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La civilización micénica

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En la Grecia continental hacia el 2000 a. C. penetra un nuevo pueblo indoeuropeo, los

griegos, desde el Épiro (su patria originaria


según afirma Aristóteles) y los Balcanes; este pueblo era de civilización inferior que los pobladores
anteriores a los que suplantaron, por lo que durante 400 años aproximadamente se dedicaron a asimilar la
cultura superior de sus predecesores, al tiempo que se enriquecieron con la aportación cultural de los
minoicos.

Es posible que los minios de los que se ha hablado ( considerándolos también como luvitas) fueran en
realidad los griegos.

Es entonces, alrededor del 1600 a. C. cuando se empieza a expandir el fruto de dicha asimilación, una
nueva civilización que recibirá el nombre de micénica gracias al desenterramiento de Micenas por parte de
Schliemann y ser ésta el mayor núcleo poblado y de mayor empuje de esta cultura (coincidiendo así con la
idea de Homero de que Micenas era la más poderosa por ser su rey, Agamenón, el general en jefe de la
tropas griegas en la batalla de Troya).

Micenas, en la Argólide, se convierte en un centro de riqueza y poder con una civilización guerrera sin
igual en la zona del Egeo; no obstante no es el único centro de población importante de Grecia central y
meridional que surge y brilla con esplendor en esta época: Pilos en Mesenia, Tebas, Glá y Orcómenos en
Beocia y Tirinto también en la Argólide y parece que bajo la Acrópolis de Atenas reposa un primitivo
asentamiento fortificado micénico.
El período de esplendor micénico va desde el 1600 al 1150 a. C., cuando se configuran los palacios
descritos en la Ilíada y sus reinos: Pilos, Tebas, Orcómenos, Glá, Atenas y Micenas.

Lo escabroso del terreno en Grecia continental provocó que el dominio total sobre la península balcánica
fuera imposible, pero no así en el mar: la construcción de una flota poderosa les permitió la aventura y
conquista de ultramar y sustituir a los minoicos como dominadores del Egeo.

Características de la civilización micénica


Muchos son los rasgos que diferencian de un modo tajante esta civilización de la minoica; la diferenciación
étnica fue el detonante de ellas. Las principales características son:

 por primera vez los gobernantes quieren dejar


constancia de su vida y su status social, manifestado sobre todo en el enterramiento; por primera
vez se delimitan espacios sagrados para tumbas; es el caso de los dos círculos de tumbas
delimitados de Micenas fuera del casco urbano con ajuares para los muertos, lujosos objetos
metálicos y objetos guerreros (petos de oro, collares, pendientes y máscaras faciales de oro, etc...);
es la inmortalización del poder y la autoridad; (uno de los círculos, con la ampliación de las
murallas de Micenas quedó encerrado dentro del núcleo fortificado);
 asímismo el enterramiento presenta la novedad de la colocación de losas verticales para indicar las
tumbas con grabados de escenas de animales, cacerías, militares o círculos como signo sagrado;
junto a los suntuosos enterramientos están los enterramientos introducidos por los griegos desde el
2000 a. C.: son enterramientos en tumbas en forma de cistas (grandes vasijas), bien individuales o
familiares, en posición vertical con los cuerpos en posición fetal; el enterramiento se producía
dentro de la casa o al pie de los muros de la misma;
 elaboración de objetos de lujo muy bellos y exquisitos como abalorios de ámbar, las joyas arriba
citadas de oro, alfilera con cabeza de cristal de roca y escudillas en forma de plato también en
cristal de roca;
 aparición del carro de combate; parece ser un elemento que trajeron los griegos y que exportaron a
la Creta minoica; se conocía el carro de bueyes para transportes, pero el carro de combate se
caracteriza por su ligereza y por ser llevado por caballos (en Creta minoica se usó el tiro de caballos
para transporte al ser un pueblo pacífico); otra arma propia de los micénica es la espada larga y muy
particular es la armadura de láminas de metal (bronce) y casco de dientes de jabalí;
 la sociedad presenta una estratificación social muy marcada, dominada por una nobleza guerrera
que concentra el poder (en los enterramientos se ha visto que además son de una altura y
corpulencia mayor que el resto de habitantes de estos asentamientos); también hay especialización
del trabajo en función de las habilidades técnicas y artísticas;
 el rasgo propio que quizá defina más a los micénicos y domine en todo su teritorio es la gran tumba
llamada de tholos (o de colmena) de las que la más famosa es la denominada Tumba de Atreo en
Micenas: una gran cámara mortuoria construída por completo con grandes bloques de piedra, de
dimensiones enormes y que no tiene precedentes arquitectónicos ni dentro ni fuera de Grecia ;

