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Aun no se conocen con profundidad las causas de la artritis reumatoide. Se sabe que se trata
de una enfermedad de origen inmune y que intervienen factores genéticos y no genéticos
para su desarrollo.
Factores genéticos
Se han identificado variaciones en la estructura de los genes, que por diversos mecanismos,
muy complejos, predisponen al desarrollo de la enfermedad. Las investigaciones indican
que en la artritis reumatoide son varios les genes involucrados. Antecedentes familiares: las
personas con antecedentes familiares de artritis reumatoide tienen más posibilidades de
desarrollar la enfermedad, aunque ello no significa que vayan a desarrollarla
necesariamente. En conjunto todos los factores genéticos son responsables del 60% de las
causas de artritis reumatoide. Eso explica porque es más frecuente en algunas familias.
Factores no genéticos
Los más relevantes son las infecciones, las hormonas femeninas, el tabaquismo, el estrés, la
obesidad y el tipo de alimentación. Infecciones:
a. las infecciones por diversos virus o bacterias podrían desencadenar la enfermedad o
agravarla. Hormonas femeninas: al parecer, las hormonas femeninas, en particular los
estrógenos ejercen cierta protección contra la artritis reumatoide, ya que tanto el consumo
de anticonceptivos como el embarazo disminuyen el riesgo de que se desarrolle la
enfermedad, e incluso reducen y retrasan sus manifestaciones. En el periodo posterior al
parto y durante la menopausia, la actividad de estas hormonas disminuye, y ocurre lo
contrario.
b. Tabaquismo y estrés: se ha encontrado una clara relación entre el hábito de fumar y el
estrés por un lado, y el riesgo de desarrollar artritis reumatoide por el otro, sobre todo en
personas con predisposición genética. En muchas personas, se ha observado que las
primeras manifestaciones de la artritis reumatoide son precedidos por periodos de estrés
y/o de incremento en el consumo de tabaco.
c. Obesidad y tipo de alimentación: se ha demostrado que la artritis reumatoide es más
frecuente en personas obesas; sin embargo, na hay evidencia de que alguna dieta en
particular tenga un efecto sobre el riesgo de la artritis reumatoide. Se cree que las dietas
ricas en pescado azul ayudan a disminuir la intensidad de la inflamación articular y que
una alimentación sana en general resulta benéfica en la prevención de esta enfermedad.
Síntomas
La artritis reumatoide tiene una forma d einicio variables; sin embargo, en la mayoría de los
casos los síntomas que se perciben son los siguientes: Dolor e hinchazón: el dolor articular
es el síntoma más frecuente en la artritis reumatoide y la hinchazón articular puede ser más
o menos visible por el paciente. Dificultad por las mañanas para el inicio de los
movimientos, lo que se conoce como rigidez matutina, de duración variable y que puede
llegar a ser incluso de horas.
Fiebre inexplicable.
Cansancio fácil.
Hormigueos en pies y manos.
Sequedad de la boca.
Enrojecimiento o sensación de arenilla en los ojos.
Lo más característico es que en las fases iniciales, la inflamación afecta solo a una o unas
pocas articulaciones, los dedos de las manos o de los pies, en ambos lados, pero también se
pueden ver afectadas articulaciones grandes como las rodillas, los tobillos, los hombros, los
codos, las muñecas y la cadera. Sea cual sea el patrón de inflamación articular, con el paso
del tiempo se acaban afectando varias articulaciones a ambos lados del cuerpo.
o Manifestaciones articulares
Son consecuencia de la inflamación articular y de las lesiones que ésta origina a mediano y
largo plazo. Las más importantes y características son las ya comentadas, entumecimiento,
dolor y rigidez matutina. No siempre están presenten o no suelen ser tan pronunciadas, así
como el calentamiento de la piel que recubre la articulación afectada, y el enrojecimiento de
la zona.
o Entumecimiento
El entumecimiento articular, propio de la inflamación, se advierte a simple vista por el
incremento del volumen de la articulación afectada como en los nudillos, las muñecas, los
tobillos o los codos. Si es en articulaciones profundas como en cadera no se puede apreciar.
o Dolor
Probablemente el síntoma más molesto en las personas con artritis reumatoide, se acentúa
con los movimientos o al intentar mover la articulación afectada, o cuando se ejerce presión
sobre la articulación al tocarla o al apoyarse en una superficie. El dolor sigue la pauta de la
enfermedad: disminuye o desaparecen en los periodos de calma y se intensifica durante las
exacerbaciones sintomáticas y en las fases avanzadas
.
o Rigidez matutina
Consiste en una notoria dificultad para mover la articulación afectada tras el reposo
nocturno. Persiste durante una horas con un mínimo de 30 minutos. A veces es leve, y en
otras ocasiones puede ser tan pronunciada que impida realizar cualquier tipo de
movimiento; sin embargo, el movimiento y el ejercicio suelen aliviarla.
Aunque no en todos los casos, las consecuencias más frecuentes de este padecimiento son
la deformidad progresiva de las articulaciones y la pérdida de la movilidad articular,
provocando la incapacidad del paciente para realizar hasta las actividades más cotidianas.
En las fases avanzadas, conforme las lesiones afectan el cartílago articular y los huesos, la
limitación de la movilidad de las articulaciones se acentúa y aparecen las deformaciones
esqueléticas. En esta fase, las lesiones son irreversibles y limitan la movilidad. En esta fase
también se pueden presentar complicaciones que afectan a otros tejidos del organismo, en
particular los tendones, produciendo inflamación, tendinitis, y la ruptura del mismo.
Si se instaura el tratamiento adecuado en las fases iniciales, es posible que se pueda reducir
la progresión de las lesiones articulares y reducir el curso de la enfermedad, previniendo las
limitaciones de movilidad irreversibles y las deformaciones esqueléticas.
o Manifestaciones no articulares
Las más destacadas son: vasculitis, nódulos reumatoides, y las que afectan a órganos y
tejidos en concreto como corazón, pulmones, ojos y sangre.
La afectación de los pulmones es muy común en las personas con artritis reumatoide,
aunque en la mayoría de los casos no provoca síntomas lo suficientemente específicos o
graves, de manera que su presencia solo se advierte en las radiografías. La afectación
pulmonar es grave en las fases avanzadas. Las manifestaciones más relevantes que se
presentan son los nódulos reumatoides y el derrame pleural; este último es poco
voluminoso, no genera síntomas y no requiere tratamiento específico.
Las personas que padecen artritis reumatoide durante varios años presentan cierto grado de
sequedad e irritación ocular, que se percibe como la sensación de arenilla en los ojos. Estos
síntomas se producen por la inflamación persistente y el endurecimiento y atrofia de las
glándulas lagrimales.
Las personas con artritis reumatoide pueden padecer diversas alteraciones en la sangre que
no son exclusivas de la enfermedad, sino que también pueden ser provocadas por el
tratamiento como anemia, aumento en la concentración de las plaquetas, entre otras.