Sunteți pe pagina 1din 12

Taller de Letras N° 51: 207-218, 2012

issn 0716-0798

La narrativa de Florencia Abbate y la descripción


de la catástrofe

Dánisa Bonacic
Simmons College
danisa.bonacic@simmons.edu

El presente ensayo estudia la narrativa de Florencia Abbate y se concentra en la repre-


sentación de la catástrofe y sus consecuencias en la vida íntima de sus personajes. El
trabajo pone especial atención al retrato de la crisis económica ocurrida en Argentina
en el 2001 y su repercusión en los jóvenes. En efecto, la obra de Abbate muestra el
modo en que la crisis social transforma las relaciones familiares y personales de los
personajes así como su capacidad para entender el presente y vislumbrar un futuro
compartido.
Palabras clave: literatura argentina reciente, crisis, catástrofe, relaciones
personales, familia.

This paper studies Florencia Abbate’s fictional work and focuses on the portrayal of
catastrophe and its effects on the characters? personal lives. The analysis pays close
attention to the depiction of the economic crisis occurred in Argentina during 2001 and
its repercussions on young people. Indeed, Abbate?s work outlines the transformations
in family and personal relationships caused by social crisis as well as the difficulties
to understand the present, and imagine a future together.
Keywords: recent argentinian literature, crisis, catastrophe, personal relation-
ships, family.

Recibido: 26 de abril de 2012


Aprobado: 20 de agosto de 2012

207 ■
Taller de Letras N° 51: 207-218, 2012

“Un declinar
como si los chicos
se desmembraran”

Florencia Abbate, Los transparentes

Las novelas de Florencia Abbate (Argentina, 1976) exploran las conexiones


entre graves dificultades personales y contextos sociales agobiantes. Así,
El grito (2004) relata los problemas de cinco personajes durante la crisis
económica, política y social ocurrida en Argentina a fines de 2001. El caos
experimentado por el país sirve de paralelo al desconcierto de un grupo que
sufre producto de enfermedades, trastornos psicológicos, rupturas amorosas,
relaciones destructivas y falta de comunicación. La segunda obra de la autora,
Magic Resort (2007), ocurre también en Buenos Aires pero se organiza en
torno a dos desastres internacionales: la caída de las Torres Gemelas en
Nueva York y el tsunami del océano Índico que afectó a Indonesia, Sri Lanka,
India y Tailandia durante el año 2004. Estos terribles sucesos marcan el inicio
y el final de historias de personajes que viven momentos de inestabilidad,
dolor y angustia como intentos de suicidio, quiebres románticos y pérdida
de seres queridos.

En efecto, las conexiones entre catástrofes sociales y conflictos persona-


les nos ofrecen un punto de entrada para la lectura de relatos en los que la
comunidad no ofrece protección y las relaciones personales se transforman
en el medio principal para sobrevivir el desamparo que impera en estos esce-
narios. En el presente ensayo examinaremos los relatos de Florencia Abbate
a partir de la experiencia de la catástrofe, suceso destructivo que altera la
realidad hasta entonces conocida, quiebra las certidumbres sociales y abre un
nuevo espacio de discusión y duelo. De este modo, Abbate ofrece imágenes
de un presente amenazado por desgracias: un tiempo que incluye las heridas
del pasado reciente y la incertidumbre sobre el futuro. No obstante, ambas
obras exploran también la posibilidad de un presente compartido debido a la
creación de nuevos lazos personales o la reconstrucción de relaciones per-
didas. Estos gestos, como veremos más adelante, exploran nuevas formas
de afrontar la catástrofe y coexistir en medio de las ruinas.

Comenzaremos entonces con un análisis de El grito (2004). Esta novela


presenta cuatro historias de personajes conectados por relaciones familia-
res. El primer relato está narrado por Federico, un joven de treinta años,
aún dependiente económicamente de su padre y sin una idea clara sobre su
identidad. La segunda parte es de Horacio, quien vivió en el exilio durante
la dictadura, y enfrenta un nuevo fracaso romántico que se agrega a una
lista de otras rupturas y separaciones. La tercera sección de la novela es una
larga carta de Peter a su hermano (Horacio) en la que cuenta su sufrimiento
producto de una relación masoquista que ha tenido durante años con el padre
de Federico. Por último, la cuarta narración nos presenta la perspectiva de
Clara, una escultora que experimenta el progresivo deterioro de su salud y
se auto-margina de la sociedad. Por último, la novela retrata también los
conflictos de Agustín (hermano de Federico y nuevo compañero de Clara),
un muchacho con múltiples problemas psiquiátricos que tiene dificultades

■ 208
Dánisa Bonacic La narrativa de Florencia Abbate y la descripción de la catástrofe

para relacionarse con su familia y sus pares. De esta manera, cada personaje
debe lidiar con obstáculos y dificultades que los han sumido en un estado
de ruina personal.

