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- Introducción
La investigación en el área de la Odontología presenta considerables progresos. Lo cual se debe
en gran medida a la inclusión de nuevos campos de estudio, que tradicionalmente no eran
considerados como parte del área médica. Con los cuales se busca proveer con los medios
necesarios de aproximación a la explicación de problemas de salud del Sistema Estomatognático
(SE) y su consecuente propuesta de tratamiento. Estomatognático proviene del griego stoma
(cavidad bucal) y gnathos (maxilares o mandíbula). Se define como la unidad morfofuncional
ubicada en la región craneofacial. Durante un largo tiempo, el Sistema Estomatognático fue
llamado Sistema Masticatorio.
Todas sus estructuras conforman un sistema ortopédico complejo. Sus componentes se
interrelacionan e integran de forma organizada y sincronizada. Que en conjunción con el sistema
nervioso, realiza funciones primarias (masticación, insalivación, deglución, fonoarticulación) y
secundarias (respiración, estética, postura, gusto).
El SE tiene la capacidad de reestructurarse continua y automáticamente, para lograr adaptarse a
los cambios ambientales. Cuando existen defectos estructurales en los componentes, una mala
integración de los aportes propioceptivos o las fuerzas excesivas sobrepasan la capacidad
adaptativa del sistema, se producen estímulos que ocasionan que el sistema responda. Si los
estímulos son temporales o son rápidamente removidos, no ocurren mayores consecuencias. Si se
vuelven crónicos, sobrevienen reacciones del mismo para contrarrestar los agentes externos que
lo afectan, hasta lograra nuevamente el equilibrio que puede llevar a situaciones de homeostasis o
patológicos, según sea el estímulo. Esto se debe a que no es un sistema estático, sino por lo
contrario, es un sistema dinámico en constante cambio y renovación.
Con base en lo anterior, puede generarse la idea que son únicamente las condiciones económicas
las que permiten o no el desarrollo de la investigación Odontológica. Sin embargo, cabe
puntualizar que al hablar de recursos y condiciones necesarias, se hace referencia a la
infraestructura que va más allá de solo el aspecto económico, se habla de instrumentos que
permitan dicho desarrollo. Como son la educación, el fomento a la investigación y la capacitación
para utilizar las herramientas y metodologías de la investigación.
Luis Felipe Abreu propone en su artículo Investigación Práctica y Clínica que en el mundo
moderno, el sillón odontológico debe estar junto al laboratorio de investigación [Abreu, 2005].
Al mismo tiempo comenta que aunque se puede pensar que la relación entre formación
profesional e investigación científica, en el área de la salud, se produce de manera natural. Tal
relación no es simple y mucho menos espontánea. Sólo cuando se cultiva deliberadamente rinde
frutos y de ésta manera es posible que ambos procesos manifiesten metas compartidas. Si se
sigue ésta conceptualización, se da por hecho que la formación del Odontólogo dentro de las
instituciones de educación superior está basada en evidencias científica.
Por lo que de ésta forma las escuelas y facultades están en constante actualización de sus planes
y programas, e impulsan el pensamiento y la actividad científica tanto de los alumnos como de
los profesores. La producción de conocimientos es punto clave para asegurar la eficacia y la
calidad de la atención a la salud bucal y una formación y actualización de los profesionales
adecuada y pertinente. Además de cumplir su función instrumental, que es la de solucionar
problemas e implementar tecnologías. La investigación científica, en cualquier campo del
conocimiento, conduce al desarrollo del pensamiento crítico. El cual es deseable y que forme
parte de la cultura de una sociedad [Vilches, 2010].
Una explicación más amplia, es la que menciona José Narro Robles, quien señala que el actual
modelo económico que se tiene, determina fuertemente el quehacer universitario. Por lo tanto, el
gasto público y los recursos asignados a la educación y a la investigación son insuficientes; La
única manera de salir adelante es con mayor investigación pero aplicada, no hay un paso
automático entre la generación del conocimiento propio y su aplicación, obviamente tenemos
primero que generar un conocimiento propio. Entonces, realmente, no hemos tenido en el caso
de la investigación, una política de Estado y una política institucional que defina qué papel va a
jugar la investigación en la construcción del proyecto de nación que enfrente los graves rezagos
nacionales, sus grandes problemas los resuelva y nos alcance en un nuevo papel frente a la
división internacional del trabajo y en la globalización [Marúm, 2010]. No obstante, la
productividad científica Odontológica en México, proviene principalmente de las universidades
públicas (Tabla I.1).
