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Video: características de un gerente educativo.

Es quien tiene en sus manos elementos indispensables para promover


transformaciones en la Institución Educativa para la cual trabaja.

Estos elementos indispensables están comprendidos por valores, características,


cualidades, competencias y funciones, que permiten el buen desempeño del
Gerente Educativo y que de manera conjunta conforman el Perfil del Gerente
Educativo.

Ahora bien el gerente educativo es el que direcciona y orienta las diferentes


acciones de una Institución educativa.

Motiva y estimula la participación y compromiso con las labores docentes,


administrativas y proyectos a desarrollar.

Líder, creativo y abierto a nuevas propuestas para el mejoramiento institucional.


Buen manejo de las herramientas tecnológicas de la actualidad.
Video: La dirección Escolar para el siglo XXI

Nos encontramos hoy ante un cambio en el sistema educativo, un cambio de


paradigma en el que la escuela deja de ser mera transmisora de conocimientos y
se centra en el alumno. En un aprendizaje que sea útil para el día a día de los
pequeños y futuros adultos. Pero para que este cambio sea efectivo también
deben cambiar diferentes estructuras dentro del sistema: la organización del
centro educativo, la formación y función de los docentes y directivos, los
indicadores, etc.

Ante el reto de caracterizar los elementos que distinguen la acción directiva se han
adoptado dos grandes enfoques: el primero presta atención a lo que "deberían
hacer" los directivos a partir del análisis de las competencias y las funciones que
se les asignan en las diversas leyes. El segundo, por su parte, estudia lo que
"hacen" en realidad, es decir, los aspectos constitutivos de su quehacer
profesional.

La escuela del siglo XXI se ve obligada a educar y a enseñar en un contexto


cultural condicionado por los valores de la participación, la tolerancia, la igualdad,
el respeto a los derechos del individuo y la aceptación de la diversidad personal,
entre otros. Frente a la escuela estable y tradicional de la época anterior, la
escuela de hoy sufre la enorme presión del cambio y adecuación permanente al
ritmo vertiginoso que le marca la sociedad actual. De ahí que uno de sus
principales problemas radica en el hecho de que, en general, la escuela, sus
docentes y sus gestores no cuentan con la suficiente formación para trabajar en
estos nuevos contextos, donde una de las características principales viene dada
por la heterogeneidad del alumnado. Es fácil observar que no es lo mismo enseñar
y dirigir un centro educativo de los años sesenta orientado a minorías interesadas
por la educación, con garantía de trabajo y futuro, educadas en áreas
homogéneas por maestros cuyos valores y estilo de vida eran convergentes con el
resto de la sociedad, que dirigir un centro de hoy en día instalado en la diversidad
y en el conflicto como reflejo de la sociedad compleja y heterogénea que nos ha
tocado vivir.
Vídeo: Dirección Escolar basada en el liderazgo

Si se quiere ir hacia una escuela "avanzada", innovadora, y pasar de un modelo


de escuela donde se debían transmitir unos conocimientos inmutables a un
modelo de escuela competencial pensado para desarrollar capacidades, lo cual
no es nada fácil. Y este largo camino, a menudo lleno de obstáculos, necesita de
direcciones escolares sólidas, capaces de dirigir a tal finalidad. Necesitan, en
definitiva, una de las funciones que se demandan al director/a de un centro
educativo: ejercer el liderazgo. Pero debemos ser conscientes que el liderazgo se
gana y/o se pierde con el trabajo diario.

Hoy día, nadie pone en duda que el ejercicio de la dirección en un centro escolar
es uno de los pilares básicos sobre el que se asienta toda la dinámica organizativa
del centro, desde el desarrollo curricular hasta la innovación y la evaluación Junto
al liderazgo que ejercen, en la calidad de los procesos educativos escolarizados
cuenta también el liderazgo que desarrollan el cuerpo docente y las familias,
actores todos ellos esenciales en la concertación de esfuerzos y sinergias
escolares para apoyar la educación de los niños.

Podemos hablar del liderazgo inclusivo y distribuido, ambos de vital importancia


para gestionar la diversidad de nuestras escuelas. El liderazgo inclusivo como un
liderazgo donde el líder debe situar las relaciones humanas en el centro de su
acción, por encima de las estrategias y los recursos. También debe percibir la
comunidad educativa como un sistema abierto de relaciones interdependientes y
complejas, y orientar la transformación hacia el entorno social, no sólo de puertas
para dentro.
Vídeo: mejor maestra

Las mejores maestras saben que sus alumnos son personas en cuyo desarrollo
humano están colaborando, por lo que saben cultivar y promover en ellos el
desarrollo de las competencias culturales básicas de comunicación, pensamiento
crítico, resolución de problemas y de participación, así como el desarrollo y
consolidación de los valores cívicos y culturales fundamentales.

Los buenos maestros tienen expectativas positivas de sus alumnos, desde el


principio hasta el fin. Saben que un buen docente es como thomsom, que con
base en su esmero, dedicación, cariño y expectativas, logra que teddy, un niño
desconcertado, cobre vida y calor. Bien se sabe que uno de los factores clave en
el éxito escolar está constituido por lo que la institución y sus docentes esperan de
sus alumnos, del auténtico interés que pongan en ellos, de las perspectivas que
tracen juntos. Los buenos maestros son humanos, amigables y comprensivos;
saben construir un ambiente agradable y estimulante en el salón y en la escuela;
tienen confianza en la capacidad de todos sus alumnos y logran que todos ellos
tengan éxito.

Las buenas maestras nunca culpan a sus alumnos del fracaso; saben que para
que se dé dicho fracaso han entrado en juego muchos factores: la falta de
preparación y de dedicación de uno mismo como docente, la escasa comprensión
de los problemas por los que el alumno atraviesa, la poca o nula e incluso
contraproducente motivación que el pupilo tenga en su hogar, la ineficaz estrategia
seguida para que el alumno aprenda.

Las mejores maestras logran mucha participación de sus alumnos. La


participación más importante es involucrar intelectual y afectivamente a los
estudiantes, ellos no tienen que estar brincando o yendo de un lugar a otro para
mostrar que están activos.

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