Sunteți pe pagina 1din 4

Valor del refuerzo

Valor del refuerzo: grado de la preferencia que se tiene por una recompensa
(refuerzo) sobre otra.
Locus significa lugar, por ello, a través de esta expresión, indicamos el lugar en el
que el sujeto se vincula con la obtención del reforzador. Este lugar puede estar
situado en el interior de la persona y hablamos de locus de control interno, o
vincularse a elementos externos a la persona y hablamos de locus de control
externo.

Rotter propuso el concepto de locus de control, que es una forma de expectativa


generalizada,como ya han visto en el apartado para explicar las diferencias de
personalidad en las creencias de las personas acerca de la fuente de
reforzamiento. Las personas que se han caracterizado como personalidades con
locus de control interno creen que el reforzamiento que reciben está controlado
por sus conductas y actitudes. Las que tienen un locus de control externo piensan
que otras personas, el destino o la suerte controlan las recompensas que
reciben;en otras palabras, están convencidas de que no tienen poder sobre las
fuerzas externas.

Diferentes actividades proporcionan distintos grados de satisfacción y de


reforzamiento. Esas preferencias se derivan de asociar los reforzadores pasados
con los actuales, de los cuales desarrollamos expectativas para el reforzamiento
futuro. Así, Rotter relaciona los conceptos de expectativa y valor del reforzamiento:
cualquiera puede servir como señal del otro.

Pero, para que haya una conducta, ¿siempre debe haber un reforzamiento?
La expectativa de ganar en esa situación es mayor, aunque el valor reforzante del
premio sea menor. De esta manera, nuestra expectativa de éxito se determina en
parte por el valor reforzante de la recompensa que puede será adquirida.

LOCUS DE CONTROL INTERNO LOCUS DE CONTROL EXTERNO


El reforzamiento está controlado por Piensan que el destino o la suerte
sus conductas y actitudes. controlan las recompensas que reciben.
Son menos susceptibles a los intentos No tienen poder sobre las fuerzas
de influencia. externas.
Creen que sus conductas y habilidades
Dan mayor valor a sus destrezas. no pueden cambiar los refuerzos que
reciben.
Menor ansiedad y mayor autoestima. Mayor ansiedad y menor autoestima.
Son menos responsables. Piensan que
Son más responsables. Hacen
sus esfuerzos no van a cambiar la
esfuerzos por cambiar su situación.
situación.
Tienen mayor salud mental y física. Tienen menor salud mental y física.

Edad y diferencias de género en el locus de control


En términos de calificaciones globales en la Escala I-E, no se encontraron
diferencias significativas entre hombres y mujeres. Sin embargo, ambos sexos
responden de manera diferente a ciertos ítems de la prueba. En un estudio, los
varones mostraron mayor locus de control interno que las mujeres en cuestiones
relacionadas con el aprovechamiento académico. El locus de control externo
parece aumentar en las mujeres después del divorcio, seguido de un retorno al
locus de control interno. Las mujeres que han sufrido abuso físico tienden
amostrar un locus de control externo.

Aprendizaje y locus de control

La evidencia sugiere que el locus de control se aprende en la infancia y se


relaciona de forma directa con la conducta de los padres. Es probable que las
creencias de control externo sean expresadas por niños criados en un hogar sin
un modelo masculino adulto. Además, las creencias de control externo tienden a
aumentar con el número de hermanos. Este investigador concluyó que los niños
de familias amplias encabezadas por una madre soltera son más proclives a
desarrollar un locus de control externo. Se encontró que los padres de niños que
poseen un locus de control interno les ofrecen mucho apoyo, elogio (reforzamiento
positivo) por los logros y son consistentes en su disciplina.

Julian Rotter sugiere que nuestro comportamiento es controlado mediante


recompensa y castigos, las consecuencias que tienen nuestras acciones
determinan nuestras creencias sobre las causas subyacentes de dichas
acciones. Nuestras creencias sobre las causas de nuestras acciones entonces
influyen en nuestros comportamientos y actitudes.

Si eres una persona que suele tener locus de control interno debes saber que
estás dentro del grupo de personas que generalmente tienen un mejor desempeño
en su trabajo, mayor éxito y mayor satisfacción.

Buscan más información antes de tomar una decisión sobre su trabajo y están
más motivados por el logro.

