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Evaluación de la calidad
microbiológica de conservas de frutas
y vegetales 2015-2017
Tesis en opción al Título en Licenciatura en Ciencias
Alimentarias
Evaluación de la calidad
microbiológica de conservas de frutas
y vegetales 2015-2017
Tesis en opción al Título en Licenciatura en Ciencias
Alimentarias
Tutor(es):
Lic. Virginia Leyva Castillo MSc.
Dra. Yamila Puig Peña MSc.
La Habana, 2018
Opinión de Tutor
El estudiante Fernando Ernesto García Bayón ha desarrollado su trabajo de tesis con
responsabilidad. Desde el principio mostró un gran interés en comenzar su tesis, en realizar
el protocolo, asistió con frecuencia al laboratorio y realizó las revisiones bibliográficas
relacionadas con el tema. Participó además de la revisión documental y análisis de
resultados de las pruebas de esterilidad comercial en el trabajo práctico, junto con los
técnicos en el laboratorio en la determinación de los parámetros microbiológico en el
estudio de las conservas
Se considera el trabajo realizado de importancia dado el incremento de la producción de
conservas en el país, esto asociado a la creación de nuevas min-industrias por lo que se
requiere de un análisis más exhaustivo de los parámetros de calidad en los productos,
principalmente la calidad microbiológica que puede incidir en la inocuidad de los
enlatados.
El principal aporte del trabajo de tesis ha sido determinar los principales parámetros
microbiológicos que inciden en la no aceptabilidad del producto, analizar la calidad de la
materia prima por los resultados de la microscopia, datos de interés a tener en cuenta en la
proyecciones futuras en cuanto a la evaluación de calidad y actualización de normativas
relacionadas con la evaluación de conservas.
La tesis cumple los requerimientos exigidos para su presentación, puede ser divulgada y los
resultados deben ser del conocimiento de las autoridades sanitarias, con vistas a garantizar
la gestión de los posibles riesgos en los productos enlatados.
Por todo lo anterior solicitamos al Tribunal designado por el Decano del Instituto de
Farmacia y Alimentos de la Universidad de La Habana la aprobación de la tesis para optar
por el título de Licenciado en Ciencias Alimentarias.
Esta opinión ha sido elaborada el 14 de junio del 2018 por:
• Lic. Virginia Leyva Castillo MSc.
• Dra. Yamila Puig Peña MSc.
Datos bibliográficos y licencia
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/legalcode
No olvides el día que nos conocimos de pequeños, pues aún sigo contigo.
Tu Coraje
Dedicatoria
Dedicatoria y agradecimientos
A mi padre ,mi madre, mis hermanas.
Sin embargo durante el período especial en las décadas del 90 y 2000, la producción fruti-
hortícola para el mercado local o la exportación fue limitada a causa de la falta de
maquinaria y de infraestructura. Hasta un 23 por ciento de las frutas y las hortalizas se
perdieron debido a deterioros microbiológicos y fisiológicos, desastres naturales, pérdida de
agua, daño mecánico durante la cosecha o a las inadecuadas condiciones de traslado,
reforzadas por el hostil bloqueo económico, financiero y comercial de EE UU.
Particularmente la desaparición del campo socialista, principal proveedor de productos en
conserva, materias primas y equipamiento tecnológico desde 1960 hasta esa fecha, provocó
pérdidas que ascendieron a más del 70 por ciento de la producción agroindustrial (Banco
Central de Cuba, s.f.).
Entre los alimentos de mayor producción y consumo en el mundo contemporáneo están las
conservas comercialmente estériles, por sus características y proceso tecnológico que
garantiza una alta durabilidad, con vida útil a temperatura ambiente generalmente de uno a
tres años. Estos productos permiten degustar la diversidad de alimentos procedentes del
mundo en cualquier sitio y época. También se utiliza para la reserva ante los desastres
naturales o en tiempo de guerra, y en los casos de las personas que salen de vacaciones a
campismo, excursiones, acampadas entre otros (Vilca Curo, 2015).
Como problema general es importante considerar que los alimentos son productos
perecederos, lo que conlleva al deterioro microbiológico a temperatura ambiente y limita su
vida útil cuando no se toman las medidas necesarias para su conservación y durabilidad,
también pueden contener microorganismos patógenos o sustancias tóxicas, dañinas para el
hombre. Por tales razones el hombre se ha dado a la tarea desde hace muchos años de
buscar alternativas para la conservación de los mismos sin alterar sus características
nutricionales ni organolépticas y así garantizar su inocuidad.
