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1.

1 y 2). La República Argentina, como integrante de las Provincias Unidas del Río de La
Plata, inició su tendencia constitucionalista en 1815, cuando la Junta de Observación
aprobó durante el gobierno directoral de Ignacio Álvarez Thomas, un Estatuto Provisional,
que contenía las características mencionadas de reconocimiento de derechos y fijación de
los poderes estatales, propio de las constituciones, pero no tuvo la aceptación de las
provincias, por emanar de un gobierno provisional.

El Congreso de Tucumán, que había declarado la independencia el 9 de julio de 1816, ya


trasladado a Buenos Aires, dictó la Constitución de 1819. Fijaba un Poder Ejecutivo
unipersonal, dejando la posibilidad que fuera establecido bajo la forma republicana o
monárquica. Esta constitución de carácter unitario no consideraba a las provincias como
entidades de derecho público, fracasó por el rechazo de éstas.

En el año 1826, se dictó una nueva Constitución unitaria, durante el gobierno de Rivadavia,
que había asumido de acuerdo a la ley de Presidencia, y no gozaba de la aceptación
popular, por el carácter autoritario y centralista de su gestión, cuyo máximo error fue firmar
una paz con Brasil, por la cual renunciaba a la Banda Oriental que pasaría a depender de
Brasil. Luego de su renuncia, el nuevo presidente provisional, Vicente López convocó a
elecciones que llevaron a ocupar el cargo de gobernador a un miembro del partido federal:
Manuel Dorrego, disolviéndose el Congreso y derogándose la Constitución de 1826, que
establecía que los gobernadores provinciales serían elegidos por el Poder ejecutivo
Nacional.

Con la llegada al poder de Juan Manuel de Rosas quien ocupó la gobernación de Buenos
aires en 1829 y luego fue reelecto en 1835, se postergó el tratamiento de la cuestión de la
organización constitucional del país ya que Rosas era partidario de una organización de
hecho, y no de establecer una Constitución.

Luego de que Urquiza venciera a Rosas en la batalla de Caseros, se vio la ocasión propicia
para la reunión de un Congreso Constituyente. Como paso previo, se firmó el Acuerdo de
San Nicolás el 20 de mayo de 1852, donde concurrieron todos los representantes
provinciales, con excepción de la provincia de Buenos Aires, que se había desvinculado de
la Confederación luego de la revolución del 11 de septiembre de 1852 debido a que no
estaba dispuesta a perder el control de su puerto y aduana, y tampoco aceptaban la libre
navegación de los ríos Paraná y Uruguay. Por el acuerdo de San Nicolás se convino la
convocatoria a un Congreso Constituyente.

El Congreso constituyente, fue inaugurado en la ciudad de Santa Fe, sin representación


porteña, el 20 de noviembre de 1852. En esa ocasión, Justo José de Urquiza sostuvo que
debía hablarse de fórmulas conciliadoras, y no de ideas incompatibles, y que esas ideas de
unidad deberían dejarse asentadas en una Constitución que evite la anarquía y el
despotismo.

Tomando como antecedente el libro de Juan Bautista Alberdi y los textos constitucionales
que la precedieron (constituciones de 1819 y 1826) tanto a nivel nacional como
internacional (Constitución de Estados Unidos) y el Pacto Federal de 1831, se redactó el
Anteproyecto de Constitución. Finalmente fue aprobado y la Constitución fue sancionada el
1 de mayo de 1853, y promulgada por Urquiza el 25 de mayo de ese mismo año. Está
precedida de un Preámbulo, donde se establecen los antecedentes y los fines de su creación.

El texto se divide en dos partes. La primera fija la forma de organización del país bajo el
sistema representativo, republicano y federal, la religión católica como religión oficial del
estado y la relación entre el gobierno federal y las provincias. Éstas tienen garantizadas la
subsistencia de sus instituciones y la elección de sus gobernantes, con la única condición de
que respeten el sistema republicano, asegurando el régimen municipal y la educación
primaria gratuita. Entre los derechos reconoce los civiles de los habitantes y los políticos de
los ciudadanos. La libertad de trabajo, de reunión, de prensa, de propiedad, de reunión, de
asociación, de igualdad ante la ley, la libre navegación de los ríos, etc.

