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Universidad Pedagógica Nacional

Licenciatura en Ciencias Sociales


Sociedades Modernas de Europa y América
Juan Manuel Fonseca
Edward Daniel Morales
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La siguiente reseña se realizará de los capítulos Estado Absolutista en Occidente y Clase


y Estado: problemas de periodización del libro El Estado Absolutista de Perry Anderson,
autor de otros libros como Transiciones de la Antigüedad al Feudalismo y Tras las huellas
del materialismo histórico. En este libro El Estado Absolutista.
RESEÑA
Anderson busca realizar un análisis comparado de la naturaleza y desarrollo del Estado
Absolutista en Europa; desde un estudio marxista del Absolutismo, desarrollando dicho
estudio en el esfuerzo por un nivel intermedio entre: el de historiadores marxistas y el de
filósofos marxistas. Además, tiene como finalidad "examinar el absolutismo europeo
simultáneamente <<en general>> y <<en particular>>: es decir, tanto las estructuras puras
del Estado Absoluto, (...) como las variantes <<impuras>> que presentan las específicas y
diversas monarquías de la Europa posmedieval"1. El autor plantea que no hay un monismo
cronológico en el desarrollo del Absolutismo, teniendo en cuenta que no tuvieron igual
composición y evolución y final.
Engels y Marx llegaron a plantear que las monarquías absolutas eran el resultado de un
equilibrio entre la nobleza y la burguesía, situación que posteriormente Marx aclara en El
Capital que “la transformación de la renta en trabajo en la renta en productos no altera en
absoluto, económicamente hablando, la esencia de la renta de la tierra” reflejando con esto
que los mismos señores terratenientes continuaron teniendo los medios de producción,
siendo así la aristocracia feudal la misma clase económica y políticamente dominante
durante la temprana edad moderna. En este sentido, podemos ver cómo el absolutismo
como aparato reorganizado y potenciado de dominación que fue necesario en una época
de fuertes levantamientos de las masas campesinas para que se les controlara y
mantuviera bajo las condiciones tradicionales de subordinación, dándose al tiempo dio lo
que Anderson llama un desplazamiento de la coerción política hacia una cima centralizada
y militarizada, teniendo una específica función política de represión a campesinos y
plebeyos como forma de contrarrevolución que le permitiera su continuidad de progreso
lineal histórico excluyente, útil posteriormente para el capitalismo. Paralelamente, se
protegía a una nobleza que se veía amenazada ante el desarrollo de una economía de
mercado en donde surgía un nuevo actor: la burguesía, principalmente en las ciudades
medievales, las cuales había tenido un desarrollo diferenciado del feudalismo que les
permitió un mayor desarrollo y ocupar un importante papel en avances tecnológicos de
Occidente (proceso seiger, imprenta, cañones de bronce, construcción de galeones).
Con el absolutismo se da un cambio en las formas de explotación que a su vez modificaría
las formas de Estado y jurisdicción siendo de tipo absolutistas. Este proceso además
transformaría al campesino a nuevas formas de dependencia y explotación; mientras que
la burguesía avanzaba en la producción de manufacturas preindustriales.

