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PRÁCTICAS CIENTíFICAS
Y PROCESOS SOCIALES
Una genealogía de las relaciones
entre ciencias naturales, ciencias
sociales y tecnología
ISBN 978-950-786-971-6
Introducción
El conocimiento científico como práctica social 11
Capítulo 1
El problema del conocimiento científico
en tiempos del nacimiento de las ciencias naturales
en la época clásica 17
o' • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • _ • • • • • • • •
Capítulo 2
Las ciencias naturales y la tecnología
a partir de la Revolución Industrial 59
1. Introducción 59
2. La primera Revolución Industrial 60
3. Técnica y tecnología. Paradigma tecnológico y
Revolución Industrial 65
4. Las ciencias, la Revolución Industrial y los Estados nacionales "' 71
5. Los problemas planteados a las ciencias fisicas
por la Revolución Industrial 74
6. La segunda revolución industrial: algunos desarrollos
en las ciencias fisicas y en la química 80
7. Las ciencias de la vida 84
8. Un lugar para la reflexión: el nacimiento de la epistemología 93
9. Una epistemología con historia: el nacimiento del positivismo 95
9.1. El positivismo lógico, o la higiene del pensamiento 99
9.2. El falsacionismo 106
Capítulo 3
La cuestión social y la emergencia de las ciencias sociales 113
1. La cuestión social 113
2. Nuevas funciones del Estado moderno:
biopolítica y anatomopolítica 115
3. Las ciencias sociales y la cuestión social:
alienismo e higienismo 118
4. La ciencia de la eugenesia y la cuestión social 123
5. La emergencia de las ciencias sociales :126 INTRODUCCIÓN
6. Las ciencias sociales: algunos problemas en la
producción de sus saberes 128
El conocimiento científico como práctica social
7. Las escisiones epistemológicas y ontológicas 133
8. El período de entreguerras : 136
9. El mundo de la posmodernidad y la tercera
revolución industrial 140
Bibliografía 145
mitos, creencias, tipos de instituciones, entre otros aspectos de la podemos afirmar con buena parte de la sociología y el psicoanálisis
cultura humana. Cultura que se transforma históricamente y que contemporáneo que la idea de "individuo" es una abstracción. Pensar
es variada, diversa aun en un mismo momento cronológico; Así un al individuo aislado es un modo de separarlo de ese plexo de vinculos
hombre del Amazonas, una mujer musulmana o una joven habitante sin el cual no sería nada.
de Buenos Aires tienen, en un mismo tiempo cronológico, visiones Un ejemplo sencillo podría ilumínar la idea. Está probado que un
y códigos diversos respecto de las relaciones amorosas. Todas esas bebé humano criado entre lobos puede sobrevivir, pero jamás podrá
concepciones son producto de historias diferentes; cada una de ellas caminar y mucho menos hablar. ¿Por qué? Sencillamente porque no ha
sólo puede ser entendida en el interior de su cultura, ninguna puede tenido un semejante humano con quien identificarse. Somos a partir
ser juzgada con los parámetros de otra. Esto contraría la idea de de identificarnos con nuestros semejantes y nos convertimos en seres
que habría países "civilizados" o "pueblos adelantados" en tanto humanos cuando, introducidos en nuestra cultura, incorporamos sus
otros serían "retrasados" o "bárbaros". La única barbarie consiste códigos fundamentales a partir de los cuales los otros se convierten
en imponer al otro nuestras propias normas culturales. en prójimos para nosotros.
Este tipo de análisisque pone énfasis en el valor de cada cultura Ahora bien, ¿qué se quiere decir cuando se afirma que los seres
y que desecha cualquier visión lineal y progresiva de la historia, si humanos emergemos de relaciones sociales? ¿Qué significa "relación
bien tiene antecedentes, cobró importancia a partir de mediados del social"? Se trata de relaciones entre seres humanos y relaciones de los
siglo xx, cuando una serie de pueblos se levantaban contra viejas seres humanos con las cosas, considerando que las relaciones de los
opresiones coloniales y en el campo de la historia del pensamiento hombres con las cosas están presentes, median en las relaciones entre
cobraba relevancia una corriente denominada "estructuralismo". los hombres. Quiero decir con esto que una relación social es siempre
Los representantes más conocidos de tal postura han sido Claude una articulación entre seres humanos, pero los humanos para vivir
Lévi-Strauss en antropología, Michel Foucault en filosofía, historia requerimos satisfacer una serie de necesidades (beber, comer, dormir,
y sociología, Jacques Lacan en psicoanálisis y Louis Althusser en el abrigarnos). Para satisfacer estas necesidades necesitamos de las co-
marxismo. También han sostenido y sostienen importantes posiciones sas (agua, arena, trigo, leche, algodón), de la naturaleza y del trabajo
intelectuales sociólogos y filósofos latinoamericanos actuales, como el humano que las transforma y permite, a través de su actividad colec-
venezolano Edgardo Lander, el argentino Enrique Dussel y el peruano tiva, construir bienes (dispositivos de riego, computadoras, alimentos
Aníbal Quijano, entre otros. procesados, ropa) y todo aquello que sirve a las necesidades generadas
Decimos esto para tratar de introducir la idea sencillamente a lo largo de la historia. No hay humanidad sin cosas que obtenidas de
expresada por J oan Manuel Serrat en una hermosa canción, en la la naturaleza hayan sido procesadas por el trabajo humano colectivo
c';lal se reconoce que venimos al mundo con una carga de lenguaje, en complejos y diversos modos de relacionarse para obtener aquello
dioses y creencias que no hemos elegido, sino que directamente nos que se precisa para vivir. También debemos reflexionar acerca de si
encontramos con ella. En otras palabras: que somos a partir del acaso toda relación social no es una relación política, en el sentido de
conjunto de relaciones sociales en las que estamos insertos y que que siempre implica una relación de fuerzas que no es necesariamente
el mito de Robinson Crusoa- esconde, entre otras cosas, el hecho de equilibrada sino desparej a, asimétrica.
que el tal Robinson pudo sobrevivir en la isla pues llevaba tras de Así entonces, tenemos hasta aquí que somos seres en relación con
sí el bagaje de su propia cultura que había íncorporado, se le ha- otros y que esa relación con otros está mediada por nuestro trato
bía hecho carne, en prácticas sociales. En ese sentido, claramente con las cosas; que esas relaciones tienen una historia y una comple-
jidad de la cual no podemos tener jamás un conocimiento acabado
y que sin embargo pesa en nosotros. Somos entonces seres sociales
que incorporamos nuestra cultura en prácticas que no son necesa-
1. Robinson Crusoe es una novela del escritor inglés Daniel Defoe, publicada en 1719.
Se trata de una autobiografía ficticia del protagonista, un náufrago inglés, que pasa
riamente armoniosas sino que suponen relaciones de poder, pero de
veintiocho años en una remota isla tropical y logra sobrevivir. Robinson es un mito las cuales y de cuya historia jamás tenemos plena conciencia. En
de la modernidad liberal: se trata de la ficción de que la fortuna o los reveses de un esa historia y en esas relaciones nos constituimos como individuos
individuo dependen s610de Su inteligencia y esfuerzos personales. responsables, pero es necesario no perder de vista que esa individua-
14
Susana Muríllo El conocimiento científico como práctica social 15
ción S? p.roduce siempre desde ese complejo de relaciones sociales. El ciencias modernas, algo que ha sido denominado "historia interna de la
emerge en esas condiciones. El conocimiento humano ciencia", luego trataremos de delinear su relación con la denominada
supone asi una enorme carga de desconocimiento que pesa en cada "historia externa" y por último esbozaremos algunas construcciones
acto de conocer. metodológicas y epistemológicas' emergentes de tal situación.
. Ahora bien, si el conocimiento es un emergente de prácticas so- Para comenzar sólo diremos que eso que se llama "ciencia" es en la
ciales tienen además una carga histórica en la que está presente modernidad una forma de conocimiento que tiene siempre un método,
un profundo proceso de desconocimiento, de ahí podemos es decir un conjunto de reglas cuya misión es fundamentar aquello
q,:e mU;ho de lo que hoy damos como conocimiento "verdadero" que se dice. En la vida cotidiana -especiahnente en los ámbitos tele-
o md.ubltable no lo haya sido siempre. Además, permite pensar que visivos- existe el hábito de sostener o afirmar opiniones diversas sin
haY,dIversas formas de conocimiento y que el conocimiento científico necesidad de fundamentarlas o dando argumentaciones que suelen ser
es solo una forma más; él tiene una larga historia, pero lo que actual- psicológicamente convincentes, pero que a poco que se las analice no
mente entendemos por tal tiene menos de quinientos años. se sostienen. Así es frecuente, en economía o en política, escuchar que
Es so?re algunos aspectos de la constitución histórica de esta forma un sujeto individual es caracterizado como la causa de algunos o de
de sobre lo que vamos a transitar en este texto. todos los problemas que nos afligen. "La corrupción" (cual si ésta fuese
,SlpartImos del de que todo conocimiento es emergente de un ser que camina entre nosotros) también suele ser invocada como
p:-actIcas y SIesas prácticas varían históricamente, deberemos causa de problemas sociales. Muy frecuentemente lo es "la pobreza".
situarnos históricamenta para comprender cómo se han constituido y sin embargo estas afirmaciones son engañosas ficciones, a veces
algunas de las disciplinas que hoy llamamos "ciencias". Evitaremos inconscientes a veces no, que congelan la compleja de red de procesos
ha?lar de "la ciencia" pues ello nos instalaría de entrada en una visión sociales; ficciones que obturan la posibilidad de leer esos procesos y
del problema. Y esa visión es engañosa, ajuicio de diversos los cosifican. "Cosificar" significa precisamente eso: transformar un
historiadoras de la ciencia y epistemólogos. Complejos Son los mean- entramado complejo de relaciones que está en constante cambio en una
dros de la cultura humana. De modo análogo, diversas son las formas cosa, o también decimos en una "sustancia". Cosificar o sustancializar
d? abordar eso que se llama "ciencia" o "conocimiento científico". Ahora los procesos es no apreciar las relaciones y congelarlas atribuyéndolas
bien, el problema es entonces cómo caracterizarlos. a un individuo, a un ser fantasmal como la corrupción, o a un efecto
supuesto habitual considerar que es necesario partir de la de algo más complejo como la pobreza, etcétera.
de algo, para luego desplegar sus partes a través de un El conocimiento científico en principio es una forma de conocer,
análisis, Este .modo de exposición parece engañoso dado que Supone entre otras, que deberia fundamentar sus afirmaciones y que debería
que las Cosas tienen un modo de ser estático: ignora que los fenómenos evitar sustancializar los procesos (esto no significa que siempre lo
ellos el conocimiento cientifico, se constituyen en la logre, pues las condiciones de posibilidad del conocimiento humano
hIst?rIa. tal modo d? exponer un problema hace que quien son limitadas). Para ello debe utilizar un método. No obstante, aun
escribe brinde, sm aVISO previo, su propia visión del problema y la cuando esto es objeto de debates, en estos capítulos nos guiará la idea
Imponga al lector: El pensamiento social y filosófico contemporáneo sustentada por pensadores quienes a partir de una seria lectura de
ha no SIn fundamento, que es imposible escribir sin tomar
pOSIClOn alguna. Todo ser humano es alguien que está situado en el
mundo y cuya razón tiene límites, de modo que es inevitable escribir
desde una posición tomada. 2. Suele entenderse por "método" un conjunto de reglas que conforman el modo de
En este caso trataremos de desplegar las características del llama- acercarse al conocimiento de los objetos que cada ciencia desea abordar (el cuerpo
do "conocimiento científico" en la modernidad abordándolo en varios humano, los fenómenos, químicos o físicos, las relaciones sociales en un momento
histórico, etc.). La palabra "epistemología" alude a una disciplina filosófica que estudia
niveles en cada capitulo: en primer lugar exponiendo algunas de sus
el conocimiento científico y sus métodos. Sobre estos términos volveremos, tratando
de a nwel histórico, algo que algunos episte- de mostrar cómo ellos van surgiendo en la llamada "modernidad", pues entendemos
mologos llaman historia externa de la ciencia". En segundo lugar que es imposible comprender un concepto si no se ve su construcción paulatina a través
expondremos algunos momentos fundantes en la constitución de las de la historia.
16
Susana Murillo
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Carlos Reboratti______________________________________AMBIENTE Y SOCIEDAD: CONCEPTOS Y RELACIONES
Prefacio
1. La sociedad y su ambiente.
11. Bibliografía
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Carlos Reboratti______________________________________AMBIENTE Y SOCIEDAD: CONCEPTOS Y RELACIONES
INTRODUCCION
La mayor parte de las veces no le damos a ese hecho mayor importancia y esa
naturaleza se nos aparece como algo ilimitado y que podemos utilizar sin mayor cuidado,
simplemente porque siempre estuvo allí y siempre lo estará. Pero si miramos con atención
a nuestro alrededor, de inmediato podemos ver que esa idea no es necesariamente correcta:
encontramos que los ríos muchas veces parecen cloacas, que los automóviles despiden
nubes de humo nauseabundo, que los parques y plazas son cada vez más raros, que las
playas donde antes nos bañábamos tranquilamente tienen carteles advirtiendo sobre el
peligro de las aguas contaminadas, que es difícil sentarse en algún lugar sin que nos
lleguen todo tipo de ruidos. Y si ampliamos nuestro panorama haciendo uso de los medios
masivos de comunicación, vamos a constatar que la situación no es mejor ni en el resto del
país ni el resto del mundo, y que en muchos lugares la situación es aún peor. El ambiente,
esa misma naturaleza concretizada y referenciada directamente con la sociedad, parece no
ser tan ilimitado ni tan indestructible.
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Carlos Reboratti______________________________________AMBIENTE Y SOCIEDAD: CONCEPTOS Y RELACIONES
solo en los últimos 30 años ha tomado ese nombre y ha adquirido una relevancia publica y
notoria. Como sucede con cualquier tema que se instala dentro de la sociedad humana, el
propio crecimiento del mismo va generando nuevos conceptos y nuevas perspectivas que,
en el caso de lo ambiental y su relación con la sociedad, han conformado un panorama
notablemente complejo. El objeto principal de este libro, dirigido a un publico interesado
en el tema si bien no necesariamente especializado en él, es profundizar en esos conceptos,
analizar las relaciones y evaluar los conflictos emergentes de las mismas. Para eso
trataremos de aclarar algunas ideas (algunas comunes y otras no tanto), plantear la
configuración de la dinámica de las relaciones sociedad/ambiente, revisar su historia y
analizar como se han visto a estas relaciones a lo largo del tiempo. Finalmente,
intentaremos hacer conocer las características de un particular movimientos social que esta
dinámica ha impulsado, tal cual es el ambientalismo y discutir un concepto que ha tomado
mucho impulso, tal cual es desarrollo sostenible. Cada grupo de temas esta tratado en un
capitulo separado y, si bien el libro conforma una unidad y cada capitulo se refiere a los
temas anteriores, aquellos que ya tengan alguna experiencia en el tema se pueden
circunscribir sin mayores problemas a aquellos capítulos que mas les interesen.
Si bien el libro parte de la posición personal del autor al respecto de todos estos
temas, trata de ser mas inquisitivo que dogmático y despertar en el lector preguntas mas
que afianzar certezas. En el tema del ambiente y la sociedad, tal vez tenemos demasiadas
apreciaciones que se toman como verdades reveladas y pocas posiciones que reflejen una
saludable duda y una posición crítica. Tampoco es un libro que brinde al lector una
catarata de información, la cual sin mucho trabajo se puede encontrar en la gran cantidad
de publicaciones que se encuentran disponibles y que tienden a hacerse obsoletas muy
rápidamente. Nuestra intención es brindar conceptos antes que datos y plantear
interrogantes antes que dogmas.
final de libro se encuentra una bibliografía comentada en ese idioma, para que los que
tengan acceso a la misma (la cibernética permite ahora comprar estos textos con mucha
facilidad) puedan elegir según su propio interés. Al final de cada capitulo hay una
bibliografía recomendada en español para aquellos que quieran profundizar en cada tema y
hemos tratado de elegir aquellas publicaciones que pueden encontrarse con alguna
facilidad en América Latina. Para facilitar ese acceso, hemos restringido al máximo la
bibliografía que se puede encontrar en revistas especializadas, que por lo general son
difíciles de encontrar para el publico en general.
La mayor parte de este libro se escribió en Los Altos, California, mientras gozaba de
los beneficios de una beca Renne Thalmann que me otorgara la Universidad de Buenos
Aires y que realicé como Investigador Visitante en el Departamento de Geografía de la
Universidad de California en Berkeley. Pero la idea de escribirlo nació de un ofrecimiento
que me hicieran Raquel Gurevich y Silvia Gojman para colaborar en un ambicioso
proyecto editorial y ambas actuaron con pericia como promotoras y comentadoras del
libro. La mayor parte de los temas los había desarrollado a lo largo de una cantidad de
cursos de grado y posgrado que sobre el tema de la sociedad y el ambiente dictara en los
últimos años en las Universidades de Buenos Aires, Rosario, Salta, del Sur y del Litoral en
Argentina, Católica del Uruguay en ese país y de Los Andes en Mérida, Venezuela. En
estos cursos puede discutir estos temas contando con la complicidad y paciencia de mis
alumnos. La misma actitud encontré entre mis colegas del Instituto de Geografía de la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y a todos les debo un
agradecimiento. Que es necesario que haga extensivo a mi esposa y mis hijos y a los
ocasionales visitantes que soportaron a un malhumorado escritor en su casa durante la
estadia en California.
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Carlos Reboratti______________________________________AMBIENTE Y SOCIEDAD: CONCEPTOS Y RELACIONES
CAPITULO 1
LA SOCIEDAD Y SU AMBIENTE
Este supuesto parece estar lejos de ser verdad. En realidad el hombre es un actor
recién llegado al escenario ambiental del que se quiere apropiar: los mamíferos, género al
cual pertenece, existen en la Tierra desde mucho antes, los animales en general desde
todavía antes y la vida, como manifestación biológica, desde todavía más atrás en el
tiempo. Y todas estas formas de vida se desarrollaban también en “su” ambiente. Está bien
que podemos decir que el hombre tiene una particular capacidad para modificar algunos de
los factores que forman el ambiente y también de agregarle nuevos elementos. Pero esto
no le da necesariamente derecho de propiedad exclusiva sobre ese ambiente del cual forma
parte.
1
Existe una confusión con respecto al uso de este término. Aunque es común que nos refiramos a él como “medio ambiente”,
esto no deja de ser una reiteración innecesaria, dado que “medio” y “ambiente” son términos que significan lo mismo. En otros
idiomas, se usa una sola palabra para este término, por ejemplo milieu o environment en francés o environment en inglés.
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Carlos Reboratti______________________________________AMBIENTE Y SOCIEDAD: CONCEPTOS Y RELACIONES
También hay que tener en cuenta que la posibilidad de diferenciar ambientes tiene
que ver con la escala de análisis que hayamos adoptado y con el nivel de detalle que
busquemos. Pero en la realidad concreta, el ambiente es uno solo, un complejo y dinámico
sistema de elementos e interrelaciones que coincide con los que algunos llaman la
ecosfera o también biosfera, aquella relativamente delgada porción que incluye la
superficie del globo, las capas inferiores de la atmósfera y las superiores de la litosfera,
todas caracterizadas por una particular combinación físico-química que permite el
desarrollo de la vida, organizada a su vez en ecosistemás de diverso tamaño y
complejidad, esto es, combinaciones particulares de elementos del ambiente que tienen
una dimensión territorial concreta.
Naturaleza y ambiente
Pero antes que la palabra ambiente comenzara a utilizarse en forma muchas veces
demásiado amplia, era común utilizar otro término que aparenta ser similar o por lo menos
que se refiere, algo vagamente, a lo mismo: naturaleza…Pero significan realmente lo
mismo? Para algunos autores, ambos términos se refieren a “..todos los elementos y
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Carlos Reboratti______________________________________AMBIENTE Y SOCIEDAD: CONCEPTOS Y RELACIONES
procesos de la Tierra fuera de la especie humana..”2 y la diferencia entre uno y otro es que
el ambiente incluye los elementos que fueron alterados por el hombre, mientras que los
que conforman la naturaleza no lo han sido, “..la naturaleza es lo que precede a la
actividad humana” (ibid). En esta idea, el ambiente se piensa como una especie de
“colchón” entre la naturaleza intocada y el mundo artificial del hombre. La definición
anterior, por su claridad, es muy útil como “definición de trabajo”. Pero tiene una
particularidad que hay que tener en cuenta: es una definición “en contra de” el hombre, lo
convierte en un personaje fuera de escena, diferencia al hombre por un lado y la naturaleza
y el ambiente por otro, como si fueran elementos distintos. Esta es la separación que
comúnmente existe en la mirada de los hombres hacia lo que ellos no han construído, y no
es nueva, como veremos más adelante. Pero esta división del mundo en tres sectores (la
naturaleza, el hombre y sus artefactos y el ambiente entre medio de ambos), que en la
práctica cotidiana se resume en un mundo polarizado entre la naturaleza y el hombre,
despierta muchas preguntas, por ejemplo: el hombre esta dentro de la naturaleza, fuera o
algo entremedio ? si la respuesta es que esta fuera, eso siempre fue así o en algun
momento el hombre “salió” de la naturaleza?
Como se puede ver, en cuanto nos ponemos a escarbar un poco detrás del tema,
surgen una serie de dudas sobre el alcance de cada termino, lo que se complica aún más si
nos referimos por un lado al mundo de lo cotidiano y por otro al ámbito científico.
Tratemos de responder estas preguntas básicas, para que a lo largo de este libro
compartamos un mismo lenguaje.
Desde un punto de vista biológico, el hombre es una especie como cualquier otra,
dado que su aparato de mantenimiento, producción, reproducción y movilidad no es
demasiado diferente al del resto de los animales, dado que comparte los mismos principios
físicos, químicos y mecánicos. Desde el punto de vista estrictamente biológico, entonces,
2
Simmons, I.G. Humanity and Environment. A cultural Ecology, Longman, , Harlow, 1997, pag. xi.
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el hombre es parte integrante del gran ecosistema que conforma la ecosfera en su totalidad.
Pero vimos que para la mayor parte de la gente, cuando se habla de naturaleza el hombre
no está incluido en la misma, aunque aprovecha alguno de sus productos. Esto significa o
bien que el hombre en algún momento “salió” de la Naturaleza o bien que nunca estuvo
integrado en ella. Esta segunda posibilidad parece algo fantasiosa cuando se la relaciona a
un supuesto origen extraterrestre de la raza humana (seremos marcianos en realidad?).
Pero la primer opción tiene una larga tradición en relación a la creencia religiosa que
acepta, como un acto de fe, la idea de la creación divina de un mundo inicialmente
“natural” y paradisíaco, del cual el hombre es expulsado, generando así una división entre
lo humano y lo natural, creencia que tiene la innegable virtud de la simplicidad. Pero aún
sin seguir al pie de la letra esta tradición religiosa y si seguimos pensando al hombre como
separado de la naturaleza, habría que considerar que la raza humana en un momento dejo
de pertenecer al reino animal y se transformó en “otra cosa”.
Es allí donde nos tendríamos que poner de acuerdo en qué fue lo que produjo esa
separación: tal vez la invención de herramientas, tales como el hacha de piedra? El control
del fuego? El comienzo de la escritura, es decir, de sistemas de comunicación diferentes a
los de la simple voz? Las primeras representaciones de tipo artístico, como las pinturas
rupestres? La agricultura? La vida urbana? Todos estas cosas diferencian fuertemente al
hombre de otros animales, pero cuál de ellas (o alguna otra) lo diferencia de lo “natural”?
Para salir del paso podemos cambiar totalmente nuestra perspectiva y pensar (como
lo hacen los pensadores enrolados en la posición posmoderna) que la propia idea de
naturaleza es “exterior” al hombre en tanto y en cuanto es una simple construcción social,
y por lo tanto no existe la posibilidad de darle una definición estricta, sino que ésta va ir
cambiando con diferentes contextos históricos y culturales. Por ejemplo, mucho se ha
hablado sobre la diferencia entre la visión que sobre la naturaleza tiene las tradiciones
judeo cristianas y budistas, la una de tipo antropocéntrico, la otra adaptando una
perspectiva biocéntrica y holística. Esta visión cultural de la naturaleza es evidentemente
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Para evitar esa enojosa discusión, podemos pensar al hombre como ubicado en una
posición intermedia entre la de dueño absoluto y la de vulgar componente: el hombre
como cuidador de la naturaleza, que no tiene el derecho absoluto sobre ella sino el deber
de preservarla al mismo tiempo que la utiliza para sobrevivir.
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Carlos Reboratti______________________________________AMBIENTE Y SOCIEDAD: CONCEPTOS Y RELACIONES
de un elemento (por ejemplo, el ambiente del oso pardo o el ambiente del Chaco).
Naturaleza y ambiente se refieren al mismo conjunto o sistema, sólo que en distinto nivel
de materialidad. El primero es un termino teórico y abstracto, el segundo es concreto y
específico. La primer definición es solo conceptual, mientras que la segunda obedece a un
recorte territorial. En el primer caso, la diferenciación o integración del hombre a la
naturaleza depende estrictamente de la mirada del observador y es una consecuencia de la
posición culturalmente determinada de este último (ideológica, religiosa o política) y por
lo tanto no puede ser objeto de una definición objetiva. En el caso del ambiente,
objetivamente el hombre puede o no estar integrado al mismo (hay muchos casos de
ambientes – los preferidos por los ecólogos más tradicionales- donde el hombre no
interviene ni directa ni indirectamente). Y sobre las consecuencias de esta relación es de lo
que vamos a hablar en este libro.
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como nosotros y que, además, vivía “en la naturaleza”. De allí faltaba solo un paso para
decidir que esa condición era suficiente para que se lo considerara inferior y por lo tanto
digno de ser esclavizado, educado o, si no había tiempo ni necesidad de eso, directamente
eliminado. La historia de nuestros países de América Latina esta en buena medida escrita
sobre esa concepción de lo salvaje, condición que muchas veces directamente sacaba al
hombre “salvaje” de su condición humana. Así aparecía la idea de desierto como un
territorio “vacío”, eventualmente poblado por animales y hombres salvajes…
modificados - a veces muy fuertemente - por la actividad humana. Ese hecho no debió
haber pasado desapercibido por los que primero reverenciaron la idea de la naturaleza
salvaje, pero si se consideraba a los nativos como salvajes y por lo tanto parte de la
naturaleza, si influencia sobre esta era parte de la misma… Tal vez, como dice un autor, en
realidad la idea de naturaleza salvaje es más un estado de la mente que un hecho de la
naturaleza.
Sociedad y ambiente
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este haga nada por producirlo. A estos recursos naturales éste le agrega otro tipo de
recursos para obtener finalmente el producto deseado: así aparecen, por ejemplo, los
recursos humanos, tecnológicos o financieros. Por ejemplo, si el hombre quiere producir
pan, recurre primero al conjunto de recursos naturales (suelo, luz, agua) que le permiten
hacer crecer una planta de trigo. Este cultivo lo hace mediante la aplicación de recursos
tecnológicos (arado, plaguicidas, herbicidas, fertilizantes), humanos (el trabajo que
utiliza), económicos (los salarios que paga por ese trabajo y el precio que paga por los
recursos tecnológicos) y financieros (el capital que tiene o que pide prestado para hacer
esos pagos). Todos esos recursos los vuelve a utilizar bajo distinta forma a lo largo del
proceso de producción del pan: molinos harineros, panaderías, transportes entre uno y
otro, sistemas de distribución del producto final. Pero hay que tener en cuenta que nada se
hubiera podido hacer si en el extremo de esta cadena productiva no estuvieran los recursos
naturales. Podríamos decir, no hay pan si no hay luz, aire y suelo...
Si sumamos por una parte el uso de los recursos naturales y por otra la
contaminación que ese uso y todas las otras actividades del hombre generan, llegaremos al
concepto de lo que generalmente se conoce como degradación del ambiente, o sea la
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suma de acciones humanas que de una u otra manera afectan el ambiente en que el hombre
vive. Porque el ambiente es, para el hombre organizado en sociedad, al mismo tiempo una
fuente de recursos y un depósito de residuos.
Población y recursos
Una sociedad está formada por un grupo humano, medible en su cantidad y sus
características (sexo, edad, origen, distribución, rasgos físicos, actividad económica,
religión, cultura, etc.) tanto puntualmente como a lo largo del tiempo; y una serie de
relaciones que los integrantes mantienen entre sí y con su ambiente. Al grupo humano se
lo conoce como población, y cuando se suman sus relaciones, se lo denomina sociedad.
La población crece en tamaño a lo largo del tiempo, dado que sus integrantes se
reproducen respondiendo a un imperativo biológico y la sociedad se vuelve cada vez más
compleja, en parte porque sus integrantes son cada vez más (y por lo tanto sus relaciones
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son más numerosas) y en parte porque realizan actividades cada vez más complejas y
porque se relacionan cada vez más entre sí.
Por ejemplo, si comparamos casi cualquier lugar del mundo de hoy en día con lo
que era hace trescientos años, podemos constatar que la sociedad es mucho más compleja
y que además los individuos que la componen están mucho más relacionados entre sí y
con el exterior. Las antiguas sociedades tendían a dividirse en tres o cuatro grupos
diferentes (la nobleza, el clero, los burgueses y los campesinos, por ejemplo), pero los
campesinos eran por lejos la mayoría. Ellos llevaban una vida que hoy consideraríamos
muy aburrida: se levantaban cuando salía el sol y se acostaban cuando se ponía, no leían,
no miraban televisión, no escuchaban la radio, comían siempre lo mismo, participaban de
una fiesta (casi siempre ce carácter religioso) pocas veces al año y casi nunca salían de los
límites del lugar donde habían nacido. Además comenzaban a trabajar cuando eran muy
pequeños y lo hacían toda su vida, se casaban jóvenes, la mayor parte de los hijos que
tenían morían en la infancia y por lo general ellos mismo morían antes de alcanzar los 40
años. Durante toda su corta y miserable vida sufrían frío en invierno y calor en verano y
hambre, sed y miedo casi todo el tiempo.