En la segunda parte establece cuales son las autoridades de la nación dando preeminencia al
ejecutivo, por sobre el legislativo y el judicial. El Poder Ejecutivo está a cargo de un
Presidente y de un Vicepresidente, que ocupará el lugar del primero, en caso de ausencia o
enfermedad. El período de ejercicio del cargo era de seis años, sin posibilidad de reelección
para el período inmediato posterior. El sistema Legislativo es bicameral, formado por una
Cámara de Diputados que representa a la nación, en función del número de habitantes y una
Cámara de Senadores que representa a las provincias. El Poder Judicial está representado
por una Corte Suprema de Justicia y demás tribunales inferiores. El dictado de los Códigos
Civil, Comercial, Penal y de Minería quedaron reservados al gobierno nacional. El
gobierno federal se reservaba el derecho de intervenir a las provincias, por su exclusiva
decisión, en casos de graves crisis.

La reforma de 1860 fue planteada para permitir la incorporación de la provincia de Buenos


Aires a la nación. Buenos aires, consumó su segregación cuando dictó su propia
constitución en 1854. En ella proclamó que Buenos Aires era un estado con libre ejercicio
de su soberanía en el ámbito externo e interno. Sin embargo, el 10 de noviembre de 1859,
Buenos Aires tras ser derrotada por las fuerzas de Urquiza, selló la paz ese día, con el Pacto
de San José de Flores, que significó la unión nacional, comprometiéndose a aceptar y jurar
la constitución de 1853. Se le permitió no obstante, discutirla y proponer las reformas que
juzgue convenientes, las que a su vez, serían revisadas por un Congreso Constituyente
nacional.

Las reformas incorporadas en esa fecha (1860) se refieren a que la norma que declaraba a
Buenos Aires, como Capital federal, quedaría sin efecto. La designación de la capital
resultaría de una ley del Congreso y tuvo que residir provisoriamente en Paraná como hasta
entonces, el gobierno nacional.

Buenos Aires se reservó el manejo de la Aduana, hasta 1866, y prescribía un subsidio de la


provincia a la nación de un millón de pesos mensuales. Se limitó el derecho del ejecutivo
nacional de intervenir a las provincias por su propia decisión, sólo a dos casos: Para
garantizar el sistema republicano o en caso de ataque exterior. En caso de problemas
internos actuaría sólo en caso de petición de las autoridades provinciales. Se especificó con
respecto a la libertad de pensamiento, el derecho a que no se restringiera la libertad de
imprenta. Se incorporaron los derechos no enumerados por el cual aún los derechos que no
constan en el texto constitucional, pero que surgen del derecho soberano del pueblo y del
sistema de gobierno republicano, deberán ser respetados.

2.

1. El control de constitucionalidad es el conjunto de recursos jurídicos diseñados para


verificar la correspondencia entre los actos emitidos por quienes decretan el poder y la
Constitución, anulándolos cuando aquellos quebranten los principios constitucionales.
Dicho de otra forma, el control de constitucionalidad es el conjunto de herramientas
jurídicas por el cual, para asegurar el cumplimiento de las normas constitucionales, se
realiza un procedimiento de revisión de los actos de autoridad, incluyendo normas
generales, y en caso de contradicción con la Constitución se procede a la invalidación de las
normas de rango inferior que no hayan sido hechas en conformidad con aquellas. El
fundamento de este control es el mantenimiento del Principio de Supremacía Constitucional
(Es un principio teórico del Derecho constitucional que postula, originalmente, ubicar a la
Constitución de un país jerárquicamente por encima de todo el ordenamiento jurídico de
ese país, considerándola como Ley Suprema del Estado y fundamento del sistema jurídico).

2. La Constitución Nacional establece en el Art. 1 que Argentina asume una forma de


gobierno representativa, republicana y federal.

