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EL INDUCTIVISMO: LA CIENCIA
COMO CONOCIMIENTO DERIVADO
DE LOS HECHOS DE LA EXPERIENCIA
Chalmers. ¿Qué es esa cosa llamada ciencia? El conocimiento cicntffico es conocimiento probado. Lns teo-
rías cientfficas se derivan, de algún modo riguroso, d.c los
hechos de la experiencia adquiridos mediante la observación
y la experimentación. La ciencia se basa en lo que podemos
ver, olr, tocar, etc. Las opiniones y preferencias personales
y las imaginaciones especulativas no tienen cabida en la
ciencia. La ciencia es objetiva. El conocimiento científico
es conocimiento fiable porque es conocimiento objetiva-
mente probado.
Sugiero que enunciados de este tipo resumen lo que en
la época moderna es una opinión popular sobre lo que es el
conocimiento científico. Esta opinión se hizo popular du-
rante y como consecuencia de la revolución científica que
tuvo lugar fundamentalmente en el siglo XVII y que fue
llevada a cabo por pioneros de la ciencia tan grandes como
Galileo y Newton. El filósofo Francis Bacon y muchos de
sus contemporáneos resumían la actitud científica de la
época cuando insistían en que si queremos entender la natu-
raleza debemos consultar· la naturaleza y no los escritos de
Aristóteles. Las fuerzas progresistas del siglo xvn llegaron
a considerar errónea la preocupación de los filósofos de la
naturaleza medievales por las obras de los antiguos, en
especial de Aristóteles, y también por la Biblia, como. fuen-
tes del conocimiento científico. Estimulados por los éxitos
de •grandes experimentadores• como Galileo, consideraron
cada vez más la experiencia como la fuente del conoci-
miento. Desde entonces ha aumentado continuamente esta
12 Alan F. Chalmers El indrtctivismo 13
valoración gracias a los logros espectaculares de la ciencia ficar directamente como verdaderos los enunciados hechos
experimental. •La ciencia es una estructura asentada sobre acerca del estado del mundo o de una parte de él por un
hechos•, escribe J. J. Davies en su obra On the scientific observador libre de prejuicios mediante la utilización de sus
method '. Y tenemos una moderna valoración del logro de sentidos. Los enunciados a los que se llega de este modo
Galileo debida a H. D. Anthony: ·
(los llamaremos enunciados observacionales). forman, pue~,
la base de la que se derivan las leyes y leonas que consti-
No fue tanto las observaciones y experimentos realizados por
Galileo lo que originó la ·ruptura con la tradición, como su acti- tuyen el conocimiento cienlífi_co. A continuac!ón presentamos
tud hacia ellos. Para él, los hechos extraídos de ellos hablan de algunos ejemplos de enuncmdos ohservac10nales no muy
ser tratados como hechos y no relacionados con una idea pre- excitantes: '
concebida... Los hechos de la observación podían encajar o no
en un esquema admitido del universo, pero lo importante, en A las doce de la noche del 1 de enero de 1975, Marte aparecía
opinión de Galileo, era aceptar los hechos y construir una teoría en tal y ta,l posición en el cielo.
que concordara con ellos •. . Ese palo, sumergido parcialmente en el agua, parece que está
doblado.
La concepción inductivi.Sta ingenua de la ciencia, qu~ esbq- El señor Smith golpeó a su mujer.
zaré en las siguientes. ~ecciones; puede ser considerada cpmo
un intento de formalizar esta imagen popuhi~ de la ciencia. El papel de tornasol se vuelve· rojo al ser sumergido en el
La he denominado inductivistti ·porque se basa en un razo- liquido. ..
namiento Inductivo, como cxpllcnrd hrcvl'lmcntc. l!n lo•
tllthnos cupltulos, argumentaré que esta concepción de la La verdad de estos enunciados se ha de. establecer mediante
ciencia, como la concepción popular· a la que se asemeja, una cuidadosa observación. Cualquier observador puede
está completamente equivocada e incluso es· peligrosamente establecer o comprobar su verdad utilizando directamente
engañosa. Espero que para entonces resulte evidente que el sus sentidos. Los observadores pueden ver por sí mismos.
