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Análisis cualitativo de la percepción del profesorado y de las…

Análisis cualitativo de la percepción del


profesorado y de las familias sobre los
conflictos y las conductas agresivas entre
escolares
por M.ª Poveda FERNÁNDEZ MARTÍN, Adolfo SÁNCHEZ BURÓN y
Jesús A. BELTRÁN LLERA
Universidad Camilo José Cela de Madrid
Universidad Complutense de Madrid

1. Introducción bullying. El fenómeno bullying puede


La agresividad manifestada por niños definirse como la violencia mantenida
y adolescentes debe ser estudiada desde mental o física, guiada por un individuo
una perspectiva multidimensional y o por un grupo y dirigida contra otro in-
multicausal, tanto en lo que se refiere a dividuo que no es capaz de defenderse a

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las características personales como a los sí mismo. Esta conducta puede adoptar
ambientes en los cuales aparecen dichas varias formas, directa, a través de mani-
conductas. Objeto de este artículo es ana- festaciones físicas (atacar a los demás,
lizar las condiciones de los dos ámbitos robar o dañar sus pertenencias) y verba-
de socialización más importantes que pue- les (insultar, poner motes, contestar en
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den provocar un incremento en la emi- tono desafiante y amenazador), o indi-


sión de conductas violentas. Por un lado, recta, mediante la propagación de rumo-
el ámbito familiar, en el que se estudian res peyorativos, la exclusión social, etc.
las concepciones que tienen padres y ma- (Berkowith, 1996; Cerezo, 1998, 2001a;
dres sobre la agresividad y su posición Olweus, 1998).
respecto al hijo víctima o agresor, y, por
otro, el escolar, en el que se analizan dis- Asimismo, se pretende excluir de es-
tintos aspectos acerca de la agresividad tas acciones negativas aquellas que son
entre compañeros, tal como es percibida ocasionales y no graves, dirigidas a un
por el profesor. alumno en un momento y a otro en otro
(Cerezo, 2001a, 2001b). En este sentido,
Esta agresividad que se manifiesta en Anderson y Bushman (2002) consideran
las aulas se conoce habitualmente como que toda violencia es agresión, pero mu-

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chos «momentos» de agresión no son vio- c) Ira, entendida como un conjun-


lentos ya que en ellos no existe to de sentimientos producidos por un
intencionalidad ni continuidad, rasgos acontecimiento desagradable pero que,
definitorios de una conducta agresiva o a diferencia de la agresividad, no per-
de intimidación. sigue una meta concreta (Goldstein y
Keller, 1991).
La conducta agresiva se puede agru-
par en torno a dos tendencias: a) de tipo d) Hostilidad, considerada como
cognitiva-social, caracterizada por una una actitud negativa hacia una o más
alta tolerancia a la violencia y una baja personas que se refleja en un juicio
necesidad de reparación y desempeño mo- desfavorable de ella o de ellas
ral; y b) de tipo afectiva-impulsiva, ca- (Goldstein y Keller, 1991).
racterizada por la elevada susceptibilidad
e) Y, por último, conflicto, enten-
emotiva, el miedo al castigo, la necesi-
dido como un proceso que empieza
dad de reparación y la irritabilidad
cuando una parte percibe que otra par-
(Anderson y Bushman, 2002; Berkowitz,
te le ha afectado negativamente, ya
1996; Golstein y Keller, 1991). sea por incompatibilidad de metas, di-
ferencias en la percepción e interpre-
En torno al fenómeno bullying, vio- tación de los hechos, desacuerdos
lencia escolar o maltrato por abuso de basados en expectativas de comporta-
poder —tal y como se recoge en el Infor- mientos, etc. El conflicto así entendi-
me del Defensor del Pueblo— aparecen do ha pasado por diferentes etapas.
una serie de conceptos relacionados que, Se ha analizado como algo disfun-
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en ocasiones, pueden generar confusión cional, propio de un mal funcionamien-


cuando se aborda esta problemática, ta- to del grupo —posición tradicional—
les como: como algo natural e inevitable de las
relaciones interpersonales —posición
a) Intimidación, entendida como humanista—, hasta llegar a conside-
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un conjunto de acciones negativas re- rarlo no sólo inevitable sino necesario


petidas en el tiempo, entre las que se para que un grupo se desempeñe con
incluyen pegar, dar patadas, atemori- eficacia —posición interaccionista ac-
zar, encerrar en una habitación, in- tual— (Field, 2000; Ortega, Mínguez
sultar o hacer burla (Cerezo, 1998; y Saura, 2002).
Farrington, 1993; Ortega, 2000).
El estudio de la agresividad —consi-
b) Victimación, producida cuando derando esta variabilidad— se ha reali-
el abuso y el maltrato se prolongan zado desde diferentes posiciones teóricas.
en el tiempo siendo percibidos por la Por un lado, los estudios neuro-psicológi-
víctima como algo frecuente en su vida cos que describen los cambios fisiológicos
(Cerezo, 1998; Olweus, 1998; Ortega, que manifiesta una persona cuando se
2000). suscita la ira, por ejemplo, el aumento

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de las pulsaciones, de la presión arterial, familia, por celo, las conductas agresivas
del nivel de glucosa en sangre, el ritmo probablemente no sucedan en uno sólo
de la respiración, elevación del umbral de estos contextos, así como tampoco las
de la sensación de dolor, etc. Esta activi- reacciones de vulnerabilidad de las vícti-
dad estimula la respuesta emocional de mas. La violencia es un problema com-
tal manera que las consecuencias fisioló- plejo que crece y se desarrolla en
gicas y los cambios que conlleva tienden contextos sociales, la familia junto con la
a persistir durante un tiempo, incluso escuela constituyen, en los primeros años,
aunque haya desaparecido la amenaza los grandes focos de socialización de la
inmediata del entorno, pudiéndose fácil- persona, por ello son responsables a la
mente activar por el estímulo de una vez que víctimas de la incorporación de
amenaza, dolor o frustración (Goldstein la violencia entre sus estructuras. Por
y Keller, 1991). Por otro, las posiciones esta misma razón, la interacción y comu-
psicológicas que abarcan desde las que nicación entre familia y escuela constitu-
consideran la agresividad como una res- yen el gran pilar para llevar a cabo la
puesta a la frustración (psicoanalítica), prevención o la erradicación, en su caso,
pasando por las que plantean la agresión de comportamientos violentos y/o agresi-
como un medio para conseguir determi- vos (O’Donnell, 1995; O’Moore, 1995; Or-
nados objetivos y está activada por me- tega y Fernández Alcaide, 2000).
canismos de imitación (aprendizaje
social), hasta llegar a los modelos Uno de los entornos donde se ha com-
interactivos persona-situación que incor- probado una mayor relación con el grado
poran variables biológicas, psicológicas, de agresividad de los adolescentes ha sido
situacionales y de aprendizaje (Anderson el familiar. Tanto la educación, asociada

