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El crimen violento aumentó en Sao Paulo en los últimos quince años.

Lo mismo ocurrió con e! miedo al crimen. La vida cotidiana y la ciudad


cambiaron a causa de! crimen y del miedo, yeso se refleja en las conver-
saciones diarias en las que el crimen se convirtió en un tema central. En
verdad, miedo y violencia, cosas difíciles de entender, hacen proliferar y
circular el discurso. El habla del crimen -o sea, todos los tipos de conver-
saciones, comentarios, narraciones, bromas, debates y chistes que tienen
al crimen y al miedo como tema- es contagiosa. Cuando se cuenta un
caso, muy probablemente le sigan varios otros, y es raro que un comen-
tario se quede sin respuesta. El habla del crimen es también fragmentada
y repetitiva. Surge en medio de las más variadas interacclones, puntuán-
dolas, repitiendo la misma historia o variaciones de la misma historia, co-
múnmente usando solo algunos pocos recursos narrativos. A pesar de las
repeticiones, las personas nunca se cansan. Al contrario, parecen compe-
lidas a continuar hablando sobre e! crimen, como si los interminables
análisis de casos pudiesen ayudarlas a encontrar un medio de lidiar con
sus experiencias desconcertantes o con la naturaleza arbitraria e inusita-
da de la violencia. La repetición de las historias, mientras tanto, solo sir-
ve para reforzar las sensaciones de peligro, inseguridad y perturbación de
las personas. Así, e! habla de! crimen alimenta un círculo en el que el mie-
do es trabajado y reproducido, y en el cual la violencia es al mismo tiem-
po combatida y ampliada.
En esos intercambios verbales del día a día se forman las opiniones y
se moldean las percepciones, es decir, el habla del crimen no solo es ex-
presiva sino también productiva. Las narraciones, dice Michel de Cer-
teau, anteceden a las «prácticas sociales en el sentido de abrir un campo
para ellas» (1984: 125). Éste es especialmente el caso de las historias de
crímenes. El miedo y el habla del crimen no solo producen ciertos tipos
de interpretaciones y explicaciones habitualmente simplistas y estereoti-
padas, sino que también organizan el paisaje urbano y el espacio público,
moldeando el escenario para las interacciones sociales que adquieren
nuevo sentido en una ciudad que progresivamente se va cercando con
muros. El habla y e! miedo organizan las estrategias cotidianas de protec-
ción y reacción que dificultan los movimientos de las personas y restrin-
gen su universo de interacciones. Además, el habla del crimen también go una visión general de las transformaciones políticas, sociales y econó-
ayuda a la proliferación de la violencia al legitimar reacciones privadas o micas en el Brasil a lo largo de las décadas de 1980 y 1990. En el capítu-
ilegales -como contratar guardias particulares o apoyar escuadrones de lo 2 analizo los diversos temas que el habla del crimen articula y que esta
la muerte o justicieros- en un contexto en que las instituciones del orden narrativa introduce.
parecen fallar.
En este capítulo analizo un relato de crimen que me fue transmitido
en una entrevista. Tal como ocurre en las interacciones diarias de las per- El crimen como experiencia desordenadora
sonas, las entrevistas, concedidas en momentos de intensa preocupación y como sfmbolo ordenador
por el crimen, estuvieron frecuentemente permeadas por la repetición de
historias de crímenes. Aunque tuviera interés en esas historias, casi nun- El relato que sigue me fue transmitido en 1989 por una mujer cuyos
ca necesité solicitarlas: ellas surgían espontáneamente en medio de con- padres habían migrado de Italia al Brasil en 1924. Se establecieron en
versaciones sobre los más variados asuntos, pero especialmente sobre la Moóca, en aquella época un barrio industrial habitado básicamente por
ciudad y sus transformaciones y sobre la crisis económica. En el análisis inmigrantes europeos, donde habían abierto una sastrería. La narradora
que sigue, muestro cómo las narrativas de crímenes recuentan experien- nació en Moóca y pasó allí toda su vida, presenciando sus diversas trans-
cia de violencia y, al hacerlo, reorganizan y dan nuevo significado no solo formaciones, mientras que algunos de sus hermanos se mudaron a «luga-
a las experiencias individuales sino también al contexto social en el cual res mejores», según sus palabras. Es ama de casa y fue maestra antes de
ocurren. La narración, dice De Certeau, es un arte del hablar que es «ella casarse. Cuando la entrevisté tenía casi 60 años.! Su marido es agente in-
misma un arte del actuar y un arte del pensar» (1984: 77). Las narrativas mobiliario y su hijo, dentista. Elegí su relato para este análisis por dos ra-
de crimen son un tipo específico de narración que engendra un tipo espe- zones. En primer lugar, sintetiza varios temas que aparecen en las otras
cífico de conocimiento. Ellas intentan establecer orden en un universo entrevistas de forma más dispersa y a veces más desarticulada. En segun-
que parece haber perdido el sentido. En medio de los sentimientos caóti- do lugar, es uno de los relatos más dramáticos de la experiencia del cri-
cos asociados a la difusión de la violencia en el espacio de la ciudad, esas men que recolecté, que justificó cambios en su familia y en la vida diaria.
narrativas representan esfuerzos por restablecer el orden y el significado. La discusión sobre los crímenes de los cuales ella fue víctima ocupó dos
Al contrario de la experiencia del crimen, que rompe el significado y de- tercios de la entrevista. No pregunté sobre los crímenes: los comentarios
sorganiza el mundo, el habla del crimen simbólicamente lo reorganiza al surgieron a medida que ella describía los cambios por los cuales pasó
intentar restablecer un cuadro estático del mundo. Esta reorganización Moóca a lo largo de su vida. Reproduzco largos fragmentos de esa entre-
simbólica se expresa en términos muy simplistas que se apoyan en la ela- vista porque quiero mostrar la forma en que la narración se organiza y la
boración de pares de oposición obvios ofrecidos por el universo del cri- manera por la cual el habla del crimen entrelaza en su lógica los más di-
men, siendo el más común el del bien contra el mal. Siguiendo el ejemplo versos temas. Cito a continuación algunas partes del relato en el orden en
de otras prácticas cotidianas que tratan con la violencia (que analizo en que ocurrieron, con algunos cortes, ya sea en raZÓn de repeticiones, sea
otros capítulos), las historias de crimen intentan recrear un mapa estable porque hubo un cambio de asunto (ella habló, por ejemplo, sobre cam-
para un mundo que fue quebrantado. Esas narrativas y prácticas impo- bios en la Iglesia Católica, la historia de su familia en la región y su mi-
nen separaciones, construyen muros, delinean y encierran espacios, esta- gración, sus viajes a Italia, los vínculos de su familia con la música, las
blecen distancias, segregan, diferencian, imponen prohibiciones, multipli- conquistas de su hijo, su apoyo a un gobierno autoritario, su opinión so-
can reglas de exclusión y de impedimento, y restringen movimientos. En bre programas de radio y televisión, etcétera). Las frases entre corchetes
resumen, simplifican y encierran el mundo. Las narrativas de crímenes son mías y resumen partes del relato o agregan explicaciones. Todas las
elaboran prejuicios e intentan eliminar ambigüedades. entrevistas fueron realizadas por mí, excepto cuando se indica lo con-
Las narrativas de crimen traspasan e interconectan los más diversos trario. Cada entrevista tiene un número: el primer dígito identifica el ca-
temas. A lo largo de este estudio me ocupo de los más importantes -crisis pítulo y el segundo, su orden dentro de este.
económica, inflación, pobreza, el fracaso de las instituciones del orden,
transformaciones de la ciudad, ciudadanía y derechos humanos. En este
capítulo me concentro en cómo se estructuran y operan las narrativas de 1. Todas las informaciones sobre las personas que entrevisté se refieren a la época de la en-
crimen y discuto la relación entre violencia y narración. También propon- trevista.
todo perdió el gusto. Aquí en Moóca no hay persona que no haya sido asal-
tada.
-Moóca progresó mucho. Lo mejor que hay en el barrio es el progreso. [Contó entonces el caso de un guardia de seguridad de un supermerca-
Hubo progreso de escuelas, progreso de casas. Las casas más bonitas eran en do de la región al que habían matado pocos días antes durante un asalto a
la Paes de Barros, se las llamaba palacete. [Paes de Barros es la calle en que mano armada. Tenía cinco hijos y trabajaba allí hacía solo tres meses.]
ella vivía.] La calle era residencial; hoyes comercial. El cambio comenzó Lo peor que existe en Moóca es que el pueblo está con miedo. Es mu-
hace unos quince años. Solo la gente chic vivía en la Paes de Barros. La elite cho crimen, es mucho asalto. Desde hace unos ocho años está más peligro-
de Moóca hoy vive en el barrio nuevo, el Juventus. El barrio progresó mu- so. Excesivamente peligroso. Nadie sale de noche, nadie sale con cadena en
cho. Hay nuevos hospitales, el Joiío XXIll, el Siío Cristóviío. Está la univer- el cuello, con nada.
sidad también. La Universidad SiíoJudas comenzó en la calle Clark; era una -¿Quiénes son los criminales?
barraca ... -La gente que asalta es toda nortista.4 Toda gente que vive en favelas.
Estoy radicada aquí, nací aquí, tengo amistades aquí en el barrio. Lo Gente del barrio y gente de fuera. Pero no vale la pena querer hacer algo.
que arruinó mucho a Moóca fueron las favelas. Aquella de la Vila Prudente Haces la denuncia, después no se resuelve nada. Cuando yo fui asaltada hice
es una ciudad. ¡Tiene cincuenta y tantas mil personas!. .. Hay también mu- la denuncia, tenía un abogado amigo, no sirvió para nada, no encontraron
chos conventillos. Hay mucho conventillo en Moóca desde que vino la gen- nada ...
te del Norte. Hay trescientos conventillos, cada uno tiene cincuenta familias, Hoy nadie quiere saber de vivir en casa debido a la falta de seguridad.
solo con tres baños, ¡¿cómo se puede vivir así?! Lo que está perjudicando es Yo vivía en la calle Carné, con portón electrónico, intercomunicador, un do-
eso, es la pobreza. Aquí hay clase media, clase rica y una diferencia muy bermann dentro de casa. Un día, a las 7 de la mañana mi marido salió para
grande, la pobreza de los nordestinos.2 El barrio empeoró desde que comen- entrar al garaje, vino un tipo, le saltó encima, le tapó la cara y le dio una pu-
zaron a llegar los grupos del Norte ... Hace unos quince años. Ahora hay de- ñalada en el corazón. Después de ese día mi marido nunca más tuvo salud,
masiados. Casas lindas, bonitas de Moóca fueron subalquiladas y hoy no se es cardíaco. •
puede entrar, las casas reventaron. De unos quince años para acá, Moóca re- [Ella cuenta, entonces, que después de herir a su marido, los ladrones
trocedió en esa parte. Moóca tuvo mucho progreso, pero retrocede por la entraron en la casa y le pidieron dinero y joyas. Entregó rápidamente una
población pobre. caja grande con joyas: «Les dimos todo». Los ladrones comenzaron a llevar-
-¿Pero antes no había pobres en Moóca? la junto con su hijo hacia los fondos de la casa, al cuarto de la empleada. En
-Antes no existía. La gente salía de sombrero, los profesores estaban de el camino ella abrió el canil y el dobermann saltó sobre los ladrones que dis-
sombrero. Yo usaba guantes y sombrero. De los quince a los dieciocho años pararon unos tiros que no alcanzaron a nadie y terminaron huyendo. Le
yo salía a la calle de sombrero. La Pra~a da Sé, la rua Direita, era una finu- pedí que me describiera a los ladrones:]
ra.3 Hoy la gente no va allá, no es posible, usted sabe cómo es. Tenían cara buena.s Uno era bajito, morenito, se ve que era del Norte.
[Comenzamos a conversar sobre lo que podría hacerse con relación a la El otro tenía cara blanca, pero siempre del Norte, debía de ser de Ceará.
pobreza y a los pobres que vivían allí.] [De su caso específico, pasa nuevamente a discutir los cambios en el
Deberían recibir más apoyo del gobierno. Apestaron todo, deberían barrio.]
volver todos para allá. El gobierno debería darles casas allá en el Nordeste Allá en Juventus hay casas lindísimas, pero todo con cercas. En las
para que ellos no necesiten venir acá... Hoy aquí en Moócu no se puede ni calles hay guardias en garitas. Aquí en Moóca todo el mundo se queda en-
salir de casa. Hace seis años que fui asaltada, y seis años que parece que cerrado: el ladrón queda afuera y nosotros encerrados. Y ni eso sirve. Mi
casa que fue asaltada tenía portón electrónico, intercomunicador. Los ladro-
nes entraron a lo del vecino -una casa que también era mía, estaba alquila-
da- y saltaron hacia mi casa y fueron a esconderse en el garaje. En Juventus
2. Nordestino se refiere a alguien proveniente del noroeste del Brasil. ti término es usado todas las casas son cerradas, pero si usted va a hablar con ellos, le van a con-
para referirse a la población de cualquier estado del norte, incluyendo Minas Gerais. Aunque es-
ta clasificación es geográficamente imprecisa, en Sao Paulo usualmente se refiere a los migrantes
(pobres en su mayoría) que llegaron a la ciudad en gran número entre 1940 y 1980. El término,
usado comúnmente con un sentido peyorativo, puede tener implicancias de color: los nordesti- 4. Nortista significa alguien del norte del Brasil (usualmente del Amazonas, Pará, Maran-
nos son considerados morenos o pardos, no blancos. hao, Piauí o Ceará). Sin embargo, se usa de manera indistinta con nordestino. Una vez más, la
3. Pra~a da Sé es la plaza central de Sao Paulo y la rua Direita es una de las calles más fa- clasificación no es geográficamente precisa, pero en Sao Paulo siempre se refiere a los migrantes
mosas de la antigua área del centro. Las instituciones financieras y los comercios y entreteni- (pobres).
mientos más sofisticados estaban ubicados en esta parte del centro hasta comienzos de 1960, 5. Significa en este caso que su aspecto no respondía al estereotipo criminal. Véase capítu-
cuando se desplazaron hacia la región sudoeste de la avenida Paulista. lo 2 para un análisis detallado.
tar sobre muchos asaltos. Los habitantes de Moóca están tristes a causa de persona que tiene doscientos, trescientos años de pena, ¿va a tener tantos
la falta de seguridad. No es solo Moóca, es toda Sao Paulo. Las escuelas pa- años de vida? En el caso de que hubiera pena de muerte, otra persona no ha-
recen cárceles. Antes era maravilloso, los niños estaban en las calles, el pue- ría lo mismo. Es mentira esa historia de que se va a castigar injustamente.
blo estaba en las puertas conversando, existía más amistad, las personas se Sería un ejemplo ... Debería verse lo correcto, con conciencia. Una persona
visitaban. Hoy se vive con miedo en Moóca. Hoy, preguntando en la calle, que tiene que cumplir una pena por tantos y tantos años ¿cómo vamos a sus-
cada uno tiene una historia para contar: si no fue asaltado, le sacaron la ca- tentar nosotros un vagabundo en la cárcel a 400 cruzados por día? En Moó-
dena, el anillo, la billetera. ca todo el mundo está a favor de la pena de muerte.
[Recuerda un robo en el que su hermana fue víctima: estaba volviendo [En ese momento su empleada entra en la sala para servir café con ga-
a pie del mercado con las compras cuando alguien le robó su billetera. Mu- lletitas y la patrona le pregunta si ella está a favor de la pena de muerte. An-
chas veces las personas llevan los carritos de compras con las mercaderías. Y te la respuesta afirmativa, ella comenta:]
concluye:] Ella es pentecostal y también defiende la pena de muerte, yo soy herma-
Moóca está apestada. na de sacerdote y también la defiendo. No habría tantas criaturas en la ca-
[Y en cuanto a lo que debería hacerse ... ] lle, qué madre deja al hijo en la calle sin pensar, por pobreza, por desver-
Tendría solución. Tendría que venir del gobierno. El gobierno debería güenza.6
dar asistencia a la pobreza. El barrio se volvió feo con las casas de vecindad. [A esa altura, habla de forma arrebatada y comenta:]
y el pobre es así, cuando no puede comprar las cosas que necesita, roba. Es Cuando me enfado, uso un vocabulario bien bonito ... Cuando estoy
falta de cultura también ... Moóca progresó mucho, creció mucho, hubo enfadada puedo hablar tan bien como un abogado. Antiguamente yo habla-
progreso de casas, edificios, pero tiene una cantidad de conventillos que no ba aun mejor, pero perdí el hábito ... No tengo más la práctica de hablar tan-
acaba más ... El gobierno debería cerrar la exportación, terminar con esta to. ¡Estoy enfadada! Cambié tanto con ese asalto, perdí las ganas de hacer
venida de gente del Norte. ¡Si usted supiera lo que dice mi marido cuando las cosas. Antes yo era feliz -éramos felices y no lo sabía-o La casa limpita,
pasa frente a una favela! ¡Está tan sublevado! Yo también. Perdí la salud bonita, todo en orden.
desde que fui asaltada. Salí de casa el mismo día, vendí todo aquello, tiré [Y comienza a contar nuevamente sus experiencias d/ asalto.]
todo ... Mi marido, usted no sabe lo que dice. Ve un conventillo, una favela, Dos meses antes del asalto mi empleada había ido a Minas. Un día, a
dice que una botella de kerosén y un fósforo resuelven todo en un minuto ... las 4 de la tarde, la casa estaba en orden, y yo estaba en casa toda vanidosa,
Moóca progresó mucho, pero tuvo regresión también. Los conventillos toda bien arregladita, con aros de brillante [los mismos que estaba usando
le sacaron la belleza a Moóca. Hoy el pueblo vende las casas y se va a depar- durante la entrevista], anillo igual, que todavía tenía en aquella época. Me
tamentos. senté para descansar ... A veces me sentaba al piano ... Sonó el timbre. Es
[Ella explica, entonces, que su casa, la que fue asaltada, era una casa re- bueno que ustedes lo sepan: era un muchacho blanco, con un guardapolvo.
formada en la cual la familia había invertido durante años. Era una casa con Si me pongo nerviosa no puedo hablar. Si oigo un caso, soy capaz de subir-
piscina y parrilla.] me a la tribuna, prender fuego a Sáo Paulo. Era un muchacho de mi altura,
No por snobismo, sino por confort para la familia. «El problema hoy estatura media, unos 22 años, delgado, delantal azul y con el emblema de la
en día es que no se puede tener el privilegio de poseer el sacrificio que uno perfumería Abaeté en el bolsillo, con un pequeño bloc y un lápiz. Tocó el in-
hace.» tercomunicador y dijo que tenía una entrega. Pregunté: «¿No está equivoca-
[Le gustó la frase, me pidió que la anotara y la repitió. Continuó ha- do?». Él dijo: «No, es aquí». Tenía un paquete así [muestra el tamaño de
blando de su casa.] una caja de zapatos], bien envuelto, con cinta, tarjeta. Preguntó: «¿Ahí no
Como vendí todo, perdí todo. Vendí de un día para el otro, vendí por vive José?»? «Sí, es mi hijo, pero aquí nadie compró nada.» Él se irritó:
nada, y todavía tuve el Plan Cruzado al día siguiente. Cuando fuimos a ver, «Uno trabaja, es empleado, y no quieren recibir la mercadería». Pensé: "Mi
el dinero ya no era más nada. Moóca retrocede por las casas de vecindad. hijo es joven, tal vez fue una admiradora, una noviecita que lo mandó».
Debería acabarse esa venida de gente hacia acá, deberían darse condiciones Mi suerte fue que en vez de abrir la puerta por el intercomunicador, bajé la
para ellos allá. Pero ese grupo es indolente también, no quiere saber nada de escalera de mármol, tomé la caja, era pesada, tomé el taloncito para firmar,
trabajar. Peor es la favela, los delincuentes están dentro de la favela. Ellos re-
ciben poco, pero si entras en una favela, ves un montón de televisores, ví-
deos, equipos de sonidos, ¿de dónde es? Todo robado... • 6. La narradora sugiere que los hijos de madres que -no piensan. y tienen hijos a los que
y ya les voy diciendo: yo estoy a favor de la pena de muerte para quien j no pueden cuidar, o porque son demasiado pobres o porque los tienen fuera del casamiento, cier-
la merezca. Aquí en Moóca estamos todos a favor de la pena de muerte. Yo tamente se convertirán en delincuentes. Ella no es quien elabora la idea, porque esta es muy co-
sé que la Iglesia condena la pena de muerte pero, a mi ver, castigo, tiene que mún. Analizo la asociación de madres solteras, pobreza y crimen en el capítulo 2.
haber un castigo para una persona que comete un error. Por ejemplo, una 7. Cuando se usaron nombres en la narración, los sustituí por otros ficticios.
de ahí me aparece con un revólver de este tamaño [muestra unos 20 a 30 víctima de un crimen violento es una experiencia extremadamente deso-
cm.], ahí dice. «¡Suba!»Apareció uno más, un morenito, con un estilete.Co- rientadora. Un crimen violento crea un desorden en la experiencia vivida
mencéa gritar, me sentaron, me arrastraron de rodillas, me tiraron en el ga- y provoca una desestructuración del mundo, una ruptura. La vida no fluye
raje. Quedé mal de la rodílla hasta hoy, del riñón... «¡Lesdoy todo, no me del mismo modo que antes. Como muchos me dijeron repetidamente:
hagan nada!» Pero, con el grito, mi vecinapensó que María José --queera mi «Nunca más se pierde ese miedo». Es una creencia común que quienes fue-
empleada, que era del tipo escandaloso, que gritaba mucho-, pensó que ella ron víctimas de un crimen y quienes no lo fueron tienen opiniones diferen-
había llegado de Minas y abrió su puerta. Fue mi salvación, se mandaron tes sobre el crimen y la violencia, e incluso sobre la sociedad y la ciudad.
mudar, yo tódavía tuve que abrirles la puerta. Dos meses después, exacta- Aun cuando las entrevistas no sean totalmente concluyentes con respecto
mente, volvieron. Estuvedos mesesen cama, oriné sangre, me saqué radio- a cómo cambian las opiniones a partir de experiencias de crimen, mostra-
grafías de la rodilla, tuve que hacerme infiltraciones No salgo de noche, ron de forma muy clara que la experiencia de violencia siempre provoca
no hago ni una visita. Hoy vivo en departamento Ese trauma nunca se cambios. Generalmente, la experiencia de un crimen violento está seguida
pierde. Mi hijo tiene 28 años, ¡el miedo que tiene mi hijo! Yo era tan feliz.
de reacciones tales como cercar la casa, cambiar de domicilio, controlar
Era feliz y no sabía. Era una persona activa, estaba moviéndome todo el
las actividades de los niños, contratar agentes de seguridad, no salir a la
tiempo, hacía trabajitos para los pobres...
En Moóca todo el mundo tiene miedo, por eso todo el mundo se va. La noche, evitar ciertas áreas de la ciudad, etcétera, todas acciones que refuer-
población fina se va y los nordestinos vienenllegando, nosotros les estamos zan el sentimiento de pérdida y restricción así como la sensación de una
dando espacio... existencia caótica en un lugar peligroso. Las experiencias de crimen tam-
Cuando me asaltaron la segunda vez estaba con mi cuñado, hermano bién son seguidas por el habla del crimen, en el cual el acontecimiento es
de mi marido, en casa. Hacía diecisietedías que estaba en el Brasil,tuvo un contado y discutido innumerables veces.
infarto y murió. Hacía ocho días que estaba aquí cuando fue el asalto. Él es- Con todo, a medida que la historia es contada y recontada, en vez de
taba durmiendo. Había venido a pasear y a tratarse. Le digo a mi marido crear una ruptura, el crimen es precisamente lo que organiza toda la
que no fue a causa del asalto, pero mi marido piensa que no, que él se que- narración, estableciendo marcas temporales estáticas y prestando sus
dó asustado... Uno de los asaltantes tenía un puñal y se quedó con él cerca categorías a otros procesos. A medida que las narraciones se repiten, el
de los ojos de mi hijo. Su consultorio está lleno de rejas, ventanas cerradas, barrio, la ciudad, la casa, los vecinos, todos adquieren un significado di-
puertas cerradas, ¿sepuede vivir así? .. ferente a causa del crimen. En el caso transcrito más arriba, la llegada de
Ahora las personas solo se encuentran en los entierros. El círculo de los nordestinos al barrio ocupa una posición equivalente a la del crimen,
amistades, de coterráneos, de compatriotas se está deshaciendo.La amistad
dividiendo la historia local entre antes y después. Igual que lo que el cri-
se va distanciando debido al miedo de salir a la noche. ¡Mira qué linda sen-
men hace a la biografía de la narradora, la llegada de nordestinos/delin-
tencia!
¡Era tan diferente la Moóca que yo conocí! Sepodía vivir,salir sin este cuentes hace al barrio.
pavor. Cuando la población era menor, existía más tranquilidad. A Moóca En las narrativas el crimen organiza la estructura de significado y, al
la apestaron, la volvieronfea. hacerla, combate la desorganización de la vida producida por la expe-
riencia de ser víctima de la violencia. Mientras tanto, ese uso del crimen
La mayor parte de las narraciones de crimen que oí introduce el epi- como divisor entre un tiempo bueno y otro malo simplifica el mundo y la
sodio del crimen mencionando la hora exacta en que ocurrió. También experiencia. Recurso retórico que da dramatismo a la narración, la divi-
siempre proporcionan detalles sobre el lugar, las circunstancias y el carác- sión entre antes y después acaba reduciendo el mundo a la oposición en-
ter habitual de lo que estaba ocurriendo inmediatamente antes, creando tre el bien y el mal, que es la oposición central que estructura las reflexio-
una marca precisa de ruptura a través de la elaboración de pequeños nes sobre el crimen. Al hacer esa reducción, las personas normalmente
detalles. Ellas representan un acontecimiento que tuvo el poder de in- presentan relatos simplistas y tienden a crear caricaturas: el antes acaba
terrumpir el flujo monótono del día a día, cambiando su esencia para por volverse muy bueno, el después, muy malo. En el caso anterior, antes
del asalto, ella «era feliz y no lo sabía». Las descripciones de la felicidad
siempre; un acontecimiento que sobresale a causa de su absurdo y su gra-
pre-crimen se vuelven noveladas: la casa con una escalera de mármol, pis-
tuidad.
cina y parrilla; los brillantes usados una tarde cualquiera; un momento de
En las narrativas de crimen, ese acontecimiento traumático divide la
calma para sentarse al piano; en una palabra, confort, orden y esta tus in-
historia en «antes» y «después». Esa división ordenada hace que el crimen
terrumpido por el timbre fatídico. Después del asalto, la vida se vuelve un
asuma en la narración el efecto contrario al que tuvo en la experiencia: ser
infierno: todo perdió gusto, ella y el marido perdieron la salud, el hijo se cambios en el barrio y en el espacio de la ciudad se les atribuye la misma
llenó de miedo, ellos perdieron dinero y estatus. Vendieron su linda casa estructura de significado que la experiencia del crimen, pues ambas tie-
de la noche a la mañana y se mudaron a un edificio de departamentos. nen un antes y un después cuyo punto de ruptura está relacionado con el
No consideran que eso sea un modo de vivir confortable ya que no pue- crimen. Antes había progreso; después, retroceso. Antes había calles so-
den demostrar su estatus y disfrutar de los resultados de los muchos años fisticadas en las que los hombres y mujeres paseaban de guantes y som-
de sacrificio que pasaron para construir una residencia respetable y una brero; después, sólo lugares adonde nadie pensaría ir. Antes el barrio era
buena posición social. También es interesante notar que en la narración pequeño, elegante, lleno de antiguos conocidos y cordiales, con niños ju-
anterior se cuentan dos episodios de crimen, distantes dos meses uno del gando en las calles, conversaciones en la vereda, bellas casas, confort y
otro, pero ellos se funden simbólicamente en varios momentos para justi- ninguna pobreza visible; después había un barrio más grande y lleno de
ficar los cambios en la vida cotidiana. Aunque las circunstancias y los ac- miedo, habitantes pobres y conventillos, cercas y crimen, edificios de
tos de cada uno sean diferentes, estos no sólo son presentados de la mis- departamentos y personas aprisionadas en sus viviendas. Antes había una
ma forma, como capaces de provocar efectos similares (problemas de intensa sociabilidad local; después, la reducción de los encuentros con los
salud y pérdida de dinero y estatus), sino que también a veces se funden amigos a los funerales. En este caso, el trauma fue la "invasión» (como el
para transformarse en una experiencia unificada. robo en una casa) del barrio y de la ciudad por habitantes pobres, los del
Las reducciones hechas en el ámbito de la narración llegan hasta el norte que viven en los conventillos y en las favelas. Muchos residentes de
punto de distorsionar los hechos de modo de hacerlos encajar en la histo- Moóca repiten la misma historia sobre el barrio: entre la mitad de la dé-
ria. La narradora piensa que con la mudanza al departamento no solo cada de 1970 y el comienzo de la de 1980, las viejas casas comenzaron a
perdió confort y estatus, sino también dinero, y culpa al Plan Cruzado ser transformadas en conventillos y llegó una inmensa población nueva.
por la pérdida, un plan económico y monetario de 1986 que tenía como Los nuevos residentes, considerados más pobres, son identificados como
objetivo controlar la persistente inflación elevada. En ese punto la narra- delincuentes por la mayoría de las personas que entrevist~allí. Su llegada
ción se hace confusa. Ella alega que perdieron dinero porque vendieron la es equiparada a una infección.
casa un día antes del Plan Cruzado. Mientras tanto, dijo muchas veces Hay dos reducciones importantes embutidas en esa versión de la his-
que el asalto había ocurrido seis años antes y que estaba viviendo en el toria del barrio. Primero, ella atribuye todos los cambios a la llegada de los
departamento hacía seis años -lo que daría 1983, ya que la entrevista fue nuevos residentes, acusados de ser delincuentes (de la misma forma que la
hecha en septiembre de 1989-. El marido y la hermana, con quienes tam- narradora reduce a un episodio de crimen los factores que cambiaron su
bién conversé, confirmaron después que se habían mudado seis años an- vida). Una vez más el crimen ofrece un código simplificado para lidiar con
tes, lo que significa que probablemente ella agregó el Plan Cruzado a su otros cambios sociales. En las últimas décadas, ciertamente Moóca pasó
narración con el objetivo de indicar que su pérdida individual fue causa- por una serie de transformaciones. Las viejas fábricas de la primera fase de
da por la crisis económica del país, no por su fracaso personal. Además, la industrialización de Silo Paulo comenzaron a cerrar a medida que el
ella asocia la experiencia de vivir todo el tiempo bajo una inflación eleva- polo industrial fue trasladándose hacia otras partes de la región metropo-
da -una situación en que el valor del dinero es volátil y las personas no litana, y el tipo de actividad industrial se fue modificando. El dinamismo
saben cuánto van a valer sus bienes al día siguiente- con la ruptura de económico de Moóca disminuyó y con ese cambio el barrio perdió parte
bienes y valores que el robo acarrea. Por haber cambiado propiedad por de su carácter típicamente industrial. Eso se acentuó con la transforma-
dinero, ella perdió. Al asociar en su narración el momento del crimen con ción del espacio urbano asociada a la apertura de nuevas avenidas y la
la instauración del plan económico y el colapso de su mundo, la narrado- construcción del metro, lo que causó la demolición de numerosos edificios
ra revela cuánto el crimen, la crisis económica y la decadencia social es- antiguos, tanto residenciales como comerciales. Moóca también viene per-
tán interrelacionados en la percepción de los habitantes de Silo Paulo, es diendo población hace cuatro décadas, es decir desde 1950, cuando el cen-
decir, cómo la biografía y las condiciones sociales se entrelazan. Es im- tro de la producción industrial se trasladó hacia otras áreas de la región
portante notar, sin embargo, que es el crimen el que abastece al lenguaje metropolitana, y desde que la ciudad recibió el mayor contingente de mi-
para expresar otras experiencias como inflación y decadencia social, no grantes del Norte y Noreste durante este siglo. A medida que la dinámica
lo contrario. económica y social de la ciudad cambió, especialmente durante la próspe-
La biografía y las condiciones sociales coinciden en esa narración de ra década de 1970, aquellos residentes de Moóca que tenían recursos pre-
otra forma por medio de la intervención del universo del crimen: a los firieron mudarse hacia regiones de la ciudad más identificadas con las da-
ses medias, en vez de permanecer en un lugar todavía visto como indus- el nordestino de la narración es una categoría esencializada, destinada a
trial, étnico (principalmente italiano) y que enfrentaba una decadencia simbolizar el mal y explicar el crimen. Es simplista y caricaturesco (lo que
económica. De hecho las viejas residencias fueron abandonadas, pero eso no significa que no afecte las relaciones sociales). Es producto de un pen-
tiene que ver con las transformaciones socioeconómicas que incluyen una samiento clasificatorio relacionado con la producción de categorías esen-
movilidad ascendente de antiguos residentes, así como con la decadencia cializadas y la naturalización y legitimación de desigualdades (véase capí-
económica, pero no necesariamente con el crimen. A medida que los resi- tulo 2 y Malkki, 1995: 256-257). Es revelador, asimismo, que migrantes
dentes en mejores condiciones se trasladaron de la región y la industria lo- del Nordeste hayan sido seleccionados por los residentes de Moóca para
cal decayó, muchas construcciones fueron realmente transformadas en ser blanco de sus acusaciones y representar la categoría del delincuente.
conventillos, por medio de un proceso que no es sólo típico de Moóca si- Aunque el habla del crimen constantemente elabore categorías esenciali-
no también de todos los viejos distritos industriales.8 zadas y preconceptos, su contenido cambia en contextos sociales diferen-
Así y todo, el barrio también cambió debido a un proceso que con- tes, es decir, el blanco del pensamiento categorizante varía. El prejuicio
vencionalmente se llamó aburguesamiento [gentrification]. A medida que contra los nordestinos existe en todos lados, pero la cuestión es por qué
las antiguas áreas residenciales se convirtieron en áreas de comercio, una ellos son tan señalados como delincuentes en Moóca, mientras que en
nueva área decaída fue transformada por las inversiones para las clases otros barrios la caracterización principal de los delincuentes varía. Proba-
media y alta. Esta área aburguesada (Juventus) comenzó a construirse en blemente eso está relacionado con el hecho de que la mayoría de las fami-
la década de 1980, con muchos edificios de departamentos. Los integran- lias de Moóca es descendiente de inmigrantes y que los habitantes de la
tes de las clases medias que habían permanecido en la parte más antigua ciudad normalmente ven al barrio como un lugar de inmigrantes. Debido
del barrio, como la señora de la narración con la que estamos trabajan- a que el rótulo inmigrante también se aplica a los residentes que entrevis-
do, sintieron profundamente las transformaciones, ya que afectaron radi- té (como la narradora anterior, una hija de inmigrantes italianos) y que
calmente sus vidas cotidianas locales y sus patrones de sociabilidad. El as- ellos sienten que hay diferenciaciones sociales en el barFio que precisan
pecto que quiero enfatizar, sin embargo, es cómo el crimen ofrece un ser mantenidas, se sienten impelidos a tomar distancia de aquellos otros
lenguaje para expresar, de manera sintética, los sentimientos relacionados migrantes más recientes. En otras palabras, el principio clasificatorio que
con los cambios en el barrio, en la ciudad y en la sociedad brasileña de está funcionando aquí es que la categoría que está más próxima al narra-
modo general. Esos cambios son vistos como un retroceso por los viejos dor -pero que es diferente-, debe ser más enfáticamente distanciada y
residentes y su asociación con la invasión del barrio por «delincuentes» condenada. La mezcla de categorías produce ansiedad cognitiva y condu-
expresa sus puntos de vista de una forma convincente. El crimen es malo, ce a la abominación, como nos recuerda Mary Douglas en su estudio so-
no hay dudas con respecto a eso; asociar los cambios en el barrio a delin- bre clasificación: «Inmundicia o suciedad es lo que no debe ser incluido si
cuentes es atribuir un valor claramente negativo a esos cambios. es necesario mantener un patrón» (1966: 40). Para distinguirse de los
La segunda reducción es aquella embutida en la categoría de los nor- nuevos migrantes, los más antiguos los tratan simbólicamente como con-