Compárese esta vida con una persona que vive en una ciudad, en una casa que lo
aísla eficientemente del calor y del frío, que no trabaja hasta que tiene 18 o 20 años de
edad, que nunca tuvo un hermano que muriera cuando pequeño y que conoció a sus padres
y sus abuelos, dado que todos llegaron a viejos. Que sabe leer y escribir, que recibe el
periódico, mira la televisión y escucha la radio donde se entera de cosas que le suceden a
otras personas a miles de kilómetros de donde vive. Que habla por teléfono con personas
ubicadas en cualquier lugar del mundo, aún sin conocerlas personalmente. Que protesta si
come dos veces seguidas la misma comida, que viaja todos los días a decenas de
kilómetros de donde vive, y que deja de trabajar a los 65 años, pero vive diez años más. Y
que pertenece a varios estamentos de la sociedad: clases sociales, grupos de intereses,
partidos políticos, asociaciones gremiales, clubes deportivos, etc.
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Los naturalistas de principios del Siglo XIX dieron lugar más adelante a los
científicos especializados, que “partieron” el ambiente en innumerables fragmentos que se
estudiaban en profundidad pero que no se relacionaban entre sí. Recién con la aparición de
la ecología, ya avanzado este siglo, reapareció una ciencia que se interesaba más por las
relaciones entre las cosas que por las cosas mismas (como de alguna manera lo hacía
también la geografía). Pero todavía el peso de la ciencias compartimentadas es muy grande
y son pocas las disciplinas que se atreven a salir de los estrechos límites que se
autoimponen.
No todos los riesgos que corre la sociedad están directamente relacionados con los
procesos ambientales, de allí que clásicamente a los desastres o catástrofes se los divida en
dos categorías: los de origen natural y los de origen humano, aunque a veces la existencia
de uno desencadena la del otro (por ejemplo, una sequía, que es un desastre “natural”, da
lugar a una hambruna, que es un desastre “humano”). Dado el objetivo de este libro,
vamos a centrarnos más en los que se originan en los factores naturales.
Los desastres de origen natural son tan antiguos como la misma vida del hombre en
la Tierra, sin embargo desde hace relativamente poco tiempo son estudiados y analizados
en su conjunto. Y este conjunto no deja de tener importancia. Por ejemplo, las catástrofes
de origen natural (como ya dijimos, los desastres de gran magnitud) fueron más de 1.000
en todo el mundo entre 1947 y 1981. Anualmente producen perdidas por valor de 40.000
millones de dólares y alrededor de 250.000 víctimas. Las más impactantes en términos
tanto humanos como económicos son las inundaciones (40%), los ciclones tropicales
(20%), los terremotos (15%) y las sequías (15%). Más del 90% de las victimas ocurren en
los países no desarrollados, mientras que alrededor del 75% de las perdidas económicas se
da en los desarrollados (ya veremos por que).3
3
Burton, I at al The Environment as Hazard, Oxford University Press, New York, 1978. y Mather, A.S. y Chapman, K.
Environmental Resources, Longman, London, 1995.
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hubo terremotos, siempre hubo maremotos y siempre hubo inundaciones, así como
siempre hubo sedimentación y siempre hubo monzones.
----------------------------------------------------------------------------------
“Aunque el riesgo resulta de la interacción de sistemas naturales y sociales, ambos no pueden ser
considerados como causas equivalentes. Los sistemas naturales no son ni malos ni buenos: son neutros,
en el sentido que ni evitan ni promueven limitaciones en lo que se puede hacer con ellos. Es la gente la
que transforma esos elementos en recursos y riesgos, al usar los factores naturales con propósitos
económicos, sociales o estéticos” (I. Burton The Environment as Hazard, pag.20/21)
---------------------------------------------------------------------------------
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motivo, que es la persistente actitud del hombre a desconocer la dinámica de los elementos
naturales y tomar una actitud acorde con la misma.
No todas las personas, aun con un mismo nivel de conocimiento, perciben los
riesgos de la misma manera y esa percepción los lleva a adoptar actitudes diferentes hacia
ese riesgo. Por ejemplo, para mucha gente que vive en zonas sin riesgo sísmico, vivir en
áreas como Cuyo o los Andes Peruanos les parece totalmente inaceptable. Sin embargo,
para un habitante de esa zona, el riesgo le parece un factor totalmente aceptable, dado que
los contrapesa con otra serie de valores y necesidades (afectivas, económicas, morales,
etc.).
Pero el tema del riesgo tiene una dimensión social que es necesario remarcar: si bien
todos los habitantes de un lugar corren con el mismo riesgo, la capacidad para enfrentarlo
esta marcada por la diferenciación económica y social. Tomemos el ejemplo de los
huracanes del Caribe, que suelen ocurrir al fin del verano del hemisferio norte. Este
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Bibliografía recomendada
Benito, A. and Loppacher, O. 1994 Diccionario del medio ambiente, EINIA, Barcelona.
Frangi, J.L. “Ecología y ambiente”, en Goin, F. and Goñi, R. (comp.) Elementos de política
ambiental, Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, La Plata,
1993.
Gallopín, G. “El medio ambiente humano”, en Gligo, Nicolo y Sunkel, O. (comp.) Estilos de
Desarrollo y Medio Ambiente en América Latina, Tomo I, FCE, México, 1980.
Vernier, Jaques El medio ambiente, Colección Que sé?, PUF/Publicaciones Cruz,
México, 1992.
27
de Sousa Santos, Boaventura. Capítulo I. La Sociología de las Ausencias y la Sociología de las
Emergencias: para una ecología de saberes. En publicación: Renovar la teoría crítica y reinventar la
emancipación social (encuentros en Buenos Aires). Agosto. 2006. ISBN 987-1183-57-7
Disponible en la World Wide Web: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/edicion/santos/Capitulo%20I.pdf
www.clacso.org RED DE BIBLIOTECAS VIRTUALES DE CIENCIAS SOCIALES DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE, DE LA RED
DE CENTROS MIEMBROS DE CLACSO
http://www.clacso.org.ar/biblioteca
biblioteca@clacso.edu.ar
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DEBATE
PREGUNTA DEL PÚBLICO
Por lo que tengo entendido, la metonimia se ha definido desde la
lingüística, y ha sido retomada por el estructuralismo y el psicoa-
nálisis. Tiene que ver con plantear las relaciones por contigüidad,
donde lo que se deja afuera es lo que no es contiguo; supongo que
por eso usted lo plantea como reduccionista. Si es así, todo el plan-
teo que hizo sobre tener en cuenta la ausencia, ampliar el universo
simbólico del presente y traer el futuro tiene mucho que ver, para mí,
con la metáfora, incluso con la idea de traducción, donde no hay una
equivalencia unívoca entre un discurso y otro, sino que se trata de
encontrar semejanzas y diferencias. Me preguntaba, entonces, si se
podía hablar en ese sentido de una racionalidad metafórica.
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9 Ver <www.ces.uc.pt>.
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INTERDISCIPLINARIEDAD Y SISTEMAS COMPLEJOS*
Rolando García
Introducción
Las situaciones a las cuales se suele aplicar la expresión "problemas ambientales" cubren un amplio
espectro: en un extremo, aparecen problemas locales y circunscriptos, como puede ser el caso de un
río contaminado por los desechos de una fábrica próxima que torna tóxica el agua que se bebe en
una ciudad situada a sus orillas. En el otro, se incluyen situaciones tales como las condiciones
insalubres de vida en grandes centros urbanos, o el deterioro del medio físico y de las condiciones
de vida en extensas regiones.
Este capítulo no se ocupará del tipo de situaciones correspondientes al primer grupo. Para
resolverlos puede ser necesario recurrir a conocimientos que provengan de diversas disciplinas
(química, física, biología, tecnologías específicas de la producción). Sin embargo, en la concepción
que expondremos en este capítulo, esa pluri (o multi) disciplina no le otorga al estudio
características de una investigación interdisciplinaria.
Las otras situaciones arriba mencionadas corresponden a problemáticas complejas, donde están
involucrados el medio fisico-biológico, la producción, la tecnología, la organización social, la
economía. Tales situaciones se caracterizan por la confluencia de múltiples procesos cuyas
interrelaciones constituyen la estructura de un sistema que funciona como una totalidad organizada,
a la cual hemos denominado sistema complejo.1
La complejidad de un sistema no está solamente determinada por la heterogeneidad de los
elementos (o subsistemas) que lo componen y cuya naturaleza los sitúa normalmente dentro del
dominio de diversas ramas de la ciencia y la tecnología. Además de la heterogeneidad la
característica determinante de un sistema complejo es la interdefinibilidad y mutua dependencia de
las funciones que cumplen dichos elementos dentro del sistema total. Esta característica excluye la
posibilidad de obtener un análisis de un sistema complejo por la simple adición de estudios
sectoriales correspondientes a cada uno de los elementos.
La no aditividad de los estudios sectoriales se torna aún más evidente cuando se trata de evaluar las
implicaciones de la introducción de modificaciones en un sistema, o de proponer, por ejemplo,
políticas alternativas para el desarrollo sustentable de una determinada región. En efecto, un
principio básico de la teoría de sistemas complejos que aquí expondremos afirma que toda
alteración en un sector se propaga de diversas maneras a través del conjunto de relaciones que
definen la estructura del sistema y, en situaciones críticas (baja resiliencia), genera una
reorganización total. Las nuevas relaciones -y la nueva estructura que de allí emerge- implican tanto
modificaciones de los elementos, como del funcionamiento del sistema total. El juego dialéctico
involucrado en la doble direccionalidad de los procesos que van de la modificación de los
elementos a los cambios del funcionamiento de la totalidad, y de los cambios de funcionamiento a
la reorganización de los elementos, constituye uno de los problemas que ofrece mayor dificultad en
el estudio de la dinámica de los sistemas complejos. Estas interacciones entre la totalidad y las
partes no pueden ser analizadas fraccionando el sistema en un conjunto de áreas parciales que
correspondan al dominio disciplinario de cada uno de los elementos. Desde nuestro enfoque, allí
situamos la diferencia entre multi o pluridisciplina e interdisciplina.
Del planteo precedente surge una redefinición de la interdisciplinariedad. En este trabajo,
llamaremos “investigación interdisciplinaria” al tipo de estudio que requiere un sistema complejo.
En otros términos, no partimos de una definición de "interdisciplina" in-abstracto, que luego
aplicamos a ese objeto de estudio particular que es un sistema complejo. Por el contrario, definimos
primero el objeto de estudio, y luego nos planteamos la manera de estudiarlo. Este cambio del
"punto de partida" tiene implicaciones importantes: las características de los sistemas complejos no
sólo establecen la necesidad de estudiarlos con una metodología adecuada, de carácter
interdisciplinario, sino que determinan en buena medida, cuáles son las condiciones que debe reunir
dicha metodología. En este contexto, metodología "adecuada" significa que debe servir como
instrumento de análisis de los procesos que tienen lugar en un sisterna complejo y que explican su
comportamiento y evolución como totalidad organizada.
Algunas reflexiones adicionales sobre los alcances y limitaciones de nuestra propuesta pueden ser
necesarias (aunque parezcan obvias) para disipar frecuentes incomprensiones.
• No toda investigación es interdisciplinaria: un químico que está estudiando la composición de
una substancia puede tener que recurrir a conocimientos y técnicas provenientes de varias
disciplinas. Sin embargo, la utilización de esos conocimientos multi-disciplinarios no significa que
su trabajo sea inter-disciplinario.
• La palabra “complejo”, asociada a “sistema”, como nombre y apellido de una única entidad,
tiene un significado que difiere de aquel que podemos asignarle en expresiones como “substancia
compleja” u otras de una gran variedad. Ser "complicado" o estar "compuesto de elementos
heterogéneos" no determinan el concepto de complejidad que interviene en la definición de "sistema
complejo" que hemos enunciado mas arriba.
• Cuando afirmamos que la investigación interdisciplinaria es el tipo de estudio requerido por un
sistema complejo, esto no excluye en modo alguno estudios parciales de alguno de sus elementos o
de alguna de sus funciones. Ningún análisis de tales sistemas puede prescindir de estudios
especializados. Sin embargo, tan ricos y necesarios como pueden llegar a ser dichos estudios, la
simple suma de ellos rara vez podría, por si sola, conducir a una interpretación de los procesos que
determinan el funcionamiento del sistema como tal, es decir, como totalidad organizada.
• Un estudio integrado de un sistema complejo, donde esté en juego el funcionamiento de la
totalidad del sistema sólo puede ser obra de un equipo con marcos epistémicos, conceptuales y
metodológicos compartidos. Esta aserción es un principio básico de la metodología desarrollada en
este capítulo.
Los estudios sobre la problemática ambiental han puesto de manifiesto, de manera reiterada, la
insuficiencia de las metodologías tradicionales (o, más exactamente, de lo que tradicionalmente se
entiende por metodología) para realizarlos. De allí a elaborar propuestas concretas que constituyan
verdaderas alternativas para realizar dichos estudios, y que reunan, además, la indispensable
condición de ser operativas, es decir, de traducirse en procedimientos más o menos precisos que
orienten las investigaciones, hay un largo camino erizado de dificultades. Como ocurre en todos los
campos, es más fácil ponerse de acuerdo sobre lo que debemos abandonar y superar en las viejas
prácticas de investigación, que concordar en una propuesta superadora.
Hay, sin duda consenso en considerar que para abordar los problemas ambientales es necesario
lograr una verdadera articulación de las diversas disciplinas involucradas, a fin de obtener un
estudio "integrado" de esa compleja problemática. Sin embargo, el acuerdo sobre la necesidad de
realizar un estudio integrado del medio ambiente puede ser sólo superficial si no se aclara sobre qué
bases conceptuales y metodológicas se puede orientar una investigación que llegue a ese objetivo, y
en que consiste una investigación interdisciplinaria para lograrlo.
Por otra parte, la consideración de marcos conceptuales y de las metodologías adecuadas para
abordar el estudio de la problemática ambiental, en toda su complejidad, no pasaría de ser un
ejercicio puramente académico, de alcances limitados, si no se planteara su necesaria proyección
hacia la formación de investigadores. Las instituciones de enseñanza superior, todavía con resabios
indelebles de las estructuras universitarias surgidas en el medioevo, presentan a los estudiantes, con
raras excepciones, un saber fragmentario y una práctica anacrónica de la ciencia y de la tecnología.
Las deficiencias de esta formación básica de los egresados constituyen el más serio obstáculo para
integrar los equipos de investigadores que requiere el estudio de los problemas arriba enunciados.
No se trata de aprender “más cosas”, sino de “pensar de otra manera” los problemas que se
presentan en la investigación, es decir, de reformular la concepción de la práctica de la ciencia.
Desde esta perspectiva, uno de los propósitos de este capítulo, concordante con el objetivo general
de la obra, es exponer algunas reflexiones y sugerir acciones concretas que contribuyan a estimular
un cambio en la concepción de la investigación interdisciplinaria y en la formación de
investigadores capaces de realizarla. Si bien el tema de esta obra se circunscribe a la problemática
ambiental, el objetivo del capítulo tiene mayores alcances por cuanto atañe a una amplia gama de
problemas sobre los cuales hay creciente conciencia de que requieren ser estudiados con un enfoque
sistémico.
La conceptualización de la investigación interdisciplinaria que aquí se expondrá no sólo tiene
implicaciones metodológicas para el trabajo concreto e implicaciones para la formación de
investigadores. Ambas realizaciones requieren también una reconceptualización del interior de cada
disciplina. Cada uno de los capítulos de la obra aborda este problema desde un enfoque particular.
El tema será retomado aquí desde la perspectiva del estudio de un sistema complejo.
1. Interdisciplinariedad
2.2.Marco conceptual
Las consideraciones precedentes conducen a dos preguntas básicas que deberán orientar la
elaboración de un marco conceptual y metodológico para el estudio de un sistema complejo:
I) Puesto que todo estudio supone necesariamente un recorte de la realidad, ¿es posible realizar el
recorte en forma tal que no desnaturalice el fragmento de la realidad que así se haya abstraído del
resto? Más aún: ¿es posible tomar en cuenta las interacciones que relacionan a dicho fragmento con
la totalidad en la cual está inmerso sin que ello exija ampliar ad-infinitum los límites del estudio?
II) ¿Pueden formularse bases conceptuales suficientemente generales como para servir de marco a
programas de investigación interdisciplinaria, es decir, que hagan posible un estudio que rebase los
límites de disciplinas específicas, permitiendo un conocimiento integrado de problemas complejos
de la realidad?
La primer pregunta tiene hoy su respuesta en una “teoría general de sistemas”, esbozada ya por
Bertalanffy a mediados del siglo, que ha logrado importantes desarrollos en las últimas décadas, en
particular con los aportes de la escuela de Bruselas de Ilya Prigogine. En forma paralela, aunque
con raíces más antiguas, Jean Piaget y su escuela ginebrina desarrollaron una epistemología
constructivista que plantea una evolución del sistema cognoscitivo, tanto al nivel individual como
en la historia de la ciencia, con notables puntos de coincidencia con la escuela de Bruselas. Sobre
esas bases hemos propuesto en otras publicaciones (y aplicado en diversos proyectos de
investigación empírica), un tipo de análisis sistémico alejado de los modelos econométricos y de la
ingeniería de sistemas, que permite reformular la manera en que se plantea la necesidad de estudiar
“totalidades”, superando el aparente escollo de la inevitabilidad de los “recortes” de la realidad para
poder analizarlas. Los aspectos teóricos están resumidos en nuestros trabajos [2] y [3]; las
aplicaciones están referidas en “estudios de caso” [5] y [6].
La segunda pregunta concierne a la metodología de la investigación interdisciplinaria de esas
totalidades. Ya hemos señalado que ella no se logra por el hecho de “poner juntos” a los
especialistas diversas disciplinas y pidiéndoles que articulen sus resultados (aunque esto sea,
obviamente, parte esencial del proceso de la investigación). La interdisciplinariedad comienza
desde la formulación misma de los problemas, antes de los estudios disciplinarios, se prolonga un
largo proceso (que no es lineal, que pasa por diversas fases, cada una con sus propias “reglas de
juego”) y acompaña a los propios estudios disciplinarios hasta el término mismo de la
investigación. Esta forma de abordar el objeto de estudio plantea, como se verá más adelante, una
problemática que no es sólo metodológica, sino fundamentalmente epistemológica.
2.3.Los estudios disciplinarios
Todo equipo de investigadores que aborde el estudio interdisciplinario de un sistema complejo,
tiene como integrantes a científicos formados en diversas disciplinas. En el inicio del estudio, cada
investigador tendrá una visión de los problemas planteados por el objeto de estudio desde la
perspectiva que le ofrece su propia disciplina y su propia concepción de esa disciplina. Surge, por
consiguiente, una pregunta ineludible:
¿El sistema actual de las ciencias constituye un instrumento idóneo para realizar el tipo de estudios
que surgirían de planteamientos como los referidos en las preguntas anteriores (2.2), o está todo
conocimiento irremisiblemente condenado a ser parcial y fragmentario?
Esta pregunta nos remite al problema clásico de la clasificación de las ciencias y de las
interrelaciones entre las disciplinas. Este tema se torna imperativo en toda formulación de la
interdisciplinariedad puesto que es obvio que ésta no puede existir si no hay posibilidad de una
articulación entre las ciencias. A este respecto es necesario poner claramente de manifiesto la
inadecuación de las dos posiciones extremas que han prevalecido en las múltiples propuestas de
clasificación de las ciencias, a través de la historia. Por una parte, la posición reduccionista, que
borra la especificidad de los fenómenos que pertenecen al dominio de cada disciplina. Por la otra, la
posición que erige barreras infranqueables entre las disciplinas, sobre la base de la especificidad de
los fenómenos. Sólo un análisis epistemológico puede superar ambas posiciones y mostrar la
posibilidad de integrar los estudios disciplinarios en la práctica concreta de la investigación
interdisciplinaria, respetando la especificidad del dominio de cada disciplina.
En el Anexo se exponen brevemente las razones históricas que condujeron a las diversas
concepciones sobre la clasificación de las ciencias. La posición que adoptaremos y que allí
fundamentamos -con fuerte influencia de los trabajos de Jean Piaget sobre el tema- conduce a una
concepción unificada, no reduccionista, de la investigación científica compatible con la pluralidad
de las ciencias, que torna legítima la pretensión de proponer una metodología de trabajo
interdisciplinario como la que presentamos en este capítulo.
La tesis central en que se basa dicha concepción es que desde el punto de vista de la generación y
adquisición del conocimiento (epistemología general) no existen diferencias que permitan
fundamentar la persistente idea de una dicotomía entre ciencias de la naturaleza y ciencias sociales
(o "ciencias del espíritu"). No hay, por consiguiente, maneras específicas de generar el
conocimiento científico para cada uno de los objetos, fenómenos y situaciones que corresponden a
lo diversos dominios de la realidad. Hay diferencias obvias, sin embargo, cuando se trata de las
conceptualizaciones de tales dominios al interior de cada disciplina, pero esas diferencias no son
reducibles a la oposición "ciencias de la naturaleza" y "ciencias sociales".
Para comprender las razones que tuvieron en su momento quienes introdujeron dicha dicotomia, y
para poder explicar el surgimiento de las tesis reduccionistas mostrando finalmente, las falacias que
ellas encierran es necesario realizar un analisis histórico, del cual presentamos un esbozo en el
Anexo.
Una concepción unificada, no reduccionista, de las diversas ciencias hace posible plantearse el
problema de su articulación en el trabajo interdisciplinano. En la metodología que expondremos,
esa articulación plantea dos problemas diferentes, aunque complementarios:
• Cómo articular la participación de los investigadores de las diversas disciplinas en la práctica
concreta de la investigación interdisciplinaria. Este será el tema de la Sección 3.
• Cómo articular las diversas disciplinas, para hacer posible la coordinación de los aportes de
cada una de ellas. Algunos de los problemas que aquí se presentan serán analizados en la Sección 4.
3. Conceptualizaciones y metodologías en el estudio de sistemas complejos
Hasta aquí hemos analizado las características que debe tener un estudio integrado de un sistema
complejo, desde el punto de vista de los instrumentos necesarios para abordar la investigación. Es
necesario ahora referirse al contenido y a los objetivos de los estudios.
El primer objetivo de un estudio integral es obtener un diagnóstico del funcionamiento del sistema.
Aquí, como en un diagnóstico médico, es necesario analizar la anatomía y la fisiología de cada uno
de los componentes (órganos o subsistemas), así como su armonización o desarmonía en el
comportamiento general del individuo (sistema).
El segundo objetivo -y, en realidad, la principal motivación de los estudios- es poder actuar sobre el
sistema: detener la enfermedad y, en lo posible, curar al paciente, en el caso de la medicina; detener
y, en lo posible, revertir los procesos deteriorantes en el caso de los estudios ambientales. Los
criterios y prioridades aplicables en esta etapa no surgen sólo del interior de la ciencia: están
basados en sistemas de valores cuya justificación proviene de una ética social (cf. Sección 4).
El segundo de los objetivos en el caso de los estudios ambientales suele plantearse como la
formulación de políticas alternativas no deteriorantes o políticas de desarrollo sustentable de tales
sistemas.
3.1.El diagnóstico
Los sistemas complejos se comportan como “totalidades” compuestas de subsistemas. Siguiendo
una terminología que hemos utilizado en otros trabajos, llamaremos funcionamiento del sistema al
conjunto de actividades del sistema como un todo, y función a la contribución de cada elemento o
subsistema al funcionamiento del sistema. Debe notarse, sin embargo, que ambas expresiones son
relativas: lo que llamamos “sistema total”, en un contexto dado del análisis, es también un
subsistema de sistemas más amplios, dentro de los cuales puede desempeñar una o más funciones.
La decisión de emprender el estudio de un cierto sistema ambiental proviene, en general, del
reconocimiento de situaciones o fenómenos que tienen lugar en esa localización geográfica y que
han generado (o están generados por) procesos de deterioro en el medio físico, y en el medio social.
Estas situaciones, fenómenos, procesos, constituyen la “realidad” que es objeto de estudio.
Cuando un investigador o un equipo de investigadores enfrenta la necesidad de llevar a cabo ese
estudio, en ningún caso se ve en presencia de un “sistema” ya dado que no hay más que observar y
analizar. Una parte fundamental del esfuerzo de investigación es la “construcción”
(conceptualización) del sistema, como recorte más o menos arbitrario de una realidad que no se
presenta con límites ni definiciones precisas.
Esta “construcción” del sistema no es otra cosa que la construcción de sucesivos modelos que
representen la realidad que se quiere estudiar. Es un proceso laborioso de aproximaciones sucesivas.
El test de haber arribado a una meta satisfactoria en la definición de sistema (como “modelo” de la
realidad que se está estudiando) sólo puede basarse en su capacidad de explicar un funcionamiento
que dé cuenta de los hechos observados.
Para ello no es suficiente tener un modelo que represente una clara descripción del sistema en el
momento o período que se estudia. Los estudios históricos son una herramienta indispensable en el
análisis sistémico. No se trata de reconstruir la historia total de la región que se estudia, sino de
reconstruir la evolución de los principales procesos que determinan el funcionamiento del sistema.
La relación entre función y estructura (o entre procesos y estados) es la clave para la comprensión
de los fenómenos.
Ningún proyecto de investigación comienza de cero. En general, se dispone de suficiente
conocimiento de dichos fenómenos o situaciones, que definen, en primera aproximación, la
problemática a estudiar, como para formular preguntas generales que constituyan el punto de
partida de la investigación. A partir de allí, comienza el proceso que conducirá a la definición del
sistema objeto de estudio.
Hemos dicho que un sistema no es simplemente un conjunto de elementos sino que, en tanto
sistema, está caracterizado por su estructura. Por consiguiente, un sistema estará definido solamente
cuando se haya identificado un número suficiente de relaciones entre cierto conjunto de elementos,
que permitan vincularlos con referencia al funcionamiento del conjunto como totalidad. Debe
tenerse en cuenta, sin embargo, que con los mismos elementos pueden definirse sistemas diferentes,
es decir, sistemas cuyas estructuras difieren en tanto se hayan tomado en consideración distintos
conjuntos de relaciones entre los elementos.
Las observaciones precedentes no introducen, sin embargo, completa arbitrariedad en la definición
del sistema de estudio. La selección dependerá de los objetivos de la investigación, y estará
determinada, como ya lo hemos señalado, por las preguntas específicas que se hayan formulado con
respecto al tipo de situaciones que se desea estudiar (que, en nuestro caso, son situaciones
características del medio físico, del sistema productivo y del sistema socioeconómico, considerados
como “elementos” o subsistemas de un sistema único).
Por otra parte, los fenómenos que caracterizan dichas situaciones pueden corresponder a escalas o
niveles diferentes. Es importante señalar, a este respecto, que las “interacciones” entre elementos o
subsistemas no son análogas, en modo alguno, al principio de “acción y reacción” en Física. La
“acción” de un cultivo sobre el medio físico, y la “reacción”" de este último sobre el primero,
corresponden en general a escalas temporales que pueden llegar a diferir en órdenes de magnitud.
La hipótesis de trabajo con la cual se inicia una investigación sistémica puede resumirse por
consiguiente en la suposición sigujente: dado un conjunto de preguntas referentes a situaciones
complejas del sector de la realidad que es objeto de estudio, puede definirse un sistema, en
términos de ciertos elementos e interacciones entre ellos, cuya estructura sea la que corresponda al
tipo de funcionamiento que se desea explicar y que responda a las preguntas iniciales.
El esquema explicativo corresponde siempre a un cierto nivel de análisis para un período dado del
funcionamiento del sistema. Pero un esquema explicativo coherente y suficientemente
comprehensivo como para abarcar la amplia gama de hechos significativos de los cuales debe dar
cuenta la investigación no se logra en un primer intento. Suele ser el fruto de un largo proceso cuya
dinámica es parte esencial de los estudios sobre interdisciplinariedad.
Las relaciones que determinan la estructura del sistema no se descubren a posteriori de los estudios
disciplinarios parciales, sino que deben plantearse desde el inicio y se continúan elaborando y
replanteando a través de toda la investigación. Por eso insistimos en concebir la investigación
interdisciplinaria como un proceso y no como un “acto” de coordinación de resultados.
En forma esquemática, dicho proceso debería incluir “fases” del tipo siguiente:
1. Reconocimiento general -por parte del equipo de investigación en su conjunto- de los problemas
que se procura interpretar y para los cuales se intenta encontrar solución. Formulación de las
preguntas de base.
2. Análisis de estudios anteriores realizados sobre aspectos diversos de dicha problemática. En
estos análisis debe ponerse especial atención en aquella información que permita preparar el
camino para reconstruir la historia de las situaciones y fenómenos que constituyen la
motivación del estudio.
3. Identificación de elementos y relaciones para caracterizar, en primera aproximación, un sistema
que involucre la problemática referida en (1) y (2), con sus condiciones de contorno.
4. Planteo de hipótesis de trabajo que permitirían explicar el comportamiento del sistema. Esto
supone reformular las preguntas de base en términos de las funciones que cumplen los
subsistemas y del funcionamiento del sistema.
5. Identificación de la problemática a investigar en cada subsistema para verificar o refutar las
hipótesis sobre sus funciones dentro del Sistema. Planificación de trabajos sobre temas
especializados que requieren estudios en profundidad.
6. Investigaciones disciplinarias de los problemas referidos en (5), en el contexto de las relaciones
entre los dominios, de los subsistemas establecidas en el punto 3.
7. Primera integración de los resultados obtenidos en (6), lo cual conduce, generalmente a
redefinir el sistema formulado en (3), e incluso a reformular las preguntas iniciales.
8. Repetición de las fases (5) y (6) en relación con la nueva definición del sistema.
9. Segunda integración de resultados y nueva redefinición del sistema,
10. Repetición sucesiva de las fases (8) y (9) tantas veces como sea necesario hasta llegar a una
explicación coherente que dé cuenta de todos los hechos observados y responda a las preguntas
que han ido surgiendo en el proceso descripto.
