Sunteți pe pagina 1din 148

LA CASA IMPERFECTA

Un maestro de construcción ya entrado en años estaba listo para


retirarse a disfrutar su pensión de jubilación. Le contó a su jefe acerca de
sus planes de dejar el trabajo para llevar una vida más placentera con su
esposa y su familia. Iba a extrañar su salario mensual, pero necesitaba
retirarse; ya se las arreglarían de alguna manera.

El jefe se dio cuenta de que era inevitable que su buen empleado dejara
la compañía y le pidió, como favor personal, que hiciera el último
esfuerzo: construir una casa más. El hombre accedió y comenzó su
trabajo, pero se veía a las claras que no estaba poniendo el corazón en
lo que hacia. Utilizaba materiales de inferior calidad, y su trabajo, lo
mismo que el de sus ayudantes, era deficiente. Era una infortunada
manera de poner punto final a su carrera.

Cuando el albañil terminó el trabajo, el jefe fue a inspeccionar la casa y le


extendió las llaves de la puerta principal. "Esta es tu casa, querido amigo
---dijo-. Es un regalo para ti".

Si el albañil hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa,


seguramente la hubiera hecho totalmente diferente. ¡Ahora tendría que
vivir en la casa imperfecta que había construido!

Reflexión:
¿qué os sugiere éste cuento? A veces construimos nuestras vidas de
manera distraída, sin poner lo mejor de nosotros. La rutina nos envuelve
y pasamos "por encima" de las cosas día a día. Muchas veces, hacemos
el esfuerzo mínimo o no prestamos la atención necesaria.. entonces, de
repente un día, vemos la situación que hemos creado y descubrimos que
las cosas andan torcidas..como la casa imperfecta. Sí lo hubiéramos
notado antes, lo habríamos hecho diferente ¿alguna vez os ha pasado?

Sería genial conseguir actuar siempre como si estuviésemos


"construyendo nuestra casa".

La vida es como un proyecto de "hágalo-usted-mismo". Tu vida, ahora,


es el resultado de tus actitudes y elecciones del pasado. Podemos
hacer reformas y restaurar nuestra casa ¡Tu vida de mañana será el
resultado de tus actitudes y elecciones de hoy! No podemos cambiar el
pasado.. pero podemos aprender de él y construir en nuestro
presente un mejor futuro.
Las piedras:
Cierto día un motivador estaba dando una conferencia sobre gestión de tiempo a un grupo
de profesionales. Para dejar en claro un punto utilizó un ejemplo que los profesionales
jamás olvidaran.

De pie frente a un auditorio compuesto por gente muy exitosa dijo:


Quisiera hacerles una pequeña demostración...

De debajo de la mesa sacó un jarro de vidrio de boca ancha y lo puso sobre la mesa frente a
él. Luego sacó una docena de piedras del tamaño de un puño y empezó a colocarlas una por
una en el jarro.

Cuando el jarro estaba lleno hasta el tope y no podía colocar más piedras preguntó al
auditorio: ¿Está lleno este jarro? Todos los asistentes dijeron ¡Sí!

Entonces dijo: ¿Están seguros? Y sacó de debajo de la mesa un cubo con piedras pequeñas
de construcción. Echó un poco de las piedras en el jarro y lo movió haciendo que las
piedras pequeñas se acomoden en el espacio vacío entre las grandes.

Cuando hubo hecho esto preguntó una vez más: ¿Está lleno este jarro?
Esta vez el auditorio ya suponía lo que vendría y uno de los asistentes dijo en voz alta:
“Probablemente no”.

Muy bien contestó el expositor. Sacó de debajo de la mesa un cubo lleno de arena y empezó
a echarlo en el jarro. La arena se acomodó en el espacio entre las piedras grandes y las
pequeñas.
Una vez más pregunto al grupo: ¿Está lleno este jarro?
Esta vez varias personas respondieron a coro: ¡No!

Una vez más el expositor dijo: ¡Muy bien! luego sacó una jarra llena de agua y echó agua al
jarro con piedras hasta que estuvo lleno hasta el borde mismo. Cuando terminó, miro al
auditorio y preguntó: ¿Cual creen que es la enseñanza de esta pequeña demostración?

Uno de los espectadores levantó la mano y dijo: La enseñanza es que no importa como de
lleno esté tu horario, si de verdad lo intentas, siempre podrás incluir más cosas.

¡No! replicó el expositor, esa no es la enseñanza.

La enseñanza es que si no pones las piedras grandes primero, no podrás ponerlas en


ningún otro momento.

Reflexión:

Me encanta éste cuento. ¿Cuáles son las piedras grandes en nuestra vida?: Son ¿la rutina,
lo que opinen los demás, el trabajo que no nos gusta, preocupaciones cotidianas..? o
son ¿La familia, los amigos, nuestros valores morales, la salud, las personas que
queremos, las cosas que nos hacen felices?.. Las piedras más grandes han de referirse
a nuestras bases, a lo más importante para nosotros y están relacionadas con nuestros
valores, con nuestros afectos y nos enriquecen como personas.
A veces es difícil en la rutina diaria tomar las perspectiva necesaria para asignar bien las
prioridades, a veces priorizamos las cosas más pequeñas frente a las que tienen más valor
para nosotros. Si llenamos nuestro tiempo y nuestra cabeza de cosas "pequeñas" luego no
caben las realmente importantes para nosotros. .. No es una cuestión de "no tener tiempo".
Es cuestión de saber organizarse teniendo siempre como base las piedras grandes y
valorar nuestras prioridades. ¿qué opinais?

Hacer Café:
Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y de cómo las cosas
le resultaban tan difíciles. No sabía como hacer para seguir adelante y
creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía
que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres


ollas con agua y las colocó sobre el fuego. En una colocó zanahorias, en
otra colocó huevos y en la última colocógranos de café. Las dejó hervir.
Sin decir palabra.

La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su


padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias
y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato.
Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente.

Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿Qué ves?"; "Zanahorias, huevos y


café" fue su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las
zanahorias, ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que
tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el
huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras
disfrutaba de su rico aroma.

Humildemente la hija preguntó: - "¿Qué significa esto, padre?" Él le


explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma
adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma
diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar
por el agua hirviendo se había puesto débil, fácil de deshacer. El huevo
había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido;
pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había
endurecido. Los granos de café, sin embargo eran únicos: después de
estar en agua hirviendo, habían cambiado el agua. "¿Cuál eres tú,
hija?, Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿Cómo respondes?",
le preguntó a su hija.
¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero cuando la adversidad y el
dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo,
que comienza con un corazón maleable, poseías un espíritu fluido, pero
después de una pérdida, una crisis, o un problema te has vuelto duro y
rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿Eres amargada y áspera, con un
espíritu y un corazón endurecido? ¿O eres como un grano de café? El
café cambia al agua hirviendo, el elemento que le causa dolor. Cuando el
agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor.

Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú


reaccionas en forma positiva, sin dejarte vencer y haces que las cosas a
tu alrededor mejoren, que ante la adversidad exista siempre una luz que
ilumina tu camino y el de la gente que te rodea. Esparces con tu fuerza y
positivismo el "dulce aroma del café".

¿Y tú?, ¿Cuál de los tres eres?

Reflexión:

A veces las adversidades nos abaten y quitan las fuerzas y nos


volvemos "zanahorias", otras nos hacen levantar una barrera y aislarnos
del exterior y somos como los huevos. Pero lo ideal a la hora de afrontar
las adversidades de la vida es afrontarlas proactivamente y sacar lo
bueno de lo malo: que de la crisis salga un cambio positivo y
aprendamos, evolucionemos, tomemos las riendas y cambiemos nuestro
entorno para superar la adversidad.. como el café. ¿Qué pensáis al
respecto?

Pedro y el hilo mágico:

Pedro era un niño muy vivaracho. Todos le querían: su familia, sus


amigos y sus maestros. Pero tenía una debilidad. - ¿Cual?
Era incapaz de vivir el momento. No había aprendido a disfrutar el
proceso de la vida. Cuando estaba en el colegio, soñaba con estar
jugando fuera. Cuando estaba jugando soñaba con las vacaciones de
verano. Pedro estaba todo el día soñando, sin tomarse el tiempo de
saborear los momentos especiales de su vida cotidiana.

Una mañana, Pedro estaba caminando por un bosque cercano a su


casa. Al rato, decidió sentarse a descansar en un trecho de hierba y al
final se quedó dormido. Tras unos minutos de sueño profundo, oyó a
alguien gritar su nombre con voz aguda.

Al abrir los ojos, se sorprendió de ver una mujer de pie a su lado. Debía
de tener unos cien años y sus cabellos blancos como la nieve caían
sobre su espalda como una apelmazada manta de lana. En la arrugada
mano de la mujer había una pequeña pelota mágica con un agujero en
su centro, y del agujero colgaba un largo hilo de oro.

La anciana le dijo: "Pedro, este es el hilo de tu vida. Si tiras un poco de


él, una hora pasará en cuestión de segundos. Y si tiras con todas tus
fuerzas, pasarán meses o incluso años en cuestión de días" Pedro
estaba muy excitado por este descubrimiento. "¿Podría quedarme la
pelota?", preguntó. La anciana se la entregó.

Al día siguiente, en clase, Pedro se sentía inquieto y aburrido. De pronto


recordó su nuevo juguete. Al tirar un poco del hilo dorado, se encontró en
su casa jugando en el jardín. Consciente del poder del hilo mágico, se
cansó enseguida de ser un colegial y quiso ser adolescente, pensando
en la excitación que esa fase de su vida podía traer consigo. Así que tiró
una vez más del hilo dorado.

De pronto, ya era un adolescente y tenía una bonita amiga llamada Elisa.


Pero Pedro no estaba contento. No había aprendido a disfrutar el
presente y a explorar las maravillas de cada etapa de su vida. Así que
sacó la pelota y volvió a tirar del hilo, y muchos años pasaron en un solo
instante. Ahora se vio transformado en un hombre adulto. Elisa era su
esposa y Pedro estaba rodeado de hijos. Pero Pedro reparó en otra
cosa. Su pelo, antes negro como el carbón, había empezado a
encanecer. Y su madre, a la que tanto quería, se había vuelto vieja y
frágil. Pero el seguía sin poder vivir el momento. De modo que una vez
más, tiró del hilo mágico y esperó a que se produjeran cambios.

Pedro comprobó que ahora tenía 90 años. Su mata de pelo negro se


había vuelto blanca y su bella esposa, vieja también, había muerto unos
años atrás. Sus hijos se habían hecho mayores y habían iniciado sus
propias vidas lejos de casa. Por primera vez en su vida, Pedro
comprendió que no había sabido disfrutar de las maravillas de la vida.
Había pasado por la vida a toda prisa, sin pararse a ver todo lo bueno
que había en el camino.

Pedro se puso muy triste y decidió ir al bosque donde solía pasear de


muchacho para aclarar sus ideas y templar su espíritu. Al adentrarse en
el bosque, advirtió que los arbolitos de su niñez se habían convertido en
robles imponentes. El bosque mismo era ahora un paraíso natural. Se
tumbó en un trecho de hierba y se durmió profundamente.

Al cabo de un minuto, oyó una voz que le llamaba. Alzó los ojos y vio que
se trataba nada menos que de la anciana qu muchos años atrás le había
regalado el hilo mágico. "¿Has disfrutado de mi regalo?", preguntó ella.
Pedro no vaciló al responder: "Al principio fue divertido pero ahora odio
esa pelota. La vida me ha pasado sin que me enterase, sin poder
disfrutarla.Claro que habría habido momentos tristes y momentos
estupendos, pero no he tenido oportunidad de experimentar ninguno de
los dos. Me siento vacío por dentro. Me he perdido el don de la vida.
"Eres un desagradecido, pero igualmente te concederé un último deseo",
dijo la anciana. Pedro pensó unos instantes y luego respondió: "Quisiera
volver a ser un niño y vivir otra vez la vida". Dicho esto se quedó otra vez
dormido.

Pedro volvió a oír una voz que le llamaba y abrió los ojos. ¿Quien podrá
ser ahora?, se preguntó. Cual no sería su sorpresa cuando vio a su
madre de pie a su lado. Tenía un aspecto juvenil, saludable y radiante.
Pedro comprendió que la extraña mujer del bosque le había concedido el
deseo de volver a su niñez.
Ni que decir tiene que Pedro saltó de la cama al momento y empezó a
vivir la vida tal como había esperado. Conoció muchos momentos
buenos, muchas alegrías y triunfos, pero todo empezó cuando tomó la
decisión de no sacrificar el presente por el futuro y empezar a vivir
en el ahora.

- Fragmento tomado de "El monje que vendió su Ferrari" Robin S.


Sharma-

Reflexión:

Muchas veces descuidamos el presente por focalizarnos en los anhelos


futuros. En el mundo real por desgracia nunca tenemos una segunda
oportunidad de vivir la vida, no podemos volver a atrás como en el
cuento. Es importante llenar nuestro presente de momentos de calidad
para poder construir nuestro futuro, no dejemos pasar la vida soñándola
y sin vivirla.
Nos convencemos de que la vida será mejor después de cumplir los 18
años, después de casarnos, después de conseguir un mejor empleo,
después de tener un hijo, después que los hijos sean grandes... A veces
nos sentimos frustrados porque pensamos que las circunstancias no son
las ideales, que no es el momento perfecto, y pensamos que nos
sentiremos felices cuando lo sea.
Recuerdo haber leído un artículo en el que una enfermera comentaba
los arrepentimientos más comunes que le transmitían los enfermos
terminales antes de morir, y éstos eran:
1. Haber tenido el coraje de hacer lo que realmente deseaba (y no lo
que otros esperaban de mi)
2. Haber dedicado menos tiempo al trabajo y más a la familia.

3. Haber dicho lo que realmente sentían.


4. Haber tenido más contacto con mis amigos
5. Haberme dedicado a ser más felíz

En definitiva: la gente se lamentaba de no haber vivido en plenitud, no


haber priorizado lo realmente importante, no haber disfrutado de su
tiempo con lo que le hacía feliz y con quienes amaba.
Esta perspectiva nos ayuda a ver que no hay camino a la felicidad: la
felicidad es el camino.
No actuar, no movilizarnos hacia nuestros sueños, no disfutar por
esperar el "momento oportuno"..hace que pase la vida sin ser vivida.
Esperando hasta terminar los estudios, hasta que las cosas mejoren,
hasta bajar diez quilos, hasta tener hijos, hasta que los hijos vayan a la
escuela, hasta casarse, hasta que separarse, hasta el viernes por la
noche, hasta el domingo por la mañana, hasta la primavera, el verano, el
otoño o el invierno... no hay mejor momento que éste para ser feliz. La
felicidad es un trayecto, No un destino.

¿y tú? ¿vives tu vida? ¿o la dejas pasar esperando un "mejor


momento" para vivirla?

Las tres rejas:


El joven discípulo de un filósofo sabio llega a casa de éste y le dice:
- Oye maestro, un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia.....
- !Espera! - lo interrumpe el filosofo - ¿ya hiciste pasar por las tres rejas lo
que vas a contarme?
- ¿Las tres rejas?
- Si. La primera es la verdad. ¿Estas seguro de que lo que quieres
decirme es absolutamente cierto?
- No. Lo oí comentar a unos vecinos.
- Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad.
Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?.
- No, en realidad no. Al contrario...
- !Ah, vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme
saber eso que tanto te inquieta?
- A decir verdad, no.
- Entonces, dijo el sabio sonriendo
- Si no sabemos si es verdad, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo
en el olvido.

Reflexión:

Creo que las rejas ejemplifican muy bien algunos de los aspectos clave
que han de considerarse para valorar si algo merece o no la pena que lo
tomemos en consideración. A veces sólo nos centramos en el mensaje,
pero no atendemos a su fiabilidad, a lo que implica para los demás o a
su utilidad, a la hora de valorarlo. Pasarlos por éstos filtros puede ser
muy útil ¿no creeis? ¿se os ocurren ejemplos? .. A mi me vienen unos
cuantos a la cabeza.

La Puerta Negra:
Érase una vez en un país muy lejano un rey que era muy polémico por
sus acciones.

Tomaba a los prisioneros de guerra y los llevaba hacia una enorme sala.
Los prisioneros eran colocados en grandes hileras en el centro de la sala
y el rey gritaba diciéndoles:

-Les voy a dar una oportunidad, miren el rincón del lado derecho de la
sala.
Al hacer esto, los prisioneros veían a algunos soldados armados con
arcos y flechas, listos para cualquier acción.

-Ahora, continuaba el rey, miren hacia el rincón del lado izquierdo.


Al hacer esto, todos los prisioneros notaban que había una horrible y
grotesca puerta negra, de aspecto dantesco, cráneos humanos servían
como decoración y el picaporte para abrirla era la mano de un cadáver.
En verdad, algo verdaderamente horrible solo de imaginar, mucho más
para ver.

El rey se colocaba en el centro de la sala y gritaba:


- Ahora escojan, ¿qué es lo que ustedes quieren? ¿Morir clavados por
flechas o abrir rápidamente aquella puerta negra mientras los dejo
encerrados allí? Ahora decidan, tienen libre albedrío, escojan.

Todos los prisioneros tenían el mismo comportamiento: a la hora de


tomar la decisión, ellos llegaban cerca de la horrorosa puerta negra de
más de cuatro metros de altura, miraban los cadáveres, la sangre
humana y los esqueletos con leyendas escritas del tipo: "viva la muerte",
y decidían: -"Prefiero morir atravesado por las fechas."

Uno a uno, todos actuaban de la misma forma, miraban la puerta negra y


a los arqueros de la muerte y decían al rey:
- "Prefiero ser atravesado por flechas a abrir esa puerta y quedarme
encerrado".
Millares optaron por lo que estaban viendo que hacían los demás: elegir
la muerte por las flechas.

Un día, la guerra terminó. Pasado el tiempo, uno de los soldados del


"pelotón de flechas" estaba barriendo la enorme sala cuando apareció el
rey. El soldado con toda reverencia y un poco temeroso, preguntó: -
"Sabes, gran rey, yo siempre tuve una curiosidad, no se enfade con mi
pregunta, pero, ¿qué es lo que hay detrás de aquella puerta negra?"
El rey respondió: Pues bien, ve y abre esa puerta negra."

El soldado, temeroso, abrió cautelosamente la puerta y sintió un rayo


puro de sol besar el suelo de la enorme sala, abrió un poco más la puerta
y más luz y un delicioso aroma a verde llenaron el lugar.
El soldado notó que la puerta negra daba hacia un campo que apuntaba
a un gran camino. Fue ahí que el soldado se dio cuenta de que la puerta
negra llevaba hacia la libertad.

Reflexión:

¿qué es para vosotros la puerta negra?


Yo la asocio con nuestros miedos, sobre todo nuestros miedos a salir de
nuestra "zona de confort". El miedo a lo desconocido, a no ser capaz,
una inseguridad que paraliza, o una frustración. Miedo a asumir riesgos..
los soldados prefieren morir pero sabiendo lo que les va a pasar..que
traspasar la puerta sin saber. Creo que en muchos momentos de nuestra
vida tenemos puertas negras en nuestro interios ¿cuáles son las
vuestras? ¿qué pasaría si las abrierais?

La Vaca:
Un maestro samurai paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando
vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita
al lugar.

Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la importancia de


realizar visitas, conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que
obtenemos de estas experiencias. Llegando al lugar constató la pobreza
del sitio: los habitantes, una pareja y tres hijos, vestidos con ropas
sucias, rasgadas y sin calzado; la casa, poco más que un cobertizo de
madera...

Se aproximó al señor, aparentemente el padre de familia y le preguntó:


“En este lugar donde no existen posibilidades de trabajo ni puntos de
comercio tampoco, ¿cómo hacen para sobrevivir? El señor respondió:
“amigo mío, nosotros tenemos una vaca que da varios litros de leche
todos los días. Una parte del producto la vendemos o lo cambiamos por
otros géneros alimenticios en la ciudad vecina y con la otra parte
producimos queso, cuajada, etc., para nuestro consumo. Así es como
vamos sobreviviendo.”

El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, se


despidió y se fue. A mitad de camino, se volvió hacia su discípulo y le
ordenó: “Busca la vaca, llévala al precipicio que hay allá enfrente y
empújala por el barranco.”

El joven, espantado, miró al maestro y le respondió que la vaca era el


único medio de subsistencia de aquella familia. El maestro permaneció
en silencio y el discípulo cabizbajo fue a cumplir la orden.

Empujó la vaca por el precipicio y la vio morir. Aquella escena quedó


grabada en la memoria de aquel joven durante muchos años.

Un bello día, el joven agobiado por la culpa decidió abandonar todo lo


que había aprendido y regresar a aquel lugar. Quería confesar a la
familia lo que había sucedido, pedirles perdón y ayudarlos.

Así lo hizo. A medida que se aproximaba al lugar, veía todo muy bonito,
árboles floridos, una bonita casa con un coche en la puerta y algunos
niños jugando en el jardín. El joven se sintió triste y desesperado
imaginando que aquella humilde familia hubiese tenido que vender el
terreno para sobrevivir. Aceleró el paso y fue recibido por un hombre muy
simpático.

El joven preguntó por la familia que vivía allí hacia unos cuatro años. El
señor le respondió que seguían viviendo allí. Espantado, el joven entró
corriendo en la casa y confirmó que era la misma familia que visitó hacia
algunos años con el maestro.

Elogió el lugar y le preguntó al señor (el dueño de la vaca): “¿Cómo hizo


para mejorar este lugar y cambiar de vida?” El señor entusiasmado le
respondió: “Nosotros teníamos una vaca que cayó por el precipicio y
murió. De ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras
cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos. Así
alcanzamos el éxito que puedes ver ahora.”

Reflexión:
¿Qué cosas son Vacas? Hay cosas que nos proporciona algún beneficio,
pero que a la larga nos hacen ser dependientes de ellas y no nos dejan
avanzar. Nuestro mundo se reduce a lo que la vaca nos brinda. Las
vacas pueden ser desde un trabajo que no nos motiva pero en el que
seguimos porque "peor es nada" o "es seguro" por ejemplo, son cosas
que dependen de nosotros mismos y que no cambiamos aunque nos
gustaría mejorarlas, nos conformamos debido creencias que nos frenan,
miedos que nos llevan a acomodarnos, a estancarnos.. ¿Tenéis vacas
en vuestra vida? ¿cuáles son?

El Problema
Un gran maestro y un guardián compartían la administración de un
monasterio zen.
Cierto día el guardián murió, y había que sustituirlo.

El gran maestro reunió a todos sus discípulos, para escoger a quien


tendría ese honor. "Voy a presentarles un problema dijo-. Aquel que lo
resuelva primero será el nuevo guardián del templo".

Trajo al centro de la sala un banco, puso sobre este un enorme y


hermoso florero de porcelana con una hermosa rosa roja y señaló: "Este
es el problema".

Los discípulos contemplaban perplejos lo que veían: los diseños


sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y elegancia de la flor...
¿Qué representaba aquello? ¿Qué hacer? ¿Cuál era el enigma? Todos
estaban paralizados.

Después de algunos minutos, un alumno se levanto, miró al maestro y a


los demás discípulos, caminó hacia el vaso con determinación y lo tiró al
suelo.

"Usted es el nuevo guardián -le dijo el gran maestro, y explicó-: Yo fui


muy claro, les dije que estaban delante de un problema. No importa qué
tan bellos y fascinantes sean, los problemas tienen que ser resueltos.

Puede tratarse de un vaso de porcelana muy raro, un bello amor que ya


no tiene sentido, un camino que debemos abandonar pero que insistimos
en recorrer porque nos trae comodidades. Sólo existe una forma de lidiar
con los problemas: atacarlos de frente. En esos momentos no
podemos tener piedad, ni dejarnos tentar por el lado fascinante que
cualquier conflicto lleva consigo".

Reflexión:
Los problemas a veces tienen en nosotros un extraño efecto: nos gusta
contemplarlos, analizarlos, darles vuelta, comentarlos... Sucede con
frecuencia que comparamos nuestros problemas con los de los demás y
decimos.- "Tu problema no es nada... ¡espera a que te cuente el mío!"
En la jerga psicológica llamamos "parálisis por análisis" a este proceso
de contemplación e inacción. ¿Y la solución?¿estás preparado para dejar
de contemplar los problemas y enfrentarlos?

¿tenéis algún problema que sea como el Jarrón con flores del cuento?

El Televisor:
En una clase de literatura en el colegio, la profesora pidió asus alumnos
que hicieran una redacción sobre en qué les gustaría convertirse.

Algunos niños querían ser tigres, robots, super héroes, bomberos.. pero
le sorprendió y le conmovió profundamente la redacción en la que uno de
sus alumnos le comentaba que quería ser un televisor, decía así:

"Si pudiera hacer magia y transformarme en otra cosa me gustaría ser un


televisor. Quisiera ocupar su lugar. Quisiera vivir lo que vive la tele de mi
casa. Es decir, tener un cuarto especial para mí y reunir a todos los
miembros de la familia a mí alrededor.
Ser tomado en serio cuando hablo. Convertirme en el centro de atención
y ser aquel al que todos quieren escuchar sin interrumpirlo ni
cuestionarlo. Quisiera sentir el cuidado especial que recibe la tele cuando
algo no funciona.

Tener la compañía de mi papá cuando llega a casa, aunque este


cansado del trabajo.
Que mi mamá me busque cuando esté sola y aburrida, en lugar de
ignorarme, y que mis hermanos se peleen por estar conmigo.

Me gustaría poder divertirlos a todos, aunque a veces no les diga nada.


Quisiera vivir la sensación de que lo dejen todo por pasar unos
momentos a mi lado. Me gustaría vivir lo que vive mi televisión".

Reflexión:

Este cuento nos invita a reflexionar sobre la calidad de nuestro tiempo,


sobre qué cosas merecen nuestra atención.
A veces nos escapamos de la rutina diaria a través de cosas “vacías”
como ver la televisión, dejamos a veces que éstas cosas que que no nos
enriquecen interiormente absorban nuestro tiempo más de lo necesario.
Nos evadimos en lugar de vivir.

A veces nos focalizamos en cosas que no nos aportan nada, ni nos


enriquecen (o que incluso nos perjudican) descuidando cosas que sí son
importantes: intentemos priorizar nuestro tiempo y dedicarle nuestra
atención a cosas que lo merecen en su justa medida. Cultivar momentos
de calidad y con la gente a la que quieres aumenta nuestro desarrollo
personal y emocional, nuestra calidad de vida y la de nuestro entorno.
Reflexionemos sobre cómo gastamos nuestro tiempo. Prioricemos. ¿qué
opinais?

La caja de Galletas
Había una vez una señora que debía viajar en tren.
Cuando la señora llegó a la estación, le informaron de que su tren se
retrasaría aproximadamente una hora. Un poco fastidiada, se compró
una revista, un paquete de galletas y una botella de agua. Buscó un
banco en el andén central y se sentó, preparada para la espera.

Mientras ojeaba la revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer


un diario. De pronto, sin decir una sola palabra, estiró la mano, tomó el
paquete de galletas, lo abrió y comenzó a comer. La señora se molestó
un poco; no quería ser grosera pero tampoco hacer de cuenta que nada
había pasado. Así que, con un gesto exagerado, tomó el paquete, sacó
una galleta y se la comió mirando fijamente al joven.

Como respuesta, el joven tomó otra galleta y, mirando a la señora a los


ojos y sonriendo, se la llevó a la boca. Ya enojada, ella cogió otra galleta
y, con ostensibles señales de fastidio, se la comió mirándolo fijamente.

El diálogo de miradas y sonrisas continuó entre galleta y galleta. La


señora estaba cada vez más irritada, y el muchacho cada vez más
sonriente. Finalmente, ella se dio cuenta de que sólo quedaba una
galleta, y pensó: "No podrá ser tan caradura" mientras miraba
alternativamente al joven y al paquete. Con mucha calma el joven alargó
la mano, tomó la galleta y la partió en dos. Con un gesto amable, le
ofreció la mitad a su compañera de banco.

-¡Gracias! -dijo ella tomando con rudeza el trozo de galleta.

-De nada -contestó el joven sonriendo, mientras comía su mitad.


Entonces el tren anunció su partida. La señora se levantó furiosa del
banco y subió a su vagón. Desde la ventanilla, vio al muchacho todavía
sentado en el andén y pensó: "¡Qué insolente y mal educado! ¡Qué será
de nuestro mundo!" De pronto sintió la boca reseca por el disgusto. Abrió
su bolso para sacar la botella de agua y se quedó estupefacta cuando
encontró allí su paquete de galletas intacto.

Reflexión:

¡Cuántas veces nuestros prejuicios y decisiones apresuradas nos hacen


valorar erróneamente a los demás y cometer equivocaciones! Cuántas
veces la desconfianza hace que juzguemos arbitrariamente a las
personas y las situaciones, encasillándolas en ideas preconcebidas
alejadas de la realidad. ¿Os ha pasado alguna vez?
A veces debemos recordarnos el abandonar los prejuicios, limpiar
nuestra cabeza de ideas preconcebidas, y prestar atención a lo que
realmente tenemos delante para ver las cosas como realmente son.

El coleccionista de insultos:

Cerca de Tokio vivía un gran samurai, ya anciano, que se dedicaba a


enseñar el budismo zen a los jóvenes.

A pesar de su edad, corría la leyenda de que era capaz de vencer a


cualquier adversario.

Cierto día un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos pasó por
la casa del viejo. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación:
esperaba que el adversario hiciera su primer movimiento, y, gracias a su
inteligencia privilegiada para captar los errores, contraatacaba con
velocidad fulminante.

El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una batalla.


Conociendo la reputación del viejo samurai, estaba allí para derrotarlo y
aumentar aún más su fama.

Los estudiantes de zen que se encontraban presentes se manifestaron


contra la idea, pero el anciano aceptó el desafío.
Entonces fueron todos a la plaza de la ciudad, donde el joven empezó a
provocar al viejo:
Arrojó algunas piedras en su dirección, lo escupió en la cara y le gritó
todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus ancestros.
Durante varias horas hizo todo lo posible para sacarlo de sus casillas,
pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, ya exhausto y
humillado, el joven guerrero se retiró de la plaza.

Decepcionados por el hecho de que su maestro aceptara tantos insultos


y provocaciones, los alumnos le preguntaron:

-¿Cómo ha podido soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usó su


espada, aun sabiendo que podría perder la lucha, en vez de mostrarse
como un cobarde ante todos nosotros?

El viejo samurai repuso:

-Si alguien se acerca a ti con un regalo y no lo aceptas, ¿a quién le


pertenece el regalo?
-Por supuesto, a quien intentó entregarlo -respondió uno de los
discípulos.

-Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos añadió el


maestro-. Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien
los cargaba consigo.

Reflexión:

¿Qué pasaría si no cedemos a provocaciones, insultos e intentos de


humillación? No podemos cambiar la actitud de los demás, pero
podemos elegir no entrar en el juego, y no caer en la provocación. ¿se os
ocurre algún ejemplo de vuestro día a día en donde podáis aplicar las
enseñanzas del maestro samurai? ...
Arreglando el Mundo

Un científico, vivía con preocupación todos los problemas del mundo.

Estaba decidido a encontrar por todos los medios una solución.Pasaba días en su laboratorio, en
busca de respuestas.

Cierto día, su hijo de 7 años, invadió su lugar de trabajo, dispuesto a ayudarle a encontrar esa
ansiada solución.

El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lugar.

Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiera distraer su atención:

Encontró una revista, donde había un mapa del mundo, ¡justo lo que precisaba!

Con una tijera, recortó el mapa en varios pedazos y se los entregó al niño con un rollo de cinta,
diciendo: Hijo, como te gustan tanto los rompecabezas, te voy a dar el mundo en pequeños
pedazos, para que lo repares.

El científico pensaba, quizás se demoraría meses en resolverlo, o quizás nunca lo lograse, pero por
lo menos, le dejaría tranquilo por un tiempo; pero no fue así.

Pasada algunas horas, escuchó la voz del niño: "Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo".
Al principio el padre no dio crédito a las palabras del niño. ¡No puede ser, es imposible que a su
edad, haya conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes!

Levantó la vista de sus anotaciones, con la certeza de que vería un trabajo digno de un niño: Para
su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos
lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo había sido capaz?

-"Hijito, tú no sabías cómo es el mundo, ¿cómo lograste armarlo?"

-"Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo,
vi del otro lado la figura de un hombre. Así que le di la vuelta a los recortes y comencé a
recomponer al hombre, que sí sabía cómo era.

Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y me di cuenta que había arreglado al
mundo."

PARA ARREGLAR EL MUNDO EMPIEZA POR TI

Reflexión:

Los grandes cambios se consiguen con cambios pequeños, en nosotros


mismos y nuestro entorno. Para "arreglar el mundo" hemos de empezar
por nosotros mismos.

El vaso de agua:
En una sesión grupal, la psicóloga en un momento dado levantó un vaso de
agua.

Cuando todos esperaban oír la pregunta: "¿Está el vaso medio lleno o medio
vacío?" , ella en lugar de ésto preguntó:

- ¿Cuánto pesa este vaso?

Las respuestas de los componentes del grupo variaron entre 200 y 250 gramos.

Pero la psicóloga respondió:

- El peso absoluto no es importante, sino el percibido, porque dependerá de


cuánto tiempo sostengo el vaso: Si lo sostengo durante 1 minuto, no es
problema. Si lo sostengo 1 hora, me dolerá el brazo. Si lo sostengo 1 día, mi
brazo se entumecerá y paralizará.

El vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado y más difícil
de soportar se vuelve.
Después continuó diciendo:

- Las preocupaciones son como el vaso de agua. Si piensas en ellas un rato, no


pasa nada. Si piensas en ellas un poco más empiezan a doler y si piensas en ellas
todo el día, acabas sintiéndote paralizado e incapaz de hacer nada.

¡Acuérdate de soltar el vaso!

Reflexión: A veces las preocupaciones se enquistan en nuestros


pensamientos y no nos dejan centrarnos en las soluciones, en lo que sí
podemos hacer. Preocuparnos en exceso y anclarnos en pensar en los
problemas nos agota, absorbe nuestras energías y nos quita fuerzas
para actuar, y para movilizarnos hacia soluciones. Está muy bien ser
consciente de los problemas y tener presente las dificultades y los
riesgos, pero llenar nuestra cabeza de preocupaciones durante mucho
tiempo nos agota emocionalmente. ¿Sabéis soltar el vaso a tiempo?

El Árbol de las Preocupaciones

Un rico comerciante contrató a un carpintero para restaurar una antigua


casa colonial. Como el comerciante era de esas personas a las que les
gusta tener todo bajo control y le preocupaba que el trabajo no quedase
bien, decidió pasar un día en la casa, para ver cómo iban las obras.

Al final de la jornada, se dio cuenta de queel carpintero había trabajado


mucho, a pesar de que había sufrido varios contratiempos. Para
completar el día de mala suerte, el coche también se negó a funcionar
así que el empresario se ofreció para llevarle a casa.

El carpintero no habló durante todo el trayecto, visiblemente enojado y


preocupado por todos los contratiempos que había tenido a lo largo
del día. Sin embargo, al llegar invitó al comerciante a conocer a su
familia y a cenar, pero antes de abrir la puerta, se detuvo delante de un
pequeño árbol y acarició sus ramas durante pocos minutos.

Cuando abrió la puerta y entró en la casa, la transformación era


radical: parecía un hombre feliz. La cena transcurrió entre risas y
animada conversación. Al terminar la velada, el carpintero acompañó al
comerciante al coche. Cuando pasaron por delante del árbol, este le
preguntó:

- ¿Qué tiene de especial ese árbol? Antes de entrar estabas enojado


y preocupado y después de tocarlo eras otro hombre.

- Ese es el árbol de los problemas – le respondió el carpintero. – Soy


consciente de que no puedo evitar los contratiempos en el trabajo
pero no tengo por qué llevarme las preocupaciones a casa. Cuando
toco sus ramas, dejo ahí las preocupaciones y las recojo a la mañana
siguiente, cuando regreso al trabajo. Lo interesante es que cada
mañana encuentro menos motivos para preocuparme que los que
dejé el día antes.

Esa noche, el rico comerciante aprendió una de las lecciones más


valiosas de su vida.

Reflexión: Aprender a soltar las preocupaciones diarias puede parecer


una habilidad difícil, pero con práctica puede conseguirse y convertirse
en un hábito que nos permitirá disfrutar mejor de nuestra vida.

Las preocupaciones son como montar en una bicicleta estática: cansan


pero no llevan a ninguna parte. Cargar con la mochila de
preocupaciones durante todo el día genera estrés,angustia, ansiedad
y gran malestar, creándose una bola cada vez más grande que fomenta
la irritabilidad y la negatividad... además de impedirnos disfrutar del
presente.

Pero lo bueno es que podemos practicar y fomentar habilidades que


nos permitan "soltar lastre" diariamente. podemos crear nuestro
propio "árbol de las preocupaciones": hacer deporte, practicar relajación,
meditación, ejercicios mentales, etc.

Plantemos nuestro arbol de las preocupaciones y recordemos


abrazarlo cada día.

El Papel Arrugado:

Contaba un predicador que, cuando era niño, su carácter impulsivo lo


hacía estallar en cólera a la menor provocación.

Luego de que sucedía, casi siempre se sentíaavergonzado y batallaba


por pedir excusas a quien había ofendido.

Un día su maestro, que lo vio dando justificaciones después de una


explosión de ira a uno de sus compañeros de clase, lo llevó al salón, le
entregó una hoja de papel lisa y le dijo:

—¡Arrúgalo! El muchacho, no sin cierta sorpresa, obedeció e hizo con el


papel una bolita. —Ahora —volvió a decirle el maestro— déjalo como
estaba antes.
Por supuesto que no pudo dejarlo como estaba. Por más que trataba, el
papel siempre permanecía lleno de pliegues y de arrugas.

Entonces el maestro remató diciendo:


—El corazón de las personas es como ese papel. La huella que dejas
con tu ofensa será tan difícil de borrar como esas arrugas y esos
pliegues.

Así aprendió a ser más comprensivo y más paciente, recordando,


cuando está a punto de estallar, el ejemplo del papel arrugado.

Reflexión:

Este cuento pone de manifestación la importancia de controlar la


ira, saber gestionar nuestras emociones y expresar nuestro
desacuerdo y enfado con asertividad.