Representativa significa que el gobierno es ejercido por el pueblo a través de sus


representantes, elegidos por el voto. Federal que está basada en la división territorial del
poder entre el gobierno nacional y los gobiernos provinciales, autónomos en el
establecimiento de sus instituciones y de sus constituciones locales. Republicana, una
forma de gobierno que se basa en la división, control y equilibrio de poderes, con el
objetivo de garantizar las libertades individuales. Se divide en tres poderes:

 Ejecutivo: Es el responsable de la gestión diaria del Estado, concibe y ejecuta


políticas generales de acuerdo con las cuales las leyes tienen que ser aplicadas;
representa a la nación en sus relaciones diplomáticas; sostiene a las fuerzas armadas y
en ocasiones aconseja con respecto a la legislación.
 Legislativo: delibera y sanciona leyes que tengan en cuenta el bien común de todos
los habitantes, para lo cual pueden también modificar la legislación preexistente. La
Constitución Nacional determina las atribuciones del Congreso, las cuestiones sobre las
cuales puede y debe legislar, así como sus limitaciones. También establece la relación
entre los distintos poderes, que es clave para fortalecer el sistema republicano),

 Judicial: es la facultad estatal que permite la administración de justicia a través de la


aplicación de las leyes. De este modo, el Estado resuelve litigios, protege los derechos
de los ciudadanos y hace cumplir las obligaciones y responsabilidades inherentes a cada
parte de la sociedad.

3. Hubieron cinco reformas en la Constitución Nacional las cuales son:

-Reforma de 1860: el 23 de septiembre de 1860 se reunió una convención en la provincia


de Santa fe, con el objeto de ordenar la reforma de la Constitución. La constitución
Argentina fue reformada en 1860, principalmente para permitir la incorporación de Buenos
Aires a la unidad Nacional. Además, se suprimió un importante mecanismo de control
político del Congreso sobre las provincias.

-Reforma de 1866: El 12 de septiembre de 1866, se lleva a cabo en la ciudad de Santa Fe


una Convención Nacional cuyo objetivo era la reforma reforma de la Constitución
Nacional. El principal objetivo de la reforma de 1866 fue de nacionalizar las aduanas, a
fines de obtener un más alto monto percibido por los impuestos de exportación e
importación, sobre todo por la Aduana de Buenos Aires.

-Reforma de 1898: El 3 de septiembre de 1897, se reúne en la Capital de la República una


Convención Nacional a los efectos de la ley 3507, con el objeto de reformar la Constitución
Nacional. Es clara la decisión tomada por el gobierno Federal de la Argentina al momento
de efectuarse la Reforma. El objetivo, es restringir la actuación del Presidente del país
mediante el aumento del número de ministros, y a la vez posibilitar al Congreso Nacional el
reajuste de la representación del pueblo en la Cámara de Diputados mediante la realización
de censos, y la posterior designación de funcionarios públicos.

-Reforma de 1957: El 24 de octubre de 1957 se reúne una Convención Nacional en la


provincia de Santa Fe, con el objeto reformar la Constitución Nacional. La reforma de 1957
apunta a restaurar el régimen constitucional anterior a la misma de 1949, con objeto de
anular la nueva constitución creada por el Gobierno Federal Peronista. Además, cabe
remarcar un importante hecho: se incorporan los derechos sociales del trabajador a través
del histórico capítulo 14 bis.

-Reforma de 1994: En diciembre de 1993, Alfonsín (como presidente de la UCR) y el


presidente Menem acordaron el llamado Pacto de Olivos, que incluía un acuerdo sobre la
realización de una reforma Constitucional y un compromiso sobre algunos de los puntos
que habrían de figurar en ella. Principal objetivo constitucionalizar la reelección, y además,
atenuar la figura del primer mandatario mediante la creación de otros cargos público (Jefe
de ministros), fortalecer el federalismo, etc.

En conclusión la constitución Argentina fue reformada en 1860 para permitir la


incorporación de Buenos Aires a la unidad Nacional. En 1866 para nacionalizar las aduanas
en forma definitiva. En 1898 para llevar a 8 el número de ministros del Poder Ejecutivo
Nacional (exigencia suprimida en 1994), y para permitir que, después de cada censo, el
Congreso ajustara la representación del pueblo en la Cámara de Diputados. Volvió a ser
reformada en 1957- sin intervención del Congreso, durante un gobierno de facto y
hallándose proscrito el Peronismo- para incorporar los derechos sociales del trabajador a
través del artículo 14 bis. Y en 1994 para permitir la reelección del Presidente, pero, al
mismo tiempo, para fortalecer el federalismo e incrementar la participación de la sociedad
en la defensa de sus derechos.

