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DE LA VIOLENCIA
Edición bilingüe
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1k11e su nrigen en la observación de la diferencia de sexos. Se halla no tienen acceso. Si e l placer del "entre nosotros'' femenino existe
ti 11.11dn u ésta de fonna inexorable, debido a sus orígenes, y está también, no ha tenido la posibilidad de manifestarse tan fuertemente
m~n11iznda jcrárquicamente, en e l sentido de una dominación de lo en instituciones, como puede comprobarse al observar la vida
utnscul ino sobre lo femenino, de manera desigual, por lo tanto, y es cotidiana . Hallamos aquí una forma jerárquica de control sobre lo
e 1encuadre. la matriz primordial y universal de las relaciones sociales femenino.
y de lodo pensamiento. Para construir el lazo social ha sido necesario luchar contra el
Si bien esta curvatura particular de todo pensamiento viene de deseo de pennanecer "entre nosotros'': la prohibición del incesto,
In ohscrvación de las evidencias corporales elementales, hay otras como bien lo ha mostrado Claude Lévi-Strauss, apu nta a instaurar.
necesidades (alimentarse, abrigarse, dormir, copular, morir), que gracias a la alteridad y por medio del intercambio matrimonial entre
cstím en el origen de necesidades y afectos que, al expresarse, se grupos extranjeros, no sólo la paz sino todo tipo de intercambio)
encontrarán prisioneras del lenguaje de lo idéntico y Jo diferente y, El "entre nosotros" del género recorta, de manera transversal,
digllmoslo sin dilaciones, de la ambivalencia de sus relacio nes. el otro "entre nosotros", el de la consanguinidad, pero recorta
Sc derivan de to, al parecer, dos constantes que es posible asimismo la instauración social de lazos entre grupos de
uhscrvar, antropológicamente, en el funcionamiento de las sociedades consanguinidad diferentes. En esto reside su fuerza. En tanto no
humanas construidas sobre la necesidad, el dcseo, la felicidad intervenga en el curso de la reproducción humana, no es necesario
l'Six:dlica de hallarse entre pares, ·'entre nosotros'·. Este deseo- reprimirlo. Sería diferente, empero, si este placer se mostrara
necesidad-felicidad reviste dos formas: contrario a la necesaria a lteridad de las relaciones sociales y de las
-el ··entre nosotros'· original de la consanguinidad y del relaciones humanas de la procreación. Si la mayoría de los gobiernos
h:rritmin: estar con los suyos, los próximos, de la misma raíz y lugar; ha prohibido, rápidamente. la práctica de la clonaci ón para el hombre,
-y. a diferencia de la primera, pero igualmente vivaz y e s porque resulta evidente, de una manera antropológica, que el "entre
prc'icntc. la forma del "entre-nosotros" del género. Estar entre nosotros" del género culmina allí. A través de la desaparición de la
hombres. especialmente, es una satisfacción necesaria que se expresa procreación y la pérdida de la necesaria alteridad en la reproducción,
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se volverían a constituir unidades separadas que rápidamente se
límites instituidos. Unida al conocimiento intersubjetiva, al ort¡.!.~ll
l:errarían sobre sí mismas y sus temores, como lo estaban las unidades
común, a la residencia común sobre un territorio delimita do y
wnsanguíneas en el alba de la humanidad.4
conocido, a la puesta en común de los esfuerzos para procmars~ 11 ,
¿Es posible enumerar algunos de los afectos y necesidades
necesario para vivir, da lugar a sentimientos derivados tales como la
que se expresan en el seno de estas dos formas y constantes?
aceptación del semejante, la atracción, el respeto, el amor.
Una de las primeras es la búsqueda, para sí mismo en primer
De manera inversa, la desconfianza da lugar a otros
lugar, de la satisfacción de las necesidades vitales, del bienestar, de lo
sentimientos derivados tales como el rechazo y la intolerancia. la
que proporciona placer, y todo esto a un costo mínimo; en segundo
repulsión, el desprecio y el odio.
lugar, para sus allegados, sobre todo para sus hijos, para los que son
Estos afectos y necesidades implican, naturalmente, una gran
idénticos a sí mismo en el ámbito del ''entre nosotros" de la
ambivalencia. No se ama ni se respeta necesariamente al prójimo. y a
consanguinidad. El altruismo es una realidad secundaria, que depende
la seguridad del grupo puede corresponder el anhelo temerario de
de los límites de la definición del Otro como idéntico a uno mismo, y
escapar de sus riesgos y peligros.
de otra necesidad y afección elemental que veremos luego.
En el corazón de la problemática de lo idéntico y lo diferente.