No se trata de no enfadarse: sino de saber gestionarlo, y de saber


expresar nuestro malestar, disconformidad o enfado sin atacar al
otro, siempre desde el respeto, no recurrir nunca a la violencia pues es
dañino tanto para los demás como para nosotros mismos. Es importante
saber gestionar las frustaciones o nuestro enfado sin perder los papeles.
Ser sincero o expresar nuestras emociones no justifica hacerlo de
cualquier modo, es importante fomentar la paciencia, control de nuestras
emociones y comunicación asertiva con los demás. Elrespeto ha de ser
un valor fundamental en nuestra vida: gracias al respeto nos evitaremos
ir por la vida arrugando papeles ;)

¿COMO CRECER? Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se
estaban muriendo. El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque
no podía florecer como la Rosa. La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble.
Entonces encontró una planta, una Fresa, floreciendo y más fresca que nunca. El rey preguntó:
¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío? No lo sé. Quizás sea
porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresas. Si hubieras querido un Roble o
una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresa de la mejor
manera que pueda". Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente
mírate a ti mismo. No hay posibilidad de que seas otra persona. Podes disfrutarlo y florecer regado
con tu propio amor por vos, o podes marchitarte en tu propia condena... ANIMARSE A VOLAR ..Y
cuando se hizo grande, su padre le dijo: -Hijo mío, no todos nacen con alas. Y si bien es cierto que
no tienes obligación de volar, opino que sería penoso que te limitaras a caminar teniendo las alas
que el buen Dios te ha dado. -Pero yo no sé volar – contestó el hijo. -Ven – dijo el padre. Lo tomó
de la mano y caminando lo llevó al borde del abismo en la montaña. -Ves hijo, este es el vacío.
Cuando quieras podrás volar. Sólo debes pararte aquí, respirar profundo, y saltar al abismo. Una
vez en el aire extenderás las alas y volarás... El hijo dudó. -¿Y si me caigo? -Aunque te caigas no
morirás, sólo algunos machucones que harán más fuerte para el siguiente intento –contestó el
padre. El hijo volvió al pueblo, a sus amigos, a sus pares, a sus compañeros con los que había
caminado toda su vida. Los más pequeños de mente dijeron: -¿Estás loco? -¿Para qué? -Tu padre
está delirando... -¿Qué vas a buscar volando? -¿Por qué no te dejas de pavadas? -Y además, ¿quién
necesita? 26 cuentos para pensar Jorge Bucay 2 Los más lúcidos también sentían miedo: -¿Será
cierto? -¿No será peligroso? -¿Por qué no empiezas despacio? -En todo casa, prueba tirarte desde
una escalera. -...O desde la copa de un árbol, pero... ¿desde la cima? El joven escuchó el consejo
de quienes lo querían. Subió a la copa de un árbol y con coraje saltó... Desplegó sus alas. Las agitó
en el aire con todas sus fuerzas... pero igual... se precipitó a tierra... Con un gran chichón en la
frente se cruzó con su padre: -¡Me mentiste! No puedo volar. Probé, y ¡mira el golpe que me di!.
No soy como tú. Misalas son de adorno... – lloriqueó. -Hijo mío – dijo el padre – Para volar hay que
crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen. Es como tirarse en un
paracaídas... necesitas cierta altura antes de saltar. Para aprender a volar siempre hay que empezar
corriendo un riesgo. Si uno quiere correr riesgos, lo mejor será resignarse y seguir caminando
como siempre. EL BUSCADOR Esta es la historia de un hombre al que yo definiría como buscador
Un buscador es alguien que busca. No necesariamente es alguien que encuentra. Tampoco esa
alguien que sabe lo que está buscando. Es simplemente para quien su vida es una búsqueda. Un
día un buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Él había aprendido a hacer caso
riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, así que dejó todo y
partió. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos divisó Kammir, a lo lejos. Un
poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención. Estaba
tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadoras. La
rodeaba por completo una especie de valla pequeña de madera lustrada… Una portezuela de
bronce lo invitaba a entrar. De pronto sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación
de descansar por un momento en ese lugar. El buscador traspaso el portal y empezó a caminar
lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Dejó
que sus ojos eran los de un buscador, quizá por eso descubrió, sobre una de las piedras, aquella
inscripción … “Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días”. Se sobrecogió un poco al
darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra. Era una lápida, sintió pena al
pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar… Mirando a su alrededor, el
hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado, también tenía una inscripción, se acercó a leerla
decía “Llamar Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas”. El buscador se sintió terrible mente
conmocionado. Este hermoso lugar, era un cementerio y cada piedra una lápida. Todas tenían 26
cuentos para pensar Jorge Bucay 3 inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto
del muerto, pero lo que lo contactó con el espanto, fue comprobar que, el que más tiempo había
vivido, apenas sobrepasaba 11 años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar. El
cuidador del cementerio pasaba por ahí y se acercó, lo miró llorar por un rato en silencio y luego le
preguntó si lloraba por algún familiar. - No ningún familiar – dijo el buscador - ¿Qué pasa con este
pueblo?, ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en
este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que lo ha obligado a construir
un cementerio de chicos?. El anciano sonrió y dijo: -Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo
que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré: cuando un joven cumple 15 años,
sus padres le regalan una libreta, como esta que tengo aquí, colgando del cuello, y es tradición
entre nosotros que, a partir de allí, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta
y anota en ella: a la izquierda que fu lo disfrutado…, a la derecha, cuanto tiempo duró ese gozo.
¿ Conoció a su novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de
conocerla?…¿Una semana?, dos?, ¿tres semanas y media?… Y después… la emoción del primer
beso, ¿cuánto duró?, ¿El minuto y medio del beso?, ¿Dos días?, ¿Una semana? … ¿y el embarazo o
el nacimiento del primer hijo? …, ¿y el casamiento de los amigos…?, ¿y el viaje más deseado…?, ¿y
el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano…?¿Cuánto duró el disfrutar de estas
situaciones?… ¿horas?, ¿días?… Así vamos anotando en la libreta cada momento, cuando alguien
se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo
sobre su tumba. Porque ese es, para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido. EL ELEFANTE
ENCADENADO Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los
circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el
elefante. Durante la función, la enrome bestia hacia despliegue de su tamaño, peso y fuerza
descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el
elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas clavada a
una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de
madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa
me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría,
con facilidad, arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por
qué no huye? Cuando tenía 5 o 6 años yo todavía en la sabiduría de los grandes. Pregunté
entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos
me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta
obvia: -Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna 26
cuentos para pensar Jorge Bucay 4 respuesta coherente. Con el tiempo me olvide del misterio del
elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían
hecho la misma pregunta. Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo
bastante sabio como para encontrar la respuesta: El elefante del circo no se escapa porque ha
estado atado a una estaca parecida desde muy, muy pequeño. Cerré los ojos y me imaginé al
pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito
empujó, tiró, sudó, tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era
ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado, y que al día siguiente volvió a
probar, y también al otro y al que le seguía... Hasta que un día, un terrible día para su historia, el
animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que
vemos en el circo, no se escapa porque cree -pobre- que NO PUEDE. Él tiene registro y recuerdo de
su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se
ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza
otra vez... EL OSO Esta historia habla de un sastre, un zar y su oso. Un día el zar descubrió que uno
de los botones de su chaqueta preferida se había caído. El zar era caprichoso, autoritario y cruel
(cruel como todos los que enmarañan por demasiado tiempo en el poder), así que, furioso por la
ausencia del botón mandó a buscar a su sastre y ordenó que a la mañana siguiente fuera
decapitado por el hacha del verdugo. Nadie contradecía al emperador de todas la Rusias, así que la
guardia fue hasta la casa del sastre y arrancándolo de entre los brazos de su familia lo llevó a la
mazmorra del palacio para esperar allí su muerte. Cuando, cayo el sol un guardiacárcel le llevó al
sastre la última cena, el sastre revolvió el plato de comida con la cuchara¬ y mirando al
guardiacárcel dijo – Pobre del zar. - El guardiacárcel no puedo evitar reírse - ¿Pobre del zar?, dijo
pobre de ti tu cabeza quedará separada de tu cuerpo unos cuantos metros mañana a la mañana. -
Si, lo sé pero mañana en la mañana el zar perderá mucho más que un sastre, el zar perderá la
posibilidad de que su oso la cosa que más quiere en el mundo su propio oso aprenda a hablar. - ¿Tú
sabes enseñarle a hablar a los osos?, preguntó el guardiacárcel sorprendido. - Un viejo secreto
familiar... – dijo el sastre. Deseoso de ganarse los favores del zar, el pobre guardia corrió a contarle
al soberano su descubrimiento: ¡¡El sastre sabía enseñarle a hablar a los osos!! El zar se sintió
encantado. Mandó rápidamente a buscar al sastre y le ordenó: 26 cuentos para pensar Jorge Bucay
5 -¡¡Enséñale a mi oso a hablar nuestro gustaría complaceros pero la verdad, es que enseñar a
hablar a un oso es una ardua tarea y lleva tiempo... y lamentablemente, tiempo es lo que menos
tengo... -El zar hizo un silencio, y preguntó ¿cuánto tiempo llevaría el aprendizaje? - Bueno,
depende de la inteligencia del oso... Dijo el sastre. - ¡¡El oso es muy inteligente!! – interrumpió el
zar – De hecho es el oso más inteligente de todos los osos de Rusia. -Bueno, musitó el sastre... si el
oso es inteligente... y siente deseos de aprender... yo creo... que el aprendizaje duraría... duraría...
no menos de...... DOS AÑOS. El zar pensó un momento y luego ordenó: - Bien, tu pena será
suspendida por dos años, mientras tanto tú entrenarás al oso. ¡Mañana empezarás! - Alteza - dijo
el sastre – Si tu mandas al verdugo a ocuparse de mi cabeza, mañana estarán muerto, y mi familia,
se las ingeniará para poder sobrevivir. Pero si me conmutas la pena, yo tendré que dedicarle el
tiempo a trabajar, no podré dedicarme a tu oso... debo mantener a mi familia. - Eso no es
problema – dijo el zar – A partir de hoy y durante dos años tú y tu familia estarán bajo la
protección real. Serán vestidos, alimentados y educados con el dinero de la corte y nada que
necesiten o deseen, les será negado... Pero, eso sí... Si dentro de dos años el oso no habla... te
arrepentirás de haber pensado en esta propuesta... Rogarás haber sido muerto por el verdugo...
¿Entiendes, verdad?. - Sí, alteza. - Bien... ¡¡Guardias!! - gritó el zar –Que lleven al sastre a su casa
en el carruaje de la corte, denle dos bolsas de oro, comida y regalos para sus niños. Ya... ¡¡Fuera!!.
El sastre en reverencia y caminando hacia atrás, comenzó a retirarse mientras musitaba
agradecimientos. - No olvides - le dijo el zar apuntándolo con el dedo a la frente – Si en dos años el
oso no habla... – Alteza... - ...Cuando todos en la casa del sastre lloraban por la pérdida del padre
de familia, el hombre pequeño apareció en la casa en el carruaje del zar, sonriente, eufórico y con
regalos para todos. La esposa del sastre no cabía en su asombro. Su marido que pocas horas antes
había sido llevado al cadalso volvía ahora, exitoso, acaudalado y exultante... Cuando estuvo a solas
el hombre le contó los hechos. - Estás LOCO – chilló la mujer – enseñar a hablar al oso del zar. Tú,
que ni siquiera has visto un oso de cerca, ¡Estás, loco! Enseñar a hablar al oso... Loco, estás loco... -
Calma mujer, calma. Mira, me iban a cortar la cabeza mañana al amanecer, ahora... ahora tengo
dos años... En dos años pueden pasar tantas cosas en dos años. En dos años... – siguió el sastre - se
puede morir el zar... me puedo morir yo... y lo más importante... por ahí el ¡¡oso habla!! 26 cuentos
para pensar Jorge Bucay 6 EL TEMIDO ENEMIGO La idea de este cuento llegó a mí escuchando un
relato de Enrique Mariscal. Me permití, partir de allí prolongar el cuento transformarlo en otra
historia con otro mensaje y otro sentido. Así como está ahora se lo regalé una tarde a mí amigo
Norbi. Había una vez, en un reino muy lejano y perdido, un rey al que le gustaba sentirse poderoso.
Su deseo de poder no se satisfacía sólo con tenerlo, él, necesitaba además, que todos lo admiraran
por ser poderoso, así como la madrastra de Blanca Nieves no le alcanzaba con verse bella, también
él necesitaba mirarse en un espejo que le dijera lo poderoso que era. Él no tenía espejos mágicos,
pero contaba con un montón de cortesanos y sirvientes a su alrededor a quienes preguntarle si él,
era el más poderoso del reino. Invariablemente todos le decían lo mismo: -Alteza, eres muy
poderoso, pero tú sabes que el mago tiene un poder que nadie posee: Él, él conoce el futuro. ( En
aquel tiempo, alquimistas, filósofos, pensadores, religiosos y místicos eran llamados,
genéricamente “magos”). El rey estaba muy celoso del mago del reino pues aquel no sólo tenía
fama de ser un hombre muy bueno y generoso, sino que además, el pueblo entero lo amaba, lo
admiraba y festejaba que él existiera y viviera allí. No decían lo mismo del rey. Quizás porque
necesitaba demostrar que era él quien mandaba, el rey no era justo, ni ecuánime, y mucho menos
bondadoso. Un día, cansado de que la gente le contara lo poderoso y querido que era el mago o
motivado por esa mezcla de celos y temores que genera la envidia, el rey urdió un plan:
Organizaría una gran fiesta a la cual invitaría al mago y después la cena, pediría la atención de
todos. Llamaría al mago al centro del salón y delante de los cortesanos, le preguntaría si era cierto
que sabía leer el futuro. El invitado, tendría dos posibilidades: decir que no, defraudando así la
admiración de los demás, o decir que sí, confirmando el motivo de su fama. El rey estaba seguro de
que escogería la segunda posibilidad. Entonces, le pediría que le dijera la fecha en la que el mago
del reino iba a morir. Éste daría una respuesta, un día cualquiera, no importaba cuál. En ese mismo
momento, planeaba el rey, sacar su espada y matarlo. Conseguiría con esto dos cosas de un solo
golpe: la primera, deshacerse de su enemigo para siempre; la segunda, demostrar que el mago no
había podido adelantarse al futuro, y que se había equivocado en su predicción. Se acabaría, en
una sola noche. El mago y el mito de sus poderes... Los preparativos se iniciaron enseguida, y muy
pronto el día del festejo llegó... ...Después de la gran cena. El rey hizo pasar al mago al centro y
ante le silencio de todos le preguntó: - ¿Es cierto que puedes leer el futuro? - Un poco – dijo el
mago. 26 cuentos para pensar Jorge Bucay 7 - ¿Y puedes leer tu propio futuro, preguntó el rey? -
Un poco – dijo el mago. - Entonces quiero que me des una prueba - dijo el rey - ¿Qué día morirás?.
¿ Cuál es la fecha de tu muerte? El mago se sonrió, lo miró a los ojos y no contestó. - ¿Qué pasa
mago? - dijo el rey sonriente -¿No lo sabes?... ¿no es cierto que puedes ver el futuro? - No es eso -
dijo el mago - pero lo que sé, no me animo a decírtelo. - ¿Cómo que no te animas?- dijo el rey-... Yo
soy tu soberano y te ordeno que me lo digas. Debes darte cuenta de que es muy importante para
el reino, saber cuando perdemos a sus personajes más eminentes... Contéstame pues, ¿cuándo
morirá el mago del reino? Luego de un tenso silencio, el mago lo miró y dijo: - No puedo precisarte
la fecha, pero sé que el mago morirá exactamente un día antes que el rey... Durante unos instantes,
el tiempo se congeló. Un murmullo corrió por entre los invitados. El rey siempre había dicho que
no creía en los magos ni en las adivinaciones, pero lo cierto es que no se animó a matar al mago.
Lentamente el soberano bajó los brazos y se quedó en silencio... Los pensamientos se agolpaban
en su cabeza. Se dio cuenta de que se había equivocado. Su odio había sido el peor consejero. -
Alteza, te has puesto pálido. ¿Qué te sucede? – preguntó el invitado. - Me siento mal - contestó el
monarca – voy a ir a mi cuarto, te agradezco que hayas venido. Y con un gesto confuso giró en
silencio encaminándose a sus habitaciones... El mago era astuto, había dado la única respuesta que
evitaría su muerte. ¿Habría leído su mente? La predicción no podía ser cierta. Pero... ¿Y si lo
fuera?... Estaba aturdido Se le ocurrió que sería trágico que le pasara algo al mago camino a su
casa. El rey volvió sobre sus pasos, y dijo en voz alta: - Mago, eres famoso en el reino por tu
sabiduría, te ruego que pases esta noche en el palacio pues debo consultarte por la mañana sobre
algunas decisiones reales. - ¡ Majestad!. Será un gran honor... – dijo el invitado con una reverencia.
El rey dio órdenes a sus guardias personales para que acompañaran al mago hasta las habitaciones
de huéspedes en el palacio y para que custodiasen su puerta asegurándose de que nada pasara...
Esa noche el soberano no pudo conciliar el sueño. Estuvo muy inquieto pensando qué pasaría si el
mago le hubiera caído mal la comida, o si se hubiera hecho daño accidentalmente durante la
noche, o si, simplemente, le hubiera llegado su hora. Bien temprano en la mañana el rey golpeó en
las habitaciones de su invitado. 26 cuentos para pensar Jorge Bucay 8 Él nunca en su vida había
pensado en consultar ninguna de sus decisiones, pero esta vez, en cuánto el mago lo recibió, hizo
la pregunta... necesitaba una excusa. Y el mago, que era un sabio, le dio una respuesta correcta,
creativa y justa. El rey, casi sin escuchar la respuesta alabó a su huésped por su inteligencia y le
pidió que se quedara un día más, supuestamente, para “consultarle” otro asunto... (obviamente, el
rey sólo quería asegurarse de que nada le pasara). El mago – que gozaba de la libertad que sólo
conquistan los iluminados – aceptó... Desde entonces todos los días, por la mañana o por la tarde,
el rey iba hasta las habitaciones del mago para consultarlo y lo comprometía para una nueva
consulta al día siguiente. No pasó mucho tiempo antes de que el rey se diera cuenta de que los
consejos de su nuevo asesor eran siempre acertados y terminara, casi sin notarlo, teniéndolos en
cuenta en cada una de las decisiones. Pasaron los meses y luego los años. Y como siempre... estar
cerca del que sabe vuelve el que no sabe, más sabio. Así fue: el rey poco a poco se fue volviendo
más y más justo. Ya no era despótico ni autoritario. Dejó de necesitar sentirse poderoso, y
seguramente por ello dejó de necesitar demostrar su poder. Empezó a aprender que la humildad
también podía ser ventajosa empezó a reinar de una manera más sabia y bondadosa. Y sucedió
que su pueblo empezó a quererlo, como nunca lo había querido antes. El rey ya no iba a ver al
mago investigando por su salud, iba realmente para aprender, para compartir una decisión o
simplemente para charlar, porque el rey y el mago habían llegado a ser excelentes amigos. Un día,
a más de cuatro años de aquella cena, y sin motivo, el rey recordó. Recordó aquel plan aquel plan
que alguna vez urdió para matar a este su entonces más odiado enemigo Y sé dio cuenta que no
podía seguir manteniendo este secreto sin sentirse un hipócrita. El rey tomó coraje y fue hasta la
habitación del mago. Golpeó la puerta y apenas entró le dijo: - Hermano, tengo algo que contarte
que me oprime el pecho - Dime – dijo el mago – y alivia tu corazón. - Aquella noche, cuando te
invité a cenar y te pregunté sobre tu muerte, yo no quería en realidad saber sobre tu futuro,
planeaba matarte y frente a cualquier cosa que me dijeras, porque quería que tu muerte
inesperada desmitificara para siempre tu fama de adivino. Te odiaba porque todos te amaban...
Estoy tan avergonzado... - Aquella noche no me animé a matarte y ahora que somos amigos, y más
que amigos, hermanos, me aterra pensar lo que hubiera perdido si lo hubiese hecho. Hoy he
sentido que no puedo seguir ocultándote mi infamia. 26 cuentos para pensar Jorge Bucay 9
Necesité decirte todo esto para que tú me perdones o me desprecies, pero sin ocultamientos. El
mago lo miró y le dijo: - Has tardado mucho tiempo en poder decírmelo. Pero de todas maneras,
me alegra, me alegra que lo hayas hecho, porque esto es lo único que me permitirá decirte que ya
lo sabía. Cuando me hiciste la pregunta y bajaste tu mano sobre el puño de tu espada, fue tan clara
tu intención, que no hacía falta adivino para darse cuenta de lo que pensabas hacer, - el mago
sonrió y puso su mano en el hombro del rey. – Como justo pago a tu sinceridad, debo decirte que
yo también te mentí... Te confieso hoy que inventé esa absurda historia de mi muerte antes de la
tuya para darte una lección. Una lección que recién hoy estás en condiciones de aprender, quizás la
más importante cosa que yo te haya enseñado nunca. Vamos por el mundo odiando y rechazando
aspectos de los otros y hasta de nosotros mismos que creemos despreciables, amenazantes o
inútiles... y sin embargo, si nos damos tiempo, terminaremos dándonos cuenta de lo mucho que
nos costaría vivir sin aquellas cosas que en un momento rechazamos. Tu muerte, querido amigo,
llegará justo, justo el día de tu muerte, y ni un minuto antes. Es importante que sepas que yo estoy
viejo, y que mi día seguramente se acerca. No hay ninguna razón para pensar que tu partida deba
estar atada a la mía. Son nuestras vidas las que se han ligado, no nuestras muertes. El rey y el mago
se abrazaron y festejaron brindando por la confianza que cada uno sentí en esta relación que
habían sabido construir juntos... Cuenta la leyenda... que misteriosamente... esa misma noche... el
mago... murió durante el sueño. El rey se enteró de la mala noticia a la mañana siguiente... y se
sintió desolado. No estaba angustiado por la idea de su propia muerte, había aprendido del mago a
desapegarse hasta de su permanencia en el mundo. Estaba triste, simplemente por la muerte de
su amigo. ¿Qué coincidencia extraña había hecho que el rey pudiera contarle esto al mago justo la
noche anterior a su muerte?. Tal vez, tal vez de alguna manera desconocida el mago había hecho
que él pudiera decirle esto para quitarle su fantasía de morirse un día después. Un último acto de
amor para librarlo de sus temores de otros tiempos... Cuentan que el rey se levantó y que con sus
propias manos cavó en el jardín, bajo su ventana, una tumba para su amigo, el mago. Enterró allí
su cuerpo y el resto del día se quedó al lado del montículo de tierra, llorando como se llora ante la
pérdida de los seres queridos. Y recién entrada la noche, el rey volvió a su habitación. Cuenta la
leyenda... que esa misma noche... veinticuatro horas después de la muerte del mago, el rey murió
en su lecho mientras dormía... quizás de casualidad... quizás de dolor... quizás para confirmar la
última enseñanza del maestro. 26 cuentos para pensar Jorge Bucay 10 LA ALEGORIA DEL CARRUAJE
Un día de octubre, una voz familiar en el teléfono me dice: -Salí a la calle que hay un regalo para
vos. Entusiasmado, salgo a la vereda y me encuentro con el regalo. Es un precioso carruaje
estacionado justo, justo frente a la puerta de mi casa. Es de madera de nogal lustrada, tiene
herrajes de bronce y lámparas de cerámica blanca, todo muy fino, muy elegante, muy "chic". Abro
la portezuela de la cabina y subo. Un gran asiento semicircular forrado en pana bordó y unos
visillos de encaje blanco le dan un toque de realeza al cubículo. Me siento y me doy cuenta que
todo está diseñado exclusivamente para mí, está calculado el largo de las piernas, el ancho del
asiento, la altura del techo... todo es muy cómodo, y no hay lugar para nadie más. Entonces miro
por la ventana y veo "el paisaje": de un lado el frente de mi casa, del otro el frente de la casa de mi
vecino... y digo: "¡Qué bárbaro este regalo! "¡Qué bien, qué lindo...!" Y me quedo un rato
disfrutando de esa sensación. Al rato empiezo a aburrirme; lo que se ve por la ventana es siempre
lo mismo. Me pregunto: "¿Cuánto tiempo uno puede ver las mismas cosas?" Y empiezo a
convencerme de que el regalo que me hicieron no sirve para nada. De eso me ando quejando en
voz alta cuando pasa mi vecino que me dice, como adivinándome: -¿No te das cuenta que a este
carruaje le falta algo? Yo pongo cara de qué-le-falta mientras miro las alfombras y los tapizados. -Le
faltan los caballos - me dice antes de que llegue a preguntarle. Por eso veo siempre lo mismo
-pienso-, por eso me parece aburrido. -Cierto - digo yo. Entonces voy hasta el corralón de la
estación y le ato dos caballos al carruaje. Me subo otra vez y desde adentro les grito: -¡¡Eaaaaa!! El
paisaje se vuelve maravilloso, extraordinario, cambia permanentemente y eso me sorprende. Sin
embargo, al poco tiempo empiezo a sentir cierta vibración en el carruaje y a ver el comienzo de
una rajadura en uno de los laterales. Son los caballos que me conducen por caminos terribles;
agarran todos los pozos, se suben a las veredas, me llevan por barrios peligrosos. Me doy cuenta
que yo no tengo ningún control de nada; los caballos me arrastran a donde ellos quieren. Al
principio, ese derrotero era muy lindo, pero al final siento que es muy peligroso. Comienzo a
asustarme y a darme cuenta que esto tampoco sirve. En ese momento veo a mi vecino que pasa
por ahí cerca, en su auto. Lo insulto: -¡Qué me hizo! Me grita:-¡Te falta el cochero! -¡Ah! - digo yo.
Con gran dificultad y con su ayuda, sofreno los caballos y decido contratar un cochero. A los pocos
días asume funciones. Es un hombre formal y circunspecto con cara de poco humor y mucho
conocimiento. 26 cuentos para pensar Jorge Bucay 11 Me parece que ahora sí estoy preparado
para disfrutar verdaderamente del regalo que me hicieron. Me subo, me acomodo, asomo la
cabeza y le indico al cochero a dónde ir. Él conduce, él controla la situación, él decide la velocidad
adecuada y elige la mejor ruta. Yo... Yo disfruto el viaje. "Hemos nacido, salido de nuestra casa y
nos hemos encontrado con un regalo: nuestro cuerpo. A poco de nacer nuestro cuerpo registró un
deseo, una necesidad, un requerimiento instintivo, y se movió. Este carruaje no serviría para nada
si no tuviera caballos; ellos son los deseos, las necesidades, las pulsiones y los afectos. Todo va bien
durante un tiempo, pero en algún momento empezamos a darnos cuenta que estos deseos nos
llegaban por caminos un poco arriesgados y a veces peligrosos, y entonces tenemos necesidad de
sofrenarlos. Aquí es donde aparece la figura del cochero: nuestra cabeza, nuestro intelecto,
nuestra capacidad de pensar racionalmente. El cochero sirve para evaluar el camino, la ruta. Pero
quienes realmente tiran del carruaje son tus caballos. No permitas que el cochero los descuide.
Tienen que ser alimentados y protegidos, porque... ¿qué harías sin los caballos? ¿Qué sería de vos
si fueras solamente cuerpo y cerebro? Si no tuvieras ningún deseo, ¿cómo sería la vida? Sería
como la de esa gente que va por el mundo sin contacto con sus emociones, dejando que
solamente su cerebro empuje el carruaje. Obviamente tampoco podés descuidar el carruaje,
porque tiene que durar todo el proyecto. Y esto implicará reparar, cuidar, afinar lo que sea
necesario para su mantenimiento. Si nadie lo cuida, el carruaje se rompe, y si se rompe se acabó el
viaje..." OBSTÁCULOS Voy andando por un sendero. Dejo que mis pies me lleven. Mis ojos se posan
en los árboles, en los pájaros, en las piedras. En el horizonte se recorte la silueta de una ciudad.
Agudizo la mirada para distinguirla bien. Siento que la ciudad me atrae. Sin saber cómo, me doy
cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo. Todas mis metas, mis objetivos y
mis logros. Mis ambiciones y mis sueños están en esta ciudad. Lo que quiero conseguir, lo que
necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, o que intento, por lo que trabajo, lo
que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos. Me imagino que todo eso está
en esa ciudad. Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella. A poco de andar, el sendero se hace cuesta
arriba. Me canso un poco, pero no me importa. Sigo. Diviso una sombra negra, más adelante, en el
camino. Al acercarme, veo que una enorme zanja me impide mi paso. Temo... dudo. 26 cuentos
para pensar Jorge Bucay 12 Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. De todas
maneras decido saltar la zanja. Retrocedo, tomo impulso y salto... Consigo pasarla. Me repongo y
sigo caminando. Unos metros más adelante, aparece otra zanja. Vuelvo a tomar carrera y también
la salto. Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado. Me sorprende un abismo que detiene
mi camino. Me detengo. Imposible saltarlo Veo que a un costado hay maderas, clavos y
herramientas. Me doy cuenta de que está allí para construir un puente. Nunca he sido hábil con
mis manos... Pienso en renunciar. Miro la meta que deseo... y resisto. Empiezo a construir el
puente. Pasan horas, o días, o meses. El puente está hecho. Emocionado, lo cruzo. Y al llegar al
otro lado... descubro el muro. Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños...
Me siento abatido... Busco la manera de esquivarlo. No hay caso. Debo escalarlo. La ciudad está
tan cerca... No dejaré que el muro impida mi paso. Me propongo trepar. Descanso unos minutos y
tomo aire... De pronto veo, a un costado del camino un niño que me mira como si me conociera.
Me sonríe con complicidad. Me recuerda a mí mismo... cuando era niño. Quizás por eso, me animo
a expresar en voz alta mi queja: -¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo? El niño se
encoge de hombros y me contesta: -¿Por qué me lo preguntas a mí? Los obstáculos no estaban
antes de que tú llegaras... Los obstáculos los trajiste tú. SUEÑOS DE SEMILLA En el silencio de mi
reflexión percibo todo mi mundo interno como si fuera una semilla, de alguna manera pequeña e
insignificante pero también pletórica de potencialidades. ...Y veo en sus entrañas el germen de un
árbol magnífico, el árbol de mi propia vida en proceso de desarrollo. En su pequeñez, cada semilla
contiene el espíritu del árbol que será después. Cada semilla sabe cómo transformarse en árbol,
cayendo en tierra fértil, absorbiendo los jugos que la alimentan, expandiendo las ramas y el follaje,
llenándose de flores y de frutos, para poder dar lo que tienen que dar. Cada semilla sabe cómo
llegar a ser árbol. Y tantas son las semillas como son los sueños secretos. Dentro de nosotros,
innumerables sueños esperan el tiempo de germinar, echar raíces y darse a luz, morir como
semillas... para convertirse en árboles. Árboles magníficos y orgullosos que a su vez nos digan, en
su solidez, que oigamos nuestra voz interior, que escuchemos la sabiduría de nuestros sueños
semilla. Ellos, los sueños, indican el camino con símbolos y señales de toda clase, en cada hecho,
en cada momento, entre las cosas y entre las personas, en los dolores y en los placeres, en los
triunfos y en los fracasos. Lo soñado nos enseña, dormidos o despiertos, a vernos, a escucharnos, a
darnos cuenta. 26 cuentos para pensar Jorge Bucay 13 Nos muestra el rumbo en presentimientos
huidizos o en relámpagos de lucidez cegadora. Y así crecemos, nos desarrollamos, evolucionamos...
Y un día, mientras transitamos este eterno presente que llamamos vida, las semillas de nuestros
sueños se transformarán en árboles, y desplegarán sus ramas que, como alas gigantescas, cruzarán
el cielo, uniendo en un solo trazo nuestro pasado y nuestro futuro. Nada hay que temer,... una
sabiduría interior las acompaña... porque cada semilla sabe... cómo llegar a ser árbol... UN RELATO
SOBRE AMOR Se trata de dos hermosos jóvenes que se pusieron de novios cuando ella tenía trece
y él dieciocho. Vivían en un pueblito de leñadores situado al lado de una montaña. Él era alto,
esbelto y musculoso, dado que había aprendido a ser leñador desde la infancia. Ella era rubia, de
pelo muy largo, tanto que le llegaba hasta la cintura; tenía los ojos celestes, hermosos y
maravillosos.. La historia cuenta que habían noviado con la complicidad de todo el pueblo. Hasta
que un día, cuando ella tuvo dieciocho y él veintitrés, el pueblo entero se puso de acuerdo para
ayudar a que ambos se casaran. Les regalaron una cabaña, con una parcela de árboles para que él
pudiera trabajar como leñador. Después de casarse se fueron a vivir allí para la alegría de todos, de
ellos, de su familia y del pueblo, que tanto había ayudado en esa relación. Y vivieron allí durante
todos los días de un invierno, un verano, una primavera y un otoño, disfrutando mucho de estar
juntos. Cuando el día del primer aniversario se acercaba, ella sintió que debía hacer algo para
demostrarle a él su profundo amor. Pensó hacerle un regalo que significara esto. Un hacha nueva
relacionaría todo con el trabajo; un pulóver tejido tampoco la convencía, pues ya le había tejido
pulóveres en otras oportunidades; una comida no era suficiente agasajo... Decidió bajar al pueblo
para ver qué podía encontrar allí y empezó a caminar por las calles. Sin embargo, por mucho que
caminara no encontraba nada que fuera tan importante y que ella pudiera comprar con las
monedas que, semanas antes, había ido guardando de los vueltos de las compras pensando que se
acercaba la fecha del aniversario. Al pasar por una joyería, la única del pueblo, vio una hermosa
cadena de oro expuesta en la vidriera. Entonces recordó que había un solo objeto material que él
adoraba verdaderamente, que él consideraba valioso. Se trataba de un reloj de oro que su abuelo
le había regalado antes de morir. Desde chico, él guardaba ese reloj en un estuche de gamuza, que
dejaba siempre al lado de su cama. Todas las noches abría la mesita de luz, sacaba del sobre de
gamuza aquel reloj, lo lustraba, le daba un poquito de cuerda, se quedaba escuchándolo hasta que
la cuerda se terminaba, lo volvía a lustrar, lo acariciaba un rato y lo guardaba nuevamente en el
estuche. 26 cuentos para pensar Jorge Bucay 14 Ella pensó: "Que maravilloso regalo sería esta
cadena de oro para aquel reloj." Entró a preguntar cuánto valía y, ante la respuesta, una angustia la
tomó por sorpresa. Era mucho más dinero del que ella había imaginado, mucho más de lo que ella
había podido juntar. Hubiera tenido que esperar tres aniversarios más para poder comprárselo.
Pero ella no podía esperar tanto. Salió del pueblo un poco triste, pensando qué hacer para
conseguir el dinero necesario para esto. Entonces pensó en trabajar, pero no sabía cómo; y pensó y
pensó, hasta que, al pasar por la única peluquería del pueblo, se encontró con un cartel que decía:
"Se compra pelo natural". Y como ella tenía ese pelo rubio, que no se había cortado desde que
tenía diez años, no tardó en entrar a preguntar. El dinero que le ofrecían alcanzaba para comprar la
cadena de oro y todavía sobraba para una caja donde guardar la cadena y el reloj. No dudó. Le dijo
a la peluquera: - Si dentro de tres días regreso para venderle mi pelo, ¿usted me lo compraría? -
Seguro - fue la respuesta. - Entonces en tres días estaré aquí. Regresó a la joyería, dejó reservada la
cadena y volvió a su casa. No dijo nada. El día del aniversario, ellos dos se abrazaron un poquito
más fuerte que de costumbre. Luego, él se fue a trabajar y ella bajó al pueblo. Se hizo cortar el pelo
bien corto y, luego de tomar el dinero, se dirigió a la joyería. Compró allí la cadena de oro y la caja
de madera. Cuando llegó a su casa, cocinó y esperó que se hiciera la tarde, momento en que él
solía regresar. A diferencia de otras veces, que iluminaba la casa cuando él llegaba, esta vez ella
bajó las luces, puso sólo dos velas y se colocó un pañuelo en la cabeza. Porque él también amaba
su pelo y ella no quería que él se diera cuenta de que se lo había cortado. Ya habría tiempo
después para explicárselo. Él llegó. Se abrazaron muy fuerte y se dijeron lo mucho que se querían.
Entonces, ella sacó de debajo de la mesa la caja de madera que contenía la cadena de oro para el
reloj. Y él fue hasta el ropero y extrajo de allí una caja muy grande que le había traído mientras ella
no estaba. La caja contenía dos enormes peinetones que él había comprado... vendiendo el reloj
de oro del abuelo. Si ustedes creen que el amor es sacrificio, por favor, no se olviden de esta
historia. El amor no está en nosotros para sacrificarse por el otro, sino para disfrutar de su
existencia. LA TRISTEZA Y LA FURIA En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar,
o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta... En un reino mágico, donde
las cosas no tangibles, se vuelven concretas. Había una vez... un estanque maravilloso. 26 cuentos
para pensar Jorge Bucay 15 Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de
todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban
permanentemente... Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose
mutua compañía, la tristeza y la furia. Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos
entraron al estanque. La furia, apurada (como siempre esta la furia), urgida -sin saber por qué- se
baño rápidamente y más rápidamente aún, salió del agua... Pero la furia es ciega, o por lo menos
no distingue claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa
que encontró... Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza... Y así vestida de
tristeza, la furia se fue. Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar
donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin conciencia del paso
del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque. En la orilla se encontró con que su ropa
ya no estaba. Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo,
así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia. Cuentan que desde
entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos
damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que
detrás del disfraz de la furia, en realidad... está escondida la tristeza. AUTODEPENDENCIA "Me
acuerdo siempre de esta escena: Mi primo, mucho más chico que yo, tenía tres años. Yo tenía uno
doce... Estábamos en el comedor diario de la casa de mi abuela. Mi primito vino corriendo y se
llevó la mesa ratona por delante. Cayó sentado de culo en el piso llorando. Se había dado un golpe
fuerte y poco después un bultito del tamaño de un hueso de durazno le apareció en la frente. Mi
tía que estaba en la habitación corrió a abrazarlo y mientras me pedía que trajera hielo le decía a
mi primo: Pobrecito, mala la mesa que te pegó, chas chas a la mesa..., mientras le daba palmadas
al mueble invitando a mi pobre primo a que la imitara... Y yo pensaba: ¿...? ¿Cuál es la enseñanza?
La responsabilidad no es tuya que sos un torpe, que tenés tres años y que no mirás por dónde
caminás; la culpa es de la mesa. La mesa es mala. Yo intentaba entender más o menos sorprendido
el mensaje oculto de la mala intencionalidad de los objetos. Y mi tía insistía para que mi primo le
pegara a la mesa... Me parece gracioso como símbolo, pero como aprendizaje me parece siniestro:
vos nunca sos responsable de lo que hiciste, la culpa siempre la tiene el otro, la culpa es del afuera,
vos no, es el otro el que tiene que dejar de estar en tu camino para que vos no te golpees... 26
cuentos para pensar Jorge Bucay 16 Tuve que recorrer un largo trecho para apartarme de los
mensajes de las tías del mundo. Es mi responsabilidad apartarme de lo que me daña. Es mi
responsabilidad defenderme de los que me hacen daño. Es mi responsabilidad hacerme cargo de
lo que me pasa y saber mi cuota de participación en los hechos. Tengo que darme cuenta de la
influencia que tiene cada cosa que hago. Para que las cosas que me pasan me pasen, yo tengo que
hacer lo que hago. Y no digo que puedo manejar todo lo que me pasa sino que soy responsable de
lo que me pasa porque en algo, aunque sea pequeño, he colaborado para que suceda. Yo no puedo
controlar la actitud de todos a mi alrededor pero puedo controlar la mía. Puedo actuar libremente
con lo que hago. Tendré que decidir qué hago. Con mis limitaciones, con mis miserias, con mis
ignorancias, con todo lo que sé y aprendí, con todo eso, tendré que decidir cuál es la mejor manera
de actuar. Y tendré que actuar de esa mejor manera. Tendré que conocerme más para saber cuáles
son mis recursos. Tendré que quererme tanto como para privilegiarme y saber que esta es mi
decisión. Y tendré, entonces, algo que viene con la autonomía y que es la otra cara de la libertad:
el coraje. Tendré el coraje de actuar como mi conciencia me dicta y de pagar el precio. Tendré que
ser libre aunque a vos no te guste. Y si no vas a quererme así como soy; y si te vas a ir de mi lado,
así como soy; y si en la noche más larga y más fría del invierno me vas a dejar solo y te vas a ir...
cierra la puerta, ¿viste? porque entra viento. Cierra la puerta. Si esa es tu decisión, cierra la puerta.
No voy a pedirte que te quedes un minuto más de lo que vos quieras. Te digo: cierra la puerta
porque yo me quedo y hace frío. Y esta va a ser mi decisión. Esto me transforma en una especie de
ser inmanejable. Porque los autodependientes son inmanejables. Porque a un autodependiente
solamente lo manejas si él quiere. Esto significa un paso muy adelante en tu historia y en tu
desarrollo, una manera diferente de vivir el mundo y probablemente signifique empezar a conocer
un poco más a quien está a tu lado. Si sos autodependiente, de verdad, es probable que algunas
personas de las que están a tu lado se vayan... Quizás algunos no quieran quedarse. Bueno, habrá
que pagar ese precio también. Habrá que pagar el precio de soportar las partidas de algunos a mi
alrededor y prepararse para festejar la llegada de otros (Quizás...)" GALLETITAS A una estación de
trenes llega una tarde, una señora muy elegante. En la ventanilla le informan que el tren está
retrasado y que tardará aproximadamente una hora en llegar a la estación. Un poco fastidiada, la
señora va al puesto de diarios y compra una revista, luego pasa al kiosco y compra un paquete de
galletitas y una lata de gaseosa. Preparada para la forzosa espera, se sienta en uno de los largos
bancos del andén. Mientras hojea la revista, un joven se sienta a su lado y comienza a leer un
diario. Imprevistamente la señora ve, por el rabillo del ojo, cómo el muchacho, sin decir una
palabra, estira la mano, agarra el paquete de 26 cuentos para pensar Jorge Bucay 17 galletitas, lo
abre y después de sacar una comienza a comérsela despreocupadamente. La mujer está indignada.
No está dispuesta a ser grosera, pero tampoco a hacer de cuenta que nada ha pasado; así que, con
gesto ampuloso, toma el paquete y saca una galletita que exhibe frente al joven y se la come
mirándolo fijamente. Por toda respuesta, el joven sonríe... y toma otra galletita. La señora gime un
poco, toma una nueva galletita y, con ostensibles señales de fastidio, se la come sosteniendo otra
vez la mirada en el muchacho. El diálogo de miradas y sonrisas continúa entre galleta y galleta. La
señora cada vez más irritada, el muchacho cada vez más divertido. Finalmente, la señora se da
cuenta de que en el paquete queda sólo la última galletita. " No podrá ser tan caradura", piensa, y
se queda como congelada mirando alternativamente al joven y a las galletitas. Con calma, el
muchacho alarga la mano, toma la última galletita y, con mucha suavidad, la corta exactamente por
la mitad. Con su sonrisa más amorosa le ofrece media a la señora. - Gracias! - dice la mujer
tomando con rudeza la media galletita. - De nada - contesta el joven sonriendo angelical mientras
come su mitad. El tren llega. Furiosa, la señora se levanta con sus cosas y sube al tren. Al arrancar,
desde el vagón ve al muchacho todavía sentado en el banco del andén y piensa: " Insolente".
Siente la boca reseca de ira. Abre la cartera para sacar la lata de gaseosa y se sorprende al
encontrar, cerrado, su paquete de galletitas... ! Intacto!. QUIERO Quiero que me oigas, sin
juzgarme. Quiero que opines, sin aconsejarme. Quiero que confíes en mi, sin exigirme. Quiero que
me ayudes, sin intentar decidir por mi Quiero que me cuides, sin anularme. Quiero que me mires,
sin proyectar tus cosas en mi. Quiero que me abraces, sin asfixiarme. Quiero que me animes, sin
empujarme. Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mi. Quiero que me protejas, sin
mentiras. Quiero que te acerques, sin invadirme. Quiero que conozcas las cosas mías que más te
disgusten, que las aceptes y no pretendas cambiarlas. Quiero que sepas, que hoy, hoy podés
contar conmigo. Sin condiciones. 26 cuentos para pensar Jorge Bucay 18 AMARSE CON LOS OJOS
ABIERTOS Quizás la expectativa de felicidad instantánea que solemos endilgarle al vínculo de preja,
este deseo de exultancia, se deba a un estiramiento ilusorio del instante de enamoramiento.
Cuando uno se enamora en realidad no ve al otro en su totalidad, sino que el otro funciona como
una pantalla donde el enamorado proyecta sus aspectos idealizados. Los sentimientos, a diferencia
de las pasiones, son más duraderos y están anclados a la percepción de la realidad externa. La
construcción del amor empieza cuando puedo ver al que tengo enfrente, cuando descubro al otro.
Es allí cuando el amor reemplaza al enamoramiento. Pasado ese momento inicial comienzan a salir
a la luz las peores partes mías que también proyecto en él. Amar a alguien es el desafío de
deshacer aquellas proyecciones para relacionarse verdaderamente con el otro. Este proceso no es
fácil, pero es una de las cosas más hermosas que ocurren o que ayudamos a que ocurran.
Hablamos del amor en el sentido de "que nos importa el bienestar del otro". Nada más y nada
menos. El amor como el bienestar que invade cuerpo y alma y que se afianza cuando puedo ver al
otro sin querer cambiarlo. Más importante que la manera de ser del otro, importa el bienestar que
siento a su lado y su bienestar al lado mío. El placer de estar con alguien que se ocupa de que uno
esté bien, que percibe lo que necesitamos y disfruta al dárnoslo, eso hace al amor. Una pareja es
más que una decisión, es algo que ocurre cuando nos sentimos unidos a otro de una manera
diferente. Podría decir que desde el placer de estar con otro tomamos la decisión de compartir
gran parte de nuestra vida con esa persona y descubrimos el gusto de estar juntos. Aunque es
necesario saber que encontrar un compañero de ruta no es suficiente; también hace falta que esa
persona sea capaz de nutrirnos, como ya dijimos, que de hecho sea una eficaz ayuda en nuestro
crecimiento personal. Welwood dice que el verdadero amor existe cuando amamos por lo que
sabemos que esa persona puede llegar a ser, no solo por lo que es. "El enamoramiento es más bien
una relación en la cual la otra persona no es en realidad reconocida como verdaderamente otra,
sino más bien sentida e interpretada como si fuera un doble de uno mismo, quizás en la versión
masculina y eventualmente dotada de rasgos que corresponden a la imagen idealizada de lo que
uno quisiera ser. En el enamoramiento hay un yo me amo al verme reflejado en vos." Mauricio
Abadi. 26 cuentos para pensar Jorge Bucay 19 Enamorarse es amar las coincidencias, y amar es
enamorarse de las diferencias. EL VERDADERO VALOR DEL ANILLO Un joven concurrió a un sabio en
busca de ayuda. - Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para
hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo
puedo mejorar maestro?. ¿Qué puedo hacer para que me valoren más? El maestro, sin mirarlo, le
dijo: - ¡Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mis propios
problemas. Quizás después... Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más
rapidez y después tal vez te pueda ayudar. - E... encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió
que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas-. - Bien -asintió el maestro-. Se quitó
un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho agregó:
Toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo para pagar
una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de
una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas. El joven tomó el
anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con
algún interés hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba
la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable
como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para
entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un
cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro,
así que rechazó la oferta. Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado
-más de cien personas- y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó. ¡Cuánto hubiese
deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro! Podría habérsela entregado al maestro para
liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y su ayuda. - Maestro -dijo- lo siento, no
es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir 2 ó 3 monedas de plata, pero no
creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo. - ¡Qué importante lo
que dijiste, joven amigo! -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero
valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo?. Dile que
quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo
vendas. Vuelve aquí con mi anillo. El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del
candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo: 26 cuentos para pensar Jorge Bucay 20 - Dile al
maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su
anillo. - ¿¿¿¿58 monedas???? -exclamó el joven-. - Sí, -replicó el joyero-. Yo sé que con tiempo
podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... Si la venta es urgente... El joven
corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido. - Siéntate -dijo el maestro después
de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya única y valiosa. Y como tal, sólo puede evaluarte
verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu
verdadero valor? Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano
izquierda. EL PORTERO DEL PROSTIBULO No había en el pueblo un oficio peor conceptuado y peor
pago que el de portero del prostíbulo. Pero ¿qué otra cosa podría hacer aquel hombre? De hecho,
nunca había aprendido a leer ni a escribir, no tenía ninguna otra actividad ni oficio. En realidad, era
su puesto porque sus padres había sido portero de ese prostíbulo y también antes, el padre de su
padre. Durante décadas, el prostíbulo se pasaba de padres a hijos y la portería se pasaba de padres
a hijos. Un día, el viejo propietario murió y se hizo cargo del prostíbulo un joven con inquietudes,
creativo y emprendedor. El joven decidió modernizar el negocio. Modificó las habitaciones y
después citó al personal para darle nuevas instrucciones. Al portero, le dijo: A partir de hoy usted,
además de estar en la puerta, me va a preparar una planilla semanal. Allí anotará usted la cantidad
de parejas que entran día por día. A una de cada cinco, le preguntará cómo fueron atendidas y qué
corregirían del lugar. Y una vez por semana, me presentará esa planilla con los comentarios que
usted crea convenientes. El hombre tembló, nunca le había faltado disposición al trabajo pero.....
Me encantaría satisfacerlo, señor - balbuceó - pero yo... yo no sé leer ni escribir. ¡Ah! ¡Cuánto lo
siento! Como usted comprenderá, yo no puedo pagar a otra persona para que haga esto y tampoco
puedo esperar hasta que usted aprenda a escribir, por lo tanto... Pero señor, usted no me puede
despedir, yo trabajé en esto toda mi vida, también mi padre y mi abuelo... No lo dejó terminar.
Mire, yo comprendo, pero no puedo hacer nada por usted. Lógicamente le vamos a dar una
indemnización, esto es, una cantidad de dinero para que tenga hasta que encuentre otra cosa. Así
que, lo siento. Que tenga suerte. Y sin más, se dio vuelta y se fue. 26 cuentos para pensar Jorge
Bucay 21 El hombre sintió que el mundo se derrumbaba. Nunca había pensado que podría llegar a
encontrarse en esa situación. Llegó a sí casa, por primera vez desocupado. ¿Qué hacer? Recordó
que a veces en el prostíbulo, cuando se rompía una cama o se arruinaba una pata de un ropero, él,
con un martillo y clavos se las ingeniaba para hacer un arreglo sencillo y provisorio. Pensó que esta
podría ser una ocupación transitoria hasta que alguien le ofreciera un empleo. Buscó por toda la
casa las herramientas que necesitaba, sólo tenía unos clavos oxidados y una tenaza mellada. Tenía
que comprar una caja de herramientas completa. Para eso usaría una parte del dinero recibido. En
la esquina de su casa se enteró de que en su pueblo no había una ferretería, y que debía viajar dos
días en mula para ir al pueblo más cercano a realizar la compra. ¿Qué más da? Pensó, y emprendió
la marcha. A su regreso, traía una hermosa y completa caja de herramientas. No había terminado
de quitarse las botas cuando llamaron a la puerta de su casa. Era su vecino. Vengo a preguntarle si
no tiene un martillo para prestarme. Mire, sí, lo acabo de comprar pero lo necesito para trabajar...
como me quedé sin empleo... Bueno, pero yo se lo devolvería mañana bien temprano. Está bien. A
la mañana siguiente, como había prometido, el vecino tocó la puerta. Mire, yo todavía necesito el
martillo. ¿Por qué no me lo vende? No, yo lo necesito para trabajar y además, la ferretería está a
dos días de mula. Hagamos un trato - dijo el vecino- Yo le pagaré a usted los dos días de ida y los
dos de vuelta, más el precio del martillo, total usted está sin trabajar. ¿Qué le parece?. Realmente,
esto le daba un trabajo por cuatro días... Aceptó. Volvió a montar su mula. Al regreso, otro vecino
lo esperaba en la puerta de su casa. Hola, vecino. ¿Usted le vendió un martillo a nuestro amigo?
Sí... Yo necesito unas herramientas, estoy dispuesto a pagarle sus cuatros días de viaje, y una
pequeña ganancia por cada herramienta. Usted sabe, no todos podemos disponer de cuatro días
para nuestras compras. El ex - portero abrió su caja de herramientas y su vecino eligió una pinza,
un destornillador, un martillo y un cincel. Le pagó y se fue. "...No todos disponemos de cuatro días
para compras", recordaba. Si esto era cierto, mucha gente podría necesitar que él viajara a traer
herramientas. En el siguiente viaje decidió que arriesgaría un poco del dinero de la indemnización,
trayendo más herramientas que las que había vendido. De paso, podría ahorrar algún tiempo de
viajes. La voz empezó a correrse por el barrio y muchos quisieron evitarse el viaje. 26 cuentos para
pensar Jorge Bucay 22 Una vez por semana, el ahora corredor de herramientas viajaba y compraba
lo que necesitaban sus clientes. Pronto entendió que si pudiera encontrar un lugar donde
almacenar las herramientas, podría ahorrar más viajes y ganar más dinero. Alquiló un galpón.
Luego le hizo una entrada más cómoda y algunas semanas después con una vidriera, el galpón se
transformó en la primer ferretería del pueblo. Todos estaban contentos y compraban en su
negocio. Ya no viajaba, de la ferretería del pueblo vecino le enviaban sus pedidos. Él era un buen
cliente. Con el tiempo, todos los compradores de pueblos pequeños más lejanos preferían comprar
en su ferretería y ganar dos días de marcha. Un día se le ocurrió que su amigo, el tornero, podría
fabricar para él las cabezas de los martillos. Y luego, ¿por qué no? Las tenazas... y las pinzas... y los
cinceles. Y luego fueron los clavos y los tornillos..... Para no hacer muy largo el cuento, sucedió que
en diez años aquel hombre se transformó con honestidad y trabajo en un millonario fabricante de
herramientas. El empresario más poderoso de la región. Tan poderoso era, que un año para la
fecha de comienzo de las clases, decidió donar a su pueblo una escuela. Allí se enseñaría además
de lectoescritura, las artes y loas oficios más prácticos de la época. El intendente y el alcalde
organizaron una gran fiesta de inauguración de la escuela y una importante cena de agasajo para
su fundador. A los postres, el alcalde le entregó las llaves de la ciudad y el intendente lo abrazó y le
dijo: Es con gran orgullo y gratitud que le pedimos nos conceda el honor de poner su firma en la
primer hoja del libro de actas de la nueva escuela. El honor sería para mí - dijo el hombre -. Creo
que nada me gustaría más que firmar allí, pero yo no sé leer ni escribir. Yo soy analfabeto. ¿Usted?
- dijo el intendente, que no alcanzaba a creerlo - ¿Usted no sabe leer ni escribir? ¿Usted construyó
un imperio industrial sin saber leer ni escribir? Estoy asombrado. Me pregunto, ¿qué hubiera
hecho si hubiera sabido leer y escribir? Yo se lo puedo contestar - respondió el hombre con calma
-. Si yo hubiera sabido leer y escribir... sería portero del prostíbulo!. LA MIRADA DEL AMOR El rey
estaba enamorado de Sabrina: una mujer de baja condición a la que el rey había hecho su última
esposa. Una tarde, mientras el rey estaba de cacería, llegó un mensajero para avisar que la madre
de Sabina estaba enferma. Pese a que existía la prohibición de usar el carruaje personal del rey
(falta que era pagada con la cabeza), Sabrina subió al carruaje y corrió junto a su madre. A su
regreso, el rey fue informado de la situación. -¿No es maravillosa?-dijo-Esto es verdaderamente
amor filial. No le importó su vida para cuidar a su madre!! Es maravillosa! 26 cuentos para pensar
Jorge Bucay 23 Cierto día, mientras Sabrina estaba sentada en el jardín del palacio comiendo fruta,
llegó el rey. La princesa lo saludó y luego le dio un mordisco al último durazno que quedaba en la
canasta. -¡Parecen ricos!-dijo el rey. -Lo son- dijo la princesa y alargando la mano le cedió a su
amado el último durazno. -¡Cuánto me ama!-comentó después el rey-, Renunció a su propio placer,
para darme el último durazno de la canasta.¿no es fantástica? Pasaron algunos años y vaya a saber
por qué, el amor y la pasión desaparecieron del corazón del rey. Sentado con su amigo más
confidente, le decía: -Nunca se portó como una reina…¿acaso no desafió mi investidura usando mi
carruaje? Es más, recuerdo que un día me dio a comer una fruta mordida. LA CIUDAD DE LOS
POZOS Esta ciudad no estaba habitada por personas, como todas las demás ciudades del planeta.
Esta ciudad estaba habitada por pozos. Pozos vivientes ...pero pozos al fin. Los pozos se
diferenciaban entre sì, no solo por el lugar en el que estaban excavados sino también por el brocal
(la abertura que los conectaba con el exterior). Había pozos pudientes y ostentosos con brocales
de mármol y de metales preciosos; pozos humildes de ladrillo y madera y algunos otros más
pobres, con simples agujeros pelados que se abrían en la tierra. La comunicación entre los
habitantes de la ciudad era de brocal a brocal y las noticias cundían rápidamente, de punta a punta
del poblado. Un día llegó a la ciudad una "moda" que seguramente había nacido en algún pueblito
humano: La nueva idea señalaba que todo ser viviente que se precie debería cuidar mucho más lo
interior que lo exterior. Lo importante no es lo superficial sino el contenido. Así fue como los pozos
empezaron a llenarse de cosas. Algunos se llenaban de cosas, monedas de oro y piedras preciosas.
Otros, más prácticos, se llenaron de electrodomésticos y aparatos mecánicos. Algunos más optaron
por el arte y fueron llenándose de pinturas , pianos de cola y sofisticadas esculturas posmodernas.
Finalmente los intelectuales se llenaron de libros, de manifiestos ideológicos y de revistas
especializadas. Pasó el tiempo. La mayoría de los pozos se llenaron a tal punto que ya no pudieron
incorporar nada más. Los pozos no eran todos iguales así que , si bien algunos se conformaron,
hubo otros que pensaron que debían hacer algo para seguir metiendo cosas en su interior... Alguno
de ellos fue el primero: en lugar de apretar el contenido, se le ocurrió aumentar su capacidad
ensanchándose. 26 cuentos para pensar Jorge Bucay 24 No pasó mucho tiempo antes de que la
idea fuera imitada, todos los pozos gastaban gran parte de sus energías en ensancharse para poder
hacer más espacio en su interior. Un pozo, pequeño y alejado del centro de la ciudad, empezó a ver
a sus camaradas ensanchándose desmedidamente. El pensó que si seguían hinchándose de tal
manera , pronto se confundirían los bordes y cada uno perdería su identidad... Quizás a partir de
esta idea se le ocurrió que otra manera de aumentar su capacidad era crecer, pero no a lo ancho
sino hacia lo profundo. Hacerse más hondo en lugar de más ancho. Pronto se dio cuenta que todo
lo que tenia dentro de él le imposibilitaba la tarea de profundizar. Si quería ser más profundo debía
vaciarse de todo contenido... Al principio tuvo miedo al vacío, pero luego , cuando vio que no había
otra posibilidad, lo hizo. Vacío de posesiones, el pozo empezó a volverse profundo, mientras los
demás se apoderaban de las cosas de las que él se había deshecho... Un día , sorpresivamente el
pozo que crecía hacia adentro tuvo una sorpresa: adentro, muy adentro , y muy en el fondo
encontró agua!!!. Nunca antes otro pozo había encontrado agua... El pozo superó la sorpresa y
empezó a jugar con el agua del fondo, humedeciendo las paredes, salpicando los bordes y por
último sacando agua hacia fuera. La ciudad nunca había sido regada más que por la lluvia, que de
hecho era bastante escasa, así que la tierra alrededor del pozo, revitalizada por el agua, empezó a
despertar. Las semillas de sus entrañas, brotaron en pasto , en tréboles, en flores, y en troquitos
endebles que se volvieron árboles después... La vida explotó en colores alrededor del alejado pozo
al que empezaron a llamar "El Vergel". Todos le preguntaban cómo había conseguido el milagro.
-Ningún milagrocontestaba el Vergel- hay que buscar en el interior, hacia lo profundo... Muchos
quisieron seguir el ejemplo del Vergel, pero desandaron la idea cuando se dieron cuenta de que
para ir más profundo debían vaciarse. Siguieron ensanchándose cada vez más para llenarse de más
y más cosas... En la otra punta de la ciudad, otro pozo, decidió correr también el riesgo del vacío...
Y también empezó a profundizar... Y también llegó al agua... Y también salpicó hacia fuera creando
un segundo oasis verde en el pueblo... -¿Qué harás cuando se termine el agua?- le preguntaban.
-No sé lo que pasará- contestaba- Pero, por ahora, cuánto más agua saco , más agua hay. Pasaron
unos cuantos meses antes del gran descubrimiento. Un día, casi por casualidad, los dos pozos se
dieron cuenta de que el agua que habían encontrado en el fondo de sì mismos era la misma...Que
el mismo río subterráneo que pasaba por uno inundaba la profundidad del otro. 26 cuentos para
pensar Jorge Bucay 25 Se dieron cuenta de que se abría para ellos una nueva vida. No sólo podían
comunicarse, de brocal a brocal, superficialmente , como todos los demás, sino que la búsqueda
les había deparado un nuevo y secreto punto de contacto: La comunicación profunda que sólo
consiguen entre sí, aquellos que tienen el coraje de vaciarse de contenidos y buscar en lo profundo
de su ser lo que tienen para dar... UN LUGAR EN EL BOSQUE Esta historia nos cuenta de un famoso
rabino jasídico: Baal Shem Tov. Baal Shem Tov era conocido dentro de su comunidad porque todos
decían que él era un hombre tan piadoso, tan bondadoso, tan casto y tan puro que Dios escuchaba
sus palabras cuando él hablaba. Se había hecho una tradición en este pueblo: Todos los que tenían
un deseo insatisfecho o necesitaba algo que no habían podido conseguir iban a ver al rabino. Baal
Shem Tov se reunía con ellos una vez por año, en un día especial que él elegía. Y los llevaba a todos
juntos a un lugar único, que él conocía, en medio del bosque. Y una vez allí, cuenta la leyenda, que
Baal Shem Tov armaba con ramas y hojas un fuego de una manera muy particular y muy hermosa,
y entonaba después una oración en voz muy baja... como si fuera para él mismo. Y dicen... que
Dios le gustaban tanto esas palabras que Baal Shem Tov decía, se fascinaba tanto con el fuego
armado de esa manera, quería tanto a esa reunión de gente en ese lugar del bosque... que no
podía resistir el pedido de Baal Shem Tov y concedía los deseos de todas las personas que ahí
estaban. Cuando el rabino murió, la gente se dio cuenta de que nadie sabía las palabras que Baal
Shem Tov decía cuando iban todos juntos a pedir algo... Pero conocían el lugar en el bosque.
Sabían cómo armar el fuego. Una vez al año, siguiendo la tradición de Baal Shem Tov había
instituido, todos los que tenían necesidades y deseos insatisfechos se reunían en ese mismo lugar
en el bosque, prendían el fuego de la manera en que habían aprendido del viejo rabino, y como no
conocían las palabras cantaban cualquier canción o recitaban un salmo, o sólo se miraban y
hablaban de cualquier cosa en ese mismo lugar alrededor del fuego. Y dicen... que Dios gustaba
tanto del fuego encendido, gustaba tanto de ese lugar en el bosque y de esa gente reunida... 26
cuentos para pensar Jorge Bucay 26 que aunque nadie decía las palabras adecuadas, igual
concedía los deseos a todos los que ahí estaban. El tiempo ha pasado y de generación en
generación la sabiduría se ha ido perdiendo... Y aquí estamos nosotros. Nosotros no sabemos cuál
es el lugar en el bosque. No sabemos cuáles son las palabras. Ni siquiera sabemos cómo encender
el fuego a la manera que Baal Shem Tov lo hacía... Sin embargo hay algo que sí sabemos: Sabemos
esta historia, Sabemos este cuento... Y dicen... que Dios adora tanto este cuento... que le gusta
tanto esta historia... que basta que alguien la cuente... y que alguien la escuche... para que Él,
complacido, satisfaga cualquier necesidad y conceda cualquier deseo a todos los que están
compartiendo este momento... Amén... (Así sea...) EL MAESTRO SUFI El Maestro sufi contaba
siempre una parábola al finalizar cada clase, pero los alumnos no siempre entendían el sentido de
la misma... - Maestro – lo encaró uno de ellos una tarde. Tú nos cuentas los cuentos pero no nos
explicas su significado... - Pido perdón por eso. – Se disculpó el maestro – Permíteme que en señal
de reparación te convide con un rico durazno. - Gracias maestro.- respondió halagado el discípulo -
Quisiera, para agasajarte, pelarte tu durazno yo mismo. ¿Me permites? - Sí. Muchas gracias – dijo
el discípulo. - ¿ Te gustaría que, ya que tengo en mi mano un cuchillo, te lo corte en trozos para que
te sea más cómodo?... - Me encantaría... Pero no quisiera abusar de tu hospitalidad, maestro... -
No es un abuso si yo te lo ofrezco. Solo deseo complacerte... - Permíteme que te lo mastique antes
de dártelo... - No maestro. ¡No me gustaría que hicieras eso! Se quejó, sorprendido el discípulo. El
maestro hizo una pausa y dijo: - Si yo les explicara el sentido de cada cuento... sería como darles a
comer una fruta masticada 26 cuentos para pensar Jorge Bucay 27 SIN NOMBRE Un señor muy
creyente sentía que estaba cerca de recibir una luz que le iluminara el camino que debía seguir.
Todas las noches, al acostarse, le pedía a Dios que le enviara una señal sobre cómo tenía que vivir
el resto de su vida. Así anduvo por la vida, durante dos o tres semanas en un estado semimístico
buscando recibir una señal divina. Hasta que un día, paseando por un bosque, vió a un cervatillo
caído, tumbado, herido, que tenía una pierna medio rota. Se quedó mirándolo y de repente vió
aparecer a un puma. La situación lo dejó congelado; estaba a punto de ver cómo el puma,
aprovechándose de las circunstancias, se comía al cervatillo de un sólo bocado. Entonces se quedó
mirando en silencio, temeroso también de que el puma, no satisfecho con el cervatillo, lo atacara a
él. Sorpresivamente, vio al puma acercarse al cervatillo. Entonces ocurrió algo inesperado: en lugar
de comérselo, el puma comenzó a lamerle las heridas. Después se fue y volvió con unas pocas
ramas humedecidas y se las acercó al cervatillo con la pata para que éste pudiera beber el agua; y
después se fue y trajo un poco de hierba húmeda y se la acercó para que el cervatillo pudiera
comer. Increíble. Al día siguiente, cuando el hombre volvió al lugar, vió que el cervatillo aún estaba
allí, y que el puma otra vez llegaba para alimentarlo, lamerle las heridas y darle de beber. El
hombre se dijo: Esta es la señal que yo estaba buscando, es muy clara. "Dios se ocupa de proveerte
de lo que necesites, lo único que no hay que hacer es ser ansioso y desesperado corriendo detrás
de las cosas". Así que agarró su atadito, se puso en la puerta de su casa y se quedó ahí esperando
que alguien le trajera de comer y de beber. Pasaron dos horas, tres, seis, un día, dos días, tres
días... pero nadie le daba nada. Los que pasaban lo miraban y él ponía cara de pobrecito imitando
al cervatillo herido, pero no le daban nada. Hasta que un día pasó un señor muy sabio que había
en el pueblo y el pobre hombre, que estaba muy angustiado, le dijo: - Dios me engañó, me mandó
una señal equivocada para hacerme creer que las cosas eran de una manera y eran de otra. ¿Por
qué me hizo ésto? Yo soy un hombre creyente... Y le contó lo que había visto en el bosque. El sabio
lo escuchó y luego dijo: - Quiero que sepas algo. Yo también soy un hombre muy creyente. Dios no
manda señales en vano. Dios te mandó esa señal para que aprendieras. El hombre le preguntó: 26
cuentos para pensar Jorge Bucay 28 - ¿Por qué me abandonó? Entonces el sabio le respondió: -
¿Qué haces tú, que eres un puma fuerte y listo para luchar, comparándote con el cervatillo? Tu
lugar es buscar algún cervatillo a quien ayudar, encontrar a alguien que no pueda valerse por sus
propios medios. ESTRELLITAS Y DUENDES "En el país de los cuentos había una vez un pequeño
duende. Un duende muy travieso que siempre andaba riendo y saltando de un lado para otro...
Vivía en una casita toda rodeada de montañas. A su lado, un pequeño río que discurría
placidamente por la falda de la ladera describiendo un paisaje difícil de imaginar.......... Lo que mas
gustaba al duendecillo era ver como cada mañana, con los primeros rayos de sol, todas las flores
de su jardín iban abriendo una por una sus hojas..... Uno de aquellos días, como muchos otros,
salio a pasear a la montaña. Y caminando entre las rocas encontró una flor: era una flor preciosa,
nunca había visto otra de igual belleza. Le había cautivado tanto que paso toda la tarde mirándola.
Era maravilloso verla cuando se contorneaba cada vez que el viento acariciaba sus hojas............. Al
siguiente dia y al siguiente, y al otro, volvió para estar a su lado y mirarla. Un día como tantos
otros, nuestro duendecillo vio como de una de sus hojas caía una pequeña lagrima. No entendía
como la flor más maravillosa del mundo podía estar triste. Se acercó; a ella y le pregunto: -"?Por
que lloras?". -Y contesto la flor: "me siento triste aquí entre las rocas, sin nadie que me mire salvo
tu. Me gustaría vivir en un jardín como el tuyo y ser una mas de entre las flores. Además, te
concederé el deseo que mas quieras si me llevas allí". Fue entonces, cuando el pequeño duende la
tomo entre sus manos y con todo el cariño del mundo la planto en el lugar mas bonito de su
jardín........... Una vez cumplido el deseo, la flor le dijo al duendecillo: - "Y bien, ahora que me has
llenado de felicidad al traerme aquí, ?que es lo que mas deseas en este mundo?". Y el duendecillo
entonces, la miro fijamente y contesto : - "Quiero ser flor como tu para sentirme por siempre a tu
lado". Y colorin colorado, en el país de los cuentos, el final ha llegado. SIN QUERER SABER Y si es
cierto que has dejado de quererme... yo te pido, ¡por favor, no me lo digas! Necesito por hoy y
todavía navegar inocente en tus mentiras... 26 cuentos para pensar Jorge Bucay 29 Dormiré
sonriendo y muy tranquilo. Me despertaré bien temprano en la mañana. Y volveré a hacerme a la
mar, te lo prometo... Pero esta vez... sin atisbo de protesta o resistencia naufragaré por voluntad y
sin reservas en la profunda inmensidad de tu abandono... SIN NOMBRE 2 En un oasis escondido
entre los mas lejanos paisajes del desierto, se encontraba el viejo ELIAHU de rodillas, a un costado
de algunas palmeras datileras. Su vecino HAKIM, el acaudalado mercader, se detuvo en el oasis a
abrevar sus camellos y vio a ELIAHU transpirando, mientras parecía cavar en la arena. -Que tal
anciano? La paz sea contigo. -Contigo- contesto ELIAHU sin dejar su tarea. -Que haces aquí, con
esta temperatura, y esa pala en las manos? -Siembro- contesto el viejo. -Que siembras aquí,
ELIAHU? -Datiles -respondio ELIAHU mientras señalaba a su alrededor el palmar. -Datliles!!!-
repitió el recién llegado, y cerro los ojos como quien escucha la mayor estupidez. -El calor te ha
dañado el cerebro, querido amigo.Ven, deja esa tarea y vamos a la tienda a beber una copa de
licor. -No debo terminar la siembra. Luego si quieres, beberemos... -Dime, amigo: Cuantos años
tienes? -No se... sesenta, setenta, ochenta, no se... lo he olvidado... pero eso que importa? -Mira
amigo, los datileros tardan mas de 50 años en crecer y recién después de ser palmeras adultas
están en condiciones de dar frutos. Yo no estoy deseándote el mal y lo sabes, ojala vivas hasta los
101 años, pero tu sabes que difícilmente puedas llegar a cosechar algo de lo que hoy siembras.
Deja eso y ven conmigo. -Mira Hakim, yo comí los dátales que otro sembró, otro que tampoco
soñó con probar esos dátales. Yo siembro hoy, para que otros puedan comer mañana los dátales
que hoy planto... y aunque solo fuera en honor de aquel desconocido, vale la pena terminar mi
tarea. 26 cuentos para pensar Jorge Bucay 30 -Me has dado una gran lección, ELIAHU, déjame que
te pague con una bolsa de monedas esta enseñanza que hoy me diste - y diciendo esto, HAKIM le
puso en la mano al viejo una bolsa de cuero. -Te agradezco tus monedas, amigo. Ya ves , a veces
pasa esto: tu me pronosticabas que no llegaría a cosechar lo que sembrara. Parecía cierto y sin
embargo, mira, todavía no termino de sembrar y ya coseche una bolsa de monedas y la gratitud de
un amigo. -Tu sabiduría me asombra, anciano. Esta es la segunda gran lección que me das hoy y es
quizás mas importante que la primera. Déjame pues que pague esta lección con otra bolsa de
monedas. -Y a veces pasa esto -siguió el anciano y extendió la mano mirando las dos bolsas de
monedas-: sembré para no cosechar y antes de terminar de sembrar ya coseche no solo una, sino
dos veces. -Ya basta, viejo, no sigas hablando. Si sigues enseñándome cosas tengo miedo de que no
me alcance toda mi fortuna para pagarte... CODICIA Cavando, para montar un cerco que separara
mi terreno de el de mi vecino, me encontré enterrado en mi jardín, un viejo cofre lleno de
monedas de oro. A mi no me intereso por la riqueza, me intereso por lo extraño del hallazgo,
nunca he sido ambicioso y no me importan demasiado los bienes materiales, pero igual desenterré
el cofre. Saqué las monedas y las lustre. Estaban tan sucias las pobres... Mientras las apilaba sobre
mi mesa prolijamente, las fui contando... Constituían en si mismas una verdadera fortuna. Solo por
pasar el tiempo, empecé a imaginar todas las cosas que se podrían comprar con ellas. Pensaba en
lo loco que se pondría un codicioso que se topara con semejante tesoro. Por suerte, por suerte...no
era mi caso... Hoy vino un señor a reclamar las monedas, era mi vecino. Pretendía sostener en un
miserable que las monedas las había enterrado su abuelo, y que por lo tanto le pertenecían a el.
Me dio tanto fastidio que lo mate... Si no lo hubiera visto tan desesperado por tenerlas, se las
hubiera dado, porque si hay algo que a mi no me importa son las cosas que se compran con dinero,
eso si, no soporto la gente codiciosa... 26 cuentos para pensar Jorge Bucay 31 LA OLLA
EMBARAZADA Un señor le pidió una tarde a su vecino una olla prestada. El dueño de la olla no era
demasiado solidario, pero se sintió obligado a prestarla. A los cuatro días, la olla no había sido
devuelta, así que, con la excusa de necesitarla fue a pedirle a su vecino que se la devolviera. —
Casualmente, iba para su casa a devolverla... ¡el parto fue tan difícil! — ¿Qué parto? — El de la
olla. — ¿Qué?! — Ah, ¿usted no sabía? La olla estaba embarazada. — ¿Embarazada? — Sí, y esa
misma noche tuvo familia, así que debió hacer reposo pero ya está recuperada. — ¿Reposo? — Sí.
Un segundo por favor –y entrando en su casa trajo la olla, un jarrito y una sartén. — Esto no es
mío, sólo la olla. — No, es suyo, esta es la cría de la olla. Si la olla es suya, la cría también es suya.
“Este está realmente loco”, pensó, “pero mejor que le siga la corriente”. — Bueno, gracias. — De
nada, adiós. — Adiós, adiós. Y el hombre marchó a su casa con el jarrito, la sartén y la olla. Esa
tarde, el vecino otra vez le tocó el timbre. —Vecino, ¿no me prestaría el destornillador y la
pinza? ...Ahora se sentía más obligado que antes. —Sí, claro. Fue hasta adentro y volvió con la
pinza y el destornillador. Pasó casi una semana y cuando ya planeaba ir a recuperar sus cosas, el
vecino le tocó la puerta. — Ay, vecino ¿usted sabía? — ¿Sabía qué cosa? — Que su destornillador y
la pinza son pareja. — ¡No! –dijo el otro con ojos desorbitados— no sabía. —Mire, fue un descuido
mío, por un ratito los dejé solos, y ya la embarazó. — ¿A la pinza? — ¡A la pinza!... Le traje la cría –y
abriendo una canastita entregó algunos tornillos, tuercas y clavos que dijo había parido la pinza.
“Totalmente loco”, pensó. Pero los clavos y los tornillos siempre venían bien. Pasaron dos días. El
vecino pedigüeño apareció de nuevo. 26 cuentos para pensar Jorge Bucay 32 — He notado –le dijo
— el otro día, cuando le traje la pinza, que usted tiene sobre su mesa una hermosa ánfora de oro.
¿No sería tan gentil de prestármela por una noche? Al dueño del ánfora le tintinearon los ojitos. —
Cómo no –dijo, en generosa actitud, y entró a su casa volviendo con el ánfora perdida. —Gracias,
vecino. —Adiós. —Adiós. Pasó esa noche y la siguiente y el dueño del ánfora no se animaba a
golpearle al vecino para pedírsela. Sin embargo, a la semana, su ansiedad no aguantó y fue a
reclamarle el ánfora a su vecino. — ¿El ánfora? –dijo el vecino – Ah, ¿no se enteró? — ¿De qué? —
Murió en el parto. — ¿Cómo que murió en el parto? — Sí, el ánfora estaba embarazada y durante
el parto, murió. — Dígame ¿usted se cree que soy estúpido? ¿Cómo va a estar embarazada un
ánfora de oro? — Mire, vecino, si usted aceptó el embarazo y el parto de la olla. El casamiento y la
cría del destornillador y la pinza, ¿por qué no habría de aceptar el embarazo y la muerte del
ánfora? Tú, puedes elegir lo que quieras, pero no puedes ser independiente para lo que es más
fácil y agradable, y no serlo en lo que es más costoso. Tu criterio, tu libertad, tu independencia y el
aumento de tu responsabilidad vienen juntos con tu proceso de crecimiento. Tú decides ser adulto
o permanecer pequeño.
Ese Ángel
Cuenta una antigua leyenda que un niño, próximo a nacer, le dijo a Dios:
-Me vas a enviar mañana a la tierra. Pero ¿cómo viviré allá, siendo tan
pequeño, indefenso y débil?

