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EL INDIVIDUALISMO PROPIETARIO

hasta su negación y reducción a contingencia sin norma y sin forma.


Es a pa~ir de aquí cuando debemos preguntarnos si la polaridad
constitutiva de la modernidad se ha agotado definitivamente.
En el mismo contexto se sitúa probablemente la paradoja del
monoteísmo. Se pregunta Henry Corbin: Capítulo 4

Si la influencia planetaria de Occidente corre pareja al decaimiento DEL INDIVIDUALISMO PROPIETARIO


de l<?s derechos de la individualidad, ¿cómo es posible caracterizar a AL INDIVIDUALISMO DE MASAS
OcCidente como lugar de «santificación de lo individual»? 35 •

l. El escenario y las representaciones: el renacimiento del individuo

¿Qué significa, desde el punto de vista del individuo, la desaparición


del sujeto y, antes aún, su constitución en principio ordenador?
Nos encontramos frente a una institucionalización de la vida hu-
mana sin precedentes. Nunca como en esta fase el hombre está acosa-
do por reglas, incluso en los ámbitos más privados de su vida, en los
más tradicionalmente íntimos. Pensemos en el aborto, en los tras-
plantes, en el afán en torno al moribundo para convencerlo de que
disponga de su propio cuerpo; o pensemos también en quienes son
mantenidos con vida mediante máquinas ultrasofisticadas, en la euta-
nasia, en la muerte publicitada por las cámaras de televisión. Los
casos extremos del nacimiento y de la muerte, que antes parecían 1
acontecimientos totalmente privados, en el sentido de la individuali- 1
dad y la intimidad, hoy están objetivados y regulados hasta el más
mínimo detalle. Más en general, estamos frente a una sociedad y un \ é
sistema que aparentemente responden a cualquier «necesidad» pro-
duciendo una institución que se ocupe de ella. Todo ello se traduce
en una articulación diferenciada y extremadamente compleja de sta-
tus, de roles, de figuras formales: el estatuto del minusválido, del
enfermo, del pensionista, del desempleado que cobra un subsidio,
etc. Estamos rodeados de reglas como nunca: hasta el tiempo libre ~
está reglamentado.~Organizamos una cacería pero sabemos que los 1
faisanes han sido alimentados con productos químicos y que proba-
blemente han llegado al campo la tarde antes de nuestra llegada al
hotel, o incluso puede que hayan viajado con nosotros. Las vacacio-
nes son planificadas, de masas; se tiende cada vez más a establecer el
:s . Sobre individualismo y monoteísmo, ver H. Corbin, 11 paradosso del monoteismo,
Manetn, Casale Monferrato, 1986.
espacio verde, el mar o la playa que necesita cada uno (naturalmente,
ello no impide que los bosques de Suecia estén amenazados de muer-

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te por la lluvia ácida) 1• La tendencia inmanente a las grandes cons- De este modo, la sociedad ha producido un hecho nuevo, por
trucciones del sistema es la de producir «programas condicionados» decirlo en términos sintéticos, ha eliminado la contingencia fuerte,
que prefiguran las alternativas a las que el hombre se puede referir y ha hecho cposible una enorme contingencia débil, difusa en el siste-
que hoy abarcan toda la gama de lo «posible». Lo posible explota ma; porque es un sistema flexible, elástico, móvil, y trae a la mente la
dentro de este sistema, y en cierto sentido lo gobierna 2 • persecución por los pasillos de El año pasado en Marienbad: una
Al frente de este proceso se sitúa un Estado que, aun estando totalidad sin punto arquimédico, sin centro. Todo esto es ya bastante
extremadamente ramificado e introducido en la organización de la contradictorio con la visión bipolar de hombre y Estado, de indivi-
vida civil, aun produciendo aparatos, instrumentos e instituciones, duo y Estado, con la que los juristas construyeron las categorías del
cada vez es menos capaz de ser Estado, punto de referencia e interlo- derecho moderno.
\ cutor del individuo-sujeto. Y no sólo porque están en crisis el parla-
N os encontramos frente a un sistema que se hace cada vez más
mento y las instituciones representativas, sino porque el Estado ha complejo, articulándose, ramificándose, moviéndose como un enor- ~
perdido la que en cierto sentido era su connotación más fuerte, es me pulpo, y que controla una tasa de contingencia, es decir, de im-
decir, «el ojo panorámico», el monopolio del ojo público. El Estado previsto, sin precedentes; un sistema que, sin embargo, y p_recisa-
ya no ve, ha perdido la capacidad de ver. ¿y por qué? Porque, por mente por su capacidad de articularse, excluye el gran imprevisto: la
ejemplo, todo el problema de la información se le ha escapado de las revolución, en tanto retorno a la unidad originaria o como progreso
manos. Se le ha escapado la oferta de la información, la transforma- hacia la libertad, es suprimida como noción y como concepto.
ción de la información e incluso sus redes, ya que el proceso de las Este sistema parece presentarse como una potencia supra indi-
redes tampoco garantiza el control de ninguno de los momentos rea- vidual, pero ni holística ni estatal, y sin embargo produce una extr~­
les de la información. ña contradicción: el individuo está al mismo tiempo sobredetermi-
Frente a este Estado que ve cada vez menos, aunque funcione, nado e indeterminado. Cada uno de nosotros está clasificado,
opere o intervenga, los aparatos institucionales alcanzan poco a poco encuadrado, sistematizado (es imposible pensar en una determina-
niveles crecientes de complejidad. Se habla mucho de complejidad ción tan rica y plural del individuo), y sin embargo si suprimimos
como de una noción epistemológicamente relevante en la compren- determinaciones, roles, status, etc., no queda nada, ninguna cuali-
sión de la modernidad 3 • Si tuviéramos que preguntarnos si la comple- dad consigue definir al hombre. El hombre, como se ha dicho tal vez
jidad denota una tendencia holística o individualista, no sería fácil con cierto énfasis, es ya un vacío, un lugar vacío. Ciertamente han
responder con cierta claridad. Es una sociedad extrañamente totali- sido suprimidos lugares y espacios de la identidad originaria del in-
zada, pero en una forma que no conoce el espíritu comunitario; ni dividuo creativo.
siquiera es unidimensional como el Estado capitalista de la escuela de En efecto, hoy ha sido suprimido casi en su totalidad el control
Francfort. del imaginario, la fantasía, la imaginación, que históricamente fue el
Se puede recurrir a una metáfora. Es como si hubiera muchas terreno de la formación de la individualidad como experiencia, como
mesas de juego, pero las mesas están dispuestas una detrás de otra; experiencia inmediata y directa, capacidad de acumular conocimien-
mientras los jugadores juegan siempre en la mesa que tienen delante tos y traducirlos en palabras 4 • El imaginario está hoy totalmente or-
y en la que tienen detrás, la mesa que tienen delante juega a su vez ganizado y controlado hasta el punto de cubrir incluso la anticipa-
con la que tienen detrás, y nunca se consigue hacerse con la banca, ción de lo que podría ser la catástrofe mundial, la guerra total. La
porque ésta se nos escapa en una secuencia infinita de mesas que transposición fantástica computerizada ha suprimido casi en su tota-
juegan entre sí además de con las mesas que hay a ambos lados de los lidad la experiencia verdadera, viviente.
jugadores. En un nivel próximo a éste, también ha sido suprimido aquello
de lo que siempre ha vivido la humanidad moderna: la noción de
l. A. Leroi-Gourhan, Il gesto e la parola, vol. 2: La memoria e i ritmi, cit., pp. 469 ss.
futuro.
2. M. Ceruti, «LJ. hybris dell'omniscienza e la sfida della complessita», en AA.VV., La
sfida della complessita, Feltrinelli, Milano, 1985, pp. 30 ss.; Id., Il vincolo e la possibilita, Ciertamente, habría m~ho que razonar sobre el hecho de que la
Feltrinelli, Milano, 1986, con más bibliografía. noción de futuro esté históricamente conectada, en la sociedad mo-
3. G. Polizzi, <<Modi di sapere, oltre la modernita», en AA.VV., Etica e linguaggi della derna, con un gran sentimiento de culpa. La culpa de haber roto un
complessita, cit., pp. 13 ss.; A. Zuccotti, Complessita e comunicazione in N. Luhmann, cit., p.
23. Sobre las implicaciones politológicas de la categoría de complejidad, ver D. Zolo, «l rischi vínculo con una historia natural, un vínculo que de algún modo ha-
evolurivi della democrazia»: Democrazia e Diritto 6 (1986), pp. 15 ss.; sobre teoría y análisis
social, ver M. Paci, «Il sistema della diseguaglianza di classe>>: Ibid., pp. 39 ss.
4. G. Agamben, Infanzia e storia, cit.

