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Vommo, BomuUc
Simmos College
La novela El año del desierto (2005) de Pedro Mairal relata una catástrofe: la caída de
Buenos Aires debido a las fuerzas destructivas de un fenómeno llamado la intemperie. La
historia transcurre en el curso de doce meses pero los cambios espaciales y sociales ocurridos
muestran un retroceso temporal de siglos. De este modo, el relato recorre múltiples males
sociales que han provocado el caos, la violencia y la desaparición de la ciudad. Nuestro
objetivo aquí es estudiar la representación de crisis en la novela con el fin de examinar las
reflexiones sociales expuestas con respecto al presente, pasado y futuro de la nación. Este
escenario -que se derrumba ante el lector- contiene además una dimensión mítica que
nos propone discusiones acerca de la identidad nacional y el sentido de pertenencia a una
sociedad en tiempos de extremo conflicto social.
La protagonista del relato, María Valdés Neylan, rememora el exterminio
generalizado de su patria y comparte su experiencia de supervivencia. Su testimonio es,
en realidad, una historia de múltiples desastres. La narración comienza en momentos de
inestabilidad social y pánico frente a los dramáticos cambios del paisaje urbano. Como
señala Elsa Drucaroff en su estudio Los prisioneros de la torre. Política, relatos y jóvenes en la
postdictadura, el presente retratado por autores recientes contiene una incertidumbre frente
a la realidad social propia de la experiencia histórica y política que este grupo ha vivido. En
efecto, la autora sostiene que esta generación debe lidiar de manera diferente con la carga
de violencia y muerte dejada por la dictadura argentina (1976-1983). Drucaroff retoma
una metáfora de José Ortega y Gasset que proponía estudiar cada generación de forma
vertical e imaginar a los jóvenes en la punta de una torre humana. Aun cuando parece que
este grupo domina el mundo, es también prisionero de la base que lo sostiene. En otras
palabras, los jóvenes dependen de la historia que han heredado y de los protagonistas de
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ésta. La generación más reciente, arguye la autora, se encuentra en la cima de una torre
compuesta de cadáveres y debe comenzar a escribir luego de la muerte, el desconcierto, el
sentimiento de derrota de la generación militante y el desamparo del presente propio de su
experiencia del presente. Así también, los escritores más recientes están marcados por otro
acontecimiento: la crisis económica argentina ocurrida en diciembre del año 2001 que
desestabilizó el gobierno, produjo masivas movilizaciones y dejó al país en un profundo
estado de caos y desconcierto. El caos de fines del 2001 se ha convertido, según Drucaroff,
en la efeméride fundacional de las nuevas generaciones de escritores. Esta crisis genera un
quiebre que deja a gran parte de la población en la pobreza, el desempleo y el desalojo.
La novela que estudiamos en este trabajo sitúa la crisis del 2001 en el comienzo de
la trama y expone así el retrato de una urbe marcada por el descontento social, la violencia
y la represión policial, como podemos ver en el siguiente pasaje:
Pasaron dos chicas, una ayudaba a la otra que tenía sangre en la cara. Alejandro
no venía y lo odié por haberme hecho meter ahí. Se oyeron disparos. Me
acurruqué detrás de un árbol, frente a un local. Contra las persianas metálicas
golpeaban piedras o pedazos de cosas. Yo pensaba: «No tengo nada que ver, no
me puede pasar nada, vengo a encontrarme con mi novio». Hasta que vi pasar
una camioneta de la policía con un tipo muerto atrás, Algo me pegó cerca y un
vidrio, a mi espalda, se rajó en forma de telaraña. Me vi rota en el reflejo, como
hecha pedazos. (17)
Mi novela pone en acción en cámara rápida cosas que acá suceden todo el
tiempo. Y si vos acelerás un poquito, por ejemplo el tiempo de la caída de De
la Rúa, cuando hubo cinco presidentes en diez días o algo así, yo creo que no
inventé nada. Simplemente tomé esa velocidad de destrucción para acelerarla
y continuarla y contarla para atrás, porque la destrucción lleva para atrás, te
vuelve a las tribus [...]'
