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Debida a su descontento por su subordinación ante los árabes.
reino. A esto se suma enfrentamiento entre tribus árabes en la península, que debilitan el
poder musulmán.
Emirato independiente
En el 755, Abderraman I (descendiente de la depuesta dinastía de los Omeyas2), con
apoyo de tribus árabes y tras derrotar al gobernador se autoproclama Emir
independiente de la autoridad de los Abasíes de Damasco. Su emirato (755-788) se
caracterizo por la lucha constante por consolidar su poder y emirato frente a grupos
rebeldes árabes y bereberes. Se ocupó de desarrollar Córdoba y construyó su palacio y
mezquita en el 788.
Durante su duración, el emirato pasó alternativas fases de estabilidad e instabilidad, y
realmente la minoría dirigente al servicio del Emir no dominaba la totalidad del
territorio. Las familias árabes competían entre sí por el poder y se rebelaban contra la
autoridad formal. Las tribus bereberes, marginadas del poder y habitando los territorios
fronterizos, apoyaban las rebeliones contra el emir cordobés de turno. La presión fiscal,
la depresión económica y las malas cosechas complicaban la situación política.
Los emiratos de Abderraman II (822-854) y Muhamad I (854-880) fueron más
tranquilos. A partir de 880 continuas rebeliones internas sumieron al emirato en una
crisis político-militar (zonas fronterizas, y en especial Toledo, Mérida y Badajoz al
frente) en la cual su dominio real se redujo al valle del Guadalquivir.
902, expedición árabe conquista en nombre del Emir las islas baleares.
Califato de Córdoba
Abderramán III (912-961). Llega al poder con gran parte de Al-Ándalus en rebelión
contra el gobierno de Córdoba. Tras años de lucha impone su autoridad en los territorios
musulmanes y a partir del 937 inicia una serie de campañas contra el reino de León,
aunque es derrotado en Simancas. Su domino es tan claro que impone tributos a los
reyes cristianos.
En el 929 se autoproclama Califa (rompiendo toda atadura religiosa y política con el
califa de Damasco). El califato confería de poderes políticos y de autoridad religiosa.
Llevó a cabo una política de control fuerte sobre los visires y gobernantes urbanos,
aumentó el domino de los árabes en cargos político-administrativos y el de bereberes y
eslavos en el ejército. Durante su gobierno la situación económica mejor (muestra
acuñación dinares de oro y el palacio de Mediana al-Zahara)
En el 931 tropas omeyas conquistan Ceuta y Melilla, asegurándose el control del
Estrecho.
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En el 750 la familia de los Abasíes destronó a la dinastía reinante de los Omeyas. Abderraman I fue uno
de los supervivientes, que con apoyos llegó hasta la península.
Su hijo al-Hakam II (961-976). Gobierno prospero. Continuó la política de reforzar
dominio interior, fronteras y dominio militar sobre los cristianos. Esplendor cultural de
Córdoba.
Hixam II (976-1013). Su gobierno fue dominado por su Visir al-Mansur (el vencedor)
que dirigió personalmente la política del califa. Sofocó conspiraciones en su contra.
Reforzó el ejercito, con bereberes y eslavos de mayor número. Destaca en lo militar por
sus 55 expediciones violentas contra cristianos (Santiago, Barcelona, Zamora,
Pamplona, etc). Muere en 1002 y lo sucede como visir su hijo Abd al-Malik.
Crisis del Califato (1008-1031)
Cuando muere Abd al-Malik en 1008 y se nombra visir al hermano de éste se
desencadena una rebelión de las principales familias árabes de Córdoba descontentas
con los gobiernos de facto de los visires que no reconocían. En 1009 el visir es
asesinado y se suceden años de rebeliones, destrucción de palacios, asesinatos y
rebeliones en Córdoba y las principales ciudades, donde participan y luchan entre sí
familias de aristócratas árabes, gobernantes urbanos, jefes provinciales y grupos
militares de bereberes y eslavos. El califato se divide en una treintena de unidades
políticas y en 1031 una asamblea de nobles en Córdoba declara disuelto el Califato.