Las fases (6), (8) y las sucesivas fases pares serán denominadas fases de diferenciación. En ellas,
predomina la investigación disciplinaria. Allí puede ser necesario el concurso de muy buenos
especialistas, en dominios muy restringidos, ajenos al equipo, y sin preocupación por la
problemática general.
Las fases (7), (9), y las sucesivas fases impares serán denominadas fases de integración. Allí es
necesario que los miembros del equipo tengan la capacidad de descentración necesaria para: a)
comprender y apreciar los problemas planteados a su propio dominio desde los otros dominios; b)
percibir aquellos problemas de su dominio que se prolongan en los otros, y formularlos
adecuadamente a quienes se especializan en estos últimos.
La tesis central de nuestro trabajo puede ahora enunciarse de la siguiente manera:
Los objetivos de una investigación interdisciplinaria se logran a través del juego dialéctico en las
fases de diferenciación e integración que tienen lugar en el proceso que conduce a la definición y
estudio de un sistema complejo.
El esquema precedente es sólo indicativo de la forma de coordinar un equipo interdisciplinario. Su
objetivo es mostrar la necesidad de distinguir las fases características desde el punto de vista de la
interdisciplinariedad. Un aspecto importante de este esquema es la ubicación de la tarea
disciplinaria dentro de la actividad interdisciplinaria en su conjunto.
6. Conclusiones
A manera de conclusión, y a riesgo de ser reiterativos, nos parece necesario sintetizar las principales
implicaciones de los análisis que hemos presentado en las secciones precedentes:
1. La gravedad de los problemas planteados por la problemática ambiental, así como sus
proyecciones sociales, económicas y políticas, han puesto de manifiesto serias limitaciones en
los estudios realizados para diagnosticar la raíz de los problemas, para prevenirlos, o para
generar políticas que detengan y reviertan el deterioro.
2. Una de las limitaciones tiene como fuente la fragmentación ilegítima de los problemas. La
mayoría de los estudios son de carácter sectorial, circunscriptos al dominio de una disciplina.
Los casos, menos frecuentes, de estudios multi-sectoriales se realizan por simple adición de
estudios parciales, ignorando las características sistémicas de los procesos fundamentales
involucrados en la problemática ambiental. El presente capítulo contiene una propuesta de
análisis sistémico capaz de superar esa limitación.
3. La segunda limitación es correlativa con la anterior y tiene que ver con la estrechez de los
marcos conceptuales dentro de los cuales se mueven las disciplinas. Los diversos autores de
esta obra han insistido en la necesidad de reformular los enfoques tradicionales en cada una de
sus respectivas disciplinas, con el doble objetivo de extender su dominio de aplicación y de
incorporar temáticas comunes con otras disciplinas para permitir la articulación de sus análisis.
4. La ampliación del dominio de problemas que abarca cada disciplina no es sólo un requerimiento
de la problemática ambiental. Como ya hemos puesto de manifiesto, esta última está actuando
como detonante de una situación de crisis en las ciencias sociales, en lo que concierne a su
capacidad para tratar los problemas estructurales que afectan particularmente a los países del
llamado Tercer Mundo.
5. Los capítulos precedentes contienen los elementos necesarios para poner de relieve la
orientación que deben tener los estudios sobre problemas ambientales vistos desde cada una de
las disciplinas involucradas. Pero muestran, además, ámbitos de convergencia,
complementación y articulación de los diversos dominios disciplinarios. Sin embargo, en este
capítulo hemos sostenido que cuando se trata de un sistema ambiental complejo, no basta con
visualizar desde cada disciplina los problemas allí involucrados para luego “poner juntos” los
resultados de los respectivos análisis. Un sistema complejo funciona como una totalidad. Los
procesos que allí tienen lugar están determinados por la interacción de elementos o subsistemas
que pertenecen a dominios disciplinarios diversos y cuya contribución a cada proceso no es
enteramente separable de las otras contribuciones. Esta consideración adquiere fundamental
importancia cuando se estudia la evolución del sistema como tal, por cuanto la dinámica de la
totalidad no es deducible de la dinámica de los elementos considerados aisladamente.
Si se aceptan los cinco puntos precedentes parece necesario considerar varios niveles de acción en
la formación de profesionales e investigadores en el campo de la problemática ambiental:
• Hay un nivel epistémico, que condiciona el marco ideológico dentro del cual se inscribe la
“racionalidad ambiental” varias veces referida en esta obra. En la Sección 4 hemos analizado la
signifcación y alcances de los marcos epistémicos. La discusión de esta temática creemos que
debe formar parte de la formación de profesionales e investigadores, en todos los niveles y todas
las disciplinas involucradas en las temáticas que hemos considerado.
• Viene, luego, un nivel disciplinario donde se inscriben los análisis y recomendaciones hechos
por los autores de los diversos capítulos precedentes. Creemos absolutamente necesario que la
enseñanza universitaria de las respectivas disciplinas se modifique en ese sentido. Lograr ese
objetivo debería ser parte esencial de los esfuerzos que se realizan actualmente, tanto en el
orden nacional como internacional, con referencia a las grandes temáticas de la problemática
ambiental y el desarrollo sostenido.
• Finalmente, el estudio y la práctica de la investigación de sistemas complejos -que llamaremos
el nivel sistémico- debería formar parte de programas de postgrado desarrollados sobre la base
de proyectos concretos de investigación interdisciplinaria.
Anexo
* Este artículo está publicado en : Leff, Enrique (comp.), “Ciencias Sociales y Formación
Ambiental”, Ed. Gedisa, UNAM, 1994, Barcelona, España.
** Rolando García: Ph. D. de la Universidad de Califormia. Doctor Honoris Causa de la Univ. de
Buenos Aires. Miembro de la Academia Mexicana de Investigación Científica. Investigador de
CINVESTAV y del SIN. Autor de artículos y libros en el campo de la epistemología y los sistemas
complejos.
Bibliografía
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problema está en el capítulo 5, que reproduce un trabajo publicado en 1940.
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• Hacia una Lógica de Significaciones, Centro Editor de América Latina Buenos Aires, 1988.
Notas
1.Cf. Garcia [3].
2.Cf. Leo Apostel (1975).
3.Vease Garcia [3].
4.Cf. Bertalanff~ (1%8).
5.Cf. Garcia [7].
6.Cf. [3].
7.Un análisis histórico referido a un caso concreto lo hemos presentado
8.Cf. [1], [51, (6].
9.Kotarbinsky (1966).
10.Ibidem p.62.
11.Camap (1955), p.61.
12.Piaget (1967) p.1172.
13.Piaget (1970) cap. 1.
EPISTEMOLOGÍA DE LA COMPLEJIDAD1.
Edgar Morín
I. Cuando decimos: "Es complejo, es muy complejo!", con la palabra "complejo" no estamos
dando una explicación sino que señalamos una dificultad para explicar. Designamos algo que, no
pudiendo realmente explicar, vamos a llamar "complejo". Por eso es que, si existe un pensamiento
complejo, éste no será un pensamiento capaz de abrir todas las puertas (como esas llaves que abren
cajas fuertes o automóviles) sino un pensamiento donde estará siempre presente la dificultad. En el
fondo, quisiéramos evitar la complejidad, nos gustaría tener ideas simples, leyes simples, fórmulas
simples, para comprender y explicar lo que ocurre alrededor nuestro y en nosotros. Pero como estas
fórmulas simples y esas leyes simples son cada vez más insuficientes, estamos confrontados al
desafío de la complejidad. Un desafío al que hay que responder en primer lugar tratando de señalar
qué quiere decir "complejidad". Y esto ya nos plantea un problema: ¿existe una
complejidad?,¿complejidades?
Se puede decir que hay complejidad dondequiera se produzcan enmarañamiento de acciones, de
interacciones, de retroacciones. Y ese enmarañamiento es tal que ni siquiera una computadora
podría captar todos los procesos en curso. Pero hay también otra complejidad que proviene de la
existencia de fenómenos aleatorios (que no se pueden determinar y que, empíricamente, agregan
incertidumbre al pensamiento). Se puede decir, en lo que concierne a la complejidad, que hay un
polo empírico y un polo lógico y que la complejidad aparece cuando hay a la vez dificultades
empíricas y dificultades lógicas. Dificultades empíricas: el ejemplo más hermoso proviene de la
meteorología y se lo conoce con el nombre de "efecto mariposa": una mariposa que bate sus alas en
Australia puede, por una serie de causas y efectos puestos en movimiento, provocar un tornado en
Buenos Aires, por ejemplo. Esta complejidad, tiene que ver con lo que Pascal había visto muy bien.
Pascal dijo hace ya tres siglos: "Todas las cosas son ayudadas y ayudantes, todas las cosas son
mediatas e inmediatas, y todas están ligadas entre si por un lazo que conecta unas a otras, aun las
más alejadas. En esas condiciones --agregaba Pascal-- considero imposible conocer las partes si no
conozco el todo, pero considero imposible
conocer el todo si no conozco las partes". Esta es la primera complejidad; nada está realmente
aislado en el Universo y todo está en relación. Vamos a encontrar esta complejidad en el mundo de
la física, pero también, de una manera diferente, en el mundo de la política puesto que, como lo
veremos, estamos en la era planetaria y todo lo que ocurre en un punto del globo puede repercutir
en todos los otros puntos del globo.
El problema lógico aparece cuando la lógica deductiva se muestra insuficiente para dar una
prueba en un sistema de pensamiento y surgen contradicciones que devienen insuperables. Es lo que
ha ocurrido, por ejemplo, en el campo de la microfísica. Hubo un momento histórico, a comienzos
del siglo, cuando se enfrentaron dos concepciones de la materia elemental, es decir de la partícula:
una concepci6n ondulatoria donde efectivamente la partícula era una onda, y una concepción
corpuscular. Ahora bien, el momento histórico fue cuando Niels Bohr dijo que esas dos
proposiciones contradictorias eran de hecho complementarias, puesto que empíricamente los dos
fenómenos aparecían en condiciones diferentes y lógicamente se debían asociar dos términos que se
excluyen mutuamente. Estas son las complejidades que no podernos soslayar y que hay que
enfrentar.
Retomo la frase de Pascal para resumirla con una fórmula caricaturesca: "Todo está en todo y
recíprocamente". Lo que significa: "iDesanímense, porque van a hundirse en la confusión más
completa!". Y sin embargo esa frase, "todo está en todo y
recíprocamente", puede ser dilucidada, a condición de que se acepte la siguiente proposición: no
sólo una parte está en el todo, sino que también el todo está en la parte. ¿Cómo es eso? Veamos
1
Morín, Edgar: Nuevos Paradigmas, Cultura y Subjetividad Cap. VIII- Edit.. Paidós Bs. As.,1995
algunos ejemplos: cada célula de nuestro cuerpo es una parte que está en el todo de nuestro
organismo, pero cada célula contiene la totalidad del patrimonio genético del conjunto del cuerpo,
lo que significa que el todo está también en la parte. Cada individuo en una sociedad es una parte de
un todo, que es la sociedad, pero ésta interviene, desde el nacimiento del individuo, con su lenguaje,
sus normas, sus prohibiciones, su cultura, su saber; otra vez, el todo está en la parte. En efecto,
"todo está en todo y recíprocamente" Nosotros mismos, desde el punto de vista cósmico, somos una
parte en el todo cósmico: las partículas que nacieron en los primeros instantes del Universo se
encuentran en nuestros átomos. El
átomo de carbono necesario para nuestra vida se ha formado en unsol anterior al nuestro. O sea que
la totalidad de la historia del cosmos est8 en nosotros, que somos, no obstante, una parte pequeña,
ínfima, perdida en el cosmos. Y sin embargo somos singulares, puesto que el principio "el todo está
en la parte" no significa que la parte sea un reflejo puro y simple del todo. Cada parte conserva su
singularidad y su individualidad pero, de algún modo, contiene el todo.
II. Esta es una problemática sumamente vasta, y la dificultad que tenemos para entrar en ella
supone un fenómeno histórico y cultural en el cual nos encontramos. En la escuela hemos aprendido
a pensar separando. Aprendimos a separar las materias: la historia, la geografía, la física, etc. ¡Muy
bien! Pero si miramos mejor, vemos que la química, en un nivel experimental, está en el campo de
la microfísica. Y sabemos que la historia siempre ocurre en un territorio, en una geografía. Y
también sabemos que la
geografía es toda una historia cósmica a través del paisaje, a través de las montañas y llanuras...
Está bien distinguir estas materias pero no hay que establecer separaciones absolutas. Aprendimos
muy bien a separar. Apartamos un objeto de su entorno, aislamos un objeto con respecto al
observador que lo observa. Nuestro pensamiento es disyuntivo y, además, reductor: buscamos la
explicación de un todo a través de la constitución de sus partes. Queremos eliminar el problema de
la complejidad. Este es un obstáculo profundo, pues obedece al arraigamiento de una forma de
pensamiento que se impone en nuestra mente desde la infancia, que se desarrolla en la escuela, en la
universidad y se incrusta en la especialización; y el mundo de los expertos y de los especialistas
maneja cada vez más nuestras sociedades.
Ahora bien, hay un problema grave porque sabemos que los especialistas son excelentes para
resolver los problemas que se plantean en su especialidad, con la condición de que no surjan
interferencias con factores pertenecientes a especialidades vecinas y con la condición de que no se
presente nada nuevo en los problemas planteados. El problema es que, en cuanto aparece una
novedad o una interferencia, el experto se equivoca un poco más a menudo que el no experto. De
ahí que hayamos llegado a menospreciar las ideas generales porque, como se dice, están "en el
aire", son huecas, no han sido probadas. Pero los expertos no pueden prescindir de ellas; tienen
ideas generales sobre la vida, sobre el mundo, sobre el amor, sobre las mujeres, sobre la política...
Sólo que estas ideas generales son las más pobres de las ideas generales, ya que nunca intentan
repensarlas y controlarlas. No se puede vivir sin ideas generales, me refiero a las que conciernen a
la naturaleza del hombre, de la vida, de la sociedad.
Hasta hace unos 20 o 30 años, la ciencia clásica había desintegrado el cosmos, había
desintegrado la vida diciendo que la vida no existía, que hay moléculas, comportamientos, genes,
pero ¿la vida? ¿Qué es eso? ¡No la conozco! La ciencia clásica ha desintegrado la sociedad; los
estudios parcelarios, demográficos, económicos, etc., han desintegrado el problema global e incluso
al hombre, puesto que, en definitiva, podía considerarse al hombre come un objeto indigno del
conocimiento especializado, casi una ilusión. Ahora bien, no podemos renunciar a las preguntas
básicas que los seres humanos se han planteado desde que trataron de pensar, desde que miraron el
cielo estrellado, desde que, ya ciudadanos, se interrogaron sobre cuál podía ser la mejor sociedad o
por lo menos la menos mala; desde que se preguntaron, por fin, "¿de dónde venimos? ¿cuál es el
sentido de la vida?"
No podemos vivir escamoteando esas cuestiones como si fueran tontas o insanas; se las puede
eliminar, sin duda, pero entonces la única función del conocimiento será la manipulación. Como
bien lo vio Husserl, a partir del momento en que dejó de plantearse interrogantes sobre si misma,
sobre su marcha, sus fundamentos, su alcance, la ciencia, o mejor dicho la tecnociencia, se convirtió
en una máquina ciega. Lo paradójico es que esa ciencia moderna, que tanto contribuyó a elucidar el
cosmos, las estrellas, la bacteria y, en fin, tantas cosas, es completamente ciega con respecto a si
misma y a sus poderes; ya no sabemos adónde nos conduce.
III. Si tenemos grabadas en nosotros esas formas de pensamiento que nos Ilevan a reducir, a
separar, a simplificar, a ocultar los grandes problemas, esto se debe a que reina en nosotros un
paradigma profundo, oculto, que gobierna nuestras ideas sin que nos demos cuenta. Creemos ver la
realidad; en realidad vemos lo que el paradigma nos pide ver y ocultamos lo que el paradigma nos
impone no ver. Hoy, en nuestro siglo, se plantea el problema siguiente: podemos preguntarnos si ha
comenzado una revolución paradigmática. Una revolución orientada evidentemente en dirección a
la complejidad. Creo que se puede plantear el problema en tres planos: el de las ciencias físicas, el
de las ciencias del hombre (o, más extensamente del conocimiento del hombre) y el de la política.
¿Por qué pensamos que ha comenzado una revolución paradigmática en el plano de las ciencias
físicas? Porque en nuestra época hemos presenciado el derrumbe de lo que fue el dogma central de
la física clásica. En Descartes, en Newton, el mundo era un mundo perfecto. ¿Por qué? Porque
emanaba de la perfección divina. Inclusive cuando Laplace ech6ó a Dios del mundo conservó para
el mundo la perfección o, mas bien, introdujo el atributo divino en el mundo. Para Laplace, el
mundo era una máquina determinista perfecta, y si tuviéramos el genio de un demonio
todopoderoso podríamos conocer todos los eventos del pasado y todos los eventos del futuro. Era
una máquina mecánica absolutamente ordenada. El desorden no podía ser más que una ilusión o una
apariencia. Ese mundo estaba constituido por pequeños ladrillos elementales indivisibles, los
átomos. ¡Ese es el mundo que se ha derrumbado! Se derrumbó por los dos lados, por la base, a nivel
del Átomo, cuando se vio que este no era un ladrillo
Sino un sistema sumamente complejo constituido por partículas, y que las partículas mismas eran
entidades altamente complejas, en el limite entre lo material y lo no-material, dotadas de la extraña
cualidad de poder ser tanto onda, tanto corpúsculo, sin ser ni lo uno ni lo otro. Y en cuanto al
mundo microfísico, vemos un bullir de indeterminaciones que no nos permite registrar más que un
orden estadístico.
En el plano del cosmos, un universo mecánico, eterno, se desplomó hace treinta años con el
descubrimiento de la dispersión de las galaxias y de esa irradiación fósil a tres grados Kelvin; con la
hipótesis de que ese mundo nace de una deflagraci6n original o de una pequeña fluctuación original
en un no-ser absoluto, y también de que ese nacimiento se produce en una combinación de orden y
de desorden. Nace en el desorden, en el sentido que nace de una manera declarativa y en medio de
un calor intenso. Y calor significa agitación desordenada de las partículas o de los átomos. Pero hay
también un principio de orden, ya que ciertas partículas pueden asociarse cuando se encuentran en
el desorden, dando lugar a ese memento en el que se constituyen algunos grandes principios que
permiten tanto la formación de los núcleos como la formación de las galaxias y los astros.
Nuestro universo es, pues, el fruto de lo que llamaré una dialógica de orden y desorden. Dialógica
en el sentido de que se trata de dos nociones totalmente heterogéneas que se rechazan mutuamente--
y que da un lugar irreductible a lo que parecía oscuro para los deterministas: “¿Cómo el desorden?
¡El desorden no existe, es una ilusión!". Pues bien, el desorden no sólo existe sino que de hecho
desempeña un papel productor en el Universo. Y eso es el fenómeno más sorprendente. Es esa
dialógica de orden y desorden lo que produce todas las organizaciones existentes en el Universo.
Ahora vemos que lo que es cierto para el mundo físico también lo es para el nacimiento de la vida,
que apareciera en condiciones turbulentas, eruptivas, tormentosas, hace cuatro mil millones de años.
Todo se ha hecho, todo ha nacido a través de encuentros aleatorios. Debemos, pues, trabajar con el
desorden y con la incertidumbre y nos damos cuenta de que trabajar con el desorden y la
incertidumbre no significa dejarse sumergir per ellos; es, en fin, poner a prueba un pensamiento
enérgico que los mire de frente. Hegel decía que el verdadero pensamiento es el pensamiento que
enfrenta la muerte, que mira de frente la muerte. El verdadero pensamiento es el que mira de frente,
enfrenta el desorden y la incertidumbre.
De hecho, vemos nacer ciencias de otro tipo, diferentes de las disciplines clásicas. Daré tres
ejemplos. El primero es la cosmología, que exige reunir datos provenientes de la astronomía de
observación, de los radiotelescopios y datos que provienen de los aceleradores de partículas de la
microfísica para tratar de imaginar en que condiciones se formaron los primeros elementos físicos
en los principios del Universo, per ejemplo. La cosmología es una ciencia de reflexión a partir de
elementos diferentes. El segundo ejemplo son las ciencias de la tierra: la geología, la meteorología,
la vulcanología, la sismología que eran, hace treinta años, disciplinas sin comunicación alguna.
Hasta que, gracias a la tectónica de las placas, se concibió a la tierra como un sistema vivo (no vivo
en el sentido biológico, que es el nuestro, pero con vida propia, con sus regulaciones, su
autorreproducción, sus transformaciones, su historial y a todas esas diferentes disciplinas como
conectadas en torno de la idea de ese sistema Tierra. La ciencia ecológica es también una ciencia
nueva, ya que su concepto central es el de ecosistema. Un ecosistema es el conjunto organizador
que se efectúa a partir de las interacciones entre los seres vivos, unicelulares, vegetales, animales y
las condiciones geofísicas de un lugar dado, de un biotopo, de un nicho ecológico. Los ecosistemas,
a su vez, se reúnen en el vasto sistema que llamamos biosfera y que tiene su vida y sus regulaciones
propias. Es decir, son ciencias cuyo objeto es un sistema. Esto nos sugiere que habría que
generalizar esta idea y reemplazar la idea de objeto, que es cerrada, monótona, uniforme, per la
noción de sistema. Todos los objetos que conocemos son sistemas, es decir, están dotados de algún
tipo de organización,
IV. Debemos ahora encarar una problemática que durante mucho tiempo se ignoró, porque se creía
que la organización dependía pura y simplemente del orden. En realidad, la organización es lo que
liga un sistema, que es un todo constituido de elementos diferentes ensamblados y articulados. Y la
idea que destruye todo intento reduccionista de explicación es que el todo tiene una cantidad de
propiedades y cualidades que no tienen las partes cuando están separadas. Una bacteria posee
cualidades y propiedades de autorreproducción, de movimiento, de alimentación, de
autorreparación que de ningún modo tienen, aisladamente, las macromoléculas que la constituyen.
Podemos llamar emergencias a esas cualidades que nacen a nivel del todo, dado que emergen, que
llegan a ser cualidades a partir del momento en que hay un todo. Esas cualidades emergentes
pueden retroactuar sobre las partes. Decía antes que la sociedad es un todo cuyas cualidades
retroactúan sobre los individuos dándoles un lenguaje, cultura y educación. El todo, por lo tanto. es
más que la suma de las partes. Pero al mismo tiempo es menos que la suma de las partes porque la
organización de un todo impone constricciones e inhibiciones a las partes que lo forman, que ya no
tienen entera libertad. Una organización social impone sus leyes, tabúes y prohibiciones a los
individuos, quienes no pueden hacer todo lo que quisieran. O sea que el todo es a la vez mas y
menos que la suma de las partes. Con sólo una pequeña palabra, "organización", nos vemos
enfrentados a una complejidad conceptual y debemos observar cuáles son las ventajas y las
constricciones, puesto que esa mirada evitará glorificar a las organizaciones más amplias. En efecto,
si una organización muy amplia impone constricciones demasiado duras, entonces es preferible
contar con organizaciones más pequeñas (Small is beautiful!), organizaciones donde hay menores
constricciones sobre las partes o los individuos. Todo esto conduce a ver las diferentes
organizaciones y a juzgarlas en función de las libertades o de las constricciones que establecen.
En nuestra anterior conferencia hemos hablado de la auto-ecoorganización, que concierne, de
modo general, a la organización viva. Aquí podemos notar una diferencia fundamental entre las
máquinas vivientes y las máquinas artificiales que producimos en las fábricas. Esta diferencia fue
señalada por von Neumann en los años 50. Von Neumann partía de la siguiente paradoja: una
máquina artificial está hecha de constituyentes sumamente confiables; las piezas han sido fabricadas
y controladas. Se eligen las piezas más resistentes, las mejor adaptadas para el trabajo que deben
hacer, las más duraderas. Una máquina viva, en cambio, una bacteria, está hecha de componentes
muy poco fiables, las moléculas se degradan muy fácilmente. La máquina artificial, sin embargo,
desde que empieza a funcionar empieza a degradarse. La máquina viva, a partir del momento en que
comienza a funcionar, puede eventualmente desarrollarse; también se degradará finalmente, pero no
por el mismo tipo de desgaste que la máquina artificial. ¿Por qué? La explicación de este problema
fue dada per Hrráclito, hace ya 2700 años, mediante una fórmula considerablemente densa: "Vivir
de muerte, morir de vida". Vivir de muerte ¿qué significa esto? Significa que, en un organismo,
nuestras moléculas se degradan, pero que somos capaces de producir moléculas totalmente nuevas
que rejuvenecen a las células. De igual modo, nuestras células se degradan pero el organismo es
capaz de producir células totalmente nuevas que lo rejuvenecen. Rejuvenecemos sin cesar. Cada
latido de nuestro corazón irriga nuestro organismo con sangre desintoxicada por los pulmones.
Rejuvenecemos 60 veces por minuto, yo rejuvenezco, ustedes rejuvenecen. nuestras moléculas lo
hacen vanas veces por año. Nos pasamos el tiempo rejuveneciendo, es decir que vivimos de la
muerte de esas células para rejuvenecernos. Pero entonces, ¿por qué nos morimos? Porque, a la
larga, rejuvenecer es sumamente cansador. iRejuvenecer es matador! Por eso, desgraciadamente,
nos morimos. nos morimos de vida.
Hay otra característica en la máquina vive, ya señalada por von Foerster, y es que se trata de una
máquina no trivial. "Una máquina trivial --decía von Foerster-- es una máquina de la cual se pueden
conocer los outputs una vez que conocemos los inputs. Aun sin saber lo que ocurre en el interior de
la máquina, podemos predecir su comportamiento". Podemos conocer todos los comportamientos
de la máquina trivial. Una máquina viva se conduce a menudo como una máquina trivial y podemos
predecir nuestros comportamientos; a la mañana uno va a su trabajo, más o menos puntualmente, y
tiene un comportamiento previsible. Pero, a veces, realizamos actos totalmente inesperados.
Recuerdo el caso de un gran amigo en la ceremonia de su casamiento, en París. El juez del distrito
pregunta a la novia si quiere casarse con este hombre y ella responde que si. Luego le pregunta a él
si desea casarse con ella, y él vacila; tiene una flor en la mano, una margarita, y comienza a
deshojarla, diciendo: "si, no, si, no..." y, al final, "no". Y entonces dice: "Lo lamento". Por supuesto,
es un comportamiento raro o inesperado. Pero muchos acontecimientos históricos son el resultado
de un funcionamiento no trivial de la máquina humana. Cuando alguien dice que, ante una ofensa,
no hay que castigar sino poner la otra mejilla (es decir: perdonar), esta es una reacción no trivial a la
lógica de la vendetta, de la venganza y el castigo.
Asi es que hay diferencias enormes entre la máquina viva y la artificial. La máquina artificial no
tolera el desorden; apenas aparece un elemento en desorden, se detiene. La máquina viva puede
tolerar una cantidad considerable de desorden. En nuestros organismos, por ejemplo, se producen
continuamente proliferaciones incontroladas de células; pero no se transforman en cáncer. porque
en determinado momento interviene la gendarmería inmunológica y las obliga a dejar de
reproducirse. Las sociedades humanas toleran una gran parte de desorden; un aspecto de ese
desorden es lo que llamamos libertad. Podemos entonces utilizar el desorden como un elemento
necesario en los procesos de creación invención, pues toda invención v toda creación se presentan
inevitablemente como una desviación y un error con respecto alsistema previamente establecido. He
aquí como es necesario pensar la complejidad de base de toda realidad viviente.
Por otro lado, cuando digo que no hay que considerar objetos sino sistemas, esto significa que el
sistema mismo puede ser considerado como parte de un polisistema y como rodeado por un
ecosistema, ofreciéndonos así la posibilidad de reconsiderarlo en su entorno. Insisto con lo que ya
he dicho: lo que nos circunda está inscripto en nosotros. Aquí volvemos a encontrar el principio del
holograma: no sólo la partes está en el todo, sino que el todo está en la parte. Hay otro aspecto: se
creía tener un conocimiento cierto, objetivo, porque se había eliminado al observador, porque el
observador era un elemento contingente.
Sin embargo, sabemos que la realidad --lo que llamamos la realidad que percibimos- la percibimos
solamente gracias a nuestras estructuras mentales, a nuestros patterns que nos permiten organizar
nuestra experiencia en el tiempo y en el espacio. Hacíamos como si el mundo exterior fuera un
mundo que existiera en sí, cuyo reconocimiento fuera el reflejo fotográfico correcto. Ahora bien,
ésa es precisamente la idea que hay que superar, desde el momento que sabemos que todo
conocimiento es una traducción y una reconstrucción. Todo conocimiento es una traducción en el
sentido en que los estímulos que llegan a nuestros ojos van hacia millones de células diferentes,
provocando y suscitando mensajes que transmitirán al cerebro mediante el nervio óptico, según un
código binario. Dicho de otra manera, la naturaleza del estimulo visual será traducida en un código.
Y todos los códigos que llegan a diferentes regiones del cerebro son mezclados y transformados
para darnos una percepción, una representación. De este modo, traducimos v reconstruimos.
V. Y ahora entramos en el debate sobre el constructivismo. Debo decir que yo, personalmente,
soy un co-constructivista, es decir que pienso que construimos la percepción del mundo pero con
una considerable ayuda de su parte. Lo que no significa que se pueda eludir el status del
conocimiento como "traducción" y "reconstrucción". Lo sorprendente es que nuestro cerebro está
totalmente encerrado en nuestra caja craneana, que no comunica directamente con el mundo
exterior, y el mundo exterior envía estímulos que son transformados en mensajes, los que a su vez
son transformados en informaciones, las que a su vez son transformadas en percepciones. Esto es
muy importante y es válido para todo tipo de conocimiento. Cuando el desarrollo de las ciencias
físicas parecía indicar que el observador quedaba eliminado para siempre, son justamente esas
ciencias las que lo reintroducen. Son las relaciones de incertidumbre de Heisenberg que
demuestran, y por una razón puramente material, por así decir, que si a nivel microfísico queremos
aclarar nuestra observación, hacemos intervenir fotones que van a perturbar a las partículas
observadas. Es decir, hay un limite en el cual el observador se convierte en una intervención
perturbadora. Pero, de manera más amplia, Niels Bohr y los partidarios de la Escuela de
Copenhague pensaban que lo que conocemos no es el mundo en si, es el mundo con nuestro
conocimiento. No podemos separar el mundo que conocemos de las estructuras de nuestro
conocimiento. Hay una adherencia inseparable entre nuestro espíritu y el mundo.