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bía sobrevivido a las distintas estratificaciones sociales, y de haber ra sobre la desaparición del sujeto y del valor de la persona, sobre su
construido un «mundo completamente artificial». Se podría pensar definitiva traducibilidad a la lógica cuantitativa del cálculo económi-
que ahora la culpa ha sido exorcizada o que sobrevive sólo como co sobre sh ser solamente un apéndice del valor de cambio, nada más
aleatoriedad del sistema, ya que todos somos «precarios» y contin- qu'e un sujeto colgado del objeto que circula junto a la mercancía que
gentes. Pero la pérdida de futuro, la supresión de la revolución, sigue se lo lleva de paseo como quien lleva un amuleto.
siendo un hecho que incide profundamente en la formación de las Entonces, ¿qué relación existe entre el individualismo y este pro-
identidades individuales y colectivas: es el gran drama de las nuevas ceso de objetivación y masificación institucionalizada?
generaciones que se ven privadas de futuro de una forma que antes
nunca había ocurrido.
De todos modos se impone una pregunta: en el tiempo de la 2. El antihumanismo radical de la teoría sistémica
explosión de lo posible, ¿puede concedérsele todavía al individuo el y su singular sintonía con el pensamiento débil
crédito de poder reencontrar una vía de salvación que le devuelva la
creatividad del pensamiento y de la fantasía? ¿Es posible salir de la Niklas Luhmann replica que el sistema no es ni sistema de indivi-
lógica del «cálculo racional», que tanto ha contribuido a hacernos duos ni sistema de sujetos, ni sistema de megasujetos, sino un con-
llegar a este punto avanzado de la historia, y dedicarse a una filosofía, junt~ de nexos funcional_es que unen accione_:;, _tipología~ y estrate-
a una contemplación «inútil», en el sentido de lo no conmesurable gias de acción, que se articulan en una red mo:Il de subsistema_~· La
según los valores económicos? Y aún más, ¿es posible una salvación interdependencia sistémica ha alcanzado _ya m~ele~ d~ ~ompleJida_d \
de las masas, además de una salvación del individuo? El problema tales como para hacerse invisible a cualqmer sujeto mdividual; nadie
consigue percibir la totalidad de las conex~ones sistémic~s • .
6
tiene dimensiones trágicas: ser «sujetos» en la polis griega no debía
ser difícil, aunque se tuviera que pagar el precio de la esclavitud y de El individuo no es ya capaz de dar sentido a sus propias acciOnes,
la guerra. Pero nosotros somos un planeta de miles de millones de ha producido un extrañamiento cons~itutivo qu~ le restituye el «sen-
hombres: con estas dimensiones, ¿es posible una salvación en térmi- tido» desde el exterior (un «don» del sistema). Mientras que en la lec-
nos de individualidad, que no alcance sólo a algunas grandes indivi- tura precedente, el extrañamiento todavía estaba asociado al proces~o
dualidades sino que también llegue en profundidad a las masas? de alienación, y por tanto era visto como un disvalor, la antropologia
Hoy nos encontramos frente a dos representaciones distintas del que está en la base de la teoría sistémica y la epistemología corr~spon­
escenario y del proceso que hemos intentado describir con breves diente asumen en cambio el extrañamiento como un dato positivo.
pinceladas. Una representación nos vuelve a proponer la cuestión del Paradójicamente, sólo el extremo extrañamiento pare~e devol-
individualismo, del renacimiento del individualismo. Se exaltan el ver la libertad al individuo. La premisa es que la antropologia moder-
retorno y la revancha del individuo; un individuo que se autocon- na ya no puede ignorar lo que nos dicen las ciencias_ naturales, la
templa y se gratifica, que encuentra el placer de sí; un individuo nar- biología, etc.; la característica del hombre es la carencia_: el hombre
ciso, un «yo libidinal y amorfo», dedicado al placer y a la autogratifi- es un ser carente, privado de un código de comportamiento que le
cación. También emergen hechos concretos: la revuelta contra el permita comportarse como todos los otros animales vivos (como ve-
fisco, la ruptura de antiguos vínculos de solidaridad, la competencia remos mejor más adelante). .
por el éxito económico y en la profesión; y no faltan los teóricos de Esta carencia deja al hombre extremadamente expuesto al peligro
los nuevos derechos naturales, como Villey y Hayek5 • Hoy se habla del mundo que le rodea; para liberarse de la esclavitud del mundo que
de neoindividualismo precisamente para subrayar un fenómeno de le amenaza con su fluida peligrosidad, con su múltiple acontecer, el
gran envergadura que denota una fuerte r~cuperación de los valores hombre sólo puede levantar una pantalla entre él y el mur:do, po_ner
constitutivos de la individualidad, tales como: autonomía, creativi- entre lo orgánico y él mismo el máximo de inorgánico pos~Ib!e: la ms-
dad, gusto por el riesgo, principio de autodeterminación. titución. La institución es la salvación del hombre bwlogicamente
Contrapuesta a éste énfasis en el yo, existe una vastísima literatu- carente· ella constituye la p:mtalla necesaria, produce un mundo inor-
gánico; artificial, protege al hombre y le da seguridad. El in_cremento
5. F. A. von Hayek, Derecho, legislación y libertad, Unión Editorial, Madrid, 2 1983.
de extrañamiento -la objetivación- sirve para poner baJO control
Sobre el neoliberalismo en sus diversas manifestaciones, véase, entre otros, M. R. Friedmann,
Libertad de elegir, Grijalbo, Barcelona, 5 1992; N. Bosanquet, La rivincita del mercato, trad. it., 6. N. Luhmann Stato di diritto, cit. Sobre el antihumanismo de Luhmann y su visión
Il Mulino, Bologna, 1985. Sobre el neoiusnaturalismo, ver M. Villey, La formazione del pensiero de la sociedad moderna, 'ver B. Accarino, «Genealogia della morale e reorie dei sistemi. L'etica
giuridico modemo, trad. it., Jaca Book, Milano, 1986, con introducción de F. D'Agostino. di Luhmann>>: Aut-Aut (1983), p. 93.

