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CLASIFICACIÓN Y DOSIS
INDICACIONES CLÍNICAS
Las FQ tienen una utilidad clínica muy extensa, lo que se basa en su efecto bactericida, su amplio
espectro de actividad, buena absorción por vía digestiva, amplia distribución en los tejidos,
prolongada vida media, prolongado efecto postantibiótico, de lo que resultan planes terapéuticos
eficaces y cómodos.
Aunque son eficaces y fueron aprobadas para su administración en muchas infecciones, no siempre
constituyen el antibiótico de elección. Su uso debe restringirse a esos casos y no indicarlas en forma
indiscriminada, para evitar la creciente resistencia de los microorganismos, lo que lleva a una
pérdida de su utilidad clínica.
- Infecciones urinarias
Las quinolonas de primera generación pueden indicarse para la profilaxis o el tratamiento de
infecciones urinarias bajas no complicadas, teniendo en cuenta por ejemplo que no son activas
frente a S. saprophyticus.
Las quinolonas de segunda generación son útiles para tratar infecciones urinarias complicadas o no,
sobre todo en las que afectan parénquima renal y en prostatitis. Esto se basa en su excelente
actividad contra los uropatógenos más habituales, la alta concentración que adquieren en orina y
su buena penetración en el tejido prostático. Cuando las orinas son alcalinas, estos antibióticos
pueden perder eficacia.
Son de elección para iniciar un tratamiento empírico, el que luego debe adaptarse al resultado del
estudio bacteriológico. En infecciones urinarias no complicadas de la mujer, si el germen es sensible
a trimetoprim-sulfametoxazol, se lo prefiere por su menor costo ya que es igualmente activo,
reservando las FQ para las infecciones urinarias complicadas y para pacientes alérgicos a las sulfas.
Las quinolonas, al igual que trimetoprim-sulfametoxazol, eliminan los gérmenes de los reservorios
(vaginal, perirrectal y perineal), sin alterar la flora normal del intestino y vagina, por lo que disminuye
la frecuencia de las recidivas de las infecciones urinarias.
De las nuevas quinolonas, levofloxacina está aprobada para el tratamiento de infecciones urinarias
altas y bajas.
- Prostatitis
Las FQ penetran bien en la próstata, concentrándose en el tejido prostático en niveles mayores que
en el líquido prostático. Son muy activas contra los enterobacilos, gérmenes que frecuentemente
causan las prostatitis. Por lo antedicho, las FQ son antibióticos de elección en el tratamiento de
prostatitis.
- Infecciones gastrointestinales
Todos los patógenos bacterianos que provocan gastroenteritis suelen ser suceptibles in vitro a las
quinolonas. Alcanzan altas concentraciones en materia fecal, aunque ésta puede reducir su
actividad. La eficacia contra infecciones sistémicas por especies de Salmonella está favorecida por
la penetración de las FQ en los macrófagos, siendo éstos patógenos intracelulares. Por otra parte se
ha demostrado que el uso de quinolonas en diarrea causada por Salmonella spp. determina un
prolongado estado de portador, por lo que el tratamiento en este caso debe ser sintomático,
reservándose los antibióticos para enfermedad severa, pacientes inmunodeprimidos o edades
extremas.
- Infecciones respiratorias
En algunos países, las más nuevas quinolonas con actividad antineumococo (sparfloxacina,
trovafloxacina, levofloxacina o moxifloxacina) fueron incluidas en los planes de tratamiento
empírico inicial de neumopatías agudas comunitarias. Ello se basa en que son activas contra
prácticamente todos los gérmenes que causan neumopatías agudas (incluyendo gérmenes
"atípicos", anaerobios y S. pneumoniae resistente) y son fáciles de administrar. Esta indicación
debiera reservarse para comunidades con tasa elevada de S. pneumoniae con resistencia de alto
nivel a betalactámicos.
Con el fin de evitar el surgimiento de cepas resistentes se aconseja usar estas quinolonas con
prudencia, reservándolas para casos especiales: fracaso de tratamiento, alergia a betalactámicos,
alta resistencia del neumococo comprobada (CIM no menor de 4 mg/l).
