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Que son crímenes de Lesa humanidad?

Los crímenes de lesa humanidad son conductas tipificadas por la Corte Penal Internacional y
que, por sus características, agravian a la humanidad entera.

«Lesa» significa agraviada, lastimada, ofendida. Es por esto que un crimen de lesa humanidad
se refiere a aquellos que por sus características y naturaleza ofende y agravia a la humanidad
en conjunto. Tristemente este término se ha escuchado a lo largo de la historia y en casi
cualquier punto del planeta, pero: ¿a qué se le denomina legalmente como crimen de lesa
humanidad?

El Estatuto de Roma, instrumento constitutivo de la Corte Penal Internacional, señala


puntualmente lo que considera como crímenes de lesa humanidad, diferenciándolos de otros
de su jurisprudencia tales como: genocidio, crímenes de guerra y crimen de agresión. Este
Estatuto que fue adoptado en la ciudad de Roma, Italia, el 17 de julio de 1998, durante la
"Conferencia Diplomática de plenipotenciarios de las Naciones Unidas sobre el
establecimiento de una Corte Penal Internacional", señala que un crimen de lesa humanidad
se refiere a lo siguiente:

“la comisión como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil, y
con conocimiento de dicho ataque”.

Tales como:

 Asesinato: homicidio intencionado.


 Exterminio: imposición intencional de condiciones de vida, entre otras la privación del
acceso a alimentos o medicinas, encaminadas a causar la destrucción de parte de una
población. El exterminio está estrechamente relacionado con el genocidio, ya que
ambos se dirigen contra un gran número de personas. Ahora bien, el exterminio se da
en casos en que se mata a grupos de personas que no comparten características
comunes o cuando se mata a algunos miembros de un grupo pero no a otros.
 Esclavitud: ejercicio de derechos de propiedad sobre una persona, incluido el tráfico
de personas, en particular de mujeres y niños.
 Deportación o traslado forzoso de población: expulsión de personas de la zona donde
están presentes legítimamente sin motivos autorizados por el derecho internacional,
entendiéndose que la deportación supone cruzar fronteras nacionales, mientras que el
traslado forzoso ocurre dentro de ellas.
 Encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación de normas
fundamentales de derecho internacional;
 Tortura: dolor o sufrimientos graves, físicos o mentales, causados intencionadamente
a una persona que el acusado tenía bajo su custodia o control. Dentro de estos se
contempla los casos de Tortura Médica, siendo un ejemplo de esta los experimentos
humanos forzosos.
 Violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización
forzada u otros abusos sexuales de gravedad comparable; (La violación y otros abusos
sexuales también pueden constituirse en crímenes de competencia de la Corte como
tortura, en tanto que éste es un crimen de lesa humanidad o un crimen de guerra).
 Persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos
políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género u otros motivos
universalmente reconocidos como inaceptables con arreglo al derecho internacional.
 Desaparición forzada de personas: detención o secuestro de personas por un Estado o
una organización política, o con su autorización, consentimiento o aquiescencia, junto
con la negativa a reconocer la privación de libertad o a proporcionar información
sobre la suerte que han corrido los «desaparecidos» con la intención de privarlos de la
protección de la ley durante un largo periodo.
 El crimen de apartheid: actos inhumanos cometidos en el contexto de un régimen
institucionalizado de opresión y dominación sistemáticas de un grupo racial por otro
con la intención de mantener ese régimen. Otros actos inhumanos de carácter similar
que acusen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la
integridad física o la salud mental o física.
 Otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente grandes
sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o física.

Los Crímenes de Lesa Humanidad se diferencian de otros crímenes principalmente


porque reúnen cuatro características:

1. Son actos generalizados, se tratan de crímenes que se cometen contra una gran
cantidad o multiplicidad de personas, ya sea por la cantidad de crímenes o por un
crimen con muchas víctimas.

2. Son actos sistemáticos, El que los actos inhumanos se cometan de forma sistemática
quiere decir que lo son aquellos cometidos como parte de un plan o política
preconcebidos, excluyéndose los actos cometidos al azar. Dicho plan o política pueden
estar dirigidos por gobiernos o por cualquier organización o grupo, es indispensable
que el sujeto activo del crimen sea bien un agente estatal o particular que trabaja para
el Estado o que actúa con su apoyo, anuencia o tolerancia.