el rasgo propio que quizá defina más a los micénicos y domine en todo su teritorio es la gran tumba
llamada de tholos (o de colmena)

 la vida micénica también está marcada por una gran religiosidad: el futuro panteón griego se
empieza a dibujar en estas fechas con las divinidades indoeuropeas aportadas por los griegos: Zeus,
Hera, Posidón, Artemis, Atenea, Hermes, Ares y Dioniso; la santidad y temor por los muertos es un
ejemplo; hacían sacrificios humanos a los dioses según las tablillas de Pilos; no obstante parece ser
claramente indentificable la Gran Diosa Madre de la civilización minoica reencarnado en Potnia
con el título de da-pu-ri-ti-jo (la dama del Laberinto);
 los asentamientos se basaban en el levantamiento de casas a modo de celdas denominadas mégaron
, casas con un porche con columnas, una larga habitación rectangular y en muchos casos al final de
ésta una despensa; en ellos el edificio sobresaliente era el palacio y después la adición de
fortificaciones como los muros "ciclópeos" de Tirinto o las gruesas murallas de Micenas con la
puerta de los Leones de acceso al complejo amurallado, protecciones contruídas con grandes
peñascos y bloques de piedra labrada; el palacio era además el centro del culto religioso, junto con
algunos santuarios externos a los asentamientos a modo de ermitas.

Los micénicos, en su época de esplendor, coincidente con la construcción de las grandes tumbas de tholos,
desarrollaron su actividad hacia el exterior exportando sus productos y cerámicas al mundo Egeo e incluso
más allá: encontramos restos de dichas actividades comerciales en Sicilia, Italia, Chipre, Mileto, Rodas y
Asia Menor en el Heládico Reciente HR II A y B; de ésta época son las tablillas de Lineal B conservadas.
Hablando del Lineal B, los micénicos adoptaron de los cretenses miniocos la escritura para anotar su propia
lengua, el griego; para ello transformaron el sistema de escritura y sustituyeron el Lineal A (cuya escritura
sólo se encuentra en Creta) por el llamado Lineal B, que se encuentra en todos los centros micénicos del
Grecia continental y que fue exportado después a Creta.

La evolución de los reinos micénicos


Los centros micénicos no eran verdaderas ciudades, aunque se les llame así (yo he preferido llamarlos
asentamientos); las ciudadelas o fortalezas eran únicamente eso y sólo albergaban un palacio y poco más.
Diseminadas por las cercanías de los asentamientos se han encontrado restos de poblamientos a modo de
pequeñas aldeas en colinas donde habitaban en gran masa los habitantes de cada reino (de ahí que en las
tablillas de los palacios se haga referencia a muchos nombres de localidades desconocidas para nosotros,
pero que corresponden a estas aldeas; así sucede en Pilos).

El palacio y el reino lo regentaba un gran señor (un rey) cuya riqueza no


obstante no se basaba exclusivamente de los tributos de sus campesinos; había también artesanos que
trabajaban la producción de cerámicas, armas de bronce y otros artículos. Asímismo eran buenos marineros
y, aparte de la rapiña y el saqueo cuando podían, se dedicaban al comercio. Artesanos y campesinos se
incluían en una economía decpalacio, aunque contaran conuna organización de cierta independencia en el
marco de las estructuras aldeanas. El wanax , gran señor rey, eran sustituídos en las aldeas por basileis y
consejos de gerontes. que se encargaban de organizar y administrar los campos y actividades artesanales.
Comenzaba la división de clases.

Los wanax y lawagetas (jefes del ejército y también con atribuciones religiosas-sacerdotales) poseían un
pedazo de tierra denominado temenos por las tablillas donde se indica que es un pedazo de tierra sagrado
destinado a su beneficio y usufructo privado, mientras que las demás clases sociales los basileis
(administradores o ancianos de las aldeas) vigilaban la tierra denominada kekemena (de la comunidad) y
los telestai poseían un pedazo de tierra denominada ktimena (propia), mientras que los demás, el damos, se
encargaban o de tierra ajena o de trabajos artesanales.

