracias públi- coata, Tinguipaya y Ravelo en el departa-
Si el Estado es discontinuo, ¿qué significan sus que la “dualidad del Estado” emerja fre- cas. En la visión de O'Donnell (1999) “esto mento de Potosí, que cuentan con servicios
“huecos”? Para O´Donnell, los huecos son cuentemente del propio Estado, que no só- es un error, (pues) no cabe duda que ellas de salud y educación mayores a los de los
lugares donde rige el particularismo, el lo carece de alcance continuo en lo territo- forman parte del Estado, pero no son el Es- municipios antes mencionados. La presen-
clientelismo, el cacicazgo y otras formas pa- rial o funcional, sino que opera bajo reglas tado en su totalidad. El Estado también es cia estatal, pues, medida aquí como la distri-
trimoniales de política. Son espacios de “au- que no fortalecen la esfera pública, la neu- un conjunto de relaciones sociales que esta- bución espacial de los servicios públicos de
togobierno”, pero que no operan bajo las re- tralidad del Estado o el Estado de Derecho. blecen un cierto orden. Muchas de esas re- salud y educación, muestra asimetrías im-
glas del Estado de Derecho y de la libre orga- En pocas palabras, “los huecos del Estado ya laciones se formalizan en un sistema legal portantes ya que no responde a la distribu-
nización y expresión política, sino bajo las están llenos”. Las relaciones sociales, capa- surgido del Estado y del orden que éste po- ción espacial de la población.
del particularismo –el orden del más fuer- cidades organizativas e instituciones que ne y garantiza en un cierto territorio. Este or-
te–. Esta descripción se hace extensible a los llenan no son necesariamente “infor- den no es igualitario ni socialmente impar- Los “huecos” en educación y salud
otras organizaciones que ejercen cualida- males” en el sentido de estar poco norma- cial. Tanto en el capitalismo como en el so-
des estatales o semiestatales (en el caso bo- das o de reflejar hábitos y costumbres loca- cialismo burocrático, sustenta y contribuye
liviano, sindicatos, ayllus, ONG, iglesias y les. Comúnmente, las funciones que cum- a reproducir relaciones de poder sistemáti-
otras organizaciones que suplen roles del plen ayllus, sindicatos, TCO, ONG e igle- camente asimétricas”.
Estado). El imperativo, para O´Donnell, es sias, entre otros, están altamente codifica- El mapa de Bolivia que presentamos
entender que la construcción de una demo- das y se entienden como “parte” de las muestra la distribución espacial de la pobla-
cracia requiere de un Estado que pueda ejer- funciones del Estado (mantener la paz pú- ción y la localización de establecimientos
cer el “Estado de Derecho” de manera con- blica, adjudicación de disputas, distribu- públicos de educación y de salud por cada
tinua a lo largo y ancho del territorio. La di- ción de “deberes” y “derechos” comuna- mil habitantes a nivel municipal. La constata-
mensión legal toma un protagonismo espe- les, etc.). En otros casos, dichas funciones ción es que existen grandes desigualdades
cial, por cuanto representa la internaliza- se amplían a esferas sociales que no son en cuanto a la presencia estatal y, por tanto,
ción de la estatalidad en su dimensión más competencia tradicional del Estado (la en el acceso a estos servicios. Primero, se ve
elemental –el ejercicio de la fuerza para los “disciplina sindical” cae, por ejemplo, so- una fuerte concentración del Estado en el eje
que rompen la ley, la protección de la ley pa- bre ámbitos tan diversos como el mal uso central y las ciudades capitales donde se en-
ra todos los ciudadanos–. de recursos naturales comunes, la inasis- cuentra casi el 50% del total de la población.
La descripción de O´Donnell es gráfica, pero tencia a eventos sindicales o disputas fami- Las ciudades con mayor población son San-
deja algunos hilos sueltos. ¿Son todos los liares). La pregunta clave detrás de este es- ta Cruz (15%), La Paz (9%), El Alto (8%) y Co-
huecos del Estado normativamente noci- cenario no es, entonces, cómo llenar los chabamba (6%), mientras que el resto está
vos para una democracia plural? ¿Podemos huecos, sino entender cuándo son comple- distribuido en las ciudades capitales de Su-
imaginar espacios públicos no estatales mentarias las estatalidades paralelas a la cre, Oruro, Potosí, Tarija, Trinidad y Cobija.
donde las relaciones sociedad-Estado no inclusión social y al ejercicio de derechos Segundo, existen municipios con poca pre-
sean particularistas ni impliquen la ley del ciudadanos y cuando son antagónicas. En sencia estatal, como por ejemplo Riberalta,
más fuerte? Probablemente sí, porque las el caso de la complementación queda el re- Guayaramerín y Reyes en el departamento
organizaciones sociales locales, campesi- to de articular las capacidades del Estado del Beni donde tienen menos de un puesto
nas o indígenas no suelen operar bajo nor- formal a las capacidades realmente exis- de salud por cada mil habitantes y menos de
Centros y puestos de salud Población Edificios escolares
mas hobbesianas. No es que por definición tentes a nivel local y comunitario. En el ca- cinco locales educativos por cada mil habi- por mil habitantes

menor a 1 menor a 2.000


por mil alumnos

menores de 5 Fuente: Censo de Población y


subsiste un “desorden” en los huecos del so del antagonismo queda como reto de- tantes, lo cual no es suficiente para cubrir las entre 1 y 2
mayores a 2
entre 2.000 y 10.000
mayores a 10.000
entre 6 y 12
mayores a 13
Vivienda 2001.

Estado. Nuestra investigación sugiere más fender los valores y los derechos de la “co-
bien un “orden” altamente codificado y de munidad de ciudadanos” democrática.
alta legitimidad social –características que
frecuentemente asociamos al Estado–. La ¿Legalidad o legitimidad?
diferencia es que este orden se construye
bajo procesos largos de acomodación, do- La construcción de un “Estado de Derecho”
minación, resistencia o colaboración a Es- plantea de por sí un reto complejo. En
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momentos de crisis, y en contextos de “soberanía del pueblo” o la “majestad del c) Estado, instrumento al centro de su análisis y praxis política,
sociedades diversas y heterogéneas, esta Estado”, entonces volvemos al problema de clase o nación nunca elaboró una teoría comprehensiva
complejidad se pone a prueba. ¿Qué es político de constitución del soberano. A sobre estatalidad y Estado.33 Su concep-
más importante? ¿La legalidad o la legiti- diferencia de Weber, quien sostenía, en El Estado imaginado como “contrato social” o ción fundamental del Estado aparece en
midad del orden estatal? Y en caso de última instancia, que la legitimidad resi- como “Estado de Derecho” tiene un distin- fragmentos de su obra y resumida en la fa-
que sea la legitimidad lo más importante, día en la “creencia” de un Estado de De- guido legado en las ciencias sociales y deja mosa expresión del Manifesto Comunista:
¿quién y cómo define “lo legítimo”? Estas recho, Schmitt sostiene que la legitimi- un distintivo sello en los debates bolivianos “el ejecutivo del Estado moderno no es si-
no son preguntas teóricas. Constituyen la dad reside en el soberano, quien puede actuales sobre refundación y reforma esta- no un comité para arreglar los asuntos co-
materia prima de debates interminables decidir “sobre la excepción”. En términos tal. Sin embargo, una crítica común a las es- munes de toda la burguesía”.34
en la coyuntura actual. ¿Fue legal el acor- teóricos Schmitt argumenta que la legiti- cuelas liberales y positivistas que defienden Discusiones teóricas posteriores a Marx, pa-
tamiento de mandato de los parlamenta- midad tiene fuentes pre-constitucionales estas líneas analíticas es una especial ausen- sando por El Estado y la revolución de Lenin
rios estipulado por la Ley de Convocato- y pre-legales. “El soberano” es previo a la cia de un análisis del poder. Después de to- [1917], y los Cuadernos de la cárcel de An-
ria de las Elecciones Generales de 2005? ley, a la constitución y a la codificación le- do, los actores sociales y políticos que cons- tonio Gramsci [1929-31], elaboran las con-
¿Es legítimo poner partes de la Constitu- gal” (Mouffe, 1999). truyen el Estado, que legitiman contratos secuencias de un enfoque multidimensio-
ción Política del Estado a consideración Esto nos devuelve al debate contractualis- sociales y que defienden un orden legal co- nal del Estado desde la perspectiva marxis-
de un referéndum popular? ¿Es legal sus- ta. Si el “contrato social”, a su vez una fic- mún, son actores del mundo real –que fre- ta. Atilio Borón (2003) sintetiza esta visión
pender partes de la Constitución Política ción moderna, es la base de la legalidad, cuentemente representan diferentes intere- multidimensional al afirmar que “en la tra-
actual en pos de consagrar una nueva ¿por qué obedecer la ley? (Dyzenhaus, ses de clase, de región o de grupo étnico-cul- dición marxista, el Estado es, simultánea-
Constitución? Estas preguntas son pilares 1997). Positivistas del derecho como tural–. Karl Marx y una extensa producción mente: (i) un 'pacto de dominación', me-
del debate sobre legalidad y legitimidad Hans Kelsen confrontaron a Schmitt en marxista y neomarxista imprimieron un diante el cual una determinada alianza de
de un Estado de Derecho. Y es en parte los años treinta afirmando que la ley análisis detallado de las relaciones de poder clases construye un sistema hegemónico
consecuencia de la existencia de un Esta- siempre es legítima si sigue procedimien- que están en la base de la configuración de susceptible de generar un bloque históri-
do de Derecho que podemos hablar del tos que son legítimos (Kelsen, 1992). Sin “modos de producción” abstractos y “for- co; (ii) una institución dotada de sus co-
“derecho a desobedecer el derecho”.30 embargo, para propósitos del debate bo- maciones sociales” concretas detrás del Es- rrespondientes aparatos burocráticos y
Sin embargo, la teoría de derecho consti- liviano actual, conviene describir la posi- tado capitalista moderno. susceptible de transformarse, en determi-
tucional no se toma a la ligera este “dere- ción de Jurgen Habermas, quien recoge El Estado visualizado como “instrumento de nadas circunstancias, en un 'actor corpora-
cho”. Está, en realidad, en el meollo mis- el reto lanzado por Schmitt y lo traduce clase o nación” tiene un largo recorrido en tivo'; (iii) un escenario de la lucha por el po-
mo de la definición del Estado. en una teoría a la vez procedimental co- las ciencias sociales marxistas, pero tam- der social, terreno en el cual se dirimen los
Carl Schmitt inicia un fascinante debate so- mo sustancial sobre el “Estado de Dere- bién en el imaginario popular boliviano so- conflictos entre distintos proyectos socia-
bre estos asuntos en su libro Legalidad y cho”. Habermas (1998) argumenta que la bre el Estado. La historia boliviana desde la les que definen un patrón de organización
legitimidad, publicado en 1932, un año ley es legítima si el proceso de su cons- Guerra del Chaco y la Revolución Nacional económica y social; y (iv) el representante
antes de la caída de la República de Wei- trucción fue participativo y si encarna los está repleta del vocabulario del poder. Hoy, de los 'intereses universales' de la socie-
mar (1919-1933) en Alemania.31 De ma- valores sustanciales de la sociedad que lo como hace más de cincuenta años, la idea dad y, en cuanto tal, la expresión orgánica
nera aguda, Schmitt se pregunta: “¿si el construye. El punto de partida es un plu- de una “nación” contrapuesta a una “anti- de la comunidad nacional”.
contenido de una ley (o una constitución) ralismo complejo inherente a cada socie- nación”, articulada por Carlos Montenegro
es definido por una mayoría del 51% de dad y el de llegada es legitimidad políti- con anterioridad a la Revolución Nacional, ¿Clase, nación o “bloque histórico”?
representantes del pueblo, es vinculante ca, que refleja este pluralismo societal.32 o la idea de un “Estado aparente” que se
para el 49% de la minoría o simplemen- Esta posición evita el círculo vicioso de antepone a lo “nacional-popular” en la for- La definición de Borón viene atravesada por
te es instrumental para la coerción de la Schmitt (“¿por qué obedecer la ley”?) y mación social boliviana, de René Zavaleta los conceptos de “hegemonía” y “bloque
mayoría sobre la minoría?”. Estos no son evita la neutralidad ficticia del positivis- Mercado, conjugan el vocabulario marxis- histórico”, que ponen en tela de juicio la
asuntos triviales, porque Schmitt efecti- mo legal (“toda ley es legítima”). El “Esta- ta con una lectura original de nuestra histo- idea de que el Estado sea, estrictamente,
vamente cuestiona si un “Estado de De- do de Derecho”, como construcción polí- ria. Es en parte paradójico que Marx, que un instrumento de “clase” o “nación”. An-
recho” se legitima con procedimientos tica e histórica, no está fuera de la posibi- dedicó su vida al análisis del modo de pro- tonio Gramsci inició un debate que aún tie-
que son internos al proceso de aproba- lidad normativa de revisión, pero requie- ducción capitalista, y quien sitúa el Estado ne resonancia en las discusiones actuales
ción de leyes y constituciones o externos re procedimientos y valores sustanciales 33 Ver sobre este particular los trabajos de Atilio Borón (2003), Ralph Miliband (1997), Nicos Poulantzas (1998) y Atilio Borón et al
a ellos. Si son externos, y dependen de comunes para avanzar. (2006). Miliband argumenta que para Marx una teoría sistemática del Estado “era una de esas tareas que confiaba emprender
como parte de un vasto programa de trabajo proyectado en la década de 1850 y cuya única parte plenamente terminada es el
interpretaciones sobre dónde reside la tomo I del Capital”.
34 Veintidós años después de la publicación del Manifesto, Marx (citado en Miliband, 1997) señalaba que “al mismo ritmo con que
30 Para el espectro de posiciones en torno al “derecho a desobedecer el derecho” en la teoría política del siglo XX ver Rawls el progreso de la industria moderna desarrolló, amplió e intensificó el antagonismo de clase entre el capital y los trabajadores,
(1971) y Gargarella (2005). el poder estatal fue cobrando cada vez más el carácter del poder nacional del capital sobre los trabajadores, de una fuerza
31 Ver Carl Schmitt, Jeffrey Setizer y John McCormick (2004). pública organizada para la esclavización del capital social, de un artefacto del despotismo de clase”.
32 Ver Jurgen Habermas (1998) y René von Schomberg y Kenneth Bayes (2002). 35 Por ello, para Gramsci (citado en Laclau y Mouffe, 2004) “una clase no 'toma el poder' del Estado, sino que deviene Estado”.