Todo esto es aun más cierto para el mundo humano. No podemos hacer sociología o antropología
diciéndonos: "iSomos científicos! Vamos a investigar, a analizar cuestionarios,..". Es evidente que
el observador debe observarse a si mismo observando a los otros. Tomemos el caso de la
antropología. ¿Por qué la
antropología ha sido tan aberrante a principios del siglo? Porque los antropólogos estaban
convencidos de ser los dueños de la sabiduría y de la racionalidad, por el hecho de su perspectiva
occidental, y consideraban lo que veían como un mundo arcaico de niños grandes que vivían de
manera puramente animista, mística o neurótica. Lévi-Bruhl decía que los "primitivos", como los
llamaba en sus publicaciones, vivían en un estado de participación mística. No se planteaba en
absoluto la pregunta que se hizo Wittgenstein al leer los escritos de James Frazer: "¿Cómo es
posible que estos salvajes que pasan el tiempo ejecutando danzas, cantos, hechizos rituales y actos
de magia sepan tan bien cazar con flechas verdaderas, con una estrategia verdadera y con un
conocimiento verdadero del mundo exterior?". No se había comprendido que coexistían tanto
racionalidad como magia en esas sociedades. Así como no se había visto que había magia en
nuestra sociedad al mismo tiempo que racionalidad, e incluso en el interior de nuestra racionalidad.
Así, el antropólogo debe ubicarse a si mismo en el mundo en que está, para tratar de comprender el
mundo totalmente ajeno que va a estudiar.
¿Acaso las cosas son más fáciles para el sociólogo que estudia su propia sociedad?
De ningún modo. Porque él mismo es una parte del todo; tiene un punto de vista parcial y a la vez
incluye en si al todo, está poseído per la sociedad. Debe, por lo tanto, hacer un esfuerzo mental
extraordinario para tratar de encontrar un meta-punto de vista. ¿Y cómo encontrar un meta-punto de
vista cuando uno se encuentra dentro de una sociedad? Evidentemente, conociendo otras
sociedades: estudiando las sociedades del pasado, imaginando las posibles sociedades del futuro,
tratando de establecer confrontaciones de manera de lograr descentrarse. El punto de vista de la
complejidad nos dice justamente que es una locura creer que se pueda conocer desde el punto de
vista de la omnisciencia, desde un trono supremo a partir del cual se contemplara el universo. No
hay un lugar posible de omnisciencia. Pero lo que se puede hacer para evitar el relativismo o el
etnocentrismo total es edificar meta-puntos de vista. Podemos construir miradores y desde le alto de
esos miradores podemos contemplar lo que ocurre. Podemos establecer meta-puntos de vista
limitados y frágiles. Pues el conocimiento, ya sea el sociológico, el antropológico o cualquier otro,
debe buscar un meta-punto de vista. Es el requisito absoluto que diferencia el modo de pensamiento
simple, que cree alcanzar lo verdadero, que piensa que el conocimiento es reflejo, que no considera
necesario conocerse a si para conocer al objeto, y el conocimiento complejo, que necesita la vuelta
autoobservable (y agregaría autocrítica) del observador-conceptor sobre si mismo. Estas son
algunas de las adquisiciones, de las modificaciones necesarias para un pensamiento complejo.
VI. Vuelvo ahora al problema humano. Cuando hablamos del hombre sentimos que nos referimos
a algo genérico y abstracto. El hombre es un objeto extraño, algo a la vez biológico y no biológico.
Con la mayor comodidad, estudiamos al hombre biológico en el departamento de biología y al
hombre cultural y psicológico en los departamentos de ciencias humanas v de psicología. El hombre
tiene un cerebro, que es un órgano biológico, y un espíritu, que es un órgano psíquico. ¿Acaso
alguna vez se encuentran ambos? El espíritu y el cerebro no se encuentran jamás. La gente que
estudia el cerebro no se da cuenta de que estudia el cerebro con su espíritu. Vivimos en esa
disyunción que nos impone siempre una visión mutilada.
Pero, además, el hombre no es solamente biolgico-cultural. Es también especie-individuo, sociedad-
individuo; el ser humano es de naturaleza multidimensional. Por otra parte, ese hombre que nuestros
manuales llamaban home sapiens es al mismo tiempo home demens. Castoriadis dice: "El hombre
es ese animal loco cuya locura ha inventado la razón". El hecho es que no se puede establecer una
frontera entre lo que es sensatez y lo que es loco. ¿Qué es, per ejemplo, una vida sensata? ¿Es una
vida en la que se presta mucha atención a no tomar vino, a no comer salsas, a no salir, a no viajar en
avión, a no correr ningún riesgo para conservarla el mayor tiempo posible? ¿O es una vida de
consume, de goce, de embriaguez, en la que se arriesga perder la vida? Evidentemente, nadie puede
dar respuesta a esta pregunta. En ese hombre que es sapiens y demens hay una mezcla inextricable,
un pensamiento doble: un pensamiento que yo llamanría racional, empírico, técnico, que existe
desde la prehistoria y es anterior a la humanidad (puesto que los animales ejecutan actos empíricos,
racionales y técnicos), pero que, evidentemente, el hombre ha desarrollado. También tenemos un
pensamiento simbólico, mitológico, mágico. Vivimos permanentemente en ambos registros. No se
puede suprimir la parte de los mitos, las aspiraciones, los sueños, la fantasía. Todos los que se
interesan por la psique, por la psicología humana, saben que los sueños, los fantasmas, las locuras
son parte integrante del ser humano. No son vahos, superestructuras que se desvanecen, sino su
tejido. Como decía Shakespeare: "Estamos hechos de la materia de los sueños". ¿Por qué olvidarlo?
¿Por qué tener siempre opiniones compartimentadas? ¿Por qué considerar a los seres humanos
según su categoría socioprofesional, su nivel de vida, su edad, su sexo, de acuerdo con cuestionarios
de opinión o documentos de identidad? Cada ser, aun el más vulgar o anónimo, es un verdadero
cosmos. No sólo porque la profusión de interacciones en su cerebro es mayor que todas las
interacciones en el cosmos, sino también porque lleva en si un mundo fabuloso y desconocido.
Durante largo tiempo, la superioridad de la literatura con respecto a las ciencias humanas residió
precisamente en dar cuenta de este aspecto, en un momento en que las ciencias humanas habían
anulado per complete la el existencia del individuo. Mientras que hoy la biología nos muestra la
extraordinaria diversidad de los individuos, no sólo anatómica, sino también psicológica. Neel, en
un hermoso texto, Lessons from a Primitive People, estudió una tribu indígena de la Amazonia que
durante 500 años vivió aislada de las demás. Ahí encontró individuos tan diferentes unos de otros
como los que se pueden ver en el subte de París o en el de Buenos Aires. Los individuos existen,
están ahí. Y la singularidad, lo concreto, la carne, el sufrimiento, son lo que hace la fuerza de la
novela. Cuando Balzac ha intentado comprender a las personas a través del análisis de su rostro, de
su comportamiento, de su manera de presentarse, de los muebles con que se rodean, de su entorno,
en fin, hace algo que es evidentemente complejo. Cuando Stendhal muestra la importancia de
pequeños detalles, en apariencia insignificantes, pero que juegan un papel tan importante en la vida,
hace una obra de complejidad. Cuando Tolstoi muestra la imbricación del destino de los individuos
y de la gran historia, como en el príncipe Andrés en La guerra y la paz, enlaza el alma individual v
el destino histórico global. Y Dostoievski, cuando descubre las intermitencias, los bruscos cambios
que hacemos de una parte de nosotros mismos a otra parte de nosotros, muestra que es imposible
racionalizar en una fórmula a un ser humano. Los grandes novelistas han enseñado el camino de la
complejidad, pero aunque no le han hecho en forma conceptual, en el plano del
pensamiento filosófico v científico, su aporte es necesario para todo pensamiento filosófico y
científico.
VII. Quisiera tratar ahora el problema de la complejidad política. Primer punto: durante mucho
tiempo la política fue el arte de gobernar, luego hubo un memento, en particular durante la
Revolución Francesa, en la que se convirtió en algo más que el arte de gobernar. Porque la política
puede proporcionar algo importante a los ciudadanos, puede darles libertad, igualdad, fraternidad,
es decir, algo que mejore la sociedad. En este sentido Saint-Just había dicho: "Todas las artes han
producido maravillas, sólo el arte de gobernar no ha producido más que monstruos". Pero a partir de
la Revolución Francesa hemos visto entrar en la política muchos aspectos humanos que antes
estaban fuera de ese terreno. Así ocurre con la demografía, con los problemas de población: hay que
legislar contra la disminución de la natalidad?, ¿hay que alentar el aborto?, ¿hay que controlar los
nacimientos?, Etcétera. El problema demográfico, que era un problema biológico, ha entrado en la
política. El problema de la ecología, que parecía una cuestión totalmente exterior, se ha convertido
en un problema político desde que comprendimos que la degradación que ocasionamos en la
biosfera presenta consecuencias sociales y políticas, ya se trate de la contaminación local de un
riacho o de un lago, que plantea un problema concreto para una ciudad o una región, o de los
problemas globales de la biosfera.
Y así también está comenzando una invasión aun mayor de la esfera política. Hoy existe la
posibilidad de crear vida en una probeta, de usar el esperma de un desconocido o de alguien que ha
muerto para hacer un niño, la posibilidad de que una mujer sea portadora del embrión de otra. Todo
esto plantea interrogantes fundamentales que modifican lo que considerábamos más inamovible en
la vida. Antes, se sabia que era un padre, una madre. Pero ahora... Hace poco se publicó el caso de
una mujer que se convirtió en madre y abuela a la vez porque era portadora de un embrión de su
hija. Y éste es un caso bastante simple, porque se puede ser madre y abuela a la vez.
Pero hay otros casos absolutamente trastornantes, que se convierten en problema político. Todas
las ciencias, en su desarrollo, crean problemas políticos. Es evidente que la física nuclear ha
producido los problemas políticos derivados de la energía nuclear, de la vida; la muerte, y del
armamento termonuclear. Por otra parte, vivimos en Estados que tienden a ser estados asistenciales,
que toman a su cargo individuos que corrigen los desastres naturales dando compensaciones a los
que han tenido malas cosechas o han sufrido inundaciones. La política cubre, pues, un espacio de
protección social muy amplio.
Esto significa que, en la práctica, la política se ha complejizado enormemente. Ahora concierne a
todos los aspectos humanos. ¿Qué ocurre entonces? O bien, por un lado, surgen políticas
totalitarias, que imponen el dominio de la ideología del partido
inicio y buscan someter todos los aspectos de la vida humana a sus concepciones; o bien, per el otro
lado, aparece la tendencia dominante en nuestra sociedad, en que la política se hace cada vez más
tecnocrática y econocrática, en la que se intenta resolver los múltiples problemas de manera técnica
y económica. En las condiciones actuales de la competición económica internacional, problemas
que hasta ahora eran secundarios se han tornado capitales: la estabilidad de la moneda, el equilibrio
de los intercambios de importación y exportación. Todo esto hace que la política está invadida por
cuestiones económicas, y que el pensamiento económico y técnico ocupe un primer piano. Es
absolutamente necesario elaborar un pensamiento complejo capaz de comprender que la política se
ha vuelto multidimensional.
Y esto ocurre justamente, cuando más y más nos adentramos en la era planetaria; es decir, en el
memento en que se producen innumerables interconexiones entre 1os diferentes segmentos del
planeta. Has solidaridad, inclusive, y sobre todo, en medio de la conflictividad. Porque, ¿qué es lo
que dio origen a la era planetaria? Dos guerras mundiales. Y aquí también podemos ver que no
só1ola parte está en el todo, sine también el todo está en la parte. Cuando me levanto por la mañana,
en Francia, tome un café que viene del Brasil o de Etiopía, o un t~ que viene de la India, enciendo
mi radio japonesa, que me da noticias del mundo entero, me pongo mi camisa de algodón
confeccionada en Hong-Kong, y así todo el día; sin saberlo, soy un ciudad ano planetario. Me dirán:
"iPero, y toda esa gente pobre que vive en los barrios de emergencia? ¡Esos no viven de manera
planetaria!". Pues bien, si, de un modo terrible ellos también viven de manera planetaria. Porque es
el desarrollo industrial el que ha dado lugar al desarraigo de los campos. Es la rentabilidad lo que ha
provocado la desaparición de los pequeños propietarios v su avalancha hacia los barrios de
emergencia: Cayampas, favelas, etc. Y todo eso hace que esa gente, en la indigencia, viva la
tragedia planetaria. Entonces, ¿cómo hacer hoy una política exclusivamente nacional sin pensar en
el entorno continental, ya sea América latina para ustedes o Europa para nosotros? Y sin pensar que
el continente mismo no es más que una provincia en la era planetaria. ¿Cómo concebir una política
económica ecológica, sino desde un punto de vista meta-nacional? La política debe hoy enfrentar
esta complejidad planetaria.
Y agregaré, también, que ha perdido lo que le proporcionaba una falsa certeza; ha perdido el futuro
garantizado. No era solamente el sistema totalitario de la U.R.S.S. el que prometía un futuro
radiante (que se ha desmoronado, como ya sabemos). Es que
nuestra sociedad occidental vivía con la idea, no de las leyes de la historia a la manera simplista del
marxismo dogmático, sino con la idea de un progreso inevitable, necesario y garantizado. Se creía
que podía haber algunos zigzagueos, algunas detenciones, pero que el futuro estaba garantizado.
¿Por qué? Pues porque la ciencia se desarrollaba y, por lo tanto, no podía sino fomentar la
racionalidad y sus beneficios. Porque la democracia no podía sino extenderse. Pero hoy, después de
Hiroshima, después de las manipulaciones genéticas, nos damos cuenta de que la ciencia es
ambivalente, que puede tanto ser beneficiosa para la humanidad como destruirla. Sabemos que la
racionalidad no se incrementa por si misma, que puede retroceder, que puede adquirir formas
delirantes de racionalización, es decir, de un sistema lógico cerrado, aislado, incapaz de ver lo real.
Esta es la gran crisis y es el duelo del futuro. ¿Por qué el despertar de los nacionalismos aparece
combinado con fundamentalismos? Es porque cuando se ha perdido el futuro uno se aferra al
pasado. Estamos en una época en que las viejas fórmulas, como "el futuro nos pertenece" o "hay
que seguir este camino", se han desmoronado y la política está destinada a la complejidad. Diría
inclusive que ya no hay una política soberana; ahora se hace necesario hablar de una ecología de la
política. La política se encuentra en un océano de interacciones en medio de las cuales intenta
navegar.
Ilustraciones:
Portada:
Representación del dios precolombino
Quctzalcoatl (Códice Magliabechiano, f. 61). D e la
obra L'Amérique de la conquête pinte par les
Indiens du Mexique, de Serge Gruzinski,
Éditions Flammarion, 1991.
A la derecha:
«Los primeros habitantes de America», de un
grabado sobre madera de 1497, Museo de
La Plata, México, Rogcr-víoiict.
2 2 DEC. 1992
Diciembre 1992
Trayectorias históricas
Aldo Ferrer El desarrollo económico de Argentina:
una perspectiva histórica 491
Luiz Vasconcelos Brasil: quinientos años de historia 501
y Vania Cury
Osear M u ñ o z Economía y sociedad en Chile: frustación y
cambio en el desarrollo histórico 517
Serge Gruzinski Colonización y guerra de imágenes en el México
colonial y moderno 533
R . T . Naylor Canadá en la era poscolombina 549
Stuart Bruchey Las bases del desarrollo económico de los
Estados Unidos 563
tió en el patrón, en el modelo del entero siste- sistema de ranking mismo. Las fronteras ad-
m a mundial. ministrativas establecidas por las autoridades
¿En qué consistía esta «novedad»? Las no- coloniales requerían tener cierta fluidez, de
vedades fueron cuatro, una pegada a la otra: m o d o tal que desde la perspectiva de la metró-
colonialidad, etnicidad, racismo y el concepto poli, la línea fronteriza esencial fuera la del
de la novedad misma. imperio frente a los otros imperios metropoli-
La colonialidad se inició con la creación de tanos. Fue la descolonización la que fijó la
un conjunto de estados reunidos en un sistema situación estatal de los estados descoloniza-
interestatal de niveles jerárquicos. Los situa- dos. Los virreinatos españoles fueron compar-
dos en la parte m á s baja eran formalmente las tidos en el proceso de las guerras de indepen-
colonias. Pero eso era sólo una de sus dimen- dencia hasta erigir, m á s o menos, los estados
siones, ya que incluso una vez acabado el sta- que hoy conocemos. Trece de las más de trein-
tus formal de colonia, la colonialidad no ter- ta colonias de la corona británica pelearon
minó, ha persistido en las jerarquías sociales y juntas en una guerra de independencia y se
culturales entre lo europeo y lo no europeo. Es convirtieron en un nuevo estado, los Estados
importante entender que todos los estados de Unidos de Norteamérica. Las independencias
este sistema interestatal eran creaciones nove- cristalizaron la situación de estos estados
dosas -desde aquellos situados en la cúspide c o m o el medio por el cual el sentimiento co-
hasta aquellos situados en la parte m á s baja. m ú n de nacionalismo podía cultivarse y flore-
Las fronteras de estos estados han cambiado cer. Reafirmaron a los estados en su jerarquía.
constantemente a lo largo de los siglos, a veces La independencia no deshizo la colonialidad;
en mayor medida, casi siempre en menor m e - sencillamente transformó su contorno.
dida. A veces las fronteras mostraban algún Fue la estadidad de los estados, y ante todo
tipo de continuidad histórica con los sistemas la de los estados de las Américas, producida en
políticos premodernos; pero por lo general no las condiciones de la colonialidad, la que hizo
lo hacían. En América todas las fronteras eran posible que la etnicidad emergiera c o m o un
nuevas. Y durante los tres primeros siglos del elemento constitutivo del moderno sistema
moderno sistema mundial, todos los estados mundial. L a etnicidad es el conjunto de lími-
de América fueron colonias formales, subordi- tes comunales que en parte nos colocan los
nadas políticamente a un puñado de estados otros y en parte nos los imponemos nosotros
europeos. mismos, c o m o forma de definir nuestra identi-
La jerarquía de la colonialidad se manifes- dad y nuestro rango con el estado. Los grupos
taba en todos los dominios -político, econó- étnicos reivindican su historia. Pero ellos
mico, y no menos en lo cultural. La jerarquía crean su historia, en primer término. Las etni-
se reprodujo a través de los años, aunque cidades son siempre construcciones contempo-
siempre fue posible para algunos estados esca- ráneas, de manera que son siempre cambian-
lar de rango en la jerarquía. Pero un cambio en tes. Pero todas las grandes categorías por
el orden jeráquico no alteraba la continua exis- medio de las cuales dividimos hoy en día a
tencia de lo jerárquico. América se convertiría América y el m u n d o (americanos nativos o
también en el primer c a m p o experimental «indios», «negros», «blancos» o «criollos»/
para que algunos, nunca sino unos pocos, pu- europeos, «mestizos» u otro nombre otorgado
dieran alterar su lugar en el ranking. La instan- a las supuestas categorías «mixtas»), eran ine-
cia ejemplar fue la bifurcación de los caminos xistentes antes del moderno sistema mundial.
de Norteamérica y de América Latina, desde Son parte de lo que conformó la americani-
el siglo xviii. dad. Se han convertido en la matriz cultural
La colonialidad fue un elemento esencial del entero sistema mundial.
en la integración del sistema interestatal, Q u e ninguna de estas categorías está ancla-
creando no sólo un escalafón sino conjuntos da ni en lo genético, ni en una antigua historia
de reglas para la interacción de los estados cultrural, es evidente con sólo mirar las modi-
entre ellos mismos. Fue así c o m o el denotado ficaciones de sus usos en las Américas, estado
esfuerzo de aquellos situados en la parte m á s por estado y siglo por siglo. La categorización
baja del escalafón por ascender en el ranking, entre cada estado en un determinado m o m e n -
sirvió de diversas maneras para consolidar al to fue compleja o simple según la situación
La americanidad como concepto, o América en el moderno sistema mundial 585
Grabado de Chapuis, 1886, representando una estatua de Cristóbal Colón, en Colón (Panamá). Rogcr-víoiiet.
588 Aníbal Quijano e Immanuel Wallerstein
terminar el colonialismo ibérico, en las ex- talista de Estados Unidos, que ya a fines del
colonias no están presentes fuerzas sociales s. xix le permite competir con Europa y con
hegemónicas o capaces de articular y dirigir Inglaterra en particular. D o s , su asociación
coaliciones hegemónicas para preservar la uni- hegemónica con Inglaterra después de la Pri-
dad política del área iberoamericana, y ni si- mera Guerra Mundial frente a Europa y A m é -
quiera para erigir y sostener establemente un rica Latina, lo que finalmente llevará al apoyo
estado local. El caso de Brasil fue diferente. británico a la hegemonía mundial de los Esta-
Pero no se independizó sino m u c h o m á s dos Unidos.
tarde. Durante el m i s m o período, América Latina
En cambio, las ex-colonias britanoamerica- se «balcaniza»; se desangra en guerras de fron-
nas se organizan inmediatamente c o m o los tera y en guerras civiles en cada país; el poder
Estados Unidos de América, con un orden se organiza sobre bases señorial-mercantiles;
político bajo una hegemonía social m u y clara, se estanca el desarrollo del capital y de sus
con un estado fuerte, pero con una sociedad respectivas relaciones sociales. El pensamiento
civil provista de mecanismos para regular sus moderno, en esas condiciones, sufre la kafkia-
relaciones con las instituciones estatales. La na tortura del exilio interior o de la fuga utópi-
independencia combina las exigencias del de- ca. Las clases dominantes, eurocentristas,
sarrollo capitalista nacional y las del debate adoptan el mistificado modelo europeo de es-
político ordenado sobre las nuevas bases de tado-nación, para sociedades cuyo rasgo fun-
modernidad/racionalidad. N a d a sorprendente, dante es aún la colonialidad entre lo europeo y
en consecuencia, que en la perspectiva nortea- lo no-europeo; y el modelo liberal de orden
mericana la independencia tenga el lugar de político, para sociedades dominadas mercan-
toda una revolución: la Revolución Ameri- til-señorialmente. T o d o ello permite la perdu-
cana. ración del carácter dependiente del patrón de
Las dos Américas ingresaron en el s. xix desarrollo histórico y la subordinación al im-
son m u y desiguales condiciones y por caminos perialismo europeo, primero, y estadouniden-
m u y distintos. se después.
Estados Unidos siguió un patrón de desa- Durante el siglo xx, América Latina ha
rrollo, de nuevo, excepcional: se fue constitu- permanecido en gran medida apresionada en
yendo c o m o nación al m i s m o tiempo que el nudo histórico formado por el entrelaza-
c o m o centro hegemónico imperial. D e ello, el miento entre las cuestiones de nación, identi-
«destino manifiesto» es una ceñida expresión dad y democracia; cuestiones y problemas que
ideológica. en otros contextos, c o m o los europeos, se suce-
Ese patrón ha tenido varias etapas y m o d a - dieron en etapas. El desenlace o corte de tal
lidades históricas. Primera, la expansión terri- nudo histórico pareció comenzar con la revo-
torial violenta que permitió a Estados Unidos lución mexicana; pero la derrota de la revolu-
duplicar en menos de 80 años el territorio ción democrático-nacional en los demás paí-
continental heredado, a costa del territorio de ses, no solamente no resolvió el problema,
los «indios» del Oeste y de la mitad del mexi- sino que abrió una crisis de poder no resuelta,
cano. Segunda, la imposición de un cuasi- cuya más ajustada expresión es, seguramente,
protectorado sobre los países del Caribe y la perduración de ese peculiar animal político,
Centroamérica, incluyendo el «rapto» de Pa- específicamente latinoamericano: nacionalis-
n a m á y la construcción y control del Canal de ta-populista-desarrollista-socialista, cuyos
P a n a m á , así c o m o sobre Filipinas y G u a m . componentes se combinan de muchos m o d o s
Tercera, la imposición de una hegemonía eco- en cada país y en cada situación.
nómica y política sobre el resto de América
Latina, desde el fin de la Primera Guerra
Mundial. Cuarta, desde la Segunda Guerra Ill
Mundial, la imposición de su hegemonía sobre
todo el m u n d o , conduciéndolo a integrarse en Las Américas se preparan a ingresar en el siglo
un orden global de poder. XXI casi con las mismas desigualdades que en
D o s factores decisivos deben ser anotados el siglo xix. Pero a diferencia de entonces, no
a ese respecto. U n o , el rápido desarrollo capi- lo harán ni separadas, ni por caminos diferen-
La americanidad como concepto, o América en el moderno sistema mundial 591
tes, sino c o m o partes de un m i s m o orden m u n - los, a las utopías americanas, es lícito admitir
dial en el cual Estados Unidos ocupa, aún, el el tiempo de maduración de ese patrón autó-
lugar primado, y América Latina, un lugar n o m o , la presencia de u n proceso de re-
subordinado y está afectada por la crisis m á s originalización de la cultura en las Américas.
grave de su historia postcolonial. Eso es lo que podemos llamar la americaniza-
En la perspectiva americana del futuro, ción de las Américas. El proceso es apoyado
ciertos procesos merecen ser puestos de relie- por la crisis del patrón europeo.
ve. U n o , la tendencia a una m á s sistemática La formación de Estados Unidos directa-
articulación entre las Américas, bajo la hege- mente c o m o sociedad directamente capitalis-
monía de América del Norte (lo que incluye ta, fundó allí la utopía de la igualdad social y
tan secundaria c o m o tardíamente a Canadá). de la libertad individual. Esas imágenes velan,
Eso incluye el creciente flujo migratorio desde por supuesto, las m u y reales jerarquías socia-
todas las Américas hacia el Norte y en particu- les y su articulación en el poder; pero también
lar hacia Estados Unidos. D o s , la mayor arti- impiden su sacralización y mantienen el espa-
culación interna de América Latina, a pesar de cio del debate y legitiman la capacidad de
las presiones en contra desde el capital global, regular desde la sociedad la acción del estado.
Europa, Japón, Estados Unidos. Tres, el desa- E n América Latina, la persistencia del imagi-
rrollo de la descolonización en la producción nario aborigen bajo las condiciones de la do-
de la cultura, del imaginario, del conocimien- minación, ha fundado la utopía de la recipro-
to. En breve, la maduración de la americaniza- cidad, de la solidaridad social y de la democra-
ción de las Américas. cia directa. Y bajo la crisis presente, una parte
Las Américas son el producto histórico de de los dominados se organiza en torno de esas
la dominación colonial europea. Pero no fue- relaciones, dentro del marco general del mer-
ron nunca sólo una prolongación de Europa, cado capitalista.
ni siquiera en el área britanoamericana. Son Tarde o tempano, esas utopías americanas
un producto original, cuyo propio y sui generis se encontrarán para formar y ofrecer al m u n d o
patrón de desarrollo histórico, ha tardado en la específica utopía americana: La migración
madurar y abandonar su condición dependien- de pueblos y de culturas entre las Américas y
te de su relación con Europa, sobre todo en la gradual integración de todas ellas en un
América Latina. Pero actualmente, si se atien- único marco de poder, es o puede ser uno de
de a los sonidos, a las imágenes, a los símbo- sus vehículos m á s eficaces.
UN CONCEPTO DE DESARROLLO PARA EL SIGLO XXI
ALFONSO DUBOIS*
RESUMEN
El desarrollo es un concepto histórico, lo que quiere decir que no tiene una definición
única, sino que éste ha evolucionado de acuerdo al pensamiento y los valores
dominantes de la sociedad.
El concepto de desarrollo se relaciona con la idea de futuro que cada sociedad se
propone como meta para el colectivo humano. El desarrollo hay que entenderlo como
una categoría futuro. Cuando establecemos las prioridades de lo que entendemos por
desarrollo, en última instancia, no estamos sino afirmando cuál es nuestra visión de lo
que queremos en el futuro.
*
Doctor en Economía, Universidad de Deusto, País Vasco, España. Docente-Investigador, Universidad
Deusto.
1
A CONCEPT OF DEVELOPMENT FOR THE XXI CENTURY
ABSTRACT
It is not possible seek to be organizations or people that are defined as development
agents without participating actively in the discussion of which the priorities or the most
appropriate instruments in the development construction. Today in a special way it
requires to wonder which is our perception of the development is in a joint of deep
change. If one doesn't exercise this, one runs the risk of promoting dependent actions
of other conceptions of the development and that they favor to the interests of certain
sectors that don't guarantee us to be the high-priority ones.
The development is a historical concept, what means that it doesn't have a unique
definition, but rather this has evolved according to the thought and the dominant values
of the society.
The development concept is related with the future idea that each society intends like
goal for the human community. The development has to understand it like a category
future. When we establish the priorities ultimately of what we understand for
development, we are not but affirming which our vision is of what we want in the future.
The most significant change in the development concept is due to the proposals of the
human development. In the mark of the United Nations, the Program of United Nations
for the Development (UNDP) it rushed at the end of the years eighty the focus of the
human development. Although one cannot say that the UNDP was the inventor of the
human development, it doesn't stop to be less certain than its annual reports have
served as popularization platform of disclosure and they have been able to transform it
into a relating obligated of the current debate on the development.