3. Son perpetrados por las autoridades de un Estado o por particulares que actúan por
instigación de dichas autoridades o con su tolerancia, ayuda o complicidad.

4. Están dirigidos contra la población civil, todos aquellos "no combatientes",


independientemente de que sean de la misma nacionalidad del responsable o que
tengan una nacionalidad diferente. Ya sea por motivos sociales, políticos, económicos,
raciales, religiosos o culturales.
El concepto de “Crímenes de lesa humanidad” data de mediados del siglo XIX. Aunque la
primera lista de tales crímenes se elaboró al final de la Primera Guerra Mundial, no quedaron
recogidos en un instrumento internacional hasta que se redactó la Carta del Tribunal de
Nuremberg en 1945.

Los crímenes de lesa humanidad determinados en esta Carta fueron reconocidos al año
siguiente como parte del derecho internacional por la Asamblea General de las Naciones
Unidas y se incluyeron en posteriores instrumentos internacionales, como los estatutos de los
tribunales penales internacionales para la ex Yugoslavia y Ruanda. Ahora se han definido por
primera vez en un tratado internacional al aprobarse el Estatuto de Roma de la Corte Penal
Internacional el 17 de julio de 1998.

El Estatuto distingue los delitos ordinarios de los crímenes de lesa humanidad respecto de los
que la Corte tiene competencia de tres formas:

En primer lugar, los actos que constituyan crímenes de lesa humanidad, como el asesinato,
tienen que haber sido cometidos “como parte de un ataque generalizado o sistemático”. No
obstante, el término «ataque» no denota una agresión militar, sino que se puede aplicar a
leyes y medidas administrativas como deportación o traslado forzoso de población.

En segundo lugar, tienen que ir dirigidos “contra una población civil”. Los actos aislados o
cometidos de manera dispersa o al azar que no llegan a ser crímenes de lesa humanidad no
pueden ser objeto de enjuiciamiento como tales. La presencia de soldados entre la población
civil no basta para privar a ésta de su carácter civil.

En tercer lugar, tienen que haberse cometido de conformidad con “la política de un Estado o
de una organización”. Por consiguiente, pueden cometerlos agentes del Estado o personas que
actúen a instigación suya o con su consentimiento o aquiescencia, como los “escuadrones de la
muerte”. Asimismo, pueden ser cometidos de conformidad con la política de organizaciones
sin relación con el gobierno, como los grupos rebeldes.

Sentencia

DELITOS DE LESA HUMANIDAD:

Sobre este particular, la Sala de Casación Penal de este Tribunal Supremo de Justicia, en
sentencia 359/2000, del 28 de marzo, con relación a los delitos contra la humanidad,
estableció lo siguiente:

“…El Estado debe dar protección a la colectividad de un daño social máximo a un bien jurídico
tan capital como la salud emocional y física de la población, así como a la preservación de un
Estado en condiciones de garantizar el progreso, el orden y la paz pública: se requiere
imprescindiblemente una interpretación literal, teleológica y progresiva, que desentrañe la
‘ratio iuris’, pueda proteger los inmensos valores tutelados por las normas incriminatorias y
esté a tono con el trato de delito de lesa humanidad que reserva la novísima Constitución para
las actuaciones relacionadas con las substancias prohibidas por estupefacientes y
psicotrópicas.(omissis)

En verdad, sí son delitos de lesa humanidad y por tanto de leso Derecho, ya que causan un
gravísimo daño a la salud física y moral del pueblo, aparte de poner en peligro y afectar en
realidad la seguridad social (por la violenta conducta que causa la ingestión o consumo de las
substancias prohibidas) y hasta la seguridad del Estado mismo, ya que las inmensas sumas de
dinero provenientes de esa industria criminal hacen detentar a ésta un poder tan espurio
cuan poderoso que puede infiltrar las instituciones y producir un ‘narcoestado’: poco importa
que sólo sea un Estado ‘puente, o se crea o se finja creer que lo es, porque aun en ese caso se
ha establecido que de allí se pasa siempre a estadios más lesivos: Estado ‘consumidor’,
‘productor’ y ‘comercializador’.(omissis)

(...) Y no es únicamente Venezuela donde se persiguen tales delitos: la gran mayoría de los
Estados actúan igual y lo prueba el que sean suscriptores de la Convención de las Naciones
Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas (Viena, 1988),
que en 1991 pasó a nuestra legislación a través de la Ley Aprobatoria de la Convención de
Viena...(omissis)