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y Bushman, 2002; Cerezo, 1998; Smith y a los aspectos de disciplina, como las con-
Sharp, 1994). cepciones y creencias que padres y ma-
dres muestran respecto a las conductas
La conducta agresiva entre escolares agresivas de los hijos e hijas, influyen en
y, más concretamente entre agresor y víc- la emisión futura de este tipo de conduc-
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tima, ha pasado de ser algo propio de la tas (Motrico, Fuentes y Bernabé, 2001;
inmadurez de las relaciones entre igua- Ortega y Fernández Alcaide, 2000).
les a convertirse en un fenómeno relati-
vamente preocupante por la elevada Así, el empleo de una disciplina ina-
incidencia con la que se produce y, sobre decuada potencia que el niño emplee la
todo, por la alteración que conlleva en la agresividad como un medio relacional con
vida escolar (Fernández, 1999; Halligan otras personas —no debe olvidarse que
y Araiz, 1999; Ortega y Del Rey, 2001; la agresividad es una forma de
Suelves y Sánchez-Turet, 2001). Sin em- interacción aprendida (Cerezo, 1998;
bargo, las implicaciones que las relacio- 2001a, 2001b)—. Los comportamientos
nes sociales en el contexto escolar tienen educativos de los padres donde se ha com-
para la adaptación del niño son tan im- probado esta relación son: el rechazo, la
portantes como las que se derivan de la frialdad o la indiferencia; la disciplina

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basada en el castigo físico, unido a reac- pretenden los padres es que su hijo sepa
ciones no razonadas y extrañas o defenderse de las personas que abusan
impulsivas; el uso de una disciplina de ellos, las manifestaciones típicas como
asistemática o inconsistente y la falta de «el niño debe aprender a defenderse» o
refuerzo de las conductas prosociales. «debe devolver las agresiones», enseñan
Igualmente, influye el empleo habitual al niño a recurrir a la violencia para re-
de la agresividad para solucionar conflic- solver problemas interpersonales. A esto,
tos en el seno familiar. Todo ello, hace se une el refuerzo que recibe tanto de los
que no se clarifiquen las normas, y no se padres como de la propia situación de
ayude a discriminar entre las conductas interacción por los beneficios obtenidos.
sociales positivas y las antisociales De esta manera, lo que el niño puede
(Berkowitz, 1996). A esto, se le une la aprender con este tipo de comentarios no
presencia de variables o factores como el es sólo a responder de determinada for-
divorcio o la separación de los padres y/o ma en ciertas situaciones concretas, sino
el estilo de interacción entre padres-hi- también en situaciones en las que no es
jos, tanto permisivo como autoritario, el atacado por otros (Berkowitz, 1996;
primero porque no muestra al niño o al Fernández, 1999).
adolescente un patrón estructurado y es-
table de comportamiento y, el segundo, Frente a estas posiciones se plantean,
porque deja poco espacio a la responsabi- desde el punto de vista de la interven-
lidad y mucho al proteccionismo y a la ción, una serie de directrices para que
rigidez (Ortega y Del Rey, 2000; Ortega los padres ayuden a sus hijos (víctima,
y Fernández Alcaide, 2000). agresor) a responder de forma pacífica
ante las agresiones y salvaguarden, así,
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Dado que el comportamiento de los su autoestima, en el caso de victimación,


seres humanos es función tanto del am- o de relaciones interpersonales positivas,
biente como de las características perso- en el caso del agresor. En el primero, se
nales, no se debe ver este tipo de análisis proponen aspectos relacionados, por un
con tintes deterministas, ya que un en- lado, con la eliminación progresiva de la
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torno familiar no establece a priori un conducta violenta de la que está siendo


tipo concreto de individuo. Sin embargo, objeto (mostrando estrategias positivas de
si se tiene en cuenta la tendencia de los interacción o solicitando ayuda a los res-
hijos a imitar modelos poderosos, como ponsables del centro), y, por otro, con la
son los padres, hace que se incremente adquisición de una imagen positiva de sí
en un futuro la probabilidad de emitir mismo, identificación, expresión y com-
una conducta agresiva en una situación prensión de emociones contradictorias
social (Patterson, 1989). ante una situación de victimación y
aprendizaje de habilidades de afronta-
Otros comportamientos familiares que miento eficaces.
ejercen un papel causal en la conducta
de los hijos son las concepciones y creen- En el segundo caso —cuando desem-
cias sobre la agresividad. Si bien lo que peñan el rol de agresor—, los padres de-

