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da de 1980 fueron tan espectaculares que se suele decir que marcaron una cuentemente con una mujer que trabaja.!7
«transición demográfica» y cambiaron el patrón demográfico brasileño.
De los años cuarenta a los años sesenta el Brasil experimentó un descen-
I
[
Uno de los resultados de la caída en las tasas de fecundidad total es
la disminución de la tasa media anual de crecimiento de la población, que
so en las tasas de mortalidad y tasas de fecundidad total constantemente en la primera mitad de 1990 fue solo del 1,9%. Un segundo resultado es
altas (cerca del 6%). Como resultado, la tasa media de crecimiento de la 1¡ el cambio en la pirámide etaria de la población, que se volvió más vieja.
población también fue alta (cerca del 3% al año) y la distribución etaria ,
f
Finalmente, un tercer resultado es el cambio en el patrón de urbaniza-
de la población era joven. En los años setenta las tasas de fecundidad to- ción. Durante la década de 1980 y especialmente durante la de 1990,
f hubo un importante descenso en las tasas de crecimiento de la población
tal comenzaron a descender. Inicialmente, el proceso se limitó a las áreas
más ricas y urbanizadas, pero en la década de 1980 ya se manifestaba en urbana. Eso queda muy claro en las nueve regiones metropolitanas mayo-
todo el país. Como resultado, la tasa de fecundidad total cayó del 5,8% res, donde las tasas cayeron del 4,5% al año en el períodd 1940-1970, al
en 1970, al 4,3% en 1975 y al 3,6% en 1984, esto es, un descenso acen- I 3,8 % durante los años setenta, y al 2 % durante los años ochenta. Des-
tuado del 37% en quince años. Las estimaciones para 1990 indicaban
una tasa de un máximo de 2,9 hijos por mujer en edad fértiJ.l6
I,
:
pués de haber crecido solo el 1,16% durante la década de 1980 y haber
registrado una significativa emigración por primera vez en la historia,
Vilmar Faria (1989) sugirió una hipótesis estimulante para explicar ¡ Sao Paulo, la ciudad que no podía parar, el paraíso de los migrantes, tuvo
una tasa de crecimiento de la población de solo 0,4% entre 1991 y 1996.
ese marcado descenso en un corto período de tiempo y en ausencia de al- !
gún tipo de política pública de control poblacional. Según él, el cambio I
1
Como es bastante sabido, los años ochenta también fueron «la déca-
í
en el comportamiento reproductivo fue un efecto inesperado de cuatro da perdida» para la crisis económica. El PBI cayó un 5,5% yel salario mí-
políticas sociales gubernamentales que siguieron a la urbanización y que nimo real disminuyó un 46% durante el período de 1980-1990 (Serra,
f
1991). Entre 1940 y 1980 el PBI había crecido el 6,9% anualmente (4%
crearon el sistema nacional de salud, el sistema de previsión social, el sis- I en el caso del PBI per capital. Entre 1980 y 1992, creció sólo un 1,25% al
tema de telecomunicaciones que permitió la difusión de los medios de co" J
j
blación. Un análisis definitivo sobre e! rumbo de los cambios en la es-
tructura de la producción todavía está por hacerse, pero los datos dispo-
nibles para e! estado de Sao Paulo indican algunas importantes transfor-
1980 99,7 1990 1.585,2 maciones.IB Desde la década de 1980 decreció la participación de Sao
1981 93~ 1991 475,1 Paulo en e! valor de la transformación industrial. Era de! 58,2 % en
1982 100,3 1992 1.149,1 1970, cayó al 49,6% en 1984 y al41 % en 1991 (Rolnik et al., s.d.: 27;
1983 178,0 1993 2.489,1 y Leme y 13iderman, 1997). Los efectos de la crisis económica fueron es-
1984 209,1 1994 929,3 pecialmente fuertes en la ciudad de Sao Paulo y en la mayoría de las
1985 239,1 1995 21,9 áreas industrializadas de la región metropolitana, exactamente en aque-
1986 58,6 1996 9,1 llas que habían pasado por un boom durante e! patrón de desarrollo an-
1987 396,0 1997 4,3 terior. El centro industrial de! país cerró industrias y comenzó a reestruc-
1988 994,3 1998 2,5 turar su economía durante los años ochenta y noventa.
1989 1.863,6
Las consecuencias sociales de la crisis económica fueron devastado-
Fuente:IBGE: INPC (índiceNacional de Preciosal Consumidor). ras. Después de una década de inflación, desempleo y recesión, la pobreza
Obs.:Valoresrelativosa la variaciónanual de los preciosal consumidormedidos adquirió proporciones alarmantes a comienzos de la década de 1990.19In-
en diciembre. vestigaciones recientes demuestran que los efectos de la crisis fueron espe-
cialmente duros para los pobres y agravaron la ya desigual distribución de
la renta.20 Rocha (1991: 37) muestra que la proporción de personas po-
bres en las nueve regiones metropolitanas acompañó las oscilaciones de la
desempleo y pocas oportunidades de recuperación. Durante la vigencia crisis económica: tocó un pico durante la recesión de 1983 (38,2 %) yal-
de altas tasas de inflación, resulta más difícil prever e! futuro y aumenta canzó su tasa más baja durante e! año de recuperación de 1986 (22,8%).
la sensación de inseguridad de las personas con relación a su posición so- Para todo el país, en 1990, la proporción de pobres era de! 30% (Rocha,
cial. La decadencia social pasa a ser una perspectiva más realista que las 1996: 1).21Aunque este nivel sea más bajo que e! de 1980 (34%), en com-
posibilidades de ascenso, al contrario de lo que había ocurrido desde los paración con el largo período de movilidad social y disminución de la po-
años cincuenta hasta los ochenta. breza de los años setenta, esconde una fuerte reversión de expectativas. En
De acuerdo con algunos analistas (por ejemplo PNUD-IPEA, 1996: 73- un contexto de crisis y de inflación en e! cual las esperanzas de movilidad
76), e! fracaso de las políticas económicas en los años ochenta y noven- se fueron frustrando, la insatisfacción se hizo generalizada, especialmente
ta se debe, por lo menos en parte, a su incapacidad para promover los en las áreas metropolitanas donde la proporción de pobres es mayor que
cambios estructurales necesarios para dar inicio a otro patrón de desa- en las pequeñas ciudades (véase Leme y Biderman, 1997 para un análisis
rrollo. Reconocen que el patrón anterior -basado en la sustitución de las
importaciones, la fuerte intervención estatal en la economía y el endeu-
damiento externo- alcanzó su límite en la década de 1980. La inflación 18. El último censo industrial en el Brasil fue en 1985.
solo fue controlada después de 1994 con el Plán Real, elaborado por el 19. De acuerdo con el Dieese-Seade, las tasas de desempleo estaban cerca del 6% al final
entonces ministro de Hacienda Fernando Henrique Cardoso. Electo pre- de los años ochenta y alrededor del 8,5% en la primera mitad de los años noventa.
20. Entre los estudios recientes sobre la pobreza y la distribución de renta se incluyen: Ba-
sidente sobre la base del éxito de su plan, Cardoso viene adoptando una
rros y Mendon~a (1992), Barros, Camargo y Mendon~a (1996), Barros, Machado y Mendon~a
serie de políticas que están transformando el patrón anterior de creci- ( 1997), Barros, Mendon~a y Duarte (1997), Leme y Biderman (1997), Lopes (1993), Lopes y
miento y el papel del Estado. Éstas incluyen el agresivo programa de pri- Gottschalk (1990) y Rocha (1991, 1995 Y 1996).
vatización de empresas públicas (incluyendo telecomunicaciones, ener- 21. Las líneas de pobreza varían de acuerdo con las ciudades y regiones del país. Rocha
gía y petróleo); la tentativa de reforma del sistema de previsión social y presenta su metodología para calcularlas (1996). Ella calculó la línea de pobreza de la región me-
tropolitana de Siío Paulo en 1990 como equivalente a una renta mensual per capita de 43,29
la de controlar el déficit público. Cardoso fue reelecto en 1998, pero su
dólares. Ese era el nivel más alto del país. En la región metropolitana de Siío Pauto la proporción
segundo mandato comenzó en medio de una crisis económica asociada de pobres era del 22% en 1981, 34,4% en 1983, 16,9% en 1986 y 20,9% en 1989 (Rocha,
al endeudamiento público y la desvalorización de la moneda, que trajo 1991: 37). Estos datos indican que los peores años de la recesión fueron 1981 y 1983, lo que es
al FMI de vuelta al Brasil y afectó sustancialmente su apoyo junto a la po- confirmado por Lopes y Gottschalk (1990: 104).
de! estado de Sao Paulo). Las entrevistas que analizo en e! capítulo 2 de- Algunos grupos, como mujeres y personas de color, son más adver-
muestran claramente esa reversión de expectativas. samente afectados por la pobreza. En 1996 las mujeres representaban e!
En 1995 e! Brasil tenía un PBIde 536.000 millones de dólares y una 41,6% de la población económicamente activa, de acuerdo con el PNAD.
renta per capita de 3.370 dólares. Actualmente su PBIestá entre los diez Ellas trabajaban principalmente en el sector de servicios (cerca del 70%)
mayores de! mundo. Sin embargo, su distribución de renta es una de las y su renta media era solamente el 55,3% de la de los hombres. Aunque
peores. La proporción de la renta en poder del 20% más rico de la pobla- las mujeres sean ligeramente más instruidas que los hombres, su renta es
ción, creció de! 54% en 1960 al 62% en 1970, 63% en 1980 y 65% en sistemáticamente más baja que la de los hombres en todas las categorías
1990, mientras que la proporción correspondiente al 50% más pobre ocupacionales y en todos los niveles educativos (PNAD,1996). Lopes
cayó de! 18% en 1960 al 15% en 1970, 14% en 1980 y 12% en 1990 (1993) muestra que los efectos de la crisis económica fueron peores en
(Barros, Mendon~a y Duarte, 1997). Estudios recientes mostraron que la domicilios a cargo de mujeres. Este tipo de domicilio creció considerable-
mayor concentración de renta ocurre en e! tope de la distribución, espe- mente en los últimos años: en 1960, el 10,7% del número total de domi-
cialmente en e! 1% más rico, mientras que la diferencia entre los deciles cilios estaba a cargo de mujeres; en 1989 ese número era de! 20% (Gol-
más bajos no es acentuada y es comparable a la de otros países lati- dani, 1994: 309-310). En 1989, el 33% de los domicilios a cargo de
noamericanos. En la última década, de acuerdo con los resultados de las mujeres estaban debajo de la línea de pobreza, en comparación con e!
PNAD,22 la proporción de la renta en las manos de! 1% más rico de la po- 23% del número total de domicilios (Goldani, 1994: 320). La situación
blación, creció de! 13% en 1981 al 17,3% en 1989, y al 15,5% en 1993. es especialmente grave en el caso de las mujeres negras. Los domicilios a
Un estudio reciente de! PNUD(Programa de las Naciones Unidas para e! cargo de mujeres son más comunes entre familias negras que entre fami-
Desarrollo) que comparó 55 países mostró que, medida por la razón en- lias blancas (21 % comparado con 14% en 1989). Además, en e! mismo
tre la renta media per capita del 10% más rico y del 40% más pobre de año casi la mitad (49%) de los domicilios a cargo de mujeres negras esta-
la población, e! Brasil tenía la peor situación de desigualdad. Mientras ban debajo de la línea de pobreza (Goldani, 1994: 309, 320). Aunque a
que en la mayoría de esos países (incluyendo todos los países desarrolla- muchos todavía les guste pensar en e! Brasil como una «democracia ra-
dos y todos los otros principales países de América Latina) la renta del cial», cualquier lectura de indicadores socioeconómicos muestra la si-
10% más rico es en promedio diez veces más alta que la del 40% más po- tuación desfavorable de la población negra e indica e! grado de discri-
bre, en e! Brasil es casi treinta veces más alta (PNUD-IPEA,
1996: 17). La re- minación de la que es víctima. En promedio, la renta de las personas
gión metropolitana de Sao Paulo es una de las menos pobres y tiene una de color está en torno de apenas e! 65% de las de la población blanca
de las mejores distribuciones de renta del país. En 1990 los pobres cons- (PNUD-IPEA, 1996: 22).25 Además, Lopes (1993) muestra que el 68% de
tituían e! 17% de la población de! estado (la segunda proporción más ba- los domicilios urbanos debajo de la línea de indigencia tienen un negro o
ja del país; PNUD-IPEA, 1996: 182). De todas maneras, el coeficiente de un pardo al frente, mientras que los domicilios negros o pardos represen-
GINIcreció del 0,516 en 1981 al 0,566 en 1989 y al 0,5748 en 1991 (Ro- tan apenas e! 41 % del número total de hogares urbanos.
cha, 1991: 38; y Censo de 1991).23En el estado de Sao Paulo e!1 % más El otro proceso importante de cambio en la década de 1980, fue la
rico detenta e! 13,8% de la renta (Leme y Biderman, 1997: 192).24 democratización política. El final de los años setenta y el inicio de los
años ochenta fueron marcados por una expansión significativa de los de-
rechos y de la ciudadanía política. Es importante recordar algunos gran-
22. PNAD se refiere a la Pesquisa Nacional por Amostra de Dornicílios [Investigación Na- des hitos de ese proceso. Uno de ellos fue la recreación de! movimiento
cional por Muestra de Domicilios], realizada por el IBGE (Instiruto Brasileiro de Geografia e Es-
sindical a partir de! ABCOpaulista, e! área de la región metropolitana de
tatística). Todos los datos sobre distribución de renta indicados antes provienen de las PNAD.