destinos, caracterizados con los términos más despectivos: ignorantes, taminantes y los asocian al crimen y al peligro.
perezosos, sucios, inmorales. En una palabra, son delincuentes. Esos tér- Hoy, muchos residentes de Moóca son de la segunda o la tercera
minos despectivos muchas veces son los mismos que han sido usados en generación, pero sienten como si el lugar fuese definitivamente de ellos.
el Brasil desde la época de la conquista para describir al indio, al esclavo Exhiben una fuerte identidad local y un sentido de territorio que es gene-
africano, al trabajador, al pobre, y los analizo con más detalle en el próxi- ralmente desconocido en otras áreas que investigué. Además, sienten que
mo capítulo. En Moóca, se considera que todos esos vecinos indeseados ascendieron socialmente en relación con sus padres -un proceso que la
vinieron del Nordeste: migrantes, como los padres de muchos residentes, crisis económica puso en riesgo-. Eligen, entonces, a los recién llegados,
pero del empobrecido Nordeste y no de Europa. Está claro, con todo, que migrantes como ellos, pero que llegaron después y son más pobres, para
expresar los límites de su comunidad y acentuar su propia superioridad
social. Los recién llegados son tachados de extranjeros -como los padres
8. De acuerdo con la Fipe [Funda~¡¡o Instiruto de Pesquisas Economicas] (1994: 7-9) Moó-
de los residentes más antiguos- pero también de invasores que están des-
ca tenía el 9% de los casi 24.000 conventillos de la ciudad, además del 16,12% de las familias
que vivían en ese tipo de vivienda. El número medio de familias por conventillo en Moóca era
truyendo el lugar que los residentes de Moóca y sus padres conquistaron
del 12,1, casi el doble de la media de la ciudad. Para más informaciones sobre conventillos, véa- y construyeron para sí. Los procedimientos para conservar simbólica-
se el capítulo 6. mente a los nordestinos a distancia son bien conocidos: son descritos
como menos que humanos, peligrosos, sucios y contaminantes; son habi- inconcebible para ella que pudiese ser de otra forma. Ella debe apegarse
tantes de lugares impropios, como conventillos o favelas. Así, se dice que a los estereotipos disponibles y aplicados rigurosamente para entender el
su presencia en el barrio arruina todos los alrededores: ellos «apestaron» absurdo de los asaltos y de los cambios en su vida y en el barrio. Las ca-
el barrio, repite la narradora para puntuar su historia. Su pobreza ame- tegorías son rígidas: no están hechas para describir el mundo de forma
naza el estatus social de todos los residentes. Los nordestinos representan precisa, sino para organizado y clasificado simbólicamente. Están hechas
el proceso de decadencia social que muchos en el barrio están atravesan- para combatir la ruptura en el nivel de la experiencia, no para describir-
do o temen. Al mismo tiempo, esa asociación mantiene ese proceso lejos la. Esto no quiere decir que la descripción sea imposible: está ahí, los la-
de ellos -los antiguos migrantes sugieren que no son tan pobres como los drones eran blancos y de buena apariencia, ella confundió a uno de ellos
nordestinos-; ellos son más afortunados, tienen sus propias casas (aun- con un trabajador. Pero eso es parte de la desorganización del mundo, de
que las pierdan por el crimen y el miedo o entonces por la inflación). la experiencia de violencia y decadencia social que reintroduje varias
En suma, el nordestino es, para el residente de Moóca, la imagen sin- veces en la narración al solicitar detalles. En la narrativa organizada, los
tetizada de todo lo que es malo y reprobable, y consecuentemente, delic- delincuentes precisan ser no-blancos del Nordeste, de los conventillos y
tivo. El nordestino representa peligro, no sólo el peligro del crimen sino de las favelas, el lugar propio a los delincuentes. El «desreconocimiento»
también de la decadencia social. Como una síntesis del mal, la categoría es inherente a la reorganización simbólica del mundo. Es parte del esfuer-
de nordestino no corresponde a la realidad, aun cuando sea un poderoso zo para dar nuevo significado a una realidad que no tiene más sentido,
instrumento para expresar evaluaciones de esa misma realidad. Así y que sufrió una ruptura y/o que está cambiando.
todo, en razón de la distancia que esa imagen guarda con relación a la Algunas veces la narradora reconoció el carácter simplista o incluso
realidad, hay siempre una tensión entre su uso en el habla del crimen y los absurdo de sus categorías y opiniones. Por ejemplo, en un determinado
relatos de detalles de acontecimientos. punto ella se distancia de la versión más extrema de los prejuicios contra
El habla del crimen y la elaboración de las categorías del delincuen- los habitantes de las favelas diciendo que la idea de quemados a todos es
te son simultáneamente un tipo de conocimiento y un «desreconocimien- de su marido, no de ella. Más adelante, modera su defensa de la pena de
to» [misrecognition]. Ésta no es una característica exclusiva del habla del muerte y su difamación de los nordestinos al reflexionar sobre su ira y el
crimen, pero sí algo que comparte con otros tipos de pensamientos clasi- carácter vehemente de su discurso: «cuando estoy enfadada puedo hablar
ficatorios tales como el racismo. Analizando el racismo como una especie tan bien como un abogado», observó ella. Un abogado es también un
de conocimiento, Étienne Balibar argumenta que «el complejo racista personaje estereotipado, asociado con la corrupción, con la manipula-
combina inextricablemente una función crucial de desreconocimiento ción de la ley posible para aquellos que tienen el poder y con maestría en
(sin el cual la violencia no sería tolerable para las propias personas en- el uso de las palabras para engañar.
vueltas en él) y una «voluntad de conocer», un deseo violento por cono- En suma, el habla del crimen se ocupa no de descripciones detalladas
cimiento inmediato de relaciones sociales» (1991: 19). Esta combinación de los delincuentes, sino de un conjunto de categorías simplistas, algunas
genera una gran ambigüedad cuando las personas intentan simultánea- imágenes esencializadas que eliminan las ambigüedades y mezclas de ca-
mente organizar el pensamiento y la narrativa usando esas categorías y tegorías de la vida cotidiana, y que circulan especialmente en momentos
dar cuenta de detalles y experiencias específicos. Aunque la ambigüedad de cambio social. El habla del crimen no está hecha de visiones equilibra-
pueda evitarse cuando la tarea a mano es simplemente establecer las ca- das, sino de la repetición de estereotipos, aun cuando se reconozca su ca-
tegorías y elaborar un discurso general sobre el crimen, se vuelve inevita- rácter simplista. El habla del crimen elabora prejuicios. Aun así, por el
ble cuando las personas lidian con detalles específicos. hecho de que el desreconocimiento puede ser reconocido, el habla del cri-
Ese tipo de ambigüedad es claro en el caso que estoy analizando. La men es también ambigua, con deslices que revelan posibles dudas del
narradora concluye que el hombre que le robó, aunque fuera blanco y tu- narrador con relación a sus esencializaciones. Esas ambigüedades persis-
viese una «buena cara», sólo podía ser del Norte, probablemente de ten en las narrativas de crímenes en la forma de alternancia s de categorías
Ceará. En los dos robos los delincuentes no se conciliaban exactamente bien definidas y pequeños comentarios que dan cuenta de esos aspectos
con la imagen que ella hace de un nordestino/delincuente. En uno de los
casos ella llegó incluso a confundir al ladrón con un trabajador y me in-
i de la realidad que no se encuadran en la descripción estereotipada. Per-
manecen especialmente aparentes en los innumerables comentarios sobre
sistió: «¡Era un muchacho blanco!». Pero en sus comentarios sobre el cri- los pobres. En general, las personas más pobres de un área se asocian
men, ella insiste en usar la imagen del nordestino/delincuente, ya que es a los delincuentes y siempre son referidas en los términos más despecti-
vos, inclusive por los mismos pobres. Mientras tanto, todos reconocen claridad simbólica ayuda a controlar la violencia. En segundo lugar, están
que la pobreza no sólo es excesiva, sino también que ha crecido mucho en quienes argumentan que la narración realiza la mediación de la violencia
los últimos tiempos a medida que la sociedad brasileña se va haciendo y la ayuda a proliferar. Mi intención no es desarrollar una teoría general
más desigual que nunca. Eso fue reconocido por todas las personas con de la relación entre violencia y significación, sino llamar la atención ha-
las que hablé, incluso por la entrevistada que vengo citando, que piensa cia las particularidades de las narrativas del crimen e indicar cómo están
que las condiciones de vida de los pobres están deteriorándose, que las relacionadas con la reproducción de la violencia y con otros procesos so-
políticas gubernamentales en relación con la pobreza son ineficaces y que ciales, especialmente la democratización. Las narrativas de crimen, al tra-
considera su trabajo filantrópico como parte del «antes», o sea, el perío- tarse del desorden de la experiencia causada por el crimen (o por uno de
do en el cual ella era feliz y su vida estaba en orden. Su piedad y su enten- los procesos de ruptura que el crimen simbólicamente expresa), producen
dimiento de las condiciones sociales, mientras tanto, tienen que ser prác- un cierto tipo de significación. Esas narrativas son simplistas, intoleran-
ticamente silenciados para que su historia tenga sentido y para que sea tes y marcadas por prejuicios y estereotipos. Contradicen el discurso y las
presentada ante mí como un caso convincente. Ellos son silenciados para iniciativas democráticas, exactamente los tipos de práctica que la socie-
que los estereotipos puedan tomar el primer plano. dad brasileña estaba intentando consolidar cuando el crimen se volvió el
El crimen provee un simbolismo con el cual discutir sobre otras co- habla de la ciudad. Además, aunque las aguzadas distinciones del habla
sas que son percibidas como erradas o malas, pero sobre las cuales puede del crimen reordenen de hecho las experiencias perturbadas por la violen-
no existir consenso de interpretación o vocabulario. También ofrece el
cia, no son eficaces para controlar esta violencia. Por el contrario, ellas
simbolismo con el cual discutir sobre otros procesos de pérdida, como los
reproducen el miedo y la violencia.
procesos de movilidad descendente. Además, el crimen provee una dra-
En su ambicioso estudio Violence and the Sacred [La violencia y lo
matización para la narrativa de eventos que carecen de ese carácter
sagrado] (1977), René Girard ofrece lo que llama una teoría científica de
dramático -por ejemplo, un proceso de cuatro décadas de cambios en un
la transformación de la violencia en cultura, más exactamente, del meca-
barrio-, pero cuyas consecuencias pueden ser perturbadoras para los in-
nismo generativo capaz de controlar la violencia y simbolizar el pasaje de
dividuos que las experimentan. En el habla del crimen, el miedo al crimen
lo no humano hacia lo humano (1977: 309, 311). Girard describe los
se mezcla con la ansiedad sobre la inflación y la posición social; la condi-
procesos sociales de violencia recíproca generalizada (como una serie de
ción individual se entrelaza con la situación social y con las transforma-
ciones en la ciudad, en el espacio público y en el barrio; las experiencias venganzas privadas) al modo de una crisis sacrificial, que él define como
biográficas reflejan las condiciones sociales. En verdad, es la traslación
una crisisde distinciones-o sea, una crisisque afecta el orden cultural-oEl
recurrente y la reflexión continua de esos diferentes niveles por medio del
orden cultural no es nada más que un sistemareguladode distincionesen el
vocabulario del crimen y sus categorías, los que traen dramatismo a la que las diferenciasentre individuosson usadas para establecersu «identi-
evaluación de los actuales dilemas de la sociedad. dad» y sus relacionesmutuas... Orden, paz y fecundidaddependende dis-
tincionesculturales:no son esas distincionessino la pérdida de ellas lo que
da origena rivalidadesferocesy lanzaa los miembrosde la mismafamiliao
grupo socialunos contra los otros... Esa pérdida fuerza a los hombresa un
enfrentamientoperpetuo, que los despoja de sus característicasdistintivas
La violencia siempre presenta problemas de significación. La expe- -en resumen, de su .identidad»-. El propio lenguajees puesto en riesgo
riencia de violencia rompe el significado, una ruptura que la narración in- (Girard, 1977: 49, 51).
tenta contrabalancear. Pero las narrativas también pueden hacer prolife-
rar la violencia. Las discusiones teóricas sobre violencia frecuentemente Así, una crisis sacrificial es una especie de guerra de todos contra to-
traen insertas dentro de sí teorías de lenguaje y simbolismo así como dis- dos en la cual los hombres (este es el lenguaje de Girard) pierden sus dis-
cusiones sobre la construcción o la destrucción del orden cultural. A con- tinciones en la medida en que son nivelados por la violencia. La solución
tinuación, considero algunas de esas discusiones, que pueden ser dividi-
das en dos perspectivas. En primer lugar, están aquellos autores que
i que él propone para esta crisis es una sustitución sacrificial, en la cual la
sociedad unánimemente concuerda con un acto de violencia contra una
analizan la violencia desde la perspectiva del orden cultural y que consi- víctima solitaria, la víctima expiatoria, que simbólicamente representa a
deran que la violencia pone en riesgo el lenguaje e, inversamente, que la todas las víctimas potenciales (Girard, 1977: 81-82). Analizada por Gi-
rard por medio de la tragedia y del mito de Edipo, la víctima expiatoria riencia inherentemente desordenada. Sólo exagerando la diferencia entre
transforma la violencia generalizada y el caos en orden social. Su sacrifi- dentro y fuera, arriba y abajo, macho y hembra, a favor y en contra, es
cio combina violencia b~na y mala, la violencia que mata y la violencia que se crea una apariencia de orden. En ese sentido, no tengo miedo a la
que restaura el orden. La violencia unánime ejercida contra la víctima ex- acusación de haber hecho parecer excesivamente rígida a la estructura so-
piatoria inicia un ciclo constructivo, aquel de los ritos sacrificiales y de la cial» (1966: 4). Para ella, rechazar la contaminación equivale a rechazar
religión. En ese ciclo la violencia generativa (la unánime) es constante- la ambigüedad, la anomalía y el desorden. «La reflexión sobre la sucie-
mente evocada por medio de rituales repetitivos, manteniendo· la violen- dad envuelve la reflexión sobre la relación de orden y desorden, ser y no
cia recíproca bajo control y permitiendo que la cultura florezca. Para Gi- ser, forma y ausencia de forma, vida y muerte» (1966: 5). De esa forma,
rard, «el acto original de violencia es la matriz de todas las significaciones para Douglas, los esfuerzos para crear orden y distinción (que combaten
mito lógicas y rituales» (1977: 113). El propósito de los rituales es conso- el peligro, la contaminación y, podríamos agregar, la violencia) son em-
lidar la diferencia entre el bien y el mal, seleccionar una cierta forma de prendimientos culturales fundamentales.
violencia y marcada como buena y necesaria en oposición a otras formas El análisis de Elaine Scarry, aunque también oponga violencia y len-
que son consideradas malas. guaje como Girard, presenta un argumento diferente, toda vez que ella no
La teoría de Girard se apoya en la suposición no comprobada de se preocupa por la cuestión del orden social. Su análisis de la tortura co-
que la violencia es inherente a los seres humanos, que tanto la agresivi- mienza con el presupuesto de que <<elsufrimiento físico no sólo se contra-
dad como la venganza son propias de la naturaleza humana y que la vio- pone al lenguaje sino que lo destruye activamente, causando una rever-
lencia es contaminante, comunicable y «se propaga como fuego» (1977: sión inmediata a un estado anterior al lenguaje, a los sonidos y gritos que
31). Además, su argumento presupone que la violencia es paradojal en un ser humano produce antes de aprender el lenguaje» (1985: 4).' La tor-
su naturaleza: es como sangre, una sustancia que puede «manchar o lim- tura también «imita (objetiva en el ambiente externo) esa capacidad de
piar, contaminar o purificar, llevar a los hombres a la furia y al asesina- destrucción del lenguaje en su interrogación, cuyo propó~to no es extraer
to o a apaciguar su rabia y restaurar su vida') (1977: 37). La violencia infOJ:maciónnecesaria sino deconstruir visiblemente la voz del prisione-
sólo puede ser controlada por medio de violencia, esto es, la buena y le- ro» (1985: 20). La estructura de la tortura es la estructura del deshacer.
gítima violencia que dirige la violencia mala hacia los «canales adecua- Para Scarry el punto principal de la tortura no es la verdad, sino el poder.
dos» (1977: 31). Así, el tema principal en el control de la violencia es la Esa estructura se opone a aquella del hacer, crear, significar, en resumen,
capacidad de la sociedad de mantener la distinción y la separación entre la estructura del lenguaje.
violencia buena y mala. «Mientras pureza e impureza permanezcan dis- Mientras autores como Girard y Scarry oponen violencia y lengua-
tintas, incluso la peor contaminación puede ser lavada; pero una vez que je, hay otros que sostienen el argumento contrario, es decir, que la narra-
se permite su mezcla, la purificación no es más posible» (1977: 38). De tiva ayuda a la violencia a circular 'Y a proliferar. En su estudio sobre
acuerdo con Girard, esta distinción sólo puede ser mantenida por una terror Yviolencia durante el boom del caucho en la región de Putumayo,
autoridad de amplia legitimidad que, siendo capaz de sancionar la vio- en Colombia, Michael Taussig argumenta que el terror está mediado por
lencia en una forma culturalmente enclaustrada, mantenga las distincio- la narración (1987: 127). Para él, el embate colonial fue un embate mol-
nes entre bien y mal, violencia legítima e ilegítima, el sistema judicial y deado en un espacio de desentendimiento y creó una cultura de terror
la venganza. Esa autoridad sería, entonces, capaz de desempeñar repeti- basada en el imaginar Yen la reproducción del miedo. Por medio del tra-
damente los rituales controlados (violencia buena) necesarios para re- bajo colonial de fabulación, la realidad de volvió incierta y fue la violen-
producir el orden y el simbolismo. cia la que estructuró las interacciones sociales. Reconocer la imbricación
La teoría de Girard sobre la crisis sacrificial y su control no está cier- de violencia con narración tiene, según Taussig, implicancias para el tra-
tamente en conflicto con el análisis de la materia fuera de lugar de Mary bajo del antropólogo: como el terror se alimenta por la narración, es di-
Douglas. En ambos casos, lo que permite el control del peligro y el man- fícil escribir en contra de él (véase también Taussig, 1992). Aunque él
tenimiento del orden social es la claridad de las categorías. Douglas igua-
la el desorden a la suciedad y considera a los esfuerzos para evitada como
9. Véase Daniel (1996: cap. 5) para un análisis etnográfico de la tortura y del terror que
creativos y útiles para ayudar a unificar la experiencia. «Creo que las corrobora la hipótesis de Scarry. Las discusiones sobre la tortura siempre se refieren a la produc-
ideas de separación, purificación, demarcación y punición de las trans- ción de significado toda vez que la tortura es comúnmente asociada a las cuestiones de la verdad
gresiones tienen como función principal la sistematización en una expe- y de la ley. Discuto estos temas en el capítulo 9.
escribe contra la violencia e intenta encontrar un medio de producir ex- un acto de sacrificio es incapaz de establecer la diferencia entre la violen-
trañamiento en relación con ella. Además sugiere que el terror puede te- cia ilegítima que mata y la violencia legítima que cura. Éste sólo repite el
ner efectos inesperados, toda vez que su simbolismo ayuda a dar a los mismo significado y de esa forma se suma a la «circularidad de la míme-
chamanes contemporáneos su poder de curar. Las imbricaciones de vio- sis violenta» (1991: 264). Al resaltar cómo la violencia asimila aquello
lencia, orden y significación se vuelven, entonces, sustancialmente más que supuestamente debería estancarla (sacrificio y narración), Feldman
complejas. . nos presenta una formación cultural destinada a repetirse a sí misma y a
El análisis de la violencia política en Irlanda del Norte realizado por su violencia política indefinidamente. En ese escenario no hay posibilidad
Allen Fe!dman (1991) también contribuye a exponer la complejidad de esas de cambio y resignificación, ya que todo permanece dentro del ciclo de
imbricaciones. Como Taussig, que considera que la cultura del colonialis- violencia mimética.
mo está inscrita en el cuerpo y que el significado es producido en e! cuerpo Los análisis de Taussig y Feldman sobre el papel del simbolismo en la
de los dominados, Fe!dman argumenta que la cultura política de Irlanda del reproducción de la violencia, así como mi análisis sobre los efectos del
Norte está basada en la «comodificación del cuerpo» (1991: 8). Para él, el habla del crimen en la reproducción del miedo y de la violencia en Siio
instrumento político por excelencia en Irlanda es el cuerpo, e! cual es si- Paulo, indican que los problemas de significación presentados por la vio-
multáneamente víctima y perpetra dar de la violencia y por medio del cual lencia no son simplemente una cuestión de estabilizar distinciones e
no sólo ocurren las transformaciones sociales, sino que también se visua- intentar establecer el orden. El habla del crimen y el crecimiento de la vio-
liza la historia (1991: 9). «La formación múltiple del cuerpo por la vio- lencia en la Siio Paulo actual indican la existencia de intrincadas relacio-
lencia, por tecnologías políticas y por el ritual jurídico, lo convierten en nes entre violencia, significación y orden, en las cuales la narración tanto
un texto inscrito y en un agente de inscripción, en un instrumento conta- combate como reproduce la violencia. De hecho, el habla del crimen hace
minado y contaminador, un "haciendo" y un siendo "hecho". Esa cons- proliferar la violencia al combatir y reorganizar simbólicamente el mun-
trucción ambivalente del cuerpo y su establecimiento como una forma do. El orden simbólico engendrado en el habla del crimen no sólo discri-
política son contemporáneos a la institucionalización de la violencia co- mina algunos grupos, promueve su criminalización y los transforma en
mo un mecanismo que se perpetúa por medio de intercambios y de míme- víctimas de la violencia, sino que también hace circular el miedo a través
sis» (1991: 144-145). Feldman argumenta que las narrativas orales se re- de la repetición de historias y, sobre todo, ayuda a deslegitimar las insti-
montan al cuerpo que fue fragmentado por la violencia. Al hacer esto, las tuciones del orden ya legitimar la privatización de la justicia yel uso de
narrativas tienen el mismo efecto que la violencia política: testimonian la medios de venganza violentos e ilegales. Si el habla del crimen promueve
emergencia de la agency política (1991: 10-16). «Muchos de los textos una resimbolización de la violencia, no lo hace legitimando la violencia
transcritos en este libro pueden ser entendidos como un proyecto políti- legal para combatir la violencia ilegal, sino haciendo exactamente lo con-
co-cultural por parte de los autores y por mi parte, de localizar la narra- trario.
tiva en la violencia al localizar la violencia por medio de la narrativa» Al operar con oposiciones bien definidas categorías esencializadas
(1991: 14). derivadas de la polaridad bien versus mal, las narrativas sobre el crimen
Analizando la reproducción de la violencia sectaria en Irlanda del resignifican y organizan el mundo de una manera compleja y particular.
Norte, Feldman muestra no sólo cómo cada espacio y personaje político Además, esta reorganización específica de! mundo intenta contrabalan-
quedan implicados en la violencia y son entonces recreados en la narra- cear las rupturas causadas por la violencia y al mismo tiempo intermedia
ción, sino también -en contradicción directa con Girard- cómo las accio- y exacerba la violencia. Más que mantener un sistema de distinciones, las
nes que supuestamente combaten la violencia, tales como el sacrificio narrativas sobre el crimen crean estereotipos y prejuicios, separan y re-
(huelga de hambre, por ejemplo), pueden acabar teniendo el efecto exac- fuerzan desigualdades. Además, en la medida en que e! orden categorial
tamente opuesto, reproduciéndola. Eso ocurre porque en Irlanda del articulado en el habla del crimen es el orden dominante de una sociedad
Norte la significación política se obtiene siempre por medio de la violen- extremadamente desigual, tampoco incorpora experiencias de los grupos
cia y del cuerpo. En ese contexto, un acto sacrificial no puede romper el dominados (los pobres, los nordestinos, las mujeres, etcétera); por el con-
ciclo de la violencia recíproca al resimbolizarlo, como teoriza Girard, trario, normalmente los discrimina y criminaliza. De esa forma, las expe-
pero termina por reforzar el mismo simbolismo y perpetuando la violen- riencias de esos grupos necesitan encontrar maneras alternativas de
cia. Por el hecho de que la «producción recíproca y el intercambio de los expresión, las cuales son frecuentemente muy ambiguas, ya que simultá-
objetos sacrificiales» (1991: 264) no sean extraños a la cultura política, neamente reafirman y niegan e! orden categorial. Finalmente, e! habla de!
crimen también está en desacuerdo con los valores de igualdad social, to- Algunos fueron restrictivos y dieron como resultado pérdidas y deterio-
lerancia y respeto por los derechos ajenos. El habla de! crimen es produc- ros (inflación elevada, crisis económica, desempleo y violencia). Otros,
tiva, pero a lo que ayuda es a producir segregación (social y espacial), . por su parte, especialmente la democratización política, fueron expansi-
abusos por parte de las instituciones de! orden, irrespeto de los derechos vos y generaron libertad y respeto por los derechos. En ese contexto, el
de la ciudadanía y, especialmente, la propia violencia. Si e! habla de! cri- crimen ofreció no solo un lenguaje para dar sentido a otros procesos de-
men genera orden, este no es un orden democrático, igualitario y toleran- sestabilizadores, sino también, a través de sus ordenamientos simbólicos
te, sino exactamente su opuesto. La democracia tiene que ver con la aper- peculiares, un campo en e! cual muchos ciudadanos se resistieron a la de-
tura y la indefinición de fronteras (tal como argumento en el capítulo 8), mocratización. Aunque esa resistencia haya sido significativa en algunos
no con enclaustramientos, fronteras rígidas y distinciones dicotómicas. momentos, y a pesar de que la ciudad de muros creada por las estrategias
En e! universo de! crimen las barreras están enraizadas no sólo"en los de seguridad sea básicamente antidemocrática, la resistencia no impidió
discursos sino también materialmente en los muros de la ciudad, que la democracia echara raíces o que la ciudadanía se expandiera. Así y
en las residencias de las personas de todas las clases sociales y en las tec- todo, ella las desafió y expuso algunos de sus límites y disyunciones.
nologías de seguridad. Prejuicios y derogaciones no solo son verbales sino En suma, en este libro me concentro en los procesos que hacen circu-
que se reproducen en rituales de sospecha e investigación en las entradas lar e! miedo y proliferar la violencia, así como en aquellos que se contra-
de edificios públicos y privados. A medida que los pensamientos y actos ponen al miedo y a la violencia. Sin embargo, como mi foco principal es
de las personas son moldeados por e! raciocinio categorizante del habla e! crimen, e! miedo que provoca, el simbolismo que genera y las reaccio-
de! crimen, su influencia se expande, afectando no solo las interacciones nes de protección que promueve, voy a ocuparme principalmente de lo
sociales sino también las políticas públicas y e! comportamiento político. que se podría llamar «el lado oscuro de la realidad socia!>', Este lado no
Así, e! orden simbólico de! habla de! crimen, visible y materialmente ha- se refiere únicamente a la violencia, sino que también refuerza e! autori-
ce la mediación de la violencia. En la Sao Paulo de hoy, e! apoyo a solu- tarismo y la segregación, estimula e! prejuicio y e! racismoo y vuelve natu-
ciones privadas y violentas para e! crimen no solo genera discursos, sino rales las desigualdades sociales. Concentrarse en este universo y exponer
que también alimenta e! crecimiento fenomenal de la industria de la segu- su poder no significa despreciar la capacidad de los ciudadanos de Sao
ridad privada (tanto legal como ilegal). Además, ese apoyo genera indife- Paulo para resistir la dominación o diseñar sus esfuerzos para consolidar
rencia en relación con las acciones ilegales de una fuerza policial que en la democracia. Por e! contrario, significa exponer en toda su complejidad
1992 mató a 1.470 sospechosos de crímenes en Sao Paulo. La nueva los procesos que crean obstáculos para la democratización y presentan
Constitución, aprobada después de! fin de! régimen militar, es descrita severos desafíos para su consolidación más allá del sistema político. Para
despreciativamente por muchos como «protectora de delincuentes». Si e! que la democracia pueda echar raíces en la sociedad brasileña tendrá que
miedo al crimen y a la expansión de la violencia son reales en Sao Paulo, enfrentar y neutralizar los procesos de violencia, discriminación y segre-
y si e! crimen está proporcionando un lenguaje con e! cual se puede ha- gación que e! universo de! crimen articula. La violencia y e! crimen no
blar y pensar sobre muchos otros procesos de desestabilización, también existen aisladamente en la sociedad brasileña, pero sí en un tenso diálogo
es verdad que, con la ayuda del habla de! crimen, lo que se está forjando con la consolidación democrática.
es una ciudad mucho más segregada y una sociedad mucho más desigual,
en la cual las nociones de justicia y los derechos de ciudadanía son direc-
tamente cuestionados, a pesar de! sistema político democrático. Del progreso a la crisis económica;
En este libro analizo las complejas y multifacéticas ecuaciones que del autoritarismo a la democracia
conectaron e! crimen, la violencia y e! miedo, con otros procesos que han
transformado la sociedad brasileña en las dos últimas décadas. En la Sao Más de una generación de paulistas creció creyendo que e! destino de
Paulo de las décadas de 1980 y 1990, Yespecialmente en la época en que su región metropolitana era ser «la locomotora de! país». Una de las imá-
hice la mayor parte de las entrevistas (1989-1990), e! crimen no era e! genes más fuertes de la modernidad moldeó sus mentes y su ciudad. A
único proceso desestabilizador. Este período de la historia brasileña estu- partir de la década de 1950 e! lema que acompañó e! intenso proceso de
vo marcado por una serie de procesos de transformación y por una con- industrialización y urbanización era: «¡Sao Paulo no puede parar!». In-
siderable inestabilidad. Esos varios procesos, aunque obviamente interre- cluso muy recientemente, el progreso realmente pareció ser e! destino de
lacionados y en diálogo entre sí, no tuvieron significados coincidentes. Sao Paulo y del Brasil. Sin embargo, los años ochenta acabaron siendo
«la década perdida»: en vez de crecimiento, hubo una profunda recesión.
crecimiento demográfico: trajo más de un millón de nuevos habitantes a
La inflación elevada, asociada a un débil desempeño económico y al em-
la región en la década de 1950, y dos millones en la de 1960 (Perillo,
pobrecimiento de la población, revirtió el cuadro. Al inicio de la década
1993: 2). La construcción civil y la transformación eran intensas y el go-
de 1990, la creencia en el progreso dio lugar al pesimismo y a la frustra-
bierno local repetía el lema «jSao Paulo no puede pararl"Y
ción, sentimientos expresados en discusiones sobre el crimen. Resumo
Los militares, que cerraron a la fuerza todas las organizaciones polí-
brevemente aquí los principales procesos de cambio que transformaron la
ticas y de oposición, no interrumpieron el desarrollismo: ellos también
sociedad brasileña y a Sao Paulo a lo largo de los últimos veinte años. Mi
querían transformar el Brasil en un país moderno. Bajo el régimen mili-
intención no es ofrecer una historia completa, sino sólo destacar algunos
tar: el PBI alcanzó tasas del 12% de crecimiento anual a comienzos de la
de los principales eventos de modo de contextualizar el análisis que pre-
dé~ada de 1970. El progreso económico estaba basado en el endeuda-
sentaré a continuación.
miento externo y en la intervención directa del Estado en la economía.
La noción de desarrollismo sirvió como telón de fondo para las po-
Esa intervención fue responsable, entre otras cosas, de la creación de una
líticas públicas brasileñas desde la década de 1950. En pocas palabras,
nueva infraestructura de caminos y telecomunicaciones, y de la expan-
la idea era promover, en un período concentrado de tiempo, una indus-
sión de instalaciones y servicios de consumo colectivo tales como un sis-
trialización basada en la sustitución de importaciones y volcada al mer-
tema nacional de salud y seguridad social. Sin embargo, todo fue hecho
cado interno. Eso debería alcanzarse a partir de·una política de atrac-
sin la participación política de las masas y sin distribución de la riqueza.
ción del capital extranjero, incentivos estatales y que atribuía al Estado
Durante los «años del milagro», los militares anunciaron que primero era
un papel económico central. Aunque algunos aspectos de la política de-
necesario crecer para «después dividir el pastel». A pesar de la desigual-
sarrollista hayan sido puestos en práctica durante los gobiernos de Ge-
dad persistente, el Brasil cambió rápidamente en los últimos sesenta años
túlio Vargas (1930-1945 y 1950-1954), se volvió emblemática bajo la
y, no obstante la represión política, la población pasó a enorgullecerse de
presidencia de Juscelino Kubitschek, con su «Plan de Metas» y el eslo-
su país «milagrosamente» moderno. . e. ..
gan de los «50 años en 5». La creación de Brasilia debería simbolizar y
Aunque Sao Paulo presente el ejemplo más expresIvo de mdustnah-
ayudar a promover el salto que se esperaba que diera el país del atraso
zación y urbanización, estas fueron intensas en todo el país. La población
a la modernidad. 10
urbana del Brasil, que en 1950 constituía e136% de la población total, en
La industria metalúrgica con base en Sao Paulo fue el centro de la
1980 representaba el 67% (cerca de ochenta millones de personas). La
nueva industrialización. En 1907, la producción industrial del estado de
mitad de esa población urbana vivía en treinta centros urbanos de más de
Sao Paulo representaba el 16% de la producción nacional; ese porcentaje
250.000 habitantes. Alrededor de 1980, el Brasil poseía nueve regiones
creció al 31 % en 1919, 38% en 1929, 49% en 1950 y 55% en 1960
metropolitanas con más de un millón de habitantes, cuya población ~a-
(Brant et al., 1989: 19). En 1970 el estado de Sao Paulo contribuyó con el
bía crecido a una tasa del 4,5% al año entre 1940 y 1970. En esas regIO-
58,2% del valor nacional de la industria de transformación (Rolnik et al.,
nes metropolitanas está concentrado cerca del 30% de la población bra-
s.d.: 27). Aunque muchas otras regiones hayan aumentado considerable- sileña que, en 1,996, alcanzaba los 157 millones, el 78% en la región
mente su producción, y aun cuando la crisis económica y el reciente pro-
urbana.l2
ceso de desindustrialización hayan afectado considerablemente su posi-
La expansión económica de los años setenta y la consolidación de un
ción, Sao Paulo todavía es el principal polo industrial "elpaís.
«sistema de ciudades» -es decir, un complejo patrón de división territo-
Como era de esperar, el crecimiento industrial estuvo asociado a una
rial del trabajo 'entre el campo y la ciudad y entre las ciudades (Faria,
intensa urbanización. La población de la región metropolitana de Sao
1991: 103)- están asociadas a cambios complejos en la estructura pro-
Paulo creció a tasas de alrededor del 5,5% al año entre 1940 y 1970. Du-
rante ese período, la migración interna fue responsable por el 50% del

