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I.1.

- Introducción
La investigación en el área de la Odontología presenta considerables progresos. Lo cual se debe
en gran medida a la inclusión de nuevos campos de estudio, que tradicionalmente no eran
considerados como parte del área médica. Con los cuales se busca proveer con los medios
necesarios de aproximación a la explicación de problemas de salud del Sistema Estomatognático
(SE) y su consecuente propuesta de tratamiento. Estomatognático proviene del griego stoma
(cavidad bucal) y gnathos (maxilares o mandíbula). Se define como la unidad morfofuncional
ubicada en la región craneofacial. Durante un largo tiempo, el Sistema Estomatognático fue
llamado Sistema Masticatorio.
Todas sus estructuras conforman un sistema ortopédico complejo. Sus componentes se
interrelacionan e integran de forma organizada y sincronizada. Que en conjunción con el sistema
nervioso, realiza funciones primarias (masticación, insalivación, deglución, fonoarticulación) y
secundarias (respiración, estética, postura, gusto).
El SE tiene la capacidad de reestructurarse continua y automáticamente, para lograr adaptarse a
los cambios ambientales. Cuando existen defectos estructurales en los componentes, una mala
integración de los aportes propioceptivos o las fuerzas excesivas sobrepasan la capacidad
adaptativa del sistema, se producen estímulos que ocasionan que el sistema responda. Si los
estímulos son temporales o son rápidamente removidos, no ocurren mayores consecuencias. Si se
vuelven crónicos, sobrevienen reacciones del mismo para contrarrestar los agentes externos que
lo afectan, hasta lograra nuevamente el equilibrio que puede llevar a situaciones de homeostasis o
patológicos, según sea el estímulo. Esto se debe a que no es un sistema estático, sino por lo
contrario, es un sistema dinámico en constante cambio y renovación.

I.2.- Antecedentes sobre la investigación en Odontología


El surgimiento de la investigación en Odontología, como disciplina independiente de la Medicina
y otras áreas del campo de las Ciencias de la Salud, es relativamente reciente. En el año de 1948,
surge en Estados Unidos, el Instituto Nacional de Investigación Dental. Es el primer organismo
fundado exclusivamente para regular la investigación dental. Diez años más tarde, se implementa
la Asociación Internacional de Investigación Dental (IADR) y la Asociación Americana de
Investigación Dental (AADR) (Figura I.1). Tiempo después, muchos movimientos de éste tipo
aparecen en Europa y América Latina [Cuevas y Zamarripa, 2011]. Esencialmente, son los países
desarrollados, dadas sus condiciones de salud a nivel poblacional, sus sistemas de atención, los
recursos destinados hacia la investigación y las condiciones para realizarla, quienes son punta de
lanza en éste campo [Lara y colaboradores, 2011], situaciones que difieren de las que privan en
países como México, dejando a todas luces por qué las condiciones de la investigación
odontológica en América Latina, en comparación con Estados Unidos y Europa, son distintas.

Figura I.1.- Logos de las asociaciones de investigación en Odontología

Con base en lo anterior, puede generarse la idea que son únicamente las condiciones económicas
las que permiten o no el desarrollo de la investigación Odontológica. Sin embargo, cabe
puntualizar que al hablar de recursos y condiciones necesarias, se hace referencia a la
infraestructura que va más allá de solo el aspecto económico, se habla de instrumentos que
permitan dicho desarrollo. Como son la educación, el fomento a la investigación y la capacitación
para utilizar las herramientas y metodologías de la investigación.

Luis Felipe Abreu propone en su artículo Investigación Práctica y Clínica que en el mundo
moderno, el sillón odontológico debe estar junto al laboratorio de investigación [Abreu, 2005].
Al mismo tiempo comenta que aunque se puede pensar que la relación entre formación
profesional e investigación científica, en el área de la salud, se produce de manera natural. Tal
relación no es simple y mucho menos espontánea. Sólo cuando se cultiva deliberadamente rinde
frutos y de ésta manera es posible que ambos procesos manifiesten metas compartidas. Si se
sigue ésta conceptualización, se da por hecho que la formación del Odontólogo dentro de las
instituciones de educación superior está basada en evidencias científica.

Por lo que de ésta forma las escuelas y facultades están en constante actualización de sus planes
y programas, e impulsan el pensamiento y la actividad científica tanto de los alumnos como de
los profesores. La producción de conocimientos es punto clave para asegurar la eficacia y la
calidad de la atención a la salud bucal y una formación y actualización de los profesionales
adecuada y pertinente. Además de cumplir su función instrumental, que es la de solucionar
problemas e implementar tecnologías. La investigación científica, en cualquier campo del
conocimiento, conduce al desarrollo del pensamiento crítico. El cual es deseable y que forme
parte de la cultura de una sociedad [Vilches, 2010].

La necesidad de contar con resultados de investigación odontológica propia, es un tema de gran


importancia ya que las decisiones que toman los profesionales para fundamentar su práctica,
deben orientarse hacia ofrecer atención con la calidad y la técnica necesaria que asegure el
balance positivo entre los beneficios versus los riesgos de cualquier tratamiento [Donabedian,
1996].

Desafortunadamente, si se toma en cuenta el sistema educativo en el país, la realidad es otra. En


la mayoría de escuelas y facultades de Odontología, la investigación no es la base de la formación
profesional. Lo cual limita el avance del conocimiento de los problemas de salud bucal [López y
Lara, 2006].

Una explicación más amplia, es la que menciona José Narro Robles, quien señala que el actual
modelo económico que se tiene, determina fuertemente el quehacer universitario. Por lo tanto, el
gasto público y los recursos asignados a la educación y a la investigación son insuficientes; La
única manera de salir adelante es con mayor investigación pero aplicada, no hay un paso
automático entre la generación del conocimiento propio y su aplicación, obviamente tenemos
primero que generar un conocimiento propio. Entonces, realmente, no hemos tenido en el caso
de la investigación, una política de Estado y una política institucional que defina qué papel va a
jugar la investigación en la construcción del proyecto de nación que enfrente los graves rezagos
nacionales, sus grandes problemas los resuelva y nos alcance en un nuevo papel frente a la
división internacional del trabajo y en la globalización [Marúm, 2010]. No obstante, la
productividad científica Odontológica en México, proviene principalmente de las universidades
públicas (Tabla I.1).
Tabla I.1.- Frecuencia de publicaciones por institución [Lara y colaboradores 2011]

Dependencia Número de publicaciones


Universidad Nacional Autónoma de México (CU) 216
Universidad Autónoma Metropolitana (Xochimilco) 97
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla 68
Universidad Nacional Autónoma de México (FES Iztacala) 36
Universidad Autónoma de San Luis Potosí 30
Universidad Nacional Autónoma de México (FES Zaragoza) 28
Universidad La Salle del Bajío 24
Universidad Tecnológica de México 18
Universidad Autónoma de Campeche 14
Universidad Autónoma de Tlaxcala 13
Universidad Autónoma de Zacatecas 7
Heroico Colegio Militar 7
Universidad Intercontinental 5
Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía (I. P. N.) 4
Universidad Autónoma del Estado de México 4
Otras instituciones con menos de 4 publicaciones 79
Total 650