Las grandes distancias entre los palacios identificados sugieren que no había un poder central en la época
micénica, sino que cada palacio era independiente y que Micenas sólo era uno más (a lo mejor el mayor) y
de él no dependía nigún otro centro. En cada centro aprovechaban la mano de obra de esclavos y
campesinos para la construcción de los palacios, murallas y tumbas tholoi .

Los micénicos viajaron en busca de rutas comerciales, bien las de sus predecesores o bien nuevas; su
motivación primera era la búsqueda de metales y de ahí que abrieran rutas hacia Occidente (Sicilia e Italia)
desde el s. XV a. C., pero también al Báltico en busca del ámbar nórdico, pero también llegaron a Asia
Menor, Chipre, Siria y Egipto en busca de miel, oro, tejidos, marfil, pasta vítrea, papiros, perfumes y
ungüentos; lo sabemos por los restos de cerámica micénica allí encontrados.

En función de la cerámica la época micénica se subdivide en:

 período I: ca. 1550 a. C.


 período II: ca. 1500
 período III A: ca. 1425
 período III B: ca. 1300
 período III C (incluído submicénico): ca. 1230-1050.

Del 1400 al 1200 a. C. los estados micénicos comienzan su esplendor. sus exportaciones crecen y son más
visibles en casi todo el mundo conocido por aquel entonces. Todas las regiones de Grecia presentan
instalaciones en el continente e islas de cultura micénica, todas ellas con un poder central que se centraba
en el poder territorial.

Los mitos micénicos


Del gran caudal de mitos de la mitología griega la mayoría son micénicos o de época micénica: los
micénicos fueron los griegos que trajeron el panteón (todavía incompleto) de dioses configurado totalmente
un poco más tarde, al tiempo que todos los héroes son herederos de una sociedad guerrera (y la primera
sociedad guerrera en suelo griego fue la micénica); a ello hay que sumar que los mitos que no eran
originariamente micénicos (los de los minoicos y otros provenientes de Egipto y Asia Menor) se
confundieron o se fundieron con mitos micénicos (como se ha visto en el caso de Minos); es por ello que
no se van a exponer aquí ningún mito y se va a hacer referencia única y exclusivamente a la Ilíada y a la
Odisea , pero también de modo sucinto para tratar la problemática del reflejo del mundo micénico en la
obra homérica.

La guerra de Troya

Constituye una de las últimas empresas de expansión micénica. Arqueológicamante sólo puede ser posible
en el estrato Troya VII a, pues es entonces cuando se encuentra una destrucción tras una vida dura y
accidentada: las casas, pequeñas y mal construídas, llenan todo el espacio libre dando idea de
amontonamiento y promiscuidad; en el suelo de las viviendas aparecen empotradas enortmes tinajas para
almacenamiento de líquidos y alimentos en provisión de escaseces provocadas por el asedio; este estrato
además está culminado por un incendio devastador y en las calles y edificios aparecen cuerpos insepultos;
además cronológicamente los objetos de cerámica micénica importada son muy escasos y la fecha de
destrucción de Troya VII a se produji entre el 1193 y el 1184 a. C. y las noticias de Eratóstenes y el
Marmor Parium la sitúan hacia el 1208 o el 1250.

Las causas de la guerra son desconocidas y lo más desconcertante de todo es que los aqueos no se
establecieran en Troya una vez destruída ésta (quizá por su agotamiento y debilidad de fuerzas); Page ha
sugerido, según unos documentos de los dos últimos reyes hetitas, que un tal Attarsiyas (identificado con
Atreo), aqueo, hacía correrías por Asia Menor y ejercía su predominio; entonces intervino Taruisa (Troya)
en una Liga que peleó contra el rey hetita Thudalijas IV bajo la dirección de Assuia (Asia región del
Caístro que da nombre al continente) y, tras el derrumbamiento del reino hetita, aqueos y asiáticos se
disputaron el poder bacante en la guerra con asedios de Troya, Rodas y una guerra en Asia Menor a mayor
escala o extensión.