11. En el capítulo 6 presento un análisis detallado de la urbanización y de [as recientes


transformaciones de Sao Paulo.
10. Sobre teorías económicas nacional·desarrollistas en América Latina, véase F. H. Car-
12. Todos los datos demográficos pertenecen a los censos. Esas áreas metropolitanas son
doso (1980). Sobre [a historia de la industrialización, véanse Dean (1969) y Singer (1984). Para
Belén, Fortaleza, Recife, Salvador, Belo Horizonte, Río de Janeiro, Sao Paulo, Curitiba y Porto
un análisis de la creación de Brasilia y su simbolismo, véase Holston (1989); para análisis del go-
Alegre. Son todas capitales. Hay también algunas ciudades que no son capitales y tienen más de
bierno de Kubitschek y del desarrollismo, véanse Benevides (1976) y M. L. Cardoso (1978).
un millón de habitantes, tales como Santos y Campinas, en el estado de Sao Paulo.
ductiva.13 Su sector más dinámico ha sido la industria de bienes de consu- En verdad, la combinación de crecimiento y desigualdad marcó los
mo durables para el mercado interno, asociada al crecimiento de bienes más variados aspectos del desarrollo de la década de 1970. Este es el caso
de capital e intermedios. A pesar de las crisis cíclicas, ese sector más diná- de los equipamientos y servicios de consumo colectivo. De acuerdo con
mico fue capaz, hasta el inicio de la década de 1980, de crear un número Faria (1991: 107-108), los servicios de salud, previsión social y educación
considerable de nuevos empleos. Como resultado, un número creciente básica se expandieron, pero al costo de una caída en la calidad de los ser-
de trabajadores se incorporó al mundo de los salarios y contratos forma- vicios y del pago de salarios extremadamente bajos para los profesiona-
les de trabajo. Al mismo tiempo, se constituyó un mercado nacional de les que los proveían. Además, por el hecho de que el control ejercido por
trabajo y bienes (Faria, 1991: 104). El mismo dinamismo económico, por la sociedad civil sobre esos servicios era frágil, fueron ofrecidos de un mo-
su parte, fomentó la expansión de un mercado de trabajo informal y mal do distorsionado (por ejemplo, la falta de servicios médicos básicos allá-
pago (servicios domésticos y personales, industria de construcción margi- do de una elevada inversión en tecnologías sofisticadas, corrupción en la
nal, etcétera) basado en el trabajo intensivo y en la baja productividad, y administración de fondos de previsión social, etcétera). En áreas que exi-
en la proliferación del subempleo. Finalmente, la expansión económica gen elevadas inversiones públicas, tales como habitación, transporte pú-
de los años setenta agravó una distribución de la riqueza ya desigual, por blico y saneamiento básico, los resultados fueron aun peores.
la cual, a fin de la década de 1970, el 50% más pobre de la población re- En suma, de los años cuarenta a fines de la década de 1970, tanto el
cibía sólo el 14% de la renta total. Resumiendo la estructura social urba- Brasil como la región metropolitana de Sao Paulo cambiaron de forma
na creada durante los años setenta Faria sostiene que esta estaba consti- dramática pero paradójica: urbanización significativa, industrialización,
tuida por tres grandes segmentos (1991: 105). El primero, formado por sofisticación y expansión del mercado de consumo y complejización de la
grupos ocupacionales de renta elevada o muy elevada, numéricamente re- estructura social, estuvieron acompañados por autoritarismo, supresión
ducido pero con gran poder de compra e influencia social y política en de la participación política de la mayoría de la población, una distribu-
una sociedad que se volvió más autoritaria y elitista durante ese período. ción extremadamente desigual de la renta y una constante tentativa por
El segundo, contingentes significativos -cuellos blancos y azules-14 de mantener la jerarquía social y la dominación personal. En otras palabras,
personas incorporadas a los sectores productivos más dinámicos y mo- el Brasil se volvió un país moderno con base en una combinación paradó-
dernos. Finalmente, una masa de pobres subempleados. jica de rápido desarrollo capitalista, desigualdad creciente y falta de liber-
El mercado nacional de consumo consolidado en este tipo de socie- tad política y de respeto a los derechos de los ciudadanos. Sao Paulo es la
dad en la década de 1970 exhibía importantes peculiaridades. El creci- región que representa mejor la modernidad brasileña con todas sus para-
miento de la industria nacional estaba basado en la expansión del mer- dojas. Con sus más de dieciséis millones de habitantes, industrias y rasca-
cado interno. Considerables masas de población fueron integradas al cielos, oficinas high-tech y favelas, metros sofisticados y altas tasas de
mercado de consumo a partir de una vigorosa política de crédito que, mortalidad infantil, comunicaciones vía satélite y bajos niveles de alfabe-
como mostró Wells (1976), permitió a los estratos bajos el acceso a al- tización, la metrópoli de Sao Paulo se convirtió en uno de los mejores
gunos bienes de consumo durables (como el televisor, por ejemplo) ya símbolos de una sociedad de consumo industrial pobre pero moderna,
ropa. Esta política permite entender la presencia de televisores en las fa- heterogénea y profundamente desigual.
velas y básicamente explica cómo fue posible expandir el mercado in- A pesar de sus desequilibrios, el proceso de industrialización y creci-
terno y al mismo tiempo mantener una distribución desigual de la ren- miento ayudó a sostener muchas promesas: de progreso, movilidad social
ta y salarios muy bajos. e incorporación del Brasil al mercado de consumo internacional y a la
modernidad. Cuando el PBr estaba creciendo a una tasa del 10% al año,
cuando la renta per capita crecía al 6,1% al año, cuando la·mayoría de
los migrantes se convertían en propietarios y construían casas para sus fa-
13. Véase Faria (1983 y 1991) para los análisis del patrón de urbanización en los últimos milias en las mayores ciudades del país, cuando esas casas eran decoradas
cincuenta años, de la consolidación de un "sistema de ciudades" nacional y de cambios en la es- con todo tipo de bienes industrial izados (sobre todo la televisión) y cuan-
tructura de empleo. ~
do los hijos de esas familias recibían educación y servicios médicos (aun
14. Por asociación a las denominaciones en inglés white-col/ar y blue-col/ar, la autora Se l cuando esos servicios fueran malos), era posible creer que el Brasil real-
refiere aquí a los trabajadores asalariados o autónomos (profesionales liberales, ejecutivos, em-
pleados públicos, etcétera) y a los que utilizan uniforme o delantal protector debido a su traba- mente estaba volviéndose moderno, que el futuro sería mejor, que la nue-
jo de naturaleza manual o física, respectivamente. (N. de la T.) va generación sería más afortunada y que la participación política y la
disminución de la desigualdad vendrían con el tiempo.15 Aunque la elite y la percepción de su cuerpo. El acceso a esos servicios legitimó y natura-
continuara sintiéndose incómoda con la incorporación de las clases tra- lizó las intervenciones en los cuerpos de las mujeres y abrió camino para
bajadoras al mundo moderno, eso era aceptable mientras su propio enri- la adopción generalizada de métodos anticonceptivos. A esa transforma-
quecimiento estuviese garantizado. ción se asociaron otros cambios significativos en las percepciones y acti-
La fe en las promesas de progreso y el patrón de crecimiento se man- tudes de las mujeres, por ejemplo sobre trabajo y educación, y una com-
tuvieron hasta la crisis económica de 1980, cuando los cambios demográ- pleta reevaluación de la importancia de tener familias grandes. El camino
ficos, políticos, económicos y sociales comenzaron a transformar la socie- de esos cambios de valores pasa por la urbanización pero más especial-
dad brasileña. Éstos se combinaron para dar fin al patrón de desarrollo, mente por la integración de la mayoría de la población a los medios de
urbanización y crecimiento que había sido consolidado en los años ante- comunicación de masas, los que siempre divulgaron un modelo de fami-
riores. Los cambios demográficos que se habían vuelto claros en la déca- I lia moderna que es el de la familia de clase media con pocos hijos y fre-
I

da de 1980 fueron tan espectaculares que se suele decir que marcaron una cuentemente con una mujer que trabaja.!7
«transición demográfica» y cambiaron el patrón demográfico brasileño.
De los años cuarenta a los años sesenta el Brasil experimentó un descen-
I
[
Uno de los resultados de la caída en las tasas de fecundidad total es
la disminución de la tasa media anual de crecimiento de la población, que
so en las tasas de mortalidad y tasas de fecundidad total constantemente en la primera mitad de 1990 fue solo del 1,9%. Un segundo resultado es
altas (cerca del 6%). Como resultado, la tasa media de crecimiento de la 1¡ el cambio en la pirámide etaria de la población, que se volvió más vieja.
población también fue alta (cerca del 3% al año) y la distribución etaria ,
f
Finalmente, un tercer resultado es el cambio en el patrón de urbaniza-
de la población era joven. En los años setenta las tasas de fecundidad to- ción. Durante la década de 1980 y especialmente durante la de 1990,
f hubo un importante descenso en las tasas de crecimiento de la población
tal comenzaron a descender. Inicialmente, el proceso se limitó a las áreas
más ricas y urbanizadas, pero en la década de 1980 ya se manifestaba en urbana. Eso queda muy claro en las nueve regiones metropolitanas mayo-
todo el país. Como resultado, la tasa de fecundidad total cayó del 5,8% res, donde las tasas cayeron del 4,5% al año en el períodd 1940-1970, al
en 1970, al 4,3% en 1975 y al 3,6% en 1984, esto es, un descenso acen- I 3,8 % durante los años setenta, y al 2 % durante los años ochenta. Des-
tuado del 37% en quince años. Las estimaciones para 1990 indicaban
una tasa de un máximo de 2,9 hijos por mujer en edad fértiJ.l6
I,
:
pués de haber crecido solo el 1,16% durante la década de 1980 y haber
registrado una significativa emigración por primera vez en la historia,
Vilmar Faria (1989) sugirió una hipótesis estimulante para explicar ¡ Sao Paulo, la ciudad que no podía parar, el paraíso de los migrantes, tuvo
una tasa de crecimiento de la población de solo 0,4% entre 1991 y 1996.
ese marcado descenso en un corto período de tiempo y en ausencia de al- !
gún tipo de política pública de control poblacional. Según él, el cambio I
1
Como es bastante sabido, los años ochenta también fueron «la déca-
í
en el comportamiento reproductivo fue un efecto inesperado de cuatro da perdida» para la crisis económica. El PBI cayó un 5,5% yel salario mí-
políticas sociales gubernamentales que siguieron a la urbanización y que nimo real disminuyó un 46% durante el período de 1980-1990 (Serra,
f
1991). Entre 1940 y 1980 el PBI había crecido el 6,9% anualmente (4%
crearon el sistema nacional de salud, el sistema de previsión social, el sis- I en el caso del PBI per capital. Entre 1980 y 1992, creció sólo un 1,25% al
tema de telecomunicaciones que permitió la difusión de los medios de co" J

municación de masas y el programa de crédito directo al consumidor. El !


í
año y la renta per capita cayó el 7,6% (PNUD-IPEA, 1996: 73). Uno de los
principales componentes de la crisis económica fueron las persistentes ta-
cambio fue posible, por lo menos en parte, a causa de la creciente dispo- I
I
nibilidad de los servicios médicos, que afectó especialmente a las mujeres I sas elevadas de inflación (véase tabla 1).
I

I Los sucesivos planes para combatir la inflación fallaron hasta media-


I dos de los años noventa -inclusive el famoso Plan Cruzado en 1986 yel
1
Plan Collor en 1990-. Además, tuvieron fuertes efectos en la vida de los
15. Durante la década de 1970, según Rocha, .la renta per capita se expandió 6,1 % por
año, la tasa de analfabetismo cayó de! 40% aI33%, y la población urbana aumentó de! 55% al
I ciudadanos que, como las personas que entrevisté y cuyas declaraciones
68%. Aunque las desigualdades de renta y regionales se hayan intensificado claramente en los I analizo en el capítulo 2, sintieron que su calidad de vida se deterioró con-
años setenta, eso fue compensado por e! hecho de que, con todo, la mayoría de las personas esta- tinuamente durante el período. Asimismo, la recesión económica generó
[
ba en mejor situación. Desde e! ángulo de la renta, la pobreza absoluta disminuyó drásticamente:
se estima que la proporción de pobres cayó de! 53% en 1970, al 27% en 1980. (1996: 2). .•
~
o I .•
~
o
16. Los datos sobre tasas de fecundidad son de la PNUD-!PEA (1996: 65-67). Para una dis- [
cusión sobre los tipos radicales de control de la natalidad adoptados por mujeres brasileñas, véa- I 17. Véase Hamburger (1998) para un análisis de la televisión en el Brasil pos-I964 yespe-
se e! capítulo 9.
I cialmente sobre el papel de las telenove!as.