(...) nadie podrá poner en tela de juicio el derecho de punición que compete al Estado respecto
a los delitos del denominado narcotráfico y se comprenderá que éstos son los que violan de
modo tan grave como sistemático los derechos humanos del pueblo venezolano y de la
humanidad en general, por lo que justicieramente son tenidos por nuestra Constitución como
delitos ...de lesa humanidad...(omissis)

La Constitución de la República de 1961, en su artículo 76, establecía la protección a la salud


pública como de las garantías fundamentales y por ello todos estaban obligados a someterse a
las medidas legales de orden sanitario. Y la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela de 1999, en el marco de los Derechos Sociales y de las Familias, en el artículo 83,
amplía con creces este tan legítimo derecho social, que incluso forma parte del derecho a la
vida. Proteger tales derechos es obligación primordial e ineludible del Estado, que lo debe
garantizar sobre la base de leyes nacionales, principiando por la Constitución misma, y por
convenios internacionales suscritos y ratificados por la República...”.

El anterior criterio fue reflejado por esta la Sala Constitucional en sentencia n° 1.712, del 12
de septiembre de 2001 (y reiterado en sentencias 1.485/2002, del 28 de junio; 1.654/2005,
del 13 de julio; 2.507/2005, del 5 de agosto; 3.421/2005, del 9 de noviembre; 147/2006, del 1
de febrero, entre otras), señalándose al respecto lo siguiente:
“…Los delitos de lesa humanidad, las violaciones punibles de los derechos humanos y los
delitos por crímenes de guerra, quedan excluidos de beneficios como lo serían las medidas
cautelares sustitutivas, en caso que el juez considerare que procede la privación de la libertad
del imputado.

Al comparar el artículo 271 constitucional con el transcrito 29, donde el primero se refiere a
acciones penales imprescriptibles y que, al igual que la última norma mencionada, reconoce
como imprescriptible a los delitos contra los derechos humanos, la Sala debe concluir que el
delito de tráfico de estupefacientes, cuya acción también es imprescriptible, debe
considerarse por su connotación y por el especial trato que le otorga el artículo 271
constitucional, como un delito de lesa humanidad, y así se declara.

Los delitos de lesa humanidad, se equiparan a los llamados crimen majestatis, infracciones
penales máximas, constituidas por crímenes contra la patria o el Estado y que, al referirse a la
humanidad, se reputan que perjudican al género humano, motivo por el cual el tráfico de
sustancias psicotrópicas y estupefacientes ha sido objeto de diversas convenciones
internacionales, entre otras, la Convención Internacional del Opio, suscrita en La Haya en
1912, ratificada por la República el 23 de junio de 1912; la Convención Única sobre
Estupefacientes, suscrita en las Naciones Unidas, Nueva York, el 30 de marzo de 1961; y la
Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias
Psicotrópicas (Convención de Viena de 1988). En el Preámbulo de esta última Convención las
partes expresaron: Profundamente preocupadas por la magnitud y la tendencia creciente de
la producción, la demanda y el tráfico ilícitos de estupefacientes y sustancias psicotrópicas,
que representan una grave amenaza para la salud y el bienestar de los seres humanos y
menoscaban las bases económicas, culturales y políticas de la sociedad....

Por otra parte, en el Preámbulo de la Convención de Viena de 1961, las partes señalaron,
sobre el mal de la narcodependencia:...Considerando que para ser eficaces las medidas contra
el uso indebido de estupefacientes se hace necesaria una acción concertada y universal,
estimando que esa acción universal exige una cooperación internacional orientada por
principios idénticos y objetivos comunes....

En consecuencia, los delitos relativos al tráfico de estupefacientes los considera la Sala de lesa
humanidad.

A título de ejemplo, en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, no suscrito por


Venezuela, en su artículo 7 se enumeran los crímenes de lesa humanidad; y en el literal K de
dicha norma, se tipificaron las conductas que a juicio de esta Sala engloban el tráfico ilícito de
estupefacientes”.

Siendo así, es claramente indudable que los delitos vinculados al tráfico de sustancias
estupefacientes y psicotrópicas sí constituyen verdaderos delitos de lesa humanidad, en
virtud de que se trata de conductas que perjudican al género humano, toda vez que la
materialización de tales comportamientos entraña un gravísimo peligro a la salud física y
moral de la población. Por lo tanto, resulta evidente que las figuras punibles relacionadas al
tráfico de drogas, al implicar una grave y sistemática violación a los derechos humanos del
pueblo venezolano y de la humanidad en general, ameritan que se les confiera la connotación
de crímenes contra la humanidad.