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toda la contingencia posible y asimilarla en cierto modo a las estrate- En la fase actual, el refuerzo de las condiciones materiales de la
gias de las posibilidades sistémicas; sólo así consigue el hombre la se- existencia humana, que ha conseguido resultados sin precedentes,
guridad (la seguridad de sobrevivir). Precisamente por esto, la técnica hace posible la liberación de estas formas de absolutización y la
~ es la verdadera vocación biológica del hombre: la técnica permite au- acentuación del margen de discrecionalidad de los valores y de las
1 mentar al máximo la distancia entre él y la naturaleza, construir un normas sociales. El desarrollo económico y técnico ha pasado a ser la
verdadero y propio diafragma, constituido por el sistema económico- condición material de un pluralismo imposible de otra manera o, en
tecnológico, por fin capaz de funcionar por sí solo 7 • todo caso, peligroso para la misma supervivencia del hombre. Preci-
La organización técnica de la sociedad ha suplantado todo tipo samente, es así como se realiza la continua relativización de las for-
de organización humana, e incluso ha superado las contradicciones mas de cultura y de mediación. El pensamiento débil, en tanto que
entre organización capitalista y organización socialista del trabajo y experiencia de los límites del pensamiento mismo_, se presenta _b~j_o
de la producción. La producción es un hecho técnico, organizado este perfil como el adversario declarado de cualqmer forma defmiti-
técnicamente. Se ha venido formando un sistema compacto que une va de mediación y de absolutización del orden social.
en un todo la economía, la técnica y la ciencia aplicada y que guía El arribo de la cultura científica y del sistema social a formas de
gran parte de los comportamientos humanos. organización de los conocimientos y de los principios reguladores,
Todo esto se expresa mediante distintas formas de consciencia. fundamentados en el pluralismo de los valores y de las culturas, re-
La «fuerte organización de la sociedad» encuentra su correlato, a mi presenta el verdadero cumplimiento de la transición de la él?oca ab-
parecer, no sólo en la teoría social de los sistemas, que hoy ha invadi- solutista a la democrática. Sólo en la fase actual puede decirse que
do hasta el sentido común, sino también en lo que ha sido presentado definitivamente se cumple la ruptura entre la sociedad tradicional y
como «pensamiento débil». la moderna: es decir, el abandono de toda visión de la sociedad fun-
La otra cara de «este sistema» es, precisamente, el pensamiento dada en concepciones cosmológicas del mundo y la aceptación defi-
débil, el pensamiento de la crisis de la modernidad. Éste afirma no nitiva de una visión descentrada y pluralista.
tener ningún fundamento, ningún principio de verdad sobre el que El signo del cumplimiento de la modernidad hay que encontrarlo
apoyarse; precisamente por eso no está capacitado para imponer so- precisamente en esta proliferación de esferas diferenciadas de valo-
luciones duraderas. Por lo demás, hay quien hace una aplicación res que funcionan sobre bases individuales pero contingentes. . / .
política del pensamiento débil, presentándolo como una conquista La teoría de los sistemas parece responder a este proceso histon-
evolutiva, ya que impide que existan culturas absolutas, determina- co-evolutivo con una completa y eficaz representación de las líneas
ciones absolutas, y por tanto, versiones totalizantes de la organiza- de desarrollo que han caracterizado el paso de la sociedad tradicional
ción sociaJS.
a la sociedad moderna. Precisamente en el volumen dedicado a la
La progresiva liberación de las exigencias primarias y del reino semántica social y a la estructura de la sociedad moderna, Luhmann
de la necesidad que el hombre ha conseguido con el desarrollo de la identifica el mecanismo generador de la modernidad en una comple-
técnica, hace posibles un pluralismo y una mutabilidad de los princi- ja metamorfosis del universo semántico y metafórico 10 •
pios reguladores que de otro modo no hubieran sido realizables. En particular, el principio de diferenciación soci_al_ de tipo es~ra­
Cuando la relación entre hombre y ambiente e-ra difícil y arries- tificado en que estaba organizada la sociedad tradiciOnal, ha s~do
gada por la escasez de recursos, no se podía permitir el lujo de dejar sustituido en la época moderna por una diferenciación social de t_Ipo
amplios márgenes de discrecionalidad a la iniciativa individual. El funcional. Esta permite la liberación definitiva de toda referencia a
comportamiento individual debía ser de cualquier modo absoluta- un centro unificador, a un principio jerárquico de unificación, y
mente previsible, y la mediación cultural er:1 «absolutizada» bajo for- poner el conjunto de los individuos vivos er: una relación de. pura
ma de naturaleza o de sagrado 9 • contingencia con el conjunto de los roles sociales y de las fun~10nes
que se articulan según las exigencias de funcionamiento del sistema
7. Gehlen, L'uomo nell'era della tecnica, cit.; Id. El hombre. Su naturaleza y su lugar en
moderno. ~
el mundo, Sígueme, Salamanca, 2 1987; sobre el pensamiento de Gehlen, ver los escritos de
Fadini y Tommasi ya citados. La evolución de la sociedad hacia la diferenciación funcional es, e-_~

8. Ver los autores citados en la nota 16 del capítulo 1, y y también F. Crespi, «Assenza
di fondamenro e progetto sociale», en AA. VV., Il pensiero debo/e, cit., p. 243.
en estos términos, un proceso de liberación de todos los individuos
de los sistemas de vínculos y de interdependencias personales antes
l
9. !bid. Sobre las relaciones entre modelos de racionalidad y abundancia o escasez, ver
C. A. Viano, «Le ragioni, l'abbondanza e le credenze», en A. Gargani (ed.), Crisi del/a ragione,
nuovi modelli sul rapporto fra saperi e attivita umane, Einaudi, Torino, 1973, pp. 303 ss.
10. N. Luhmann, Struttura del/a societa ... , cit.
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vigentes en la sociedad organizada según el principio de la estratifica- fuerza productiva y autonomía en la disponibilidad de la misma ha
ción social. sufrido una profunda transformación.
Paradójicamente, el sistema social basado en la diferenciación La propiedad moderna, en efecto, ha ido asumiendo cada vez
funcional consigue el máximo de libertad pensable precisamente por- más la forma de «roles», de puestos profesionales, de status a los que
que niega cualquier posibilidad de concebior al hombre o a la persona el individuo real debe adaptarse e incorporárselos como si se tratara
como valor y reduce la libertad a mera contingencia: el individuo de «máscaras». Las estructuras normativas de la acción están prede-
vivo es pura realidad factual frente a la cual se sitúa un sistema de terminadas por las estructuras de los roles con los que se espera que
acciones, de roles y de funciones, con el que el individuo puede en- se conformen no sólo los trabajadores dependientes, sino toda la cla-
trar en relación alternativa y simultáneamente. se obrera y toda la sociedad 11 •
Trabajos, puestos profesionales, roles sociales son una trama den-
tro de la cual los individuos juegan su partida haciéndose cada vez más
1
3. Una hipótesis interpretativa: el individualismo de masas diferenciados y heterogéneos pero al mismo tiempo más semejantes.
es el cumplimiento del individualismo posesivo La imagen liberal clásica de la individualidad propietaria ha sido sus-
(la coincidencia de individualismo y masificación) tituida progresivamente por la propiedad de los objetos de consumo.
La libertad individual parece definirse en términos de libertad de elec-
Se podría decir que, justo cuando en la sociedad moderna la indivi- ción entre más objetos a consumir y que se ejerce indiferentemente
dualidad está prácticamente sobredeterminada mediante una arti- tanto respecto a los roles laborales, como respecto a los bienes expues-
culación de roles y de estatutos diferenciados que institucionalizan tos en un supermercado. En realidad, el individuo está desestructura-
las distintas funciones y organizan las distintas necesidades, precisa- do, definido en términos de espacios adquiridos mediante los roles y \
mente en la época en la que la unicidad del sujeto parece fragmen- los status que revelan una realidad mercantilizada tan verdadera como \,
tarse en una pluralidad de estatutos, simultáneamente se consigue lo son los procesos reales de producción material y de reproducción 1
la máxima indeterminación del individuo. El individuo, en efecto, social de la sociedad moderna.
no puede ser determinado ya por la figura unitaria del sujeto, titu- La forma moderna del trabajo, sus roles correspondientes, la for-
lar de pretensiones y de derechos, sino que al contrario, se distien- ma cada vez más mercantilizante de satisfacción de las necesidades, la
de en la multiforme realidad de la existencia a la que corresponden misma estructura de la vida política, pivotando sobre el elector, aca-
estrategias de acción que pone a su disposición un sistema altamen- ban en definitiva por suprimir la individualidad unitaria de la tradi-
te diferenciado. cional noción de «hombre». El individuo de carne y hueso no tiene
Precisamente esta aparente paradoja, según la cual la liberación una, sino tres, cuatro segundas naturalezas que se presentan como
del individuo de los vínculos de dependencia personal parece conse- otros tantos flashs.
guirse en el mismo momento en que la libertad deja de ser configura- Sin embargo, a pesar de esta transformación, el proceso de masi-
ble como un derecho o como una prerrogativa formal del sujeto jurí- ficación está fuertemente implicado en la concepción originaria del
dico, precisamente esta aparente paradoja, decimos, sugiere la hombre como sujeto jurídico y del principio de igualdad formal, es-
hipótesis de que la contradicción entre las dos evidencias de las que trechamente conectado con este tipo de subjetividad.
habíamos partido (la extraordinaria difusión del individualismo, por Ciertamente, es verdad que la aparente universalización del con-
un lado, y la desaparición del sujeto, por otro) constituye sólo una tenido más significativo de la subjetividad jurídica, o sea, el derecho
contradicción aparente: en realidad, entre el individualismo origina- de propiedad sobre las cosas, la actitud de poder disponer de las
l\ rio del derecho de propiedad privada y de la libre iniciativa y el indi- cosas a placer, ha producido en la práctica la pérdida de toda capaci-
J vidualismo (actual del consumidor) de masas del hombre narcisista- dad para determinar la forma de la subjetividad jurídica tradicional.
mente orientado hacia una infinita gratificación de sus propios Como abstractamente todo parece estar permitido a todos, no queda
deseos, existiría una relación de continuidad sustancial y se trataría ya margen para una determinación del estatuto del individuo basada
más bien de analizar mejor los pasos que han determinado la progre- en la titularidad del derecho de poder disponer de las cosas a placer.
siva transformación del individuo unitario, sujeto de derecho 5 en in-
dividuo-masa multiforme y fragmentado en la pluralidad de las nece- 11. J. O'Connor, Individualismo e crisi ... , cit., pp. 29· ss. y passim. Pero sobre la anomia de
\ sidades y los deseos. la sociedad moderna, ver de D. Riesman, La muchedumbre solitaria, Paidós, Barcelona, 1981.
En verdad, la idea originaria de propiedad como posesión de Sobre la suerte del hombre «domesticado», ver K. Lorenz, La decadencia de lo humano, Plaza &
Janés, Barcelona, 1985.