j
blación. Un análisis definitivo sobre e! rumbo de los cambios en la es-
tructura de la producción todavía está por hacerse, pero los datos dispo-
nibles para e! estado de Sao Paulo indican algunas importantes transfor-
1980 99,7 1990 1.585,2 maciones.IB Desde la década de 1980 decreció la participación de Sao
1981 93~ 1991 475,1 Paulo en e! valor de la transformación industrial. Era de! 58,2 % en
1982 100,3 1992 1.149,1 1970, cayó al 49,6% en 1984 y al41 % en 1991 (Rolnik et al., s.d.: 27;
1983 178,0 1993 2.489,1 y Leme y 13iderman, 1997). Los efectos de la crisis económica fueron es-
1984 209,1 1994 929,3 pecialmente fuertes en la ciudad de Sao Paulo y en la mayoría de las
1985 239,1 1995 21,9 áreas industrializadas de la región metropolitana, exactamente en aque-
1986 58,6 1996 9,1 llas que habían pasado por un boom durante e! patrón de desarrollo an-
1987 396,0 1997 4,3 terior. El centro industrial de! país cerró industrias y comenzó a reestruc-
1988 994,3 1998 2,5 turar su economía durante los años ochenta y noventa.
1989 1.863,6
Las consecuencias sociales de la crisis económica fueron devastado-
Fuente:IBGE: INPC (índiceNacional de Preciosal Consumidor). ras. Después de una década de inflación, desempleo y recesión, la pobreza
Obs.:Valoresrelativosa la variaciónanual de los preciosal consumidormedidos adquirió proporciones alarmantes a comienzos de la década de 1990.19In-
en diciembre. vestigaciones recientes demuestran que los efectos de la crisis fueron espe-
cialmente duros para los pobres y agravaron la ya desigual distribución de
la renta.20 Rocha (1991: 37) muestra que la proporción de personas po-
bres en las nueve regiones metropolitanas acompañó las oscilaciones de la
desempleo y pocas oportunidades de recuperación. Durante la vigencia crisis económica: tocó un pico durante la recesión de 1983 (38,2 %) yal-
de altas tasas de inflación, resulta más difícil prever e! futuro y aumenta canzó su tasa más baja durante e! año de recuperación de 1986 (22,8%).
la sensación de inseguridad de las personas con relación a su posición so- Para todo el país, en 1990, la proporción de pobres era de! 30% (Rocha,
cial. La decadencia social pasa a ser una perspectiva más realista que las 1996: 1).21Aunque este nivel sea más bajo que e! de 1980 (34%), en com-
posibilidades de ascenso, al contrario de lo que había ocurrido desde los paración con el largo período de movilidad social y disminución de la po-
años cincuenta hasta los ochenta. breza de los años setenta, esconde una fuerte reversión de expectativas. En
De acuerdo con algunos analistas (por ejemplo PNUD-IPEA, 1996: 73- un contexto de crisis y de inflación en e! cual las esperanzas de movilidad
76), e! fracaso de las políticas económicas en los años ochenta y noven- se fueron frustrando, la insatisfacción se hizo generalizada, especialmente
ta se debe, por lo menos en parte, a su incapacidad para promover los en las áreas metropolitanas donde la proporción de pobres es mayor que
cambios estructurales necesarios para dar inicio a otro patrón de desa- en las pequeñas ciudades (véase Leme y Biderman, 1997 para un análisis
rrollo. Reconocen que el patrón anterior -basado en la sustitución de las
importaciones, la fuerte intervención estatal en la economía y el endeu-
damiento externo- alcanzó su límite en la década de 1980. La inflación 18. El último censo industrial en el Brasil fue en 1985.
solo fue controlada después de 1994 con el Plán Real, elaborado por el 19. De acuerdo con el Dieese-Seade, las tasas de desempleo estaban cerca del 6% al final
entonces ministro de Hacienda Fernando Henrique Cardoso. Electo pre- de los años ochenta y alrededor del 8,5% en la primera mitad de los años noventa.
20. Entre los estudios recientes sobre la pobreza y la distribución de renta se incluyen: Ba-
sidente sobre la base del éxito de su plan, Cardoso viene adoptando una
rros y Mendon~a (1992), Barros, Camargo y Mendon~a (1996), Barros, Machado y Mendon~a
serie de políticas que están transformando el patrón anterior de creci- ( 1997), Barros, Mendon~a y Duarte (1997), Leme y Biderman (1997), Lopes (1993), Lopes y
miento y el papel del Estado. Éstas incluyen el agresivo programa de pri- Gottschalk (1990) y Rocha (1991, 1995 Y 1996).
vatización de empresas públicas (incluyendo telecomunicaciones, ener- 21. Las líneas de pobreza varían de acuerdo con las ciudades y regiones del país. Rocha
gía y petróleo); la tentativa de reforma del sistema de previsión social y presenta su metodología para calcularlas (1996). Ella calculó la línea de pobreza de la región me-
tropolitana de Siío Paulo en 1990 como equivalente a una renta mensual per capita de 43,29
la de controlar el déficit público. Cardoso fue reelecto en 1998, pero su
dólares. Ese era el nivel más alto del país. En la región metropolitana de Siío Pauto la proporción
segundo mandato comenzó en medio de una crisis económica asociada de pobres era del 22% en 1981, 34,4% en 1983, 16,9% en 1986 y 20,9% en 1989 (Rocha,
al endeudamiento público y la desvalorización de la moneda, que trajo 1991: 37). Estos datos indican que los peores años de la recesión fueron 1981 y 1983, lo que es
al FMI de vuelta al Brasil y afectó sustancialmente su apoyo junto a la po- confirmado por Lopes y Gottschalk (1990: 104).
de! estado de Sao Paulo). Las entrevistas que analizo en e! capítulo 2 de- Algunos grupos, como mujeres y personas de color, son más adver-
muestran claramente esa reversión de expectativas. samente afectados por la pobreza. En 1996 las mujeres representaban e!
En 1995 e! Brasil tenía un PBIde 536.000 millones de dólares y una 41,6% de la población económicamente activa, de acuerdo con el PNAD.
renta per capita de 3.370 dólares. Actualmente su PBIestá entre los diez Ellas trabajaban principalmente en el sector de servicios (cerca del 70%)
mayores de! mundo. Sin embargo, su distribución de renta es una de las y su renta media era solamente el 55,3% de la de los hombres. Aunque
peores. La proporción de la renta en poder del 20% más rico de la pobla- las mujeres sean ligeramente más instruidas que los hombres, su renta es
ción, creció de! 54% en 1960 al 62% en 1970, 63% en 1980 y 65% en sistemáticamente más baja que la de los hombres en todas las categorías
1990, mientras que la proporción correspondiente al 50% más pobre ocupacionales y en todos los niveles educativos (PNAD,1996). Lopes
cayó de! 18% en 1960 al 15% en 1970, 14% en 1980 y 12% en 1990 (1993) muestra que los efectos de la crisis económica fueron peores en
(Barros, Mendon~a y Duarte, 1997). Estudios recientes mostraron que la domicilios a cargo de mujeres. Este tipo de domicilio creció considerable-
mayor concentración de renta ocurre en e! tope de la distribución, espe- mente en los últimos años: en 1960, el 10,7% del número total de domi-
cialmente en e! 1% más rico, mientras que la diferencia entre los deciles cilios estaba a cargo de mujeres; en 1989 ese número era de! 20% (Gol-
más bajos no es acentuada y es comparable a la de otros países lati- dani, 1994: 309-310). En 1989, el 33% de los domicilios a cargo de
noamericanos. En la última década, de acuerdo con los resultados de las mujeres estaban debajo de la línea de pobreza, en comparación con e!
PNAD,22 la proporción de la renta en las manos de! 1% más rico de la po- 23% del número total de domicilios (Goldani, 1994: 320). La situación
blación, creció de! 13% en 1981 al 17,3% en 1989, y al 15,5% en 1993. es especialmente grave en el caso de las mujeres negras. Los domicilios a
Un estudio reciente de! PNUD(Programa de las Naciones Unidas para e! cargo de mujeres son más comunes entre familias negras que entre fami-
Desarrollo) que comparó 55 países mostró que, medida por la razón en- lias blancas (21 % comparado con 14% en 1989). Además, en e! mismo
tre la renta media per capita del 10% más rico y del 40% más pobre de año casi la mitad (49%) de los domicilios a cargo de mujeres negras esta-
la población, e! Brasil tenía la peor situación de desigualdad. Mientras ban debajo de la línea de pobreza (Goldani, 1994: 309, 320). Aunque a
que en la mayoría de esos países (incluyendo todos los países desarrolla- muchos todavía les guste pensar en e! Brasil como una «democracia ra-
dos y todos los otros principales países de América Latina) la renta del cial», cualquier lectura de indicadores socioeconómicos muestra la si-
10% más rico es en promedio diez veces más alta que la del 40% más po- tuación desfavorable de la población negra e indica e! grado de discri-
bre, en e! Brasil es casi treinta veces más alta (PNUD-IPEA,
1996: 17). La re- minación de la que es víctima. En promedio, la renta de las personas
gión metropolitana de Sao Paulo es una de las menos pobres y tiene una de color está en torno de apenas e! 65% de las de la población blanca
de las mejores distribuciones de renta del país. En 1990 los pobres cons- (PNUD-IPEA, 1996: 22).25 Además, Lopes (1993) muestra que el 68% de
tituían e! 17% de la población de! estado (la segunda proporción más ba- los domicilios urbanos debajo de la línea de indigencia tienen un negro o
ja del país; PNUD-IPEA, 1996: 182). De todas maneras, el coeficiente de un pardo al frente, mientras que los domicilios negros o pardos represen-
GINIcreció del 0,516 en 1981 al 0,566 en 1989 y al 0,5748 en 1991 (Ro- tan apenas e! 41 % del número total de hogares urbanos.
cha, 1991: 38; y Censo de 1991).23En el estado de Sao Paulo e!1 % más El otro proceso importante de cambio en la década de 1980, fue la
rico detenta e! 13,8% de la renta (Leme y Biderman, 1997: 192).24 democratización política. El final de los años setenta y el inicio de los
años ochenta fueron marcados por una expansión significativa de los de-
rechos y de la ciudadanía política. Es importante recordar algunos gran-
22. PNAD se refiere a la Pesquisa Nacional por Amostra de Dornicílios [Investigación Na- des hitos de ese proceso. Uno de ellos fue la recreación de! movimiento
cional por Muestra de Domicilios], realizada por el IBGE (Instiruto Brasileiro de Geografia e Es-
sindical a partir de! ABCOpaulista, e! área de la región metropolitana de
tatística). Todos los datos sobre distribución de renta indicados antes provienen de las PNAD.
°
23. El coeficiente de GINI es una medida de distribución de renta. Varía de a 1. Sería
cero si todas las personas tuvieran la misma renta y 1 si una persona concentrara toda la renta
Sao Paulo con la mayor concentración industrial y que simboliza e! mo-
delo de desarrollo anterior a la crisis económica. Este movimiento recha-
nacional. En otras palabras, cuanto mayor el valor, mayor el nivel de desigualdad. Para el Bra-
sil, e! coeficiente de GINI era de 0,580 en 1985,0,627 en 1989 y 0,6366 en 1991 (Rocha, 1991:
38; y Censo de 1991).
24. Como en el resto del Brasil, en e! estado de Sao Paulo y en la región metropolitana, la 25. El Censo Brasileño usa las siguientes categorías raciales: blanca, negra, parda y amari-
renta está altamente concentrada en e! decil más rico. Mientras queja diferencia entre e! prime- lla. Normalmente los análisis de relaciones raciales consideran negro y pardo de forma agrupa-
ro y el segundo decil está cerca de! 75%, Y entre e! segundo y tercero es de alrededor de! 38%, da, pues fue demostrado que comparten condiciones sociales semejantes. En 1991 los blancos
la diferencia entre e! noveno y el décimo decil es de! 180% (Leme y Biderman, 1997: 198). eran e! 55,3% de la población, los pardos e! 39,3%, los negros e! 4,9% y los amarillos el 0,5%.
zó la estructura sindical organizada en los tiempos de Getúlio Vargas y minó en medio de un desastre económico y numerosas acusaciones de co-
generó un nuevo tipo de liderazgo sindical y político que desempeñó un rrupción. En 1986, los brasileños elegieron la Asamblea Constitucional
papel central en el nuevo régimen democrático. Otro hito fue la eclosión que redactó la nueva Constitución democrática, promulgada en 1988. El
de los movimientos sociales de barrio en las periferias pobres urbanas, período de la Asamblea Constitucional fue uno de los más democráticos
frecuentemente apoyados por la Iglesia Católica, y que garantizaron legi- de la historia brasileña: miles de grupos en todo el país se movilizaron
timidad a la noción de que los habitantes de esos barrios tenían el «dere- para enviar petitorios y presionar por sus demandas.
cho a tener derechos». Los participantes de esos movimientos eran los En 1989, cuando los brasileños finalmente pudieron votar para pre-
propietarios de casas autoconstruidas, quienes percibieron que la organi- sidente, el Brasil tenía 82 millones de electores registrados. La sociedad y
zación política era el único medio de forzar a las autoridades de la ciudad la comunidad política que ellos representaban eran radicalmente diferen-
a ampliar la infraestructura urbana y los servicios para sus barrios. A co- tes de aquellas representadas por los 15 millones de electores que en 1961
mienzos de la década de 1980, cuando fue posible la reorganización de habían participado de la última elección para presidente. En 1989 la cam-
partidos políticos, representantes de movimientos sindicales y de movi- paña electoral se desarrolló principalmente en la televisión -presente en
mientos sociales, junto con representantes de los movimientos de mi- casi el 60% de los domicilios-, los dos candidatos que fueron a la segun-
norías (mujeres, negros, homosexuales, etcétera), que también se expan- da vuelta eran ambos jóvenes (en la década de los 40 años) y representa-
dieron en ese período, fundaron el PT -Partido de los Trabajadores-, .ban lo que podría llamarse un nuevo modo de hacer política. Fernando
probablemente el primer partido político en la historia brasileña que no Collor de Mello, electo en segunda vuelta, era un neoconservador oriun-
fue generado o comandado por la elite. do de las oligarquías del Nordeste y versado en la vida de Brasilia. Su ad-
En suma, mientras la crisis económica se acentuaba, había esperanza versario era el líder del PT, Luiz Inácio Lula da Silva, un migrante del Nor-
en la transformación política. De hecho, los movimientos sociales y la deste que había sido metalúrgico en la región del ABCD y se había
apertura política ampliaron de forma significativa los derechos políticos convertido en su líder sindical más importante en los años setenta. El he-
de los ciudadanos. Por un tiempo el entusiasmo que esa expansión gene- cho de que él hubiera vencido a una serie de famosos políticos nacionales
ró fue compartido por todas las clases sociales y sintetizado en el deseo de y haber participado de la segunda vuelta, testimonia cuánto había cam-
que la dictadura militar terminara. El movimiento «¡Directas Ya!» captu- biado el país. Pero no había cambiado lo suficiente.
ró ese anhelo. Incluso antes de que la población pudiera votar, la expan- Los .brasileños prefirieron elegir el producto de los medios de comu-
sión de la ciudadanía fue celebrada en las calles y plazas en 1984. El 25 nicación de las oligarquías conservadoras, creyendo que él podría traer
de enero, aniversario de la fundación de la ciudad de Sao Paulo, alrede- modernización y llevar una imagen «apropiada» del Brasil a las «nacio-
dor de 300.000 residentes de todas las clases sociales se congregaron en nes adelantadas del mundo», como afirmó una persona que entrevisté.
la Pra~a da Sé para exigir el derecho a votar directamente por el Presiden- Mientras tanto, en el contexto de crisis que acabo de describir, las espe-
te. Importantes demostraciones de este tipo se sucedieron en todas las ranzas de una modernización fácil fueron frustradas de inmediato. En
grandes ciudades. A mediados de abril, la multitud en las calles de Sao marzo de 1990 era visible que la inflación estaba fuera de control (véase
Paulo fue calculada en un millón de personas: fue la mayor demostración tabla 1). Al día siguiente de la asunción, Collor adoptó el Plan que llevó
política que la ciudad y el país habían visto alguna vez. Sin embargo, si- su nombre para intentar «matar la inflación con un solo tico». Como se
guiendo los viejos modelos elitistas, el 25 de abril el Congreso Nacional sabe, ese plan congeló todas las cuentas bancarias con saldo por encima
votó por negar a la población el derecho al voto directo, decidiendo que de 50.000 cruzados (cerca de 1.250 dólares) durante un año y medio, de-
el próximo presidente fuera electo por el Congreso Nacional, que tenía jando a la economía literalmente sin liquidez alguna. En vez de derrotar
como miembros a una tercera parte del Senado directamente designado la inflación, el Plan afectó inmensa mente lo cotidiano y las vidas de las
por el régimen militar. El nuevo presidente electo, Tancredo Neves, quien personas, como indican todas las entrevistas que hice después de que hu-
contaba con el apoyo de la población, murió antes de asumir el cargo. El biera sido adoptado. Junto con los efectos de la propia inflación, que des-
vicepresidente, José Sarney, el anterior líder del partido militar dominan- valorizó totalmente las cuentas bancarias congeladas y fue acompañada
te, asumió. (Había sido designado en una alianza política destinada a por una caída en los salarios reales, el Plan Collor sirvió básicamente pa-
derrotar al candidato de la derecha en la elección del Congreso Nacio- ra acentuar y simbolizar un sentimiento de deterioro de la posición social,
nal.) Aunque Sarney disfrutó de cierta popularidad debido a la nueva po- incluso entre las clases medias altas. Las entrevistas muestran con mucha
lítica de congelar la inflación (el Plan Cruzado de 1986), su gobierno ter- claridad que el Plan Collor se convirtió en un divisor simbólico crucial
entre «antes y después», «mejor y peor». Las desilusiones con el gobier- cial, a la privatización de la justicia, a los abusos de la policía, a la forri-
no Collar culminaron en 1992 con las denuncias de corrupción que lleva- o ficación de las ciudades y a la destrucción de los espacios públicos. En
ron a su impeachment. otras palabras, en el BrasilIa democracia política no trajo consigo el res-
Otro proceso que viene marcando profundamente la sociedad brasi- peto por los derechos, por la justicia y por la vida humana, pero sí, exac-
leña y especialmente sus regiones metropolitanas desde los años ochenta, tamente sus opuestos. En ese contexto el crimen no solo expresa yarticu-
es el aumento del crimen violento. Ese incremento obviamente agrega la otros procesos negativos de cambio, sino que también representa los
inseguridad a las ya intensas ansiedades relacionadas a la inflación, al de- límites y desafíos de la democratización brasileña. En verdad, el universo
sempleo, y a una transformación política que venía afectando las configu- del crimen indica el carácter disyuntivo de la democracia brasileña de dos
raciones tradicionales de poder y expandiendo los derechos de ciudada- maneras: en primer lugar, porque el crecimiento de la violencia deteriora
nía. Las discusiones sobre el miedo al crimen revelan la angustia que se en sí los derechos de los ciudadanos; y en segundo lugar, porque ofrece un
genera cuando las relaciones sociales ya no pueden ser decodificadas y campo en e! cual las reacciones a la violencia se vuelven no solo violentas
controladas de acuerdo con criterios antiguos. Aunque haya ciertamente y carentes de respeto hacia los derechos, sino que ayudan a deteriorar el
muchos aspectos positivos en la desintegración de viejas relaciones de au- espacio público, a segregar grupos sociales y a desestabilizar el estado de
toridad y poder en el Brasil, queda claro que muchos grupos sociales derecho.
reaccionaron negativamente a la ampliación de la arena política y a la ex- En este libro analizo especialmente aquellos aspectos de la sociedad
pansión de los derechos. Esos grupos encontraron en el problema del cri- brasileña en los que la democracia echó raíces de forma reacia, o en las
men una forma de articular su oposición. El universo del crimen -inclu- cuales simplemente no se enraizó ..Analizo la violencia y las varias dimen-
yendo el habla del crimen y el miedo, pero también el crecimiento de la siones de la deslegitimación de la justicia y de los derechos civiles. Esa es
violencia, e! fracaso de las instituciones del orden, especialmente la poli- la esfera en la cual la democratización es desafiada y en la cual la resisten-
cía y e! sistema judicial, la privatización de la seguridad y de la justicia y cia a las transformaciones que podrían llevar a una sociedad más igualita-
e! continuo cercamiento y segregación de las ciudades- revela de forma ria está articulada de forma explícita. Por el hecho de estar insistiendo en
sintética y distintiva el carácter disyuntivo de la democracia brasileña. el carácter disyuntivo de la sociedad brasileña, nunca presupongo que los
James Holston y yo (1998) desarrollamos e! concepto de democracia dis- sombríos procesos sociales que analizo constituyan la marca principal o la
yuntiva para dar cuenta de los procesos contradictorios que marcan la so- única marca de la sociedad brasileña, o incluso la única tentativa de crea-
ciedad brasileña e indicar la esfera en la cual la expansión de los derechos ción de orden. Aún así, argumento que el universo de la violencia y del cri-
resulta más problemática.26 Una de las principales contradicciones que men, incluyendo la falencia del sistema judicial, la falta de respeto a los de-
marca al Brasil contemporáneo es la que existe entre expansión de la ciu- rechos individuales, los abusos por parte de las instituciones del orden,
dadanía política y deslegitimación de la ciudadanía civil. De un lado, hu- prejuicios e intolerancia se contraponen a las tendencias democráticas y
bo una expansión real de la ciudadanía política, expresada en las eleccio- ayudan a sustentar una de las sociedades más desiguales del mundo.
nes libres y regulares, libre organización de partidos, nuevo liderazgo
político y funcionamiento regular del poder legislativo en todos los nive-
les, asociados a la libertad de expresión y el cese de la censura a los me-
dios de comunicación. De! otro, sin embargo, está el universo del crimen
y uno de los más intrigantes hechos de la consolidación democrática bra-
sileña: el de que la violencia, tanto civil como de aparatos del Estado, au-
mentó considerablemente desde el fin del régimen militar. Este aumento
en e! crimen y en la violencia está asociado a la falencia del sistema judi-

26. El concepto de democracia disyuntiva no se aplica sólo a la sociedad brasileña, sino


que apunta hacia procesos contradictorios de desarrollo que pueden ocurrir en cualquier demo-
cracia (véase Holston y Caldeira, 1998). Con todo, las disyunciones muy claras parecen caracte-
rizar especialmente a los países que atravesaron recientemente por transiciones democráticas
(Holston,2007).
El habla del crimen extiende su lógica particular a innumerables te-
mas. Las discusiones sobre el crimen casi siempre llevan a reflexiones so-
bre la situación del país. Crisis económica, inflación y desempleo fueron
repetidamente asociados a la violencia por personas que estaban perdien-
do la esperanza de movilidad social. Ellas hablaron sobre sus problemas y
experiencias de decadencia y violencia, pero también discutieron la situa-
ción del país y expresaron su diagnóstico de que el proyecto de moderni-
dad que había prevalecido hasta entonces estaba simplemente llegando a
su fin. Antes de que las discusiOnes sobre el agotamiento del modelo
nacional-desarrollista, el fin de la fase fordista del capitalismo, la reestruc-
turación industrial, las políticas neoliberales y el nuevo orden internacio-
nal se volvieran temas de debate público en el Brasil más allá de un círcu-
lo académico muy restringido, entre las personas que entrevisté entre 1989
y 1991 era nítida la percepción del fin de una era.
Visiones sobre la naturaleza del contexto socioeconómico en el cual
la violencia crece y sobre el futuro del país fueron expresadas de maneras
semejantes por entrevistados de diferentes grupos sociales. Entretanto,
las experiencias de violencia tienden a ser específicas en cada clase. Aun-
que todos los grupos sociales sean víctimas del crimen, son víctimas de di-
ferentes tipos de delitos, siendo las clases trabajadoras las más victimiza-
das por los crímenes violentos. Es obvio que esas diferentes experiencias
marcan la percepción que cada clase tiene del crimen. Así y todo, paulis-
tas de diferentes grupos sociales -por lo menos aquellos que entrevisté-
comparten algunas concepciones sobre el crimen y el mal. Ellos parecen
creer que los espacios del crimen son espacios marginales, como las fave-
las y los conventillos, y que sus habitantes, criminales en potencia, son
personas que están en el límite de la sociedad, de la humanidad y de la co-
munidad política. Ellos todavía ven al crimen como algo asociado al mal,
que se esparce y contamina fácilmente y que requiere instituciones fuertes
y autoridades para control arlo. Este control es visto como una tarea de la
cultura contra las fuerzas de la naturaleza.
A continuación analizo las explicaciones para el crimen, que en ver-
dad son diagnósticos sobre las transformaciones del país, y las opiniones
sobre el crimen y sobre los criminales que obtuve en las entrevistas con
residentes de diferentes grupos sociales de Sao Paulo. Este análisis abor- ciales y que desafían las grandes categorizaciones y descripciones. Utilizo
da sólo una parte de los temas de las entrevistas: aquellos relevantes para otras metodologías a fin de entender otras dimensiones del universo del
entender las interconexiones entre crimen violento, segregación urbana y crimen.
ciudadanía en la Sao Paulo de hoy. Mi atención se vuelca sobre todo a las
tensiones, ambigüedades y contradicciones que emergen en el discurso de
las personas como un resultado de dos situaciones distintas. Primero,
cuando declaraciones genéricas inspiradas por las categorizaciones deri-
vadas de la oposición entre el bien y el mal deben coexistir con explica- En 1989-1991, cuando hice las entrevistas, los residentes de Sao Pau-
ciones más detalladas que lidian con experiencias del día a día, que son lo todavía pensaban en su ciudad y en su país en términos de la ideología
matizadas y ambiguas. Segundo, cuando las personas tienen que tratar de progreso que había sido forjada en las décadas anteriores. Mientras
con estereotipos que las discriminan a sí mismas y, en vez de cuestionar tanto, en el auge de la inflación y la recesión económica, el sueño de pro-
los estereotipos, intentan apartarlos de sí y asociarlos a otras personas greso ininterrumpido era solo un recuerdo de las posibilidades perdidas:
próximas, generalmente vecinos. Al interpretar las entrevistas, intenté en- el «país del futuro» parecía estar perdiendo el tren de la historia. Si antes
tender lo que cada persona me dijo. Entretanto, lo que presento aquí no había habido progreso, ahora era el retroceso el que marcaba la realidad.
son opiniones individuales, sino un resumen que obtuve al yuxtaponer Las entrevistas revelan una inversión de expectativas, y las frustraciones
todas las entrevistas.! En mi narración uso citas de las entrevistas de dos y la ansiedad que la acompañan. Ellas indican de qué manera las perso-
maneras. Primero, como ejemplos, cuando una cita representa a varias
nas intentaban lidiar con los cambios negativos que afectaban su vida y
otras parecidas, sintetizando comentarios e imágenes encontrados de mo-
que les parecían permanentes. Esas discusiones sobre la crisis económica,
dos más fragmentarios en todo el material. Segundo, particularmente,
la decadencia social que esta produjo y la inversión de e~pectativas con-
cuando analizo casos específicos que considero ser especialmente o hasta
textualizan el crecimiento del crimen sentido por todos.
excepcionalmente reveladores con respecto a una cierta articulación. No
es necesario decir que al emprender un análisis cualitativo, lo esencial es Desde el trabajador desempleado de la periferia al hombre de nego-
capturar parte de la riqueza de significados embutida en las prácticas so- cios de Morumbi, la mayoría de las personas entrevistadas vivió el fin de
la década de 1980 y el comienzo de la de 1990 con pesimismo, incerti-
dumbre y desilusión. Muchos no lograban recordar otro momento de la
1. Las entrevistas transcritas generaron millares de páginas, difíciles de manejar y de ha- historia reciente en que las cosas hubieran estado tan mal, ni siquiera en
cerse inteligibles. Desarrollé la siguiente técnica para analizar el material: primero, el día de cada
entrevista, describía detalladamente la situación en que se había dado. Se trataba de una inter-
los años de la dictadura, que las personas veían como tiempos de repre-
pretación preliminar, lidiando tanto con los elementos no verbales de la interacción como con al- sión política pero de prosperidad económica. Unos pocos, generalmente
gunas de mis reacciones a los temas discutidos. Esos ejercicios eran importantes no sólo para en- de clases más altas, lograron mantener su creencia en el progreso y su op-
tender la entrevista sino también para generar cuestiones para entrevistas futuras. Segundo, cada timismo al ver las posibilidades de un nuevo orden internacional. La ma-
entrevista era transcrita de manera literal. Tercero, después que terminé todas las entrevistas y
tenía una idea del material como un todo, reví cada entrevista y escribí un análisis de la estruc-
yoría, por su parte, sólo encontraba fundamento para descreer. Encima
tura de la narración y de las opiniones de los entrevistados sobre temas diferentes. Ese tipo de de todo, estaba la realidad palpable de la inflación elevada y del desem-
análisis es semejante al presentado en el capítulo 1. La intención era grabar en mi mente la indi- pleo, provocando fuertes sentimientos de incertidumbre, perplejidad y
vidualidad de cada narración y sus articulaciones antes de comenzar a pensar en términos de desorientación en personas de todos los grupos sociales.
comparaciones, yuxtaposiciones y tal vez generalizaciones. De hecho, lidiar con material cuali-
tativo es concentrarse en la riqueza de los detalles. Cuarro, generé una lista de temas que pare-
cían centrales y recurrentes. Esos temas expresaban asociaciones de cuestiones (por ejemplo: mal
versus autoridad, en vez de mal y autoridad por separado). Quinto, volví al archivo electrónico 2.1.
de cada entrevista e introduje marcas de índice correspondientes a los temas que había identifi- -Inflación es eso: compras hoy y mañana no sabes si alcanza para com-
cado. Sexto, produje un índice para cada entrevista. Séptimo, produje un índice general de índi- prar. Comes hoy y mañana no sabes si comes. ¿Quién pierde? Siempre el
ces. Esos dos tipos de índices me guiaron a través del proceso de escritura y me permitieron na-
pueblo, el pobre. Infelizmente es la parte que puso los hombres allá. Quien
vegar con cierta confianza por las entrevistas. La primera versión del análisis contenía todas las
pierde más generalmente es el pueblo, es la masa. Ellos pierden.
citas pertinentes a cada tema analizado. Era prácticamente ilegible, a causa del tamaño, de la
cantidad de repeticiones y de la atención a los detalles. Esta es la tercera versión, en la cual in- Vendedor desempleado, 32 años, soltero; vive con una hermana casada
tento establecer un compromiso entre las exigencia de legibilidad y referencia al material. en Moóca.
2.2. número de pobres. Porque el rico tiene pocos hijos, quien tiene hijos como
-La inflación y esa desorganización que hubo en el sistema hizo que se cobaya es e! pobre. Entonces, yo creo que la pobreza aumentó mucho más
perdieran las referencias, entonces no tenemos más referencia; ¿qué es me- que la riqueza. Porque ganar dinero no es fácil. Principalmente honestamen-
jor, pagar bien a un empleado o dar una canasta básica,2 o dar un seguro, o te, no es nada fácil. Pero aumentó porque e! país creció económicamente, di-
dar un servicio hospitalario al empleado? Entonces, nosotros perdemos la cen que es la octava economía de! mundo. Sólo que la distribución de la ren-
referencia ... Pienso que uno de los motivos que provoca esa criminalidad ta es peor que en los países de África. Que en Senegal. .. que estuve leyendo
creciente es esta inflación que es inhumana, que alcanza mucho a la clase por ahí. Dicen que es una vergüenza. ¡Es increíble!
de menor renta. El Plan quitó el poder de compra del comprador. El Plan Agente inmobiliaria, 56 años, divorciada; comenzó a traba;ar en 1990;
Collor -yo voté a Collor-, el Plan Collor vino para disminuir el empobreci- vive con una hi;a en Alto de Pinheiros.
miento, para sacar del rico y poner ... yo pienso que ocurrió lo contrario,
hasta ahora ha sido lo contrario, el pobre está más pobre y el rico está más El Plan Collor fue considerado devastador, principalmente para las
rico ... La hiperinflación corroe completamente los conceptos de moralidad, clases medias cuyos ahorros fueron totalmente desvalorizados al quedar
de todo lo que puedas tener, cambian tus conceptos ... Entonces, yo creo que
congelados en cuentas bancarias durante 18 meses mientras la inflación
en la hiperinflación todos pierden todo, nadie gana nada ... La inflación ha-
subía. Entretanto, hasta personas de la clase trabajadora que pensaban
ce que pierdas tus conceptos [...] Entonces, sin querer, sin querer no, la infla-
ción hace que pagues muy poco a tu empleado, y la inflación trae el dinero que el plan tuvo virtudes, ya que por primera vez había afectado a los ri-
para el rico, concentra la renta, entonces yo lo considero inmoral, es como cos, reconocieron que su poder adquisitivo disminuyó después de la im-
un robo; el robo para mí es inmoral. plantación del plan. Además, las entrevistas con personas de la clase tra-
Empresario de la rama inmobiliaria, cerca de 40 años, vive con la mu- bajadora estaban colmadas de comentarios sobre el crecimiento del
;er y tres hi;os en Morumbi. desempleo y la situación desesperada de las familias cuyos miembros ha-
bían perdido sus empleos. El mayor motivo de frustración se relacionaba
Era común la opinión de que los remedios para lidiar con la inflación con el gobierno y los políticos. La mayoría de los entrev1stados conside-
alta habían sido consistentemente ineficaces, culminando con el Plan raba que el gobierno había traicionado las expectativas del pueblo, enga-
Collor. Ese plan afectó a todo el mundo, y los entrevistados concordaron ñándolo con promesas no cumplidas, adoptando políticas que contraria-
con que, a pesar de sus intenciones, el plan acentuó la desigualdad social ban lo que había sido dicho en campañas electorales, y resguardando los
y la distribución de la renta se volvió aún más injusta. intereses de una minoría de ricos y poderosos. Pensaban que los políticos
habían sido ineficaces al tratar los problemas del país. Algunas personas
consideraban que ya no había un liderazgo de hecho y que el gobierno era
2.3. tan inestable y volátil como la inflación. En ese contexto, algunos volca-
-Mire, por increíble que parezca, en la época puede haber sido hasta ban sus esperanzas, aunque confusamente, hacia la idea de un gobierno
una ilusión, el milagro brasileño en tiempos de Delfim Neto, pero en aque- fuerte, «constante, durable», como dijo uno de ellos (2.5).
lla época la inflación no subía con esta aceleración. Creo que era una infla-
ción más estable. Creo que aquella época era una época mejor. [...] Creo que
la generación de 50 años de edad, a la que le tocó el Plan Collor, es una ge·
2.4.
neración que económicamente se acabó, no tiene más chanceo Porque la gen-
-El Brasil está hecho un caos. Porque estamos viviendo de varias men-
te que tenía dinero para viajar, o que ahorró para comprar un departamen-
tiras, y una de las mayores es la inflación. [...] El Brasil necesitaría, por ejem-
to para los hijos, o que ahorró incluso para la casa propia, quedó con el
plo, un presidente que pudiera tener brazo de hierro, democráticamente, y
dinero preso. Y muy difícilmente se va a recuperar, fue un golpe muy gran-
poder ser ree!ecto, y poder ser reelecto, hasta enderezar.
de en verdad [...] Hoy la expansión de la riqueza en el país aumentó, aunque
Contador, 63 años, vive con la mu;er y el hi;o en Moóca.
la distribución sea pésima. Ahora, lo que creo que aumentó mucho más es el