adjetivo •ingenuo• es el adecuado para describir a muchos Los enunciados del tipo citado anteriormente pertenecen
inductivistas. al conjunto de Jos denominados enunciado! singulares. Los
enunciados singulares, a diferencia de un segundo grupo de
enunciados que veremos en breve, se refieren a un det.ermi-
11. EL INDUCTIVISMO INGENUO nado acontecimiento o estado de cosas en un determmado
lugar y en un momento ~eterminad~ .. El primer enunciado
Según el inductivista ingenuo, la ciencia comienza con la se refiere a una determmada apanc1ón de Marte en un
observación. El observador científico debe tener órganos determinado lugar del cielo en un momento especificado,
sensoriales normales, no disminuidos, y debe registrar de el segundo a una determinada observaciór de _un determi-
un modo fidedigno lo que pueda ver, oír, etc., que venga al nado palo, etc. Es evidente que todos los enuncmdos obs~:
caso de la situación que esté observando y debe hacerlo con vacionales serán enunciados singulares. Proceden de la Utili-
una mente libre de prejuicios. Se pueden establecer o justi- zación que hace el observador de sus sentidos en un lugar
y un momento determinados.
on
1 J. J. Davíes,
página 8.
the sclentific method, Londres, Longman, 1968, A continuación veremos algunos ejemplos simples que
1
podrían formar parte del conocimiento científico.
H. D. Anthony, Science and its background, Londres, Macmillan,
1948, p. 145. .
14 AJan F. Chalmers El induc!ivismo 15
alta y baja presión, a altas y bajas temperaturas, etc.' Si en historia inductlvlsta de la. cie~cia. El ]do izqulerd~ de
todas las ocasiones todas las muestras de metal calentadas la figura se refiere a la denvactón de ley s y teorlas_ ~tentf·
se dilatan, entonces y sólo entonces es lícito generalizar a ficas a partir de la observación que ya hemos anahzado.
partir de la lista resultante de enunciados observacionales Queda por analizar el lado derecho. Antes de hacerlo, habla·
la ley gene~al. Además, resulta evidente que si se observa remos un poco del carácter de la lógica y\ del razonamiento
que una determinada muestra de metal no se dilata al ser deductivo.
calentada, entonces no estará justificada la generalización
universal. La condición 3 es esencial.
Leyes y
El tipo de razonamiento analizado, que nos lleva de una teorlas
lista finita de enunciados singulares a la justificación de un
enunciado unlversnl, que nos llevn de In purte ni todo, se
Jcnotnina rnzonnmicnto inductivo y el proceso se denomina
inducción. Podríamos resumir la postura inductivista inge·
nua diciendo que, según ella, la ciencia se basa en el principio
de inducción, que podemos expresar as!: ·
.
Ejemplo 2: Esta deducción es perfectamente válida. El caso es que
si (1) y (2) son verdaderas, entonces (3) debe ser verdadera .
l. Muchos libros de filosofía son aburridos. Sucede que en este ejemplo (1) y (3) son falsas, pero esto
2. Este libro es un libro de filosofía. no afecta a la condición de la argumentación como deduc-
ción válida. Asf pues, la lógica deductiva por · sl sola no
3. Este libro es aburrido. actúa como fuente de enunciados verdaderos acerca del
mundo. La deduc.ción se ocupa de la derivación de enuncia-
En este ejemplo, (3} no se sigue necesariamente de (1) y (2). dos a partir de otros enunciados dados.