Las razones antes planteadas condicionan las bases de control de calidad e inocuidad de los
alimentos enlatados. Se estudia la cinética de la destrucción microbiana y se investiga la
relación entre los efectos letales de los tratamientos térmicos a distintas temperaturas.
Gracias a estas pesquisas es posible calcular con una aproximación razonable el efecto letal
de los tratamientos térmicos, y pueden lograrse alimentos seguros, estables y nutritivos, ya
que se conoce que la utilización de temperaturas muy elevadas por largo tiempo, durante el
proceso de elaboración de enlatados pudiera conllevar a la obtención de alimentos seguros
y estables, pero pueden presentarse pérdidas de los componentes nutricionales
termoestables como vitaminas, aminoácidos esenciales entre otros.
OBJETIVO GENERAL:
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
Capítulo 1
1- Revisión Bibliográfica
1.1- Conservas Definición.
Al abordar la definición de “conserva” se debe distinguir con claridad entre los conceptos
de “conserva” y “alimento conservado”. Alimento conservado es el que, después de haber
sido sometido a tratamientos apropiados, se mantiene en las debidas condiciones higiénico-
sanitarias para el consumo durante un tiempo variable. Existen diferentes métodos
autorizados para la conservación de alimentos: conservación por el frio, en calor, por
radiaciones; desecación, deshidratación y liofilización; salazón, ahumado, encurtido,
escabechado; conservación por otros procedimientos. (Prieto Gutiérrez y Carballo García,
1996 p.9)
Se entiende por conserva a los alimentos envasados en recipientes herméticos, que han
sufrido un tratamiento térmico de intensidad suficiente que asegure la destrucción de
gérmenes patógenos y/o sus toxinas, así como una vida útil de entre 6 meses y varios años,
dependiendo del tipo de alimento y de la intensidad del tratamiento térmico aplicado, sin
tener que utilizar condiciones especiales para su almacenamiento. (Bernardo Álvarez, 1996,
p.19)
Todas las técnicas, que desde siglos anteriores venían evolucionando, se complementan a
principios del siglo XIX, con el descubrimiento hecho en Francia por Nicolás Appert
(1749-1841), que creó las bases de la conservación de los alimentos por el calor a finales
del siglo XVIII. Según se describe en aquel entonces las tropas napoleónicas, que ocupaban
prácticamente la totalidad de Europa, Norte de África y Oriente, tenían serias dificultades
de abastecimiento; el hambre y el frío producían en ellas más bajas que las balas enemigas.
Las mejores carnes sacrificadas en Francia llegaban a los frentes bélicos, putrefactos e
incomibles. Ante esta situación, Napoleón decidió recompensar con un premio de 12.000
francos a quien le propusiese un método de conservación válido que permitiera prolongar la
vida útil de los alimentos durante el tiempo necesario para realizar su transporte y
distribución. Tras un riguroso proceso de evaluación llevado a cabo por una comisión
presidida por el eminente físico Gay-Lussac, el premio le fue concedido a Nicolás Appert,
su procedimiento consistía en colocar los alimentos en botellas de vidrio cerradas con
tapones de corcho sujetos con alambre, y sellados con cera o lacre, las que eran sometidas a
un calentamiento en agua hirviendo durante largo tiempo. Este avance permitió mejorar el
abastecimiento de las tropas napoleónicas y abrió un nuevo camino para las conservas.
Appert no supo explicar por qué su método alargaba la duración de los alimentos. Los
científicos de la época concluyeron que el éxito era debido a un efecto misterioso y mágico
del aire con el recipiente que evitaba su putrefacción. Con ello inició la técnica de
conservación de alimentos por calor, llamada también "appertización". Las ventajas del
nuevo método frente a sistemas tradicionales de conservación (ahumado, curado, desecado)
eran evidentes, durante el tiempo de conservación los productos mantenían de una manera
adecuada su valor nutritivo, aspecto y sabor. La base científica de la conservación térmica
fue investigada en 1866 por Louis Pasteur, quien descubrió la relación entre los
microorganismos y la putrefacción de los alimentos en su informe: “Conservación de vinos
por medio del tratamiento térmico”. A partir de los trabajos de estos dos franceses insignes,
fueron muchos los investigadores que, con sus aportes personales, contribuyeron a alcanzar
el desarrollo que la conservación de los alimentos por el calor tiene en la actualidad. Vale
señalar que el Sistema de preparación de conservas en la actualidad se basa todavía en los
mismos principios que utilizó el artesano Appert.