Mientras cada personaje relata los detalles de su propia desolación, la


novela explora también la inestabilidad social, caos, violencia e incertidum-
bre política ocurrida durante los últimos días del año 2001 y comienzos
del siguiente. Recordemos que durante este período miles de personas
irrumpieron en las calles de Buenos Aires para demandar ajustes econó-
micos y reformas sociales. La violencia de los saqueos y enfrentamientos
con la policía provocaron muertes, heridos y un caos general que llevó a
la renuncia del presidente De la Rúa y la suspensión del pago de la deuda
externa, entre otras muchas graves consecuencias1. La novela muestra no
solo la crisis del 2001 sino también los antecedentes sociales, políticos e
históricos que provocaron el descontento y desconcierto de la población.
Al respecto, Abbate opina:

En ese sentido, diría que El grito es una novela de la que


puede desprenderse una imagen crítica, o más bien, auto-
crítica, de un sector de la clase media y media alta porteña
en ese contexto; un sector que tuvo, predominantemente,
una actitud individualista e indiferente durante los 90, y
“de repente”, cuando llegó el 2001, empezó a darse cuenta
de que con esa indiferencia había permitido que la clase
política fundiera el país y le arruinara la vida a millones
de personas. Diría que es una novela que muestra que
la política tiene siempre una incidencia directa sobre la
vida cotidiana de las personas, incluso de las que creen
vivir al margen de ella2.

Así, la novela establece una crítica desde dos dimensiones de crisis


–personal y social– que parecen estar completamente separadas pero que
aparecen conectadas por medio de diversas estrategias textuales. En primer
lugar, postulamos que la enfermedad presente en la obra propone un puente
simbólico entre los males corporales y el dolor experimentado por la comu-
nidad. De hecho, las enfermedades retratadas siempre tienen una referencia
más amplia aludida en la obra. Por ejemplo, Clara padece de leucemia y sufre
producto de la inestabilidad de sus células. La obra sugiere una comparación
entre el desequilibrio sanguíneo y la inestabilidad social imperante. Además,
su enfermedad provoca su aislamiento y rechazo de la vida social. En otras

1  Al respecto, el ensayo “Scenes from the Crisis” de Hugo Vezzetti relata los principales
problemas sociales y políticos que mueven a la población a manifestarse en la calle. Este
relato ofrece también una reflexión sobre la pérdida de confianza en el gobierno, la política y
las instituciones económicas que llevaron al país a un estado de inestabilidad e incertidumbre.
Además, Vezzetti reflexiona sobre dos imágenes (el presidente saliendo de la Casa Rosada
en helicóptero y una madre que protesta y es atacada por la policía) que registran la crisis
de ese momento pero que también remiten al reciente pasado traumático del país. Vezzetti,
Hugo “Scenes from the Crisis” Journal of Latin American Studies Travesia, 11:2, 163-171.
2  “Entrevista a Florencia Abbate” disponible en la página personal de la autora: http://

www.florenciaabbate.com.ar/criticas.php

209 ■
Taller de Letras N° 51: 207-218, 2012

palabras, la enfermedad reproduce el caos exterior y provoca un alejamiento


de este. El personaje lo explica de la siguiente manera:

Estar enferma pasó a estar sola. Me siento rara, como caída


entre vidrios. Como en una ruta que se va estrechando,
cada vez más oscura… El dolor físico aplasta, confunde,
atonta. Y qué violenta la calle, los autos. Hasta los chicos
que salen de la escuela los veo amenazantes, desde el
balcón (170).

Aun cuando la enfermedad provoca su reclusión y la separa de otros que


no pueden comprender su experiencia, el estado vulnerable de la artista le
permite también tener una sensibilidad diferente respecto de otros enfermos.
Así, Clara se transforma en testigo constante de los padecimientos de otros.
Por ejemplo, cuando está en el hospital escucha lo siguiente:

En la sala de espera. Un hombre mayor: “Le voy a pedir al


doctor que me saque el estómago para que no me vuelva
a importar ningún gobierno”. El joven de traje, enfrente:
“Buenos Aires es una ciudad donde hay que vivir reven-
tado”. La señora de remera negra: “Todos nos estamos
enfermando por la sociedad (182).

