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Desde los primeros tiempos la humanidad ha debido ingeniárselas para abastecerse de agua para
sobrevivir. En su gran mayoría, las poblaciones se establecieron en los valles de los ríos, próximas a
los cursos de agua, para facilitar su aprovisionamiento para consumo humano y también su captación y
derivación hacia los campos de cultivos, fuente principal de alimentos. Pero los ríos tienen variaciones
en su caudal en concordancia con las variaciones climáticas que se producen en las cuencas de las
cuales se nutren. Así, las épocas lluviosas provocan las crecidas de los ríos y éstas las inundaciones de
campos y ciudades.
Las épocas de sequía provocan escasez de alimentos por la falta de cosechas y la mortandad de
animales. Vivir en es tas condiciones, expuestos a los avatares de la naturaleza, resulta muy penoso y, a
veces, imposible. El hombre necesita imperiosamente el agua para vivir. Pero la necesita en lugares,
cantidades y momentos adecua dos. No de cualquier manera y en cualquier parte. Frecuentemente
ocurre que la naturaleza no ofrece este recurso en las condiciones que el hombre la necesita. Pero éste,
con su ingenio, ha construido obras que le han permitido aprovechar el recurso de manera cada vez
más eficiente y más segura.
Cuatro mil años antes de Cristo, Menes, el primer faraón de Egipto, ordenó la ejecución de trabajos de
irrigación con aguas del río Nilo. Existen evidencias de la construcción de una presa de 15 m de altura
y 450 m en la localidad de Kosheish, unos 20 Km aguas arriba de la ciudad de Menfis.
Existen otros ejemplos de presas de las cuales aún hoy pueden visitarse sus ruinas. Tal es el caso de
Saad El Kafara, ubicada a 32 Km al sur de El Cairo, que habría sido construida para llevar agua a los
obreros que trabajaban en las canteras. Dos mil años antes de Cristo ya se encontraba intensamente
desarrollada la irrigación en los valles de los ríos Tigris y Éufrates.
Las ciudades de Babilonia, Nineveh y Bagdad crecieron gracias a una extensa red de canales. Aún hoy
se encuentran ruinas de varias presas de tierra y de roca utilizadas para desviar las aguas de los
afluentes de estos ríos principales y conducirlos a través de esos canales hasta las zonas irrigadas.
Existen ruinas del canal de Nahrwan de 250 km de longitud, 122 m de ancho y 5 m de profundidad que
dan una idea de la importancia de las obras que se realizaban en esa época. Mil años antes de Cristo,
bajo el reinado del rey Salomón, se desarrolló el sistema de agua para abastecer a la ciudad de
Jerusalén y sus alrededores mediante la construcción de tres presas cuyas alturas variaban entre 8 y 19
metros. Poco antes del inicio de la era cristiana y durante el imperio romano se construyeron
numerosas presas en todos los países que lo constituían.
En España, las presas de Proserpina y Cornalbo, aún en pié, son testimonios de los primeros tiempos
de esa época. En Francia, Italia, Turquía, Siria, Irán, Libia, también se encuentran evidencias similares.
El contrafuerte como elemento estructural fue utilizado desde épocas muy remotas. En obras
hidráulicas los primeros ejemplos conocidos son romanos, bien en presas, como la de Consuegra en la
provincia de Toledo o en depósitos como el del abastecimiento de Andelos en Navarra y, seguramente,
en algunos otros casos.
IRRIGACIONES 1
Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco
Irrigaciones Mg. Ing. Ascue Salas Gorki
Mesopotamia
La antigua Babilonia y sus famosos Imperio Romano
jardines eran abastecidos por canales
Los romanos construyeron numerosas presas de
Egipto que llevaban el agua desde presas
mampostería de piedras pegadas con una mezcla de
Se han encontrado ruinas de presas construidas sobre afluentes de los ríos
cemento natural. Algunas de ellas se conservan aún
con una antigüedad de 4000 años Tigris y Éufrates.
en funcionamiento en España, el sur de Francia e
antes de Cristo. Su objeto fue Italia.
asegurar la provisión de agua para
cultivar el valle del rio Nilo y para
la construcción de las pirámides.
Siglo XIX
Hasta el Siglo XIX las presas se construían
basándose en los resultados exitosos de
Estados Unidos experiencias anteriores, es decir, por prueba
En el Siglo XX se dio un fuerte y error. Durante el Siglo XIX comenzaron a
impulso a la construcción presas de construirse presas diseñadas con criterios
hormigón en masa de mas de 100 basados en los avances científicos de la
metros, sobre la base de los avances época.
científicos y tecnológicos de diversas
industrias.
Desarrollo en el siglo xx
Los importantes avances científicos alcanzados a mediados del siglo XIX posibilitaron la construcción
de presas de mayor tamaño. A comienzos del siglo XX, los descubrimientos de nuevos materiales,
nuevos procesos de cálculo y nuevas técnicas constructivas, dieron un fuerte impulso a la ingeniería de
presas.
Actualmente las presas de contrafuertes son utilizadas normalmente en proyectos hidroeléctricos y de
riego. Algunas de las más importantes del mundo son de este tipo.
El Estado Peruano; está empeñado en llevar a cabo una mejor gestión de sus recursos hídricos,
centrándola en un manejo integrado de los mismos a nivel de cuenca y en todo el país, buscando en
primer término, mejorar el afianzamiento hídrico de las fuentes hídricas superficiales, incluyendo los
conceptos gestión de embalses y seguridad de presas.
INVENTARIO DE PRESAS
Del total de presas existentes en el país, se han logrado inventariar una cantidad de 743 presas que
cumplen las condicionantes citadas, estas incluyen las 54 presas que están incluidas en el registro del
ICOLD.
En cuanto a la distribución de las presas por departamentos, se observa que existen un mayor número
de presas (143) en Ancash, seguida de Lima y Cusco.
Con respecto a la clasificación por su finalidad o uso; las presas con fines de riego ocupan el primer
lugar en el listado con 442; seguido de las presas de relave que suman 113.
Con relación a los tipos de presa identificados, predominan las presas de gravedad (294) y luego las
presas conformados por materiales sueltos.
CONCLUSIONES
En su intento por almacenar el agua para regular su utilización, el hombre recurrió a interrumpir los
ríos con barreras que fueron evolucionando desde troncos y piedras colocados dificultosamente, hasta
los enormes terraplenes de materiales sueltos compactados y las murallas de hormigón de nuestros
días. Así aparecen las presas como una herramienta del hombre para aprovechar un recurso natural
renovable, indispensable para su subsistencia y desarrollo, y para protegerse de las variaciones
extremas que la naturaleza impone. Pero si bien las presas contribuyen al desarrollo humano, la
posibilidad de su rotura constituye un riesgo difícil de aceptar por las comunidades que habitan aguas
abajo de estas obras.
Bibliografía:
http://www.ana.gob.pe/sites/default/files/publication/files/inventario_de_presas_0.pdf
https://es.scribd.com/upload-document?archive_doc=330877737&escape=false&metadata=%7B
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