Appert eligió el vidrio por considerarlo el material más impermeable al aire, aunque no
descartaba la utilidad de otros materiales. Con posterioridad, en 1810, el inglés Peter
Durand registró la primera patente de empleo de la hoja de lata como material de envasado.
El método se puso en práctica pronto con indudable éxito. No obstante, siendo justos con la
historia, y sin retirar un ápice de mérito al descubrimiento de Appert, hay que decir que la
ebullición de frutas en recipientes herméticamente cerrados era ya una práctica común a
escala doméstica en el siglo XVII (Prieto Gutiérrez y Carballo García, 1996, pp. 9-11).
En la década del 30 del siglo pasado el inglés Peter Durant comenzó a utilizar la lata
sanitaria o envases metálicos con un revestimiento de la lata lo que permitió utilizarla para
alimentos corrosivos. Sus primeros resultados no fueron muy buenos porque la
hermeticidad no siempre se conseguía o el calor no era suficiente para esterilizar al
producto por la dificultad en llegar al centro de la lata
(https://historiasdeempaques.wordpress.com/tag/peter-durand).
El proceso además era lento y exigía mucha mano de obra, ya que cada lata tenía que
hacerse a mano y llevaba hasta seis horas preparar adecuadamente el alimento, lo que hizo
de la comida enlatada un símbolo de estatus entre la clase media europea, al convertirse en
una novedad de determinada clase social. Los primeros métodos de elaboración usaban
soldaduras tóxicas de plomo para el sellado de las latas, lo que tuvo desastrosas
consecuencias para la expedición de John Franklin al océano Ártico en 1845
(http://es.wikipedia.org/wiki/Envasado).
Las posteriores invenciones del envase hermético y del autoclave contribuyeron a que las
conservas esterilizadas por calor se consolidaran como uno de los sistemas de conservación
de alimentos más eficaces y seguros, siendo la industria conservera la que garantiza de una
manera fiable la preservación de los alimentos. Desde entonces las conservas han adquirido
una importancia tal que ahora nos sería difícil imaginar la vida sin ellas. Iniciaron lo que se
conoce como alimentos "fáciles de preparar" los cuales son parte fundamental de muchas
culturas alrededor del mundo (Fundación COTEC para la innovación tecnológica, 2003)
contaminantes, que es importante para poder acortar el tiempo de tratamiento ya que éste es
en función del número de microorganismos inicialmente presentes. (Bernardo Álvarez,
1996, pp. 19-20)
En el caso de las frutas y vegetales, tema de esta tesis deben estar en buen estado, sin
señales o signos de descomposición, no muy maduros, firmes y que no se deshagan durante
el tratamiento térmico. Las golpeadas y malogradas contienen microorganismos que pueden
resistir a los tratamientos. Se deben escoger los productos más apropiados para el proceso,
ya que la calidad de la conserva depende de la calidad de la materia prima que se emplea
(Vilca Curo, 2015).
1.3.1.1- Lavado
El lavado se realiza de diversas formas y puede llevarse a cabo con maquinaria
especialmente diseñada para el alimento en cuestión. En general, los métodos usados se
clasifican en:
-Seco: tamizado, cepillado y aspiración
1.3.1.2- Pelado
Contribuye a eliminar la tierra y la contaminación. El pelado es una operación preliminar
importante, y conjuntamente con el lavado, elimina de la superficie de las frutas y
hortalizas la tierra y la contaminación microbiana a ella asociada. El pelado incorrecto da
lugar a pérdida excesiva de materia prima sana, además de aumentar los problemas de
efluentes. Se emplean diversos métodos tales como pelado a vapor, mecánico, a la llama,
abrasivo y con lejía así como combinaciones de ellos para lograr una mayor eficiencia en la
producción (Hersom & Hulland, 1995, p.102)
1.3.1.3- Escaldado
Muchos de estos productos, se escaldan en agua caliente (87,5 °C) o vapor (95 °C) o
exponiéndolos al vapor fluente. El escaldado persigue diferentes objetivos: (1) eliminación
de los gases respiratorios que reducirían el vacío de la lata si se liberasen durante el
procesado; (2) inhibir las reacciones enzimáticas que podrían ocurrir durante el período
previo al tratamiento térmico que llevan a un efecto adverso en la calidad y valor nutritivo
del producto; (3) retracción del producto que permite así un llenado adecuado del
recipiente; (4) una limpieza ulterior del producto (5) hidratación, antes del escaldado de
ciertos productos desecados que no están completamente rehidratados (Hersom & Hulland,
1995, p.103).