Tabla I.1.- Frecuencia de publicaciones por institución [Lara y colaboradores 2011]
La Tabla I.1 muestra los datos obtenidos a lo largo de siete años de publicaciones. Donde
únicamente se realizaron un total de 650 artículos científicos del área. En comparativa con
universidades de países de primer mundo, México se encuentra muy por debajo del número de
publicaciones al que llegan a realizarse en solo un mes en dichas universidades [García y
asociados, 2010]. Dejando muy en claro que en México aún son pocos los investigadores en esta
área de conocimiento y aún menor es el número de Odontólogos con actividad de investigación.
Lo cual puede tener su origen en tres situaciones; dos de ellas ya analizadas anteriormente. La
primera, los estudios de licenciatura no fomentan, ni inculcan las habilidades y la cultura
científica. No existe una cultura científica en el ámbito odontológico, lo que genera falta de
interés por esta disciplina, ocasionando que a la práctica odontológica carezca de carácter
científico. Es decir, el Cirujano Dentista no considera como parte de su actualización profesional,
la consulta a base de datos mundiales y la lectura de artículos de revistas especializadas. La
segunda, los recursos financieros no son suficientes para llevar a cabo investigación. Por último,
la tercera, los paradigmas existentes sobre la investigación en las áreas de Ciencias de la Salud,
que no consideran la apertura a utilizar y auxiliarse de otras áreas que no se consideran parte del
área médica. Por tanto, el Investigador Médico carece de las competencias en dichas áreas. Las
cuales pueden coadyuvar a la generación del nuevo conocimiento científico. En éste caso, en la
Odontología, las cuales es posible sean más apropiado al contexto de nuestro país, situación que
se explicará a continuación.
Los paradigmas bajo los cuales se rige la investigación en las áreas de Ciencias de la Salud, han
ocasionado que en el área médica y en cualquiera de sus disciplinas, incluyendo la Odontología,
existan controversias. Una de éstas controversias, se debe a que se considera que la investigación
y la práctica clínica son independientes una de la otra. Considera que al investigar, se buscan
resultados que puedan generalizarse. Mientras que la práctica clínica a su vez, intenta resolver
situaciones particulares. Se tiene establecido que el investigador debe simplificar los procesos,
contando con sólo dos variables; una independiente y otra dependiente, eliminando
deliberadamente otras variables que no le permite la generalización de los resultados. Así que
intenta controlarlas en el laboratorio o utilizando criterios de inclusión y exclusión. Si bien estas
situaciones es posible conceptualizarlas, en el estricto proceso de una investigación como lo
correcto, en las disciplinas médicas dista de ser una realidad, dado que las variables existentes
son numerosas. Lo que deja al descubierto la controversia mencionada, el Clínico al atender a los
pacientes no puede, ni debe aplicar criterios de exclusión y debe tomar en cuenta sus múltiples
variables y circunstancias. Cuando la investigación presenta sus resultados generalizados, es
difícil aplicarlos a los criterios y circunstancias no generalizados de los pacientes. Derivado de esto
surge una controversia más, la Ética dentro de la investigación en Medicina, que también puede aplicarse
en la investigación odontológica. Esto es, aunque el liberarse del contexto de los pacientes en la
investigación, no es lo adecuado, la investigación seguirá siendo en torno a ellos, en los pacientes, en
seres humanos. En toda investigación médica, hay un conflicto entre los derechos de los individuos y lo
que aparecerá como aportes en beneficio para la sociedad (Figura I.2). La investigación médica tiene
como una de sus condicionantes, evitar en lo máximo cualquier daño a los participantes, no es una
justificación el correr riesgo en aras de los resultados de una investigación y los beneficios que podría
aportar.