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La hipótesis es que el individualismo de masas, que aparente- ción de la secularización» 12 • Es con este planteamiento, por tanto,
mente conduce a la negación de la forma de la subjetividad jurídica, con el que hay que fajarse: una especie de «evolucionismo» implícito
es sin embargo una consecuencia del desarrollo de los principios or- en la teoría sistémica.
ganizativos inherentes a la concepción originaria del individualismo El punto de partida de este proceso parece poder encontrarse en
posesivo propietario de la moderna ideología burguesa. el desarrollo de los conocimientos científicos, en el campo de la física
En realidad, el individualismo indeterminado y de masas con el y de la biología, que habrían contribuido a modificar en profundidad
que hoy nos enfrentamos es el heredero de un individualismo hi- el estatuto del saber moderno. Los progresos conseguidos en estos
perdeterminado, o sea, del individualismo posesivo. Históricamente, campos han ido desmantelando la idea de un saber organizado en
el individualismo posesivo, que está en la base del pensamiento de torno a un único lugar regulador de cualquier conocimiento posible,
Hobbes y de Locke, desempeñó una función de ruptura del viejo en torno a un punto arquimédico a partir del cual todo conocimiento
orden, de gran apertura hacia la experiencia, hasta entonces inédi- tendría un inicio absoluto.
ta, de la libertad de los modernos, pero también condenó al hom- La epistemología de la complejidad es precisamente el estadio
bre a convertirse luego en un apéndice de la res, es decir, de la final de un proceso evolutivo del saber humano que definitivamente
propiedad. ha sancionado la imposibilidad de alcanzar en la práctica este lugar
Hay quien dice que la burguesía ha traicionado su tarea histórica, fundamental a partir del cual se construía el saber precedente 13 •
que ha logrado las condiciones de la abundancia pero que después no Esta profunda transformación se debería al proceso más general
ha creado una sociedad de la abundancia. Yo pienso que lo que ha de reintegración del observador en el campo de la observación. Esto
ocurrido es un cambio de fase. La propiedad se ha transformado, de es precisamente lo que hace posible una relación de coproducción
cualidad determinante (entendida en sentido fuerte como exteriori- recíproca, bien de la idea de azar, bien de la idea de necesidad. La
zación creativa, proyección espacial de la identidad individual), en reintegración del observador en la actividad de describir lleva a
principio organizativo del sistema. El sistema es quien es propiedad; reconsiderar como una relación circular la relación que se instituye
es el sistema el que produce ilimitadamente para el consumo y fuera entre sujeto y objeto, y no como una contraposición casi antagónica
de esto no conoce ningún otro criterio de organización de las relacio- en la que el objeto está por sí mismo frente a un sujeto absolutamente
nes humanas. La lógica de la cantidad, la prevalencia de los números, autónomo que se esfuerza por penetrarlo. A esta consideración se
la carrera desenfrenada hacia la cantidad: ése es el mundo del consu- debe la explicitación teórica de la inagotable circularidad de la rela-
mo de masas. Pero como las cantidades no identifican el sistema nos ción entre el observador y el sistema observado; en consecuencia,
devuelve un individualismo débil. Éste es el individu~lismo moder- pierde valor cualquier idea de límite natural entre sistema y ambien-
no, pero no porque el pensamiento sea débil, sino porque la organi- te, entre sujeto y objeto.
zación es fuerte y nos devuelve un individualismo en el que la única Esto determina una tensión esencial entre clausura y cambio, que
posibilidad de identificación del hombre es mediante el consumo. La atañe no sólo al trabajo de todo saber científico 14 , sino también al
propiedad se ha transformado de poder en consumo: el individualis- mismo funcionamiento del sistema social. La apertura es, en reali-
mo moderno es el individualismo del consumo. dad, el conjunto de los intercambios que el sistema instituye con el
ambiente, y, por tanto, es perfectamente compatible con la idea de
una clausura como organización del sistema mismo. La clausura cons-
4. Teoría sistémica y antropología negativa tituye el dominio de las interacciones en las que el sistema puede
entrar sin perder su propia identidad: por tanto, es la válvula de la
Este proceso, que pretendemos describir en términos absolutamente relación de equilibrio existente entre invariabilidad y cambio. La clau-
objetivos, es, sin embargo, el resultado de una decisión fundamental sura del sistema permite seleccionar los estímulos provenientes del
y constitutiva de la época moderna y de sus connotaciones sociales e
institucionales (que hemos descrito en los capítulos anteriores). 12. Sobre el evolucionismo de Luhmann, ver recientemente G. Polizzi, Madi di sapere ... ,
cit.
Aparentemente, los resultados a los que nos hemos referido pa- 13. Ver, entre otros, M. Ceruti, «La hybris ... », cit.; E. Morin, <<Le vie della complessidn,
recen la consecuencia de un proceso de autoconsciencia del saber, en La sfida del/a complessitd, cit.,~. 49; I. Prigogine, «L'esplorazione della complessita», !bid.,
que progresivamente ha ido liberando el conocimiento humano de p. 179.
14. Th. Kuhn, La tensión esencial, FCE, México, 1983. Sobre el problema de la relación
toda hipoteca metafísica. Se trataría, por tanto, de un efecto del me- entre continuo y discontinuo, ver los escritos de Marramao, Brandalise, Duso, etc., en Laborato-
canismo reflexivo que Luhmann designa con el término «seculariza- rio Politico 5-6 (1981), dedicado a «Catastrofi e trasformazioni>>.