En cuanto a los materiales utilizados para el envasado, hay que destacar que resultan
fundamentales para que el resultado final sea exitoso. Es importante que el envase
mantenga la atmósfera protectora durante el mayor tiempo posible, con el fin de prolongar
la vida del producto. Normalmente se utilizan materiales multicapa de distintos polímeros
que han de cumplir fundamentalmente con cuatro características.
Las latas pueden llenarse mecánicamente o a mano, proceso que necesita ser
cuidadosamente controlado. Este hecho debe tenerse en cuenta no sólo en lo que respecta al
peso bruto del material que se incluye en cada lata, sino también cuando el producto no es
uniforme, como en el caso de las hortalizas en líquidos, en lo que concierne a la cantidad de
cada una de las sustancias en particular.
Además de controlar el peso del alimento introducido, en ciertos tipos de latas es necesario
prestar atención al método de llenado para prevenir la inclusión de volúmenes de aire
relativamente grandes.
1.3.3- Evacuación.
Consiste en la producción de un vacío parcial en la parte superior del envase, dejando un
espacio libre de alimento y de gases conocido como “espacio de cabeza” (Bernardo
Álvarez, 1996, p.22).
- Disminución de fugas debidas a la tensión de la lata, motivada por la expansión del aire
durante el calentamiento.
- Creación de un vacío cuando la lata se ha enfriado. Las latas con tapas abombadas
deben considerarse peligrosas; es necesario asegurarse de que las tapas permanecen
planas o ligeramente cóncavas al variar levemente la temperatura de almacenamiento o
la presión barométrica.
En la práctica comercial los procedimientos adoptados para expulsar el aire de las latas son:
2) Evacuación mecánica.
1.3.4- Cierre.
Se lleva a cabo de forma muy diferente, dependiendo del envase utilizado. Lo que es
imprescindible es que sea hermético para evitar las re-contaminación que pueden dar lugar
a una alteración. (Bernardo Álvarez, 1996, p.23)
El proceso óptimo será el mínimo tratamiento que permita obtener la esterilidad comercial
porque además de ser más barato conservará mejor la calidad del alimento. (Bernardo
Álvarez, 1996, p.23)
El factor de referencia que es tomado para el cálculo de los valores mencionados, que por
lo general siempre es un microorganismo, es aquel que presenta mayor termo-resistencia de
los que están presentes en el alimento, que se desarrolla a las temperaturas normales de
almacenamiento y que sea perjudicial para el alimento o para el consumidor.
Debido a la influencia que este valor ejerce sobre el crecimiento y desarrollo de los
microorganismos, los alimentos se clasifican en 4 grandes grupos:
- Grupo 1. Pocos ácidos (pH 5,0 y mayor). Productos cárnicos, productos marinos,
leche y ciertas hortalizas.
- Grupo 2. Semiácidos (pH 5,0 a 4,5). Mezclas de carne y vegetales, especialidades
tales como "spaghetti", sopas y salsas.
- Grupo 3. Ácidos (pH 4,5 a 3,7). Tomates, peras, higos, piña y otras frutas.
- Grupo 4. Muy ácidos (pH 3,7 y menor). Encurtidos, zumos cítricos.
(Hersom & Hulland, 1995, pp.146-147).
El pH constituye una barrera para los microorganismos, debido a que la mayoría de estos
crecen a pH cercanos a lo neutro, principalmente las bacterias, ya que se conoce que los
hongos (mohos y levaduras) resisten pH más bajos, así como las bacterias acidófilas que la
mayoría son alteradoras (ICMSF, 2011).
1. Materia Prima.
3. Envases.
4. Agua.
Todos los productos naturales para la producción de conservas deben ser de calidad y
limpios, para garantizar la calidad del producto final. El suelo es frecuentemente una fuente
prolífica de microorganismos y muchas alteraciones se deben a gérmenes procedentes del
mismo y la infección con un organismo determinado se limita a veces a las hortalizas o
frutas de una región particular (Hersom & Hulland, 1995, pp.123-124).