-Entre los muchos ángeles escogí a uno que te espera con amor y felicidad,
contestó Dios.

-Pero aquí en el cielo no hago mas que cantar y sonreir, y eso basta para mi
felicidad. ¿porqué hacerlo allá?

-Ese angel te cantará y sonreirá todos los dias y te sentirás muy feliz con
sus canciones y sonrisas.

-¿Y cómo entenderé cuando me hablen, si no conozco el extraño idioma de


los hombres?

-Ese ángel te hablará y te enseñará las palabras más dulces y mas tiernas
que
escuchan los seres humanos.

-¿Qué haré cuando quiera hablar contigo?


-Ese ángel juntará tus pequeñas manos y te enseñara a orar.

-He oido que en la tierra hay hombres malos.


¿Quien me defenderá? Ese ángel te defenderá aunque le cueste la vida
misma.

-Pero estaré siempre triste por que no te veré más,Señor. Sin verte me
sentire muy solo y desorientado.

-Ese ángel te hablara de mi y te mostrará el camino para volver a mi


presencia le dijo Dios.

En ese instante, en la inmensa paz que reina en el cielo y el infinito


universo, no se oian voces terrestres.

-El niño suavemente preguntó ¿Dime su nombre Señor: y Dios le contesto:


ese ángel se llama MAMA.

Valoremos cada nuevo y bello dia, ese angel maravilloso y especial,


entregandole de corazón todo el amor y el respeto que realmente se merece
Da amor y amor recibirás
Tal vez esto te pasa a ti o alguien muy cerca de ti...
Fue una vez un muchacho, el primero en todo, mejor atleta, mejor
estudiante, pero lo que nunca supo fue si era un buen hijo, un buen
compañero o un buen amigo. En un día de depresión el muchacho se dejo
morir. Cuando iba camino al cielo se encontró con un angel y este le
preguntó: "por qué lo hicíste? si sabias que te querían...", a lo que El
respondió: "hay veces que vale mas una sola palabra de consuelo que todo
lo que se sienta... en tanto tiempo nunca escuché: estoy orgulloso de tí...
gracias por ser mi amigo... ni siquiera un te quiero mucho..."

Al quedar pensativo el ángel, el muchacho añadió: y sabes que es lo mas


que me duele?", el ángel triste le pregunta: qué?, a lo que él responde: "que
todavía espero oírlo algún día...".

Luego de esto el ángel abrazó al muchacho y le dice que no se preocupe por


que se acerca a la única persona que siempre le dijo al oído que lo amaba
pero el nunca lo escucho, pero lo espera con los brazos abiertos...

CAMINO AL ÉXITO
El camino al éxito no es recto. Hay una curva llamada falla, un periférico
llamado confusión, topes llamados amigos, luces de Precaución llamada
familia, y tendrás pinchaduras llamados trabajos.

Pero...si tienes refracción llamada determinación, un motor llamado


perseverancia, un seguro llamado fé, un conductor llamado valor, llegarás a
un sitio llamado éxito!

el te
Un importante catedrático universitario se encontraba últimamente en
extraños estados de ánimo: se sentía ansioso, infeliz y si bien creía
ciegamente en la superioridad que su saber le proporcionaba, no estaba en
paz consigo mismo ni con los demás. Su infelicidad era tan profunda cuan
su vanidad. En un momento de humildad había sido capaz de escuchar a
alguien que le sugería aprender a meditar como remedio a su angustia. Ya
había oído decir que el zen era una buena medicina para el espíritu.

En su región vivía un excelente maestro y el profesor decidió visitarle para


pedirle que le aceptara como estudiante.

Una vez llegado a la morada del maestro, el profesor se sentó en la humilde


sala de espera y miró alrededor con una clara -aunque para él imperceptible-
actitud de superioridad. La habitación estaba casi vacía y los pocos
ornamentos sólo enviaban mensajes de armonía y paz. El lujo y toda
ostentación estaban manifiestamente ausentes.

Cuando el maestro pudo recibirle y tras las presentaciones debidas, el


primero le dijo: "permítame invitarle a una taza de té antes de empezar a
conversar". El catedrático asintió disconforme. En unos minutos el té estaba
listo. Sosegadamente, el maestro sacó las tazas y las colocó en la mesa con
movimientos rápidos y ligeros al cabo de los que empezó a verter la bebida
en la taza del huésped. La taza se llenó rápidamente, pero el maestro sin
perder su amable y cortés actitud, siguió vertiendo el té. El líquido rebosó
derramándose por la mesa y el profesor, que por entonces ya había
sobrepasado el límite de su paciencia, estalló airadamente tronando así: "
¡ Necio ! ¿ Acaso no ves que la taza está llena y que no cabe nada más en
ella ?". Sin perder su ademán, el maestro así contestó: "Por supuesto que lo
veo, y de la misma manera veo que no puedo enseñarte el zen. Tu mente ya
está también llena".

el fantasma
Esta es la historia de un joven que no podía dormir casi nunca puesto que un
fantasma espectral le aparecía en sueños y le angustiaba revelándole todos
los secretos más íntimos que él albergaba, demostrándole así que lo sabía
todo acerca de él.

El joven estaba desesperado, hasta el punto que llegó a detestar el


momento de acostarse pese al cansancio acumulado. Había visitado
doctores y psicólogos, había confesado su problema a amigos, lo había
intentado todo, pero sin resultados: el espectro seguía presentándose cada
noche y le recordaba todos los rincones más íntimos y dolorosos.

Ya al borde de un colapso nervioso, decidió pedir auxilio de un célebre


maestro zen que practicaba en la misma provincia. Fue a ver al maestro que
le recibió amistosamente. Tras haberle explicado el dilema, el joven añadió:
" Ese fantasma lo sabe todo, absolutamente todo acerca de mí, ¡ incluso
conoce mis pensamientos ! No puedo sustraerme a su dominio ". El maestro
pensó que la solución no estaba fuera del alcance del chico y le sugirió que
hiciera un trato con el fantasma. " Esta noche, antes de acostarte -le dijo-
coge un puñado de lentejas al azar y no las sueltes. Luego acuéstate y
espera. Cuando el espectro se presente proponle un trato. Dile que si
adivina cuántas lentejas tienes en la mano será para siempre tu dueño y
que si no lo adivina deberá desaparecer para siempre. Vamos a ver que pasa
".
El chico procedió del modo que le aconsejo el maestro. Poco después de
acostarse el fantasma apareció y le dijo: " Sé que intentas librarte de mí.
También sé que te has ido a ver aquel bobo del monje zen para que te ayude
a echarme, pero tus esfuerzos no te servirán para nada "." Bueno -respondió
el joven- ya sabía que me habrías descubierto, así como supongo que
indudablemente sabrás cuantas lentejas tengo en el puño ". El fantasma
desapareció para no volver nunca jamás. Lo que no sabía el chico no lo
podía saber su fantasma.

Maestra, ¿qué es el amor?


Uno de los niños de una clase de educación infantil preguntó:
Maestra… ¿qué es el amor?
La maestra sintió que la criatura merecía una respuesta que estuviese a la
altura de la pregunta inteligente que había formulado. Como ya estaban en
la hora del recreo, pidió a sus alumnos que dieran una vuelta por el patio de
la escuela y trajeran cosas que invitaran a amar o que despertaran en ellos
ese sentimiento. Los pequeños salieron apresurados y, cuando volvieron, la
maestra les dijo:

Quiero que cada uno muestre lo que ha encontrado.


El primer alumno respondió:

Yo traje esta flor… ¿no es bonita?


A continuación, otro alumno dijo:

- Yo traje este pichón de pajarito que encontré en un nido… ¿no es


gracioso?

Y así los chicos, uno a uno, fueron mostrando a los demás lo que habían
recogido en el patio.

Cuando terminaron, la maestra advirtió que una de las niñas no había traído
nada y que había permanecido en silencio mientras sus compañeros
hablaban. Se sentía avergonzada por no tener nada que enseñar.

La maestra se dirigió a ella:

Muy bien, ¿y tú?, ¿no has encontrado nada que puedas amar?
La criatura, tímidamente, respondió:

- Lo siento, seño. Vi la flor y sentí su perfume, pensé en arrancarla pero


preferí dejarla para que exhalase su aroma durante más tiempo. Vi también
mariposas suaves, llenas de color, pero parecían tan felices que no intenté
coger ninguna. Vi también al pichoncito en su nido, pero…, al subir al árbol,
noté la mirada triste de su madre y preferí dejarlo allí…

Así que traigo conmigo el perfume de la flor, la libertad de las mariposas y la


gratitud que observé en los ojos de la madre del pajarito. ¿Cómo puedo
enseñaros lo que he traído?

La maestra le dio las gracias a la alumna y emocionada le dijo que había


sido la única en advertir que lo que amamos no es un trofeo y que al amor lo
llevamos en el corazón.

El amor es algo que se siente.

Hay que tener sensibilidad para vivirlo.

El pescador
En cierta ocasión iba un ejecutivo paseando por una bonita playa vestido
con sus bermudas (de marca), sus gafas de sol (también con marca muy
visible), su polo (con mucha marca), su gorra (con marca destacada), su
reloj (de marca y carísimo), su calzado deportivo (donde todo era marca), su
móvil colgado de la cintura (el móvil con marca y la bolsa en la que colgaba,
también) y su gomina en el pelo ( sin marca, pero tan abundante que uno
podía adivinarla).
Eran las dos del mediodía cuando se encontró con un pescador que
felizmente recogía sus redes llenas de pescado y amarraba su pequeña
barca. El ejecutivo se le acercó…
- ¡Ejem! Perdone, pero le he visto llegar con el barco y descargar el
pescado… ¿No es muy temprano para volver de faenar?
El pescador le miró de reojo y, sonriendo mientras recogía sus redes, le
dijo:
- ¿Temprano? ¿Por qué lo dices? De hecho yo ya he terminado mi jornada de
trabajo y he pescado lo que necesito.
- ¿Ya ha terminado hoy de trabajar? ¿A las dos de la tarde? ¿Cómo es eso
posible? – dijo incrédulo, el ejecutivo.
El pescador, sorprendido por la pregunta, le respondió:
-Mire, yo me levanto por la mañana a eso de las nueve, desayuno con mi
mujer y mis hijos, luego les acompaño al colegio, y a eso de las diez me
subo a mi barca, salgo a pescar, faeno durante cuatro horas y a las dos
estoy de vuelta. Con lo que obtengo en esas cuatro horas tengo suficiente
para que vivamos mi familia y yo, sin holguras, pero felizmente. Luego voy a
casa, como tranquilamente, hago la siesta, voy a recoger a los niños al
colegio con mi mujer, paseamos y conversamos con los amigos, volvemos a
casa, cenamos y nos metemos en la cama, felices.
El ejecutivo intervino llevado por una irrefrenable necesidad de hacer de
consultor del pescador:
- Verá, si me lo permite, le diré que está usted cometiendo una grave error
en la gestión de su negocio y que el “coste de oportunidad” que está
pagando es, sin duda, excesivamente alto; está usted renunciando a un pay-
back impresionante. ¡Su BAIT podría ser mucho mayor! Y su “umbral de
máxima competencia” seguro que está muy lejos de ser alcanzado.
El pescador se lo miraba con cara de circunstancias, mostrando una sonrisa
socarrona y sin entender exactamente adónde quería llegar aquel hombre de
treinta y pico años ni por qué de repente utilizaba palabras que no había
oído en su vida. Y el ejecutivo siguió:
- Podría sacar muchísimo más rendimiento de su barco si trabajara más
horas, por ejemplo, de ocho de la mañana a diez de la noche.
El pescador entonces se encogió de hombros y le dijo:
- Y eso, ¿para qué?
- ¡¿Cómo que para qué?! ¡Obtendría por lo menos el triple de pescado! ¡¿O es
que no ha oído hablar de las economías de escala, del rendimiento marginal
creciente, de las curvas de productividad ascendentes?! En fin, quiero decir
que con los ingresos obtenidos por tal cantidad de pescado, pronto, en
menos de un año, podría comprar otro barco mucho más grande y contratar
un patrón…
El pescador volvió a intervenir:
- ¿Otro barco? ¿Y para qué quiero otro barco y además un patrón?
- ¿Que para qué lo quiere? ¡¿No lo ve?! ¿No se da cuenta de que con la suma
de los dos barcos y doce horas de pesca por barco podría comprar otros dos
barcos más en un plazo de tiempo relativamente corto? ¡Quizá dentro de dos
años ya tendría cuatro barcos, mucho más pescado cada día y mucho más
dinero obtenido en las ventas de su pesca diaria!
Y el pescador volvió a preguntar:
- Pero todo eso, ¿para qué?
- ¡Hombre! ¡¿Pero está ciego o qué?! Porque entonces, en el plazo de unos
veinte años y reinvirtiendo todo lo obtenido, tendría una flota de unos
ochenta barcos, repito, ¡ochenta barcos! ¡Qué además serían diez veces más
grandes que la barcucha que tiene actualmente!
Y de nuevo, riendo a carcajadas, el pescador volvió:
- ¿Y para qué quiero yo todo eso?
Y el ejecutivo, desconcertado por la pregunta y gesticulando
exageradamente, le dijo:
- ¡Cómo se nota que usted no tiene visión empresarial ni estratégica ni nada
de nada! ¿No se da cuenta de que con todos esos barcos tendría suficiente
patrimonio y tranquilidad económica como para levantarse tranquilamente
por la mañana a eso de las nueve, desayunar con su mujer e hijos, llevarlos
al colegio, salir a pescar por placer a eso de las diez y sólo durante cuatro
horas, volver a comer a casa, hacer la siesta,…?
El pescador respondió:
- ¿Y eso no es todo lo que tengo ahora?
hubo un momento
Hubo un momento en el que creías que la tristeza sería eterna; pero volviste
a sorprenderte a ti mismo riendo sin parar.
Hubo un momento en el que dejaste de creer en el amor; y luego apareció
esa persona y no pudiste dejar de amarla cada día más.
Hubo un momento en el que la amistad parecía no existir; y conociste a ese
amigo que te hizo reír y llorar, en los mejores y en los peores momentos.
Hubo un momento en el que estabas seguro que la comunicación con
alguien se había perdido; y fue luego cuando el cartero visitó el buzón de tu
casa.
Hubo un momento en el que una pelea prometía ser eterna ; y sin dejarte ni
siquiera entristecerte terminó en un abrazo.
Hubo un momento en que un examen parecía imposible de pasar ; y hoy es
un examen más que aprobaste en tu carrera.
Hubo un momento en el que dudaste de encontrar un buen trabajo; y hoy
puedes darte el lujo de ahorrar para el futuro.
Hubo un momento en el que sentiste que no podrías hacer algo: y hoy te
sorprendes a ti mismo haciéndolo.
Hubo un momento en el que creíste que nadie podía comprenderte; y te
quedaste paralizado mientras alguien parecía leer tu corazón.
Así como hubo momentos en que la vida cambió en un instante, nunca
olvides que un instante también puede cambiar tu vida y aún habrá
momentos en que lo imposible se tornará un sueño hecho realidad.

el sabio
Un sabio, cierta tarde, llegó a la ciudad de Akbar. La gente no dio mucha
importancia a su presencia, y sus enseñanzas no consiguieron interesar a la
población. Incluso después de algún tiempo llegó a ser motivo de risas y
burlas de los habitantes de la ciudad.