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ambiente exterior a los que se les puede dar una respuesta adecuada: constituye, en e~ec~o, una superestructura bastante automatizada y
por tanto, define el campo de las posibilidades compatibles con la completamente mdiferente en el sentido ético-tradicional.
identidad del sistema y descarta las otras sin negar su existencia. Se cumple así la conjugación práctica del máximo extrañamiento
El sistema de intercambios define la compatibilidad entre la es- del hombre y de su efectiva liberación de los vínculos naturalistas
tructura del ambiente y la estructura del sistema, haciendo posible la concluyendo su reducción a «contingencia indeterminada». '
estabilidad del sistema frente a las continuas perturbaciones que pro-
vienen del ambiente exterior.
Precisamente en este terreno de la capacidad del sistema de neu- 5. El nexo que une la antropología negativa
tralizar las perturbaciones provenientes del exterior se sitúa la visión y la antropología individualista: el hombre como sujeto
más general que hay en la base de la teoría de sistemas y de la epis- de necesidades y el trabajo como objeto de un acto dispositivo
temología de la complejidad: la que ha sido denominada como an-
tropología negativa y que ha alcanzado la máxima explicitación teó- Si, por tanto, tenemos que situar la antropología negativa de Gehlen
rica en la reflexión y en los escritos de Arnold Gehlen. Según Gehlen, en la base de las formas teóricas mediante las que se vienen estructu-
el hombre es en efecto una incompletitud, una desproveimiento bio- ran?o la epistemología de la complejidad y la teoría de sistemas, es
lógico, ya que el hombre no tiene la especialización biológica instin- posible retomar el hilo que va del individualismo propietario origi-
tiva que caracteriza al resto del mundo animal. La plasticidad del nario al actual individualismo posesivo de masas, y se comprende por
hombre y la ausencia en él de un sólido vínculo instintivo lo empujan qué la_ expansión del individualismo de consumo y la desaparición
precisamente al terreno de un mundo marcado exclusivamente por del sujeto son sólo aparentemente contradictorias.
la dimensión de lo posible. Pero esta apertura al mundo de lo posible Ante todo, no puede dejar de llamar la atención la afinidad sus-
es también el signo de la debilidad estructural del hombre frente al tancial entre el planteamiento de la antropología negativa de Gehlen
exceso de posibilidades que el ambiente natural le ofrece. La falta de y la formulación de la antropología individualista con la que trabaja
1 determinación instintiva hace difícil la tarea fundamental del hom- Thomas Hobbes.
L-j bre: la supervivencia. La idea de orden como resolución del conflicto permanente, la
La historia del hombre es la historia de su progresiva liberación idea de orden artificial como producto del gran Leviatán de Hobbes
de las dificultades que derivan de su constitución plástica y a la vez ¿acaso no se basa en la inevitabilidad de la confrontación y de 1~
incompleta, de su peculiar condición biológica. Esto sucede, y ha guer;a. entre los deseos ilimitados de los ~ombr~s? La ruptura episte-'J-·
sucedido, a través de un largo progreso de educación. Si el ser huma- mologica de Hobbes (respecto a las teonas sociales que lo precedie-
no, para sobrevivir, debe estructurar su plasticidad, ello quiere decir ron), ¿no está acaso basada esencialmente en la reducción del hom-
que debe ser sometido a una disciplina de aprendizaje, que su acción bre a sujeto de necesidades y portador de deseos ilimitados?
debe pasar a convertirse en habitual, es decir, ocupada por reglas y La ruptura con la metafísica cristiano-escolástica y con el saber
normas rigurosas y predeterminadas. tradicional, ¿no viene representada por esta visión antropológica que
Paradójicamente, la liberación de su incompletitud biológica nace en definitiva tiende a configurar el espacio de lo económico como
y se lleva a cabo precisamente mediante el proceso de extrañamiento, terreno expansivo de una lucha continua por la posesión de los obje-
es decir, mediante el proceso de institucionalización de reglas y de tos? En el pensamiento de Hobbes, precisamente, el deseo ilimitado
formas de comportamiento objetivadas y detenninadas. El verdade- de poseer lanza al hombre en medio de una conflictividad permanen-
ro sujeto de la liberación del individuo es la institucionalización de te, de una guerra sin tregua. Y es la misma reflexión sobre los desór-
un sistema de reglas que permiten al hombre sobrevivir a la indeter- denes y sobre la guerra civil la que induce a Hobbes a construir el
minación plástica de su naturaleza biológica. orden como resultado de una decisión: el hombre puede salir de su
El progresivo debilitamiento del contacto directo entre el indivi- condición natural de desorden insertándose en un orden artificial
duo y el mundo natural es, por tanto, según Gehlen, un resultado sig- fundado en la decisión soberana del Leviatán 15 •
nificativo del progreso científico y técnico que hace posible la consti- El orden sistémico es el cumplimiento del proyecto del Leviatán,
tución de un sistema autónomo basado en la unión de ciencia, un orden artificial capq¡; de autolegitimarse y autofundamentarse
aplicación técnica y aprovechamiento industrial, liberando finalmen-
te al hombre de los vínculos derivados de su plasticidad originaria. La
15. Ver la introducción de O. Nicastro a la edición del Behemoth de Th. Hobbes, Laterza,
unión de ciencia, aplicación técnica y aprovechamiento industrial Bari, 1979.

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EL INDIVIDUALISMO PROPIETARIO DEL INDIVIDUALISMO PROPIETARIO AL INDIVIDUALISMO DE MASAS

basándose en una decisión inmanente al mismo principio constitu- «subjetividad jurídica». Pero el destino del sujeto es convertirse en
tivo de la sociedad de los hombres. La idea originaria de la que un «hecho», objeto de una norma que lo cualifica 16 •
Hobbes parte es en definitiva la reducibilidad del hombre a máquina; La cualificación del sujeto permanece siempre externa al indivi-
una idea que precisamente hace pensar en el individuo moderno ocu- duo. El sujeto está constituido por el derecho; no se da inmediata-
pado por reglas impuestas por las instituciones. La idea de la socie- mente en la realidad de la experiencia individual. El sujeto se estruc-
dad-máquina, del organismo-máquina y del cuerpo-máquina mues- tura como punto de referencia de un discurso específico: el discurso
tran su extraordinario parentesco con la concepción actual de la jurídico. Entre la forma del sujeto y la realidad del individuo se abre
sociedad como sistema autorreferencial y del individuo como estruc- un abismo.
tura contingente, que entra en relación con los terminales del sistema Sin embargo, la operación no es puramente lógica, no es una
de producción. simple secuela del idealismo decimonónico; es una respuesta operati-
El orden sistémico es en realidad la expansión planetaria del or- va a un problema práctico de una relevancia decisiva: ¿cómo situar el
den artificial de Hobbes. La artificialidad y la abstracción parecen trabajo en la moderna organización de la economía? Con la categoría
dominar hoy de forma irrebatible; paradójicamente, lo ábstracto pa-
rece haberse convertido en lo concreto del tejido conectivo de los
del sujeto general es posible pensar, por primera vez en la historia, f\
que la propia actividad laboral pueda constituir el objeto de un
individuos atomizados y unidos por las interdependencias sistémicas. contrato de intercambio. El trabajo se convierte en un objeto de
La supresión de la experiencia como contingencia incontrolada y derecho. Se trata de la idea que instituye la libertad del sujeto como
la neutralización del conflicto como signo de la enemistad y del de- poder de disponer de sí mismo: la forma elemental de la propiedad.
seo ilimitado se han cumplido a la vez. Esto -dice con razón Polanyi- es un gran artificio, una paradoja: la
El resultado no es reconducible, sin embargo, a una inevitable vida se convierte en objeto de relaciones mercantiles, la condición
evolución, ni al incesante desarrollo expansivo de la vocación técnica servil de quien trabaja bajo el poder de otros se transforma en acto de
de la estructura biológica del hombre, sino a la irrupción de actos y ejercicio de la propiedad sobre sí mismo, de la libertad de querer.
hechos decisivos que interrumpen la lenta continuidad del tiempo. Esta artificialidad nos hace comprender por qué la autonomía de
De este modo, toma cuerpo una enorme contingencia histórica do- lo económico sobre la que se sostiene la modernidad no es un hecho
minada y racionalizada por un potente pensamiento constructivo: la natural (como la representaron los primeros pensadores) sino el pro-
victoria de la burguesía sobre las antiguas clases aristocráticas y la ducto de una decisión política, de la elección política de dar vida a
construcción de un nuevo orden de la sociedad nacida de la «revolu- una sociedad nueva, distinta. La consciencia de una ruptura, de un
ción». salto, de un giro histórico es constitutiva de la idea de un mercado
Encontrar este hilo de continuidad entre el pensamiento de general como modo nuevo de satisfacción de las necesidades, respec-
Hobbes, Locke y Smith y la concepción actual de la antropología to a los sistemas de satisfacción ligados a organizaciones personales y
negativa, del hombre como «incompletitud>>, no es una simple opera- jerárquicas, a formas de subsistencia y de reparto según privilegios y
ción arqueológica, sino un intento de reencontrar los «puntos fuer- concesiOnes.
tes» a partir de los cuales el proceso de la modernidad se desarrolla Sin embargo, la asunción del trabajo en las relaciones de mercado
hasta el resultado actual de la «desaparición del sujeto». y la construcción del mercado general de los propietarios libres, de
Ahora el punto fuerte, la decisión estratégica constitutiva de la los sujetos iguales -en suma, el individualismo propietario de Loc-
modernidad es el modo en que se estructuran la relación y la dialéc- ke- no habrían «sucedido» sin el individualismo absolutista de
tica entre subjetividad abstracta e individualidad empírica. El modo Hobbes, sin la fuerza de un Leviatán capaz de traducir la situación
de considerar la subjetividad como abstracción del individuo permi- natural del conflicto y de la guerra civil en el gran orden artificial del
te pensar en un orden de las formas jurídicas en el que todos son derecho positivo. Se trata de una inmensa fuerza coercitiva capaz de
iguales a partir de la noción de individualidad, pero es precisamente «interrumpir» el ciclo natural de la economía de la casa y de la lucha
esta abstracción la que deja al individuo a merced del acontecer, la por la supremacía de la «familia» y de dar vida a un «nuevo absoluto»
que lo reduce a puro hecho, a irrepetibilidad contingente. La indivi- capaz de obligar a «todos» a entrar en relaciones comerciales «pacífi-
dualidad sólo puede ser pensada como subjetividad, como forma, a cas». La transformación ~e capta en las nuevas formas jurídicas que
condición de fijarla en la abstracción de una actitud potencial -en estructuran el nuevo equilibrio de poderes.
definitiva, de negarla como principio de individuación-, de redu-
cirla a pura dimensión universal, es decir, al precio de convertirla en
16. Para este tema remitimos al lector a P. Barcellona, I soggetti e le norme, cit.