Como labor preliminar y esencial se encuentra el lavado de las frutas y hortalizas, para
liberarlas de la tierra y polvo adheridos.
Si a causa de una inadecuada limpieza el producto se envasa con tierra adherida, el número
de organismos que entran en la lata puede ser tan grande que llegue a invalidar las
condiciones normales de tratamiento térmico.
Además de los materiales usados en un volumen relativamente grande, los ingredientes que
se utilizan en menores cantidades pueden también constituir un problema para estos
productos sometidos al calor.
Crossley (1938) comprobó que los colorantes y las especias eran una fuente prolífica de
bacterias, incluidas las anaerobias de la putrefacción (Hersom & Hulland, 1995, pp.124-
127).
Según los requerimientos de calor los microorganismos pueden ser, de menor a mayor
exigencia: psicrófilos, mesófilos, termófilos y termodúricos, siendo los dos últimos los que
más interesan desde el punto de vista del tratamiento térmico. Los termófilos son capaces
de desarrollarse a elevadas temperaturas (55 ºC y más), mientras que los termodúricos son
capaces de resistir el efecto de las altas temperaturas. Sin embargo, los organismos
mesofilos pueden ser termodúricos debido a sus esporas, al igual que pueden serlo las
esporas de las bacterias termofílicas (Desrosier, 1987) (Decheco Egusquiza, 2006).
Agente Incidentes %
S. aureus 100 64,9
S. typhi 6 3,9
Salmonella spp 9 5,8
C. botulinum 3 2
Coliformes, estreptococos, clostridia, micrococos 4 2,6
Hongo sospechoso 6 3,9
No determinado 23 14,9
Total 154 100
Fuente: (Fernández Escartín, 2000)
Un estudio llevado a cabo en 1973 estimó que solo en EU 775 billones de enlatados fueron
producidos en 45 años previos y de ellos solo 4 estuvieron asociados con botulismo que
llevó a la muerte al consumidor (Splittstoesser, & Vanderzant, 1992).
Los brotes de botulismo asociados con alimentos en latas que han permitido el ingreso de
gérmenes postprocesamiento, se explican en función de las siguientes consideraciones
(NFPA/CMI, 1984): es posible una recontaminación por cepas no proteolíticas del
patógeno a partir del ambiente, los microorganismos muestran una mayor prevalencia en el
ambiente, la aparición de olores ofensivos en el alimento es menos evidente, y el alimento
es consumido sin (o pobre) tratamiento térmico previo.
Los riesgos asociados a los alimentos de baja acidez con larga vida de anaquel bajo
refrigeración, obligan al empleo riguroso de bajas temperaturas de almacenamiento
(idealmente <3°o<5°) de manera permanente, y dotados de empaques que semantengan
íntegros. Su inocuidad depende además de un rígido control de las condiciones de
procesado y almacenamiento a través del sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos
de Control (APPCC), prácticas sanitarias de fabricación y distribución, y sistemas de
registro detallados que permitan validar los procesos (Fernández Escartín, 2000).
Capítulo 2
2- Materiales y Métodos
Se realizó un estudio descriptivo, retrospectivo y transversal de los resultados obtenidos del
análisis de conservas de frutas y vegetales en el periodo 2015-2017realizado en el
Laboratorio de Microbiología Sanitaria del Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y
Microbiología (INHEM) del municipio Cerro, provincia La Habana.
2.1- Procedimiento
Se realizó una revisión documental del registro de resultados (DSC.MS.03.23) De los
resultados de 1114 muestras de conservas de frutas y vegetales analizadas en el laboratorio
según la norma NC 457-2: 2009
Capítulo 3
3- Resultados y Discusión
3.1- Resultados
3.1.1- Determinación la estabilidad de la conserva durante la
incubación y hermeticidad.
En este estudio los primeros parámetros estudiados fueron la prueba de incubación y de
hermeticidad de los enlatados, los resultados obtenidos se muestran en la tabla 1.
Jugos 24 0 0,0 24 0 0
Al analizar las conservas aceptables para las pruebas de estabilidad 1080, las variaciones de
pH entre las conservas incubadas y testigos según se muestra en la tabla 2, la frecuencia
mayor de muestras no aceptables fueron para las conservas de frutas en almíbar en cuatro
latas, sin embargo el porcentaje de enlatados no aceptable del total de muestras estudiadas
fue bajo 1,0%. En relación a los resultados de la microscopia, se observó que este es el
parámetro con mayor porcentaje de muestras no aceptables 30, 6%, con porcentajes altos
más del 50% para cátsup y salsas de tomate, pasta de tomate y pulpa de pimiento.