Es posible que (l)y (2} sean verdaderas y que, no obstante,
(3) sea falsa. Aunque (1) y (2) sean verdaderas, puede s~ceder
' A veces se considera que la lógica Incluye el estudio del razona- IV, LA PREDICCION Y LA EXPLICACION EN 'EL INDUCTIVISMO
miento Inductivo, de manera que hay una lógica inductiva asl como
una lógica deductiva, En este libro se entenderá que la lógica es sola- Ahora estamos en condiciones de comprender de una manera
mente el estudio del razonamiento deductivo. simple el funcionamiento de las leyes y teorías como apa-
20 Alan F. Chalmers El inductivismo 21
ratos cxplicatorios y predictivos en la ciencia. Una vez más También se reemplazará la premisa (2) del ejemplo an-,
comenzaré con un ejemplo trivial para ilustrar la cuestión. terior por una serie más compleja de enunciados. Dichos
Consideremos el siguiente argumento: enunciados incluirán afirmaciones en el sentido de que el
sol está situado en una posición determinada en el cielo con
l. El agua completamente pura se congela 'a unos ()oC (si se respecto a un observador en la tierra, y que caen gotas de
le da tiempo suficiente). lluvia procedentes de una nube situada en una región deter-
2. El radiador de mi coche contiene agua completamente pura. minada con relación al observador. Nos referiremos a estos
conjuntos de enunciados, que describen los detalles de la
3. Si la temperatura baja a ()oC, el agua del radiador de mi situación que se está investigando, pomo las condiciones
coche se congelará (si se le da tiempo suficiente).
iniciales. Las descripciones de las situ~ciones experimentales
serán ejemplos típicos de condicione1 iniciales.
Aquí tenemos un ejemplo de argumentación lógica válida Dadas las leyes de la óptica y las, condiciones iniciales,
para deducir la predicción (3) del conocimiento científico
es posible entonces efectuar deducciones que proporcionen
contenido en hi premisa (1). Si (1) y (2) son verdaderas, (3)
una explicación de la formación de uri arco iris visible para
debe ser verdadera. Sin embargo, la verdad de (1 ), (2) y el observador. Estas deducciones ya no serán tan evidentes
(3) no se establece gracias a ésta o a otra deducción. Para como en nuestros ejemplos anterior~s y supondrán tanto
un inductivista, la fuente de la verdad no es la lógica, sino argumentaciones matemáticas como .¡erbales. La argumen-
la experiencia. Desde este punto do vista, (1) se determinará tación será más o menos la siguiente. Si suponemos que una
por observación directa del agua congelada. Una vez que gota de lluvia es ¡nás o menos esféric4, entonces el trayecto
se han establecido (1) y (2) mediante la observación y la de un rayo de luz a través de una gota de agua será más
inducción, se puede deducir de ellas la predicción (3). o menos el dibujado en la figura 2. Si un rayo ~e luz blanca
Ejemplos menos triviales serán más complicados, pero 1
incide en ,una gota de lluvia en a, en1onces, s1 la ley de la
los papeles que desempeñan la observación, la inducción refracción es verdadera, el rayo rojo ~viajará a lo largo de
y la deducción siguen siendo ,en esencia los mismos. Como la línea ab y el rayo azul a lo largo d ab'. Una vez más, si
ejemplo final consideraremos la explicación inductivista de las leyes que rigen la reflexión son ve daderas, entonces ab
cómo puede la ciencia física explicar el arco iris. debe reflejarse a lo largo de be y ab' 1a lo largo de b'e'. De
La premisa simple (1) del ejemplo anterior es reempla· nuevo la refracción en e y e' se det~rminará mediante la
zada en este caso por una serie de leyes que rigen el com- ley de la refracción, de modo que un observador que, con-
portamiento de la luz, a saber, las leyes de la reflexión y temple la gota de lluvia verá los componentes rojo y azul
de la refracción de la luz y afirmaciones acerca de la medida de la luz blanca por separado (y también todos los demás
en que el grado de refracción depende del color. •Esto:¡ prin- cólores del espectro). NuestrQ observador también podrá
cipios generales se derivan de la exEeriencia por' inducción. ver 'la misma separación de colores ~n cualquier gota de
Se efectúan una gran cantidad de experimentos de labora- lluvia que esté situada en una parte de! cielo tal que la linea
torio, reflejando rayos de luz de espejos y superficies de que una la gota de lluvia cori el sol forme un ángulo D con
agua, midiendo los ángulos de incidencia y refracción de los la línea que une la gota de ,lluvia con el observador. Asl
rayos de luz que pasan del aire al agua, del agua al aire, etc., pues, las consideraciones geométricas proporcionan la con-
en una gran variedad de condiciones, repitiendo los experi- clusión' de que el observador podrá ver un arco coloreado,
mentos con luz de varios colpres, etc., hasta que se dan las siempre que la nube !le lluvia esté suficientemente extendida.
condiciones necesarias para considetar lícita la generaliza-
ción inductiva de las leyes de la óptica.