Si el proyecto de Sarmiento era crear una visión nacional homogénea (diagramar un relato
fundacional en el sentido propuesto por Doris Sommer), el modo en que concibe las
oposiciones entre civilización y barbarie evidencia también las dificultades de su propósito.
Muchos estudiosos de la obra del autor argentino notan que el mensaje del Facundo busca
el orden pero su descripción muestra también la fascinación por la barbarie y la figura de
Facundo Quiroga. Por ejemplo, en “La seducción estética de la barbarie en el Facundo”
María Rosa Lojo explica que Facundo es una figura mítica cuya pasión desbordante no
tiene barreras y cuyo espíritu descontrolado muestra el espíritu de la Pampa.
Según Sarmiento, el desierto es la barbarie por esto ambos amenazan el futuro del
país. No obstante, este espacio ilimitado y despoblado produce una tendencia natural del
argentino hacia la poesía. Sarmiento habla de un espacio que no conoce personalmente
hasta años después y lo retrata a partir de rasgos exóticos. En La barbarie en la narrativa
argentina, María Rosa Lojo explica que el autor argentino representa la barbarie mediante
tres esquemas: en primer lugar, la asocia con sociedades no europeas; en segundo lugar,
la compara con la sociedad medieval y feudal; en tercer lugar, ve en ésta los defectos de
la tradición española al recordar la cultura autoritaria e inquisitorial. La barbarie es la
ausencia de civilización y se unifica mediante el terror. Asimismo, la barbarie existe en la
ciudad y se puede encontrar en la irracionalidad y en su deseo de tiranizar al resto del país.
Las consideraciones expuestas acerca de la visión nacional, la figura del bárbaro y la
carga simbólica del desierto son puntos centrales también en la obra que estudiamos aquí.
A la extensa historia discursiva de la barbarie (como El matadero de Echeverría, Amalia de
Mármol, Radiografía de la pampa de Martínez Estrada, poemas y cuentos de Borges, entre
muchísimos otros ejemplos) se agrega ahora su representación en la literatura reciente.
Tal y como expone Elsa Drucaroff, los autores nuevos se proponen discutir la oposición
barbarie/civilización con el fin de explorar sus conexiones y el modo en que ambos planos
conviven en la sociedad en el siglo XXI. En este contexto, la «civilibarbarie» está presente
Como vemos, este sector de la población ataca a los habitantes de la ciudad tanto con
la amenaza de su degollamiento como la acusación de ser asesinos. La polarización de la
sociedad retoma entonces la violencia de la conquista y sus argumentaciones religiosas con
el fin de dominar a los que se oponen a su poder. Así, María relata la caída de la civilización
y la entrada de la violencia sexual, autoritarismo, irracionalidad y agresión que aparece tras
la pérdida de la seguridad social. Uno de los personajes recita una nueva versión del célebre
poema de Jorge Luis Borges “Fundación mítica de Buenos Aires”. Aunque en este caso la
fundación se transforma en destrucción:
Como vemos, el barro se transforma en sangre, las proas de los barcos ahora son aviones
y en lugar de barcos hay militares. La desaparición de personas en el río no sólo remite al
violento pasado de la dictadura sino que también invierte el sentido de fundación con el
[...] creemos que el universo mítico de una cultura podría considerarse como
la representación simbólica de lo social. Y en cuanto tal, el universo mítico de
una cultura aparece como código o espacio privilegiado que refleja las dinámicas
culturales, los cambios históricos y las luchas en la construcción de la identidad
de cualquier grupo social. (18)
Siguiendo las ideas de Campbell, Pons subraya que los mitos proporcionan una fuerza o
energía (positiva o negativa) que hace que las personas actúen de una determinada manera.
De este modo, la obra que estudiamos consta de dos dimensiones míticas: por un
lado, los mitos que reaparecen cuando se destruyen las capas superficiales de la ciudad.