Jugos 8 7 9 24 37,5
mayor que 107, en este estudio en el 30,6 % de las conservas estudiadas estuvieron en esta
categoría, los mayores porcentajes correspondieron a las conservas de pasta de tomate y
pulpa de pimiento en el 54,2 % , seguido por cátsup y salsas de tomate, con 50,3 %, y
vegetales encurtidos con 49,5 %.
No PI H pH M Total de %a
muestras no
Tipo de conserva
comercialmente
estéril
Jugos 24 0 0 0 0 0 0
pH 0 0 0 0 0 0
Microscopia 0 0 0 0 0 0
En le gráfico 2, se observa que las frutas en almíbar y mermeladas, cremas y pulpas fueron
los productos en los que se determinó no aceptabilidad en todos los parámetros estudiados,
el recuento microbiológico alto en la microscopia fue el parámetro que más afectó la
calidad del producto, con mayor frecuencia en cátsup y salsas de tomate y pasta de tomate y
pulpa de pimiento.
3.2- Discusión
Para garantizar la calidad microbiológica de una conserva es importante controlar ciertos
parámetros, los más importantes son los relacionados con la estabilidad en la incubación,
hermeticidad, evaluación del pH y de la microscopía (Pascual y Calderón, 2000).
Hay que tener en cuenta que las latas pueden tener abombamiento ligero y son
comercialmente aceptables, esto se debe a sobrellenado o deformadas por el tipo de
formulación del producto, situación que se descarta en esta investigación dado que al
recibir las muestras se realiza una inspección visual y se evalúa esta situación.
Por tal motivo se analizó la carga microbiana por tipo de conserva en esta investigación, en
donde la mayoría tuvieron recuento por encima de lo aceptable, los porcentajes más altos
correspondieron a las conservas de mermeladas, cremas y pulpas, seguido por frutas en
almíbar, cátsup y salsas de tomate, pasta de tomate y pulpa de pimiento.
En estudio realizado para la identificación de bacterias que afectan la calidad de las frutas
enlatadas en almíbar en el Salvador, se obtuvo aislamientos de Bacillus cereus, Klebsiella
spp, Bacillus megaterium en cocteles de frutas (Guerra de Majíco, 2014).
Otro estudio pero en conservas de pescado de importación, realizado en Italia demostró que
en 80 enlatados de pescado el 39,4 % se encontró presencia de microorganismos viables,
bacterias y hongos, lo cual atribuyeron a la deficiente calidad microbiológica de la materia
prima empleada (Casalinuovo, 2015).
Cabe destacar que la esterilización en las conservas persigue la inocuidad y estabilidad del
alimento a temperatura ambiente, no su esterilidad absoluta, la cual no es necesario ni
procedente conseguir en la industria conservera, no solo por razones económicas, sino
también por la excesiva degradación que experimenta la calidad nutricional y sensorial del
producto. De ahí que se utilice el concepto de esterilización comercial para indicar el
tratamiento térmico que recibe un alimento envasado para destruir todos los gérmenes
patógenos que pueden desarrollarse en las condiciones normales de almacenamiento y
transporte; pudiendo quedar en condiciones de supervivencia algunos microorganismos que
no alteren el producto ni sean causa de riesgo para el consumidor (Rodríguez, 2013).
En el análisis de los resultados para esta determinación por año se observó un incremento
en la frecuencia de alteraciones en los enlatados de 2 en 2015, 3 en 2016 a 21 en 2017,
consideramos pudiera estar relacionado con la incorporación de nuevas mini-industrias a
esta actividad que quizás no cuentan con la experiencia y la tecnología adecuada para estos
procesos.
Los tipos de conservas con mayor porcentaje de muestras alteradas fueron vegetales en
curtidos, seguida por frutas en almíbar y pasta de tomate y pulpa de pimiento.
Las frutas en almíbar y mermeladas, cremas y pulpas fueron los productos en los que se
determinó no aceptabilidad en todos los parámetros estudiados, el parámetro que más
afectó la calidad del producto fue el alto recuento de microorganismos.
CONCLUSIONES
• Los resultados no aceptables de las latas con relación a la carga microbiana según
microscopia, develan la utilización de materia prima de calidad microbiológica
deficiente.
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