VICE-RECTORADO ACADÉMICO FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES LICENCIATURA EN ADMINISTRACION
Riesgos financieros para el profesional de la administración
Autor:
Eduardo Corral CI: V-23813338
Gestión de Riesgos SAIA A Prof. Gardenia Bravo
Cabudare, Junio 2018
Riesgos financieros para el profesional de la administración
En los últimos años ha cobrado real importancia fortalecer a la alta dirección en
la gestión de riesgo. Las organizaciones enfrentan diversos tipos de riesgos, ya sean riesgos propios del negocio en que se desenvuelven, financieros y operacionales, como riesgos ajenos a su operación, sociales, ambientales y éticos, los cuales son cada día más globales y complejos, producto del entorno dinámico en que se encuentran insertas. Por ello, las organizaciones han debido ser hábiles en identificar y gestionar estos riesgos para encausarlos a niveles aceptables, con el fin que sean percibidos como oportunidades y no como amenazas. Es por esto, que se ha intensificado considerablemente la exposición al riesgo de instituciones financieras, producto del aumento importante en el volumen de operaciones y la gran variedad de servicios que proporcionan. Por ello, cuando se hace referencia al término riesgo, generalmente se refiere a “aquellos eventos o acontecimientos que adversamente impactan los objetivos y metas estratégicas de toda entidad” Cepeda (2009). La misión, visión y valores de una entidad, se traducen en metas y objetivos, los cuales, luego de gestionarse a través de un proceso formalmente establecido, se convierten en un producto final, beneficios futuros, de interés particular o común. Dadas las condiciones que anteceden surge la interrogante ¿Es importante para una organización saber a qué se enfrenta?, la respuesta es sí, ya que no es posible perder de vista que algo puede salir mal o al menos, que el resultado no sea el que se había estimado, o al menos no de forma óptima, en esto la suerte nada tiene que ver. Todo esfuerzo que se hace, destinado a lograr lo que se ha programado, debería prever aquellos posibles eventos que pudiesen impedir o modificar los resultados respecto de lo previsto. Es bajo esa perspectiva, que para lograr esas metas u objetivos, se deben conocer esos eventos adversos de elementos o factores, internos y externos; que en un momento determinado no permiten dar en el blanco, al cual todos los recursos personal, económicos-financieros y equipos. En efecto, la gestión de los riesgos implica cambios en la toma de decisiones, en la forma de gerenciar, en la eliminación de ciertos paradigmas y creación de la cultura de gestión de riesgos, en todos los niveles de la entidad, iniciando en la alta dirección alcanzando hasta el último nivel de la entidad. Gestionar los riesgos requiere del establecimiento formal de un proceso que permita de forma clara, técnica y sencilla la evaluación y análisis de los riesgos. En la actualidad los retos para los ejecutivos, las organizaciones, los empresarios y las personas físicas son más globales y competitivos, esto hace que los recursos monetarios disponibles se deban manejar de una manera eficiente, para así obtener los mejores resultados. Por ello, que la administración del riesgo ha cobrado importancia como parte de las actividades para la gestión de las empresas; tanto es que en las entidades más grandes, se cuenta con una persona o grupo para procurar, mantener y evaluar las actividades de control interno y la gestión de riesgos en aras de preservar la gran cantidad de recursos que pudiesen tener. Claro está, que las empresas medianas y más pequeñas también pueden ejercer gestión de riesgos, y evitar o minimizar el impacto de los riesgos a los que se ve expuesta. En relación a lo anterior mencionado Chaux, (1998), define la Gestión de Riesgos como "el proceso de toma de decisiones en base a la expectativa de beneficios futuros, ponderando las posibilidades de pérdidas inesperadas, controlar la puesta en práctica de las decisiones y evaluar los resultados de forma homogénea y ajustada según la posición asumida. Dicha definición implica que se trata de un proceso dinámico, que constituye un medio para un fin y no un fin en sí mismo, ejecutado por toda la organización, cuya implementación proporciona una seguridad no absoluta en cuanto a que el manejo de determinados eventos no afecte al desempeño y alcance de los objetivos empresariales. Si los riesgos empresariales son principalmente decisiones, eventos o procesos, ejecutados u omitidos en situación de incertidumbre, que potencialmente probablemente originan resultados