La Tabla I.1 muestra los datos obtenidos a lo largo de siete años de publicaciones. Donde
únicamente se realizaron un total de 650 artículos científicos del área. En comparativa con
universidades de países de primer mundo, México se encuentra muy por debajo del número de
publicaciones al que llegan a realizarse en solo un mes en dichas universidades [García y
asociados, 2010]. Dejando muy en claro que en México aún son pocos los investigadores en esta
área de conocimiento y aún menor es el número de Odontólogos con actividad de investigación.
Lo cual puede tener su origen en tres situaciones; dos de ellas ya analizadas anteriormente. La
primera, los estudios de licenciatura no fomentan, ni inculcan las habilidades y la cultura
científica. No existe una cultura científica en el ámbito odontológico, lo que genera falta de
interés por esta disciplina, ocasionando que a la práctica odontológica carezca de carácter
científico. Es decir, el Cirujano Dentista no considera como parte de su actualización profesional,
la consulta a base de datos mundiales y la lectura de artículos de revistas especializadas. La
segunda, los recursos financieros no son suficientes para llevar a cabo investigación. Por último,
la tercera, los paradigmas existentes sobre la investigación en las áreas de Ciencias de la Salud,
que no consideran la apertura a utilizar y auxiliarse de otras áreas que no se consideran parte del
área médica. Por tanto, el Investigador Médico carece de las competencias en dichas áreas. Las
cuales pueden coadyuvar a la generación del nuevo conocimiento científico. En éste caso, en la
Odontología, las cuales es posible sean más apropiado al contexto de nuestro país, situación que
se explicará a continuación.

Los paradigmas bajo los cuales se rige la investigación en las áreas de Ciencias de la Salud, han
ocasionado que en el área médica y en cualquiera de sus disciplinas, incluyendo la Odontología,
existan controversias. Una de éstas controversias, se debe a que se considera que la investigación
y la práctica clínica son independientes una de la otra. Considera que al investigar, se buscan
resultados que puedan generalizarse. Mientras que la práctica clínica a su vez, intenta resolver
situaciones particulares. Se tiene establecido que el investigador debe simplificar los procesos,
contando con sólo dos variables; una independiente y otra dependiente, eliminando
deliberadamente otras variables que no le permite la generalización de los resultados. Así que
intenta controlarlas en el laboratorio o utilizando criterios de inclusión y exclusión. Si bien estas
situaciones es posible conceptualizarlas, en el estricto proceso de una investigación como lo
correcto, en las disciplinas médicas dista de ser una realidad, dado que las variables existentes
son numerosas. Lo que deja al descubierto la controversia mencionada, el Clínico al atender a los
pacientes no puede, ni debe aplicar criterios de exclusión y debe tomar en cuenta sus múltiples
variables y circunstancias. Cuando la investigación presenta sus resultados generalizados, es
difícil aplicarlos a los criterios y circunstancias no generalizados de los pacientes. Derivado de esto
surge una controversia más, la Ética dentro de la investigación en Medicina, que también puede aplicarse
en la investigación odontológica. Esto es, aunque el liberarse del contexto de los pacientes en la
investigación, no es lo adecuado, la investigación seguirá siendo en torno a ellos, en los pacientes, en
seres humanos. En toda investigación médica, hay un conflicto entre los derechos de los individuos y lo
que aparecerá como aportes en beneficio para la sociedad (Figura I.2). La investigación médica tiene
como una de sus condicionantes, evitar en lo máximo cualquier daño a los participantes, no es una
justificación el correr riesgo en aras de los resultados de una investigación y los beneficios que podría
aportar.

Figura I.2.- La ambivalencia de la investigación médica

Cuando se trata de la investigación intervencional, es decir, el tipo de investigación médica donde


un tratamiento es cambiado o implantado de una forma en que se espera pueda traer beneficios en
aquellas personas donde es aplicado. Los estándares éticos son más estrictos. En este tipo de
estudios, no sólo existe riesgo de violar la privacidad, sino también existe el riesgo de atentar
contra el bienestar de los individuos participantes [Haider y Lasker, 2014]. Otro requisito
fundamental, es el de obtener el libre consentimiento informado de los participantes del estudio y
así poder solventar este requisito. Además de que se debe de proporcionar a los pacientes toda la
información sobre potenciales riesgos y ventajas del estudio. Con ello se permite que sean los
mismos pacientes los que decidan participar o no en un estudio. Pero dicha decisión es posible
que sea no totalmente libre, ya que debemos de tomar en cuenta que los pacientes siempre
tienden a estar de acuerdo con lo que el investigador sugiere. Esto significa que los
investigadores deben ser conscientes de ésta situación, al momento de exponer a pacientes a
riesgos innecesarios, aun cuando se cuente con su consentimiento [Ellen y Singleton, 2008]. Sea
cual fuere el tipo de investigación a realizar, los estándares éticos que gobiernan la realización de
un estudio deben incluir un análisis minucioso de los riesgos y beneficios que puede traer consigo
dicho estudio. Otros aspectos muy relevantes y que causan polémica dentro del contexto, son los
relativos a la presentación de resultados y publicación de los mismos, conflictos de interés,
relación entre el investigador, el clínico y las industrias relacionadas, y la integridad en sí, de la
investigación [Torres, 2006].
Es por ello que para la investigación médica de hoy, resulta indispensable establecer relaciones
entre las ciencias básicas, como son la Física y las Matemáticas, con las Ciencias Biológicas y la
Clínica. Con el fin de encontrar nuevas rutas para su desarrollo, dando solución a las condiciones
y controversias que de ella se suscitan. De ésta forma los investigadores básicos podrán abordar
procesos complejos que lleven a la resolución de problemas clínicos, que por necesidad manejan
múltiples variables. A su vez, los clínicos podrán volverse investigadores, al conocer y manejar
los principios de las ciencias básicas. El investigador aislado y encasillado está llegando a su fin,
la multi-disciplinalidad y la inter-disciplinalidad son el futuro [Fiehn, 2002]. Por su parte los
Clínicos no pueden continuar su trabajo sin considerar los avances de las nuevas ciencias
biológicas, como la Genómica, la Biología Molecular, la Ingeniería de Tejidos o la
Nanotecnología.

La preparación de los nuevos Odontólogos demanda un mayor componente científico en éstas


áreas. El factor seres humanos como especímenes de la investigación médica, podrá ser atenuado
mediante la modificación de la metodología de la investigación médica, cuando ésta incluya la
simulación de los procesos biológicos con sus múltiples variables (Figura I.3). La simulación de
los procesos biológicos sólo pueden realizarse con la ayuda del supercómputo, Bioinformática,
Biomatemáticas, Ingeniería Mecánica e Ingeniería de Circuitos [Hasty y colaboradores, 2002].

Esta situación rompe con el enfoque sistemático dominante en la ciencia Biológica


tradicionalista. Donde solo son utilizadas las ciencias y conocimientos de la Biología clásica, para
considerar otros dominios de la Ciencia, donde las formas de organizar la investigación cambian.
Se transita del investigador aislado en su laboratorio, con dos auxiliares y un técnico, hacia
grupos de investigación multidisciplinarios orientados por problemas, más no por áreas del
conocimiento. El reto es traducir la investigación básica en resultados clínicos y realizar
investigación clínica orientada por el uso de ciencias básicas no puramente biológicas.
Figura I.3.- La simulación numérica permite infinidad de variables, con un número reducido de
especímenes

En los próximos años la clínica odontológica actual sufrirá una rápida transformación, la nueva
Biología repercutirá en la detección de riesgos genéticos y factores ambientales, existirán nuevas
formas de reparación como los nanomateriales y sobre todo la Ingeniería de Tejidos. Hoy se
realizan implantes, mañana se podrán producir piezas dentales a partir de tejido autólogo. La
Odontología cobrará un papel decisivo en la prevención y manejo de padecimientos sistémicos
[Collins y colaboradores, 2003]. Para ello, la Odontología debe contar con investigadores
dotados en competencias en las áreas de Biología Física, Biomatemáticas, Biomecánica, Diseño
Computacional, etc. Además de las propias ciencias biológicas básicas, que les permitan una
nueva visión del futuro de la investigación en Odontología.