Un día, mientras paseaba por la calle principal de Akbar, un grupo de


hombres y mujeres empezó a insultarlo. En vez de fingir que los ignoraba, el
sabio se acercó a ellos y los bendijo.

Uno de los hombres comentó:

- "¿Es posible que, además, sea usted sordo? ¡Gritamos cosas horribles y
usted nos responde con bellas palabras!".

"Cada uno de nosotros sólo puede ofrecer lo que tiene" -fue la respuesta del
sabio-.
Un niño
“Una vez el pequeño niño fue a la escuela. Era muy pequeñito y la
escuela muy grande. Pero cuando el pequeño niño descubrió que
podía ir a su clase con sólo entrar por la puerta del frente, se
sintió feliz.
Una mañana, estando el pequeño niño en la escuela, su maestra
dijo: Hoy vamos a hacer un dibujo. Qué bueno- pensó el niño, a él le
gustaba mucho dibujar, él podía hacer muchas cosas: leones y
tigres, gallinas y vacas, trenes y botes. Sacó su caja de colores y
comenzó a dibujar.
Pero la maestra dijo: - Esperen, no es hora de empezar, y ella
esperó a que todos estuvieran preparados. Ahora, dijo la maestra,
vamos a dibujar flores. ¡Qué bueno! - pensó el niño, - me gusta
mucho dibujar flores, y empezó a dibujar preciosas flores con sus
colores.
Pero la maestra dijo: - Esperen, yo les enseñaré cómo, y dibujó una
flor roja con un tallo verde. El pequeño miró la flor de la maestra y
después miró la suya, a él le gustaba más su flor que la de la
maestra, pero no dijo nada y comenzó a dibujar una flor roja con
un tallo verde igual a la de su maestra.
Otro día cuando el pequeño niño entraba a su clase, la maestra
dijo: Hoy vamos a hacer algo con barro. ¡Qué bueno! pensó el niño,
me gusta mucho el barro. Él podía hacer muchas cosas con el
barro: serpientes y elefantes, ratones y muñecos, camiones y
carros y comenzó a estirar su bola de barro.
Pero la maestra dijo: - Esperen, no es hora de comenzar y luego
esperó a que todos estuvieran preparados. Ahora, dijo la maestra,
vamos a moldear un plato. ¡Qué bueno! pensó el niño. A mí me
gusta mucho hacer platos y comenzó a construir platos de
distintas formas y tamaños.
Pero la maestra dijo: -Esperen, yo les enseñaré cómo y ella les
enseñó a todos cómo hacer un profundo plato. -Aquí tienen, dijo la
maestra, ahora pueden comenzar. El pequeño niño miró el plato de
la maestra y después miró el suyo. A él le gustaba más su plato,
pero no dijo nada y comenzó a hacer uno igual al de su maestra.
Y muy pronto el pequeño niño aprendió a esperar y mirar, a hacer
cosas iguales a las de su maestra y dejó de hacer cosas que
surgían de sus propias ideas.
Ocurrió que un día, su familia, se mudó a otra casa y el pequeño
comenzó a ir a otra escuela. En su primer día de clase, la maestra
dijo: Hoy vamos a hacer un dibujo. Qué bueno pensó el pequeño
niño y esperó que la maestra le dijera qué hacer.
Pero la maestra no dijo nada, sólo caminaba dentro del salón.
Cuando llegó hasta el pequeño niño ella dijo: ¿No quieres empezar
tu dibujo? Sí, dijo el pequeño ¿qué vamos a hacer? No sé hasta que
tú no lo hagas, dijo la maestra. ¿Y cómo lo hago? - preguntó. Como
tú quieras contestó. ¿Y de cualquier color? De cualquier color dijo
la maestra. Si todos hacemos el mismo dibujo y usamos los
mismos colores, ¿cómo voy a saber cuál es cuál y quién lo hizo? Yo
no sé, dijo el pequeño niño, y comenzó a dibujar una flor roja con el
tallo verde.”
Como decir las cosas
Una sabia y conocida anécdota árabe dice que en una ocasión, un Sultán
soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó a
llamar a un Adivino para que interpretase su sueño.

- ¡Qué desgracia, Mi Señor! - exclamó el Adivino - Cada diente caído


representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad.

- ¡Qué insolencia! - gritó el Sultán enfurecido - ¿Cómo te atreves a decirme


semejante cosa? ¡¡¡Fuera de aquí!!!

Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.

Más tarde ordenó que le trajesen a otro Adivino y le contó lo que había
soñado.

Éste, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo:

-¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada... ¡El sueño significa


que sobreviviréis a todos vuestros parientes!

Iluminóse el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó le dieran
cien monedas de oro.

Cuando éste salía del palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:

-No es posible!, la interpretación que habéis hecho de los sueños es la


misma que el primer Adivino. No entiendo porque al primero le pagó con
cien latigazos y a ti con cien monedas de oro...

-Recuerda bien, amigo mío- respondió el segundo Adivino -que todo depende
de la forma en el decir... uno de los grandes desafíos de la humanidad es
aprender el arte de comunicarse.

De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la


paz o la guerra.

Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe duda,
más la forma conque debe ser comunicada es lo que provoca, en algunos
casos, grandes problemas.
Haz tu propio destino
Nunca te quejes de nadie, ni de nada, porque fundamentalmente Tú has
hecho lo que querías en tu vida.

Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar


corrigiéndote. El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su
error.

Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte, enfréntalas con valor y


acéptalas. De una manera u otra son el resultado de tus actos y prueba que
Tú siempre has de ganar.

No te amargues de tu propio fracaso ni se lo cargues a otro, acéptate ahora


o seguirás justificándote como un niño. Recuerda que cualquier momento es
bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar.

No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, así como la causa de


tu futuro será tu presente.

Aprende de los audaces, de los fuertes, de quien no acepta situaciones, de


quien vivirá a pesar de todo; piensa menos en tus problemas y más en tu
trabajo, y tus problemas, sin alimentarlos, morirán.

Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande que el más grande de los
obstáculos.
Mírate en el espejo de ti mismo y serás libre y fuerte y dejarás de ser un
títere de las circunstancias, porque Tú mismo eres tu destino.

Levántate y mira el sol por las mañanas y respira la luz del amanecer.
Tú eres parte de la fuerza de tu vida; ahora despiértate, lucha, camina,
decídete, y triunfarás en la vida; nunca pienses en la suerte, porque la
suerte es el pretexto de los fracasados.

La leyenda del verdadero amigo

Dice una linda leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en
un determinado punto del viaje discutieron.
El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:

HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGÓ UNA BOFETADA EN EL ROSTRO.


Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse.

El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo


salvado por el amigo.

Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:

HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVÓ LA VIDA.

Intrigado, el amigo preguntó:

¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en


una piedra?

Sonriendo, el otro amigo respondió:

Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el


viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro
lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la
memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.

El saco de plumas

Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo,


todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado.

Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a


ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo:

"Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo


hacerlo?",
a lo que el hombre respondió: "Toma un saco lleno de plumas ligeras y
pequeñas y suelta una donde vayas".

El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas
y al cabo de un día las había soltado todas.

Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado", a lo que el sabio


contestó: "Esa es la parte más fácil.
Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste.
Sal a la calle y búscalas".
El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo
juntar casi ninguna.

Al volver, el hombre sabio le dijo:


"Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el
viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está
hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no
hay forma de revertir lo que hiciste".

El árbol triste

Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que
podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos,
perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos. Todo era
alegría en el jardín, excepto por un árbol

profundamente triste. El pobre tenía un problema: No sabía quién era.

Lo que le faltaba era concentración, le decía el manzano:

- Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ves qué fácil


es?

- No lo escuches, exigía el rosal, es más sencillo tener rosas y ¿Ves qué


bellas son?.

Y el árbol desesperado intentaba todo lo que le sugerían y, como no lograba


ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.

Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la
desesperación del árbol, exclamó:

- No te preocupes, tu problema no es tan grave. Es el mismo de muchísimos


seres sobre la tierra. Yo te daré la solución: no dediques tu vida a ser como
los demás quieran que seas... sé tú mismo, conócete y, para lograrlo,
escucha tu voz interior. - Y dicho esto, el búho desapareció.

- ¿Mi voz interior...? ¿Ser yo mismo...? ¿Conocerme...? , se preguntaba el


árbol desesperado, cuando, de pronto, comprendió...

Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su
voz interior diciéndole:
Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada
primavera porque no eres un rosal. Eres un roble y tu destino es crecer
grande y majestuoso, dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al
paisaje... Tienes una misión: cúmplela.

Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo


aquello para lo cual estaba destinado.

Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo
entonces el jardín fue completamente feliz.

Yo me pregunto al ver a mi alrededor...

- ¿Cuántos serán robles que no se permiten a sí mismos crecer?

- ¿Cuántos serán rosales que, por miedo al reto, sólo dan espinas?

- ¿Cuántos naranjos que no saben florecer?

En la vida, todos tenemos un destino que cumplir, un espacio que llenar...

No permitamos que nada ni nadie nos impida conocer y compartir la


maravillosa esencia de nuestro ser. Démonos ese regalo a nosotros mismos
y también a quienes amamos.

Decidir y ser constantes:

En la pequeña escuelita rural había una vieja estufa de carbón muy


anticuada. Un chiquito tenía asignada la tarea de llegar al colegio temprano
todos los días para encender el fuego y calentar el aula antes de que
llegaran su maestra y sus compañeros.

Una mañana, llegaron y encontraron la escuela envuelta en llamas. Sacaron


al niño inconsciente más muerto que vivo del edificio. Tenía quemaduras
graves en la mitad inferior de su cuerpo y lo llevaron urgente al hospital del
condado.

En su cama, el niño horriblemente quemado y semi inconsciente, oía al


médico que hablaba con su madre. Le decía que seguramente su hijo moriría
que era lo mejor que podía pasar, en realidad -, pues el fuego había
destruido la parte inferior de su cuerpo.
Pero el valiente niño no quería morir. Decidió que sobreviviría.

De alguna manera, para gran sorpresa del médico, sobrevivió.

Una vez superado el peligro de muerte, volvió a oír a su madre y al médico


hablando despacito. Dado que el fuego había dañado en gran manera las
extremidades inferiores de su cuerpo, le decía el médico a la madre, habría
sido mucho mejor que muriera, ya que estaba condenado a ser inválido toda
la vida, sin la posibilidad de usar sus piernas.

Una vez más el valiente niño tomó una decisión. No sería un inválido.

Caminaría. Pero desgraciadamente, de la cintura para abajo, no tenía


capacidad motriz. Sus delgadas piernas colgaban sin vida.
Finalmente, le dieron de alta.

Todos los días, su madre le masajeaba las piernas, pero no había sensación,
ni control, nada.

No obstante, su determinación de caminar era más fuerte que nunca.

Cuando no estaba en la cama, estaba confinado una silla de ruedas.


Una mañana soleada, la madre lo llevó al patio para que tomara aire fresco.

Ese día en lugar de quedarse sentado, se tiró de la silla. Se impulsó sobre el


césped arrastrando las piernas.

Llegó hasta el cerco de postes blancos que rodeaba el jardín de su casa.


Con gran esfuerzo, se subió al cerco. Allí, poste por poste, empezó a avanzar
por el cerco, decidido a caminar.

Empezó a hacer lo mismo todos los días hasta que hizo una pequeña huella
junto al cerco. Nada quería más que darle vida a esas dos piernas.

Por fin, gracias a las oraciones fervientes de su madre y sus masajes


diarios, su persistencia férrea y su resuelta determinación, desarrolló la
capacidad,

primero de pararse, luego caminar tambaleándose y finalmente caminar solo


y después correr.

Empezó a ir caminando al colegio, después corriendo, por el simple placer


de correr. Más adelante, en la universidad, formó parte del equipo de carrera
sobre pista.
Y aun después, en el Madison Square Garden, este joven que no tenía
esperanzas de sobrevivir, que nunca caminaría, que nunca tendría la
posibilidad de correr, este joven determinado, Glenn Cunningham, llegó a ser
el atleta estadounidense que ¡corrió el kilómetro más veloz el mundo!

Eres feliz?...

En cierta ocasión, durante una elegante recepción de bienvenida al nuevo


Director de Marketing de una importante compañía londinense, algunas de
las esposas de los otros directores, que querían conocer a la esposa del
festejado, le preguntaron con cierto morbo: Te hace feliz tu esposo,
verdaderamente te hace feliz?

El esposo, quien estaba en ese momento no estaba su lado, pero sí lo


suficientemente cerca para escuchar la pregunta, prestó atención a la
conversación e incorporó ligeramente su postura, en señal de seguridad, y
hasta hinchó un poco el pecho
, orgullosamente, pues sabía que su esposa diría que sí, ya que ella jamás se
había quejado durante su matrimonio.

Sin embargo, para sorpresa suya y de los demás, la esposa respondió con un
rotundo

- No, no me hace feliz.

En la sala se hizo un incómodo silencio como si todos los presentes


hubieran escuchado la respuesta de la mujer.

El marido estaba petrificado.

No podía dar crédito a lo que su esposa decía, y menos en un momento tan


importante para él.

Ante el asombro del marido y de todos, ella simplemente se acomodó


enigmáticamente sobre su cabeza su elegante chalina de seda negra y
continuó:

- No, él no me hace feliz... Yo soy feliz....!

El hecho de que yo sea feliz o no, no depende de él, sino de mí.

- Yo soy la única persona de quien depende mi felicidad.


Yo determino ser feliz en cada situación y en cada momento de mi vida,
pues si mi felicidad dependiera de otra persona, de otra cosa o
circunstancia sobre la faz de la tierra, estaría en serios problemas.

- Todo lo que existe en esta vida cambia continuamente: el ser humano, las
riquezas, mi cuerpo, el clima, los placeres, etc.

Y así podrían decir una lista interminable.

- A través de toda mi vida, he aprendido algo:

- Yo decido ser feliz y lo demás son "experiencias o circunstancias", lo amo


y el me ama, muy a pesar de sus circunstancias y de las mías.

- Él cambia, yo cambio, el entorno cambia, todo cambia; habiendo amor y


perdón verdadero, y observando esos cambios, (los cuales tal vez puedan
ser fuertes o no, pero existen), hay que enfrentarlos con el amor que hay en
cada uno de nosotros, si los dos nos amamos y nos perdonamos; los
cambios serán sólo "experiencias o circunstancias" que nos enriquece y
que nos darán fortaleza, de lo contrario, solo habremos sido parejas de
"paso".

- Para algunos divorciarse es la única solución; (... en realidad es la más


fácil...)

El amar verdaderamente, es difícil, es dar amor y perdonar


incondicionalmente, vivir, tomar las "experiencias o circunstancias" como
son, enfrentarlas juntos y ser feliz por convencimiento.

Hay gente que dice:

- No puedo ser feliz porque estoy enfermo, porque no tengo dinero, porque
hace mucho calor, porque me insultaron, porque alguien ha dejado de
amarme, porque alguien no me valoró!

Pero lo que no sabes es que puedes ser feliz aunque estés enfermo, aunque
haga calor, tengas o no dinero, aunque alguien te haya insultado, o alguien
no te amó o no te haya valorado.

Ser feliz es una actitud ante la vida y cada uno decide!...

"El error más grande"


El error más grande lo cometes cuando, por temor a equivocarte, te
equivocas dejando de arriesgar en el viaje hacia tus objetivos.

No se equivoca el río cuando, al encontrar una montaña en su camino,


retrocede para seguir avanzando hacia el mar; se equivoca el agua que por
temor a equivocarse, se estanca y se pudre en la laguna.

No se equivoca la semilla cuando muere en el surco para hacerse planta; se


equivoca la que por no morir bajo la tierra, renuncia a la vida.

No se equivoca el hombre que ensaya distintos caminos para alcanzar sus


metas, se equivoca aquel que por temor a equivocarse no acciona.

No se equivoca el pájaro que ensayando el primer vuelo cae al suelo, se


equivoca aquel que por temor a caerse renuncia a volar permaneciendo en
el nido.

Pienso que se equivocan aquellos que no aceptan que ser hombre es


buscarse a sí mismo cada día, sin encontrarse nunca plenamente.

Creo que al final del camino no te premiarán por lo que encuentres, sino por
aquello que hayas buscado honestamente.

El Tazón de madera

El viejo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años. Ya las
manos le temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban. La familia
completa comía junta en la mesa, pero las manos temblorosas y la vista
enferma del anciano hacían el alimentarse un asunto difícil. Los guisantes
caían de su cuchara al suelo de y cuando intentaba tomar el vaso,
derramaba la leche sobre el mantel. El hijo y su esposa se cansaron de la
situación.

-Tenemos que hacer algo con el abuelo, dijo el hijo. -Ya he tenido suficiente.
Derrama la leche, hace ruido al comer y tira la comida al suelo.

Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina
del comedor. Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia
disfrutaba la hora de comer. Como el abuelo había roto uno o dos platos, su
comida se la servían en un tazón de madera.

De vez en cuando miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver una
lágrima en sus ojos mientras estaba ahí sentado sólo. Sin embargo, las
únicas palabras que la pareja le dirigía, eran fríos llamados de atención
cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida. El niño de cuatro años
observaba todo en silencio.

Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con
trozos de madera en el suelo. Le preguntó dulcemente: -¿Qué estás
haciendo?

Con la misma dulzura el niño le contestó: -Ah, estoy haciendo un tazón para
ti y otro para mamá para que cuando yo crezca, ustedes coman en ellos.
Sonrió y siguió con su tarea.

Las palabras del pequeño golpearon a sus padres de tal forma que quedaron
sin habla. Las lágrimas rodaban por sus mejillas y, aunque ninguna palabra
se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer.

Esa tarde el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta
a la mesa de la familia. Por el resto de sus días ocupó un lugar en la mesa
con ellos. Y por alguna razón, ni el esposo ni la esposa, parecían molestarse
más cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba
el mantel.

Los niños son altamente perceptivos. Sus ojos observan, sus oídos siempre
escuchan y sus mentes procesan los mensajes que absorben. Si ven que con
paciencia proveemos un hogar feliz para todos los miembros de la familia,
ellos imitarán esa actitud por el resto de sus vidas. Los padres y madres
inteligentes se percatan que cada día colocan los bloques con los que
construyen el futuro de su hijo. Seamos instructores sabios y modelos a
seguir.

He aprendido que puedes decir mucho de una persona por la forma en que
maneja tres cosas: un día lluvioso, equipaje perdido y luces del arbolito
enredadas.

He aprendido que independientemente de la relación que tengas con tus


padres, los vas a extrañar cuando ya no estén contigo.

He aprendido que aún cuando me duela, no debo estar solo.

La gente olvidará lo que dijiste y lo que hiciste, pero nunca cómo los hiciste
sentir.

La ventana del hospital


Dos hombres, seriamente enfermos, ocupaban la misma habitación en el
hospital. A uno de ellos se le permitía estar sentado una hora todas las
tardes para que los pulmones drenaran sus fluidos. Su cama daba a la única
ventana de la habitación.

El otro hombre tenía que estar tumbado todo el tiempo. Los dos se hablaban
mucho. De sus mujeres y familiares, de sus casas, trabajos, el servicio
militar, dónde habían estado de vacaciones.

Y todas las tardes el hombre que se podía sentar frente a la ventana, se


pasaba el tiempo describiendo a su compañero lo qué veía por la ventana.
Éste, solamente vivía para esos momentos donde su mundo se expandía por
toda la actividad y color del mundo exterior.

La ventana daba a un parque con un bonito lago. Patos y cisnes jugaban en


el agua mientras los niños capitaneaban sus barcos teledirigidos. Jóvenes
amantes andaban cogidos de la mano entre flores de cada color del arco
iris. Grandes y ancestros árboles embellecían el paisaje, y una fina línea del
cielo sobre la ciudad se podía ver en la lejanía.

Mientras el hombre de la ventana describía todo esto con exquisito detalle,


el hombre al otro lado de la habitación cerraba sus ojos e imaginaba la
pictórica escena.

Una cálida tarde el hombre de la ventana describió un desfile en la calle.


Aunque el otro hombre no podía oír la banda de música- se la imaginaba
conforme el otro le iba narrando todo con pelos y señales. Los días y las
semanas pasaron.

Una mañana, la enfermera entró para encontrase el cuerpo sin vida del
hombre al lado de la ventana, el cual había muerto tranquilamente mientras
dormía. Se puso muy triste y llamó al doctor para que se llevaran el cuerpo.
Tan pronto como consideró apropiado, el otro hombre preguntó si se podía
trasladar al lado de la ventana. La enfermera aceptó gustosamente, y
después de asegurarse de que el hombre estaba cómodo, le dejó solo.

Lentamente, dolorosamente, se apoyó sobre un codo para echar su primer


vistazo fuera de la ventana. Finalmente tendría la posibilidad de verlo todo
con sus propios ojos.

Se retorció lentamente para mirar fuera de la ventana que estaba al lado de


la cama. Daba a un enorme muro blanco. El hombre preguntó a la enfermera
qué había pretendido el difunto compañero contándole aquel maravilloso
mundo exterior.
Y ella dijo: - Quizás sólo quería animarle.

Pagado con un vaso de leche

Un joven que pagaba sus estudios trabajando de vendedor ambulante, sentía


hambre pero no tenía dinero para almorzar. Decidió vencer la vergüenza que
le daba mendigar y pedir algo de comer en la próxima puerta que tocase. No
obstante, perdió su nervio cuando una hermosa joven le abrió la puerta. En
lugar de pedir comida pidió solo un vaso de agua.

Ella, sin embargo, se apiadó de el y le trajo un vaso de leche. El se lo tomó


tímidamente y preguntó, -¿Cuanto le debo?

-No me debe nada, respondió ella. -Mi madre nos enseñó a nunca aceptar
pago por hacer un favor.

-Entonces le agradezco de corazón, respondió el joven.

Aquel joven llamado Howard Kelly se fue de aquella casa, no solo


sintiéndose fortalecido en su cuerpo sino también en su fe en Dios y en la
humanidad. Antes del incidente estaba pensando en rendirse y renunciar.

Muchos años mas tarde aquella joven, ya mayor, se enfermo gravemente.


Los doctores locales estaban muy preocupados. Finalmente la enviaron al
hospital de una gran ciudad donde practicaba un famoso especialista en
aquella enfermedad.

Cuando el médico se dio cuenta del nombre de su nueva paciente y del


pueblo de procedencia, inmediatamente se levantó y fue a verla. La
reconoció inmediatamente. Volvió a su oficina resuelto a hacer todo lo
posible para salvar su vida. La lucha fue larga pero la señora se salvó.

Por su parte la señora andaba muy preocupada sabiendo que el precio de su


estancia en el hospital sería astronómico. Sin que ella supiese, el doctor
envió órdenes que le pasaran a el la cuenta final. Después de examinarla
escribió un mensaje al pie de la cuenta antes de que fuese enviada a la
señora.

Ella abrió aquella cuenta con gran temor, pensando que pasaría el resto de
sus días pagándola. Finalmente miró y cual fue su asombró cuando leyó al
pie de la lista de enormes cifras:

Para pensarlo
Hoy tenemos edificios más altos y autopistas más anchas, pero
temperamentos más cortos y puntos de vista más estrechos.

Gastamos más, pero disfrutamos menos.

Tenemos casas más grandes, pero familias más chicas.

Tenemos más compromisos, pero menos tiempo.

Tenemos más conocimientos, pero menos criterio.

Tenemos más medicinas, pero menos salud.

Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero hemos reducido nuestros


valores.

Hablamos mucho, amamos poco y odiamos demasiado.

Hemos llegado a la Luna y regresamos, pero tenemos problemas para cruzar


la calle y conocer a nuestro vecino.

Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior.

Tenemos mayores ingresos, pero menos moral.

Estos son tiempos con más libertad, pero menos alegría.

Con más comida, pero menos nutrición.

Son días que llegan dos sueldos a casa, pero aumentan los divorcios.

Son tiempo de casas más lindas, pero más hogares rotos.

Por todo esto, propongo que de hoy en adelante, no guardes nada “Para una
ocasión especial”, porque cada día que vivas es una ocasión especial.

Busca a Dios, aprende a conocerle, lee más, siéntate en la terraza y admira


la vista sin fijarte en las malas hierbas.

Pasa más tiempo con tu familia y con tus amigos, come tu comida referida,
visita los sitios que ames.

La vida es una sucesión de momentos para disfrutar, no es solo para


sobrevivir.
Usa tus copas de cristal, no guardes tu mejor perfume, úsalo cada vez que
te den ganas de hacerlo.

Las frases “Uno de estos días”, “Algún día”, quítalas de tu vocabulario.


Escribamos aquella carta que pensábamos escribir, “Uno de estos días”.

Digamos hoy a nuestros familiares y amigos, cuanto los queremos.

Por eso, no retardes nada que agregaría risa y alegría a tu vida.

Cada día, hora, y minuto son especiales… y no sabes si pudiera ser el


último…

Si estas tan ocupado y no puedes tomarte unos minutos para mandar este
mensaje a alguien que tu quieras, y dices a ti mismo que lo enviaras “Uno de
estos días” piensa que “Uno de estos días” puede estar muy lejos.

Manejo de la tensión

Un conferencista hablaba sobre el manejo de la tensión. Levantó un vaso


con agua y preguntó al auditorio:

-¿Cuánto creen ustedes que pesa este vaso con agua?

Las respuestas variaron entre 20 y 500 gramos. Entonces el conferencista


comentó:

-No importa el peso absoluto. Depende de cuánto TIEMPO voy a sostenerlo.


Si lo sostengo por un minuto, no pasa nada. Si lo sostengo durante una hora,
tendré DOLOR en mi brazo. Si lo sostengo durante un día completo, tendrán
que llamar una ambulancia. Pero es exactamente el MISMO peso, pero entre
más tiempo paso sosteniéndolo, más pesado se va volviendo.

Y concluyó:

-Si cargamos nuestros PESARES todo el tiempo, luego, más temprano o más
tarde, ya no seremos capaces de continuar, la carga se irá volviendo cada
vez MAS PESADA. Lo que tienes que hacer es DEJAR el vaso en algún lugar y
descansar un poco antes de sostenerlo nuevamente. Tienes que dejar la
carga de lado periódicamente, ¡de la forma que sea!

-Es reconfortante y te vuelve capaz de continuar. Entonces, antes de que


vuelvas esta noche a tu casa, deja afuera el pesar, en un rincón. No lo lleves
a tu casa. Mañana podrás recogerlo otra vez, al salir.

Los dos sacos

Hay una antigua leyenda acerca de tres hombres, cada uno de los cuales,
cargaba dos sacos, sujetos a sus cuellos, uno al frente y el otro a sus
espaldas.

Cuando al primero de ellos le preguntaron que había en sus sacos, el dijo:


-Todo cuanto de bueno me han dado mis amigos se halla en el saco de atrás,
ahí fuera de la vista, y al poco tiempo olvidado. El saco de enfrente contiene
todas las cosas desagradables que me han acontecido y, en mi andar, me
detengo con frecuencia, saco esas cosas y las examino desde todos los
ángulos posibles. Me concentro en ellas y las estudio. Y dirijo todos mis
sentimientos y pensamientos hacia ellas.

En consecuencia, como el primer hombre siempre se estaba deteniendo


para reflexionar sobre las cosas desafortunadas que le habían sucedido en
el pasado, lo que lograba avanzar era muy poco.

Cuando al segundo hombre le preguntaron qué era lo que llevaba en sus dos
sacos, el respondió: -En el saco de enfrente están todas las buenas
acciones que he hecho. Las llevo delante de mí y continuamente las saco y
las exhibo para que todo mundo las vea. Mientras que el saco que llevo
atrás, contiene todos mis errores. Los llevo consigo a dondequiera que voy.
Es mucho lo que pesan y no me permiten avanzar con rapidez, pero por
alguna razón, no puedo desprenderme de ellos.

Al preguntarle al tercer hombre sobre sus sacos, él contestó: -El saco que
llevo al frente, está lleno de maravillosos pensamientos acerca de la gente,
los actos bondadosos que han realizado y todo cuanto de bueno he tenido
en mi vida. Es un saco muy grande y está lleno, pero no pesa mucho. Su
peso es como las velas de un barco “lejos de ser una carga” me ayudan a
avanzar. Por su parte, el saco que llevo a mis espaldas está vacío, pues le he
hecho un gran orificio en el fondo. En ese saco, puse todo lo malo que
escuché de los demás así como todo lo malo que a veces pienso acerca de
mí mismo. Esas cosas se fueron saliendo por el agujero y se perdieron para
siempre, de modo que ya no hay peso que me haga más penoso el trayecto.

Leyenda de una mujer


Cuenta la leyenda que una mujer pobre con un niño en los brazos, pasando
delante de una caverna escuchó una voz misteriosa que allá adentro le
decía: -”Entra y toma todo lo que desees, pero no te olvides de lo principal.
Pero recuerda algo: después que salgas, la puerta se cerrará para siempre.
Por lo tanto, aprovecha la oportunidad, pero no te olvides de lo principal…”

La mujer entró en la caverna y encontró muchas riquezas. Fascinada por el


oro y por las joyas, puso al niño en el piso y empezó a juntar, ansiosamente,
todo lo que podía en su delantal. La voz misteriosa habló nuevamente.
-“Tienes solo ocho minutos…”

Agotados los ocho minutos, la mujer cargada de oro y piedras preciosas,


corrió hacia fuera de la caverna y la puerta se cerró…..Recordó, entonces,
que el niño quedó adentro y la puerta estaba cerrada para siempre. La
riqueza duró poco y la desesperación… ¡para el resto de su vida!.

Lo mismo ocurre, a veces, con nosotros. Tenemos unos 80 años para vivir en
este mundo y una voz siempre nos advierte: “Y No te olvides de lo
principal!”

Y lo principal son los valores espirituales, la oración, la vigilancia, la familia,


los amigos, la vida. Pero la ganancia, la riqueza, los placeres materiales nos
fascinan tanto que lo principal siempre se queda a un lado….

Así agotamos nuestro tiempo aquí, y dejamos a un lado lo esencial ” Los


tesoros del alma!”. Que jamás nos olvidemos que la vida en este mundo,
pasa rápido y que la muerte llega inesperadamente.

Y que cuando la puerta de esta vida se cierra para nosotros, de nada


valdrán las lamentaciones.

Ahora….piensa por un momento que es lo principal en tu vida……

“Que cosa extraña es el hombre: Nacer no pide, Vivir no sabe, Morir no


quiere“

¿Existe el Mal?

Un profesor universitario retó a sus alumnos con esta pregunta: - ¿Dios creó
todo lo que existe?

Un estudiante contestó valiente: -Sí, lo hizo. - ¿Dios creó todo? -Sí señor,
respondió el joven.

El profesor contestó: -Si Dios creó todo, entonces Dios hizo al mal, pues el
mal existe, y bajo el precepto de que nuestras obras son un reflejo de
nosotros mismos, entonces Dios es malo.

El estudiante se quedó callado ante tal respuesta y el profesor, feliz, se


jactaba de haber probado una vez más que la fe Cristiana era un mito.

Otro estudiante levantó su mano y dijo: - ¿Puedo hacer una pregunta,


profesor?

-Por supuesto, respondió el profesor.

El joven se puso de pie y preguntó: -¿Profesor, existe el frío?

- ¿Qué pregunta es esa? Por supuesto que existe, ¿acaso usted no ha tenido
frío?

El muchacho respondió: -De hecho, señor, el frío no existe. Según las leyes
de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es ausencia de calor. Todo
cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía,
el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga o transmita energía. El cero
absoluto es la ausencia total y absoluta de calor, todos los cuerpos se
vuelven inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Hemos
creado ese término para describir cómo nos sentimos si no tenemos calor.

-Y, ¿existe la oscuridad?” continuó el estudiante.

El profesor respondió: -Por supuesto.

El estudiante contestó: -Nuevamente se equivoca, señor. La oscuridad


tampoco existe. La oscuridad es en realidad ausencia de luz. La luz se
puede estudiar, la oscuridad no; incluso existe el prisma de Nichols para
descomponer la luz blanca en los varios colores en que está compuesta, con
sus diferentes longitudes de onda. La oscuridad no. Un simple rayo de luz
rasga las tinieblas e ilumina la superficie donde termina el haz de luz.
¿Cómo puede saber cuan oscuro está un espacio determinado? Con base en
la cantidad de luz presente en ese espacio, ¿no es así? Oscuridad es un
término que el hombre ha desarrollado para describir lo que sucede cuando
no hay luz presente.

Finalmente, el joven preguntó al profesor: -Señor: ¿existe el mal?


El profesor respondió: -Por supuesto que existe. Como lo mencioné al
principio, vemos violaciones
, crímenes y violencia en todo el mundo, esas cosas son del mal.

A lo que el estudiante respondió: - El mal no existe, señor… o al menos no


existe por si mismo.

-El mal es simplemente la ausencia de Dios… es, al igual que en los casos
anteriores un término que el hombre ha creado para describir esa ausencia
de Dios. Dios…. no creó el mal. No es como la fe o el amor, que existen,
como existe el calor y la luz. El mal es el resultado de que la humanidad no
tenga a Dios presente en sus corazones. Es como resulta el frío cuando no
hay calor, o la oscuridad cuando no hay luz.

Entonces el profesor, después de asentar con la cabeza, se quedó callado.

EL JOVEN SE LLAMABA ALBERT EINSTEIN

El Tiempo: La mejor expresión de amor

Es posible evaluar la importancia que le asignamos a algo considerando el


tiempo que estamos dispuestos a dedicarle. Cuanto más tiempo le
dedicamos a algo, más evidente resulta la relevancia y el valor que tiene
para nosotros. Si quieres conocer las prioridades de una persona, fíjate en
cómo usa el tiempo.

El tiempo es el regalo más preciado que tenemos porque es limitado.


Podemos producir más dinero, pero no más tiempo. Cuando le dedicamos
tiempo a una persona, le estamos entregando una porción de nuestra vida
que nunca podremos recuperar. Nuestro tiempo es nuestra vida. El mejor
regalo que le puedes dar a alguien es tu tiempo.

No es suficiente decir que las relaciones son importantes: debemos


demostrarlo en nuestras acciones, invirtiendo tiempo en ellas. Las palabras
por sí solas nada valen: “No solamente debemos decir que amamos, sino que
debemos demostrarlo por medio de lo que hacemos”. Las relaciones exigen
tiempo y esfuerzo. Amor se deletrea así:

La esencia del amor no es lo que pensamos o hacemos o aportamos a los


demás; antes bien, es cuánto entregamos de nosotros mismos. A los
hombres, en particular, les cuesta entender esto. Muchos dicen: !Te Quieren
a Tí!. Quieren tu ojos, tus oídos, tu tiempo, tu atención, tu presencia, tu
interés: Tú Tiempo.

El mejor regalo de amor no son los diamantes ni las rosas ni los dulces. Es
brindar tu concentración. El amor se concentra tanto en otra persona que
por un instante uno se olvida quien es. La atención dice:

Siempre que dediques de tu tiempo, estarás haciendo un sacrificio, y el


sacrificio es la esencia del amor.

ES POSIBLE DAR SIN AMAR, PERO NO SE PUEDE AMAR SIN DAR.

AMAR ES ENTREGARSE: DEJAR DE LADO MIS PREFERENCIAS, COMODIDAD,


OBJETIVOS PERSONALES, SEGURIDAD, DINERO, ENERGÍA Y TIEMPO PARA
EL BENEFICIO DE LOS DEMÁS.

Recuerda siempre esto:

EL MEJOR REGALO QUE LE PUEDES DAR A ALGUIEN ES:

“TU TIEMPO”

Siempre se ha hecho así


Cierto día, un becerro tuvo que atravesar un bosque virgen para volver a
su pradera. El animal abrió un sendero tortuoso, lleno de curvas, subiendo
y bajando colinas.

Al día siguiente, un perro que pasaba por allí usó ese mismo sendero para
atravesar el bosque. Después fue el turno de un carnero, jefe de un
rebaño, que viendo el espacio ya abierto hizo a su rebaño seguir por allí.

Más tarde, los hombres comenzaron a usar ese mismo sendero: entraban y
salían, giraban a la derecha y a la izquierda, descendían, se desviaban de
los obstáculos, quejándose y maldiciendo, con toda razón. Pero no hacían
nada para crear una nueva vía.

Después de tanto uso, el sendero acabó convertido en una amplia carretera


donde los pobres animales se cansaban bajo pesadas cargas, obligados a
recorrer en tres horas una distancia que podría realizarse en treinta
minutos, si no hubieran seguido la vía abierta por el becerro.

Pasaron muchos años y el camino se convirtió en la calle principal de un


poblado y, finalmente, en la avenida principal de una ciudad. Todos se
quejaban del tránsito, porque el trayecto intrincado era el peor de todos.
Mientras tanto, el viejo y sabio bosque se reía al ver que los hombres
tienen esa ciega tendencia rutinaria a seguir la vía que ya está abierta, sin
preguntarse si habría acaso una mejor opción o camino. Tal vez hubiesen
descubierto otros paisajes más bellos.

¿Qué es el cielo y qué es el infierno?


Esta es una historia japonesa que nos habla de un samurái, agresivo,
fuerte, era un señor de la guerra, por unas conversaciones que había tenido
con otros compañeros se había interesado por esas cuestiones del cielo y
del infierno ¿qué es el cielo y qué es el infierno? no lo entendía muy bien.

Entonces uno de sus colegas le recomienda que fuera a ver aún ermitaño, a
un monje que vivía en la montaña, que se suponía era un tipo muy sabio
que le podría explicar esta diferencia entre el cielo y el infierno. Entonces
nuestro samurái, encuentra la choza del ermitaño, patea la puerta y entra
bruscamente y el monje estaba sentado en el suelo haciendo caligrafía, se
para delante del monje y le dice:

- A ver decirme, cuál es la diferencia entre el cielo y el infierno?

El monje seguía mirando el suelo, haciendo sus dibujos, sin hacerle caso
alguno al guerrero.

- No me escuchaste, te estoy preguntando cual es la diferencia entre el


cielo y el infierno.

Y el monje suspira y mueve la cabeza de un lado al otro y vuelve a su


hacer.

- Estás sordo, contéstame cual es la diferencia?

- Te escuche pero no tiene sentido contestarte porque eres demasiado


tonto para comprenderlo.

- Yo tonto, saca la espada y dice, - Ahora vas a ver quién es el tonto.

En ese momento, el monje mira hacia arriba, sonríe y dice “eso es el


infierno”, en ese momento el samurái, se da cuenta de su vida y de cómo
vivía irritado, irrespetuoso.

Y fue como un rayo le partiese la cabeza y en ese momento se dio cuenta


de lo que era su vida y se le cae la espada de la mano y se queda
horrorizado de que él vivía en el infierno pero inmediatamente siente una
oleada de gratitud increíble, porque el monje para darle esa lección había
expuesto su vida y él lo iba a matar.
Y una persona a la que ni conocía le había hecho un regalo de sabiduría
impresionante y cae de rodilla y le dice: - Gracias, y el monje vuelve a
lanzar una sonrisa y le dice: - “Eso es el cielo”.

Reflexión:

El cielo y el infierno no están después de la muerte, el cielo y el infierno es


como uno vive.

Tú puedes construir tu vida y vivir en el cielo o puedes construir tu vida y


vivir en el infierno.

En mi opinión, la mayoría de la gente hemos construido un infierno, cuando


tenemos todo el material para construir nuestra vida en el cielo, pero para
construir el cielo sobre la tierra hace falta vivir en LIBERTAD.

Montse Parejo

Psico-Oncóloga

Los pavos no vuelan


Un campesino encontró en el campo un huevo de un tamaño tan grande,
que nunca había visto antes algo parecido, así que decidió llevárselo a su
casa.

-¿Será de avestruz? Preguntó a su familia.


-No, no es demasiado grande, Dijo el abuelo.
-¿Y si lo rompemos?, Propuso el hijo.
-Romperlo sería una lástima, porque entonces nunca sabremos a que ave
pertenece, dijo el padre.
-Así que finalmente decidieron colocarlo debajo de una pava que en ese
momento estaba empollando.

Cuenta la historia que a los quince días nació entre los pavitos, el
enigmático pichón, al principio nadie pudo reconocer a que variedad de ave
pertenecía, lo único que era evidente es que era el más grande entre todos
sus compañeros, su plumaje era mucho más oscuro y devoraba la comida
que le ponían con mucha avidez.

Una vez crecido, cuando llegó el tiempo de levantar el vuelo, miro a su


madre y le dijo entusiasmado:
-Bueno, ha llegado la hora de volar, ¿me acompañas?
La pava sorprendida por la proposición, le explicó: -Mira, los pavos no
vuelan. Tienes que tener cuidado y no comer tan apresurado, porque te
sienta mal y después dices tonterías.
El misterioso pichón, se quedó en silencio un poco confundido.

Pero el pichón cada vez que terminaba de comer, les decía a sus hermanos:
-¡Vamos, vamos a volar! Hasta que uno de los pavitos le explico:
-Los pavos no volamos, solo podemos caminar, ese es nuestro destino, así
lo decidió Dios cuando nos creo.
Haciendo caso a sus hermanos, nuestro misterioso amigo se dedicó todo el
tiempo hacer todo lo que los demás hacían, caminar por un corral cercado,
comer y dormir.

Pero un día el veterinario del pueblo pasó por la granja y el granjero,


aprovechó la situación para pedirle que identificara a la misteriosa ave. En
cuanto la vio pudo reconocer de inmediato que se trataba de un cóndor.

Este ave había nacido para volar hasta los 7000 metros, pero, como nadie
volaba... él nunca voló porque escucho más la opinión de su entorno, que
lo que él mismo sentía en su interior.

Reflexión:

No atreverse, es perder una oportunidad. Lo que siempre se hizo…no tiene


por qué seguir haciéndose.

Cada uno de nosotros puede tener grandes aptitudes, valores y como no,
una gran creatividad; quedarse en lo conocido por miedo a lo desconocido,
equivale a mantenerse con vida pero no a vivir. No olvides que cuando uno
tiene que “morir” nadie lo va a hacer por ti, no permitas que para vivir tú
vida, otros te digan como debes de vivirla.

Montse Parejo

Psico-Oncóloga

Los japoneses
A los japoneses siempre les ha gustado comer elpescado
fresco.

Durante décadas en las aguas cercanas a Japón, la


escasez de peces era notaria. Así, que para alimentar a
la población japonesa, los barcos pesqueros
fueronfabricados más grandes
para poder ir mar adentro.

Mientras más lejos iban los pescadores más era el tiempo


que les tomaba regresar a entregar el pescado.Si el viaje
tomaba

varios días, el pescado ya no estaba fresco.

Para resolver el problema, las compañías instalaron


congeladores en los barcos pesqueros. Así, podíanpescar y
poner los pescados en los congeladores.

Sin embargo, los japoneses pudieron percibir la diferencia


entre el pescado congelado y el fresco, y no les gustaba el
congelado, lo que hacía que lo tuvieran que vender más
barato.

Las compañías instalaron entonces en los barcos tanques


para los peces. Podían así, pescar los peces, meterlos en
los tanques

y mantenerlos vivos hasta llegar a la costa.

Pero después de un tiempo los peces dejaban de moverse


en el tanque. Estaban aburridos y cansados,
aunque vivos.

Los consumidores japoneses también notaron la diferencia


del sabor porque cuando los peces dejan de moverse
durante días, pierden el sabor fresco ...

-Y ¿cómo resolvieron el problema las compañías


japonesas?

- Y ¿cómo consiguieron traer pescado con sabor de


pescado fresco?