Atan F. Chalmers El inductivismo 23
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trarlan todos los hechos, sin seleccionarlos ni hacer conjeturas
a priori por lo que se refiere a su importancia relativa. F;n se-
gundo lugar, se anaJizarlan, compararían y clasificarlan los hechos
registrados y observados, sin más hipótesis o postulados que
los que necesariamente supone la lógica del pensamiento. En
tercer lugar, se harlan generalizaciones inductivas referentes a
las relaciones clasificatorias o causales que hay entre los hechos,
a partir de ese análisis de ellos. En cuarto lugar, la investigación
posterior seria tanto deductiva como i.rlductiva, utilizando infe.
rencias realizadas a partir de generalizaciones previamente es-
tablecidas •.
En esta ocasión sólo htl bosquejado la explicación del La concepción inductivista ingenua de la ciencia tiene ciertos
arco iris, pero Jo que se ofrece debe bastar para ejemplificar méritos aparentes. Su atractivo parece residir en el hecho
la forma general del razonamiento implicado. Dado que las de que proporciona una explicación formalizada de algu-
leyes de la óptica son verdaderas (y para el inductivista nas de las impresiones populares sobré el carácter de la
ingenuo eso se puede establecer por inducción a partir de ciencia, su poder explicatorio y predictivo, su objetividad y
la observación) y dado que las condiciones iniciales están su sup~rior fiabilidad en comparación con otras formas de
descritas de modo preC'iso, se sigue necesariamente la expli· conocimiento.
cación del arco Iris. s~ puede resumir de la siguiente manera Ya hemos visto cómo el inductivista ingenuo da cuenta
la forma general de todas las explicaciones y predicciones del poder explicatorio y predictivo de la ciencia.
cientfficas: La objetividad de la ciencia inductivista se deriva del
hecho de que tanto la observación como el razonamiento
1. Leyes y teorlas inductivo .son objetivos en si mismos. Cualquier observador
2. Condiciones iniciales que haga un uso normal de sus sentidos puede averiguar
3. Predicciones y explicaciones enunciados observacionales. No se permite que se inmiscuya
ningún elemento personal, subjetivo. La validez de los enun-
Esta es la etapa. represent'!da en el lado derecho de la fi. ciados observacionales, cuando se obtienen de manera co-
gura l. rrecta, no dependen del gusto, la opinión, las esperan>;as o
La siguiente descripción del método científico, efectuada las expectativas del observador. Lo mismo se puede decir del
por un economista dd siglo xx, se ajusta exactamente a la razonamiento ind)lctivo, mediante el cual se deriva el cono-
concepción inductivista ingenua de la ciencia tal y· como cimiento científico· a partrr de los enunciados observacio-
la he descrito e indica que no es tan sólo una postura que nales. O las inducciOJws satisfacen las condiciones prescritas
me he inventado con t'l propósito de criticarla.. o no· las satisfacen.' No es una cuestión subjetiva de opinión.
Si tratamos de imaginar cómo. utilizaría el método científico una • Esla cita, debida a A. B. Wolfc. está exlraída de Phi/osopl•y o(
mente de poder y alcance sobrehum¡¡nos, pero normal por lo natural science,. de- Carl G. Hcmpcl. Englcwood Cliffs (Nueva Jersey).
que se refiere a los procesos lógiCos de su pensamien!o... el p~ Prenlice-Hall, 1966, p. 11 [p, 27]. Las cursivas són de la ciJa original.
ceso seria el siguiente: En primer lugar, se observanan y reg•s·
24 AJan F. Chalmers
El inductivismo
25
La fiabilidad de la ciencia se sigue de las afirmaciones
del inductivista acerca de la observación y la inducción. Los
enunCiados observacionalcs que forman la base de la ciencia
~~x~~r~~r~x1~r;· u~iv~.:S~u';.~s p~~;~)ti~: facts and theories
son seguros y fiables porque su verdad se puede determin'ir rama del inductivismo denomina'da ~itivi':'~o~~estra de. esa
haciendo uso directo de los sentidos. Además, la fiabilidad . !o~ r:~~i:~iones de arllculos, Logicai/,osirivism, co~~~.:::::.