En estos casos la enfermedad está directamente relacionada con la desilu-


sión política, la falta de bienestar social y el peso interno que deben sufrir los
ciudadanos de un país frente a las crisis sociales. Así también, Clara escucha:

En la sala de espera. Un señor a su madre: “Esto te de-


muestra que no es necesario enfermarse para descubrir
que, aunque pretendamos actuar como si fuera una casa
de piedra, vivimos en un castillito de arena…” (¿hablaba
de política o de qué?) (212).

Como vemos, la fragilidad de la enfermedad se equipara ahora con la vulne-


rabilidad del estado. Así como un mal físico puede desencadenar un caos total
del cuerpo, la inseguridad política provoca un caos de las certezas sociales:
la idea de que existe un gobierno e instituciones que protegen al individuo.

Asimismo, las enfermedades de otros personajes también se conectan


con una dimensión social. Tal es el caso de Horacio que sufre de diabetes y
ve su mal como el síntoma de su disgusto frente a la sociedad. El personaje
dice: “No me sorprendí cuando enfermé: me pareció que el sufrimiento moral
había tomado, por fin, una forma física” (86). También la novela presenta a
Agustín quien es juzgado por su hermano como un síntoma de la inestabilidad
de su familia debido a su vulnerabilidad sicológica. Asimismo, Federico se
encuentra con un anciano en una protesta que lo interpela con el siguiente
lamento: “Se me va todo en remedios. Ya no aguanto”. (47) Evidentemente,
el descontento social y el bienestar físico se entrelazan para subrayar la
fragilidad e impotencia de ciudadanos que se enfrentan a la incertidumbre
de un estado sin control.

■ 210
Dánisa Bonacic La narrativa de Florencia Abbate y la descripción de la catástrofe

De este modo, la desgracia es el punto común entre la vida personal de


los personajes y el contexto social en el que viven3. Sin embargo, el contacto
con el exterior genera además un cambio simbólico que permite encontrar
una posibilidad de futuro en estas historias. No hay grandes soluciones o
finales felices que puedan solucionar las crisis representadas. Sin embargo,
los personajes deben salir de sus mundos internos para generar encuentros
que los ayudarán a sobrevivir ambos estados de desconcierto. Proponemos
entonces que el acto de salir, de encontrarse con el exterior y las personas
que habitan la ciudad es una de las fuerzas que pueden provocar un cambio
en los personajes y esta es la segunda estrategia textual que utiliza la autora
para conectar lo personal y lo social. Vale la pena concentrarse en algunos
episodios que ilustran este modo de adquisición de conciencia social para
personajes que anteriormente no parecen ser afectados por la crisis externa.

Como hemos explicado anteriormente, Federico sufre una crisis de identidad


que se agudiza al cumplir los treinta años. Preocupado y ensimismado no se
da cuenta de los sucesos que ocurren a su alrededor. Es así que decide salir
al gimnasio durante un día de grandes movilizaciones sociales. Solo cuando
logra percatarse de la magnitud de los acontecimientos puede comenzar
a generar una propia opinión sobre la política y el estado caótico del país.
Cuando ve a su padre en la pantalla de un televisor dando una entrevista
sobre el daño de los saqueos en sus tiendas, logra comprender la dimensión
de su dependencia paterna. Momentos después, le llega una bala de goma
y lo llevan a la casa de su madre para recuperarse de sus heridas. Esto pro-
voca, por primera vez en mucho tiempo, un pequeño acercamiento entre
madre e hijo. El exterior provoca una transformación en Federico y lo fuerza
a observar con una perspectiva diferente el caos de su propia vida familiar.
Aunque su crisis continúa, este personaje vive una experiencia límite que
cambia su percepción de la realidad.

Otro ejemplo significativo ocurre cuando Horacio abre las puertas de su


departamento a una familia de cartoneros que necesita su ayuda. Hasta
ese momento, este personaje había estado rememorando su pasado: sus
fracasos amorosos, el doloroso pasado político, su exilio y la ruptura de sus
lazos familiares. Sin embargo, con la entrada de una cartonera y sus hijos
se ve enfrentado a la miseria, dolor y duelo del presente. El exterior entra
en el espacio interior y provoca la transición de autocompasión a compasión.
En otras palabras, el dolor que experimenta al verlos partir y el bienestar
efímero que siente al compartir su comida con ellos lo saca de su propia
melancolía. Asimismo, Horacio continúa con su crisis pero este contacto
cambia su percepción de esta.