Los 31 artículos de la parte primera, titulada Declaraciones, Derechos y Garantías,


establecían los fundamentos del régimen político; es en esta sección en que la diferencia
con la Constitución de 1826 se hace más patente. Introducía formalmente la división de
poderes del régimen republicano, la participación representativa y el federalismo; fijaba el
establecimiento de una capital federal, la autoridad de cada una de las provincias para
establecer su propia constitución, la autonomía de éstas en sus asuntos internos salvo en
caso de insurrección o de ataque exterior, la unidad judicial, aduanera y policial del país; y
establecía los derechos fundamentales de los ciudadanos. En consonancia con las
disposiciones de la Asamblea del año XIII, que había decretado la libertad de vientres, la
Constitución abolía la esclavitud, los mayorazgos y las prerrogativas de nobleza, fijando la
igualdad jurídica. La protección de la ley se extendía a todos los habitantes del país, no sólo
a los ciudadanos, como medio para fomentar el asentamiento; el artículo 20º lo declaraba
expresamente, y el 25º declaraba expresamente la promoción oficial de la inmigración
europea. Los derechos expresamente reconocidos se recogieron principalmente en el
artículo 14º, que instituía la libertad de trabajo, de navegación, de comercio, de residencia y
viaje, de prensa, de asociación, de culto, de enseñanza y de petición a las autoridades. Otros
artículos detallaban además la protección de la propiedad privada, la inviolabilidad del
domicilio, la persona y el correo, y la libertad total en los asuntos privados. Varias de las
declaraciones de la primera parte estaban directamente relacionadas con las finanzas
nacionales, y con el desafío al predominio naval porteño. El artículo 4º nacionalizaba la
renta aduanera, el 9º y 10º reservaban al gobierno federal el cobro de derechos y eliminaban
las barreras internas, y el 11º, 12º y 26º declaraban la libertad de tránsito. El artículo 29º,
finalmente, transmitía en las disposiciones constitucionales la historia reciente, prohibiendo
la concesión de la suma del poder público —la fórmula con que se había consagrado el
segundo gobierno de Rosas— a cualquier funcionario.
3.

1. Montesquieu argumentaba que "Todo hombre que tiene poder se inclina a abusar del
mismo; él va hasta que encuentra límites. Para que no se pueda abusar del poder hace falta
que, por la disposición de las cosas, el poder detenga al poder". La separación evita que el
poder político del Estado se acumule en una persona o grupo de personas. De este modo, se
confía la vigilancia de los tres poderes entre ellos mismos ya que cada uno vigila y controla
los excesos de los otros para impedir, por propia ambición, que alguno de ellos predomine
sobre los demás. Puede contrastarse con la fusión de poderes y separación de funciones en
los sistemas parlamentarios, donde el ejecutivo y la legislatura están unificados, debido a
que el Legislativo nombra al Ejecutivo. Esta doctrina no se refiere solamente a la
separación y al equilibrio de los tres clásicos poderes del Estado, sino a la necesidad de
dividir el poder político donde se encuentre, sea en la esfera municipal, regional o nacional,
para garantizar la libertad política y evitar los abusos de poder, mediante la vigilancia y
control recíproco de los poderes separados.

Tiene relación con la última dictadura cívico-militar, autodenominada como Proceso de


Reorganización Nacional, gobernó la Argentina desde el golpe de Estado del 24 de marzo
de 1976, derrocando al gobierno constitucional de la presidenta María Estela Martínez de
Perón (justicialista), hasta el 10 de diciembre de 1983, día de asunción del gobierno elegido
mediante sufragio de Raúl Alfonsín (UCR). El poder fue ocupado por una junta militar
integrada por los comandantes de las tres Fuerzas Armadas, sucediéndose cuatro juntas
militares en el período. Tenían el control de todo el gobierno.

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