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Le garçon de mon quartier

Ils ont le regard dur Et moi, je vais prier


Dans de grands yeux de faon La Madone aux yeux fermés
Une arme à la ceinture Impassible sous les fleurs
Et des gestes d'enfants Et sous son voile de douleur
Ô Saint Vierge des Tueurs
Ils portent le maillot J'aime à croire que tes pleurs
De leur joueur préféré Sont pour tes fils abandonnés
Et tatoué sur la peau Les garçons de mon quartier
Un Christ ensanglanté
Parmi eux, j'en aime un
Nuit et jour en maraude Un ange de beauté
Ils vivent de fumée On dirait un gamin
Et de diverses fraudes S'il n'était dévoyé
Les garçons de mon quartier
Trafiquant et sicaire
Et moi, je vais prier Et parfois prostitué
La Madone aux yeux fermés Je ne donne pas cher
Impassible sous les fleurs De sa peau adorée
Et sous son voile de douleur
Ô Saint Vierge des Tueurs Alors je serai veuve
J'aime à croire que tes pleurs Avant d'être mariée
Sont pour tes fils abandonnés C'est là la triste épreuve
Les garçons de mon quartier Des filles de mon quartier
Ils portent le prénom A quoi bon te prier
D'acteurs américains Belle madone au cœur fermé
S'il suffisait d'un nom Impassible sous les fleurs
Pour changer de destin Et sous ton voile de douleur !
Ô Sainte Vierge des Tueurs
Mais Nelson ou Brian Combien faut-il qu'il en meure
Prendront à la sauvette Pour que tu daignes regarder
Ivres de marie-jeanne Les garçons de mon quartier ?
Une balle dans la tête
Ô Sainte Vierge des Tueurs
S'ils disent que "demain" Verse un peu de douceur
Est un mot inventé Sur les cadavres jeunes et beaux
C'est qu'ils n'espèrent rien De los chicos de mi barrio!
Les garçons de mon quartier

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Canción interpretada por Juliette Noureddine, incluida en el álbum Mutatis mutandis en 2005. Vidéo clip
disponible en : https://www.dailymotion.com/video/xsqht

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La violencia en la literatura sicaresca colombiana
«La realidad nuestra ha llegado a un punto de ser tan exagerada, tan absurda, que ya no
tienes que modificarla para que parezca mágica»

Jorge Franco2

Introducción:
I. Aproximación al concepto de violencia
A) Colombia: dos siglos de violencia, sangre y muerte
B) La anomia en la sociedad colombiana
C) Nacimiento de un género literario

I. Particularidad contextual, geográfica y literaria de la obra sicaresca


A) Medellín en los años 90: epicentro del terror (emergencia de los carteles de la droga y de
pablo escobar como “el patrón del mal”)
B) El fenómeno del sicario
C) Transcripción literaria de la realidad

II. Análisis estructural y valoración estética de los textos sicarescos:


A) Rosario tijeras y La virgen de los sicarios (juicios morales en la realidad y en la literatura)
B) Análisis de la violencia en la novela sicaresca
C) Proyecto comercial, social o literario?

Conclusión

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Entrevista a Jorge Franco por Rodrigo Rojas en www.elboomeran.com, revista dossier N° 27, consultable en:
http://www.elboomeran.com/upload/ficheros/noticias/04.23_franco.pdf

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La violencia en la literatura sicaresca colombiana
“Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el
campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.” 3

La violencia como manifestación física, psicológica o verbal, del ser humano hacia el ser
humano, ha existido desde los orígenes de la humanidad. Si partimos de la base que un texto
fundador como la Biblia reseña el origen de la creación, encontraremos entonces que en sus
primeras líneas, más precisamente el capítulo del Génesis, se retrata con precisión el primer
asesinato que la historia del hombre ha podido registrar.
La muerte de Abel en manos de Caín, no sólo se constituye como la primera manifestación de
odio, rencor y celos de la historia humana, sino también como el primer caso de fratricidio. Lo
que resulta interesante resaltar de este particular incidente, es que el asesinato de Abel por parte
de su propio hermano no fue un hecho inspirado por un evento similar anterior. En otras
palabras, la biblia no registra que Caín pudo haber sido testigo de un acto semejante, ni siquiera
haber sido influenciado por testimonios o comportamientos semejantes al suyo, antes de
convertirse en el primer criminal de la historia. Su conducta o instinto asesino, se puede definir
entonces como un impulso genuino llevado a su máxima expresión.

El Caso de Caín no representa sin embargo un interés particular al campo de la criminología ni


al de la criminalística puesto que de toda evidencia se conocen los pormenores que lo empujaron
a cometer dicho acto y la manera como lo perpetró. Ahora, si la biblia busca a través de este
pasaje dar una enseñanza a través de la calidad y sinceridad de la ofrenda (espiritual o material)
que se le ofrece a Dios, desde el punto de vista antropológico, sociológico y filosófico este
suceso no deja de suscitar interrogantes; entre otros tenemos: ¿es el hombre violento por
naturaleza?, ¿guarda el ser humano una herencia genética que lo impulsa a ser violento? Si es
así, ¿puede el hombre algún día dejar de serlo, existe una cura?, si no ¿estamos destinados a ser
emetores y receptores de violencia por el resto de nuestros días?