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sobre estatalidad. Para Gramsci, las rela- de la conformación de una nueva forma- RECUADRO 1.4
ciones de dominación entre clases y frag- ción social, emergente mucho antes de la
mentos de clase se definen por relaciones Revolución Nacional, que combina hilos de El Estado, instrumento de
de “hegemonía”, porque una clase o frag- una matriz productiva heterogénea (abiga- las clases dominantes
mento de clase nunca logra dominar por sí rrada) y un bloque histórico popular en pro- Después de la Guerra del Chaco (1932-
sola al resto de la sociedad.35 El concepto ceso de construcción.40 El trabajo de Zavale- 1935) se fortalecieron ideas, partidos y orga-
de hegemonía, en consecuencia, es en ta es crítico para visualizar los alcances y li- nizaciones sociales que postulaban que Bo-
parte coerción y en parte consentimiento. mitaciones de la controversia gramsciana a livia era un país “capitalista atrasado”, opri-
Si bien usos anteriores de la palabra se de- la luz de los últimos veinte años.41 mido por el “yugo imperialista” y veían en el
ben a Plekhanov y los marxistas rusos en Para algunos académicos, Bolivia asiste a la Estado no más que un instrumento de la cla-
los años 1880 y a Lenin durante la Revolu- génesis de un nuevo “bloque histórico”, se dominante. Uno de los documentos que
ción Rusa, Gramsci la usa para significar al- que configura elementos de indigenismo, mejor expresa estas propuestas es induda-
go que incluye, pero trasciende, el enfoque izquierda nacionalista y alter-globaliza- blemente la Tesis de Pulacayo, aprobada en
clasista.36
Gramsci amplía así el espectro ción.42 ¿Cuál es el significado de esto para 1946 por la Federación Sindical de Trabaja-
de análisis para sugerir que el Estado no es una lectura del Estado en Bolivia? En pri- dores Mineros de Bolivia (FSTMB):
precisamente un “instrumento de clase o mer lugar, sugiere que los vocabularios “Los señores feudales han amalgamado
nación”, sino el instrumento de un “bloque monolíticos que pintan de un solo color sus intereses con los del imperialismo inter-
histórico”, una alianza entre clases socia- –fisura clasista, regionalista o étnica– tien- nacional, del que se han convertido en sus
les derivadas del proceso productivo (bur- den a oscurecer, más que a iluminar, el sirvientes incondicionales. De ahí que la cla-
guesía, pequeña burguesía, proletariado) y análisis del cambio social y estatal. Los se dominante sea una verdadera feudal-bur-
otras fuerzas sociales que no nacen nece- esencialismos se encuentran interpelados guesía… La dominación imperialista no se la nómico-sociales más avanzadas” como la
sariamente del proceso productivo (orga- no por la teoría, sino por la historia particu- puede imaginar aislada de los gobernantes socialista: “el Movimiento Nacionalista Re-
nizaciones locales, regionales y étnicas) y lar de cambio social y político de los últi- criollos. La concentración del capitalismo se volucionario… supo aplicar la estrategia ne-
que tienen ascendente popular.37 mos veinte años. Lo que es un lugar común presenta en Bolivia en un alto grado: tres em- cesaria no para aplazar la revolución socia-
El “bloque histórico” que Gramsci (2004) des- en el desempaque de “sociedad” (somos presas controlan la producción minera, es lista como tal, sino para aproximarla, reali-
cribe para las luchas francesas e italianas de collas, cambas, aymaras, guaraníes, clases decir, el eje económico de la producción na- zando la revolución nacional, antifeudal y an-
construcción nacional y estatal en el siglo medias, artesanos, todo al mismo tiempo), cional. El Estado feudal-burgués se justifica tiimperialista” (Ayala, 1956).
XIX toma el nombre de “lo nacional-popu- no ha sucedido todavía con el Estado. Si- como un organismo de violencia para man- Tanto partidos políticos como sindicatos
lar”, una alianza progresista que combina gue siendo monolítico. Continúa homogé- tener los privilegios del gamonal y del capita- obreros y mineros que tuvieron preeminen-
elementos de clase y de organizaciones po- neo. Y prosigue cambiando de imaginario. lista. El Estado es un poderoso instrumento cia y visibilidad en la agenda nacional hasta
pulares, contra la clase capitalista. Lo “na- En segundo lugar, la discusión sobre la emer- que posee la clase dominante para aplastar a mediados de la década del ochenta estruc-
cional-popular” tuvo gran ascendente en gencia de un nuevo bloque histórico sugie- su adversario” (Tesis de Pulacayo, 1946). turaron su discurso alrededor de esta visión
América Latina, particularmente en la ela- re la necesidad de dibujar la conformación Bajo esta mirada, la Revolución Nacional del Estado. Hoy en día, aunque la reivindica-
boración de un nuevo vocabulario de iz- económico-productiva que acompaña el (1952) aparecía como un primer golpe contra ción de clase parece haberse subsumido ba-
quierda entre movimientos sociales y fren- proceso de construcción del nuevo bloque. esa rosca feudal y servil a los intereses forá- jo la étnica, este planteamiento permanece
tes democrático-populares, en los años Aquí hace falta diferenciar, en el vocabula- neos aunque, claramente, era algo inconclu- como importante aglutinador y articulador
1950 y 1960.38 La elaboración teórica de rio marxista, entre modos de producción so pues se requería llegar hacia “formas eco- de las demandas sociales.
René Zavaleta Mercado en los años 1980 es (capitalista, pre-capitalista, etc.) y matriz
de particular importancia para reconsiderar de producción (una conjugación de varios
la historia del siglo XX boliviano a la luz de modos de producción bajo asimetrías de “patrón” (basado en mano de obra, capital cambio en sociedades heterogéneas y
un nuevo vocabulario histórico en América poder). En el vocabulario más desarrollista o recursos naturales) de desarrollo. Ningu- multiculturales. Luis Tapia (2002), constru-
Latina.39 En Lo nacional-popular Zavaleta significa diferenciar entre tipos de “mode- no tiene necesariamente un efecto mecá- yendo sobre el concepto de “abigarra-
(1986) dibuja para Bolivia los lineamientos lo” (liberal, nacionalista o mixto) y tipos de nico sobre la emergencia de un nuevo blo- miento” de René Zavaleta Mercado, redes-
36 Este aspecto significó, para Gramsci y los académicos gramscianos, una ruptura con la ortodoxia marxista en la segunda
que histórico hegemónico. cribe las relaciones sociedad/Estado en
mitad del siglo XX. Sobre esta genealogía ver Perry Anderson (1977). El aporte marxista a la teoría del Estado rein- función de diferentes temporalidades del
37 Ver al respecto el posicionamiento de Roger Simon (1991).
38 Para una vívida historia del impacto intelectual, social y político de Gramsci en América Latina es fundamental la obra de José troduce, en Bolivia, el análisis de poder en poder. El supuesto es que conviven, en el
Aricó (2005). la “formación social” boliviana, sin limitar “subsuelo” de la política coyuntural, en un
39 Ver para este punto la reflexión de René Zavaleta Mercado (1986).
40 Ver el amplio recorrido sobre la obra de Zavaleta realizado por Luis Tapia (2002). el análisis a una perspectiva exclusivamen- mismo tiempo cronológico, fragmentos de
41 Al respecto, es relevante la compilación de ensayos, testimonios y revisiones a cargo de Maya Aguiluz Ibarguen y Norma de
los Ríos (2006).
te clasista. Tiende puentes para describir el diferentes formas sociales y productivas.43
42 Esta mirada se encuentra en Álvaro García Linera (2006), Herve do Alto y Pablo Stefanoni (2006) y Fernando Molina (2006).
43 Sobre este punto es interesante la reflexión que propone Tapia (2001) acerca de lo que denomina “subsuelo político”.