La guerra de Troya se inserta además en plena época de crisis y decadencia del mundo micénico y supuso
el canto del cisne de dicha cultura. La época contemporánea de la guerra, el Heládico Reciente HR IIIc
muestran un empobercimiento cerámico, artístico y material, concluídos con la emigración e invasión doria
(o la sublevación de los dorios como las capas sociales más bajas de la sociedad micénica) con la
cremación de cadáveres y el hierro.

Respecto a los troyanos es difícil ver en ellos a un pueblo griego, ya que en la Tróade no se encuentra
toponimia indoeuropea y además culturalmente incineran a los muertos, mientras que los griegos los
enterraban; por ello hay quien dice que eran luvitas o al menos no griegos.

La Grecia micénica y la Grecia homérica

Que los poemas homéricos se basan en acontecimientos de época micénica es indudable; que se originaron
como poesía épica recitada por aedos, también; que conservan su esencia micénica, también; pero desde la
caída de Troya hasta los poemas homéricos tal y como los conocemos hoy en día pasaron cerca de 500
años, años que dejaron su huella en la elaboración homérica.

Los poemas en primer lugar no pretenden narrar la sociedad micénica en sus aspectos cultural, social,
económico ni aspectos similares, sino que sólo pretende narrar un acontecimiento bélico en función de la
exaltación de las hazañas de los héroes y hacer un relato agradable para los oídos del auditorio; ello no
evita que a veces se le escapen referencias y noticias acerca del mundo originario de estos héroes, pero
modernizándolos en muchos casos, es decir, que presentan grandes anacronismos. Ello nos debe conducir a
no creer que todo lo homérico es micénico y que todo lo micénico va a estar en lo homérico. Debemos
tener a Homero como una fuente de información secundaria o terciaria, dependiente de la arqueología y de
las tablillas de Lineal B.

La validez del mundo micénico de la Ilíada y de la Odisea en menor medida debe ser puesta en duda sólo
con ojear el contenido de los poemas. Que guerreasen diez años por Asia Menor lejos de sus reinos y
además las increíbles aventuras de Odiseo hacen que todo lo novelesco y ficticio de los poemas se
impongan sobre lo histórico relegándolo a ciertas nociones a modo de citas, como el catálogo de la naves,
el carro de guerra micénico, el casco de dientes de jabalí y poco más

diferencias y similitudes entre esparta y atenas

En la antigua Grecia surgieron 2 modelos de organización social en sus


ciudades estado, los extremos de ambos modelos eran las ciudades de
Atenas y Esparta. Atenas tuvo usualmente una sociedad democrática y
volcada al comercio y las artes, en cambio Esparta era el modelo de estado
militarista en el cual una clase dominante guerrera explotaba a la mucho
mas numerosa clase baja e indefensa.
Diferencias : esparta politicamente estaba instaurado por un sistema de
birregencia que era un sistema de 2 reyes q reinaban simultaneamente y
que estubo mucdho tiempo , mientras que en atenas se utilizaba la
democracia un sistema politico que estaba dirigido por una asamblea
popular.en el tema economico atenas tenia control maritimo en exportacion
e inportacion de materias con el extranjero, mientras que en esparta
dependian de un sistema de agricultura de subsistencia. atenas logra
expandirse por los mares esparta solo abarca su expancion
terrestre.esparta era un pueblo netamente orientado alas guerras atenas
privilegio mucho mas el ambito intelectual.