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ben ser informados por sus propios hijos gran medida, de las relaciones que sea
de las situaciones agresivas mediante la capaz de mantener con sus compañeros y
facilitación de la expresión conductual y sus profesores, en términos de cohesión,
emocional, al tiempo que, les enseñan es- estructura socioafectiva, deseo de domi-
trategias de interacción positivas que les nio o de poder y de afiliación al grupo.
permitan alcanzar sus objetivos, ayudán- Cuando éstas se establecen adecuada-
doles, de este modo, a configurar una ima- mente el alumno se siente bien, constitu-
gen de sí mismos diferente y más eficaz yéndose la principal fuente de apoyo
basada en el respeto, la tolerancia, el diá- emocional. Pero, cuando esto no ocurre,
logo y la creatividad a la hora de enfren- la escuela se convierte en una fuente de
tar los problemas (Fernández, 1999; ansiedad e inadaptación, provocándose,
Ortega y Fernández Alcaide, 2000; Shure, en ocasiones, graves problemas de recha-
1999). zo. Este tipo de alumnos que son consi-
derados de alto riesgo manifiestan mayor
Como respuesta a ambas opciones, se ansiedad y depresión y, convierten el com-
vienen diseñando desde los años 80 pro- portamiento agresivo en una forma na-
gramas específicos que permiten a la fa- tural de interacción. Cuando el niño
milia —padres y madres— en interacción agrede, habitualmente aprende que con
con la escuela abordar esta problemática dicha agresión, por un lado, elimina una
desde una vertiente o polo positivo, por situación de malestar y, por otro, consi-
ejemplo, Children´s Creative Response to gue el reconocimiento social de su grupo
Conflict Program o Conflict Resolution de compañeros, potenciando, de este
Resources for School and Youth, citados modo, la emisión de este comportamien-
por Cohen (1995) y Johnson y Johnson to en un futuro. De hecho, se ha compro-

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(1996) respectivamente, en los que se tra- bado que los chicos que emiten más
bajan habilidades de comunicación ver- frecuentemente conductas agresivas son
bal, no verbal, sentimientos positivos de más valorados socialmente que los niños
autoeficacia y el reconocimiento, compren- que suelen recibir las agresiones (Beltrán,
sión y expresión de las emociones —si- Sánchez Burón y Fernández Martín,
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guiendo las dimensiones de la inteligencia 2002; Olweus, 1998; Otero-López, 2001;


emocional de Salovey, Mayer y Caru- Shure, 1999).
so—; el Modelo de Intimidación de
Olweus (1998) o las propuestas de Bodine Tal y como se recoge en los estudios
y Crawford (1998) respecto de la escuela de Cerezo (2001a, 2001b), en el informe
pacífica. del Defensor del Pueblo (2000) o en el
publicado por el INCE (1998) —Instituto
Otro factor ambiental de riesgo en la Nacional de Calidad y Evaluación, en la
agresividad escolar (bullying, victimación, actualidad INECSE—, la agresividad que
intimidación) es el ejercido por los com- se manifiesta en las aulas pasa desaper-
pañeros, el cual interacciona con las con- cibida, en muchas ocasiones, al docente,
diciones familiares. La adaptación del solamente siendo detectable cuando al-
niño o adolescente al grupo depende, en canza niveles drásticos y, a veces, única-

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mente, cuando son informados por los las familias, donde se pretende, por un
propios alumnos. Los docentes, no sólo lado, obtener información sobre los as-
fallan en el reconocimiento del cada vez pectos relacionados con la agresividad en-
más extendido fenómeno bullying —que tre compañeros, tal como es percibida por
por otro lado, lo ven como ajenos a ellos el profesorado, concretamente en relación
y más como un fenómeno de grupo—, con las causas que provocan las agresio-
sino, como consecuencia del anterior, en nes, las consecuencias producidas tras
las estrategias de intervención que per- una agresión, las causas de los proble-
miten reducir los niveles de violencia o mas en el centro y las posibles solucio-
de conflictividad en las aulas (Crothers, nes para mejorar la convivencia de los
2001; Meulen, Soriano, Granizo, Barrio, centros.
Korn y Schäfer, 2003). Por ejemplo, en
un estudio realizado por Byrne (1994) en Y, por otro, analizar las concepciones
452 escuelas irlandesas se apuntó que el que tienen padres y madres sobre estos
80,5% de los docentes consideraba que el comportamientos, concretamente, sus ca-
problema de la violencia escolar era gra- racterísticas y las posibles opciones que
ve, aunque sólo percibía esta gravedad barajan los padres para mejorar la con-
en su centro en un 39%, al tiempo que, vivencia en los centros.
únicamente un 5% consideraba estar ca-
pacitado para abordarlo. Este fenómeno, 2. Estudio 1
en parte, se explica porque es frecuente 2.1. Método
que se perciban o se interpreten los fenó-
menos de convivencia más en términos
2.1.1. Participantes
de problemas de disciplina y como algo En este estudio participaron 1067 pro-
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individual que como fenómeno social bá- fesores de 59 Centros e Institutos perte-
sico para el buen funcionamiento del cen- necientes a la Comunidad de Madrid.
tro (Alzate, 1999; Ortega y Del Rey, 2000; Todos estos centros educativos se encon-
Rigby, 1996). traban en la fase de evaluación previa a
la implementación del Programa Convi-
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Como respuesta a las demandas del vir es Vivir, coordinado por el Ministerio
profesorado, al igual que para las fami- de Educación, Cultura y Deporte. El pro-
lias, se vienen desarrollando desde los fesorado participante se distribuía como
años 80 programas de intervención en so- sigue: 534 (50%) impartía docencia en
lución de conflictos, entre los que desta- Educación Primaria, 356 (33%) en Edu-
can, las propuestas de Bodine y Crawford cación Secundaria y 178 profesores (17%)
(1994) con relación a la mediación y al impartía docencia en Bachillerato.
aula pacífica, o las de Sastre y Moreno
(2003) que analizan los conflictos desde 2.1.2. Instrumento
el aprendizaje emocional. El instrumento de evaluación aplica-
do al profesorado está estructurado en
A continuación, se presentan dos es- apartados tanto cuantitativos como cua-
tudios, centrados en el profesorado y en litativos. Los resultados cuantitativos se