I.3.- La interidisciplinidad en la investigación médica


La investigación de tipo experimental en seres vivos, como ya se mencionó, afronta múltiples
obstáculos. Además de los problemas éticos implícitos, se encuentra la manipulación propia de
los tejidos, muestras e individuos. Así como, problemas técnicos inherentes a las complejas
interacciones que se desarrollan, en y entre sus subsistemas, a las diversas formas en que son
reguladas sus respuestas por factores extrínsecos y sus múltiples variables. La propuesta de
solución a estas situaciones, es el trabajo interdisciplinario enfocado a la investigación biológica.
El cual, ha permitido la implementación de herramientas de uso habitual en la Ingeniería y el
Diseño, las cuales a su vez, proporcionan nuevas respuestas con técnicas de modelación y
simulación computacional en sistemas biológicos. Estas herramienta permiten realizar pruebas
con resultados comprobables a los obtenidos por otros métodos de investigación médica clásica
[Peláez y Mejía, 2000].

La principal herramienta de la medicina ha sido la Biología. Mediante las ciencias biológicas, la


Medicina ha logrado explicar el comportamiento de células, tejidos y órganos [Hanaley,
2008]. Sin embargo, desde siglos atrás, la Física y la Ingeniería han estado en constante contacto
con la Medicina a través de importantes científicos, como Galileo Galilei, quien estudió el ritmo
cardiaco, Newton, cuyos hallazgos permitieron entender la formación de imágenes en el fondo de
la retina de los ojos de cualquier animal (óptica) y cómo funciona el cuerpo de cualquier animal
(biomecánica), entre otros. Un objetivo fundamental de los investigadores Médicos y los
Clínicos, es desarrollar un elevado grado de conocimiento para entender las patologías con mayor
precisión y por tanto mejorar los tratamientos a dichas patologías [Lengyel y Epstein, 2007]. En
gran medida, se ha logrado a través de la ayuda y participación de diferentes áreas de la Física,
Ingeniería y Biología, ya que permiten estudiar a profundidad un fenómeno físico que se presenta
de manera habitual en un sistema, órgano o tejido [Landinez y cotrabajadores, 1999].

En particular, la Mecánica clásica y la Ingeniería Mecánica han establecido vínculos indisolubles


en áreas médicas como la Ortopedia y la Traumatología [Sánchez, 2007], la prótesis y
rehabilitación bucal, la Ortodoncia, la Cirugía Maxilofacial y la Implantología Oral (Figura I.4).
Esto ha sido posible gracias a la interrelación de ambas áreas, Medicina e Ingeniería, aportando
cada una el fundamento teórico que complementa a la otra. Es decir, a un tejido biológico como
lo es el tejido óseo, por su parte, la Ingeniería Mecánica se encarga de estudiar su
comportamiento como material, participa en el diseño de nuevos materiales sustitutos, estudia la
cinemática del movimiento del esqueleto, entre otras aplicaciones [Yaszemski y asociados, 1995].
Además, la mecánica del continuo ha estudiado el comportamiento de cada pieza del esqueleto
ante fuerzas externas, restricciones mecánicas y posibles lesiones [Prendergast, 1997].
Figura I.4.- La interacción de la Ingeniería con las distintas ramas de la Medicina

De ésta forma se establecerán los puentes de conocimiento, que lo vinculan a la Medicina y a la


solución de problemas desde el punto de vista médico. Por ejemplo, cuando se generan lesiones
importantes en los huesos, como puede ser una fractura, el Diseñador y el Ingeniero en conjunto
con el cuerpo médico, establecen las posibles soluciones, que son denominadas, prótesis
(exógenas y endógenas) y que requieren de un estudio formal de ingeniería [Lizarbe, 2007]. Por
tanto, el objetivo de esta conjugación es elevar la calidad de vida de quien padece lesiones óseas.
Por lo que se requiere entonces, de un grupo multidisciplinario cuyo objetivo es la búsqueda de
mejores tratamientos y desarrollar prótesis funcionales y estéticas. De éste modo la Ingeniería
cambia su visión de un simple material, a un material cuyo comportamiento es dinámico y lleno
de variables. Es por ello que dicha interacción y vinculación, rápidamente se ramificaron en otras
tantas especialidades médicas como lo es la Odontología [Hernández, 2004].

Como consecuencia lógica, la Ingeniería Mecánica y la Medicina, en especial la Ortopedia y la


Rehabilitación, desarrollaron la Biomecánica [Garzón-Alvarado, 2009]. Esta rama del
conocimiento tiene como función la aplicación de la metodología, Filosofía y conocimiento de la
Ingeniería Mecánica en la Medicina, con el objetivo de responder preguntas y hallar soluciones a
problemas médicos y biológicos que involucran el conocimiento de la Mecánica, la Geometría y
las propiedades de los Materiales. Con la Biomecánica se iniciaron estudios interdisciplinarios
sobre el comportamiento de los tejidos y órganos ante cargas externas, se realizaron análisis de
esfuerzo-deformación y su relación con la geometría, las restricciones y las cargas. Estos
estudios, se hicieron, inicialmente, de forma analítica, pero rápidamente, con el desarrollo de los
sistemas computacionales, se lograron hacer modelos más sofisticados con ayuda de la Mecánica
de Medios Continuos e Ingeniería Estructural. De manera que la Biomecánica, cuenta con dos
grandes ramas; la Biomecánica Experimental y la Computacional [Doblaré, 2009].

En un principio, los tejidos eran modelados como materiales con un comportamiento


característico y único en el transcurso de la simulación. Este tipo de acercamiento es típico de la
Ingeniería, donde se requiere conocer el estado de esfuerzos y deformaciones en un instante en el
tiempo. Conforme se desarrollaban nuevas tecnologías computacionales y surgían problemas más
complejos en la Medicina, aparecieron nuevas preguntas de investigación. Especialmente, sobre
la respuesta que tiene un tejido ante las cargas mecánicas externas [Rincón, 2009]. Por tanto, la
Biomecánica computacional cambió su estructura tradicionalista de estudiar solo el
comportamiento mecánico del material, para incluir la respuesta del tejido durante el proceso. Por
lo cual, requería del conocimiento de la respuesta celular y del tejido ante estímulos externos. Es
decir, requería de la Biología.

Aunque la simulación numérica en la investigación Médica y Odontológica, es de relativamente


reciente desarrollo. Su uso ha permitido obtener datos importantes acerca del comportamiento
biológico, mecánico y químico de órganos y tejidos, utilizando la formalización matemática y la
consiguiente simulación numérica de procesos biológicos muy complejos. Distintos problemas de
Medicina relacionados con la cirugía, el trauma y la rehabilitación han sido identificados,
conceptualizados y sistemáticamente resueltos numéricamente, disminuyendo con esto costos,
cuestiones éticas, el número de individuos en la investigación o definitivamente, prescindiendo
de ellos.

