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EL ACTA DE INDEPENDENCIA DE CENTRO AMÉRICA:

UN ACTO FORMAL QUE CONSOLIDO EL PODER DE LOS CRIOLLOS COMO


CLASE DOMINANTE
Oscar Armando Rodríguez Campos 1

Resumen

En el presente artículo, se pretende analizar el texto del acta de independencia de Centro


América firmada el 15 de septiembre de 1821 en Guatemala y luego enviada a las otras provincias de
Centro América para que la asumieran como propia. Se afirma que la independencia de la corona
española, y de manera particular el texto del acta de independencia constituye en realidad un acto
formal, que consolido a los grupos criollos como la clase social dominante en el marco de la naciente
república. No se plantea que los criollos surgieron como clase, sino más bien que éstos se
consolidaron como clase dominante ya no solamente de hecho sino también de derecho. En otras
palabras, se afirma que ésta acción estrictamente política, no contribuyo de ninguna manera a cambiar
las condiciones socioeconómicas de la población de las provincias de Centro América, que para ese
momento histórico particular, estaba compuesta mayoritariamente por indígenas y mestizos.

Palabras claves: independencia, indígenas, criollos, clases sociales, próceres, monarquía, ilustración,
mestizos, ladinos, república.
Abstract
In this article, we intend to analyze the text of the Central America independence act signed on
September 15, 1821 in Guatemala and then sent to the other provinces of Central America to be
assumed as their own. It is affirmed that the independence of the Spanish crown, and in particular the
text of the act of independence, constitutes in reality a formal act, which consolidated the Creole
groups as the dominant social class within the framework of the nascent republic. It is not suggested
that the Creoles emerged as a class, but rather that they consolidated as the ruling class not only in
fact but also in law. In other words, it is affirmed that this strictly political action did not contribute
in any way to changing the socioeconomic conditions of the population of the provinces of Central
America, which for that particular historical moment, was composed mainly of Indians and mestizos.

1Estudiante de la Universidad de El Salvador, Facultad Multidisciplinaria de Occidente. Trabajo de la Cátedra Literatura Colonial I, de la
maestría en estudios de la cultura centroamericana, ciclo I, 2018.

1
Se pretende presentar un análisis de los contenidos textuales del documento oficial

titulado acta de independencia de Centro América, para lo cual nos auxiliamos de la versión

oficial publicada en diversos libros de historia cuyas referencias se presentan al final. El

estudio es estrictamente bibliográfico, y aplicando la hermenéutica, se pretende demostrar

que al ser un documento de carácter político posee entre líneas, los reales propósitos de los

suscribientes.

El acta de independencia fue firmada el 15 de septiembre de 1821, en la Ciudad de

Guatemala, y luego fue enviada a las otras provincias de Centro América para que la

asumieran como propia, a partir que los representantes de éstas ya la habían respaldado y

firmado.

Para algunos historiadores, como en el caso de Jorge Larde y Larin (1953), dicho

texto constituye ¨el documento histórico más importante en los fastos nacionales de la

América Central¨, porque para él, como historiador con óptica oficial, éste documento

establece las bases de un nuevo régimen político, económico y social en un marco de

independencia de la corona española.

La redacción del texto estuvo a cargo del sabio José Cecilio del Valle (1777-1834)

intelectual hondureño de alta influencia en la región, que contrariamente mantenía una

postura política opuesta a la independencia. Del Valle, fue de esta manera, una de las cabezas

más visibles de un grupo de criollos e intelectuales que abogaban por que se mantuviese la

estructura de relación dependiente hacía la Capitanía General de Guatemala.

Esta contradicción entre grupos independentistas y anti-independentistas, quedó

temporalmente resuelta en el acta, al declarar únicamente la independencia de la corona

española y posponer dejando en manos de un congreso futuro la discusión sobre la anexión

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a México que era otro tema en el ambiente político de la época. La independencia absoluta

de Centro América quedó sellada con la proclama de julio de 1823, luego de diversos

conflictos políticos y militares entre Centro América y México para no permitir la anexión a

éste último.

Pero el proceso o las condiciones políticas propicias para la independencia no

surgieron de manera aislada en Centro América. Los vientos independentistas fueron

estimulados por diversos factores tanto internos como externos y no de manera automática

en el tiempo. En el contexto internacional, por ejemplo, se desarrollaron factores que de

manera directa o indirecta estimularon para que el proceso madurará y se configuraran las

posiciones políticas de ese momento histórico.

