Sunteți pe pagina 1din 2

EL MARXISMO Y LA EDUCACIÓN: UN BALANCE

Análisis de la obra de Marx respecto de la educación en tres puntos:

1.- El materialismo supone a la educación dentro de una problemática más general del proceso de
formación de la conciencia.

2.- Las funciones de la enseñanza como mecanismo de producción, esto es; provocan
modificaciones en su materia prima, el alumnado.

3.- El significado del análisis del sistema educativo como mecanismo “de asignación”, o sea, la
distribución de los individuos en la estructura social adulta.

Realidad, Ideología, Educación

Líneas de relevancia para la sociología de la educación:

En primero lugar, la relación entre el individuo y la sociedad (en términos de Marx; hombre y
ambiente). ¿Cambian los individuos o la sociedad? Marx rechaza este dualismo, reformulando los
términos: Individuo social, sociedad humana.

Dentro de esta problemática se mueve su concepción de la persona y su análisis de la conciencia. La


primera se basa en una antropología del trabajo como elemento diferencial, constitutivo y
constituyente de la especie y del individuo.

Es a través del trabajo como el ser humano da forma, no sólo a la naturaleza que lo rodea, sino a sí
mismo, individual y colectivamente.

En segundo lugar, está el basamento del postulado en el que el ser social es la base del ser
consciente, el ser consciente es la expresión consciente del ser real. Marx busca la raíz de las ideas
en las relaciones cotidianas, en concreto en las relaciones sociales de producción y cambio.

Lo que viene a decirnos, en definitiva, es que la escuela no es el único lugar en que se producen y
transmiten ideas ni, probablemente, el principal.

La escuela como mecanismo de producción

En el centro del pensamiento marxiano está precisamente la problemática del trabajo.

La preparación para el trajo comprende fundamentalmente dos aspectos: cualificación y disciplina.


En el sistema educativo se adquieren, por un lado, conocimientos, destrezas, aptitudes, etc., ,
generales y específicas, que luego son de aplicación directa o indirecta en la actividad productiva;
por otro, las actitudes, disposiciones, formas de comportamiento, etc., que permiten integrarse a la
estructura social de la producción. Podemos llamar a lo primero cualificación, y a lo segundo,
socialización. Marx aportó un marco conceptual, de la distinción del trabajo simple y el complejo y
la consideración de la fuerza de trabajo como mercancía.

El marxismo ha influenciado beneficiosamente el papel de la escuela en la socialización para el


trabajo. La moderna sociología de la educación ha estudiado los efectos de la organización del
espacio y el tiempo escolares, desplazando el acento en el estudio de los efectos de la educación
del contenido al proceso material.
Sin embargo, el marxismo ha dificultado la apreciación del papel de la escuela en la formación de
las instituciones y las identidades nacionales. Ello probablemente se debe tanto a su menosprecio
del problema nacional como a la centralidad otorgada a la economía.

La escuela como mecanismo de distribución

Además de producir efectos en los alumnos mismos, el sistema escolar contribuye a que ocupen
luego una u otra posición en la desigual estructura económica y social; desempeña por tanto el papel
de un mecanismo de distribución, o de asignación. En este sentido, la escuela contribuye a la
generación de las desigualdades sociales.

En primer lugar, la escuela ha excluido a las mujeres para luego acogerlas por separado y,
finalmente, incorporarlas a una institución hecha a la medida de los hombres. En segundo lugar, por
lo general ha hecho otro tanto con las minorías étnicas, excluyéndolas primero, discriminándolas
después e intentando asimilarlas por, por último siempre con total desprecio a su cultura.

¿Qué podemos y debemos conservar?

La obra de Marx abrió una serie de campos en los que buena parte del trabajo está todavía por
hacer.

Es necesario emprender el análisis de los elementos que la suponen. Todos los ámbitos de la
desigualdad respecto a la educación, deben ser afrontados desde distintas perspectivas.

El escenario escolar (planes, programas, reformas, etc.) deben ser examinados y criticados no sólo
en cuanto a su validez sino también en cuanto a su génesis.

Debemos prestar toda la atención necesaria a las relaciones sociales materiales dentro de las cuales
tiene lugar la comunicación, a su medio, al proceso de aprendizaje.

En suma, se trata de cobrar conciencia de la posibilidad y la necesidad de escudriñar toda la


experiencia escolar, en especial las rutinas de la vida cotidiana.

S-ar putea să vă placă și