Si, por el contrario, te encuentras dentro de las personas que tienden al locus de
control externo probablemente te encuentres más inclinado a pensar que los
factores externos te controlan y, debido a esto, se adoptan con mayor frecuencia
actitudes propias del conformismo como son la apatía, el desinterés y la sumisión.

Posteriormente a la primera definición de locus de control introducida por Rotter en


su Teoría de aprendizaje social, Delroy L. Paulhus tratará el locus de control como
un rasgo unidimensional de la personalidad, teniéndolo en cuenta en 3 áreas de la
vida: el mundo socio-político, los logros personales y las relaciones
interpersonales.

Además, algunas investigaciones han encontrado que las personas con un Locus
de Control Interno se desempeñan mejor académicamente, son más
independientes, más saludables y se sienten menos deprimidos que las personas
con un Locus de Control Externo (Lachman y Weaver, 1998; Presson y Benassi
1996).

Otros estudios han encontrado también que son mejores en demorar la


gratificación y enfrentar el estrés producido por algunas situaciones, incluidas las
problemáticas conyugales ( Miller, Lefcourt, Holmes & Ware, 1986).

Desventajas del locus de control interno

Pero no todo son ventajas cuando tendemos a generalizar y extremar la utilización


del locus de control interno a todas las circunstancias que nos suceden (como el
dicho de “todos los extremos son malos”). A continuación voy a detallar algunos
casos en los que hacer uso de un locus de control interno podría resultarnos
perjudicial:

– Nos causaría perfeccionismo extremo

Las personas con un locus de control interno están convencidas de que son los
dueños de su destino. El estar convencido de que eres el único responsable por el
resultado de cualquier situación conduce a un fuerte deseo de hacer cualquier
cosa y todo lo que sea necesario para asegurarse de que sea positiva.

Esto hace que las personas con un locus de control interno se esfuercen mucho
para que no haya espacio para el error y en situaciones en las que no tenemos el
poder de lo que nos ocurre, nos puede causar frustración. Cuando hay otros
involucrados en la realización de una tarea, estas personas los conducen
demasiado hacia la perfección. Esto hace que los demás los puedan percibir como
poco razonables.

– Causarnos ansiedad excesiva

Cuando tienes un locus de control interno crees que tus esfuerzos determinan tus
experiencias de vida. Según David A. Gershaw, Ph.D, profesor de psicología,
cuando estas personas se enfrentan al fracaso, experimentan una gran cantidad
de culpa.

Se atribuyen la existencia de que algo hicieron mal, incluso se niegan a considerar


que pueda haber habido algún factor externo que haya influido. La próxima vez
que se encuentren con una situación similar, estas personas se ponen ansiosas
por fallar de nuevo y harán todo lo posible para asegurarse de tener éxito.

– Baja autoestima

Aunque el esfuerzo y la capacidad son importantes, a menudo hay factores más


allá del control del individuo que determinan el éxito. Por ejemplo, si tu jefe critica
la forma en que realizaste con rapidez un trabajo, es posible que el tiempo que te
han asignado se redujo al último minuto, haciendo que la prisa fuera necesaria.

Si tienes un fuerte locus de control interno, te negarás a aceptar que se trataba de


un factor fuera de tu control, y en su lugar, te reprenderás a ti mismo por no estar
preparado con una versión más corta del trabajo.

Cuando estas situaciones se repiten constantemente, disminuyen tu autoestima y


si se dan repetidamente en el tiempo estas ideas irracionales, nos pueden
conducir a un estado depresivo.

– Vulnerabilidad emocional

Según la terapeuta familiar y matrimonial Dra. Jennifer B. Lagrotte, no es


saludable para nosotros sentirse excesivamente responsable de la felicidad de los
demás. Las personas con un locus de control interno lo hacen y se culpan a sí
mismos cuando las cosas no salen bien. Cuando hay una discusión, normalmente
ellos se atribuyen las culpas de que esto haya sucedido.

Si sus hijos sufren las consecuencias al cometer un error, estas personas creen
que podrían haber hecho algo para evitarlo. No nos podemos atribuir
continuamente lo que les sucede a los de nuestro alrededor ya que no tenemos el
control de todo lo que nos rodea, y además, no debemos, porque nosotros no
somos responsables de todo lo que acontece.

S-ar putea să vă placă și