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CAPITULO 4

CONSTRUCCION DE TERRAPLENES Y PEDRAPLENES

1. ORIGEN DE LOS TERRAPLENES Y ZONAS A CONSIDERAR

Un terraplén tiene un origen funcional relacionado con la diferencia de cotas entre La


rasante de La carretera y el terreno natural. En algunas ocasiones sin embargo La rasante
no se eleva sobre el terreno por razones estrictamente geométricas del perfil longitudinal.
Así, por ejemplo, con terrenos inundables, cuando La capa freática es muy somera o el
suelo natural es poco resistente, puede ser conveniente proteger La carretera o aminorar
las solicitaciones del tráfico al nivel del terreno natural mediante la formación de un
terraplén de poca altura. Un caso especial es el de los terraplenes de acceso a obras de
fábrica, que requieren una compactación cuidadosa para evitar su asentamiento
diferencial respecto a los estribos.

En la figura 34.1 se ha representado esquemáticamente un terraplén y la denominación de


sus zonas características.

El cimiento está situado por debajo de la superficie original del terreno. Se trata de una
zona vaciada durante el desbroce, es decir, durante La remoción y retirada de árboles,
plantas, tierra vegetal, escombros, basura y otros materiales indeseables que podrían ser
causa de asientos diferenciales. La caja así formada se rellena con suelos de aportación
para formar un cimiento uniforme del terraplén. En este sentido, cuando no sea necesario
un desbroce previo, será incluso conveniente proceder a un escarificado y compactación
homogénea de La superficie del terreno.

El núcleo constituye el cuerpo del terraplén propiamente dicho y está comprendido entre
el cimiento y La coronación.

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La coronación está formada por La parte superior del terraplén y su superficie constituye
La explanada sobre La que se asienta el firme de La calzada y de los arcenes. Por ser La
zona más próxima a las cargas del tráfico, las exigencias impuestas a La calidad de los
suelos utilizados en su formación y al grado de compactación de los mismos suelen ser
más severas que en el resto del terraplén.

Los taludes limitan lateralmente el terraplén con una sección transversal de inclinación
uniforme o variable.

2. CONSTRUCCION DE LOS TERRAPLENES

En primer lugar hay que preparar La superficie de asiento del terraplén, procediendo al
desbroce, a La excavación y retirada de materiales inadecuados y a La escarificación y
compactación del área afectada. Cuando se trata de excavación en roca, las voladuras
deberán hacerse de forma que se mantenga una cierta uniformidad geométrica y que se
evite el lanzamiento del material fuera del área de excavación. También se procederá a
La captación y conducción de aguas superficiales y al drenaje profundo en los puntos
necesarios.

Si el terreno natural tiene una gran inclinación (por ejemplo, superior a 30) conviene
nivelar o escalonar previamente La superficie para evitar el desplazamiento del terraplén.

La construcción del terraplén tiene lugar por tongadas o capas de espesor relativamente
uniforme, con una secuencia que se describe a continuación.

a) excavación, transporte y extensión del suelo

Los suelos proceden de desmontes de La traza o de préstamos próximos al lugar de


empleo y deben reunir las características que más adelante se especifican. Para estas
operaciones se utilizan La maquinarla y los métodos usuales en movimientos de tierras
indicados en el Cap. 3.

El espesor máximo de las tongadas viene limitado por La maquinarla de compactación


que se emplee, el tipo de suelo y el grado mínimo de compactación que se desee alcanzar,
variado así en La práctica desde 0,15 m hasta 0,60-0,80 m y aun más con compactadores
pesados y suelos granulares fácilmente compactables, así como en pedraplenes.

Antes de extender una tongada es necesario comprobar que La tongada subyacente ha


sido compactada adecuadamente y que no se encuentra encharcada o saturada de agua. Es
frecuente dar una pequeña pendiente transversal para evacuar las aguas de lluvia caldas
durante La ejecución. Los trabajos deben interrumpirse con temperaturas ambiente bajas
(inferiores a suelos helados, y cuando se produzca una lluvia de moderada a intensa.

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b) humectación o desecación del suelo

Una vez extendida la tongada se procede, si es necesario, a su humectación con un


camión-cisterna para que el suelo alcance una humedad próxima a La optima de
compactación, función del suelo y del proceso elegido. Se comprende que con tongadas
de gran espesor sea muy difícil conseguir una adecuada distribución del agua y por tanto
una homogeneidad aceptable del grado de compactación.

En ocasiones sin embargo, La humedad natural del suelo es excesiva, lo cual puede
constituir un impedimento para alcanzar La densidad prevista por más que se aumente La
energía de compactación. Cuando este caso se deba a precipitaciones atmosféricas puede
ser suficiente esperar a su desecación natural o acelerada mediante escarificación. Si se
trata en cambio de suelos finos limo-arcillosos con humedades próximas al límite plástico
no podrá contarse con su desecación por oreo y habrá que prescindir de ellos o proceder a
su mezcla con cal, escorias o cenizas volantes. Con este tratamiento se consigue una
modificación granulométrica aparente por formación de grumos y un aumento de La
humedad óptima de compactación, que se aproxime a la natural del suelo. Las
estabilizaciones son sin embargo tratamientos costosos para ser utilizados en el núcleo de
terraplenes, por lo que suelen reservarse para La explanada.

c) compactación de las tongadas

La compactación del terraplén tiene lugar generalmente en toda su anchura. Las tongadas
se compactan mediante varias pasadas de máquinas compactadoras de diferente tipo.

El objeto de La compactación es alcanzar una densidad seca mínima que confiera una
cierta estabilidad al suelo, compactado según un proceso económicamente justificado.
Para tener en cuenta La distinta compactibilidad de los suelos suele exigirse una densidad
en términos relativos. Así, el Pliego de prescripciones técnicas generales para obras de
carreteras y puentes (PG 3/1975) estipula que en los cimientos y núcleos de los
terraplenes se alcance una densidad no inferior al 95% de La máxima obtenida con el
mismo suelo en el ensayo Proctor. En La coronación se exige como mínimo un valor del
100% de La densidad máxima Proctor.

En Gran Bretaña el grado de compactación se cuantifica en cambio sobre el contenido de


huecos con aire del suelo compactado, considerándose valores máximos admisibles un
5% en coronación y un 10% en el resto del terraplén.

Naturalmente existen diferencias entre La compactación en obra y La compactación


obtenida en el laboratorio, por ejemplo, por el apisonado Proctor. Para un suelo dado que
tenga una cierta humedad, La densidad obtenida dependerá de las características del
compactador empleado (principio de compactación, peso, dimensiones, etc.), del espesor
de La tongada compactada y del número de pasadas o veces que el compactador pasa por
un punto de La superficie de la tongada (Fig. 34.2). También pueden influir otras

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características propias de los rodillos vibratorios como La frecuencia, amplitud, relación
masa suspendida/masa vibrante y características comunes a todo tipo de rodillos como La
velocidad y tipo de tracción.

En cada caso será necesario determinar el espesor máximo de La tongada y el número


mínimo de pasadas necesario para alcanzar La densidad exigida (Fig. 34.3).

La humedad óptima determinada en el Laboratorio solo puede considerarse como un


valor aproximado del óptimo de obra. Mientras que los suelos secos pueden regarse hasta

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alcanzar una humedad aceptable, los suelos con humedades naturales elevadas pueden ser
de difícil (e incluso imposible) compactación. Esto se refiere particularmente a los suelos
cohesivos con humedades naturales próximas al límite plástico. En este caso puede
producirse un “colchoneo” o deformación recuperable que obligue a una compactación
gradual empezando con algunas pasadas de máquinas ligeras, al aplazamiento de La
compactación, e incluso al rechazo del material.

El trabajo de los equipos de compactación debe organizarse de forma que ésta sea lo más
uniforme posible, en este sentido es conveniente controlar y ordenar eI tráfico de obra de
forma que no lleguen a formarse roderas en La superficie de las capas en ejecución es
decir que todos los puntos de La tongada reciban el mismo número de pasadas de rodillo.

3.- LOS SUELOS COMO MATERIALES DE CONSTRUCCION DE


TERRAPLENES.

Los suelos necesarios para formar los terraplenes se obtienen de los desmontes de La
traza o de préstamos adecuados.

Los mejores suelos serán aquellos que son fáciles de compactar y que una vez
compactados son resistentes a La deformación, poco sensibles a los cambios de humedad,
especialmente en lo referente a cambios de volumen, o a La helada en áreas sometidas a
muy bajas temperaturas (en España a más de 1.500 m de altitud), y sin alterabilidad
potencial. Por ello son preferibles los suelos granulares de granulometría continua, con un
porcentaje adecuado de finos poco plásticos y sin piedras de gran tamaño. Las arenas
uniformes sin finos (A-3) son difíciles de compactar.
Los suelos de grano fino o materiales limo-arcillosos pueden ser utilizados, salvo que se
trate de arcilla muy plásticas o de limos muy compresibles de elevado limite liquido. Por
ejemplo los limites de las especificaciones británicas de 1976, que son tolerantes, son
respectivamente IP=65 y LL=90. Con frecuencia estos suelos de grano fino, de reducida
resistencia, tienen también unas humedades naturales excesivas que dificultan o
imposibilitan su puesta en obra.

Son suelos inadecuados para su empleo en terraplenes los suelos orgánicos o con materia
orgánica (hojas, hierba, raíces, desechos orgánicos y otros materiales putrescibles). Por
ello no se empleará La capa de tierra vegetal, ni materiales procedentes de marismas,
turberas, etc. Tampoco es conveniente emplear escombros y vaciados heterogéneos, que
pueden dar lugar a asientos diferenciales en servicio.