En la Antigua Grecia había un sistema de esclavitud-mercancía y uno de dependencia, que tenían por modelo
Atenas y Esparta respectivamente; estas dos ciudades eran capitales culturales en el ámbito griego. Tanto el
sistema ateniense como el espartano tenían más de una fórmula o figura. El presente escrito pretende hacer una
comparación entre los dos sistemas: el ateniense y el espartano. Como quiera que hay una tendencia a considerar
más esclavos a los atenienses por estar tipificados como esclavos-mercancía, mientras que sus equivalentes en
Esparta, los hilotas, están tipificados como población dependiente y ser, consecuentemente, menos esclava; aquí
se intenta demostrar que no hay una diferencia esencial entre ambos modelos. Lo esencial es que la esclavitud se
originaba como una substitución de la muerte.
En cualquier caso lo pertinente es trazar una comparación descendente entre Atenas y Esparta, esto es, entre los
ciudadanos de Atenas y sus equivalentes de Esparta: los homoioi (los iguales). En este texto, se entiende por
ciudadanos a los de Atenas, mientras que los ciudadanos de Esparta se denominan homoioi. Después de 24 siglos
es imposible saber la conciencia ciudadana de un homoioi, pero no entusiasma si la comparamos con un ateniense,
pues aunque ambos se reservaron el derecho exclusivo de la propiedad de la tierra, el homoioi no trabajaba, todo
el trabajo estaba repartido entre periecos e hilotas, mientras que el ciudadano ateniense era agricultor y estaba
orgulloso de serlo. Cuando un efebo juraba que de mayor sería hoplita ponía por testigo a la fertilidad de la tierra.
Por otra parte los homoioi nacían, se educaban y vivían con el único objetivo de ser guerreros profesionales de
acuerdo con la agoge, por lo que la familia no tenía ningún valor. Sin embargo no todos los homoioi eran iguales,
pues había los hypomeiones y tresantes. A pesar de la alta reputación militar que tenía su ejército, éste no tenía
proyección exterior si exceptuamos la conquista de Mesenia, que sirvió para ampliar el territorio y el número de
hilotas, pero este triunfante ejército operaba más como un cuerpo de orden público. Aunque el ciudadano
ateniense era agricultor, el trabajo de la tierra era realizado por esclavos, que juntos con su mujer, familia, ganado,
tierras y demás propiedades inmobiliarias constituían el oikos. El oikos era el centro de la vida de agricultor
terrateniente, el aristócrata. Se trata de una institución de origen micénico, pues Ulises era el señor de su oikos. La
gran ambición de un ciudadano era ser terrateniente, pues había una cuarta de ciudadanos que no tenía tierra.
Había ciudadanos pobres, pero si cumplían con sus deudas iba bien, pero había los hektemoroi cuya vida estaba
pendiente de un hilo, lo que arregló Solón, pues hasta el 594aC un ciudadano que no honrara su deuda podía ser
vendido como esclavo.
Tanto en Esparta como en Atenas había una categoría humana que estaba en un punto intermedio entre el
homoioi/ciudadano y el hilota/esclavo: los periecos y los metecos. Los periecos eran hombres libres, se
consideraban lacedemonios y en su mayoría eran de Laconia, no tenía derechos políticos, pero era parte del estado
y podían intervenir en decisiones políticas, no pagaban rentas a los homoioi, pero los reyes sí que se reservaban un
derecho sobre las tierras cultivadas. Muy distinto y mucho más complejo es el caso de los metecos atenienses, pues
no eran ciudadanos, ni podían acceder nunca a la ciudadanía, fueran griegos o no. Si un extranjero estaba en Ática
de forma estacional tenía que inscribirse como tal y necesitaba el concurso de un ciudadano a que se hiciera cargo
de su situación para que pagara los impuestos, de no cumplir todas las normas se procedía a su venta como
esclavo. El caso es que los metecos cumplían una función social muy importante, pues a pesar de tener una
personalidad política inferior y no poder tener tierra se dedicaban a la artesanía, al comercio y a la banca.
Jenofonte intentó que los metecos pudieran comprar casas al objeto dinamizar la economía. De todas formas es
pertinente señalar que si había 100 periecos frente a 5000 espartanos, había 10000 metecos frente a 21000
ciudadanos, por lo que las cifras son elocuentes de la importancia de cada caso.

La comparación más complicada es la que hay entre los hilotas (Esparta) y los esclavos-mercancía (Atenas). El
hecho es que la población estuvo primero por los naturales de Laconia (parece que hay unanimidad en que su
origen es aqueo), que fue conquistada por los espartanos, que luego conquistaron Mesenia. Tanto la población de
Laconia como la de Mesenia fue convertida al hilotismo, una forma de esclavitud enmascarada por el hecho que el
hilota no era un hombre que estaba bajo la mirada de otro hombre, sino una comunidad humana bajo la mirada de
otra comunidad humana. Este elemento era un acicate para mantener viva la llama de la conciencia de pertenencia
a un grupo que es víctima de una injusticia, además, en el caso de los hilotas de Mesenia, por ser más reciente su
conquista, conllevó que muy a menudo crearan conflictos; de aquí el ejército-policía. Un factor para mantener el
sentimiento colectivo de injusticia es que los mesenios hablaban el mismo idioma, mientras que los esclavos
hablaban distintos idiomas, pues eran mercancía que había entrado en Atica como exportación desde distintos
lugares. El ciudadano ático que compraba esclavos era suficientemente inteligente para procurar que en el
conjunto de sus esclavos no hubiera coincidencia lingüística y así evitar una complicidad entre esclavos. Un factor
que humanizaba la vida del hilota es que podía llevar a cabo una vida aparentemente normal, pues tenía su casa, su
comunidad de vecinos, su sociedad; mientras que el esclavo de los atenienses no tenía familia y vivía en el oikos.
Estos aspectos contribuyen emocionalmente a que el hilotismo dé la sensación de ser una esclavitud suave.