La segunda forma, ligada intrínsecamente a la primera, es la
de la confianza y la desconfianza, que se adaptan en función de las
necesidad de confianza y seguridad. Poder descansar, dormir
definic iones de Sí mismo y del O tro, encontram os otra neces idad
tranquilamente, supone una completa re laj ación de la vig ila nc ia, y por
elementa l, expresada de diferentes maneras y con la am bivalenc ia que
lo tanto de la necesidad de asegurarse que nada enoj oso pueda
caracteri za siempre esta posic iones afectivas: la necesidad de la
suceder. Se le otorga confianza, a veces s in razón pero hay que
semej anza. Resulta conveniente parecerse a aque llos con los cuales se
arriesgar, a los m iemb ros de su grupo de identidad. La confianza es el
postula una identidad, o volver parec idos, gracias a s istemas 0
motor necesario para e l ej ercicio de las múltiples acti vidades que
instrumentos para mode la rse a sí mismo, a los indiv iduos de l pro pio
puede llevar a cabo e l individuo, y tiene lugar sólo dentro de Jos
territorio, comenzando por los niños. La necesidad de asemejarse a
una imagen de sí mismo, comienza por el modelaje del cuer po. Se r
4 C Ltóvi·Sir<tl!ss:."Lll fannl k" (La fam ilia), Ana les de la Universidad de Abidja n. serie F. t.3 , 1?7 1. trad ucida
de Thc la n11l y . en: H. L. Sh•p1ru (ed.). Man. Cultur e and Society. Londres, Oxtord llmversity Press, 1956 parecido o vo lverse parec ido por medio de la apropiación de las
t r:a~u~cron ~dttada lllt~vamente _in- ( 'laude J.é ,·i -Si rau.\ .\'. 'fC:xt~~-" dt.' el .m,. { 'laude f.ét·i~,'ilrauss, (Ciaud~
1 '" ' ·Strauss 1"' ' '" de y sohre l'laude l.évi-Strauss) reunidos por Raymond Bdlour y C athcrinc C lcmcnt
l'a11 :-; . (ialliru anl. 1979. - diversas costumbres resulta una necesidad vital para entrar en un
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I:LI'IIpu . Sobre esln nc~esidud se inscrihcu 111111hién CXJll'c . . luncs
prolc~idu u pl'olc.,'-•r n ~~~-,. nllt•.,ntl"~ y conlrnrinmt•nlc, n~n.·dlr n
11111hivnlcnh.:s y nnlagúnil:us que com:icrncn al individuo mús lJUC 11 In
tll'Siruir. o ul mc..·nos mnnlclll'l' 11 dío;tnnl'Ín. n lo.o; que.· no ~o·nll1111 t ' ll t·~n
norma socia l.
cutq~urín .
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cnrnlarins ~:n relación con la libre disposición de s í mismo y e l mayor uni versal. Resulta elocuente que las reticencias que se {.'xpn·-..nn ru •·1
o menor dominio sobre los actos propios y sobre el propio destino. mu ndo acerca de la pos ibilidad de dctinir una ética un ivl·rs11l. ,..,fl'll
Esto último no es ig ua l para todos en el seno del grupo del ··entre fundadas sobre la incapacidad que existe en ciertos lugar{.'S. tk pl'lhlll
nosotros" y varía en función de las restricciones aportadas a la tan siquiera en confe rir a las mujeres una dignidad ~ 111111
detinició n de la persona. Uno de estos corolarios es la necesidad de independencia análogas a las de los hombres. así como el dcrl·chn 11
inviolabilidad del cuerpo, del espíritu, y de los lugares donde se disponer de ellas mismas. Esto es comprens ible ya que tropc/aiiH".
inscribe el individuo o e l grupo de semejantes, a saber: e l territorio. aquí, con el escollo más extremo para e l fundamento de la ident idad~
La v io lencia ocurre en los intersticios no reglamentados de la la diferencia. Reconocer a las mujeres una igual dignidad equi a k· a
interrelación de estas diversas (y vitales) necesidades. socavar, al mismo tiempo, los cim ientos que hacen de toda a lteridad .
Como resulta posible constatar, estas necesidades o afectos no una diferencia reconocida y aceptada como complemcnh1
primarios, implican un conjunto complejo de interacciones en necesario del Sí mismo, sino una categoría rechazada, sentida con1o
diferentes niveles. ta l como se los puede inferir par1iendo de una detestable y a la q ue se debe dominar y condic ionar e incl u ~o
circunscri tas por las necesidades inscriptas en el basamento Ilustremos estas consideraciones con algunos desarrollos
inamovible de las observaciones primitivas. pero también a partir de antropológicos basados en la hi storia y la etnología.