Si las compañías japonesas te pidieran asesoría, ¿qué les


recomendarías?
(Mientras piensas en la solución.... Te invito a que leas lo
que sigue):

Tan pronto una persona alcanza sus metas, tales como


empezar una nueva empresa, pagar sus deudas,
encontrar una pareja maravillosa, o lo que sea, empieza a
perder la pasión.

Ya no necesitará esforzarse tanto. Así, que solo serelaja.

Experimentan el mismo problema que las personas que


ganan la lotería, o el de quienes heredan mucho dinero
y nunca maduran, o de quienes se quedan en casa y se
hacen adictos a los medicamentos para la depresión o
laansiedad.

Como el problema de los pescadores japoneses, la


solución es sencilla.

Lo dijo L. Ron Hubbard (escritor estadounidense), a


principios de los años 50:

“Las personas prosperan mas cuando hay desafíos en su


medio ambiente"

Para mantener el sabor fresco de los peces, las compañías


pesqueras ponen a los peces dentro de los tanques en
los botes... pero ahora ponen también un
Tiburón pequeño!

Claro que el tiburón se come algunos peces, pero los


demás llegan muy, pero que muy vivos.

¡Los peces son desafiados! Tienen que nadar durante todo


el trayecto dentro del tanque, ¡para mantenerse vivos!

Reflexión:
Cuando alcances tus metas proponte otras mayores.
Nunca debes crear el éxito para luego acostarte en él.Así,
que, invita un tiburón a tu tanque, y descubre lo lejos que
realmente puedes llegar. Unos cuantostiburones te harán
conocer tu potencial para seguir vivo y haciendo lo que
mejor haces, de la mejor maneraposible!

Esta es la realidad de la vida, nos conformamos con las


cosas que nos pasa, nos acomodamos a nuestras
maneras de vivir, pero siempre digo que cuando las cosas
nos van bien, son momentos de descanso porque
irremediablemnte nos pasan cosas, así que mantente
alerta, despierto y lo más importante de todo, siéntete
vivo, "las persona que tiene un porqué vivir no les
importa el cómo".

Montse Parejo

Psico-Oncóloga

El loro que pide libertad


Ésta es la historia de un loro muy contradictorio. Desde hacía un buen
número de años vivía enjaulado, y su propietario era un anciano al que el
animal hacía compañía. Cierto día, el anciano invitó a un amigo a su casa a
deleitar un sabroso té de Cachemira.

Los dos hombres pasaron al salón donde, cerca de la ventana y en su jaula,


estaba el loro. Se encontraban los dos hombres tomando el té, cuando el
loro comenzó a gritar insistente y vehementemente:

-¡Libertad, libertad, libertad!

No cesaba de pedir libertad. Durante todo el tiempo en que estuvo el


invitado en la casa, el animal no dejó de reclamar libertad. Hasta tal punto
era desgarradora su solicitud, que el invitado se sintió muy apenado y ni
siquiera pudo terminar de saborear su taza. Estaba saliendo por la puerta y
el loro seguía gritando: “!Libertad, libertad!”.

Pasaron dos días. El invitado no podía dejar de pensar con compasión en el


loro. Tanto le atribulaba el estado del animalillo que decidió que era
necesario ponerlo en libertad. Tramó un plan. Sabía cuándo dejaba el
anciano su casa para ir a efectuar la compra. Iba a aprovechar esa
ausencia y a liberar al pobre loro. Un día después, el invitado se apostó
cerca de la casa del anciano y, en cuanto lo vio salir, corrió hacia su casa,
abrió la puerta con una ganzúa y entró en el salón, donde el loro
continuaba gritando: “!Libertad, libertad!” Al invitado se le partía el
corazón.

¿Quién no hubiera sentido piedad por el animalito? Presto, se acercó a la


jaula y abrió la puertecilla de la misma. Entonces el loro, aterrado, se lanzó
al lado opuesto de la jaula y se aferró con su pico y uñas a los barrotes de
la jaula, negándose a abandonarla. El loro seguía gritando: “!Libertad,
libertad!”

Reflexión:

Como este loro, son muchos los seres humanos que dicen querer madurar
y hallar la libertad interior, pero que se han acostumbrado a su jaula
interna y no quieren abandonarla.

No podemos olvidar que todos los cambios asustan, es importante que


entiendas que el miedo es una emoción como cualquier otra, sólo que le
otorgas una dimensión y un significado, en donde pasa a tener todo el
poder sobre cualquier cosa novedosa que quieras realizar hoy, todos
sabemos que el miedo paraliza. Debemos de aceptar que el miedo forma
parte del camino que cada uno de nosotros tiene que recorrer para nuestro
crecimiento y mejora, es la posibilidad que nos podemos brindar para
modificar y cambiar aspectos que hasta hoy nos impidieron ser felices.

“La felicidad no llega cuando conseguimos lo que deseamos sino cuando


sabemos disfrutar con lo que tenemos”. No soñando en el mañana sino
sabiendo disfrutar del HOY.

Montse Parejo

Psico-Oncóloga

GAUTAMA
Rabindranat Tagore

Ya el sol se había puesto entre el enredo del bosque sobre los ríos.

Los niños de la ermita habían vuelto con el ganado y estaban sentados al


fuego, oyendo a su maestro Gautama, cuando llegó un niño desconocido
y lo saludó con flores y frutos. Luego, tras una profunda reverencia, le
dijo con voz de pájaro:

"Señor Gautama, vengo a que me guíes por el Sendero de la Verdad.

Me llamo Satyakama"

"Bendito seas -dijo el Maestro- ¿Y de qué casta eres, hijo mío? Porque
sólo un brahmín puede aspirar a la suprema sabiduría".

Contestó el niño:

"No sé de qué casta soy, Maestro; pero voy a preguntárselo a mi madre".

Se despidió Satyakama, cruzó el río por lo más estrecho, y volvió a la


choza de su madre, que estaba al fin de un arenal, fuera de la aldea ya
dormida.

La lámpara iluminaba débilmente la puerta, y la madre estaba fuera, de


pie en la sombra, esperando la vuelta de su hijo.

Lo cogió contra su pecho, lo besó en la cabeza y le preguntó qué le


había dicho el Maestro.

"¿Cómo se llama mi padre? -dijo el niño- Porque me ha dicho el Señor


Gautama que sólo un brahmín puede aspirar a la suprema sabiduría".

La mujer bajó los ojos y le habló dulcemente: "Cuando joven yo era


pobre y conocí muchos amos. Sólo puedo decirte que tú viniste a los
brazos de tu madre Jabala, que no tuvo marido".

Los primeros rayos del sol ardían en la copa de los árboles de la ermita
del bosque. Los niños, aún mojado el revuelto pelo del baño de la
mañana, estaban sentados ante su Maestro, bajo un árbol viejo.

Llegó Satyakan, le hizo una profunda reverencia al Maestro y se quedó


de pie en silencio.

"Dime -le preguntó el Maestro- ¿Sabes ya de qué casta eres?"


"Señor -contestó Satyakama-, no sé. Mi madre me dijo: Yo conocí
muchos amos cuando joven, y tú viniste a los brazos de tu madre
Jabala, que no tuvo marido".

Entonces se levantó un rumor como el zumbido iracundo de las abejas


hostigadas en su colmena. Y los estudiantes murmuraban entre dientes
de la desvergonzada insolencia del niño sin padre.

Pero el Maestro Gautama se levantó, trajo al niño con sus brazos hasta
su pecho, y le dijo:

"Tú eres el mejor de todos los brahmines, hijo mío; porque tienes la
herencia más noble, que es de la verdad".

“Todos tenemos grietas”

Cuento tradicional de la india

Un hombre cargador de agua de India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de

un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras

que la otra era perfecta y conservaba todo el agua al final del largo camino a pie desde el arroyo

hasta la casa de su patrón; en cambio cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad del

agua.

Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy

orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la

pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección, y se sentía miserable

porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.

Después de dos años, la tinaja quebrada le hablo al aguatero:

-“Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas solo puedes

entregar la mitad de mi carga y solo obtienes la mitad del valor que deberías recibir.”

El aguatero le dijo compasivamente:

-“Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del

camino”. Así lo hizo la tinaja. Y en efecto, vio muchísimas flores a lo largo del trayecto. Sin

embargo se sintió apenada porque solo quedaba dentro suyo, la mitad del agua que debía llevar.
El aguatero le dijo entonces:

-“¿Te diste cuenta de que las flores solo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus

grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a lo largo camino por

donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores. Si

no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta

belleza.”

Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos

saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener

hermosos resultados.

Diferencia entre querer y amar – El principito –

-“Te amo” – dijo el principito…

-“Yo también te quiero” – dijo la rosa.

-“No es lo mismo” – respondió él…

“Querer es tomar posesión de algo, de alguien. Es buscar en los demás eso que llena las

expectativas personales de afecto, de compañía…Querer es hacer nuestro lo que no nos

pertenece, es adueñarnos o desear algo para completarnos, porque en algún punto nos

reconocemos carentes.

Querer es esperar, es apegarse a las cosas y a las personas desde nuestras necesidades.

Entonces, cuando no tenemos reciprocidad hay sufrimiento. Cuando el “bien” querido no nos

corresponde, nos sentimos frustrados y decepcionados.

Si quiero a alguien, tengo expectativas, espero algo. Si la otra persona no me da lo que espero,

sufro. El problema es que hay una mayor probabilidad de que la otra persona tenga otras

motivaciones, pues todos somos muy diferentes. Cada ser humano es un universo. Amar es

desear lo mejor para el otro, aún cuando tenga motivaciones muy distintas. Amar es permitir

que seas feliz, aún cuando tu camino sea diferente al mío. Es un sentimiento desinteresado que

nace en un donarse, es darse por completo desde el corazón. Por esto, el amor nunca será causa

de sufrimiento.
uando una persona dice que ha sufrido por amor, en realidad ha sufrido por querer, no por

amar. Se sufre por apegos. Si realmente se ama, no puede sufrir, pues nada ha esperado del

otro.

Cuando amamos nos entregamos sin pedir nada a cambio, por el simple y puro placer de dar.

Pero es cierto también que esta entrega, este darse, desinteresado, solo se da en el

conocimiento. Solo podemos amar lo que conocemos, porque amar implica tirarse al vacío,

confiar la vida y el alma. Y el alma no se indemniza. Y conocerse es justamente saber de vos, de

tus alegrías, de tu paz, pero también de tus enojos, de tus luchas, de tu error. Porque el amor

trasciende el enojo, la lucha, el error y no es solo para momentos de alegría.

Amar es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas nada, no

con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa compañía. Amar es saber que no te cambia el

tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos.

Amar es darte un lugar en mi corazón para que te quedes como padre, madre, hermano, hijo,

amigo y saber que en el tuyo hay un lugar para mí.

Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor, es

abrir el corazón y dejarse amar.”

-“Ya entendí” – dijo la rosa.

-” No lo entiendas, vívelo” -dijo el principito.

~ Antoine de Saint-Exupéry —

Un camino embarrado

Tanzan Y Ekido iban un día por un camino embarrado. Caía una fuerte lluvia. Al llegar a un

recondo, se encontraron a una joven encantadora con kimono y faja de seda, que no podía

atravesar el cruce.

“Vamos, muchacha”, dijo Tanzan enseguida, y alzándola en brazos la pasó.

Ekido no volvió a hablar hasta la noche, cuando llegaron a alojarse en un templo. Entonces no

pudo contenerse más. “Nosotros los monjes, no debemos acercarnos a las mujeres”, le dijo a

Tanzan, “especialmente a las jóvenes y bonitas. Es peligroso. ¿Por que hizo usted eso?”.
“Yo dejé a la chica allá atrás”, dijo Tanzan. “¿Usted todavía la está cargando?”.

Muchas veces resulta difícil distinguir entre un problema real y uno mental. El problema real es

aquel que a ojos de mil personas, todos ellos coincidirían que efectivamente nos encontramos

ante un problema, como es el caso de una enfermedad terminal. En el otro caso probablemente,

muchas de esa mil personas no lo considerarían como tal, pero a ojos de uno, puede llegar a ser

un infierno difícil de superar.

Aprende a diferenciar lo que tus ojos ven, de lo que tu mente quiera que veas y recuerda. No

permitas que un dolor, no te deje ver las alegrías que, día a día, la vida te vuelve a

regalar.

Vivir el presente

“Un hombre se le acercó a un sabio anciano y le dijo: -Me han dicho que tú eres sabio…. Por

favor, dime qué cosas puede hacer un sabio que no está al alcance de las demás de las

personas. El anciano le contestó: cuando como, simplemente como; duermo cuando estoy

durmiendo, y cuando hablo contigo, sólo hablo contigo. Pero eso también lo puedo hacer yo y no

por eso soy sabio, le contestó el hombre, sorprendido.

Yo no lo creo así, le replicó el anciano. Pues cuando duermes recuerdas los problemas que

tuviste durante el día o imaginas los que podrás tener al levantarte. Cuando comes estás

planeando lo que vas a hacer más tarde. Y mientras hablas conmigo piensas en qué vas a

preguntarme o cómo vas a responderme, antes de que yo termine de hablar. El secreto es estar

consciente de lo que hacemos en el momento presente y así disfrutar cada minuto del milagro

de la vida.”

__________________________________________________________________

Una profesora en clase saca de su cartera un billete de 20 euros y lo enseña a sus


alumnos a la vez que pregunta: “¿A quién le gustaría tener este billete?”. Todos los
alumnos levantan la mano.

Entonces la profesora coge el billete y lo arruga, haciéndolo una bola. Incluso lo rasga un
poquito en una esquina. “¿Quién sigue queriéndolo?”. Todos los alumnos volvieron a
levantar la mano.

Finalmente, la profesora tira el billete al suelo y lo pisa repetidamente, diciendo: “¿Aún


queréis este billete?”. Todos los alumnos respondieron que sí.

Entonces la profesora les dijo:


“Espero que de aquí aprendáis una lección importante hoy. Aunque he arrugado el billete,
lo he pisado y tirado al suelo… todos habéis querido tener el billete porque su valor no
había cambiado, seguían siendo 20 euros.
Muchas veces en la vida te ofenden, hay personas que te rechazan y los acontecimientos
te sacuden, dejándote hecho una bola o tirado en el suelo. Sientes que no vales nada,
pero recuerda, tu valor no cambiará NUNCA para la gente que realmente te quiere.
Incluso en los días en los que sientas que estás en tu peor momento, tu valor sigue
siendo el mismo, por muy arrugado que estés”.

El Viejo Perro Cazador


Hace muchos años, vivía un viejo perro de caza, cuya avanzada edad le había hecho
perder gran parte de las facultades que lo adornaban en su juventud. Un día, mientras se
encontraba en una jornada de caza junto a su amo, se topó con un hermoso jabalí, al que
quiso atrapar para su dueño. Poniendo en ello todo su empeño, consiguió morderle una
oreja, pero como su boca ya no era la de siempre, el animal consiguió escaparse.
Al escuchar el escándalo, su amo corrió hacia el lugar, encontrando únicamente al viejo
perro. Enfadado porque hubiera dejado escapar a la pieza, comenzó a regañarle muy
duramente.
El pobre perro, que no se merecía semejante regañina, le dijo:
-Querido amo mío, no creas que he dejado escapar a ese hermoso animal por gusto. He
intentado retenerlo, al igual que hacía cuando era joven, pero por mucho que lo
deseemos ambos, mis facultades no volverán a ser las mismas. Así que, en lugar de
enfadarte conmigo porque me he hecho viejo, alégrate por todos esos años en los que te
ayudaba sin descanso.

La Moraleja de esta Fabula: respeta siempre a las personas mayores, que aunque ya no
puedan realizar grandes proezas, dieron sus mejores años para darte a ti y a tu familia,
una vida mejor.

jose y el ladrillo
José iba en su nuevo automóvil, un gran Jaguar a mucha velocidad.

¿La razón? Llegaría tarde al trabajo si no corría.

Su automóvil Jaguar rojo brillante, era una de sus mas preciadas posesiones, cuando
súbitamente… ¡Un ladrillo se estrelló en la puerta de atrás!

José frenó el auto y dio reversa hasta el lugar de donde el ladrillo había
salido.

Se bajó del automóvil y vio a un niño sentado en el piso. Lo agarró, lo sacudió y le gritó
muy enojado: ¿Qué demonios andas haciendo? ¡Te va a costar muy caro lo que le hiciste
a mi auto! ¿Por qué me tiraste el
ladrillo?

El niño llorando, le contestó: ‘Lo siento, señor, pero no sabía


qué hacer, mi hermano se cayó de su silla de ruedas y está lastimado, y no lo
puedo levantar yo solo. Nadie quería detenerse a ayudarme!’

José sintió un nudo en la garganta, fue a levantar al joven, lo sentó en su silla de ruedas,
y lo revisó. Vio que sus raspaduras eran menores, y que no estaba en peligro.
Mientras el pequeño de 7 años empujaba a su hermano en la silla
de ruedas hacia su casa, José caminó lentamente a su Jaguar,
pensando…

Moraleja:
JOSÉ NUNCA LLEVÓ A REPARAR EL AUTO, DEJÓ LA PUERTA COMO ESTABA, PARA
HACERLE RECORDAR QUE NO DEBÍA IR A TRAVÉS DE LA VIDA TAN RÁPIDO COMO PARA
QUE ALGUIEN VENGA QUE TIRARLE UN LADRILLO PARA LLAMAR SU ATENCIÓN..

LA HISTORIA DEL LÁPIZ


El niño miraba al abuelo escribir una carta. En un momento dado, le preguntó:
–¿Estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es, quizá, una historia sobre
mí?
El abuelo dejó de escribir, sonrió y dijo al nieto:
–Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras es
el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.
El niño miró el lápiz, intrigado, y no vio nada de especial.
–¡Pero si es igual a todos los lápices que he visto en mi vida!
–Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si
consigues mantenerlas, harán de ti una persona por siempre en paz con el mundo.
Primera cualidad: puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una
mano que guía tus pasos. A esta mano nosotros la llamamos Dios, y Él siempre te
conducirá en dirección a su voluntad.
Segunda: de vez en cuando necesito dejar de escribir y usar el sacapuntas. Eso hace que
el lápiz sufra un poco, pero al final está más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de
soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.
Tercera: el lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal.
Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo
importante para mantenernos en el camino de la justicia.
Cuarta: lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el
grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.
Finalmente, la quinta cualidad del lápiz: siempre deja una marca. De la misma manera,
has de saber que todo lo que hagas en la vida dejará trazos, e intenta ser consciente de
cada acción.

Cuento Hindu
Había un ratón que estaba siempre angustiado porque tenía miedo del gato.

Un mago se compadeció de él y lo convirtió… en un gato.

Pero entonces, empezó a sentir miedo del perro. De modo que el mago, lo convirtió en
perro. Luego empezó a sentir miedo de la pantera, y el mago lo convirtió en pantera. Con
lo cual comenzó a temer al cazador.

Llegado a este punto, el mago se dio por vencido y volvió a convertirlo en ratón,
diciéndole:
“Nada de lo que haga por ti va a servirte de ayuda, porque siempre tendrás el corazón de
un ratón.”

El Circulo del 99
Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente, que como todo sirviente de rey
triste, era muy feliz. Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey
cantando y tarareando alegres canciones. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara
y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre.
Un día el rey lo mandó a llamar.
Paje -le dijo- ¿cuál es el secreto?
¿Qué secreto, Majestad?
¿Cuál es el secreto de tu alegría?
No hay ningún secreto, Alteza.
No me mientas, paje. He mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una
mentira.
No le miento, Alteza, no guardo ningún secreto.
¿Por qué está siempre alegre y feliz? ¿eh? ¿por qué?
Majestad, no tengo razones para estar triste. Su Alteza me honra permitiéndome
atenderlo. Tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la Corte nos ha asignado,
somos vestidos y alimentados y además su Alteza me premia de vez en cuando con
algunas monedas para darnos algunos gustos, ¿cómo no estar feliz?
Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar -dijo el rey-.. Nadie puede ser feliz
por esas razones que has dado.
Pero, Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría más que complacerlo, pero no hay
nada que yo esté ocultando…
Vete, ¡vete antes de que llame al verdugo!
El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación.. El rey estaba como loco.
No consiguió explicarse cómo el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa
usada y ,alimentándose de las sobras de los cortesanos. Cuando se calmó, llamó al más
sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana.
¿Por qué él es feliz?
Ah, Majestad, lo que sucede es que él está fuera del círculo.
¿Fuera del círculo?
Así es.
¿Y eso es lo que lo hace feliz?
No Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz.
A ver si entiendo, estar en el círculo te hace infeliz
Así es.
¿Y cómo salió?
¡Nunca entró!
¿Qué círculo es ese?
El círculo del 99.
Verdaderamente, no te entiendo nada -dijo el Rey-.
La única manera para que entiendas, sería mostrártelo en los hechos.
¿Cómo?
Haciendo entrar a tu paje en el círculo.
Eso, ¡obliguémoslo a entrar!
No, Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el círculo.
Entonces habrá que engañarlo.
No hace falta, Su Majestad. Si le damos la oportunidad, él entrará solo en el círculo.
¿Pero él no se dará cuenta de que eso es su infelicidad?
Si, se dará cuenta.
Entonces no entrará.
No lo podrá evitar.
¿Dices que él se dará cuenta de la infelicidad que le causará entrar en ese ridículo
círculo, y de todos modos entrará en él y no podrá salir?
Tal cual. Majestad, ¿estás dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender
la estructura del círculo?
Sí Bien, esta noche te pasaré a buscar. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99
monedas de oro, ni una más ni una menos. 99!
¿Qué más? ¿Llevo los guardias por si acaso?
Nada más que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche.
Hasta la noche.
Así fue. Esa noche, el sabio pasó a buscar al rey. Juntos se escurrieron hasta los patios
del palacio y se ocultaron junto a la casa del paje. Allí esperaron el alba. Cuando dentro
de la casa se encendió la primera vela, el hombre sabio agarró la bolsa y le pinchó un
papel que decía: “Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre. Disfrútalo y
no cuentes a nadie como lo encontraste”.
Luego ató la bolsa con el papel en la puerta del sirviente, golpeó y volvió a esconderse.
Cuando el paje salió, el sabio y el rey espiaban desde detrás de unas matas lo que
sucedía. El sirviente vio la bolsa, leyó el papel, agitó la bolsa y al escuchar el sonido
metálico se estremeció, apretó la bolsa contra el pecho, miró hacia todos lados de la
puerta y entró a su hogar.
El rey y el sabio se arrimaron a la ventana para ver la escena. El sirviente ingresó
presuroso a su hogar y con su brazo arrojó al piso todo lo que había sobre la mesa,
dejando sólo la vela. Se sentó y vació el contenido de la bolsa… Sus ojos no podían creer
lo que veían. ¡Era una montaña de monedas de oro! El, que nunca había tocado una de
estas monedas, tenia hoy una montaña de ellas. El paje las tocaba y amontonaba, las
acariciaba y hacía brillar a la luz de la vela, las juntaba y desparramaba, hacía pilas de
monedas. Así, jugando y jugando empezó a hacer pilas de 10 monedas. Una pila de diez,
dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco, seis…. y mientras sumaba 10, 20, 30, 40, 50,
60….hasta que formó la última pila: ¡9 monedas!
Su mirada recorrió la mesa primero, buscando una moneda más. Luego el piso y
finalmente la bolsa. «No puede ser», pensó. Puso la última pila al lado de las otras y
confirmó que era más baja.
Me robaron -gritó- ¡me robaron!
Una vez más buscó en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas, vació sus bolsillos,
corrió los muebles, pero no encontró lo que buscaba. Sobre la mesa, como burlándose de
él, una montañita resplandeciente le recordaba que había 99 monedas de oro “sólo 99”.
-99 monedas es mucho dinero- pensó. Pero me falta una moneda. Noventa y nueve no es
un número completo -pensaba- Cien es un número completo pero noventa y nueve, no.
El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara del paje ya no era la misma, estaba
con el ceño fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se habían vuelto pequeños y arrugados
y la boca mostraba un horrible rictus, por el que se asomaban los dientes. El sirviente
guardó las monedas en la bolsa y mirando para todos lados para ver si alguien de la casa
lo veía, escondió la bolsa entre la leña. Luego tomó papel y pluma y se sentó a hacer
cálculos. ¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda
número cien?
Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta. Estaba dispuesto a trabajar duro hasta
conseguirla. Después quizás no necesitara trabajar más. Con cien monedas de oro, un
hombre puede dejar de trabajar. Con cien monedas de oro un hombre es rico.
Con cien monedas se puede vivir tranquilo. Sacó el cálculo. Si trabajaba y ahorraba su
salario y algún dinero extra que recibía, en once o doce años juntaría lo necesario. «Doce
años es mucho tiempo», pensó. Quizás pudiera pedirle a su esposa que buscara trabajo
en el pueblo por un tiempo. Y él mismo, después de todo, él terminaba su tarea en
palacio a las cinco de la tarde, podría trabajar hasta la noche y recibir alguna paga extra
por ello. Sacó las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su esposa, en siete
años reuniría el dinero. ¡Era demasiado tiempo!
Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedaba de comidas todas las noches y venderlo
por unas monedas. De hecho, cuanto menos comieran, más comida habría para vender…
vender… vender…
Estaba haciendo calor. ¿Para qué tanta ropa de invierno? ¿Para qué más de un par de
zapatos? Era un sacrificio, pero en cuatro años de sacrificios llegaría a su moneda cien.
El rey y el sabio, volvieron al palacio. El paje había entrado en el círculo del 99…
Durante los siguientes meses, el sirviente siguió sus planes tal como se le ocurrieron
aquella noche. Una mañana, el paje entró a la alcoba real golpeando las puertas,
refunfuñando de pocas pulgas.
¿Qué te pasa?- preguntó el rey de buen modo.
Nada me pasa, nada me pasa.
Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo.
Hago mi trabajo, ¿no? ¿Qué querría su Alteza, que fuera su bufón y su juglar también?
No pasó mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente. No era agradable tener
un paje que estuviera siempre de mal humor.
Todos nosotros hemos sido educados en esta estúpida ideología: Siempre nos falta algo
para estar completos, y sólo completos se puede gozar de lo que se tiene. Por lo tanto,
nos enseñaron, la felicidad deberá esperar a completar lo que falta… Y como siempre nos
falta algo, la idea retoma el comienzo y nunca se puede gozar de la vida.
Pero qué pasaría si la iluminación llegara a nuestras vidas y nos diéramos cuenta, así, de
golpe, que nuestras 99 monedas son el cien por ciento del tesoro, que no nos falta nada,
que nadie se quedó con lo nuestro, que nada tiene de más redondo cien que noventa y
nueve, que todo es sólo una trampa, una zanahoria puesta frente a nosotros para que
jalemos del carro, cansados, malhumorados, infelices o resignados. Una trampa para que
nunca dejemos de empujar y que todo siga igual… ¿Cuántas cosas cambiarían si
pudiéramos disfrutar de nuestros tesoros tal como están?

El Águila y los Gallos

Dos gallos reñían por la preferencia de las gallinas; y al fin uno puso en fuga al otro.
Resignadamente se retiró el vencido a un matorral, ocultándose allí. En cambio el
vencedor orgulloso se subió a una tapia alta dándose a cantar con gran estruendo.
Mas no tardó un águila en caerle y raptarlo. Desde entonces el gallo que había perdido la
riña se quedo con todo el gallinero

A quien hace alarde de sus propios éxitos, no tarda en aparecerle quien se los arrebate.

El Pavo Real y La Grulla


Un pavo real convidó a una grulla a un festín suculento. Durante el banquete se puso a
discutir con los comensales acerca de cuál de los dos poseía mejores dones personales.
Abriendo el pavo real su cola, decía que aquel abanico de finísimas plumas no tenía en el
mundo otra cosa que le igualara en perfección y hermosura.
– Ciertamente – respondió la grulla -, confieso que eres más hermoso que yo, pero si tus
plumas son más vistosas que las mías, en cambio no te sirven para volar.
– Yo, con mis alas – prosiguió la grulla -. Puedo elevarme hasta las nubes, contemplando
bajo mis pies todas las maravillas de la tierra.

Moraleja:
Nadie tenga en menos a su vecino,
que Dios a cada uno da su cualidad.
sobre el matrimonio
Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux que una vez llegaron hasta la tienda del
viejo brujo de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los
jóvenes guerreros, y Nube Alta la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de
la tribu.
– Nos amamos – empezó el joven.
– Y nos vamos a casar – dijo ella.
– Y nos queremos tanto que tenemos miedo. Queremos un hechizo, un conjuro, un
talismán. Algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos. Que nos asegure
que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar a Manitú el día de la muerte.
– Por favor – repitieron – ¿hay algo que podamos hacer?

El viejo los miró y se emocionó de verlos tan jóvenes, tan enamorados, tan anhelantes
esperando su palabra.
– Hay algo…- dijo el viejo después de una larga pausa -. Pero no sé…es una tarea muy
difícil y sacrificada.
– No importa – dijeron los dos-. Lo que sea – ratificó Toro Bravo.
– Bien -dijo el brujo-. Nube Alta, ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás
escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos, y deberás cazar el halcón más
hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día
después de la luna llena. ¿Comprendiste?
La joven asintió en silencio.
– Y tú, Toro Bravo – siguió el brujo – deberás escalar la Montaña del Trueno; cuando
llegues a la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas y, solamente con tus
manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mi, viva, el mismo día en
que vendrá Nube Alta…¡salgan ahora!.

Los jóvenes se miraron con ternura y después de una fugaz sonrisa salieron a cumplir la
misión encomendada, ella hacia el norte, él hacia el sur…. El día establecido, frente a la
tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con sendas bolsas de tela que contenían las
aves solicitadas.
El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas. Los jóvenes lo
hicieron y expusieron ante la aprobación del viejo las aves cazadas. Eran
verdaderamente hermosos ejemplares, sin duda lo mejor de su estirpe.

– ¿Volaban alto?- preguntó el brujo.


– Sí, sin duda. Como lo pediste… ¿y ahora? – preguntó el joven- ¿los mataremos y
beberemos el honor de su sangre?
– No – dijo el viejo-.
– Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne – propuso la joven-.
– No – repitió el viejo-. Harán lo que les digo: Tomen las aves y átenlas entre sí por las
patas con estas tiras de cuero… Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen
libres.

El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros. El águila y el
halcón intentaron levantar vuelo pero solo consiguieron revolcarse en el piso. Unos
minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre si
hasta lastimarse.
Este es el conjuro…
-Jamás olviden lo que han visto. Son ustedes como un águila y un halcón; si se atan el
uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que además,
tarde o temprano, empezarán a lastimarse uno al otro.
Moraleja sobre el matrimonio: Si quieren que el amor entre ustedes perdure, vuelen
juntos pero jamás atados

Dos formas de ver las cosas


Mi mujer y yo estábamos sentados a la mesa en la reunión de mis excompañer@s de
universidad. Yo contemplaba a una mujer sentada en una mesa vecina, totalmente
borracha que se mecía con su bebida en la mano. Mi mujer me preguntó: – ¿La conoces?
– Sí -suspiré-, es mi ex-novia. Supe que se dio a la bebida cuando nos separamos hace
algunos años y me dijeron que nunca más estuvo sobria. – ¡Dios mío! – exclamó mi mujer
¡Quién diría que una persona puede celebrar algo durante tanto tiempo!

Moraleja : Siempre hay dos maneras de ver las cosas …

Anciano
Anciano es quien tiene mucha edad; viejo el que perdió la jovialidad.
La edad causa degeneración de las células; la vejez degeneración del espíritu.
Usted es anciano, cuando se pregunta si vale la pena; usted es viejo cuando sin pensar,
responde que no.
Usted es anciano cuando sueña, usted es viejo cuando apenas duerme.
Usted es anciano cuando todavía aprende; usted es viejo cuando ya no enseña.
Usted es anciano cuando se ejercita; usted es viejo cuando solamente descansa.
Usted es anciano cuando todavía siente amor; usted es viejo cuando solamente siente
celos.
Usted es anciano cuando el día de hoy es el primero del resto de su vida; usted es viejo
cuando todos los días parecen ser el último de su larga vida.
Usted es anciano cuando su calendario tiene “mañanas”; usted es viejo cuando
solamente tiene “ayeres”.
El anciano se renueva cada día que termina, porque mientras el anciano tiene sus ojos
puestos en el horizonte, por donde el sol despunta e ilumina la esperanza, el viejo tiene
su miopía mirando hacia las sombras del pasado.
El anciano tiene planes; el viejo tiene nostalgias.
El anciano lucha lo que le resta de vida; el viejo sufre lo que le falta hasta la muerte.
El anciano lleva una vida activa, llena de proyectos y plena de esperanzas.

Para él el tiempo pasa más rápido, y la vejez nunca llega. Para el viejo, sus horas se
arrastran, destruidas de todo sentido.
Las arrugas del anciano son más bonitas, porque fueron marcadas por la sonrisa; las
arrugas del viejo son feas, porque fueron marcadas por la amargura.
En definitiva, el anciano y el viejo pueden tener la misma edad en el calendario, pero
edades diferentes en el corazón.
Que usted, anciano, viva una larga vida, pero nunca se ponga viejo.

PUEDES SER JOVEN Y SIN EMBARGO ESTAR VIEJO!!!

Los tres ancianos.


Una mujer que salía de su casa vio a tres ancianos de barbas blancas sentados en el
jardín de su casa.

“No sé quienes son ustedes, pero deben tener hambre. Por favor, pasen que les daré algo
de comer”

“¿Está el hombre de la casa?”, preguntó uno de ellos.


“No, no está”

“Entonces no podremos entrar” dijeron los ancianos.

Al atardecer, cuando su marido llegó a la casa, la señora le contó lo sucedido.

“Ve y dile que yo estoy en casa y que los invito a pasar a los tres”

La mujer salió y los invitó amablemente a que pasaran.

“Nosotros no podemos ser invitados a una casa juntos” dijo con determinación uno de los
ancianos.

“¿Por qué?” preguntó la mujer muy intrigada.

El anciano con la barba más blanca respondió:

“Su nombre es Riqueza” dijo señalando a uno de ellos y señalando al otro agregó: “Su
nombre es Éxito, y el mío es Amor… ahora, ve con tu marido y decidan a cuál de nosotros
prefieren invitar”

“¡Qué fantástico! Si ese es el caso invitemos a Riqueza. Así llenaremos nuestra casa con
riquezas” Dijo el marido cuando escuchó lo que le contó la mujer.

“No, no me parece buena idea… ¿Por qué no elegimos a Éxito? así seremos admirados
por todos”

su hija adoptiva que escuchaba la conversación desde su habitación exclamó:

“¿ Por qué no invitamos al Amor? ¿Por qué siempre hay que pensar en las riquezas y el
éxito como si el amor no fuera importante para nosotros?”

La intervención de la niña dejó a sus padres en silencio y avergonzados.

“Sí, ella tiene razón” dijo la madre.

Y el padre agregó: “Sigamos el consejo de nuestra hija”

La mujer salió al encuentro de los ancianos y preguntó :

“¿Cuál de ustedes es Amor? … Por favor, pase y sea nuestro invitado.”

Amor se levantó y comenzó a caminar hacia la casa. Los otros dos también se levantaron
y los siguieron. Sorprendida, la mujer miró a Éxito y a Riqueza y preguntó:

“Sí yo solamente invité a Amor ¿Por qué ustedes también vienen?”

Los tres ancianos respondieron juntos:

“Si hubiese invitado a Éxito o a Riqueza los otros dos se quedaban afuera, pero ustedes
invitaron a Amor, y donde quiera que él vaya los otros lo siguen. Porque donde hay amor
siempre hay éxito y riqueza.

Fábula del caballo y el cerdito


Un rico hacendado coleccionaba caballos y sólo le faltaba uno de determinada raza.
Un día se dio cuenta que su vecino tenía éste determinado caballo, así que trató día tras
día de convencerlo de que se lo vendiera hasta que por fin lo consiguió.

Un mes después que hiciera la compra el caballo enfermó y llamó al veterinario quien le
dijo “su caballo tiene un virus y es necesario que tome este medicamento por tres días
consecutivos, luego de ese tiempo veremos si ha mejorado, si no lo ha hecho entonces
no queda mas remedio que sacrificarlo”. Un cerdito escuchaba la conversación.

Al día siguiente después que el veterinario le dio el medicamento al caballo y se fue, el


cerdito se acercó a el y le dijo “¡fuerza amigo! ¡levántate de ahí sino vas a ser
sacrificado!”.

Al otro día luego que el veterinario le dio el medicamento al caballo y se fue, el cerdito
nuevamente se acercó a éste y le dijo “¡vamos mi gran amigo! ¡levántate sino vas a
morir!, ¡vamos, anímate, yo te ayudo!”.

Al tercer día el caballo recibió su medicamento y el veterinario al no ver gran mejoría en


él le dijo al hacendado “probablemente vamos a tener que sacrificarlo mañana porque
puede contagiarle el virus a los demás caballos”.

Cuando los dos hombres se fueron el cerdito se acercó al caballo y le dijo “¡vamos amigo
es ahora ó nunca! ya no queda más tiempo ¡ánimo! ¡fuerza! yo te ayudo… vamos…uno,
dos, tres…despacio…ya casi…eso es…eso es… ahora corre despacio… mas rápido…
fantástico… ¡lo lograste amigo! ¡corre! ¡corre! ¡venciste campeón! ¡¡¡Bravoooo!!!

En eso regresa el hacendado dispuesto a sacrificar al caballo y lo ve corriendo y dice


“¡milagro, milagro…! el caballo mejoró… ¡hay que hacer una fiesta!… ¡vamos a matar a
este cerdito para festejarlo!

Moraleja: Es bueno ayudar a los demás… mientras no se arriegue el pellejo…

Fábula del caballo y el cerdito


Un rico hacendado coleccionaba caballos y sólo le faltaba uno de determinada raza.

Un día se dio cuenta que su vecino tenía éste determinado caballo, así que trató día tras
día de convencerlo de que se lo vendiera hasta que por fin lo consiguió.

Un mes después que hiciera la compra el caballo enfermó y llamó al veterinario quien le
dijo “su caballo tiene un virus y es necesario que tome este medicamento por tres días
consecutivos, luego de ese tiempo veremos si ha mejorado, si no lo ha hecho entonces
no queda mas remedio que sacrificarlo”. Un cerdito escuchaba la conversación.

Al día siguiente después que el veterinario le dio el medicamento al caballo y se fue, el


cerdito se acercó a el y le dijo “¡fuerza amigo! ¡levántate de ahí sino vas a ser
sacrificado!”.

Al otro día luego que el veterinario le dio el medicamento al caballo y se fue, el cerdito
nuevamente se acercó a éste y le dijo “¡vamos mi gran amigo! ¡levántate sino vas a
morir!, ¡vamos, anímate, yo te ayudo!”.

Al tercer día el caballo recibió su medicamento y el veterinario al no ver gran mejoría en


él le dijo al hacendado “probablemente vamos a tener que sacrificarlo mañana porque
puede contagiarle el virus a los demás caballos”.
Cuando los dos hombres se fueron el cerdito se acercó al caballo y le dijo “¡vamos amigo
es ahora ó nunca! ya no queda más tiempo ¡ánimo! ¡fuerza! yo te ayudo… vamos…uno,
dos, tres…despacio…ya casi…eso es…eso es… ahora corre despacio… mas rápido…
fantástico… ¡lo lograste amigo! ¡corre! ¡corre! ¡venciste campeón! ¡¡¡Bravoooo!!!

En eso regresa el hacendado dispuesto a sacrificar al caballo y lo ve corriendo y dice


“¡milagro, milagro…! el caballo mejoró… ¡hay que hacer una fiesta!… ¡vamos a matar a
este cerdito para festejarlo!

Moraleja: Es bueno ayudar a los demás… mientras no se arriegue el pellejo…

El sol desapareció
Había una vez , en una zona de altas montañas, una águila que enseñaba a su pichón a
volar. Aquellos días de verano eran benignos y de cielo despejado. Un día, llegado el
otoño, el cielo se cubrió de densas nubes negras. El pichón, acostumbrado a ver el cielo
y el sol, pegó un grito de desesperación. No veía ese manto celeste con su sol
resplandeciente. El águila, viendo esto, le pidió que le acompañara. Juntas remontaron
vuelo en dirección a las nubes. Luego de una trabajosa travesía, ambas estaban por
encima de las nubes. El pichón estaba loco de alegría, se había superpuesto a esas
negras nubes que le ocultaban su sol y su manto azul.

Moraleja:
Creo que a veces debiéramos desplegar nuestras alas y animarnos a volar más alto.

El valor
-“Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa, que no tengo fueras para hacer nada.
Todos me dicen que soy una calamidad, que no sirvo para nada, que no hago nada bien,
que soy bastante tonto… ¿Cómo puedo mejorar?…¿Qué puedo hacer para que me valoren
más?”

El maestro, sin mirarle le dijo:

– “!Cuánto lo siento, pequeño saltamontes. No puedo ayudarte, porque debo resolver


primero mi propio problema. Si quisieras ayudarme tú a mí, podría resolver el tema con
más rapidez y luego, tal vez te pudiera ayudar.”.

– “Encantado”– titubeó el muchacho, aunque una vez más sintió que volvía a ser
desvalorizado y vio sus necesidades otra vez postergadas.

– “Bien”, asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo meñique izquierdo y
dándoselo al chico, agregó:

– “Toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debes vender este
anillo y trata de obtener por él la mayor suma posible, pero nunca aceptes menos de una
moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas”

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los
mercaderes. Estos lo miraban con cierto interés, hasta que decía el precio que pretendía
por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, unos se reían, otros daban
media vuelta hasta que un viejito le explicó que una moneda de oro era muy valiosa para
entregarla a cambio del anillo.

Después de ofrecer la joya a más de cien personas y abatido por su fracaso, montó en el
caballo y regresó. Entró en la habitación y dijo:
– Maestro lo siento… no pude conseguir lo que me pediste. Tal vez podría conseguir dos o
tres monedas de plata, aunque no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del
verdadero valor del anillo”.

– “!Qué importante lo que dijiste, pequeño saltamontes”- contestó sonriente el maestro.


“Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero.
¿Quién mejor que él para saberlo?. Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto
daría por él. A pesar de todo lo que te ofrezca, nunca se lo vendas. Regresa aquí de nuevo
con el anillo”.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo. Lo miró con lupa, lo pesó y luego le
dijo:

– “Dile al maestro, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de
oro”.

– ¿58 monedas??? Exclamó el joven.

– “Sí”- replicó el joyero- Sé que con el tiempo, podríamos obtener hasta 70, pero nunca si
la venta es urgente.

El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.

– “Siéntate- dijo el maestro después de escucharlo. Tú eres como este anillo: una joya
valiosa y única y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces
por la vida, pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?.

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo meñique de su mano izquierda.

Moraleja:
A veces, evaluamos a la ligera tanto a las personas como a las cosas. A veces lo
hacemos sin conocimiento de causa, creyendo conocer todo. A veces esperamos un
regalo envuelto de una manera especial y al no recibirlo de esa forma, lo rechazamos
mirando sólo el envoltorio y no vemos el valor del contenido. A veces, sólo a veces,
respondemos con habilidad

la amistad y los recuerdos


Dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron.

El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:

“Hoy mi mejor amigo me pegó una bofetada en el rostro”.

Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido
abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse
tomó un estilete y escribió en una piedra:

“Hoy mi mejor amigo me salvó la vida”.

Intrigado, el amigo preguntó:

-¿Por qué, después que te lastimé, escribiste en la arena, y ahora escribes en una
piedra?

Sonriendo, el otro amigo respondió:


-Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del
olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado, cuando nos pase
algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento
ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.

El Violinista
Había una vez un violinista llamado Paganini.
Algunos decían que era muy raro. Otros que era sobrenatural. Que era mágico. Las notas
mágicas que salían de su violín tenían un sonido diferente, por eso nadie quería perder la
oportunidad de ver su espectáculo.

Una noche, el público estaba preparado para recibirlo.