Por último, la historia termina con Clara y Agustín asomados al balcón para
mirar a los transeúntes. Esta salida representa una mejoría para Clara, quien
ahora puede observar el exterior, y para Agustín, quien vive en un estado de

3  En el artículo “Narraciones de la intemperie”, Elsa Drucaroff examina la importancia de


la crisis del año 2001 en la literatura reciente y especialmente para jóvenes escritores que
eran muy pequeños durante la dictadura. Según la autora, este acontecimiento nacional
irrumpe la democracia marcando el final de un tiempo y el comienzo de otro que muchos
autores jóvenes han decidido explorar. El grito sería un libro clave para entender la manera
en que nuevos escritores desarrollan las consecuencias de este período.

211 ■
Taller de Letras N° 51: 207-218, 2012

permanente distracción frente a lo externo. El nuevo contacto con el exterior


ocurre junto al reconocimiento de que esta relación ha transformado sus
vidas y que ahora ellos forman una nueva familia4.

De esta manera, El grito propone la búsqueda de lazos como una posible


salida del desamparo. En este contexto, la amistad hace posible la recons-
trucción de este mundo en ruinas. Como explica María Moreno en su artículo
“El amanecer después de la tormenta”, la amistad se transforma en una
fuerza regeneradora:

Novela moral, homenaje a ese modernismo en el que


–como se dice en un pasaje– “era todo más lindo”. El grito
propone nada menos que la salvación, no por sugerir la
compra de alguna de las ofertas del mercado, del cielo o
la causa, ni tampoco porque oriente al ideal filantrópico en
comandita, sino por la llegada de otro con quien mirarse
a los ojos. Mirarse a los ojos sin la promesa de una fun-
dación y con la certeza de que en el cielo de El grito, tras
su rojo de sangre, yace la eterna metáfora del amanecer
después de la tormenta5.

La imagen del cuadro de Munch y el gesto de angustia reflejado en su


rostro aparece en el título y en el relato de Federico, ya que su novia le regala
una figura a escala humana del célebre cuadro. Al principio de la historia,
Federico reconoce el dolor de su expresión como parte de su vida e incluso
lo compara con la expresión en la cara de su hermano. Sin embargo, al final
de la sección, el retrato le parece un recuerdo de algo que él ya no es, un
gesto que ya no identifica su problema existencial:

Me dio la impresión de que el muñeco me remitía a alguien


que yo ya no era; parecía de algún modo el fantasma de
todos los fracasos que me persiguieron durante tantos
años, razón por la cual se me ocurrió que debía guardarlo
en algún lugar recóndito, y que ese acto podría funcionar
como un cierre simbólico del mal período que quedaba
atrás (47).

La posibilidad de un futuro, como afirma Moreno, depende del gesto de


afirmación dado en la creación o reconstrucción de un lazo. Lo mismo ocurre
con Clara que, al ver su rostro en un video filmado hace cuatro meses, tiene

4  Clara dice lo siguiente: “–Mirá esas personas en la otra vereda, ¿qué están pensando? –Ni
idea. –Concentrate y decime. ¿Qué están pensando en este momento? –Cosas que piensa
una persona. –¿Cuáles son? –Depende… –Debe haber algunas cosas que piensan siempre,
todas las personas. –“Algún día me voy a morir.” Eso lo debemos pensar todos. –Ahora
decime qué es lo que están pensando esas personas ahora, esperando el colectivo. ¿No
te parece que están en otra parte? –¿En dónde podrían estar? –En la intimidad. –¿Dónde?
–Mirá las caras. ¿No te da la sensación de que hay secretos en todas esas caras? (222).
5  Artículo encontrado en página 12. Disponible en el siguiente enlace: http://www.pagina12.

com.ar/diario/suplementos/las12/21-1112-2004-04-02.html o en la página personal de la


autora: http://www.florenciaabbate.com.ar/criticas.php

■ 212
Dánisa Bonacic La narrativa de Florencia Abbate y la descripción de la catástrofe

dificultades para reconocerse: “Qué lejos estoy y ni siquiera pasaron cuatro


meses” (¿quién soy?, ¿quién era?).” (221). El cambio ocurre debido a que
su relación con Agustín le permite sobrellevar su dolor y no la esclaviza
como antes. Los gritos metafóricos presentes en la novela son lamentos,
expresiones de angustia. Peter dice “La realidad nos denigra”(107). Federico
exclama: “No me puedo hacer cargo de nada. De nada”(51). Clara se queja:
“Me siento rara, como caída entre vidrios” (170). Horacio reflexiona: “Si estás
con las defensas bajas, toda la vida se te viene encima”(102). Sin embargo,
la novela subraya también la búsqueda de mejores relaciones familiares y
la creación de una nueva. Peter busca a Horacio, Federico siente compasión
por Agustín, Clara se reconcilia imaginariamente con su hermana. Todos
estos gestos permiten visualizar un futuro para estos personajes. La novela
no pretende mostrar soluciones pero sí sugiere posibles formas de afrontar
crisis personales y sobrevivir las sociales6.