2
La preocupación por conocer el debate actual sobre el desarrollo, tanto en lo que se refiere al
concepto como a las políticas, es una cuestión fundamental tanto para quienes se dedican al
estudio como a la práctica del desarrollo en cualquiera de sus diversas manifestaciones. No es
posible pretender ser organizaciones o personas que se definen como agentes de desarrollo, sin
participar activamente en la discusión de cuáles son las prioridades o los instrumentos más
adecuados en la construcción de ese desarrollo.
Si bien, siempre se ha planteado la necesidad de tener visión propia del desarrollo, salvo que se
renuncie a tener opción real de cambio, hoy de manera especial se requiere preguntarse cuál es
nuestra percepción del desarrollo en una coyuntura de profundo cambio. Si no se hace este
ejercicio, se corre el riesgo de promover acciones dependientes de otras concepciones del
desarrollo y que favorecen a los intereses de determinados sectores que no nos garantizan ser los
prioritarios.
Antes de exponer cómo se plantea hoy ese debate, conviene precisar algunas cuestiones en torno
al concepto mismo de desarrollo. En primer lugar, el desarrollo es un concepto histórico, lo que
quiere decir que no tiene una definición única, sino que ésta ha evolucionado de acuerdo al
pensamiento y los valores dominantes en la sociedad. Así, el desarrollo tal como se entiende
actualmente es muy diferente de cómo se planteaba hace cuarenta años. El contenido del
concepto de desarrollo ha ido cambiando a lo largo del tiempo, por lo que para conocer su
significado hay que seguir la trayectoria experimentada. Cada sociedad y cada época tienen su
propia formulación de qué es el desarrollo, que responde a las convicciones, expectativas y
posibilidades que predominan en ellas. En definitiva, el concepto de desarrollo se relaciona con
la idea de futuro que cada sociedad se propone como meta para el colectivo humano.
En segundo lugar, siguiendo con la reflexión anterior, el desarrollo hay que entenderlo como
una categoría de futuro. Cuando establecemos las prioridades de lo que entendemos por
desarrollo, en última instancia, no estamos sino afirmando cuál es nuestra visión de lo que
queremos que sea nuestro futuro. A veces se esconde esta dimensión, dando a entender que el
desarrollo viene de alguna manera determinado por leyes externas. Pero la defensa de esta
posición suele identificarse con la de quienes resultan favorecidos por el actual estado de cosas
y no tienen interés especial en que cambien. Es evidente que cualquier cambio que se pretenda
sustentarse en la realidad y que las propuestas no pueden ser producto simplemente de aquello
que nos gusta o que deseamos. No hay nada peor que engañarse desde planteamientos
populistas que con discursos fáciles ofrecen la solución a todos los males. Pero, al mismo
tiempo, hay que plantear con toda la fuerza que los objetivos que debe perseguir el desarrollo
deben ser producto de un gran consenso en el que participan todas las partes, porque la
determinación del futuro no puede ser exclusiva de unos pocos. Pensar en el desarrollo es
pensar en el futuro que queremos construir.
Las dos consideraciones anteriores tienen una especial aplicación en nuestra sociedad, en la que
cuando se habla del desarrollo se da por supuesto que implica algo deseable y algo legítimo. De
manera inconciente se identifican la palabra desarrollo con una percepción positiva. Sin
embargo, tras muchas propuestas que se proponen con el término de desarrollo se esconden
objetivos muy cuestionables. Hay que tener una preocupación crítica por descubrir qué
propuestas conducen realmente a un desarrollo justo y cuáles responden a las pretensiones
particulares de determinados poderes o minorías.
Por ello, en una situación de profundos cambios como la presente, quienes se dedican al
desarrollo desde una preocupación por el cambio y la justicia, no pueden eludir plantearse
preguntas como: ¿Cuáles son las visiones de futuro existentes? ¿Cuál es la que se defiende?
¿Qué legitimidad tienen esas visiones? Ello implica saber diferenciar la propuesta dominante y
las alternativas, conocer las diferentes fuerzas en juego, entender los procesos históricos que
desembocan en el presente, etc. Supone tomar conciencia del momento que vivimos y asumir un
3
papel activo y protagonista en la construcción del futuro, no como agentes únicos, pero sí
cooperando en aquel futuro que consideremos más humano y viable.
Aunque la distinción entre países ricos y pobres siempre ha sido patente a lo largo de la
historia, el interés por el desarrollo es relativamente reciente, naciendo prácticamente con el
proceso de descolonización, a partir de los años cincuenta del siglo pasado. Así, puede decirse
que el concepto de desarrollo, tal como hoy se entiende, surge después de la Segunda Guerra
Mundial y desde entonces ha sido objeto de un amplio debate, y no resulta fácil resumir en
pocas palabras su evolución.
El contexto en que surge el concepto del desarrollo ha marcado decisivamente sus contenidos
hasta nuestros días. La idea que se identifica con el desarrollo no nace de hacerse la pregunta:
¿Qué debemos hacer?, sino que partió de una doble consideración. La primera, dar por sentado
que la experiencia de los países desarrollados era el punto de referencia obligado para el resto de
los países: el desarrollo no era objeto de discusión, simplemente se identificaba con los
resultados conseguidos por dichos países. La segunda, que la emergencia de los nuevos países
independientes puso de manifiesto las débiles estructuras económicas creadas durante la época
colonial y las dificultades que enfrentaban para conseguir que sus economías prosperasen: era
necesario hacer algo para que estos países encontraran la senda del desarrollo. El desarrollo se
convirtió en un pilar de la reconstrucción del orden internacional, pero tuvieron más importancia
las consideraciones estratégicas y los intereses de las potencias que los de los países que más
necesitaban el desarrollo.
Para entender el alcance de esta idea de desarrollo, es necesario colocarse en la situación que
vivieron los países desarrollados en los años cincuenta y sesenta. Estos experimentaron en esas
décadas una época de prosperidad económica como nunca antes en la historia. Hasta tal punto
que se conoce ese período como la “edad de oro”. El espectacular crecimiento de la renta per
cápita y de la producción hizo que las sociedades de los países industrializados entraran en lo
que se llamó el consumo de masas. Los sectores mayoritarios de la población conseguían por
primera vez ser consumidores de algo más que los productos más elementales e
imprescindibles. La sensación de que la escasez había sido vencida y que se abría una nueva era
de expectativas ilimitadas hizo que el optimismo dominara tanto en los dirigentes como en la
ciudadanía de base.
Desde la experiencia del aumento de las capacidades de producción de bienes que los hacía
asequibles a las grandes mayorías, se alimenta una idea de desarrollo que se caracteriza por los
siguientes elementos: a) el objetivo deseable es el crecimiento, en él radica la clave; por eso se
insistirá en el impulso de la industrialización y de las infraestructuras como las políticas idóneas
para conseguir el desarrollo; b) ese crecimiento se ha conseguido en unos niveles elevados que
han permitido el consumo masivo en los países capitalistas desarrollados, luego esa es la
referencia a imitar: el desarrollo se identifica con la modernidad, es decir, con el estilo de vida
occidental ; c) en la euforia de la época, se estima que todos los países pueden alcanzar los
niveles de vida de los países desarrollados: El desarrollo no es sino una carrera que unos países
la iniciaron antes, pero en la que los retrasados pueden seguir el mismo camino y alcanzar
progresivamente las situaciones por las que ya pasaron los primeros.
En resumen, la corriente dominante de la economía del desarrollo consideró que el objetivo era
aumentar el volumen de bienes y servicios producidos. Ese era el desarrollo deseable y, además,
se pensaba que era posible que todos los países pudieran acceder a él. El desarrollo se entendía
como un proceso lineal que unos países habían empezado hacía tiempo y otros mas tarde, pero
aunque éstos tuvieran problemas para seguir la misma senda, en modo alguno existían
impedimentos decisivos para que no consiguieran resultados positivos. El resultado final sería,
4
dentro de desigualdades en los niveles de bienestar, que todas las economías serían capaces de
experimentar un crecimiento económico suficiente.
Desde esta percepción, gran parte de la cooperación al desarrollo se limitó a cumplir tareas
asistenciales con la esperanza de que el mismo crecimiento conseguiría por sí mismo el
desarrollo social de las sociedades. Pero a pesar de los logros en materia de crecimiento y de las
mejoras en ciertos indicadores sociales como la esperanza de vida, el alfabetismo, salud,
saneamiento y agua potable, las estrategias de desarrollo económico mostraban sus carencias en
dos grandes temas que no eran capaces de resolver: la pobreza y la desigualdad. Ya en 1969, un
gran economista del desarrollo, Seers, cuestionaba la visión oficial al proponer que las
referencias para saber si un país había avanzado en su desarrollo eran la pobreza, el empleo y la
desigualdad, cuestionando si podía hablarse de un mejor desarrollo simplemente porque hubiera
un crecimiento en la renta per cápita, sin que se dieran mejoras sensibles en las otras
dimensiones.
En la década de los setenta, se produce una revisión crítica de los planteamientos ortodoxos y se
abrió un espacio de acercamiento entre los diferentes enfoques. Los resultados esperados de
desarrollo que se anunciaban desde las propuestas oficiales no se producían, presentándose, por
el contrario, un incremento de la pobreza en muchos países, lo que cuestionaba los
planteamientos de los organismos internacionales basados exclusivamente en el crecimiento
económico. Desde los países con problemas para mejorar, se planteó la reivindicación de un
nuevo orden económico internacional que los posibilitara acceder a los mercados
internacionales y consiguieron abrir un debate Norte-Sur donde se estudiaban conjuntamente las
grandes cuestiones del desarrollo.
Si bien, estas preocupaciones marcaron los años setenta, en la década siguiente se produce un
brusco cambio de enfoque y se vuelven a situar los objetivos económicos de crecimiento y
equilibrio macroeconómico como la prioridad de la estrategia de desarrollo. La década de los
ochenta supuso un retorno a las posiciones anteriores, ahora bajo el denominado Consenso de
Washington, que recoge el pensamiento común de las organizaciones internacionales, sobre
todo el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, y de los países desarrollados, que
preconiza un cambio radical en los objetivos e instrumentos del desarrollo, enfatizando la
dimensión económica del mismo.
5
Como puede verse, durante los años 1950 a 1990, las propuestas sobre el desarrollo
experimentaron una evolución, caracterizada por un cierto vaivén entre el énfasis en situar el
crecimiento como el objetivo central para alcanzar el desarrollo y la necesidad de establecer
con la misma intensidad metas de distribución que aseguren la satisfacción de las necesidades
de las personas, si bien dominando las primeras. Por otra parte, las estrategias diseñadas para
alcanzar esas metas tuvieron interpretaciones muy diversas; la consideración de quiénes eran los
agentes principales de las políticas (el Estado o el sector privado) y el papel del mercado. Así
mismo, las diferencias han sido notables a la hora de establecer los factores que condicionan la
situación de los países en su camino hacia el desarrollo, entre quienes destacaban los factores
externos, especialmente las posiciones de privilegio y dominación de los países ricos, como la
causa de los obstáculos hacia el desarrollo y quienes señalaban a los factores locales, sobre todo
a las estructuras sociales y políticas anquilosadas e ineficaces de cada país.
6
A finales de los años ochenta, resultaba cada vez más evidente que se daban las condiciones
para contrarrestar la propuesta del desarrollo economicista. Una primera respuesta fue la que se
presentó con la denominación del “ajuste con rostro humano” que planteaba la necesidad de
incluir medidas de políticas sociales en los programas de ajuste, y que más tarde aceptó por los
organismos internacionales como la dimensión social del ajuste. Por otra parte, las reformas
democráticas se fueron extendiendo por la mayoría de los países en desarrollo y crecía la
conciencia del protagonismo que deben jugar las personas en las estrategias de desarrollo.
No sólo se ponía en cuestión el concepto de desarrollo con base a las consideraciones anteriores,
sino que se agudizaron las críticas al Consenso de Washington, que constituía, como se ha
señalado, la versión oficial del modelo de desarrollo. Desde sus inicios se le plantearon
problemas, de hecho el proceso de su implantación en América Latina fue trabajoso y encontró
serias dificultades para generalizarse. Por otro lado, las consecuencias sociales tan negativas
que comportaba para los sectores populares fueron denunciadas ya a mediados de los ochenta.
Sin embargo, a pesar de las críticas el Consenso fue avanzando y a comienzos de los noventa
alcanza su punto máximo de imposición como estrategia única de desarrollo a seguir por todos
los países que pasaban inexorablemente por la integración en la actividad económica
internacional.
Pero en los últimos años, se ha producido un fuerte cuestionamiento de esta visión. Hay tres
motivos de crítica que empiezan a debilitar la hegemonía del Consenso.
b) En la primera mitad de los noventa, la estabilización y el ajuste eran todavía los objetivos
dominantes, pero la experiencia de África SubSahariana y de los países en transición hacía cada
vez más patente la necesidad de cambios institucionales más profundos y fundamentales para
conseguir el funcionamiento de la economía.
c) La incapacidad para resolver las crisis financieras internacionales que se han mostrado con
consecuencias devastadoras para los países en desarrollo. Es probable que la crisis asiática haya
sido su peor revés, al hacer patente que la liberalización financiera puede ser fuente de una
profunda inestabilidad macroeconómica cuando no está acompañada de un marco institucional
apropiado.
Y, por último, pero no sólo no menos importante, sino destacando su trascendencia para la
viabilidad de la economía y la sociedad en general: El fracaso en resolver la reducción de la
pobreza. Un fenómeno que para algunos empieza a convertirse en una amenaza para el sistema
para algunos, como es el caso del último director del FMI, Camdessus, a quien se le debe la
acuñación de esa frase; para otros supone el impedimento principal para el desarrollo. Pero sobre
todo, se convierte en un escándalo ético para la comunidad internacional que pretende legitimar
su orden en la democracia y la convivencia pacífica. En los últimos diez años, los índices de
pobreza no han mostrado signos de mejora en algunas de las regiones más pobladas, como
América Latina y África al Sur del Sahara, y en la India y Pakistán, con más de mil millones de
personas entre ambas, ha seguido aumentando el número de pobres. Iniciamos el siglo XXI con
una cuarta parte de la población percibiendo ingresos por debajo del umbral mínimo para poder
7
alimentarse adecuadamente. Y lo que es peor, no se adivinan cambios sustanciales en esta
tendencia. La pobreza se presenta como el gran desafío del desarrollo en un mundo que posee
recursos más que suficientes para satisfacer las necesidades básicas.
Por eso, los economistas han tenido que hacer una revisión de la experiencia de las últimas
décadas y sacar una serie de lecciones que tienen que ver con los planteamientos generales de la
economía del desarrollo. Una característica de estas visiones críticas es el reconocimiento de que
ha habido una lectura demasiado marcada por los intereses y percepciones de los países
desarrollados y que se impone hacer una lectura histórica y concreta desde la realidad, donde
domine el desprejuicio en el enfoque de las cuestiones del desarrollo. Se defiende la necesidad
de tener más en cuenta los planteamientos que provienen desde los países del Sur. Parten de la
preocupación de revisar qué ha ocurrido en los intentos de transformación para entender mejor
cómo se producen éstos, qué obstáculos y que potencialidades se han puesto de manifiesto.
Las conclusiones de esta revisión se pueden resumir en las siguientes lecciones aprendidas:
8
internacionales que han abarcado los temas centrales del desarrollo y han establecido
nuevas prioridades ante el escenario de interdependencia que caracteriza nuestro mundo.
Desde la conferencia de Río de Janeiro sobre medio ambiente y desarrollo en 1992, temas
como los derechos humanos, la mujer, la población, los asentamientos urbanos y el
desarrollo social han sido objeto de otras tantas citas internacionales. De alguna manera, han
modificado la visión del desarrollo hegemónica, resumida en el citado Consenso de
Washington, al resaltar precisamente dimensiones que éste dejó a un lado. La preocupación
por la erradicación de la pobreza o, en un sentido más amplio, el desarrollo social, y la
especial atención a las personas como destinatarios principales características y novedades
que comparten las conclusiones de estas conferencias.
Pero el cambio más significado en el concepto de desarrollo se debe a las propuestas del
desarrollo humano. En el marco del sistema de las Naciones Unidas, el Programa de Naciones
Unidas para el desarrollo (PNUD) lanzó a finales de los ochenta el enfoque del desarrollo
humano. La formulación del enfoque o paradigma del desarrollo humano surge en el contexto
antes expuesto del proceso de crítica a la economía del desarrollo dominante, que se caracteriza
por proponer el crecimiento económico como objetivo. Por el contrario, el desarrollo humano
afirma que éste no debe ser el objeto central del desarrollo sino únicamente uno de sus
referentes. Su propuesta supone un cambio radical de los planteamientos anteriores en dos
sentidos: Uno, porque coloca el centro de la concepción del desarrollo en el proceso de
expansión de las capacidades de las personas de manera que puedan elegir su modo de vida.
Dos, porque cuestiona que el desarrollo dependa fundamentalmente de la expansión del capital
físico y se resalta la importancia del capital humano. En definitiva, se sustituye una visión del
desarrollo centrado en la producción de bienes por otra centrada en la ampliación de las
capacidades de las personas.
Aunque no se puede decir que el PNUD haya sido el inventor del desarrollo humano, no deja de
ser menos cierto que sus informes anuales han servido de plataforma de divulgación y han
conseguido convertirlo en un referente obligado del debate actual sobre desarrollo. Su principal
contribución ha sido la de presentar una propuesta alternativa a la ortodoxia de las instituciones
de Bretón Woods, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, rompiendo el
monopolio que éstas ostentaban en la definición de las estrategias de desarrollo. Pero el
paradigma del desarrollo humano no se limita a las propuestas específicas que el PNUD realiza,
por muy significativas que sean éstas. De hecho otras agencias de desarrollo internacionales y
nacionales, así como en el seno de muchas organizaciones no gubernamentales y en el
pensamiento académico, se trabaja en la elaboración de propuestas inspiradas en los
fundamentos del desarrollo humano.
En la elaboración de este nuevo enfoque de desarrollo, hay que destacar la figura del premio
Nóbel de Economía, 1998, Sen, cuyas críticas al concepto de bienestar basado en la
acumulación, o en la opulencia, como expresa muy certeramente, y su propuesta de un
bienestar centrado en la persona humana, han tenido un amplio eco. De hecho el enfoque de
desarrollo humano impulsado por el PNUD, se inspira, y así lo reconoce expresamente, en sus
aportaciones teóricas.
Durante mucho tiempo la pregunta central en torno al desarrollo había sido: ¿Cuánto produce
una nación?; ahora la pregunta central pasa a ser: ¿cómo está la gente? Las formulaciones del
desarrollo humano han encontrado, como se ha dicho, su expresión más conocida en los
Informes del PNUD. Recogemos la siguiente cita del Informe correspondiente al año 2000,
como ejemplo de la nueva formulación del desarrollo: “El desarrollo humano es el proceso de
ampliación de las opciones de la gente, aumentando las funciones y las capacidades humanas…
Representa un proceso a la vez que un fin. En todos los niveles de desarrollo las tres
capacidades esenciales consisten en que la gente viva una vida larga y saludable, tenga
9
conocimientos y acceso a recursos necesarios para un nivel de vida decente. Pero el ámbito del
desarrollo humano va más allá: otras esferas de opciones que la gente considera en alta medida
incluyen la participación , la seguridad, la sostenibilidad, las garantías de los derechos humanos,
todas necesarias para ser creativo y productivo y para gozar de respeto por sí mismo,
potenciación y una sensación de pertenecer a una comunidad. En definitiva, el desarrollo
humano es el desarrollo de la gente, para la gente y por la gente.”
El desarrollo, desde esta concepción, ha dejado de ser una mera técnica para conseguir
determinados resultados. Es algo mucho más ambicioso, que, por supuesto necesita de esas
técnicas. El desarrollo recupera toda la dimensión de futuro y de creatividad humana: Es una
aventura no escrita, llena de tensiones, en la que hay que decidir qué bienes y servicios se
desean porque son los más importantes, quiénes deben ser los destinatarios de los mismos, qué
instrumentos son los más adecuados, etc. Pero responder a estas preguntas exige tener una
concepción ética de cuál es la vida que se quiere construir, cuáles son las relaciones entre las
personas que se consideran más apreciadas, en definitiva, supone tener la preocupación por la
justicia. El desarrollo que se pretende es un desarrollo que contenga la justicia, porque si no,
difícilmente se le podrá considerar humano.
El enfoque del desarrollo humano cuestiona el que exista una relación directa entre el aumento
del ingreso y la ampliación de las operaciones que se ofrecen a las personas. No basta con
analizar la cantidad, sino que más importante es tener en cuenta la calidad de ese crecimiento.
Por eso, no es que muestre desinterés por el crecimiento económico, sino que enfatiza la
necesidad de que ese crecimiento debe evaluarse en función de que consiga o no que las
personas humanas puedan realizarse cada vez mejor. Así, le preocupa que se establezcan
relaciones positivas entre el crecimiento económico y las opciones de las personas.
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BIBLIOGRAFÍA.
PNUD. Informe sobre desarrollo humano, PNUD, Nueva Cork, (Varios años).
11
Carlos Reboratti______________________________________AMBIENTE Y SOCIEDAD: CONCEPTOS Y RELACIONES
2
Carlos Reboratti______________________________________AMBIENTE Y SOCIEDAD: CONCEPTOS Y RELACIONES
Prefacio
1. La sociedad y su ambiente.
11. Bibliografía
3
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Capitulo 7
Los profetas de la catástrofe y los optimistas
Entre los principales supuesto que manejaban los clásicos, estaba la idea de que los
recursos naturales eran los mas importantes para la economía, que la tierra era un recurso
fijo en cuanto a su capacidad de producción y que, por ende, la ley de rendimientos
decrecientes se cumplía en la realidad. Era un momento donde la única tracción que se
conocía era la impulsada por los animales o por el mismo hombre (lo que en general se
conoce como “tracción a sangre”, utilizando una metáfora algo macabra), donde la energía
calórica se obtenía mayormente de la leña proveniente de los bosques naturales y, en
menor medida, del carbón mineral. Donde no existía prácticamente ningún neutralizador
para los riesgos ambientales propios de la producción agropecuaria, que quedaba a merced
de sequías, inundaciones, heladas, tormentas y plagas de todo tipo y donde buena parte de
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Carlos Reboratti______________________________________AMBIENTE Y SOCIEDAD: CONCEPTOS Y RELACIONES
los alimentos tenían que consumiese casi sin ningún tipo de procesamiento y
temporalmente muy cerca del momento de producción .
Pero para principios de la década del ´60 ese optimismo estaba en declinación y la
gente estaba dispuesta a escuchar otras opiniones. El primero de los trabajos pesimistas que
tuvo gran difusión fue “La primavera silenciosa”, publicado por Raquel Carson en 1962.
Raquel Cason era un bióloga de prestigio en los EEUU que había escrito varios libros muy
leídos sobre temas de biología marina y costera. Ya en esos trabajos introducía una visión
cada vez mas pesimista de los efectos negativos que sobre el ambiente tenia el crecimiento
económico. Pero en la “Primavera silenciosa” esa crítica se hizo explícita, ya que Carson
concentraba su análisis en el uso de pesticidas (herbicidas e insecticidas), que si bien
permitían un mejor rendimiento económico en los cultivos y combatían todo tipo de plagas,
por ser no específicos tenían un efecto muy negativo en el resto de la flora y la fauna. Por eso
Crason proponía que se los llamar “biocidas”, palabra que comenzó a utilizarse con
asiduidad. Téngase en cuenta que en ese momento todavía el pesticida más utilizado era el
DDT, que al haber resultado muy eficaz en la lucha contra los mosquitos portadores de la
malaria, se transformó en una especie de pesticida para todo uso. Mas tarde, en buena medida
por la aparición de un fuerte movimiento que utilizara el libro de Carson como base y
habiéndose probado su notable capacidad de mantenerse en el ambiente, fue totalmente
prohibido en todo el mundo por sus efectos en la flora y la fauna y, eventualmente, en la
salud humana.
Carson preveía la llegada de un mundo donde la mayor parte de los animales y los
vegetales habrían casi desaparecido, y el mismo titulo del libro era una buena metáfora de
esa posición, ya que advertía sobre la llegada de una primavera sin el canto de los pájaros.
Además de tener un excelente estilo, con una fuerte apelación sentimental y basada en la
larga tradición anglosajona de aprecio por lo “salvaje”, el libro tambien dejaba traslucir en
su tono nostálgico el hecho que la autora estaba en la fase terminal de una enfermedad
incurable. De hecho, Carson murió al poco tiempo de aparecer su libro, que vendió cientos
de miles de ejemplares en todo el mundo.
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“La rapidez de los cambios y la velocidad de creación de nuevas situaciones siguen el
ritmo impetuoso y loco del hombre antes que el lento y deliberado de la naturaleza…Se le
pide a la vida que se adapte a productos químicos que ya no son el calcio, sílice, cobre o
cualquiera de los simples minerales, lavados de las rocas y transportados en los ríos
hacia el mar: son ahora las creaciones sintéticas de la ingeniosa mente del hombre,
un tiempo medible en generaciones y no en los años de la vida de una persona. Pero aún
eso, si por un milagro fuera posible, seria inútil, porque los nuevos productos químicos
hogares, productos químicos no selectivos que tienen el poder de matar todos los insectos,
tanto “buenos” como “malos”, de acallar el canto de los pájaros y el salto de los peces
en los ríos, de cubrir las hojas de los árboles con una película mortífera y de mantenerse
latentes en el suelo, aún cuando el objetivo original puede ser la destrucción de unas
Los catastrofistas
bomba demográfica”, de Pau Ehrlich. Este era un entomólogo conocido hasta el momento
por sus trabajos relativos a las mariposas, pero en el nuevo libro trataba un tema mucho
menos bonito y para nada inofensivo: el peligro que el acelerado crecimiento demográfico
significaba para la preservación de la humanidad. Volviendo sobre las posiciones que
había mantenido Thomas Matlhus (curiosamente sin nombrarlo ni una sola vez), con
mucha menos amabilidad, mucho más dramatismo, y utilizando una serie de datos de
dudoso origen y difícil comprobación, Ehrlich vaticinaba que en un futuro cercano (que
ubicaba en la década del 70), la población mundial iba a pasar por una serie de catástrofes
sociales (principalmente hambre), debido al desbalance entre el crecimiento de la
población, la producción de alimentos y el desequilibrio ecológico.
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Carlos Reboratti______________________________________AMBIENTE Y SOCIEDAD: CONCEPTOS Y RELACIONES
Previniendo una resistencia por parte de los países mas pobres, proponía que la
ayuda alimentaria y tecnológica para estos países se condicionara a la aplicación de
programas de control de la natalidad. Sumido en una especie de frenesí salvacionista,
proponía incluso que se cambiaran las fronteras de los países subdesarrollados para separar
a aquellas poblaciones que se avinieran a los programas propuestos, dejando aislados y
abandonados a su suerte a los demás.
“La batalla para alimentar a la humanidad ya terminó. En las décadas de los ´70 y ´80
cientos de millones de personas morirán de hambre, a pesar de los programas urgentes
que están siendo desarrollados. En este momento ya es muy tarde para prevenir un
sustancial aumento en la tasa mundial de mortalidad, aunque muchas vidas pueden ser
salvadas aplicando drásticos programas para aumentar la capacidad de carga del
planeta , mediante el aumento de la producción de alimentos y la búsqueda de una forma
mas equitativa de distribución de los mismos. Pero esos programas pueden ser exitosos
solamente si son acompañados por firmes y eficientes esfuerzos para controlar el tamaño
de la población… Debemos controlar nuestra población, a través de cambios en los
sistemas de valores si eso es posible, pero mediante métodos compulsivos si fallan los
voluntarios… Debemos establecer y apoyar programas en los países subdesarrollados que
combinen el desarrollo agrícola ambientalmente adecuado con el control de la
población…Es necesario remarcar que ningún cambio de valores o tecnología puede
salvarnos a menos que se logre un control sobre el tamaño de la población humana. Las
tasas de natalidad deben balancearse con las de mortalidad o la humanidad de
autodestruirá. No podemos darnos el lujo de tratar simplemente los síntomas del cáncer
del crecimiento demográfico, es el cáncer mismo el que debe ser extirpado”
Paul Ehrlich La bomba demográfica, Pags. 1 y 2
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Los trabajos de Ehrlich tuvieron una enorme repercusión en el mundo desarrollado
(y en algunos sectores de la sociedad en los subdesarrollados) y fueron responsables por la
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Si bien los trabajos de Ehrlich y Hardin tuvieron mucha repercusión, aun cuando
con el tiempo sus predicciones probaron ser totalmente erróneas (las hambrunas no
tuvieron ni remotamente lugar, la capacidad de producción de alimentos aumentó y
finalmente la velocidad de crecimiento demográfico comenzó a disminuir), las posiciones
catastrofistas recibieron un fuerte espaldarazo con la aparición, en 1972, del libro “Los
limites del crecimiento”, escrito por Donella Meadows y varios otros autores
pertenecientes al influyente Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). A estos
científicos el Club de Roma, una institución no gubernamental internacional que manejaba
fondos provenientes de los grandes capitales industriales europeos y que estaba interesada
en el futuro del desarrollo, le habia encargado la construcción de un modelo del futuro del
Mundo. Este pedido se realizaba, diríamos, en el momento justo y en el lugar adecuado,
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Cuando los modelos son muy complejos, porque incluyen muchos elementos
(llamados “variables”), estos se analizan en su comportamiento temporal y además se
considera que el funcionamiento de una variable afecta a todas las demás (lo que
multiplica las posibilidades de variación), es necesario utilizar computadoras para efectuar
todos los cálculos necesarios. Justamente este tipo de modelos, llamados “de simulación”
por constituirse en una especie de ensayo de la realidad, fue el utilizado por el MIT.