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Esta mirada deconstruye lo que habitual- culturales y políticos, productos de con- El colonialismo interno hora de describir la crisis de Estado de los
mente describimos como “sociedad” en frontación y acomodación que marcan la últimos años. En su criterio, la primera
función de temporalidades y redes de po- historia larga de los pueblos que constitu- ¿Qué se entiende por “colonialismo inter- Constitución republicana escindió la boli-
der fragmentadas. El Estado emergente de yeron el Alto Perú y que hoy conforman la no”? Pablo González Casanova (1969) lo vianidad naciente al “consagrar prestigio,
esta sociedad “multisocietal” tiene el reto República de Bolivia. define como “una estructura de relaciones propiedad y poder en función del color de
de construir un “núcleo común” intercultu- La mirada del Estado como “construcción co- de dominio y explotación entre grupos cul- piel, del apellido, el idioma y el linaje”. Los
ral, una identidad plurinacional fundada lonial” pone atención en dos fenómenos turales heterogéneos, distintos... Se distin- mecanismos de igualación ciudadana,
en la igualdad entre pueblos y comunida- conexos. El primero es el clivaje histórico gue de la estructura de clases porque no es que emergieron con el acceso a la educa-
des y “regímenes de autodeterminación largo, el legado de la Colonia en la forma- sólo una relación de dominio y explotación ción gratuita fiscal, el derecho al voto y la
cultural”, espacios de desarrollo de las ca- ción de la sociedad y el Estado bolivianos. de los trabajadores..., sino de una pobla- ciudadanía universal, cimentaron diferen-
pacidades y facultades de autogobierno de La expresión “colonialismo interno” deno- ción (con sus distintas clases, propietarios, cias entre grupos, en vez de aliviarlos. Dis-
aquellos pueblos y comunidades plurales. ta la continuación de la experiencia colo- trabajadores) sobre otra población que criminación, desigualdad y exclusión si-
Para Tapia (2006), la “invención del núcleo nial por otros medios. En particular, descri- también tiene diferentes clases sociales”. guen dependiendo hoy, casi dos siglos des-
común” es el imaginario, equivalente a la be la dominación de una cultura sobre otra González pone énfasis en que el colonialis- pués del proceso de liberación republica-
“soberanía” en el siglo XVII o a la “igualdad que, en palabras de Pablo González Casa- mo interno subsiste a pesar de experien- na, del “capital étnico” que priva o permi-
liberal” del siglo XVIII, que requiere la so- nova (1969), deriva en la explotación “de cias de liberación republicana, desarrollo te procesos de movilidad social y enclasa-
ciedad boliviana para construir un Estado una civilización sobre otra” en el continen- liberal, revoluciones nacional-populares y miento ascendentes.
radicalmente igual y, al mismo tiempo, ra- te americano. Corresponde a este clivaje desarrollo industrial moderno. Es una es- ¿Qué implica el legado de “colonialismo in-
dicalmente multisocietal. desmontar los restos del colonialismo in- tructura “dura” de organización de la de- terno” para la forma y contenido de la
terno y descolonizar las relaciones de po- sigualdad económica y social, en base a di- transformación estatal boliviana actual? El
d) Estado, construcción colonial der político y económico actuales. La des- ferencias culturales, particularmente entre proyecto de “descolonización” pasa por el
colonización procura confrontar la institu- comunidades y pueblos indígenas y pobla- desmantelamiento de formas largas de
Más allá de las lecturas que describen al Esta- cionalización de la desigualdad entre gru- ciones mestizas de América Latina. Tam- desigualdad económico-sociales basadas
do como un “contrato social”, como un pos culturales distintos. bién plantea la idea, compartida por algu- en identidades étnico-culturales, pero
“Estado de Derecho” o como un “instru- El segundo es el clivaje identitario, fragmen- nos autores dependentistas,44 de que el también por la definición de una “nueva
mento de clase”, algo que diferencia el tado y contingente que emerge de la expe- “colonialismo interno” explica, en parte, el matriz” nacional que dotará al Estado bo-
desarrollo social y político de América Lati- riencia colonial. Bajo este código, la socie- desarrollo desigual interno de territorios liviano de una identidad pluri-nacional
na es el peso gravitante de la experiencia dad boliviana nunca se constituyó como nacionales, en los que tanto el proceso de nueva (García Linera, 2007). La agenda de
colonial –un “colonialismo” que se en- una “sociedad de iguales”, sino en una so- expansión del mercado como la interven- descolonización no se limita, sin embar-
cuentra en proceso de interpelación políti- ciedad crónicamente desigual y estratifi- ción neocolonial del Estado reproducen go, a las desigualdades económico-socia-
ca en el continente–. En Bolivia, la forma cada. La experiencia de las “dos repúbli- una “dinámica de desigualdad” imper- les más visibles, sino también a esferas
particular de describir la “colonia”, el “co- cas”, del “gobierno indirecto” y de los meables a cambios entre grupos culturales culturales, simbólicas y étnicas de poder
lonialismo” y la “descolonización” nos po- “pactos” entre ayllus y Estado en los siglos heterogéneos. intangibles. Estas esferas de poder son ob-
ne frente a uno de los móviles centrales del XVII y XVIII marca una trayectoria larga y La reconstrucción del concepto de “colonia- jeto de un debate adicional desde la pers-
cambio social y político actual. difícil de construcción de una “nación” de lismo interno” tiene un importante impac- pectiva teórica, porque ponen en cuestión
¿Qué significa la experiencia colonial para el iguales en la diferencia. Corresponde a es- to sobre las ciencias sociales y el vocabula- la materialidad y legitimidad misma del
análisis y transformación del Estado boli- ta experiencia descentrar los legados cultu- rio coloquial popular boliviano. Autores control y el poder estatal. Los estudios
viano? Quiere decir, en definitiva, que la rales y simbólicos del poder colonial para como Silvia Rivera Cusicanqui (1986) han postcoloniales son el punto de entrada a
construcción estatal en el país no puede imaginar una nueva comunidad nacional utilizado este concepto para explicar la este debate sobre poder y descentramien-
describirse como un entramado endógeno post-colonial. El acto de descentrar procu- perduración de una “memoria larga” cam- to del poder colonial.
de transformaciones económicas locales, ra subvertir las bases simbólicas de la dis- pesina e indígena boliviana con respecto a
diferenciaciones internas a la sociedad ci- criminación, “poner de cabeza” aquello desigualdades estructurales de acceso a Los fragmentos postcoloniales
vil o autonomización gradual del Estado, que es considerado normal en la sociedad tierra/territorio, capacidades políticas de
porque las relaciones coloniales marcaron mayoritaria. autodeterminación y esferas de reproduc- Detrás de la construcción del Estado colo-
una “ruptura histórica” exógena. La “colo- El primer clivaje, histórico, es tratado por una ción identitarias étnico-culturales.45 En esa nial yace una ficción societal que visualiza
nia” y las formas de “colonialismo” econó- literatura nacida del “colonialismo interno” tradición, Álvaro García Linera (2005) la existencia de una “nación” imaginada
micas y sociales son elementos centrales común a los países de América Latina. El plantea que la “fisura colonial del Estado a la semejanza del colonizador. En este
en la conformación del Estado y la socie- segundo clivaje, identitario, amplía la mira- boliviano” es la fisura más importante a la imaginario conviven miradas “moder-
dad actuales. Por ello, el “Estado” y la “na- da hacia los “estudios postcoloniales” co- 44 Ver en especial la obra de Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto (1969).
ción” boliviana nacieron como híbridos munes a Asia, África y América Latina. 45 Ver el trabajo de Silvia Rivera Cusicanqui (1986) sobre las luchas del campesinado aymara y quechua en Bolivia.