En los próximos años la clínica odontológica actual sufrirá una rápida transformación, la nueva
Biología repercutirá en la detección de riesgos genéticos y factores ambientales, existirán nuevas
formas de reparación como los nanomateriales y sobre todo la Ingeniería de Tejidos. Hoy se
realizan implantes, mañana se podrán producir piezas dentales a partir de tejido autólogo. La
Odontología cobrará un papel decisivo en la prevención y manejo de padecimientos sistémicos
[Collins y colaboradores, 2003]. Para ello, la Odontología debe contar con investigadores
dotados en competencias en las áreas de Biología Física, Biomatemáticas, Biomecánica, Diseño
Computacional, etc. Además de las propias ciencias biológicas básicas, que les permitan una
nueva visión del futuro de la investigación en Odontología.
Este modelo está compuesto por ecuaciones que duplican las relaciones funcionales dentro de un
sistema real. Cuando el programa se ejecuta, las dinámicas matemáticas resultantes forman un
sistema analógico del comportamiento real, presentando los resultados en forma de datos. Una
simulación puede tomar la forma de gráficas computarizadas que presentan procesos dinámicos
en una secuencia animada [Hattori-Hara y colaboradores, 2140].
En la investigación médica, es común tomar una muestra representativa del fenómeno que de
desea estudiar. Especialmente si éste es muy complejo. En el caso de las simulaciones, sucede
algo semejante, lo que se hace es implementar una representación simplificada del sistema o un
modelo que represente al fenómeno o sistema. Este modelo permite observar con más detalle y
hacer predicciones, dentro de un sistema controlado. Estudiando su papel en condiciones
alteradas de parámetros diferentes [Prendergast, 1997]. Esto permite la representación de
situaciones reales, que en ocasiones resultarían complicadas y hasta peligrosas.
Dentro de los métodos numéricos que permiten su utilización en Medicina, existe el análisis por
Elementos Finitos (AEF). El cual permite estimar la respuesta de un medio continuo ante
acciones externas, mediante la subdivisión del mismo en unidades elementales en las cuales se
plantean en forma débil las ecuaciones diferenciales que gobiernan el problema físico. Una vez
planteadas las ecuaciones diferenciales a nivel elemental, se ensamblan a nivel global,
cumpliendo con los requisitos de continuidad. Por último, el sistema matricial de ecuaciones
resultante se resuelve, teniendo en cuenta las condiciones de contorno y las cargas externas
[Brekelmans y asociados, 1972].
Los Métodos del Elemento Finito (MEF), fueron originalmente introducidos como un método
numérico para resolver problemas de Ingeniería, Física Matemática y Mecánica Estructural. Los
análisis por Elemento Finito (AEF) fueron rápidamente reconocidos como un procedimiento
general de aproximación numérica a todos los problemas físicos que pueden ser modelados por
una ecuación diferencial [Hattori-Hara y colaboradores, 2014].
Figura I.9.- Análisis numérico de restauración con resina en molar [Naranjo y asociados, 2007]
a) b)
El pronóstico de estos dientes y restaurados con elementos intrarradiculares está influenciado por
una variedad de parámetros tales como; el número de los dientes adyacentes, los contactos
oclusales, la posición del diente en el arco, el estado apical de la raíz, la degradación del colágeno
radicular, las relaciones intermoleculares en la dentina radicular, la cantidad del tejido duro
perdido, el grosor de la pared de la dentina coronal remanente, el tipo de restauración definitiva,
la presencia de un mínimo de dentina remanente de 1,5 a 2 mm para tener el efecto de férula y el
tipo de poste y material del muñón utilizados. Con base a esto, se afirma que la resistencia a la
fractura radicular en los dientes tratados endodónticamente está directamente relacionada con el
grosor de la dentina remanente. Por tanto debe ser muy bien evaluada, ya que esta influye en el
pronóstico favorable del diente [Barguil y cotrabajadores, 2008]. Esto hace suponer, que la
función de un endoposte era conferir al conducto radicular la fuerza y resistencia necesaria para
evitar que la raíz se fracturara, ya que el endoposte sustituía la dentina radicular perdida durante
el proceso de remosión de la pulpa de las paredes internas del conducto radicular. Con la
aplicación de las simulaciones, pudo corregirse ésta idea y conocer la función real del endoposte.