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23. El coeficiente de GINI es una medida de distribución de renta. Varía de a 1. Sería
cero si todas las personas tuvieran la misma renta y 1 si una persona concentrara toda la renta
Sao Paulo con la mayor concentración industrial y que simboliza e! mo-
delo de desarrollo anterior a la crisis económica. Este movimiento recha-
nacional. En otras palabras, cuanto mayor el valor, mayor el nivel de desigualdad. Para el Bra-
sil, e! coeficiente de GINI era de 0,580 en 1985,0,627 en 1989 y 0,6366 en 1991 (Rocha, 1991:
38; y Censo de 1991).
24. Como en el resto del Brasil, en e! estado de Sao Paulo y en la región metropolitana, la 25. El Censo Brasileño usa las siguientes categorías raciales: blanca, negra, parda y amari-
renta está altamente concentrada en e! decil más rico. Mientras queja diferencia entre e! prime- lla. Normalmente los análisis de relaciones raciales consideran negro y pardo de forma agrupa-
ro y el segundo decil está cerca de! 75%, Y entre e! segundo y tercero es de alrededor de! 38%, da, pues fue demostrado que comparten condiciones sociales semejantes. En 1991 los blancos
la diferencia entre e! noveno y el décimo decil es de! 180% (Leme y Biderman, 1997: 198). eran e! 55,3% de la población, los pardos e! 39,3%, los negros e! 4,9% y los amarillos el 0,5%.
zó la estructura sindical organizada en los tiempos de Getúlio Vargas y minó en medio de un desastre económico y numerosas acusaciones de co-
generó un nuevo tipo de liderazgo sindical y político que desempeñó un rrupción. En 1986, los brasileños elegieron la Asamblea Constitucional
papel central en el nuevo régimen democrático. Otro hito fue la eclosión que redactó la nueva Constitución democrática, promulgada en 1988. El
de los movimientos sociales de barrio en las periferias pobres urbanas, período de la Asamblea Constitucional fue uno de los más democráticos
frecuentemente apoyados por la Iglesia Católica, y que garantizaron legi- de la historia brasileña: miles de grupos en todo el país se movilizaron
timidad a la noción de que los habitantes de esos barrios tenían el «dere- para enviar petitorios y presionar por sus demandas.
cho a tener derechos». Los participantes de esos movimientos eran los En 1989, cuando los brasileños finalmente pudieron votar para pre-
propietarios de casas autoconstruidas, quienes percibieron que la organi- sidente, el Brasil tenía 82 millones de electores registrados. La sociedad y
zación política era el único medio de forzar a las autoridades de la ciudad la comunidad política que ellos representaban eran radicalmente diferen-
a ampliar la infraestructura urbana y los servicios para sus barrios. A co- tes de aquellas representadas por los 15 millones de electores que en 1961
mienzos de la década de 1980, cuando fue posible la reorganización de habían participado de la última elección para presidente. En 1989 la cam-
partidos políticos, representantes de movimientos sindicales y de movi- paña electoral se desarrolló principalmente en la televisión -presente en
mientos sociales, junto con representantes de los movimientos de mi- casi el 60% de los domicilios-, los dos candidatos que fueron a la segun-
norías (mujeres, negros, homosexuales, etcétera), que también se expan- da vuelta eran ambos jóvenes (en la década de los 40 años) y representa-
dieron en ese período, fundaron el PT -Partido de los Trabajadores-, .ban lo que podría llamarse un nuevo modo de hacer política. Fernando
probablemente el primer partido político en la historia brasileña que no Collor de Mello, electo en segunda vuelta, era un neoconservador oriun-
fue generado o comandado por la elite. do de las oligarquías del Nordeste y versado en la vida de Brasilia. Su ad-
En suma, mientras la crisis económica se acentuaba, había esperanza versario era el líder del PT, Luiz Inácio Lula da Silva, un migrante del Nor-
en la transformación política. De hecho, los movimientos sociales y la deste que había sido metalúrgico en la región del ABCD y se había
apertura política ampliaron de forma significativa los derechos políticos convertido en su líder sindical más importante en los años setenta. El he-
de los ciudadanos. Por un tiempo el entusiasmo que esa expansión gene- cho de que él hubiera vencido a una serie de famosos políticos nacionales
ró fue compartido por todas las clases sociales y sintetizado en el deseo de y haber participado de la segunda vuelta, testimonia cuánto había cam-
que la dictadura militar terminara. El movimiento «¡Directas Ya!» captu- biado el país. Pero no había cambiado lo suficiente.
ró ese anhelo. Incluso antes de que la población pudiera votar, la expan- Los .brasileños prefirieron elegir el producto de los medios de comu-
sión de la ciudadanía fue celebrada en las calles y plazas en 1984. El 25 nicación de las oligarquías conservadoras, creyendo que él podría traer
de enero, aniversario de la fundación de la ciudad de Sao Paulo, alrede- modernización y llevar una imagen «apropiada» del Brasil a las «nacio-
dor de 300.000 residentes de todas las clases sociales se congregaron en nes adelantadas del mundo», como afirmó una persona que entrevisté.
la Pra~a da Sé para exigir el derecho a votar directamente por el Presiden- Mientras tanto, en el contexto de crisis que acabo de describir, las espe-
te. Importantes demostraciones de este tipo se sucedieron en todas las ranzas de una modernización fácil fueron frustradas de inmediato. En
grandes ciudades. A mediados de abril, la multitud en las calles de Sao marzo de 1990 era visible que la inflación estaba fuera de control (véase
Paulo fue calculada en un millón de personas: fue la mayor demostración tabla 1). Al día siguiente de la asunción, Collor adoptó el Plan que llevó
política que la ciudad y el país habían visto alguna vez. Sin embargo, si- su nombre para intentar «matar la inflación con un solo tico». Como se
guiendo los viejos modelos elitistas, el 25 de abril el Congreso Nacional sabe, ese plan congeló todas las cuentas bancarias con saldo por encima
votó por negar a la población el derecho al voto directo, decidiendo que de 50.000 cruzados (cerca de 1.250 dólares) durante un año y medio, de-
el próximo presidente fuera electo por el Congreso Nacional, que tenía jando a la economía literalmente sin liquidez alguna. En vez de derrotar
como miembros a una tercera parte del Senado directamente designado la inflación, el Plan afectó inmensa mente lo cotidiano y las vidas de las
por el régimen militar. El nuevo presidente electo, Tancredo Neves, quien personas, como indican todas las entrevistas que hice después de que hu-
contaba con el apoyo de la población, murió antes de asumir el cargo. El biera sido adoptado. Junto con los efectos de la propia inflación, que des-
vicepresidente, José Sarney, el anterior líder del partido militar dominan- valorizó totalmente las cuentas bancarias congeladas y fue acompañada
te, asumió. (Había sido designado en una alianza política destinada a por una caída en los salarios reales, el Plan Collor sirvió básicamente pa-
derrotar al candidato de la derecha en la elección del Congreso Nacio- ra acentuar y simbolizar un sentimiento de deterioro de la posición social,
nal.) Aunque Sarney disfrutó de cierta popularidad debido a la nueva po- incluso entre las clases medias altas. Las entrevistas muestran con mucha
lítica de congelar la inflación (el Plan Cruzado de 1986), su gobierno ter- claridad que el Plan Collor se convirtió en un divisor simbólico crucial
entre «antes y después», «mejor y peor». Las desilusiones con el gobier- cial, a la privatización de la justicia, a los abusos de la policía, a la forri-
no Collar culminaron en 1992 con las denuncias de corrupción que lleva- o ficación de las ciudades y a la destrucción de los espacios públicos. En
ron a su impeachment. otras palabras, en el BrasilIa democracia política no trajo consigo el res-
Otro proceso que viene marcando profundamente la sociedad brasi- peto por los derechos, por la justicia y por la vida humana, pero sí, exac-
leña y especialmente sus regiones metropolitanas desde los años ochenta, tamente sus opuestos. En ese contexto el crimen no solo expresa yarticu-
es el aumento del crimen violento. Ese incremento obviamente agrega la otros procesos negativos de cambio, sino que también representa los
inseguridad a las ya intensas ansiedades relacionadas a la inflación, al de- límites y desafíos de la democratización brasileña. En verdad, el universo
sempleo, y a una transformación política que venía afectando las configu- del crimen indica el carácter disyuntivo de la democracia brasileña de dos
raciones tradicionales de poder y expandiendo los derechos de ciudada- maneras: en primer lugar, porque el crecimiento de la violencia deteriora
nía. Las discusiones sobre el miedo al crimen revelan la angustia que se en sí los derechos de los ciudadanos; y en segundo lugar, porque ofrece un
genera cuando las relaciones sociales ya no pueden ser decodificadas y campo en e! cual las reacciones a la violencia se vuelven no solo violentas
controladas de acuerdo con criterios antiguos. Aunque haya ciertamente y carentes de respeto hacia los derechos, sino que ayudan a deteriorar el
muchos aspectos positivos en la desintegración de viejas relaciones de au- espacio público, a segregar grupos sociales y a desestabilizar el estado de
toridad y poder en el Brasil, queda claro que muchos grupos sociales derecho.
reaccionaron negativamente a la ampliación de la arena política y a la ex- En este libro analizo especialmente aquellos aspectos de la sociedad
pansión de los derechos. Esos grupos encontraron en el problema del cri- brasileña en los que la democracia echó raíces de forma reacia, o en las
men una forma de articular su oposición. El universo del crimen -inclu- cuales simplemente no se enraizó ..Analizo la violencia y las varias dimen-
yendo el habla del crimen y el miedo, pero también el crecimiento de la siones de la deslegitimación de la justicia y de los derechos civiles. Esa es
violencia, e! fracaso de las instituciones del orden, especialmente la poli- la esfera en la cual la democratización es desafiada y en la cual la resisten-
cía y e! sistema judicial, la privatización de la seguridad y de la justicia y cia a las transformaciones que podrían llevar a una sociedad más igualita-
e! continuo cercamiento y segregación de las ciudades- revela de forma ria está articulada de forma explícita. Por el hecho de estar insistiendo en
sintética y distintiva el carácter disyuntivo de la democracia brasileña. el carácter disyuntivo de la sociedad brasileña, nunca presupongo que los
James Holston y yo (1998) desarrollamos e! concepto de democracia dis- sombríos procesos sociales que analizo constituyan la marca principal o la
yuntiva para dar cuenta de los procesos contradictorios que marcan la so- única marca de la sociedad brasileña, o incluso la única tentativa de crea-
ciedad brasileña e indicar la esfera en la cual la expansión de los derechos ción de orden. Aún así, argumento que el universo de la violencia y del cri-
resulta más problemática.26 Una de las principales contradicciones que men, incluyendo la falencia del sistema judicial, la falta de respeto a los de-
marca al Brasil contemporáneo es la que existe entre expansión de la ciu- rechos individuales, los abusos por parte de las instituciones del orden,
dadanía política y deslegitimación de la ciudadanía civil. De un lado, hu- prejuicios e intolerancia se contraponen a las tendencias democráticas y
bo una expansión real de la ciudadanía política, expresada en las eleccio- ayudan a sustentar una de las sociedades más desiguales del mundo.
nes libres y regulares, libre organización de partidos, nuevo liderazgo
político y funcionamiento regular del poder legislativo en todos los nive-
les, asociados a la libertad de expresión y el cese de la censura a los me-
dios de comunicación. De! otro, sin embargo, está el universo del crimen
y uno de los más intrigantes hechos de la consolidación democrática bra-
sileña: el de que la violencia, tanto civil como de aparatos del Estado, au-
mentó considerablemente desde el fin del régimen militar. Este aumento
en e! crimen y en la violencia está asociado a la falencia del sistema judi-
2.14.