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INFORME SOBRE DESARROLLO INFORME SOBRE DESARROLLO
HUMANO EN BOLIVIA HUMANO EN BOLIVIA
RECUADRO 1.5 nas”, “premodernas” y “postmodernas” postmodernas de análisis. Conviven, en-
de construcción nacional. El proyecto de tonces, varias escuelas de análisis postco-
El retrato de la realidad modernidad apunta a homogeneizar las lonial en América Latina, algunas nacidas
andina y la necesidad de CIVDAD/ LA VILLA RICA ENPEREAL
diferencias, a construir un “pueblo sobe- en la academia norteamericana y otras en
reformar el gobierno colonial DE Potocchi. rano” en el sentido liberal y republicano. la apropiación latinoamericana de un pro-
Por la dicha mina es Castilla, Roma
(Guaman Poma, 1615) es Roma, el papa es papa y el rrey Es el proyecto emancipador y progresista yecto radical de cuestionamiento.48
La obra Nueva Crónica y Buen Gobierno es monarca del mundo. Y la santa del siglo XVIII que, cuando irrumpe en
madre yglecia es defendida y
de Guaman Poma (waman puma, 'águila pu- nuestra santa fe guardada por los sociedades postcoloniales de Asia, África Técnicas de control desde el Estado
quatro rreyes de las Yndias y por el
ma', en quechua) muestra el retrato de la vi- enperador Ynga. Agora lo podera el
y América, se encuentra con diferencias
sión indígena del mundo andino y la historia papa de Roma y nuestro señor rrey étnicas, culturales, regionales y estrate- ¿Cómo redescribir o resignificar el Estado des-
don Felipe el terzero.
prehispánica y colonial del Perú, una recons- /PLVS VLTRA / EGO FVLCIO gias largas de rebelión, subversión y resis- de la mirada postcolonial? Una línea parti-
CVLLVNAS EIOS. [Yo fortifico sus
trucción de la sociedad peruana después de
columnas.] / Chinchay Suyo / Colla
tencia. En los años ochenta irrumpió en la cularmente influyente de análisis construye
la conquista que a la vez ilustra la historia y Suyo / minas de Potocí de plata / India un cuestionamiento radical del pro- sobre el concepto de “gubernamentalidad”
ciudad enpereal, Castilla /
genealogía de los incas. yecto de modernidad occidental desde el de Michel Foucault para visualizar las rela-
Era una carta dirigida al rey Felipe III donde sur, desde el lente de las “clases subalter- ciones de coerción y control que utiliza el
sus trazos y figuras describen la situación de nas”, “pueblos sin historia” y “naciones Estado postcolonial. Para Foucault (1991)
46
los indígenas y muestran la realidad andina postcoloniales”. Los estudios subalter- “gubernamentalidad” es una táctica de con-
para solicitar a la Corona española una refor- nos o postcoloniales nacieron tras la ex- trol que “es a la vez interno y externo al Es-
ma del gobierno colonial y salvar al pueblo periencia emancipadora de la segunda tado, ya que son las tácticas de gobierno las
andino de la explotación, las enfermedades y
CORTAN LA CAVESA EN EL CVZCO.
mitad del siglo XX –las experiencias de que hacen posible una continua definición y
las mezclas raciales. El autor describe los descolonización africana y asiática–, pero redefinición de lo que entra bajo la compe-
/ Ynga Uana Cauri, maytam rinqui?
abusos cometidos por las nuevas autorida- Sapra aucanchiccho mana huchayocta encontraron eco en la vivencia postcolo- tencia del Estado y lo que no, lo que es pú-
des, aunque acepta su presencia como concayquita cuchon? nial de América Latina.47 blico y lo que es privado...; el Estado sólo
agentes civilizadores. A criterio de muchos [Inka Wana Qawri, ¿adónde te has ido? El objeto de estudio de los estudios postco- puede ser comprendido, en su sobreviven-
¿Es que nuestro enemigo perverso te
analistas, puede decirse que la obra tiene va a cortar el cuello a ti, que eres
loniales es escurridizo. Al renunciar a ca- cia y límites, en función de las tácticas de
una óptica aristocrática y racista: Guaman inocente?] / en el Cuzco / tegorías descriptivas de modernidad gubernamentalidad”. Las técnicas de guber-
Poma no ve con justicia el nuevo statu quo, / Inka Wana Qawri, maytam rinki? –que describen “la sociedad”, “el Estado” namentalidad ayudan a mostrar que los Es-
Sapra awqanchikchu mana
en el que hay antiguos caciques despojados
huchayyuqta kuchum? /
y “el desarrollo” con definiciones alterna- tados coloniales sobreviven no sólo en fun-
de su autoridad, y nuevos caciques advene- tivas pero siempre definibles– estas mira- ción de ideologías trasnochadas y realida-
dizos, títeres de los españoles, gobernando das del sur deconstruyen categorías utili- des de exclusión socio-económicas, sino
sobre tierras que no les pertenecen. zadas por occidente. La “sociedad” está también como proyectos políticos de con-
Para Rolena Adorno (1987), “Guaman Po- compuesta por múltiples sociedades, lo- trol desde el Estado.
ma se opuso a las reglas externas de la Colo- cales, diferenciadas y poco comparables Los tipos de control que ejerce el Estado se
nia, mientras que defendió la restitución de la entre sí. El “Estado” es una matriz de con- vuelven “normales” desde el punto de vis-
tierra al tradicional gobierno andino, pero co- trol también heterogéneo, que negocia ta de quien ejerce el poder –censos que
mo parte de un imperio cristiano universal.
MAISTROS: LOS
espacios, incluye, se abre para controlar a describen con categorías raciales, mapas
En este contexto asumió una postura anti MAISTROS DE CORO y de grupos y poblaciones subalternas en el que sitúan bolsones de pobreza, catastros
escuela desde rreyno
clerical, pero al mismo tiempo católica, anti tributario / Francisco de nombre del progreso, el desarrollo y la que reflejan valores de propiedad diferen-
inca pero simultáneamente pro andina. Gua- Palacios de Luna, Guanca / modernidad. Lo que queda por hacer, en ciados–. Esta “normalización” hace que el
‘Sepan cuanto’ / doctrina /
man Poma elogió a los frailes dominicanos la mirada poscolonial, es “redescribir” y proyecto político del poder colonial se tor-
que discutieron a favor de la restitución es- “resignificar” conceptos desde realidades ne invisible en las rutinas, operaciones bu-
pañola de la pobreza andina, sin embargo subalternas y excluidas, contingentes en rocráticas y prácticas cotidianas del Esta-
condenó el favor de Bartolomé de las Casas tiempo y espacio. Algunos de los hilos do. James Scott (1999) analiza las maneras
para la regla eclesiástica directa sobre los in- analíticos de los estudios subalternos pro- en las cuales “mira el Estado” –sus catego-
dios. Y en la base de los argumentos de Gua- vienen de categorías postestructurales o rías, mapas, censos y otros mecanismos
man Poma yace su negación de los dere-
46 Ranajit Guha dio inicio a esta línea analítica con el Grupo de Estudios Subalternos en India en los años 1970. Ver Edward Said,
chos europeos a una guerra justa contra los Ranajit Guha y Gayatri Chakravorty (1988).
47 En Bolivia ver los trabajos pioneros de Rossana Barragán (editora) (1997), Fernando Calderón y Javier Sanjinés (1999) y Javier
indios de Perú”. Sanjinés (2004).
48 Entre los primeros ver la obra de John Beverly (1999), Walter Mignolo (2005) e Ileana Rodríguez (2002). Entre los segundos ver
García Canclini (2005) y Hopenhayn (2005).