La cual, consiste en participar en el traslado y distribución de las fuerzas de masticación a las
áreas de soporte o zonas de contacto con el hueso alveolar y aportar la retención necesaria de la
restauración coronaria. Las simulaciones y el posterior análisis utilizando el MEF, ha permitido
evaluar y analizar la distribución de los esfuerzos (tensión, compresivos, cortantes y el
equivalente de von Mises). No solamente en los diferentes sistemas y materiales de endopostes y
la restauración coronaria. También ha sido posible hacerlo en los agentes cementantes de los
mismos [Orozco y colaboradores, 2011] (Figura I.12).
a)
b)
Diversos autores mediante experimentos in vitro, han demostrado la validez del Análisis por
Elementos Finitos como método de trabajo para predecir en forma aproximada el
comportamiento biomecánico-clínico de los elementos dentarios restaurados con endopostes.
Gracias a esto, se ha encontrado que las fallas más comunes en un diente que ha sido tratado
endodónticamente son, además de las fracturas de la raíz, la micro filtración, la avulsión por
decementación y la corrosión del material por desajuste del contorno de la restauración y que
todas ellas, pueden estar relacionada con la concentración y distribución de las fuerzas
masticatorias [Bessone y colaboradores, 2010].
Estos nuevos enfoques aplicados al análisis de las endopostes y sus restauraciones coronarias,
fueron retomados por la especialidad de prótesis y prostodoncia dental. Rama de la Odontología
encargada de la rehabilitación de la cavidad oral, mediante el reemplazo de las piezas dentarias
que se han perdido total o parcialmente por factores externos patológicos y/o no patológicos.
Estos reemplazos son las llamadas coronas y puentes. Los cuales son de distintos diseños y
materiales, desde metales hasta materiales cerámicos, vidrio y cristal. Los cuales pueden ser fijos.
Es decir van sobre la corona remanente del diente a rehabilitar y no pueden ser removidos por el
paciente (Prótesis fijas) o las que el paciente puede quitar y volver a colocar en boca (Prótesis
removible). De éstas últimas existen de material rígido, semirrígido y flexible (fabricados a base
de monómeros y polímeros plásticos). Estas estructuras deben sustituir la corona del órgano
dental y/o la que se sustituye, devolviéndoles su estética y función [Uddanwadiker, 2012]. Los
análisis y simulaciones, de dichas prótesis, son muy similares a los realizados en los endopostes,
son acerca de los esfuerzos y distribución de los mismos en las restauraciones coronales y su
relación con las fuerzas oclusales, con los distintos diseños y materiales. Lo que ha permitido el
desarrollo de nuevos y mejores tratamientos, que permiten mejorar la calidad de visa de los
pacientes (Figura I.13).
a) b)
Los órganos dentales son esenciales para desarrollar una vida normal. Su función principal es
iniciar el proceso nutricional, al triturar los alimentos y en conjunto con la lengua formar el bolo
alimenticio. Con lo cual, se inicia la digestión de los carbohidratos. También desempeñan un
papel social de suma importancia, ya que no sólo son cruciales para la fonación, sino también
para una expresión armoniosa de la cara.
Existen evidencias que el Hombre, desde sus inicios, se ocupó en el diseño y elaboración de
prótesis dentales para reponer dientes perdidos. Los hallazgos arqueológicos hablan de la
reposición no sólo en vivos, sino también en cadáveres, con la intención de embellecer el
recuerdo de la persona fallecida, utilizando los distintos materiales que encontraba a su alrededor.
Los cuáles deberían simular las propiedades que ellos observaban tenían los dientes. Inicialmente
utilizaban huesos y se han encontrado indicios de la implantación de piedras. Lo que ha hecho
suponer que, se tenía el conocimiento que se lograba una mejor retención de la prótesis,
introduciéndolas dentro de los procesos maxilares. Que solamente sobreponiéndolas a los dientes
remanentes. Muchos han sido los materiales utilizados a lo largo de la historia, con este fin, desde
la colocación de clavos, alambres, placas, raíces de plata, plomo, vidrio, etc. Ello habla de que los
procedimientos quirúrgicos, han acompañado a esta rehabilitación protésica. Los cuales, han ido
evolucionando en la constante necesidad de lograr rehabilitaciones más eficaces y satisfactorias
para los pacientes (Figura I.14).
a) b) c)
Figura I.14.- Prótesis bucales. a) Arreglo dental hallado en un entierro Etrusco. b) Prótesis para
sustituir dientes perdidos del año 700 a.c. c) Prótesis utilizada por George Washington
En este contexto, surgen los implantes dentales, opción terapéutica con la que se obtiene un
anclaje firme de los pónticos o prótesis al hueso y a los tejidos [Lemus y colaboradores, 2009].