Es vieja la idea en el Brasil de que un buen presidente, principalmen-


2. La canasta básica consistía en lo que un jefe de familia necesitaba para subsistir. Fue un .~
te uno que trabaje por los pobres, tiene que ser fuerte. Esa imagen ha sido
concepto usado por el gobierno para calcular el salario mínimo. Recientemente, ha sido usado }
para referirse a un grupo de alimentos básicos. Debido a la disminución del poder adquisitivo de
asociada a Getúlio Vargas, especialmente por miembros de la clase obre-
los salarios, muchos empleadores distribuyen estos alimentos a sus trabajadores junto con el ra. Muchos trabajadores disculpan el autoritarismo de Vargas basándose
pago del salario. en el argumento de que él tenía que ser fuerte para controlar a los pode-
rosos -los tiburones- y que él fue el primero en gobernar de hecho a fa- pendencia del Brasil. [oo.] Creo que el Brasilnunca estuvo en una época ade-
vor de los trabajadores al crear la legislación laboral.J Algunas veces los cuada, porque justamente el Brasilnunca fue independiente.Nunca se asu-
gobernantes del régimen militar y sus ministros fueron mencionados en mió, nunca pudo asumirsecomo un país independiente,yeso ya da una cier-
asociación a un período en que las cosas eran mejores -como en el caso ta inseguridad. [oo.] El Brasilnunca tuvo una época buena, si la tuvo fue una
de Delfim Neto, que es defendido por una simpatizante del PT en la cita ilusión, pero pasó. Tal vez la era Vargascreó una ilusión así [oo.] Hoy yo es-
cucho a muchos señoreshablando de la era Vargasy tal. Pero eso fue un pe-
2.3-. Dada la grave situación económica del comienzo de la década de
ríodo de abundancia, porque el poder de ellos es limitado, por más grande
1990, asociada al primer presidente electo directamente, para muchos el que sea, es por un momento. Lo que necesitamoses un poder constante, du-
régimen militar no parecía tan malo. rable. No sirve de nada que llegue un poderoso y haga algo maravilloso en
La atracción por una autoridad fuerte y perpetua personifica una el país y de repente [...] es lo mismo que construir un castillo en la arena.
amenaza al orden democrático -un orden que incluso las personas que Construir un maravilloso castillo encima de arena movediza, blando, de
buscan un «brazo de hierro» parecían estar ambiguamente intentando agua. Esto es simplementeilusión. Sialguienme dice que hubo períodos me-
preservar. Lo que esta ambigüedad revela es más una preocupación por jores, yo voy a decir que realmentelos hubo, pero fue sólo el tiempo que lle-
resolver un problema inmediato (a veces adoptando la solución más co- vÓfotografiar aquel castillo, porque enseguidavino el agua y «tchuÍ». Y si
mún -en este siglo el autoritarismo ha sido más la norma que la excep- es para tener un castillo por un segundo, me parece mejor ni tenerlo. Hay
ción en el Brasil-) que en analizar las consecuencias de la solución a lar- muchas personas que hablan de esta época, yo concuerdo, pero comprendo
go plazo. Pero revela también la ambigua relación que se mantiene con el la ilusión que el tipo vivió, yo no lo viví,yo sólo vi esta fotografía.
Desempleado graduado en comunicaciones con especialización en ra-
régimen democrático. El desencanto hacia los líderes y sus promesas no
dio, 23 años; vive con los padres en Moóca.
cumplidas se combina con frustraciones relacionadas con el progreso del
país y su modernización amenazada. A pesar de que la creencia en el pro-
Ciertamente es muy común en situaciones pos-colonj,ales y en países
greso ha sido básicamente incuestionable hasta hace poco tiempo, varios
en vías de desarrollo, pensar el progreso en términos de un modelo exte-
entrevistados expresaron la idea de que el progreso es una ilusión y no
rior de modernidad con relación al cual la realidad local es una versión im-
una promesa, y consideraron que el país nunca fue capaz de vivir de
perfecta, incompleta, subdesarrollada o, como mínimo, especial. En este
acuerdo con sus expectativas y nunca lo sería. Un joven residente de
sentido, las ansiedades con respecto a la copia, identidad, independencia y
Moóca expresó su escepticismo de manera especialmente convincente.
modernidad son inherentes al proyecto de la nación y su desarrollo. Con-
secuentemente, ellas están difundidas, no sólo entre los ciudadanos, sino
también en las teorías de ciencias sociales y políticas públicas.s Incluso en
2.5.
el auge de la creencia en el progreso y en la movilidad social, en el período
-Yo no logro ver cómo nuestro país va a lograr unirse al resto del mun-
do. No puedes saber.Está superindefinido.Creo que la situación es optimis- de 1950-1980, la distancia entre el ideal de desarrollo y la realidad brasi-
ta en cierto punto, porque yo reconozco que somos una historia nueva [oo.] leña ofrecía un telón de fondo para discusiones sobre e! futuro. Una de las
Nuestra tristeza, vamos a decir así, es que estamos viendo allí en la pantalla fórmulas para lidiar con esa distancia ha sido la famosa frase «el Brasil es
del cine a los países prosperando y a nosotros que queremos igualamos a el país de! futuro». Sin embargo, los brasileños siempre trataron esa obser-
ellos. Nosotros acortamos el puente. Sepiensa que estamos en el mismo ni- vación con una dosis de ironía. Eso se expresa, por ejemplo, en un chiste
vel,pero no, es una ilusión.Aquelloes una pantalla, aquello está en un tiem-
po muy adelantado y nosotros tenemos que trabajar mucho para hacer de
esto un país.4 [oo.] Es necesarioque haya una segunda... una verdadera inde- 5. Esa tensión entre un ideal moderno y la realidad retrógrada de la nación viene a tono en
los más diferentes modelos inventados por las ciencias sociales brasileñas para concebir la reali-
dad brasileña. Está presente en las discusiones raciales del final del siglo XIX sobre .blanquea-
3. Para una discusión sobre lo que los miembros de los sectores trabajadores piensan so- miento de la población. (d. Skidmore, 1974) y en los debates sobre la relación entre liberalismo
bre Vargas y su gobierno, y especialmente sobre el Estado corporativista, véase Caldeira (1984: y esclavitud (d. la famosa discusión sobre las .ideas fuera de lugar' de Schwarz, 1977). Tam-
cap. 4). .g bién está obviamente presente en las discusiones sobre el desarrollismo nacional y la necesidad
4. Este tema tuvo muchas otras expresiones en la época. Por ejemplo, en una famosa can- } de saltar etapas de desarrollo y acelerar la industrialización (d. Furtado, 1969 y la discusión so-
ción de final de la década de 1980, Caetano Veloso pregunta: -Cuándo es que en vez de rico o bre la -originalidad de la copia., de F. H. Cardoso, 1980), y sobre la teoría de la dependencia
policía o mendigo o pibe seré ciudadano, quién va a poner en ecuación las presiones del PT, de la (Cardoso y Faletto, 1967). El modelo antropológico más famoso que articula la tensión entre las
UDR y hacer de esta vergüenza una nación? (Vamo Comer, de Caetano Veloso y Tony Costa). especificidades locales y la modernidad completa es el de Da Matta (véase especialmente 1991).
que muchos entrevistados me recordaron y que ha sido contado en el Bra- Las ansiedades originadas en la condición colonial todavía balizan
sil desde hace varias generaciones. De acuerdo con el chiste, hubo un tiem- algunas reflexiones sobre el futuro del país, llevando a la repetición de la
po en que el país estaba al borde de un abismo, pero finalmente hizo algún cuestión: «¿Cuál será el lugar del Brasil en el orden internacional?,). En
progreso y dio un paso al frente ... Hay varias otras imágenes estereotipa- la medida en que el desarrollismo mostraba señales de agotamiento, al-
das sobre las potencialidades del país, repetidas con una pizca de cinismo.6 gunas personas expresaron su pesimismo. Pero también había algunos
A pesar de la ambigüedad producida por el hecho de que se afirma y se optimistas, personas entusiasmadas con los primeros movimientos del
niega simultáneamente la posibilidad de que el progreso sea común, ella gobierno Collar redefiniendo la relación del Brasil con el orden interna-
parece haberse hecho más profunda recientemente, a medida que las per- cional y adoptando políticas neo liberales que contradecían el antiguo
sonas se dieron cuenta de que el desarrollo, de hecho, nunca coincidió con modelo basado en la sustitución de importaciones, proteccionismo, sub-
sus promesas. Por un lado, está la idea de ilusión, bellamente comentada sidio estatal y cierre del mercado nacional.
en la cita 2.5:7 los modelos de desarrollo en la pantalla de cine y los alega-
dos períodos de crecimiento brasileño capturados en viejas fotografías
imaginarias son como castillos de arena, ilusorios y transitorios. Por otro 2.7.
lado, los chistes están dando lugar a un claro pesimismo y a veces, inclu- -Yo creo que la cosa está caminando hacia una internacionalización.
so, a la desesperación. Creo que el Estado nacional está siendo superado, está todo muy interrela-
cionado, una nación no vive sola. Quiero decir, aquel espíritu «vamos a
cerrar las fronteras y fomentar el mercado interno», ese asunto no existe
2.6. más. La velocidad del conocimiento es muy grande y es una velocidad que se
-El Brasil esta cada vez... cada vez así. .. no digo menos viable, pero da por una sinergia que existe, una relación sinérgica entre las naciones; si se
es un país que no está dando mucha proyección de un buen futuro para el cierra, se va para atrás ... Yo no creo que el Brasil perdió ¡;) tren de la histo-
pueblo brasileño. Yo estoy preocupado. Yo como joven me quedo preocu- ria. Creo, sí, que nosotros perdimos diez años, infelizmente, todo eso, pero
pado porque no soy un joven alienado. Me está pareciendo que este nuevo creo que se puede recuperar. Soy un tipo optimista. No comparto el pesimis-
gobierno que va a entrar va a enfrentar serias dificultades, porque nosotros mo, soy un tipo optimista y vibro mucho con todo esto que está ocurriendo
somos un país del Tercer Mundo, somos un país que ... culturalmente es un a nivel político, todos estos cambios (...] Creo que estamos en un proceso
país del Tercer Mundo, tenemos una deuda externa muy grande, tenemos correcto. En ese punto hasta Collar; no voté por él, voté por Lula en la se-
una calidad de vida, de salud, mala, de alimentación mala. Tenemos pro- gunda vuelta; casi me mataron en el medio empresarial, esas cosas, casi me
blemas con el nivel de ... hasta de ... problemas generales, sabe, de posicio- tiraron por la ventana, pero yo voté por él más porque me parecía que Lula
namiento frente al mundo desarrollado. Es un país que, todo bien, es rico, traía una amenaza menor al sistema democrático que Collor.
es un país que tiene mucha tierra, tiene mucho futuro, dicen que va a ser el Director general y co-propietario de una i1tdustria química, Morumbi,
granero del mundo. Pero mi padre ya decía eso, mi abuelo ya decía eso, y 37 años, dos hijos; la mujer es ama de casa.
yo estoy viendo que el tiempo va pasando y las cosas van quedando igua-
les y cada vez peores. Nunca se tuvo tanta miseria en el Brasil, creo, como
ahora. 2.8.
Empleado público de escalafón medio, 32 años, soltero, nivel universi- -Mire, yo creo que no es fácil, pero creo que es un primer paso para
tario, vive con los padres en Moóca. que partamos hacia una cosa nueva. No podíamos continuar más en el mun-
do actual siendo una cosa que no tenía más nada que ver, necesitaba real-
mente una sacudida (...] Creo que toda esta nueva mentalidad tiene que ser
introducida en el país. Nosotros no podemos quedamos más tan fuera del
mundo. Y no sé cómo, pero quién sabe vamos a conseguido. Me da la sen-
6. Algunas de esas imágenes son tan viejas como el propio país. Reflejan la famosa frase sación a veces que estamos empezando a mejorar. Creo que ya se habla en
«una tierra donde lo que se planta, da», usada en 1500 por el escribiente Pero Vaz de Caminha
un nivel un poco más internacional, una cosa así un poco más amplia. Creo
para describir la nueva tierra al rey de Portugal. ~
que ya se vislumbra que no puede ser como era (...] No es fácil. Nuestra
7. Ilusión es también una buena metáfora para lo que ocurre bajo la inflación y para la za- ;:
randa financiera que la acompaña: las personas piensan que ganaron dinero con la especulación mentalidad es muy ... , no sé, creo que un poco primitiva incluso, ¿no? Esa
financiera, pero es solo una ilusión, pues el poder de compra desaparece; las personas piensan falta de noción que nosotros tenemos de economía, esa cosa de no saber
que el salario aumentó, cuando sólo acompañó la inflación. consumir adecuadamente. Mientras la gente no entienda -la gente de la que
estoy hablando somos todos nosotros, el pueblo-, no entendamos que la
gente tiene que ahorrar, que la gente tiene que consumir adecuadamente, to-
do va a ser difícil. Creo que es peor el consumo de los grupos más pequeños, .EI salario en verdad sólo alcanza para comer, no al-
grupos que no tienen ninguna noción de nada. Mientras no cambie esa men- canza ni para ir al parque a llevar a María para ju-
talidad, creo que va a ser muy difícil. gar en la vuelta al mundo.»
[Más tarde ella argumentó que Sáo Paulo es un lugar especial. Explicó Mecánico de automóviles, 22 años, casado;
que si una persona viaja en el interior del estado de Sáo Paulo, realmente vive en el Jardim das Camélias con la mujer,
queda sorprendida con su desarrollo. Durante los primeros días que siguie- María, y dos hermanos.
ron al Plan, «cuando fue aquella miseria nacional" ella tuvo que volar hacia
Minas. Mirando hacia abajo desde el avión, pensando que nadie tenía dine- Los mismos sentimientos de pesimismo e incertidumbre expresados
ro en aquella época, pero viendo toda la tierra cultivada, «esa cosa fantásti- en comentarios sobre el país, marcan las discusiones sobre experiencias
ca», pensó:] individuales. Si el progreso del país estaba volviéndose más una ilusión
¡Qué cosa! el Brasil es un fenómeno, no se puede hundir. Creo que es
que una promesa, para los individuos la experiencia de decadencia social
una gran diferencia para el resto del Brasil. [...] La gente aquí en Sao Paulo,
era cada vez más la realidad. Eso ocurría en todos los grupos sociales,
la gente trabaja, la gente no se deja ... la gente está trabajando y está siguien-
do con su vida. Eso ahí no se puede parar, yo creo. Esa parte del país, creo pero obviamente era expresado de maneras diversas y asociado a dificul-
que no hay con qué hacerla parar. La gente quiere trabajar. Mientras noso- tades extremadamente diferentes de acuerdo con la clase social.
tros no nos desliguemos de esa mentalidad de gobierno protector, esto no Poco antes de la Navidad de 1990, entrevisté a tres hermanos en el
tiene arreglo. Todo, el gobierno; el gobierno es el que tiene que dar, el go- ]ardim das Camélias, a quienes !=onocíadesde 1978, cuando eran niños.
bierno es el que tiene que hacer, el gobierno ... Esto ... esto es un desastre. Lo En diciembre de 1990, el más grande (A) tenía 22 años, acababa de casar-
que necesitamos es libre iniciativa, es trabajar, seguir viviendo hacia delante. se y trabajaba como mecánico de automóviles, ganando Cr$ 35.000 (casi
Ama de casa, 52 años, Morumbi, dos hijos; el marido es ejecutivo de tres salarios mínimos) por mes; su hermano (B) tenía 16 aÍíos y era traba-
una multinacional. jador no cualificado en una fábrica textil, ganando Cr$ 18.000 (un sala-
rio mínimo y medio); y su hermano (C), de 19 años, estaba buscando un
Las pocas personas que eran optimistas con respecto al país en 1990- empleo: acababa de volver de Bahía, adonde la familia se había mudado
1991 eran de las clases más altas. Ellas veían una nueva fórmula de pro- algunos años antes. La entrevista reveló no solo el nivel de pobreza y las
greso, de incorporación al sistema mundial y a la modernidad (que Collar restricciones que moldean su día a día, sino también su falta de esperan-
representaba), y que tal vez pudiera dejar atrás el lado atrasado del país za en un futuro mejor. Ese pesimismo queda especialmente claro cuando
(los pobres, el Nordeste), fortaleciendo las relaciones directas de la moder- es contrastado con otra serie de entrevistas que hice diez años antes a un
na y trabajadora Sao Paulo con el exterior. Pero ese discurso elitista sobre grupo de jóvenes en el jardim das Camélias: todos creían en el progreso
la modernidad era frecuentemente marcado por un profundo prejuicio so- y pensaban que en algunos años estarían en mejor situación social, a pe-
cial. La culpa del atraso del país generalmente es asociada no solo al go- sar de que creían que para eso necesitarían esforzarse mucho, trabajando
bierno sino también al pueblo, sobre todo los más pobres, «los grupos más duro y estudiando (Caldeira, 1984: 168-172). Entretanto, en 1990, los
pequeños». El reconocimiento de la inmensa injusticia social y del efecto jóvenes del ]ardim das Camélias sentían que era poco lo que podían ha-
devastador de la inflación en los más pobres no impide que algunas perso- cer para mejorar su calidad de vida. Aun cuando trabajaran y estudiaran
nas de las clases media y alta afirmen que los pobres son por lo menos par- duro -tal como hacían-, no conseguirían mucho. Para ellos, la idea total-
cialmente culpables por su situación y por los problemas del país. La cita mente consensuada diez años antes de que Sao Paulo era un buen lugar
2.8, a la cual retorno más abajo, expresa esa posición elitista: ella destaca porque ofrecía empleo y movilidad social, ya no era válida. Incluso podía
el potencial del país y la excepcionalidad de Sao Paulo, atribuyendo a los ser un buen lugar para encontrar un empleo, pero los salarios no permi-
pobres actitudes que impiden que esas potencialidades se concreten; tían su incorporación a la sociedad de consumo -como ocurría una déca-
El optimismo de las clases más altas, mientras tanto, no era compar-
tido por otros grupos sociales. Lo que las clases más altas veían como se-
i da antes- o movilidad social. Los salarios se gastaban en alimentación y
transporte, y los jóvenes que entrevisté hablaron con tristeza e ironía so-
ñales de mejoría, parecía a aquellos para quienes la crisis no tenía ningu- bre las posibilidades que les eran ofrecidas: como dijo uno de ellos, él no
na connotación de progreso más bien una ilusión. podía ni siquiera llevar a su mujer al parque de diversiones de vez en
cuando. Construir la casa propia estaba fuera de consideración. A fines universo de la cultura de masas y refiriéndose a Rambo, e! personaje de
de la década de 1970, cuando comencé a hacer trabajo de campo en el Sylvester Stallone, como un abogado de los derechos de los trabajadores.
Jardim das Camélias, todos en e! barrio creían en e! progreso. Las perso- Su conocimiento de la cultura urbana contrapuesto a las marcas de su ex-
nas estaban construyendo sus casas y organizando todo tipo de asociacio- clusión, expresa la injusticia que sufren. Sus entrevistas son tan persuasi-
nes y movimientos sociales para obtener mejores servicios e infraestruc- vas que tornan superflua cualquier interpretación.
tura para e! barrio (Caldeira, 1984, 1987 y 1990). Obtuvieron la mayor
parte de la infraestructura para el barrio (asfalto, iluminación pública,
cloacas) y de los servicios públicos (guardería, puesto de salud) en la dé- 2.9.
cada de 1980, y de esa forma ayudaron a urbanizar la periferia. Muchas A -El salario en verdad sólo alcanza para comer, no alcanza ni para ir
personas consiguieron agrandar y terminar sus casas autoconstruidas. al parque y llevar a María a jugar en la vuelta al mundo. Si yo gasto en trans-
Sus hijos, sin embargo, que a comienzos de los años noventa estaban en porte, va a faltar para ir a trabajar al otro día. Entonces me voy a quedar en
casa, sí, porque es mejor, entonces me quedo en casa. [...] El cine yo creo que
la franja de los 20 años, casándose y que ya habían estado en el mercado
tampoco compensa, no. La persona, alguien que tiene un videocasete, va a
de trabajo por algún tiempo, sentían que no tenían las oportunidades que un videoclub, alquila una cinta por 150 y pasa el día sólo viendo la película
sus padres habían tenido. Como me dijeron muchas veces, no lograban que quiera. Lo que a mí de verdad me gusta es ver películas de Rambo, ahí
ver los resultados de sus esfuerzos. Todo lo que pudieron ver a lo largo de me quedo todo el día viendo películas de Rambo.
los últimos años era, como dijo uno de ellos, que <<losricos se hicieran -¿Por qué te gusta Rambo?
más ricos y los pobres no tienen más oportunidad de ascender en la vi- A -Porque es un tipo violento. ¿Viste ya a Rambo allá en los Estados
da», Para completar ese sentimiento de desesperanza, percibían que en su Unidos? .
barrio, el lugar calmo y pacato donde habían crecido jugando a la pelota -Vi sus películas.
en las calles, se estaba poniendo peligroso. Algunos de sus amigos habían A -Cuando vayas para los Estados Unidos y lo veas¡ dile que hay un
sido muertos en las mismas calles donde acostumbraban jugar juntos. tipo aquí que quiere un autógrafo de él.
-Le digo, pero creo que va a ser difícil que me encuentre con él, solo en
Los padres de los tres muchachos que entrevisté en 1990 estaban entre los
la televisión ...
líderes más activos de las asociaciones locales a fines de la década de A -En verdad yo veo Rambo porque hace un papel defendiendo, que-
1970 y comienzo de la de 1980 y entre los fundadores del comité local del riendo tener los derechos,8 defendiendo el bien, defendiendo a los pobres y
PT. A mediados de los años ochenta, sin embargo, al sentir que las cosas el bien, acabando con la ambición, ves que él va atrás de gente ambiciosa y
se estaban poniendo muy difíciles y violentas, volvieron a su tierra natal, todo acaba bien. Sería bueno si la gente actuara de esa manera, agarrara
Bahía. Desde entonces, cada uno de sus siete hijos ha retornado a Sao esos tipos ricos así, muy ambiciosos y les prendiese fuego. [...] Si ocurriera
Paulo en algún momento en busca de mejores oportunidades. eso, Silvio Santos estaba muerto, Roberto Marinho estaba muerto, que son
La descripción de los hermanos sobre la situación económica de! país tan ambiciosos, son tan ricos, esa gente rica es toda ambiciosa, sólo para te-
era desalentadora: «nadie tiene dinero, los empleado res están todos cami- ner alguito hay que ser ambicioso.
no a la quiebra, despidiendo empleados; e! Plan Collar perjudicó a mu- -¿Piensas que hoy en día la persona que trabaja la vida entera tiene
cha gente, dijo el mayor. A pesar de que dos de ellos todavía están em- chance de ascender en la vida?
A -Pienso que quien trabaja la vida entera ... creo que no tiene chance
pleados, no esperaban mantener el empleo por mucho tiempo. Uno tenía
de ascender en la vida, no.
la certeza de que sería despedido después de las fiestas de fin de año. Es- C -Antes tenía, hoy no puede, no.
pecialmente convincentes y desalentadores fueron sus relatos sobre las -Antes ¿cuándo?
tentativas de encontrar trabajo -a pesar de la poca edad, todos ya habían C -Diez, veinte años atrás, y ahora ganas un dinero, lo muestras, viene
intentado muchos empleos-, las largas horas invertidas en trabajo y un ladrón y se lo lleva, no puedes ni gastar.
transporte, las tentativas de bajar las expectativas y las continuas frustra-
ciones de sus esperanzas. Ellos sabían acerca de las oportunidades de con-
sumo que la ciudad ofrecía y querían participar de ese mercado por lo i 8. Él usa aquí la expresión «queriendo tener los derechos [respetados]-. Hubo un lema po-
menos en un modesto nivel, compatible con una vida digna de trabaja- pular del movimiento sindical a partir de Vargas, en el cual hacen hincapié los movimientos so·
dor; pero sabían que eran excluidos. Sentían que eran víctimas de la in- ciales contemporáneos y el PT. Así, este joven, que vota por el PT, interpreta a Rambo en estos
justicia, un sentimiento que expresaban usando imágenes prestadas de! términos políticos.
B -No vale más la pena comprar cosas buenas, no. Ganas 20.000, vas Las personas de otros grupos sociales que entrevisté, en Moóca y es-
a comprar un pantalón: es casi 15.000. pecialmente en e! Alto de Pinheiros y Morumbi, viven en condiciones
A -¡Trabajas un mes para comprar un pantalón! muy diferentes de la pobreza de! Jardim das Camélias. Sin embargo, ellas
B -Zapatos, si quisieras andar a la moda, tienes que ganar alrededor de también sentían que estaban más pobres que antes, que estaban decayen-
100.000 para vestir de marca, como se dice. do socialmente, que la desigualdad social había aumentado y que las
C -Tienes que ganar la lotería o e! bingo. perspectivas para el futuro no eran alentadoras. Aunque en grados varia-
A -El tipo que gana unos dineritos más o menos, va a querer comprar
dos, las descripciones de! deterioro de las condiciones sociales eran bási-
unos muebles buenos para poner dentro de la casa, va a querer pasear un
camente las mismas. Las personas expresaron un sentimiento de restric-
día; cuando llega, los ladrones ya se llevaron todo. Tiene que salir ypedirle
ción y de ser incapaces de aprovechar lo que la ciudad tiene para ofrecer;
al vecino que vigile la casa.
-¿Y cómo hacen las personas para ir a la moda? todos tenían conciencia de que los salarios se evaporaron y que el consu-
B -Ah, muchas personas compran robado, como allá en la empresa, los mo disminuyó. Restricción no solo con re!ación al consumo, sino tam-
tipos compran cosas robadas -los tipos van, asaltan la tienda y ahí la ven- bién a la sociabilidad y al uso de! espacio público. El delito se suma a esas
den más barato- e! pantalón está a quince, ellos venden a cinco, la cantidad percepciones y las amplía: incluso lo poco que las personas consiguen te-
que e! tipo les dé, ellos aceptan, y muchos que andan con marca es por eso, ner, puede ser robado.
porque trabajando en esa empresa no se puede andar con marca. Los residentes de Moóca, que en general se consideraban de clase
C -Si saliese la moda de andar todo desnudo por ahí... media y que sintieron que sus posibilidades de movilidad social estaban
A -Si e! gobierno lo autorizara, yo andaría desnudo sólo para no ensu- disminuyendo, se mostraban preocupados por mantener su posición so-
ciar la ropa. cial y frecuentemente concluían que eran e! grupo social más afectado por
C -Ahí me ponía una marca: importada. la recesión económica.
-¿Pero tú tenías ganas de comprar ropa de marca?
B -Yo, a mí no me importa, no, vestir con marca, pero sí estar más
apuesto, con ropas más bonitas, ropa bien terminada. 2.10.
C -A ti, no hay manera de dejarte más apuesto. -Todos estamos descendiendo de clase y nadie está haciendo nada. Yes
B -Yo tendría que ganar alrededor de 100.000. Para andar como a mí claro que los pobres y la clase media son los que están peores; los ricos con-
me gusta tengo que ganar alrededor de 100.000. Ganando 18 sólo alcanza tinúan ricos, en la buena.
para los gastos de! mes. Sólo de pasaje se van unos 7.000, después viene la Profesora en una guardería y decoradora de iglesias para casamientos,
comida para llevar todos los días, hay gastos y así no se puede andar de pun- Moóca, cerca de 40 años, soltera, vive con la madre viuda.
ta en blanco.
-¿Qué derechos piensas que tiene hoy en día la gente pobre?
A - ¿Qué derechos? Ninguno, solo e! derecho de ir a trabajar, de volver 2.11.
a casa y dormir para, al otro día, ir a trabajar. Lleva cuatro horas en e! trán- -La clase media desapareció. Hoy hay solo clase pobre y clase mi-
sito llegar al trabajo, dos horas para ir, dos horas para volver. llonaria. Yo me consideraba clase media, hoy me considero clase pobre.
-¿Crees que si Lula fuera electo podría defenderte más? Hoy no me considero más clase media porque ... si yo no tuviera esta casa,
A -Ah, él podría damos una vida digna a todos nosotros, todos noso- hoy no estaría en condiciones de comprar otra de ninguna forma. No
tros queremos no solo comer, sino también tener una buena casa, buenos podría.
muebles, un automóvil, una buena casa, buena ropa, tener un buen todo, te- -¿ y la clase pobre? ¿La gente que vive más en la periferia?
ner dinero suficiente para ayudar a nuestra familia. Nosotros no tenemos di- -Creo que para ellos no está tan mal porque nosotros, clase media,
nero para comer, ¡cómo vamos a tener dinero para ayudar a la familia! Esta tenemos que tener cierta presentación, no puedes andar de cualquier ma-
época de Collor está siendo la peor de todas [...] Creo que si Lula ganara, nera. Y ellos no. Entonces, generalmente en una familia son cuatro, cinco
haría algo por nosotros, porque él ya pasó por lo que nosotros pasamos, y personas que trabajan, ellos logran sobrevivir. No están viviendo, sobrevi-
Collar nunca pasó, ni Collar ni esos otros que entraron, que nacieron en ven. Creo que quien está sufriendo más es en verdad la clase media, que
cuna de oro. tiene que mantener una cierta apariencia, tienes que tener una casa razo-
C -Siempre es la misma cosa cuando llegan arriba ... nable, no vas a vivir en un conventilIo ¿no? Es una verdadera dificultad.
Para la clase rica está bien. ¿Ha visto los departamentos que están constru-
yendo ahora, todos de 4, 5 suites, 5 garages, todo así, habitaciones para lo necesario identificarlos con la necesidad, la naturaleza y la falta de ra-
todo?9 cionalidad ~ de una cultura sofisticada, puede ser una manera de asociar-
Viuda, cerca de 50 años, Moóca. Comparte la casa con la hermana, , los al espacio del delito, que es frecuentemente descrito con los mismos
también viuda, de modo que la familia del sobrino pueda vivir en la casa de trazos.
la hermana sin pagar alquiler. Pero la cuestión de la apariencia introducida en la cita 2.11 tiene aun
otro aspecto. Una de las razones por las cuales las clases medias eran par-
A pesar de algunos elementos que todavía garantizan una cierta cali- ticularmente sensibles a las transformaciones recientes era porque tenían
dad de vida -como la casa propia-, las personas que entrevisté estaban dificultades para mantener las apariencias y las distancias que considera-
convencidas de que estaban decayendo socialmente. En una situación ban adecuadas. Antes eso era fácil, básicamente una cuestión de usar la
como esa, la preocupación por la posición social se torna aguda. Para re- ropa apropiada y mantener una casa confortable en un barrio tranquilo.
saltar el deterioro de su posición social, las personas que se consideran de Pero con los rápidos cambios en el barrio, la ampliación del mercado de
clase media pueden retóricamente asociarse a los pobres. Pero ese ejerci- consumo a otros grupos sociales, la crisis económica que redujo el poder
cio no dura mucho y las marcas de distinción en relación con aquellos de compra, las nuevas prácticas democráticas que transformaron la vida
que están abajo, son presentadas sin demora. La cita 2.11 ejemplifica una política, y las viejas creencias en el futuro que fueron minadas, las perso-
de las maneras más comunes utilizadas para diferencias a los pobres: se nas se sentían inseguras con respecto a su posición social. Una de las ma-
considera que ellos están más cerca de la necesidad, apenas preocupados neras de lidiar con la incertidumbre es elaborar diferencias sociales. Así,
con la sobrevivencia, y sin preocupación por la buena apariencia o estilo. las discusiones sobre la decadencia social se vuelven discusiones sobre di-
Estas suposiciones en relación con los pobres obviamente no son ex- ferencias sociales y mantenimiento del lugar de cada uno en la jerarquía
clusivas de las clases alta y media brasileñas. Hay, por ejemplo, una larga social.
tradición de estudios de estética que afirma que el gusto de las personas La distancia social está marcada de varias maneras. Pt'lede ser creada
pobres es una función de la necesidad; de hecho, las personas pobres no materialmente a través del uso de grados que ayudan a indicar una casa
tendrían una percepción estética ya que no se distancian de la necesidad. propia como algo claramente distinto de conventillos y fav~las. EI.uso de
Una versión reciente y sofisticada de esa perspectiva es la presentada por vallados todavía ofrece el sentimiento de protección, cruclal en tiempos
Bourdieu (1984, especialmente el capítulo 7), para quien las clases traba- de miedo al crimen. Pero las concepciones despectivas hacia los pobres
jadoras están confinadas a la «elección de lo necesario". El diálogo de los también cumplen la función de crear distanciamiento social: ellas for~an
hermanos del Jardim das Camélias (cita 2.9) y muchas otras entrevistas una especie de cerca simbólica que tanto marca fronteras como encierra
con personas de la clase trabajadora sobre la decoración de sus casas yes- una categoría y, por lo tanto, previene las peligrosas mezclas de ca~ego-
tilos de ropas, demuestra que ellos entienden de moda y estilo y que arti- rías. En la cita 2.11 la narradora, que consideraba que la clase media es-
culan juicios estéticos en sus elecciones de consumo. lO Si no expresan su taba desapareciendo, describe a los pobres como personas acost~mbra-
gusto y conocimiento con más frecuencia, es porque son sobreexplotados das a la indignidad y que aceptan su posición casi fuera de la SOCiedady
y no tienen recursos para eso, y no por no tener sentido estético o deseo de su mercado de consumo. Cuando esta imagen es contradicha por los
de consumir. Describir a los pobres como limitados a la necesidad es solo pobres y ellos exhiben señales de participación en la sociedad y en el mer-
un prejuicio más contra ellos, un prejuicio recurrente entre aquellos que cado de consumo, aquellos que quieren mantenerlos fuera pueden reac-
se piensan superiores socialmente. Además, ubicar a los pobres cerca de cionar fuertemente. Esa irritación con relación al consumo de los pobres,
muchas veces fue expresada en las entrevistas, especialmente en comenta-
9. Véase el capítulo 7 para un análisis de 105 emprendimientos inmobiliarios. Esta opinión
rios laterales hechos por personas de clase alta. En la cita 2.8, la narrado-
sobre emprendimientos inmobiliarios de lujo era muy común en la época en la prensa y entre los ra critica a «la gente más pequeña" que impide el progreso del país. Ella
corredores de inmuebles. continúa:
10. James Holston y yo estamos desarrollando el proyecto de investigación -Interiores de
la clase trabajadora: la estética de las casas autoconstruidas en Sao Paulo», en el cual analizamos
la estética arquitectónica y de consumo de las capas trabajadoras -la estética que les proporcio-
na un idioma público para evaluar sus experiencias de construir la ciudad y volverse ciudadanos 2.12.
modernos-o Véase Caldeira (1986) y Holston (1991a) para un análisis del gusto de la clase tra- -Creo que peor es el consumo de la gente más pequeña, gente que no
bajadora y una crítica de la visión de Bourdieu basada en material brasileño. tiene noción alguna de nada. Son criaturas que dejan un grifo abierto y se
van adentro a hacer no sé qué y aquel grifo abierto aUí. Veo eso dentro de hay en esas favelas, en todas esas casitas ves antenas de televisión. No tienen
mi casa. Te estoy hablando de una cosa del día a día. Pueden entrar a la co- heladera, pero tienen televisión. La heladera hasta sería más útil, pero eUos
cina, está el grifo abierto. Ahora, por ejemplo, si yo Uego, el grifo está abier- no tienen heladera y tienen televisión. Ellos están acompañando esto, el mo-
to, siento que la criatura vuelve a cerrar el grifo porque yo ya le dije: Mira, do en que viven los ricos y que muestra la televisión.
el agua no cae del cielo, el agua es algo caro, es algo que costó un tratamien-
to de agua, fue captada, fue juntada, fue tratada, hasta Uegar a tu grifo.
La imagen de la televisión en las casillas de las favelas sirve como
-¿Quiere decir que crees que hay algo de malgasto?
símbolo de la irracionalidad y extravagancia de los pobres. Es una ima-
-Mucho. Más aun en la gente pequeña que en los otros.
-¿Pero esa no sería la gente que tendría que malgastar menos? gen usada incluso por aquellos que son críticos con relación a la desigual-
-Sí, pero no te imaginas lo que malgastan, es algo fenomenal. Es algo dad social en el Brasil y a la arrogancia de los ricos brasileños, tal como
que tú no ... Tú dices: ¿pero cómo malgasta si no tiene? Pero si tuviera, mal- en el caso de la entrevistada que acabo de citar. Ella es invocada repetida-
gastaría. Lo que tiene, derrocha. No sabe preservar, no sabe guardar, no sa- mente para indicar la supuesta incapacidad de los pobres para adminis-
be... no tiene la menor ... Ahora, en el sur del país es completamente diferen- trar su parco dinero inteligentemente. Si ellos gastaran dinero en un hela-
te. En el sur del país vas a ver gente que es ahorrativa, que va y compra su dera, razona la entrevistada, eso sería aceptable, ya que estaría más
casa, sale de la nada y va juntando y va ahorrando y compra su casa. próximo a lo necesario y, de todo lo que existe para comprar, la comida
es lo más necesario. Desde esa perspectiva, los pobres no deberían osar
La idea de que los pobres no saben consumir adecuadamente, que entrar en el universo de los bienes de consumo o imitar el estilo de vida
desperdician recursos y que tienen una «mentalidad malgastadora» está de las clases más altas que ellos ven en la IV. La televisión es el mejor sím-
muy difundida entre las clases media y alta. Eso es obviamente negado por bolo de esa transgresión, no por su precio -ya que es más barata que una
la realidad de cualquier periferia urbana en el Brasil, donde los trabajado- heladera-, sino a causa del acceso a la información que ella permite. Por
res pobres construyeron y decoraron sus casas por cuenta propia, y urba- la televisión los favelados tienen acceso al mismo universO simbólico que
nizaron sus barrios sin ningún tipo de financiamiento. Sin embargo, aque- los ricos y pueden volverse más conscientes de la inmensa desigualdad so-
llos que se consideran en mejor situación, frecuentemente niegan a los cial de una sociedad donde cualquiera puede comprar un televisor a cré-
pobres las características y los comportamientos asociados a capitalismo y dito, pero en la cual el estilo de vida que exhibe es territorio exclusivo de
modernidad, tales como racionalidad, conocimiento, capacidad de aho- la elite. En la televisión, probablemente la única forma de ocio todavía
rrar, de planear y de aprovechar al máximo los recursos. Este tipo de argu- disponible diariamente para los pobres, les gusta mirar Rambo e imagi-
mento es aplicado no solo a los individuos pobres, sino también a las re- nar que un día él declarará la guerra a los «hombres ambiciosos» del Bra-
giones pobres. Los paulistas dicen que Sao Paulo es lo mejor, el Sur es casi sil. Y tal vez no sea por casualidad que los ejemplos citados por los her-
tan bueno como Sao Paulo, pero el Norte y el Nordeste no tienen arreglo, manos del Jardim das Camélias sean Roberto Marinho y Silvio Santos,
como las personas de allá, que no saben cómo economizar o trabajar efi- los dueños de las dos redes de televisión más poderosas del país.
cientemente. Esos temas también aparecen en la cita 2.3 más arriba. La en- La irritación con la participación de las personas pobres en los mer-
trevistada, para quien el Plan Collor fue inmensamente perjudicial, toda- cados de consumo de clase media también fue expresada en discusiones
vía posee una casa con cinco cuartos y piscina en un barrio de clase alta con miembros de la clase alta sobre el deterioro de las condiciones de
donde vive con una hija, pero perdió todos sus ahorros y tuvo que comen- vida en la ciudad. Este es el caso de la siguiente conversación entre tres
zar a trabajar a los 55 años. Ella era extremadamente crítica con relación mujeres (M, O y P) que viven en casas en Morumbi. Ellas también creen
a la desigualdad social en el Brasil, pero también consideraba que los po- que fueron afectadas por las crisis económicas, pero los términos en que
bres tenían su culpa, ya que «tienen hijos como cobayas». Ella cree que la presentan su deterioro social constituyen una muestra de la inmensa
desigualdad social está asociada al crecimiento de la violencia. Sin embar- desigualdad entre las clases sociales en Sao Paulo.
go, comentando sobre el consumo de los pobres, continúa:

2.14.
2.13. M -¡Antes, también nosotros teníamos más dinero! Yo comía camaro-
-Esto es algo indignante. Vas a cualquier casilla, y en Río de Janeiro nes todos los sábados --<:amarones,langosta- ... Ahora, para comprar cama-
también, y aquí en Sao Paulo, que hay cerca de las zonas marginales, que rones ... Para mí está más duro. Trabajo lo mismo, mi marido también, pero
hoy en día, no ... Cobro en dólares para no estar reajustando todos los me- transgredir las líneas imaginarias que separan los grupos sociales y man-
ses, pero siento que antes hacíamos más comida, mi marido también, vivía- tienen a cada uno en el lugar que le es «propio». ¿Cómo puede un em-
mos con su salario, hoy en día su salario no alcanza ni 15 días. En serio. El pleado osar comprar el mismo tipo de automóvil que su patrón? ¿Cómo
factor dinero, uno también se vuelve más aprehensivo, se irrita. puede osar parecerse a ellos y dejarse confundir con alguien de otra cla-
O -Yo sentí [1adiferencia] a partir del Plan Collor.
se? El malestar que las personas de la clase alta sienten con la incorpora-
M -Creo que las diferencias sociales antes no eran tan grandes, no se
sentía tanto, hoy en día son mayores. La clase alta de antes, de unos diez
ción de trabajadores a la sociedad de consumo, aun modestamente, es
años atrás, ya no está tan alta como era, se hizo más clase media, y en los evidente. Si ellos gastan dinero en algo considerado de clase alta, son «ri-
medios, obviamente que descendimos con relación a lo que éramos. Enton- dículos», es «un horror» -incluso cuando los pobres están demostrando
ces, los que estaban alto todavía quieren afirmarse, y entonces en eso existe su incorporación a las relaciones capitalistas-.l2 Controlar las fronteras
mucha agresividad, son pocas las personas que ... de las posiciones sociales es una operación crucial del habla del crimen, y
O -Para que tengas una idea también, puedes ver por ahí, busca un ba- eso es realizado no solo por la elite sino por todos los grupos sociales -los
rrio más simple, las casitas, las casitas muy pequeñas, ahí ves aquellos por- pobres también lo hacen, despreciando a los residentes de las favelas y
tones así, así, así, que podía caber un Del Rey, una Caravan.ll La familia conventillos-.
pasa el año entero allí, así, economizando todo, pero el gran automóvil está Los prejuicios con relación a los pobres no impiden a las personas de
allí al frente de la casa para mostrar que tienen el gran automóvil del año. clases altas reconocer que las condiciones de vida de la clase trabajadora
No viajan, no van de vacaciones, no hacen nada, todo el mundo histérico
se aproximan a lo intolerable. No obstante, ellas siempre encuentran un
dentro de la casa, quiero decir, ¿qué es eso? ¡Es para exhibirse! Yo quedo
medio de culpar a los pobres por su propia pobreza y de descartar argu-
asombrada.
C -Es autoafirmación. Siempre fue eso. Aquella persona que no puede mentos contrarios. Las tres mujeres que acabo de citar concuerdan en que
tener, entonces tiene que vivir por la apariencia. la desigualdad en la distribución de la renta en el Brasil es absurda y la
O -¡Ay, qué horror, qué horror! Me parece ridículo. contrastan con la de algunos países europeos. Sin embarg'b, comparten el
C -Hay un muchacho en la fábrica, un encargado de la producción de prejuicio de que los trabajadores son perezosos y tienen mala voluntad a
la fábrica ... era muy gracioso, porque él estaba ganando bien, ganaba comi- la hora de trabajar duro, y es por eso que las personas como sus maridos
sión sobre ganancia, entonces, si la empresa factura más, entonces divide, y no se deciden a pagarles mejor. Además, comparten el prejuicio de que los
él ganó un buen dinero. Él vive -es de Ceará- vive con la mujer y cuatro hi- pobres no están en mejores condiciones de vida porque tienen hijos como
jos en un cuarto, sala, cocina, baño propio, de él, y tiene un buen terreno, mi «cobayas», y no podían creer en mis relatos sobre el descenso de las tasas
marido lo conoce. Cuando recibió aquel dinero, en vez de agregar un cuarto de fecundidad entre los pobres y sobre los resultados de mi investigación
más a la casa, o mejorar la casa, ¿qué hizo? Cambió su «escarabajo» por un
en el ]ardim das Camélias que indicaban que las mujeres pobres no tenían
Voyage cero kilómetros. Entonces ves la mentalidad de aparentar, cambian la
apariencia por un nivel de vida mejor, pero creo que eso fue siempre así. Eso
más que dos o tres hijos. Ellas continuaron insistiendo en que la reduc-
trae agresividad, porque vive en un mundo ... Ellos quieren una cosa y no la ción de la fecundidad era «básicamente de la clase media para arriba» y
consiguen, entonces me parece que eso, indirectamente, cuando ellos toman que la población continuaba «creciendo en las clases pobres» (P). De ese
ese gran automóvil para conducir en el tránsito, ellos se sienten superiores, modo, la mala distribución de la renta se explica por el mito del alto cre-
sacan afuera todo aquello, que en el fondo es la represión que ellos tienen. cimiento poblacional entre los pobres.
M, O Y P son vecinas en Morumbl~ todas de más de 30 años, cada una
con dos hijos. O y P son amas de casa y casadas con hombres de negocios; M
trabaja como instructora de deportes en un club de elite y está casada con un 12. Estos tipos de prejuicios son muy difundidos. En años recientes reaparecieron en el
funcionario público de alta jerarquía que también tiene una pequeña empresa. contexto de la oposición al programa de .Renta Mínima». Se trata de un programa adoptado
por algunos municipios en el Brasil para lidiar con el creciente empobrecimiento de la población.
Proporciona un valor mínimo en dinero a familias por debajo de la línea de pobreza, con la con-
Las personas de la clase alta pueden tener problemas para consumir dición de que esas familias mantengan a sus hijos en la escuela. Ese programa ha sufrido la opo-
artículos de lujo como hacían en otro tiempo, pero creen que deberían sición de varios sectores de la población -inclusive varias instituciones filantrópicas y organiza-
poder hacerlo. Pero el consumo de los pobres es reprensible si parece ciones de izquierda- con el argumento de que no se debe dar dinero a los pobres porque ellos no
sabrán cómo gastado de la mejor manera. En lugar de eso, se propone que reciban comida en lu-
gar de dinero. A despecho de la oposición, el programa fue adoptado COl! éxito en varias ciuda-
des, tales como Brasilia y Campinas, donde investigué su impacto, junto con los miembros del
NEPP (Núcleo de Estudos de Políticas Públicas) y estudiantes de la Unicamp, en 1995.
El prejuicio de que las mujeres pobres «tienen hijos como conejos,) tar algunos de los cambios de las últimas décadas que, a pesar de la rece-
está muy difundido, e incluso cuando se admite la disminución de las ta- sión, significaron la incorporación de las clases trabajadoras a la sociedad
sas de fecundidad, como en los medios de comunicación de masas, por de consumo y a la ciudadanía política y a lo que puede ser considerado
ejemplo, frecuentemente se refuerza la opinión -de que los pobres están como patrones modernos de comportamiento. Personas de las clases más
dominados por la irracionalidad y la necesidad. Una explicación común altas dudan de la capacidad de los pobres para hacer elecciones de consu-
apunta a supuestas «organizaciones internacionales» como responsables mo y controlar su fecundidad, pero también de su capacidad para votar
por la esterilización de mujeres pobres, que no serían conscientes de lo racionalmente. Así como se irritan con los televisores de los pobres, se
que se les habría hecho. Otra apunta a la creciente pobreza como la cau- irritan con la incorporación de los pobres a la ciudadanía política a tra-
sa de la disminución de la fecundidad. En los últimos 20 años conversé vés de los movimientos sociales y del voto. La idea de que los pobres no
con innumerables mujeres en el Jardim das Camélias que no quieren te- saben cómo votar es tradicional en el Brasil y sirvió para justificar más de
ner más una familia numerosa. Y no por razones económicas sino por- un golpe autoritario. Esta idea es invocada toda vez que un resultado
que, como cualquier mujer de clase media, quieren tener tiempo para po- electoral desfavorable debe ser explicado. Reapareció, por ejemplo, a fi-
der hacer otras cosas, inclusive conseguir mejores empleos que el de nes de la década de 1980 cuando Lula competía por la presidencia con
empleadas domésticas (Caldeira, 1990).13 Ellas no quieren ser prisioneras Collor, y cuando Luiza Erundina -la prefecta del PT en la época de las en-
de la necesidad y muchas de ellas eligieron ser esterilizadas después del trevistas- fue electa.
nacimiento de un segundo o tercer hijo. Lo consideran una liberación Al poner en riesgo posiciones a través de todo el espectro social, la
real. Aprendieron -y la televisión, mostrando el comportamiento de las crisis económica alimenta un sentimiento de incertidumbre y desorden.
mujeres de clase alta y de sus pautas familiares, les enseñó bastante sobre Un contexto de incertidumbre en el cual las personas se sienten social-
ese asunto- que controlar su sexualidad y fertilidad puede proporcionar mente amenazadas y ven las transformaciones que ocurren, parece esti-
una inmensa liberación no solo de las cargas de la naturaleza, sino tam- mular el control de las fronteras sociales. Una de las maneras de realizar-
bién de la dominación de los hombres. Con todo, personas de otros gru- lo es elaborar prejuicios y marcas de distinción. Las depreciaciones más
pos sociales -inclusive intelectuales que creen estar escribiendo a favor de explícitas y vehementes aparecen cuando la proximidad y la amenaza de
las mujeres cuando atacan, en periódicos, las pocas clínicas que ofrecen la mezcla aumentan. Eso ocurre cuando un empleado compra un auto-
control de la natalidad a los pobres- se rehúsan a aceptar tal transforma-' móvil similar al de su patrón; cuando nuevos migrantes vienen a vivir cer-
ción. La planificación familiar está considerada un comportamiento mo- ca de antiguos migrantes que consideran llevar mejor vida; cuando al-
derno y de clase media; el lugar de las mujeres pobres todavía está consi- guien que vive en la periferia tiene que probar que está en una condición
derado el de la naturaleza y de la necesidad. El otro argumento, que las mejor que un vecino que vive en la favela, etcétera. En otras palabras, la
tasas de fertilidad disminuyeron porque la intensa pobreza causó inferti- proximidad lleva al refinamiento de las separaciones para que se manten-
lidad, produce lo mismo: mantiene a los pobres prisioneros tanto de su si- ga la percepción de la diferencia. El contexto del aumento de la violencia
tuación social como de sus consecuencias «naturales». y el miedo al crimen intensifica las incertidumbres pero al mismo tiempo
Es difícil para cualquiera, en cualquier grupo social, aceptar cambios provee un contexto en el que las depreciaciones y las separaciones pueden
en las condiciones sociales que representan un deterioro de su patrón de proliferar prácticamente sin censura.
vida. Sin embargo, para las clases altas y medias es difícil también acep-