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INFORME SOBRE DESARROLLO INFORME SOBRE DESARROLLO
HUMANO EN BOLIVIA HUMANO EN BOLIVIA
de clasificación del poder–.49 Argumenta pero pocos conocen “la sociedad” como asiático de los años sesenta y setenta defi- con fuerza la idea de un Estado presente,
que los mecanismos sutiles de control es- tal. Entre estos fragmentos discurre la vi- nieron un nuevo tenor para el debate Esta- interventor y catalizador de la iniciativa
tatal son los que explican el fracaso de po- vencia de comunidades subalternas y ex- do/mercado en la literatura desarrollista. privada. Se dedicó mucha literatura a des-
líticas de planificación en la segunda mitad cluidas en una sociedad postcolonial. A es- Una nueva mirada a la experiencia de creci- cribir el tipo de características estatales
del siglo XX. Partha Chatterjee (2004) lleva te enfoque aporta elementos adicionales el miento japonés, coreano y taiwanés suge- que habían propiciado un entorno favora-
este análisis a un nivel más sofisticado al análisis marxista de poder descrito arriba. ría una “tercera vía” estatal entre el laissez ble para el desarrollo.
definir “política popular” como una mane- faire liberal y la planificación central sovié- El concepto de “autonomía inmersa” es un
ra de aplicar técnicas de gubernamentali- e) Estado, instrumento del desarrollo tica. El “capitalismo de Estado” construido concepto central a esta literatura. El soció-
dad en sociedades postcoloniales bajo el durante décadas en Asia mostraba un mo- logo Peter Evans (1995) sugiere que los Es-
“Consenso de Washington”. El “Estado desarrollista” es la última arista delo híbrido de amplia participación estatal tados más exitosos en promover desarrollo
Chatterjee identifica dos tensiones en los Es- de teorías sobre el Estado que tiene rele- en la economía a la vez que una agresiva estaban “inmersos” en las sociedades en
tados desarrollistas postcoloniales. La pri- vancia para entender los procesos de orientación exportadora e industrialista.52 las que actuaban, pero eran a la vez “autó-
mera tensión proviene del reconocimiento transformación actuales. ¿Debe existir La experiencia asiática provocó un giro en nomos” de cualquier posibilidad de captu-
de derechos universales en la definición de mayor o menor intervención estatal en el la “sabiduría convencional” de bancos mul- ra por un grupo empresarial, corporativo o
“ciudadanía” desde el Estado; la segunda, desarrollo económico? ¿Qué tipos de Esta- tilaterales y otros actores internacionales social. Esta capacidad doble del Estado, de
a su vez, emerge en la aplicación de políti- do fueron más exitosos en impulsar el cre- del desarrollo en los años noventa.53 El pre- estar cerca pero no cautivo de actores pro-
cas públicas diferenciadas a “poblaciones” cimiento y la reducción de la pobreza? mio Nobel de Economía 2002, Joseph Sti- ductivos, hace que el diseño y la implemen-
desde el Estado. Las poblaciones son, inva- ¿Cuál es el rol del Estado? Estas son pre- glitz, abanderó una agenda de “mayores tación de políticas industriales generen si-
riablemente, definidas por el Estado desde guntas que acompañan la reflexión es- objetivos y más instrumentos” desde el nergias público-privadas y mecanismos
arriba: “poblaciones vulnerables”, “po- tructural sobre desarrollo en Bolivia y Banco Mundial y auspició un giro en el es- continuos de retroalimentación. Evans
bres”, “excluidos”, “beneficiarios de pro- América Latina. Tienen una larga trayecto- cepticismo antiestatal que había goberna- contrasta Estados con “autonomía inmer-
yectos” que requieren “atención”. Para ria en el pensamiento internacional y re- do la industria del desarrollo en las décadas sa” y Estados totalmente “autónomos”
“atenderlos” el Estado necesita clasificar- gional. Después de la Segunda Guerra previas. Stiglitz construía sobre un análisis –que se asemejan a la tipificación weberia-
los y organizarlos. Chatterjee describe la Mundial, la reconstrucción de Europa y Ja- económico de “fallas de mercado” que na de una burocracia racional– y a Estados
organización de “poblaciones” como un pón y la creación del Banco Mundial y el cuestionó el imperante “Consenso de totalmente “inmersos” –que se asemejan a
proceso de control estatal. Lo que emerge Fondo Monetario Internacional dieron im- Washington” al final de los años noventa. la captura marxista del Estado por parte de
es una dualidad comúnmente observada pulso a una amplia agenda “desarrollista” El núcleo de los debates sobre el “retorno del una clase o fracción de clase–. En ambos
en el tercer mundo: una sociedad civil de que muy pronto derivaría en una discu- Estado” en la agenda desarrollista remite a casos se generan trabas serias para el de-
ciudadanos iguales (en el imaginario) y sión de varias décadas acerca del rol del la observación histórica de la construcción sarrollo económico de largo plazo, que os-
una sociedad política de poblaciones (en la Estado en el desarrollo en Asia, África y estatal del mercado en el proceso de cilan entre el rentismo y la captura política.
aplicación de políticas públicas). América Latina.50 Las particulares contri- desarrollo capitalista europeo del siglo
¿Cómo escapar a los tentáculos del control buciones de las escuelas “cepalina” y “de- XIX. Esta observación había sido parte de Las instituciones importan...
estatal? La literatura postcolonial presenta pendentista” marcaron el debate latinoa- la agenda de investigación de Max Weber,
un escenario de fragmentos que dominan mericano e influyeron a una generación pero se cristalizó con la publicación de un La agenda desarrollista de los ochenta y no-
a otros fragmentos sin destino teleológico de políticas y capacidades estatales para libro de Karl Polanyi (1957), La gran trans- venta giró en torno a una idea común: las
alguno. En cierto sentido, describe muy promover el crecimiento y de manera más formación, que sintetizaba la intuición de instituciones económicas, sociales y políti-
bien la realidad heterogénea y parcial vivi- amplia el desarrollo económico y social.51 que “la economía laissez faire es el produc- cas importan. ¿Por qué importan? En pala-
da por el ciudadano de a pie. ¿Quién cono- to deliberado de la acción estatal… que se bras del premio Nobel Douglas North: las
ce “el Estado”? Conocemos la oficina del ¿Qué tipo de Estado es más desarrollista? mantuvo abierto por un intervencionismo instituciones importan porque generan re-
Gobierno Municipal de Pucarani o la Ofici- continuo y centralmente organizado”. El glas de juego tanto formales como informa-
na de Identificación de la Policía Nacional, En los años ochenta, en pleno auge del pensa- “retorno del Estado” significó un partea- les que dan estabilidad a las interacciones
pero pocos viven “el Estado” como tal. ¿Y miento neoliberal económico, los trabajos guas en la construcción de una literatura cotidianas de la sociedad.55 La agenda insti-
quién conoce a “la sociedad”? Conocemos revisionistas de Chalmers Jonson (1982), dedicada a estudiar las especificidades his- tucionalista buscaba así reparar algunos de
la asociatividad de los ayllus de Jesús de Alice Amsden (1989) y Robert Wade (1990) tóricas de Estados industriales en Europa y los desbalances más agudos del desarrollo
Machaqa o el Comité Cívico de Santa Cruz, sobre las fuentes del desarrollo económico de tardía industrialización en Asia.54 Volvió que había favorecido durante décadas una
49 Para un análisis de la formación del Estado inglés desde una óptica de construcción cultural e ideológica son interesantes los 52 Ha-Joon Chang (2002) argumenta que las políticas estatistas de protección y promoción industrial del “milagro asiático”
estudios de James Scott (1999) y Philip Sayer y Derek Corrigan (1985). fueron, en esencia, las mismas que impulsaron el desarrollo industrial alemán y europeo de fines del siglo XIX.
50 Ver al respecto los trabajos pioneros de Albert Hirschman (1958), Gunnar Myrdal (1968) y Alexander Gerschenkron (1962). 53 Ver Banco Mundial (1997 y 1998) y Joseph Stiglitz y S. Yusuf (editores) (2001).
51 Existe una voluminosa literatura sobre el aporte “cepalino” y “dependentista” al debate latinoamericano sobre el rol del Estado 54 Al respecto es fundamental el trabajo de Peter Evans (1995) y Theda Skocpol (1985).
en el desarrollo. Ver en especial CEPAL (1998), los aportes de Raúl Prebisch (1949), el texto de Cardoso y Faletto (1969) y la 55 El trabajo clásico de North (1990) sobre cambio institucional y desempeño económico inspiró una ola académica de
obra de Osvaldo Sunkel (1970). producción neoinstitucionalista.

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INFORME SOBRE DESARROLLO INFORME SOBRE DESARROLLO
HUMANO EN BOLIVIA HUMANO EN BOLIVIA
agenda de “cemento y ladrillo”, basada en –durante todas las fases de agendación, RECUADRO 1.6
inversión pública y privada, más que en diseño, implementación y evaluación de
una agenda de fortalecimiento de reglas una política– significa interfases entre Dos imaginarios del pasado
formales e informales tangibles e intangi- Estado y sociedad que son polémicas, Cada época vivió bajo el horizonte de
bles. El “neoinstitucionalismo” académico controversiales y abiertas a contestación. sus esperanzas y la sombra de sus temo-
derivó en reformas de segunda generación La política no es una disfunción de la po- res e incertidumbres. A principios del si-
en el mundo desarrollista. Los bancos
56
lítica pública. No acaba con la elección de glo XX las ideas de progreso y moderni-
multilaterales, las ONG y los centros de in- un nuevo mandatario o la sanción de una dad cautivaron el imaginario de muchos
vestigación para el desarrollo enfocaron su constitución o ley. En sociedades alta- hombres y mujeres. En ese entonces, el
atención en las formas de construcción y mente politizadas –porque son altamen- liberalismo conjugado con ideas del dar-
fortalecimiento institucional en Estados dé- te organizadas– como la boliviana, la po- winismo social constituyó un eje central
biles y en desarrollo.57 Como consecuencia, lítica plantea el reto de generar cambio y para definir el norte de la sociedad.
las reformas institucionalistas de segunda construir unión en cada decisión. Fuente: Primer Centenario de la República, 1925.

generación tuvieron un rol protagónico en La segunda conclusión es que el desarrollo


América Latina, y generaron a finales de los institucional, más que una receta de uso Décadas después, las nuevas genera-
años noventa una nueva ola de evaluación instantáneo, es producto de un proceso lar- ciones propugnaron un nuevo rumbo: el
y redireccionamiento. Bolivia fue un país go e histórico de acomodación y cambio.60 Estado debía hacerse cargo de la econo-
de alta reforma institucional, una de las La literatura más reciente sobre el desarro- mía a partir del control de sus recursos na-
más altas de América Latina. 58
llo institucional plantea que los orígenes turales. La nacionalización de la minería y
El nuevo institucionalismo encontró obstá- coloniales de la matriz de los valores, las más tarde del petróleo se tornaron en los
culos que confrontan el optimismo del di- reglas y la matriz institucional definen tra- ejes que articularon el pensamiento de la
seño institucional con la realidad de proce- yectorias más o menos abiertas al cambio, sociedad.
sos políticos complejos, legados históricos o más o menos estables en el tiempo. Ins-
heterogéneos y presiones para lograr re- tituciones coloniales que mantienen la de-
sultados en poco tiempo. El imaginario de- sigualdad social o étnico-cultural en el ac- Fuente: El Diario, 1952.

trás del institucionalismo es altamente ceso a bienes económicos, sociales y sim-