En cambio es conveniente estudiar La posibilidad de empleo de subproductos y desechos


industriales locales, que en algunas zonas presentan problemas ecológicos y de acopio:
esquistos de hulla, cenizas votantes, desechos de cantera, ciertas gangas mineras, escorias
metalúrgicas, subproductos de industrias químicas, etc.

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Por último es necesario adoptar precauciones con suelos que contengan una cantidad
apreciable de sulfatos y hayan de estar en contacto con hormigón, por ejemplo, de
cimentaciones o estribos de obras de fábrica, o con materiales tratados con cemento,
como es el caso de los terrenos yesiferos en los que hay que evitar que las aguas en
contacto con el terreno lleguen a las capas de firme.

A continuación se describen con algún detalle las prescripciones generales americanas y


españolas.

La especificación AASHTO M 57-64 (1974) sobre empleo de suelos en carreteras


considera 3 casos:

I) Terraplenes de 15 o más metros de altura. Se utilizarán suelos A-1 A-2-4,


A-2-5 o A-3, debiéndose alcanzar una densidad no inferior al 95% de La
máxima Proctor. En caso de que no se disponga de estos materiales y haya
que usar un suelo de otro grupo, será necesario dedicar una atención especial
tanto al proyecto como a La construcción del terraplén.

II) Terraplenes de menos de 15 m altura. En principio La especificación es La


misma de antes. En este caso pueden sin embargo emplearse otros suelos
prestando solo una atención especial a La compactación para conseguir una
densidad mayor que La indicada.

III) Explanadas (Subrasante). Bajo este término puede englobarse lo que se ha


denominado anteriormente coronación del terraplén. Se prescriben los suelos
A-1, A-2-4, A-2-5 y A-3 con una densidad mínima del 100% del Proctor, aún
cuando en defecto de estos suelos granulares puedan usarse otros siempre que
La densidad alcanzada sea como mínimo del 95% Proctor y la humedad sea al
menos del 95% de La humedad Optima, La cual no se superará.

En suma, las prescripciones son tanto más estrictas cuanto mayor es La altura del
terraplén y más cerca se encuentra el suelo de las cargas de tráfico. Hay una tolerancia
realista pero consecuente, para La construcción de terraplenes en áreas en que escaseen
los suelos de buena calidad.

En España, el Articulo 330 “Terraplene” del PG-3/1975 distingue para su empleo varios
tipos de suelos en función de su granulometría, plasticidad, capacidad de soporte o
resistencia a La deformación, posibilidad de entumecimiento, densidad máxima Proctor y
contenido de materia orgánica (Tabla 34.1). Se definen así:

 Suelos seleccionados
 Suelos adecuados
 Suelos tolerables

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 Suelos inadecuados, que son aquellos que no cumplen las condiciones mínimas
exigidas a los suelos tolerables.

El Pliego de Prescripciones Técnicas Generales establece que los suelos inadecuados no


se utilicen en ninguna zona del terraplén. En núcleos y cimientos pueden emplearse
suelos tolerables, adecuados o seleccionados. Los núcleos sujetos a inundación se
formarán solo con suelos granulares (adecuados o seleccionados). En La coronación
deberán utilizarse suelos adecuados o seleccionados, aunque también se admite el empleo
de suelos tolerables mejorados o estabilizados con cemento o con cal. Por supuesto se
procurará emplear los mejores suelos disponibles en La coronación de los terraplenes.

Las prescripciones generales españolas son más exigentes que las de La AASHTO o las
de muchos países europeos. Sin embargo hay que señalar que son siempre susceptibles de
modificación en el Pliego de Proscripciones Técnicas Particulares de cada proyecto.
Cuando los suelos disponibles no satisfagan las exigencias generales será necesario
realizar un estudio detallado de laboratorio sobre sus características para evaluar la
posibilidad de su empleo y fijar en ese caso las especificaciones particulares para su
puesta en obra.

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4. RECOMENDACIONES FRANCESAS PARA LA CONSTRUCCION DE
TERRAPLENES

Desde el comienzo del desarrollo de La ingeniería geotécnica se han establecido


clasificaciones de suelos para poner de manifiesto sus propiedades y permitir una
selección de uso para cada uno de ellos.

Las más antiguas se basan en el análisis granulométrico y en los Límites de Atterberg,


como la ASTM y La AASTHO, que aun se emplean. Otras clasificaciones posteriores
incluyen La capacidad resistente del terreno medida por el CBR, como La clasificación
de La U.S. ARMY, pero hoy en día las más completas son las recomendaciones francesas
que incluyen más conceptos relacionados con los parámetros que influyen en el extendido
y La compactación de cada tipo de suelo.

Se llega a una distribución de suelos y rocas en 42 grupos, para los que después se hacen
recomendaciones especificas sobre su utilización, según las condiciones meteorológicas,
en el cuerpo del terraplén y en su coronación, así como sobre La forma en que deben
compactarse.

En esta clasificación se incluyen tanto los suelos como las rocas para La construcción de
terraplenes y pedraplenes, recurriendo a seis grupos que se denominan A, B, C, D, E y F,
(Tabla 34.2).

Los grupos A y B engloban todos los suelos que pudieran llamarse típicos. El grupo D
incluye La roca sana para pedraplenes y los suelos insensibles al agua por contener una
proporción de finos muy reducida, tales como las gravas y arenas limpias.

El grupo C comprende los suelos con elementos gruesos y finos a La vez y es por tanto
una especie de puente entre el D y los A y B. El grupo E engloba las rocas evolutivas,
tales como las margas, pizarras y cretas.

Por último, el grupo F incluye una serie de materiales que pudieran calificarse de un tanto
extraños, tales como los materiales putrescibles (tierras vegetales, desechos industriales,
turbas, etc.), los materiales combustibles (estériles de hulla), los solubles (margas
yesiferas) y los materiales contaminantes, como los lodos de decantación, residuos de
enriquecimiento de minerales, escorias con fuerte contenido de azufre, etc.

Los grupos A y B corresponden a los suelos propiamente dichos. El criterio básico para
su separación es, como ocurre en La mayoría de las clasificaciones, el material que pasa
por el tamiz 0.080, estableciéndose La frontera en el 35%. El porcentaje del 35% es más
práctico que el 50% utilizado en La clasificación ASTM. El 35% de finos se subdivide de
nuevo según tenga más o menos del 12%, de forma parecida a como se procede en La
clasificación ASTM.

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Los subgrupos de las categorías A, B y C se dividen a su vez en otros tres con las letras, h,
m y s, que sirven para indicar su contenido de agua por sus iniciales: húmedo, media, y
seco. Estos tres estados se definen según cada grupo por una o varlas de las siguientes
características.

 Diferencia del contenido de agua con relación a La humedad optima Proctor


normal

 CBR inmediato, es decir con su contenido de agua natural

 Índice de consistencia lc (Tabla 34.3)

Pero estos estados varían con las condiciones meteorológicas que en las tablas de
utilización se recogen con los signos ++, +, = y -. Estos símbolos indican el sentido en
que el contenido de agua tiende a variar según dichas condiciones.

Partiendo de cada tipo de suelo, estado de humedad y tendencia a variar del mismo, se
han preparado unas tablas indicando las condiciones de puesta en obra que debe
respetarse para obtener unos terraplenes de calidad normal, utilizando las técnicas de
ejecución que pueden considerarse corrientes.

La Tabla 34.4 recoge las especificaciones para núcleos de terraplenes.

La interpretación de los restantes símbolos que aparecen en La Tabla 34.4 es La siguiente.


E. Modo de extracción:

1. Extracción por capas.


2. Extracción frontal.
3. Extracción bajo el agua con lavado.

W. Acción eventual sobre el contenido de agua:

1. Reducción por aireación.


2. Oreo por almacenamiento provisional.
3. Riego.

T. Tratamiento o técnica de mejora

1. Tratamiento del suelo en general con un reactivo o ligante cualquiera, incluida La


cal.
2. Caso particular del tratamiento solo con cal.
3. Eliminación de los elementos superiores a 500 mm.
4. Alternancla de capas con otro material

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R. Extendido. Una tongada delgada puede tener un espesor de 15 a 30 cm., una tongada
medla, de 25 a 50 cm.
1. 1 Tongadas delgadas
2. Tongadas delgadas o medlas

C. Compactación
1. Compactación Intensa
2. Compactación Medla
3. Compactación Débil

H. Altura del Relleno


1. Limitada a rellenos de pequeña altura (unos 5 m.)
2.- Limitada a rellenos de altura pequeña o media (unos 10 m.)

Cuando se juzga innecesario hacer alguna indicación particular para unas condiciones
determinadas, el código correspondiente es 0.

Las recomendaciones francesas hacen un estudio muy detallado sobre la utilización de los
suelos en coronación, partiendo de la clasificación citada. Estas recomendaciones se
resumen en forma codificada en la tabla 34.5. En dicha tabla, además de los tipos de
suelos y su grado de humedad que se señala en la primera columna, se indica en la
segunda la influencia de la situación meteorológico con los símbolos + = y -.

En la última columna aparecen los símbolos T, P y H. Sus significados y códigos


numéricos respectivos son los siguientes:

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T. Tratamiento o técnica de mejora.