2.13. M -¡Antes, también nosotros teníamos más dinero! Yo comía camaro-
-Esto es algo indignante. Vas a cualquier casilla, y en Río de Janeiro nes todos los sábados --<:amarones,langosta- ... Ahora, para comprar cama-
también, y aquí en Sao Paulo, que hay cerca de las zonas marginales, que rones ... Para mí está más duro. Trabajo lo mismo, mi marido también, pero
hoy en día, no ... Cobro en dólares para no estar reajustando todos los me- transgredir las líneas imaginarias que separan los grupos sociales y man-
ses, pero siento que antes hacíamos más comida, mi marido también, vivía- tienen a cada uno en el lugar que le es «propio». ¿Cómo puede un em-
mos con su salario, hoy en día su salario no alcanza ni 15 días. En serio. El pleado osar comprar el mismo tipo de automóvil que su patrón? ¿Cómo
factor dinero, uno también se vuelve más aprehensivo, se irrita. puede osar parecerse a ellos y dejarse confundir con alguien de otra cla-
O -Yo sentí [1adiferencia] a partir del Plan Collor.
se? El malestar que las personas de la clase alta sienten con la incorpora-
M -Creo que las diferencias sociales antes no eran tan grandes, no se
sentía tanto, hoy en día son mayores. La clase alta de antes, de unos diez
ción de trabajadores a la sociedad de consumo, aun modestamente, es
años atrás, ya no está tan alta como era, se hizo más clase media, y en los evidente. Si ellos gastan dinero en algo considerado de clase alta, son «ri-
medios, obviamente que descendimos con relación a lo que éramos. Enton- dículos», es «un horror» -incluso cuando los pobres están demostrando
ces, los que estaban alto todavía quieren afirmarse, y entonces en eso existe su incorporación a las relaciones capitalistas-.l2 Controlar las fronteras
mucha agresividad, son pocas las personas que ... de las posiciones sociales es una operación crucial del habla del crimen, y
O -Para que tengas una idea también, puedes ver por ahí, busca un ba- eso es realizado no solo por la elite sino por todos los grupos sociales -los
rrio más simple, las casitas, las casitas muy pequeñas, ahí ves aquellos por- pobres también lo hacen, despreciando a los residentes de las favelas y
tones así, así, así, que podía caber un Del Rey, una Caravan.ll La familia conventillos-.
pasa el año entero allí, así, economizando todo, pero el gran automóvil está Los prejuicios con relación a los pobres no impiden a las personas de
allí al frente de la casa para mostrar que tienen el gran automóvil del año. clases altas reconocer que las condiciones de vida de la clase trabajadora
No viajan, no van de vacaciones, no hacen nada, todo el mundo histérico
se aproximan a lo intolerable. No obstante, ellas siempre encuentran un
dentro de la casa, quiero decir, ¿qué es eso? ¡Es para exhibirse! Yo quedo
medio de culpar a los pobres por su propia pobreza y de descartar argu-
asombrada.
C -Es autoafirmación. Siempre fue eso. Aquella persona que no puede mentos contrarios. Las tres mujeres que acabo de citar concuerdan en que
tener, entonces tiene que vivir por la apariencia. la desigualdad en la distribución de la renta en el Brasil es absurda y la
O -¡Ay, qué horror, qué horror! Me parece ridículo. contrastan con la de algunos países europeos. Sin embarg'b, comparten el
C -Hay un muchacho en la fábrica, un encargado de la producción de prejuicio de que los trabajadores son perezosos y tienen mala voluntad a
la fábrica ... era muy gracioso, porque él estaba ganando bien, ganaba comi- la hora de trabajar duro, y es por eso que las personas como sus maridos
sión sobre ganancia, entonces, si la empresa factura más, entonces divide, y no se deciden a pagarles mejor. Además, comparten el prejuicio de que los
él ganó un buen dinero. Él vive -es de Ceará- vive con la mujer y cuatro hi- pobres no están en mejores condiciones de vida porque tienen hijos como
jos en un cuarto, sala, cocina, baño propio, de él, y tiene un buen terreno, mi «cobayas», y no podían creer en mis relatos sobre el descenso de las tasas
marido lo conoce. Cuando recibió aquel dinero, en vez de agregar un cuarto de fecundidad entre los pobres y sobre los resultados de mi investigación
más a la casa, o mejorar la casa, ¿qué hizo? Cambió su «escarabajo» por un
en el ]ardim das Camélias que indicaban que las mujeres pobres no tenían
Voyage cero kilómetros. Entonces ves la mentalidad de aparentar, cambian la
apariencia por un nivel de vida mejor, pero creo que eso fue siempre así. Eso
más que dos o tres hijos. Ellas continuaron insistiendo en que la reduc-
trae agresividad, porque vive en un mundo ... Ellos quieren una cosa y no la ción de la fecundidad era «básicamente de la clase media para arriba» y
consiguen, entonces me parece que eso, indirectamente, cuando ellos toman que la población continuaba «creciendo en las clases pobres» (P). De ese
ese gran automóvil para conducir en el tránsito, ellos se sienten superiores, modo, la mala distribución de la renta se explica por el mito del alto cre-
sacan afuera todo aquello, que en el fondo es la represión que ellos tienen. cimiento poblacional entre los pobres.
M, O Y P son vecinas en Morumbl~ todas de más de 30 años, cada una
con dos hijos. O y P son amas de casa y casadas con hombres de negocios; M
trabaja como instructora de deportes en un club de elite y está casada con un 12. Estos tipos de prejuicios son muy difundidos. En años recientes reaparecieron en el
funcionario público de alta jerarquía que también tiene una pequeña empresa. contexto de la oposición al programa de .Renta Mínima». Se trata de un programa adoptado
por algunos municipios en el Brasil para lidiar con el creciente empobrecimiento de la población.
Proporciona un valor mínimo en dinero a familias por debajo de la línea de pobreza, con la con-
Las personas de la clase alta pueden tener problemas para consumir dición de que esas familias mantengan a sus hijos en la escuela. Ese programa ha sufrido la opo-
artículos de lujo como hacían en otro tiempo, pero creen que deberían sición de varios sectores de la población -inclusive varias instituciones filantrópicas y organiza-
poder hacerlo. Pero el consumo de los pobres es reprensible si parece ciones de izquierda- con el argumento de que no se debe dar dinero a los pobres porque ellos no
sabrán cómo gastado de la mejor manera. En lugar de eso, se propone que reciban comida en lu-
gar de dinero. A despecho de la oposición, el programa fue adoptado COl! éxito en varias ciuda-
des, tales como Brasilia y Campinas, donde investigué su impacto, junto con los miembros del
NEPP (Núcleo de Estudos de Políticas Públicas) y estudiantes de la Unicamp, en 1995.
El prejuicio de que las mujeres pobres «tienen hijos como conejos,) tar algunos de los cambios de las últimas décadas que, a pesar de la rece-
está muy difundido, e incluso cuando se admite la disminución de las ta- sión, significaron la incorporación de las clases trabajadoras a la sociedad
sas de fecundidad, como en los medios de comunicación de masas, por de consumo y a la ciudadanía política y a lo que puede ser considerado
ejemplo, frecuentemente se refuerza la opinión -de que los pobres están como patrones modernos de comportamiento. Personas de las clases más
dominados por la irracionalidad y la necesidad. Una explicación común altas dudan de la capacidad de los pobres para hacer elecciones de consu-
apunta a supuestas «organizaciones internacionales» como responsables mo y controlar su fecundidad, pero también de su capacidad para votar
por la esterilización de mujeres pobres, que no serían conscientes de lo racionalmente. Así como se irritan con los televisores de los pobres, se
que se les habría hecho. Otra apunta a la creciente pobreza como la cau- irritan con la incorporación de los pobres a la ciudadanía política a tra-
sa de la disminución de la fecundidad. En los últimos 20 años conversé vés de los movimientos sociales y del voto. La idea de que los pobres no
con innumerables mujeres en el Jardim das Camélias que no quieren te- saben cómo votar es tradicional en el Brasil y sirvió para justificar más de
ner más una familia numerosa. Y no por razones económicas sino por- un golpe autoritario. Esta idea es invocada toda vez que un resultado
que, como cualquier mujer de clase media, quieren tener tiempo para po- electoral desfavorable debe ser explicado. Reapareció, por ejemplo, a fi-
der hacer otras cosas, inclusive conseguir mejores empleos que el de nes de la década de 1980 cuando Lula competía por la presidencia con
empleadas domésticas (Caldeira, 1990).13 Ellas no quieren ser prisioneras Collor, y cuando Luiza Erundina -la prefecta del PT en la época de las en-
de la necesidad y muchas de ellas eligieron ser esterilizadas después del trevistas- fue electa.
nacimiento de un segundo o tercer hijo. Lo consideran una liberación Al poner en riesgo posiciones a través de todo el espectro social, la
real. Aprendieron -y la televisión, mostrando el comportamiento de las crisis económica alimenta un sentimiento de incertidumbre y desorden.
mujeres de clase alta y de sus pautas familiares, les enseñó bastante sobre Un contexto de incertidumbre en el cual las personas se sienten social-
ese asunto- que controlar su sexualidad y fertilidad puede proporcionar mente amenazadas y ven las transformaciones que ocurren, parece esti-
una inmensa liberación no solo de las cargas de la naturaleza, sino tam- mular el control de las fronteras sociales. Una de las maneras de realizar-
bién de la dominación de los hombres. Con todo, personas de otros gru- lo es elaborar prejuicios y marcas de distinción. Las depreciaciones más
pos sociales -inclusive intelectuales que creen estar escribiendo a favor de explícitas y vehementes aparecen cuando la proximidad y la amenaza de
las mujeres cuando atacan, en periódicos, las pocas clínicas que ofrecen la mezcla aumentan. Eso ocurre cuando un empleado compra un auto-
control de la natalidad a los pobres- se rehúsan a aceptar tal transforma-' móvil similar al de su patrón; cuando nuevos migrantes vienen a vivir cer-
ción. La planificación familiar está considerada un comportamiento mo- ca de antiguos migrantes que consideran llevar mejor vida; cuando al-
derno y de clase media; el lugar de las mujeres pobres todavía está consi- guien que vive en la periferia tiene que probar que está en una condición
derado el de la naturaleza y de la necesidad. El otro argumento, que las mejor que un vecino que vive en la favela, etcétera. En otras palabras, la
tasas de fertilidad disminuyeron porque la intensa pobreza causó inferti- proximidad lleva al refinamiento de las separaciones para que se manten-
lidad, produce lo mismo: mantiene a los pobres prisioneros tanto de su si- ga la percepción de la diferencia. El contexto del aumento de la violencia
tuación social como de sus consecuencias «naturales». y el miedo al crimen intensifica las incertidumbres pero al mismo tiempo
Es difícil para cualquiera, en cualquier grupo social, aceptar cambios provee un contexto en el que las depreciaciones y las separaciones pueden
en las condiciones sociales que representan un deterioro de su patrón de proliferar prácticamente sin censura.
vida. Sin embargo, para las clases altas y medias es difícil también acep-
13. Cuando llegué por primera vez al Jardim das Camélias en 1978, me pidieron que or-
ganizara un grupo de discusión de mujeres. Entre 1978 y 1980 Cynthia Sarti -que también esta- A pesar de que personas de todos los estratos sociales estén preocu-
ba haciendo investigaciones en el barrio- y yo, mantuvimos esas reuniones. Su tema central era padas por el crimen, las experiencias de violencia son claramente distin-
la sexualidad femenina y uno de los pirncipales pedidos que Cynthia y yo recibimos fue el de ex- tas en cada clase social. La mayoría de las personas que entrevisté ya ha-
plicar métodos de control de natalidad e indicar dónde podrían obtenerse. Uno de los movimien- bía sufrido algún tipo de violencia, directa o indirectamente (un amigo,
tos sociales más importantes en la periferia exigía la construcción de guarderías para que las mu-
jers pudieran tener empleos regulares no solo como trabajadoras domésticas, en los casos en que
un pariente o alguien próximo a ellas ya hahía sido víctima). Sin embar-
hay una cierta flexibilidad de horario y algunas veces la posibilidad de llevar los hijos, pero go, sus experiencias -y miedos- varían bastante. En Moóca y en Morum-
cuya remuneración es baja y la explotación, alta. bi, los delitos contra la propiedad, sobre todo intrusión y hurto de resi-
dencias y robo, son los más frecuentes. La preocupación por los secues- están asustados con lo que ven que ocurre en su barrio, que era tranqui-
tros también es grande entre la elite. En la periferia son frecuentes los crí- lo y seguro. A, uno de los hermanos que entrevisté, comentó:
menes contra las personas, inclusive el asesinato. La mayoría de las per-
sonas que entrevisté no había sido víctima directa del crimen violento, 2.16.
pero había sido testigo de una gran violencia en sus barrios o entre per- A -Es que en estos diezaños para acá nuestros compañerosque ya mu-
sonas que conocían. Las estadísticas del delito analizadas en el capítulo 3 rieron, creo que hay genteque está en eselibro [milibro sobre el Jardim das
Camélias]que ya murió, que está en aquellas fotos que tú sacaste, qu~ mi
confirman esa distribución social del crimen. madre tiene un montón, ya debe de haber muerto mucha gente. Hay unos
En el Jardim das Camélias el crecimiento de la violencia es algo nue- que mueren por la policía, hay otros que es por los delincuentes,hay otros
vo, pero afecta a todos. Una de las mujeres que yo conocía desde 1978 y que es por riña. Es pelea en la calle, despuésal otro se le mete en la cabeza
que es muy activa en los movimientos sociales y asociaciones locales, me matar dentro de la casa, como mató a los dos hermanos aquí.
contó que cree que el barrio mejoró en los últimos diez años si considera- -¿Cómo fue la historia? ¿Fue en la calle de abajo, no?
mos su infraestructura de comercio y servicios. Aunque, también se vol- A-Fue así, lo pasaron hasta en Gil Gomes... 14 Llamó a uno para ma-
vió más violento. A pesar de sus evaluaciones, paralelas a las analizadas tado, ahí salió el otro, mataron a los dos. Después, desde entonces hasta
en el capítulo 1 -hubo progreso pero también regresión-, la índole de su ahora, mataron otros compañerosde gentede aquí abajo. Y de ahí mataron
a Roberto aquí abajo. Antes de matar a los dos, mataron al que le gustaba
experiencia es diferente. pelear conmigo en la escuela,y si él estuvieravivo, creo que querría matar-
me. Nos peleábamos de verdad en la escuela.Y desde entonces para acá...