la observación del desarrollo del nifio, de todo ni r1o en todo uni verso
socia l. Como lo he s ugerido en varias oportunidades, la ley social es Las lógicas entrecruzadas del orden social. la intolerancia v
la garante de un cierto número de eq uilibrios. Más adelante, la moral la violencia
aporta una confirmac ión de estos equi librios: es una e lección llevada
a cabo, por cierto, entre diferentes posibilidades, y que se encuentra Bajo sus formas más evidentes, tales como la exclus ió n o la
marcada con e l sello de una oposición idea l entre lo que se define aniquilación de grupos enteros, la intolerancia es siempre, en el
como bien y lo que se define como mal en cada cultura. Sin embargo, fondo, la expresión de una voluntad de asegurar la cohesión de lo que
es posible demostrar que a partir de estos puntos, a la vez esenciales y se considera importante para s í mismo, de lo idéntico a sí mismo,
de una extrema banalidad, sería posible construir una ética de valor destruyendo todo lo que se opone a esta preeminencia absoluta. No se
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Uno de los recursos profundos del rac ismo y de la
trata entonces, jamás, de un puro accidente del recorrido; existe una
intolerancia, que comprende la cuestión de la pureza de la sangre.
lógica de la intolerancia que sirve a intereses que se creen
consiste en la íntima convicción de que los otros no piensan. no
1 amenazados. De esta manera, dice Jacques Le Goff, es en el siglo
sienten, y no reaccionan como nosotros -que somos la esencia de la
1 XIII , el siglo de las catedrales y del gran escolasticismo que, de
humanidad y de la civilización- pensamos, sentimos y reaccionamos.
manera paradójica, se crea una sociedad fundada sobre el rechazo y la
Esto incluye desde la creencia en la insensibilidad al dolor físico.
exclusión de los heréticos, los leprosos, los judíos y los
hasta la creencia e n una forma de insensibilidad afectiva a nte el
homosexua les. Era esta una sociedad en pleno auge, que había llevado
destino de los allegados, la muerte de padres e hijos, que sería
a cabo toda suerte de conquistas en todos los órdenes y que combatía
rec ibida con indiferencia, o sentida de una manera menos profunda.
todo lo que pudiera amenazar d nuevo grado de prosperidad
Lo que hay aquí, en el fondo, es la necesidad de negar al otro
alcanzado.S
como verdaderamente humano, para así poder excluirlo, hacerle daño.
Lo hizo a partir de concepciones muy fue rtes sobre la sang re,
destruirlo, es decir, para intentar impedirle una " supervivencia'· post-
su pureza y su unicidad. Los herejes, leprosos, judíos y homosexuales
mortem . Para la ideología nazi, los judíos no son sólo infrahumanos:
eran cons iderados. todos, de la misma manera, como ·' impuros". La
no son hombres sino animales, " ganado". No prima la intención de
fuerza más feroz para la exclusión del otro reside en la referencia a
humillar; se trata pura y simplemente de negarles su condición
los e lementos fisio lógicos y biológicos (lo que implica que nuestra
humana. Se cambia de reino, y la causa está sobreentendida.
v igilancia debe ponerse en estado de alerta inmediata, a partir del
Sabemos, en efecto, que es propio de toda sociedad humana.
momento en que intervengan nuevamente, -como fue el caso aún
cualquiera que sea su tamaño, reducir la detinición de lo humano a los
reciente de Yugoslavia- las nociones de pureza y de purificación). La
miembros del grupo, lo que vue lve no humanos a los otros, y por lo
justificación de la exclusión y de la intolerancia pasa por la definición
tanto posibilita tratarlos como tal. El término usado por una etnia para
de la identidad en términos puramente biológicos, a través de la
referirse a sí misma significa, de manera general simplemente los
sangre y una ampliac ió n de la noción de consanguinidad.
hombres . Puesto que los de afuera no lo son, están e xcluidos de los
intercambios, son tratados con desprecio, cazados para hacer de ellos
5 J. Le Cioff, in: Forum onlc=matiomtl sur l'intolérance (Foro internacional sobre la intolcranoia). Académie
Utll\'ers.:Jie deS CUltures. (Ed.). /. ·mwf~IYUit:t'. r ari s. Cira>Sd . esclavos u objetos de sacrificio, cazados como animales. como se
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hada aún a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX. s iglo de
una falta al honor, etc. En fin, habida cuenta de la definición local de
rastreadores-cazadores a la búsqueda de indios en Tierra del Fuego .
la identidad individual o colectiva y de la definición de la vida. propia
Todo grupo humano se halla, así, investido, según lo cree, de de cada cultura. desde su comienzo hasta su fin , se hallarán aclitudc-;
la humanidad a exclusión de todo otro. Pero ¿qué es un grupo culturales variadas en lo que hace al aborto, el infanticidio n la
hum ano? Es, desde principios de la humanidad, y durante e l largo eutanasia.
tiempo de su desarrollo, ese conglomerado de individuos entre los
No se trata aquí de moral, aunque se agregue la moral como
cuales debe reinar, como hemos visto antes, la confianza, la
un manto o a manera de justificativo, sino de puras opciones posibles
seguridad, la certeza de poder descansar en paz. Lo que implica que
que entrelazan el conjunto de la cultura. Basta con ver que se trata de.:
ninguna sociedad está fundada sobre la posibilidad ilimitada de
un conjunto de posibilidades situadas entre dos imperativos
agredir o matar en su seno, la posibilidad ilimitada de fornicar con
contradictorios: no matarás/puedes matar a tu antojo, reunidas bajo la
todos los otros miembros del grupo, la posibilidad ilimitada de tomar,
rúbrica: puedes tener el derecho, pero regido por la ley, de matar.
para disponer de ello, el bien de otro miembro del grupo.