Las especialidades que convergen en ésta nueva rama terapéutica son la prótesis dental y
Prostodoncia, Cirugía Bucal y Periodoncia (rama de la odontología que comprende la prevención,
el diagnóstico, el tratamiento y el pronóstico de los tejidos que rodean y soportan al diente,
denominados tejidos periodontales, así como su mantenimiento, función y estética). Un implante
dental es una pieza de biomaterial que se inserta en el hueso de la mandíbula, en pleno tejido óseo
o por debajo del periostio, para reemplazar la raíz de un diente, con la finalidad de conservar
dientes naturales o de reponer piezas dentarias ausentes (Figura I.15). La oseointegración es la
conexión firme, estable y duradera entre el implante dental y el tejido óseo formado a su
alrededor [Venegas y asociados, 2009].
Los implantes dentales, han sido muy utilizados en el tratamiento rehabilitador de los pacientes
parcial o completamente edentulos [Albrektsson y Wennerberg, 2005]. La tasa de éxito a largo
plazo de este tipo de tratamiento es extraordinariamente elevada, llegando incluso a un 96% en
algunas estadísticas. No obstante lo anterior, se han descrito fracasos a causa de diferentes
etiologías [Prados y colaboradores, 2013]. Inicialmente la mayoría de los trabajos de
investigación que se realizaron, fueron en torno a la idea, de que los fracasos estaban
relacionados con los abordajes quirúrgicos y el manejo clínico. Sin embrago, estudios in vitro,
contradecían estas premisas. Por lo que en los investigadores, se despertó el interés en estudiar el
comportamiento biomecánico del implante, su relación con el hueso y las fuerzas oclusales a las
que está sujeto. Dicho interés nace de las simulaciones y análisis que se realizaban en el área de
Ingeniería de los implantes dentales. Donde se establecía que esos trabajos podrían servir como
base para la elaboración de investigaciones más profundas. En donde se tuvieran en cuenta
aspectos como el refinamiento de la geometría, una aproximación más realista con respecto a los
porcentajes de oseointegración, valores de cargas fluctuantes, entre muchos otros. De esta forma,
se podrá tener un mejor entendimiento de los eventos que se encuentran presentes en este tipo de
tratamientos de rehabilitación oral y el estudio servirá como base para la toma de mejores
decisiones clínicas [Guerrero y cotrabajadores, 2011].
Figura I.16.- Análisis numérico en implante y hueso periimplantario [Sánchez y Gay, 2004]
Figura I.17.- La fractura del implante dental ocasiona el fracaso del tratamiento clínico
Por tanto, el diseño de los implantes en cuanto a geometría y materiales es algo que evoluciona
continuamente. Éstos ha sido modificado continuamente en los últimos años con el objetivo de
mejorar la osteointegración y facilitar los procedimientos clínicos. El diseño de los implantes es
importante desde el punto de vista de transmisión de carga, proceso de remodelado óseo y
estabilidad de hueso receptor [Uzcátegui y asociados, 2010].
Con el propósito de evaluar la idoneidad de cada diseño se deben realizar ensayos normalizados
de fatiga sobre los implantes. La norma utilizada a este fin, es la española [Asociación Española
de Normalización y Certificación, 2008.]. En ella se dice, que hay que realizar una serie de
ensayos de fatiga con distintos niveles de carga, cada vez de menor valor hasta conseguir que en
un mismo nivel de carga haya tres ensayos de duración superior a 5 millones. Evidentemente,
obtener esta curva requiere mucho tiempo y dinero. De ahí viene el interés de aplicar modelos y
simulaciones que permitan la predicción de vida, con el objetivo de intentar mejorar el diseño sin
recurrir a tantos ensayos [Ayllón y cotrabajadores, 2011].