2.15. El contacto diario con la violencia puede ser reciente en el Jardim das
-Esos que mataron eran mocositos,sólo que eran delincuentesde la pe- Camélias, pero no es una novedad en la periferia de Sao Paulo. La inves-
sada, andaban ahí por la favela.Entonces,a unos los mató la policía. Yo sé
tigación del equipo del Cebrap en 1981-1982 en otros barrios de la peri-
que aquí se calmó un poco, pero hubo una época, no sé si fue este año... no
feria ya había indicado que el contacto diario con la muerte y el crimen
puedo decirtecon seguridadsi fueesteaño o el año pasado, que hubo un de-
es sólo un hecho más en la vida de la clase trabajadora. En varias entre-
lincuente, vivía en la calle de la iglesia, él mató a dos hermanos de aquí.
Mató a los dos hermanos. ¡Mi Dios!Fue una cosa que aquí en la villa todo vistas realizadas para aquella investigación, así como en las que realicé en
el mundo se revolucionó,pero despuésde algunosdías, 10 mataron a él tam- 1989-1991, oímos muchas historias de crímenes violentos que ocurrieron
bién. Mataron despuésa un compañerotambién que andaba junto con él, lo en los alrededores. En muchos relatos, como en las citas 2.15 y 2.16, se
mataron; despuésmataron creo que cuatro más también. Ahí, despuésparó. mencionaron varios asesinatos en secuencia, enfatizando su rutinaria
Ama de casa del Jardim das Camélias, 33 años, cuatro hijos; su marido ocurrencia en el barrio. Las narraciones también estaban puntuadas por
es trabajador especializado de una pequeña industria textil. detalles, especialmente con relación al tiempo en que ocurrieron, cómo
quebraron el flujo del día a día y cómo victimizaron a personas inocen-
Las personas de la clase trabajadora vivencian la violencia del día a tes, la mayor parte trabajadores de camino de ida o de vuelta del trabajo.
día no meramente en su barrio sino especialmente en él. Las estadísticas La narración en el capítulo 1 es un ejemplo de los sentimientos de los
que analizo en el capítulo 3 muestran que las tasas de homicidio son in- habitantes de Moóca, y muestra algunas diferencias con relación a los de
comparablemente más altas en la periferia que en los barrios centrales de
las clases media y alta. Sin embargo, la violencia también ocurre en otros
14. Gil Gomes presentaba un conocido programa de radio en el cual narraba crímenes.
espacios donde las clases trabajadoras pasan su día, como en el lugar de Narrar crímenes es un género popular de programas de radio. En la década de 1980 y comien-
trabajo y en el transporte público. Las personas de la periferia también zos de la de 1990 había dos programas enormemente populares de este género y que siempre
tienen miedo de la policía, y por una buena razón, ya que ella es respon- eran mencionados en las entrevistas de la periferia. Uno era el de Gil Gomes, que a mediados de
la década de 1990 introdujo el género en la televisión (programa .Aquí, Ahora-, en SBT). El otro
sable por un número increíblemente alto de asesinatos, la mayor parte
era el de Afanasio jazadji, un opositor a los movimientos de derechos humanos, cuyas opiniones
en la periferia, como discuto en el capítulo 5. La mayoría de las perso- discuto en el capítulo 9. Estos programas tenían el efecto de reproducir el miedo y promover una
nas que entrevisté en la periferia mencionó homicidios y agresiones físi- policía violenta y la falta de respeto por los derechos civiles (véanse los capítulos 5 y 9). También
cas que ocurrieron a su alrededor, y dos veces llegué al Jardim das Ca- eran usados frecuentemente como una forma de prueba: si Gil Gomes había. hablado al respec-
mélias y oí relatos de asesinatos de la noche anterior. Los residentes to, entonces se trataba de un crimen serio y real.
la periferia. Varios residentes de Moóca mencionaron que sus casas ha- te preocupados por las medidas de protección y por lo que podría llamarse
bían sido robadas, que los vecinos habían sido asaltados, que sus bolsos trabajo simbólico, para dar sentido a sus diversas experiencias de violencia.
y carteras habían sido hurtados en el ómnibus o en áreas del centro. Cada Una de las actividades principales de ese trabajo simbólico que ocurre en el
uno de esos acontecimientos fue siempre seguido por nuevas medidas de habla del crimen, es la elaboración de la imagen del criminal como alguien
seguridad y, frecuentemente, más preocupación con los conventillos. Pero que está lo más distante posible. Cuando me refiero a la categoría de crimi-
esos residentes no mencionaron asesinatos. nal, obvi~mente no me estoy refiriendo a un análisis sociológico, sino a una
En Morumbi, casi todas las personas con los que conversé habían si- categoría clasificatoria que actúa en la vida cotidiana y cuya función prin-
do víctimas de hurto o robo. Los crímenes que relataron habían ocurrido cipal es dar sentido a la experiencia. Así, se trata de una categoría de pen-
en diferentes lugares: en restaurantes, en las calles, en cruces con semáfo- samiento embutida en la práctica cotidiana y que organiza simbólicamente
ros, o en sus propias casas. En Morumbi fue común oír relatos de varios y da forma a esa práctica. Del mismo modo que las otras categorías del ha-
episodios de asaltos a residencias. Una entrevistada me dijo que había si- bla del crimen, la categoría de criminal generaliza y simplifica. Ella es pro-
do víctima en cuatro episodios, otra en cinco, y muchas lo habían sido ducida por distinciones nítidas y rígidas entre lo que forma parte de ella y
por lo menos en uno. Cada uno de esos episodios originó nuevas medidas lo que no. La base para estas distinciones es la oposición entre el bien y el
de seguridad, nuevos sistemas de alarmas y vigilancia electrónica, mu- mal; claramente, crimen y criminal están del lado del mal.
chos fines de semana sin salir de casa, menos viajes, etcétera. Con todo, Las categorías del habla del crimen cargan simultáneamente un deseo
lo que más miedo causaba en Morumbi, era la posibilidad de secuestro. de conocimiento y un desreconocimiento (misrecongnition, Balibar, 1991:
19). La categoría de criminal es una simplificación radical que lo reduce a
la encarnación del mal, y su construcción coincide exactamente con la des-
2.17. cripción de Mary Douglas (1966) sobre el tratamiento de las cosas fuera de
-Nosotros pensábamos que aquella falta de libertad, la censura, era lugar. Elemento peligroso y que quiebra las reglas de la soeiedad, el crimi-
mala, hoy creo que tendría que venir de nuevo un régimenmilitar.Por ejem- nal es visto como alguien que viene de los espacios marginales y contami-
plo, el caso de los secuestros.Es un absurdo la falta de seguridad que se sien- na. A pesar de que este tipo de categorización sea una manera poderosa de
te. Yo no soy nadie, no tengo grandes bienes ni nada, pero tengo miedo que pensar el mundo, organizar los relatos y resignificar la experiencia, cuando
de repente cualquiera se llevea mi hijo para pedir un rescate, de repente, de
5 millones,me muero de miedo [oo.] Porque cualquiera puede ser secuestra-
se necesita de descripciones más específicas y detalladas, la función del des-
do. Tengomiedo de que mi marido lleguedel trabajo y en el momento de en- reconocimiento se vuelve obvia y necesariamente surgen ambigüedades.
trar a casa... porque ahora vino la moda del secuestro, ¿por qué?, por la im- En el capítulo 1 señalé esas ambigüedades en relación con los nordes-
punidad. Estábamos hablando del régimen militar... Cuando apareció el tinos en el relato de una residente de Moóca, y señalé que ellas están es-
AI-5,1S ¿recuerdas?,se acabó el asalto a los bancos, se acabó. Porque todo el pecialmente presentes en la asociación de la criminalidad a la pobreza.
mundo sabe que el dinero de los asaltos a los bancos era para financiar mo- Las discusiones sobre el crimen que se refieren a la pobreza y a los pobres
vimientospolíticosy para mandar dinero al exterior. Seacabó. Entonces, la están llenas de ambigüedades y oscilan entre dos registros: el nivel cate-
impunidad hace que nos sintamos inseguros. gorizante marcado por estereotipos y afirmaciones genéricas, y los relatos
Ama de casa casada con un hombre de negocios; casi 40 años, dos detallados y específicos que frecuentemente contradicen las categorías y
hi;os, vive en Morumbi. generan discursos ambiguos. Ambos niveles producen conocimiento y no
tiene sentido creer que uno falsifica la realidad que el otro describe. La
categoría del criminal puede ser una representación sesgada de los acon-
tecimientos pero, como representación del mal, es crucial para ordenar el
mundo y dar sentido a la experiencia. Además, el discurso categorizante
A pesar de que las experiencias de violencia y que el miedo de las per- es importante porque es el lenguaje de la mayoría de los conflictos políti-
sonas varíen según la clase social a la que pertenecen, todos están igualmen- cos sobre la cuestión del crimen y así da forma a políticas públicas. Tam-
bién sirve de referencia a los actos individuales de protección y a la in-
teracción social. Sin embargo, el nivel categorizante es insuficiente para
15. AI-5 se refiere al Acto Institucional N° 5 que inició el período de mayor represión bajo dar cuenta de las experiencias, y cuando las categorías van contra las ex-
el gobierno militar en diciembre de 1968. periencias, los discursos se tornan contradictorios y ambiguos.
Las tensiones y ambigüedades entre estos dos niveles de discurso vergonzados, consumen drogas, etcétera. De cierto modo, todo lo que
nunca pueden ser resueltas porque el habla del crimen nunca abandona quiebra los patrones de lo que se considera buena conducta puede ser
sus categorías prejuiciosas; de hecho, esas categorías la constituyen. La . asociado a los criminales, al crimen y a sus espacios. Lo que pertenece al
racionalidad categorizante es siempre la referencia con relación a la cual crimen es todo lo que la sociedad considera impropio.
las personas dan sentido a sus experiencias, incluso las personas que son Esas características genéricas del crimen y de los criminales resultan
discriminadas por las categorías. No es de sorprender que la tensión de la clara oposición entre lo que es malo y lo que es bueno. Hablar de fa-
aumente a medida que la inadecuación de las categorías se vuelve más velas, convelltillos, nordestinos en particular, es más complejo. Los dis-
evidente, y que las relativizaciones sean mayores donde existe más proxi- cursos más ambiguos y elaborados ocurren cuando hay una proximidad
midad con los que son estereotipados. Por lo tanto, es entre los pobres entre los narradores y los espacios del crimen, o sea, cuando ellos viven
que los discursos se vuelven más contradictorios y elaborados. cerca o en las propias favelas y conventillos.
El crimen y los criminales están asociados a los espacios que supues- En las entrevistas en la periferia, a pesar de que muchas personas ha-
tamente les dan origen, es decir, las favelas y los conventillos, vistos como blen con cuidado sobre los habitantes de favelas próximas y de que quie-
los principales espacios del crimen. Ambos son· espacios liminares: son ran considerados como iguales, había también una cierta sospecha, ex-
habitaciones, pero no lo que las personas consideran residencias apropia- presada de maneras ambiguas. Pero cuando la conversación era sobre el
das. Los conventillos son casas subdivididas sin los espacios, instalacio- . crimen, mayor era la probabilidad de que se usaran los prejuicios. Sigue
nes y separaciones que se esperan de una casa considerada apropiada. Las una entrevista de 1981, en Ciudad Julia, con la dueña de un pequeño ba-
favelas son residencias erguidas en tierra invadida. Aunque las casillas zar que había sido robado algunas veces.16
puedan parecerse a algunas residencias de la periferia, la principal dife-
rencia es que en la periferia la mayoría de las personas compran el terre-
no donde construyen sus casas (aun cuando sean casillas) o pagan alqui- 2.18.
ler. En una favela, a pesar de que los moradores también construyan sus -¿Pero de dónde cree usted que es esa gente que asalta tanto por
habitaciones y a veces las alquilen, las residencias son construidas en aquí?
tierra obtenida ilegalmente y se considera que sus residentes no se incor- -¡Ah, solo puede ser de la favela!No vaya decir que es de la favela,
poran a la clasificación de ciudadanos: viven en un terreno usurpado, no porque en la favela hay tanta gente buena también. Entonces,creo que vie-
nen de otros lugares; inclusiveesos dos que me asaltaron, asaltaron dos ve-
pagan impuestos municipales, no tienen un domicilio oficial y no son
ces a la misma muchacha, asaltaron al hermano de ella, asaltaron a los dos
propietarios. Además, en las favelas las casas son precarias, generalmen- inquilinos que vivenen el patio y asaltaron a este vecinoque vivealiado. En
te hechas de material descartable y muy pequeñas (nuevamente, sin las se- un período de cinco a siete días fue asaltada toda esa gente. Pasados unos
paraciones y las ubicaciones de espacio que se consideran apropiadas pa- días, la madre de uno de los muchachos que fue asaltado me contó que los
ra una casa). Como residencias un tanto anómalas, o sea, que no encajan policías mataron a unos tres fulanitos allá abajo. Despuésde eso, nadie vio
totalmente en la clasificación de casas apropiadas, favelas y conventillos y nadie más fue asaltado [oo.] Entonces,yo creo que esos dos que 10 hicieron
terminan siendo clasificados como sucios y contaminantes. Coinciden, conmigo, con elgrupo, nosotros no deseamosel mal, pero gracias a Dios no
entonces, con la fórmula de Douglas de que «suciedad e inmundicia es lo apareció ninguno más por aquí.
que no puede ser incluido si se quiere mantener un patrón» (1966: 40). -¿La gente que vive en esta favela viene a comprar aquí también?