El objetivo del modelo era definir “los límites y obstáculos físicos del planeta para
la multiplicación de la humanidad y la actividad humana”, tal cual se explicitaba en el
principio del libro. La preocupación por definir estos obstáculos y límites se metaforizaban
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Carlos Reboratti______________________________________AMBIENTE Y SOCIEDAD: CONCEPTOS Y RELACIONES
con la imagen de una laguna que comenzaba a ser invadida por plantas acuáticas. Los
autores se preguntaban: cual es el momento adecuado para iniciar el control del
crecimiento de esas plantas? Si consideramos que, tal como la población humana, las
plantas acuáticas crecen a un ritmo exponencial y suponiendo que la laguna tiene 100
hectáreas, si en el primer día que nos dimos cuenta de la presencia de las plantas estas
cubrían 1 ha, la día siguiente cubrirán 2, al otro 4, al siguiente 8 y asi sucesivamente. Pero
si recién nos preocupamos el día que vemos cubierta la mitad de la laguna, será demasiado
tarde para tomar medidas, porque al día siguiente la laguna ya estará totalmente cubierta.
Volviendo de la metáfora al mundo real, Meadows y sus coautores decían que habia que
tomar medidas lo antes posible, porque nos estabamos acercando al penúltimo día. Y esa
fecha solamente podía ser científicamente determinada aplicando un modelo de simulación
de todo el sistema mundial.
El modelo, como se puede ver, era esencialmente inductivo, esto es, no se proponía
una “meta” (cosa que fue luego muy criticada) sino que preveía el comportamiento del
sistema sin pensar que este necesariamente llegara a algún fin especifico.
recursos naturales no renovables. Cada uno de esto factores tenía una dinámica que se
caracterizaba por el accionar de circuitos positivos y negativos (por ejemplo, la población
crecía por los nacimientos y decrecía por las muertes, o la industria crecía por la aplicación
de inversión pero decrecía por el desgaste o la depreciación del equipamiento) y a su vez
tenía limites inferiores y superiores, algunos de tipo físico (por ejemplo, la explotación de
recursos naturales no renovables tenía como limite su propia existencia) y otros de tipo
económico (el limite del crecimiento industrial se ubicaba en el momento cuando los
bienes producidos eran tan caros que no podían ser consumidos).
Las conclusiones a que llegaba el trabajo era que si se mantenía la tendencia de los
cinco factores, se alcanzaría el límite del crecimiento dentro de los 100 años siguientes,
debido a un súbito e incontrolable descenso de la población y la producción industrial.
Pero advertía que era posible alterar esas tendencias y establecer una condición de
estabilidad demográfica, económica y ambiental. De donde salían estas conclusiones? del
análisis de las diferentes corridas del modelo (Gráficos).
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La primer corrida presuponía que todos los factores crecían al mismo ritmo que
habían tenido desde principios de siglo. Si esto sucedía, en primer lugar el crecimiento
industrial llevaría a la extinción de los recursos naturales no renovables. La consiguiente
declinación industrial llevaría a la reducción de la producción de insumos para la
agricultura y los servicios de salud, lo que a su vez desembocaría en una declinación de la
población. Para el siglo XXII, todos los factores habrían dejado de crecer.
Como el factor “responsable” del inicio del colapso era la declinación de los
recursos naturales, en la segunda corrida se presuponía que este reducción de recursos se
solucionaba mediante el avance tecnológico. Pero entonces, el crecimiento industrial tenia
como consecuencia una fuerte contaminación ambiental para el año 2050, lo que unido a
la declinación de la producción agrícola llevaba a la declinación demográfica.
El modelo del MIT atrajo una lluvia de criticas y alabanzas, se tradujo a más de 20
idiomas y fue un verdadero éxito editorial, ya que vendió en todo el mundo más de 10
millones de ejemplares. Fue continuado con una serie de replicas, tanto desde el campo
científico (por ejemplo, la Universidad de Sussex en Inglaterra y la Fundación Bariloche
en Argentina desarrollaron modelos alternativos) como del político, pero ninguna alcanzó
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el éxito y la difusión del trabajo de Meadows, tal vez por cumplirse el viejo dicho que toda
noticia, para ser creíble, debe ser necesariamente mala...
Como lo señalaron muchos de sus críticos, el modelo del MIT partía de algunos
supuesto demasiado fuertes, que ponían en tela de juicio su capacidad predictiva. Entre
estos supuestos estaba la idea de la búsqueda de un equilibrio como estado ideal del
sistema, la inmovilidad política de todo el modelo (esencialmente conservador), la idea
subyacente de un mercado eficiente en su capacidad de asignación de recursos y la
apreciación de la existencia de recursos renovables que realmente se renovaban. Por otra
parte, era un modelo global que consideraba a todo el mundo como un solo sistema, lo que
si bien podía ser correcto en el muy largo plazo, en la realidad no se compatibilizaba con
un mundo fuertemente fragmentado en países y regiones de mayor o menor poder
adquisitivo, diferentes culturas, diferentes dotaciones de recursos naturales y diferentes
sistemas políticos.
Explícita o implícitamente, el modelo del MIT, con todo su pesimismo, le daba a los
Profetas de la Catástrofe la pátina de seriedad académica que tanto necesitaba el
tremendismo de Ehrlich o la crudeza social de Hardin. Fue también el primer documento
académico en el que se basara el ambientalismo (o por lo menos para parte de él) y de allí
que hoy, a casi treinta años de su publicación y cuando los propios hechos han demostrado
la escasa capacidad predictiva del modelo, todavía sigue siendo considerado como una
piedra fundamental en el proceso de concientización ambiental.
Un continuador, tal vez más moderado que Ehrlich y Hardin en sus expresiones y
con mayor énfasis en los problemas estrictamente ambientales es Lester Brown, uno de los
autores más citados en los últimos veinte años. Desde el WorldWatch Institute publica
anualmente un “Estado del planeta”, que se traduce a varios idiomas. Este es en realidad
no una acumulación de información objetiva, sino una serie de artículos que año a año van
tocando temas tan dispersos como la energía eólica, el estado de las pasturas del mundo, la
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Carlos Reboratti______________________________________AMBIENTE Y SOCIEDAD: CONCEPTOS Y RELACIONES
A partir de los catastrofistas “clásicos” como los que hemos visto, la catarata de
literatura sobre el tema ambiental ha sido realmente gigantesca y se ha ampliado a
prácticamente todos los países del mundo. Resulta una tarea imposible tratar de evaluar
esta gran masa de trabajos, pues ninguno ha llegado a tener la relevancia o el impacto que
en su momento tuvieron Carson o Ehrlich, que todavía pueden nombrarse como los
precursores. Pero si vale la pena detenernos un poco en la otra vertiente de los
investigadores preocupados por la relación entre la sociedad y el ambiente, aquellos que
podemos calificar como los “optimistas”.
Los optimistas
Totalmente diferente es el caso de las teorías que hacia fines de la década del 60
produjo, con menos alharaca pero mayor rigor científico, la antropóloga danesa Ester
Boserup. Esta se dirige no ya al problema ambiental, sino a la relación entre la sociedad y
su capacidad de producir alimentos. Es, en realidad, uno de los intentos mas serios de
contradecir las hipótesis maltusianas. Sin embargo, y por haberse mantenido en un nivel
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Para Boserup, el crecimiento de la población era una condición necesaria para que la
sociedad avanzara tecnológicamente. Desde su punto de vista, el cambio tecnológico era
un respuesta que daba la sociedad al crecimiento de sus necesidades y sobre todo las
nacidas de su creciente número. Por ende, el crecimiento de la población se tomaba como
beneficioso y necesario, antes que como negativo o prescindible.
Para probar esto, Boserup tomaba como ejemplo la respuesta agrícola al crecimiento
de la población, basándose tanto en fuentes históricas como en observaciones etnográficas
del momento. Según esta autora, a cada avance del tamaño de la población, y por ende
ante una mayor necesidad de producción de alimentos, las sociedades agrarias respondían
con un cambio tecnológico, que se resepresentaba en una modificación del sistema de
barbecho (se conoce como barbecho al período que los agricultores dan a la tierra que
trabajan para que esta recupere sus nutrientes). El barbecho habia comenzado por ser un
periodo muy largo, donde después de deforestar y utilizar un terreno por algunos años, el
agricultor se movía a otro y dejaba que en el anterior se restableciera la vegetación original
completa, la cual se encargaba de recuperar la capacidad productiva del suelo. Recien
después de muchos años volvía el agricultor a ese mismo terreno, para reiniciar el ciclo.
Pero cuando la población empezaba a crecer, las tierras se hacían mas escasas y ya
no se las podía dejar tantos años en descanso. Esto significaba que el barbecho era mas
corto, y solamente se dejaban crecer los arbustos antes de volver a cultivar la tierra. Ante
un nuevo aumento de población, otra vez el barbecho se acortaba, pero esta vez se
acompañaba con la utilización de abonos animales y vegetales. Los ciclos se iban
acortando hasta que el barbecho se transformaba en un corto periodo de descanso entre
cosecha y cosecha y las nutrientes del suelo eran aportadas fundamentalmente por los
abonos. A lo largo de todo ese largo ciclo, la población habia podido ser alimentada y la
tierra no había perdido totalmente su capacidad productiva.
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La hipótesis de Boserup era una respuesta a las que sustentaba Malthus y permitían,
si el ejemplo agrícola se extendía a otros ámbitos, cifrar esperanzas en la capacidad
tecnológica de la sociedad para solucionar sus problemas alimenticios. Es verdad que la
hipótesis de Boserup se aplicaba solamente a las sociedades agrarias y tenia el problema
de considerar al mundo como fragmentado en unidades cerradas. En la práctica, lo que
sucedía muchas veces cuando comenzaban a suceder problemas en el campo, la opción
tomada era la emigración (lo que en términos maltusianos era una forma de descompresión
demográfica).
tecnología no había sido capaz de balancear las escasez natural del recurso) o bajado, que
era la posición de Simon, totalmente contraria en su razonamiento. Cuando llegó el
momento, se pudo constatar que el precio de esos metales había descendido en un 50%.
Ehrlich no tuvo más remedio que pagar la apuesta, aunque esto para nada significó que
modificara sus ideas.
recomendar medidas a tomar que no fueran aceptables para todos los países. El resultado
es un catálogo fundamentado de buenas intenciones, que por no proponer soluciones
concretas mas allá de la retórica general, se convierte de hecho en otro título catastrofista.
El segundo texto importante fue lo que se conoce como el “Informe Brandt”, por
haber sido el ex canciller alemán Willy Brandt el director de la investigación. Su
verdadero titulo es “Norte/Sur: un programa por la supervivencia” y tiene la virtud de, por
primera vez, realizar un vínculo explícito entre los problemas ambientales y los del
desarrollo. Eso lo llevaba a ser mucho mas enfático en su diagnóstico y en la
determinación de una cadena de responsabilidades que relacionaba la pobreza, la
contaminación y el mal uso de los recursos naturales. Tal vez por eso, su impacto fue muy
relativo y de hecho las Naciones Unidas jamas lo adoptaron como un “libro sagrado”, tal
cual hicieran con el anterior.
El paso posterior fue la aparición en 1987 del resultado del trabajo de una comisión
encabezada por Go Harlen Bruntland, ex Primer Ministro de Noruega, que produjo el libro
“Nuestro futuro común” (mas conocido como “Informe Bruntland”), destinado a servir
como plataforma para la reunión de Río de Janeiro de 1992. Es un informe de similares
características al de Ward y Dubos en cuanto adopta una visión global. En este caso se
hace menos hincapié en la información y más en el tema de las relaciones entre ambiente y
sociedad, mediatizadas por los problemas sociales (sobre todo la pobreza). Pero mantiene
la debilidad estructural de una excesiva cautela, la definición de problemas sin una
corporización geográfica clara y, sobre todo, de la formulación de soluciones mas retóricas
que practicas. Su mayor importancia es la de haber definido el termino "desarrollo
sostenible" y abrir a partir de allí una larga polémica sobre este tema, el cual tocaremos en
el capitulo 9.
país exportador de alimentos. A un cuarto de siglo del Informe Meadows, ninguna de sus
apocalípticas curvas se ha comportado como se habia pronosticado (un nuevo libro de los
mismos autores aparecido a principios de lo ´90 oscilaba entre tratar de confirmar esas
predicciones y justificar su fracaso). Nada de eso ha tenido como consecuencia una
disminución en el interés por el tema - muy por el contrario -. Errados o no, los
catastrofistas abrieron la caja de pandora del ambientalismo.
Bibliografía recomendada
194
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Capítulo 8
195
Carlos Reboratti______________________________________AMBIENTE Y SOCIEDAD: CONCEPTOS Y RELACIONES
confusión, puede tener alguna utilidad tratar de ordenar y clasificar sus características y
para eso lo mejor es partir de las circunstancias originales que dieron lugar a su aparición.
Qué particularidades históricas y que contexto social dieron lugar a que, por
ejemplo, en abril de 1970 300.000 personas participaran en EEUU en el primer “Día de la
Tierra?”. Podemos tratar de enumerar y desarrollar algunos de estos factores.
Los países desarrollados veían crecer a su población empujada por el famoso “baby
boom” de la posguerra y los subdesarrollados adquirían velocidades de crecimiento
demográfico inusitadas a partir de aplicación de unas pocas medidas sanitarias básicas, tal
como la eliminación de las enfermedades endémicas (malaria, viruela, tuberculosis) por la
aplicación masiva de los nuevos remedios y los nuevos pesticidas. La interpretación
catastrofista parecía plausible y digna de ser apoyada. Al mismo tiempo, junto con la
popularidad de Raquel Carson, esos mismos autores dirigieron la atención del público a
los temas que podemos llamar muy ampliamente ambientales. Pero para que eso pasara,
también tuvieron lugar otro tipo de factores, que podemos agrupar en varios conjuntos: los
sociales, los económicos, los desastres ambientales y el contexto internacional y político.
Desde el punto de vista social, es en ese momento donde comienzan a crecer los
problemas urbanos, relacionados a la gran migración del campo a la ciudad y la expansión
acelerada de las grandes ciudades. Aparecen (o se hacen mas visibles) los problemas de
hacinamiento, transporte, fragmentación social y territorial (la palabra “ghetto” pasa a
tener un significado mas amplio), inseguridad y tambien de contaminación. La metáfora
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urbana del momento no es la alegre París, sino las sórdidas calles de Nueva York o la
atmósfera contaminada de Los Angeles. En contra de esto, el ambientalismo ofrece la
vuelta a una naturaleza limpia, segura y sabia. No parece tener importancia si esta vuelta
es factible o no, lo que importa es tener una nueva ilusión.
197
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Todo este complejo movimiento tiene varias facetas, que trataremos de analizar
separadamente (aunque existe entre ellas una fuerte interrelación). De esta forma veremos
el conservacionismo, los movimientos sociales no gubernamentales, el ambientalismo
gubernamental y burocrático, el político y el ambientalismo en los países no desarrollados.
En el capítulo final haremos una reflexión y un balance de los pros y contras de este
movimiento tan generalizado.
El conservacionismo
Tal vez el antecedente más evidente de las preocupaciones ambientales sea la del
conservacionismo. Este responde a un proceso que comenzó en el siglo pasado en Europa
y los EEUU, ligado a las ideas del romanticismo, la visión estética de la naturaleza y el
encandilamiento por lo “salvaje”. Este proceso tendía a la preservación de lo natural con
fines estéticos y didácticos y buscaba proteger las llamadas “bellezas naturales” (término
que se emplea hasta el presente) y dio como resultado la creación de los primeros parques
nacionales en EEUU hacia la década de 1880. En paralelo comenzó a construirse toda una
institucionalidad alrededor del tema de la preservación, primero con la aparición de las
Sociedades Protectoras de Animales en Europa y EEUU y más tarde con la fundación de
las primeras instituciones ambientalistas no gubernamentales, tales como el Sierra Club de
200
Carlos Reboratti______________________________________AMBIENTE Y SOCIEDAD: CONCEPTOS Y RELACIONES
no por eso menos racista y colonialista) figura del cazador blanco ayudado por una gran
cantidad de nativos cuya función principal era el de portadores y, en todo caso,
rastreadores. La caza colonial diezmó la fauna de África, la India, Malasia e Indonesia y
muchas veces ese famoso “cazador blanco” era en realidad un desorbitado asesino de
animales, a los cuales mataba por cientos en una sola excursión, sin respetar especie,
tamaño, edad o sexo. América Latina quedo relativamente a salvo de este tipo de
expoliación, por haber adquirido la independencia en tiempos anteriores y por estar, por el
momento, fuera del “circuito” de la caza deportiva (los cazadores de ese tiempo exigían
una serie de comodidades que no existían en este continente).
202
Carlos Reboratti______________________________________AMBIENTE Y SOCIEDAD: CONCEPTOS Y RELACIONES
Desde un principio estos movimientos fueron muy bien manejados tanto en lo que
hace a su imagen pública como a su capacidad para obtener financiamiento. Para algunos lo
que hacían eran aprovechar la característica moral protestante, basada en la idea de lo
correcto, el bien común, la virtud, la individualidad y el aprecio por el aporte económico
modesto pero multitudinario. Los ambientalistas comenzaron a actuar en tres tipos de
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organizaciones diferentes. Los que abogaban por un ecologismo “profundo” por lo general
despreciaron toda forma organizativa institucional y prefirieron las pequeñas organizaciones
locales, muchas veces formadas a partir de estudiantes universitarios. Estas organizaciones a
veces optaban por retirarse a lugares aislados, donde intentaban reconstruir lo que para ellos
era el modo de vida original de hombre (pequeños grupos aislados, autosostenidos). En otros
casos, optaban por una postura más radicalizada y promovían un rechazo agresivo de la
civilización, a veces llegando a constituirse en grupos terroristas que dieron muy mala fama
al ambientalismo profundo.
controlar la caza de animales. Por ejemplo, fue notablemente efectiva la campaña de los
conservacionistas que se centraban en la protección de los pájaros para parar la matanza que
se realizaba para adornar con plumas los sombreros femeninos. Este no era un problema
menor, dado que se calculaba que anualmente se mataban 2 millones de pájaros con ese fin.
Tambien comenzaron a crecer los movimientos para la conservación de los llamados
“monumentos naturales y culturales” que intentaba proteger tanto los lugares especialmente
bonitos como los edificios importantes. Estos grupos conservacionistas se mantuvieron con
altibajos durante toda la mitad del siglo 20 y todavia son una buena parte del ambientalismo
europeo (en realidad la mayor afiliación ambientalista se ubica en este tipo de movimientos).
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Carlos Reboratti______________________________________AMBIENTE Y SOCIEDAD: CONCEPTOS Y RELACIONES
tener idea de su alcance, basta decir que en Holanda el 17% de las personas adultas pertenece
a un movimiento ambientalista.
Las tácticas del ambientalismo europeo son las usuales de este tipo de movimientos:
resistencia civil, mucha exposición en los medios de comunicación masiva, afiliación de gran
cantidad de miembros sin exigirles grandes contribuciones, integración a redes
internacionales de activismo, formación de lobbys muy activos y, en este caso, búsqueda de
poder político directo.
que lugar político se ubican es “ ni izquierda ni derecha, sino al frente”. Esta respuesta, no
por pedante deja de mostrar una de las debilidades del ambientalismo como movimiento
político, tal cual es la imposibilidad práctica de reemplazar una ideología por el simple
voluntarismo. Si bien los movimientos ambientalistas nunca han querido se etiquetados
como de uno u otro sector, encuestas realizadas entre sus miembros en Europa han indicado
que la ubicación personal de sus miembros esta más hacia la izquierda que a la derecha. Esto
de alguna manera justificaría el famosos mote de “melones” (verdes por fuera pero rojos por
dentro) o “tomates” (nacen verdes pero se vuelven rojos con el tiempo) que frecuentemente
les han asignado los políticos de centro y de derecha (sobre todo cuando los militantes verdes
actúan en desacuerdo con sus intereses). Pero curiosamente la propia izquierda se ha
mostrado muy remisa a aceptar a los “verdes”, acusándolos frecuentemente de reaccionarios
o utópicos.
Por otra parte, a partir de los años ´80 la mayor parte de los partidos políticos de
occidente han introducido en sus plataformas algún contenido ambientalista (con más
oportunismo que buena voluntad), si bien la mayor parte de esas intenciones políticas no
paso más allá de las plataformas electorales. Incluso ha habido muy resonantes casos de
“conversiones” de conocidos políticos, por ejemplo “La transformación de Margaret
Thatcher de Dama de Hierro a Diosa Verde se atribuye a su concientización sobre la
creciente potencialidad electoral de los temas ambientales” (Dalton, pag. 217). Todo esto le
quitó una buena parte del discurso a los políticos ambientalistas.
otros ha proyectado fuertes y contrastantes imágenes sobre que piensan los ambientalistas
sobre los temas y procesos políticos de las democracias occidentales…Una caracterización
usual es la de izquierdistas subrepticios, que meramente están utilizando la ropa de la
política ambiental para cubrir su verdadero color…Coexistiendo con estas imágenes de los
ambientalistas como de izquierda, esta la imagen contraria de los activistas como ingenuos
idealistas atiborrándose de brotes de soja, escuchando el canto de las ballenas y sosteniendo
ideas políticas alternativas…Resumiendo, las hipótesis sobre las raíces políticas del
movimiento ambientalista parecen no tener limites” R. Dalton The green rainbow, Yale
University Press, New Haven, 1994, pag. 121.
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Ambientalismo en el Sur
urgencias económicas y las deficiencias sociales son muchas y urgentes, parece obvio que
eso suceda y por ende las preocupaciones ambientales son parte de un conjunto de
reivindicaciones más amplio, donde lo ambiental raramente es lo fundamental.
Es por eso que en América Latina muchos de los movimientos sociales que
podríamos considerar ambientalistas son parte de grupos que promueven los intereses de
sectores sociales muy diferentes, tales como los aborígenes, los campesinos o los sectores
urbanos mas carenciados. La reivindicación ambiental más activa (y posiblemente más
autentica) es parte de un reclamo social más extenso, que no termina ni comienza en las
preocupaciones ecológicas.
desaparecida, dejaba sin base de sustentación al movimiento. Eso no significa que estos no
hayan sido a veces exitosos y varios grandes proyectos de potencial impacto ambiental
fueron parados por la acción de esto movimientos, tal como la planeada central nuclear en
la Lago de Patzcuaro en México y la construcción de un nuevo aeropuerto para San Pablo
en los bosques de Caucaia do Alto.
La década del 80 vio crecer a los grupos ambientalistas, sobre todo cuando poco a
poco las dictaduras militares dieron paso a regímenes democráticos, siempre más abiertos
(si bien no necesariamente receptivos) a los movimientos sociales y sus reclamos. Para
mediados de esa década se podían contar unos 1.500 movimientos ambientalistas
(definidos necesariamente en forma muy flexible) en toda América Latina, número que
podría llegar a los 6.000 a mediados de los ´90. Algunos estudios indican que de éstos el
30% son claramente ambientalistas, el 25% conservacionistas y el resto de características
más difusas. Este enorme salto cuantitativo en buena medida se debió al fuerte impacto
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Carlos Reboratti______________________________________AMBIENTE Y SOCIEDAD: CONCEPTOS Y RELACIONES
refleja la antigua fascinación que este tiene por los bosques tropicales y la fauna exótica”
R. Bryant y S. Bailey Third World Political Ecology, pag. 138.
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La gran expansión mundial del ambientalismo a partir de principios de los ´70 tuvo su
correlato (es difícil decir si antecedente o consecuente) en la formación de una
institucionalización estatal, que tiene tres dimensiones: la introducción formal del tema
ambiental en los sistemas legales, la aparición de oficinas publicas destinadas a llevar a cabo
políticas ambientales y finalmente la creciente aparición del tema ambiental en las oficinas
internacionales.
recortes de ese tema. Por ejemplo, en muchos países existían oficinas dedicadas al estudio
de los suelos, la meteorología, los diferentes recursos minerales, etc. En la mayor parte de
los países resultó imposible (y posiblemente no fue buscado) desarmar este antiguo
sistema fragmentado y lo que se hizo es crear una oficina encargada de velar por los
intereses ambientales, con mayor o menor amplitud temática y con mayor o menor
capacidad de acción. En algunos casos se crearon Ministerios del Ambiente que en parte
reunían a las viejas oficinas fragmentadas y en parte creaban otras y en otros (como fue el
caso de los EEUU) oficinas descentralizadas dedicadas al control ambiental más que al
análisis de los problemas.
los países realizaran estudios de impacto ambiental en el caso de las grandes obras de
infraestructura, estudios que en muchos casos fueron organizados y controlados por los
organismos ambientales oficiales. Sin embargo, su poder es muy relativo y muchas veces
esta más relacionado a la retórica que a la práctica del control ambiental.
El PNUMA se encontró desde un principio con dos limitantes, que luego se hicieron
crónicas: la escasez de fondos y la necesidad de financiar proyectos que no hirieran la
susceptibilidad de los diferentes gobiernos. Como en casi todos los análisis que hacen las
Naciones Unidas, en sus conclusiones nunca aparecen responsables concretos sino etéreos
actores sin nombre y apellido (algunos gobiernos, algunas empresas, algunos lugares…),
pero esto no le quita el valor de haber hecho públicos muchos problemas ambientales en el
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Río 92 fue unos de los eventos internacionales más importantes que se hayan visto:
concurrieron 178 países, 100 presidentes, 1400 representantes de ONGs, a los que se
sumaron otros 20.000 para el Foro Global de ONGs y Movimientos Sociales. Por primera
vez los representantes de los países se juntaban para discutir no temas de ambiente, sino de
su relación con la sociedad y específicamente sobre su desarrollo. La publicidad anterior y
durante la reunión fue notable y tal vez exagerada, ya que creó expectativas demasiado
grandes si se las compara con los logros obtenidos. Durante su transcurso (y en realidad ya
en las reuniones técnicas previas) se pudo ver una fuerte división entre los intereses,
reivindicaciones y reclamos de los países desarrollados, los no desarrollados y las ONGs,
que llevo a que la mayor parte de los acuerdos (logrados a través de largas negociaciones)
terminaran siendo pálidos reclamos, débiles protestas y más que nada buenas intenciones
para un nebuloso futuro. Los países más desarrollados y sobre todo los EEUU se
opusieron descarnadamente a las propuestas más progresistas, amparándose en la
necesidad de apoyar el crecimiento económico de sus propios países antes que la
protección ambiental. El resultado concreto fueron cinco documentos:
1. la convención sobre el cambio climático
2. la convención sobre la diversidad biológica
3. la declaración sobre los bosques
4. la declaración sobre el medio ambiente
5. la Agenda 21 para el desarrollo sostenible
Estos documentos trataban de delinear los cursos de acción para los diferentes
temas, pero eran muy débiles en el tema del financiamiento para esas acciones y mucho
mas débiles en la previsión de las medidas a tomar si los países no seguían esas iniciativas.
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Carlos Reboratti______________________________________AMBIENTE Y SOCIEDAD: CONCEPTOS Y RELACIONES
Río 92 terminó con discursos ampulosos, buenas intenciones, una serie de nuevas palabras
para la retórica ambientalista y poco más.
Bibliografía recomendada
Dobson, A. Pensamiento político verde. Una nueva ideología para el siglo XXI, Paidós,
Barcelona, 1997.
Dumont, R. Un mundo intolerable. Cuestionamiento del liberalismo, Siglo XXI, México,
1991.
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Grohmann, P. Los movimientos sociales y el medio ambiente urbano, en Nueva Sociedad,
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1992, (hay edición Nordan/Comunidad, Montevideo, 1995).
Mendoza, M. Todos queríamos ser verdes. Chile en la crisis ambiental, Planeta, Santiago
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Varea. A. et al Ecologismo ecuatorial, CEDEP/Abya Yala, Quito, 1997.
221
APROXIMACIONES AL ANÁLISIS DE LOS CONFLICTOS
AMBIENT ALES EN LA PA
AMBIENTALES PATTAGONIA. REFLEXIONES DE
HISTORIA RECIENTE 1980-2005.
DANIEL NORBERTO BLANCO*
JOSÉ MARÍA MENDES**
*
Profesor de Historia (UBA).Licenciado en Historia. (U.N. Comahue). Editor y co-director de la revista Pueblos
y Fronteras de la Patagonia andina. Miembro investigador del CEHIR, Centro de estudios en Historia
Regional, Facultad de Humanidades. Universidad Nacional de Comahue. Profesor del programa UBA XXI.
Supervisor de escuelas de Nivel Medio (Chubut). Coordinador por CTERA del grupo Patagonia Sur del
Programa Argentina Sustentable. Presidente del Centro de Formación, Investigación y Documentación (
CeFIDoc) Chubut.
**
Profesor de Historia (INSP J.V. González). Licenciado en Historia (U.N. Comahue). Especialista en Ciencias
Sociales (FLACSO). Profesor Titular en el Instituto de Formación Docente de El Bolsón (Río Negro). Editor
y co-director de la revista Pueblos y Fronteras de la Patagonia andina. Miembro investigador del CEHIR,
Centro de estudios en Historia Regional, Facultad de Humanidades. Universidad Nacional de Comahue.
Recebido em 26/06/2006 – Aceito em 18/08/2006.
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Aproximaciones al análisis de los conflictos ambientales en la Pagonia – DANIEL NORBERTO BLANCO E JOSÉ MARÍA MENDES
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Carlos Menem, en la década del ´90, se privatizó la empresa nacional más grande de
la Argentina, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (Y.P.F.). Desde entonces la maximización
de beneficios de las empresas extranjeras ha acentuado la depredación del ecosistema
y el incumplimiento del pago de los cánones que la ley exige ante el cierre de cada
pozo que ya no se explotará.
El método más difundido de extracción genera la apertura de picadas y
líneas de prospección sísmica que potencian procesos de erosión, a la par que posibilita
procesos de ocupación ilegal de tierras, explotaciones clandestinas de productos
vegetales y de la fauna nativa. La falta de un adecuado control respecto al uso de
insumos químicos utilizados en la extracción de hidrocarburos, conlleva una larga
lista de riesgos para los distintos componentes del ambiente.