Los implantes dentales se han utilizado ampliamente en la rehabilitación oral para reemplazar la
pérdida o daños parciales de dientes naturales. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que, un
implante artificial no puede funcionar como los tejidos vivos que sustituye. El biomaterial ideal
para el uso en implantes dentales debe satisfacer, al mismo tiempo, una serie de requisitos tales
como la biocompatibilidad, resistencia por tensión máxima y por fatiga, no toxicidad, resistencia
a la corrosión y a veces la estética [Yang y Xiang, 2007]. El implante dental está constituido por;
Un pilar, un tornillo, el implante propiamente dicho y el hueso en su tipo cortical y esponjoso
(Figura I.18). El pilar se une al implante por un tornillo, que a su vez se une al implante aplicando
un par de apriete, el cual fija el conjunto.
Tornillo
Pilar protésico
o abutment
Implante
La fuerza aplicada entre el tornillo y el implante se llama precarga [Lang y asociados, 2003]. Por
lo que cada estructura debe ser analizada en forma individual y en conjunto. Mediante el análisis
por elementos finitos es posible hacerlo. Simulando diferentes situaciones clínicas, para cada
parte y evaluar en conjunto la mejor opción desde un punto de vista biomecánico. Esto ha
permitido encontrar que la distribución de esfuerzos altos en el hueso, puede inhibir la
osteointegración, inducir la formación de una capa fibrosa, provocar la pérdida de hueso y
finalmente, aumentar el riesgo de pérdida de implantes [Anitua y Orive, 2008].
En cuanto a la geometría del implante, los parámetros de diseño que afectan principalmente a las
características de transferencia de carga (las distribuciones de tensión en el hueso) incluyen el
diámetro del implante, el paso de la rosca, la forma y la profundidad del mismo. [Garitaonaindia
y Alcaraz, 2010]. Como el desarrollo de los implantes es un área de constante innovación, en los
últimos años se han diseñado muchos tipos de implantes, con distintos tamaños, formas,
materiales y superficies. En cualquier caso, para analizar la eficacia y fiabilidad de los implantes
endoóseos, revelando los posibles riesgos de fracaso de los implantes, es imprescindible el
análisis de la tensión en las interacciones mecánicas entre el hueso y el implante [Baggi y
cotrabajadores, 2008]. Por ejemplo, antes de las simulaciones y los análisis por elemento finito,
se asumía que la longitud de los implantes era determinante para el éxito de éstos y que por tanto,
las mayores tasas de fracaso, se presentaban cuando se empleaban implantes cortos [Cabello y
colaboradores, 2005]. Actualmente pudo evaluarse esta premisa, se ha encontrado que existen
publicaciones donde se analiza el comportamiento de los implantes cortos (menos de 8 mm) y se
ha demostrado que existen porcentajes de éxito muy elevados y comparables con los de los
implantes estándar [Sahabi y asociados, 2013], ya que se ha demostrado que las fuerzas van a
actuar sobre las prótesis y los implantes. Por ello es importante conocer sus propiedades,
dirección, frecuencia y la magnitud de las mismas. Independientemente de la dimensión del
implante. Desde el punto de vista clínico, el conocimiento de cómo las fuerzas normales o
excesivas pueden producir sobrecarga, es fundamental la elaboración del plan de tratamiento
implantológico.
En resumen, las fuerzas oclusales afectan al hueso que rodea a los implantes, generando un estrés
mecánico que puede tener consecuencias negativas para la oseointegración. Se recomienda, por
tanto, un control de las cargas trasmitidas al hueso y un control de micro movimientos dentro de
la llamada zona de carga fisiológica que va a mejorar la remodelación ósea permitiendo una
adaptación de la estructura ósea a la carga. Para ello parece posible actuar a dos niveles; a nivel
de la prótesis (materiales de restauración, diseño protésico, pilares, patrón oclusal y distribución
de los implantes) y de los implantes (diseño, superficie, diámetro y longitud), que a través de la
restauración van a recibir las fuerzas oclusales [Gelvez y colaboradores 2013] mismos que son
factibles de reproducir en simulaciones numéricas.
Por último la Ortodoncia, rama de la Odontología que se encarga de la morfología cráneo-facial y
bucal, en sus diferentes etapas de crecimiento y desarrollo. Así como del conocimiento,
prevención y corrección de las desviaciones de dicha morfología y funciones normales, es una de
las especialidades en la que la Biomecánica es fundamental. Es mediante ella que es posible que
la Ortodoncia tenga campo de acción, ya que sus dogmas y principios se basan en la Física y la
Mecánica, en las estructuras de los seres vivos. La Biomecánica es aplicable a cualquier tipo de
movimiento, el movimiento está involucrado en Ortodoncia. Por lo que la Biomecánica en
Ortodoncia es de importancia (Figura I.19).