de los enunciados obscrvaeionales se transmitirá a las leyes . . y
Carnap. e!'coc, Free Press, 1959) y The philosophy of Rudolf
comp1lado por p A S h1·1 (La S .
y teorías derivadas de ellos, siempre que se satisfagan las Court 1963) H é · · e PP alle, Ilhnois, Open
condiciones para una licita inducción, lo cual queda garan- hecho' sumam. enatsetatéqu. punto el programa inductivista se ha
CRIC<• resulta evident Lo · ¡ f
ti7.ado por el principio de inducción que forma la base de ~~~~.o~:;~~abiliry, de R. Carnap (Chicago, ~:i~ersif~c:f c~r::.~':;
la ciencia según el inductivista ingenuo.
Ya he mencionado que considero al!e la concepción in-
ductivista ingenua de la ciencia está muy equivocada y es
peligrosamente engañosa. En los dos próximos capítulos
comen7.aré a d<.:cir por qué. Sin embargo, qui7.ás deba aclarar
que la postura que he esbozado es una forma muy extrema
de inductivismo. Muchísimos lnductivistas sofisticados no
querdan verse· asociados con algunas earactcrlsticas de mi
inductivismo ingenuo. No obstante, todos ·los inductivistas
afirmarian que, en la medida en que se pueden justificar las
teorías cien tlrlcas, se justifican porque se apoyan lnducti·
vamentc en la base n1á.~ o menos. segura que p1-oporclona lo
experiencia. Los capítulos siguientes de este libro nos pro-
porcionarán una gran abundancia de razones para poner •!n
duda esta afirmación~·
LECTl'lUS COMI'LI!MI!STARIAS
El principio de inducción .furtcionó con éxito en la ocasión x,. inductivista muy t~rco tendria que poner su mano en el fue-
El principio de inducción funcionó con éxito en la ocasión x,. go muchas veces antes de concluir que-el fuego quema. En
etcétera. · . circunstancias conio éstas, la exigencia de un gran número
de observn.ciones l?.arece innpr:opiada. E~ otras situaciones,
El prlnclpto de Inducción funciona siempre. In exigencia parece más plaustble. Por e¡emplo, estnrlamos
justificadamente•. poco dispuestos a atribuir poderes sobre-
Aquf se Infiere un enuncladq universal que afirma la validez naturales a un adivino basándonos en una sola predicción
del principio de Inducción ¡a partir de cierta cantidad· de correcta. Y tampoCó seria justificable concluir una conexión
enunciados singulares que ~gistran aplicaciones con éxito causal entre fumar' y el cáncer de pulmón basándonos en la
del principio en el pasado. Por lo tanto, la· argumentación es evidencia de un solo fumador empedernido que contraiga ·
inductiva y, no se puede, fues, utilizar para justificar el la enfermedad. Creo que está claro en estos ejemplos que
principio de inducción. No · podemos utilizar la inducCión si el principio de inducción ha de ser una gula de lo que se
1
para justificar la ind.ucciónfEsta dificultad, que va unida eonsidere una licita inferencia clentffica, entonces hay que
a la justificación de la indu ón, ha sido denominada tra- matizar con cierto.cuidado la cláus.ula del •gran número•..
dicionalmente •el problema la inducción•.
Además, la posti.u-a inductivista ingenua se ve amenazada
Parece, pues, que· el in uctivista ingenuo impenitente cuando se examina'.en detalle la exigencia de que se efectúen
tiene problemas. La exigenc a extrema de que todo conoci-
miento se derive de la expe~encia mediante reglas de induc-
las observaciones en una amplia variedad de circunstancias.