1\ medida que los lazos de consanguinidad y de alianza. y los
Retomemos el primer punto, ampliándolo: no existe sociedad
intercambios de todo orden, comenzando por los económicos y
a lguna que permita decididamente dar muerte a los otros, como
políticos, hacen retroceder las fronteras de la comunidad primitiva. -
tampoco hay sociedad que lo prohíba por completo. Entre estos dos
recluida en su identidad, su consanguinidad, sus temores e
extremos, hallamos una serie de ramificaciones posibles: lo que está
ignorancias, incluyendo aliados ya sea matrimoniales o políticos y
permitido en el exterior está prohibido dentro de la colectividad; se
socios económicos- se abre el campo y se amplía la definición de la
puede matar en la colectividad pero según normas particulares, ya sea
colectividad de los humanos en el seno de la cual debe reinar la
que se trate de la venganza, de la resolución de cie11os conflictos
confianza y por lo tanto la tolerancia con respecto al otro que es parte.:
dentro de una lógica segmentaría o de legitima defensa; dentro de la
de ella. Los no humanos son rechazados siempre a los márgenes.
fam ilia está permitido dar muerte en función de criterios que implican
como lo hacía Hcrodoto, colocando más allá de los bárbaros, en
un derecho fundado sobre una jerarqu ía: derecho de vida o muerte de
círculos concéntricos, pueblos quiméricos donde la forma humana
un padre sobre los hijos, por ejemplo. en el derecho romano; del
sólo se muestra parcialmente. Aparecen las convenciones que rigen
hermano sobre la hermana en cierta práctica musulmana, en caso de
las relaciones entre las comunidades vecinas o aliadas. La guerra
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reglamentada. como se ha visto en la batalla de Fontenoy, por
se escucha, porque implica la necesidad de tomar conciencia de lm
ejemplo, es un medio de acción posible entre " humanos" que se
recursos profundos de la intolerancia, de los que hemos hablad11
rccnnocen como tales aunque no pertenezcan a la misma comunidad.
anteriormente, y de luchar contra ellos, individual y colectivamente.
Contrariamente a lo que podríamos creer, la globalización La lógica misma implicada por la instauración y el
. 1 actual, dentro de la órbita del capitalismo, no se halla reconocimiento de un '·entre nosotros" de paz y confianza. traL·
correlativamente acompañada de una perfecta extensión, al mundo consigo, en efecto, ipso (acto, la idea de que existen mu ndo!->
entero, del campo de la colectividad de los humanos. Se ha visto diferentes en los que no se puede confiar. Se puede decir que la
acompai1ada, por lo contrario, de una resurrección de la idea de problemática de lo idéntico y lo diferente que comienza con la
pluralismo, de un relativismo moral y cu ltura l y de una renovación de sexuación, se aplica por extensión a las comunidades humanas: a la
particularismos, que apuntan a reencontrar la ideología de la sangre y que se pertenece y a las demás, próximas o l~janas. Allí se lleva a
la esperma -portadoras de todas las diferencias, incluso las religiosas- cabo el juego combinado de los dos placeres del "entre nosotros··:
y a establecer jerarquías y barreras infranqueables entre las categorías consanguinidad/territorialidad y género. Se sabe que dentro de una
de humanos. ¿ Por qué? Muy profundamente, por cierto, debido a que lógica jerárquica no puede haber equilibrio o igualdad entre las dos
no es posible pensar en un Sí mismo sin plantearse de forma partes y entre los sexos; la dominación masculina es admisible. De la
simu ltánea la existencia de un Otro, de cierta manera irreductible al misma manera, las relaciones entre las comunidades humanas. se trate
propio Yo, lo que es la condición formal necesaria para las fracturas, de bandas o de naciones, son vistas y vividas como relaciones de
las fallas y las fisuras que recomponen perpetuamente los islotes de fuerza antes de que la razón y la convicción humanista haya n
solidaridad y de seguridad en el seno de una ·'humanidad" ideal. establecido relaciones de igualdad y cooperación.