1. Tratamiento con un reactivo o ligante, cualquiera que sea


2. Empleo de un geotextil
3. impermeabilización de superficie

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P. Plataforma: Las soluciones dependen del estado de La plataforma sobre La que se va a
extender La coronación:

1. Plataforma de buena capacidad de carga e insensible al agua (pero pudiendo


plantear problemas de perfilado o traficabilidad).
2. Plataforma en materiales sensibles al agua, de buena capacidad de carga en el
momento de La puesta en obra de La coronación y sin riesgo de aumentar su
contenido de humedad por las aguas del macizo subyacente.
3. Plataforma en material sensible al agua, de buena capacidad de carga a La puesta
en obra de La capa de coronación, pero con riesgo de aumentar su contenido por
las aguas del macizo subyacente antes de La puesta en obra del firme.
4. Plataforma de capacidad de carga reducida.

H. Espesor total de La coronación

1. Es posible La utilización de una capa delgada (20 a 25 cm).


2. Capa de espesor medio, por lo menos (de 35 a 40 6 incluso 50 cm)
3. Capa gruesa necesaria (de 50 a 80 cm).

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De La observación de La tabla resumen se deduce que, con La mayor parte de los suelos,
si se quieren utilizar en La capa de coronación, se recomienda algún tipo de tratamiento.
Únicamente se admite el empleo sin tratamiento alguno (T = 0) en los suelos granulares
tipo D2 y D3, como gravas aluviales y arenas con más de un 30% de material superior a 2
mm y materiales rocosos no evolutivos, en ambos casos con menos de Un 5% de material
que pasa por el tamiz de 80 µm que son suelos y rocas insensibles al agua. Se incluyen
también en el mismo grupo los suelos 83 con finos (80 µm) comprendidos entre el 5 y el
12% no plásticos, es decir, gravas limosas.

Con una impermeabilización de superficie y si La explanada cumple ciertas condiciones,


se admiten los suelos m y s, gravas poco arcillosas (con un porcentaje que pasa por el
tamiz 80 µm y comprendido entre el 5 y el 1 2% y más de un 3O% superior a los 2 mm)
y los C2m y C2s, que contienen pocos finos (menos del 10 al 20% según La
granulometría del material que pasa por el tamiz 80 µm) y con un tamaño máximo
inferior a los 250 mm incluye este tipo de suelos los aluviones gruesos, arcillas con
cantos, algunos coluviones, morrenas, rocas alteradas, etc.

Por ejemplo para un suelo A, con tongada medla y compactación intensa con un rodillo
vibratorio de 40kg/cm (tipo V3 b), se obtiene un valor Q/S inferior a 0,07 que se
corresponde con un espesor máximo de 50 cm.

5. MAQUINARLA DE COMPACTACION DE SUELOS Y SU EMPLEO

Las primeras máquinas empleadas para La compactación de los suelos fueron las
apisonadoras de rodillos lisos que se empleaban en La compactación de firmes. Pronto
empezaron a construirse maquinas más eficaces y mejor adaptadas a La compactación de
los terraplenes. En La actualidad se dispone de una gama muy amplla de compactadores
de diferente tipo (Fig. 34.4 y 34.5). En general, un suelo podrá compactarse con cualquier
máquina de cierto peso que incida sobre él, pero el rendimiento y el grado de
cornpactación que se alcancen dependerán de una elección acertada.

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Las máquinas utilizadas suelen compactar por uno de los principios siguientes o por una
combinación de ellos:
 presión estática, sin o con un cierto amasado del suelo.
 impacto dinámico
 vibración

A continuación se describen las características generales de las máquinas más usuales en


La actualidad y su campo de aplicación más rentable. La Tabla 34.6 compendia La
experiencia alemana.

5.1 Compactación por presión estática

Apisonadoras de rodillos lisos. Se trata en general, de máquinas automotrices lastrables,


con un peso máximo total comprendido frecuentemente entre 10 y 15 t. Según el número
y disposición de los rodillos, las máquinas pueden ser:

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Tamdem, o de dos rodillos en serie, uno de ellos tractor.
Triciclo, o de tres rodillos, uno delantero y dos en el eje tractor, los cuales suelen tener
mayor diámetro.
Triejes, o de tres rodillos en serie.
Las características de estos rodillos dependen de su peso por cm de llanta metálica, así
como del ancho y diámetro de los rodillos. Aun cuando pueden compactar con un
rendimiento escaso tanto suelos granulares como suelos cohesivos con una humedad
adecuada, en tongadas de 10-20 cm y 4-8 pasadas, hoy se emplean sobre todo en La
construcción de firmes y en el alisado final de capas ya compactadas por otras máquinas.

Rodillos de patas de cabra. Los rodillos pueden ser remolcados por un tractor o
autopropulsados, los cuales son de mayor rendimiento. La superficie del cilindro metálico
esta erizada de unas protuberancias en forma de troncos de pirámide (“patas de cabra”)
que al girar el cilindro, se hincan en el terreno por La elevada presión de contacto. La
compactación tiene lugar de abajo arriba, con un amasado del suelo: al comienzo las
patas se hincan en La tongada en casi toda su longitud, compactando La parte inferior de
La misma; durante las siguientes pasadas, La creciente resistencia al esfuerzo cortante del
suelo soporta cada vez más el peso del rodillo, cuyas patas penetran menos. Cuando las
huellas son del orden de 1/5 del espesor de La tongada puede pasarse a La extensión de
La tongada siguiente o a La compactación final con un rodillo liso.

Estas máquinas se utilizan únicamente para La compactación de suelos cohesivos con


cierta humedad, no siendo apropiadas para los suelos granulares, que su utilizacion en
carreteras no es frecuente salvo en zonas donde se encuentren estos suelos, como fondos
de desmonte o base de terraplén.

Sus características de compactación dependen de La presión unitarla en las patas y de La


cobertura, o relación entre el área total de las patas y La superficie cilíndrica envolvente;
estos factores dependen a su vez del peso total del rodillo, que puede ser lastrado, de La
distribución y de La forma de las patas.

Los rodillos suelen tener un diámetro y una anchura de 1-2 m un peso en vacío de 1,5-6 t
y un peso en carga de 3-12 t. Los rodillos remolcados por tractor están con frecuencia
acoplados en paralelo o en serie. Los autopropulsados solo se emplean en obras
importantes.

El espesor de las tongadas suele ser de 15-30 cm y son necesarias muchas pasadas (8-16).

Rodillos de segmentos. En lugar de patas tienen una serie de placas, a veces móviles. Por
su acción, pueden considerarse como intermedios entre los rodillos lisos y los de pata de
cabra. Se emplean muy poco en La actualidad.

Rodillos de reja. La superficie del cilindro está constituida por una reja parecida a una
criba, con lo que disminuye notablemente la superficie de contacto y aumenta la presión

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unitaria. Puede emplearse para triturar y compactar eficazmente rocas blandas o suelos
cohesivos secos, pero su utilización actual es muy reducida.
Compactadores de neumáticos. Consisten básicamente en un chasis capaz de ser
lastrado y varias ruedas dispuestas normalmente en una o dos filas, que constituyen el
elemento compactador. Las ruedas suelen tener un sistema de suspensión deformable o
elástico, que permite unos movimientos relativos apreciables entre las mismas ruedas y
entre éstas y el chasis, aproximándose en algunas máquinas a una condición isostática
obtenida por medios mecánicos o hidráulicos. El suelo se somete así a una compactación
relativamente uniforme y a una acción muy eficaz de amasado.

Estos compactadores pueden emplearse, como los rodillos vibratorios que se describen
más adelante, para compactar una gama muy amplia de suelos, bases y subbases en
firmes, así como capas de aglomerado bituminoso y tratamientos superficiales. Esta
versatilidad, unida a su adaptabilidad al material a compactar y también a su facilidad de
desplazamiento dentro y fuera de La obra, constituyen unas ventajas muy apreciadas por
los constructores de carreteras.

Pueden ser también remolcados por un tractor o bien ser automotores; los primeros
apenas se emplean por su escasa maniobrabilidad. Otras características importantes son el
número, tipo y disposición de los neumáticos, el sistema de sustentación y La carga por
rueda, así como La presión y el área de contacto, que dependen a su vez del tipo de
neumático, de La presión de inflado y de La carga por rueda.

El fabricante suele proporcionar las curvas características de cada tipo de neumático. La


presión de contacto es superior a La de inflado, si ésta es moderada y La carga por rueda
es elevada. La presión de contacto suele ser en cambio inferior a La de inflado si ésta es
elevada y La carga por rueda es moderada. Algunos compactadores tienen compresores
autónomos para La regulación de La presión en marcha, lo que les hace muy útiles en La
compactación de capas de aglomerado asfáltico que requieren un aumento gradual de La
presión.

Para que La compactación sea efectiva no es conveniente que las tongadas tengan un
espesor superior a 1,5 - 2 veces el radio del área de contacto, por lo que suelen ser de 20-
40 cm.

Para comprender La distinta influencla de La carga por rueda y de La presión de contacto


es interesante recordar La distribución de tensiones verticales bajo el centro de una carga
circular de intensidad P, con una presión de contacto uniforme p, en un macizo
semiindefinido elástico, isótropo y homogéneo, En La Fig. 34.6 se han considerado 4
casos, según que P o/y p tomen valores sencillos a dobles. La disminución de las
tensiones verticales con La profundidad permite sacar las siguientes conclusiones en
términos cualitativos:

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1. Con tongadas de gran espesor es más eficaz aumentar La carga por rueda que La
presión de contacto. Esta observación interesa particularmente a La compactación de
suelos.
2. Con capes delgadas de pequeño espesor es más eficaz aumentar La presión de contacto.
Por ello los compactadores de neumáticos utilizados para las relativamente delgadas
capas de mezcla bituminosa suelen trabajar con elevadas presiones de inflado y contacto.