¿Qué se ha de ·considerar como variación significativa en
ción excluye el principio de i~ducción, básico pará la postura las circunstancias?.for ejemplo, cuando se investiga el punto
inductivista. , ' de ebullición del agua ¿es necesario .variar la presión, la
Además de la circularidad que conllevan los intentos de pureza del agua, el: método de calentamiento y el momento
justificar el principio de inducción, el principio, tal y como del dla? La respuesta a las dos primeras sugerencias es •sí•
lo be establecido, adolece de otras desventajas. Estas desven· y a las dos segUndas •no•. Peto, ¿en qué nos basamos para
tajas proceden de la vaguedad y equivocidad de la exigencia dar estas respuestas? Esta cuestión es importante porque la
de que se realice un •gran n4mero• de observaciones en una lista de variaciones' se puede extender· indefinidamente aña·
•amplia variedad• de circunstancias. diendo una variedad de variaciones adicional.es tales como
¿Cuántas observaciones constituyen un gran número? el color del recipiente, la identidad del experimentador, Ia
¿Cuántas veces hay que calentar una barra de metal, diez situación geográfica, etc. A menos que se puedan eliminar
veces, cien veces, antes de que podamos concluir que siempre esas variaciones •stiperfluas•, el número de variaciones nece-
se dilata al ser calentada? Sea cual fuere la respuesta a esta sarias para hacer U:na licita inferencia inductiva será infini-
cuestión, se pueden presentar ejemplos que hagan dudar tamente grande. ¿Sobre qué base, pues, se considera super-
de la invariable necesidad de un gran número de observa- flua una gran cantidad de variaciones? Creo que la respuesta
ciones. Para Ilustrar esta ctiestión, me referiré a la fuerte está bastante clara. Las variaciones que son significativas se
reacción pública en contra de la guerra nuclear que. siguió distinguen de las que son superfluas apelando. a nuestro
al lanzamiento .dé la primera bomba atómica en. Hiroshima al conocimiento teórico· de la situación y de los tipos de meca-
final. de la segunda guerra mundial. Ésta reacción se, basaba nismos físicos operativos. Pero admitir esto es admitir que
en la constatación de que la$ bombas atómicas ·originan la teorla desempeña un papel vital antes de la observación.
destrucción y muerte por doquier y un enorme sufrimiento El indi.tctivista ingenuo no puede admitir eso. Sin embargo,
humano. Y, no obstante, esta creencia generalizada se basaba insistir en este puhto conducirla a las ·críticas del inducti-
en una sola y dramática observación. Del mismo modo, un vismo que be reservado para el siguiente capítulo. Simple-
32 Alan F. Chalmers El problema de la induccidn 33
mente observaré ahora que la cláusL' 'a de la •amplia varie- cipio conducirán a conclusiones generales que son proba·
dad de circunstancias. en el principio de inducción plantea blemente verdaderas. Los intentos de justificar la versión
al inductivista serios problemas. · probabilista del principio de inducción apelando a la expe-
riencia han de lldolecer de la misma deficiencia que los
intentos de justificar el principio en su forma original. La
II. LA RETIRADA A LA PROBABILIDAD justificación utilizará una argumentación del tipo que se
considera necesitado de justificación.
Hay una manera muy evidente de moderar la postura extre- Aunque el principio de inducción en su versión proba··
ma del inductivismo ingenuo criticada en la sección'anterior bilista se pueda justificar, e-xisten problemas adicionales con
en un intento de contrarrestar algunas criticas. Uha argu- los que se enfrenta nuestro más precavido inductivista. Los
mentación que defendiera una postura más moderada podría problemas adicionales están relacionados con las dificultades
ser la siguiente. que se encuentran cuando se trata de p~isar exactamente
No podemos estar ciento por ciento seguros de que sólo la probabilidad de una ley o teoría a la luz de unas pruebas '
porque hayamos observado en muchas ocasiones que el sol especificadas. Puede parecer intuitivamente plausible que, a
sale cada dfa, el sol saldrá todos los dfas. (De hecho en el medida que aumenta el apoyo observaciorial que:recibe una
Artjco y en el Antártico hay días en que el sol no~·e.) No ley universal, aumente también la probabilidad de que sea
podemos estar ciento por ciento seguros de que la ~ guiente verdadera. Pero esta intuición no resiste un examen. Según
piedra que arrojemos no •caerá• hacia arriba. Sin bargo, la teoría oficial de la probabilidad, es my.y difícil dar una
aunque no se puede garantizar que las generalizaciones a explicación de la inducción que evite 1~ cense.cuen'tia de
las que se ha llegado medi'ante inducciones lícitas sean per- que la probabilidad de cualquier· enunci do universal que
fectamente verdaderas, son probablemente verdaderas. A la afirme algo sobre el mundo sea cero, sea 'cual fuere la evi-
luz de las pruebas, es muy probable que el sol siempre salga dencia observacional. Para decirlo de una' manera no técni·.