13. Cuando llegué por primera vez al Jardim das Camélias en 1978, me pidieron que or-
ganizara un grupo de discusión de mujeres. Entre 1978 y 1980 Cynthia Sarti -que también esta- A pesar de que personas de todos los estratos sociales estén preocu-
ba haciendo investigaciones en el barrio- y yo, mantuvimos esas reuniones. Su tema central era padas por el crimen, las experiencias de violencia son claramente distin-
la sexualidad femenina y uno de los pirncipales pedidos que Cynthia y yo recibimos fue el de ex- tas en cada clase social. La mayoría de las personas que entrevisté ya ha-
plicar métodos de control de natalidad e indicar dónde podrían obtenerse. Uno de los movimien- bía sufrido algún tipo de violencia, directa o indirectamente (un amigo,
tos sociales más importantes en la periferia exigía la construcción de guarderías para que las mu-
jers pudieran tener empleos regulares no solo como trabajadoras domésticas, en los casos en que
un pariente o alguien próximo a ellas ya hahía sido víctima). Sin embar-
hay una cierta flexibilidad de horario y algunas veces la posibilidad de llevar los hijos, pero go, sus experiencias -y miedos- varían bastante. En Moóca y en Morum-
cuya remuneración es baja y la explotación, alta. bi, los delitos contra la propiedad, sobre todo intrusión y hurto de resi-
dencias y robo, son los más frecuentes. La preocupación por los secues- están asustados con lo que ven que ocurre en su barrio, que era tranqui-
tros también es grande entre la elite. En la periferia son frecuentes los crí- lo y seguro. A, uno de los hermanos que entrevisté, comentó:
menes contra las personas, inclusive el asesinato. La mayoría de las per-
sonas que entrevisté no había sido víctima directa del crimen violento, 2.16.
pero había sido testigo de una gran violencia en sus barrios o entre per- A -Es que en estos diezaños para acá nuestros compañerosque ya mu-
sonas que conocían. Las estadísticas del delito analizadas en el capítulo 3 rieron, creo que hay genteque está en eselibro [milibro sobre el Jardim das
Camélias]que ya murió, que está en aquellas fotos que tú sacaste, qu~ mi
confirman esa distribución social del crimen. madre tiene un montón, ya debe de haber muerto mucha gente. Hay unos
En el Jardim das Camélias el crecimiento de la violencia es algo nue- que mueren por la policía, hay otros que es por los delincuentes,hay otros
vo, pero afecta a todos. Una de las mujeres que yo conocía desde 1978 y que es por riña. Es pelea en la calle, despuésal otro se le mete en la cabeza
que es muy activa en los movimientos sociales y asociaciones locales, me matar dentro de la casa, como mató a los dos hermanos aquí.
contó que cree que el barrio mejoró en los últimos diez años si considera- -¿Cómo fue la historia? ¿Fue en la calle de abajo, no?
mos su infraestructura de comercio y servicios. Aunque, también se vol- A-Fue así, lo pasaron hasta en Gil Gomes... 14 Llamó a uno para ma-
vió más violento. A pesar de sus evaluaciones, paralelas a las analizadas tado, ahí salió el otro, mataron a los dos. Después, desde entonces hasta
en el capítulo 1 -hubo progreso pero también regresión-, la índole de su ahora, mataron otros compañerosde gentede aquí abajo. Y de ahí mataron
a Roberto aquí abajo. Antes de matar a los dos, mataron al que le gustaba
experiencia es diferente. pelear conmigo en la escuela,y si él estuvieravivo, creo que querría matar-
me. Nos peleábamos de verdad en la escuela.Y desde entonces para acá...
2.15. El contacto diario con la violencia puede ser reciente en el Jardim das
-Esos que mataron eran mocositos,sólo que eran delincuentesde la pe- Camélias, pero no es una novedad en la periferia de Sao Paulo. La inves-
sada, andaban ahí por la favela.Entonces,a unos los mató la policía. Yo sé
tigación del equipo del Cebrap en 1981-1982 en otros barrios de la peri-
que aquí se calmó un poco, pero hubo una época, no sé si fue este año... no
feria ya había indicado que el contacto diario con la muerte y el crimen
puedo decirtecon seguridadsi fueesteaño o el año pasado, que hubo un de-
es sólo un hecho más en la vida de la clase trabajadora. En varias entre-
lincuente, vivía en la calle de la iglesia, él mató a dos hermanos de aquí.
Mató a los dos hermanos. ¡Mi Dios!Fue una cosa que aquí en la villa todo vistas realizadas para aquella investigación, así como en las que realicé en
el mundo se revolucionó,pero despuésde algunosdías, 10 mataron a él tam- 1989-1991, oímos muchas historias de crímenes violentos que ocurrieron
bién. Mataron despuésa un compañerotambién que andaba junto con él, lo en los alrededores. En muchos relatos, como en las citas 2.15 y 2.16, se
mataron; despuésmataron creo que cuatro más también. Ahí, despuésparó. mencionaron varios asesinatos en secuencia, enfatizando su rutinaria
Ama de casa del Jardim das Camélias, 33 años, cuatro hijos; su marido ocurrencia en el barrio. Las narraciones también estaban puntuadas por
es trabajador especializado de una pequeña industria textil. detalles, especialmente con relación al tiempo en que ocurrieron, cómo
quebraron el flujo del día a día y cómo victimizaron a personas inocen-
Las personas de la clase trabajadora vivencian la violencia del día a tes, la mayor parte trabajadores de camino de ida o de vuelta del trabajo.
día no meramente en su barrio sino especialmente en él. Las estadísticas La narración en el capítulo 1 es un ejemplo de los sentimientos de los
que analizo en el capítulo 3 muestran que las tasas de homicidio son in- habitantes de Moóca, y muestra algunas diferencias con relación a los de
comparablemente más altas en la periferia que en los barrios centrales de
las clases media y alta. Sin embargo, la violencia también ocurre en otros
14. Gil Gomes presentaba un conocido programa de radio en el cual narraba crímenes.
espacios donde las clases trabajadoras pasan su día, como en el lugar de Narrar crímenes es un género popular de programas de radio. En la década de 1980 y comien-
trabajo y en el transporte público. Las personas de la periferia también zos de la de 1990 había dos programas enormemente populares de este género y que siempre
tienen miedo de la policía, y por una buena razón, ya que ella es respon- eran mencionados en las entrevistas de la periferia. Uno era el de Gil Gomes, que a mediados de
la década de 1990 introdujo el género en la televisión (programa .Aquí, Ahora-, en SBT). El otro
sable por un número increíblemente alto de asesinatos, la mayor parte
era el de Afanasio jazadji, un opositor a los movimientos de derechos humanos, cuyas opiniones
en la periferia, como discuto en el capítulo 5. La mayoría de las perso- discuto en el capítulo 9. Estos programas tenían el efecto de reproducir el miedo y promover una
nas que entrevisté en la periferia mencionó homicidios y agresiones físi- policía violenta y la falta de respeto por los derechos civiles (véanse los capítulos 5 y 9). También
cas que ocurrieron a su alrededor, y dos veces llegué al Jardim das Ca- eran usados frecuentemente como una forma de prueba: si Gil Gomes había. hablado al respec-
mélias y oí relatos de asesinatos de la noche anterior. Los residentes to, entonces se trataba de un crimen serio y real.
la periferia. Varios residentes de Moóca mencionaron que sus casas ha- te preocupados por las medidas de protección y por lo que podría llamarse
bían sido robadas, que los vecinos habían sido asaltados, que sus bolsos trabajo simbólico, para dar sentido a sus diversas experiencias de violencia.
y carteras habían sido hurtados en el ómnibus o en áreas del centro. Cada Una de las actividades principales de ese trabajo simbólico que ocurre en el
uno de esos acontecimientos fue siempre seguido por nuevas medidas de habla del crimen, es la elaboración de la imagen del criminal como alguien
seguridad y, frecuentemente, más preocupación con los conventillos. Pero que está lo más distante posible. Cuando me refiero a la categoría de crimi-
esos residentes no mencionaron asesinatos. nal, obvi~mente no me estoy refiriendo a un análisis sociológico, sino a una
En Morumbi, casi todas las personas con los que conversé habían si- categoría clasificatoria que actúa en la vida cotidiana y cuya función prin-
do víctimas de hurto o robo. Los crímenes que relataron habían ocurrido cipal es dar sentido a la experiencia. Así, se trata de una categoría de pen-
en diferentes lugares: en restaurantes, en las calles, en cruces con semáfo- samiento embutida en la práctica cotidiana y que organiza simbólicamente
ros, o en sus propias casas. En Morumbi fue común oír relatos de varios y da forma a esa práctica. Del mismo modo que las otras categorías del ha-
episodios de asaltos a residencias. Una entrevistada me dijo que había si- bla del crimen, la categoría de criminal generaliza y simplifica. Ella es pro-
do víctima en cuatro episodios, otra en cinco, y muchas lo habían sido ducida por distinciones nítidas y rígidas entre lo que forma parte de ella y
por lo menos en uno. Cada uno de esos episodios originó nuevas medidas lo que no. La base para estas distinciones es la oposición entre el bien y el
de seguridad, nuevos sistemas de alarmas y vigilancia electrónica, mu- mal; claramente, crimen y criminal están del lado del mal.
chos fines de semana sin salir de casa, menos viajes, etcétera. Con todo, Las categorías del habla del crimen cargan simultáneamente un deseo
lo que más miedo causaba en Morumbi, era la posibilidad de secuestro. de conocimiento y un desreconocimiento (misrecongnition, Balibar, 1991:
19). La categoría de criminal es una simplificación radical que lo reduce a
la encarnación del mal, y su construcción coincide exactamente con la des-
2.17. cripción de Mary Douglas (1966) sobre el tratamiento de las cosas fuera de
-Nosotros pensábamos que aquella falta de libertad, la censura, era lugar. Elemento peligroso y que quiebra las reglas de la soeiedad, el crimi-
mala, hoy creo que tendría que venir de nuevo un régimenmilitar.Por ejem- nal es visto como alguien que viene de los espacios marginales y contami-
plo, el caso de los secuestros.Es un absurdo la falta de seguridad que se sien- na. A pesar de que este tipo de categorización sea una manera poderosa de
te. Yo no soy nadie, no tengo grandes bienes ni nada, pero tengo miedo que pensar el mundo, organizar los relatos y resignificar la experiencia, cuando
de repente cualquiera se llevea mi hijo para pedir un rescate, de repente, de
5 millones,me muero de miedo [oo.] Porque cualquiera puede ser secuestra-
se necesita de descripciones más específicas y detalladas, la función del des-
do. Tengomiedo de que mi marido lleguedel trabajo y en el momento de en- reconocimiento se vuelve obvia y necesariamente surgen ambigüedades.
trar a casa... porque ahora vino la moda del secuestro, ¿por qué?, por la im- En el capítulo 1 señalé esas ambigüedades en relación con los nordes-
punidad. Estábamos hablando del régimen militar... Cuando apareció el tinos en el relato de una residente de Moóca, y señalé que ellas están es-
AI-5,1S ¿recuerdas?,se acabó el asalto a los bancos, se acabó. Porque todo el pecialmente presentes en la asociación de la criminalidad a la pobreza.
mundo sabe que el dinero de los asaltos a los bancos era para financiar mo- Las discusiones sobre el crimen que se refieren a la pobreza y a los pobres
vimientospolíticosy para mandar dinero al exterior. Seacabó. Entonces, la están llenas de ambigüedades y oscilan entre dos registros: el nivel cate-
impunidad hace que nos sintamos inseguros. gorizante marcado por estereotipos y afirmaciones genéricas, y los relatos
Ama de casa casada con un hombre de negocios; casi 40 años, dos detallados y específicos que frecuentemente contradicen las categorías y
hi;os, vive en Morumbi. generan discursos ambiguos. Ambos niveles producen conocimiento y no
tiene sentido creer que uno falsifica la realidad que el otro describe. La
categoría del criminal puede ser una representación sesgada de los acon-
tecimientos pero, como representación del mal, es crucial para ordenar el
mundo y dar sentido a la experiencia. Además, el discurso categorizante
A pesar de que las experiencias de violencia y que el miedo de las per- es importante porque es el lenguaje de la mayoría de los conflictos políti-
sonas varíen según la clase social a la que pertenecen, todos están igualmen- cos sobre la cuestión del crimen y así da forma a políticas públicas. Tam-
bién sirve de referencia a los actos individuales de protección y a la in-
teracción social. Sin embargo, el nivel categorizante es insuficiente para
15. AI-5 se refiere al Acto Institucional N° 5 que inició el período de mayor represión bajo dar cuenta de las experiencias, y cuando las categorías van contra las ex-
el gobierno militar en diciembre de 1968. periencias, los discursos se tornan contradictorios y ambiguos.
Las tensiones y ambigüedades entre estos dos niveles de discurso vergonzados, consumen drogas, etcétera. De cierto modo, todo lo que
nunca pueden ser resueltas porque el habla del crimen nunca abandona quiebra los patrones de lo que se considera buena conducta puede ser
sus categorías prejuiciosas; de hecho, esas categorías la constituyen. La . asociado a los criminales, al crimen y a sus espacios. Lo que pertenece al
racionalidad categorizante es siempre la referencia con relación a la cual crimen es todo lo que la sociedad considera impropio.
las personas dan sentido a sus experiencias, incluso las personas que son Esas características genéricas del crimen y de los criminales resultan
discriminadas por las categorías. No es de sorprender que la tensión de la clara oposición entre lo que es malo y lo que es bueno. Hablar de fa-
aumente a medida que la inadecuación de las categorías se vuelve más velas, convelltillos, nordestinos en particular, es más complejo. Los dis-
evidente, y que las relativizaciones sean mayores donde existe más proxi- cursos más ambiguos y elaborados ocurren cuando hay una proximidad
midad con los que son estereotipados. Por lo tanto, es entre los pobres entre los narradores y los espacios del crimen, o sea, cuando ellos viven
que los discursos se vuelven más contradictorios y elaborados. cerca o en las propias favelas y conventillos.
El crimen y los criminales están asociados a los espacios que supues- En las entrevistas en la periferia, a pesar de que muchas personas ha-
tamente les dan origen, es decir, las favelas y los conventillos, vistos como blen con cuidado sobre los habitantes de favelas próximas y de que quie-
los principales espacios del crimen. Ambos son· espacios liminares: son ran considerados como iguales, había también una cierta sospecha, ex-
habitaciones, pero no lo que las personas consideran residencias apropia- presada de maneras ambiguas. Pero cuando la conversación era sobre el
das. Los conventillos son casas subdivididas sin los espacios, instalacio- . crimen, mayor era la probabilidad de que se usaran los prejuicios. Sigue
nes y separaciones que se esperan de una casa considerada apropiada. Las una entrevista de 1981, en Ciudad Julia, con la dueña de un pequeño ba-
favelas son residencias erguidas en tierra invadida. Aunque las casillas zar que había sido robado algunas veces.16
puedan parecerse a algunas residencias de la periferia, la principal dife-
rencia es que en la periferia la mayoría de las personas compran el terre-
no donde construyen sus casas (aun cuando sean casillas) o pagan alqui- 2.18.
ler. En una favela, a pesar de que los moradores también construyan sus -¿Pero de dónde cree usted que es esa gente que asalta tanto por
habitaciones y a veces las alquilen, las residencias son construidas en aquí?
tierra obtenida ilegalmente y se considera que sus residentes no se incor- -¡Ah, solo puede ser de la favela!No vaya decir que es de la favela,
poran a la clasificación de ciudadanos: viven en un terreno usurpado, no porque en la favela hay tanta gente buena también. Entonces,creo que vie-
nen de otros lugares; inclusiveesos dos que me asaltaron, asaltaron dos ve-
pagan impuestos municipales, no tienen un domicilio oficial y no son
ces a la misma muchacha, asaltaron al hermano de ella, asaltaron a los dos
propietarios. Además, en las favelas las casas son precarias, generalmen- inquilinos que vivenen el patio y asaltaron a este vecinoque vivealiado. En
te hechas de material descartable y muy pequeñas (nuevamente, sin las se- un período de cinco a siete días fue asaltada toda esa gente. Pasados unos
paraciones y las ubicaciones de espacio que se consideran apropiadas pa- días, la madre de uno de los muchachos que fue asaltado me contó que los
ra una casa). Como residencias un tanto anómalas, o sea, que no encajan policías mataron a unos tres fulanitos allá abajo. Despuésde eso, nadie vio
totalmente en la clasificación de casas apropiadas, favelas y conventillos y nadie más fue asaltado [oo.] Entonces,yo creo que esos dos que 10 hicieron
terminan siendo clasificados como sucios y contaminantes. Coinciden, conmigo, con elgrupo, nosotros no deseamosel mal, pero gracias a Dios no
entonces, con la fórmula de Douglas de que «suciedad e inmundicia es lo apareció ninguno más por aquí.
que no puede ser incluido si se quiere mantener un patrón» (1966: 40). -¿La gente que vive en esta favela viene a comprar aquí también?
Excluidos del universo de lo adecuado, son simbólicamente constituidos -Claro que vienen.Vienetanta gente aquí que ni yo sé de dónde viene.
-¿Pero usted conoce a la gente de allá?
como espacios del crimen, espacios de características impropias, conta-
-Por el olor debe ser de allá, ¡por el olor yo creo que esl [oo.] Tal vez sea
minantes y peligrosas. gente muy buena que pasa por aquí y vive en una casilla de aquellas. No sé
Tal como sería de esperar, los habitantes de esos espacios son consi- si son de las casillaso no. Hay gente que viveen una «big»casa y no se quie-
derados marginales. La lista de prejuicios contra ellos es infinita. Son re mostrar. Hay gente que es así, que tiene de 10 bueno y lo mejor y cree que
considerados intrusos: nordestinos, recién llegados, extranjeros, personas tiene que vivir igual que los otros. A veceshay gente que viveen una casilla,
de fuera y que no son en verdad de la ciudad. También son considerados
socialmente marginales: se dice que tienen familias divididas, que son
hijos de madres solteras, niños que no fueron criados debidamente. Se 16. Las entrevistas en Cidade Júlia en 1981 y 1982 fueron hechas por Antonio Manuel
condena su comportamiento, se dice que usan malas palabras, son des- Texeira Mendes, integrante del equipo del Cebrap.
que gustaría ser madame y se viste como madame, ¿y qué hay con eso? [...] men, dividió la historia del barrio entre los buenos tiempos antes de la lle-
Entonces, es eso: uno no sabe quién es quién. gada de la favela yel tiempo malo que siguió a eso. En el caso de Jagua-
Propietaria de un bazar en frente de su casa en Ciudad Julia, 37 años, ré, es adecuado hablar sobre la «llegada» de la favela, ya que esta fue
casada, dos hijos; el marido está desempleado.
transferida por la administración municipal desde otro barrio (Vergueiro)
que estaba pasando por una intensa remodelación para la construcción
Es difícil saber cuál es la verdadera naturaleza de una persona, sugie-
de la línea del metro. Como ella dijo: «¡Después que trajeron la favela, se
ren los entrevistados. La apariencia no es todo, pero a veces es todo en lo
volvió un infierno!». Decidió ir a la municipalidad a reclamar por la si-
que alguien puede basarse. Generalmente las personas se basan en las
tuación.
apariencias y en categorías genéricas para emitir juicios, pero lo hacen de
manera muy reticente y plena de dudas. Por un lado, las personas asocian
el crimen a las favelas y denigran a los favelados pero, por otro lado, to-
2.19a.
man en cuenta su condición de pobreza y el hecho de que los que cono-
-Entonces fui directo al gabinete [del prefecto]. Cuando llegué, expuse
cen personalmente son trabajadores (o sea, buena gente). Sin embargo, la situación y dije que fui en nombre del barrio, ¿no? Él me preguntó si era
las relativizaciones no excluyen difamaciones, que aparecen siempre en un problema de baches en la calle, si era problema de basura, ¿no?
pequeños comentarios; por ejemplo, la observación de que se puede iden- -¿Usted habló directamente con el prefecto?
tificar a un favelado por el mal olor. Los estereotipos que explican el cri- -Con él. Entonces yo le dije: ¡no señor! No es problema de baches,
men y a los criminales son despreciativo s e incluso las personas que viven porque si fuesen baches, no vendríamos a molestar, porque hay mucha tie-
cerca de los favelados y de los más pobres y piensan en ellos como traba- rra en todos estos terrenos, nosotros los taparíamos ¿cierto? Y basura, le
jadores honestos, no encuentran otras maneras de explicación. En ver- prenderíamos fuego, exterminaríamos lo peor, ¿no? Le dije: ¡es peor que la
dad, tal como argumenté, ellas necesitan de tales estereotipos más que las basura! Porque si prendemos fuego y vamos presos, es una calamidad. ¡Ni
otras porque su proximidad social con los favelados exige que reafirmen piense en eso! Y él, entonces: «¿Y qué es?». Yo le dije: «La favela que usted
sus diferencias; consecuentemente, enfatizan su dignidad, limpieza, su está apoyando» ... Ahí él me quiso dar una lección de moral, ¿no? Se volvió
hacia mí y dijo: ,,¡Señora mía, son gente!». Yo dije: ,,¡No señor, son indi-
condición de buenos ciudadanos, propietarios y miembros de buenas fa-
gentes! ... Gente es mi marido, que trabaja de día para que comamos de no-
milias.
che. ¡Esa es gente! Ahora, allá, usted está apoyando una escuela de latroci-
Las ambigüedades de la narrativa y el conflicto con los estereotipos nio, bandidismo ... y nosotros, como pobre, quiero dar una moral a mis
fueron expresados de manera especialmente convincente en una serie de hijos, y no hay condiciones. ¡No hay condiciones! ¡Si a las 9 de la noche es
entrevistas de 1981 con una señora que era líder de barrio en Jaguaré, en bang bang, asesinato en frente de nuestra casa! ¿Verdad? No se necesita te-
la zona oeste. Como residente de un lote legalmente adquirido del otro levisión en casa. ¡Es en vivo! A la diez de la mañana de un domingo, que
lado de la calle de una famosa favela, ella debía diferenciarse a sí misma uno se levanta, sale a la puerta de la casa, generalmente para ver: no se pue-
y a su familia de los favelados. No obstante, en cuanto líder del barrio, de, palabrotas de grueso calibre y unas negras ahí haciendo strip-tease!
reivindicando mejoras en la región y en su calle, también se sentía obliga- Quiero decir: no hay condiciones para que nosotros, como gente pobre, po-
da a incluir a los favelados en sus peticiones y discursos. Intuía que su le- damos instruir a nuestros hijos para una vida mejor. [...] No es cuestión de
gitimidad como representante del barrio derivaba del amplio apoyo de deshacer, ¿entiende?, nosotros sabemos: trabajas, eres honesta, eres traba-
los residentes, no de solo un lado del barrio. Sus descripciones acerca de jadora, pero si eres una vagabunda, una sinvergüenza que se queda ahí des-
pellejando a los otros, nadie te va a dar apoyo. Y no hay razón para que te
sus actividades en el barrio y de sus interacciones con el prefecto y re-
lo den ... ¿Verdad?». A partir de entonces mandó la "operación peine fino».
presentantes de la administración municipal revelan de qué manera ella
Así es, mandó un cuartel.
oscilaba entre excluir e incluir a la favela en sus argumentos y en su acti-
Ama de casa y líder de barrio, Jaguaré, 35 años, 4 hijos; el marido es
vlsmo. trabajador especializado en una fábrica textil.
Cuando esa líder de barrio fue entrevistada en 1981, ella ya vivía Ja-
guaré hacía trece años Y Usando las estrategias típicas del habla del cri- Como ciudadana, propietaria y líder de barrio, la entrevistada no
dudó en ir directamente al prefecto para pedir una represión armada para
17. Las entrevistas en jaguaré fueron hechas por Maria Cristina Guarnieri, integrante del las personas que vivían en la favela y que ella sintió que estaban entorpe-
equipo del Cebrap. En esa entrevista, .M. refiere al marido de la entrevistada. ciendo su vida e impidiéndole tener el patrón de vida que merecía. El he-
cho de haber sido recibida por el prefecto no era tan extraño en Sao Pau- suyos en la ciudad. Se trata de un ejercicio complejo de simultáneamente
lo en el contexto de democratización y de organización de movimientos alegar cosas en común y mantener las diferencias. Nos contó, por ejem-
sociales. Las organizaciones de barrio sabían que tenían una oportunidad plo, cómo iba a redactar un petitorio al prefecto por el asfalto:
de ser recibidas por los políticos, que estaban comenzando a pensar en el
cambio del sistema de nombramiento por los militares al de elecciones di-
rectas. En verdad, muchas asociaciones y líderes sacaron ventaja de esa si- 2.19b.
tuación y fueron de hecho recibidos.18 Lo que es especialmente revelador -Yo iba a poner, inclusive, en el petitorio, dirigiéndome al prefecto Rey-
con relación a la narración anterior es la serie de contradicciones que pre- naldo de Barros, yo iba a poner: Nosotros, sus contribuyentes -porque yo me
senta. El prefecto nombrado por el régimen militar recibe democrática- atrasé en el impuestito y me mandaron una carta del poder judicial-, noso-
mente a la representante, que afirma representar al barrio e inicialmente tros, sus contribuyentes, residentes de la calle tal, y los no contribuyentes, que
intenta defender a los residentes de la favela que después atacará. Mientras dependen de usted -que son de la favela-, porque tanto nosotros, que paga-
tanto, de la manera autoritaria más tradicional, él aparentemente acaba mos impuestos, como ellos, necesitamos ese asfalto, esas mejoras aquí [...]
por enviar la policía militar a que realice una «operación peine fino» y ga-
na el apoyo de la entrevistada, que dice que las cosas mejoraron después Pero la elección de las palabras no era su único problema. Ella tenía
de eso. dificultades para aproximarse a las personas de la favela contra las cua-
A pesar de su acción contra los vec;inosdel otro lado de la calle, esta les había hecho campaña y para convencerlas de apoyarla. Ella nos dijo
líder local de inmediato percibió que su vínculo con la favela no podía se- que era difícil porque las personas estaban asustadas preguntando si sus
guir siendo hostil. Su visita al prefecto ocurrió a mediados de la década firmas significarían que tendrían que pagar por algo, o peor, tenían sos-
de 1970, o sea, al comienzo del proceso de apertura. A medida que se de- pechas de que ella estaba interesada en cazar «delincuentes». Ella les ga-
sarrollaba ese proceso y que cada vez más movimientos sociales alcanza- rantizó que no estaba allí para capturar delincuentes, porque sabía que
ron el gabinete del prefecto, las acciones individuales fueron perdiendo ese no era un problema sólo de ellos, sino algo común a toda la ciudad.
eficacia. Los movimientos sociales crearon un patrón de interacción con Les dijo: «yo sólo quiero mejoras para nosotros, para mí y para mis
la municipalidad en el que la legitimidad de las reivindicaciones debía ser hijos, y para ustedes y sus hijos». Y al continuar con la descripción de sus
demostrada.19 Esta líder modificó sus acciones para adaptarse a ese nue- interacciones con ellos, las distinciones comenzaron a aparecer:
vo patrón. Pocos años después de la «operación peine fino» ella percibió
que no tenía otra opción a no ser intentar aliarse con los residentes de la
favela a fin de exigir algunas mejoras para el barrio, inclusive asfalto e 2.19c.
-Ellos siempre tuvieron miedo, pero esa vez puse la cara y entré ahí
iluminación para la calle que ella compartía con los favelados, y mejores
dentro, creo que pensaron que yo era de la asistencia social. Y como te esta-
condiciones para la escuela pública que servía tanto a sus hijos como a los
ba diciendo, hay unas casuchitas ahí que se están cayendo, un mal olor ho-
niños de la favela. Para legitimar sus reivindicaciones, ella necesitaba sus rroroso, cinco niños durmiendo en el suelo, la casilla a punto de caerse.
firmas en los petitorios y ser reconocida como su representante.
La descripción de sus esfuerzos es una tentativa por equilibrar sus Uno de sus emprendimientos era mejorar la escuela pública local que,
opiniones negativas sobre la favela y sus residentes, con el reconocimien- de acuerdo con ella, había sido afectada por el crimen. Ella decidió que el
to de que ellos eran personas que enfrentaban problemas semejantes a los objetivo más importante era tener policía frente a la escuela, especialmen-
te en el turno de la mañana, frecuentado por los niños menores que tal vez
18. Yo misma fui testigo de esas diversas .visitas sorpresa a la Prefectura. Es importante no supieran cruzar la calle.
mencionar que los prefectos nombrados por el régimen militar preferían recibir líderes indivi-
duales que grandes grupos de personas. En general, las personas que iban solas eran identifica-
das con partidos políticos de centro y de derecha, mientras que las personas afiliadas al PT insis-
tían en ir en grandes grupos. La primera elección para prefecto en Sao Paulo no fue sino hasta .~
2.19d.
1985, aunque la primera elección para gobernador en el estado haya sido en 1982. } -Yo le enseño a mis hijos a cruzar la calle; salgo, los llevo, les muestro
19. Para un análisis de diferentes tipos de liderazgo de barrio, especialmente de mujeres, y como es, pero después los espío. Pero son niños, generalmente esa gente [de
sus diferentes tácticas para movilizar a los residentes y abordar la administración de la ciudad, la favela], ellos no van con los niños a una plaza como Lapa, en la ciudad,
véase Caldeira (1990). no le dicen al niño: mira, hijo, así hay que cruzar la calle. ¡No tienen tiem-
po! Entonces, son niños que andan atontados, y los automóviles andan co- lle. La dimensión dramática de ese esfuerzo, que acaba criminalizando y
mo locos, no tienen ... La mayoría de los conductores, hombres, porque las discriminando personas del mismo grupo social, es que los dominados
mujeres son responsables, son responsables, son madres. no tienen un repertorio alternativo para pensarse a sí mismos y están
obligados a dar sentido al mundo y a su experiencia usando el lenguaje
Incluso cuando es políticamente necesario que los residentes de una que los discrimina.20
misma calle trabajen juntos, sus diferencias deben ser mantenidas. Ella El mismo tipo de ambigüedad y contradicciones marca el habla de los
sintió que en su petitorio era necesario diferenciar a los ciudadanos de residentes de Moóca con relación a los conventillos y sus residentes, los
verdad de los «no contribuyentes», a pesar de que ambos serían benefi- nordestinos (véase, por ejemplo, la cita 1.1). Tanto en el habla de los resi-
ciados por el asfalto y por las mejoras en la escuela. Esa diferenciación no dentes de la periferia sobre las favelas, como en las discusiones de los re-
era solo una cuestión de condición de ciudadanía, sino también una cues- sidentes de Moóca sobre los conventillos, encontramos depreciaciones
tión de pertenecer o al espacio social adecuado o al espacio impropio del parecidas contra los habitantes de espacios inadecuados, así como relati-
crimen, un lugar de criminales, hogares deshechos, mal olor, niños dur- vizaciones, ambigüedades y contradicciones similares.
miendo en el suelo, madres que no enseñan a sus hijos a cruzar la calle,
mujeres negras haciendo strip-tease en la ventana, palabrotas, escenas en
contra de las normas morales, pobreza extrema ... una lista infinita. Al fi- 2.20.
nal de la entrevista, tal vez sintiendo que había expresado demasiados -Yo sólo creo lo siguieilte: que de algunos años hacia acá ha habido
prejuicios, consideró que era necesario negados: mucha entrada de extranjeros, entre comillas, que son de otros estados [...]
Entonces, es diferente de aquella Moóca de antes, que eran todas personas
tradicionales, digo descendientes de italianos, de españoles principalmente,
2.1ge. y también de portugueses. Y hoy no, hoy tenemos mucha injiltración de bra-
Entonces me integré con ellos [los favelados), ¡ellos son gente! Al co- sileños, nuestros, pero que vinieron del Nordeste. Entonces el índice de ca-
mienzo tuvieron miedo porque creyeron que yo quería meterme con la de- pacidad, de estudio, es mucho menor. Personas que vinieron, vamos a decir,
lincuencia. Pero jamás me voy a meter con la delincuencia, porque ningún de la roza del Nordeste, que se establecieron aquí. Entonces cambió mucho
delincuente, si hubiera delincuentes en esa favela, ninguno de ellos vino a en ese aspecto la vida de Moóca. En el Moóca de antes, me acuerdo, eran to-
perturbamos, ¿entiende? Es que favelado es un nombre marginado. Infeliz- das personas que se conocían desde hacía 20, 30, 40 años. Y debido también
mente, para la sociedad favelado es marginado. Y ellos se traumatizan con a que el progreso avanzó, aquellas avenidas que pasaron, y también el me-
eso. Ahora, aquí, de nuestra favela, no. La mayor parte, lo garantizo, lo de- tro, que también llega a afectar a Moóca; allá abajo también es Moóca, en-
muestro, los reúno para quien quiera, para que vean que ellos son tan gente tonces muchas familias tradicionales tuvieron que mudarse para ir a una re-
como nosotros. gión muy distante [oo.) En el lugar donde yo vivo, es un lugar que todavía no
tuvo prácticamente infiltración de «extranjeros» [...] Yo digo «extranjeros»
con todo cariño porque ellos también merecen todo el respeto [oo.) No quie-
El reconocimiento de la humanidad de los favelados, que los iguala ro poner en jaque el hecho de que si tú vienes del Norte, del Nordeste, seas
a la entrevistada, y del hecho de que son estereotipados -«su nombre sig- específicamente criminal. No es eso. Nosotros conocemos a muchos de el-
nifica marginalidad»- no le impide usar esos mismos estereotipos para los, sabemos que son honestos. Pero la diferencia que yo quiero hacer es la
mantener a los no contribuyentes lejos de sí misma, de sus demostracio- siguiente: de que nosotros conocíamos ... Móoca, por ejemplo, de 20 años
nes de ser una buena ciudadana, y de los patrones que ella quiere garan- atrás, personas que nosotros conocíamos hace 20 años, y hoy viene a vivir
tizar para su familia. Las ambigüedades y contradicciones de su discur- cerca una persona que apenas conocemos. Entonces, hasta que nos sintamos
so derivan del hecho de que las marcas de distinción usadas por los seguros aliado de esas familias que vinieron, es diferente. Esa es la aclara-
pobres generalmente se valen de estereotipos como el de los favelados, ción que quería hacer. Nunca en términos de decir que la persona que vino
que tienen que ser simultáneamente impuestos y relativizados. Como es un criminal. No es eso. Pero que cambió mucho para peor, cambió.
este tipo de estereotipo está hecho de prejuicios que afectan sobre todo Mayorista, Moóca, 45 años, casado; vive con la mujer y dos hijos.
a los pobres, y como son ellos quienes moldean las explicaciones y ten-
tativas por expresar distinciones de los propios pobres, su uso siempre 20. Para un análisis de los esfuerzos de los pobres para controlar las narrativas dominan-
implica un esfuerzo de disloca miento: los estereotipos tienen que ser di- tes y distanciarse de sus estereotipos, véase Caldeira (1984: cap.4, y 1987). Véase también De
rigidos a otro lugar peor, aun cuando ese lugar sea el otro lado de la ca- Certeau (1984).
A pesar de que sea imposible decir que todos los nordestinos -o «ex- de que ellos vengan acá. Creo que ellos vienen acá, son tachados de burros,
tranjeros»- que se infiltraron en el barrio y ocuparon los conventillos son ignorantes, asesinos, de todo eso, ¿no? Lo que ellos vienen a hacer aquí en
criminales, para este entrevistado su presencia ciertamente simboliza las Siio Paulo, para mejorar Siio Paulo, deberían hacerlo en su tierra, para me-
transformaciones negativas en el barrio. Algunos de los cambios se refie- jorar allá.
ren menos al crimen que a la reorganización del espacio urbano y de los Vendedor desempleado, 32 años, soltero; vive con una hermana casada
en Moóca.
patrones de sociabilidad local. Las personas se sienten perdidas e insegu-
ras con las transformaciones en el barrio y culpan al aumento de la crimi-
Los nordestinos pueden no ser todos criminales, pero la lista de des-
nalidad y a los «invasores», cuya imagen estereotipada proviene del re-
calificaciones usadas contra ellos es inmensa: tienen «sangre caliente»,
pertorio de malos caracteres sociales disponible. Llamados extranjeros
son mano de obra barata que no sabe reivindicar una paga justa, son mal
obviamente es un modo de distinguidos de la comunidad local. El hecho
educados, sin cultura, ignorantes. Además, el paternalismo implícito en
de que esa distinción sea hecha por hijos de inmigrantes en relación con
la idea de trabajar para civilizados (así no tendrían que venir a Sao Pau-
brasileños de otros estados indica una vez más la hegemonía del reperto-
lo) es evidente, así como el prejuicio de clase media contra sus patrones
rio de depreciaciones: se usa contra los otros el mismo repertorio usado
de consumo: llegan a Sao Paulo, compran anteojos de sol Ray-ban, van al
contra sí mismo. El poder de la categoría que iguala nordestinos y crimi-
dentista y, tal vez por no ser racionales, sustituyen los dientes por denta-
nales se manifestó incluso en el habla de personas que quieren cuestionar
dura postiza.
esa asociación. Un residente de Moóca ya había sido asaltado cinco veces
Es obvio que los prejuicios contra los nordestinos, que frecuente-
y, de acuerdo con él, por personas muy diferentes: un rubio apuesto, tres
mente coinciden con los de los favelados, no son exclusivos de los resi-
personas blancas y dos que parecían nordestinos. Insistió en que es impo-
dentes de Moóca: son parte de un repertorio común a los habitantes de
sible generalizar, que dentro de cada categoría de personas hay buenos y
toda la ciudad. En las entrevistas, por ejemplo, fueron usados por un eje-
malos. Pero su categoría de nordestino está construida básicamente con
cutivo, descendiente de inmigrante s libaneses que vive en Morumbi. Él
cualidades negativas.
considera que el empobrecimiento brasileño comenzó con la crisis del pe-
tróleo de 1972-1973, pero que el problema no es solo económico o so-
cial, sino una cuestión de educación.
2.21.
-Dentro de Siio Paulo hay gente que sirve y gente que no sirve, no po-
demos generalizar la cosa. Ahora, lo que arruina generalmente al nordesti-
2.22.
no es que ellos son sangre caliente, a veces no son ni asaltantes ni delincuen-
-Recuerdo muy bien cuando Siio Paulo era un lugar donde se encontra-
tes, pero si se les calienta la cabeza, sacan el cuchillo y matan [oo.] Pero esto
ban muchos europeos. Cuando comenzó a venir la gente del Norte, las cos-
no tiene nada que ver, no; si yo fuera asaltado todas las veces por un nordes-
tumbres se modificaron, ellos trajeron costumbres ... Nosotros éramos más
tino diría que todo tiene que ver, pero no es verdad. En verdad, quienes
educados; no estoy en contra del norteño, pero es lo que ocurre. Cambiaron
están en contra de los nordestinos son los descendientes de europeos, de ita-
las costumbres, cambió el respeto que se tenía por lo que era del otro, por
lianos. Mi cuñado dice así: los nordestinos llegan aquí y se compran «Ray-
aquello que es tuyo y que nosotros vemos tan bien, tan bonito en los Esta-
ban», compran cuchillo, se arrancan los dientes y se ponen dentadura o se
dos Unidos: corta la señal, te detienes, todo el mundo se detiene, puedes an-
quedan desdentados. Yo creo que no son todos, no se puede generalizar una
dar con tranquilidad en la calle, exactamente lo contrario de lo que ocurre
cosa asLPorque una media docena haga eso, no tienen que pagar todos. Por
aquí.
el contrario, si Siio Paulo creció tanto fue también gracias a ellos. Si ellos no
Emprendedor inmobiliario, cuarenta y tantos años, propietario de una
vinieran acá, nosotros tendríamos que hacer el trabajo duro. Solo que nues-
empresa de desarrollo inmobiliario, vive con la mujer y tres hijos en Morumbi.
tra mano de obra sería más cara, ¿no? Para construir el metro, pagan lo
que ellos quieren; nosotros no íbamos a aceptar, nosotros exigiríamos, no
aceptaríamos eso. Mi sueño, incluso, para que no se diga que no tengo ga- a He interpretado las repetidas y simultáneas afirmaciones y negacio-
nas de salir de Siio Paulo, es ir un día al Norte para ayudar a que el Norte to ~ nes de los prejuicios con relación a algunas categorías sociales, como una
mejore. Por ejemplo: crear un sistema de irrigación para que ellos no sufran If oscilación entre dos tipos de registros del habla del crimen. Hay, no obs-
más lo que sufren, educar esa gente, comenzar desde abajo, instruyéndolos, tante, otra interpretación complementaria. Las citas indican cómo las
mostrarIes lo que es la vida, darIes cultura [oo.] No es que yo esté en contra personas intentan disociarse de lo que saben que son prejuicios y depre-
ciaciones, a pesar de que obviamente los comparten. Esa conciencia y am- En formas a veces más elaboradas, a veces menos, los residentes que
bigüedad marca otras dimensiones de la sociedad brasileña, como el caso entrevisté en todos los barrios usaron algunos de esos modos de expre-
del prejuicio contra los negros. Considerando lo que fue dicho contra los sión paradojales en relación con los pobres, a los favelados, a las perso-
favelados y nordestinos, es especialmente significativo que en ninguna nas que viven en los conventillos y a los nordestinos. Sin embargo, algu-
ocasión durante las entrevistas alguien haya hecho una declaración direc- nos residentes de Morumbi ofrecieron una descripción diferente de los
ta contra los negros o afirmado que ellos fueran criminales. Tan sólo oí criminales. Ellos asocian el aumento del crimen al tráfico de drogas y a
una declaración, recogida en la cita 2.19a, en la cual las mujeres que ha- operaciones criminales cada vez más sofisticadas. Una ama de casa me
cían «strip-tease» en la favela fueron identificadas como negras, pero sin dijo que ninguna de las personas que ella conocía que habían sido asalta-
más elaboración. das, había sido robada por un «mendigo». «Los grandes asaltos» -argu-
A pesar de esa ausencia en el habla del crimen, se sabe que la discri- mentó- «son hechos por gente muy bien vestida, muy bien arreglada, y si
minación contra los negros atraviesa la sociedad brasileña. Estudios re- un tipo con chaqueta se te acerca, debes tener cuidado, porque la chaque-
cientes que utilizan datos del Censo de 1980 y 1991 muestran que, sea ta siempre esconde un arma.» Otra pareja, que fue robada en un restau-
cual fuera el indicador utilizado, los negros están en peor situación social rante y que decidió aceptar el miedo al crimen como un precio que hay
(Goldani, 1994; Hasenbalg, 1996; Lopes, 1993; Silva y Hase¡.balg, 1992; que pagar para vivir en Sao Paulo, ciudad que a ellos les gusta, habló so-
Telles, 1992, 1993 y 1995a). Estos estudios, junto con el Movimiento Ne- bre la discrepancia entre la imagen común del criminal como pobre y la
gro, desafían el mito de la democracia racial brasileña. Una de las princi- realidad más probable de ser robado por alguien que no parece pobre.
pales tácticas que han ayudado a mantener ese mito es un sofisticado có-
digo de urbanidad que considera de mal gusto nombrar a las personas
negras directamente «negras» y colocar en palabras cualquier ofensa a 2.23. •
ellas, como si fuese posible eliminar el racismo al no pronunciarse elertas Q (esposa)-Hoy en día, creo que ante cualquier persona que cruza la
palabras. Esa es una de las razones por las cuales varios censos brasileños calle nos ponemos así.
omiten cuestiones sobre raza y por la cual las personas usan todo tipo de P (marido)-Sí, pero normalmenteestá ligado a la figura de un tipo más
eufemismos (moreno, oscuro, por ejemplo) para referirse a una persona pobre ¿no es cierto? Hoy se oye mucho hablar de asaltos de automóvilesde
negra.21 Es por eso también que el Movimiento Negro encuentra dificul- una dupla que viene en moto. Vienendos tipos en una moto, paran aliado
tades para reclutar activistas que opten por identificarse públicamente de un automóvil, te apuntan un arma y dicen «salgan», baja el de atrás y
como negros (abandonando categorías «más blancas», como mulato) y toma el automóvil y se va, y los dos huyen. Ves, ¡en una moto! Eso debe
que los juicios desde que la Constitución de 1988 definió el racismo como ser... yo nunca vi, pero no deben ser tipos mal vestidos.
un crimen, han sido raros y frustrantes (véase Guimaraes, 1997). La Director general y ea-propietario de una itldustria química, 37 años, y su
constante necesidad de censurar las palabras aprendidas en el contexto de esposa, que es ama de casa, 36 años. Viven con los dos hijos en Morumbi.
las relaciones raciales puede muy bien haber inf!uenciado la expresión
de depreciaciones en relación con otras categorías sociales. A pesar de En los barrios ricos, la imagen del criminal pobre no es muy detalla-
que las personas expresen juicios negativos con relación a los nordestinos da, probablemente por la simple razón de que los residentes no temen ser
y favelados (también posibles eufemismos para negros) y a los pobres en confundidos con los criminales. Sus discursos sobre criminales raramen-
general, intentan corregirse, atribuir la opinión a otros, relativizarla. El te abandonan el campo de lo genérico y esa distancia social segura les
arte de discriminar y al mismo tiempo negar que se lo haga, sólo puede permite incluso una cierta proximidad simbólica: alguien que es un crimi-
estar lleno de ambigüedades. Pero es un arte en que los brasileños son nal puede no coincidir con el estereotipo del criminal; puede incluso estar
maestros (Caldeira, 1988a). bien vestido. Fue solo en Morumbi que los residentes se refirieron a la
imagen del moderno profesional del crimen, con chaquetas de cuero, mo-
tocicletas y armas, interesado en dólares y con recursos para crímenes so-
21. La negación de categorías raciales es compartida por otros países latinoamericanos .~ fisticados como el secuestro, el crimen que la elite más teme.
que también tuvieron esclavitud y a fines del siglo XIX adoptaron versiones de la «teoría del blan- }
queamiento». Esos son países que habitualmeme no registran raza en sus censos (Hasenbalg,
La proximidad real con el estereotipo del criminal, no obstante, re-
1996). Para Venezuela, véase Wright (1990); para Colombia, véase Wade (1993); y para Cuba, quiere un discurso elaborado de distanciamiento y separación. Cuando
véase Helg (1990). entrevisté a las personas en la periferia o en Moóca, me pregunté varias
veces si mi insistencia en el asunto del crimen no iría automáticamente a Los verbos utilizados para describir el crecimiento del crimen y el con-
generar ansiedad, dudas sobre si yo sospechaba que ellos fueran crimina- texto en que este ocurre, fueron infiltrar, infectar y contaminar. Una conse-
les, y la consecuente necesidad de enfatizar las diferencias. Las personas cuencia importante de esa teoría de contagio y del fracaso de las autorida-
pobres que entrevisté siempre se esforzaron para distanciarse a sí mismas des en controlar el mal, es que las personas intensifican sus propias medidas
y a las otras «personas honestas, trabajadoras» de la imagen del criminal. de encierro y control, de separación y construcción de barreras, tanto sim-
Esa ansiedad con relación a la separación no se origina exclusivamente en bólicas (como prejuicio y estigmatización de algunos grupos) como mate-
el esfuerzo para exhibir un estatus social mejor o en un ejercicio simbóli- riales (muros, cercas y toda parafernalia electrónica de seguridad). Además,
co. En verdad, la «confusión» entre personas pobres y criminales puede tienden a apoyar medidas privadas de protección que son violentas e ilega-
tener serias consecuencias, considerando que la policía también opera les, tales como la acción de justicieros y abusos de la policía.
con los mismos estereotipos, frecuentemente confundiendo a los pobres Las entrevistas sugieren que las personas de todas las clases piensan
con criminales y a veces hasta matándolos. El aspecto paradojal del inten- en el mal como una fuerza natural que puede ser controlada solo por los
to de los pobres trabajadores por separarse del estereotipo del criminal es trabajos de la cultura y de la razón. El modelo que muchos residentes de
que eso se lleva a cabo usando contra el vecino las mismas estrategias que Sao Paulo parecen tener se asemeja a la concepción de Hobbes del estado
son usadas contra la propia persona. Como consecuencia, la categoría de natural que fundamenta la necesidad del contrato social. Ante la falta de
criminal y su repertorio de prejuicios y depreciaciones raramente son re- un contrato que ate a las personas a reglas restrictivas, y ante la falta
futados. Por el contrario, la categoría es continuamente legitimada y los de autoridades que puedan imponer ese contrato, existe una «guerra de
prejuicios y estereotipos contra los pobres (favelados, nordestinos, resi- todos contra todos». Cuando el contrato social falla, las personas retro-
dentes en conventillos) son representados diariamente. ceden a la violencia del estado natural, o sea, a un universo de hostilidad,
El universo simbólico del crimen no está limitado a referencias de ca- represalia y venganza. Mientras el mal se esparce fácilmente, el orden y la
rácter socioeconómico y no está restringido a los tipos de prejuicios y di- paz son difíciles de mantener. Estas concepciones son también similares a
famaciones que acabo de analizar. El crimen es también una cuestión del las de Girard (1977; véase también capítulo 1).
mal, y sus explicaciones también tienen que ver con autoridad y construc- El mal también es concebido en oposición a la razón. Es aquello que
ciones culturales destinadas a domesticar las fuerzas del mal. Es impor- no tiene sentido y que se aprovecha de las personas cuya racionalidad es
tante investigar estas concepciones sobre el control de la difusión del mal vista como precaria. Niños, mujeres, adolescentes, los pobres y las perso-
porque los paulistas las usan para atacar los derechos humanos, para nas cuya conciencia puede estar perturbada -como los usuarios de dro-
apoyar abusos de la policía, justicieros y escuadrones de la muerte, y para gas-, son considerados los más vulnerables y que más necesitan ser con-
justificar la pena de muerte. trolados. Como se considera que los niños pequeños y las mujeres son
más fáciles de controlar, el grupo que corre mayor riesgo de ser afectado
por el mal es el de los jóvenes. Ellos son muy jóvenes para protegerse del
mal por sí mismos, y por no ser totalmente racionales, toda,vía necesitan
ser controlados. Por ser hombres, sin embargo, resisten al control y son
El crimen es una cuestión de autoridad. Las personas que entrevisté atraídos por los ambientes en que abunda el mal, principalmente la calle.
en Sao Paulo creen que el crecimiento del crimen es una señal de autori- Allí encuentran las drogas, que perturban su conciencia y los transforman
dad débil, sea de la escuela, la familia, madre, iglesia, gobierno, policía o en blancos fáciles para las fuerzas del mal.
sistema judicial. Esas autoridades son responsabilizadas de controlar la El mal es algo asociado a la naturaleza humana, algo ante lo que
difusión del mal. En el habla del crimen, el mal se considera algo podero- cualquiera es vulnerable. Sin embargo, como los pobres son vistos como
so y que se esparce fácilmente. Una vez que alcanza a alguien en una po- más cercanos a la naturaleza y a la necesidad y más distantes de la razón
sición débil-por ejemplo, alguien en los espacios impropios o sin los atri- y del comportamiento racional que las otras personas, y como están físi-
butos apropiados a un miembro de la sociedad- es probable que domine camente más cercanos a los espacios del crimen, consecuentemente, son
a esa persona, y es difícil librarse de él. Las personas que entrevisté sen- considerados también como otro grupo que corre el riesgo de ser infecta-
tían que las autoridades e instituciones estaban fracasando claramente en do por el mal.
su tarea de controlar lugares y comportamientos, o sea, estaban dejando En lo que constituye una concepción bastante difundida del orden
espacios abiertos para que el mal se esparciera. social, autoridad, instituciones, trabajo, razón y control son vistos como
las armas contra el mal. Cuando las personas ven que el crimen aumenta, y sin comer ¿sabes? Los padres ganan poco, no hay condiciones. Entonces,
frecuentemente culpan a las instituciones públicas y diagnostican la nece- ¿qué ocurre? Ya es una violencia, porque de ahí él ve que hay uno que tiene
sidad de una autoridad fuerte (citas 2.4, 2.17). Cuando las instituciones de todo ¿sabes?: «¡aquel tiene todo y no tengo nada! Vaya sacarle un poco
públicas fallan, las personas sienten que tienen que resolver los proble- de lo que tiene, tal vez me va a beneficiar». ¿Ves?: ¿qué piensa la mayoría de
mas por sus propios medios. Cuando se considera que el ambiente se los ladrones? Que van a poder tomar lo que los otros tienen, que la policía
nunca va a descubrir lo que robaron ¿entiendes? Entonces, creo que es la
volvió muy peligroso, la mejor respuesta es construir barreras por todas
. propia condición de vida de la gente [.,,] El hambre es lo peor que hay. En-
partes e intensificar todos los tipos de control privado. Las personas in-
tonces, esa gente que viene de allá para acá, ellos pasan hambre. Entonces,
tensifican sus prejuicios y para eso el habla del crimen es instrumental, no tienen con qué luchar. ¡No tienen! No tienen con qué luchar. Entonces,
pero ellas también contratan guardias particulares, construyen muros, sabes, van a asaltar, van a matar, ¿entiendes? para tener algo.
adoptan medidas electrónicas de vigilancia, apoyan grupos de justicieros Operadora de computador en una fábrica grande, 33 años, Jardim
y los actos ilegales y particulares de venganza de la policía. Peri-Peri; vive con la madre, que es mucama, y con una tía.
Pregunté a residentes de Sao Paulo tanto en 1981-1982 como en
1989-1991 qué transformaría a una persona en un criminal. Las respues- Esta versión estereotipada de las causas del crimen acumula una lar-
tas fueron sorprendentemente parecidas. Algunas reunían varios elemen- ga lista de elementos. Siempre está la cuestión de los lugares impropios.
tos asociados al mal y a lo que es considerado impropio, mientras que Aun si todos los nordestinos no vivieran en favelas, dice que viven en ca-
otras mencionaban solo pocos elementos. Un ejemplo de respuesta abar- sas promiscuas con exceso de personas y sin las debidas separaciones,
cadora es la que da una residente del Jardim Peri-Peri, en la periferia oes- donde niños se mezclan con otros innumerables niños desconocidos, to-
te de la ciudad, comentando un asesinato cerca de su casa que fue aparen- dos sin el debido acompañamiento de los padres. Como telón de fondo,
temente motivado por una disputa por un suéter.22 las condiciones sociales de siempre: hambre, pobreza, y la perturbadora
desigualdad en la distribución de la renta. Finalmente está la impunidad,
el fracaso de la policía y del sistema judicial para punir los crímenes. La
2.24. combinación de todos estos elementos crea una condición de vida que de-
-Creo que la misma ciudad contribuye a eso. Yo creo que, por ejemplo: bilita a las personas, dejándolas sin capacidad para luchar. Luchar es un
seguro que él vio al otro con un montón de suéters, chaquetas, todo, y él sin
verbo continuamente asociado a la idea de persistencia y trabajo duro; es
suéter, pasando un frío desgraciado, viendo al otro vestido, fue y le dio no sé
lo que lleva a las personas a ascender socialmente (véase Caldeira, 1984:
cuántas cuchilladas y le arrancó el suéter y se fue [".] Ahora, yo creo que es
la misma ciudad que contribuye a eso. Porque mira: la mayoría que está cap. 4). El verbo luchar y el sustantivo lucha son también usados en la pe-
aquí, ¿de dónde vinieron? Vinieron de allá, del Nordeste, vinieron de allá del riferia para referirse a los movimientos sociales. Se cree que las personas
Sur, a pesar de que yo creo que la gente del Sur es más civilizada ¿no? Creo en una posición debilitada, que no pueden luchar adecuadamente, corren
que la gente del Nordeste, ellos viven en una condición, del Norte y del Nor- un alto riesgo de ser infectadas por el mal.
deste, ah, en una condición así, de vida horrible, horrible [oo.] Ya esa maldi- Los mismos elementos fueron repetidos en muchas entrevistas.
ta propaganda que hacen en la televisión y llevan allá, esa imagen les llega: Cuando preguntamos a un joven en Moóca si él concordaba con que el
«Miren, la gente que va a Siio Paulo se hace rica». Entonces ¿qué hacen? To- crimen estaba relacionado con los nordestinos, respondió que podría ser,
man a toda la familia, venden lo poco que tienen y vienen acá. Cuando lle- ya que las migraciones y los robos eran ambos motivados por razones
gan aquí, no tienen lugar donde quedarse. A veces tienen un conocido, van
económicas. Sin embargo, cuando le fue pedido que describiera qué tipo
a la casa del conocido, ahí se queda esa montanera ¿no?, en una casita,
quién sabe, de un par de habitaciones, cuarto y sala o cuarto y baño, cocina,
de persona imaginaba que había tomado su reloj, la respuesta fue muy di-
o incluso en una favela. Entonces son 10,20,30 personas dentro de una ca- ferente.
sa ... te imaginas lo que ocurre. Entonces, los hijos, viendo a los padres que
salen a trabajar, se quedan ahí el día entero. Ahí se juntan esos hijos, más los
hijos del otro, más los hijos del otro ... Y más los hijos de no sé quién más... ~ 2.25.
-Mira, esa persona, yo imagino que hasta podría estar desempleada,
: puede ser una persona que ... mira, para caer en estas condiciones es muy fá-
22. Las entrevistas en el Jardim Peri-Peri fueron realizadas en 1981 por Célia Sakurai, in- cil. Basta con tener, por ejemplo, una mala relación familiar, basta con tener
tegrante del equipo de investigación del Cebrap. una esposa que ... quién sabe, una mala relación en general. Un fracaso en el
trabajo. Bastan pequeñas cosas. Y también hay un detalle: basta que tengas es todo eso ¿no? Ya viene de la casa, a veces es de la calle, quién sabe, pier-
una moral débil, una educación insignificante, basta que tengas una cultura de la cabeza. Después que pierde la cabeza, listo.
mediocre. ¿Qué es eso? Eso infelizmente es la mayoría. Entonces es de esa
mayoría que surgen estas cosas. El asaltante pudo hasta haber venido de una Muchos de los entrevistados creen que las personas que tienen que
familia de clase media. Otro puede haber venido realmente de la favela. En- enfrentar condiciones de vida muy difíciles o que crecen en ambientes ad-
tonces, yo creo que favorece, esas cosas generales, socIales, que es de la cul- versos, necesitan una mente fuerte para evitar la desesperación y resistir
tura, que alcanza a todo el mundo, puede favorecer a todo el mundo que es
las malas influencias. Pero, si pierden la cabeza (es decir, su razón y capa-
alcanzado enteramente por eso.
Desempleado formado en comunicaciones con especialización en ra- cidad de juicio), están perdidas. Y no hay mejor manera de perder la ca-
dio, 23 años, Moóca, vive con los padres. beza que involucrarse con drogas. En verdad, la correlación entre drogas
y crimen fue una de las más comunes en las entrevistas, y fue persistente-
Se necesitan más que condiciones económicas y políticas para pro- mente descrita como un ciclo: las personas vienen de un medio inadecua-
ducir un criminal, pero ese más es muy poco: cualquier pequeño empu- do, quedan sujetas a las malas influencias en las calles, consiguen drogas
jón en dirección a lo impropio -desempleo, una mala esposa, una frus- gratis, se encuentran perdidas y se vuelven viciosas, y finalmente se con-
tración en elempleo o en la familia- puede inclinar la balanza. Resistir vierten en criminales para poder sustentar su vicio.
al peligro requiere una mente fuerte, algo que se cree que los pobres no Personas de todos los grupos sociales creen que una mente fuerte se
tienen. origina dentro de una familia fuerte, que discipline adecuadamente a sus
hijos y los mantenga a distancia de las malas compañías.