Excluidos del universo de lo adecuado, son simbólicamente constituidos -Claro que vienen.Vienetanta gente aquí que ni yo sé de dónde viene.
-¿Pero usted conoce a la gente de allá?
como espacios del crimen, espacios de características impropias, conta-
-Por el olor debe ser de allá, ¡por el olor yo creo que esl [oo.] Tal vez sea
minantes y peligrosas. gente muy buena que pasa por aquí y vive en una casilla de aquellas. No sé
Tal como sería de esperar, los habitantes de esos espacios son consi- si son de las casillaso no. Hay gente que viveen una «big»casa y no se quie-
derados marginales. La lista de prejuicios contra ellos es infinita. Son re mostrar. Hay gente que es así, que tiene de 10 bueno y lo mejor y cree que
considerados intrusos: nordestinos, recién llegados, extranjeros, personas tiene que vivir igual que los otros. A veceshay gente que viveen una casilla,
de fuera y que no son en verdad de la ciudad. También son considerados
socialmente marginales: se dice que tienen familias divididas, que son
hijos de madres solteras, niños que no fueron criados debidamente. Se 16. Las entrevistas en Cidade Júlia en 1981 y 1982 fueron hechas por Antonio Manuel
condena su comportamiento, se dice que usan malas palabras, son des- Texeira Mendes, integrante del equipo del Cebrap.
que gustaría ser madame y se viste como madame, ¿y qué hay con eso? [...] men, dividió la historia del barrio entre los buenos tiempos antes de la lle-
Entonces, es eso: uno no sabe quién es quién. gada de la favela yel tiempo malo que siguió a eso. En el caso de Jagua-
Propietaria de un bazar en frente de su casa en Ciudad Julia, 37 años, ré, es adecuado hablar sobre la «llegada» de la favela, ya que esta fue
casada, dos hijos; el marido está desempleado.
transferida por la administración municipal desde otro barrio (Vergueiro)
que estaba pasando por una intensa remodelación para la construcción
Es difícil saber cuál es la verdadera naturaleza de una persona, sugie-
de la línea del metro. Como ella dijo: «¡Después que trajeron la favela, se
ren los entrevistados. La apariencia no es todo, pero a veces es todo en lo
volvió un infierno!». Decidió ir a la municipalidad a reclamar por la si-
que alguien puede basarse. Generalmente las personas se basan en las
tuación.
apariencias y en categorías genéricas para emitir juicios, pero lo hacen de
manera muy reticente y plena de dudas. Por un lado, las personas asocian
el crimen a las favelas y denigran a los favelados pero, por otro lado, to-
2.19a.
man en cuenta su condición de pobreza y el hecho de que los que cono-
-Entonces fui directo al gabinete [del prefecto]. Cuando llegué, expuse
cen personalmente son trabajadores (o sea, buena gente). Sin embargo, la situación y dije que fui en nombre del barrio, ¿no? Él me preguntó si era
las relativizaciones no excluyen difamaciones, que aparecen siempre en un problema de baches en la calle, si era problema de basura, ¿no?
pequeños comentarios; por ejemplo, la observación de que se puede iden- -¿Usted habló directamente con el prefecto?
tificar a un favelado por el mal olor. Los estereotipos que explican el cri- -Con él. Entonces yo le dije: ¡no señor! No es problema de baches,
men y a los criminales son despreciativo s e incluso las personas que viven porque si fuesen baches, no vendríamos a molestar, porque hay mucha tie-
cerca de los favelados y de los más pobres y piensan en ellos como traba- rra en todos estos terrenos, nosotros los taparíamos ¿cierto? Y basura, le
jadores honestos, no encuentran otras maneras de explicación. En ver- prenderíamos fuego, exterminaríamos lo peor, ¿no? Le dije: ¡es peor que la
dad, tal como argumenté, ellas necesitan de tales estereotipos más que las basura! Porque si prendemos fuego y vamos presos, es una calamidad. ¡Ni
otras porque su proximidad social con los favelados exige que reafirmen piense en eso! Y él, entonces: «¿Y qué es?». Yo le dije: «La favela que usted
sus diferencias; consecuentemente, enfatizan su dignidad, limpieza, su está apoyando» ... Ahí él me quiso dar una lección de moral, ¿no? Se volvió
hacia mí y dijo: ,,¡Señora mía, son gente!». Yo dije: ,,¡No señor, son indi-
condición de buenos ciudadanos, propietarios y miembros de buenas fa-
gentes! ... Gente es mi marido, que trabaja de día para que comamos de no-
milias.
che. ¡Esa es gente! Ahora, allá, usted está apoyando una escuela de latroci-
Las ambigüedades de la narrativa y el conflicto con los estereotipos nio, bandidismo ... y nosotros, como pobre, quiero dar una moral a mis
fueron expresados de manera especialmente convincente en una serie de hijos, y no hay condiciones. ¡No hay condiciones! ¡Si a las 9 de la noche es
entrevistas de 1981 con una señora que era líder de barrio en Jaguaré, en bang bang, asesinato en frente de nuestra casa! ¿Verdad? No se necesita te-
la zona oeste. Como residente de un lote legalmente adquirido del otro levisión en casa. ¡Es en vivo! A la diez de la mañana de un domingo, que
lado de la calle de una famosa favela, ella debía diferenciarse a sí misma uno se levanta, sale a la puerta de la casa, generalmente para ver: no se pue-
y a su familia de los favelados. No obstante, en cuanto líder del barrio, de, palabrotas de grueso calibre y unas negras ahí haciendo strip-tease!
reivindicando mejoras en la región y en su calle, también se sentía obliga- Quiero decir: no hay condiciones para que nosotros, como gente pobre, po-
da a incluir a los favelados en sus peticiones y discursos. Intuía que su le- damos instruir a nuestros hijos para una vida mejor. [...] No es cuestión de
gitimidad como representante del barrio derivaba del amplio apoyo de deshacer, ¿entiende?, nosotros sabemos: trabajas, eres honesta, eres traba-
los residentes, no de solo un lado del barrio. Sus descripciones acerca de jadora, pero si eres una vagabunda, una sinvergüenza que se queda ahí des-
pellejando a los otros, nadie te va a dar apoyo. Y no hay razón para que te
sus actividades en el barrio y de sus interacciones con el prefecto y re-
lo den ... ¿Verdad?». A partir de entonces mandó la "operación peine fino».
presentantes de la administración municipal revelan de qué manera ella
Así es, mandó un cuartel.
oscilaba entre excluir e incluir a la favela en sus argumentos y en su acti-
Ama de casa y líder de barrio, Jaguaré, 35 años, 4 hijos; el marido es
vlsmo. trabajador especializado en una fábrica textil.
Cuando esa líder de barrio fue entrevistada en 1981, ella ya vivía Ja-
guaré hacía trece años Y Usando las estrategias típicas del habla del cri- Como ciudadana, propietaria y líder de barrio, la entrevistada no
dudó en ir directamente al prefecto para pedir una represión armada para
17. Las entrevistas en jaguaré fueron hechas por Maria Cristina Guarnieri, integrante del las personas que vivían en la favela y que ella sintió que estaban entorpe-
equipo del Cebrap. En esa entrevista, .M. refiere al marido de la entrevistada. ciendo su vida e impidiéndole tener el patrón de vida que merecía. El he-
cho de haber sido recibida por el prefecto no era tan extraño en Sao Pau- suyos en la ciudad. Se trata de un ejercicio complejo de simultáneamente
lo en el contexto de democratización y de organización de movimientos alegar cosas en común y mantener las diferencias. Nos contó, por ejem-
sociales. Las organizaciones de barrio sabían que tenían una oportunidad plo, cómo iba a redactar un petitorio al prefecto por el asfalto:
de ser recibidas por los políticos, que estaban comenzando a pensar en el
cambio del sistema de nombramiento por los militares al de elecciones di-
rectas. En verdad, muchas asociaciones y líderes sacaron ventaja de esa si- 2.19b.
tuación y fueron de hecho recibidos.18 Lo que es especialmente revelador -Yo iba a poner, inclusive, en el petitorio, dirigiéndome al prefecto Rey-
con relación a la narración anterior es la serie de contradicciones que pre- naldo de Barros, yo iba a poner: Nosotros, sus contribuyentes -porque yo me
senta. El prefecto nombrado por el régimen militar recibe democrática- atrasé en el impuestito y me mandaron una carta del poder judicial-, noso-
mente a la representante, que afirma representar al barrio e inicialmente tros, sus contribuyentes, residentes de la calle tal, y los no contribuyentes, que
intenta defender a los residentes de la favela que después atacará. Mientras dependen de usted -que son de la favela-, porque tanto nosotros, que paga-
tanto, de la manera autoritaria más tradicional, él aparentemente acaba mos impuestos, como ellos, necesitamos ese asfalto, esas mejoras aquí [...]
por enviar la policía militar a que realice una «operación peine fino» y ga-
na el apoyo de la entrevistada, que dice que las cosas mejoraron después Pero la elección de las palabras no era su único problema. Ella tenía
de eso. dificultades para aproximarse a las personas de la favela contra las cua-
A pesar de su acción contra los vec;inosdel otro lado de la calle, esta les había hecho campaña y para convencerlas de apoyarla. Ella nos dijo
líder local de inmediato percibió que su vínculo con la favela no podía se- que era difícil porque las personas estaban asustadas preguntando si sus
guir siendo hostil. Su visita al prefecto ocurrió a mediados de la década firmas significarían que tendrían que pagar por algo, o peor, tenían sos-
de 1970, o sea, al comienzo del proceso de apertura. A medida que se de- pechas de que ella estaba interesada en cazar «delincuentes». Ella les ga-
sarrollaba ese proceso y que cada vez más movimientos sociales alcanza- rantizó que no estaba allí para capturar delincuentes, porque sabía que
ron el gabinete del prefecto, las acciones individuales fueron perdiendo ese no era un problema sólo de ellos, sino algo común a toda la ciudad.
eficacia. Los movimientos sociales crearon un patrón de interacción con Les dijo: «yo sólo quiero mejoras para nosotros, para mí y para mis
la municipalidad en el que la legitimidad de las reivindicaciones debía ser hijos, y para ustedes y sus hijos». Y al continuar con la descripción de sus
demostrada.19 Esta líder modificó sus acciones para adaptarse a ese nue- interacciones con ellos, las distinciones comenzaron a aparecer:
vo patrón. Pocos años después de la «operación peine fino» ella percibió
que no tenía otra opción a no ser intentar aliarse con los residentes de la
favela a fin de exigir algunas mejoras para el barrio, inclusive asfalto e 2.19c.
-Ellos siempre tuvieron miedo, pero esa vez puse la cara y entré ahí
iluminación para la calle que ella compartía con los favelados, y mejores
dentro, creo que pensaron que yo era de la asistencia social. Y como te esta-
condiciones para la escuela pública que servía tanto a sus hijos como a los
ba diciendo, hay unas casuchitas ahí que se están cayendo, un mal olor ho-
niños de la favela. Para legitimar sus reivindicaciones, ella necesitaba sus rroroso, cinco niños durmiendo en el suelo, la casilla a punto de caerse.
firmas en los petitorios y ser reconocida como su representante.