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recogen a través de un cuestionario for- un código de identificación para después


mado por 10 items con tres opciones de ser recogidos en la Subdirección Territo-
respuesta en el que se indaga acerca de rial y proceder a su análisis.
los posibles tipos de agresiones que se
producen entre el alumnado. Los cualita- 2.2. Resultados
tivos, presentados en este artículo, reco- Los resultados se presentan en dis-
gen los aspectos relacionados con las tintos epígrafes, correspondientes a las
agresiones y la marginación que se pro- cuestiones planteadas al profesorado, és-
duce entre escolares. Además, se solicita tas son: causas que provocan las agresio-
información sobre las posibles soluciones nes; consecuencias producidas tras una
que pueden llevarse a cabo para mejorar agresión; causas de los problemas en el
la convivencia en los centros. Dicha in- centro y posibles soluciones para mejo-
formación se recoge a través de cuatro rar la convivencia en los centros.
preguntas abiertas: ¿Cuáles son las cau-
sas más frecuentes por las que los alum- En cada uno se muestran, en primer
nos son atacados o marginados por otros?, lugar, los porcentajes de las categorías
¿Cuáles son las consecuencias que siguen generales correspondientes a la agrupa-
inmediatamente a las agresiones de unos ción de respuestas específicas; en segun-
alumnos a otros?, ¿Cuáles cree que son do lugar, se analizan dichas categorías
las causas de los problemas en el centro?, de forma más pormenorizada.
¿Cuáles cree que son las posibles solucio-
nes para la mejora de la convivencia en A) Causas que provocan las agresiones
los centros escolares?. entre escolares

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Para obtener información sobre las
2.1.3. Procedimiento causas de las agresiones en los centros
Los cuestionarios están dirigidos a escolares se planteó la siguiente cuestión
todo el profesorado de los centros partici- al profesorado: «¿Cuáles son las causas
pantes en la fase de evaluación previa más frecuentes por las que los alumnos
del Programa Convivir es Vivir. Se apli- son atacados o marginados por otros?».
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caron como modalidad de autoinforme con En la tabla 1 se muestran las categorías


preguntas abiertas —objeto de este artí- generales de las respuestas aportadas.
culo— y preguntas cerradas. El intervalo
de aplicación fue el curso anterior y el
primer trimestre del curso presente.

Con el objeto de asegurar la confi-


dencialidad de los datos, se pidió que to-
dos los sobres que contenían los
cuestionarios se cerraran en presencia de
la persona que los había cumplimentado.
Posteriormente, fueron introducidos en
una caja cerrada en la que sólo aparecía
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TABLA 1: Causas que provocan agresiones entre escolares, percibidas por el profesorado

% CATEGORŒAS GENERALES

Por caracter sticas del agredido:


29,38 a) f sicas y tnicas
28,67 b) personales
19,25 Por caracter sticas del agresor
13,78 Por juegos de competici n
5,67 Posesi n de materiales
3,24 Marginalidad y pobreza

Sobre la cuestión de causas más fre- extremadamente agresivos, aunque ésta


cuentes que provocan agresiones, el pro- última razón suele ser poco mencionada.
fesorado destaca como la principal las
características del agredido (58,05%) es- El tercer aspecto explicativo de las
pecialmente las referidas a las físicas y agresiones entre compañeros es el de los
étnicas. La razón fundamental radica en juegos de competición. Este tipo de jue-
la debilidad del agredido, así como por gos suele provocar conflictos, aunque se
diferencias en altura y peso. Es impor- encuentran muy localizados en el tiempo
tante destacar que el 8,92% del total de y lugar (durante el juego) y no se extien-
respuestas del profesorado afirman que den más allá de dicha situación, por lo
las agresiones son debidas a diferencias que son considerados por el profesorado
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étnicas, lo que pone de relevancia la ne- como algo normal en las edades en las
cesidad de intervenir en la dirección de que se producen, concretamente en un
la tolerancia. 13,78%.

En la misma dirección, se enmarcan Otros dos aspectos mencionados (por


las características personales del agredi- la posesión de materiales y por
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do. En este sentido, el profesorado en un marginalidad y pobreza) se identifican en


28,67% considera que comportamientos menor medida que los anteriores, 5,67 %
como la timidez, la introversión o la difi- y 3,24% respectivamente.
cultad de integrarse en clase (por ser el
B) Consecuencias tras una agresión en-
primer año de estancia en el centro) hace
que ciertos chicos sean susceptibles de tre escolares
recibir más agresiones. La pregunta planteada al profesorado
para analizar las consecuencias más ha-
Un segundo aspecto aducido por el bituales tras una agresión fue: ¿Cuáles
profesor como causa de agresiones son son las consecuencias que siguen inme-
las características del agresor, donde des- diatamente a las agresiones de unos alum-
tacan las actitudes de intolerancia, anti- nos a otros?. Las respuestas generales se
patía, no pertenencia a su grupo o ser muestran en la tabla 2.

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TABLA 2: Consecuencias que siguen a las agresiones entre escolares,


percibidas por el profesorado

% CATEGORŒAS GENERALES

33,03 Castigo externo


18,74 Ambiente negativo
18,74 Mediaci n externa
18,28 Venganzas
11,21 Estrategias positivas de relaci n

Las consecuencias inmediatas a las venganzas entre los contendientes


agresiones más habituales suelen ser las (18,28%), en forma de más peleas o in-
de castigos al agresor, ejercidos por el sultos, con lo que la primera agresión lle-
profesorado, que pueden llegar en casos va a otras agresiones, reproduciéndose en
extremos a sanciones más duras o a en- el tiempo.
viar comunicados a las familias. Otro pro-
cedimiento más constructivo, aunque Por último, cabe destacar que el pro-
igualmente externo a la situación de agre- fesorado percibe que la utilización de es-
sión, que aduce el profesorado es la me- trategias positivas de relación, tras una
diación externa a las personas implicadas, agresión, suelen ser poco empleadas, con-
donde el profesor procura que razonen y cretamente en un 11,21%, como son pe-
que se reconcilien. dir perdón, arrepentirse y la reconcilia-
ción sin mediación externa.