Empero, s i e l Sí mismo implica un Otro necesariamente diferente y
Es posible observar una suerte de neces idad interna de
por lo tanto la puesta en marcha de criterios de reconocimiento, la
recrear, de forma incesante, diferencias en el seno de grupo~
lógica de la diferencia no debería arrastrar de manera automática ni la
homogéneos en los que la dilatación parece, repentinamente.
jerarquía, ni la desconfianza, ni el odio, ni la explotación, ni la
demasiado grande. Un ejemplo de esto son los mundos concéntricos
violencia. Para esto es necesario, s in embargo, educar la razón
de Herodoto donde, más allá de los bárbaros, existían pueblos dotados
abriéndola a la tolerancia, algo que rara vez se propone y escasamente
de particularidades anatómicas raras así como de particu laridades
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6 Ph. Desco la. " Les arfi nités sdectives. Alli ance, guerre et prédation dans l'enscmblejivaro' ' (Las afinidades 7o . llerrensd nnidt, •·¡_ · inegalite ·graduéc' ou la pire des inégalites L 'analyse de la sociétt' hindouc p;lr
sdcctiYas. Alianza. guen·a y depredación en el grupo jíbaro ). L'Homme. 126- 128. 1993. ps 17 1-1 90 Ambedkar" (La desigualdad ·grad uada' o la peor de las desigualdades. Análisis de la soc1edad hmdu po r
Amhedkar). Archi ves e uropéennes de Socio logie ' 7 ( 1). 19%: .1-22
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dife renc ia" . C itemos a Ambedkar: "Todos están unidos contra los
impos ible cuando la interiorización de l sistema de valtm.·s 'l'
dominadores y todos desean su caída. Pero tienen intereses d iferentes
transforma en un sistema político, lo que aquí nos interesa. conu'
y no se pueden asociar. Los más encumbrados entre los que se hallan
invariante constante en la construcción del Otro como d iferent e. c..; la
bajo los dom inadores, desean librarse de esta tutela, pero no desean
asignación por medio de la mirada del otro. La ca<>ta e s un estétdo tk
ser confundidos con los que se hallan por debaj o de ellos -los
espíritu que implica una cadena ascendente de respeto y una caden a
re lativamente encumbrados, los inferiores y los más baj os de todos-
descendente de menosprecio. Respeto/desprecio, preferencia/ recha1o
por miedo a que es tos se crean iguales a ellos. El que está abajo desea
o amor/odio, según las ocasiones en que toma la palabra Am bcdl..ar.
hacer caer a l dominador, al más encumbrado y al alto, pero no desea
Al final de su vida, sin embargo, este expresaba el conj unto de la
tener nada que ver con su inferior de miedo a ser confundido con él y
torrnu la social bajo la forma combinada del odio y el desprcl:io:
que este se vuelva s u igual. En un sistema de des ig ualdad graduada no
" Lejos de- producir armonía, la desigualdad graduada, el pensamicntu
ex iste una clase totalmente falta de privilegios salvo la que se halla en
de Buda, produce una sociedad con una escala ascendente de od io )
el subsuelo de la pirámide social. Los privilegios de los demás están
una cadena descendente de desprecio, creando, de esta manera. un
graduados. Incluso el " inferior'· está en una clase privi legiada (por
perpetuo conflicto" .
comparación con e l que está situado más bajo de todos). Es del
Con re lación a los demás, seglln e l lugar donde se encuentre n
interés de todos mantener el conjunto del sistema social" .
respectivamente. un hindll sólo puede sentir respeto, odio o desp rec io.
Convengamos en el acierto humano y la profundidad del
Ambedkar escribe: "La intocabil idad es un aspecto de la psicología
diagnóstico. El s istema de las pequeñas diferencias se filtra, por otra
social: es una suerte de náusea que un grupo siente por otro:· Es. por
parte, hasta e l nivel más bajo, ya que el de los Intocables (Shudra),
lo tanto, una repulsión física .
está dividido en grupos que no contraen matrimo nio entre sí.
Con el término "repulsión'\ usado por Ambedkar para
La peligrosidad política de un sistema de este tipo, viene d~ la
describir el fundam ento de l sistema de castas, entramos de lleno en d
imposibilidad de todo levantamiento, debido a la interiorización del
·L
dominio filosófico de las atracciones y repulsiones entre cuerpos.
mismo y a pesar de ·' la tensión interna permanente, la conciencia de
según sean de nat ura leza idéntica o diferente, y en el anverso de la
la diferencia necesaria y la fi siparidad congénita del sistema".
necesidad primaria de delim itación de sí mismo. El sistema hindú está
Más allá del juicio emitido, sobre que la revolución es
fundado, de manera crucial, sobre la repulsión de la diterencia. que
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1
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8 L. L>umont, !lomo luerarchicus . Essai sur le systéme des castes. ~llomo hierarc htcus Ensayo sobre ·1 de castas, la relación deshonrosa con lo excremencial hace que sólo
Slstenl<t de c<tsla s), l'aris. Galhmard 1966 "
~/bid. p 250. ' . los Intocables puedan ser poceros u ocuparse de limpiar las cloacas.