“optimista”. Plantea la posibilidad de resol- bólicos son la fuente de trayectorias alta-
ver problemas difíciles con cambios cons- mente divergentes de desarrollo.61 Son el nial” e “instrumento de desarrollo”– ex- timidad. Queda algo del Estado “instru-
titucionales, legales o en la manera admi- motivo por el cual las “reformas institucio- presan un imaginario común a todos mento de clase” en la historia económica
nistrativa, fiscal o financiera de conducir nales”, los “servicios civiles”, los “poderes ellos. Describen “el Estado” como si fue- y fiscal del Estado boliviano y una interpe-
los asuntos de Estado. Encarna, en cierto independientes” tienen tan poco éxito en ra uno solo: homogéneo y monolítico en lación del “Estado como construcción co-
sentido, el optimismo del propio desarro- el mundo real latinoamericano. La agenda cualquier lugar y para cualquier función. lonial” en los debates actuales sobre des-
llismo y de la modernidad al dibujar la po- de desarrollo institucional es, por ello, una Es evidente que este presupuesto resulta colonización. Lo propio ocurre, en clave de
sibilidad del cambio moderado, incremen- agenda de varias generaciones de ciudada- analíticamente insuficiente para abor- diseño institucional, con la mirada del Es-
tal y democrático. nos; no de un gobierno y ni siquiera de un dar el estado del Estado en Bolivia. Al tado como “instrumento de desarrollo.”
La primera conclusión de la evaluación del ciclo histórico de gobiernos. omitir las diferencias, por ejemplo, del Cada vocabulario, mirada y posición teóri-
institucionalismo de los noventa es que quehacer estatal entre Ascensión de Gua- co-normativa contribuye a describir “frag-
la política importa tanto como la cons- 1.3. Nuestra agenda de investigación rayos y Jesús de Machaqa, entre las funcio- mentos” de imaginarios, prácticas, institu-
trucción institucional.59 Una agenda de nes de educación y defensa, y entre los ciones o poder. Alimentan una mirada
desarrollo institucional no se agota en el El recuento del acápite anterior de cómo imaginarios de un ciudadano y de una múltiple sobre la estatalidad que está con
diseño tecnocrático ni en la implementa- se ha descrito al Estado –como “contrato Asamblea Constituyente, estos vocabula- nosotros en el día a día.
ción meritocrática de las políticas. La po- social”, “Estado de Derecho”, “instru- rios también omiten aspectos importantes A fin de formar un sentido con estos frag-
lítica del proceso de políticas públicas mento de clase”, “construcción colo- y vitales del mundo social y político. mentos, la agenda de investigación traza-
56 Para este recorrido ver Joan Prats (2003 y 2006), Moisés Naím (1994), Manuel Pastor y Carol Wise (1999), Lawrence Whitehead
Sin embargo, cada una de estas miradas da para este Informe plantea tres líneas de
(1994 y 2002) y John Crabtree y Lawrence Whitehead (2001). contiene “algo” cierto, reconocible y de trabajo. La primera se propone desmontar
57 Esta posición se encuentra en Banco Mundial (1998).
58 Ver el estudio comparado de Eduardo Lora (2001) sobre el impacto de las reformas estructurales en América Latina. sentido común. Rescatamos algo del “con- los “imaginarios sociales” que están de-
59 Son relevantes los trabajos de Mick Moore y Peter Houtzager (2005), Merilee Grindle (2007) y BID (2006). Para el caso boliviano trato social” en las deliberaciones de la trás de concepciones polarizantes sobre el
ver David Booth (2004) y para la historia larga de capacidades políticas desde la Revolución Nacional de los años cincuenta
ver Laurence Whitehead y George Gray Molina, en Moore y Houtzager (2005). Asamblea Constituyente y otro tanto de la Estado. El estudio de imaginarios es im-
60 Esta discusión se encuentra en Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson (2001 y 2005).
61 Ver sobre este punto la reflexión de Mathew Lange y Dietrich Rueschemeyer (2005).
controversia sobre el “Estado de Derecho” portante porque vemos que el debate ac-
en las disputas en torno a legalidad y legi- tual –el que se libra en especial en los me-
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INFORME SOBRE DESARROLLO INFORME SOBRE DESARROLLO
HUMANO EN BOLIVIA HUMANO EN BOLIVIA
dios de comunicación y se proyecta a la blación sobre asuntos de la coyuntura– me en que el Estado y la sociedad bolivia- país. Mucha de la atención mediática sobre
opinión pública– está repleto de imagina- son construidos en el largo plazo. Para al- na no están inconclusos ni incompletos ni el proceso de cambio actual se nutre de
rios parciales que invitan a la división en- gunos, el Estado y la pugna en torno a él faltos de nada. Sin embargo, la manía de imaginarios normativos regionales o étni-
tre regiones, clases y grupos étnico-cultu- son la fuente de todos los problemas. El Es- reinvención continua, del “borrón y cuen- co-culturales. El segundo nivel de análisis
rales. La segunda línea de trabajo procura tado “monocultural”, “centralista” o “neo- ta nueva”, revela algo significativo. Una de imaginarios es político. Visualiza al Es-
redescribir –con investigaciones basadas liberal” impone su voluntad y es generador mirada más cercana al Estado describirá tado como núcleo de poder y dibuja quién
en fuentes primarias– el “estado del Esta- de disensos, disputas y polarización. Para procesos de construcción estatal profun- ostenta poder, quién constituye la “na-
do”, las prácticas, instituciones y valores otros, el Estado apenas existe. Es un Esta- damente heterogéneos, descentralizados ción” y quién la “antinación” (en palabras
que constituyen lo que es y hace el Estado. do “débil”, “invisible” o “aparente”. Gene- y contingentes que se sustentan sobre re- de Carlos Montenegro). Este nivel se nutre
Al desempacar nuestra lectura histórica, ra polarización porque da lugar a una pug- laciones de poder cambiantes. El imagina- de la lucha política, sindical, regional y de
fiscal, etnográfica y sociológica del Estado na de facciones por obtener y construir po- rio del “Estado inconcluso” oculta relacio- los movimientos sociales. El tercer nivel de
ya no construimos nuevos imaginarios, si- der estatal. Estos imaginarios reflejan dos nes de poder y es, por tanto, impotente pa- análisis es cotidiano y analiza al Estado en
no que desmitificamos los existentes. Y la caras de una misma moneda: visualizar el ra dirigir el cambio social y político de lar- las palabras y vivencias de quienes tienen
tercera línea de investigación con la que Estado como un ente monolítico. Empero, go plazo: es un Estado discontinuo e incon- contacto con el Estado en oficinas públi-
concluimos este Informe es más bien pro- entre los dos queda una amplia gama de sistente con respecto a los fines del de- cas, alcaldías, escuelas y cuarteles. La
positiva y acompaña el proceso actual de imaginarios –y de prácticas– que analiza- sarrollo nacional. construcción de imaginarios sociales coti-
transformación estatal. Para ello analiza- remos a lo largo del Informe. Entre la ficción de que “no hay nada que ha- dianos sobre el Estado tiende a ser radical-
mos las funciones y dimensiones del Esta- El primer tipo de imaginario supone que hay cer” y la ficción de que “está todo por hacer- mente distinta a los anteriores registros;
do que debe construirse en este proceso identidades, compromisos y tradiciones se” queda un inmenso campo de acción y emerge de una mirada más cercana al dia-
de cambio. sociales y étnicas “pre-existentes”, que no reflexión. Debemos desempacar entonces rio vivir y se vincula a prejuicios y estereo-
Nuestra premisa es que la excesiva fijación dejan mucho campo para la deliberación o nuestras nociones de “Estado” y de “socie- tipos que construyen la percepción sobre
en la coyuntura torna invisibles un conjun- negociación democrática. Bajo esta visión dad” para poder avanzar. En ese camino el el Estado en todos sus niveles.
to de cambios políticos, sociales, culturales lo que está en juego es la hegemonía na- vocabulario actual está, a todas luces, agota-
y demográficos que transformaron a la so- cional de una facción “pre-existente” so- do. Tal el terreno que procura ocupar el In- b) Redescribir el estado del Estado
ciedad boliviana en el largo plazo. Los ima- bre las otras. Esta lectura, cercana al esen- forme Nacional sobre Desarrollo Humano
ginarios vigentes tienden a ver el Estado cialismo étnico y social, ocurre en Occi- en Bolivia 2007. Proponemos dar cabida a Para trascender la mirada homogénea, mo-
como el impulsor del cambio cuando es dente y Oriente, entre clases populares y miradas plurales sobre lo que es la sociedad nolítica y racional que emerge de los ima-
posible que el actual escenario responda a clases altas, entre mestizos y pueblos indí- y el Estado bolivianos y descubrir, en el aná- ginarios sociales sobre el Estado, requeri-
cambios que ya vienen sucediendo desde genas. Nace del “atrincheramiento” fac- lisis empírico, primario y cercano a lo coti- mos “desempacar” la estatalidad, descri-
hace años. Esta asincronía hace que con- cional y de una vocación por el poder total. diano, lo que cambia y lo que queda inerte. birla en función de lo que es y lo que hace.
verja el conflicto social y la polarización re- Pero una mirada más cuidadosa de la rea- Este ejercicio no es de gabinete ni de escri- Contrastar imaginarios con prácticas reve-
gional sobre imaginarios que quizá no re- lidad describirá, más bien, múltiples iden- torio. No se puede descubrir el “estado del la una nueva manera de ver el Estado boli-
flejan balances de poder existentes. En un tidades que conviven en la sociedad boli- Estado” boliviano desde los vocabularios viano. Para el efecto en este Informe utili-
registro discursivo “el Estado” es el proble- viana y que no desembocan en salidas úni- polarizantes de la coyuntura ni desde los vo- zamos cuatro registros distintos. El prime-
ma detrás de los conflictos sobre autono- cas ni forzados esencialismos. La historia cabularios existentes que describieron pro- ro es histórico y procura trascender el aná-
mías, tierra, recursos naturales y derechos boliviana muestra de manera conclusiva cesos de tiempos y lugares como si fuesen lisis cronológico de la historiografía oficial.
interculturales. Nosotros pensamos que “el que no existe una nación única, homogé- compactos y secuenciales. Requerimos Mostramos un proceso discontinuo de for-
Estado” es tanto parte del problema como nea y avasalladora en Bolivia. Emerge, construir un nuevo vocabulario de sociedad mación de la estatalidad boliviana. El se-
parte de la solución. Planteamos por ello más bien, una nación plural, heterogénea y Estado que recupere los hilos de imagina- gundo registro es administrativo y fiscal y
que el “estado del Estado” es más un “Esta- y contingente en continuo proceso de rios pasados –memorias largas y cortas–, dibuja una radiografía del Estado actual
do de la pluri-nación” emergente que una construcción. La intersección entre la dife- pero también proyecte una nueva lectura que pone en cuestión preconceptos arrai-
introspección burocrática o legal sobre el rencia y la igualdad dibuja un Estado inter- más apegada a la complejidad y heteroge- gados. El tercer registro es etnográfico y se
aparato estatal. cultural en proceso de cambio y disputa neidad del presente. concentra en el proceso de diseño e imple-
que refleja y construye una sociedad que Para desmontar imaginarios sociales polari- mentación de políticas públicas en el Esta-
a) Desmontar imaginarios tampoco “pre-existe”, sino que se redefine zantes analizaremos tres registros comu- do boliviano. Muestra una realidad muy
polarizantes sobre el Estado día a día. nes al debate actual sobre refundación y distinta a la proyectada por el imaginario
El segundo tipo de imaginario argumenta reforma estatal. El primer nivel es normati- de un Estado racional y planificador. Final-
Los imaginarios sociales que describimos co- que el Estado y la sociedad boliviana están vo y analiza el tipo de Estado que se quiere. mente, utilizamos un registro sociológico
mo referencia en la parte inicial de este Ca- “inconclusos”, “incompletos” o “faltos de Éste es un nivel abstracto en el que compi- para describir los lugares que construyen
pítulo –aquellos que unen y dividen a la po- algo”. Insistiremos a lo largo de este Infor- ten distintas “visiones” sobre el Estado y el ciudadanía individual y colectiva en la so-
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RECUADRO 1.7 ciedad boliviana y cuestionamos la idea de tado con actores populares, campesinos,
que lo que está en pugna son formas indi- indígenas o regionales. Una característica
Distintos símbolos: los Incas, Audiencia de Charcas o Bolivia viduales o corporativas de ciudadanía. común de esta vena histórica es el recono-
soberanías múltiples constituyeron y constituyen algunas de esas Planteamos, más bien, que el reto futuro cimiento explícito de modalidades popula-
Sobre un mismo territorio se impusieron construcciones. de la ciudadanía es la construcción de un res, no formales, de petición, de interpela-
múltiples soberanías de límites y fronteras La evolución de los escudos es viva mues- espacio público que refleje tanto un “nú- ción, contestación o representación de la
muy diversas. Señoríos aymaras, imperio de tra de ello. cleo común” como “esferas diferenciadas” ciudadanía excluida de la formalidad cen-
de ciudadanía. sitaria de finales del siglo XIX y principios
del siglo XX.
Desde el registro histórico: “Elites que pactan” plantea un punto de parti-
El Estado en formación, da para iniciar una conversación sobre los