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Otra consecuencia habitual es el esta-
blecimiento dentro del grupo de un am- C) Causas de los problemas en los cen-
biente negativo, en forma de tensiones o, tros
incluso, que se llegue a la automar- La pregunta efectuada fue: ¿Cuáles
ginación del agredido. En esta misma di- cree que son las causas de los problemas
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rección pueden llegar a ocurrir las en el centro?. Las respuestas más frecuen-
tes se pueden observar en la tabla 3.
TABLA 3: Causas más frecuentes de los problemas en los centros educativos,
percibidas por el profesorado

% CATEGORŒAS GENERALES
23,82 Debidas al alumnado
22,3 Sociol gicas
Internas al centro:
16,62 a) Por el profesorado
11,5 b) Por el propio centro
13,16 Por la relaci n alumnado-profesorado
12,6 Debidas a las familias

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El profesorado percibe que los proble- propios centros educativos, con dos nú-
mas fundamentales en la convivencia de cleos: a) el profesorado, en un 16,62%,
los centros educativos son debidos al tanto por una cierta falta de motivación
alumnado, en un 23,82%, especificado en y desinterés, como por la ausencia de co-
dos aspectos: primero, por el déficit de ordinación para establecer normas cla-
actitudes de respeto y tolerancia hacia ras y consensuadas por todos; en este
los demás y hacia las normas, lo que pro- bloque hay que incluir los problemas de
voca problemas de integración; y, por otro, relación entre el profesorado y el
por la falta de interés hacia el estudio, lo alumnado, surgidos de la complicada re-
que deriva en fracaso escolar. lación entre estos dos colectivos en el día
a día, y por la falta de habilidades en el
El segundo foco causal de los proble- profesorado para solucionar ciertos con-
mas en el centro se sitúa externo a él, flictos de manera más constructiva,
teniendo connotaciones sociológicas. Así, percibidos en un 11,5%; b) el centro, iden-
destacan la marginación social, la violen- tificando características estructurales
cia actual en la sociedad y la falta de (como la falta de espacio en el patio) y de
cultura. En esta misma dirección, exter- dirección, echando en falta acciones cla-
na al centro, el profesorado identifica ras que afronten las problemáticas más
como factor causal la realidad familiar, urgentes.
especialmente en los casos donde hay
desestructuración; además, la falta de in- D) Soluciones para mejorar la conviven-
terés, implicación y colaboración de las cia en los centros
familias con las tareas educativas lleva- La pregunta realizada en esta ocasión
das a cabo por los centros se percibe como fue: ¿Cuáles cree que son las posibles so-
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una falta de legitimación del trabajo rea- luciones para la mejora de la convivencia
lizado por los docentes. en los centros escolares?. Los resultados
generales aparecen en la tabla 4.
Otro bloque causal es interno a los
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TABLA 4: Soluciones para la mejora de la convivencia en los centros educativos,


percibidas por el profesorado

% CATEGORŒAS GENERALES

41,06 Di logo/colaboraci n entre los agentes educativos


28,79 Aplicaci n de estrategias educativas de car cter preventivo
17,58 Estructurales
12,58 Implicaci n de las familias

La solución para la mejora de la con- ordinación y la comunicación entre todas


vivencia más importante, con diferencia las partes interesadas en la educación:
—41,06%—, pasa por incrementar la co- por un lado, dialogando en mayor medi-

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da los problemas entre el alumnado y el incapaz de manifestar sus emociones (pa-


profesorado, fomentando la participación sividad frente asertividad) (Beltrán et al.,
de los primeros y, con ello, su implica- 2002; Cerezo, 2001a, 2001b; Mora-
ción en las tareas de disciplina; y, por Merchán, Ortega, Justicia y Benítez,
otro, mejorando la relación entre las fa- 2001; Olweus, 1998). Si se trata de inti-
milias y el centro, potenciando su colabo- midación, el alumno que agrede es fuer-
ración e implicación (12,58%). Todo ello, te (al menos más fuerte que la víctima
tendría su culminación en la unificación —la relación agresor/víctima se produce
de criterios y su asunción por parte de mediante un esquema de dominio-sumi-
todos. sión) con habilidades agresivas de comu-
nicación, ausencia de empatía, extro-
Un segundo aspecto tiene que ver con vertido y bien integrado en un grupo, del
programas de carácter preventivo, lo que que posiblemente sea el líder.
implicaría una formación más específica
por parte del profesorado, que ayudarían Habitualmente, el profesorado puede
a enseñar a los alumnos las habilidades percibir que las agresiones se producen
necesarias para solucionar los conflictos en situaciones de interacción competiti-
de forma positiva, así como el respeto a va, fundamentalmente de juego (Ortega
las normas y valores sociales adecuados y Del Rey, 2000) o simplemente no iden-
para vivir en sociedad. En esta dirección tificar esa situación de intimidación por-
se manifiesta un 28,79% del profesorado. que no dispone de estrategias para ello
(Meulen et al., 2003). En ambos casos,
Por último se aducen, en un 17,58%, no aplica estrategias eficaces de solución
acciones de tipo estructural, como son au- de conflictos de forma positiva porque no

año LXII, n.º 229, septiembre-diciembre 2004, 483-504


mentar las plantillas del profesorado con identifica la existencia de un problema.
personal especializado, mayor dotación de Aunque, a este respecto, existen discre-
medios, disminución del número de alum- pancias en función de los países y de los
nos, etc. índices de violencia. Así, por ejemplo, en
un Informe realizado por el Ministerio
revista española de pedagogía

2.3. Conclusiones de Educación irlandés (O´Moore,


Los resultados de este estudio mues- Kirkham y Smith, 1997), se señalaba que
tran que la agresión se produce, tal y uno de cada cinco profesores consideraba
como es percibida por el docente, si con- la indisciplina (desobediencia, agresivi-
fluyen dos aspectos, los rasgos físicos y dad escolar, etc.) como algo serio y opre-
los de personalidad tanto de la víctima sivo que podía convertirse en un tema
como del agresor, además de las caracte- muy grave que afectase a la estructura
rísticas del centro y de la familia. Si se social si no se tomaban las medidas ade-
habla de victimación, el alumno objeto cuadas, entre ellas, las de corte educa-
de agresión es débil, con una apariencia tivo.
física fuera de los cánones considerados
normales (excesivamente grueso o delga- En líneas generales, los programas de
do, con gafas, etc.) introvertido, tímido e prevención y resolución de conflictos alu-