La descripción de sus esfuerzos es una tentativa por equilibrar sus Uno de sus emprendimientos era mejorar la escuela pública local que,
opiniones negativas sobre la favela y sus residentes, con el reconocimien- de acuerdo con ella, había sido afectada por el crimen. Ella decidió que el
to de que ellos eran personas que enfrentaban problemas semejantes a los objetivo más importante era tener policía frente a la escuela, especialmen-
te en el turno de la mañana, frecuentado por los niños menores que tal vez
18. Yo misma fui testigo de esas diversas .visitas sorpresa a la Prefectura. Es importante no supieran cruzar la calle.
mencionar que los prefectos nombrados por el régimen militar preferían recibir líderes indivi-
duales que grandes grupos de personas. En general, las personas que iban solas eran identifica-
das con partidos políticos de centro y de derecha, mientras que las personas afiliadas al PT insis-
tían en ir en grandes grupos. La primera elección para prefecto en Sao Paulo no fue sino hasta .~
2.19d.
1985, aunque la primera elección para gobernador en el estado haya sido en 1982. } -Yo le enseño a mis hijos a cruzar la calle; salgo, los llevo, les muestro
19. Para un análisis de diferentes tipos de liderazgo de barrio, especialmente de mujeres, y como es, pero después los espío. Pero son niños, generalmente esa gente [de
sus diferentes tácticas para movilizar a los residentes y abordar la administración de la ciudad, la favela], ellos no van con los niños a una plaza como Lapa, en la ciudad,
véase Caldeira (1990). no le dicen al niño: mira, hijo, así hay que cruzar la calle. ¡No tienen tiem-
po! Entonces, son niños que andan atontados, y los automóviles andan co- lle. La dimensión dramática de ese esfuerzo, que acaba criminalizando y
mo locos, no tienen ... La mayoría de los conductores, hombres, porque las discriminando personas del mismo grupo social, es que los dominados
mujeres son responsables, son responsables, son madres. no tienen un repertorio alternativo para pensarse a sí mismos y están
obligados a dar sentido al mundo y a su experiencia usando el lenguaje
Incluso cuando es políticamente necesario que los residentes de una que los discrimina.20
misma calle trabajen juntos, sus diferencias deben ser mantenidas. Ella El mismo tipo de ambigüedad y contradicciones marca el habla de los
sintió que en su petitorio era necesario diferenciar a los ciudadanos de residentes de Moóca con relación a los conventillos y sus residentes, los
verdad de los «no contribuyentes», a pesar de que ambos serían benefi- nordestinos (véase, por ejemplo, la cita 1.1). Tanto en el habla de los resi-
ciados por el asfalto y por las mejoras en la escuela. Esa diferenciación no dentes de la periferia sobre las favelas, como en las discusiones de los re-
era solo una cuestión de condición de ciudadanía, sino también una cues- sidentes de Moóca sobre los conventillos, encontramos depreciaciones
tión de pertenecer o al espacio social adecuado o al espacio impropio del parecidas contra los habitantes de espacios inadecuados, así como relati-
crimen, un lugar de criminales, hogares deshechos, mal olor, niños dur- vizaciones, ambigüedades y contradicciones similares.
miendo en el suelo, madres que no enseñan a sus hijos a cruzar la calle,
mujeres negras haciendo strip-tease en la ventana, palabrotas, escenas en
contra de las normas morales, pobreza extrema ... una lista infinita. Al fi- 2.20.
nal de la entrevista, tal vez sintiendo que había expresado demasiados -Yo sólo creo lo siguieilte: que de algunos años hacia acá ha habido
prejuicios, consideró que era necesario negados: mucha entrada de extranjeros, entre comillas, que son de otros estados [...]
Entonces, es diferente de aquella Moóca de antes, que eran todas personas
tradicionales, digo descendientes de italianos, de españoles principalmente,
2.1ge. y también de portugueses. Y hoy no, hoy tenemos mucha injiltración de bra-
Entonces me integré con ellos [los favelados), ¡ellos son gente! Al co- sileños, nuestros, pero que vinieron del Nordeste. Entonces el índice de ca-
mienzo tuvieron miedo porque creyeron que yo quería meterme con la de- pacidad, de estudio, es mucho menor. Personas que vinieron, vamos a decir,
lincuencia. Pero jamás me voy a meter con la delincuencia, porque ningún de la roza del Nordeste, que se establecieron aquí. Entonces cambió mucho
delincuente, si hubiera delincuentes en esa favela, ninguno de ellos vino a en ese aspecto la vida de Moóca. En el Moóca de antes, me acuerdo, eran to-
perturbamos, ¿entiende? Es que favelado es un nombre marginado. Infeliz- das personas que se conocían desde hacía 20, 30, 40 años. Y debido también
mente, para la sociedad favelado es marginado. Y ellos se traumatizan con a que el progreso avanzó, aquellas avenidas que pasaron, y también el me-
eso. Ahora, aquí, de nuestra favela, no. La mayor parte, lo garantizo, lo de- tro, que también llega a afectar a Moóca; allá abajo también es Moóca, en-
muestro, los reúno para quien quiera, para que vean que ellos son tan gente tonces muchas familias tradicionales tuvieron que mudarse para ir a una re-
como nosotros. gión muy distante [oo.) En el lugar donde yo vivo, es un lugar que todavía no
tuvo prácticamente infiltración de «extranjeros» [...] Yo digo «extranjeros»
con todo cariño porque ellos también merecen todo el respeto [oo.) No quie-
El reconocimiento de la humanidad de los favelados, que los iguala ro poner en jaque el hecho de que si tú vienes del Norte, del Nordeste, seas
a la entrevistada, y del hecho de que son estereotipados -«su nombre sig- específicamente criminal. No es eso. Nosotros conocemos a muchos de el-
nifica marginalidad»- no le impide usar esos mismos estereotipos para los, sabemos que son honestos. Pero la diferencia que yo quiero hacer es la
mantener a los no contribuyentes lejos de sí misma, de sus demostracio- siguiente: de que nosotros conocíamos ... Móoca, por ejemplo, de 20 años
nes de ser una buena ciudadana, y de los patrones que ella quiere garan- atrás, personas que nosotros conocíamos hace 20 años, y hoy viene a vivir
tizar para su familia. Las ambigüedades y contradicciones de su discur- cerca una persona que apenas conocemos. Entonces, hasta que nos sintamos
so derivan del hecho de que las marcas de distinción usadas por los seguros aliado de esas familias que vinieron, es diferente. Esa es la aclara-
pobres generalmente se valen de estereotipos como el de los favelados, ción que quería hacer. Nunca en términos de decir que la persona que vino
que tienen que ser simultáneamente impuestos y relativizados. Como es un criminal. No es eso. Pero que cambió mucho para peor, cambió.
este tipo de estereotipo está hecho de prejuicios que afectan sobre todo Mayorista, Moóca, 45 años, casado; vive con la mujer y dos hijos.
a los pobres, y como son ellos quienes moldean las explicaciones y ten-
tativas por expresar distinciones de los propios pobres, su uso siempre 20. Para un análisis de los esfuerzos de los pobres para controlar las narrativas dominan-
implica un esfuerzo de disloca miento: los estereotipos tienen que ser di- tes y distanciarse de sus estereotipos, véase Caldeira (1984: cap.4, y 1987). Véase también De
rigidos a otro lugar peor, aun cuando ese lugar sea el otro lado de la ca- Certeau (1984).
A pesar de que sea imposible decir que todos los nordestinos -o «ex- de que ellos vengan acá. Creo que ellos vienen acá, son tachados de burros,
tranjeros»- que se infiltraron en el barrio y ocuparon los conventillos son ignorantes, asesinos, de todo eso, ¿no? Lo que ellos vienen a hacer aquí en
criminales, para este entrevistado su presencia ciertamente simboliza las Siio Paulo, para mejorar Siio Paulo, deberían hacerlo en su tierra, para me-
transformaciones negativas en el barrio. Algunos de los cambios se refie- jorar allá.
ren menos al crimen que a la reorganización del espacio urbano y de los Vendedor desempleado, 32 años, soltero; vive con una hermana casada
en Moóca.
patrones de sociabilidad local. Las personas se sienten perdidas e insegu-
ras con las transformaciones en el barrio y culpan al aumento de la crimi-
Los nordestinos pueden no ser todos criminales, pero la lista de des-
nalidad y a los «invasores», cuya imagen estereotipada proviene del re-
calificaciones usadas contra ellos es inmensa: tienen «sangre caliente»,
pertorio de malos caracteres sociales disponible. Llamados extranjeros
son mano de obra barata que no sabe reivindicar una paga justa, son mal
obviamente es un modo de distinguidos de la comunidad local. El hecho
educados, sin cultura, ignorantes. Además, el paternalismo implícito en
de que esa distinción sea hecha por hijos de inmigrantes en relación con
la idea de trabajar para civilizados (así no tendrían que venir a Sao Pau-
brasileños de otros estados indica una vez más la hegemonía del reperto-
lo) es evidente, así como el prejuicio de clase media contra sus patrones
rio de depreciaciones: se usa contra los otros el mismo repertorio usado
de consumo: llegan a Sao Paulo, compran anteojos de sol Ray-ban, van al
contra sí mismo. El poder de la categoría que iguala nordestinos y crimi-
dentista y, tal vez por no ser racionales, sustituyen los dientes por denta-
nales se manifestó incluso en el habla de personas que quieren cuestionar
dura postiza.
esa asociación. Un residente de Moóca ya había sido asaltado cinco veces
Es obvio que los prejuicios contra los nordestinos, que frecuente-
y, de acuerdo con él, por personas muy diferentes: un rubio apuesto, tres
mente coinciden con los de los favelados, no son exclusivos de los resi-
personas blancas y dos que parecían nordestinos. Insistió en que es impo-
dentes de Moóca: son parte de un repertorio común a los habitantes de
sible generalizar, que dentro de cada categoría de personas hay buenos y
toda la ciudad. En las entrevistas, por ejemplo, fueron usados por un eje-
malos. Pero su categoría de nordestino está construida básicamente con
cutivo, descendiente de inmigrante s libaneses que vive en Morumbi. Él
cualidades negativas.
considera que el empobrecimiento brasileño comenzó con la crisis del pe-
tróleo de 1972-1973, pero que el problema no es solo económico o so-
cial, sino una cuestión de educación.
2.21.
-Dentro de Siio Paulo hay gente que sirve y gente que no sirve, no po-
demos generalizar la cosa. Ahora, lo que arruina generalmente al nordesti-
2.22.
no es que ellos son sangre caliente, a veces no son ni asaltantes ni delincuen-
-Recuerdo muy bien cuando Siio Paulo era un lugar donde se encontra-
tes, pero si se les calienta la cabeza, sacan el cuchillo y matan [oo.] Pero esto
ban muchos europeos. Cuando comenzó a venir la gente del Norte, las cos-
no tiene nada que ver, no; si yo fuera asaltado todas las veces por un nordes-
tumbres se modificaron, ellos trajeron costumbres ... Nosotros éramos más
tino diría que todo tiene que ver, pero no es verdad. En verdad, quienes
educados; no estoy en contra del norteño, pero es lo que ocurre. Cambiaron
están en contra de los nordestinos son los descendientes de europeos, de ita-
las costumbres, cambió el respeto que se tenía por lo que era del otro, por
lianos. Mi cuñado dice así: los nordestinos llegan aquí y se compran «Ray-
aquello que es tuyo y que nosotros vemos tan bien, tan bonito en los Esta-
ban», compran cuchillo, se arrancan los dientes y se ponen dentadura o se
dos Unidos: corta la señal, te detienes, todo el mundo se detiene, puedes an-
quedan desdentados. Yo creo que no son todos, no se puede generalizar una
dar con tranquilidad en la calle, exactamente lo contrario de lo que ocurre
cosa asLPorque una media docena haga eso, no tienen que pagar todos. Por
aquí.
el contrario, si Siio Paulo creció tanto fue también gracias a ellos. Si ellos no
Emprendedor inmobiliario, cuarenta y tantos años, propietario de una
vinieran acá, nosotros tendríamos que hacer el trabajo duro. Solo que nues-
empresa de desarrollo inmobiliario, vive con la mujer y tres hijos en Morumbi.