En cualquier caso se da una coincidencia entre el hilota y el esclavo-mercancía, una coincidencia que es esencial y
determinante: la violencia. El sometimiento de dos pueblos (el laconio y el mesenio) a Esparta para realizar los
trabajos que el estado le dicte o el sometimiento de un individuo a un ciudadano para realizar los trabajos que la
mujer de dicho ciudadano le dicte solamente es posible cuando uno ve amenazada su integridad física, su vida. El
sistema espartano es primitivo, mientras que el ateniense es más moderno, podría decirse capitalista, por el mero
hecho de tratar a un ser humano como una en mercancía objeto de compra y venta, cuyo precio viene
determinado por las expectativas de rendimiento.

Esparta aceptó la ayuda de los hilotas para la Guerra del Peloponeso y en la ceremonía para proceder a su
agradecimiento se les pidió que entraran sin armas de forma que luego fueron aniquilados fácilmente.

No deja de ser también conveniente considerar que en el sometimiento a los hilotas hay un aspecto moderno, por
fascista. Se trata de la krypteia. Cada año, cuando un éforo tomaba posesión de su cargo –sin incumplir la ley-
declaraba la guerra a los hilotas. A dicho efecto se seleccionaban jóvenes (kryptos) dispuestos y equipados con un
puñal para matar “á gogo” tantos hilotas como encontraran a su paso. Ni qué decir tiene que esta práctica tenía
como objetivo (además de divertirse al estilo de “A Clockwork Orange”) mantener el terror en la población hilota
como forma de sometimiento físico y mental. Al respecto es interesante consignar cómo lo han juzgado algunos
pensadores, mientras que Plutarco trata la krypteia de cruel y dice que era imposible que la hubiera hecho Licurgo,
Platón la consideraba una forma más de entrenamiento militar.

La Ciudad-Estado
Desde un punto de vista histórico la ciudad-estado en Grecia no era sino la comunidad aldeana en una fase
superior de fusión o progreso: un mercado común, un lugar de reuniones, un centro judicial para todos los
labradores de una misma comarca, que pertenecía a la misma estirpe y adoraban al mismo Dios.

Desde un punto de vista político, la ciudad-estado fue expresión del más perfecto equilibrio a que los
griegos podían llegar entre esos dos factores de la sociedad humana, opuestos y oscilantes, que son el orden
y la libertad.

Mapa conceptual: La ciudad-estado en Grecia (ampliar imagen)

Aristóteles concebía el Estado como una asociación de hombres libres que reconocen un mismo gobierno y
que pueden reunirse en asambleas, estimando no ser viable aquel que tuviera más de 10 mil ciudadanos.
En lengua griega la palabra polis significaba, a la vez, ciudad y estado.

Las nuevas colonias también se convirtieron en polis políticamente independientes de la metrópoli (polis
madre), pero mantuvieron estrechos vínculos religiosos, económicos y culturales. Estas colonias fueron
uno de los factores del desarrollo económico de Grecia en este período.

Los siglos V y IV a.C. corresponden al apogeo de las grandes ciudades-estado independientes, entre las que
destacan las polis de Atenas y Esparta.

La diferencia de intereses económicos y políticos mantenía separadas a las ciudades. Luchaban entre sí, en
el afán de conseguir lejanos mercados o de abastecerse de cereales, o bien formaban alianzas rivales para
alcanzar el dominio del mar.