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EL INDIVIDUALISMO PROPIETARIO DEL INDIVIDUALISMO PROPIETARIO AL INDIVIDUALISMO DE MASAS

Algunas ideas son decisivas para este cambio de funciones y ya se que el resultado de un proceso histórico de emancipación y libera-
hallan en estado embrionario las bases de la diferenciación funcional ción del hombre que, convirtiéndose en «propietario» de sí mismo,
del actual orden sistémico. La primera idea es la de la propiedad libre, despedaza finalmente los vínculos holísticos de las sociedades jerár-
la construcción del concepto moderno de propiedad, como propie- quicas17.
dad que se separa: el concepto de propiedad libre es, en efecto, una Tomando como base este desdoblamiento entre sujeto libre e
separación no sólo de los vínculos feudales, sino también de la perso- individuo obligado, cuando el proceso de economización de la vida
na, o mejor, de su inherencia a la persona y de su ser casi una proyec- ha alcanzado su punto culminante en la época de la mercancía abso-
ción de ésta. La tierra se convierte en res y, como tal, queda disponible luta (cuando, diría Marx, la subordinación formal ha pasado a ser
no sólo para el poder del propietario, sino también para el poder del subordinación real), es posible «eliminar» el fetiche del «sujeto libre»
sistema que la transforma, primero, en objeto de intercambio, en va- como figura autónoma y resolver la libertad en la estructura del or-
lor de cambio y luego en «principio» introducido en la producción denamiento social: el imperativo hipotético, el programa condicio-
ilimitada de mercancías característica de la época moderna. nal, deja al hecho libre para existir, y al evento libre para producirse.
La segunda idea es que la libertad también concierne a la disponi- La libertad se convierte en la hipoteticidad del sistema ordenante y
bilidad del propio trabajo. La fuerza de las operaciones de construc- en la contingencia a la que se refiere la hipótesis-norma. El individuo
ción de la modernidad mediante el derecho se manifiesta aquí en queda a merced de la praxis en la que se realiza su libertad-contin-
toda su contradictoria complejidad. Para el derecho, el sujeto moder- gencia, y el ordenamiento puede celebrar su propia autorreferencia-
no debe ser pensado como «libre»; es más, la libertad es la verdadera lidad al configurarse como hipótesis-propuesta de un «experimento>>
«atribución» que el ordenamiento establece para todos los individuos eventual.
que vivan en el territorio nacional. Y como la libertad es una actitud Sin embargo, este paso no hubiera sido posible si el orden jurídi-
abstracta y permanente, referible a todos, ella no se pierde ni siquiera co no se hubiese constituido como orden abstracto e hipotético, y si
cuando el individuo, alienando su propia fuerza de trabajo en el mer- la lógica jurídica no se hubiese configurado como la lógica del si x
cado, se obliga a trabajar bajo la dependencia de otros. entonces z, donde el suceder de x es puro azar dejado a la iniciativa
En esto se capta el específico «artificio» del derecho moderno, individual.
que desdobla a la persona humana en sujeto del poder de disponer y En estos términos, la lógica jurídica es ya una lógica ambigua,
\ objeto del acto de disposición. porque de palabra afirma la primacía del orden jurídico como orden
\ La norma de libertad instituye así las condiciones de coexistencia abstracto, pero luego la niega en los hechos, porque reconoce como
entre la autonomía del sujeto jurídico abstracto y la obligación del verdad exclusivamente lo que se hace en la praxis. La praxis contrac-
individuo concreto, entre la libertad del hombre y los vínculos pro- tual y comercial constituye el tejido organizador de la sociedad. El
pios de los diversos roles jurídicos (trabajador dependiente, autóno- derecho es un instrumental disponible: su disponibilidad es la seña
mo, contratista, etc.). de identidad del derecho moderno. Y quizás Hegel no decía otra cosa
La regla de libertad produce una reificación del hombre que le cuando también situaba el derecho penal dentro del campo del dere-
permite ceder como «cosa», mediante el contrato, sus propias ener- cho abstracto. Precisamente la abstracción caracteriza a la disponibi-
gías, su propia capacidad, su propio poder creativo, su propia actitud lidad, el derecho puesto a disposición de los hechos, y los hechos con
ante el mandato, sin alienarse formalmente a sí mismo como hombre. los que tenemos que enfrentarnos constituyen nuestra organización,
De esta manera, en efecto, el sujeto jurídico es libre y sólo el fundamentada en la primacía de la producción en sí, del producir por
individuo concreto está obligado. El punto decisivo es precisamente producir. La lógica jurídica también es incorporada al sistema total
éste: la obligación del individuo se fundamenta únicamente en la li- que, como el imperativo hipotético, actúa según el esquema de los
bertad del sujeto, que sin embargo es limitada y particular, ya que el programas condicionales; cuando el principio de la autorreferencia-
objeto de ella sólo puede ser un hacer o_ un no-hacer concreto y de- lidad de los sistemas y la lógica de la circularidad han encontrado las
terminado, y no el hombre en su totalidad: al contrario, éste siempre condiciones prácticas (el circuito economía-ciencia, etc.) de su efica-
queda fuera de la relación jurídica. cia representativa y funcional, la idea de sujeto puede ser suprimida
Por lo tanto, es mala ideología aquella doctrina que se detiene en tranquilamente ya que~u principio constitutivo está hoy totalmente
el umbral de este análisis, temiendo la implicación de la persona hu- absorbido por la forma del sistema. El individuo empírico permanece
mana en la teoría de los bienes.
La reificación de las relaciones personales no es, por tanto, más 17. M. Barcellona, «Introduzione alla teoría dei beni giuridici»: Quadrimestre 1 (1987).

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EL INDIVIDUALISMO PROPIETARIO DEL INDIVIDUALISMO PROPIETARIO AL INDIVIDUALISMO DE MASAS