493
M.ª Poveda FERNÁNDEZ - Adolfo SÁNCHEZ - Jesús A. BELTRÁN

didos anteriormente (Bodine y Crawford, SAVE— realizado en Andalucía (Ortega


1998; Sastre y Moreno, 2003) apuntaban y Del Rey, 2001), entre los que destacan:
la importancia de comunicar estas situa- a) la reducción del 25 al 15% del número
ciones a los profesores o a las familias, de víctimas consideradas de larga dura-
no tanto como solucionadores del proble- ción, b) la búsqueda de éstas de un apo-
ma sino como mediadores y entrenado- yo activo como solución a los problemas
res de habilidades que les permitieran de victimación; y c) la conversión del aula
solventar esta situación de agresión es- en un lugar más seguro ya que, por un
colar o bullying en situaciones posterio- lado, se percibe una disminución de la
res. violencia del 38 al 27% y, por otro, se
mejoran las relaciones interpersonales, en
Desde un punto de vista educativo, el un 73% (Mora-Merchán et al. 2001).
diálogo y colaboración entre los distintos
agentes de la comunidad educativa (pro- En síntesis, la intimidación en la es-
fesores, alumnos, padres y personal no cuela —junto con la terminología relacio-
docente), y, el diseño y aplicación de pro- nada— es un problema difícil, complejo y
gramas eficaces de prevención y de reso- controvertido. Sin embargo, la prevención
lución de conflictos que, permitan a los y la intervención han de tener claros una
alumnos enfrentarse de forma creativa y serie de principios:
positiva al conflicto, constituyen las pro-
puestas más habituales en las investiga- a) La intimidación o bullying debe
ciones realizadas (Alzate, 1999; ser vista como un problema grave
Fernández, 1999; Martín et al., 2003; por todos los miembros de la co-
Meulen et al., 2003). En este sentido, el munidad educativa (padres, pro-
año LXII, n.º 229, septiembre-diciembre 2004, 483-504

Ministerio de Educación francés propone fesores, alumnos y personal no


programas específicos de apoyo a las víc- docente) que exige soluciones ade-
timas —desde el punto de vista cognitivo, cuadas y eficaces inmediatas.
afectivo, social y legal—, formación a los
docentes y a los responsables de los cen- b) La escuela, como herramienta de
revista española de pedagogía

tros para tomar medidas respecto a la formación y de socialización, tiene


violencia e iniciativas educativas a esca- que impedir la intimidación, re-
la nacional. En Irlanda se han realizado, chazándola de forma consistente.
entre otros, cursos de capacitación para
futuros docentes llevados a cabo por el c) Las situaciones conflictivas han de
Departamento de Educación del Trinity afrontarse ofreciendo habilidades
College (O’Moore, Kirkham y Smith, y estrategias de interacción pací-
1997) y la creación de una red formada ficas en los diferentes contextos
por distintos países europeos con el pro- curriculares mostrando así al
pósito de diseñar estrategias de convi- alumno la responsabilidad tanto
vencia y disciplina comunes. En España, de su acción como de su solución.
se disponen de los primeros resultados Entre las modalidades que se pro-
del programa ANDAVE —inicialmente ponen a este respecto se encuen-

494
Análisis cualitativo de la percepción del profesorado y de las…

tran: los cambios en las prácticas mejorar la convivencia en los centros edu-
instruccionales y de manejo de la cativos.
clase, los servicios de consejo y de
asesoramiento psicológico, las in- Los resultados cuantitativos se reco-
tervenciones sobre la disciplina, gen mediante un cuestionario de 32 ele-
las normas y expectativas respec- mentos con opciones de respuesta si o
to a las conductas antisociales, no, en el que se indaga acerca del clima
programas cognitivo-conductuales y de la calidad de la relación existente
dirigidos a desarrollar la compe- entre las familias y los órganos del cen-
tencia psicosocial, programas des- tro.
tinados a implicar a los padres en
la vida educativa, etc. 3.1.3. Procedimiento
Se realizó una selección de los padres
3. Estudio 2 participantes en el estudio a través de
3.1. Método los alumnos mediante el siguiente proce-
dimiento: se comenzaba contando en el
3.1.1. Participantes aula por la derecha del profesor, según
En este segundo estudio participaron estaban sentados los alumnos y se elegía
2521 familias —padres y madres—, de a los padres y madres de aquellos que
los que, 1134 (45%) pertenecían a alum- contenían el número de orden: 1º, 7º, 13º,
nos que se encontraban cursando Educa- 19º y 25º. Si alguno de los seleccionados
ción Primaria, 958 (38%) con hijos pertenecía al Consejo Escolar, se elegía
cursando Educación Secundaria y, 429 al siguiente en número de orden.
padres (17%) con hijos realizando el Ba-

año LXII, n.º 229, septiembre-diciembre 2004, 483-504


chillerato. Estos centros pertenecen a las Con el objeto de asegurar la confi-
cinco zonas establecidas por la Consejería dencialidad de los datos, se pidió que to-
de Educación de la Comunidad de Ma- dos los sobres que contenían los cues-
drid: Norte, Sur, Centro, Este y Oeste. tionarios se cerraran en presencia de la
persona que los había cumplimentado.
revista española de pedagogía

3.1.2. Instrumento Posteriormente, fueron introducidos en


Los resultados presentados en este ar- una caja cerrada en la que sólo aparecía
tículo corresponden al apartado cualita- un código de identificación para después
tivo del instrumento de evaluación previa ser recogidos en la Subdirección Territo-
a la aplicación del Programa Convivir es rial y proceder a su análisis.
Vivir, coordinado por el Ministerio de
Educación, Cultura y Deporte. Este ins- 3.2. Resultados
trumento indaga por características re- La exposición de los resultados, en
lacionadas con las agresiones que han porcentajes, se divide en dos bloques: a)
sufrido o que han ejecutado sus hijos. en este caso, se cuestiona a los padres
Además, se incluye una cuestión sobre cuándo el hijo ha sido víctima y cuándo
las posibles acciones de los padres para ha sido agresor; las preguntas van diri-

495
M.ª Poveda FERNÁNDEZ - Adolfo SÁNCHEZ - Jesús A. BELTRÁN

gidas a saber quién es el oponente, las A) Oponente en las agresiones, causas y


causas que provocaron la agresión, y la opiniones
opinión que les merecen estas situacio- En este caso se pregunta a los pa-
nes; b) a continuación, se analizan las dres, quién fue el agresor (en caso de ser
respuestas sobre las acciones de los pa- el hijo la víctima), o el agredido (en caso
dres para mejorar la convivencia en los de ser el hijo el agresor). En la tabla 5 se
centros. muestran los resultados.