Fue así como cada uno de estos grandes estados (Esparta y Atenas) absorbió a sus débiles vecinos en una
liga o confederación dirigida bajo su control. Esparta, estado militarizado y aristocrático, estableció su
poder a base de conquistas y gobernó sus estados súbditos con un control muy estricto. La unificación del
Ática, por el contrario, se realizó de forma pacífica y de mutuo acuerdo bajo la dirección de Atenas.
Aliados de Atenas (amarillo) y aliados de Esparta (gris).

Contribuía a esas divisiones la diversidad de origen, pues si bien los griegos se estimaban pertenecientes a
una misma raza, la peculiaridad de los distintos grupos tribales de eolios, jonios, aqueos y dorios era
vivamente sentida, y Atenas y Esparta se odiaban con gran virulencia. Las diferencias de religión también
fomentaban las divisiones políticas, y éstas, a su vez, contribuían a ahondar a aquellas. Los cultos
privativos de cada localidad y clan dieron lugar a festivales y calendarios diversos y a diferentes
costumbres, leyes y tribunales.

Es bien sabido que los Helenos no lograron realizar la unidad política, cabe, pues, hablar de civilización
griega o helénica, pero no de un estado helénico, y por eso la historia política de los griegos es la historia
de las luchas incesantes entre las diversas ciudades que deseaban imponer su hegemonía a las otras.
Empero, sin la ciudad-estado, Grecia no habría existido.

La Grecia Antigua dejó un espíritu encendido en el convencimiento de que el hombre es un ser libre y en
verdad sublime. Para los griegos, todas las cosas de la vida debían disfrutarse con moderación.
Aprendieron a mantener sus cuerpos tan sanos como sus mentes, a poner orden en el desorden y a vivir en
armonía con sus conciudadanos.

Los griegos tenían igual respeto por el valor mental como por el físico, puesto que creían que la vida ideal
era la que transcurría en pos de conseguir la excelencia en todas las cosas. Un hombre completo debía ser
igualmente activo como atleta, filósofo, juez, poeta o cualquier otro empeño de valor. El filósofo Sócrates
trabajó un tiempo como aprendiz de escultor; Sófocles no sólo actuó como general sino que en distintas
ocasiones fue tesorero del Estado, diplomático y sacerdote.
Al principio del período, los griegos se unieron para derrotar
a los temidos persas (conocidos también como medos) en las
llamadas guerras médicas. Tras la victoria, Atenas se
convirtió en la potencia hegemónica de la Liga de Delos,
alianza que se había formado para defenderse de los persas.
En política interior los atenienses consolidaron el sistema
político conocido con el nombre de democracia, gobierno
del pueblo, y en política exterior se convirtieron en la gran
potencia político-militar de la Hélade, lo que les acarreó gran
número de enemigos. Este periodo es denominado como la
Edad de Oro de Atenas, o Siglo de Pericles, en honor al
gobernante que llevó a Atenas a su máximo esplendor.
El Partenón, en Atenas.
Durante el mandato de Pericles se construyeron el Partenón,
el Erecteion y otros grandes edificios. El teatro griego alcanzó su máxima expresión con las obras trágicas
de autores como Esquilo, Sófocles y Eurípides, y el autor de comedias Aristófanes. Tucídides y Heródoto
fueron famosos historiadores, y el filósofo Sócrates fue otra figura de la Atenas de Pericles quien hizo de la
ciudad un centro artístico y cultural sin rival.

Las diferencias entre Atenas y Esparta desembocaron en la destructora guerra del Peloponeso, en la que
participaron casi todos los griegos unidos a uno u otro bando. La guerra duró hasta el 404 a.C. y acabó con
la derrota de los atenienses y el establecimiento de la hegemonía espartana sobre Grecia.

Aprovechando la confusión y debilidad de los contendientes en las Guerras del Peloponeso, el rey Filipo II
de Macedonia convirtió su reino en la nueva potencia de la Hélade. Macedonia no estaba desgastada por las
luchas y disponía de recursos naturales (cereales, oro y madera). La batalla de Queronea (338 a.C.) le
permitió anexionarse Atenas y Tebas. Tras la muerte de Filipo II, su hijo Alejandro Magno conquistó
Persia y dirigió sus ejércitos hacia Egipto y la India, formando un gran imperio.

Tras su muerte en Babilonia (323 a.C.) sus generales se repartieron sus posesiones. Con Alejandro
desaparecía el antiguo poder de los griegos, pero no su cultura que, fusionada con la oriental, dio origen al
mundo helenístico.

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