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Derecho Sucesorio:
Incapacidades del artículo 1005 n°3 y n° 4, y los vicios de la
voluntad como causales de nulidad del testamento ante la
jurisprudencia
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INTRODUCCIÓN
La facultad para testar es, entonces, la que se refiere a la capacidad que posee una persona para
disponer de sus bienes y realizar declaraciones de acuerdo con su última voluntad, y con arreglo a la
ley. Este derecho se ve alterado debido a distintas circunstancias, y procede un análisis de cada una
de ellas; en particular se verán a continuación los números 3 y 4 del artículo 1005 del Código Civil,
así como el artículo 1007.
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LA FACULTAD DE TESTAR
Uno de los requisitos legales considerados internos al testamento es la capacidad para testar,
además de la voluntad exenta de vicios.
El artículo 1005 del Código Civil declara que: “No son hábiles para testar: 1. Derogado; 2. El
impúber; 3. El que se hallare en interdicción por causa de demencia; 4. El que actualmente no se
encuentre en su sano juicio por ebriedad u otra causa; 5. Todo el que de palabra o por escrito no
pudiere darse a entender claramente.
De este artículo se desprende que la regla general es la plena capacidad para testar, y que estas
incapacidades son de goce.
Señaladamente, el número 3 del artículo determina como una causal de incapacidad para testar la
interdicción por demencia. Al respecto, el 1° Juzgado Civil de Rancagua1 explica en una sentencia de
2014, causa en la que se alegaba la nulidad del testamento por interdicción por demencia, en su
considerandos trigésimo segundo, y trigésimo cuarto: “Que a este respecto y considerando la basta
(sic) prueba documental rendida en autos, especialmente los documentos acompañados no objetados,
[…] todos los que nos permiten concluir de manera categórica que al momento de otorgarse el
testamento solemne cerrado el testador don Miguel Ángel Elizondo se encontraba en un proceso de
deterioro mental con síntomas de demencia leve, la que importa desde el punto de vista jurídico que
se encontraba privado de su capacidad normal y plena de razonamiento para comprender las
consecuencias de su actos […] “Que asimismo la prueba testimonial rendida por la parte demandante
y a el resto de la declaraciones de los testigos deponentes por el demando no fue analizada por no
poder desvirtuar informes de especialistas en la materia, estimándose que las solas apreciaciones de
los testigos no pueden constituir prueba sobre el estado o salud mental de una persona.”
Cabe destacar que de la lectura del fallo, es clara la voz del tribunal al señalar que la demencia alegada
por la demandante no puede ser probada por testigos, ya que el artículo 1005 n°3 declara
expresamente que la causal de incapacidad es de interdicción por demencia, y que aun si así no fuera,
sería constatada esta condición mental por expertos, y nunca por testigos.
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OLIVARES CON OLIVARES (2014).
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De este fallo se hace eco el expedido por la Corte de Apelaciones de Concepción en 20142, de una
sentencia en alzada cuyo objeto fuera la acción de nulidad de testamento, en los siguientes términos:
Considerando quinto: “Que no queda duda que la capacidad se refiere al momento de otorgarse el
testamento. Así lo dispone el artículo 1006 del Código Civil. Luego, si la persona al momento de
testar era hábil para hacerlo, pero después pasa a ser incapaz, no se invalida el testamento por este
motivo.
Considerando sexto: “Que, la parte demandante no logró acreditar que la testadora era incapaz para
testar al momento de hacerlo, esto es, al día 28 de enero de 2010. Lo único acreditado es que la Sra.
Carmen Flor Aedo Lagos el 9 de marzo de 2010 ingresó al Hospital Clínico Universidad de Chile por
un cuadro de insomnio. Un mes antes, refiere, inicia desequilibrio postural e inestabilidad en la
marcha, con déficit de la memoria de corto plazo, etc […] La Sra. Aedo Lagos falleció el 9 de
diciembre de 2010. En el Certificado de Defunción agregado a fs.1, se consigna como causas de su
muerte: “Muerte súbita. Enfermedad Creutz Feldt Jacob. Desnutrición severa”.
Considerando séptimo: “Que, siendo la exigencia de que el testador se encuentre en pleno uso de su
razón el día en que expresa su voluntad en el testamento, carece de transcendencia para resolver la
controversia el que la testadora haya fallecido de la enfermedad de Creutz-Feldt Jacob, la que, por lo
demás, le fue diagnosticada con posterioridad al otorgamiento del testamento y no hay prueba de que
ya padeciera de dicha enfermedad en enero de 2010.”
Del fallo se desprende que fue acreditado en autos el diagnóstico de la causante, poco tiempo después
de haber conferido su testamento, mas la Corte fue enfática en su resolución de que la causal debe
haberse presentado al momento de testar y no haber sobrevenido después; y que esta situación debe
ser debidamente probada durante el proceso.
Siendo el testamento un acto jurídico, en éste deben concurrir los requisitos de los actos
jurídicos, como son el consentimiento libre, el objeto lícito, la causa lícita y las solemnidades legales.
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AEDO (2014).
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Considerando que el testamento es un acto jurídico de los considerados unilaterales, ya que requiere
de la sola voluntad del manifestante, se habla de la voluntad de testar. Ésta debe ser exenta de vicios,
cuales son, fuerza, error, dolo o lesión.
El Código Civil se refiere únicamente a la fuerza como vicio de la voluntad de testar; y así lo estipula
el artículo 1007 del mismo cuerpo legal: “El testamento en que de cualquier modo haya intervenido
la fuerza, es nulo en todas sus partes”.
“9º.- Que la sentencia cuestionada, que confirmó el fallo de primer grado rechazando las demandas
de autos en todas sus partes […] Que analizando los antecedentes presentados en autos respecto de la
supuesta falta de voluntad del testador, estiman que la prueba aportada por los actores “no es
suficiente para demostrar la existencia de un ardid, una serie de maquinaciones y truculencias, casi
orquestadas por una asociación de personas concertadas al efecto de defraudar a don Carlos Spiess
Trinkl, torciendo su libre y espontánea voluntad al momento de otorgar el testamento cuestionado”.”
Se concluye de la lectura de esta sentencia que la prueba de la fuerza como vicio de la voluntad del
testador, y por tanto como causal de nulidad del testamento, es difícil de probar; más allá de la
situación fáctica que lo hace de por sí dificultoso, ya que la coerción debió haber sido ejercida sobre
persona fallecida, porque de haberse llevado a cabo no quedarán pruebas de ello.
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SPIESS CON SPIESS (2014).
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CONCLUSIÓN
El testamento es un acto jurídico que produce sus efectos una vez fallecido el causante, y esta
consideración hace del todo inexacta la determinación a posteriori que se pueda hacer de su voluntad.
Por tal motivo, el legislador ha resguardado la manifestación de la voluntad del testador con las
incapacidades y la nulidad por voluntad viciada del testador, como una protección de la última
voluntad del causante.
En este punto, la jurisprudencia nacional analizada se ha decantado por una interpretación restrictiva
de las causales de nulidad del testamento, priorizando la voluntad manifestada por sobre las
alegaciones posteriores que se hagan respecto a la validez del testamento; con miras al resguardo de
las declaraciones del testador.
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BIBLIOGRAFÍA