TABLA 5: Percepción en las familias —padres y madres— del oponente en las agresiones
en que se ven implicados sus hijos

HIJO COMO VŒCTIMA HIJO COMO AGRESOR

% OPONENTE % OPONENTE

49,5 Compa eros de clase 53,44 A compa eros de clase


19,16 Alumnos mayores 32,8 A amistades
11,58 13,76
Grupos de fuera del centro A otros ni os
11,18 No lo s
5,39 Un desconocido
3,19 Ni o de otra raza

Tanto cuando se asume que el hijo es


la víctima como cuando se asume que es
año LXII, n.º 229, septiembre-diciembre 2004, 483-504

agresor se considera que el mayor núme-


ro de agresiones tienen como oponente a
un compañero de clase (49,5% y 53,44%
respectivamente), aunque cuando es víc-
tima se tiende a especificar más las ca-
racterísticas que identifican al agresor:
revista española de pedagogía

alumnos de mayor edad (19,16%), grupos


externos al centro (11,58%), o niños de
otras razas (3,19%).

En la tabla 6 se muestran las causas


mencionadas por los padres como más fre-
cuentes en la generación de comporta-
mientos agresivos.

496
Análisis cualitativo de la percepción del profesorado y de las…

TABLA 6: Percepción en las familias —padres y madres— de las causas que provocan
agresiones en los centros escolares

HIJO COMO VŒCTIMA HIJO COMO AGRESOR

% OPONENTE % OPONENTE

20,59 Ninguna, porque les dio la gana 32,72 Responder a una agresi n previa
20,01 Por unos insultos 24,07 Discusiones infantiles
13,28 No lo s 17,28 Por provocaciones
11,29 Discusiones de ni os 11,73 Jugando
8,66 Que eran de mayor edad 7,41 Le rodearon para pegarle
8,53 Durante juegos (disputa por un bal
6,79n, )Lo desconozco
6,99 Man a
4,68 Robo del agresor
4,36 Malentendidos
1,6 Tiene problemas de conducta

Cuando el hijo es el receptor de la Una tercera pregunta estaba relacio-


agresión o, no se sabe la causa o, los pa- nada con la opinión de los padres sobre
dres piensan que no hubo una causa cla- las conductas agresivas dirigidas o pro-
ramente identificable («porque les dio la vocadas por sus hijos. En la tabla 7 se
gana» en un 20,59%). Un alto porcentaje muestran los resultados.
considera que son discusiones típicas de
la edad de los chicos, provocadas por jue-
gos o por malentendidos, y por tanto no

año LXII, n.º 229, septiembre-diciembre 2004, 483-504


tienen mayor importancia. Cuando los
padres identifican causas suelen situar
como culpable al agresor: insultos
(20,01%), son de mayor edad (8,66%), le
tienen manía (6,99%) o el robo del agre-
revista española de pedagogía

sor (4,68%). En menor medida, cuando


tiene frecuentes problemas de conducta,
consideran que su hijo ha sido el culpa-
ble, concretamente en 1,6%.
En el caso de que el hijo sea el agre-
sor, las respuestas varían considerable-
mente, ya que las causas tienen un mayor
carácter justificativo, esto es, responden
a una agresión o una provocación previa
en un 32,72% y en un 17,28% respectiva-
mente, discusiones infantiles típicas de
niños, u ocasionadas por los juegos, en
un 11,73%.

497
M.ª Poveda FERNÁNDEZ - Adolfo SÁNCHEZ - Jesús A. BELTRÁN

TABLA 7: Opinión de las familias sobre las agresiones en los centros escolares

HIJO COMO VŒCTIMA HIJO COMO AGRESOR

% OPONENTE % OPONENTE

34,07 25,61
Mayor control/sanci n externa No est bien
21,57 Es normal entre ni os 23,98 Ense ar estrategias educativas
21,0 19,51
Ense ar estrategias educativas Debe defenderse
10,57 Hay ni os muy agresivos 17,48 Es normal entre ni os
12,79 Aprender a defenderse 10,57 Sanci n externa
2,85 Es muy agresivo

La opinión de los padres igualmente a la situación de víctima, el empleo de


varía cuando el hijo es víctima o agresor. sanciones externas se reduce considera-
En el primer caso, las opiniones suelen blemente (de un 34,07% a un 10,57%), y
ir en la dirección de tener un mayor con- son los mismos padres quienes la em-
trol o ser más duros en las sanciones a plean, más que el centro.
los violentos, incluso llegar a la expul-
sión del centro (34,07%); en dirección B) Acciones de las familias para mejo-
opuesta a estas estrategias de tipo coer- rar la convivencia en los centros
citivo, están los que piensan que la me- Para indagar sobre esta cuestión se
jor manera de resolver esta situación es preguntó a los padres: «¿Qué creen que
año LXII, n.º 229, septiembre-diciembre 2004, 483-504

mediante estrategias educativas (21%) pueden hacer las familias para mejorar
como enseñar respeto, emplear más el la convivencia en el centro?». En la tabla
diálogo, o dar más apoyo a los niños que 8 se pueden ver los resultados.
lo necesiten; hay muchos padres que con-
sideran que es algo normal en estas eda-
revista española de pedagogía

des, pensando que «no es importante si


no se repite».