En este sentido, podemos mencionar tres factores importantes que si bien es cierto no

son los únicos, son los más destacables. El primero, es la influencia que ejerce en los criollos

independentistas las ideas de la ilustración y en ese marco las ideas promovidas por la

revolución francesa. En segundo lugar, la independencia de EEUU en 1776, fue otro factor

influyente para los promotores de la independencia de Centro América. El tercer factor no

menos importante también, fue la profunda crisis interna que tenía la monarquía española a

raíz que desde principios del siglo XIX, se enfrentaba a un conflicto político militar con su

vecina Francia que al mando de Napoleón Bonaparte controlaba territorio español

desplazando gradualmente el poderío de la monarquía. (Marroquin, 2000).

De igual manera, quizá el factor de motivación interna más fuerte para que los criollos

asumieran como suyo el proceso, era el descontento acumulado por los hacendados, criollos

también, que se dedicaban principalmente al cultivo del añil. Este descontento tenía a la base

el hecho que lejos de prosperar con sus haciendas, los criollos hacendados veían que sus

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esfuerzos por comerciar de mejor manera sus productos, particularmente el añil, terminaban

beneficiando únicamente a la corona en los mercados españoles, como resultado de las

relaciones de dependencia existentes durante los siglos anteriores. (Marroquin, 2000).

El acta de independencia de 1821, consta de una introducción y dieciocho acuerdos o

considerandos en los cuales se establece las bases generales de la nueva institucionalidad de

los nacientes estados centroamericanos. En su cuerpo, el texto del acta se estructura en dos

grandes apartados. El primero, se refiere al rompimiento irrevocable de la dependencia hacía

la corona española y el segundo a una serie de medidas administrativas de la organización y

la funcionalidad del estado, a partir de la convocatoria a un congreso en el que participarían

delegados de las provincias de Centro América.

Uno de los aspectos que más sobresale en el texto del acta, es la orden que en la misma

se le consigna al jefe político don Gabino Gaínza, para que ¨la mande a publicar, para

prevenir las consecuencias que serían temibles en el caso de que la proclamase el mismo

pueblo¨ (Larin, 1953). Es claro entonces, la distancia que había entre el pueblo y los criollos

en cuanto a los intereses en juego en el tema de la independencia.

Para el pueblo, integrado principalmente por indígenas y mestizos, en el caso de El

Salvador, era la oportunidad ya iniciada y en proceso de acumulación desde los sucesos de

1811 por sacudirse un sistema colonial que lo único que les proporcionaba era marginación

y pobreza. Para los criollos, por su parte, era la oportunidad de sacudirse la dependencia que

la región tenía hacía la monarquía española y que se traducía en burocráticos compromisos

tributarios y comerciales cuyos beneficios, eran mayoritariamente para la corona y sus

emisarios en la región. (Marroquin, 2000).

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Por esta razón, los criollos tenían “temor” que la independencia fuese proclamada

por el mismo pueblo, y queda plasmado explícitamente en la misma acta. Ya habían

experiencias de procesos independentistas en otros lugares, en los cuales los lideres

principales representaban de manera real los intereses de la población insurrecta como en el

caso de Haití en 1804, donde se produjo una insurrección de los esclavos negros que

prácticamente derroto a españoles y franceses colonialistas.2 En Haití, el proceso quiso ser

manipulado por los grupos criollos pero se impuso el liderazgo de un militar negro de nombre

Toussaint Lou-verture, quien había surgido de las entrañas mismas de la población esclava.

(Franco, 1966).

De manera que los criollos mantuvieron el control desde el inicio hasta el final del

proceso, asumiendo los liderazgos controlados, a pesar de la movilización y presión social

que el pueblo ejercía desde las plazas públicas por lograr el desprendimiento de España.

La historia oficial solamente registra, por ejemplo, próceres independentistas cuyo

perfil de origen es criollo, blancos y católicos, además de la condición de grandes

hacendados, que impulsaron la independencia como una forma de salvaguardar sus intereses

y pretensiones por obtener mayores beneficios en el mercado de los productos agrícolas que

cultivaban en sus haciendas. En realidad, en el fondo, era un conflicto de intereses políticos

y económicos entre los criollos y la corona, conflicto en el cual la población en general no

tenía mayor incidencia.

2 La independencia de Haití fue un hito en la historia de América. Fue ésta la segunda nación libre del continente, y se
convirtió en un símbolo al considerarse su revolución como la primera y única de esclavos negros. Este hecho, sin duda,
estremeció ese mundo moderno que se estaba forjando. Al igual que los europeos, la elite criolla de las colonias
latinoamericanas estuvo al tanto de las nuevas noticias que ocurrían en el Caribe. La insurrección se gestó entre 1790 y
1804, y estuvo marcada por revueltas de las cuales solo una logró su cometido en 1804. Pero vale la pena resaltar, desde los
rincones de la historia latinoamericana, la solidaridad de Haití con las nacientes repúblicas independientes de América.