Estos compactadores son particularmente eficaces con los suelos algo cohesivos, ya sean
zahorras y arenas con finos limo-arcillosos o bien suelos de grano fino de plasticidad
moderada. En cambio compactan peor los suelos granulares sin cohesión, en particular
los de granulometría uniforme.

En construcción de terraplenes se emplean con frecuencia neumáticos con dibujo


profundo, en tanto que para La compactación de aglomerados se emplean neumáticos
lisos.

En La Tabla 34.7 se recogen algunas características generales de compactadores


automotores, muy utilizados en La construcción de firmes, y de compactadores
remolcados a baja velocidad (4-8 km/h). Los compactadores muy pesados, de hasta 200 t
de peso total, se emplean para un apisonado de control (proof-rolling), el cual tiene por

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objeto detectar zonas inestables o que puedan sufrir asientos en servicio. Este apisonado
previo puede interesar, por ejemplo, para La explanación de vlales urbanos en zonas de
antiguos vertidos, en general no compactados y de características heterogéneas.

La utilización de los rodillos de neumáticos es mucho más frecuente en las capas de firme
que en las de terraplén, donde se usan más los rodillos vibratorios.

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5.2 Compactación por impacto dinámico

Pisones automáticos

Como en el caso de los pisones de mano, La compactación se produce por el impacto de


una masa que cae sobre La superficie a compactar. Funcionan con aire comprimido o con
un motor de explosión.

Los pisones ligeros tienen un peso del orden de 100 kg, en tanto que los pesados
(“ranas”) pesan 500-1.200 kg y producen solo 50-100 golpes por minuto. Gracias a La
inclinación del eje vertical de La máquina, el operario puede desplazarla sin dificultad.

Por su bajo rendimiento, estas máquinas se emplean hoy solamente en obras pequeñas o
para compactar áreas reducidas o de difícil acceso (zanjas, rellenos próximos a muros,
estribos, etc.) En términos generales y para tongadas de unos 15-20 cm pueden ser
necesarias 4-6 pasadas.

Pisones de caída libre.

Una grúa eleva el pisón (2-3 t) a una altura de 1-3 m, desde donde cae con una frecuencia
do 5-20 golpes por minuto. Actualmente se emplean poco; su mayor utilidad estriba en su
capacidad de fragmentación y compactación de materiales rocosos en pedraplenes, pero
en La actualidad este trabajo se realiza con rodillos vibratorios muy pesados.

Rodillos apisonadores (tamper)

Estos rodillos automotores son cada vez más empleados en las grandes obras de
carreteras. Tienen un gran peso estático, están erizados de unas protuberancias tronco
piramidales y operan a una velocidad elevada (20-25 km/h), lo que da lugar a frecuentes
impactos y a una cierta acción de amasado. Su rendimiento es elevado con zahorras y
arenas con finos; La compactación tiene lugar en pocas pasadas sobre tongadas de
espesor moderado (Fig. 34.5). Requieren una terminación final con apisonadoras de
rodillos lisos estáticos o vibratorios. Se emplean en todas las capas del terraplén,
principalmente con suelos algo cohesivos o cuando es necesaria una homogeneización
granulométrica por fragmentación caso de las rocas blandas.

5.3 Compactación por vibración.

Por su elevado rendimiento con toda clase de suelos, en particular los granulares, este
tipo de compactación se emplea cada vez más en La construcción de terraplenes y capas
de firme.

Las vibraciones son producidas por masas excéntricas que giran a gran velocidad y
provocan una fuerza Centrifuga proporcional a La masa y al cuadrado de La frecuencia.

23
Material de Estudio elaborado por: WAA
La fuerza dinámica que actúa sobre La superficie a compactar llega así a duplicar La
fuerza estática debida al peso propio de La máquina. Con frecuencias bajas, La fuerza
dinámica aumenta como La fuerza Centrifuga; con frecuencias mayores La fuerza
dinámica crece mucho más deprisa que centrifuga hasta alcanzar un máximo,
disminuyendo después (Fig. 34.7). El máximo corresponde a una frecuencia de resonancia
del sistema máquina-suelo para el que se consigue además una notable reducción del
rozamiento entre las partículas del suelo. La frecuencia de resonancia no solo varía con el
suelo o material a compactar, sino que depende del grado de compactación. Idealmente
convendría iniciar la compactación con una frecuencia baja y luego ir aumentándola
gradualmente. Muchas veces no es posible sin embargo modificar La frecuencia,
interesando trabajar por ello con un valor próximo a la frecuencia de resonancia
correspondiente al material compactado. La gama de frecuencias para terraplenes es de
20-40 Hz (1.200-2.400 r.p.m.) y para capas de firme 35-50 Hz. (1900- 3.000 r.p.m.).

A este grupo de maquinarla de compactación pertenecen los rodillos vibratorios y las


placas vibrantes (Fig. 34.7 y 34.8).

Rodillos vibratorios. La vibración puede ser libre o dirigida, con compensación o


equilibrio de fuerzas horizontales (Fig. 34.8). Los rodillos pueden ser, remolcados o
autopropulsados.

24
Material de Estudio elaborado por: WAA
Los rodillos lisos remolcados son actualmente los compactadores mas usados, con
muchos modelos en el mercado y buen rendimiento. La Tabla 34.8 orienta sobre sus
características generales.

25
Material de Estudio elaborado por: WAA
La profundidad do compactación suele aumentar con el peso propio de La máquina y
disminuir al aumentar La frecuencia. Para los de tipo medio, el espesor optimo de
tongada es de 0,30 - 0,40 m con 3-6 pasadas. Como los últimos centímetros de cada
tongada compactada suelen quedar sueltos, es necesario terminar la ultima tongada con
una pasada sin vibración. Los rodillos muy pesados se emplean en La compactación de
pedraplenes, con tongadas de hasta 1 m de espesor.

Los rodillos automotores de dos cilindros, uno de ellos vibrante en general, aunque
también existen rodillos vibrantes tandem (Fig. 34.5), son máquinas más versátiles
porque pueden emplearse tanto para capas de firme (utilizacion principal) como para
terraplenes.

Placas vibrantes. Las hay ligeras de solo 100 kg de peso; de tipo medio de más do 500
kg; y pesadas con una superficie de trabajo del orden de 1 m2, 1,5-3 t do peso y que
funcionan a baja frecuencia (10-30 Hz). Estas últimas pueden compactar bien los suelos
granulares y los suelos de grano fino poco cohesivos en tongadas de hasta 0,5 m, aunque
lo normal es que trabajen con tongadas de poco espesor (0,10-0,15 m).

Estas placas pueden también ser transportadas por una máquina sobre neumáticos o sobre
orugas, acoplándose en general varias placas en una fila y constituyendo así un
compactador de multiplacas vibrantes.

5.4 Compactación por métodos mixtos

En busca de una mayor eficacia y versatilidad, se han desarrollado también máquinas que
trabajan por más de uno de los principios considerados. A este grupo pertenecen, por
ejemplo:

 Los rodillos vibratorios de patas de cabra, especialmente indicados para suelos


cohesivos. (Fig. 34.5).
 Los rodillos lisos vibratorios autopropulsados con eje tractor de neumáticos, que
actúan por vibro-compresión y pueden emplearse tanto en terraplenes como en
firmes. (Fig. 34.5).
 Los rodillos apisonadores, tipo tamper, ya descritos. (Fig. 34.5).

5.5. Máquinas especlales

Para La compactación de ensanches, zanjas, taludes, etc. se procura utilizar La


maquinarla normal de compactación, pero a veces es más rentable el empleo de máquinas
especlalmente diseñadas o adaptadas a estos trabajos.

Como resumen de grados de utilización de máquinas en diversos terrenos se incluye el


gráfico de La Fig. 34.9.

26
Material de Estudio elaborado por: WAA
6. CONTROL DE CALIDAD

En La ejecución de los terraplenes son objeto de control los suelos utilizados, La


extensión, La compactación y La geometría.

El control de los materiales tiene por objeto comprobar que el material a utilizar cumple
las prescripciones exigidas, tanto en el lugar de origen como en el de empleo; de este
modo queda asegurado que no ha habido alteraciones en las operaciones de extracción,
carga, transporte y descarga. Este control es fundamentalmente visual y se complementa
con toma de muestras representativas para realizar ensayos de identificación. En el propio
tajo se requiere una vigilancia para desechar los materiales inadecuados y ensayar los
sospechosos.

El control de la extensión se basa principalmente en La inspección visual del espesor y


anchura de las tongadas, así como en La temperatura ambiente mínima y estado de La
capa anterior.

27
Material de Estudio elaborado por: WAA
El control de la compactación suele hacerse mediante el control de La densidad seca
y de La humedad, y en casos especiales de La porosidad.
Sobre las distintas tongadas de los terraplenes (y de las explanadas en desmonte,
sometidas a una compactación previa a La puesta en obra de La coronación o, en el mejor
de los casos, del firme) se determina puntualmente La densidad seca alcanzada in situ
después del proceso de compactación. Dicha densidad suele expresarse en porcentaje de
una densidad de referencia, normalmente La máxima alcanzada en el ensayo
de apisonado Proctor. Las prescripciones técnicas especifican un valor mínimo.
Conviene tener en cuenta que un punto de porcentaje no es una cosa nimia, puesto que
un material completamente suelto tiene ya una densidad del orden del 85% de la de
referencia.