Aunado a lo anterior, debe señalarse que tales modalidades delictivas implican también una
lesión al orden socio-económico, toda vez que las inmensas sumas de dinero provenientes de
esa industria criminal son inyectadas a la economía nacional –por ejemplo, a través de la
legitimación capitales- ocasionando la distorsión de ésta. (TSJ-SC, Sentencia Nº 1114 de fecha
25-05-2006)

Cuando analizamos esos delitos vemos como en Venezuela, bajo la dictadura chavista-
madurista, se vienen cometiendo “como parte de un ataque generalizado o sistemático contra
una población civil con conocimiento de dicho ataque. Vamos a referirnos a algunos de los
delitos que se vienen cometiendo:

a) Asesinato: entre otros el reciente asesinato de 12 jóvenes en Balovento, Estado Miranda, en


noviembre de 2016, por parte del Ejército en operación de las O.L.P.: en esta operaciones
también hubo asesinatos de inocentes y supuestos delincuentes en barrios del Oeste de
Caracas. En el 2014, el asesinato de Bassil Da Costa por funcionario del Servicio Bolivariano de
Inteligencia (SEBIN) en acciones de represión ordenadas por sus superiores.

e) Encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación de normas


fundamentales de derecho internacional: las detenciones sin debido proceso de ciudadanos
por el simple hecho de oponerse al gobierno. Algunas de esas detenciones han llevado a
condenas en procesos violatorios del debido proceso, como es el caso del Comisario Iván
Simonovis los Comisarios y Agentes de la Policía Metropolitana, Leopoldo López. La detención
y el proceso que se les sigue a la Juez María de Lourdes Afiuni y al Alcalde Mayor de Caracas,
Antonio Ledezma. Los numerosos presos políticos para quienes aún no ha habido audiencia
preliminar. Todo ello “como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una
población civil con conocimiento de dicho ataque

f) Tortura: La tortura, los tratos crueles, inhumanos o degradantes contra presos políticos
como IvanSimonovis, Leopoldo López, María de Lourdes Afiuni e incluso contra presos
comunes. Caso patético es el de Araminta González. También es tortura la de los detenidos en
el foso del Sebin en Plaza Venezuela, lo que es parte de un patrón criminal de un organismo
del Estado adscrito al Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz.

i) Desaparición forzada de personas: la vimos en el caso de los 12 jóvenes de Barlovento que


estuvieron desaparecidos tras haber sido detenidos ilegalmente en el operativo de OLP, sin
que hubiera rastro de donde pudieran estar, hasta que aparecieron sus cadáveres acribillados
a balazos. También pueden considerarse desaparición forzada los casos de ciudadanos
arrestados ilegalmente por el SEBIN cuyo paradero permanece secreto durante largo tiempo,
k) Los “Otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente grandes
sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o física” son
reiterados. En los casos de tortura, privación ilegal de la libertad, podemos subsumir como
delitos, los contemplados bajo la Ley Especial para Prevenir y Sancionar la Tortura y Otros
Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes que afectan a los detenidos a los que se hace
referencia supra ya que afectan la integridad mental o física de las víctimas. Entre esos actos
pueden considerarse los que, a través de las decisiones de Maduro sobre el cono monetario,
como la eliminación de los billetes de 100, han dado lugar a saqueos en varias ciudades del
país, sobre todo en Ciudad Bolívar.

Es de esperar que se abra un investigación exhaustiva y rigurosa de todos los casos que
puedan considerarse como delitos de lesa humanidad, que culmine con una acusación que se
le presente al Fiscal de la Corte Penal Internacional para que pueda abrirse un proceso que
incluya a las más altas autoridades del Gobierno Nacional, llegando hasta los autores
materiales y los cómplices y encubridores ya que todos son sujetos de delitos de lesa
humanidad. En este sentido, debería constituirse una comisión integrada por prestigiosos
abogados penalistas y expertos en derechos humanos, con el fin de determinar si todos los
hechos que vienen ocurriendo sistemáticamente constituyen en conjunto delitos de lesa
humanidad que puedan ser objeto de acusación ante el Fiscal de la Corte Penal Internacional.

