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Relación de España con sus colonias. (Elliot: “España y América en los siglos XVI y XVII”). Consejo de Indias. Casa de
Contratación de Sevilla. Cabildo, gobernación, virreintato, audiencias, iglesia. Jurisdicciones administrativas en América en
los siglos XVI y XVII. Funcionamiento de la burocracia española. Iglesia en América Hispana. Organización y cobro del
tributo indígena. Aristocracia colonial. Grupos socioeconómicos en América española (Lockhart / Schwartz. Cap V).
Evolución de la propiedad rural española y la economía local. Obrajes. Mano de obra, empresa minera hispanoamericana.
k) ¿Qué destino tenía la plata que llegaba a España desde las colonias?
I- Relación de España con sus colonias. (Elliot: "España y América en los siglos XVI y
XVII")
El volumen de los negocios en América, que crecía rápidamente, supuso sin embargo
que lo que inicialmente comenzó como el trabajo de un administrador muy eficiente y
un pequeño grupo de ayudantes, tendría que adoptar pronto una forma institucional.
La presión de sintió primero en la organización de los contactos marítimos con La
Española y en 1503 se estableció en Sevilla la Casa de Contratación. La otra institución
creada fue el Consejo de Indias, en 1523.
El Consejo de Indias, creado por la Corona Española en el año 1523. Una organización
en forma de consejo, con distintos consejeros responsables para los diferentes estados
y provincias de la Monarquía era el mejor medio de combinar intereses plurales con un
control central unificado. El Consejo de Indias incorporaba -a los consejos de Castilla y
Aragón- la maquinaria formal para asegurar que los asuntos de los nuevos territorios
llegaran regularmente a la atención del monarca, y que sus deseos, en forma de leyes,
decretos e instituciones, fueran debidamente transmitidos a sus posesiones
americanas.
InstitucionesCaracterísticas Funciones
El poder eclesiástico de la corona en Indias era, ene efecto, absoluto con derechos
teóricos afianzados por un control total del patronazgo.
Los indios vivían de manera segregada en el mundo colonial, de manera que a los
españoles -excepto a los funcionarios coloniales- no se les permitía vivir con ellos, y
viceversa. Con la esclavitud prohibida y la encomienda de servicios que tendía a ser
reemplazada por la encomienda del tributo, se hacía necesario diseñar métodos
alternativos para movilizar la fuerza del trabajo indígena. Los trabajadores indios eran
arrancados cruelmente de sus comunidades y trasladados a los campos, a las obras
públicas o a los obrajes, y sobre todo a las minas. En conclusión, la forma de
organización de los corregidores de indios, con sus funcionarios que hacían
desaparecer la influencia del cacique en una comunidad, terminaron por causar un
sistema de mano de obra forzada y maltrato a los indios.
Hacia finales del siglo XVI esta elite tenía una composición mixta, basada en la vieja
colonización, la nueva riqueza y conexiones de influencia. La aristocracia colonial en las
indias, es decir los conquistadores, tuvieron que afrontar el problema del
establecimiento de una sucesión dinástica. A causa de este problema, finalmente un
pequeño grupo de conquistadores, salidos de los capitanes y hombres a caballo,
adquirió riquezas y encomiendas importantes, y, de ese modo, poder. A estos
conquistadores se unieron colonos tempranos, que prosperaron en su ambiente. Tener
pariente influyente en la corte era una ventaja importante para consolidarse o
convertirse en aristócrata.
k) ¿Qué destino tenía la plata que llegaba a España desde las colonias?
La segunda mitad del siglo XVI, aunque comenzó con una recesión (1555-1559) y fue
marcada por años de desgracia, fue en general un período largo de expansión en el
comercio con Indias. Desde los primeros años de la década de 1590 a los de 1620,
aunque el comercio no continuó en expansión, permaneció en un alto nivel de
actividad, pero desde la década de 1620 tanto el volumen como el valor del comercio
comenzaron a descender de manera pronunciada. Hacia 1650 la gran época de
comercio Atlántico había terminado, y conforme Cádiz comenzó a sustituir a Sevilla
como la salida de Europa hacia América, y cada vez más los barcos extranjeros
incursionaban en las aguas hispanoamericanas comenzaron a organizarse nuevas
pautas de comercio transatlántico. Dentro de los límites fluctuantes del comercio
oceánico, las relaciones económicas de España con sus posesiones americanas
sufrieron importantes cambios. En la primera mitad del siglo XVI las economías de
Castilla y de las comunidades de colonos que se extendían por el Nuevo Mundo eran
razonablemente complementarias. La demanda creciente en Indias servía como
estímulo a ciertas industrias castellanas. Sin embargo, hacia la década de 1540
comenzaron a surgir problemas. En Castilla aumentaban las quejas sobre el alto precio
de las manufacturas del reino, y aparecía una tendencia a culpar de ello a las
exportaciones a Indias. No era solo una cuestión de la capacidad de la industria
castellana para aumentar el abastecimiento de una creciente demanda americana, sino
también de cómo producir, tanto para el mercado doméstico como para el americano,
a unos precios internacionalmente competitivos. Los altos precios no lo eran solo en
relación a los precios de Castilla, sino también en relación con los de las importaciones
extranjeras. No hay una única explicación de la incapacidad de las manufacturas para
ser competitivas internacionalmente, pero un lugar central se debe otorgar al influjo de
los metales preciosos de América en una economía sedienta de circulante, un influjo
cuyos efectos se sintieron primero en Castilla y Andalucía antes de extenderse por toda
Europa en una especie de efecto de onda. Hasta el período 1570-1580 los productos
agrícolas de Castilla y Andalucía constituyeron las exportaciones dominantes desde
Sevilla; pero conforme las Indias comenzaron a desarrollar su producción ganadera y a
cultivar cada vez más su propio trigo, la demanda de producción española comenzó a
decaer. En los años posteriores a 1567 los mercaderes de Perú y Nueva España
encontraron cada vez más ventajoso mirar al lejano Oriente, más que a la España
metropolitana, para abastecerse de textiles de alta calidad.
Las etapas que puedo marcar al respecto son las siguientes, ya desarrolladas en el
punto anterior:
La segunda mitad del siglo XVI (a partir de la recesión de 1555-1559), primeros años
de la década de 1590 hasta los primeros años de la década de 1620, desde la década
de 1540 hasta la década de 1570, el período de 1570-1580, y de 1580 hasta
aproximadamente 1600.
La economía local siguió siendo algo secundario, ya que el objetivo último de toda
actividad local española era la adquisición de plata; no se veía ningún interés en
aumentar la producción de carne o de trigo si solo era para satisfacer a mestizos,
mulatos, e indios hispanizados que no podían pagarlos. Los mercados se encontraban
en las capitales, en las minas y a lo largo de las principales vías de tráfico comercial, y
fue aquí donde se intensificó la producción comercial local; cuando regiones remotas
participaban en este tráfico, era siempre para satisfacer necesidades de estas vías
principales. Las empresas españolas se vieron forzadas, debido a que los indios habían
sido diezmados, a utilizar en una proporción mayor mano de obra cualificada,
permanente o intensiva. Allí donde los indios como grupo ganaran lo suficiente como
para constituir una demanda potencial, incluso los productos de consumo tradicional
podían ser comercializados al estilo español.