Cuando el hijo es el agresor piensan


que aunque no está bien, en un 25,61%,
la mejor solución pasa por la educación
en resolución de conflictos de manera po-
sitiva, concretamente en un 23,98%; otro
grupo de respuestas consideran que es
normal entre chicos de su edad, o tien-
den a justificar las acciones («para de-
fenderse»), 17,48% y 19,51 % respec-
tivamente; por último, y como contraste

498
Análisis cualitativo de la percepción del profesorado y de las…

TABLA 8: Acciones que pueden realizar los padres para mejorar la convivencia
en los centros educativos

% CATEGORŒAS GENERALES

35,46 Estrategias educativas en la familia


29,0 Implicaci n con el centro
27,9 Nada / es cosa del profesorado
7,64 Control familiar

Las soluciones que identifican como compañeros de su clase, considerando


más eficaces a desarrollar desde las fa- que, en el supuesto de que actúe como
milias se centran en enseñar valores so- víctima, desconocen las causas y, si ac-
ciales positivos a los hijos, de respeto, túa como agresor es en respuesta a una
tolerancia, convivencia; mejorar la comu- situación violenta que no implica ir más
nicación con los hijos (35,46%); además, allá de una situación «normal» de la edad
deben implicarse, en mayor medida, con o de la propia dinámica escolar.
las actividades de los centros, pero de-
mandan una información por parte de és- Desde el punto de vista de la inter-
tos. Relacionado con lo anterior, aunque vención o de la prevención, las propues-
de un carácter más sancionador que edu- tas son complejas o ambiguas porque el
cativo, están las respuestas dirigidas a fenómeno bullying parece no existir. Sin
incrementar la vigilancia y los castigos o embargo, ante la emisión de comporta-

año LXII, n.º 229, septiembre-diciembre 2004, 483-504


controlar las amistades de sus hijos, en mientos violentos, el estudio realizado
un 7,64%. muestra que los padres y las madres op-
tan por las conductas coercitivas, el con-
Por último, es de destacar, por su im- trol y la sanción —aportaciones seme-
portancia, el elevado porcentaje, 27,9%, jantes se encuentran en el Modelo de In- revista española de pedagogía

de los que creen que no pueden hacer timidación de Olweus (1998)—. A pesar
nada o casi nada, o que simplemente no de ello, los resultados y las propuestas
es tarea suya sino del profesor. de intervención de los diferentes estudios
realizados no van en la misma dirección
3.3. Conclusiones ya que buscan estrategias educativas y
Los resultados obtenidos en esta in- de colaboración directa y positiva con el
vestigación se encuentran en la línea de centro en la adopción de medidas con-
las aportaciones realizadas por Motrico juntas. Por ejemplo, el gobierno belga pro-
et al., (2001), O´Moore (1995), Ortega y mueve la creación de asociaciones de
Fernández Alcaide, (1999), Shure (1999), padres y de madres para que, en colabo-
etc. Los padres consideran que las agre- ración con los docentes, identifiquen las
siones que sufren o manifiestan sus hijos situaciones de victimación y enseñen es-
tienen como principal oponente a los trategias para afrontarla de manera efi-

499
M.ª Poveda FERNÁNDEZ - Adolfo SÁNCHEZ - Jesús A. BELTRÁN

caz tanto en casa como en la escuela. Al lentas en el aula por la propia naturale-
tiempo, ofrecen a los padres una infor- za multidimensional y multicausal de
mación detallada y completa del proble- este fenómeno, favoreciendo, de este
ma de la violencia, de las diferentes modo, la instauración de estrategias de
manifestaciones que adopta este fenóme- afrontamiento positivas.
no (físico, verbal y psicológico) y las posi-
bilidades que existen de que sus hijos se Dirección de los autores: Mª Poveda Fernández Martín.
conviertan en víctimas o agresores por Departamento de Psicología y Educación. Facultad de
sus características físicas y psicológicas Ciencias Sociales y de la Educación. Universidad Ca-
(Bodine y Crawford, 1998). El Trinity milo José Cela de Madrid. C/ Castillo de Alarcón, 49.
Villafranca del Castillo. 28692 Madrid. mail:
College de Dublín promueve una expe- pfernandez@ucjc.edu
riencia de prevención en la que, además
Fecha de recepción de la versión definitiva de este artícu-
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SMITH, E. K. y SHARP, S. (1994) School Bullying: Insights
and Perspectives (Londres, Routledge).
los profesores perciben que las agresio-
nes acontecidas en el centro escolar son
SMITH, E. K. y SHARP, S. (Eds.) (1994) Tacking Bullying in resultado de las características físicas y
Your School: A practical Handbook for Teachers (Lon-
dres, Routledge). personales tanto del agresor como de la
víctima, produciéndose, la mayoría de
SUELVES, J. y SÁNCHEZ-TURET, M. (2001) Asertividad y ellas, en situaciones de juego. Los padres,
uso de sustancias en la adolescencia: resultados de
un estudio transversal, Anales de Psicología, 17, pp. por el contrario, al menos, cuando su hijo
15-22. desempeña el rol de víctima, desconocen
WEBSTER, D. (1999) The unconvincing case for school-
la causa de la agresión, mientras que
based conflict resolution programs for adolescents, cuando actúa como agresor, consideran
Health Affairs, 12, pp. 126-141. que es una respuesta a una situación vio-

502
Análisis cualitativo de la percepción del profesorado y de las…

lenta anterior. Sin embargo, padres y pro- consider the aggressions at school a
fesores manifiestan que el entrenamien- consequence of the physical and perso-
to en habilidades prosociales y el incre- nal environment of both the aggressor
mento de la interacción entre familia y and the victim, taking place the majority
escuela son las claves para afrontar el of these aggressions when playing. On
problema. the other hand, the families declare not
to be aware of the reason for their
Descriptores: agresividad escolar, do- children being an aggression victim. From
cente, padres, victimación, intimidación, their standpoint, the reason for acting
infancia, adolescencia. violently lies in the violent situations that
they have experienced in the past.
However, parents and teachers have a
Summary: common understanding on the fact that
Qualitative analysis on educational training on social skills as well as
staff and families´ perception about interaction between family and school are
conflicts and aggressive behaviors of key to face this problem.
students
Key Words: bullying scholar aggressi-
An aggressive behavior intends
veness, educational staff, family,
physical and / or psychological damage
intimidity, childhood, adolescence.
and could be destructive for the person
who is object of the aggression in extre-
me situations.

año LXII, n.º 229, septiembre-diciembre 2004, 483-504


The article shows two studies carried
out with the collaboration of families and
students from different layers of the
Spanish educational system: primary
school, secondary school and high school. revista española de pedagogía

The first analysis shows the teachers´


perception in what refers to aggressive
behavior at school, the students´ reaction
to them, the implications and the
corrective actions proposal. The second
study, intended for families, shows to
what extent they are aware of the
aggressive situations in which their
children are involved, potential causes for
the aggressive behaviors and proposals
for resolution.

The results show that the teachers

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