I.4.- La simulación numérica en la investigación médica


El término simulación por computadora se refiere, al uso de la computadora para representar
respuestas dinámicas de un sistema desarrollado a partir de otro, que ha sido modelado en base a
éste. La simulación utiliza una descripción matemática o un modelo, de un sistema real, en forma
de un programa de computadora (Figura I.5).
Figura I.5.- Simulación mediante Mecánica de Fluidos computacionales en un paciente con
coartación de la aorta residual

Este modelo está compuesto por ecuaciones que duplican las relaciones funcionales dentro de un
sistema real. Cuando el programa se ejecuta, las dinámicas matemáticas resultantes forman un
sistema analógico del comportamiento real, presentando los resultados en forma de datos. Una
simulación puede tomar la forma de gráficas computarizadas que presentan procesos dinámicos
en una secuencia animada [Hattori-Hara y colaboradores, 2140].

En la investigación médica, es común tomar una muestra representativa del fenómeno que de
desea estudiar. Especialmente si éste es muy complejo. En el caso de las simulaciones, sucede
algo semejante, lo que se hace es implementar una representación simplificada del sistema o un
modelo que represente al fenómeno o sistema. Este modelo permite observar con más detalle y
hacer predicciones, dentro de un sistema controlado. Estudiando su papel en condiciones
alteradas de parámetros diferentes [Prendergast, 1997]. Esto permite la representación de
situaciones reales, que en ocasiones resultarían complicadas y hasta peligrosas.

La investigación con ayuda de la simulación numérica, se ha realizado para prácticamente toda la


anatomía y fisiología del cuerpo humano; Biomecánica del aparato músculo-esquelético, del
sistema respiratorio, circulatorio, endócrino, nervioso, sensopersceptual, estomatognático, etc.
Para el análisis de la historia natural de la enfermedad, como es el caso del crecimiento de
tumores, así como la lisis y la génesis celular en la remodelación ósea, mediante la
mecanobiología. La relevancia que tiene este auxiliar es la posibilidad de evaluar y mejorar los
tratamientos a los padecimientos analizados, las consecuencias de los accidentes por impacto
(accidentes de tráfico) en diferentes partes del cuerpo (cabeza, rodillas, mandíbula, etc.) y el
desarrollo de nuevas terapéuticas. De ésta forma, el diseño de modelos del cuerpo humano, queda
dividido básicamente en tres niveles. El primer nivel es geométrico, su objetivo es la descripción
digital de la anatomía, la cual es adquirida a través de imagenología médica digital (Tomografía
Axial Computarizada, radiografías, resonancia magnética, etc.). El segundo nivel es físico, por lo
que busca la modelización biomecánica de los diferentes tejidos u órganos (vasos sanguíneos,
músculos, huesos, etc.). El tercer nivel es fisiológico y tiene que ver con la modelización de las
funciones de los más importantes sistemas de soporte vital (cardiovascular, respiratorio,
digestivo, muscular, etc.) o algún metabolismo patológico (evolución de un tumor, de una
inflamación, etc.) [Viaño y cotrabajadores, 2007].

Dentro de los métodos numéricos que permiten su utilización en Medicina, existe el análisis por
Elementos Finitos (AEF). El cual permite estimar la respuesta de un medio continuo ante
acciones externas, mediante la subdivisión del mismo en unidades elementales en las cuales se
plantean en forma débil las ecuaciones diferenciales que gobiernan el problema físico. Una vez
planteadas las ecuaciones diferenciales a nivel elemental, se ensamblan a nivel global,
cumpliendo con los requisitos de continuidad. Por último, el sistema matricial de ecuaciones
resultante se resuelve, teniendo en cuenta las condiciones de contorno y las cargas externas
[Brekelmans y asociados, 1972].

Los Métodos del Elemento Finito (MEF), fueron originalmente introducidos como un método
numérico para resolver problemas de Ingeniería, Física Matemática y Mecánica Estructural. Los
análisis por Elemento Finito (AEF) fueron rápidamente reconocidos como un procedimiento
general de aproximación numérica a todos los problemas físicos que pueden ser modelados por
una ecuación diferencial [Hattori-Hara y colaboradores, 2014].

Un problema que es resuelto por el MEF, deriva de la formulación de un sistema de ecuaciones


algebraicas simultaneas. Las cuales producen valores aproximados de las incógnitas en números
discretos de puntos en el continuo. De esta forma, el modelado de un cuerpo se lleva a cabo
mediante su división en unidades o cuerpos más pequeños llamados elementos finitos. Los cuales
se encuentran interconectados en puntos comunes o nodos, y /o condiciones de contorno y/o
superficies. Este proceso es denominado discretización [Duarte y Fernández, 2005]. De esta
forma, en lugar de resolver el problema para todo el cuerpo en una sola operación, las ecuaciones
se formulan para cada elemento finito y se combinan para obtener la solución del todo el cuerpo
(Figura I.6). Esto es particularmente útil para estructuras con una inherente homogeneidad del
material y las formas complicadas, tales como las células, tejidos y órganos, del cuerpo humano y
sus estructuras relacionadas.

Figura I.6.- Discretización de huesos tarsianos y metatarsianos del pie

I.5.- La simulación numérica en Odontología


La simulación numérica y la modelización permiten un mejor conocimiento de ciertos fenómenos
en Odontología. Como son los procesos biomecánicos en la mandíbula humana (Figura I.7), la
articulación Teporomandibular (ATM) y de los órganos dentales, fisiología de los mismos,
patologías y del comportamiento de algunos dispositivos terapéuticos. La simulación numérica en
Odontología comienza a principios de los años 90´s y desde entonces, el número de trabajos ha
ido en aumento. Hoy en día, en las publicaciones médicas especializadas, es interesante observar
el número de presentaciones y artículos relacionados con la simulación en ésta área. Así como,
existe mayor presencia de éstos temas en congresos de Ingeniería Biomédica y Biomecánica
[Viaño y colaboradores, 2007]. La Odontología en sus distintas especialidades, han hecho uso de
la simulación numérica, desde situaciones tan básicas, como lo es la modelación anatómica y la
posterior simulación fisiológica, de las distintas estructuras del sistema Estomatognático.
Específicamente las simulaciones de la ATM, han cobrado gran importancia, ya que gracias a
ellas, se han identificado disfunciones y su consecuente patología. Las cuales se encuentran en
íntima relación con la inestabilidad mecánica y el movimiento irregular de sus componentes
biomecánicos [Pérez del Palomar y asociados, 2003]. A la par de su posible terapéutica y en
algunos casos, al diseño y análisis de prótesis que coadyuven en el restablecimiento de la función.
Los análisis por elementos finitos son ampliamente aceptados como una efectiva herramienta, no
invasiva, para estudiar la influencia de las fuerzas mecánicas en la relación entre la forma y
función en sistemas biológicos [Sarrafpour y cotrabajadores, 2012].