en Sidney y que las piedl;'lls caigan hacia abajo al ser arro- ca, cualquier evidencia obsérvacional constará de un número
jadas. El conocimiento científico no es conocimiento proba- finito de enum;iados observaci 0 nales, mientras que un enun-
do, pero representa un conocimiento que es probablemente ciado universal hace afirmaciones ·acerca de un nú.mero in-
verdadero. Cuanto mayor sea el número de obsen¡aciones finito de posibles situaciones. La probabilidad de que sea
que formen la base de una inducción y cuanto m~,Yor sea cierta la generalización universal es, ,por tanto, un 'número·
la variedad de condiciones en las cuales se hayan realizado finito dividido por un número infinito, lo cual sigue siendo
estas observaciones, mayor será la probabilidad de que las cero por mucho que aumente el número finito de enuncia-
generalizaciones resultantes sean verdaderas. dos observacionales que constituyan la evidencia. ,
Si se adopta esta versión modificada de la inducción, Este problema, junto con los Intentos de atribuir proba-
entonces se reemplazará el principio de inducción por una bilidades a las teorías y leyes científicas a la luz de la
versión probabilista que dirá más o menos lo siguiente: •Si evidencia dada, ha dado ~rigen a un detallado programa téc·
en una amplia variedad de condiciones se ha obserVado un. nico de investigación que en las últimas décadas 'han seguido
gran número de A y si todos estos A observados po!li:en sin y desarrollado tenazmente los inductivistas. Se han cons-
excepción la propiedad B, entonces probablemente todos truido lenguajes artificiales en los que es posible atribuir
los A poseen la propiedad B•. Esta reformulación no supera probabilidades únicas, no iguales a cero, a ciertas generali·
el problema de la inducción. El principio reformulado sigue zilciones pero estos lenguajes son tan limitados que no con-
siendo un enunciado universal. Basándose en un número tienen generalizaciones universales. Están lejos del lenguaje
finito de éxitos, implica que todas las aplicaciones d~ prin- de la ciencia. ' '
34 Atan F. Chalmers El problema de la inducción 35
Otro intento de salvar Jel programa inductivista supone las probabilidades de. la corrección de JJs predicciones indi·
renunciar a la idea de atribuir probabilidades a las teorías viduales amena~n de nuevo con ser iguales a cero.
Y. leyes científicas. En lugar de esto, se llama la atención
sobre la probabilidad de que sean correctas las predicciones
individuales. Según este eijfoque, el objeto de la ciencia es, 111. POSIBLES RESPUESTAS AL PROBLEMA DE LA INDUCCION
por ejemplo, estimar la prQbabílidad de que el sol salga m; .
ñana en vez de la probal:iilidad de que salga siempre. Se a
Emremados al pi:oblema de la inducción y las cuestiones
espera que la ciencia sea c\tpaz de proporcionar la garantía conexas, los inductivistas han tropezado con dificultad tras
de que un puente de ci.er.ti' d. ise.ño resista. d. iversas tensiones dificultad al inte.l\tar construir la ciencia como un conjunto
y no se hunda, pero no e que todos los puentes de ese de enunciados e:¡~ se pueden establecer comó verdaderos o
diseño sean satisfactorios. Se han desarrollado algunos sis· como probableñli:nte verdaderos a partir de una evidencia
temas en ese sentido que permiten que se atribuya proba· dada. Cada manipbra efectuada para .cubrir )¡¡ retaguardia
bilidades no iguales a cero a predicciones individuales. Se les ha llevado m~s lejos de nociones intuitivas acerca de esa
mencionarán a continuación dos <!e las críticas que se les excitante empres~ denominada ciencia. Su programa t~nico
hacen. En primer lugar, la idea de· que la ciencia se ocupa ha conducido a ádelantos interesantes dentro de Ja teoría
de la producción de un conjunto de predicciones indivi· de la probabilidad, pero no ha proporcionado nuevas ideas
duales y no de la producción de conocimiento en forma de acerca de la mi\uraleza de la ciencia. Su programa ha
complejo de enunciados g~nerales es, por lo menos, anti· degenerado. '
intuitiva. En s"egundo lugar, aunque se limite la atención a Hay un ciertofnúmcro de posibles respuestas al problema
las prcdlccloncl lndlvldunlbs, s_c puedo orHumtmtnr que In~ de In induccl<in. Unn de cllns es In dd <'N<"<' pi ko. Podemos
teorías clentlflcaa, .y por tanto los enunciados universales, nc.ephu· que In cl~nch1 so busu .en In Inducción y In (lcmus.