en su dimensión existencial y se dispone a usar la estrategia del siste- individualismo, que tienden a reproponer una mitología de la subje-
ma lo mismo que un usuario cualquiera maneja el mando a distancia tividad abstracta para contraponerla a la dimensión social. Pero en
de un televisor. términos sustanciales me parece que la gran operación en curso, a
El destino de la propied.ad y de la libertad privada, fundamenta- nivel no sólo nacional, sino mundial, es la de haber construido un
das en la separación de la res, la naturaleza y el trabajo por el flujo de sistema de la economía que ha incorporado totalmente el saber, re-
la vida individual, se cumple así en el moderno individualismo de duciendo la ciencia esencialmente a ciencia aplicada y respondiendo
masas, donde el poder de disponer de la cosa se identifica hoy con la a problemas que fundamentalmente tienen como input problemas
elección de consumo. Todo se hace posible cuando las relaciones económicos.
humanas son susceptibles de transformarse totalmente en relaciones Esta operación ha construido un circuito economía-saber-técnica
fundamentadas en el dinero y el intercambio de mercancías, y cuan- que se ha autonomizado absolutamente del control social y político,
do la autonomía de lo económico consigue hacer suya la capacidad y que tiende a convertirse en un gran sistema compacto. Ésta sí es una
de la ciencia y la técnica. Como escribe Enríquez, la racionalidad estructura que no deja espacio para la aparición de ninguna forma
tecnológica instituye un fetichismo generalizado 18 • La multiplicación nueva, para ninguna existencia individual o colectiva que reivindique
de los fetiches nos introduce en un mundo troceado, poblado de el problema de un sentido propio frente a la capacidad del sistema de
objetos parciales. En un mundo sadiano por excelencia, la prolifera- ser autolegitimado y autorreferente.
ción de los objetos parciales remite a otros objetos, nos sumerge en La abstracción funcional de la teoría sistémica es el acto de fuerza
un escenario en el que ya no se encuentran ni individuos ni grupos con el que se neutraliza el conflicto y el desorden productivo, es el 1
sociales, sino órganos, problemas técnicos, instrumentos, máquinas dispositivo técnico mediante el que se controla la contingencia com- \
que harán que nos percibamos y que percibamos a los demás con un patible con el sistema y se le niega la entrada a la contingencia fuerte,
sentimiento de extrañación. El fetiche acapara así toda la vida. Sea a la irrupción de lo imprevisible. El precio pagado es altísimo: la }
externo o interno, el fetiche representa lo que está vivo, y se compor- reducción de las alternativas de la vida a puras opciones de consumo.
ta como un vampiro. Sólo el vampiro, según la imagen de Enríquez, La cara opuesta a este sistema, que se consolida a nivel mundial
puede en efecto ser inmortal, sin imagen propia y omnipotente. Ins- convirtiéndose en el sistema planetario de la economía tecnológica,
tituido el fetichismo de las mercancías y del dinero, la potencia inter- está representada por la aparición, en el nivel de los Estados particu-
na del hombre desaparece. «El hombre, afirma Enríquez, subsiste a lares, de la nueva problemática de la emergencia.
fuerza de drogas, de fármacos, de excitantes, de antidepresivos, de Por un lado, el Estado vuelve a hacerse compacto en la dimen-
tranquilizantes, en manos de algo demoníaco, generado por él mis- sión no ya del viejo Estado de derecho como regla del juego, sino de
mo con éxtasis y admiración que, en principio, debía acrecentar su un sistema económico, un nuevo orden objetivo, una nueva necesi-
fuerza, pero que, al contrario, la ha destruido». dad, basada hoy en las leyes de la economía, que incorpora dentro de
Sin embargo, el fetichismo generalizado, la primacía del dinero y sí a la ciencia y a la técnica. Por otro, todo lo que excede es abando-
la reducción de las relaciones humanas a relaciones entre cosas, ¿aca- nado al terreno de lo ocasional, imprevisto e imprevisible. El único
so no representan el sueño de la mano invisible de Smith que habría terreno en el cual puede ser gobernado lo imprevisible, lo nuevo, es
conducido automáticamente hacia la masificación de los beneficios el terreno de la emergencia, es decir, el terreno de la ley caso por
individuales en el bienestar colectivo? El individualismo de masas caso. La emergencia se convierte por tanto en la dimensión perma-
representa la verificación de las formas de la modernidad. nente del vivir cotidiano frente a una forma que ha cortado todos sus
nexos con el sistema de los mundos vitales, de la vida cotidiana.
Se ha roto así aquel tipo de compromiso entre subjetividad y
6. La mundialización del paradigma sistémico objetividad, entre individuo y socialidad que, bien o mal, funcionó
y el control de la emergencia dentro de la dimensión del Estado, bien en su acepción de Estado de
derecho, bien en la de Estado social; y se ha roto toda forma de
La fase actual parece confirmar las premisas de las que hemos parti- polaridad y de comunicación entre subjetividad y objetividad. En esta
do. Ciertamente, existen el neoliberalismo, el monetarismo, el neo- perspectiva, la subjetividad está condenada para siempre a una con-
tingencia sin formas, y la Jbjetividad, por el contrario, queda entre-
18. E. Enríquez, Dall'orda alto Stato. Alle origine dellegame socia/e, Il Mulino, Bologna, gada a una necesidad implacable, que es la necesidad del sistema eco-
1986; el interés de este autor se debe también al interesante uso que hace de las categorías
freudianas de Tótem y tabú.
nómico mundial. ¿Qué hacer? ¿cómo responder? Creo que en este

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EL INDIVIDUALISMO PROPIETARIO
DEL INDIVIDUALISMO PROPIETARIO AL INDIVIDUALISMO DE MASAS

punto es necesario producir una cultura capaz de hacer una fuerte


crítica a la emergencia, es decir, a esta noción que ha hecho caer en la de las clases económicas. La contradicción repropuesta en estas figu-
ras corre el riesgo de convertirse en pura nostalgia del conflicto so-
trampa ~ncluso ~ l_os parti~os de la izquierda y que los ha obligado a
persegmr lo cotidiano en un terreno en el que no era posible expre- cial, de una visión que asignaba a la historia la tarea de producir
resultados resolutivos, síntesis tranquilizantes.
sar realmente una alternativa; y creo que es necesario recuperar la
concepción de un nuevo orden. ¿Pero cómo, por qué camino? Estoy En realidad, el conflicto queda hoy confinado en los procesos de
adaptación del sistema, como conflicto difuso, privado de centro y '
convencido de que ese camino debe ser, en términos culturales la
i~vención de un juego distinto al del mercado, es decir, la prod~c­
CIÓn de un conflicto cualitativo que no pueda ser contenido dentro
del conflicto cuantitativo y que lleve a una nueva forma de subjetivi-
de proyecto. La condición del movimiento obrero es la que nos des- ,
criben los teóricos de la socialdemocracia alemana: un estrato cada
vez más grande de la población casi totalmente integrado ya en los
¡
dad y de objetividad. mecanismos de la producción y la reproducción garantizados por el ·
sistema social.
El movimiento obrero ha conducido su batalla contra el in-
7. La nostalgia de la contradicción dividualismo propietario, y ciertamente ha contribuido de modo de-
cisivo a la difusión del bienestar, pero ha producido un inmenso
Son muchos los signos que hablan de una irreductibilidad del movi- proceso de homologación con la lógica del acceso cada vez más dila-
miento de la vida, de los individuos empíricos, a la lógica sistémica; tado al consumo de masas. El obrero de la moderna sociedad tecno-
de un residuo que el sistema, aun con su eficiencia y capacidad de lógica no se percibe como víctima de la explotación, y ni mucho
prestaciones, no consigue asimilar. Claudio Napoleoni escribe: menos parece dispuesto a aceptar los vínculos de la solidaridad de
clases que han permitido la intervención redistributiva del Estado
La inclusión de la realidad en la producción económica y en su ley social (el socialismo en una clase sola del que habla Scharpf). Ahora
no se produce sin residuos consistentes. La sociedad moderna trans- se mueve en el mundo del consumo en busca de la gratificación
mite mejor la imagen de una hegemonía del proceso económico- personal que le permita presentarse como «adquirente», al mismo
productivo, que implica, como tal, la presencia de realidades nivel que los otros, en fantasmagóricos supermercados de objetos
hegemonizadas, y por tanto no anuladas por la hegemonía. Con ello inútiles, donde el mero «decoro» ha sustituido a la «dignidad» y al
no queremos decir en absoluto que se trate de realidades naturales «orgullo de clase».
supervivient~s, no se sabe cómo, al asalto de la historia; sino que s~
trata de reahdades determinadas, condicionadas, configuradas por
Se puede prever que en un futuro no lejano la compensación por
el capital pero no absorbidas totalmente por éste en su dimensión la «frustración del trabajo dependiente» se conseguirá mediante mon-
específica de la producción como fin en sí misma 19 • tañas de jaboncitos de hierbas y de perfumes que exaltan el sex appeal
de los cuerpos con el exotismo de los aromas orientales: más perfu-
Hay quien habla de un descarte respecto del saber, de un silencio mes y jabones para trabajar mejor y estar en sintonía con los tiempos.
r del saber que nos empuja a salir de una comprensión del otro como La preciosidad reluciente y estandarizada del producto funciona
pr_esa a poseer, como prensión de las cosas, y por tanto del conoci- como sucedáneo de la necesidad de identidad y de la demanda de
~I~nto como dominio. «El descarte es precisamente una operación sentido.
tlpica de todo proceso productivo, es a la vez una forma olvidada El retorno de las grandes fiestas populares, un inmenso carnaval
/ resid~o y sentido del hacer humano» 20 • ' de Venecia, es el símbolo de esta condición humana que hoy sólo
Sm embargo, queda el hecho de que este residuo este descarte encuentra en el juego de la «máscara» el código simbólico para expre-
no puede ser medido ni tomando como base un a priori, como 1~ sar su propia creatividad reprimida, o al menos canalizada en la for-
comunidad ilimitada de la comunicación racional de Habermas ni ma de una rutina lúdica y tranquilizadora.
tomando como base una repropuesta de las ·leyes del movimient'o y La imagen del obrero especializado tiende a asemejarse metafóri-
~e las contradicciones ~onstitutivas del modo de producción capita- camente a la de un «accesorio» ocupado en el control de un robot
lista. El descarte no es m el «deber ser» de una comunicación humana que produce máquinas, y que para compensar la irrealidad de sus
liberada, ni la forma de un antagonismo estructurado según la lógica condiciones se consuela iahalando perfumes exóticos, con vestimen-
tas extravagantes y con la fantasía de unas vacaciones marinas: un
19. C. Napoleoni, Discorso sull'economia política, cit., p. 121. atónito auxiliar de la máquina productiva que intenta reencontrar su
20. G. Rugi (ed.), Il sapere e il sacro, Kappa, Roma, 1985. propio ubi consistam en las nuevas jerarquías sociales de los consu-