Aunque nuestro trabajo no se inscribe en una vertiente filosófica, antropológica, sociológica, ni


religiosa, más bien literaria, consideramos vital –para desarrollar nuestro primer objetivo-
observar a través de estos diferentes prismas la manera cómo podemos abordar un estudio que

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Génesis cap. 4 :8

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nos aproxime a la comprensión del origen, desarrollo y manifestación de la violencia en una
sociedad específica, en nuestro caso, la colombiana.
Una vez alcanzada esta primera etapa, nuestro segundo objetivo es el de construir un canal
teórico que nos encamine a un análisis y una comprensión pormenorizada del complejo
contexto de violencia, sangre y muerte que ha impregnado la esfera social, política y cultural
de Colombia, por más de dos siglos de su historia.
Por último, nuestro tercer objetivo es reagrupar las dos primeras etapas de nuestro análisis, en
el estudio de la incorporación de la violencia en la literatura colombiana, específicamente en la
novela Sicaresca.

Por todo lo anterior y con el objetivo de encauzar nuestra reflexión, consideramos pertinente
preguntarnos entonces en qué medida es posible establecer una valoración estética de la
violencia reseñada en el corpus de novelas escogidas: Rosario tijeras y La virgen de los
sicarios. Adicionalmente, resultaría conveniente interrogarse sobre el o los objetivos (político,
sociológico, cultural, literario?) que pretende alcanzar dicha estrategia.

De esta manera, en nuestro primer capítulo expondremos un panorama histórico de la violencia


en Colombia, el impacto que este fenómeno ha tenido en la sociedad colombiana y la manera
como dicha problemática ha influenciado el nacimiento de un nuevo género literario.

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A) Colombia: dos siglos de violencia, sangre y muerte
“…Colombia, entre tanto, se nos había ido de las manos. Éramos y de lejos el país más
criminal de la tierra, y Medellín la capital del odio. Pero estas cosas no se dicen, se saben”4

Esta cruda constatación de la realidad colombiana, es hecha en la esfera de la ficción por el


narrador-personaje principal de la obra La virgen de los sicarios (que analizaremos más
adelante), del escritor colombiano Cesar Vallejo, publicada en 1994. Esta percepción esbozada
por este personaje pone de manifiesto la desazón y la desesperanza que muchos colombianos
experimentaron en la década de los noventa, en pleno auge de la violencia sicarial, de los
carteles de la droga y de la confrontación del gobierno con los diferentes grupos armados al
margen de la ley (Las guerrillas FARC-EP, ELN, EPL y los grupos paramilitares conocidos
como autodefensas o AUC). Ahora, cabe preguntarse cómo un país que cuenta con más de
cuarenta millones de habitantes llega a tal punto de violencia, donde la muerte, la guerra y la
destrucción son el pan de cada día.

Para responder de manera objetiva a estos interrogantes, debemos sin lugar a dudas remitirnos
al génesis de la historia política y social de Colombia desde los años 1800, periodo en el cual
los primeros conflictos ven el día en este país sudamericano.
Según lo reseña el historiador Fabio Zambrano, en un archivo histórico de la versión electrónica
de la revista Semana5, las guerras en este país iniciaron en el año 1839 y se prolongaron hasta
1902. Esta fase de conflictos y de muerte hemos optado por denominarla como el “primer ciclo
de sangre” en la historia bélica de Colombia.

El primer conflicto registrado por Zambrano se conoce como “La guerra de los supremos” y
tuvo lugar entre 1839 y 1842. Cabe destacar que el país en aquella época se conocía bajo el
nombre de “Nueva Granada” (1832-1861). Este conflicto abriría las puertas a una polarización
bipartidista emprendida por los partidos predominantes de la época; Liberal y Conservador.
El segundo conflicto reseñado por el historiador colombiano se conoce como la guerra civil,
cuyo inicio se dio en 1860 y se prolongó hasta 1861. En este conflicto se ahondaron aún más
las divisiones entre los partidos tradicionales antes mencionados.

4
VALLEJO, F., (1994), La virgen de los sicarios, Colombia: punto de lectura.
5
ZAMBRANO, F., (2010, 12 de julio). Las guerras civiles. Semana. Recuperado de
https://www.semana.com/especiales/articulo/las-guerras-civiles/109028-3

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El tercer conflicto estalló en 1876 y se extendió hasta 1877, perpetuando todavía las divisiones
bipartidistas. Cabe destacar que entre 1862 y 1863, Colombia pasó a llamarse Confederación
Granadina y entre 1863 y 1886, Estados Unidos de Colombia.
El cuarto y último conflicto de esta primera fase bélica de la historia colombiana se conoció
como “la guerra de los mil días” y se inició en 1899 hasta 1902. En 1886, ya el país había
adoptado el nombre con el cual se le conoce actualmente; Republica de Colombia.

Este periodo de guerras y conflictos internos del pueblo colombiano, que hemos denominado
como el “primer siclo de sangre”, pone de manifiesto las tensiones y divisiones exhibidas por
los partidos más representativos de la sociedad de la época. Tanto liberales como
conservadores, se vieron envueltos en esta primera fase de enfrentamientos cuyo propósito
principal era la obtención del poder y la dirección del país. No obstante, y muy a pesar de las
consecuencias nefastas de la guerra (muerte, desolación, hambre, pobreza), esto se constituiría
como el inicio de una oscura historia marcada por la perpetuación del conflicto armado interno
en el país.
A continuación, veremos de manera más detallada y precisa lo que hemos denominado como
el “segundo ciclo de sangre” de la historia de Colombia, el más grave y nefasto de toda su
historia, el cual, consideramos ha influenciado de manera directa el nacimiento de la literatura
sicaresca.

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