Figura I.8.- Polígono de Posselt, Biomecánica mandibular

En el caso de la Operatoria Dental, rama de la Odontología que estudia la serie de procedimientos


cuyo objetivo es devolver al diente su equilibrio biológico, cuando por distintas causas su
integridad estructural, funcional o estética, ha sido alterada. Se introduce al uso de las
simulaciones en su investigación, tomando como base las realizadas en la Ingeniería. En las que
el esmalte y dentina, son estudiados más que como tejidos biológicos, como cualquier material en
el que se analizan sus propiedades mecánicas como son; el módulo de elasticidad (resistencia a la
deformación elástica de un material), dureza (resistencia a la deformación permanente o a la
penetración), tenacidad a la fractura (resistencia a la propagación de una grieta existente bajo la
acción de un estado particular de esfuerzos) y fragilidad [Rivera y colaboradores, 2012]. Con
éste conocimiento, la Odontología Preventiva aporta un nuevo punto de vista a éstos temas, para
conocer cómo se distribuyen y absorben las fuerzas originadas durante la masticación y para
predecir alteraciones que puedan sufrir debido a los procedimientos restauradores, la edad y la
patología [Fuentes, 2004]. Nuevamente el MEF es una herramienta indispensable para conseguir
un resultado, que resultaría sumamente complicado realizar en la vida real [Araque y asociados,
2005]. Como era de esperarse, los materiales de restauración, también son analizados desde esta
perspectiva, la cuantificación de su resistencia a la flexión. El módulo de elasticidad y la
resistencia a la fractura, permite predecir su comportamiento en boca. Aparición de fracturas
tanto en el propio material como en los márgenes de la restauración y por tanto la longevidad de
la restauración bajo condiciones clínicas simuladas [Ruíz y asociados, 2003]. Lo que ha
permitido mejorar sus propiedades físicas y mecánicas [Baldión y colaboradores, 2011],
intentando día a día mejorar sus características físicas, comparándolos y estableciendo los
indicados para cada caso y hasta para tomar decisiones para la elaboración del diseño que deben
tener, las cavidades y preparaciones en el diente a restaurar [Naranjo y cotrabajadores, 2007]
(Figura I.9). Teóricamente se han establecido los parámetros de dichos diseños, sin embargo, con
la simulación, ha sido posible realizar análisis biomecánicos que muestran cuál es la mejor
alternativa [Serrano y asociados, 2009] y si la teoría es correcta.

Figura I.9.- Análisis numérico de restauración con resina en molar [Naranjo y asociados, 2007]

A partir de ésta nueva perspectiva de la simulación en Odontología, el interés de los especialistas


del área y de los pertenecientes a la Ingeniería se dirige también, a los aditamentos y al
instrumental que se utilizan en los distintos tratamientos. Una de las pioneras, es la especialidad
de Cirugía Bucal y Maxilofacial, cuyas bases son cimentadas en las simulaciones que se hacen en
Ortopedia y Traumatología. Esta relación entre estas tres especialidades data desde 1951, con los
estudios realizados por Gavril Ilizarov que lo llevaron al descubrimiento del principio que se
conoce como la Ley de Tensión-Stress que gobierna la estimulación del crecimiento tisular y la
regeneración durante la distracción osteogénica. Esto consiste en que la tracción gradual sobre
tejidos vivos crea fuerzas que pueden estimular y mantener la regeneración y crecimiento activo
de ciertas estructuras titulares [Carrero, 2005]. Incluidos no solo los huesos, también tejidos
blandos como la piel y las mucosas. Muy pronto, los hallazgos encontrados, se adaptaron a los
tratamientos en las fracturas de huesos de la cara y el cráneo y su consecuente pérdida ósea, ya
sea por traumatismos o por patologías como lo es el cáncer, para la corrección de malformaciones
craneofaciales por traumatismos o de origen congénito y de índole dentofacial. El análisis
mediante simulaciones, para la elaboración del diseño de los aditamentos utilizados para realizar
estos procedimientos de corrección (distractores osteogénicos), permite disminuir el número de
individuos de estudio o intervenciones para experimentar el funcionamiento de dichos
aditamentos y encontrar nuevas opciones que mejoren el tratamiento (Figura I.10) [Tobón y
cotrabajadores, 2008].

a) b)

Figura I.10.- Simulación numérica de distractores Osteogénicos [Tobón y cotrabajadores, 2008].


a) Mandibula. b) Alveolar.

En la Endodoncia, rama de la odontología que se encarga de la etiología, diagnóstico, prevención


y tratamiento de las enfermedades del nervio el diente o la pulpa dental y tejidos perirradiculares
asociados. Con el fin de conservar el órgano dental en la cavidad oral. La simulación ha
permitido el cambio de antiguos paradigmas e ideas que se tenían. En especial, en lo que se
refiere a la rehabilitación, que debe realizarse una vez que se ha realizado el tratamiento
endodóntico. Un órgano dental, al cual le es extirpada la pulpa, requiere que dicha pulpa sea
sustituida y posteriormente. El propio diente debe ser restaurado, sustituyendo el tejido dental
perdido. Esto se lleva a cabo con la colocación de endopostes y coronas dentales (Figura I.11).
Los endopostes son aditamentos destinados a la conexión de la porción radicular y a la
restauración coronaria del órgano dental endodónticamente tratado [Bessone y colaboradores,
2010].
Figura I.11.- Endodoncia o tratamiento de conductos en un premolar inferior

El pronóstico de estos dientes y restaurados con elementos intrarradiculares está influenciado por
una variedad de parámetros tales como; el número de los dientes adyacentes, los contactos
oclusales, la posición del diente en el arco, el estado apical de la raíz, la degradación del colágeno
radicular, las relaciones intermoleculares en la dentina radicular, la cantidad del tejido duro
perdido, el grosor de la pared de la dentina coronal remanente, el tipo de restauración definitiva,
la presencia de un mínimo de dentina remanente de 1,5 a 2 mm para tener el efecto de férula y el
tipo de poste y material del muñón utilizados. Con base a esto, se afirma que la resistencia a la
fractura radicular en los dientes tratados endodónticamente está directamente relacionada con el
grosor de la dentina remanente. Por tanto debe ser muy bien evaluada, ya que esta influye en el
pronóstico favorable del diente [Barguil y cotrabajadores, 2008]. Esto hace suponer, que la
función de un endoposte era conferir al conducto radicular la fuerza y resistencia necesaria para
evitar que la raíz se fracturara, ya que el endoposte sustituía la dentina radicular perdida durante
el proceso de remosión de la pulpa de las paredes internas del conducto radicular. Con la
aplicación de las simulaciones, pudo corregirse ésta idea y conocer la función real del endoposte.
La cual, consiste en participar en el traslado y distribución de las fuerzas de masticación a las
áreas de soporte o zonas de contacto con el hueso alveolar y aportar la retención necesaria de la
restauración coronaria. Las simulaciones y el posterior análisis utilizando el MEF, ha permitido
evaluar y analizar la distribución de los esfuerzos (tensión, compresivos, cortantes y el
equivalente de von Mises). No solamente en los diferentes sistemas y materiales de endopostes y
la restauración coronaria. También ha sido posible hacerlo en los agentes cementantes de los
mismos [Orozco y colaboradores, 2011] (Figura I.12).
a)

b)

Figura I.12.- Simulación numérica de endoposte. a) Fibra de vidrio. b) Metal colado.

Diversos autores mediante experimentos in vitro, han demostrado la validez del Análisis por
Elementos Finitos como método de trabajo para predecir en forma aproximada el
comportamiento biomecánico-clínico de los elementos dentarios restaurados con endopostes.
Gracias a esto, se ha encontrado que las fallas más comunes en un diente que ha sido tratado
endodónticamente son, además de las fracturas de la raíz, la micro filtración, la avulsión por
decementación y la corrosión del material por desajuste del contorno de la restauración y que
todas ellas, pueden estar relacionada con la concentración y distribución de las fuerzas
masticatorias [Bessone y colaboradores, 2010].