fragmentado y discontinuo cimientos históricos de la estatalidad boli-
viana en el siglo XIX. Para profundizar sobre
Con el registro histórico buscamos trascen- esta hipótesis analizamos una arista del pro-
der cierta historiografía oficial que repro- ceso de negociación y acomodación entre
duce imaginarios del Estado como com- sociedad y Estado: la formulación y nego-
pactos, secuenciales y predestinados. ¿Có- ciación de presupuestos generales de la na-
mo evitar una suma cronológica de even- ción desde principio hasta mediados del si-
tos, personajes e hitos estatales, y a la vez glo XX. Los presupuestos revelan algo im-
contribuir algo nuevo al registro histórico? portante sobre la capacidad del Estado de
Éste es sin duda un reto difícil. Para empe- llegar a ciertos lugares y para ciertos grupos.
zar, si el objetivo es trascender la historio- Hablan de un Estado crónicamente frágil y
grafía oficial, ¿cuál es la “historiografía ofi- ausente para gran parte de la población bo-
cial”? y ¿qué peso tiene sobre la presente liviana. Su proceso de formación es gradual
generación de historiadores y estudiosos y altamente heterogéneo. No existe un
sociales? Segundo, ¿cómo proponer un hi- “plan maestro” detrás de la expansión de
lo histórico común sin pasar por alto las capacidades y funciones estatales. Muestra
necesarias contingencias de tiempo y lu- un Estado en continuo proceso de disputa
gar? Ni la “historia como ciclo recurrente”, de autoridad, legitimidad y soberanía con
pues, ni la “historia como compilación de organizaciones de la sociedad. Su autono-
hechos e imaginarios independientes y au- mía plena de acción no es cosa lograda en
tónomos entre sí”. 182 años de existencia.
Algunos trabajos históricos, particularmente
los referidos a la construcción del Estado Desde el registro fiscal:
republicano del siglo XIX (Barragán, 2003; La debilidad, dependencia y
Démelas, 2004; Larson, 2004 e Irurozqui, centralismo en cuestión
1994), plantean un importante punto de
partida que tiene implicaciones relevantes El segundo registro –fiscal, administrativo e
a la hora de redescribir el Estado. El hilo co- institucional– proporciona una “radiogra-
mún que emerge de esta literatura es de fía” del Estado boliviano en la actualidad.
una construcción parcial y fragmentada de Una consecuencia de la debilidad de elites
la legalidad y legitimidad estatal en medio y pactos ampliados cambiantes es la in-
de dos factores condicionantes altamente consistencia histórica entre la instituciona-
significativos: por un lado, la primacía de lidad estatal formal y los múltiples meca-
elites débiles y cambiantes (terratenientes nismos paralelos, duales y no estatales de
de la época de las leyes de ex-vinculación, acceso al poder económico y político. El
mineros de la plata, del estaño, elites de la clientelismo, los poderes duales, la coges-
revolución nacional, de la nueva economía tión y la autogestión no son mecanismos
Fuentes: Guaman Poma de Ayala (1615), Mesa Gisbert (1994), Primer Centenario de Bolivia (1925) y Monografía de Bolivia en su Sesquicentenario (1975).
cruceña de fines de siglo, etc.); y, por otro, excepcionales ni productos de la “crisis”
“alianzas” o “pactos” espureos desde el Es- estatal, sino partes estructurales e integra-
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les del modus vivendi estatal boliviano. Re- ción y la negociación política de políticas aquello. Nos detenemos en una dimensión pues, un rasgo central de la sociedad boli-
né Zavaleta Mercado asentó esta tradición públicas. Aquí trascendemos el mero es- de la reforma educativa de la última década viana, en su densidad organizativa, radica
de análisis con su libro El poder dual, que queleto estatal e ingresamos al aparato –la construcción de una educación intercul- en que la pertenencia a colectivos constitu-
describe el aspecto “normal” de la multi- mismo. Lo describimos por dentro. Para tural y bilingüe– para ejemplificar la com- ye el ámbito desde el cual los individuos re-
plicación institucional paralela después de esto realizamos una etnografía del Estado plejidad del proceso de políticas públicas en claman y demandan derechos civiles, polí-
la Revolución Nacional. –de manera más precisa, una etnografía el país. Emergen lecciones que trascienden ticos y sociales. Esto es, los individuos se
Al trabajar sobre el registro fiscal, administra- del proceso de políticas públicas, las mane- esta reforma sectorial y se proyectan hacia asocian y organizan para desde ahí, en ló-
tivo e institucional se confrontan prejuicios ras por las cuales se proveen servicios, se la gestión misma de la política pública. En- gica de acción colectiva, forjar y canalizar
y preconcepciones sobre la debilidad, de- recaudan impuestos, se ejerce el Estado de tre el diseño tecnocrático y la práctica políti- demandas de derechos y, más todavía, in-
pendencia y centralismo del Estado bolivia- Derecho y se mantiene la paz–. Más allá de ca habita un amplio campo de negociación fluir y controlar las decisiones de políticas
no. Estudios previos dieron pasos decisivos la asepsia tecnocrática, intentamos ingre- tecno-política. Éste es el corazón mismo del públicas. Esta dimensión colectiva de la
en desnudar el esqueleto fiscal del Estado sar al mundo de la política y, de manera Estado boliviano. formación de ciudadanía se amplió y pro-
en los últimos años (Barrios, 2006; Villa- más específica, a la política de las políticas fundizó en los últimos veinte años.
rroel, 2005; Saric, 2006). Emerge de este públicas. Desde el registro sociológico: Nuestro argumento es que no sólo las luchas
cuerpo de literatura un llamado a no homo- Para avanzar en el registro etnográfico “de- El Estado que construye y demandas por derechos ciudadanos con-
geneizar ni trasladar los preconceptos que sempacamos” el Estado en función de cua- ciudadanía individual y colectiva tinuaron siendo canalizadas por asociacio-
utilizamos para describir la administración tro miradas (modelos) diferentes. La pri- nes, sino también que el propio Estado ex-
pública nacional a la departamental o mu- mera describe al Estado como un “actor ra- El cuarto registro del presente Informe es so- tendió derechos civiles, políticos y sociales
nicipal o a fracciones de la administración cional” que toma decisiones de manera ciológico. Concentramos la mirada en los principalmente a individuos organizados
pública. La particular historia de formación homogénea y monolítica. Es un Estado de intersticios entre sociedad y Estado, los lu- en colectividades. En este registro, en con-
estatal fragmentada y discontinua tiene im- una sola voluntad. La segunda mirada de- gares de encuentro y desencuentro que secuencia, se analiza la formación de una
plicaciones para los patrones de gasto, in- construye el Estado en función de “redes producen ciudadanía. Cuestionamos la “doble ciudadanía” en Bolivia: colectiva e
gresos, deuda y estructura burocrática y de de organizaciones”, las unidades depen- idea de un molde único a seguir en la cons- individual, a través de la exploración espe-
empleo del Estado actual. dientes, descentralizadas o desconcentra- trucción ciudadana que, como espejo, nos cífica de las relaciones del Estado con orga-
En este acápite el Informe se concentra en la das que coordinan entre sí para lograr cual- indica el rumbo a seguir y, más todavía, un nizaciones sociales, por un lado, y del Esta-
trayectoria de cambio fiscal de los últimos quier objetivo de política pública. Bajo esta horizonte deseable e inequívoco. Para este do con individuos que se presentan sin fi-
veinte años. Identifica los lugares “fuertes” entrada analítica el Estado boliviano es Capítulo partimos de la premisa de que los liación a grupos sociales, por otro. Encon-
del Estado en un entramado de debilidad, una maraña de organizaciones con rutinas caminos del desarrollo son múltiples y, por tramos que los sentimientos de pertenen-
los espacios “soberanos” en un contexto y procedimientos comunes y diferencia- tanto, los arreglos sociales e institucionales cia a la comunidad política nacional pasan
de dependencia fiscal y los espacios “des- dos que revelan lo que a simple vista es la no están cerrados ni menos condicionados por solidaridades y lealtades a otras comu-
centralizados” de una trayectoria de cen- “burocracia” estatal. La tercera mirada vi- por soluciones antes encontradas en otras nidades intermedias.
tralismo fiscal y burocrático. Se confrontan sualiza las redes organizativas como “acto- sociedades. Por ello la comprensión de
lugares comunes en la descripción de la es- res políticos” que frecuentemente dividen quiénes somos y de cómo hemos llegado c) Salir del laberinto:
tatalidad boliviana y se construye una ra- lealtades y negocian entre ellos a la hora de hasta aquí es la única base sobre la cual po- un Estado para el cambio
diografía del esqueleto fiscal del Estado. ejercer poder público. Esta lectura es de demos construir colectivamente nuestro
Esta mirada ayuda a “mapear” las discon- política interna al Estado, la política de los propio futuro. Esto implica abandonar una Hasta aquí hemos planteado la metáfora del
tinuidades del Estado boliviano. Muestra gestores públicos. Y la cuarta mirada es la concepción teleológica del desarrollo que, Estado-en-sociedad como un laberinto de
una geografía accidentada. Expone lagu- política de la sociedad como entorno a en tanto doctrina de las causas finales, nos tensiones irresueltas que discurren, con di-
nas en su alcance territorial, en el ejercicio cualquier acción o actor del Estado. El Esta- asegura que un porvenir venturoso tiene ferente intensidad, a lo largo de la historia
de sus funciones y en sus capacidades fis- do está inmerso en relaciones que lo con- necesariamente que seguir la ruta y ase- boliviana. En ese sentido, el último capítu-
cales y administrativas. dicionan y que lo moldean a la vez. mejarse a la proyección de imágenes está- lo del Informe está orientado a buscar y
El registro etnográfico de cuatro niveles es no- ticas e idealizadas de otras experiencias. proponer algunas salidas a ese laberinto.
Desde el registro etnográfico: vedoso para el estudio del Estado en Bolivia. Para amplios sectores sociales en Bolivia, la Lo hacemos en un momento especial de
El Estado como actor racional, red de Con una mirada etnográfica se revelan los ciudadanía no significa únicamente un es- nuestra historia en el que, sobre la base de
organizaciones, proceso político de “juegos” burocráticos por los cuales uno so- tatus de individuo sin filiaciones sociales un fuerte imaginario de cambio, emerge
negociación y lucha de poder brevive y se mueve en el Estado boliviano. (Barragán, 2001 y 2005; García Linera, un nuevo sentido común como cimiento
El Estado es una selva peligrosa para la 2000; Lehm y Rivera, 1989). Es en la socia- de lo que denominamos la “pluri-nación”
El tercer registro del Informe Nacional sobre construcción de eficiencia, eficacia, partici- bilidad, en la condición de miembro de or- boliviana.
Desarrollo Humano 2007 analiza lo que pación y transparencia: existen estudios de ganizaciones de base, que muchos indivi- Creemos que el vocabulario que se utiliza en
hace el Estado: el diseño, la implementa- caso que demuestran precisamente todo duos se conciben como ciudadanos. Así el curso del Informe, un vocabulario “he-
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cho en Bolivia”, nos ayuda a redefinir mu- economía dinámica “más allá del gas” RECUADRO 1.8
chas de estas tensiones a fin de encontrar que articula a centenas de miles de acto-
salidas. Este vocabulario recoge el “sentido res productivos. Pese a estos cambios, la Un nuevo pacto constitucional
común” emergente en la sociedad y plan- economía boliviana sigue siendo una eco- La Asamblea Constituyente fue el produc-
tea alternativas a la polarización social y nomía de “base estrecha” que genera po- to de múltiples demandas de organizaciones
política actual. Incluimos en nuestra agen- cas articulaciones entre actores producti- sociales que plantearon la necesidad de es-
da, por ello, cuatro temas difíciles. Nuestro vos, escasos empleos y pocos ingresos en la cribir un nuevo pacto constitucional que in-
principio es que el “Estado para el desarro- base de la pirámide productiva. Pensamos cluyera la voz de todos los bolivianos y boli-
llo humano” es un Estado que incide sobre que el reto central en este momento histó- vianas. Hoy en día, la Asamblea está en mar-
los asuntos de mayor impacto respecto al rico es transitar de una economía de “base cha y nuestros representantes deben afron-
desarrollo de las capacidades de autono- estrecha” a una de “base ancha”. Un patrón tar y discutir temáticas irresueltas desde la
mía individual y colectiva –aquellas que fa- de desarrollo de base ancha significa una propia fundación del país como la diversidad
cilitan que los ciudadanos definan los me- economía que genera empleo e ingresos étnica y cultural, el rol del Estado en la eco-
dios y los fines de su propio desarrollo–. desde las articulaciones entre miles de ac- nomía, las formas de gobierno y las autono-
Veamos esta agenda de investigación para tores productivos en lo interno y articula- mías, entre algunos de los temas más impor-
el cambio. ciones con mercados externos favorables a tantes.
La sociedad boliviana ha cambiado en los la generación de valor agregado y competi-
últimos treinta años. Era predominante- tividad de largo plazo. Preguntamos en es- Fuente ilustración:
mente rural, ahora es predominante- ta sección qué tipo de Estado debe promo- Corte Nacional Electoral.