La segunda novela de Florencia Abbate, Magic Resort, también ilustra la


atmósfera de desconcierto y soledad de varios personajes e igualmente se
divide en diferentes relatos. En primer lugar, el libro comienza con la historia
de Max y su fallido intento de suicidio. Luego de recuperarse y salir del hospi-
tal, este muchacho comienza una serie de terapias y medicamentos debido a
que le diagnostican síndrome bipolar. Sin embargo, Max sufre de los efectos
secundarios de las drogas y no progresa con las terapias. Cuando decide
dejar todos los tratamientos, sus padres lo internan en un asilo-hotel para
personas con problemas psiquiátricos. Tiempo después, Max logra escapar
y comienza una vida independiente. En segundo lugar, la novela presenta a
Lenis, quien relata sus fracasos profesionales y amorosos: deja a su novio,
busca a su exnovia, se casa precipitadamente con un hombre que apenas
conoce y, más tarde, vuelve con su novia y se va a vivir a Europa. En tercer
lugar, el relato presenta la perspectiva de Rocío, una muchacha que ha vuelto
a Buenos Aires tras algunos años de ausencia y debe lidiar con la muerte de
su abuela y las dificultades de comunicación con su padre. Por último y en
cuarto lugar, se nos presenta la vida de Rush, que trabaja filmando docu-
mentales en zonas de desastre. Rush no puede quedarse en Argentina, ya
que siente que es su misión estar en lugares donde puede filmar el terror y
sufrimiento de las víctimas de conflictos sociales y políticos. A diferencia de
El grito, las secciones del libro saltan de una historia a otra y los persona-
jes se conectan por relaciones de amistad (Lenis y Max se hacen amigos)
o relaciones amorosas (Rush y Lenis se casan y separan, Max y Rocío se
enamoran). La familia, en este contexto, solo ilustra la incomprensión por
parte de los padres de los problemas de sus hijos.

Las catástrofes representadas en Magic Resort pertenecen a Argentina, pero


también a diferentes desastres internacionales. De esta manera, el mundo

6  Elcuento “Intemperie” de la autora también relata la historia de diversos personajes que


comparten una casa. En esta historia, la crisis personal de cada personaje se ve interrumpida
por un trágico suceso que ocurre en la casa de los vecinos. En este contexto, el hecho de
compartir una cena les permite recuperarse de la sorpresa y shock tras la violencia cercana.
Nuevamente, aunque de forma más sutil, la búsqueda de lazos parece ser parte estructural
de estas historias. Este cuento forma parte del volumen La joven guardia. Nueva narrativa
argentina editado por Maximiliano Tomás.

213 ■
Taller de Letras N° 51: 207-218, 2012

en crisis se transforma en el gran escenario de los conflictos individuales de


los personajes. Max intenta suicidarse justo después de ver en la pantalla
de televisión cómo se derrumban las Torres Gemelas. Rush ve la muerte y
destrucción que ocurre en la franja de Gaza. Lenis decide, a último momento,
no ir de vacaciones a Tailandia y por eso se salva del tsunami. Rocío vuelve
a Buenos Aires y encuentra una ciudad cambiada por la crisis económica y
una casa familiar vacía y en ruinas. Los lazos entre los protagonistas y las
catástrofes parecen desarrollar un marco global de incertidumbre, violencia
y destrucción. Los personajes son testigos (Max mira, Rush filma, Rocío
contempla) de las consecuencias y despojos de múltiples sucesos funestos.

Asimismo postulamos que este relato, al igual que El grito, contiene algunas
conexiones entre el marco personal de conflictos y un contexto general de
crisis. Así, Max y su enfermedad psicológica darían cuenta de una atmósfera
representativa del presente. Como afirma la autora, el síndrome bipolar se
transforma en un signo del desequilibrio de la actualidad:

Me interesaba explorar hasta qué punto esta enfermedad


refleja algo que fue muy característico durante la crisis
de 2001. Uno veía todo el tiempo a gente con crisis de
depresión o demasiado eufórica, y siento que mi gene-
ración estuvo muy cerca de esto como clima de época.
Tomé el trastorno bipolar como metáfora de una época o
del recorte del mundo que estoy contando7.