Estos nuevos enfoques aplicados al análisis de las endopostes y sus restauraciones coronarias,
fueron retomados por la especialidad de prótesis y prostodoncia dental. Rama de la Odontología
encargada de la rehabilitación de la cavidad oral, mediante el reemplazo de las piezas dentarias
que se han perdido total o parcialmente por factores externos patológicos y/o no patológicos.
Estos reemplazos son las llamadas coronas y puentes. Los cuales son de distintos diseños y
materiales, desde metales hasta materiales cerámicos, vidrio y cristal. Los cuales pueden ser fijos.
Es decir van sobre la corona remanente del diente a rehabilitar y no pueden ser removidos por el
paciente (Prótesis fijas) o las que el paciente puede quitar y volver a colocar en boca (Prótesis
removible). De éstas últimas existen de material rígido, semirrígido y flexible (fabricados a base
de monómeros y polímeros plásticos). Estas estructuras deben sustituir la corona del órgano
dental y/o la que se sustituye, devolviéndoles su estética y función [Uddanwadiker, 2012]. Los
análisis y simulaciones, de dichas prótesis, son muy similares a los realizados en los endopostes,
son acerca de los esfuerzos y distribución de los mismos en las restauraciones coronales y su
relación con las fuerzas oclusales, con los distintos diseños y materiales. Lo que ha permitido el
desarrollo de nuevos y mejores tratamientos, que permiten mejorar la calidad de visa de los
pacientes (Figura I.13).

a) b)

Figura I.13.- Prótesis bucal. a) Removible. b) Fija y su simulación numérica.

Los órganos dentales son esenciales para desarrollar una vida normal. Su función principal es
iniciar el proceso nutricional, al triturar los alimentos y en conjunto con la lengua formar el bolo
alimenticio. Con lo cual, se inicia la digestión de los carbohidratos. También desempeñan un
papel social de suma importancia, ya que no sólo son cruciales para la fonación, sino también
para una expresión armoniosa de la cara.

Existen evidencias que el Hombre, desde sus inicios, se ocupó en el diseño y elaboración de
prótesis dentales para reponer dientes perdidos. Los hallazgos arqueológicos hablan de la
reposición no sólo en vivos, sino también en cadáveres, con la intención de embellecer el
recuerdo de la persona fallecida, utilizando los distintos materiales que encontraba a su alrededor.
Los cuáles deberían simular las propiedades que ellos observaban tenían los dientes. Inicialmente
utilizaban huesos y se han encontrado indicios de la implantación de piedras. Lo que ha hecho
suponer que, se tenía el conocimiento que se lograba una mejor retención de la prótesis,
introduciéndolas dentro de los procesos maxilares. Que solamente sobreponiéndolas a los dientes
remanentes. Muchos han sido los materiales utilizados a lo largo de la historia, con este fin, desde
la colocación de clavos, alambres, placas, raíces de plata, plomo, vidrio, etc. Ello habla de que los
procedimientos quirúrgicos, han acompañado a esta rehabilitación protésica. Los cuales, han ido
evolucionando en la constante necesidad de lograr rehabilitaciones más eficaces y satisfactorias
para los pacientes (Figura I.14).
a) b) c)

Figura I.14.- Prótesis bucales. a) Arreglo dental hallado en un entierro Etrusco. b) Prótesis para
sustituir dientes perdidos del año 700 a.c. c) Prótesis utilizada por George Washington

En este contexto, surgen los implantes dentales, opción terapéutica con la que se obtiene un
anclaje firme de los pónticos o prótesis al hueso y a los tejidos [Lemus y colaboradores, 2009].
Las especialidades que convergen en ésta nueva rama terapéutica son la prótesis dental y
Prostodoncia, Cirugía Bucal y Periodoncia (rama de la odontología que comprende la prevención,
el diagnóstico, el tratamiento y el pronóstico de los tejidos que rodean y soportan al diente,
denominados tejidos periodontales, así como su mantenimiento, función y estética). Un implante
dental es una pieza de biomaterial que se inserta en el hueso de la mandíbula, en pleno tejido óseo
o por debajo del periostio, para reemplazar la raíz de un diente, con la finalidad de conservar
dientes naturales o de reponer piezas dentarias ausentes (Figura I.15). La oseointegración es la
conexión firme, estable y duradera entre el implante dental y el tejido óseo formado a su
alrededor [Venegas y asociados, 2009].

Figura I.15.- Diversos tipos de implantes dentales

Los implantes dentales, han sido muy utilizados en el tratamiento rehabilitador de los pacientes
parcial o completamente edentulos [Albrektsson y Wennerberg, 2005]. La tasa de éxito a largo
plazo de este tipo de tratamiento es extraordinariamente elevada, llegando incluso a un 96% en
algunas estadísticas. No obstante lo anterior, se han descrito fracasos a causa de diferentes
etiologías [Prados y colaboradores, 2013]. Inicialmente la mayoría de los trabajos de
investigación que se realizaron, fueron en torno a la idea, de que los fracasos estaban
relacionados con los abordajes quirúrgicos y el manejo clínico. Sin embrago, estudios in vitro,
contradecían estas premisas. Por lo que en los investigadores, se despertó el interés en estudiar el
comportamiento biomecánico del implante, su relación con el hueso y las fuerzas oclusales a las
que está sujeto. Dicho interés nace de las simulaciones y análisis que se realizaban en el área de
Ingeniería de los implantes dentales. Donde se establecía que esos trabajos podrían servir como
base para la elaboración de investigaciones más profundas. En donde se tuvieran en cuenta
aspectos como el refinamiento de la geometría, una aproximación más realista con respecto a los
porcentajes de oseointegración, valores de cargas fluctuantes, entre muchos otros. De esta forma,
se podrá tener un mejor entendimiento de los eventos que se encuentran presentes en este tipo de
tratamientos de rehabilitación oral y el estudio servirá como base para la toma de mejores
decisiones clínicas [Guerrero y cotrabajadores, 2011].

Figura I.16.- Análisis numérico en implante y hueso periimplantario [Sánchez y Gay, 2004]

Para el estudio de estos aspectos biomecanicos se emplean diversos métodos numéricos.


Especialmente el análisis tridimensional (3D) mediante elementos finitos y con ello se ha podido
encontrar que un factor fundamental para el éxito del tratamiento implantológico es la necesidad
de un adecuado equilibrio de fuerzas en el complejo implante-hueso peri-implantario. Con
especial referencia a la interface hueso-implante [Rubo y Capello, 2008]. Siendo un hecho bien
conocido que la sobrecarga del implante se acompaña sistemáticamente de reabsorción del hueso
marginal peri-implantario [Sánchez y Gay, 2004] (Figura I.16).
En gran medida a los análisis con éste método, se encontró que la transmisión de la carga desde el
implante al hueso y por tanto sus consecuencias depende del tipo de carga que actúe. Así como
de las propiedades de los materiales del que esté hecho el implante y la prótesis. Asimismo de la
naturaleza de la interface hueso-implante. También de la geometría del implante, de su longitud,
anchura y las características de su superficie. Así como, de la cantidad y calidad del hueso peri-
implantario [Van Staden y colaboradores, 4006]. Por consiguiente los factores a analizar son; el
tipo de carga, las propiedades del material del implante y la prótesis, la geometría del implante, la
estructura superficial, la calidad y la cantidad de hueso que lo rodea, la unión entre el hueso y el
implante. Los implantes dentales durante su vida útil se ven sometidos a gran cantidad de ciclos
de carga funcionales (principalmente los producidos durante la masticación) y parafuncionales.
Como los que ocurren con el bruxismo. Esto lleva a la fatiga, que puede derivar en la fractura del
mismo, teniendo consecuencias graves desde el punto de vista clínico (Figura I.17).