2.26. 2.28.
-Todo aumentó 100% yel salario de la gente no aumentó ni un centa- E (madre) -Yo creo. Yo creo que, mira, esos mocosoS'criados. ahí, uno
vo. Quiero decir, para quien gana poco, el salario o un poquito más, quiero ve mocosos de 15, 16, 17 años, todo el día en la calle. Ellos no piensan en
decir, una persona de esas yo creo que se tira al abismo. Piensa bien: un pa- otra cosa, si ellos no hacen nada. Tú por lo menos estudias, es diferente.
dre de familia tiene tres, cuatro hijos, va a trabajar, trabaja, trabaja, trabaja, Ellos no estudian, no trabajan, quieren dinéro, no tienen de donde sacado,
ya aborrece el servicio, después llega a casa y tampoco ve condiciones, no ve ¿qué es lo que van a hacer?
salida, entonces yo creo que eso es lo que tira a muchas personas que no D (hija) -¿Y dónde entra el desempleo?
piensan bien al abismo. Y ahí comienzan a querer asaltar, a querer robar, a E -Ah, existe el desempleo, pero si buscaran, encontrarían. ¿Y por qué
querer matar, querer vengarse con la familia, vengarse con el compañero de aquellos que buscan, encuentran?
trabajo, con el patrón. D -¡Cuánta gente hay ahí desempleada, buscando empleo y no encuen-
Trabajador semi-especializado, 39 años, ]ardim das Camélias.
E -Yo creo que si buscara, encontraría, sí. Ahora, se quedan ahí en la
mala vida, en la buena, ¡hay mocosos de 13 años que ya andan con revólver
Pregunté a la militante de los movimientos de barrio citada en 2.19
en la manol
qué pensaba ella que transformaba a los niños del Jardim das Camélias D -Ahora, ¿por qué? ¿Por qué es que ellos andan con el revólver en la
en delincuentes. mano? Porque la mayor parte de esos muchachos fueron criados sin que las
madres estuvieran en casa. ¿Por qué? Porque las madres necesitaban traba-
jar para llevar el alimento a la casa. Entonces, quiero decir, qué es lo que ese
2.27. muchacho va a aprender en la calle. ¡A robar! Van a faltar cosas en casa por-
-Yo no sé... A veces yo pienso así, a veces puede ser la convivencia del que la madre gana un salario pequeño, no alcanza para tener todo en casa,
padre y de la madre, una separación, es el hijo que a veces ya nace subleva- entonces él comienza a robar. Entonces, quiero decir, los culpables no son
do con la vida, incluso con el padre y la madre. Yo creo que para que una ellos: ¡es culpa de la sociedad!
persona llegue a eso, ¿será que es un vicio? Muchos beben y dicen que beben
porque es un vicio, fuman porque ... quién sabe, es todo confuso. Creo que
para que una persona llegue a eso, quién sabe, yo creo que las malas compa-
i dad.
E -Yo creo que la culpa está en todo el mundo, no está solo en la socie-

D -Entonces la sociedad es todo el mundo.


ñías también. A veces incluso los amigos ... a veces los propios amigos que lo [La discusión continúa y E argumenta que las madres no deberían ir a
llevan, a veces no quiere ir y todo, pero vamos allí y tal. .. Quiero decir que trabajar y dejar a sus hijos de 15, 16 años en la casa sin trabajar. Ella pien-
sa que si las madres tuvieran más autoridad, eso no ocurriría. Sin embargo, P -Cierto.
ella dice que la autoridad no significa autoritarismo, porque la relación en- O -El famoso miedo a la droga. Mi cuñada vive en un condominio. Y
tre padres e hijos debería estar basada en la amistad y la confianza, no en la todo el día IÚños de aquí para allá, no sabes de quién son los hijos ...
imposición del punto de vista de una de las partes. Argumenta que si el niño M -Porque allá las casas no están cercadas, la casa no tiene cerca, no
no siente que puede confiar en los padres y conversar con ellos, puede aca- tiene nada ...
bar prefiriendo confiar en otra persona en la calle. Ella cree que todo sería O -El muro bien grande a la vuelta.
más fácil si hubiera más diálogo entre padres e hijos, y si los padre.<pudie- M -Sólo el muro del condominio, pero la casa, solo el césped y ensegui-
ran ver menos televisión y conversar más con los hijos. En ese punto, el en- da ya está la otra casa. Tipo americano.
trevistador preguntó si su hijo de 10 años acostumbraba jugar en la calle.] O -Todo abierto, y tú no sabes el contacto que tiene tu hijo ... Si quie-
-Ese niño, su hijo, ¿juega en la calle? res que sea con ese, todo bien, pero ¿cómo lo puedes separar? No hay un
E -No, él estuvo trabajando hasta esta semana. muro, ¿cómo vas a decir: no, hijo, tú recibes los hijos que me parecen los
-¿Ese muchachito? mejores, voy a seleccionar estos amigos? Porque hoy en día uno debe selec-
E -Estuvo trabajando en la farmacia hasta esta semana. Salió esta se- cionar, yo creo ¿no?, uno debe por lo menos seleccionar las amistades. Y no
mana que es fin de año y tiene problemas en la escuela. se puede, entonces no voy de ninguna manera [oo.] Sabes, las ideas de unos
D -Él fue sólo a la farmacia porque nosotros lo encerrábamos dentro IÚños se transmiten a otros niños, porque un niño puede ser muy calmo,
de casa ... tranquilo, pero con la influencia de un grupo más pesado ... Porque hubo un
E -Para que no tuviera contacto con los otros. caso de un niño que robó la casa de otro niño para robar un dólar para com-
D -Entonces, resulta que él se escapaba, sabes. Tomaba la llave y cuan- prar marihuana, no vaya decir el nombre, pero fue un caso que ocurrió ...
do te descuidabas, estaba en la calle. Entonces, quiero decir, el contacto que Yo no lo aguantaría, no viviría ahíodeIÚnguna manera. Puede ocurrirle a mis
tiene con la gente no iba a ser bueno para él. Entonces nosotros lo pusimos hijos también, pero ahí, paciencia, pero yo intenté hacer lo posible, y en el
en la farmacia. No recibía prácticamente nada, era un dinerito para él mis- momento, sólo cuando yo sienta que ellos realmente tient!llla cabecita lista
mo, pero que alcanzaba para sacarlo de la calle. para enfrentar el mundo solos, vaya abrir la puerta tranquila, que hagan lo
E -Yo creo que el ambiente, las amistades influyen bastante. Las amis- que quieran, pero hasta entonces quiero tener el control.
tades influyen bastante. Y hay amistades que estamos obligadas a evitar un
poco. Hay ciertas amistades que estamos obligadas a evitar, entonces eso fue Cualquiera sea la clase social, las personas parecen compartir la idea
una manera de mantenerlo apartado de... las malas compañías. de que las malas' influencias se propagan fácilmente y que la principal ma-
Ama de casa, Cidade Júlia, cerca de 40 años, y su hija de 20 años. La
nera de evitar su propagación es controlar a los hijos con cuidado. Dos de
madre tiene otro hijo biológico y dos adoptados.
las mujeres de la clase alta que acabo de citar y la mujer de la clase traba-
jadora que cité anteriormente, son amas de casa que decidieron no tra-
La opinión de que es necesario controlar a los hijos y mantenerIos
bajar para controlar adecuadamente a sus hijos. Ellas se sienten incómo-
apartados de los desconocidos está muy difundida entre todas las clases
das con eso. La mujer de la clase trabajadora siente que la carga para su
sociales. Constituye un fuerte argumento en contra de vivir en edificios:
marido es realmente pesada; y las mujeres de la clase alta (una de las cua-
dada la proximidad, las personas de departamentos y condominios tie-
les tiene educación universitaria) sienten la presión de su ambiente social,
nen más dificultad para controlar a los hijos y mantenerIos apartados de
en el que un número creciente de mujerestrabaja. Todas creen, sin embar-
cualquiera que pueda ser considerado «inadecuado». Cuando se trata
go, que su sacrificio es necesario para el bienestar de los hijos. Ellas y va-
de proximidad y «amistades», las personas de todas las clases usan exac-
rios otros entrevistados sugirieron que las mujeres que trabajan fuera son
tamente las mismas frases. Aquí están las opiniones de M, O Y P, tres re-
responsables por los eventuales desvíos de los hijos. Así, las mujeres que
sidentes de Morumbi citadas en 2.14.
trabajan tienen que lidiar con un fuerte sentimiento de culpa. A pesar de
que los hombres corren un riesgo mayor de volverse criminales, las ma-
dres son más responsabilizadas que los padres por el comportamiento cri-
2.29.
-¿Y por qué ustedes prefieren vivir en casa y no en uno de esos condo-
minal de sus hijos. De acuerdo con el estereotipo compartido por muchas
minios? personas que entrevisté, las mujeres que trabajan abandonan sus hijos en
O -Libertad. Para mí, la libertad en primer lugar, y el contacto de mu- las calles y no logran mantenerIos en el «buen camino» (por ejemplo
chos niños que yo no podría separar, controlar la amistad de mis hijos. en las citas 2.19,2.24,2.28). Es obvio que ese punto de vista no toma en
consideración el hecho de que la mayoría de los niños cuyas madres tra- Las personas también creen que es difícil resocializar a los presos
bajan, no quedan solos y abandonados en su casa, sino con las abuelas, tanto porque no es fácil erradicar el mal después que infectó a una perso-
tías, vecinos, hermanos y hermanas, profesoras, empleadas, etcétera. Mu- na, como porque en los presidios están sin hacer nada. Así, muchos pien-
chas personas insisten, sin embargo, en que la madre debe quedarse cer- san que el único camino para resocializar prisioneros es forzarlos a ad-
ca, como si su sola presencia pudiera mantener las cosas como se debe. quirir alguna especialización profesional durante el tiempo de prisión.
Se puede argumentar que el mal es uno de los elementos más de- Esta es, por ejemplo, la opinión de un entrevistado de Moóca. Él piensa
mocráticos en el universo del crimen. Viene de todos los lugares, puede que uno de los problemas de las prisiones es que las personas que están
afectar a cualquiera (aunque los débiles sean más vulnerables), y conse- ahí por causas pequeñas, por ejemplo, muchachos pobres que robaron
cuentemente requiere que todos sean controlados. Sin embargo, las con- algo por necesidad, son colocadas junto a criminales peligrosos y «absor-
secuencias de esa preocupación por la vigilancia constante trascienden el ben por ósmosis todo el mal conocimiento». En vez de eso, deberían ser
universo del crimen. Las personas acostumbradas a ejercitar un alto nivel forzados a elegir un tipo de trabajo y aprender a ejercerlo.
de control tienen grandes dificultades para aceptar cualquier límite a su
vigilancia o reconocer los derechos individuales de los otros. Ellas no
creen que sus hijos tengan derecho a la privacidad o a escoger como, por 2.30.
ejemplo, seleccionando con quién jugar. Los niños deben hacer lo que sus -Se trata de no dejar que esté ocioso, es como aquella historia, es
padres quieren que hagan y jugar con los niños que ellos seleccionen -las como ... ahora viene mi lado machista: es como la mujer que se queda en ca-
lecciones sobre separación y prejuicio comienzan temprano-. Sólo resta sa sola, ¿no?, sin trabajar, se queda el día entero y ahí se queda pensando en
indagar cuándo comienza el derecho de elección, especialmente el dere- tonterías ... «¿Dónde estará él, ql1etodavía no llegó?» Entonces, pónganlo a
trabajar que va a estar más ocupado.25
cho de aquellos «que necesitan» un control más rígido, como los jóvenes
Dueño de un bar, Moóca. Tiene diploma de abogado pero no ejerce la
y las mujeres. También se puede especular que la falencia de la escuela pú- profesión; soltero, vive con tres compañeros de cuarto.
blica en el Brasil no es solo una cuestión de falla institucional: ¿será que
los padres de la clase alta considerarían a los niños de la clase trabajado-
Las personas consideran que rehabilitar a alguien que «entra en el
ra como posibles compañeros para los juegos de sus hijos? ¿Los padres de camino equivocado» es casi siempre imposible. Muchos de los que de-
Moóca dejarían a sus hijos jugar con nordestinos? fienden la pena de muerte apuntan al peligro representado por aquellos
Otro elemento revelado en las discusiones sobre control de las malas dominados por el mal. Dicen que la muerte es la única manera eficaz de
influencias es la necesidad de ocupar la mente y el tiempo de las personas. extinguir el mal. Controlar el mal es siempre una tarea intensa, difícil. El
Un señor del ]ardim das Camélias me dijo una vez que «una mente vacía mal se esparce fácilmente por «ósmosis», a través del contacto; basta un
es la oficina del diablo». 23 En la cultura popular se considera que la me- momento de distracción, una mente temporariamente ociosa, una situa-
jor protección contra la influencia del diablo es el trabajo, como también ción de inestabilidad, con sus límites indefinidos y el miedo a las mezclas.
demostró Alba Zaluar en muchos de sus estudios sobre el universo del Como consecuencia, las personas quieren barreras para evitar la difusión
crimen en Río de ]aneiro y sobre las relaciones entre .los trabajadores y del mal y para reorganizar un mundo muy fácilmente presa del caos.
delincuentes en los barrios pobres.24 Sin embargo, si las personas no es- Los elementos que analicé hasta ahora no agotan las explicaciones
tán trabajando, deben por lo menos estar ocupadas con algo. El niño del crimen dadas por los residentes de Silo Paulo. Otra serie aborda los
mencionado en la cita 2.28 fue enviado a trabajar en la farmacia para que problemas del individuo, tanto morales como psicológicos. Estas explica-
se mantuviera ocupado y fuera de las calles. El tiempo ocioso es un ries- ciones son frecuentemente evocadas cuando las referencias al ambiente y
go para todos. Los hombres pueden perder la cabeza cuando están a lo que se considera apropiado son insuficientes para explicar un crimen.
desempleado s, y se dice que las mujeres que no tienen nada para hacer de- Cuando las personas vienen de los lugares correctos y tuvieron una super-
jan la mente abierta a las malas influencias. visión adecuada, cuando las apariencias contradicen el comportamiento,
todavía puede encontrarse una comprensión de la violencia en la <<natu-

23. Otra versión de esto es el dicho popular: .e1 ocio es el padre de todos los males •.
24. Véase Zaluar (1983, 1985, 1987, 1990, 1994). Sobre las concepciones del trabajo en 25. La equivalencia entre mujer y prisionera en esta cita de un «macho. no debe pasar
el Jardim das Camélias, véase Caldeira (1984: cap. 4). desapercibida.
raleza» -o más exactamente en la «naturaleza pervertida»- y, en algunos e -Si fueran pobres, la policía los agarraba, les pegaba ...
casos, en la conciencia pervertida. Los residentes de Sao Paulo dicen que A -Si fueran pobres, la policía los agarraba, les pegaba, les hacía de to-
las personas ricas pueden robar por «maldad». La violencia también pue- do; pero como son ricos, pueden ser hasta hijos de un general, de un máyor,
de ser justificada por un «drama psicológico» o locura, un caso extremo si la policía los agarra, los tiene que soltar.
de «perder la cabeza». A veces las personas se vuelven criminales simple-
mente porque ese es su «destino». . Para los residentes del Jardim das Camélias y de Moóca, las perso-
Estos tipos de argumentos son usados especialmente para explicar el nas ricas disfrutan del privilegio de estar por encima de la ley y de la so-
uso excesivo de la violencia. La violación, por ejemplo, en general requie- ciedad porque su posición social les garantiza que no serán castigadas.
re una explicación basada en la perversidad. Además, las referencias a un La percepción de esta desigualdad adicional, que pervierte las clasifica-
desvío de la naturaleza humana y de la razón surgen para justificar críme- ciones y los contratos sociales, está en el centro del total pesimismo que
nes en que el uso excesivo de la violencia se considera gratuito, como en muchos residentes de Sao Paulo sienten con respecto a las posibilidades
de creación de una sociedad más justa en el Brasil. Como es difícil impo-
el caso de un ladrón que, después de tomar todo lo que quería, mata a la
ner el orden por medio de las instituciones existentes, que son incapaces
persona que fue robada. Como dijo un estudiante universitario que vive
de controlar el mal y, por lo tanto, de construir una sociedad mejor, las
en Moóca cOn los padres: «Algo así no tiene explicación; solo puede ser
personas sienten que están constantemente expuestas a las fuerzas natu-
que estaba fuera de sí, drogado». Solo los crímenes contra la propiedad
rales del mal y al abuso de quienes se colocan por encima de la ley. Para
pueden ser explicados por razones socioeconómicas.
protegerse, deben confiar en sus propios medios de aislamiento, control,
Las explicaciones que se refieren a perversión, destino, azar y emo-
separación y distanciamiento. O sea~para sentirse seguras, deben cons-
ción son usadas también para explicar crímenes cometidos por quienes
truir muros.
no encajan en ninguno de los estereotipos. Los crímenes cometidos por
personas de las clases más altas que, como se dice, «tienen todo de lo bue-
no y lo mejof», sólo pueden ser explicados por algún tipo de perversidad.
Dos estudiantes universitarios entrevistados en Moóca separaron clara-
mente crímenes motivados por razones económicas (cometidos por al-
guien que está, por ejemplo, desempleado y desesperado) y crímenes co-
metidos por personas «que tienen aquella naturaleza». Ellos creen que el
uso de drogas está muy diseminado, no solo entre las personas de las cla-
ses bajas, sino también en las clases media y alta, con las cuales ellos tie-
nen contacto en barrios como los Jardines. En verdad, ellos creen que el
uso es más común en los grupos más ricos, porque tienen más dinero pa-
ra enviciarse y roban por razones estúpidas, como para tomar pequeñas
cosas, como un par de zapatillas.
Los jóvenes de la clase trabajadora del Jardim das Camélias también
creen que los crímenes cometidos por las personas de la clase alta están
asociados con drogas -como lo están los crímenes en general, en su opi-
nión-. Sin embargo, en el caso de las clases altas, las drogas por sí solas
no ofrecen una explicación.

2.31.
A -y hay gente que hasta roba y no necesita, roba porque es descara-
do. Que hubo una época que estaban los hijos de barones tirando bombas
dentro de los restaurantes. ¿Por qué hacen eso? Yo creo que es una diversión
para ellos, no tienen qué hacer, y quieren acabar con nuestra paciencia.

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