Anteriormente, vimos que la vulnerabilidad psicológica de Agustín repre-


sentaba el estado precario de su familia. Ahora vemos que Max representa
también el estado de altos y bajos que caracteriza la crisis nacional de 2001.
La visión de dos extremos que expresan la inestabilidad de una democracia
reciente y fracturada por la crisis.

De esta manera, el eje central de la novela es la crisis y su estructura


reproduce la fragmentación de la experiencia del presente. La narración salta
de un personaje a otro, otorgando pequeños retazos de cada perspectiva.
Magic resort parece sugerir que la actualidad solo puede ser observada a
partir de restos. Tal y como se encuentran las ciudades después de desas-
tres, el lector debe reunir los hallazgos y reconstruir un orden perdido. Como
explica Ariel Schettini en su reseña del libro:

Quizás sería mejor no llamarla una novela ni una obra


“literaria” sino una “instalación”. Un hecho estético donde
retazos de texto literario se yuxtaponen a imágenes,
poemas, e-mails, sueños y a crónicas de un presente
inclasificable (como lo es siempre el presente) como si
no hubiera posibilidad de pensar el presente más que
como habitación transitoria, período cada vez más corto,

7  Friera,Silvina, entrevista a Florencia Abbate encontrada en: http://www.pagina12.com.


ar/diario/suplementos/espectaculos/4-6949-2007-07-14.html

■ 214
Dánisa Bonacic La narrativa de Florencia Abbate y la descripción de la catástrofe

estrechez de la perspectiva y niebla general dejada por


los efectos de un desplome general del tiempo8.

Ciertamente, la dificultad para compartir un presente tiene su paralelo


–como hemos visto anteriormente– en la dificultad para narrarlo. La actua-
lidad es un tiempo marcado por disrupciones. Esto, de acuerdo con Josefina
Ludmer, sería una de las características propias de la narrativa argentina re-
ciente. En el artículo “Los tiempos de la ficción” la autora explica lo siguiente:

El tiempo se acelera, se fragmenta y se rompe en blo-


ques. En las narraciones aparece un tiempo acotado
(con principio y fin) y efímero. Un aquí-ahora en forma
de unidades (instantes, momentos, días, años, aventu-
ras, acontecimientos, episodios: como si dijéramos un
diario) que se suceden en una serie que no parece tener
dirección ni sentido. Muchas veces los cortes de tiempo
(accidentes, atentados, retornos, separaciones) son el
centro de las ficciones9.

La novela captura el presente a partir de estas unidades de tiempo (y


subraya sus cortes), pero además a partir de una articulación de imágenes
de ruina y catástrofe. Cada parte del relato propone una conexión con las
imágenes que lo anteceden. Así, los títulos de cada capítulo pertenecen a
serigrafías hechas en billetes fuera de circulación10. Asimismo, los capítulos
están acompañados de ilustraciones que subrayan la idea de catástrofe
como elemento unificador de la obra, por ejemplo: una foto de una mujer
que busca objetos personales en las ruinas, una imagen de vestigios de un
avión luego de un accidente, figuras desnudas y unidas en un lamento. Cada
subcapítulo evoca también la descripción de un mundo en ruinas como, por
ejemplo, secciones tituladas: “La energía de la catástrofe”. “Los hallazgos”.
“La herida”. “Despedidas”. “Last chance to evacuate earth”. “A la interperie”.
Estos títulos organizan la estructura de cada relato, pero evocan también un
registro incompleto de un suceso fatal y aciago.

Asimismo, Magic Resort comienza con dos epígrafes que refieren a naufra-
gios y desastres. La primera cita del poeta alemán Hans Magnus Enzensberger
nos presenta el gesto de reconstruir un poema perdido en la memoria. El
libro El hundimiento del Titanic de Enzensberger relata el hundimiento del
Titanic y el sentido que tiene la catástrofe en la sociedad11. Dos versos de
Coleridge nos recuerdan también que a veces el diálogo es una forma de
romper la espera de una catástrofe inminente. Asimismo, la poesía de T.S.

8  Schettini,Ariel, “Presente continuo” encontrada en la página personal de la autora.


9  Ludmer, Josefina “Los tiempos de la ficción”, Revista Nº 13 de diciembre de 2008.
10  Esto es significativo porque nos remite a una estética que surge del residuo, aquellos

restos de la economía que ya no sirven un fin práctico.