Figura I.17.- La fractura del implante dental ocasiona el fracaso del tratamiento clínico

Por tanto, el diseño de los implantes en cuanto a geometría y materiales es algo que evoluciona
continuamente. Éstos ha sido modificado continuamente en los últimos años con el objetivo de
mejorar la osteointegración y facilitar los procedimientos clínicos. El diseño de los implantes es
importante desde el punto de vista de transmisión de carga, proceso de remodelado óseo y
estabilidad de hueso receptor [Uzcátegui y asociados, 2010].

Con el propósito de evaluar la idoneidad de cada diseño se deben realizar ensayos normalizados
de fatiga sobre los implantes. La norma utilizada a este fin, es la española [Asociación Española
de Normalización y Certificación, 2008.]. En ella se dice, que hay que realizar una serie de
ensayos de fatiga con distintos niveles de carga, cada vez de menor valor hasta conseguir que en
un mismo nivel de carga haya tres ensayos de duración superior a 5 millones. Evidentemente,
obtener esta curva requiere mucho tiempo y dinero. De ahí viene el interés de aplicar modelos y
simulaciones que permitan la predicción de vida, con el objetivo de intentar mejorar el diseño sin
recurrir a tantos ensayos [Ayllón y cotrabajadores, 2011].

Los implantes dentales se han utilizado ampliamente en la rehabilitación oral para reemplazar la
pérdida o daños parciales de dientes naturales. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que, un
implante artificial no puede funcionar como los tejidos vivos que sustituye. El biomaterial ideal
para el uso en implantes dentales debe satisfacer, al mismo tiempo, una serie de requisitos tales
como la biocompatibilidad, resistencia por tensión máxima y por fatiga, no toxicidad, resistencia
a la corrosión y a veces la estética [Yang y Xiang, 2007]. El implante dental está constituido por;
Un pilar, un tornillo, el implante propiamente dicho y el hueso en su tipo cortical y esponjoso
(Figura I.18). El pilar se une al implante por un tornillo, que a su vez se une al implante aplicando
un par de apriete, el cual fija el conjunto.

Tornillo

Pilar protésico
o abutment

Implante

Figura I.18.- Componentes de un implante dental [Uzcátegui y colaboradores, 2010].

La fuerza aplicada entre el tornillo y el implante se llama precarga [Lang y asociados, 2003]. Por
lo que cada estructura debe ser analizada en forma individual y en conjunto. Mediante el análisis
por elementos finitos es posible hacerlo. Simulando diferentes situaciones clínicas, para cada
parte y evaluar en conjunto la mejor opción desde un punto de vista biomecánico. Esto ha
permitido encontrar que la distribución de esfuerzos altos en el hueso, puede inhibir la
osteointegración, inducir la formación de una capa fibrosa, provocar la pérdida de hueso y
finalmente, aumentar el riesgo de pérdida de implantes [Anitua y Orive, 2008].
En cuanto a la geometría del implante, los parámetros de diseño que afectan principalmente a las
características de transferencia de carga (las distribuciones de tensión en el hueso) incluyen el
diámetro del implante, el paso de la rosca, la forma y la profundidad del mismo. [Garitaonaindia
y Alcaraz, 2010]. Como el desarrollo de los implantes es un área de constante innovación, en los
últimos años se han diseñado muchos tipos de implantes, con distintos tamaños, formas,
materiales y superficies. En cualquier caso, para analizar la eficacia y fiabilidad de los implantes
endoóseos, revelando los posibles riesgos de fracaso de los implantes, es imprescindible el
análisis de la tensión en las interacciones mecánicas entre el hueso y el implante [Baggi y
cotrabajadores, 2008]. Por ejemplo, antes de las simulaciones y los análisis por elemento finito,
se asumía que la longitud de los implantes era determinante para el éxito de éstos y que por tanto,
las mayores tasas de fracaso, se presentaban cuando se empleaban implantes cortos [Cabello y
colaboradores, 2005]. Actualmente pudo evaluarse esta premisa, se ha encontrado que existen
publicaciones donde se analiza el comportamiento de los implantes cortos (menos de 8 mm) y se
ha demostrado que existen porcentajes de éxito muy elevados y comparables con los de los
implantes estándar [Sahabi y asociados, 2013], ya que se ha demostrado que las fuerzas van a
actuar sobre las prótesis y los implantes. Por ello es importante conocer sus propiedades,
dirección, frecuencia y la magnitud de las mismas. Independientemente de la dimensión del
implante. Desde el punto de vista clínico, el conocimiento de cómo las fuerzas normales o
excesivas pueden producir sobrecarga, es fundamental la elaboración del plan de tratamiento
implantológico.

En resumen, las fuerzas oclusales afectan al hueso que rodea a los implantes, generando un estrés
mecánico que puede tener consecuencias negativas para la oseointegración. Se recomienda, por
tanto, un control de las cargas trasmitidas al hueso y un control de micro movimientos dentro de
la llamada zona de carga fisiológica que va a mejorar la remodelación ósea permitiendo una
adaptación de la estructura ósea a la carga. Para ello parece posible actuar a dos niveles; a nivel
de la prótesis (materiales de restauración, diseño protésico, pilares, patrón oclusal y distribución
de los implantes) y de los implantes (diseño, superficie, diámetro y longitud), que a través de la
restauración van a recibir las fuerzas oclusales [Gelvez y colaboradores 2013] mismos que son
factibles de reproducir en simulaciones numéricas.
Por último la Ortodoncia, rama de la Odontología que se encarga de la morfología cráneo-facial y
bucal, en sus diferentes etapas de crecimiento y desarrollo. Así como del conocimiento,
prevención y corrección de las desviaciones de dicha morfología y funciones normales, es una de
las especialidades en la que la Biomecánica es fundamental. Es mediante ella que es posible que
la Ortodoncia tenga campo de acción, ya que sus dogmas y principios se basan en la Física y la
Mecánica, en las estructuras de los seres vivos. La Biomecánica es aplicable a cualquier tipo de
movimiento, el movimiento está involucrado en Ortodoncia. Por lo que la Biomecánica en
Ortodoncia es de importancia (Figura I.19).

Figura I.19.- Fuerzas aplicadas en el movimiento ortodóncico

La armonía entre los componentes del sistema estomatognático, permite su correcto movimiento.
Por tanto, su funcionamiento, situación en la que la Ortodoncia participa activamente. El corregir,
devolver o mantener dichas condiciones, es en gran medida, el objetivo de ésta especialidad. Los
principales movimientos que se aplican en la práctica de la Ortodoncia son la inclinación, la
rotación y la translación, de los órganos dentales. Lo que ha sido motivo de continua
investigación, ya que se observó que cada uno de ellos producía cambios sobre el tejido de
soporte. Dicha investigación, de cómo las fuerza ortodóncicas afectan al movimiento dental. Así
como las tensiones generadas en el diente, ligamento periodontal y el hueso alveolar, han sido
estudiadas utilizando diversos métodos clínicos, modelos experimentales y estudios histológicos
los cuales presentan serias limitaciones, ya que los datos obtenidos son producto de análisis
estáticos bidimensionales, y no se adecuan al fenómeno dinámico involucrado, las cuales han
podido ser superadas con el uso de las simulaciones y análisis por elementos finitos, los cuales
permiten visualizar la dinámica de un modelo sometido a fuerzas diversas [Marañón y asociados,
1997].
Una de las mejoras más deseables en Ortodoncia, es la predicción exacta de los efectos que se
obtienen al reactivar una Mecánica Ortodoncia determinada. Hay algunas técnicas que han
resultado prometedoras en éste campo. Desde el punto de vista biomecánico, la utilización de
técnicas basadas en modelos matemáticos con el MEF, han demostrado resultados más que
notables [Puente y colaboradores, 1996] (Figura I.20). Las tensiones iniciales inducidas sobre las
estructuras dentales y de soporte tras ser aplicadas diversas maniobras ortodóncicas, han sido
calculadas y descritas mediante éstos.