están Inevitablemente lmpllcltas en .la estimación de la pro- lrnción que hizo' Hume de que no se puede justificar la
babilidad de que tenga éxito una predicción. Por ejemplo, Inducción apelando a la lógica o a la experiencia, y concluir
en un sentido intuitivo, no técnico,· de •probable• podemos que la ciencia no se puede justificar de un modo racional.
estar dispuestos a afirmar que es hasta cierto punto probable El propió Hume 'adoptó una postura de este tipo. Mantuvo
que un fumador empedernido muera de cáncer de pulmón. que nuestras creencias en las leyes y teorías no son más que
La evidencia que apoye la afirmación estará presumible- hábitos psicológicos que adquirimos como resultado de las
mente constituida por los C:atos estadísticos disponibles. repeticiones de la$ observaciones relevantes. . . .
Pero esta probabilidad intuitiva aumentará de modo signi· Una segunda fespuesta consiste .en atenuar la exigencia
ficativo si se dispone de una teoría plausible y bien fundada in~uctivista de qU,e todo el conocirqiento no lógico se,tenga
que implique alguna conexión causal entre fumar y el cáncer que -derivar de la experiencia y argumentar en favor del prin·
de pulmón. De modo similar, aumentarán las estimado· cipio de inducci~n basándose en alguna otra razón. Sin em·
nes de la probabilidad de que el sol salga mañana una vez bargo, consider¡~Í· que el principio de inducción. o algo pare-
que .se tenga en cuenta el conocimiento de las leyes que cido, es •evident~• no es aceptllble. Lo que consideramos
rigen el comportamiento del sistema solar. Pero el hecho de evidente depende! y tiene demasiado que ver. con nuestra
que Ja probabilidad de la corrección de. las predicciones educación, nucs_t¿os prejuicios y nuest~a cultura para ser
dependa de las teorías y leyes universales socava el intento una base fiable de lo que es ·razonable. En diversas etapas
inductivista de atribuir: probabilidades no iguales a cero de la historia. para muchas culturas era evidente qlle la
a las predicciones individuales. Una vez que se encuentran tierra era plana. Antes de la revolución científica de Galileo
impllcitos de un. modo significativo enunciados universales, y Newton, era evidente que para que un objeto se moviese,
36 AJan F•. Chalmers El problema de la induccidn 37
era necesaria una fuerza o causa de algún tipo que lo mo- of inductive logú:, compilado por l. Lakatos (Amsterdam, Nortb
viera. Esto puede ser evidente para algunos lectores de este Holland Pub. Co., 1968), pp. 315-417. Hay criticas del inductivismo
libro que carezcan de una formación física, y no obstante rlesde un punto de vista algo diferente al adopt~do en este libro
~n IR obra clásica de P. Duhem, The aim and stmclurc uf physical
es falso. Si se ha de defender que es razonable el principio
lhcory (Nueva York, Atbencum, 1962).
de inducción, entonces se ha de ofrecer una argumentación
más sofisticada que la apelación a su evidencia. ..
Una tercera respuesta al problema de la inducción supone
la negación de que la ·ciencia se base en la inducción: Se
evitará el problema de la inducción si se puede establecer
que la ciencia no conlleva la inducción. Esto es lo que inten-
tan hacer los falsacionistas, y principalmente K. R .. Popper.
Analizaremos estos intentos en los capítulos 4, S y :6.
LI!CTURAS COAIPLEUENTARIAS