El control de la humedad se realiza en los suelos con porcentajes de arcilla que puedan
influir en la capacidad de soporte y el de La porosidad en suelos o rocas evolutivos
potencialmente.

Como se trata de controles muestrales de los que se pretende inferir las características de
La totalidad de La superficie ensayada, conviene aplicar algunos principios estadísticos
sencillos:

 Debe ante todo definirse el “lote” que se aceptará o rechazará según los resultados
de los ensayos. Un valor medio recomendado es el de 5.000 m2 de tongada o
fracción diarla compactada, si ésta es menor.
 Una vez elegido el efectivo de La muestra, para que ésta no introduzca ningún
“sesgo”, el emplazamiento de los ensayos debe elegirse de forma aleatoria,
evitando ir a los sitios “peores”, o a los que al operador le parecen
“representativos”.
 Una vez realizados los ensayos, su resultado debe ser analizado por técnicas
estadísticas. El tener algunos resultados muestrales por debajo del Imite no
significa obligatoriamente que el lote deba ser rechazado, es decir recompactado.
Así, con 5 unidades aleatorias por muestra pueden admitirse resultados
individuales de La densidad de hasta un 2% inferior al valor mínimo especificado,
siempre que La media aritmética del conjunto de La muestra no sea inferior a ese
valor.

El contenido de humedad, aunque no suele especificarse en los pliegos de condiciones, es


importante que se encuentre próximo al valor correspondiente a La máxima densidad
Proctor (mejor por defecto) para evitar fenómenos de pérdida de resistencia en La
mayoría de los suelos.

A este “control de producto terminado” pueden asimilarse otros sistemas, como los
ensayos de carga con placa o los ensayos de huella, normalizados en Suiza y empleados
también en ocasiones en obras españolas.

28
Material de Estudio elaborado por: WAA
Otros métodos, por “control de procedimiento”, consisten en fijar el espesor máximo de
La tongada compactada y el número mínimo de pasadas en función de las características
del suelo y el tipo de compactador. En este caso basta con vigilar el proceso de
compactación.

Para establecer unas especificaciones de este tipo es preciso una experimentación


bastante completa.

Así, en Gran Bretaña se consideran 3 tipos de suelos:

- suelos cohesivos (h>LP-4)


- suelos granulares bien graduados (Cu >1O) y suelos cohesivos secos (hLP-4)
- suelos uniformemente graduados (Cu 1O)

Para cada tipo de compactador, se fija el número de pasadas en función de La presión


unitarla ejercida.

En lo que se refiere al control de La compactación las recomendaciones francesas son


muy completas, admitiendo La alternativa de los sistemas de control por producto
terminado o por procedimiento. Cuando no sea posible utilizar el primero o, por las
condiciones particulares del caso, resulte recomendable recurrir al sistema de control por
procedimiento, dan una detallada información sobre La forma en que debe Nevarse a
cabo a compactación.

Para cada tipo de suelo y maquinarla se fija en unos cuadros el espesor máximo de
tongada. Pero en lugar de especificar el número de pasadas, como es lo corriente, se
recurre al parámetro QIS, siendo Q el volumen de suelo compactado durante un tiempo
determinado y S La superficie cubierta por el compactador durante el mismo tiempo. S
será por tanto, en principio, el producto de La anchura de compactación del compactador
L, por La distancla D recorrida durante el tiempo escogido para La evaluación de 0. La
distancla D puede determinarse con precisión en obra por medio de un contador
kilométrico instalado en La máquina.

QIS es un parámetro cuya evaluación, seguimiento y control pueden hacerse fácilmente y


con una aproximación bastante buena a medida que se desarrolla La obra, mientras que
normalmente el control del número de pasadas de un compactador no es un método
realista, aunque no sea más qua porque La maquinarla pueda tener un trayecto sinuoso e
incluso aleatorio. Además 0/S puede valorarse a posteriori, mientras que el número de
pasadas no puede determinarse más que en obra:

La elección del número de pasadas no tiene todo su significado más que asoclada a un
espesor de tongada; Si el espesor real es muy diferente del previsto el número de pasadas
debe ser ajustado para tener en cuenta dicha varlación. La ventaja del parámetro QIS
respecto a La elección prevla del número de pasadas, es que no es preciso ajustarlo

29
Material de Estudio elaborado por: WAA
porque el esfuerzo de compactación está referido al volumen total Q del material que
recibe ese esfuerzo en lugar de estar definido por cada tongada elemental, como sucede
en el caso en que se indica el número de pasadas.

Las tablas francesas van acompañadas de una amplla lista de material de compactación
hoy día disponible, con sus diferentes caracteristicas y la clasificación a que corresponde
según la nomenclatura de dichas tablas.

De todos modos, en Francla sigue manteniéndose como método alternativo el control de


densidades, que es el que actualmente prevalece en España y otros países. El control del
proceso de compactación es sin duda sugestivo, y en determinados casos es casi el único
posible (pedraplenes, suelos con muchas partículas gruesas). Responde por otro lado a La
filosofía seguida en algunos terraplenes de gran volumen, en los que se establecen
iniclalmente unos tramos de prueba para determinar el proceso más adecuado de
compactación.

Por último, el control geométrico tiene por objeto comprobar que La superficie resultante
del terraplén terminado se atiene a los planos y pliegos del proyecto. Se comprueban las
cotas de replanteo del eje (con mira cada 20 m más los puntos singulares colocando
estacas niveladas), así como La anchura y pendiente transversal.

30
Material de Estudio elaborado por: WAA
ANEXO

Compactación en campo.

La compactación en campo se la realiza con diferentes tipos de compactadoras. Estas


compactadoras tienen que realizar una compactación del terreno de tal manera que
reproduzcan los valores de la compactación realizada en laboratorio. Para poder lograr
esto es necesario tratar de reproducir todas las condiciones que se tendrán en campo al
realizar una prueba de laboratorio. El tipo de compactadora que se utilizara juega un
papel importante en esto pues cada tipo de compactadora tiene un proceso distinto de
compactar el terreno, pueden ser por procesos vibratorios, manipuleo, presión estática o
presión dinámica.

La Figura 7.26 compara la compactación en campo y la compactación en laboratorio


para un mismo suelo. Además muestra la dificultad de elegir una prueba de laboratorio
que reproduzca un determinado método de compactación en campo. Las pruebas de
laboratorio indican generalmente una humedad óptima algo inferior a la óptima en una
obra real.

Variando el método de laboratorio, puede desplazarse la relación humedad-peso


específico seco para conseguir una mejor correlación con un determinado método de
compactación en campo. Como ya se menciono anteriormente hay cierta evidencia de
que algunos métodos de compactación en laboratorio concuerdan mejor o son de mayor
representatividad con ciertos tipos de compactación en campo. Como por ejemplo la
compactación por manipulación en laboratorio da muy buenos resultados con la
compactación por una pata de cabra, la compactación por impactos (dinámica) en
laboratorio da muy buenos resultados con los rodillos neumáticos, la compactación por
métodos vibratorios en laboratorio da mejores resultados con suelos sin cohesión, y así
sucesivamente cada método de compactación en laboratorio tiene una mayor
representatividad con un determinado equipo de compactación de campo .

31
Material de Estudio elaborado por: WAA
120
1.9
S
1 =
10

Densidad seca, [lbf/ft3]


0

Densidad seca, [ton/m3]


%
1.8
110
2
1.7

100 1.6
3
5 6
4 1.5
90
10 15 20 25
Contenido de humedad (%)
Figura 7.26. Comparación entre las compactaciones en laboratorio y en campo, (1)
Compactación estática en laboratorio, 140 kg/cm 2, (2) Proctor modificado, (3) Proctor estándar,
(4) Compactación estática en laboratorio a 14 kg/cm2, (5) Compactación en campo con seis
pasadas de un rodillo neumático, (6) Compactación en campo con seis pasadas de un rodillo pata
de cabra.(Turnbull, 1950) Nota. La compactación estática se aplico por ambas caras de la muestra.

1. Tipos de compactadoras.

Todos los equipos que se conducen sobre un terraplén, desde las volquetas hasta los
cargadores frontales contribuyen en la compactación del mismo. Sin embargo,
generalmente no se puede confiar sólo en esta compactación accidental porque:
 La mayoría de los equipos de construcción son diseñados intencionalmente para
tener presiones de contacto bajas entre los neumáticos o huellas y el suelo. Esto
permite que viajen más rápida y fácilmente a través del suelo suave. Por ejemplo
un cargador frontal tiene una presión de contacto de solo 83 kPa.
 El tráfico casual usualmente sigue las rutas comunes, así que su energía de
compactación no se distribuye uniformemente en el terraplén. De esta manera,
algunas áreas pueden recibir suficiente compactación, mientras que otras no
reciben virtualmente ninguna.

Por lo tanto, es necesario el uso de equipos de compactación específicamente


diseñados para esta tarea. El equipo de compactación común en campo incluye los
pisones manuales, los rodillos pata de cabra, los rodillos neumáticos, y otros tipos de
equipo pesado para la compactación. Sin embargo también pueden ser obtenidas
compactaciones considerables por la asignación de la ruta apropiada del equipo de
transporte sobre el terraplén durante la construcción. Todos estos equipos de
compactación utilizan uno o más de los cuatro métodos de compactación siguientes.