en forma de pérdidas o de beneficios para la empresa; su gestión debe ser el conjunto de actividades que persiguen el doble objetivo tanto de proteger la empresa como de explotar oportunidades de beneficio que ofrecen los riesgos. El análisis de riesgo es un proceso que direcciona de arriba abajo y de abajo arriba, se requieren políticas claras, pero también entendimiento en las operaciones financieras. La administración de riesgo está asociada a todas las funciones de la organización, no es un problema único de una sola área, sino general que se controla en forma centralizada, pero se maneja por áreas de responsabilidad. Por esta razón, un administrador de riesgos financieros se encarga del asesoramiento y manejo de la exposición ante el riesgo de corporativos o empresas a través del uso de instrumentos financieros derivados. Para brindar un panorama más particular sobre la administración de riesgos. En la gestión de riesgos del país, que reflejan su organización, capacidad, desarrollo y acción institucional para reducir la vulnerabilidad y las pérdidas, prepararse para responder en caso de crisis y de recuperarse con eficiencia. De esta forma, el sistema de indicadores cubre diferentes perspectivas de la problemática de riesgos de cada país y tiene en cuenta aspectos como: condiciones de daño o pérdidas potenciales debido a la probabilidad de eventos extremos, desastres o efectos sufridos de manera recurrente, condiciones socio ambientales que facilitan que se presenten desastres, capacidad de recuperación macroeconómica, desempeño de servicios esenciales, capacidad institucional y efectividad de los instrumentos básicos de la gestión de riesgos, como la identificación de riesgos, la prevención-mitigación, el uso de mecanismos financieros y de transferencia de riesgo, el grado de preparación y reacción ante emergencias y la capacidad de recuperación. Los indicadores y las variables con los cuales se han desarrollado los índices se seleccionan sobre la base de gestión de riesgos y la evaluación de los datos disponibles, y de acuerdo con una amplia consulta y análisis. Los informes del programa listados en la bibliografía presentan los detalles sobre el marco conceptual, el soporte metodológico, el tratamiento de los datos y las técnicas estadísticas usadas en la modelación Cardona (2005). Este sistema de indicadores se ha concebido para efectos de medición y monitoreo en el tiempo y para la identificación de condiciones de inseguridad y sus causas, utilizando criterios relacionados con los grados de amenaza al que están expuestos y las circunstancias socioeconómicas que influyen en su vulnerabilidad. Además, este sistema es un enfoque holístico de evaluación, que, debido a su flexibilidad y posible compatibilidad con otros enfoques de evaluación específica, será con el tiempo cada vez más utilizado y aceptado como una de las mejores opciones para la representación de las situaciones de riesgo y de gestión del riesgo. Con lo anterior, se puede deducir que las empresas disponen de dos grandes fuentes de fondos. Pueden captar dinero de fuentes externas y acciones, emitiendo deuda o adquiriendo deuda con el sector financiero y reinvirtiendo parte de sus utilidades. Con ésta última, surgen ciertas ventajas, se evitan los gastos de la emisión de nuevas emisiones, la disminución de la utilidad por acción, los costos financieros de adquirir compromisos y el aumento del apalancamiento financiero de la empresa. Pero como no siempre las empresas tienen fondos suficientes en sus recursos internos para satisfacer sus necesidades de inversión, este déficit financiero se debe compensar con las fuentes externas ya mencionadas. Finalmente, la gestión de riesgo implica evitar y controlar el riesgo, para poder minimizar las pérdidas potenciales, así como tolerarlo siempre y cuando los movimientos tiendan más a ser favorables que adversos, asumiéndolos con capacidad propia a cambio de “disfrutar” de las oportunidades de retorno inherentes. Sin embargo, las instituciones financieras realizan gran cantidad de transacciones con lo cual engloban a una parte importante de la población, por esto, cualquier evento que le ocurra repercutirá inevitablemente a nivel país, por esta razón, es tan relevante que este tipo de instituciones aplique una adecuada administración de riesgo en la cual pueda identificar, evaluar, controlar y monitorear los riesgos, para mantenerlos en un nivel aceptable, que en caso que se llegara a materializar, el riesgo, no sea de gran impacto. Además de aplicar un adecuado método de evaluación de riesgos.