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CREENCIA:
La mayoría de los éxitos nacen de la creencia de que sí es posible. Y la mayoría de los
fracasos nacen de la creencia de que no se podrá lograr.
Cuando Procter & Gamble me trasladó de Venezuela a su casa matriz en Cincinnati EEUU,
yo pasé por un shock en la transición. En Venezuela, luego de tres años y medio en la
organización, me había convertido en uno de los miembros más valiosos de la empresa: había
desarrollado relaciones fuertes, tenía conocimiento profundo de mi rol y mi categoría, y había
alcanzado una serie importante de éxitos (como lo fue ser ascendido a Gerente de
Departamento en menos de dos años en la empresa).
Sin embargo, cuando llegué a los Estados Unidos, sentí como que había pasado de la liga de
béisbol doble A las grandes ligas. Adicionalmente, había perdido todas mis relaciones,
llegaba a una nueva organización sin éxito probado, no conocía mi rol ni mi equipo, y
adicionalmente, me enfrentaba a un idioma que no manejaba bien.
La consecuencia de todo este cambio fue que perdí la creencia en mí mismo. Al pasar las
semanas me sentía perdido, no estaba agregando valor y estaba convencido de que mi
reputación se estaba yendo al piso.
Este cambio de creencia me llevó a pensar que yo no era tan bueno como pensaba. Me
comparaba con otros compañeros de trabajo y podía ver que eran mejores que yo y todo esto
me llevó al convencimiento de que iba a fracasar.
Esta experiencia estuvo llena de largos días y semanas, noches sin dormir del estrés y la
desesperación, y la constante duda de que algún día me dieran la noticia de que estaba
despedido.
Esa convicción y certeza de que las cosas van a suceder como crees es percibida y
experimentada como una emoción.
¿Por qué es importante aclarar que la creencia es tan sólo una emoción? Por dos razones:
1. Porque si es un problema emocional, hay que atacarlo como tal. (Y eso lo veremos
más adelante)
2. Porque la creencia o falta de creencia, al ser un estado emocional, es algo que no es
real. Es tan sólo la manera como tu cerebro manifiesta a través de sentimientos una
percepción de la realidad.
ACCIÓN:
La acción es el primer contacto con la realidad. Y aunque antes comentaba que la creencia
no es la realidad, sino la percepción de la misma, dicha creencia afecta de manera real la
ejecución: el cómo hacemos la acción.
Una persona que no cree en su capacidad (como estaba yo en Procter & Gamble en EEUU)
actúa de una manera insegura, no desarrolla un criterio propio ni tiene pensamiento crítico,
presenta sus ideas con dudas y rara vez logra influir en otros, y peor aún, minimiza sus
esfuerzos siendo dominado por la postergación y la mediocridad.
Por el contrario, una persona con creencia en sí mismo, actúa con seguridad, influye en otras
personas, desarrolla disciplina, se enamora de la ejecución y la hace con excelencia.
Aunque en ambos casos se realice el mismo esfuerzo en cuanto ejecución, los resultados
serán diametralmente opuestos.
RESULTADOS:
Toda acción trae una reacción. Toda acción trae un resultado.
Una persona que tenga creencia en sí mismo, en consecuencia, tendrá resultados mucho más
poderosos que las personas con falta de creencia.
Ventas, cierres, relaciones, salud, dinero, paz, tiempo, ascensos, desarrollo, etc. son todos
resultados, que dependen totalmente de la acción, y que dependen totalmente de la creencia.
PROGRAMACIÓN:
En el momento que uno fracasa y no obtiene los resultados esperados, la mente se reprograma
“negativamente”. Por el contrario, cuando tenemos éxito en algo, la mente se reprograma
“positivamente”.
Esta reprogramación es la que le indica al cerebro cómo debemos sentirnos ante un evento
similar en el futuro. De la misma manera que la primera vez que tocamos una estufa caliente
y nos quemamos, nuestra mente se reprogramó para hacernos sentir miedo al enfrentarnos a
una situación similar, la mente, buscando protegerte, desarrolla más o menos creencia (estado
emocional) cuando te enfrentes a un reto similar.
Circulo no virtuoso
El círculo vicioso remite a esa encrucijada en la que puede caer el ser humano cuando se
encuentra en una especie de callejón sin salida, es decir, en un círculo en el que todo conduce
a un mismo punto. Un círculo vicioso es una situación que no sabemos cómo romper
exactamente porque parece que siempre se repite la misma historia.
La metáfora del círculo muestra que esta esfera es cíclica, por tanto, la situación siempre
vuelve tarde o temprano porque en un círculo cada punto depende del anterior.
Tu creencia aumenta por los resultados del producto en tu vida y los resultados de tu
Creencia primera venta. El estado emocional de creencia se hace sentir en tu ser. Aumenta tu
entusiasmo.
Acción Sales a vender nuevamente con más seguridad y un testimonio aún más poderoso.
… y así
sucesivamente…
EL CÍRCULO VIRTUOSO DEL ÉXITO:
Éste ciclo funciona de la misma manera para comenzar un negocio, hacer una venta, invitar
a salir a una persona que te sientes atraído(a), alcanzar un estado de salud ideal, etc.
Primero te digo las dos formas que no lograrás cambiar de vicioso a virtuoso:
1- Un golpe de suerte: Un resultado magnífico que suceda sin explicación puede transformar
de golpe todo el ciclo y moverte del fracaso al éxito. Puedes llegar a una reunión y la mujer
más bella o el hombre más atractivo pueden fijarse en ti y comenzar una relación como caída
del cielo. Un cambio organizacional, la renuncia de un superior, etc. puede llevarte a ser
ascendido. Puedes ganarte la lotería. Puedes comenzar un negocio y un influencer te
menciona en sus redes sociales con un millón de seguidores y tu negocio es un éxito rotundo.
Esas cosas pasan.
Sin embargo, como los “golpes de suerte” (o golpes de gracia) no dependen de nosotros,
desecho esta opción como parte de un plan proactivo.
3- Acción con mejora continua Actuar depende de ti. Los resultados no, pero la acción sí.
Actuar y desarrollar un proceso de feedback o retroalimentación te permitirá mejorar en la
manera de actuar y, en consecuencia, maximizarás tus posibilidades de tener resultados
exitosos. Contratar a un coach o mentor para que te guíe en el proceso de la ejecución puede
ser muy positivo para obtener feedback externo y ajustar hasta alcanzar la excelencia en la
ejecución.
Las dos variables que están en tu control son: prácticas de reprogramación mental y la
acción en un proceso de mejora continua.