32
Material de Estudio elaborado por: WAA
 Presión. La presión de contacto entre el equipo y la tierra es
probablemente el factor más importante en el resultado de la compactación
de los suelos. Un típico rodillo pata de cabra tiene una presión de contacto
de alrededor de 3500 kPa., la cual es mucho mayor el equipo
a++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
++++++++++++++++++++++++++++++++++3nteriormente mencionado.
 Impacto. Algunos equipos imparten una serie de golpes al suelo. Como
por la caída de un peso. Esto agrega un componente dinámico a la energía
de compactación.
 Vibración. El equipo vibratorio de compactación utiliza pesos excéntricos
u otro dispositivo para inducir fuerzas vibratorias en el suelo. Las cuales
pueden intensificar su compactación. Estas vibraciones tienen
generalmente una frecuencia de 1000-3500 ciclos por minuto.
 Manipulación o Amasado. Los equipos de compactación que imparten
algunas fuerzas cortantes al suelo pueden también mejorar la
compactación. Esta acción es llamada manipulación o amasamiento. Sin
embargo, la manipulación excesiva, como en un terraplén excesivamente
mojado, puede ser perjudicial.

Mayormente la compactación en campo se hace con rodillos. Los cuatro tipos de rodillos
más comunes son:

1. rodillos de rueda-Lisa (o rodillos de tambor-liso)


2. Rodillos neumáticos
3. Rodillos pata de cabra
4. Rodillos vibratorios.

A continuación se hará descripción detallada de las principales características,


ventajas y desventajas del uso de cada uno de estos equipos. Es también lógico que cada
uno de estos equipos de compactación simulen métodos diferentes de compactación, por

33
Material de Estudio elaborado por: WAA
esta razón se aclarara el método de compactación de cada uno de estos equipos, ya que

tiene mucha influencia a la hora de reproducir estas condiciones en laboratorio.

Rodillos pata de cabra. (Compactación por manipulación)

Una de las máquinas más viejas y más comunes de compactación es el rodillo pata de
cabra, mostrada en la Figura 7.27. Consiste en uno o más tambores que rotan con
numerosos pies que concentran su peso sobre un área pequeña y aumentan la presión de
contacto aproximadamente a 2000 a 5000 kPa (300 a 700 lb/in 2). En los años 30 ya
empezaron a ser usados extensamente en la construcción de terraplenes.

Figura 7.27. Compactador con rodillos pata de cabra.

Los rodillos pata de cabra compactan el suelo por presión y manipulación. Ellos pueden
ser usados en una variedad de suelos, pero trabajan de mejor manera en limos y arcillas.
La mayoría de los rodillos pata de cabra pueden acomodar suelos sueltos de espesores
alrededor de 200 mm (8 in). Su principal característica es que compactan el suelo de
abajo hacia arriba, lo que no ocurre con los demás tipos de rodillos, que compactan de
arriba hacia abajo.

Estos compactadores concentran el peso de todo un conjunto de puntas de forma variada


sobre una superficie relativamente pequeña (Figura 7.28), ejerciendo presiones estáticas
muy grandes en los puntos en que las mencionadas protuberancias penetran en el suelo.
Conforme se van dando pasadas y el material se va compactando, las patas profundizan
cada vez menos en el suelo y llega un momento en que ya no se produce ninguna
compactación adicional. En una profundidad aproximada a 6 cm, la superficie queda
siempre distorsionada, pero se compacta bajo la siguiente capa que se tienda.

34
Material de Estudio elaborado por: WAA
Rodillo

Vástago Vástago

(c)
(b) (d)
(a) afilado
Pata (b) de base ampliada
(c) prismática
(d) de cabra
(a)
Figura 7.28. Formas usuales en las patas de los rodillos pata de cabra, (J. Badillo, 1976).

En la Figura 7.29 se muestra la influencia sobre la compactación de la forma de la punta


del vástago que constituye la “pata de cabra”; en forma esquemática se presentan los
pesos específicos secos que se obtuvieron en un caso dado con el empleo de tres tipos de
vástagos, todos de sección cuadrada de 15 cm de lado.
Todos los vástagos son de sección cuadrada y 15 cm de lado
F Superficie original F
del terreno. d, en Kg/m3 F

1350
1350
1300 1300 15 cm
1200 1200 1200 1200 1200 1200
1250 1250 1250 1250 1300 1250

Capa compactada
Figura 7.29. Influencia de la forma en la punta del vástago de los “rodillos pata de cabra”,
(Juárez & Badillo, 1976).

En todos los casos que se muestran, el vástago aplico la misma presión y con la misma
intensidad a lo largo del tiempo. La mayor eficiencia del vástago plano, así como la del
que está ligeramente inclinado (120º), se ven en la mayor profundidad que los pesos
específicos secos puedan alcanzar.

En la Figura 7.30 se muestra esquemáticamente el resultado de una investigación


particular que se realizo para estudiar el efecto de la forma de la sección recta del
vástago y de su área transversal. Es notable la mayor eficiencia de la sección cuadrada
sobre la redonda.

La presión que ejerce el rodillo pata da cabra al pasar con sus vástagos sobre el suelo no
es uniforme en el tiempo; los vástagos penetran ejerciendo presiones crecientes, las
cuales llegan a un máximo en el instante en que el vástago esta vertical y en su máxima

35
Material de Estudio elaborado por: WAA
penetración; a partir de ese momento la presión disminuye hasta que el vástago sale.
Además, la acción del rodillo es tal que hace progresar la compactación del rodillo de la
capa de suelo de abajo hacia arriba (principal característica ya mencionada
anteriormente); en las primeras pasadas las protuberancias y una parte del tambor mismo
penetran en el suelo, lo que permite que la mayor presión se ejerza en el lecho inferior de
la capa por compactar; para que esto ocurra el espesor de la capa no debe ser mucho
mayor que la longitud del vástago.

F F F
Superficie original
del terreno.

Circular de 12 Cuadrado de Cuadrado de 15


cm de diámetro 10 cm de lado cm de lado

100 cm2 100 cm2 225 cm2

d, Kg/m3 1300


12 cm
1300
10 cm
1300
1250 1250 15 cm
1250 1250
1200 1200 1200 1200
1200

Capa compactada
Figura 7.30. Influencia del tamaño y área de la sección recta en los vástagos de los “rodillos pata
de cabra”, (Juárez & Badillo, 1976).

Los rodillos más usuales tienen vástagos de 20 a 25 cm de longitud y se usan para


compactar capas de suelo suelto de alrededor de 30 cm de espesor. Como ya se dijo, al
aumentar el número de pasadas del equipo la parte inferior de la capa va adquiriendo
mayor resistencia, lo que impide la penetración del rodillo y de sus vástagos, que así van
compactando al suelo adyacente. El proceso puede llegar a un límite en el cual el rodillo
“camina” sobre el suelo y transmite todo su peso a través de los vástagos, pero sin que
haya contacto entre el tambor y el suelo. Alguna vez se ha especificado este límite como
norma sencilla para control de compactación de la capa, pero en suelos con contenido de
humedad relativamente alta o cuando se usan rodillos pesados puede suceder que el
tambor no deje de estar en contacto con el suelo, aunque el número de pasadas se
incremente de manera arbitraria.

Por lo general, se considera adecuada la operación cuando el vástago penetra del 20 al


50 % de su longitud, lo cual depende de la plasticidad del suelo; así, para una arcilla
blanda se busca hacer penetraciones menores que para una arcilla arenosa, a fin de evitar
que se adhiera al vástago cantidades considerables del suelo y se reduzca el rendimiento
del equipo.

36
Material de Estudio elaborado por: WAA
El rodillo pata de cabra produce dos resultados muy deseables en los terraplenes de
suelos finos compactados, que son una distribución uniforme de la energía de
compactación en cada capa y una buena liga entre capas sucesivas.

Rodillos de pata apisonadora. (Compactación por manipulación)

Los rodillos de pata apisonadora son muy similares a los rodillos pata de cabra, excepto
que ellos utilizan largos pies con una presión de contacto más pequeña. Pueden ser
operados a altas velocidades pero no compactan una profundidad grande.

Figura 7.31. Compactador con rodillos de pata apisonadora. (Juárez & Badillo, 1976)

Rodillos Neumáticos. (Compactación por presión)

Los rodillos neumáticos como se muestra en la Figura 7.32 son unidades pesadas que
descansan sobre varios neumáticos. La presión de contacto es normalmente alrededor de
600 kPa (85 libras/in2). Cada neumático puede moverse hacia arriba y hacia abajo
independientemente, así este dispositivo es bueno al encontrar pequeños puntos suaves
que equipos de compactación rígidos, como los rodillos pata de cabra no podrían hacerlo.
Estos rodillos pueden compactar terraplenes con espesores sueltos de 250 a 300 mm (10 a
12 in).
El rodillo aplica a la superficie de la capa prácticamente la misma presión desde la
primera pasada, esta presión es casi igual a la presión de inflado de la llanta. La superficie
de contacto de la llanta depende del peso del rodillo y de la presión de inflado, su forma
es mas o menos elíptica. La presión que se transmite no es rigurosamente uniforme en
toda el área de aplicación, pero para simplificar se toma la presión media de contacto.
Para lograr una presión más o menos uniforme a una cierta profundidad bajo la superficie
es preciso que las llantas delanteras y traseras del equipo tengan huellas que se
superpongan ligeramente, es usual buscar una disposición tal que deje a ambos lados 2/3
de huella libre entre las superposiciones.