La calidad del suelo y las aguas se ve alterada por la introducción de
metales pesados y otros elementos tóxicos, a través de las aguas utilizadas en el proceso
de extracción de hidrocarburos y con el aumento de la probabilidad de salinización de
los suelos que reciben esas aguas no tratadas. En los sitios de producción, pozos,
instalaciones de almacenamiento, compresores, plantas separadoras y equipos conexos,
se emiten gases de efecto invernadero, partículas y desechos de perforación en estado
de lodos o líquidos densos. Los hidrocarburos crudos que accidentalmente se derraman
contienen componentes de alta toxicidad para suelos, cuerpos y cursos de agua, donde
se depositan por escurrimiento o infiltración. Los residuos de perforación contienen
sales inhibitorias del crecimiento vegetal, como dicromato de sodio, cloruro de potasio
e hidróxido de sodio.
El petróleo crudo que se extrae está asociado con agua y sólidos
suspendidos, por lo que es necesaria la construcción de sistemas para la separación de
dichos componentes. Es en estas instalaciones donde frecuentemente se presentan
situaciones de descargas y fugas, y el deterioro del suelo resulta irreversible. La
infraestructura de transporte, además de los impactos que puede ocasionar durante la
etapa de construcción y tendido, suele estar sujeta a accidentes o imprevistos, tales
como fugas, derrames o explosiones. Las aguas saladas, separadas del crudo y
conteniendo bajo contenido de hidrocarburos asociados como impurezas, son vertidas
en cuerpos de agua.
Los daños más significativos alrededor de los pozos son los siguientes:
Modificación de las propiedades de los suelos afectados disminuyendo o
eliminando su capacidad de soporte de la biota (fauna y flora)
Daño directo por contacto, tanto a la vegetación como a los animales
Intoxicación de animales terrestres en las piletas (trampas de petróleo)
Afectación de avifauna
Contaminación de aguas subterráneas con aguas hipersalinas alojadas en
las piletas y provenientes de la recuperación secundaria de los pozos.2
La lectura de la conflictividad en este caso puede hacerse desde dos ejes:
el de demanda social y el del conflicto ambiental.
En relación con el primer eje, la explotación petrolera ha generado
históricamente una constante demanda de sus trabajadores de una más digna calidad
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Un proyecto anterior pero inscripto en esta lógica sale a luz en 1986, con
la posibilidad de la instalación de un repositorio nuclear o “basurero nuclear” en la
meseta chubutense, en un lugar cercano a la localidad de Gastre. Este emprendimiento
prevé el depósito de desechos nucleares propios, de las centrales de Atucha y Río
Tercero, pero se justificaba en la posibilidad de cobrar por “guardar” residuos nucleares
producidos en otros países, que pagarían por depositar allí los combustibles agotados,
que deben ser almacenados o eliminados de alguna forma.
Una protesta generalizada organizada por vecinos y ONGs movilizó gente
de toda la Patagonia y culminó con una marcha que, saliendo desde puntos muy
distantes (Trelew, Chubut, en la zona Atlántica, El Bolsón, Río Negro, y Esquel en la
zona cordillerana, a través de la meseta por caminos y huellas de ripio), marchó a
Gastre para oponerse al proyecto. El proyecto está(ría) detenido, no obstante cabe
destacar que la Argentina deberá decidir en algún momento qué hacer con sus propios
desechos, la mayoría de los cuales están depositados en dependencias de la Comisión
Nacional de Energía Atómica, en piletas refrigeradas en la localidad de Ezeiza, provincia
de Buenos Aires, a menos de 3 kilómetros del Aeropuerto Internacional y en medio de
una zona poblada por 15.000.000 millones de habitantes.
Pero el listado no termina allí. El proyecto Prima Klima se conoce en
1999 y fue un plan de manejo sustentable de los bosques de lenga del Alto Río Senguerr,
en los lagos Fontana y La Plata, en la provincia del Chubut. Dicho proyecto prevé la
tala de los árboles viejos, el cierre de entrada de animales al lugar y nuevas plantaciones
que puedan absorber carbono de la atmósfera.8 Pareciera ser que los ambientes
patagónicos no pueden permanecer como son. La “última generación” de proyectos
incluye los que, a instancias del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo
a inicios de la década de 1990, apuntan a la explotación de los recursos naturales para
abastecer las crecientes demandas del mercado mundial de productos minerales. A
mediados de 1998 se anuncia la adjudicación y entra en etapa de explotación el
proyecto minero sobre el Cordón Esquel denominado “Mina el Desquite”. Se trata de
la explotación de una mina de oro por la empresa “Meridian Gold”. Esta empresa, de
capitales canadienses había adquirido la mina a la firma británica Brancote. La
explotación se planificó a cielo abierto y tenía como objetivo la obtención de “Barra
Doré”, una aleación de oro y plata, buscada y bien cotizada en el mercado. En el 2003
una impresionante movilización popular, que culminó en un plebiscito forzado por las
organizaciones no gubernamentales chubutenses, impidió la continuación del proyecto
hasta la fecha. No obstante, ni la Meridian ni los gobiernos – tanto provincial como
nacional – han desistido definitivamente de su explotación. La intención de llevar
adelante otra explotación de similares características en Ingeniero Jacobacci, en la
zona de meseta de la provincia de Río Negro, ha hecho cobrar repentinamente fuerte
actualidad a cada uno de los casos reseñados.
Cada día se inscribe una nueva mina en las Direcciones de Minas y
Geología de las provincias. Es un problema de final abierto.
La región patagónica fue una de las zonas que fueron más impactadas por
las políticas desarrollistas, y se genera así una historia de fuerte crecimiento poblacional
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que están compuestos por un tipo de actor colectivo que se moviliza con la finalidad
de lograr cambios no estrictamente ligados a su propia condición social, política o
económica. La perspectiva de las personas y/o grupos que resisten el avance de estos
proyectos es que no existe en ellos un beneficio tan trascendente para la gente que
justifique su puesta en marcha, por eso han buscado caminos para frenar su avance.
La primera tarea que se proponen los movimientos de resistencia es la información.
Dar a conocer que las promesas de empleo, la posible indemnización por sus tierras,
etc, eran en gran parte mentira, se transformó en una premisa esencial. Estas
organizaciones asumieron así el trabajo de fundamentar la oposición a estos proyectos
y clarificar las dudas de los pobladores.13 Se buscó así desmitificar las promesas de
progreso hechas, o como en el caso de Gastre, demostrar que se los cooptaba con
mejoras del pueblo y mentiras por el estilo que jamás serían realizadas.
La segunda táctica (que advertimos como) común a estos procesos es
generar formas de participación de democracia directa. Los líderes de las acciones
señalan asimismo la necesidad de avanzar desde una democracia fuertemente
delegativa a otra más directa. Como una forma de evitar con movilización los manejos
que conllevan las formas de la seudo democracia delegativa actual.
Son conscientes de la resistencia que esto generaba y genera en la mayoría
de las estructuras políticas tradicionales, ya que esta movilización y participación
impugna la idea de delegación inserta en nuestra actual forma democrática.14 Nuevos
actores asumen petición a las autoridades, el cuestionamiento de las políticas y la
discusión de decisiones tomadas desde una capital provincial ubicada a 800 kilómetros
o de una Capital de la Nación situada a más de 2000.
El tercer objetivo de los movimientos de resistencia es involucrar a otros
grupos organizados dentro de la sociedad civil, como sindicatos, escuelas públicas y
comunidades de pueblos originarios. Al momento del conflicto emerge en todos estos
casos la capacidad que han tenido los actores sociales de gestar un fuerte apoyo de
diversos sectores sociales.15
En este punto del proceso aparece la necesidad de generar un núcleo de
organización regional. Se pueden distinguir dos claros momentos organizativos: el del
conflicto propiamente dicho, y simultáneamente, con una visión a más largo plazo, la
búsqueda de generar organizaciones que establezcan redes de contacto e interactúen
a nivel local, regional, nacional e internacional; organizaciones más amplias, en el
estricto ámbito no gubernamental.16
En la marcha la resistencia advierte que no se trata de un problema local
y que es necesario involucrar a actores extraregionales. Enmarcados en un gran
movimiento mundial de ideas que los sustenta y que los identifica con la
antiglobalización, son conscientes de lo largo de la lucha17. Se manifiesta la necesidad
de aumentar su nivel de organización y articulación en grupos o redes de mayor
envergadura. La Web aparece en esta región, a nivel nacional e internacional, como
un espacio de comunicación, como un instrumento clave para estos grupos, un medio
que les permite una ecuación favorable para presentar, en la búsqueda de mayor apoyo,
la problemática local, a nivel regional, nacional y mundial. Es a través de ella que se
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MEDIOAMBIENTE Y PROTESTA
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Aproximaciones al análisis de los conflictos ambientales en la Pagonia – DANIEL NORBERTO BLANCO E JOSÉ MARÍA MENDES
utilizados por los partidos políticos hegemónicos. No se proponen la lucha por el poder
político a nivel nacional o provincial. En este marco nuevos sujetos sociales se organizan
de diferentes formas para resistir a un discurso del desarrollo – presentado como único
y excluyente de las formas periféricas y tradicionales de vida en la búsqueda de uno
que responda a las necesidades reales expresadas por las comunidades y al respeto al
medioambiente. Para analizar las características del enfrentamiento en este campo se
deben tener en cuenta los cambios de perspectivas en relación con la escala de
percepción del mundo y las características de las sociedades en las que se producen
los conflictos.
Si hoy hablamos de ecologismo, de movimientos relacionados a la
sexualidad – feministas, homosexuales –, de nuevas realidades étnicas, entonces no
estamos haciendo referencia a la toma de poder político, ni el recorte es estrictamente
nacional. Las representaciones trascienden el marco nacional, sea en el nivel de una
identidad local (“a mí me interesa desarrollar mi identidad aquí, en esta pequeña localidad,
o mi grupo específico, el resto poco me interesa”) o de un grupo que tiene proyectos que
solo son viables a nivel trasnacional como el movimiento ecologista. “No hay un verdadero
proyecto ecológico que se sustente si no es a través de la identidad trasnacional, porque los
problemas ecológicos son de nivel mundial, no nacional” (Dalla Corte y Fernández,
2001: 230.).
DE LA ACEPTACIÓN A LA RESISTENCIA:
NUEVAS PRÁCTICAS ANTE VIEJOS ATROPELLOS
Los casos enunciados (que son solo algunos de los que se produjeron en
la Patagonia argentina entre 1980 y 2005) muestran la diversidad de intereses que
subyacen en la explotación económica de bienes ambientales medioambiente y, como
contraparte, las reacciones que generaron nos llevan a interrogarnos acerca de ciertos
cambios en las representaciones de los actores sociales. En un espacio que durante un
siglo – desde la ocupación militar y el desplazamiento de los grupos mapuche-tehuelche
en 1880 hasta la década de 1970 en la que comenzó la construcción de las represas
sobre los ríos Limay y Negro – fue territorio de explotación colonial por la metrópoli de
Buenos Aires, se despiertan iniciativas de resistencia a la expoliación y al deterioro de
los ecosistemas.
El caso de la protesta social ante emprendimientos como los señalados
nos sitúa ante un cambio de representaciones sobre las ideas de ambiente y desarrollo,
como también sobre los costos ambientales de este. Es importante analizar cómo se
configuran estas representaciones, cómo se van modificando en el proceso y cómo
influyen unas sobre otras (MATO, 2001: 132). Las diversas ideas puestas en circulación
durante este proceso, desarrollo, ambiente, territorio y la propia idea de Patagonia se
construyen transnacionalmente, a partir de múltiples y complejas interconexiones que
establecen actores sociales.
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BIBLIOGRAFÍA CITADA
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ENTREVISTAS
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NOTAS
1. Según ANTONIO ELIZALDE (2003), La historia del concepto de desarrollo sustentable muestra que es este un
concepto equívoco y polisémico e incluso casi vacío. Se lo entiende como crecimiento sustentable, hasta quienes
lo han convertido en la versión actualizada del ya no tan nuevo rito desarrollista. Cada cual usa el concepto de
sustentabilidad según mejor conviene a su particular interés y visión de mundo. La tan conocida versión de
“aquel desarrollo que atiende las necesidades de las generaciones presentes sin menoscabar las necesidades de
las futuras generaciones” (BRUNDTLAND, 1986), encubre un acuerdo tácito de no profundizar en dicha
definición, ya que de haber sido así gran parte de los acuerdos de la Cumbre Mundial sobre Medio Ambiente de
Río 1992 no habrían podido adoptarse.
2. Confrontar: GALLO MENDOZA, GUILLERMO Y GALLO MENDOZA, LUCAS 2003:111
3. Se denomina piquete a la forma de protesta consistente en bloquear las rutas y caminos importantes para
manifestar un reclamo.
4. Para el análisis de resultados de estudios específicos sobre la contaminación por hidrocarburos en áreas de la
costa patagónica véase GALLO MENDOZA, GUILLERMO Y GALLO MENDOZA, LUCAS 2003:110
5. La bauxita es la materia prima del aluminio, se encuentra en la naturaleza compuesta por óxido de aluminio y
otros elementos. La bauxita que se utiliza en ALUAR se importa de Australia ya que Argentina no tiene este
mineral. La razón de la instalación de la planta es la energía barata que produce la represa de Futaleufú ubicada
aproximadamente a 800 km. hacia el suroeste sobre la cordillera de Los Andes.
6. Un ejemplo reciente del impacto que genera una actividad portuaria como la que se desarrolla en ALUAR es la
aparición de un alga “undaria”, original de los mares del sudeste asiático, en el Golfo Nuevo. Este alga genera
un proceso de eutrofización.
7. La noción de sustentabilidad merecería un análisis particular. En los límites de este trabajo solo mencionaremos
que puede considerar que tiene distintos planos de aplicación de sutentabilidad económica, social, ecológica,
política, etc...
8. No se podría aceptar que una alta proporción de los compromisos se implementen a través de los “Joint
Implementation”. La disponibilidad de tierras, y su real costo pueden ser factores que en el futuro se presenten
como reales restricciones. Debe notarse que en buena parte los bajos costos de nuestras plantaciones está basado
en las externalidades no pagas en nuestros países y en los salarios bajos, situaciones que de acuerdo a los
objetivos del desarrollo sostenible no pueden ser permanentes. (GALLO MENDOZA ,GUILLERMO Y
SEJENOVICH, HÉCTOR, 1995:42)
9. Esto implicó sustanciales incrementos en los costos de producción, además de un significativo aumento en la
contaminación de las aguas y los suelos y un sensible desmejoramiento de las condiciones sanitarias de la
población.” (GALLO MENDOZA Y SEJENOVICH, 1995)
10. Gastre era en ese tiempo una pequeña comuna rural con menos de 1000 habitantes en el centro norte de la
meseta chubutense, con luz por generadores a gas-oil diez horas por la noche y calles sin asfaltar, unida por una
pésima ruta de tierra a Puerto Madryn.
11. :“La gente creía que nosotros le íbamos a sacar el pan de la boca, que Gastre iba a ser una ciudad progresista, poco
menos, yo te digo que había cosas que eran inauditas,[pensar] un Gastre todo asfaltado, una ciudad con
comercios, negocios”. (Entrevista a Javier Rodríguez Pardo, miembro del Movimiento Antinuclear Chubutense).
12. Esta situación es constantemente trabajada por los comunicadores del poder económico a la espera de capitalizarlos
en un futuro.
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Aproximaciones al análisis de los conflictos ambientales en la Pagonia – DANIEL NORBERTO BLANCO E JOSÉ MARÍA MENDES
13. “Hubo dudas, pero eran las menos y las fuimos como trabajando, explicándole a la gente de alguna manera que no era cierto
que le iban a indemnizar tan fácil, que esto del trabajo era entre comillas porque después estas empresas traen a toda su
gente.”(Entrevista a Jorge Leibiker).
14. “Hoy mismo, tenemos un problema y acuden a los locos de la ONG a decir ´che, vos sabés que se me están
muriendo los pescados en aquel canal´, vienen a vos a hacerte el reclamo porque no tienen confianza en los
estamentos del Estado, por ejemplo, unos estamentos que deberían cuidar, no sé, una Dirección de Pesca,
directamente vienen a tu casa, te plantean ´che, está pasando esto, ¿cómo podemos hacer?´. Uno también va
teniendo más armas de trabajo, va teniendo más experiencia, va teniendo un abogado conocido que te puede
asesorar en el aspecto legal siempre ad honorem, esto se va haciendo a través de los años, se va creciendo, pero
yo creo que el reclamo social de este nivel, de la problemática ambiental está asociado a las ONG’s, a nadie se
le ocurriría ir a hablar de una problemática ambiental a un estamento del Estado porque no tiene confianza, es
la realidad.”(Alejandro Nebbia)
15. [En Trelew] “ ´La Ley Seca´, un cafetín pequeño, los paisanos se reunían ahí y nosotros, bueno, había un nivel ¿no?,
abogados, profesionales, y después de comer nos reuníamos todos allí. Al lado había una librería y le digo al muchacho de
la librería, mirá, sacá fotocopias porque te va a venir a pedir fulano, mengano, sutano, y yo ya me cansé de sacar
fotocopias, al rato me viene a buscar y me dice, Javier, hemos tirado más de cien fotocopias, así que le digo, bueno, anota
quiénes son, adónde van las fotocopias, iban a Comodoro, a la Cordillera, las fotocopias de esas seis páginas. Así que se
nos había escapado de las manos de golpe y porrazo la cosa”. ( Entrevista a Javier Rodríguez Pardo)
[En Epuyén]: “... los Mapuches tuvieron mucha importancia en esta lucha porque ellos tenían el cementerio
local que quedaba bajo las aguas, entonces ellos se empezaron a sentir muy mal porque sus muertos iban a
quedar sepultados bajo las aguas y ellos nos los iban a poder visitar, entonces empezó a pesar en la parte religiosa
del pueblo Mapuche y entonces el pueblo Mapuche se organizó bastante bien y se unió a nosotros, digamos, y
se logró una unidad. Lo más interesante que sucedió fue el fenómeno de unidad, muy poderoso, que fue lo que
llevó a la victoria a esta lucha, que ya no importaba si vos habías venido, estabas, habías nacido, si eras mapuche,
si eras gringo, era como que bueno, vos estabas en la defensa del lugar y eso ya te daba como un status de amante
del lugar.”(Entrevista a Jorge Leibiker)..
16. En lo local, en el Chubut y Río Negro: “Lo que se genera es como una coalición de ONG’s cordilleranas con
problemáticas que son particulares y con problemáticas que son comunes. Nosotros a partir de esa fecha empezamos a
tener reuniones, esto no quiere decir que no haya habido una historia anterior ¿no?, existe una historia anterior pero bueno,
a partir quizás de Prima Klima empezamos a tener reuniones rutinarias, con mucho esfuerzo personal, todos laburamos en
otras cosas, esto lo hacemos muchos ad honorem, pagándonos viajes, juntándonos en Esquel, en Lago Puelo, en [ El]
Bolsón, hemos viajado a varios lugares, tuvimos también una movida linda en Senguer para este tema, y juntarnos y diseñar
estrategias, por [ ejemplo] ... ¿quién saca la nota en tal diario?, o las hago yo, bueno yo saco otra o pasáme esta y la
publicamos en este otro diario también. Esto se armó y esto continua.”(Entrevista a Alejandro Nebbia)
En esta búsqueda, no faltaron en los primeros años, a fines de la década de 1980, intentos de transformar sus
esfuerzos en actuaciones político-partidarias. Lucas Chiappe y Leibiker nos cuentan la experiencia de la
comuna de Epuyén en 1987: “También lo que hace es que nos involucra social, políticamente, más allá de ecológicamente,
que fue digamos el motivo principal de esta lucha en un principio. Fijáte que las consecuencias de esta lucha nos lleva a
nosotros y a la Comisión de Defensa del Valle de Epuyén a realizar trabajos sociales que no tenían que ver mucho con la
historia ecológica pero que tenían que ver, en cambio, con las injusticias claras de la diferencia de poderes, así como te decía
que no habíamos podido elegir nuestro candidato a Intendente en la localidad en el año ´85.”
17. “No, no se cerró, esta historia nos va a llevar de por vida, esto va a ser eterno, porque con la globalización la cosa
es peor, mucho peor, la globalización indica que los países del tercer mundo, si se beneficiaron con las
tecnologías que ellos llaman de punta también tienen que participar de los problemas de esa tecnología, y uno
de los problemas es la gestión final de los residuos. Entonces, parte del continente de África, Asia y de
Sudamérica tienen que dar cabida a lo que eventualmente serían tres basureros de deshechos radioactivos de
alta actividad, y esto lo dice el Banco Mundial, los Organismos Internacionales, el Poder Globalizador”.
(Entevista a Javier Rodríguez Pardo)
18. Los conflictos ambientales se suscitan en torno al impacto ambiental o externalidades de una determinada
actividad o proyecto. Los principales impactos los producen grandes proyectos productivos, inmobiliarios o de
infraestructura. El aumento de la conciencia ambiental estimula la acción organizada de la comunidad local
para resistir las externalidades y los impactos asociados. Es entonces cuando se generan los conflictos. (SABATINI,
1997).
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no dependen de ella los Parques Nacionales, que se encargan justamente de la conservación del ambiente). La cuestión
ambiental ha perdido vigencia en nuestro país, en gran medida por la anomia oficial al respecto, seguramente ocupado en
temas más urgentes (casi nunca los ambientales lo son).”(REBORATI, 2005)
69
1
1 El presente artículo es una versión ampliada y actualizada del texto presentado en el seminario
“Interrogating the Civil Society Agenda” en la Universidad de Massachussets, Amhers, abril de
2008, publicado en el libro M. Svampa, Cambio de época. Movimientos sociales y poder político, Buenos
Aires, Siglo XXI, agosto de 2008, bajo el título, “La disputa por el desarrollo. Territorios y lenguajes
de valoración”. La autora agradece los comentarios y sugerencias de Sonia Alvarez y Millie Thayer.
2 Investigadora Independiente del Conicet, Argentina
2
Prebisch o Celso Furtado, 3 entre tantos otros, realizaron valiosas contribuciones acerca del
carácter estructural del subdesarrollo latinoamericano, así como apuntaron a diseñar
estrategias de desarrollo “hacia adentro”. Sin embargo, el paradigma del desarrollo
postulado en los años 50 por la CEPAL, e ilustrado por las experiencias nacional-
desarrollistas entre los años 50 y 70, que colocaban al Estado como un actor central (en
términos de productor y regulador de las relaciones sociales), fue ampliamente criticado,
desde diferentes vertientes y posicionamientos político-ideológicos: desde el marxismo,
tanto la corriente de la dependencia como los teóricos de la marginalidad, no sólo
cuestionaron el carácter reformista de dichos modelos sino los límites de su capacidad de
integración, al tiempo que señalaban como horizonte o como “concepto límite”4 la
alternativa revolucionaria. Así, por encima de las diferencias político-ideológicas, se tratase
de la perspectiva desarrollista o de la izquierda revolucionaria, al volver sobre aquellos
tiempos es posible rescatar la disposición a pensar modelos de desarrollo, concebidos en
términos de proyectos alternativos de sociedad.
3 Para una presentación véase Prébisch (: 1964), Furtado (: 1964). Para una crítica más general de la
4 Retomamos la idea de “concepto límite” desarrollado por M.A.Garretón, y que hace alusión a las
problemáticas centrales que ha unificado el pensamiento (como la idea de desarrollo, revolución y
democracia, entre otros). En la actualidad, Garretón señala la ausencia de una problemática central
(esto es, de un concepto límite) en las ciencias sociales actuales. Véase “Las ciencias sociales en
América Latina en una mirada comparativa” G. de Sierra, Garretón, M., Miguel Murmis y H.
Trindade.
3
considerada también como una preocupación importada de la agenda de los países ricos,
vinculada directamente con el grado de desarrollo alcanzado. Paralelamente, en América
Latina, las críticas indigenistas respecto del carácter lineal, monocultural de las teorías
dominantes del desarrollo (y la Modernidad) fueron horadando su solidez simbólica,
haciendo lugar al disenso y al reconocimiento de su dimensión excluyente.
Recordemos que hasta bien entrado el siglo XX, no existía lugar político e
ideológico desde el cual oponerse al irresistible credo del progreso, ya que se desconocían –
o bien, se desestimaban- las consecuencias destructivas que podía generar una
modernización sin freno. En rigor, había un único paradigma de la modernización, al cual
adherían incluso las diferentes corrientes del marxismo, cuya visión productivista y
homogeneizadora del progreso fue puesta a prueba en varias oportunidades y contextos
históricos. En este sentido, América Latina no fue una excepción, pues esta visión fue
sostenida tanto por los Estados desarrollistas como por las diferentes experiencias
nacional-popular. Quizá mucho más que en otras latitudes, las izquierdas –ya sea en su
matriz anticapitalista como nacional-popular- se mostraron sumamente refractarias a las
corrientes indigenistas y ecologistas que se iban pergeñando a la luz de las diferentes críticas
del paradigma productivista.
Por otro lado, la crisis del ideario emancipatorio (fracasos de las izquierdas y
dictaduras militares mediante) y el posterior desmantelamiento del Estado nacional-
desarrollista, produjeron un eclipse de esta línea del pensamiento social latinoamericano.
Ciertamente, entre los años ‘80 y ´90 estas temáticas desaparecieron por completo de la
agenda política, tanto en nuestras sociedades latinoamericanas, como en otras latitudes.
Para el caso del desarrollo, en las últimas décadas hemos asistido al ocaso de una visión
macrosocial, que enfatizaba enfoques y planificaciones más centralizadas, hacia una
concepción más micro-social, que sitúan la cuestión del desarrollo en una escala local,
territorial y regional. Asimismo, en América Latina comenzaron a forjarse otros conceptos,
de inspiración post-estructuralista, como el de “post-desarrollo”, una vertiente que propone
la deconstrucción del desarrollo hegemónico, así como la revaloración de las culturas
vernáculas y el conocimiento local no experto y destaca, además, la importancia de los
movimientos sociales y movilizaciones de base como modo de acercarse a una era del
“post-desarrollo” (Escobar, 2005)
trazaron las líneas directrices del pensamiento crítico latinoamericano. Parecería ser que
tanto la idea de “Desarrollo” como aquella de “Emancipación” –sucesora, en gran medida,
de la idea de “Revolución”– han vuelto a integrar el vocabulario político, y paulatinamente
inician un nuevo periplo en la política y las ciencias sociales latinoamericanas. Ninguno de
estos conceptos límites ha retornado intacto o simplemente como fantasma del pasado;
antes bien, sobre ellos se van operando trastocamientos y resignificaciones mayores, ligadas
tanto a la nueva dinámica del poder como a la acción contestataria de los movimientos
sociales contemporáneos. En realidad, en América Latina, el escenario en el cual retorna la
cuestión acerca del “desarrollo” y se perfilan los debates acerca de la “emancipación”, va
diseñando una trama muy compleja y conflictiva, atravesada por no pocos dilemas y
posicionamientos irreconciliables.
No hay que olvidar que en nuestros países el impulso del capitalismo neoliberal
posdictaduras conoce diferentes etapas: un primer momento, en los 90, marcado por la
desregulación económica, el ajuste fiscal, la política de privatizaciones (de los servicios
públicos y de los hidrocarburos), como por la introducción generalizada de los
agronegocios (los cultivos de transgénicos a través de la siembra directa). Como afirma
Boaventura de Sousa Santos (2007:37) estas transformaciones confirmaron el carácter
metarregulador del Estado, esto es un Estado que emerge como “entidad responsable de
crear el espacio para la legitimidad de los reguladores no estatales”. Esto implicó la
generación de nuevas normas jurídicas, que favorecieron no sólo la implantación de
capitales extranjeros, sino que garantizaron la institucionalización de los derechos de las
grandes corporaciones así como la aceptación de la normativa creada en los espacios
transnacionales.5 Asimismo, el proceso de mercantilización de los bienes públicos tuvo
como consecuencia la profundización de un Estado patrimonialista, frente a la fuerte
imbricación entre los Gobiernos, en sus diferentes niveles, con los grupos económicos
privados.
5El ejemplo más claro fue la creación del Centro Internacional para el Arreglo de Diferendos
Relativos a Inversiones (CIADI), dependiente del Banco Mundial.
5
En términos de D. Harvey (2004), la actual etapa de expansión del capital puede ser
caracterizada como de “acumulación por desposesión”,7 proceso que ha producido nuevos
giros y desplazamientos, colocando en el centro de disputa la cuestión acerca del territorio
y el medio-ambiente. La nueva etapa también aparece asociada a nuevos mecanismos de
desposesión, como la biopiratería o la apropiación de formas culturales y cultivos
tradicionales pertenecientes a los pueblos indígenas y campesinos.
No es casualidad, entonces, que en este escenario de reprimarización de la
economía,8 caracterizado por la presencia desmesurada de grandes empresas
transnacionales, se hayan potenciado las luchas ancestrales por la tierra, de la mano de los
movimientos indígenas y campesinos, al tiempo que han surgido nuevas formas de
movilización y participación ciudadana, centradas en la defensa de los recursos naturales
(definidos como “bienes comunes”), la biodiversidad y el medio ambiente; todo lo cual va
diseñando una nueva cartografía de las resistencias, al tiempo que coloca en el centro de la
agenda política la disputa por lo que se entiende como “desarrollo sustentable”.
depredación, entre otras cosas, de los bienes ambientales. La acumulación por desposesión (lo que
Marx denominaba la “acumulación originaria”) ha desplazado en centralidad a la dinámica ligada a
la “reproducción ampliada del capital”. “El nuevo imperialismo: Acumulación por desposesión”,
Socialist Register, 2004: bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/social/harvey.pdf
8 La reprimarización de la economía va de la mano con la coexistencia de otros modelos de
desarrollo. Así, por ejemplo, nadie podría negar la importancia del modelo industrial, junto con el
de agronegocios, en un país como Brasil. En menor escala, algo similar sucede en Argentina, con la
reactivación de la industria, posterior a 2004 (y anterior a la crisis económica internacional).
6
crear reservas y parques naturales en aquellos lugares donde existen especies amenazadas o
sitios caracterizados por la biodiversidad. Grandes internacionales conservacionistas,
muchas veces poco respetuosas de las poblaciones nativas, se instalan en este registro
biocéntrico. Su expresión más extrema es la “ecología profunda”, ilustrada por el millonario
Douglas Tompkins, quien compró enormes extensiones de tierra en la Patagonia chilena y
argentina, así como en los Esteros del Iberá (debajo del cual se encuentra el acuífero
guaraní), y sueña con crear un paraíso, despojado de fronteras nacionales y de seres
humanos.