11  En “Enzensberger and the Iceberg”, el crítico Philip Martin expone los principales temas e

imágenes que el poeta alemán utiliza en este largo poema. La noción de desastre inminente
recorre sus versos para advertir al lector de nuestro constante peligro de naufragio. Martin,
Philip “Enzensberger and the Iceberg”, en: Meanjin 42 (181-87).

215 ■
Taller de Letras N° 51: 207-218, 2012

Eliott acompaña a este conjunto de imágenes visuales y verbales que nos


otorgan retazos de mundos en ruinas, hundimientos y tierras baldías12.

Es importante subrayar que después de todas las catástrofes y dolor que


rodean a los personajes, todos crean nuevas relaciones amorosas al final
del libro. Max se enamora de Rocío y, aunque escapa al sur, él continúa co-
municándose con ella y espera su visita. Esta relación une a dos personajes
que comparten la falta de pertenencia a la comunidad en que viven. Rocío
lo explica de la siguiente manera:

A Max y a mí pudo habernos unido un extraño sentimiento


de inadecuación al estilo de la casa de Marcia, al ritmo de
la ciudad o a la crudeza de la vida social; pero supongo
más bien que, porque sí, una parte infantil de nuestra
sensibilidad nos hacía sentir un poco extranjeros más
allá del lugar (85).

En efecto, la novela representa una generación marcada por el desamparo.


En efecto, en este libro no hay protección familiar ni apoyo social. Como si
fueran seres desterrados en su propio país, estos personajes viven sin lazos
o conexiones13. Sin embargo, esta nueva relación les permite tener espe-
ranza de un futuro juntos. La huida de Max al “magic resort” le permitirá
recuperarse y poder enfrentar la sociedad. Este exilio le otorga la calma y
soledad que necesita para mejorarse. La tierra baldía retratada como resort
se transforma en una imagen clara de personajes que viven metafóricamente
a la intemperie14.

Los otros personajes de la novela también se enamoran. Lenis comienza


una nueva relación y se va a Londres para estar con su novia, Justine. Rush

12  Al respecto, Florencia Abbate opina:”La tierra baldía, de Eliot, y los cuatro cuartetos
que cito, son mis poemas preferidos, pero además me parece que lo genial de Eliot en
estos poemas es que son metáforas de los tiempos modernos. Para mí la época era una
problemática en la novela. Además, Eliot tiene muchas reflexiones, algunas casi religiosas.
Así como estamos viviendo el momento más secular de occidente, uno tiene la sensación
de que el sentimiento religioso sigue teniendo mucho peso, de hecho una de las cosas que
te impacta del mundo islámico es esa convicción religiosa que parece tan ajena a nuestra
sensibilidad occidental actual”. Entrevista disponible en el siguiente enlace: http://www.
pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-6949-2007-07-14.html
13  Por ejemplo, mientras Rocío habla con su padre recuerda a una chica en Europa que

dice: “–Nuestras raíces no tienen profundidad: les colocas una pala por debajo, arrojas la
tierra bien lejos y adiós. ¡Que Dios les pague!” (91).
14  Como hemos mencionado anteriormente, Elsa Drucaroff se refiere a las obras escritas por

autores jóvenes como “narraciones de la intemperie” precisamente con el fin de caracterizar


la orfandad y desconexión –quizás un sentido poscatástrofe– presente en muchos de los
relatos escritos por autores recientes. La frase, explica la autora, viene de la primera novela
de Abbate: “ Elegí llamar al ciclo ‘Jóvenes a la intemperie’. La palabra intemperie se me
volvió reveladora a partir de este fragmento de El grito, de Florencia Abbate: ‘Me pregunto
si en un tiempo donde no hay en ningún lado un lugar confortable, la intemperie no sería
quizás una forma de salvación, un espacio en el que el cuerpo y sus sombras podrían por
fin tratar de fluir, aun entre objetos desechos a punto de borrarse, aunque rondara el horror
desbaratando casas, barrios, ciudades, y solo quedaran los contornos, el polvo de los días
y los muertos en torno a nosotros, como reclamos...’”. En: “Narraciones de la intemperie”
disponible en: http://www.elinterpretador.net/27ElsaDrucaroff-NarracionesDeLaIntemperie.html

■ 216
Dánisa Bonacic La narrativa de Florencia Abbate y la descripción de la catástrofe

quiere volver a casarse y sabemos –por el mensaje que escribe a Lenis– que
está contento porque va a ser padre. El relato en primera persona culmina en
la reproducción de correos electrónicos entre Rush y Lenis, y entre Rocío y Max.
Estos mensajes representan un discurso que presenta la posible esperanza
de un diálogo. En el caso de Rocío y Agustín, la promesa de un encuentro. En
el caso de Rush y Lenis, el establecimiento de una amistad. No obstante, y al
igual que El grito, esta novela no pretende retratar falsos finales felices. Los
correos electrónicos siguen siendo fragmentos de comunicaciones, pedazos
de historias compartidas. La novela nos presenta las siguientes preguntas:
¿Es posible compartir la trágica experiencia del presente? ¿Podrá salir Max
del “magic resort” y volver a la vida comunitaria?