El genocidio

es un delito internacional que comprende «cualquiera de los actos perpetrados con la


intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como
tal». Estos actos comprenden la «matanza y lesión grave a la integridad física o mental de los
miembros del grupo, sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que
hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial, medidas destinadas a impedir
nacimientos en el seno del grupo, traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo

4.3.1. El crimen de genocidio

El Estatuto de Roma respecto de este crimen traslada la definición contemplada en la


"Convención para la prevención y sanción del Genocidio", de 9 de diciembre de 1948, en vigor
desde el 12 de enero de 1951, pero sin remitirse a ella.

Dicha Convención establece en su artículo I que el delito de genocidio es un delito de derecho


internacional, ya sea cometido en tiempo de paz o en tiempo de guerra. El artículo II estipula
que se considera genocidio "cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados
con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso
como tal: a) Matanza de miembros del grupo; b) Lesión grave a la integridad física o mental de
los miembros del grupo; c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia
que hayan de acarrear su destrucción física, total o parceal; d) Medidas destinadas a impedir
los nacimientos en el seno del grupo; e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo".
Asimismo, el artículo III dispone que " Serán castigados los actos siguientes: a) el genocidio; b)
la asociación para cometer genocidio; c) la instigación directa y pública a cometer genocidio;
d) La tentativa de genocidio; e) La complicidad en el genocidio".

La definición sobre este crimen redactada en el artículo II de la Convención para la Prevención


y Sanción del Delito de Genocidio, de 1948, es la misma que se encuentra reproducida en los
Estatutos de los Tribunales ad hoc para la ex Yugoslavia y para Ruanda.

El Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, en el caso Jelisic (The Prosecutor v.


Goran Jelisic, Case Nº IT-95-10-T, Judgement, 14-XII-1999), entendió que los principios de la
Convención de 1948 para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio constituyen el
derecho internacional consuetudinario y que la prohibición de cometer dicho crimen tiene la
naturaleza de ius cogens en razón de su extrema gravedad.

De esta manera, el artículo 6 del Estatuto establece que:

"A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por "genocidio" cualquiera de los actos
mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a
un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal:

a) Matanza de miembros del grupo;

b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;

c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su


destrucción física, total o parcial;

d) Medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo;

e) Traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo".

La definición que se ha dado a este delito ha sido restrictiva ya que no se ha incluido en la


misma ni la persecusión política, ni la social o ni tampoco de cualquier otra índole.

La Asamblea General de las Naciones Unidas cuando elaboró el proyecto de Convención en


1948 distinguió el genocidio del homicidio, especificando que el primero de ellos es una
negación del derecho de existencia a grupos humanos enteros, mientras que el homicidio es la
negación a un individuo del derecho a vivir. Por lo tanto, el objetivo último del genocidio es el
grupo mismo.

4.3.2. Los Crímenes de lesa humanidad

Tras la Segunda Guerra Mundial, se adopta en agosto de 1945 el Acuerdo de Londres por
medio del cual se instituye el Tribunal Militar Internacional de Nuremberg para el
procesamiento y el castigo de los mayores criminales de guerra del Eje europeo. De los
crímenes de competencia del Tribunal formulados en su estatuto, los crímenes contra la
humanidad ha sido la figura más novedosa, a diferencia del crimen de guerra y el crimen
contra la paz, que tenían cierta tradición.

Aunque este delito no había sido codificado, sus antecedentes se encuentran en la Declaración
de San Petesburgo de 1868 por la que se prohibía el uso de cierto tipo de balas explosivas y
expansivas en tanto que "contrario a las leyes de la humanidad"; en la claúsula Martens
incorporada a las Convenciones de la Haya de 1899 y 1907; en la Declaración formulada por
Francia, Gran Bretaña y Rusia en 1915; o en el informe de la Comisión instituida al término de
la Primera Guerra Mundial, en 1919.

El artículo 6 c) del Estatuto de Nuremberg tipifica la figura de los crímenes de lesa humanidad
como "... el asesinato, exterminio, sometimiento a esclavitud, deportación u otros actos
inhumanos perpetrados contra toda población civil, antes o durante la guerra, o
persecuciones por motivos políticos, raciales o religiosos, en ejecución o en conexión con
cualquier crimen de la competencia del tribunal, sean o no una violación de la legislación
interna del país donde hubieran sido realizados". Asimismo, se establecía en el último párrafo
del mismo artículo que " los dirigentes, organizadores, instigadores o cómplices que tomaron
parte en la elaboración o en la ejecución de un plan concertado o de un complot para cometer
cualquiera de los crímenes precedentemente definidos son responsables de todos los actos
cumplidos por las personas que ejecutasen tal plan".