37
Material de Estudio elaborado por: WAA
Figura 7.32. Compactador con rodillos neumáticos.

La eficacia de la compactadora no aumenta de forma indiscriminada con la presión de


inflado, ya que si la presión no es demasiado grande, a ambos lados de la huella se
producen concentraciones que hacen aparecer presiones horizontales adicionales que
ayudan al asentamiento de las partículas de suelo y a su mezclado. Debido a esto es que
la presión de inflado depende de muchos factores, como el número de pasadas, el peso
especifico seco.
Peso específico seco máximo, [ton/m3]

2.2

2.1 Grava - arena - arcilla

2.0
Arcilla arenosa
1.9

1.8
Arcilla plástica
1.7

1.61.75 3.50 5.75 7.00 8.75 10.50


Presión de inflado, Kg/cm 2
Figura 7.33. Compactación con rodillo neumático. Relación entre el peso especifico seco y la
presión de inflado. (Juárez Badillo, 1976)

En la Figura 7.33 se muestra la influencia que tiene la presión de inflado en el peso


específico seco del suelo, en ella se ve que en cualquier tipo de suelo un incremento en la
carga por rueda o en la presión de inflado produce un aumento en el peso específico seco
máximo.

Rodillos vibratorios. (Compactación por vibración)

38
Material de Estudio elaborado por: WAA
Los rodillos vibratorios como los que están en la Figura 7.34 es similar a los rodillos
pata de cabra o pata apisonadora, con la adición de un mecanismo vibrante. Por lo tanto,
ellos utilizan presión y vibración para compactar el suelo. La vibración es especialmente
efectiva en suelos arenosos y gravosos. El más pesado de estos rodillos puede acomodar
elevaciones de espesores sueltos de hasta 1 m (3 pies) y proporcionar una cierta energía
de compactación a las profundidades de alrededor de 2 m (7 pies).

La frecuencia de vibración influye de manera extraordinaria en el proceso de


compactación y se ha visto que su intervalo de variación óptimo puede estar comprendido
entre 0.5 y 1.5 veces la frecuencia natural del suelo, lo que lleva al aparato a frecuencias
prácticas del orden de 1500 a 2000 ciclos por minuto, si bien existen en el mercado
equipos comerciales cuya frecuencia alcanza hasta 5000 ciclos por minuto.

Hay varios factores en la naturaleza de la vibración que influyen de manera substancial


en los resultados que rinde el equipo, los principales son:

 La frecuencia, esto es el número de revoluciones por minuto del oscilador.


 La amplitud, generalmente medida por una distancia vertical en casi todos
los equipos comerciales.
 El empuje dinámico, que se genera en cada impulso del oscilador.
 La carga muerta, es decir, el peso del equipo de compactación, sin
considerar el oscilador.
 La forma y el tamaño del área de contacto del vibrador con el suelo.
 La estabilidad de la maquina.

Además existen otras características de gran influencia referentes al suelo por


compactar, como el contenido de humedad del suelo y la naturaleza del suelo. En el caso
de vibración, para obtener la máxima eficiencia de compactación, el contenido de
humedad óptimo suele ser mucho menor que el que se requerirá con otro tipo de
compactación.

La ventaja principal de usar equipos de vibración es la posibilidad de trabajar con


capas de mayor espesor de las que es común usar con otros compactadores, esto aumenta
el rendimiento del proceso y reduce el costo de la operación.

En la Figura 7.34b se puede ver como se combina un rodillo tipo pata de cabra con un
vibrador, esto se hace generalmente en la compactación de campo, ya que combinando la
vibración con la presión, se obtienen mejores resultados que si se aplica solo vibración.
La presión es necesaria para vencer los lazos interpartículares que se producen tanto en
suelos gruesos como en los finos.

El rodillo liso combinado con aparatos vibratorios, (Figura 7.34b) se convierte en un


equipo muy eficiente para compactar pequeños fragmentos de roca, gravas y mezclas de
estos suelos con arenas y permite manejar capas de mucho mayor espesor que las que es

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Material de Estudio elaborado por: WAA
posible compactar con solo un rodillo liso. También existen rodillos pata de cabra
combinados con aparatos vibratorios y se recomiendan para compactaciones de suelos
finos arcillosos y también permite trabajar con un mayor espesor de capa.

(a)

(b)
Figura 7.34. (a) Compactador con rodillos vibratorios, (b) Rodillo liso vibratorio tipo remolcado.

Rodillos lisos. (Compactación por presión)

Los Rodillos lisos con rueda de acero, como el que esta en la Figura 7.35, deja lisa la
superficie del suelo compactada. Los tipo no-vibratorios no están bien preparados para la
compactación del suelo debido a que la presión del contacto es mucho menor que el de
los rodillos pata de cabra. Sin embargo, pueden ser utilizados como rodillos
impermeabilizantes de una subrasante justo antes de pavimentar (es decir, un rodado final
para nivelar la compactación de los suelos más elevados) y para compactar en la base de
agregado grueso y el pavimento de asfalto.

El efecto de la compactación con rodillos lisos se reduce considerablemente a medida que


se profundiza en la capa que se compacta, y el efecto de compactación se produce de
arriba hacia abajo.

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Material de Estudio elaborado por: WAA
Figura 7.35. Compactador con rodillos lisos de acero.

Cuando se utiliza el rodillo liso en arcillas y limos plásticos es común que al cabo de
cierto número de pasadas se presenten fisuras en la parte superior de la capa, debido a la
rigidez que esta zona adquiere por excesiva compactación, en comparación al lecho
inferior de la misma capa menos compactado, que adquiere una resistencia relativamente
baja.

Las características principales de lo rodillos lisos son su disposición, diámetro (con el que
aumenta mucho la eficiencia), ancho y peso total. El espesor suelto de la capa de material
que es posible compactar con los rodillos lisos varía de 10 a 20 cm.

Compactación con equipos manuales. (Compactación por impacto, vibración)

En los equipos de compactación por impacto es muy corta la duración de transmisión del
esfuerzo. Los equipos que pueden clasificarse dentro de este grupo son los diferentes
tipos de pisones, cuyo empleo esta reservado a áreas pequeñas, y ciertas clases de rodillos
apisonadores semejantes en muchos aspectos a los rodillos pata de cabra, pero capaces de
operar a velocidades mucho mayores, lo que produce un efecto de impacto sobre la capa
de suelo que se compacta.

41
Material de Estudio elaborado por: WAA
Figura 7.36. Compactador con placa vibratoria.

Los pisones pueden ir desde los más elementales, de caída libre y accionados a mano,
hasta aparatos bastante modernos como las placas vibratorias vibratorios. Sobre todo por
razones de costo, su empleo esta limitado a determinadas partes de la estructura vial, tales
como zanjas, desplante de cimentaciones, áreas adyacentes a alcantarillas o estribos de
puentes, cobertura de alcantarillas, etc. y donde no puedan usarse equipos de
compactación de mayor rendimiento o tamaño, por razones de espacio o por temor al
efecto de un peso excesivo.

2. Elección de la compactadora en campo.

La selección apropiada del equipo y de los métodos de compactación depende del tipo de
suelo, tamaño del proyecto, requisitos de compactación, índice de producción requerido,
y otros factores. No hay un dispositivo que sea la mejor opción para todas las situaciones.
La Figura 7.37 muestra los rangos comunes en los suelos para varios tipos de
compactadores.

Por ejemplo, los suelos de baja cohesión son eficientemente compactados por vibración,
las placas vibratorias manuales y los rodillos vibratorios motorizados de varios tamaños
son muy eficientes para la compactación de suelos de arena y grava. El equipo de rodillos
neumáticos se puede también utilizar eficientemente para compactar suelos arenosos. Los
pesos que se hacen caer libremente distancias largas, se han utilizado para compactar
dinámicamente terraplenes granulares sueltos. Por lo tanto es muy importante la selección
del tipo de compactador en campo para cada tipo de suelo.

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Material de Estudio elaborado por: WAA
Zonas de aplicación de las compactadoras Métodos de compactación
100 % 100 %
Arcilla Limo Arena Roca
Pata de cabra
Presión, manipulación
Rejilla
Presión, manipulación
Vibratorio
Presión, vibración
Rodillos de acero lisos
Presión
Multiples llantas neumaticos
Presión, manipulación
Neumaticos pesados
Presión, manipulación
Pies de amasado
vibratorio
Presión, manipulación, vibración
Pies de amasado remolcado
Presión, manipulación
Pies de amasado de alta velocidad
Presión, manipulación,
Pies de amasado Pies de amasado
impacto, vibración
caterpiler caterpiler
Presión, manipulación,
impacto, vibración
Figura 7.37. Tipos de suelo lo mejor posible satisfechos para varios tipos de equipos de
compactación. (Coduto, 1998)

3. Factores que afectan la compactación en campo.

Además del tipo de suelo y de contenido de agua, otros factores se deben considerar para
alcanzar el peso específico de compactación en campo deseado. Estos factores incluyen
el espesor del terraplén, la intensidad de la presión aplicada por el equipo de
compactación y el área sobre la cual es aplicada la presión. Estos factores son
importantes porque la presión aplicada en la superficie disminuye con la profundidad y
esto provoca una disminución en el grado de compactación del suelo. Así como también
un aumento en el área de contacto entre el rodillo y el suelo reduce el número de pasadas
que se necesitan para alcanzar un determinado resultado. Debido a que estos factores son
de mucha importancia como para ser obviados en este libro es que se hará un estudio
detallado de cada uno de ellos, basándose en estudios de especialistas en la materia que
hicieron muchas observaciones y pruebas para poder saber los efectos ventajosos o no en
el proceso de compactación en campo.

Efecto del número de pasadas del rodillo.

Durante la compactación, el peso específico seco del suelo también es afectado por el
número de pasadas del rodillo. Un número de pasadas inferior al requerido no logrará
reproducir los valores de laboratorio en campo, en cambio un exceso del número de
pasadas del rodillo será antieconómico para el contratista. Debido a esto es que es muy

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Material de Estudio elaborado por: WAA
necesario poder determinar el número preciso de pasadas que se tienen que realizar con el

rodillo especificado.