tra mano de obra sería más cara, ¿no? Para construir el metro, pagan lo
que ellos quieren; nosotros no íbamos a aceptar, nosotros exigiríamos, no
aceptaríamos eso. Mi sueño, incluso, para que no se diga que no tengo ga- a He interpretado las repetidas y simultáneas afirmaciones y negacio-
nas de salir de Siio Paulo, es ir un día al Norte para ayudar a que el Norte to ~ nes de los prejuicios con relación a algunas categorías sociales, como una
mejore. Por ejemplo: crear un sistema de irrigación para que ellos no sufran If oscilación entre dos tipos de registros del habla del crimen. Hay, no obs-
más lo que sufren, educar esa gente, comenzar desde abajo, instruyéndolos, tante, otra interpretación complementaria. Las citas indican cómo las
mostrarIes lo que es la vida, darIes cultura [oo.] No es que yo esté en contra personas intentan disociarse de lo que saben que son prejuicios y depre-
ciaciones, a pesar de que obviamente los comparten. Esa conciencia y am- En formas a veces más elaboradas, a veces menos, los residentes que
bigüedad marca otras dimensiones de la sociedad brasileña, como el caso entrevisté en todos los barrios usaron algunos de esos modos de expre-
del prejuicio contra los negros. Considerando lo que fue dicho contra los sión paradojales en relación con los pobres, a los favelados, a las perso-
favelados y nordestinos, es especialmente significativo que en ninguna nas que viven en los conventillos y a los nordestinos. Sin embargo, algu-
ocasión durante las entrevistas alguien haya hecho una declaración direc- nos residentes de Morumbi ofrecieron una descripción diferente de los
ta contra los negros o afirmado que ellos fueran criminales. Tan sólo oí criminales. Ellos asocian el aumento del crimen al tráfico de drogas y a
una declaración, recogida en la cita 2.19a, en la cual las mujeres que ha- operaciones criminales cada vez más sofisticadas. Una ama de casa me
cían «strip-tease» en la favela fueron identificadas como negras, pero sin dijo que ninguna de las personas que ella conocía que habían sido asalta-
más elaboración. das, había sido robada por un «mendigo». «Los grandes asaltos» -argu-
A pesar de esa ausencia en el habla del crimen, se sabe que la discri- mentó- «son hechos por gente muy bien vestida, muy bien arreglada, y si
minación contra los negros atraviesa la sociedad brasileña. Estudios re- un tipo con chaqueta se te acerca, debes tener cuidado, porque la chaque-
cientes que utilizan datos del Censo de 1980 y 1991 muestran que, sea ta siempre esconde un arma.» Otra pareja, que fue robada en un restau-
cual fuera el indicador utilizado, los negros están en peor situación social rante y que decidió aceptar el miedo al crimen como un precio que hay
(Goldani, 1994; Hasenbalg, 1996; Lopes, 1993; Silva y Hase¡.balg, 1992; que pagar para vivir en Sao Paulo, ciudad que a ellos les gusta, habló so-
Telles, 1992, 1993 y 1995a). Estos estudios, junto con el Movimiento Ne- bre la discrepancia entre la imagen común del criminal como pobre y la
gro, desafían el mito de la democracia racial brasileña. Una de las princi- realidad más probable de ser robado por alguien que no parece pobre.
pales tácticas que han ayudado a mantener ese mito es un sofisticado có-
digo de urbanidad que considera de mal gusto nombrar a las personas
negras directamente «negras» y colocar en palabras cualquier ofensa a 2.23. •
ellas, como si fuese posible eliminar el racismo al no pronunciarse elertas Q (esposa)-Hoy en día, creo que ante cualquier persona que cruza la
palabras. Esa es una de las razones por las cuales varios censos brasileños calle nos ponemos así.
omiten cuestiones sobre raza y por la cual las personas usan todo tipo de P (marido)-Sí, pero normalmenteestá ligado a la figura de un tipo más
eufemismos (moreno, oscuro, por ejemplo) para referirse a una persona pobre ¿no es cierto? Hoy se oye mucho hablar de asaltos de automóvilesde
negra.21 Es por eso también que el Movimiento Negro encuentra dificul- una dupla que viene en moto. Vienendos tipos en una moto, paran aliado
tades para reclutar activistas que opten por identificarse públicamente de un automóvil, te apuntan un arma y dicen «salgan», baja el de atrás y
como negros (abandonando categorías «más blancas», como mulato) y toma el automóvil y se va, y los dos huyen. Ves, ¡en una moto! Eso debe
que los juicios desde que la Constitución de 1988 definió el racismo como ser... yo nunca vi, pero no deben ser tipos mal vestidos.
un crimen, han sido raros y frustrantes (véase Guimaraes, 1997). La Director general y ea-propietario de una itldustria química, 37 años, y su
constante necesidad de censurar las palabras aprendidas en el contexto de esposa, que es ama de casa, 36 años. Viven con los dos hijos en Morumbi.
las relaciones raciales puede muy bien haber inf!uenciado la expresión
de depreciaciones en relación con otras categorías sociales. A pesar de En los barrios ricos, la imagen del criminal pobre no es muy detalla-
que las personas expresen juicios negativos con relación a los nordestinos da, probablemente por la simple razón de que los residentes no temen ser
y favelados (también posibles eufemismos para negros) y a los pobres en confundidos con los criminales. Sus discursos sobre criminales raramen-
general, intentan corregirse, atribuir la opinión a otros, relativizarla. El te abandonan el campo de lo genérico y esa distancia social segura les
arte de discriminar y al mismo tiempo negar que se lo haga, sólo puede permite incluso una cierta proximidad simbólica: alguien que es un crimi-
estar lleno de ambigüedades. Pero es un arte en que los brasileños son nal puede no coincidir con el estereotipo del criminal; puede incluso estar
maestros (Caldeira, 1988a). bien vestido. Fue solo en Morumbi que los residentes se refirieron a la
imagen del moderno profesional del crimen, con chaquetas de cuero, mo-
tocicletas y armas, interesado en dólares y con recursos para crímenes so-
21. La negación de categorías raciales es compartida por otros países latinoamericanos .~ fisticados como el secuestro, el crimen que la elite más teme.
que también tuvieron esclavitud y a fines del siglo XIX adoptaron versiones de la «teoría del blan- }
queamiento». Esos son países que habitualmeme no registran raza en sus censos (Hasenbalg,
La proximidad real con el estereotipo del criminal, no obstante, re-
1996). Para Venezuela, véase Wright (1990); para Colombia, véase Wade (1993); y para Cuba, quiere un discurso elaborado de distanciamiento y separación. Cuando
véase Helg (1990). entrevisté a las personas en la periferia o en Moóca, me pregunté varias
veces si mi insistencia en el asunto del crimen no iría automáticamente a Los verbos utilizados para describir el crecimiento del crimen y el con-
generar ansiedad, dudas sobre si yo sospechaba que ellos fueran crimina- texto en que este ocurre, fueron infiltrar, infectar y contaminar. Una conse-
les, y la consecuente necesidad de enfatizar las diferencias. Las personas cuencia importante de esa teoría de contagio y del fracaso de las autorida-
pobres que entrevisté siempre se esforzaron para distanciarse a sí mismas des en controlar el mal, es que las personas intensifican sus propias medidas
y a las otras «personas honestas, trabajadoras» de la imagen del criminal. de encierro y control, de separación y construcción de barreras, tanto sim-
Esa ansiedad con relación a la separación no se origina exclusivamente en bólicas (como prejuicio y estigmatización de algunos grupos) como mate-
el esfuerzo para exhibir un estatus social mejor o en un ejercicio simbóli- riales (muros, cercas y toda parafernalia electrónica de seguridad). Además,
co. En verdad, la «confusión» entre personas pobres y criminales puede tienden a apoyar medidas privadas de protección que son violentas e ilega-
tener serias consecuencias, considerando que la policía también opera les, tales como la acción de justicieros y abusos de la policía.
con los mismos estereotipos, frecuentemente confundiendo a los pobres Las entrevistas sugieren que las personas de todas las clases piensan
con criminales y a veces hasta matándolos. El aspecto paradojal del inten- en el mal como una fuerza natural que puede ser controlada solo por los
to de los pobres trabajadores por separarse del estereotipo del criminal es trabajos de la cultura y de la razón. El modelo que muchos residentes de
que eso se lleva a cabo usando contra el vecino las mismas estrategias que Sao Paulo parecen tener se asemeja a la concepción de Hobbes del estado
son usadas contra la propia persona. Como consecuencia, la categoría de natural que fundamenta la necesidad del contrato social. Ante la falta de
criminal y su repertorio de prejuicios y depreciaciones raramente son re- un contrato que ate a las personas a reglas restrictivas, y ante la falta
futados. Por el contrario, la categoría es continuamente legitimada y los de autoridades que puedan imponer ese contrato, existe una «guerra de
prejuicios y estereotipos contra los pobres (favelados, nordestinos, resi- todos contra todos». Cuando el contrato social falla, las personas retro-
dentes en conventillos) son representados diariamente. ceden a la violencia del estado natural, o sea, a un universo de hostilidad,
El universo simbólico del crimen no está limitado a referencias de ca- represalia y venganza. Mientras el mal se esparce fácilmente, el orden y la
rácter socioeconómico y no está restringido a los tipos de prejuicios y di- paz son difíciles de mantener. Estas concepciones son también similares a
famaciones que acabo de analizar. El crimen es también una cuestión del las de Girard (1977; véase también capítulo 1).
mal, y sus explicaciones también tienen que ver con autoridad y construc- El mal también es concebido en oposición a la razón. Es aquello que
ciones culturales destinadas a domesticar las fuerzas del mal. Es impor- no tiene sentido y que se aprovecha de las personas cuya racionalidad es
tante investigar estas concepciones sobre el control de la difusión del mal vista como precaria. Niños, mujeres, adolescentes, los pobres y las perso-
porque los paulistas las usan para atacar los derechos humanos, para nas cuya conciencia puede estar perturbada -como los usuarios de dro-
apoyar abusos de la policía, justicieros y escuadrones de la muerte, y para gas-, son considerados los más vulnerables y que más necesitan ser con-
justificar la pena de muerte. trolados. Como se considera que los niños pequeños y las mujeres son
más fáciles de controlar, el grupo que corre mayor riesgo de ser afectado
por el mal es el de los jóvenes. Ellos son muy jóvenes para protegerse del
mal por sí mismos, y por no ser totalmente racionales, toda,vía necesitan
ser controlados. Por ser hombres, sin embargo, resisten al control y son
El crimen es una cuestión de autoridad. Las personas que entrevisté atraídos por los ambientes en que abunda el mal, principalmente la calle.
en Sao Paulo creen que el crecimiento del crimen es una señal de autori- Allí encuentran las drogas, que perturban su conciencia y los transforman
dad débil, sea de la escuela, la familia, madre, iglesia, gobierno, policía o en blancos fáciles para las fuerzas del mal.
sistema judicial. Esas autoridades son responsabilizadas de controlar la El mal es algo asociado a la naturaleza humana, algo ante lo que
difusión del mal. En el habla del crimen, el mal se considera algo podero- cualquiera es vulnerable. Sin embargo, como los pobres son vistos como
so y que se esparce fácilmente. Una vez que alcanza a alguien en una po- más cercanos a la naturaleza y a la necesidad y más distantes de la razón
sición débil-por ejemplo, alguien en los espacios impropios o sin los atri- y del comportamiento racional que las otras personas, y como están físi-
butos apropiados a un miembro de la sociedad- es probable que domine camente más cercanos a los espacios del crimen, consecuentemente, son
a esa persona, y es difícil librarse de él. Las personas que entrevisté sen- considerados también como otro grupo que corre el riesgo de ser infecta-
tían que las autoridades e instituciones estaban fracasando claramente en do por el mal.
su tarea de controlar lugares y comportamientos, o sea, estaban dejando En lo que constituye una concepción bastante difundida del orden
espacios abiertos para que el mal se esparciera. social, autoridad, instituciones, trabajo, razón y control son vistos como
las armas contra el mal. Cuando las personas ven que el crimen aumenta, y sin comer ¿sabes? Los padres ganan poco, no hay condiciones. Entonces,
frecuentemente culpan a las instituciones públicas y diagnostican la nece- ¿qué ocurre? Ya es una violencia, porque de ahí él ve que hay uno que tiene
sidad de una autoridad fuerte (citas 2.4, 2.17). Cuando las instituciones de todo ¿sabes?: «¡aquel tiene todo y no tengo nada! Vaya sacarle un poco
públicas fallan, las personas sienten que tienen que resolver los proble- de lo que tiene, tal vez me va a beneficiar». ¿Ves?: ¿qué piensa la mayoría de
mas por sus propios medios. Cuando se considera que el ambiente se los ladrones? Que van a poder tomar lo que los otros tienen, que la policía
nunca va a descubrir lo que robaron ¿entiendes? Entonces, creo que es la
volvió muy peligroso, la mejor respuesta es construir barreras por todas
. propia condición de vida de la gente [.,,] El hambre es lo peor que hay. En-
partes e intensificar todos los tipos de control privado. Las personas in-
tonces, esa gente que viene de allá para acá, ellos pasan hambre. Entonces,
tensifican sus prejuicios y para eso el habla del crimen es instrumental, no tienen con qué luchar. ¡No tienen! No tienen con qué luchar. Entonces,
pero ellas también contratan guardias particulares, construyen muros, sabes, van a asaltar, van a matar, ¿entiendes? para tener algo.
adoptan medidas electrónicas de vigilancia, apoyan grupos de justicieros Operadora de computador en una fábrica grande, 33 años, Jardim
y los actos ilegales y particulares de venganza de la policía. Peri-Peri; vive con la madre, que es mucama, y con una tía.