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1~m:ucsta s recientes sobre las actividades de limpieza en las
exterminio de los judíos en Polonia. declara cxplídlamenh:: "htu ..
estaciones y en los trenes, en Québec y en Francia, muestran que las
medidas son necesarias en interés de la seguridad y la 1i111piou dl·l
muj eres son afectadas casi en forma exclusiva a la limpieza de los
Reich [ ...] Toda infracción a esta ley representa el peligro lk· qnt· w
··retretes'', debido, podemos suponer, a una afinidad secreta de lo
forme un foco de contag io moral y físico 13•·. En marzo de 19·11 . In
temcnino con lo impuro, como era el caso para e l Intocable, y lo es,
propaganda nazi en Polonia utilizaba ya, e n los periódicos. t ' ll In'
de manera casi tautológica en la especie.! O
carteles, e n los cinematógrafos y en las escuelas, el slogan ·._¡ udíu'
La metáfora del piojo y de la necesidad derivada, de tener que
piojos-tifus 14". Y en abril de 1943, e n un discurso en Kharko\'.
limpiar una suciedad que se extiende, las encontramos,
Himmler proclama: El antisemitismo... es el equivalente a
evidentemente, en la ideología nazi . C itemos a lgunos extractos de un
despiojar. Desembarazarse de los piojos no es una cuestión filosófica.
artícu lo publicado en ·'Les Temps Modernes··I I, que destaca dos
es un asunto de limpieza. Todos quedaremos pronto despiojados. Sólo
grandes ejes en esta ·'psicosis colectiva'': un a ntisemitismo de orden
nos quedan 20 .000 piojos y habremos term inado con ellos en toda
soc ifl l, que se remonta a la propaganda antisemita del sig lo XIX y un
Alemania15 .
antisemitismo de orden " biológico'' : En un delirio particulam1ente
Los judíos perte necen, así, a otra especie: son una suerte de
acentuado en los nazis, los judíos son imaginados como una mancha a
parásitos o ratas; son sucios; constituyen un peligro para la sa lud; son
la ve;c moral y física, un peligro real para la sa lud de los 'arios'
portadores de enfennedades; su presencia es un "hormiguero" y una
Saul Friedla nder señala que "es en los documentos que tratan de la
"contaminación".
so luc ión final misma, de la exterminac ión fís ica de los judíos, que los
De esta manera se construye la repulsión y se legitiman todas
ternas de la ' limpieza' y de la purificac ión obsesiva aparecen más
las empresas que apuntan a deshacerse de la causa.
A partir de l basamento profundo de las neces idades
c laramente 12".
fundamentales, hemos visto nacer los invariantes que constituyen al
La orden de Himmler de l 19 de julio de 1942, concerniente al
Otro como radicalme nte otro, a partir de la mirada que se le dirige.
Un O tro que no es posible asimilar al Sí mismo debido a que es signo
tU K Me\\Jny, - Le ~lit: do ·op¿r.u~·! lJn p.aramctrc pcninnll puur l'~n•ll)se ~~onomu1ue"' f, l:l l:lcnao de:' los
·npuadon:s "ll!n p&Iimctro ~in~te pant el 3nálisi5 err,.;ononucu), /L' Cuh1~rJ Ju ~~·. 4, l'>%. Pa;.\ lf<J..()() ..
11 U Ball. --un pt.JtN tt des ttommes la "(OiutÑ:m f111ale' c.lam les qU04idiens ~n 19-12.. (Sobre: P•OJOI y hombres. b "solucton
fono !' rn los p<r!Udocoo do 1942)./« T•mpdfuJm"'· 591. Ucu:mbn: 199<>-¡..,voor 1997 P.'lli 141,.111 . ..
t ~ S ., n~l s.ndf 1 , /. ';(nliwt~lltifntt! ~~- 1/i.\Jtlin d 'mH: e-u t:huv ,-u/1,-tlnY U!.l Antll.e.m nt5mo natl H1o;ton4 de una ps1cosr~ 1) lh1d ,p 201. Docum~nt de Nurt:mht rg. (Doeumento de 'lfurembc:rgj, n• \ 57-l
cotecm11), 1,&11»~ lt: Scuil. 1971 14 lh1d p 182 Judon-Laiíse-Fiecllieh..-
1 ~ lhi<l . p101
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de animalidad o, recurriendo a una metáfora organicista, porque es
Violar, para él, se refiere únicamente a la violencia ejercida
stu.:iu e impuro, por lo tanto peligroso, envidioso, rencoroso,
sobre una mujer que se toma por la fucrLa (Yoltaire evoca al ''soldado
curm:terísticas todas que permiten su evicción social e incluso,
que no tiene más freno y que protege su derecho incontestable a
algunas veces. su eliminación fisica, ya sea que se trate de una
violar, incendiar y robar''). Es por lo tanto la idea de fractura. de la
diterenc iación interna estatutaria propia de un sociedad en especial,
intrusión en el cuerpo de una mujer que no está iniciada.
como en e l caso de la hindú, o del discurso construido del sistema
Sin embargo, en el artículo violar, encontramos quebrantar, ir
nazi, o de los discursos -asimismo ideológicos- de las guerras de
contra. a continuación de los desarro llos surgidos del análisis
religión o de las empresas de conquista colonial.
semántico de los otros términos.
