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“Visiones de Esperanza”

Jane Goodall
17 Septiembre 2010

Conforme entramos en este milenio, es fácil abrumarse con sentimientos


de desesperación, hemos destruido el equilibrio de la naturaleza: se han
destruido los bosques, los desiertos se expanden, existe una terrible
contaminación del aire, la tierra y el agua. El clima está cambiando, la gente
está hambrienta.

Hay demasiados seres humanos en algunas partes del mundo, exceso de


consumo en otras. Existe crueldad hacia el hombre y las bestias por igual,
hay violencia y guerra. Aun así, tengo esperanza. Permítanme compartir mis
cuatro razones.

1.- Por fin admitimos los problemas que amenazan la supervivencia de la


vida en la tierra y somos criaturas que tienden a resolver los problemas.
Nuestros maravillosos cerebros han creado la tecnología moderna, mucha
de la cual ha beneficiado a millones de personas alrededor del mundo.
Tristemente, junto con nuestra tendencia a sobreproducir, hemos obtenido
el resultado de la destrucción masiva y la contaminación del mundo natural.
¿Pero acaso no podmos enfocar nuestra increíble habilidad para resolver
problemas, a fin de encontrar modos más ecológicos y amigables de
conducir nuestras empresas? Buenas noticias: ya está sucediendo, cientos
de empresas e industrias adoptan las nuevas normas verdes.

Pero nosotros debemos hacer lo que nos corresponde, somos miles de


millones quienes debemos adoptar estilos de vida menos dañinos. Debemos
rehusarnos a comprar productos de empresas que no trabajan de acuerdo
con las nuevas normas ecológicas. Podemos cambiar el mundo.

2.- La naturaleza es maravillosamente resistente. Dada la oportunidad, los


ríos contaminados pueden volver a tener vida. Se puede inducir o dejar
que, sola, la Tierra deforestada florezca otra vez. Las especies de animales
en peligro de extinción se crían y se salvan gracias a unos cuantos
individuos.

3.- Mi tercera razón para tener esperanza reside en la gran energía,


entusiasmo y compromiso de los jóvenes alrededor del mundo. Los jóvenes
quieren luchar para corregir los errores, pues mañana el mundo será de
ellos; ellos serán quienes se encuentren en posiciones de liderazgo, serán
los padres. Esta es la razón por la que el Instituto Jane Goodall instituyó el
programa Raíces y Retoños, un programa humanitario y de educación
ambientalista para los jóvenes.

Las raíces se deslizan en la tierra para crear cimientos firmes. Los retoños
se ven pequeños, pero si reciben luz, pueden incluso romper paredes de
ladrillos.

La esperanza: millones de raíces y millones de retoños pueden abrirse paso,


acabar con todos los problemas que los humanos hemos creado, provocar
el cambio. Los grupos de Raíces y Retoños, desde los de jardín de niños
hasta los universitarios, trabajan para lograr que el mundo sea un lugar
mejor para los animales, el medio ambiente y la comunidad humana. El
mensaje central de Raíces y Retoños es que cualquier individuo es
importante, cada individuo tiene un papel que desempeñar, cada individuo
hace la diferencia.

4.- Mi cuarta razón para tener esperanza reside en la naturaleza indomable


del espíritu humano. Existen muchas personas quienes han tenido sueños
aparentemente inalcanzables y, debido a que nunca se dieron por vencidos,
lograron sus metas pese a todos los problemas o abrieron el camino para
que otros pudieran andarlo.

Así que comencemos el milenio con esperanza, con fe en nosotros mismos,


en nuestro intelecto, en nuestro espíritu indomable. Desarrollemos respeto
por todos los seres vivos. Tratemos de remplazar la violencia y la
intolerancia con comprensión, compasión y amor.
 

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