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DEL INDIVIDUALISMO PROPIETARIO AL INDIVIDUALISMO DE MASAS
EL INDIVIDUALISMO PROPIETARIO

con el destino, y al fin de cuentas se dejaba integrar en el estilo de una


midores superfluos y en los símbolos de status de la sociedad de ma-
época que apostaba totalmente por el futuro y el progreso.
sas (transistor, ordenador personal, vídeo, etc.).
El sufrimiento actual, en la época del individualismo de masas,
Un gran imperativo parece dominar sin discusión: «soy porque
toma otro cariz: la evasión en la droga, la gratuidad del acto destruc-
consumo»; «consumo porque todo está al alcance de mi mano de mi
tivo y vandálico, la violencia en los estadios o, más en general, la
deseo ilimitado de poseer». '
deflagración de la relación interpersonal en una miríada de sensacio-
Y sin embargo ninguno se atrevería a impugnar la naturaleza mi-
serable d~ estas relaciones sociales. Ningún juego merece la apuesta nes huidizas 22 •
El sufrimiento anida en lo cotidiano, en su rutina, en sus hábitos
de uno mismo: ganar o perder carece sustancialmente de significado.
implícitos, en la drástica reducción de los espacios de creatividad y de
Conseguir aire ~condicjonado o vacaciones en el extranjero,
significación personal. Esto no coincide con el área de la margina-
adornarse con el vestido de epoca más bello para un carnaval de otro
ción, sino que comprende todo el espacio del t r~bajo y dedla v~fda • :,\
1
23

pa~s o te~er un ordenador personal son conquistas efímeras, ni si-


N o parece que hoy existan parámetros ana Íticos para esci rar y 1
qmer~ leJanamel!te parangonables a las luchas por la reducción del
cuantificar el sentido del sufrimiento psíquico en la época de la mer-
horano de trabaJO o por el control del proceso productivo.
cancía absoluta, cuando incluso el consuelo está previsto y regulado
. El he~ed_e:o de la filosofía alemana está hoy inmerso en un juego
según tarifas y honorarios. No hay un Marx que pueda encontrar
sm otro sigmflcado que una breve palpitación por la emoción extem-
una categoría aceptable y capaz de poner en el centro de la atención :
poránea de aparecer sobre el gigantesco escenario del espectáculo
permanente de la producción ilimitada de objetos consumibles. la cuestión de la calidad de vida.
Los partidos de izquierda han hecho una bandera propagandís-
La competencia por la profesión, por el éxito económico ni si
tica para. demostrar que la hegemonía del movimiento obrero era
~uiera es un. pálido recuerdo del gran conflicto por el poder; y al
capaz de abrir un discurso de alianza hacia los sectores sociales más
fmal, nos deJa estresados e insatisfechos, como quien se ha batido
golpeados por la anomia. Pero se ha quedado en lujo que añadir a las
para nada y se da cuenta de que ha arriesgado su vida inútilmente. El
ventajas prometidas por el desarrollo productivo.
ansia por la c_antidad, por los objetos consumibles, ha ocupado el
En realidad hace falta superar estas estrategias oportunistas y
lugar de la antigua estructura antagónica del conflicto obrero. El con-
reproponer el tema de la calidad de vida como elemento estructural
tenido miserable de las relaciones es el reflejo de su forma miserable:
de una nueva contradicción, a partir de la cual sea posible pensar
1~ ~uc~a por el consumo no deja huellas duraderas; no permite iden-
tiÍlcacwnes permanentes. Como dice Sgalambro: todavía en un «mundo mejor».
El individualismo posesivo ha dicho todo lo que estaba implícito
en sus premisas y promesas. Ahora es necesario un nuevo pensa-
En la sociedad, los individuos en tanto que hombres no tienen rela-
ciones, mientras que en cuanto tienen relaciones dejan de ser hom- miento que asuma el sufrimiento humano y la miseria de las relacio-
bres (... ~ aquello en lo que se ha convertido el individuo, aquello a nes como punto de ruptura de los equilibrios sistémicos. Las nuevas
que aspira ser ensalzado con tanto esfuerzo y trabajo, es precisa- formas del dolor humano son quizás el anuncio de un cataclismo de
:ne~t~ lo que_hace de él un fantasma honrado( ... ) por tanto, no es el la persona que, como dicen los psicoanalistas, puede abrir el camino
24
md1v1duo qmen se asocia, sino su imagen 21 • a un itinerario distinto de la emancipación •
Lo descartado, el residuo, es la cara de una nueva alienación:
. Sin embargo, detrás de esta fachada está teniendo lugar un gran- pero de una alienación no construida sobre la dialéctica metafísica de
dwso proc~so de_ desestructuración de la personalidad individual y la relación sujeto-objeto, sino radicada en la dimensión de la praxis
de las relacwnes mterpersonales. La tensión unida a la eficiencia del cotidiana del individuo condenado, por su mismo proyecto, al indi-
sistema y a su capacidad de prestaciones grandemente articuladas vidualismo masificado del consumo. El residuo es el signo de que el
re~ae en su totalidad s~bre las espaldas del individuo consumidor, { dualismo no ha sido anulado y de que más allá del sistema hay un
mi~ntras «protege» casi totalmente su sensibilidad, lo aísla de cual- «irreductible» no relegable en su totalidad al mundo de lo contingen-
qmer contacto significativo. te. El problema abierto es el de la forma mediante la que esta urgen-
L~ estructura ~el sufri:rz_iento humano cambia cualidades y con-
notacwnes. El tedw de VIVIr de la burguesía decimonónica estaba "'
22. Ver, por ejemplo, las consideraciones de G. Procaci, «Sulla scomparsa di una cultura di
coloreado con entonaciones heroicas, exhibía una relación trágica opposizione>>: Aut-Aut 175-76/182 (1980).
23. Ver P. A. Rovatti, Dislocazione delle contradizione e sapere dell'individuale, cit., p. 27.
24. D. Lopez, La psica1talisi della perso1ta, Boringhieri, Torino, 1983.
21. M. Sgalambro, La morte del sale, Adelphi, Milano, 1982, p. 114.

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EL INDIVIDUALISMO PROPIETARIO

cía existencial conseguirá traducirse en una propuesta de estrategia


político-institucional. ¿puede una condición existencial transitar ha-
cia una forma política? Vuelve «el enigma de la forma».
La historia no ha conocido una decisión política que no estuviese
fundada en el problema propietario, que no asumiera la forma del Epílogo
poseer. ¿Puede existir un espacio político para una decisión que no
tenga forma adquisitiva? DEL INDIVIDUALISMO DE MASAS
A LA CREACIÓN HISTÓRICO-SOCIAL
Una conversación de Mariano Maresca con Pietro Barcellona

[Esta conversación con Pietro Barcellona tiene el objetivo de ofrecer


al lector un acercamiento al camino intelectual -y a veces perso-
nal- recorrido por el autor de El individualismo propietario desde
la aparición de este libro. Las numerosas obras publicadas después de
ésta así lo aconsejaban, sobre todo porque la que en el momento de
esta conversación estaba a punto de aparecer en las librerías italianas,
Lo spazio delta política, mostraba cambios significativos en los plan-
teamientos más de fondo de su autor; de ahí las continuas referencias
que se hacen a ella.]

P.- Hasta la reflexión sobre el Estado social, el tema fundamental


de tu investigación ha sido lo jurídico-político en sentido estricto,
muy atento también a los procesos reales y las estrategias prácticas
con que enfrentarse a tales procesos. Pero desde las conclusiones de I
soggetti e le norme y, sobre todo, de L'individualismo proprietario,
la impresión es que, en un momento determinado, has sentido la
necesidad de detenerte para pensar sobre el camino recorrido. De
hecho, el libro es una relectura de la historia del pensamiento social
moderno y contemporáneo, que parece provocada por la necesidad
de dejar de mirar a un presente siempre urgente para recuperar una
perspectiva más amplia. Lo jurídico-político no es abandonado, pero
sí situado en un terreno mucho más amplio. ¿Es correcta esta impre-
sión? Y en todo caso, 2cuál es la génesis de este deslizamiento de la
«mirada»?
R.- Ciertamente,~hay una profundización. Es como si de una
investigación que se mueve en sentido horizontal hubiera pasado a
otra que lo hace en sentido vertical, que sería el intento de atrapar la
arqueología de la modernidad. Y este intento parte siempre del cam-

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