La orquesta entró y fue aplaudida. El director fue ovacionado. pero cuando Paganini
apareció, el público deliró (aplaudía, gritaba, …).
Paganini coloca su violín en el hombro y lo que sigue es indescriptible, sorprendente, …
Blancas, negras, corcheas,…las notas parecen tener alas y volar con el toque de aquellos
dedos encantados.

¡DE REPENTE, un sonido extraño interrumpe el ensueño…


¡Una de las cuerdas del violín de Paganini se rompe!
El director de la orquesta paró. La orquesta paró de tocar. El público paró.
¡Pero Paganini no paró. Mirando su partitura, él continuó sacando sonidos deliciosas de
su violín sin problemas. El director y la orquesta, admirados, vuelven a tocar.

El público se calmó, cuando DE REPENTE, otro sonido extraño…


¡Otra cuerda del violín de Paganini se rompe!
El director paró de nuevo. La orquesta paró también.
¡Paganini no paró. Como si nada hubiera ocurrido, olvidó las dificultades y siguió
arrancando sonidos imposibles de su violín.
El director y la orquesta, impresionados, vuelven a tocar.

Pero el público no podía imaginar lo que iba a ocurrir a continuación.


Todas las personas, asombradas, gritaron un OHHHH! Que retumbó por toda la sala.
Una tercera cuerda del violín de Paganini se rompió. El director para. La orquesta para.
La respiración de público para.
¡Pero Paganini NO para!!!.
Como si fuera un contorsionista musical, arranca todos los sonidos posibles de la única
cuerda que sobra de aquel violín destruido. Ninguna nota fue olvidada.
El director,asombrado,se anima. La orquesta también. El público pasa del silencio a la
euforia (grita, aplaude, se pone de pie, llora,…Pagani alcanza la Gloria, triunfa, …

“Victoria” es el arte de continuar “donde todos resuelven parar”

Moralejas picaronas
LA FABULA DEL AUDI A3 TDI
Resulta que un día, un toro cayó en un pantano de arenas movedizas… En ese momento
pasaba una hormiguita y el toro le pidió auxilio. La hormiguita subió a su flamante y
recién estrenado AUDI A3 TDI 110 C.V., amarró una cuerda al rabo del toro y otra al
chásis del coche y sacó al toro de las arenas movedizas. El toro le estuvo eternamente
agradecido y prometió ayudar a la hormiguita en lo que le pasara… Pasaron los meses, y
un día, el toro pasó por el mismo sitio y vio a la hormiguita dentro y pidiendo auxilio, el
toro alcanzó a la hormiguita con su rabo y la sacó de allá.
MORALEJA: Si tienes un buen rabo, no necesitas un A3 TDI.
LA FABULA DEL TORO Y LA MOSCA
Otra fábula… estaba el mismo toro pastando en la dehesa y llegó na mosca cojonera de
estas que empiezan a posarse dando el coñazo. El caso es que se le posó al toro en el
culete y éste la espantó con el rabo. La mosca echó a volar y se volvió a posar en el
culete. El toro volvió a sacudirle con el rabo, así que la mosca voló y se posó esta vez un
poco más hacia delante, en el costado del toro. El toro hizo un esfuerzo y volvió a
alcanzar a la mosca con el rabo. La mosca, que a estaba “mosca” con el rabo se posó
entonces en el hocico del toro, donde éste no podría llegar con el rabo…… de repente el
toro sacó la lengua y glup!!!, se papeó la mosca…

MORALEJA: lo que no puedas terminar con el rabo, termínalo con la lengua…


FABULA DE LAS HORMIGAS
Esto son dos hormigas que van por el bosque y se encuentran un charco.Ante la
imposibilidad de cruzarlo, esperan por si pasa un animal que pueda llevarlas al otro
lado.En esto que pasa un conejo que se ofrece cruzarlas. Una de las hormiguitas que era
muy cursi le dice al conejo:

– “No, no vamos a cruzar contigo porque tienes el pelaje sucio y asqueroso y nos vamos a
ensuciar!

Cuando el conejo se va, divisan un par de pajitas y deciden subirse en ellas, a modo de
barca, para cruzar el charco. Cuando iban por la mitad del charco, un mal viento hizo que
las pajitas se hundieran y las dos hormiguitas cayeron al agua.

MORALEJA : Mas vale conejo sucio que dos pajas mal hechas.
FABULA DEL PAJARITO
Esto es un conejito que iba por el bosque y se pone a llover a cántaros. Busca refugio y
encuentra un árbol hueco, pero dentro había un pajarito. Le dice:

– “Pajarito, Pajarito! Déjame entrar en el árbol que me estoy mojando!”.

A lo que responde el Pajarito:

– “No te dejo, que no hay espacio para los dos”.

Y el conejito vuelta a insistir:

– “Venga Pajarito, que voy a pillar una pulmonía!

Y el Pajarito:

– “Que te he dicho que no!.

Llovía cada vez mas y el conejito estaba ya chorreando.

– “Venga Pajarito, que tengo mucho frío!”, insistió el conejito.- “No te lo repito más, si digo
que no es que no!”, afirmó con rotundidad el Pajarito.

MORALEJA: Cuanto más duro se pone el pájaro, más se moja el conejo.

la luciernaga
Cuenta la leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga.
Esta huía rápido con miedo de la feroz predadora y la serpiente al mismo tiempo no
desistía.
Huyo un día, dos días y la seguí… al tercer día ya sin fuerzas, la luciérnaga paro y le dijo
a la serpiente:
-¿Puedo hacerte tres preguntas?
-No acostumbro dar este precedente a nadie pero como te a devorar, puedes preguntar,
contesto la serpiente!!
-¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
-No, contesto la serpiente…!!!
-¿Yo te hice algún mal?
-No, volvió a responder la serpiente
-Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?
-¡ porque no soporto verte brillar!

MORALEJA

Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos:
¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho nada malo, ni daño a nadie?
Sencillo de responder…. Porque no soportan verte brillar!!

Cuando esto pase no dejes de brillar, continua siendo tu mismo, continua y sigue dando
lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor, no permitas que te lastimen, no permitas que te
hieran, sigue brillando y no podrán tocarte…
Porque tu luz seguirá intacta.
Tu esencia permanecerá, pase lo que pase…
Se siempre autentico, aunque tu luz moleste a los predadores!!

Tiempo vivido
Esto era un hombre que vagaba por el mundo viajando y viendo nuevas bellezas.
Un día fué a un pueblo, en el había un valle… entró, era un cementerio.
Miró una lápida y comprobó que era de un niño de 8 años, el hombre se asusto siguió
mirando y era un niño de 5, otro de 6…!
El hombre aterrado y desolado se sentó en una piedra y comenzó a llorar pues miró todo
el valle y la persona con mayor edad no superaba los 12 años.
Llego el cuidador del cementerio y le pregunto:
¿Es por algún familiar?

No señor, vera usted ¿Que maldición es la que hay aquí para que todos los niños mueran?
¿Una plaga? ¿Una enfermedad?
El cuidador sonrrio y le dijo:
Tranquilisece, aquí nunca mueren los niños, verá:
Hay una tradición, desde que un chico cumple los 15 años le dan una libretita, se la
cuelgan al cuello y cada vez que disfrutan de algo intensamente se apuntan cuanto duró
y que fué… El primer beso, el primer amor, una fiesta con sus amigos…
Cuando mueren miramos en su libretita y sumamos todos los momentos que apuntó,
porque en este pueblo pensamos que el tiempo disfrutado intensamente es el tiempo
realmente vivido.

Arroz o flores
Un hombre estaba poniendo flores en la tumba de un pariente, cuando ve a un chino
poniendo un plato de arroz en la tumba vecina. El hombre se dirige al chino, y le
pregunta:

– ‘Disculpe señor, pero ¿cree usted que de verdad el difunto comerá el arroz?
– ‘Si’, respondió el chino… ‘Cuando el suyo venga a oler sus FLORES.

Moraleja
Respetar las opciones del otro, es una de las mayores virtudes que un ser humano puede
tener. Las personas son diferentes, actúan diferente y piensan diferente. No
juzgue…….Solamente COMPRENDA.

Al otro lado de la ventana


Dos hombres, ambos muy enfermos, ocupaban la misma habitación de un hospital. A uno
se le permitía sentarse en su cama cada tarde, durante una hora, para ayudarle a drenar
el liquido de sus pulmones. Su cama daba a la única ventana de la habitación. El otro
hombre tenia que estar todo el tiempo boca arriba. Los dos charlaban durante horas.

Hablaban de sus mujeres y sus familias, sus hogares, sus trabajos, su estancia en el
servicio militar, donde habían estado de vacaciones. Y cada tarde, cuando el hombre de
la cama junto a la ventana podía sentarse, pasaba el tiempo describiendo a su vecino
todas las cosas que podía ver desde la ventana.

El hombre de la otra cama empezó a desear que llegaran esas horas, en que su mundo se
ensanchaba y cobraba vida con todas; las actividades y colores del mundo exterior.

La ventana daba a un parque con un precioso lago. Patos y cisnes jugaban en el agua,
mientras los niños lo hacían con sus cometas. Los jóvenes enamorados paseaban de la
mano, entre flores de todos los colores del arco iris. Grandes árboles adornaban el
paisaje, y se podía ver en la distancia una bella vista de la línea de la ciudad.

Según el hombre de la ventana describía todo esto con detalle exquisito, el del otro lado
de la habitación cerraba los ojos imaginaba; la idílica escena.

Una tarde calurosa, el hombre de la ventana describió un desfile que; estaba pasando.
Aunque el otro hombre no podía oír a la banda, podía verlo, con los ojos de su mente,
exactamente como lo describía el hombre de la ventana con sus mágicas palabras.
Pasaron días y semanas. Una mañana, la enfermera de día entró con el agua para
bañarles, encontrándose el cuerpo sin vida del hombre de la ventana, que había muerto
plácidamente mientras dormía.

Se lleno de pesar y llamo a los ayudantes del hospital, para llevarse el cuerpo.. Tan
pronto como lo considero apropiado, el otro hombre pidió ser trasladado a la cama al
lado de la ventana. La enfermera le cambia encantada y, tras asegurarse de que estaba
cómodo, salió de la habitación.

Lentamente, y con dificultad, el hombre se irguió sobre el codo, para anzar su primera
mirada al mundo exterior; por fin tendría la alegría de verlo el mismo. Se esforzó para
girarse despacio y mirar por la ventana al lado de la cama… y se encontró con una pared
blanca.

El hombre pregunta a la enfermera que podría haber motivado a su compañero muerto


para describir cosas tan maravillosas a través de la ventana. La enfermera le dijo:

“Quizás solo quería animarle a usted”.

Epílogo:
Es una tremenda felicidad el hacer felices a los demás, sea cual sea la propia situación.
El dolor compartido es la mitad de pena, pero la felicidad, cuando se comparte, es doble.

“Hoy es un regalo, por eso se le llama el presente”.

El cuervo y el conejo.
El cuervo y el conejo.

Un cuervo estaba sentado en un árbol, sin hacer nada todo el día. Un pequeño conejo se
dio cuenta de esto y le pregunto:

¿Puedo sentarme como tú y pasarme todo el día sin hacer nada?


El cuervo respondió: ¡Claro! ¿Por que no?
El conejo se sentó en el suelo, y descanso.
Repentinamente, apareció un lobo salto encima del conejo y se lo comió.

Moraleja: Para estar sentado sin hacer nada, debes estar muy, muy alto

Moralejas de Amor
Moraleja: El amor y el tiempo
Había una vez una isla muy linda y de naturaleza indescriptible, en la que vivían todos los
sentimientos y valores del hombre; El Buen Humor, la Tristeza, la Sabiduría… como
también, todos los demás, incluso el AMOR.

Un día se anunció a los sentimientos que la isla estaba por hundirse.

Entonces todos prepararon sus barcos y partieron. Únicamente el AMOR quedó


esperando solo, pacientemente, hasta el último momento.

Cuando la isla estuvo a punto de hundirse, el AMOR decidió pedir ayuda.

La riqueza pasó cerca del AMOR en una barca lujosísima y el AMOR le dijo: “Riqueza…
¿me puedes llevar contigo?” – No puedo porque tengo mucho oro y plata dentro de mi
barca y no hay lugar para ti, lo siento, AMOR…

Entonces el Amor decidió pedirle al Orgullo que estaba pasando en una magnifica barca.
“Orgullo te ruego… ¿puedes llevarme contigo?

No puedo llevarte AMOR… respondió el Orgullo: – Aquí todo es perfecto, podrías arruinar
mi barca y ¿Cómo quedaría mi reputación?

Entonces el AMOR dijo a la Tristeza que se estaba acercando: “Tristeza te lo pido, déjame
ir contigo”. – No AMOR… respondió la Tristeza. – Estoy tan triste que necesito estar sola.

Luego el Buen Humor pasó frente al AMOR, pero estaba tan contento que no sintió que lo
estaban llamando.

De repente una voz dijo: “Ven AMOR te llevo conmigo”. El AMOR miró a ver quien le
hablaba y vio a un viejo.

El AMOR se sintió tan contento y lleno de gozo que se olvidó de preguntar el nombre del
viejo.
Cuando llegó a tierra firme, el viejo se fue. El AMOR se dio cuenta de cuanto le debía y le
pregunto al Saber: “Saber, ¿puedes decirme quien era este que me ayudo?”.

-“Ha sido el Tiempo”, respondió el Saber, con voz serena.

-¿El Tiempo?… se preguntó el AMOR, ¿Por qué será que el tiempo me ha ayudado?

Porque solo el Tiempo es capaz de comprender cuan importante es el AMOR en la vida.

La mujer perfecta de Paulo Coelho


La mujer perfecta de Paulo Coelho
Nasrudin conversaba con un amigo.

– Entonces, ¿nunca pensaste en casarte?

– Sí, pensé –respondió Nasrudin. – En mi juventud resolví buscar a la mujer perfecta.


Crucé el desierto, llegué a Damasco y conocí a una mujer muy espiritual y linda; pero ella
no sabía nada de las cosas de este mundo.

Continué viajando y fui a Isfahan; allí encontré a una mujer que conocía el reino de la
materia y el del espíritu, pero no era bonita.

Entonces, resolví ir hasta El Cairo, donde cené en la casa de una moza bonita, religiosa y
conocedora de la realidad material.

– ¿Y por qué no te casaste con ella?

– ¡Ah, compañero mío! Lamentablemente ella también quería un hombre perfecto…

La golondrina
Había una vez una golondrina que empezó a emigrar demasiado tarde en invierno, y se
estaba congelando mientras volaba.

Al final cayo a tierra, y ella creía estar ya acabada… pero entonces se le acerco una vaca
que le soltó una plasta encima.

Bueno, la caca estaba bien calentita, así que la golondrina se encontró mucho mejor y
empezó a piar de satisfacción. Pero un gato oyó a la golondrina, la sacó de la plasta, la
limpió, y se la comió.

Esta historia tiene tres moralejas :


1) No todo el mundo que te caga es tu enemigo.
2) No todo el mundo que te saca de de la mierda es tu amigo.
3) Si estás con la mierda al cuello, pero feliz, mantén la boca cerrada

Moraleja del banquero


Una tarde un famoso banquero iba en su limusina cuando vio a dos hombres a la orilla de
la carretera comiendo césped. Preocupado, ordenó a su chofer detenerse y bajó a
investigar.
Le preguntó a uno de ellos:
– ¿Por qué están comiéndose el césped?
– No tenemos dinero para comida. – dijo el pobre hombre – Por eso tenemos que comer
césped.
– Bueno, entonces vengan a mi casa que yo los alimentaré – dijo el banquero.
– Gracias, pero tengo esposa y dos hijos conmigo. Están allí, debajo de aquél árbol.
– Que vengan también, – dijo nuevamente el banquero.

Volviéndose al otro pobre hombre le dijo:


– Ud. también puede venir.
El hombre, con una voz lastimosa dijo: – Pero, Sr., yo también tengo esposa y seis hijos
conmigo!
– Pues que vengan también. – respondió el banquero.
Entraron todos en el enorme y lujoso coche. Una vez en camino, uno de los hombres miró
al banquero y le dijo:
– Sr., es usted muy bueno. Muchas gracias por llevarnos a todos!!!
El banquero le contestó: -¡Hombre, no tenga vergüenza, soy muy feliz de hacerlo!. Les va
a encantar mi casa…. ¡El césped está como de veinte centímetros de alto!.

Moraleja:
Cuando creas que un banquero te está ayudando, piénsalo dos veces!

La Locura y el Amor
La Historia de todos los sentimientos especialmente de “La Locura y el Amor”

Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la Tierra todos los sentimientos y
cualidades de los hombres. Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez,
la Locura, como siempre tan loca, les propuso: ¿Jugamos a las escondidas?
La Intriga levantó la ceja intrigada, y la curiosidad, sin poder contenerse, preguntó: ¿A
las escondidas? ¿Cómo es eso?
Es un juego, explicó la Locura, en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno
hasta un millón. Mientras tanto ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de
contar, el primero de ustedes que yo encuentre ocupará entonces mi lugar para continuar
así el juego.
El Entusiasmo bailó secundado de la Euforia, la Alegría dio tantos saltos que terminó por
convencer a la Duda, e incluso a la Apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no
todos quisieron participar, la Verdad prefirió no esconderse, ¿para qué?, si al final
siempre la hallaban.
La Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la
idea no hubiese sido de ella) y la Cobardía prefirió no arriesgarse.
Uno, dos, tres … comenzó a contar la Locura.
La primera en esconderse fue la Pereza, que como siempre se dejó caer tras la primera
piedra del camino.
La Fe subió al cielo y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo, que con su propio
esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto. La Generosidad casi no
alcanzaba a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus
amigos: que si un lago cristalino, ideal para la Belleza; que si el vuelo de la mariposa, lo
mejor para la Voluptuosidad; que si una rendija de un árbol, ideal para la Timidez; que si
la ráfaga del viento, magnífico para la Libertad. Así que terminó por ocultarse en un
rayito de sol.
El Egoísmo encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo…pero sólo
para El.
La Mentira se escondió en el fondo de los Océanos, mientras la realidad se escondió
detrás del arco iris y la Pasión y el Deseo dentro de los Volcanes.
El Olvido… se me olvidó donde se escondió, pero eso no es lo importante. Cuando
la Locura contaba 999,999, elAmor no había encontrado sitio para esconderse, pues todo
se encontraba ocupado, hasta que divisó un rosal y enternecido decidió esconderse
entre sus flores.
Un millón… contó la Locura y comenzó a buscar. La primera en aparecer fue la Pereza, a
tres pasos de una piedra.
Después se escuchó a la Fe discutiendo con Dios en el cielo sobre la Teología;y a
la Pasión y el Deseo los sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a
la Envidia y, claro, pudo deducir dónde estaba el Triunfo.
Al Egoísmo no tuvo ni qué buscarlo, solito salió disparado de su escondite, que había
resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago
descubrió a la Belleza, y con la Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada
en una cerca sin decidir de qué lado esconderse.
Así fue encontrando a todos. Al Talento entre la hierba fresca, a la Angustia en una
oscura cueva, a la Mentira detrás del arco iris… (mentira!, si ella estaba en el fondo del
Océano) y hasta el Olvido, que ya había olvidado que estaban jugando a las escondidas.
Pero…el Amor no aparecía por ningún sitio.
La Locura buscó detrás de cada árbol, en cada arroyuelo del planeta, en la cima de las
montañas… y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal y las rosas. Tomó una
horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó:
las espinas habían herido los ojos del Amor. La Locura no sabía qué hacer para
disculparse. Lloró, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces; desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la Tierra,
eL AMOR es ciego y la LOCURAsiempre lo acompaña.

el futuro novio
Mi novia y yo habíamos andado por mas de un año, y decidimos casarnos. Mis padres nos
ayudaron en toda forma posible, mis amigos me apoyaban. Y mi novia era un sueño.

Solo había una cosa que me molestaba mucho, y era la mejor amiga de ella. Era
inteligente y sexy, y a veces flirteaba conmigo, lo que me consternaba.

Un día, la amiga de mi novia me hablo por teléfono y me pidió que fuera a su casa a
ayudarle con la lista de los invitados a la boda. Así que fui para allá. Ella estaba sola, y
cuando llegue, me susurró que, ya que me iba a casar con su mejor amiga, y tomando en
cuenta que ella tenia ciertos sentimientos y deseos hacia mi persona, y que ya no podía
aguantarse mas, y que antes que me casara y comprometiera mi vida a su mejor amiga,
quería hacer conmigo el amor una sola vez.

¿¿¿¿¿¿Que podía decir???????????

Estaba totalmente sorprendido, y no pude decir palabra. Así que me dijo, “Iré al cuarto, y
si tu lo deseas, entra y me tendrás.”

Admire su maravilloso trasero mecerse al subir las escaleras. Me levante del sillón y
estuve así, de pie, por un momento. Me di vuelta y fui a la puerta principal, la cual abrí, y
salí a la calle, me dirigía a mi carro.

Mi novia estaba afuera!!!!!!!!!!!!!!

Con lagrimas en sus ojos, me abrazo y me dijo, “Estoy muy feliz y orgullosa de ti. Has
pasado mi pequeña prueba. No podía tener a un mejor hombre como esposo!”

Moraleja: Siempre deja tus condones en el carro.


Cuando su empleado se enferme, dele el
día libre
Moraleja: Cuando su empleado se enferme, dele el día libre
Cuando su empleado se enferme, déle el día libre!!

Kung Chang llamó a su jefe y le dijo: – ‘Jefe, hoy yo no tlabajal, yo


estal enfelmo. Duele cabeza, duele panza, duele pielna, no voy tlabajo’.
El Jefe le responde:

-‘Kung Chang, realmente hoy te necesito en el trabajo. Cuando me siento


así de mal, le pido a mi esposa que tengamos sexo. Eso me hace sentir
mucho mejor y puedo ir a trabajar. Deberías probar, te hará muy bien’.
Dos horas después, Kung Chang vuelve a llamar a su Jefe y le dice:

-‘¡Jefe, no sabel qué decil! Glacias pol consejo, ya sentilme mucho


mejol, enseguida yo il tlabajo. Felicito mucho, muy linda su casa, muy
glande su cualto y muy buena su esposa’.

Moraleja administrativa:
Sea claro y explícito al dar instrucciones a sus colaboradores’.

La rana que no quiso morir


Un grupo de ranas viajaba por el bosque y de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo
profundo.
Todas las demás se reunieron alrededor del hoyo y les dijeron a las dos del fondo que a
los efectos prácticos se debían dar por muertas.
Las dos ranas no hicieron caso de los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de
saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas.
Las otras ranas seguían insistiendo en que sus esfuerzos serían inútiles. Finalmente una
de las ranas puso atención en lo que las otras decían y se rindió. Ella se desplomó y
murió.
La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más, la multitud
de ranas le gritó que dejara de sufrir y simplemente se dispusiera a morir. Pero la rana
saltó cada vez con más fuerza hasta que finalmente salió del hoyo,
Cuando salió, las otras ranas le preguntaron: – ¿ No escuchaste lo que te decíamos ?
La rana les explicó que era sorda. Ella pensó que las demás la estaban animando a
esforzarse más y más para salir del hoyo.

ESTA HISTORIA CONTIENE DOS MORALEJAS:


La lengua tiene poder de vida y muerte. Una palabra de aliento compartida a alguien que
se siente desanimado puede ayudar a levantarlo y finalizar el día. Una palabra
destructiva a alguien desanimado puede ser que acabe por destruírlo. Cualquiera puede
hablar palabras que roben a los demás el espíritu que les lleva a seguir en la lucha en
medio de tiempos difíciles.
Tengamos cuidado con lo que decimos. Pero sobre todo con lo que escuchamos; no
siempre es bueno prestar atención a lo que nos dicen. Escuchemos y utilicemos solo lo
que es bueno.
Hablemos de vida, de alegría, de esperanza, a todos aquellos que se cruzan en nuestro
camino. Ese es el poder de las palabras…..a veces es difícil comprender que una palabra
de ánimo pueda hacer tanto bien.
Fabula del Balsero y el Estudiante
“…Un día, un joven estudiante naturalista sube con su auto a una vieja balsa comandada
por un viejito, de cuerpo fuerte y alma concreta. En el viaje el joven, sorprendido por la
inmensidad de paisajes del lugar, se bajo de su auto y le pregunto al viejito que estaba
ocupado con su trabajo:

-Buen día señor, veo que ustedes esta hace mucho que esta en este “rubro”
– Si, toda mi vida fui balsero
-Vea usted, ¿y siempre recorrió este mismo camino que estamos recorriendo ahora
mismo?
-Si, es un camino muy transitado, que me deja el dinero necesario para vivir…
-Entonces sabrá usted que son esas hermosas piedras que veo a la orilla, como se
llaman?
-No señor, disculpe que no sepa responderle, pero no se como se llaman esas hermosas
piedras…
-Ahhh, entonces, amigo, ha perdido una gran parte de su vida por no conocer la amplia
variedad de estas piedras hermosas

El balsero, sin saber que responder, siguió dirigiendo la balsa, mientras el Estudiante
observaba el paisaje.
En un momento el Estudiante vuelve a dirigir la palabra hacia el balsero, y le pregunta:

-Usted sabe que son esas hermosas flores, de los colores mas variados, que florecen a la
orilla de estas aguas?
-No señor, no lo se. Se que son flores, pero no se que flores son.
-Ahh, entonces, amigo, usted ha perdido otra gran parte de su vida al no conocer la
hermosa variedad de flores del lugar…

El balsero, nuevamente sin decir nada, continuo con su viaje por el rio, mientras el
Estudiante observaba la naturaleza.
En un momento, el Estudiante volviendo a dirigir la palabra al Balsero, le pregunta:

-Disculpe, usted sabe como se llaman esos hermosos peces que nadan por las cristalinas
aguas de este rió?
-No señor, solo se que son peces, pero no se sus nombres y nada referido a ellos.
– Ahh, que lastima, entonces, sepa usted que ha perdido una gran parte de su vida al no
saber nada de peces, ni de flores, ni de rocas…

Al momento siguiente, el balsero se da cuenta que la balsa comienza a hundirse de forma


rápida, y le pregunta al Estudiante:

-Disculpe, usted sabe nadar?


-No, no lo se, nunca se me dio la oportunidad para aprender
– Ahh, que lastima, entonces amigo, sepa que usted va a perder toda su vida!

Moraleja: A veces, las cosas mas estupidas o que nunca usamos, son las que nos pueden
“salvar” la vida en precisos momentos… El estudiante podía saber muchas cosas sobre la
naturaleza, pero no sabia lo que necesitaba para seguir en vida… Saber Nadar! algo tan
simple, pero tan útil en su momento…

La golondrina y los pajaritos


Publicado el mayo 20, 2008 por Adhara Web
Una golondrina había aprendido mucho de sus viajes. Nada hay que enseñe tanto. Preveía
nuestro animalejo hasta las menores borrascas, y antes de que estallasen, las anunciaba
a los marineros. Sucedió que al llegar a la sementera del cáñamo, vio a un labriego que
echaba el grano en los surcos.” No me gusto eso, dijo a los otros pajaritos. Lástima me
dais .En cuanto a mí, no me asusta el peligro porque sabré alejarme y vivir en cualquier
parte ¿veis esa mano que hecha la semilla al aire? Día vendrá y no está lejos, en que ha
de ser nuestra perdición lo que va esparciendo de hay saldrán lazos y redes para
atraparlos utensilios y máquinas, que serán para vosotros prisión o muerte . ¡Guarde os
Dios de la jaula y de la sartén! Conviene, pues, prosiguió la golondrina, que comáis de
esa semilla .Creedme.
Los pajaritos se burlaron de ella: ¡había tanto que comer en todas partes! Cuando
verdearon los sembrados de cáñamo, la golondrina les dijo: “Arrancad todas las
yerbecillas que han nacido de esa malhadada semilla o, sois perdidos.- ¡Fatal agorera!
¡Embaucadora! Le contestaron: ¡No nos des mala faena! ¡Poca gente se necesitaría para
arrancar toda esa sementera!”

Cuando el cáñamo estuvo bien crecido: “¡Esto va mal! Exclamo la golondrina: la mala
semilla ha sazonado pronto”.pero, ya que no me habéis atendido antes, cuando veáis que
está hecha la trilla, y que los labradores, libres ya del cuidado de las mieses, hacen
guerra a los pájaros, tendiendo redes por todas partes, no voléis de aquí para allá;
permaneced quietos en el nido, o emigrad a otros países: imitad al pato, la grulla y la
becada. Pero la verdad es que no os halláis en estado de cruzar, como nosotras, los
mares y los desiertos: lo mejor será que os escondáis en los agujeros de alguna tapia.”
Los pajaritos, cansados de oírla, comenzaron a charlar, como hacían los troyanos cuando
abría la boca la infeliz Casandra. Y les pasó lo mismo que a los troyanos: muchos
quedaron en cautiverio.
Moraleja
Así nos sucede a todos: no atendemos más que a nuestros gustos; y no damos crédito al
mal hasta que lo tenemos encima.

El deseo de la mujer
Un buen día una mujer se encontró con el bien, su motivo de la visita era para plantearle
una idea para mejorar la vida en la tierra. El bien la llevó a un lugar para hablar y le
preguntó cuál era su idea.
-Mi idea es que se siembre mayor cantidad de semillas de amistad y amor entre los
humanos –dijo la mujer-para que haya menos odio y diferencias entres ellos.
Dios decidió cumplir la idea que esta mujer le propuso y sembró muchas semillas mas de
amistad entre los hombres. Al poco tiempo las naciones dejaron de estar en guerra y la
vida en el planeta mejoró.
Luego de un tiempo el mal enojado al ver esto decidió sembrar mas de su propias
semillas: discriminación y odio. Al tiempo otra vez volvió a ser casi todo igual.
Al ver esto la mujer decidió volver a visitar a el bien, pero él no le quiso recibir porque lo
que había hecho había sido en vano. Luego de insistir la mujer logró hablar con Dios y le
dijo:
-Haz que los hombres puedan decidir libremente entre una cosa o la otra y así cada uno
podrá elegir qué hacer.
-Pero mujer –contestó Dios- el hombre desde siempre pudo decidir por si mismo.
-Entonces –respondió la mujer- dales la sabiduría para que puedan elegir lo mejor.
Pero a la vez que el bien les daba sabiduría el mal ponía la ignorancia. Al ver que había
fracasado, la mujer se desanimó. Al ver esto el bien visitó a la mujer y le dijo:
-El mal puso delante de ti el desánimo y optaste elegirlo, bien pudiste elegir rechazarlo.
Ahí la mujer entendió.
-Deseo que siempre haya personas que al elegir el bien, ayuden a otras personas a
elegirlo también.
-Pues siempre esas personas estarán –le contestó el bien- como estarán las contrarias.
Lo importante es lo que cada uno elija. Y lo mas importante es lo que vos elijas hacer.
Desde ese momento, la mujer se propuso a ayudar y aconsejar a otras personas para que
hagan el bien.

¿Y vos, qué estás eligiendo a diario?

El zorro y las gallinas


Había una vez un zorro que estaba obsesionado con los huevos de las gallinas, era su
plato favorito. Siempre andaba rondando por los gallineros en busca de su apreciado
botín, en especial en uno. En este gallinero, las gallinas indefensas veían como cada
noche el zorro se llevaba sus huevos, y si no lo dejaban hacerlo, éste las había
amenazado con que se llevaría a ellas para comérselas.

En esta granja, el dueño veía que su número de gallinas crecía muy lentamente y que
casi no ponían huevos. Esto no le servía y pensó en vender a todas sus gallinas. Estas al
enterarse de las intenciones del granjero decidieron trazar un plan. Esa misma noche
cuando el zorro vino a visitarlas, le ofrecieron todos los huevos que quisiese con tal que
no se llevase a los que estaban empollando. Al zorro le pareció una buena oferta y
durante esa noche se llevó todos los huevos.

Al día siguiente el granjero fue al gallinero en busca de huevos y se encontró con que no
había ninguno, sólo los que las gallinas empollaban. Esto le sorprendió mucho y empezó a
revisar todo el gallinero en busca de alguna huella de algún depredador. Las gallinas,
corriendo el riesgo de que el zorro cumpliese con su amenaza, dejaron al descubierto
unas huellas del zorro para que el granjero las viese. Cuando éste las vio, se detuvo unos
segundos medio pensativo y se fue.

Esa noche, como de costumbre, el zorro volvió en busca de su botín. Pero al entrar en vez
de encontrarse con los huevos, se encontró con el granjero que le apuntaba con una
escopeta. Lo último que supieron las gallinas del zorro era que pasó a formar parte de la
colección de pieles del granjero.

Moraleja: el que mal anda, mal acaba. Aparte…la astucia e inteligencia supera a la fuerza
y viveza.

El hombre del tiempo


Hace un tiempo atrás, conocí a una persona especial. Lo conocí mientras viajaba en
micro hacia el centro de la ciudad. El llevaba un traje negro, camisa negra y una corbata
negra como si fuese a un velatorio. Estaba sentado justo al lado mío en el asiento del
colectivo, pero no le preste mucha atención en ese momento. Estaba apurado, se me
hacía tarde y miraba el reloj cada dos segundos.
-No mires tanto el reloj, el tiempo es lo que menos importa- me dijo de manera
sorpresiva.
-Ojalá el tiempo no fuese importante –dije- tengo un parcial y no quiero llegar tarde.
-Es razonable tu apuro –me respondió con una sonrisa suave- pero no es importante.
Yo no le contesté. ¿Qué le importa a ese viejo mi vida?
-Pasé sesenta y ocho años compartiendo cosas con mi hermano, ahora ya no lo tengo.
-Lo siento mucho –contesté medio confundido.
-Gracias, no lo dije para incomodarte. Era su hora… ¿Crees en el destino?
-La verdad que no, y tengo razones para creer así. Por ejemplo, este parcial me va a ir de
acuerdo a lo que yo aya estudiado y esforzado a aprender. No me gusta vivir sabiendo
que mi vida ya está escrita y predestinada.
-Para mi manera de pensar tienes razón. Hace muchos años atrás yo andaba igual de
preocupado que vos. Miraba el reloj cada dos segundos, corriendo del trabajo al estudio,
del estudio a mi casa y así todos los días. Nunca tenía tiempo para nada. Mi esposa ya
estaba perdiendo la paciencia y mi familia se estaba desmoronando.
Un día, tenía que encontrarme con mi hermano en un café. Quedamos encontrarnos a la
cinco de la tarde. Yo entre tantas cosas me olvide por unos instantes del compromiso.
Cuando me acordé eran las cinco menos diez minutos. Tenía por lo menos media hora de
viaje. Ahora con una llamada al celular se soluciona pero yo no tenía como hacerle saber
de mi tardanza. Llegué al lugar veinte minutos tarde. A cincuenta metros del café había
un cerco de policías, bomberos y ambulancias. El café se había incendiado. Pedí pasar ya
que mi hermano estaba en ese café pero no pude. Pregunté que pasó y me contestaron
que hubo una fuga de gas y que unas garrafas explotaron en la cocina.
Luego de un rato me enteré que mi hermano estaba muerto. En mi cabeza solo rondaban
estas ideas, ¡si no hubiese llegado tarde también hubiese muerto!, ¡si nos hubiésemos
encontrado en otro lado o en otro día!¡si pudiese volver el tiempo atrás!
Desesperado terminé yendo a la casa de una amiga que era curandera para que me
ayude y aconseje. ¡Su pudiese cambiar las cosas! ¡si pudiese volver el tiempo atrás!, era
todo lo que le repetía llorando. Mi amiga me dijo que aparte de ser curandera había
aprendido algunas cosas que las mantenía en secreto por precaución. Me ofreció la
oportunidad de atrasar el tiempo todo lo que yo quisiese, pero solo tenía una sola
oportunidad. Sin pensarlo acepté y le pedí volver el tiempo al momento en que arreglaba
con mi hermano ir al café. Ella cumplió mi pedido. Me encontré justo en ese momento. En
seguida cambié de lugar y fecha con mi hermano para asegurarme bien de que no vuelva
a suceder. Al día siguiente el café se incendió, pero mi hermano estaba vivo.
Pasaron un par de días, mi ritmo de vida era acelerado y no disfrutaba de mi familia ni de
la gente que me rodeaba, era un obsesivo al trabajo y al estudio. Hasta que algo cambió
mi vida. Mi hermano era chofer de trenes. Una tarde andaba atrasado de tiempo y
aceleró un poco mas de lo máximo permitido la velocidad del tren para llegar a tiempo
sabiendo que estaba en una zona urbana y que podía ocasionar un accidente. Pero no le
dio importancia. A trescientos metros la vía pasaba por una calle, toca el pito para que
sepan que se acerca el tren. En eso ve que hay un micro de pasajeros parado justo en
medio de la vía. Si él hubiese ido a la velocidad máxima permitida, no hubiera pasado
nada. Chocó contra el micro produciendo más de veinte muertos, el tren se descarriló,
provocando que muchos pasajeros del tren salgan heridos y tres de ellos, ancianos ya
terminen muertos por el impacto. Nunca más volvió a conducir un tren.

Ya era el momento en el que me tenía que bajar.


-Muy interesante –le comenté- lástima que ya me tengo que bajar en la próxima parada.
-Yo también –me contestó el anciano.
Bajamos juntos del colectivo. En el momento de despedirme el me dijo:
-Al final por querer salvar la vida de mi hermano, murieron como treinta personas
inocentes. Al final por andar siempre sin tiempo, casi pierdo a mi familia. Desde ese
momento decidí que el tiempo debe ser usado de manera cuidadosa, y que no sirve andar
alterándolo. Las cosas por algo suceden y no se puede volver atrás. Lo que sí se puede
hacer es aprovechar el tiempo lo mejor que podamos y aceptar las cosas que nos
pasaron. No se puede alterar al tiempo, pero si se lo puede aprovechar y administrar de
la mejor manera posible.
-Bueno, muchas gracias –le contesté dándole la mano al anciano- lo voy a tener en
cuenta. Debo irme.
-Gracias muchacho, suerte en tu parcial y no te olvides ¡aprovecha bien cada momento
que el tiempo vale oro! Adiós.
-Hasta luego –respondí.
Pegué la media vuelta para irme cuando quise saber el nombre de aquel anciano y darle
mis condolencias por su hermano. Cuando me di vuelta para volverlo a ver, ya no estaba.
Busqué por todos lados y no lo encontré. Y desde aquel entonces nunca más lo volví a
ver. No se quien era, pero me dejó una lección muy importante.

Ahora dependen de ustedes que lecciones aprenden para sus vidas.

QUIERO UN MILLÓN DE AMIGOS


Si tuviera millones de amigos, le pediría a cada uno una moneda y seria millonario.

Si tuviera 500 mil amigos, les pediría tomarnos de las manos para unir el país.

Si tuviera 200 mil amigos, fundaría una ciudad donde todo el mundo me saludara con

una sonrisa.

Si tuviera 25 mil amigos, la empresa de teléfonos me cortaría la línea cada vez que

cumpliera años.

Si tuviera 6 mil amigos, me gustaría ser padrino de 6 mil niños.

Si tuviera mil amigos, tendría mil manos para mi.

Si tuviera 365 amigos, pasaría cada día del año con uno de ellos.

Si tuviera 100 amigos, tendría cada día cien consejos.

Si tuviera 10 amigos, mi madre tendría 10 hijos más.

Si tuviera 4 amigos, tendría aseguradas cuatro manos que cargarán mi ataúd.

Si tuviera 2 amigos, seria 2 veces más feliz.

Pero si tuviera un solo amigo, no necesitaría tener más.

Hay quienes quieren tener un millón de amigos cuando cada uno de vale millones……

Fabula del comerciante


Había una vez un ciudadano que vivía al lado de una carretera donde vendía unas ricas
albóndigas con pan. Estaba muy ocupado y por lo tanto no oía la radio, no leía los
periódicos, ni veía la televisión.

Alquiló un trozo de terreno, colocó una gran valla y anunció su mercancía gritando a todo
pulmón: “Compren deliciosas albóndigas calientes”. Y la gente se las compraba.

Aumentó la adquisición de pan y carne. Compró un terreno más grande para poder
ocuparse mejor de su negocio. Y trabajó tanto que dispuso que su hijo dejara la
Universidad donde estudiaba Ciencias Comerciales a fin de que le ayudara.

Sin embargo, ocurrió algo importante. Su hijo le dijo:

-“Padre, ¿pero no escuchas la radio, ni lees los periódicos? Estamos sufriendo una grave
crísis. La situación es realmente mala; peor no podría estar”.

El padre pensó: “Mi hijo estudia en la Universidad, lee la prensa, ve la televisión y


escucha la radio. Sabe entonces lo que dice”.
Compró pues menos pan y menos carne. Sacó la valla anunciadora, dejó el alquiler del
terreno a fin de eliminar los gastos y ya no anunció sus ricas albóndigas con pan. Y las
ventas fueron disminuyendo cada día más.

Después de un tiempo, el negocio estaba realmente afectado

-“Tenías razón hijo mío”, le dijo al muchacho. “Verdaderamente estamos sufriendo una
gran crisis”.

Moraleja:
Si nos programamos para fracasar, fracasaremos. Si nos mentalizamos para ganar,
ganaremos. Es una simple elección personal. En estos tiempos distintos, asumamos que
hay muchas oportunidades esperando por nosotros

Avivar la Llama Interior


Cuentan que un rey muy rico de la India, tenía fama de ser indiferente a las riquezas
materiales y hombre de profunda religiosidad, cosa un tanto inusual para un personaje de
su categoría.

Ante esta situación y movido por la curiosidad, un súbdito quiso averiguar el secreto del
soberano para no dejarse deslumbrar por el oro, las joyas y los lujos excesivos que
caracterizaban a la nobleza de su tiempo.

Inmediatamente después de los saludos que la etiqueta y cortesía exigen, el hombre


preguntó: Majestad, ¿cuál es su secreto para cultivar la vida espiritual en medio de tanta
riqueza?

El rey le dijo: “Te lo revelaré, si recorres mi palacio para comprender la magnitud de mi


riqueza. Pero lleva una vela encendida. Si se apaga, te decapitaré”.

Al término del paseo, el rey le preguntó: “¿Qué piensas de mis riquezas?”

La persona respondió: “No vi nada. Sólo me preocupé de que la llama no se apagara”.

El rey le dijo: “Ese es mi secreto. Estoy tan ocupado tratando de avivar mi llama interior,
que no me interesan las riquezas de fuera”

Para vivir aprendiendo una linda moraleja


Vivir Aprendiendo
A los 5 años, aprendí que a los pececitos dorados no les gustaba la gelatina.
A los 9, aprendí que mi profesora solo me preguntaba cuando yo no sabía la respuesta.
A los 10, aprendí que era posible estar enamorado de cuatro chicas al mismo tiempo.
A los 12, aprendí que, si tenia problemas en la escuela, los tenía más grandes en casa.
A los 13, aprendí que, cuando mi cuarto quedaba del modo que yo quería, mi madre me
mandaba a ordenarlo.
A los 15, aprendí que no debía descargar mis frustraciones en mi hermano menor, porque
mi padre tenía frustraciones mayores y la mano más pesada.
A los 20, aprendí que los grandes problemas siempre empiezan pequeños.
A los 25, aprendí que nunca debía elogiar la comida de mi madre cuando estaba
comiendo algo preparado por mi mujer.
A los 27, aprendí que el titulo obtenido no era la meta soñada.
A los 28, aprendí que se puede hacer, en un instante, algo que te va a hacer doler la
cabeza la vida entera.
A los 30, aprendí que cuando mi mujer y yo teníamos una noche sin chicos, pasábamos la
mayor parte del tiempo hablando de ellos
A los 33, aprendí que a las mujeres les gusta recibir flores, especialmente sin ningún
motivo.
A los 34, aprendí que no se cometen muchos errores con la boca cerrada.
A los 38, aprendí que, siempre que estoy viajando, quisiera estar en casa; y siempre que
estoy en casa me gustaría estar viajando.
A los 39, aprendí que puedes saber que tu esposa te ama cuando quedan dos croquetas y
elige la menor.
A los 42, aprendí que, si estás llevando una vida sin fracasos, no estas corriendo los
suficientes riesgos.
A los 44, aprendí que puedes hacer a alguien disfrutar el día con solo enviarle una
pequeña postal.
A los 47, aprendí que niños y abuelos son aliados naturales.
A los 55, aprendí que es absolutamente imposible tomar vacaciones sin engordar cinco
kilos.
A los 63, aprendí que es razonable disfrutar del éxito, pero que no se debe confiar
demasiado en el. También a los 63, aprendí que no puedo cambiar lo que pasó, pero
puedo dejarlo atrás.
A los 64, aprendí que la mayoría de las cosas por las cuales me he preocupado nunca
suceden.
A los 67, aprendí que si esperas a jubilarte para disfrutar de la vida, esperaste demasiado
tiempo.
A los 71, aprendí que nunca se debe ir a la cama sin resolver una pelea.
A los 72, aprendí que, si las cosas van mal, yo no tengo por qué ir con ellas.
A los 76, aprendí que envejecer es importante.
A los 91, aprendí que amé menos de lo que hubiera debido.
A los 92, aprendí que todavía tengo mucho para aprender.