Luego de repasar algunos de los temas más importantes desarrollados


en estas novelas, vemos que la catástrofe conecta ambos relatos. Su conse-
cuencia es el desamparo y ese estado sitúa a su vez a los personajes creados
por Abbate dentro de una misma atmósfera de desconcierto. Sin embargo,
algunos de ellos pueden transformar esa situación y enfrentar la realidad con
alguien a su lado. Resulta interesante advertir que ambas novelas retratan la
creación de nuevas familias. Estas nuevas instancias permiten ver un futuro
posible para los personajes. Es así que ambas novelas intentan captar un
retrato del presente, una estampa de los tiempos actuales tanto en su dimen-
sión personal como en la social para mostrar las sutiles conexiones entre lo
íntimo y lo social. De este modo, la autora rechaza una versión unificadora
de los hechos y la sustituye con imágenes múltiples, diferentes perspectivas,
paisajes diversos. Como si la única manera de registrar la crisis del presente
fuera recoger restos personales en los escombros.

Los versos del epígrafe pertenecen a un poema titulado “Baldío” inclui-


do en el libro Los transparentes (2000). La imagen de una experiencia de
desmembramiento nos traslada al ámbito de una catástrofe: la violencia del
pasado y sus siniestras consecuencias. También, retrata la desconexión de
una generación que sufre del trauma pasado y sobrevive en la soledad del
presente. Así, el poema culmina: “(aquí siguen con/las manos vacías/esta es/
su casa/tiritando)”. Los versos ilustran la inestabilidad y fragilidad de jóvenes
que habitan en el baldío, a la intemperie y rodeados por catástrofes que, en
este caso, vaticinan la crisis del 2001. Esas son también las imágenes que
Abbate explora en su narrativa.

Obras citadas

Abbate, Florencia. El grito, Argentina: Emecé, 2004.


. Magic Resort, Argentina: Emecé, 2007.
. “Intemperie” en: La joven guardia. Nueva narrativa argentina. Edit.
Maximiliano Tomás. Argentina: Grupo editorial Norma, 2005
. “Botella al mar: nuevos novelistas de Argentina”, Insula 711-3(2006)
23-26.
. Los transparentes, Argentina: Editorial Libros del Rojas, 2000.
Página personal de la autora: http://www.florenciaabbate.com.ar http://
www.florenciaabbate.com.ar/magicresort/autora_en.html
Drucaroff, Elsa. “Narraciones de la intemperie”. El interpretador. Artículo
disponible en: http://www.elinterpretador.net/27ElsaDrucaroff-Narra-
cionesDeLaIntemperie.html

217 ■
Taller de Letras N° 51: 207-218, 2012

Lafosse, Juan Pablo. “Literatura y crisis” El interpretador. Disponible en: http://


www.elinterpretador.net/29JuanPabloLafosse-LiteraturaYCrisis.html
Ludmer, Josefina. “Los tiempos de la ficción” Revista Ñ. 13 de diciem-
bre de 2008. Disponible en: http://edant.revistaenie.clarin.com/
notas/2008/12/13/_-01820298.htm
Martin, Philip. “Enzensberger and the Iceberg” Meanjin 42 181-87.
Friera, Silvina. “Lo más importante lo aprendí de la poesía” Entrevista
disponible en:http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/es-
pectaculos/4-6949-2007-07-14.html
Moreno, María. “El amanecer después de la tormenta” Página 12. Artículo
disponible en: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/
las12/21-1112-2004-04-02.html
Muleiro, Vicente y Flavia Costa. “Los jóvenes van al mercado”. Revista
Ñ. Artículo disponible en: http://old.clarin.com/suplementos/
cultura/2004/10/02/u-841871.htm
Munaro, Augusto. “El realismo delirante de Florencia Abbate”. Entrevista a
la autora disponible en: http://www.florenciaabbate.com.ar
Schettini, Ariel. “Presente continuo” disponible en: http://www.florencia-
abbate.com.ar
Vezzetti, Hugo. “Scenes from the Crisis”, Journal of Latin American Studies
Travesia, 11:2, 163-171.

■ 218

S-ar putea să vă placă și