Pregunté a residentes de Sao Paulo tanto en 1981-1982 como en
1989-1991 qué transformaría a una persona en un criminal. Las respues- Esta versión estereotipada de las causas del crimen acumula una lar-
tas fueron sorprendentemente parecidas. Algunas reunían varios elemen- ga lista de elementos. Siempre está la cuestión de los lugares impropios.
tos asociados al mal y a lo que es considerado impropio, mientras que Aun si todos los nordestinos no vivieran en favelas, dice que viven en ca-
otras mencionaban solo pocos elementos. Un ejemplo de respuesta abar- sas promiscuas con exceso de personas y sin las debidas separaciones,
cadora es la que da una residente del Jardim Peri-Peri, en la periferia oes- donde niños se mezclan con otros innumerables niños desconocidos, to-
te de la ciudad, comentando un asesinato cerca de su casa que fue aparen- dos sin el debido acompañamiento de los padres. Como telón de fondo,
temente motivado por una disputa por un suéter.22 las condiciones sociales de siempre: hambre, pobreza, y la perturbadora
desigualdad en la distribución de la renta. Finalmente está la impunidad,
el fracaso de la policía y del sistema judicial para punir los crímenes. La
2.24. combinación de todos estos elementos crea una condición de vida que de-
-Creo que la misma ciudad contribuye a eso. Yo creo que, por ejemplo: bilita a las personas, dejándolas sin capacidad para luchar. Luchar es un
seguro que él vio al otro con un montón de suéters, chaquetas, todo, y él sin
verbo continuamente asociado a la idea de persistencia y trabajo duro; es
suéter, pasando un frío desgraciado, viendo al otro vestido, fue y le dio no sé
lo que lleva a las personas a ascender socialmente (véase Caldeira, 1984:
cuántas cuchilladas y le arrancó el suéter y se fue [".] Ahora, yo creo que es
la misma ciudad que contribuye a eso. Porque mira: la mayoría que está cap. 4). El verbo luchar y el sustantivo lucha son también usados en la pe-
aquí, ¿de dónde vinieron? Vinieron de allá, del Nordeste, vinieron de allá del riferia para referirse a los movimientos sociales. Se cree que las personas
Sur, a pesar de que yo creo que la gente del Sur es más civilizada ¿no? Creo en una posición debilitada, que no pueden luchar adecuadamente, corren
que la gente del Nordeste, ellos viven en una condición, del Norte y del Nor- un alto riesgo de ser infectadas por el mal.
deste, ah, en una condición así, de vida horrible, horrible [oo.] Ya esa maldi- Los mismos elementos fueron repetidos en muchas entrevistas.
ta propaganda que hacen en la televisión y llevan allá, esa imagen les llega: Cuando preguntamos a un joven en Moóca si él concordaba con que el
«Miren, la gente que va a Siio Paulo se hace rica». Entonces ¿qué hacen? To- crimen estaba relacionado con los nordestinos, respondió que podría ser,
man a toda la familia, venden lo poco que tienen y vienen acá. Cuando lle- ya que las migraciones y los robos eran ambos motivados por razones
gan aquí, no tienen lugar donde quedarse. A veces tienen un conocido, van
económicas. Sin embargo, cuando le fue pedido que describiera qué tipo
a la casa del conocido, ahí se queda esa montanera ¿no?, en una casita,
quién sabe, de un par de habitaciones, cuarto y sala o cuarto y baño, cocina,
de persona imaginaba que había tomado su reloj, la respuesta fue muy di-
o incluso en una favela. Entonces son 10,20,30 personas dentro de una ca- ferente.
sa ... te imaginas lo que ocurre. Entonces, los hijos, viendo a los padres que
salen a trabajar, se quedan ahí el día entero. Ahí se juntan esos hijos, más los
hijos del otro, más los hijos del otro ... Y más los hijos de no sé quién más... ~ 2.25.
-Mira, esa persona, yo imagino que hasta podría estar desempleada,
: puede ser una persona que ... mira, para caer en estas condiciones es muy fá-
22. Las entrevistas en el Jardim Peri-Peri fueron realizadas en 1981 por Célia Sakurai, in- cil. Basta con tener, por ejemplo, una mala relación familiar, basta con tener
tegrante del equipo de investigación del Cebrap. una esposa que ... quién sabe, una mala relación en general. Un fracaso en el
trabajo. Bastan pequeñas cosas. Y también hay un detalle: basta que tengas es todo eso ¿no? Ya viene de la casa, a veces es de la calle, quién sabe, pier-
una moral débil, una educación insignificante, basta que tengas una cultura de la cabeza. Después que pierde la cabeza, listo.
mediocre. ¿Qué es eso? Eso infelizmente es la mayoría. Entonces es de esa
mayoría que surgen estas cosas. El asaltante pudo hasta haber venido de una Muchos de los entrevistados creen que las personas que tienen que
familia de clase media. Otro puede haber venido realmente de la favela. En- enfrentar condiciones de vida muy difíciles o que crecen en ambientes ad-
tonces, yo creo que favorece, esas cosas generales, socIales, que es de la cul- versos, necesitan una mente fuerte para evitar la desesperación y resistir
tura, que alcanza a todo el mundo, puede favorecer a todo el mundo que es
las malas influencias. Pero, si pierden la cabeza (es decir, su razón y capa-
alcanzado enteramente por eso.
Desempleado formado en comunicaciones con especialización en ra- cidad de juicio), están perdidas. Y no hay mejor manera de perder la ca-
dio, 23 años, Moóca, vive con los padres. beza que involucrarse con drogas. En verdad, la correlación entre drogas
y crimen fue una de las más comunes en las entrevistas, y fue persistente-
Se necesitan más que condiciones económicas y políticas para pro- mente descrita como un ciclo: las personas vienen de un medio inadecua-
ducir un criminal, pero ese más es muy poco: cualquier pequeño empu- do, quedan sujetas a las malas influencias en las calles, consiguen drogas
jón en dirección a lo impropio -desempleo, una mala esposa, una frus- gratis, se encuentran perdidas y se vuelven viciosas, y finalmente se con-
tración en elempleo o en la familia- puede inclinar la balanza. Resistir vierten en criminales para poder sustentar su vicio.
al peligro requiere una mente fuerte, algo que se cree que los pobres no Personas de todos los grupos sociales creen que una mente fuerte se
tienen. origina dentro de una familia fuerte, que discipline adecuadamente a sus
hijos y los mantenga a distancia de las malas compañías.
2.26. 2.28.
-Todo aumentó 100% yel salario de la gente no aumentó ni un centa- E (madre) -Yo creo. Yo creo que, mira, esos mocosoS'criados. ahí, uno
vo. Quiero decir, para quien gana poco, el salario o un poquito más, quiero ve mocosos de 15, 16, 17 años, todo el día en la calle. Ellos no piensan en
decir, una persona de esas yo creo que se tira al abismo. Piensa bien: un pa- otra cosa, si ellos no hacen nada. Tú por lo menos estudias, es diferente.
dre de familia tiene tres, cuatro hijos, va a trabajar, trabaja, trabaja, trabaja, Ellos no estudian, no trabajan, quieren dinéro, no tienen de donde sacado,
ya aborrece el servicio, después llega a casa y tampoco ve condiciones, no ve ¿qué es lo que van a hacer?
salida, entonces yo creo que eso es lo que tira a muchas personas que no D (hija) -¿Y dónde entra el desempleo?
piensan bien al abismo. Y ahí comienzan a querer asaltar, a querer robar, a E -Ah, existe el desempleo, pero si buscaran, encontrarían. ¿Y por qué
querer matar, querer vengarse con la familia, vengarse con el compañero de aquellos que buscan, encuentran?
trabajo, con el patrón. D -¡Cuánta gente hay ahí desempleada, buscando empleo y no encuen-
Trabajador semi-especializado, 39 años, ]ardim das Camélias.
E -Yo creo que si buscara, encontraría, sí. Ahora, se quedan ahí en la
mala vida, en la buena, ¡hay mocosos de 13 años que ya andan con revólver
Pregunté a la militante de los movimientos de barrio citada en 2.19
en la manol
qué pensaba ella que transformaba a los niños del Jardim das Camélias D -Ahora, ¿por qué? ¿Por qué es que ellos andan con el revólver en la
en delincuentes. mano? Porque la mayor parte de esos muchachos fueron criados sin que las
madres estuvieran en casa. ¿Por qué? Porque las madres necesitaban traba-
jar para llevar el alimento a la casa. Entonces, quiero decir, qué es lo que ese
2.27. muchacho va a aprender en la calle. ¡A robar! Van a faltar cosas en casa por-
-Yo no sé... A veces yo pienso así, a veces puede ser la convivencia del que la madre gana un salario pequeño, no alcanza para tener todo en casa,
padre y de la madre, una separación, es el hijo que a veces ya nace subleva- entonces él comienza a robar. Entonces, quiero decir, los culpables no son
do con la vida, incluso con el padre y la madre. Yo creo que para que una ellos: ¡es culpa de la sociedad!
persona llegue a eso, ¿será que es un vicio? Muchos beben y dicen que beben
porque es un vicio, fuman porque ... quién sabe, es todo confuso. Creo que
para que una persona llegue a eso, quién sabe, yo creo que las malas compa-
i dad.
E -Yo creo que la culpa está en todo el mundo, no está solo en la socie-
23. Otra versión de esto es el dicho popular: .e1 ocio es el padre de todos los males •.
24. Véase Zaluar (1983, 1985, 1987, 1990, 1994). Sobre las concepciones del trabajo en 25. La equivalencia entre mujer y prisionera en esta cita de un «macho. no debe pasar
el Jardim das Camélias, véase Caldeira (1984: cap. 4). desapercibida.
raleza» -o más exactamente en la «naturaleza pervertida»- y, en algunos e -Si fueran pobres, la policía los agarraba, les pegaba ...
casos, en la conciencia pervertida. Los residentes de Sao Paulo dicen que A -Si fueran pobres, la policía los agarraba, les pegaba, les hacía de to-
las personas ricas pueden robar por «maldad». La violencia también pue- do; pero como son ricos, pueden ser hasta hijos de un general, de un máyor,
de ser justificada por un «drama psicológico» o locura, un caso extremo si la policía los agarra, los tiene que soltar.
de «perder la cabeza». A veces las personas se vuelven criminales simple-
mente porque ese es su «destino». . Para los residentes del Jardim das Camélias y de Moóca, las perso-
Estos tipos de argumentos son usados especialmente para explicar el nas ricas disfrutan del privilegio de estar por encima de la ley y de la so-
uso excesivo de la violencia. La violación, por ejemplo, en general requie- ciedad porque su posición social les garantiza que no serán castigadas.
re una explicación basada en la perversidad. Además, las referencias a un La percepción de esta desigualdad adicional, que pervierte las clasifica-
desvío de la naturaleza humana y de la razón surgen para justificar críme- ciones y los contratos sociales, está en el centro del total pesimismo que
nes en que el uso excesivo de la violencia se considera gratuito, como en muchos residentes de Sao Paulo sienten con respecto a las posibilidades
de creación de una sociedad más justa en el Brasil. Como es difícil impo-
el caso de un ladrón que, después de tomar todo lo que quería, mata a la
ner el orden por medio de las instituciones existentes, que son incapaces
persona que fue robada. Como dijo un estudiante universitario que vive
de controlar el mal y, por lo tanto, de construir una sociedad mejor, las
en Moóca cOn los padres: «Algo así no tiene explicación; solo puede ser
personas sienten que están constantemente expuestas a las fuerzas natu-
que estaba fuera de sí, drogado». Solo los crímenes contra la propiedad
rales del mal y al abuso de quienes se colocan por encima de la ley. Para
pueden ser explicados por razones socioeconómicas.
protegerse, deben confiar en sus propios medios de aislamiento, control,
Las explicaciones que se refieren a perversión, destino, azar y emo-
separación y distanciamiento. O sea~para sentirse seguras, deben cons-
ción son usadas también para explicar crímenes cometidos por quienes
truir muros.
no encajan en ninguno de los estereotipos. Los crímenes cometidos por
personas de las clases más altas que, como se dice, «tienen todo de lo bue-
no y lo mejof», sólo pueden ser explicados por algún tipo de perversidad.
Dos estudiantes universitarios entrevistados en Moóca separaron clara-
mente crímenes motivados por razones económicas (cometidos por al-
guien que está, por ejemplo, desempleado y desesperado) y crímenes co-
metidos por personas «que tienen aquella naturaleza». Ellos creen que el
uso de drogas está muy diseminado, no solo entre las personas de las cla-
ses bajas, sino también en las clases media y alta, con las cuales ellos tie-
nen contacto en barrios como los Jardines. En verdad, ellos creen que el
uso es más común en los grupos más ricos, porque tienen más dinero pa-
ra enviciarse y roban por razones estúpidas, como para tomar pequeñas
cosas, como un par de zapatillas.
Los jóvenes de la clase trabajadora del Jardim das Camélias también
creen que los crímenes cometidos por las personas de la clase alta están
asociados con drogas -como lo están los crímenes en general, en su opi-
nión-. Sin embargo, en el caso de las clases altas, las drogas por sí solas
no ofrecen una explicación.
2.31.
A -y hay gente que hasta roba y no necesita, roba porque es descara-
do. Que hubo una época que estaban los hijos de barones tirando bombas
dentro de los restaurantes. ¿Por qué hacen eso? Yo creo que es una diversión
para ellos, no tienen qué hacer, y quieren acabar con nuestra paciencia.