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Otro de los contenidos importantes de mencionar sobre el acta de independencia, es

que también en su texto hace un llamado urgente para que las provincias elijan diputados a

fin de organizar el congreso que tendría entre sus principales puntos de agenda decidir sobre

la independencia y por supuesto, sobre la forma de gobierno y de las leyes principales para

el funcionamiento de las provincias. Para las elecciones de diputados, las provincias debieron

formular un padrón de votantes a partir de un censo poblacional en el cual se incorpora por

primera vez a la población de origen africano, otorgándoles legalmente su condición de

ciudadanos.

También, el acta hace referencia al funcionamiento administrativo de las provincias,

advirtiéndoles que mientras el congreso resultara electo, el aparato administrativo deberá

seguir funcionando de la misma manera como había venido funcionando hasta ese momento.

Es decir, las estructuras burocráticas existentes no cambiarían y seguirían ejecutando las

mismas leyes y decretos del sistema colonial. Como corolario de esta advertencia, se informó

que el jefe político militar Brigadier Gavino Gainza continuaría al frente del gobierno

general, pero a partir de ese momento estaría respaldado por una junta provisional consultiva

en la que todos sus miembros eran criollos y hacendados. (Luna, 1986).

Es importante destacar también la importancia de la iglesia católica en el acta de

independencia. En este punto hay tres elementos que es importante mencionar. Por un lado,

se manifiesta que la religión católica deberá conservarse debido a que es la única que se había

practicado y acompañado durante los siglos anteriores; es decir, no se permitirá la libertad de

culto.

En otro sentido, se afirma que se deberá garantizar mantener intactas las propiedades

y se salvaguardar a los ministros religiosos, mientras que éstos deberán trabajar en generar

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¨sosiego¨ en la población, debido a que cuando estas crisis y cambios políticos ocurren, la

población tiende al descontento y al desorden pues brotan las ¨pasiones individuales que

dividen los ánimos y producen funestas consecuencias.¨ (Larin, 1953).

Conviene subrayar además, que la participación de la iglesia católica en el proceso

independentista fue clave, partiendo que la mayor parte de los próceres o impulsores del

mismo eran sacerdotes del alto clero; es decir, criollos, hacendados y sacerdotes. Son ellos

entonces, los que tejen desde la elite dominante, el diseño de lo que serán las bases de la

república, en la cual los criollos se consolidan como clase dominante sin el vínculo

dependiente hacía la corona.

La historia registra el enorme poder acumulado por la iglesia católica durante el

desarrollo de la sociedad colonial. El clero siempre se mantuvo junto al poder, haciendo su

labor de transmitir ¨calma y sosiego¨ a la población de indios y mestizos, en un claro proceso

de conquista espiritual.

Por el contrario, el acta no registra en su contenido ningún tipo de medida orientada

a cambiar la situación socioeconómica de la población indígena ni mestiza. Todos los

contenidos son solamente medidas de tipo político jurídico para beneficio de los criollos

como elite política del país.

En consecuencia, la independencia de España no produjo cambios o beneficios para

la población indígena, pues la situación de miseria y marginación para éstos continuó y las

estructuras de poder solamente pasaron de manos de los representantes de la monarquía a

manos de los criollos.

En suma, se podría afirmar que con el acta de independencia del 15 de Septiembre de

1821, los criollos pasan a ser desde el punto de vista político, social, económico y jurídico la

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clase dominante ya no sólo de hecho, sino de derecho; se consolidan como la clase dominante

que construyo su poder durante los siglos anteriores. Ya no necesitan de la corona española

para construir su patria, la patria del criollo. En consecuencia, establecen las bases de la

historia oficial en la cual los héroes de esta gran hazaña independentista serán ellos mismos,

sus propios líderes, y no el pueblo indígena y mestizo que desde las plazas presionó para

acelerar esta gesta histórica.

Queda claro de esta manera, que el concepto de pueblo que aparece en este documento

oficial, tiene una connotación abstracta, sin líderes, sin organización, sin lucha, solamente

liderados, sino es que manipulados, por los próceres independentistas criollos que la historia

oficial nos presenta como héroes hoy en día.

Referencias:

Larin, J. L. (1953). El Acta de Independencia de Centro América . San Salvador: Impresos de El


Salvador .
Marroquin, A. D. (2000). Apreciación sociologica de la independencia salvadoreña. El Salvador :
Dirección de publicaciones e impresos CONCULTURA.
Franco, J. L. (1966). Historia de la revolución de Haití. La Habana: Academia de Ciencias .
Luna, D. A. (1986). Manual de historia económica de El Salvador. San Salvador : Editorial
Universitaria de El Salvador.

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