1
ANDERSON, Perry. El estado absolutista. Ed. Siglo XX, España, p 1.
En medio de este proceso desigual se da el resurgimiento del Derecho Romano el cual no
había dejado de tener fuerte presencia desde la Baja Edad media en Italia, a su vez se da
el Renacimiento, que marcaría la consolidación del Absolutismo en diferentes partes de
Europa; esto permitiría mayor desarrollo de capital libre en el campo y en la ciudad; de allí
reaparecería la idea de propiedad privada absoluta sobre la tierra. Con esto se puede
evidenciar como se va conformando un proceso de transición del feudalismo al capitalismo,
en donde el Absolutismo pudo cumplir funciones parciales de acumulación originaria, sin
negar el distinto desarrollo que haya tenido en diferentes lugares de Europa. En donde
económicamente “respondía a intereses vitales de la burguesía comercial y manufacturera
y políticamente a la reorganización de estados feudales”2.
Como clase dominante durante la consolidación del Absolutismo la nobleza tuvo una fuerte
vocación militar; al entenderse “la tierra como un monopolio natural: solo se puede redividir,
pero no extender indefinidamente”3 esto generó una fuerte disputa en el campo de batalla
por la dominación del territorio, reflejando formas arcaicas del feudalismo en el Estado
Absolutista.
Con el pasar del tiempo se justificó necesitar mayores impuestos más allá de los
tradicionales, por lo cual las monarquías convocaron a los Estados (siglo XIII) con el objeto
de recaudar impuestos. Esto hacia parte de un sistema político que ataba a los nobles con
el Estado, pero en el que juntos lograban mantener una estabilidad para el control de
impuestos, del territorio, asuntos de la Iglesia, entre muchas otras cuestiones.De esta
manera, la burocracia y el sistema de impuestos fueron cada vez más útiles dentro del
sistema político del Absolutismo del siglo XVII, el cual encontrándose en un contexto de
transición al capitalismo nos permite ver reflejadas algunas prácticas políticas y económicas
de la actualidad que, aunque no son aceptadas por aquellos a quienes afecta, tampoco son
adecuadamente rechazas.
Continuando; durante el absolutismo la burocracia como parte de la construcción de un
estado público se dio en medio de la corrupción y privilegios que permitían que aquellos
que dominaban a masas campesinas y plebeyos continuaran consolidando el
establecimiento en el poder desde arriba. La corrupción como forma de acceso a puestos
del Estado fuera por compra de puestos o por herencias generó ganancias en algún
momento, pero también frenó un ascenso mayor del capital mercantil, cumpliendo un papel
no solamente económico sino también en función política.
En cuanto a la aparición de impuestos para financiación de la guerra u otras cuestiones del
Estado sumado a las afectaciones de algunos derechos alcanzados por el campesinado
fueron de las causas importantes para nuevas rebeliones en toda Europa; cargas impuestas
a los campesinos mientras la clase señorial estaba exenta de pagarlos, teniendo terribles
consecuencias en los campesinos quienes se aún más afectados, estando en un verdadero
contexto de muerte, en donde muchos de ellos migraron a las ciudades, en donde los
cambios tampoco fueron los esperados. Agrega el autor que La Fronda de Francia, la
república catalana en España, la revolución napolitana en Italia y la gran rebelión en
Inglaterra tienen algo de rebelión contra la consolidación del Absolutismo4. Ambas,
burocracia y sistema de impuestos apoyaría el mercantilismo donde se buscaría consolidar
un mercado interno unificado, “aunque las nuevas doctrinas económicas <<liberales>> de

2
ANDERSON, Perry. El estado absolutista. Ed. Siglo XX, España, p 21.
3
ANDERSON, Perry. El estado absolutista. Ed. Siglo XX, España, p 26.
4
ANDERSON, Perry. El estado absolutista. Ed. Siglo XX, España, p 48.
los fisiócratas, defensores del comercio libre y de la inversión en la agricultura, hicieron
algunos progresos (…)”5.
Al igual que otras características del Absolutismo que iniciaron en Italia y luego se
expandieron a otros países de Europa, la diplomacia también lo fue, actuando como
mecanismo institucional que marcaría además el nacimiento del Estado renacentista. La
diplomacia reflejaba el control de los monarcas sobre el territorio, llegando a usarse como
elemento pacífico para la resolución de problemas y expansión; siendo además el
matrimonio un factor elemental. Respecto a lo anterior, cabría preguntarse qué papel de
subordinación tal tuvo que pasar la mujer de la alta sociedad, que ubicada dentro de las
mayores comodidades pudo llegar a naturalizar que su cuerpo y su ser actuaran como
valores de cambio, en paralelo con una fatal denigración de la mujer que desplazada del
campo tuvo que recurrir a la venta de su cuerpo, dándole continuidad y fortaleciendo en la
historia a la dominación del hombre sobre la mujer,
En el siglo XVI se empezaron a propagar concepciones de derecho divino o natural, esto
dados desde distintos postulados teóricos, de resaltar sería Bodín, el cual formuló ideas
modernas para imponer leyes sin discusión alguna por parte de súbditos u otro, diría Bodín
en 1578, citado por Anderson: “La ley no es más que el mandato de un soberano en el
ejercicio de su poder”. Sin embargo, pese a todos estos impulsos, como por ejemplo el
vincolismo como forma de protección frente a la apertura del mercado y presión del
capitalismo naciente o desde distintas partes, la monarquía absoluta en Occidente siempre
estuvo doblemente limitada -para llegar si quiera a pensar en que su existencia perdurara
por más tiempo- “por la presencia de políticos tradicionales que estaba debajo de ella y por
la presencia de la carga excesiva de una ley moral situada sobre”6

5
Ibid. P 51.
6
ANDERSON, Perry. El estado absolutista. Ed. Siglo XX, España, p 46.

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