mente urbana; estaba basada en una ver una economía de base ancha que alien-
economía agraria/minera, hoy está basa- te tanto el desarrollo del sector hidrocarbu-
da en gas, servicios e industria; era mul- rífero como de nuevos sectores industriales esa base preguntamos sobre la arquitectu- dito y asistencia técnica. Al mismo tiempo,
ticultural pero relativamente cerrada, en no tradicionales como la joyería, la made- ra de este Estado intercultural con autono- se abren mercados de comercio justo, pro-
el presente es intercultural y relativa- ra, los textiles y los cueros; y nuevos rubros mías: ¿cómo se articularían las demandas ductos orgánicos y comercio alternativo
mente abierta. A pesar de estos sustancia- de “comercio justo” y “comercio orgánico” de igualdad con las legítimas demandas de que plantean una oportunidad para el lide-
les cambios sigue siendo una sociedad como la artesanía, los textiles y los produc- diferenciación regional, étnica y de gru- razgo boliviano en esta arena del ámbito in-
marcada por la pobreza, la desigualdad y la tos alimentarios orgánicos. pos? Bolivia requiere un Estado complejo ternacional. Finalmente, se reconfigura el
exclusión. Muchos cambios que fueron im- La democracia boliviana ha reflejado los para acoger la gobernabilidad compleja mapa energético del cono sur, con grandes
pulsados desde el Estado hace medio siglo cambios sociales y económicos de los úl- que está detrás de esta configuración de oportunidades para un proceso de integra-
tienen efectos sobre la actual composición timos años. Pasamos de una democracia pluri-nación. ción regional en el cual Bolivia juega un rol
demográfica, cultural y étnica boliviana. El de rasgos sólo liberales y representativos No sólo cambió Bolivia, también lo hizo el protagónico.
Estado fue y es un actor protagónico en su a una democracia ampliada que gestio- mundo en los últimos treinta años. Pasa- Detrás de los nuevos roles estratégicos que
capacidad de igualar o desigualar, de gene- na el pluralismo regional, étnico, de mo- mos de la “Guerra Fría” a una configura- asume el Estado boliviano queda la pre-
rar movilidad social o truncarla, de alimen- vimientos sociales y de partidos políticos ción internacional segmentada y des- gunta más importante: “el cómo”. ¿Qué
tar la estratificación social pre-existente o propios de la sociedad. Sin embargo, que- igual pero indisolublemente vinculada a rasgos tiene una reforma estatal efectiva
transformarla. En esta sección del capítulo dan muchas tensiones irresueltas. El reto la globalización de mercados y poblacio- y legítima que materialice el imaginario
final del Informe nos preguntamos qué ti- central de este período histórico es cons- nes, y con una marcada obsesión por la del cambio en una sociedad de iguales,
po de Estado debe acompañar el proceso truir un Estado intercultural con autono- seguridad. El reto central del Estado boli- en una economía de base ancha, en un
de cambio social que transformó la socie- mías, que reconozca de jure lo que ya ocu- viano es insertarse al mundo de manera Estado intercultural con autonomías y
dad boliviana en los últimos treinta años. rre de facto: el ejercicio de esferas públicas sostenible y digna. Ni la euforia globaliza- una inserción internacional digna? ¿Qué
Para ello proponemos identificar los nú- heterogéneas, regionales e indígenas que dora ni el rechazo ideológico al mundo pro- lecciones emergen de nuestros registros
cleos duros de desigualdad persistente en- reclaman no sólo reconocimiento de la di- veen recetas para una inserción internacio- histórico, fiscal, etnográfico y sociológico
tre grupos étnico-culturales y de clase so- ferencia, sino carta de ciudadanía nacio- nal soberana. Se requiere construir una vi- de estudio? Planteamos tres niveles de res-
cial a lo largo de este período. nal. Creemos que emerge una pluri-nación sión estratégica común de inserción que puesta a esta pregunta.
La economía boliviana también ha cam- del proceso social, económico y político defienda los intereses nacionales en los El primer nivel toca acaso lo más difícil de
biado. En los últimos años emergió una boliviano, una nación fundada en el plura- procesos de integración regional, comercio transformar: los imaginarios y las repre-
pujante “economía del gas” que contabi- lismo y la diferencia, pero que se asienta internacional y cooperación. En los últimos sentaciones sociales que subyacen la mira-
liza cerca del 25% del PIB boliviano para sobre un “sentido común” que es nacional, dos años los ingresos de un solo impuesto da boliviana de la estatalidad. Éste es el
el año 2006. En paralelo a la centralidad y que no es exclusivo de ninguna región, equivalen al doble de toda la cooperación ámbito de subjetividad que creemos debe
del sector hidrocarburífero surgió una facción o identidad cultural o étnica. Sobre internacional en cuanto a donaciones, cré- guiar cualquier esfuerzo de reforma, revo-
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lución, transformación o fortalecimiento gionales o políticos. Hay en el presente un
estatal futuro. El segundo nivel habla de lo escenario plural de construcción del Esta-
que es el Estado boliviano: fragmentado, do boliviano: la Asamblea Constituyente,
con autoridad en disputa, discontinuo en que marca un hito de cambio en el país. El
capacidades administrativas, instituciona- Estado existe antes de la Asamblea y per-
les y de gestión. Preguntamos, más allá de durará después de ella. Sin embargo, es en
llenar “huecos”, qué aspectos estructura- el marco del proceso constituyente donde
les del Estado merecen atención de media- se confrontarán las preguntas más difíciles
no y largo plazo. El tercer nivel analiza lo en torno a la propiedad de los recursos na-
que hace el Estado boliviano en su proceso turales, la cualidad autonómica del Estado
de diseño, implementación y negociación y los retos de una sociedad intercultural en
de políticas públicas. Preguntamos, allen- proceso de transformación acelerada. El
de el péndulo político o tecnocrático, có- “estado del Estado” que presentamos en
mo se puede construir un proceso legítimo las siguientes páginas no pretende ser sino
y eficiente de políticas públicas para la un documento que acompaña este proce-
agenda del cambio. so. Recoge el sentido común de la socie-
La salida del laberinto de tensiones irresuel- dad boliviana y pregunta cómo se pueden
tas del Estado no es ni será obra aislada de traducir las esperanzas, anhelos y aspira-
profesionales, intelectuales, formadores ciones actuales en una agenda de cambio
de opinión, periodistas, líderes sociales, re- estatal progresista y duradero.

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