The Food and Drug Administration (FDA) Anti-Infectives Subcomite recientemente aprobó la
levofloxacina para el tratamiento de la neumonia causada por S. pneumoniae resistente a la
penicilina.
La FDA también aprobó el uso de ciprofloxacina, levofloxacina y moxifloxacina para tratar las
exacerbaciones de bronquitis crónicas, aunque es importante volver a recordar la escasa actividad
de ciprofloxacina frente a S. pneumoniae y lo ya aconsejado en cuanto a la prudencia en el uso de
las FQ de última generación.
Debido a que los planes terapéuticos deben ser prolongados, los agentes orales facilitan el
tratamiento. Las quinolonas pueden cumplir este rol en razón a su espectro de actividad, eficacia y
buena penetración en hueso. Además suelen ser bien tolerados, aun en tratamientos prolongados.
Los fracasos en el tratamiento se relacionan con: debridamiento incompleto, presencia de cuerpos
extraños, desarrollo de resistencia, especialmente de S. aureus, P. aeruginosa o Serratia
marcescens. Como las más recientes quinolonas tienen mayor actividad contra Staphylococcus, es
de esperar mejores resultados.
Aunque los agentes etiológicos más comunes de la celulitis y la piodermitis son Streptococcus
pyogenes y S. aureus, los pacientes diabéticos, con enfermedad vascular, éscaras de decúbito y
heridas quirúrgicas, pueden presentar infecciones de tejidos blandos por una asociación bacteriana
donde además participan: aerobias gramnegativas y anaerobias. En estos grupos de pacientes, las
quinolonas, solas o asociadas, resultan eficaces.
Ofloxacina es la única quinolona fluorada con buena actividad frente a Chlamydia trachomatis y se
utiliza para el tratamiento de infecciones, incluso enfermedad inflamatoria pélvica. No se dispone
de la misma en nuestro medio.
- Otros usos
Ciprofloxacina 500 mg en dosis única puede ser empleada para la profilaxis de los contactos de
meningitis meningocóccica.
Las quionolonas son activas contra algunas ETS producidas por Neisseria gonorrhoeae, Chlamydia
trachomatis y Haemophilus ducrey, pero no contra Treponema pallidum.
Para tratar infecciones por Chlamydia trachomatis, la única quinolona aprobada por el CDC es la
ofloxacina, en un curso de 7 días.
CONTRAINDICACIONES CLINICAS
- Embarazo y lactancia.
Seguridad no establecida, no se ha demostrado mayor teratogenicidad.
- Mayores 18 años
Uso cuando beneficios superen los riesgos
- Historia de convulsiones
Riesgo bajo, pero aumenta cuando se usan con AINES O teofilina (ciprofloxacino)
Aumenta competencia de FQ con GABA en su receptor
- Miantenia gravis
Aumenta debilidad muscular
MACRÓLIDOS
INDICACIONES CLINICAS
Los macrólidos tienen un espectro de actividad muy similar entre uno y otro, no penetran el líquido
cefalorraquídeo y logran altas concentraciones en piel, oído medio, secreciones bronquiales,
próstata, mucosa gástrica, granulocitos y macrófagos. Basado en ello, los macrólidos se indican en
medicina en:
La claritromicina tiene mayor actividad sobre H. Influenzae y es más potente contra el estafilococo
y el estreptococo que lo es la eritromicina. La eritromicina es altamente activa contra Streptococos
betahemolíticos del grupo A y Streptococcus pneumoniae. La mayoría de cepas de streptococos
beta hemolíticos incluyendo grupos B, C, F, y G son también susceptibles a la eritromicina. Más
recientemente se estudia como posibles blancos alternativos en el tratamiento de la fibrosis
pulmonar
CONTRAINDICACIONES CLINICAS
Los macrólidos están contraindicados en pacientes que han tenido reacciones alérgicas previas a
ellos.
INDICACIONES CLINICAS
CONTRAINDICACIONES CLINICAS