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La estructura del
Diseño Curricular de
música
Hewlett-Packard
01/01/2015
Cuadro comparativo en la organización de cada diseño
La tarea de la Educación Inicial es ampliar las experiencias musicales previas, con el objetivo de
posibilitar un desarrollo musical que permita a todos los alumnos conocer, valorar y comprender esa
diversidad de manifestaciones presentes en su medio, en un contexto de respeto e igualdad de
oportunidades. Estas experiencias estarán acompañadas por el disfrute, lo lúdico, lo creativo, y se
fundarán tanto en vincular a los niños con la música, entendiéndola como conocimiento y producción
metafórica situada.
Todos los niños disfrutan de sus producciones vocales, ya sea desde el juego con la voz como a través
del canto. A los 3 años, los niños tienen un interés por el sonido, especialmente el timbre, y
demuestran preocupaciones por la experimentación con los instrumentos y las diversas fuentes
sonoras. Poco a poco, van reconociendo diferencias, al nivel de altura sonora, de timbre y
estructura, traduciéndose en una necesidad de dominio de los materiales sonoros.
Aproximadamente hacia los 4 y 5 años, logran un progresivo control y una organización del tiempo
en regularidades.
Mediante el movimiento corporal, pueden dar cuenta de la percepción sonora (balanceos, saltos,
giros, movimientos rítmicos, pasos, etc.), acompañando diferentes músicas. Crean una organización
musical alternativa al salirse del discurso, modificando el sentido y la organización del canto,
cambiando el texto que se canta por otro o por onomatopeyas, alterando la secuencia temporal,
incorporando repeticiones o pausas donde no las había.
Estas diferentes experiencias con el lenguaje musical impactan en la subjetividad de cada niño, pero
igualmente se ven enmarcadas en un contexto que las identifica. Este contexto es al mismo tiempo
afectivo, simbólico, social, histórico, geográfico. Por ello, es importante el placer que encuentran
cuando estas producciones se acercan o emparentan con las que ya reconocen como validadas social
y culturalmente en su medio. “Sólo podemos valorar lo que conocemos y entendemos, y esto
dependerá de la riqueza del entorno musical y de nuestra interacción acumulativa con los elementos
del lenguaje”.
Los aspectos exploratorios son un aspecto primordial, y no se deben perder de vista los propósitos
que encierran. La exploración por sí misma no contempla un proceso de aprendizaje en la música, ya
que la ampliación de las experiencias perceptuales, poéticas e instrumentales que podemos ofrecer a
los niños deben constituir un medio para que, siempre en un nivel inicial, comiencen a involucrarse
con el lenguaje musical, su organización, producción y sentido cultural y social.
Fundamentación del Diseño Curricular de Nivel Primario (1° ciclo)
La música es un lenguaje simbólico. A través de la metáfora constituye una mirada particular del
entorno, que admite distintos significados posibles. Al igual que otras disciplinas artísticas, la música
se inscribe en un marco cultural y socio-histórico en la que acontece, y se relaciona con él a partir de
determinados conceptos, valores y procesos.
Dentro de este marco se puede hablar de la música como conocimiento ya que permite el acceso a
saberes específicos, presentes en la red simbólica de representaciones sociales construidas a lo largo
de la historia.
Es importante enfatizar la posibilidad del aprendizaje que conlleva la práctica musical, y no la del
mero descubrimiento de supuestas condiciones que el niño trae de nacimiento.
Uno de los propósitos del diseño curricular es que los alumnos tomen contacto con repertorios
musicales que les son ajenos y lo incorporen, pero esto sin minimizar la música que los alumnos en
su cotidianeidad escuchan.
Reconocer la música que los alumnos escuchan, será un punto de partida valioso, que permitirá a la
vez que disfrutarla, conocerla en un sentido más profundo para aprovecharla como vía de acceso a
un repertorio más vasto. A partir de aquí, será importante considerar una amplia variedad de música
que el docente deberá utilizar como recurso para proponer actividades áulicas.
Será premisa del docente, entonces, propiciar la construcción de un ámbito que permita abordar el
análisis y la interpretación, tanto en la escucha como en la producción, para que los niños y niñas
puedan comenzar a comprender los diversos géneros, estilos, épocas y procedencias de las obras
musicales.
Aprender música en la escuela será entonces “aprender haciendo”, ya que únicamente a partir de la
producción se podrán comprender tanto la gramática de la música, como su función poética y
metafórica.
Tendrá aquí fundamental importancia la intervención docente, para generar en los alumnos, la
valoración y el respeto por las producciones propias y ajenas, tanto cuando se trabaje con música
grabada como cuando el análisis sea a partir de una ejecución “en vivo”.
De esta manera se deja en claro que se dará prioridad al hacer, a la utilización de diferentes
estrategias que posibiliten el trabajo con los materiales del lenguaje musical y sus diferentes formas
de organización. Aprender música haciendo y disfrutando de la música; vivenciando y
experimentando, explorando y concertando. Aprender, propiciando que el aula sea el lugar donde se
lleven a cabo prácticas vocales e instrumentales en las cuales los alumnos compongan y ejecuten con
fluidez y justeza sus propias producciones; donde se reflexione y se critique, donde se valoricen no
sólo los resultados obtenidos, sino también, los procesos que dieron lugar a dicha realización.
Dentro de la escuela, será el docente con sus estrategias y propuestas didácticas quien deberá dejar
de lado la idea de que sólo los “dotados” o quienes demuestren un “talento especial” son los únicos
capaces de obtener logros en la práctica musical.
Si bien uno de los propósitos del presente diseño curricular es que los alumnos tomen contacto con
repertorios musicales que les son lejanos, debido a situaciones culturales y sociales determinadas, la
escuela no puede transformarse en una isla, situándose al margen del quehacer musical del entorno
que la rodea. Lo que se propone es trabajar con aquellos saberes previos que provengan de un
contexto sociocultural cercano e inmediato a los alumnos, para propiciar, desde allí, el acceso a
contextos lejanos y mediatos. Reconocer la música que los alumnos escuchan, la que está presente
en los medios masivos y en sus intercambios sociales, será un punto de partida valioso, que permitirá
a la vez que disfrutarla, conocerla en un sentido más profundo para aprovecharla como vía de acceso
a un repertorio más vasto. A partir de aquí, será importante considerar una amplia variedad de
música que el docente deberá utilizar como recurso para proponer actividades áulicas.
La percepción de la organización
musical:
• Audición de fuentes y recursos
sonoros
específicos en función de
producciones
musicales de diferentes contextos
• Descripción y comprensión de las
características relevantes de la obra
musical, a partir del reconocimiento
de diferentes formas de organización.
Nucleo temático: La ejecución
Sergio Insaurralde.