La segunda corriente y quizá la dominante dentro del universo de las ONG y
ciertos gobiernos del Primer Mundo, es el ecoeficientismo, que postula el eficiente uso de
los recursos naturales y el control de la contaminación. Sus conceptos clave son
“modernización ecológica”, “desarrollo sustentable” y, de manera más reciente, “industrias
limpias”, entre otras. El “desarrollo sustentable”, acuñado en los 80, fue una noción
introducida en la agenda global a partir de la publicación del documento “Nuestro futuro
en común” en (1987) y luego de la Cumbre de Río, en 1992. La misma subraya la
preocupación por el cuidado del medio ambiente y la búsqueda de un estilo de desarrollo
que no comprometa el porvenir de las futuras generaciones. Dicho concepto trajo consigo
otros que luego fueron puestos en discusión, como el de “responsabilidad compartida, pero
diferenciada; el principio “el que contamina, paga” y el principio precautorio” (Guimaraes,
2006), que fueron tratados en la Cumbre de Johannesburgo, en 2002. Sin embargo, pese a
la puesta en agenda de la problemática ambiental y las diferentes discusiones acerca de lo
que se entiende por desarrollo sostenible o “durable”, los veinte años que pasaron entre
una cumbre y otra pusieron de manifiesto el fracaso de aquellas visiones que consideran la
posibilidad de un estilo de desarrollo sustentable a partir del solo avance de la tecnología.
En la base de esta concepción, subyace la idea de que “las nuevas tecnologías y la
internalización de las externalidades son instrumentos decisivos de la modernización
ecológica. Esta tendría dos piernas; una económica, ecoimpuestos y mercados de permisos
de emisiones; otra, tecnológica, apoyo a los cambios que lleven al ahorro de energía y
materiales. /”…Desde esta perspectiva, la ecología deviene así la ciencia que sirve para
remediar la degradación causada por la industrialización.” (M.Allier, ibidem, 21-31). Así las
cosas, los males producidos por la tecnología se resolverían tanto a partir de la aplicación
de mayor tecnología, al tiempo que implicarían la promoción de una “acción socialmente
responsable” tanto de los Estados como de las empresas.
7
desemboca en dos ideas mayores: por un lado, la de “territorio eficiente”; por otro, la de
“territorio vaciable” o en última instancia, “sacrificable”.
Estos conceptos conocen una temporalidad diferente. En primer lugar, en el marco
de la transformación neoliberal llevada a cabo durante los 90, los Gobiernos
instrumentaron la idea de “territorio eficiente” para traducir una manera diferente de
concebir el espacio geográfico nacional, desplazando así la idea de un modelo global de
territorio subsidiado desde el Estado. Esto significó, en muchos casos, el desmantelamiento
de la red de regulaciones que garantizaban un lugar a las economías regionales en las
economías nacionales. Como consecuencia de ello, la viabilidad o inviabilidad de las
economías regionales pasó a medirse en función de la tasa de rentabilidad. Así, por ejemplo,
en Argentina, la política de apertura económica de los 90 mantuvo las asimetrías regionales
preexistentes, al tiempo que conllevó la crisis y la desaparición de actores asociados al
anterior modelo (economías regionales ligadas a empresas estatales, pymes, minifundios) y
en muchos casos condujo a la reprimarización de la economía, a través de la expansión de
enclaves de exportación. Esto se vio reflejado de manera paradigmática en el caso de YPF
(Yacimientos Petrolíferos Fiscales), que desde su creación en 1922 hasta su privatización y
reestructuración setenta años más tarde, fue el motor de desarrollo de varias economías
regionales. No por casualidad, los enclaves petroleros, luego de las desastrosas
consecuencias de la privatización, fueron la cuna de los movimientos de desocupados
(Svampa y Pereyra, 2003).
En segundo lugar, de manera más reciente, la expansión de nuevos
emprendimientos productivos fue instalando la idea de que existen territorios vacíos o
“socialmente vaciables”, con el fin de poner bajo el control de las grandes empresas una
porción de los bienes naturales presentes en dichos territorios. En términos de R. Sack
(1986), esto se produce cuando el territorio carece de artefactos u objetos valiosos desde el
punto de vista social o económico, con los cual estos aparecen como “sacrificables” dentro
de la lógica del capital. La eficacia política de estas visiones aparece asociada al carácter de
los territorios en los cuales, por lo general, tienden a implantarse la industria extractiva:
zonas relativamente aisladas, empobrecidas o caracterizadas por una escasa densidad
poblacional, todo lo cual construye escenarios de fuerte asimetría social entre los actores en
pugna. Así, las comunidades allí asentadas son negadas e impulsadas al desplazamiento o
desaparición, en nombre de la expansión de las “fronteras”.
En un país como la Argentina, el concepto de “territorio vacío” aparece también
asociado a la idea de “desierto”, imagen de fuerte carga histórica y simbólica que fue
9
con capacidad para sostener sus demandas en el tiempo, más allá de una innegable
vulnerabilidad vinculada, entre otras, a una situación de gran asimetría social.
En este sentido, uno de los hechos más notorios del período ha sido el surgimiento
y expansión de movimientos en contra de la minería a gran escala y a cielo abierto.9 Desde
1999, sobre todo en la larga franja que ocupa la cordillera de los Andes, desde Guatemala y
Ecuador, pasando por Perú, hasta Chile y Argentina,10 se han originado una multiplicidad
de resistencias, movilizaciones campesinas y asambleas de autoconvocados que ponen de
relieve las nuevas fronteras de la exclusión, frente a grandes proyectos mineros que
amenazan con afectar severamente las condiciones y calidad de vida de las poblaciones.
9Resulta importante aclarar a qué tipo de minería hacemos referencia cuando hablamos de
nueva minería o minería a gran escala. Aún si las consecuencias económicas pueden ser
homologadas, lejos estamos de aquella minería de socavón, propia de épocas anteriores, cuando los
metales afluían en grandes vetas, desde el fondo de las galerías subterráneas. En la actualidad, los
metales, cada vez más escasos, se encuentran en estado de diseminación, y sólo pueden ser
extraídos a través de nuevas tecnologías, luego de producir grandes voladuras de montañas por
dinamitación, a partir de la utilización de sustancias químicas (cianuro, ácido sulfúrico, mercurio,
entre otros) para disolver (lixiviar) los metales del mineral que los contiene. En suma, lo particular
de este tipo de minería (a cielo abierto), diferente de la tradicional, es que implica niveles aún
mayores de afectación del medio ambiente, generando cuantiosos pasivos ambientales, al tiempo
que requiere tanto un uso desmesurado de recursos, entre ellos el agua y la energía, ambos
imprescindibles para sus operaciones, como asimismo, intervenir de manera violenta la geografía de
los territorios para la explotación.
10 Como señala Bebbington (2007), ya en el período 1990-1997, mientras la inversión en
exploración minera a nivel mundial creció un 90%, en América Latina, creció 400%. En
consonancia con ello, durante los ´90, la mayor parte de los países latinoamericanos involucrados,
llevó a cabo una profunda reforma del marco regulatorio, para conceder amplios beneficios a las
grandes empresas transnacionales, que ya vienen operando a escala global. Dicha reforma fue
respaldada por diferentes organismos internacionales (Banco Mundial, BID, entre otros), a fin de
facilitar, promover y garantizar el auge regional de la nueva minería.
11
11Esta dimensión material y simbólica, muchas veces comprendida como autoorganización comunitaria,
aparece como uno de los rasgos constitutivos de los movimientos sociales en América Latina, tanto
de los movimientos campesinos, muchos de ellos de corte étnico, como de los movimientos
urbanos, que asocian su lucha a la defensa de la tierra y/o a la satisfacción de las necesidades
básicas.
Otro parece ser el caso de las organizaciones urbanas. Así, por ejemplo en
Argentina, las más de setenta asambleas de autoconvocados en contra de la megaminería a
cielo abierto que se desarrollan en pequeñas y medianas localidades del país y hoy
convergen en la UAC (Unión de Asambleas Ciudadanas), poseen otro registro a partir del
cual (re)construir mediaciones que conduzcan a la idea de “comunidad de vida y territorio”,
en función de la defensa de un estilo de vida (más elegido que heredado) que subraya un
vínculo estrecho entre paisaje, historia larga de la región, defensa del medio ambiente y
oportunidades de vida. Sin embargo, vale la pena agregar que, para el caso argentino, este
proceso de construcción de la territorialidad (o de reterritorialización), en clave de
comunidad de vida y de defensa de los bienes comunes, exhibe de manera progresiva una
afinidad electiva con la cosmovisión de los movimientos campesinos e indígenas,
históricamente invisibilizados y relegados al margen de la sociedad.
Grande, en Perú, (2002, el primer plebiscito por este tema en América Latina) y Esquel, en
Argentina (2003). En años recientes, se han realizado dos consultas más en Perú, Piura y
Cajamarca (ambos en 2007); y tres en Guatemala, Sipacapa, (2005), Huehuetenango (2006);
Ixtahuacan (2007).
Por su parte, en Argentina, el “efecto Esquel”13 tuvo un arrastre multiplicador,
despertando a otras regiones del país donde se organizaron asambleas de autoconvocados.
Frente a la resistencia de la población, siete provincias argentinas sancionaron en los
últimos tiempos leyes que prohíben la minería con uso de sustancias tóxicas, aunque
ninguna de ellas habilitó la posibilidad de realizar una consulta popular, prevista por la
Constitución, reformada en 1994. Sin embargo, en muchos casos estas leyes no han
detenido los proyectos de exploración ni el avance de las inversiones mineras. En otras
provincias argentinas, la situación es muy inquietante, dado el avance de los proyectos de
megaminería, así como al conjunto de medidas desarrolladas por los Gobiernos y las
empresas, que apuntan a acallar a la población (sobre todo, a través del hostigamiento y
judicialización de la protesta ambiental).14
La tercera dimensión presente en estos movimientos de carácter socio-ambiental es
el desarrollo de formas y espacios de deliberación vinculadas a la democracia directa. En líneas
generales, la emergencia de nuevas estructuras de participación que tienen un fuerte
carácter asambleario, se refleja en la tendencia a crear estructuras flexibles, no jerárquicas,
proclives al horizontalismo y la profundización de la democracia interna. En el marco de
esas movilizaciones cobró centralidad la forma asamblea, como nuevo paradigma de la
política desde abajo.
Pero la forma asamblea está lejos de ser simple: en realidad es muy compleja,
supone un lento aprendizaje y está lejos de ser unívoca. Es compleja: en tanto espacio de
democracia deliberativa, suele conjugar democracia directa, acción directa y desobediencia
civil. Como señala acertadamente Ariel Colombo (:2006, 101-102), “la Asamblea implica
una ruptura del orden existente, en la medida en que es disruptiva, es autónoma (no se
inscribe en un espacio político preexistente) y es recursiva (en la deliberación directa, no
13La consulta popular realizada en 2003 obtuvo el 81% de los votos en contra de la instalación del
emprendimiento minero, y desembocó en la primera ley provincial de prohibición de este tipo de
minería en Argentina.
14 Para el tema, véase Svampa, Sola Alvarez y Bottaro, “Los movimientos contra la minería
alcanza con que esté moralmente motivada; tiene que vincularse con el mismo tipo de
reglas que le exige al sistema)”.
Precisamente es el carácter recursivo el que requiere un aprendizaje mayor, y va
signando avances y retrocesos en las dinámicas: en el medio de ella, los ciudadanos
involucrados en una construcción política novedosa se preguntan sobre los alcances de la
horizontalidad, sobre la democracia por consenso o la votación, sobre la fiabilidad de la
democracia (participativa, representativa, directa), sobre la posibilidad de construir
articulaciones políticas, en fin, sobre la manera encarar el vínculos con el Estado y la lucha
política más amplia, de cara a la necesidad de permanecer fieles a un mandato basista y
asambleario.
Por otro lado, la forma asamblea, tal como la entendemos, no es unívoca. Hay toda
una tipología de las asambleas realmente existentes que hoy atraviesan los movimientos
sociales y las acciones colectivas en América Latina. Así, hay expresiones ordinarias (en el
sentido de la cotidianeidad, esto es, asociadas a los diferentes niveles y espacios de decisión
de una organización o movimiento; se trate de una fábrica, un movimiento territorial
consolidado o socio-ambiental); hay expresiones extraordinarias (la insurrección, la
pueblada), en las cuales la Asamblea deviene una institución en sí misma, esto es, esto es,
autosuficiente y soberana, una totalidad procedimental y a la vez identitaria.
A su vez, la dinámica política –y por ende, sus limitaciones- no es la misma si éstas
se insertan en un espacio multiorganizacional (como es el caso de las más de setenta
asambleas contra la minería a cielo abierto en Argentina, o el de la Asamblea Popular de
los Pueblos de Oaxaca, que reúne a un conglomerado de organizaciones de base); o tienden
a desarrollar una estrategia que enfatiza el carácter único y específico de la asamblea (como
es el caso de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú, en Argentina).
Por otra parte, la expansión de la forma asamblea no está vinculada necesariamente con
una definición “sustancial” de la democracia, o para decirlo en términos más
contemporáneos, con un proyecto de corte emancipatorio. La idea de que la “forma” hace
al “contenido” debe entenderse como una condición necesaria, aunque no suficiente.
Desde esta perspectiva, en algunos casos estamos lejos de aquellas experiencias ligadas al
ideario revolucionario (la Comuna, el consejismo obrero), cuya discusión pueblan
bibliotecas enteras del pensamiento de las izquierdas. Así, podría afirmarse que las
potencialidades contrahegemónicas de una Asamblea aparecen cuando ésta está asociada
un horizonte político radical e instituyente. Para el caso de ciertos movimientos campesino-
indígenas, esta dimensión instituyente suele asociarse a las demandas de autonomía, de los
15
Por otro lado, la relación entre tipología de enclave y deterioro de los derechos
civiles expresa la tendencia a la territorialización de los conflictos, a partir de los cuales
estos quedan librados a la intervención de la justicia y los entes municipales y/o
empresas pasan a ser consideradas como el actor central y dinámico por excelencia. Este
nuevo modelo de acción empresarial, que surgió del Foro Económico de Davos, en 1999,
ha sido propuesto por y para las grandes empresas, que operan en contextos de gran
diversidad, de fuerte competencia internacional y, sobre todo, de creciente exposición ante
la opinión pública. No es casual que muchas de las grandes empresas que lideran
internacionalmente el movimiento de Responsabilidad Social Empresarial, con fuertes
campañas mediáticas y enormes presupuestos, sean responsables de daños ambientales, de
explotación de trabajo infantil y subcontratación de trabajo esclavo, sobre todo en las
regiones periféricas, donde los marcos regulatorios son siempre más permisivos que en los
países industrializados del centro. La RSE adquirió rango institucional a través del Pacto
Global, en el año 2000, el cual es definido como “un Programa Interagencial, liderado por
el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo
(OIT), tendiente a aumentar la responsabilidad social empresarial en los campos de los
derechos humanos, los estándares laborales y el medio ambiente” (www. rseonline.com.ar).
En Argentina, el mismo se instaló en la agenda luego de la crisis de 2001 y encontró
un gran dinamismo en el campo de la actividad minera. Como ha analizado M. Antonelli
(2007) es en 2002 que en este país se presenta el informe final del programa Mining
Minerals & Sustainable Development (MMSD) y que tendría por objetivo “cargar de
contenidos la responsabilidad empresarial”. Así, dicho concepto aparecía como una de las
claves tendientes a producir “un cambio cultural respecto de la minería a gran escala, para
ser concebida como factor de desarrollo sustentable”. Por otro lado, en la medida en que la
Argentina no proviene de una economía minera a gran escala, el modelo minero presenta
una particular producción socio-discursiva y cultural a nivel de todos los actores
involucrados. Por ello mismo, a diferencia de otros “modelos de desarrollo” que, más allá
de sus transformaciones, se sitúan en la “continuidad imaginaria” (un país agrario), o en el
“retorno de la normalidad” (la Argentina industrial), el modelo ligado a la mega minería a
cielo abierto requiere no sólo inscribirse en las significaciones del presente modelando
visiones de futuro, sino fundar un linaje, una genealogía honorable y mitos de origen, para
volver deseable y razonable la “Argentina minera”. En función de ello, adquieren especial
importancia “las estrategias narrativas, argumentativas, retóricas y dramatológicas (o de
puestas en escena), mediante las cuales se construye, enuncia y visibiliza la legitimidad
dominante del modelo minero y su autorización estatal en discursos público-mediáticos de
actores hegemónico” (Antonelli en Svampa y Antonelli: 2009). Así, el discurso en torno a la
19
responsabilidad social empresarial forma parte de un dispositivo más amplio, que apunta a
instalar y legitimar el nuevo modelo extractivista.
Si hacia afuera, las empresas se orientan a desarrollar vínculos estrechos con
instituciones, Universidades privadas y públicas, a partir de convenios y subsidios, al
tiempo que desarrollan una intensa publicidad en los más diversos medios de
comunicación, en el marco de un discurso que subraya la opción por una “minería
responsable”, hacia adentro, en relación con las comunidades en las cuales se desarrolla la
actividad extractiva, sus efectos son aún mayores, en la medida en que sus intervenciones
focalizadas y el entramado que generan, introducen cambios sustantivos en el plano de la
ciudadanía. Así, puede establecerse que en aquellos contextos en los que se implanta
habitualmente la actividad minera (matrices sociopolíticas jerárquicas, pequeñas localidades,
escasa diversificación económica; debilidad institucional), las grandes empresas tienden a
convertirse en un actor social total.
En efecto, en primer lugar, tienden a reconfigurar bruscamente las economías
locales preexistentes, reorientando la actividad económica de la comunidad en función de la
minería, y creando nuevos enclaves de exportación; en segundo lugar, producen un
impacto negativo en términos ambientales y sanitarios, que repercute sobre las condiciones
de vida de la población. En tercer y último lugar, a través de la llamada RSE, las empresas
tienden a ampliar su esfera de acción, mediante una batería múltiple de acciones sociales,
educativas y comunitarias, que apuntan tanto a la compra de voluntades como a influir en
los procesos de socialización más básicos. Para el caso de la Argentina, un informe especial
del Foco sobre las Empresas Transnacionales en ese país, firmado por Ricardo Ortiz (2007)
consigna: “Las organizaciones sociales han constatado que las grandes mineras en
Catamarca, Tucumán, San Juan y Chubut efectúan donaciones a escuelas y hospitales de
esas provincias tratando de provocar la captación indirecta de voluntades y la limitación del
ejercicio de la opinión de las comunidades. Esto ha sido corroborado por el defensor del
pueblo de la Nación, quien manifestó su preocupación porque estas donaciones están
acompañadas por una contrapartida publicitaria a favor del trabajo desarrollado por las
empresas mineras, pudiendo este simple hecho llegar a inhibir toda posible crítica y, aun
más, restringir la participación y el ejercicio de la población en la defensa de los derechos
ambientales que consideren afectados”.
En fin, otro de los conceptos clave de esta reformulación y aggiornamento del
paradigma neoliberal, que hoy recorre el lenguaje de organizaciones internacionales y de las
ciencias sociales, es el de “gobernanza”, que puede ser definido como “una forma de
20
gobierno que no pasa por la acción aislada de una élite político-administrativa relativamente
homogénea y centralizada, sino por la adopción de formas de coordinación a distintos
niveles, y multiactoral, en cuanto incluye al sector público y al sector privado, a los actores
de la sociedad civil y al mercado”.16 ). Como sostiene Boaventura de Sousa Santos (2007:
36), la gobernanza opera como una síntesis entre legitimidad y gobernabilidad. “La
gobernanza busca, de hecho, armonizar las reivindicaciones a favor de de la participación y
la inclusión, resultado de la interpretación de las crisis social que parte del concepto de
legitimidad, con las exigencias de una mayor autonomía y autorregulación producto de la
interpretación guiada por la idea de gobernabilidad. Sin embargo, es una falsa síntesis,
puesto que opera totalmente dentro del marco de la gobernabilidad”.
Hace unos años, de manera muy lúcida, nuestra colega brasileña Evelina Dagnino17
señalaba los peligros de lo que ella denominaba “la confluencia perversa”, denunciando la
16Ruano de la Fuente (2002). Asimismo, ver De Sousa Santos (2007) y Antonelli (2007)
17 E.Dagnino, “Confluencia perversa, deslocamentos de sentido, crise discursiva”, en A.Grimson
(comp.), La cultura en las crisis latinoamericanas, Buenos Aires, Clacso. 2007
21
Uno de los pocos países en los cuales se ha intentado llevar a cabo una discusión
sobre el modelo extractivista exportador (respecto del petróleo y de la minería a gran
escala) es Ecuador, lo cual se vio reflejado inicialmente a través de la composición del
gabinete, dividido entre “extractivistas” y “ecologistas”18. Sin embargo, el resultado no ha
sido muy alentador. Ciertamente, luego de su asunción, el Gobierno de Correa elaboró y
difundió un Plan Nacional de Desarrollo, que involucraba una concepción integral del
mismo, esto es, no sólo en términos de lógica productiva y social, sino también el
desarrollo entendido como “la consecución del buen vivir en armonía con la naturaleza y la
prolongación indefinida de las culturas humanas” (Plan Nacional de Desarrollo 2007-
2010:55). La elaboración del Plan incluyó mesas de discusión en las que participaron
diferentes sectores de la sociedad ecuatoriana, así como un proceso arduo de
sistematización y consensos sobre sus componentes.
18 F. Ramírez y A. Minteguiaga, “El nuevo tiempo del Estado. La política posneoliberal del
correísmo”, en Revista OSAL 22, CLACSO, Buenos Aires, 2007.
24
Asimismo, en mayo de 2007, Correa realizó una propuesta sin precedentes, que
sacudió la comunidad ambientalista internacional: propuso no explotar el petróleo del
parque nacional Yasuni (bloque 43), esto es, mantener el crudo en tierra, a cambio de una
compensación de la comunidad internacional, “en nombre del principio de la
responsabilidad ambiental diferenciada”. Vale aclarar que el Yasuni, situado en la
Amazonía, al Este del Ecuador, es el bosque más biodiverso del planeta: “en una sola
hectárea del bosque hay tantas especies de árboles como en todo EEUU y Canadá juntos.”
El parque Nacional Yasuní es, además, hogar de los Huaorani y de algunos de los últimos
pueblos indígenas que aún viven en aislamiento, sin contacto con otras culturas. En estas
tierras se encuentran las reservas más grandes de petróleo ecuatoriano, en el bloque
Ishpingo-Tambococha-Tiputini (ITT) con 900 millones de barriles. Sin embargo, a fines de
2007, el Gobierno ecuatoriano concedió la licencia ambiental a Petrobrás, para la
explotación de las reservas de petróleo que se encuentran en bloque 31, de Yasuni. Esta
medida fue ampliamente rechazada por los sectores ambientalistas, que vieron en la misma
el primer paso para la entrega del bloque Ishpingo Tambococha Tiputini (ITT) a Petrobrás.
Dentro del Gobierno de Correa, las posiciones ecologistas eran reflejadas por el
influyente Alberto Acosta, quien fuera primero ministro de Energía y luego presidente del
la Asamblea Constituyente.19 La propia Asamblea planteó, en un momento determinado,
declarar el Ecuador “libre de minería contaminante”. Los resultados, sin embargo, fueron
otros: efectivamente la Asamblea Constituyente declaró en abril de 2008 la caducidad de
miles de concesiones mineras presuntamente ilegales y puso en vilo millonarios proyectos
extractivos, mientras se aprobaba un nuevo marco legal para ampliar el control estatal en la
industria. En este sentido, como plantea Mario Unda (2008) “la reversión de las
concesiones mineras debe entenderse como un mecanismo para obligar a las empresas
mineras a renegociar bajo nuevas condiciones, dejando más recursos en el país, acogiendo
reglamentaciones más claras y posiblemente una asociación con el Estado (para lo cual se
plantea la creación de la Empresa Nacional de Minería)”. Finalmente, la nueva ley minera,
aprobada en enero de 2009, perpetúa el modelo extractivista, desconociendo el derecho a la
oposición y consulta de las poblaciones afectadas por la extracción de recursos naturales.
Así, contrariando la expectativa de numerosas organizaciones sociales, el gobierno de
19Acosta presentó su renuncia a mediados de 2008, en razón de sus desacuerdos con el presidente
Correa.
25
Correa optó por un modelo neodesarrollista, minimizando el debate acerca de los gravosos
efectos sociales y ambientales de las actividades extractivas.20
Para el caso de Bolivia, la cuestión involucra explícitamente otros registros
políticos, en un contexto de marcada polarización regional y social. A su arribo, en 2006, el
MAS (Movimiento al Socialismo) presentó un Proyecto Nacional de Desarrollo (aunque
nunca fuera publicado), que incluye una crítica del concepto clásico o tradicional. Así, se
afirma la visión monocultural del Estado, en sus diferentes momentos (sea que hablemos
de la etapa oligárquica, desarrollista, como neoliberal), al tiempo que se apunta a incorporar
una visión multidimensional del desarrollo, que involucra directamente la temática de los
recursos naturales, la biodiversidad y el medioambiente.
Sin embargo, las tensiones y ambivalencias son claramente visibles, pues si resulta
claro que la política de Evo Morales apunta al quiebre de una visión monocultural del
Estado, por el otro, no es menos cierto que se ha reactivado un imaginario desarrollista, en
clave nacionalista, alentado por la apertura de nuevas oportunidades económicas (en un
país donde la contracara es precisamente un imaginario del despojo reiterado –de tierras y
riquezas–). Como afirma Stefanoni (:2007), el Gobierno “promueve la utilización de las
reservas de hidrocarburos y minerales para “industrializar el país” y emanciparlo de la
condena histórica del capitalismo mundial a ser un mero exportador de materias primas, y,
al mismo tiempo, deja entrever cierta nostalgia hacia un Estado de bienestar que para el
caso boliviano fue extremadamente limitado.21
Finalmente, para el caso argentino, las propuestas del matrimonio presidencial, los
Kirchner, han sido de corte claramente continuista. En realidad, el gobierno argentino ha
reactivado la retórica nacional-popular tardíamente (sobre todo luego del conflicto con los
productores agrarios), al tiempo que ha venido promoviendo la continuidad del paradigma
de los agronegocios, tanto como la del modelo extractivista, en todas sus modalidades.
Pero la referencia a ambos modelos de desarrollo merece empero dos comentarios
adicionales. El primero se refiere a que la expansión del modelo agroexportador se halla
marcado por el auge de la producción de cultivos transgénicos (a través de la siembra
directa), cuyo resultado ha sido la agriculturización y sojización del campo, la cual continúa
20 En un caso inédito de censura, en marzo de 2009, el presidente Rafael Correa retiró la personería
jurídica de Acción Ecológica, una ONGs de larga trayectoria y sólidos trabajos en la defensa de los
recursos naturales, con múltiples vínculos con movimientos campesinos-indígenas. Véase
www.accionecologica.org
21 “Las tres fronteras del gobierno de Evo Morales”, en Bolivia: Memoria, Insurgencia y Movimientos
riesgo de pérdida de soberanía alimentaria, entre otros), pues los problemas aludidos
engloban mucho más que a los productores agrícolas, superan la discusión acerca del
tamaño de la unidad productiva o el porcentaje de retenciones que debe cobrar el Estado, y
ponen en tela de juicio la actual visión productivista del desarrollo, que predomina tanto en
el Gobierno como en el conjunto de los actores involucrados en el nuevo modelo.
Por otro lado, en Argentina, la experiencia que tuvo el mérito de colocar en la
agenda pública la nueva cuestión socio-ambiental, a nivel nacional, fue Gualeguaychú, entre
2005 y 2006, a raíz del conflicto por la instalación de las pasteras, sobre el río Uruguay, que
trajo como correlato un enfrentamiento entre el gobierno argentino y el de la república del
Uruguay. Recordemos que este conflicto fue considerado por el entonces presidente
Néstor Kirchner, en 2006, como una “causa nacional”; pese a que luego, el propio
gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, impulsaría activamente el cuestionamiento y
hasta la demonización de la Asamblea Ambientalista de Gualeguaychú, a inicios de 2009,
con el objeto de que éstos levantaran el corte al puente internacional que une la Argentina
con el Uruguay, luego de casi dos años de bloqueo.23 Pero, por paradójico que pueda
parecer, la instalación de la agenda socio-ambiental, capitalizada políticamente por los
Kirchner, lejos estuvo de servir a la apertura de la discusión de otras causas socio-
ambientales; antes bien, sirvió para el ocultamiento y la denegación de otros conflictos que
ya comenzaban a recorrer a diferentes provincias argentinas, a raíz de la introducción del
modelo minero. Por último, la intervención del ex presidente N. Kirchner, en apoyo a los
asambleístas de Gualeguaychú, y la respuesta no menos virulenta de su par uruguayo,
Tabaré Vásquez, sirvieron para reactivar la vieja oposición entre “país grande” y “país
pequeño”, que recorre la relación entre ambos países, instalando el conflicto en un registro
de difícil solución: el de la exacerbación de las lógicas nacionalistas, antes que el de la
discusión de los diferentes modelos de desarrollo.
***
23Para el tema, véase R.Gargarella y M.Svampa, “Disparen sobre Gualeguaychú”, Página 12,
22/01/2009, disponible en www.maristellasvampa.net/blog
28
de sus núcleos centrales es la apropiación y expropiación de los recursos naturales, cada vez
más escasos, en el marco de una lógica de depredación ambiental. En este escenario,
movimientos campesinos e indígenas, movimientos socio-ambientales urbanos, son
arrojados a un campo de doble clivaje y asimetría, en el cual se observa no sólo un
continuado acoplamiento entre neodesarrollismo y neoliberalismo, sino también, una vez
más, entre neodesarrollismo y tradición nacional-popular.
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