Estas fuerzas subterráneas adquieren una nueva energía al ser contextualizadas en la
actualidad; por otro lado, la narración muestra un modelo general de total destrucción
y ligado a una visión apocalíptica del futuro. Dentro de este contexto, vemos que en el
primer proceso reaparece —como vimos anteriormente —la presencia de la barbarie que
amenaza constantemente a la sociedad. Además, podemos identificar la división social
imperante y la violencia estatal que destruyen el modelo de desarrollo y modernidad de la
ciudad. En este sentido, la vuelta al caos da cuenta de la existencia de un universo mítico
fundacional excluyeme, como afirman Pons y Soria. Un relato fundacional basado en la
fisura o la negación del otro: un país polarizado desde su origen. Las autoras ven el presente
de la nación de la siguiente manera: “La Argentina llega, entonces, al siglo XXI siendo un
país con una genealogía no muy clara, fragmentada, resultado de la discontinuidad de los
proyectos nacionales propuestos por cada uno de los que han asumido el poder a lo largo
de la historia”(21).
La segunda dimensión mítica nos lleva a la representación de una historia apocalíptica.
En efecto, la novela incorpora ciertas estructuras míticas que se relacionan con el texto bíblico
y que subrayan el inevitable destino de la nación. En el ensayo “El imaginario apocalíptico
en la literatura hispanoamericana: esbozo de una tipología” Genevieve Fabry estudia los
modos en que diversos textos del siglo XX y XXI retoman, reformulan y utilizan historias
apocalípticas con el fin de mostrar las consecuencias dramáticas del fin de la humanidad.
Según Fabry existirían cuatro posibles relaciones entre el mito del Apocalipsis y textos
contemporáneos: refiguración mítica explícita, implícita, estereotipada y postapocalíptica.
La obra que estudiamos aquí estaría - como afirma la autora- en la cuarta categoría. En
efecto, El año del desierto explora la destrucción de la ciudad pero también la recuperación
de la palabra y el testimonio de supervivencia de una mujer que ha sido testigo del fin de
su patria. Su testimonio proviene entonces de “una zona fronteriza abierta por el trauma”,
como explica Fabry. En este sentido, María recuerda la destrucción de su patria desde un
momento post-traumático en el que se ha logrado recuperar la palabra. El relato es, por
tanto, una historia protegida por la única sobreviviente.
Asimismo, en “La alegoría del Apocalipsis en la literatura latinoamericana”, Julio
Ortega propone que los relatos del fin del mundo en la tradición americana son contra-
Este es precisamente uno de los temas que se repite en muchos relatos argentinos de los
últimos años: la dificultad de narrar la continuidad familiar en una sucesión lógica de
eventos familiares. Frente a la imposibilidad de otorgar sentido a un pasado misterioso
y oscuro, la memoria parece incompleta y la herencia familiar, precaria. O, en otros
momentos, la verdad que se busca en el pasado revela el horror del origen.
Al principio de la obra, María vive con su padre a quien cuida, mantiene y protege. El
estado mental de este hombre - al igual que la ciudad misma - comienza progresivamente
a deteriorarse. La lucha por la protección de su padre se transforma en la primera gran
tarea que María deberá afrontar. El padre de María empeora hasta llegar a un estado de
inconsciencia y luego muere. María lleva sus cenizas en un recipiente durante gran parte de
su odisea hasta que logra dejarlas junto a la tumba de su madre. Este rito del duelo le permite
cerrar un ciclo y continuar su lucha por la supervivencia. Huérfana y desamparada, María
deberá afrontar los innumerables retos descritos en la historia. Sin embargo, el recuerdo
de su pasado, de su herencia familiar, de su descendencia irlandesa se transforman en una
fuente de fortaleza para soportar el dolor y el sufrimiento que enfrenta. Podemos ver esto
Todas esas mujeres llegaban hasta mi propio pelo, hasta las puntas en donde yo
sentía que terminaba, o quizá fuera otro salto, ahora que el agua me caía por
los mechones empapados, quizá yo alguna vez tendría una hija, y así seguiría
fluyendo esa cascada, o quizá no, quizá el agua caía simplemente a ese fuentón
de hojalata que yo iba a vaciar en el desagüe oscuro hacia la mugre de las
cloacas... (125)
Obras citadas
Cánovas, Rodrigo.“Heterotopías: El prostíbulo en la novela hispanoamericana”. Hispanic ResearchJournal 2
(2001): 143—151. Impreso.