Moraleja
Siempre estamos aprendiendo algo nuevo, algo lindo, algo digno, como por ejemplo que
la paz no se logra si realmente no se está dispuesto a perdonar por ella, entender cuál es
la verdadera importancia de la familia, de la gente simple, de la vida misma. Que si bien
todos tenemos distintas cualidades, capacidades y habilidades, sepamos valorar las que
tenemos y podemos ofrecer a los demás y además enriquecernos, aceptar y disfrutar con
las que otros no pueden brindar. Saber aceptar nuestras limitaciones y no olvidarnos de
nuestras metas, aunque muchas veces parezcan muy lejanas difíciles. Encaminarse
hacia ellas es el primer paso hacia algo que ni siquiera podemos imaginar.
Realmente no tiene mucha importancia hasta qué edad vivimos, lo importante es sentir
que no lo hemos hecho en vano.

Envejecer es Obligatorio; Madurar es Opcional


El primer día en la universidad nuestro profesor se presentó y nos pidió que
procuráramos llegar a conocer a alguien a quien no conociéramos todavía. Me puse de
pie y miré a mí alrededor, cuando una mano me tocó suavemente el hombro. Me di la
vuelta y me encontré con una viejita arrugada cuya sonrisa le alumbraba todo su ser.
‘Hola, buen mozo. Me llamo Rose. Tengo ochenta y siete años. ¿Te puedo dar un abrazo?
Me reí y le contesté con entusiasmo: ‘¡Claro que puede!’ Ella me dio un abrazo muy
fuerte.
‘Por qué está usted en la universidad a una edad tan temprana, tan inocente?’, le
pregunté. Riéndose contestó: ‘Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener
unos dos hijos, y luego jubilarme y
viajar.’
‘Se lo digo en serio’, le dije. Quería saber qué le había motivado a ella a afrontar ese
desafío a su edad.
‘¡Siempre soñé con tener una educación universitaria y ahora la voy a tener!’, me dijo.
Después de clases caminamos al edificio de la asociación de estudiantes y compartimos
un batido de chocolate. Nos hicimos amigos enseguida. Todos los días durante los tres
meses siguientes salíamos juntos de la clase y hablábamos sin parar. Me fascinaba
escuchar a esta “máquina del tiempo”.
Ella compartía su sabiduría y experiencia conmigo. Durante ese año, Rose se hizo muy
popular en la universidad; hacía amistades a donde iba. Le encantaba vestirse bien y se
deleitaba con la atención que recibía de los demás estudiantes. Se lo estaba pasando de
maravilla. Al terminar el semestre le invitamos a Rose a hablar en nuestro banquete de
fútbol.
No olvidaré nunca lo que ella nos enseñó en esa oportunidad. Luego de ser presentada,
subió al podio. Cuando comenzó a pronunciar el discurso que había preparado de
antemano, se le cayeron al suelo las tarjetas donde tenía los apuntes.
Frustrada y un poco avergonzada se inclinó sobre el micrófono y dijo simplemente,
‘disculpen que esté tan nerviosa. Dejé de tomar cerveza por cuaresma y ¡este whisky me
está matando!’
‘No voy a poder volver a poner mi discurso en orden, así que permítanme simplemente
decirles lo que sé.’ Mientras nos reíamos, ella se aclaró la garganta y comenzó: ‘No
dejamos de jugar porque estamos viejos; nos ponemos viejos porque dejamos de jugar.
Hay sólo cuatro secretos para mantenerse joven, ser feliz y triunfar.’
‘Tenemos que reír y encontrar el buen humor todos los días.’
‘Tenemos que tener un ideal. Cuando perdemos de vista nuestro ideal, comenzamos a
morir. ¡Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo saben!’
‘Hay una gran diferencia entre ponerse viejo y madurar. Si ustedes tienen diecinueve
años y se quedan en la cama un año entero sin hacer nada productivo se convertirán en
personas de veinte años. Si yo
tengo ochenta y siete años y me quedo en la cama por un año sin hacer nada tendré
ochenta y ocho años.
Todos podemos envejecer. No se requiere talento ni habilidad para ello. Lo importante es
que maduremos encontrando siempre la oportunidad en el cambio.’
‘No me arrepiento de nada. Los viejos generalmente no nos arrepentimos de lo que
hicimos sino de lo que no hicimos. Los únicos que temen la muerte son los que tienen
remordimientos.’
Terminó su discurso cantando ‘La Rosa’. Nos pidió que estudiáramos la letra de la
canción y la pusiéramos en práctica en nuestra vida diaria.
Rose terminó sus estudios. Una semana después de la graduación, Rose murió
tranquilamente mientras dormía. Más de dos mil estudiantes universitarios asistieron a
las honras fúnebres para rendir tributo a la maravillosa mujer que les enseñó con su
ejemplo que nunca es demasiado tarde para llegar a ser todo lo que se puede ser.

Moraleja
“No olviden que ENVEJECER ES OBLIGATORIO; MADURAR ES OPCIONAL.”

Moraleja–El árbol de manzanas


Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas. Un pequeño niño lo amaba
mucho y todos los días jugaba alrededor de él. Trepaba al árbol hasta el tope y el le daba
sombra. El amaba al árbol y el árbol amaba al niño.

Pasó el tiempo y el pequeño niño creció y el nunca más volvió a jugar alrededor del
enorme árbol.
Un día el muchacho regresó al árbol y escuchó que el árbol le dijo triste:
“¿Vienes a jugar conmigo?” pero el muchacho contestó “Ya no soy el niño de antes que
jugaba alrededor de enormes árboles. Lo que ahora quiero son juguetes y necesito dinero
para comprarlos”.
“Lo siento, dijo el árbol, pero no tengo dinero… Te sugiero que tomes todas mis manzanas
y las vendas. De esta manera tú obtendrás el dinero para tus juguetes”.
El muchacho se sintió muy feliz.
Tomó todas las manzanas y obtuvo el dinero y el árbol volvió a ser feliz.

Pero el muchacho nunca volvió después de obtener el dinero y el árbol volvió a estar
triste.

Tiempo después, el muchacho regresó y el árbol se puso feliz y le preguntó:


“¿Vienes a jugar conmigo?” “No tengo tiempo para jugar. Debo de trabajar para mi
familia. Necesito una casa para compartir con mi esposa e hijos.
¿Puedes ayudarme?”… ” Lo siento, pero no tengo una casa, pero…tú puedes cortar mis
ramas y construir tu casa”.
El joven cortó todas las ramas del árbol y esto hizo feliz nuevamente al árbol, pero el
joven nunca más volvió desde esa vez y el árbol volvió a estar triste y solitario.

Cierto día de un cálido verano, el hombre regresó y el árbol estaba encantado. “Vienes a
jugar conmigo? le preguntó el árbol. El hombre contestó “Estoy triste y volviéndome
viejo. Quiero un bote para navegar y descansar. ¿Puedes darme uno?”. El árbol contestó:
“Usa mi tronco para que puedas construir uno y así puedas navegar y ser feliz”. El
hombre cortó el tronco y construyó su bote. Luego se fue a navegar por un largo tiempo.

Finalmente regresó después de muchos años y el árbol le dijo: “Lo siento mucho, pero ya
no tenga nada que darte ni siquiera manzanas”. El hombre replicó “No tengo dientes para
morder, ni fuerza para escalar…Por ahora ya estoy viejo”.
Entonces el árbol con lágrimas en sus ojos le dijo, “Realmente no puedo darte nada…. la
única cosa que me queda son mis raíces muertas”. Y el hombre contestó: “Yo no necesito
mucho ahora, solo un lugar para descansar.
Estoy tan cansado después de tantos años”. “Bueno,las viejas raíces de un árbol, son el
mejor lugar para recostarse y descansar. Ven siéntate conmigo y descansa”.

El hombre se sentó junto al árbol y este feliz y contento sonrió con lágrimas.

Moraleja:
Esta puede ser la historia de cada uno de nosotros. El árbol son nuestros padres. Cuando
somos niños, los amamos y jugamos con papá y mamá…
Cuando crecemos los dejamos …..sólo regresamos a ellos cuando los necesitamos o
estamos en problemas… No importa lo que sea, ellos siempre están allí para darnos todo
lo que puedan y hacernos felices. Tú puedes pensar que el muchacho es cruel contra el
árbol, pero es así como nosotros tratamos a nuestros padres…

Valoremos a nuestros padres mientras los tengamos a nuestro lado y si ya no están, que
la llama de su amor viva por siempre en tu corazón y su recuerdo te dé fuerza cuando
estás cansado…

Zanahoria, Huevo o Café


El oro para ser purificado debe pasar por el fuego y el ser humano necesita pruebas para
pulir su carácter. Pero lo más importante es; Cómo reaccionamos frente a las pruebas.
Una hija se quejaba a su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan
difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida.
Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y
las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una
colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó
hervir sin decir palabra.

La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre.


A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un
bowl. Sacó los huevos y los colocó en otro bowl. Coló el café y lo puso en un tercer bowl.
Mirando a su hija le dijo: “Querida, ¿qué ves?” “Zanahorias, huevos y café” fue su
respuesta.

La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban
blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara,
observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba
de su rico aroma.

Humildemente la hija preguntó: “¿Qué significa esto, Padre?” El le explicó que los tres
elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían
reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura. Pero después de
pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había
llegado al agua frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar
en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo eran
únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.

“¿Cual eres tú?”, le preguntó a su hija. “Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo
respondes?. ¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?”

¿Y cómo eres tú, amigo? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la
adversidad y el dolor te tocan , te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? Eres un huevo, que
comienza con un corazón maleable? Poseías un espíritu fluido, pero después de una
muerte, una separación, un divorcio o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te
ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido? ¿O
eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa
dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres
como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor, tú reaccionas mejor y haces que
las cosas a tu alrededor mejoren. ¿Cómo manejas la adversidad? ¿Eres una zanahoria, un
huevo o un grano de café?

Dedicada a Tef.

A una madre es dificil mentir


Federico vivía, en un departamento con Carla.
Ante los ojos de la familia de Federico, Carla solo compartía departamento con
Federico… Nadie podía comprobar otra cosa.
Un día, Federico invita a su madre a cenar una noche en su departamento de soltero.
Durante la cena la madre no pudo quitar su atención en lo hermosa que era Carla, la
compañera de departamento de su hijo.
Durante mucho tiempo ella había tenido sospechas de que su hijo tenia relaciones con
Carla y al verla, la sospecha no pudo sino acrecentarla. En el transcurso de la velada,
mientras veía el modo en que los dos se comportaban, se pregunto si estarían
acostándose.
Leyendo a su madre el pensamiento Federico le dijo: – “Mamá, sé lo que estas pensando,
pero te aseguro que Carla y yo sólo somos compañeros de departamento”
Aproximadamente una semana después, Carla le comenta a Federico que desde el día en
que su madre vino a cenar, no encontraba el cucharón grande de plata para servir la
sopa.
Federico le dijo que, conociendo a su madre, dudaba que ella se lo hubiese llevado pero
que le escribiría una nota, y que la dejaría en un lugar visible en la casa de su madre… en
la puerta del refrigerador. Así que se sentó y escribió:

“Querida mama: No estoy diciendo que tú tomaras el cucharón de plata de servir salsas
pero tampoco estoy diciendo que no lo hicieras, pero el hecho es que éste ha
desaparecido desde que tu viniste a cenar a mi departamento. Con todo cariño, Federico.

“Unos días mas tarde, sobre su escritorio Federico encuentra una nota de su madre que
decía:

“Querido hijo: No estoy diciéndote que te acuestas con Carla o que no te acuestas con
Carla, pero el hecho es que si Carla se acostara en su propia cama, ya habría encontrado
el cucharón de plata para servir sopa, que yo puse bajo sus sábanas. Con todo cariño,
Mamá.”
MORALEJA: “A mamá es difícil mentirle”

El Rey de la princesa que todo derretia


Había un vez un rey.
El rey tenía una bellísima hija,
la princesa.

Pero existía un grave problema.


Todo lo que la princesa tocaba se derretía.
No importaba lo que fuese;
metal,
madera,
plástico
todo lo que tocaba se derretía.

Debido a esto, todos los hombres le temían.


Nadie se atrevía a casarse con ella.

El Rey estaba desesperado.


¿Qué hacer para ayudar a su hija?

Consultó a todos los magos y hechiceros.


Alguien le dio un consejo,

“Si tu hija toca algo, cualquier


cosa, que no se derrita en sus manos,
ella estará curada.”

El Rey brincaba de alegría.

Al siguiente día,
estableció una competencia.
Cualquier hombre que le diera algo a su hija,
cualquier objeto que no se derritiera en sus manos, podría desposarla
y así heredar el trono del Rey.

Tres jóvenes príncipes tomaron el reto

El primero de los príncipes le llevó una aleación de los más duros metales.
Pero en el momento,
en el que la princesa lo tocó,
se derritió como hielo en fuego.
El príncipe se retiró triste y acongojado.

El segundo de los príncipes trajo un diamante enorme,


pensando que el diamante, por ser la substancia más dura
en el mundo no se derretiría.
Pero al entregarlo,
y una vez que la princesa lo tocó,
se derritió.
El también se fue decepcionado.

El tercer príncipe se aproximó.


Y le dijo a la princesa,
“Mete tu mano en mí bolsillo y siente que hay ahí adentro.”
La princesa hizo lo que le había pedido,
de pronto se puso roja.
Sintió algo duro.
Lo sostuvo en su mano.
Y no se derritió!!!

El Rey estaba inmensamente feliz.


Todo el reino se encontraba regocijado.
Y así el tercer príncipe desposó a la princesa
y vivieron felices para siempre.

Pregunta:

Qué fue lo que agarró la princesa en los pantalones del príncipe?

Eran unas M&M’s por supuesto.


“Se derriten en tu boca no en tu mano. “
En qué estabas pensando?

La Hormiguita y la Cigarra
Una moraleja para tener en cuenta.

Había una vez una Hormiguita y una Cigarra que eran muy amigas………….
Durante todo el otoño la Hormiguita trabajó sin parar, almacenando comida para el
invierno.
No aprovechó el sol, la brisa suave del fin de tarde, ni de la charla con amigos tomando
una cervecita después de un día de labor.
Mientras, la Cigarra solo andaba cantando con los amigos en los bares de la ciudad, no
desperdició ni un minuto siquiera, cantó durante todo el otoño, bailó, aprovechó el sol,
disfrutó muchísimo sin preocuparse con el mal tiempo que estaba por venir.
Pasados unos días empezó el frío, la Hormiguita, exhausta de tanto trabajar se metía en
su pobre guarida repleta hasta el techo de comida. Pero, alguien la llamo por su nombre
desde afuera y cuando abría la puerta tuvo una sorpresa cuando vio a su amiga Cigarra
dentro de un Ferrari y con un valioso abrigo de pieles La Cigarra le dice:
Hola amiga! Voy a pasar el invierno en Paris. ¿podrás cuidar de mi casita?
La Hormiguita respondio:
Pero claro! Sin problemas. Pero ¿que ocurrio? ¿Donde conseguiste el dinero para ir a
Paris, comprar este Ferrari, Y ese abrigo tan bonito y caro?
Y la Cigarra respondió:
Imagínate que yo estaba cantando en un bar la semana pasada y a un productor le gustó
mi voz. Firma© un contrato para hacer un show en Paris. A propósito, ¿necesitas algo de
allá?
Si, dijo la Hormiguita. Si te encuentras con J. La Fontaine (autor de la
fábula original), MANDALO DE MI PARTE A LA MIERDA.

Moraleja: Aproveche la vida, dosifique el trabajo y la diversión, pues trabajar demasiado


solo trae beneficios en las fábulas de La Fontaine. Trabaje, pero disfrute de la vida, ella
es única. Si no encuentra su media naranja, no se desanime, busque un medio limón,
póngale azúcar, aguardiente y hielo y sea feliz!
¡Y recuerde: vivir solo para trabajar hace muy bien…..al patrimonio del Patrón!!

El pescador y el extranjero
Un banquero de inversión americano estaba en el muelle de un pueblito costero
mexicano cuando llegó un botecito con un solo pescador. Dentro del bote había varios
atunes amarillos de buen tamaño.
El americano elogió al mexicano por la calidad del pescado y le pregunto:
“¿Cuánto tiempo le tomó pescarlos? ”

El mexicano respondió:

“Sólo un poco tiempo”.

El americano luego le preguntó:

“¿Porqué no permaneces más tiempo y sacas más pescado?”

El mexicano dijo que él tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de
su familia.

El americano luego preguntó:


“Pero.. ¿qué haces con el resto de tu tiempo?”

El pescador mexicano dijo:

“duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, me hecho una siesta con mi
señora, María, voy todas las noches al pueblo donde tomo vino y toco guitarra con mis
amigos. Como ves tengo una vida divertida y ocupada.”

El americano replicó:

“Soy un MBA de Harvard y podría ayudarte. Deja te explico… deberías gastar más tiempo
en la pesca, con los ingresos comprar un bote más grande, con los ingresos del bote más
grande podrías comprar varios botes, eventualmente tendrías una flota de botes
pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías hacer directamente
a un procesador, eventualmente abrir tu propia procesadora. Deberías controlar la
producción, el procesamiento y la distribución. Deberías salir de este “pinche” pueblo e
irte a Ciudad de México, luego a Los Angeles y eventualmente a Nueva York, donde
manejarías tu empresa en expansión”.

El pescador mexicano preguntó:

“Pero, ¿cuánto tiempo tarda todo eso?”

A lo cual respondió el americano:

“entre 15 y 20 años”

El mexicano:

“¿Y luego qué?”

El americano se rió y dijo que esa era la mejor parte. “Cuando llegue la hora deberías
anunciar un IPO (Oferta inicial de acciones) y vender las acciones de tu empresa al
público. Te volverás rico, tendrás millones”.

El mexicano:

“Millones …¿y luego qué?”

Dijo el americano:

“Luego te puedes retirar. Te mueves a un pueblito en la costa donde puedes dormir hasta
tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, echar una siesta con tu mujer, ir todas las
noches al pueblo a tomar vino y tocar la guitarra con tus amigos”.

MORALEJA: Cuantas vidas desperdiciadas buscando lograr una felicidad que ya se tiene
pero que muchas veces no vemos. La verdadera felicidad consiste en amar lo que
tenemos y no sentirnos tristes por aquello que no tenemos

Fábula de la liebre y la tortuga


PARA PENSAR
Fábula de la liebre y la tortuga
(versión actualizada)

¿Recuerda la fábula?
Una tortuga y una liebre siempre discutían sobre quién era más rápida. Para dirimir el
argumento, decidieron correr una carrera. Eligieron una ruta y comenzaron la
competencia. La liebre arrancó a toda velocidad y corrió enérgicamente durante algún
tiempo. Luego, al ver que llevaba mucha ventaja, decidió sentarse bajo un árbol para
descansar un rato, recuperar fuerzas y luego continuar su marcha. Pero pronto se
durmió. La tortuga, que andaba con paso lento, la alcanzó, la superó y terminó primera,
declarándose vencedora indiscutible.

Moraleja: Los lentos y estables ganan la carrera.


Pero la historia no termina aquí: la liebre, decepcionada tras haber perdido, hizo un
examen de conciencia y reconoció sus errores. Descubrió que había perdido la carrera
por ser presumida y descuidada. Si no hubiera dado tantas cosas por supuestas, nunca la
hubiesen vencido. Entonces, desafió a la tortuga a una nueva competencia. Esta vez, la
liebre corrió de principio a fin y su triunfo fue evidente.

Moraleja: Los rápidos y tenaces vencen a los lentos y estables.


Pero la historia tampoco termina aquí: Tras ser derrotada, la tortuga reflexionó
detenidamente y llegó a la conclusión de que no había forma de ganarle a la liebre en
velocidad. Como estaba planteada la carrera, ella siempre perdería. Por eso, desafió
nuevamente a la liebre, pero propuso correr sobre una ruta ligeramente diferente. La
liebre aceptó y corrió a toda velocidad, hasta que se encontró en su camino con un
ancho río. Mientras la liebre, que no sabía nadar, se preguntaba “¿qué hago ahora?”, la
tortuga nadó hasta la otra orilla, continuó a su paso y terminó en primer lugar.

Moraleja: Quienes identifican su ventaja competitiva (saber nadar) y cambian el entorno


para aprovecharla, llegan primeros.
Pero la historia tampoco termina aquí: el tiempo pasó, y tanto compartieron la liebre y la
tortuga, que terminaron haciéndose buenas amigas. Ambas reconocieron que eran
buenas competidoras y decidieron repetir la última carrera, pero esta vez corriendo en
equipo. En la primera parte, la liebre cargó a la tortuga hasta llegar al río. Allí, la tortuga
atravesó el río con la liebre sobre su caparazón y, sobre la orilla de enfrente, la liebre
cargó nuevamente a la tortuga hasta la meta. Como alcanzaron la línea de llegada en un
tiempo récord, sintieron una mayor satisfacción que aquella que habían experimentado
en sus logros individuales.

Moraleja: Es bueno ser individualmente brillante y tener fuertes capacidades personales.


Pero, a menos que seamos capaces de trabajar con otras personas y potenciar
recíprocamente las habilidades de cada uno, no seremos completamente efectivos.
Siempre existirán situaciones para las cuales no estamos preparados y que otras
personas pueden enfrentar mejor.
La liebre y la tortuga también aprendieron otra lección vital: cuando dejamos de
competir contra un rival y comenzamos a competir contra una situación,
complementamos capacidades, compensamos defectos, potenciamos nuestros
recursos… y obtenemos mejores resultados!

Somos Capaces
Un millonario promueve una fiesta en una de sus mansiones; en determinado momento
pide silencio, la música para, y dice, mirando hacia la piscina donde criaba cocodrilos
australianos:

– El que logre cruzarla y salir vivo al otro lado, ganará todos mis autos… ¿¿¿¿¿¿Alguien se
atreve??????

Espantados, los invitados permanecen en silencio y el millonario insiste:


– El que se lance a la piscina, logre cruzarla y salir vivo al otro lado, ganará todos mis
autos y mis aviones… ¿¿¿¿¿Alguien se atreve?????

El silencio impera, y una vez más, ofrece:

– El que se lance a la piscina, logre cruzarla y salir vivo al otro lado, ganará todos mis
autos, mis aviones y mis mansiones…

En este momento, alguien salta a la piscina. La escena es impresionante… una lucha


intensa, el hombre se defiende como puede, agarra la boca de los cocodrilos con pies y
manos, tuerce la cola de los reptiles… DIOS MIO… Mucha violencia y emoción. ¡¡¡Parecía
una película de COCODRILO DUNDEE!!! Después de algunos minutos de terror y pánico,
sale el valiente hombre, lleno de arañazos, hematomas y casi muerto. El millonario se
aproxima, lo felicita y le pregunta:

– ¿¿¿¿¿¿Dónde quiere que le entregue los autos??????

– Gracias pero no quiero sus autos…

Sorprendido, el millonario pregunta:

– ¿¿¿Y los aviones??? ¿¿¿¿dónde quiere que se los entregue????

– Gracias, pero no quiero sus aviones…

Extrañado por la reacción del hombre, el millonario pregunta:

– ¿¿¿¿¿¿Y las mansiones??????

– Yo tengo una bella casa, no necesito de las suyas. Puede quedarse con ellas… No
quiero nada que sea suyo…

Impresionado, el millonario pregunta:

– Pero si ud. no quiere nada de lo ofrecido, ¿¿¿¿qué quiere entonces????

Y el hombre le respondió muy irritado:

– ¡¡¡¡¡¡Encontrar al hijo de puta que me empujó a la piscina!!!!!!

MORALEJA:

SOMOS CAPACES DE REALIZAR MUCHAS COSAS QUE, A VECES, NI NOSOTROS MISMOS


CREEMOS… SÓLO NECESITAMOS UN EMPUJONCITO Y EN CIERTOS CASOS… HASTA
ALGÚN HIJO DE PUTA ES ÚTIL EN NUESTRA VIDA…

Como hay que preguntar las cosas


CURA AFICIONADO
Un cura aficionado a la ornitología tenía doce pájaros.
Todos los días los soltaba para que volaran y éstos siempre regresaban a sus jaulas. Pero
un día sólo regresaron once, así que el sacerdote, decidido, en la misa de 12 del domingo
preguntó:
– ¿Quién tiene un pájaro?
Todos los hombres se levantaron.
– Disculpen, no me expliqué bien. ¿Quién ha visto un pájaro?
– Todas las mujeres se levantaron.
– !No, no! Lo que quiero decir es: ¿Quién ha visto mi pájaro?
Todas las monjas se levantaron…

Moraleja:
“APRENDA A PREGUNTAR CORRECTAMENTE”

Y Aunque se pierdan batallas


Un soldado destacado en la Selva recibe una carta de su novia desde Lima, La carta
decía lo siguiente:”Querido Luís: Ya no puedo continuar con esta relación. La distancia
que nos separa es demasiado grande. Tengo que admitir que te he sido infiel tres veces
desde que te fuiste y creo que ni tú ni yo nos merecemos esto, lo siento.
Por favor devuélveme la foto que te envié.
Con mucho amor,
María”

El soldado, muy herido, le pidió a todos sus compañeros del batallón que le regalaran
fotos de sus novias, hermanas, amigas, tías, primas, etc. Junto con la foto de María
incluyó todas esas otras fotos que había recolectado de sus amigos. Había 89 fotos en el
sobre y una nota que decía:

“María,
Perdóname, pero no puedo recordar quien eres. Por favor, busca tu foto en el paquete y
me devuelves el resto.
Luis”

MORALEJA:
Aún derrotado… hay que SABER GOLPEAR AL ENEMIGO

LA HISTORIA DEL GALLO VIEJO


Un granjero sale de compras y regresa con un gallo joven para las gallinas del corral. El
gallo joven mira a su alrededor, camina hasta donde esta el gallo viejo y le dice: “Bueno
viejo, llegó la hora de retirarte”.

El gallo viejo le dice: “Vamos, no me digas que tu vas a poder con TODAS estas gallinas.
¡Mírame a mí como me han dejado! ¿Por que no me dejas aunque sea aquellas dos
gallinas viejas que están en el rincón?” Pero el gallo joven le contesta: “Ya vete viejo. Tú
ya estás acabado! y ahora soy yo quien está a cargo”.

El gallo viejo le contesta: “Hagamos una cosa, jovencito. Vamos a echar una carrera
alrededor de la finca. El que gane se queda con el control absoluto del gallinero”. El gallo
joven se echa a reír: “Vamos viejo, tú sabes muy bien que vas a perder. Pero para no ser
injusto te voy a dejar que salgas primero”.

El gallo viejo arranca a correr. A los 15 segundos, el gallo joven sale corriendo detrás de
él. Le dan la vuelta al portal de la casa corriendo y el gallo joven cada vez está mas
cerca. Ya está a sólo 15 centímetros detrás del gallo viejo y cada vez se le acerca más.

Mientras tanto el granjero, sentado en su sitio de costumbre en el portal, ve a los dos


gallos que pasan corriendo. Agarra la escopeta y -BOOM – le dispara al gallo joven y lo
hace trizas. El granjero tristemente sacude la cabeza y dice: – “Coño, pero que suerte la
mía .! . el tercer gallo maricón que compro este mes!.
Moraleja: No te metas con los VIEJOS. La edad y la experiencia siempre le ganan la
partida a la juventud.

La mujer y la verdad
Después de una larga enfermedad, una mujer muere y llega a las puertas del
cielo.Mientras espera por San Pedro, ella ve a través de las rejas a sus padres, amigos y
todos los que habían partido antes que ella, sentados a una mesa, apreciando un
banquete maravilloso. Cuando San Pedro llega, ella le comenta : Qué lugar tan lindo!
¿Cómo hago para entrar ? Yo voy a decirte una palabra. Si la deletreas correctamente la
primera vez, entras; si te equivocas, vas directo al infierno, respondió San Pedro.

Ok, ¿cuál es la palabra?


-AMOR.

-Ella la deletreó correctamente y pasó por los portones. Un par de años después, San
Pedro le pidió que vigilase los portones por ese día.

Para su sorpresa, aparece el que fue su marido. – Hola, qué sorpresa! – dice ella.
-¿Cómo estás?

– Ah…., pues he estado muy bien desde que falleciste.


Me casé con aquella bella enfermera que te cuidó, gané la lotería y me hice millonario.
Entonces vendí la casa donde vivíamos y compré una mansión en el barrio alto que
siempre te gustó.

Viajé con mi nueva esposa por Europa, Asia y Oceanía. Estábamos de vacaciones en Los
Alpes justamente cuando decidí esquiar.

Me caí…, el esquí me cayó en la cabeza y aquí estoy.


¿Cómo hago para entrar querida?

– Yo voy a decirte una palabra. Si la deletreas correctamente la primera vez puedes


entrar, si no, vas directo al infierno respondió ella.

– OK, ¿cuál es la palabra?


– SCHWARZENNEGGER!!!!!.

MORALEJA :
“NI MUERTO LE PUEDES DECIR TODA LA VERDAD A UNA MUJER, PUES CORRES EL
RIESGO DE VIVIR EN UN INFIERNO EL RESTO DE TU EXISTENCIA

¿POR QUE GRITAN LAS PERSONAS?


¿Por que gritan las personas?
Un dia Meher Baba preguntó a sus mandalies lo siguiente: ¿por qué las personas se
gritan cuando estan enojadas?
Los hombres pensaron unos momentos:
porque perdemos la calma <dijo uno>, por eso gritamos.
Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? preguntó Meher Baba; ¿No es
posible hablarle en voz baja? ¿por qué gritas a una persona cuando estás enojado?. Los
hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía a Meher Baba.
Finalmente él explicó:
Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa
distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte
tendrán q gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.
Luego Meher Baba preguntó:
¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran?
Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente… ¿Por qué? Porque sus corazones
están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña. Meher Baba continuó:
-Cuando se enamoran aún más ¿Qué sucede? No hablan, sólo susurran y se acercan mas
en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo.
Así es ¡cuán cerca están dos personas cuando se aman!
Luego Meher Baba dijo:
Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los
distancien más, llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontrarán más el
camino de regreso.

Conocimiento o Imaginación
En la selva, Un señor va de cacería al África y lleva a su perrito. Un día, ya en la
expedición, el perrito, correteando mariposas se aleja del grupo, se extravía y comienza
a vagar solo por la selva. En eso ve a lo lejos que viene una pantera enorme a toda
carrera. Al ver que la pantera lo va a devorar, piensa rápido qué hacer. En eso ve un
montón de huesos de un animal muerto y empieza a mordisquearlos. Cuando la pantera
está a punto de atacarlo, el perrito dice: – Ah!!! Qué rica pantera me acabo de comer!!! La
pantera lo alcanza a escuchar y frenando en seco, gira y sale despavorida pensando: –
Quién sabe qué animal será ese!!! A ver si me come a mi también???!!! Un mono que
andaba trepado en un árbol cercano, vio y oyó la escena… Sin más, salió corriendo tras
la pantera para contarle como la había engañado el perrito: – Cómo serás de boludo…
Esos huesos ya estaban ahí!!! Además, es solo un simple perro!!! La pantera, recontra
caliente, sale corriendo a buscar al perrito con el mono montado en el lomo. El perrito ve
a lo lejos que viene nuevamente la pantera con el mono y se da cuenta de la buchoneada.
– Y ahora qué hago???- piensa todo asustado. Entonces, en vez de salir corriendo, se
queda sentado dándoles la espalda, como si no los hubiera visto, y en cuanto la pantera
está cerca de atacarlo de nuevo, el perrito exclama: – Este mono hijo de puta!!! Hace
como media hora que lo mandé a traerme otra pantera y todavía no aparece!!!

MORALEJA: EN MOMENTOS DE CRISIS, SOLO LA IMAGINACION ES MAS IMPORTANTE


QUE EL CONOCIMIENTO. – Procurá ser imaginativo como el PERRITO. – Evitá ser un
boludo como la PANTERA. – Y nunca, pero nunca, seas tan hijo de puta como el MONO.
EL CABALLO EN EL POZO

Un campesino, que luchaba con muchas dificultades, poseía algunos caballos para
que lo ayudasen en los trabajos de su pequeña hacienda. Un día, su capataz le
trajo la noticia de que uno de los caballos había caído en un viejo pozo
abandonado. El pozo era muy profundo y sería extremadamente difícil sacar el
caballo de allí.
El campesino fue rápidamente hasta el lugar del accidente, y evaluó la situación,
asegurándose que el animal no se había lastimado. Pero, por la dificultad y el alto
precio para sacarlo del fondo del pozo, creyó que no valía la pena invertir en la
operación de rescate. Tomó entonces la difícil decisión de decirle al capataz que
sacrificase el animal tirando tierra en el pozo hasta enterrarlo, allí mismo.
Y así se hizo. Comenzaron a lanzar tierra dentro del pozo de forma de cubrir al
caballo. Pero, a medida que la tierra caía en el animal este la sacudía y se iba
acumulando en el fondo, posibilitando al caballo para ir subiendo. Los hombres se
dieron cuenta que el caballo no se dejaba enterrar, sino al contrario, estaba
subiendo hasta que finalmente consiguió salir.
Si estás “allá abajo”, sintiéndote poco valorado, y otros lanzan tierra sobre ti,
recuerda el caballo de esta historia. Sacude la tierra y sube sobre ella.
LA BOTELLA

Un hombre estaba perdido en el desierto, destinado a morir de sed. Por suerte,


llegó a una cabaña vieja, desmoronada sin ventanas, sin techo. El hombre anduvo
por ahí y se encontró con una pequeña sombra donde acomodarse para
protegerse del calor y el sol del desierto. Mirando a su alrededor, vio una vieja
bomba de agua, toda oxidada. Se arrastró hacia allí, tomó la manivela y comenzó
a bombear, a bombear y a bombear sin parar, pero nada sucedía. Desilusionado,
cayó postrado hacia atrás, y entonces notó que a su lado había una botella vieja.
La miró, la limpió de todo el polvo que la cubría, y pudo leer que decía: “Usted
necesita primero preparar la bomba con toda el agua que contiene esta botella mi
amigo, después, por favor tenga la gentileza de llenarla nuevamente antes de
marchar”.
El hombre desenroscó la tapa de la botella, y vio que estaba llena de agua… ¡llena
de agua! De pronto, se vio en un dilema: si bebía aquella agua, él podría
sobrevivir, pero si la vertía en esa bomba vieja y oxidada, tal vez obtendría agua
fresca, bien fría, del fondo del pozo, y podría tomar toda el agua que quisiese, o tal
vez no, tal vez, la bomba no funcionaría y el agua de la botella sería desperdiciada.
¿Qué debiera hacer? ¿Derramar el agua en la bomba y esperar a que saliese agua
fresca… o beber el agua vieja de la botella e ignorar el mensaje? ¿Debía perder
toda aquella agua en la esperanza de aquellas instrucciones poco confiables
escritas no se cuánto tiempo atrás?
Al final, derramó toda el agua en la bomba, agarró la manivela y comenzó a
bombear, y la bomba comenzó a rechinar, pero ¡nada pasaba! La bomba
continuaba con sus ruidos y entonces de pronto surgió un hilo de agua, después un
pequeño flujo y finalmente, el agua corrió con abundancia… Agua fresca,
cristalina. Llenó la botella y bebió ansiosamente, la llenó otra vez y tomó aún más
de su contenido refrescante. Enseguida, la llenó de nuevo para el próximo
viajante, la llenó hasta arriba, tomó la pequeña nota y añadió otra frase: “Créame
que funciona, usted tiene que dar toda el agua, antes de obtenerla nuevamente”.
EL ÁRBOL DE LAS MANZANAS

Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas. Un pequeño niño lo


apreciaba mucho y todos los días jugaba a su alrededor. Trepaba por el árbol, y le
daba sombra. El niño amaba al árbol y el árbol amaba al niño. Pasó el tiempo y el
pequeño niño creció y el nunca más volvió a jugar alrededor del enorme árbol. Un
día el muchacho regresó al árbol y escuchó que el árbol le dijo triste: “¿Vienes a
jugar conmigo?”. Pero el muchacho contestó: “Ya no soy el niño de antes que
jugaba alrededor de enormes árboles.
Lo que ahora quiero son juguetes y necesito dinero para comprarlos”. “Lo siento,
dijo el árbol, pero no tengo dinero… pero puedes tomar todas mis manzanas y
venderlas. Así obtendrás el dinero para tus juguetes”. El muchacho se sintió muy
feliz. Tomó todas las manzanas y obtuvo el dinero y el árbol volvió a ser feliz. Pero
el muchacho nunca volvió después de obtener el dinero y el árbol volvió a estar
triste.
Tiempo después, el muchacho regresó y el árbol se puso feliz y le preguntó:
“¿Vienes a jugar conmigo?”. “No tengo tiempo para jugar. Debo trabajar para mi
familia. Necesito una casa para compartir con mi esposa e hijos. ¿Puedes
ayudarme?”. “Lo siento, no tengo una casa, pero… puedes cortar mis ramas y
construir tu casa”. El joven cortó todas las ramas del árbol y esto hizo feliz
nuevamente al árbol, pero el joven nunca más volvió desde esa vez y el árbol
volvió a estar triste y solitario. Cierto día de un cálido verano, el hombre regresó y
el árbol estaba encantado. “Vienes a jugar conmigo?”, le preguntó el árbol.
El hombre contestó: “Estoy triste y volviéndome viejo. Quiero un bote para
navegar y descansar. ¿Puedes darme uno?”. El árbol contestó: “Usa mi tronco para
que puedas construir uno y así puedas navegar y ser feliz”. El hombre cortó el
tronco y construyó su bote. Luego se fue a navegar por un largo tiempo.
Finalmente regresó después de muchos años y el árbol le dijo: “Lo siento mucho,
pero ya no tenga nada que darte, ni siquiera manzanas”.
El hombre replicó: “No tengo dientes para morder, ni fuerza para escalar… ahora
ya estoy viejo. Yo no necesito mucho ahora, solo un lugar para descansar. Estoy
tan cansado después de tantos años…”. Entonces el árbol, con lágrimas en sus
ojos, le dijo: “Realmente no puedo darte nada… lo único que me queda son mis
raíces muertas, pero las viejas raíces de un árbol son el mejor lugar para
recostarse y descansar. Ven, siéntate conmigo y descansa”. El hombre se sentó
junto al árbol y éste, feliz y contento, sonrió con lágrimas.
Esta puede ser la historia de cada uno de nosotros. El árbol son nuestros padres.
Cuando somos niños, los amamos y jugamos con papá y mamá… Cuando
crecemos los dejamos… Sólo regresamos a ellos cuando los necesitamos o
estamos en problemas… No importa lo que sea, ellos siempre están allí para
darnos todo lo que puedan y hacernos felices. Parece que el muchacho es cruel
contra el árbol… pero es así como nosotros tratamos a veces a nuestros padres.
Valoremos a nuestros padres mientras los tengamos a nuestro lado.
¡MAL CARÁCTER!

Esta es la historia de un muchachito que tenía muy mal carácter. Su padre le dio
una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar
un clavo detrás de la puerta.
El primer día, el muchacho clavó 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas que
siguieron, a medida que él aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos
clavos detrás de la puerta.
Descubrió que era más fácil controlar su carácter durante todo el día.
Después de informar a su padre, éste le sugirió que retirara un clavo cada día que
lograra controlar su carácter. Los días pasaron y el joven pudo finalmente anunciar
a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta.
Su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta. Le dijo: “Has trabajado
duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma.
Cada vez que tú pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que
aquí ves”.
Tú puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero el modo cómo se lo digas lo
devastará y la cicatriz perdurará para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina
como la ofensa física. Los amigos son joyas preciosas. Nos hacen reír y nos animan
a seguir adelante. Nos escuchan con atención y siempre están dispuestos a
abrirnos su corazón. Tenlo siempre presente.
LA ÚLTIMA PREGUNTA

Durante mi último curso en la escuela, nuestro profesor nos puso un examen. Leí
rápidamente todas las preguntas, hasta que llegué a la ultima, que decía así: ¿Cuál
es el nombre de la mujer que limpia la escuela? Seguramente era una broma. Yo
había visto muchas veces a la mujer que limpiaba la escuela. Era alta, cabello
oscuro, como de cincuenta anos, pero… ¿cómo iba yo a saber su nombre?
Entregué mi examen, dejando la última pregunta en blanco. Antes de que
terminara la clase, alguien le preguntó al profesor si la última pregunta contaría
para la nota del examen. Por supuesto, dijo el profesor. En sus vidas ustedes
conocerán muchas personas. Todas son importantes. Todas merecen su atención y
cuidado, aunque solo les sonrían y digan: !Hola! Yo nunca olvidé esa lección.
También aprendí que su nombre era Dorothy.

LAS DOS RANITAS:

Resulta que había dos ranitas que aprovechando su día libre salieron a pasear por
una hermosa mansión. Cuando llegaron a la cocina en busca de algo de comer, se
resbalaron en unas gotas de aceite para caer en una gran olla de crema.Ambas
desesperadas comenzaron a defenderse de la masa movediza que las iba
devorando, hasta que una de ella dijo:-Querida amiga ha llegado mi hora, por más
que me esfuerce nunca podré salir con vida de esta situación, no tengo opción yo
me entrego, mi vida ha terminado… Y dejando de patalear, lentamente fue
desapareciendo de la superficie.
La amiga, por su parte pensó: Yo no sé si hoy es mi día, así que no me entregaré,
en todo caso seguiré luchando hasta que Dios me llamé, pero que antes observe
que hice todo lo imposible para conservar mi vida.La ranita siguió sin descanso
moviendo sus patas, y lo hizo con tanta decisión y con tanta voluntad,que sin
darse cuenta la crema se convirtió en manteca, pudiendo pisar firme y escapar
tranquilamente.

LA JOYA

Un monje andariego se encontró, en uno de sus viajes, una piedra preciosa, y la


guardó en su talega. Un día se encontró con un viajero y, al abrir su talega para
compartir con él sus provisiones, el viajero vio la joya y se la pidió.
El monje se la dio sin más. El viajero le dio las gracias y marchó lleno de gozo con
aquel regalo inesperado de la piedra preciosa que bastaría para darle riqueza y
seguridad todo el resto de sus días. Sin embargo, pocos días después volvió en
busca del monje mendicante, lo encontró, le devolvió la joya y le suplicó: “Ahora te
ruego que me des algo de mucho más valor que esta joya.
Dame, por favor, lo que te permitió dármela a mí”.

PAPÁ , ¿CUÁNTO GANAS?