La armonía entre los componentes del sistema estomatognático, permite su correcto movimiento.
Por tanto, su funcionamiento, situación en la que la Ortodoncia participa activamente. El corregir,
devolver o mantener dichas condiciones, es en gran medida, el objetivo de ésta especialidad. Los
principales movimientos que se aplican en la práctica de la Ortodoncia son la inclinación, la
rotación y la translación, de los órganos dentales. Lo que ha sido motivo de continua
investigación, ya que se observó que cada uno de ellos producía cambios sobre el tejido de
soporte. Dicha investigación, de cómo las fuerza ortodóncicas afectan al movimiento dental. Así
como las tensiones generadas en el diente, ligamento periodontal y el hueso alveolar, han sido
estudiadas utilizando diversos métodos clínicos, modelos experimentales y estudios histológicos
los cuales presentan serias limitaciones, ya que los datos obtenidos son producto de análisis
estáticos bidimensionales, y no se adecuan al fenómeno dinámico involucrado, las cuales han
podido ser superadas con el uso de las simulaciones y análisis por elementos finitos, los cuales
permiten visualizar la dinámica de un modelo sometido a fuerzas diversas [Marañón y asociados,
1997].
Una de las mejoras más deseables en Ortodoncia, es la predicción exacta de los efectos que se
obtienen al reactivar una Mecánica Ortodoncia determinada. Hay algunas técnicas que han
resultado prometedoras en éste campo. Desde el punto de vista biomecánico, la utilización de
técnicas basadas en modelos matemáticos con el MEF, han demostrado resultados más que
notables [Puente y colaboradores, 1996] (Figura I.20). Las tensiones iniciales inducidas sobre las
estructuras dentales y de soporte tras ser aplicadas diversas maniobras ortodóncicas, han sido
calculadas y descritas mediante éstos.
Hoy en día, cada vez más frecuentemente, los Ortodoncistas se ven en la necesidad de
proporcionar tratamiento a pacientes con enfermedad periodontal y pérdida de hueso de soporte.
En estos casos, el comportamiento mecánico del diente, ligamento periodontal y hueso de
soporte, difiere de los casos sin pérdidas óseas [de Carlos y colaboradores, 1999]. A
consecuencia de la enfermedad periodontal y la pérdida de soporte óseo, se modifica el centro e
resistencia de los dientes. Por lo cual se hace necesario modificar la intensidad y el punto de
aplicación de la fuerza para obtener el mismo movimiento que en un diente periodontalmente
sano (Figura I.21).
Figura I.21.- Análisis y simulación en tratamiento ortodóncico en paciente con pérdida ósea
[Fajardo y cotrabajadores, 2012]
Esta situación es fundamental para la elección de la técnica adecuada para cada paciente. El
análisis por MEF permite evaluar la respuesta del ligamiento periodontal en dientes con
periodonto disminuido. Por lo que se ha aplicado a los distintos sistemas y técnicas en ortodoncia
(MBT, Roth, Damon, etc.). El MEF en ortodoncia, también se utiliza para determinar patrones de
desplazamiento inicial en dientes con diversas longitudes de raíz y diferentes alturas de hueso
alveolar, encontrando que el desplazamiento dental después de aplicar una fuerza ortodóncica, se
incrementa inversamente con la longitud de la raíz rodeada por una la altura de hueso alveolar
determinada (Figura I.22).
Figura I.22.- Análisis numérico con la técnica Damon [Fajardo y colaboradores, 2012]
a) b)
I.6.- Sumario
En el presente capítulo, se hace una semblanza acerca de la investigación que se realiza en el área
de la Odontología, de manera independiente de las áreas de la Medicina y de las ciencias de la
salud. Su situación actual en México y su desarrollo con la implementación de las simulaciones
numéricas. A su vez, se menciona cómo se ha utilizado las modelaciones, simulaciones y análisis
por medio del Método del Elemento Finito, en las distintas especialidades de esta rama de la
Medicina.
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