La Figura 7.38 muestran las curvas de compactación en las que se ve que el peso
especifico seco crece hasta cierto punto con el número de pasadas del rodillo en un suelo
de arcilla limosa, más allá de este punto permanece aproximadamente constante. En la
mayoría de los casos, cerca de 10 a 15 pasadas del rodillo produce el peso específico seco
máximo económicamente alcanzable.

En la Figura 7.38 se puede ver que a cualquier profundidad dada, el peso específico
seco de compactación aumenta con el número de pasadas del rodillo.

18
Contenido de humedad = 17.8 %
Peso específico seco, d [lb/ft3]

110

Peso específico seco, d [kN/m3]


17
Contenido de humedad = 11.6 %
16
100
15

90 14
Arcilla limosa
Límite liquido = 43 13
80
Índice de plásticidad = 19
12

70 11
0 8 16 24 32
Número de pasadas del rodillo
Figura 7.38. Relación entre el peso específico seco y el número de pasadas (por un rodillo liso de
tres llantas de 9.5 ton), el suelo de un estrato suelto es compactado 9 plg a diferentes contenidos
de humedad. Curva de crecimiento para una arcilla limosa. (Das, 1998)

Para entender mejor la influencia que tiene el número de pasadas en la compactación


de un suelo en campo, se vera su efecto con diferentes tipos equipos de compactadoras de
campo

 Rodillos Pata de cabra. Para entender de una manera mas profunda el


efecto del número de pasadas en la compactación de suelos con un equipo
de compactación pata de cabra se recurrirá a la Figura 7.39 donde se
presenta un estudio del efecto que produce el número de pasadas a
diferentes tipos de suelos con un compactador pata de cabra.

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Material de Estudio elaborado por: WAA
Puede verse en la Figura 7.39 que por lo general, disminuye el
incremento de del peso especifico seco por pasada al aumentar la
plasticidad y que el número adecuado de pasadas depende del tipo de
suelo que se tenga en cada caso.
2.2
Grava arena - arcilla

Arcilla arenosa
2.0
Peso específico seco, d [Ton/m3]

1.8
Arcilla limosa

1.6
Arcilla plástica

1.4

1.2
0 20 40 60
Número de pasadas
Figura 7.39. Efecto del número de pasadas en el grado de compactación de diversos suelos con
un rodillo para de cabra, (Lambe & Whitman, 1976)

 Rodillos Neumáticos. En la Figura 7.40 se ilustra el efecto del número de


pasadas y de la presión de inflado en el peso específico seco obtenido para
varios suelos.
Se puede ver en la Figura 7.40 que la forma de las curvas es la misma
para los tres suelos y que en todos los casos es insignificante el aumento
del peso específico seco arriba de 16 pasadas. Esto no ocurriera si el
contenido de humedad no fuera inferior al optimo, pues se ha observado
que en tal caso el peso específico seco aumenta aun cuando se incremente
mucho el número de pasadas. De la Tabla adjunta a la figura se puede ver
también la influencia que tiene la presión de inflado en el proceso de
compactación.

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Peso específico seco, d [Ton/m3]

Ton/m33]]
Peso específico seco, d [Ton/m3]

seco,dd[[Ton/m
1.9
1.9 1.9
1.9
Arcillaplástica
plástica 11 22
Arcilla
1.8 1.8
1.8
1.8
11

específicoseco,
1.7
22 1.7
33
1.7 1.7

Pesoespecífico
Arcilla
Arcillaarenosa
33 arenosa
1.6 1.6
1.6 1.6

1.5 1.5

Peso
1.5 0 8 16 24 32 1.50 8 16 24 32
0 8
Número 16 pasadas
de 24 32 0 8
Número de16pasadas24 32
Número de pasadas Número de pasadas
Peso específico seco, d [Ton/m3]
Peso específico seco, d [Ton/m3]

2.2
2.2 1 2 Carga/rueda Presión/inflado Espesor
1 2 Curva Espesor
Carga/rueda Presión/inflado capas sueltas
2.1 Curva Tn. Kg/cm2 cm. sueltas
capas
2.1 3 Tn. Kg/cm2 cm.
3 1 10.15 10.0 30.5
2.0
2.0 1 10.15 10.0 30.5
2 5.0 6.3 30.5
1.9
Grava - arena - arcilla 2 5.0 6.3 30.5
Grava - arena - arcilla 3 1.35 2.5 23.0
1.9 3 1.35 2.5 23.0
1.8
0 8 16 24 32
Número de 1.8
8 16 pasadas
0 24 32
Número de pasadas
Figura 7.40. Compactación con rodillo neumático. Efecto del número de pasadas y de la presión
de inflado en el peso especifico seco de diversos suelos. (Juárez & Badillo, 1976).

Compactadores vibratorios.

En la Figura 7.41 se puede observar el efecto favorable que se puede obtener al utilizar
métodos vibratorios de compactación en un caso particular dado, en ella se puede ver que
la relación del porcentaje de la compactación final en función del número de pasadas en
el caso de usar un compactador estático es de muy poco aumento, mientras que en los
métodos vibratorios hay una relación muy creciente, lo que quiere decir que si se
utilizaría un método vibratorio se lograría avanzar de manera rápida el porcentaje de
compactación final con muy poco número de pasadas, lo que representaría un ahorro de
tiempo en la compactación de los suelos sueltos. Mayormente para suelos de arena sin
partículas de arcilla o suelos de grava arenosos es muy frecuente el uso de métodos
vibratorios.

46
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100
Profundidad

% de la compactación final
80 10 cm.
50 cm.
60 90 cm.

40

20

0
0 2 4 6 8 2 4 6 8 10
C. Estática C. Vibratoria
Número de pasadas
Figura 7.41. Ilustración de la eficiencia de la compactación por vibración (Juárez & Badillo,
1976)

Efecto de la profundidad bajo la superficie a ser compactada.

La Figura 7.42 muestra la variación en el peso específico de compactación con la


profundidad para una arena pobremente gradada para la cual la compactación fue
realizada por un rodillo con tambor vibratorio. El peso del rodillo usado para esta
compactación fue 55.6 kN, el diámetro del tambor era de 1.19 m. El terraplén se conservo
en 2.44 m. Sin embargo, la relación del incremento de peso específico gradualmente
disminuye después de alrededor de 15 pasadas. Un factor para tomar en cuenta en la
Figura 7.37 es la variación del peso específico seco con la profundidad para cualquier
número de pasadas del rodillo.

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Peso específico seco, d [lb/ft3]
100 104 108
0 0.00

0.50
2

Profundidad [m]
Profundidad [ft]

3
1.00
Número de
pasadas del
4 rodillo = 2

5
5 15 1.50

45

6 1.83
16.00 15.72 16.50 17.00
Peso específico seco, d [kN/m3]
Figura 7.42. Variación del peso específico seco con el número de pasadas del rodillo; espesor del
terraplén = 2.44 m. (Das, 1998)

Como es de esperar la influencia que tiene la profundidad en la compactación de los


suelos, también varia con el método de compactación, debido a esto se analizara el
comportamiento de los suelos cuando son sometidos a distintos métodos de compactación,
en forma singular para poder apreciar mejor los cambios que se producen.

 Rodillos pata de cabra. En la Figura 7.43 se ilustra la forma en que la


energía de compactación producida por los rodillos pata de cabra afecta al
suelo a distintas profundidades, medidas a partir de la superficie de la capa,
la grafica corresponde a un rodillo pata de cabra con vástago del tipo
tronco-cónico.
Al examinar las curvas que corresponden de la Figura 7.43 puede
observarse que en estos suelos predominantemente arenosos, el porcentaje
de compactación disminuye poco hasta una profundidad de mas o menos
25 cm, cuando se compacta con el rodillo lastrado (presión de contacto
14.1 Kg/cm2), en cambio, cuando se usa el rodillo vacío (presión de

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contacto 7.4 Kg/cm2) se observa una marcada disminución del peso
especifico seco aproximadamente debajo de los 10 cm de profundidad.

100
1 Suelo limo-arenoso, presión de
Porcentaje de compactación, 3 contacto de 14.1 Kg/cm2
2 Suelo arena-limosa, presión
90 1 de contacto de 14.1 Kg/cm2
[Proctor modificado]

3 Suelo limo-arenoso, presión


de contacto de 7,4 Kg/cm2
2
80

70

0 10 20 30 40 50 60 70
Profundidad bajo la superficie compactada, cm.
Figura 7.43. Efecto de la compactación con rodillo pata de cabra en relación con la profundidad
de la capa compactada. (Juárez & Badillo, 1976).

 Rodillos lisos.

2000
Peso específico seco, d [Kg/m3]

Nota.
Las cantidades anotadas junto a
los triángulos [ ] representan
2.62 la presión en Kg/cm2 registrada
1800 en el suelo a la profundidad
correspondiente.

1.29
1600

0.97
1400
0.75

1200
0 10 20 30 40 50
Profundidad bajo la superficie compactada, cm.
Figura 7.44. Disipación de la presión de contacto de un rodillo liso con la profundidad. (Juárez &
Badillo, 1976).

En la Figura 7.44 se ilustra la forma en que se disipa la presión con la profundidad y de la


eficacia compactadora de un rodillo liso de tres ruedas con peso total de 9.5 ton, que
actúa sobre un material arcilloso con un contenido de humedad del 13.5 %.

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