La violación es "la acción de violar un compromiso. de causar
La vergüenza de las víctimas
daño a un derecho, de profanar una cosa sagrada, de quebrar un
reglamento" . Por ejemplo: la violación de un domicilio, pero tambié n
Para finalizar. detengámonos sobre un cuestión que es
la violación de las reglas de l lenguaje.
imp011ante comprender en relación con los grandes cuadros
En el artículo violencia encontramos varias rúbricas: cualidad de
invariantes de los afectos y necesidades primarios: ¿ por qué es la
quien obra por la fuerza; arrebato de cólera, irascibilidad: fuerza
víctima quien siente vergüenza?
usada contra alguien, contra las leyes, contra la libertad pública (en
La vergüenza que experimentan las víctimas, se trate de las
esta rúbrica entra la violencia ejercida contra una mujer:
víctimas de Hiroshima, de víctimas de la tortura, de atentados, de
jurisprudencia: violencia ejercida sobre una persona para forzarla a
violaciones y violencias diversas, incluyendo la exclusión social y la
comprometerse, violencia moral. violencia indirecta; empero.
pobreza, plantea un problema. Volviendo a la reflexió n introductoria
también: espiritualidad, ardor incesante de la devoción. Massenet.
hecha hace tres años, retomaré aquí la serie semántica expuesta de
Cuaresma " la gracia [ del Señor] al igual que su reino, se consigue
manera admirable por Littré, en los artículos sobre violar, violación,
sólo al precio de la violencia".
violencia, v io lento, que, con notable precisión, ponen sobre la pista
Y por último, encontramos en violento: que obra por la
propiamente semántica de ciertos deslizamientos que vemos operarse
fuerL.a; que consume sus fuerzas; que se libra a actos violentos: los
ante nuestros ojos.
que están poseídos de un ardor y una devoc ión extremos.
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De esta manera, de la fractura impuesta como un derecho
poder de un cuerpo sobre otro. A la inversa, el éxtasis, como vio leuda
sobre el cuerpo de las mujeres, hemos pasado, de manera insensible,
sobre sí mismo, es la capacidad de extraerse a sí mismo de los lím itcs
de una cualidad, por decir así, natural (el arrebato de cólera, la
del cuerpo. Resulta por lo tanto normal que el mismo término pueda
irascibilidad) a la violencia ejercida sobre el otro, a la violación de los
designar a la vez dos modos muy diferentes de uso del espacio
derechos y compromisos, en fin, al ardor incesante de la devoción, es
cerrado de un cuerpo: la intrusión dentro de otro, la expulsiún
decir a lo que nosotros llamamos hoy en día: integrismos; uno de los
(mística) fuera del propio.
elementos coadyuvantes principales de la creación de diferencias
Invasión, penetración, (los ejércitos aliados han "penetrado··
absolutas.
hasta el corazón del enemigo), conquista, violación del espacio aéreo
La idea primitiva es, netamente, la fractura del cuerpo
0 marítimo. violación de las fronteras: las palabras del lengue~jL·
concebido corno un territorio cerrado, del territorio concebido como
corriente asocian inextricable e instintivamente el cuerpo Y el
un cuerpo que es factible despedazar. La analogía establecida entre un
territorio, el cuerpo y el espíritu. El espíritu pue-de también ser
cuerpo encerrado en su piel y un territorio encerrado dentro de sus
invadido. estamos "penetrados" de convicciones. se nos puede poner
fronteras (o itinerarios) es, sin duda, un cuadro invariante universal,
"fuera de nosotros mismos" por medio de la cólera, la imaginación o
que da cuenta, de manera espectacular, de la ausencia de solución de
el éxtasis.
continuidad entre lo biológico, lo cosmológico y lo normativo.