Al analizar las sentencias del Tribunal de Nuremberg, se evidencia que en la aplicación de esta
figura sólo se reprimían esas infracciones cuando tenían una relación directa o indirecta con
la guerra.
Sin embargo, la Ley nº 10 del Consejo de Control para Alemania, promulgada el 20 de
diciembre de 1945, suprime el necesario nexo entre los crímenes de lesa humanidad con los
crímenes contra la paz y los crímenes de guerra, y no incluye la expresión " antes o durante la
guerra". Si bien se trata de una ley de alcance nacional, esta ha contribuído en la posterior
ampliación en la definición de los crímenes de lesa humanidad.

En los Estatutos de los Tribunales Penales Internacionales ad hoc también se observan ciertas
diferencias en la definición del crimen de lesa humanidad.

En el Estatuto del Tribunal para la ex-Yugoslavia en el artículo 5 donde se define este crimen,
se establece la capacidad de responsabilizar a un individuo por los crímenes que se señalan,
siempre y cuando hayan sido cometidos contra la población civil de forma masiva y
sistemática durante un conflicto armado, interno o internacional. La Sala de apelaciones en el
Asunto Tadic ( case Nº IT-94-1-AR72, 2 de octubre de 1995), entendió que al exigirse la
prueba de la existencia de un conflicto armado, restringe así el alcance del concepto
consuetudinario del crimen contra la humanidad que se había consolidado desde las
Sentencias del Tribunal de Nuremberg, y concluye que no es necesario establecer un nexo
entre los críemens de lesa humanidad y los crímenes contra la paz o los crímenes de guerra.

En el Estatuto del Tribunal para Ruanda, si bien la lista de críemens que se incluye es la misma
que para el anterior, la diferencia radica en cuanto no se exige que estos sean cometidos en un
conflicto armado y especifica, que dichos crímenes deberán perpetrarse " como parte de un
ataque generalizado o sistemático contra la población civil por razones de nacionalidad o por
razones políticas, étnicas, raciales o religiosas".

El concepto preciso de los crímenes de lesa humanidad se establecen definitivamente en el


marco del Estatuto de la Corte Penal Internacional, ya que hasta su elaboración el concepto de
estos crímenes seguía siendo vago.

El Estatuto de Roma, en el artículo 7 dispone que:

"A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por "crimen de lesa humanidad" cualquiera
de los actos siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático
contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque:

a) Asesinato;

b) Exterminio;
c) Esclavitud;

d) Deportación o traslado forzoso de población;

e) Encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación de normas


fundamentales de derecho internacional;

f) Tortura;

g) Violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada


o cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad comparable;

h) Persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos,


raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género definido en el párrafo 3, u otros
motivos universalmente reconocidos como inaceptables con arreglo al derecho internacional,
en conexión con cualquier acto mencionado en el presente párrafo o con cualquier crimen de
la competencia de la Corte;

i) Desaparición forzada de personas;

j) El crimen de apartheid;

k) Otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente grandes


sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o física".

A diferencia de la definición del delito de genocidio, el concepto de crímenes de lesa


humanidad sufre una serie de innovaciones en relación con la definición que se encuentra en
los estatutos de los Tribunales Penales Internacionales para la antigua Yugoslavia y para
Ruanda. En estos últimos estatutos se establece dentro de los crímenes sexuales sólo a la
violación como una de las formas de cometer crimen de lesa humanidad, mientras que en el
Estatuto de la Corte Penal Internacional se estipula que la esclavitud sexual, la prostitución
forzada, el embarazo forzado, la esterilización forzada u otros abusos sexuales de gravedad
comparable serán también considerados como crímenes de lesa humanidad. Asimismo, el
artículo 7 agrega la desaparición forzada de personas y el crimen del apartheid dentro del
crimen de lesa humanidad.

Por lo expuesto, cabe destacar, que la definición deja abierto el concepto de los crímenes de
lesa humanidad, ya que al final del artículo especifica que también serán considerados dentro
de esta tipificación a otros actos inhumanos.

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