Figura I.20.- Análisis numérico en un diente por movimientos ortodóncicos


[de Carlos y colaboradores, 1999].

Hoy en día, cada vez más frecuentemente, los Ortodoncistas se ven en la necesidad de
proporcionar tratamiento a pacientes con enfermedad periodontal y pérdida de hueso de soporte.
En estos casos, el comportamiento mecánico del diente, ligamento periodontal y hueso de
soporte, difiere de los casos sin pérdidas óseas [de Carlos y colaboradores, 1999]. A
consecuencia de la enfermedad periodontal y la pérdida de soporte óseo, se modifica el centro e
resistencia de los dientes. Por lo cual se hace necesario modificar la intensidad y el punto de
aplicación de la fuerza para obtener el mismo movimiento que en un diente periodontalmente
sano (Figura I.21).
Figura I.21.- Análisis y simulación en tratamiento ortodóncico en paciente con pérdida ósea
[Fajardo y cotrabajadores, 2012]

Esta situación es fundamental para la elección de la técnica adecuada para cada paciente. El
análisis por MEF permite evaluar la respuesta del ligamiento periodontal en dientes con
periodonto disminuido. Por lo que se ha aplicado a los distintos sistemas y técnicas en ortodoncia
(MBT, Roth, Damon, etc.). El MEF en ortodoncia, también se utiliza para determinar patrones de
desplazamiento inicial en dientes con diversas longitudes de raíz y diferentes alturas de hueso
alveolar, encontrando que el desplazamiento dental después de aplicar una fuerza ortodóncica, se
incrementa inversamente con la longitud de la raíz rodeada por una la altura de hueso alveolar
determinada (Figura I.22).

Figura I.22.- Análisis numérico con la técnica Damon [Fajardo y colaboradores, 2012]

Cabe mencionar, dado que el movimiento ortodóncico es el producto de la transmisión de una


fuerza aplicada sobre un diente a los tejidos que lo rodean. Dicha fuerza es distribuida y guiada
mediante aditamentos especializados como son los llamados brackets, arcos, alambres y
miniimplantes. Principalmente, el diseño etructural y el material con el que son elaborados de
éstos. También es auxiliado mediante el MEF, con el objetivo de optimizar dicho movimiento y
así proporcionar un tratamiento que se ajuste a los requerimientos de cada paciente [Fajardo y
asociados, 2012]. En éste rubro, existen análisis sobre la distribución de esfuerzos y
deformaciones en la unidad dento-lveolar, con el alambre y el bracket (Figura I.23), utilizando
arcos de diversos materiales. Tales como de Gummetal y Nitinol [Pacheco-Blanco y
cotrabajadores, 2014] conocido en Ortodoncia como NiTi superelástico [di Mauro y
colaboradores, 2008].

a) b)

Figura I.23.- Análisis numérico de unidad alambre-bracket.


a) Gummental. b) Nitinol (NiTi) [Pacheco-Blanco y colaboradores, 2014]

De ésta forma puede resumirse que, actualmente la investigación en Ortodoncia comprende


cuatro áreas esenciales:
1. El estudio de los sistemas de fuerzas que guían y controlan el movimiento dentario,
tomando en cuenta sus tres paradigmas.
 Movimiento del diente o grupo de dientes seleccionados, sin que sean afectados
los dientes vecinos.
 Movimiento deseado en el sentido, dirección y distancia requeridos.
 Reacción óptima de los tejidos que circundan al diente durante el movimiento,
produciendo un mínimo de molestias y efectos adversos al paciente.
2. El análisis de los sistemas de fuerzas producidos por aparatos ortodóncicos.
3. El comportamiento de los materiales utilizados en los aparatos ortodóncicos, de
manera especial, aquellos que son capaces de almacenar y liberar fuerzas, pero
también aquellos materiales que las reciben, las distribuyen y las modifican.
4. La correlación entre los sistemas de fuerzas y los cambios biológicos que se producen
en el periodonto y demás estructuras dentarias.

I.5.- Planteamiento del problema


La modelación matemática y la simulación por el Método de Elemento Finito de los sistemas
biológicos, actualmente ocupan un espacio importante y novedoso por su utilización en ésta y
otras ramas de la Medicina, como una eficiente herramienta de investigación, de forma no
invasiva y aplicándolo a el comportamiento biomecánico ante diversos estímulos. Un gran
número de investigaciones han estado dirigidas al estudio de los tejidos que componen al diente
humano, ya sea como materiales o analizando su comportamiento y reacción bajo la acción de
cargas: funcionales (cargas oclusales y sus componentes, producto de la masticación),
parafuncionales (bruxismo) o artificiales (provocadas por aparatos ortodóncicos, ortopédicos,
protésicos o técnicas operatorias. El análisis de la distribución de los esfuerzos, en un sistema
biológico como lo son los dientes bajo la acción de cargas, es un problema complejo, dado el
carácter de los tejidos del órgano dental, como materiales no homogéneos y las irregularidades
geométricas de sus contornos y formas anatómicas; aunado a esto, el diente en su estructura está
formado por el esmalte, la dentina, la pulpa y el cemento, cuyas propiedades mecánicas difieren
una de otra. Así como son afectadas por estados de salud y patológicas, lo que hace aún más
complejo su análisis. Actualmente existen numerosos análisis toando en cuenta el
comportamiento de los materiales del diente a partir de su geometría y propiedades físicas, sin
embargo, el modelamiento y simulación se ha elaborado como estructuras sin historia previa. Un
órgano dental está sometido, desde que inicia su erupción, a cargas masticatorias, por lo que al
modelar y realizar la simulación y análisis, debe tomarse en cuenta que la estructura, no es un
material nuevo, si no al con un material al con historia, lo cual podría cambiar el resultado de los
análisis que se realicen en él, y así, podrían verse modificados, también, los pronósticos y planes
de tratamiento clínico. El presente trabajo tiene como objetivo, obtener un modelo tri-
dimensional aproximado de Elementos Finitos de los tejidos del diente, como materiales con
historia, en estados de salud, enfermedad y su consiguiente restauración.

I.6.- Sumario
En el presente capítulo, se hace una semblanza acerca de la investigación que se realiza en el área
de la Odontología, de manera independiente de las áreas de la Medicina y de las ciencias de la
salud. Su situación actual en México y su desarrollo con la implementación de las simulaciones
numéricas. A su vez, se menciona cómo se ha utilizado las modelaciones, simulaciones y análisis
por medio del Método del Elemento Finito, en las distintas especialidades de esta rama de la
Medicina.

I.7.- Referencias
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