La noche había caído ya. Sin embargo, un pequeño hacía grandes esfuerzos por no
quedarse dormido; el motivo bien valía la pena: estaba esperando a su papá.
Los traviesos ojos iban cayendo pesadamente, cuando se abrió la puerta; el niño
se
incorporó como impulsado por un resorte, y soltó la pregunta que lo tenía tan
inquieto:
-Papi, ¿cuánto ganas por hora? –dijo con ojos muy abiertos.
El padre, molesto y cansado, fue tajante en su respuesta:
-Mira hijo, eso ni siquiera tu madre lo sabe, no me molestes y vuelve a dormir, que
ya es muy tarde.
-Si papi, sólo dime, ¿cuánto te pagan por una hora de trabajo? –reiteró suplicante
el niño.
Contrariado, el padre apenas abrió la boca para decir:
-Ochocientos pesos.
-Papi, ¿me podrías prestar cuatrocientos pesos? –preguntó el pequeño.
El padre se enfureció, tomó al pequeño del brazo y en tono brusco le dijo:
-Así es que para eso querías saber cuánto gano, ¿no?. Vete a dormir y no sigas
fastidiando, muchacho….
El niño se alejó tímidamente y el padre, al meditar lo sucedido, comenzó a sentirse
culpable: “Tal vez necesita algo”, pensó, y queriendo descargar su conciencia se
asomó al cuarto de su hijo y con voz suave le preguntó:
-¿Duermes hijo?
-Dime papi, respondió él entre sueños.
-Aquí tienes el dinero que me pediste.
-Gracias papi –susurró el niño mientras metía su manita debajo de la almohada, de
donde sacó unos billetes arrugados-. ¡Ya completé! –gritó jubiloso-.
Tengo, ochocientos pesos…, ahora papá:
¿ME PODRÍAS VENDER UNA HORA DE TU TIEMPO?

PERDONAR Y AGRADECER

Dice una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un
determinado punto del viaje discutieron, y uno le dio una bofetada al otro. El otro,
ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena: “Hoy, mi mejor amigo me pegó
una bofetada en el rostro”. Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde
resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado comenzó a ahogarse, y le salvó
su amigo. Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra: “Hoy, mi mejor
amigo me salvó la vida”. Intrigado, el amigo preguntó: “¿Por qué después que te
pegué escribiste en la arena y ahora en cambio escribes en una piedra?”.
Sonriendo, el otro amigo respondió: “Cuando un amigo nos ofende, debemos
escribir en la arena, donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de
borrarlo y apagarlo. Pero cuando nos ayuda, debemos grabarlo en la piedra de la
memoria del corazón, donde ningún viento podrá borrarlo”.

EL ELEFANTE DEL CIRCO

Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los
circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me
llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacía
despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal… pero después de su actuación
y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente
por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada
en el suelo. Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera
apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y
poderosa, me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de tajo con
su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye? Cuando
tenía cinco o seis años, pregunté a algún maestro, a mi padre o a algún tío por el
misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba
porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado,
¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.
Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca… y sólo lo recordaba
cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante
sabio como para encontrar la respuesta: “El elefante del circo no escapa porque ha
estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño”. Cerré los ojos y
me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en
aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de
todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría
que se durmió agotado y que al día siguiente volvía a probar, y también al otro y al
que seguía… hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su
impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso no escapa
porque cree que no puede. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de
aquélla impotencia que se siente poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se
ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás… Jamás… intentó poner a
prueba su fuerza otra vez… Cada uno de nosotros somos un poco como ese
elefante: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad.
Vivimos creyendo que un montón de cosas “no podemos hacer” simplemente
porque alguna vez probamos y no pudimos. Grabamos en nuestro recuerdo “no
puedo… no puedo y nunca podré”, perdiendo una de las mayores bendiciones con
que puede contar un ser humano: la fe.

LA FELICIDAD ES UN TRAYECTO, NO UN DESTINO.

Nos convencemos a nosotros mismos de que la vida será mejor después de


casarnos, después de tener un hijo,
y entonces después de tener otro.
Entonces nos sentimos frustrados de que los hijos no son lo suficientemente
grandes y que seremos felices cuando lo sean. Después de eso nos frustramos por
que son adolescentes (difíciles de tratar). Ciertamente seremos más felices cuando
salgan de esa etapa.
Nos decimos que nuestra vida estará completa cuando a nuestro esposo o esposa
le vaya mejor,
cuando tengamos un mejor auto o una mejor casa, cuando nos podamos ir de
vacaciones, cuando estemos retirados…
La verdad es que no hay mejor momento para ser felices que AHORA. Si no es
ahora? , Cuando? Tu vida siempre estará llena de retos. Es mejor admitirlos
y decidir ser felices de todas formas. Una de mis frases favorita es de Souza, dijo:
“Por largo tiempo parecía para
mí que la vida estaba a punto de comenzar, la vida de verdad. Pero siempre había
un obstáculo en el camino, algo que resolver primero, algún asunto sin terminar,
tiempo por pasar, una deuda que pagar, entonces la vida
comenzaría. Hasta que me dí cuenta que esos obstáculos eran mi vida.
Esta perspectiva me ha ayudado a ver que no hay un camino a la felicidad. la
felicidad es el camino.
Así que atesora cada momento que tienes, y atesórarlo más cuando lo compartiste
con “alguien especial”, lo suficientemente especial para compartir tu tiempo, y
recuerda que el tiempo no espera por nadie…
Así que deja de esperar hasta que termines la escuela, hasta que vuelvas a la
escuela, hasta que bajes 10 kilos, hasta que tus hijos se vayan de casa,hasta que
te cases, hasta que te divorcies, hasta el viernes por la noche, hasta el domingo
por la mañana, hasta la primavera, hasta el verano, o hasta que mueras, para
decidir que no hay mejor momento que este para ser feliz…
La felicidad es un trayecto, no un destino.
Pensamiento para la vida: Trabaja como si NO necesitaras dinero, Ama como si
nunca te hubieran herido, y baila como si NADIE te estuviera viendo…

PALABRAS DE UNA MADRE A SU HIJO


HIJO,…ESTA VIDA ES TUYA!
Esta vida es tuya
Hazte cargo
de elegir
lo que quieres hacer.
Házte cargo
de amar lo que quieres en la vida
y ama sinceramente.
Házte cargo
de caminar por el bosque
y ser parte de la naturaleza.
Házte cargo
de controlar tu propia.
Nadie lo puede hacer por tí.
Házte cargo
de ser feliz.
Susan Politz Schutz
ME HACES TAN FELIZ, HIJO MÍO
Me siento tan afortunada
de tenerte por hijo
Me encanta tu cara despierta
cuando conversamos seriamente sobre el mundo
Me encanta tu sonrisa
cuando te ríes de las locuras de este mundo
Me encantan tus ojos
cuando reflejan tus emociones
Me encanta tu imaginación
cuando descubre ideas nuevas
y las explora
Me encantan tus ideas
cuando creas nuevos conceptos
y tus propias fantasías
Mucha gente me dice
que no pueden hablar con sus hijos
que ya están deseando
que sus hijos se marchen de casa
Quiero que sepas
que no sólo me haces feliz
sino que siempre estoy a la espera del momento
en que volvamos a estar juntos
A medida que vayas creciendo
no sólo seguirás siendo mi hijo adorado
sino también mi más querido amigo
Como madre estoy tan orgulloso de ti
y mi amor por ti se hace más y más fuerte.

EL ESCORPIÓN
Un maestro de Oriente vió a un escorpión cuando se estaba ahogando, así que decidió sacarlo del agua; pero cuando
lo hizo, el escorpión lo picó. De la reacción al dolor, el maestro soltó al animal y este cayó al agua, ahogándose de
nuevo. El maestro intentó sacarlo otra ves, y nuevamente el animal le picó. Entonces, alguien que estaba viendo la
escena, se le acercó y le dijo:

-Disculpe, pero es usted muy terco. Cada vez que intente sacarlo del agua le va a picar.

A lo que el maestro respondió:

-La naturaleza del escorpión es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar.

De esta manera, el maestro se ayudó de unas hojas, sacando al escorpión y salvándole la vida.

Dijo el maestro: No cambies tu naturaleza. Si alguien hace algo malo, solo toma precauciones. Algunos persiguen la
felicidad, otros la crean. Preocúpate más por tu conciencia que por tu reputación, ya que tu conciencia es lo que tu
eres realmente, mientras que tu reputación es lo que otros piensan de ti.

Perros blancos
Dos viejos amigos se encuentran tras mucho tiempo sin verse. Hablan del pasado, los amigos comunes, las vidas
vividas y finalmente llegan al presente.

- ¿Y en que ocupas tus días hoy? – pregunta uno de ellos


- Colecciono perros blancos.
- ¿Perros blancos? ¿Y tienes muchos?
- Sí, más de 20, todos de distintas razas.
- Vaya, habrás gastado una fortuna en tu colección.
- Para nada, todos lo encontré en la calle y no tenían dueño.
- Eso es imposible, yo voy por la calle cada día y nunca veo perros abandonados ¡y mucho menos blancos!
- La diferencia, amigo mío, es que yo los busco, y tu no.

Dijo el Maestro: ¿Estás atento a las oportunidades que se te presentan en la vida?

Wo y el Ángel
Una vez sobre el planeta tierra existió un ser llamado WO, WO era un ser normal, un humano mas, una persona con
miedos y preocupaciones, una persona que ha vivido lo que todos los demás han vivido: amor, desamor, alegría,
dolor.

WO se sentía triste y solitaria, como el resto de los humanos, y en especial confundida y presionada por las
decisiones que tenia que tomar en la vida, dado a que el tiempo no espera a nadie.
Un día WO llamo a su creador, pidiéndole ayuda, y pidiéndole una pareja, alguien que la acompañe y con quien
compartir de las cosas bonitas de la vida, alguien que le ayude a no sentirse solitaria, alguien que no fuera como el
resto de los humanos, que no quiera lastimarla ni engañarla, alguien que le de amor y la trate como se lo merece.
Y su creador le sonrió desde lo lejos a WO, y le mando a alguien muy especial, un ser maravilloso, hermoso y lleno
de amor, le envió a un ANGEL.

Este no es un ANGEL como los de la Biblia, por lo contrario, este es un humano que descubrió en él algo muy
especial, algo que le dio las alas de un ángel, algo que más adelante descubriría WO.

Este ANGEL despertó en WO sentimientos que WO jamás pensó que podía sentir, WO no lo veía como un ángel, WO
lo veía como un humano muy especial, WO se deslumbro por la luz tan maravillosa que veía emanar de este ser, WO
sintió mucho amor por este ser, y WO sintió mucho miedo por sus sentimientos, le costaba trabajo creer que este
humano era en verdad tan especial, algo adentro de WO le decía a gritos que este ser era un ANGEL, que de echo
era SU ANGEL.

Pero los temores de WO eran muy fuertes, y su confusión era muy grande, su corazón le decía que tomará a ese
ángel, todo su ser lo gritaba, pero su mente le decía que no, sus temores no dejaban ver a WO lo maravilloso del
futuro que le esperaba con el ANGEL.

WO temía que su vida como humana cambiaria de cómo ella esperaba, a WO no le gustaba el cambio, WO tenia
mucho miedo de salir lastimada, WO se empezó a bloquear a sí misma.
WO consulto con sus amigas las humanas, y ellas le aconsejaron que se aleje de este ser, decían que era un
monstruo, que no era real, y WO lo empezó a creer, WO dejo de confiar en su corazón y se empezó a dejar llevar
por sus temores.

WO no se sentía lista, tenia miedo, lo que WO no quería ver, era que ella ya estaba lista, no quiso escuchar a su
corazón que se lo decía a gritos, y empezó a alejarse de ANGEL.
ANGEL sintió dolor, y hablo con WO
ÁNGEL trató de explicarle a WO su origen:
“WO, yo soy un ANGEL, pero no siempre he sido un ANGEL, yo antes era humano al igual que tu, me sentía solo y
solitario, sentía dolor y temor, y al igual que tu le pedí a mi creador que me ayude, que me guié hasta la persona
especial que tanto me gustaría conocer para amarla y ser felices juntos.
Mi creador me escuchó, y me hablo, me dijo que tenia que estar preparado para el momento en que esa persona
viniera.

Le pedí a mi creador que me explicara a lo que se refería y me contesto:


“”tendrás que descubrir quien eres, tendrás que saber que es lo que eres, tendrás que convertirte en un ANGEL”"
-un ANGEL?!?!?-pregunte- y el continuo:
“”Un ANGEL, un ser maravilloso y lleno de amor, un ser con alas para volar sobre el universo.

Pero no creas que es fácil, ser un ANGEL implica muchas cosas, implica rechazar tu vida como humano, por que los
humanos te rechazaran a ti, tu luz lastimara sus ojos y hará que te quieran lastimar, que te envidien y te odien, y
muchos te utilizaran, te buscaran para llenarse de tu luz y tu amor, y te dejaran cuando se sientan bien, no serás
parte de ningún grupo de ellos, no serás mas como ellos.

Pero encontraras lo que estas buscando y serás feliz


-y como sabré quien es ese alguien!?!?!?-
lo sabrás en su momento, todo tu cuerpo te lo dirá, tu corazón lo gritara, sentirás en ti sensaciones maravillosas,
pero muchas veces tu mente te engañara
-como ¿!?!?!?-
Si, muchos humanos te harán creer que ellos son Ángeles como tu, y que pertenecen juntos, te engañaran y te
utilizaran y tu corazón gritara de dolor cuando eso pase, pero tendrás que tener paciencia, yo te ayudare a alejarte
de esas personas cuando sea necesario, esas personas también te necesitan y te ayudaran a prepararte para cuando
encuentres a TU ANGEL VERDADERO. Y tienes que ser precavido, muchos querrán arrancarte tus alas, te lastimaran
para que no puedas volver a alzar el vuelo, pero no te tienes que dar por vencido.
-pero tengo miedo, no me gusta el dolor-
Tienes que estar preparado, solo así encontraras lo que buscas, no temas, confía en tu corazón…”"
Y así mi creador me dejo, paso el tiempo y descubrí mis alas, y vi como la gente se empezó a alejar de mí, sentí el
dolor pero yo sabia que era para un bien mayor, era para encontrar a mi amor…
En el camino me he topado con mucha gente, y mucha gente me ha utilizado y lastimado, y estoy listo para el
amor…”
El ángel le extendió su mano a WO, la invito a volar con él, a que descubra sus alas para que juntos crucen el
universo y disfruten de la maravilla de la vida y de lo hermoso del amor.
ANGEL trato de hacer a WO comprender que no debe temerle, que debe escuchar a su corazón.
WO no se sintió lista, sintió miedo y lo rechazo, le dijo “por que no te quedas aquí conmigo en el suelo, por que no
empiezas a vivir como un humano, por que no empiezas a caminar?????”
ANGEL le contesto “porque si me quedo aquí mucho tiempo empezare a perder mi luz, mis alas se empezaran a caer,
dejare de ser un ANGEL, y seré un humano común, y eso es ir en contra de mi corazón, ya que mi corazón quiere a
su ANGEL, y yo sé que ese ANGEL puedes serlo tu, solo tienes que confiar en mi y volar conmigo, descubrirás tus
alas tan pronto como empecemos a elevarnos y volaremos juntos por el universo”

WO sintió miedo una vez mas, a pesar de que su corazón se lo pedía, se lo rogaba, ella no podía vencer sus miedos
y le dijo al ANGEL que no
El ANGEL le sonrió y salió volando, y una vez en el cielo, junto con su creador el ángel empezó de nuevo a llorar, y
sus lagrimas se convirtieron en lluvia que cayo sobre la tierra, regándola de amor y de esperanzas por encontrar a su
ANGEL.

Su creador le sonrió, y le dijo que tenga paciencia, que algún día se encontrara a su ANGEL…
Explicación: nuestro creador siempre nos escucha, y nosotros tenemos que saber escucharlo a él, nuestro corazón
nunca nos engaña, todos podemos ser ANGELES, y todos podemos toparnos con un ANGEL, pero es necesario estar
listos para ello, para no rechazarle la mano y dejarlo ir, por que una vez que un ANGEL se nos va, es difícil volverlo a
encontrar.

No tengas miedo de tus sentimientos, no temas salir herido, vive, disfruta, AMA, no te detengas por nada, en esta
vida no nos podemos llevar nada a la tumba con nosotros, nada excepto nuestros sentimientos. De nada sirve todo
el dinero del mundo si no se tiene amor, de nada sirve el poder si no se puede amar, de nada sirve ser el mejor si no
se es amado, todo lo que es banal te aleja de tu ANGEL, y tu ANGEL si te acompañara hasta el otro lado, y los
sentimientos de amor te harán grande y poderoso, te harán un ANGEL DE VERDAD.

Con mucho amor hacia todos los ANGELES del mundo

¿POR QUÉ LOS PERROS VIVEN MENOS QUE LAS


PERSONAS?
Aquí la respuesta (por un niño de 6 años)

Siendo un Veterinario, fui llamado para examinar a un perro Irlandés de 13 años de edad llamado Belker.
La familia del perro, Ron, su esposa Lisa y su pequeño Shane, estaban muy apegados a Belker, y estaban esperando
un milagro.

Examine a Belker y descubrí que estaba muriendo. Les dije a su familia que no podíamos hacer ya nada por Belker, y
me ofrecí para llevar cabo el procedimiento de eutanasia en su casa.

Al día siguiente, sentí la familiar sensación en mi garganta cuando Belker fue rodeado por la familia. Shane se veía
tranquilo, acariciaba al perro por última vez, y yo me preguntaba si él comprendía lo que estaba pasando. En unos
cuantos minutos Belker se quedó dormido pacíficamente para ya no despertar.

El pequeño niño pareció aceptar la transición de Belker sin ninguna dificultad. Nos sentamos todos por un momento
preguntándonos el porqué de el lamentable hecho de que la vida de los perros sea mas corta que la de los humanos.
Shane, que había estado escuchando atentamente, dijo: ”yo sé porqué.”

Lo que dijo a continuación me maravilló, nunca he escuchado una explicación mas reconfortante que ésta. Este
momento cambio mi forma de ver la vida.

El dijo,”la gente viene al mundo para poder aprender como vivir una buena vida, como amar a los demás todo el
tiempo y ser buenas personas, verdad?”
”Bueno, como los perros ya saben cómo hacer todo eso, pues no tienen que quedarse por tanto tiempo como
nosotros.”
La moraleja es :

Si un perro fuera tu maestro, aprenderías cosas como:

Cuando tus seres queridos llegan a casa, siempre corre a saludarlos.

Nunca dejes pasar una oportunidad para ir a pasear.

Deja que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea de puro Éxtasis.

Toma siestas.

Estírate antes de levantarte.

Corre, brinca y juega a diario.

Mejora tu atención y deja que la gente te toque.

Evita morder cuando un simple gruñido sería suficiente.

En días cálidos, recuéstate sobre tu espalda en el pasto, patas abiertas.

Cuando haga mucho calor, toma mucha agua y recuéstate bajo la sombra de un árbol.

Cuando estés feliz, baila alrededor, y mueve todo tu cuerpo.

Deléitate en la alegría simple de una larga caminata.

Sé leal.

Nunca pretendas ser algo que no eres.

Si lo que quieres está enterrado…escarba hasta que lo encuentres.

Cuando alguien tenga un mal día, quédate en silencio, siéntate cerca y suavemente hazles sentir que estás ahí…

El Ego
En esta ocasión no os dejaré ninguna historia, sin embargo, si compartiré con todos ustedes una pequeña reflexión
sobre el "Ego" (reflexión de Enrique Barrios en su libro "Ami el niño de las estrellas"):

El ego. Una falsa idea acerca de nosotros mismos, un yo falso. Mientras mayor es el ego, más importantes nos
creemos con respecto a los demás. El ego nos hace sentir autorizados para menos preciar, dañar, dominar y utilizar
a los demás; para disponer de sus vidas inclusive. Como el ego es una barrera al amor, nos impide sentir compasión,
ternura, cariño, afecto... amor. El ego nos insensibiliza ante la vida, es alimentado por falsas ideas, por apreciaciones
erradas acerca de nosotros mismos, de los demás y de la existencia. Fíjate: ego-ísta, se interesa por sí mismo y no
por los demás. Egó-latra, no adora a nadie más que a sí mismo. Egotista, habla sólo de sí mismo. Ego-céntrico,
piensa que el universo gira alrededor de su persona. La evolución humana consiste en la disminución del ego, para
que crezca el amor.
La mariposa y el sabio
Había un viudo que vivía con sus dos hijas curiosas e inteligentes. Las niñas siempre hacían muchas preguntas.
Algunas de ellas, él sabía responderlas, a otras no. Como pretendia ofrecerles la mejor educación, mandó a las niñas
de vacaciones con un sabio que vivía en lo alto de una colina.

El sabio siempre respondía a todas las preguntas sin ni siquiera dudar. Impacientes con el sabio, las niñas decidieron
inventar una pregunta que él no sabria responder. Entonces, una de ellas apareció con una linda mariposa azul que
usaría para engañar al sabio.

- ¿Qué vas a hacer? - preguntó la hermana.

- Voy a esconder la mariposa en mis manos y preguntarle al sabio si está viva o muerta . Si él dijese que está
muerta, abriré mis manos y la dejaré volar. Si dice que está viva, la apretaré y la aplastaré . Y así, cualquiera que sea
su respuesta será una respuesta equivocada.

Las dos niñas fueron entonces al encuentro del sabio, que estaba meditando.

- Tengo aquí una mariposa azul. Dígame, sabio, ¿está viva o muerta?

Muy calmadamente el sabio sonrió y respondió:

- Depende de ti... Ella está en tus manos.

Dijo el maestro: Semejante es nuestra vida, así como nuestro presente y nuestro futuro. No debemos culpar a nadie
cuando algo falle: somos nosotros los responsables por aquello que conquistamos o dejamos de conquistar. Nuestra
vida está en nuestras manos, como la mariposa azul... Nos toca a nosotros que hacer con ella.

Un día, Thomas Edison llegó a casa y le dio a su mamá una nota.

Él le dijo a ella: "Mi maestro me dio esta nota y me dijo que sólo se la diera a mi

madre."

Los ojos de su madre estaban llenos de lágrimas cuando ella leyó en voz alta la

carta que le trajo su hijo.

"Su hijo es un genio, esta escuela es muy pequeña para él y no tenemos buenos

maestros para enseñarlo, por favor enséñele usted".

Muchos años después la madre de Edison falleció, y él fue uno de los más grandes

inventores del siglo.

Un día él estaba mirando algunas cosas viejas de la familia. Repentinamente él vio

un papel doblado en el marco de un dibujo en el escritorio.

Él lo tomó y lo abrió. En el papel estaba escrito "Su hijo está mentalmente enfermo y

no podemos permitirle que venga más a la escuela."

Edison lloro por horas, entonces él escribió en su diario: "Thomas Alva Edison fue un

niño mentalmente enfermo, pero por una madre heroica se convirtió el el genio del

siglo."

Qué impresionante la reacción de la mama, ¿verdad?. En lugar de leer lo que


realmente decía la carta, y habiendo podido hacer sentir menos a su hijo, le dio un

giro completamente y ¡le inyectó seguridad y certeza a su hijo!

Le hizo creer que era un genio y se lo creyó tanto, que creció y murió siéndolo.

Es asombroso el poder que tienen los padres sobre los hijos.

Lo importante no es mejor que otros, si no ser mejor que ayer. Jigoro kano

Esto se llama empatia, dice un proverbio arabe: "No juzgues a nadie hasta
haber recorrido una milla en sus zapatos."
Si quieres cambiar al mundo cabiate tu mismo. Gandhi

El ser humano sufre mas por lo que imagina , que por lo que sucede.

Contra el racismo
En un avión, iniciado el vuelo, una "Señora" oprime insistentemente el timbre para llamar a la azafata:

¿Cuál es el problema, Señora? - Pregunta la azafata - ¿Es que no lo ve? - Responde la dama - Me

colocaron junto a un sucio INDÍGENA. No soporto estar al lado de uno de estos seres

repugnantes, ¿NO TIENE OTRO ASIENTO?. Por favor, cálmese -dice la azafata- Casi todos los

asientos están ocupados. Pero, voy a ver si hay un lugar disponible. La azafata se aleja y vuelve

de nuevo algunos minutos más tarde: Señora, como yo pensaba, ya no hay ningún lugar libre en

la clase económica. Hablé con el Comandante y me confirmó que no hay más sitios disponibles

en la clase económica. No obstante, tenemos aún un lugar en primera clase. Antes de que la

dama pudiera hacer el menor comentario, la azafata sigue: Es del todo inusual permitir a una

persona de la clase económica sentarse en primera clase. Pero, dadas las circunstancias, el

Comandante encuentra que sería escandaloso obligar a alguien a sentarse junto a una persona

tan repugnante. Todos los pasajeros alrededor, observaban la escena, indignados. Entonces, la

azafata, dirigiéndose al indígena, le dice: Si el Señor lo desea, tome su equipaje de mano, ya que

un asiento en primera clase le espera. Y los pasajeros, que sorprendidos, presenciaban la

escena: SE LEVANTARON Y APLAUDIERON!!!

Decidir y ser constantes:


En la pequeña escuelita rural había una vieja estufa de carbón muy
anticuada. Un chiquito tenía asignada la tarea de llegar al colegio temprano
todos los días para encender el fuego y calentar el aula antes de que
llegaran su maestra y sus compañeros.

Una mañana, llegaron y encontraron la escuela envuelta en llamas. Sacaron


al niño inconsciente más muerto que vivo del edificio. Tenía quemaduras
graves en la mitad inferior de su cuerpo y lo llevaron urgente al hospital del
condado.

En su cama, el niño horriblemente quemado y semi inconsciente, oía al


médico que hablaba con su madre. Le decía que seguramente su hijo moriría
que era lo mejor que podía pasar, en realidad -, pues el fuego había
destruido la parte inferior de su cuerpo.

Pero el valiente niño no quería morir. Decidió que sobreviviría.

De alguna manera, para gran sorpresa del médico, sobrevivió.

Una vez superado el peligro de muerte, volvió a oír a su madre y al médico


hablando despacito. Dado que el fuego había dañado en gran manera las
extremidades inferiores de su cuerpo, le decía el médico a la madre, habría
sido mucho mejor que muriera, ya que estaba condenado a ser inválido toda
la vida, sin la posibilidad de usar sus piernas.

Una vez más el valiente niño tomó una decisión. No sería un inválido.

Caminaría. Pero desgraciadamente, de la cintura para abajo, no tenía


capacidad motriz. Sus delgadas piernas colgaban sin vida.
Finalmente, le dieron de alta.

Todos los días, su madre le masajeaba las piernas, pero no había sensación,
ni control, nada.

No obstante, su determinación de caminar era más fuerte que nunca.

Cuando no estaba en la cama, estaba confinado una silla de ruedas.


Una mañana soleada, la madre lo llevó al patio para que tomara aire fresco.

Ese día en lugar de quedarse sentado, se tiró de la silla. Se impulsó sobre el


césped arrastrando las piernas.

Llegó hasta el cerco de postes blancos que rodeaba el jardín de su casa.


Con gran esfuerzo, se subió al cerco. Allí, poste por poste, empezó a avanzar
por el cerco, decidido a caminar.
Empezó a hacer lo mismo todos los días hasta que hizo una pequeña huella
junto al cerco. Nada quería más que darle vida a esas dos piernas.

Por fin, gracias a las oraciones fervientes de su madre y sus masajes


diarios, su persistencia férrea y su resuelta determinación, desarrolló la
capacidad,

primero de pararse, luego caminar tambaleándose y finalmente caminar solo


y después correr.

Empezó a ir caminando al colegio, después corriendo, por el simple placer


de correr. Más adelante, en la universidad, formó parte del equipo de carrera
sobre pista.

Y aun después, en el Madison Square Garden, este joven que no tenía


esperanzas de sobrevivir, que nunca caminaría, que nunca tendría la
posibilidad de correr, este joven determinado, Glenn Cunningham, llegó a ser
el atleta estadounidense que ¡corrió el kilómetro más veloz el mundo!

El Tazón de madera

El viejo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años. Ya las
manos le temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban. La familia
completa comía junta en la mesa, pero las manos temblorosas y la vista
enferma del anciano hacían el alimentarse un asunto difícil. Los guisantes
caían de su cuchara al suelo de y cuando intentaba tomar el vaso,
derramaba la leche sobre el mantel. El hijo y su esposa se cansaron de la
situación.

-Tenemos que hacer algo con el abuelo, dijo el hijo. -Ya he tenido suficiente.
Derrama la leche, hace ruido al comer y tira la comida al suelo.

Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina
del comedor. Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia
disfrutaba la hora de comer. Como el abuelo había roto uno o dos platos, su
comida se la servían en un tazón de madera.

De vez en cuando miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver una
lágrima en sus ojos mientras estaba ahí sentado sólo. Sin embargo, las
únicas palabras que la pareja le dirigía, eran fríos llamados de atención
cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida. El niño de cuatro años
observaba todo en silencio.
Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con
trozos de madera en el suelo. Le preguntó dulcemente: -¿Qué estás
haciendo?

Con la misma dulzura el niño le contestó: -Ah, estoy haciendo un tazón para
ti y otro para mamá para que cuando yo crezca, ustedes coman en ellos.
Sonrió y siguió con su tarea.

Las palabras del pequeño golpearon a sus padres de tal forma que quedaron
sin habla. Las lágrimas rodaban por sus mejillas y, aunque ninguna palabra
se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer.

Esa tarde el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta
a la mesa de la familia. Por el resto de sus días ocupó un lugar en la mesa
con ellos. Y por alguna razón, ni el esposo ni la esposa, parecían molestarse
más cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba
el mantel.

Los niños son altamente perceptivos. Sus ojos observan, sus oídos siempre
escuchan y sus mentes procesan los mensajes que absorben. Si ven que con
paciencia proveemos un hogar feliz para todos los miembros de la familia,
ellos imitarán esa actitud por el resto de sus vidas. Los padres y madres
inteligentes se percatan que cada día colocan los bloques con los que
construyen el futuro de su hijo. Seamos instructores sabios y modelos a
seguir.

He aprendido que puedes decir mucho de una persona por la forma en que
maneja tres cosas: un día lluvioso, equipaje perdido y luces del arbolito
enredadas.

He aprendido que independientemente de la relación que tengas con tus


padres, los vas a extrañar cuando ya no estén contigo.

He aprendido que aún cuando me duela, no debo estar solo.

La gente olvidará lo que dijiste y lo que hiciste, pero nunca cómo los hiciste
sentir.

La ventana del hospital

Dos hombres, seriamente enfermos, ocupaban la misma habitación en el


hospital. A uno de ellos se le permitía estar sentado una hora todas las
tardes para que los pulmones drenaran sus fluidos. Su cama daba a la única
ventana de la habitación.

El otro hombre tenía que estar tumbado todo el tiempo. Los dos se hablaban
mucho. De sus mujeres y familiares, de sus casas, trabajos, el servicio
militar, dónde habían estado de vacaciones.

Y todas las tardes el hombre que se podía sentar frente a la ventana, se


pasaba el tiempo describiendo a su compañero lo qué veía por la ventana.
Éste, solamente vivía para esos momentos donde su mundo se expandía por
toda la actividad y color del mundo exterior.

La ventana daba a un parque con un bonito lago. Patos y cisnes jugaban en


el agua mientras los niños capitaneaban sus barcos teledirigidos. Jóvenes
amantes andaban cogidos de la mano entre flores de cada color del arco
iris. Grandes y ancestros árboles embellecían el paisaje, y una fina línea del
cielo sobre la ciudad se podía ver en la lejanía.

Mientras el hombre de la ventana describía todo esto con exquisito detalle,


el hombre al otro lado de la habitación cerraba sus ojos e imaginaba la
pictórica escena.

Una cálida tarde el hombre de la ventana describió un desfile en la calle.


Aunque el otro hombre no podía oír la banda de música- se la imaginaba
conforme el otro le iba narrando todo con pelos y señales. Los días y las
semanas pasaron.

Una mañana, la enfermera entró para encontrase el cuerpo sin vida del
hombre al lado de la ventana, el cual había muerto tranquilamente mientras
dormía. Se puso muy triste y llamó al doctor para que se llevaran el cuerpo.
Tan pronto como consideró apropiado, el otro hombre preguntó si se podía
trasladar al lado de la ventana. La enfermera aceptó gustosamente, y
después de asegurarse de que el hombre estaba cómodo, le dejó solo.

Lentamente, dolorosamente, se apoyó sobre un codo para echar su primer


vistazo fuera de la ventana. Finalmente tendría la posibilidad de verlo todo
con sus propios ojos.

Se retorció lentamente para mirar fuera de la ventana que estaba al lado de


la cama. Daba a un enorme muro blanco. El hombre preguntó a la enfermera
qué había pretendido el difunto compañero contándole aquel maravilloso
mundo exterior.

Y ella dijo: - Quizás sólo quería animarle.


Siete frases para mejorar la comunicación
con la familia

1.- Te Amo

Ningún ser humano puede sentirse realmente feliz hasta escuchar que
alguien le diga: “te amo”. Atrévete a decirlo a la otra persona, a tu cónyuge,
a tus padres, a tus hermanos, a tus hijos, si es que nunca lo has hecho, haz
la prueba y verás el resultado.

2.- Te Admiro

En la familia, cada miembro tiene alguna cualidad o habilidad que merece


reconocimiento: Todos, en algún momento, sentimos la necesidad de que se
nos reconozca algún logro o meta alcanzada… ¿Cuándo fue la última vez
que le dijiste esto a alguien?

3.- ¡Gracias!

Una necesidad básica del ser humano es la de ser apreciado. No hay mejor
forma de decir a una persona que es importante lo que hace por nosotros,
que expresarle un ¡gracias!, no en forma mecánica, sino con pleno calor
humano.

4.- Perdóname, me equivoqué

Decir esto no es tan fácil, sin embargo, cuando cometas un error que ofenda
o perjudique a otras personas, aprende a decir con madurez: “perdóname,
me equivoqué”.

5.- Ayúdame, te necesito

Cuando no podemos o no queremos admitir o expresar nuestra fragilidad o


necesidad de otros, estamos en un grave problema. No te reprimas. ¡Pide
ayuda! Que también son muy importantes las palabras.

6.- ¡Te escucho…háblame de tí!

¿Cuántas veces le has dicho a algún miembro de tu familia: “A ver, háblame,


qué te pasa?”. Tal vez muchos problemas y mal entendidos se resolverían si
tan sólo escuchásemos lo Que nos tratan de decir.

7.- ¡Eres especial!


Es importante hacerles saber a tus seres queridos cuanto ellos significan
para ti.

Para pensarlo

Hoy tenemos edificios más altos y autopistas más anchas, pero


temperamentos más cortos y puntos de vista más estrechos.

Gastamos más, pero disfrutamos menos.

Tenemos casas más grandes, pero familias más chicas.

Tenemos más compromisos, pero menos tiempo.

Tenemos más conocimientos, pero menos criterio.

Tenemos más medicinas, pero menos salud.

Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero hemos reducido nuestros


valores.

Hablamos mucho, amamos poco y odiamos demasiado.

Hemos llegado a la Luna y regresamos, pero tenemos problemas para cruzar


la calle y conocer a nuestro vecino.

Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior.

Tenemos mayores ingresos, pero menos moral.

Estos son tiempos con más libertad, pero menos alegría.

Con más comida, pero menos nutrición.

Son días que llegan dos sueldos a casa, pero aumentan los divorcios.

Son tiempo de casas más lindas, pero más hogares rotos.

Por todo esto, propongo que de hoy en adelante, no guardes nada “Para una
ocasión especial”, porque cada día que vivas es una ocasión especial.

Busca a Dios, aprende a conocerle, lee más, siéntate en la terraza y admira


la vista sin fijarte en las malas hierbas.

Pasa más tiempo con tu familia y con tus amigos, come tu comida referida,
visita los sitios que ames.

La vida es una sucesión de momentos para disfrutar, no es solo para


sobrevivir.

Usa tus copas de cristal, no guardes tu mejor perfume, úsalo cada vez que
te den ganas de hacerlo.

Las frases “Uno de estos días”, “Algún día”, quítalas de tu vocabulario.


Escribamos aquella carta que pensábamos escribir, “Uno de estos días”.

Digamos hoy a nuestros familiares y amigos, cuanto los queremos.

Por eso, no retardes nada que agregaría risa y alegría a tu vida.

Cada día, hora, y minuto son especiales… y no sabes si pudiera ser el


último…

Si estas tan ocupado y no puedes tomarte unos minutos para mandar este
mensaje a alguien que tu quieras, y dices a ti mismo que lo enviaras “Uno de
estos días” piensa que “Uno de estos días” puede estar muy lejos.

Manejo de la tensión

Un conferencista hablaba sobre el manejo de la tensión. Levantó un vaso


con agua y preguntó al auditorio:

-¿Cuánto creen ustedes que pesa este vaso con agua?


Las respuestas variaron entre 20 y 500 gramos. Entonces el conferencista
comentó:

-No importa el peso absoluto. Depende de cuánto TIEMPO voy a sostenerlo.


Si lo sostengo por un minuto, no pasa nada. Si lo sostengo durante una hora,
tendré DOLOR en mi brazo. Si lo sostengo durante un día completo, tendrán
que llamar una ambulancia. Pero es exactamente el MISMO peso, pero entre
más tiempo paso sosteniéndolo, más pesado se va volviendo.

Y concluyó:

-Si cargamos nuestros PESARES todo el tiempo, luego, más temprano o más
tarde, ya no seremos capaces de continuar, la carga se irá volviendo cada
vez MAS PESADA. Lo que tienes que hacer es DEJAR el vaso en algún lugar y
descansar un poco antes de sostenerlo nuevamente. Tienes que dejar la
carga de lado periódicamente, ¡de la forma que sea!

-Es reconfortante y te vuelve capaz de continuar. Entonces, antes de que


vuelvas esta noche a tu casa, deja afuera el pesar, en un rincón. No lo lleves
a tu casa. Mañana podrás recogerlo otra vez, al salir.

-La vida es corta… ¡Aprovéchala!


Leyenda de una mujer

Cuenta la leyenda que una mujer pobre con un niño en los brazos, pasando
delante de una caverna escuchó una voz misteriosa que allá adentro le
decía: -”Entra y toma todo lo que desees, pero no te olvides de lo principal.
Pero recuerda algo: después que salgas, la puerta se cerrará para siempre.
Por lo tanto, aprovecha la oportunidad, pero no te olvides de lo principal…”

La mujer entró en la caverna y encontró muchas riquezas. Fascinada por el


oro y por las joyas, puso al niño en el piso y empezó a juntar, ansiosamente,
todo lo que podía en su delantal. La voz misteriosa habló nuevamente.
-“Tienes solo ocho minutos…”

Agotados los ocho minutos, la mujer cargada de oro y piedras preciosas,


corrió hacia fuera de la caverna y la puerta se cerró…..Recordó, entonces,
que el niño quedó adentro y la puerta estaba cerrada para siempre. La
riqueza duró poco y la desesperación… ¡para el resto de su vida!.
Lo mismo ocurre, a veces, con nosotros. Tenemos unos 80 años para vivir en
este mundo y una voz siempre nos advierte: “Y No te olvides de lo
principal!”

Y lo principal son los valores espirituales, la oración, la vigilancia, la familia,


los amigos, la vida. Pero la ganancia, la riqueza, los placeres materiales nos
fascinan tanto que lo principal siempre se queda a un lado….

Así agotamos nuestro tiempo aquí, y dejamos a un lado lo esencial ” Los


tesoros del alma!”. Que jamás nos olvidemos que la vida en este mundo,
pasa rápido y que la muerte llega inesperadamente.

Y que cuando la puerta de esta vida se cierra para nosotros, de nada


valdrán las lamentaciones.

Ahora….piensa por un momento que es lo principal en tu vida……

“Que cosa extraña es el hombre: Nacer no pide, Vivir no sabe, Morir no


quiere“

Las siete maravillas

Un grupo de estudiantes de geografía, estudiaban las Siete Maravillas del


Mundo. Al término de la clase, se les pidió hacer una lista de las que ellos
consideraban deberían ser actualmente las Siete Maravillas del Mundo.

A pesar de algunos desacuerdos, la mayoría votó por lo siguiente:

Las Pirámides de Egipto.


El Taj Mahal.
El Gran Cañón.
El Canal de Panamá.
El Empire State.
La Basílica de San Pedro.
La Muralla China.

Mientras se hacía la votación el maestro notó, que una estudiante


permanecía callada y no había entregado aún su lista. Así que le preguntó si
tenía problema para terminar de hacer su elección.

La muchacha tímidamente respondió. -Si, un poco. No podía decidirme pues


son tantas las maravillas.
El maestro dijo: -Bueno, dinos lo que has escrito y tal vez podamos
ayudarte.

La muchacha titubeo, y después leyó, Creo que las Siete Maravillas del
Mundo son:

Poder tocar.
Poder saborear.
Poder ver.
Poder escuchar.

Titubeando un poco continúo:

Poder sentir.
Poder reír.
Y… Poder amar.

Al terminar de leerlas el salón de clase quedó en un silencio absoluto.

Es muy sencillo para nosotros poder ver muchas de las hazañas del hombre
y referirnos a ellas como maravillas, cuando a veces pasan desapercibidas
las maravillas que Dios hizo por nosotros y que son sencillamente
“comunes”.

¡Que hoy te acuerdes de aquellas cosas que son realmente Maravillosas!

¿Existe el Mal?

Un profesor universitario retó a sus alumnos con esta pregunta: - ¿Dios creó
todo lo que existe?

Un estudiante contestó valiente: -Sí, lo hizo. - ¿Dios creó todo? -Sí señor,
respondió el joven.

El profesor contestó: -Si Dios creó todo, entonces Dios hizo al mal, pues el
mal existe, y bajo el precepto de que nuestras obras son un reflejo de
nosotros mismos, entonces Dios es malo.

El estudiante se quedó callado ante tal respuesta y el profesor, feliz, se


jactaba de haber probado una vez más que la fe Cristiana era un mito.

Otro estudiante levantó su mano y dijo: - ¿Puedo hacer una pregunta,


profesor?
-Por supuesto, respondió el profesor.

El joven se puso de pie y preguntó: -¿Profesor, existe el frío?

- ¿Qué pregunta es esa? Por supuesto que existe, ¿acaso usted no ha tenido
frío?

El muchacho respondió: -De hecho, señor, el frío no existe. Según las leyes
de la Física, lo que consideramos frío, en realidad es ausencia de calor. Todo
cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía,
el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga o transmita energía. El cero
absoluto es la ausencia total y absoluta de calor, todos los cuerpos se
vuelven inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Hemos
creado ese término para describir cómo nos sentimos si no tenemos calor.

-Y, ¿existe la oscuridad?” continuó el estudiante.

El profesor respondió: -Por supuesto.

El estudiante contestó: -Nuevamente se equivoca, señor. La oscuridad


tampoco existe. La oscuridad es en realidad ausencia de luz. La luz se
puede estudiar, la oscuridad no; incluso existe el prisma de Nichols para
descomponer la luz blanca en los varios colores en que está compuesta, con
sus diferentes longitudes de onda. La oscuridad no. Un simple rayo de luz
rasga las tinieblas e ilumina la superficie donde termina el haz de luz.
¿Cómo puede saber cuan oscuro está un espacio determinado? Con base en
la cantidad de luz presente en ese espacio, ¿no es así? Oscuridad es un
término que el hombre ha desarrollado para describir lo que sucede cuando
no hay luz presente.

Finalmente, el joven preguntó al profesor: -Señor: ¿existe el mal?

El profesor respondió: -Por supuesto que existe. Como lo mencioné al


principio, vemos violaciones
, crímenes y violencia en todo el mundo, esas cosas son del mal.

A lo que el estudiante respondió: - El mal no existe, señor… o al menos no


existe por si mismo.

-El mal es simplemente la ausencia de Dios… es, al igual que en los casos
anteriores un término que el hombre ha creado para describir esa ausencia
de Dios. Dios…. no creó el mal. No es como la fe o el amor, que existen,
como existe el calor y la luz. El mal es el resultado de que la humanidad no
tenga a Dios presente en sus corazones. Es como resulta el frío cuando no
hay calor, o la oscuridad cuando no hay luz.
Entonces el profesor, después de asentar con la cabeza, se quedó callado.

EL JOVEN SE LLAMABA ALBERT EINSTEIN

S-ar putea să vă placă și