La voluntad de poder se traduce ya en el placer por lo
Pero lo que importa aquí, es mostrar que la voluntad de
cotidiano que se les reprocha a los burócratas y pequeños jefes, va
poder, de imponer la propia ley, es también una pulsión primaria,
junto con la fuerza, el poder de forzar, obligar, humillar, hacer un mal
como surge de l encadenamiento de definiciones propiamente dichas
fí sico o moral, y se ejerce sobre la impotencia resultante del otro. Es
de la trilogía vio lar-violación-violencia. Esta ·'necesidad"', perversión
el caso de la relación de fuerzas en el acto de violar, concebido
del deseo de proteger y del deseo de poseer, si no halla lím itcs
además como un derecho, como es también el caso en la instauración
institucionales o psicológicos, encuentra su modelo en la imagen
institucional, interiorizada y jerarquizada, del s istema de castas.
misma del acto sexual, como ya lo han dicho otros antes que yo, sin ir
El corolario es, por lo tanto, el sentimiento de impotencia ;
más lejos, Freud y Gandhi.
impotencia de hacer respetar el propio cuerpo, el territorio y el
La penetración sexual es el modelo de la encarnación del
pensamiento propios. El sentimiento de vergUenza de la víctima ante
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su impokncia es el corolario obligado del sentimiento de triunfo o de
Por el contrario, el orgullo de la víctima que resiste. es 1111
buena conciencia de aquel que se impone a una víctima que no
sentimiento de poder; se puede transformar la impotencia en potem:ia.
~.:onsicntc. Triunfo y vergüenza son dos caras, inextricablementc
la pasividad en actividad. Jacques Semelin nos ha mostrado de esta
lltlidas, de la misma relación de posiciones recíprocas que el
manera la potencia del combate no violento.
sentimiento de poder y el de impotencia. Es posible que se toque aquí
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1( ~- 2 1 d~ h:b rero d e l9i)1 , "Coupab les d' etrevi ctim cs" (Cu lpables de sen:ic(i mas}, R. So le 17 Como pensaba Ei nstein. ") la y en el hombre u na neces idad de odio y de .destrucc ión ~ n _ti_em püs l:or n~.a l_~~:'i. c.~ow di~op~,,¡n,-,.
e~iste en estado latente ~1as es relativam en te f3cii despertarla y condl!cl rla ha~ta la p~I CO!i\S coh~l'11\. ,1 < ;~na a ht•n d. lO tll'
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mezclas se producen ya sea en el ejercicio mismo de la ley política u l·.n hx.lns los ~.:usos. se dchc rehucer tlltl"\'llllll"llll' In
social (la guerra, la justicia, el mantenimiento del orden, los espacios ~.:onstrucción ética. Es posible una l!tica universal a cotuliciún dl·
de autoridad), o bien en los es pacios no necesariamente definidos reconocer de manera universal, la existencia de estos procesos
jurídicamente pero donde la ley reconoce de manera implícita la
•1 invariantes, que están siempre allí, contra los cuales cada individun.
legitimidad de ciertos tipos de relaciones: la dominación masculina en cada s istema educativo, cada estado, debe luchar de manera
general, hasta en sus excesos (mujeres golpeadas, violaciones consciente; a condición, también, de que cada uno de los actores.
sistemáticas en tiempos de guerra, ejecución de la mujer adúltera, hombres privados u hombres públicos, se prohiban tnda
etc.); la patria potestas de la antigua Roma; el fanatismo proselitista manipulación, algo tan fácil de llevar a cabo cuando se combinan una
de la guerra santa; la organización s istemática de un sistema de o varias de estas pulsiones, uno o varios de estos afectos elementales.
castas, erigido en regla práctica, o también la mirada impasible Esto implica una verdadera educación de la alteridad. Impl ica
dirigida al cuerpo animalizado de los esclavos o de los indios, con los asimismo la necesidad de llegar a un acuerdo universal sobre lo que
que e l amo españo l, en el s iglo XVI , alimentaba a sus perros: es y debe ser ·' intolerable" para todos. Lo intolerable está presente
'·Arrebata un pequeño niiio a su madre, con un cuchillo corta en cuando la mirada que se dirige sobre el otro ya no lo constituye. por
pedazos sus brazos y sus pie rnas y da una parte a cada uno de los una u otra razón, en un semejante a uno mismo en humanidad. Para
perros 18." O bien en los intersticios donde se producen los conflictos concluir, haremos nuestra la frase del tllósofo Paul Ricoeur: ··J.a
de intereses, o bien en aquellos donde se manifiestan las revueltas, tolerancia es una virtud reflexiva a la espera de reciprocidad." Sin
insumisiones y levantamientos, que son reivindicaciones de la estas dos, la puerta permanece abierta a todas las violencias
identidad y la dignidad. imaginables.
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IS O. <le l~s Casas. llrt!\' I:\WI<t /ldc« /ou dt! kr ,/i!Mrtt("t'itm d~/ la.\ Jmfius, f.!! N Capd~vila. L:t.s ('asas. une politigue de rtmm anile
(L~s Ca~a¡,. u na politica de la lll~tmwid<'~dt. Paris, Edition~ du Cerf. JQ98
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