Los reinos de Taifas (1031-1090)
Durante 70 años Al-Ándalus estuvo dividida en una serie de reinos independientes
dominados por familias de diferente origen (tafias), que se repartieron poder y territorio.
Con el paso de los años, la mayoría de las casi 30 taifas desaparecieron conquistándose
entre sí o por los cristianos. A finales del XI solo se mantenía la taifa eslava de Baleares
y la bereber de Granada. El resto fueron conquistadas bien por taifas árabes o reinos
cristianos. Las más solidas fueron Sevilla y la de los territorios fronterizos. Destacan por
su esplendor económico y cultural la de Sevilla y Zaragoza. En declive político-militar,
pagaban tributos a los reinos cristianos por treguas
En 1085 Castilla conquista Toledo, considerable avance hasta el Tajo y perdida de la
zona fronteriza intermedia. Los reyes de Sevilla y el Algarve piden auxilio al reino
almorávide (bereberes).
Los almoravides (1086-1144)
En 1086 el rey YuSuf ibn Tasufin desembarca en la península, derrota a los cristianos
en Zallaqa (Badajoz) y para 1100 han conquista el territorio andalusí incluyendo
Valencia y Zaragoza.3
Su gobierno en un principio fue bien recibido por su bajada de impuestos. No obstante
los dirigentes almorávides paulatinamente abandonaron su rigorismo religioso y moral,
la insuficiencia de tropas y la corrupción se extendió en su gobierno (subieron además
los impuestos).
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Razones: debilidad de los reinos de taifas, descontento de la población contra los gobernantes, espíritu
de guerra santa y rigor islámico.
Nuevas ofensivas cristianas muestran su debilidad. En 1118 Alfonso I conquista
Zaragoza, y éste y Alfonso VII hacen incursiones a territorios andalusís llevándose
consigo mozárabes para repoblar los territorios conquistados.
En 1144 se hunde el imperio almorávide.
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Algunos hablan del recelo que causaba su gran rigorismo religioso.
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comprendiendo los territorios de Málaga, Granada y Almería.
El reino nazarí fue el “más islámico”, en la medida en que solo se hablaba árabe y no
había apenas población cristiana y muy escasa judía.
Su periodo de esplendor fue la 2ª mitad del XIV con Yusuf I y Muhamad V. Esplendor
de la ciudad (se construye la Alambra). Economía basada en prospera agricultura y la
artesanía urbana destinada al comercio favorecida por largas treguas a alto coste en
tributos.
A finales del XIV empieza su decadencia política causada por conspiraciones palaciegas
y golpes de Estado llevados por grupos aristocráticos hicieron que sucedieron los
Sultanes en el cargo, sin ninguno de ellos dominar efectivamente el territorio y la
situación. Entre 1462 y 1482 Abu al-Hasan (el Muley Hacen) pone cierto orden en el
reino.
En 1482 se inicia la guerra de Granada tras la guerra civil en Castilla y la llegada al
trono de los Reyes Católicos. El avance fue rápido por la superioridad militar y las
luchas internas en el reino nazarí. Un grupo de aristócratas nombró sultán al hijo de
Abu al-Hasan, Boabdil, que sin embargo fue capturado por los cristianos y liberado a
cambio de luchar contra su padre (o más bien contra su tío Mohamed ibn Sad El Zagal,
que lo sucedió). Paulatinamente fueron cayendo las ciudades del reino nazarí, que no
recibieron apoyo de África, hasta la toma de Granada en 1492, terminando así con el
último territorio peninsular bajo dominio musulmán.
ORGANIZACIÓN POLÍTICO-ADMINISTRATIVA
Durante los primeros 40 años los dirigentes de Al-Ándalus eran delegados del
gobernador de Ifriquiya, controlando el territorio en nombre del Califa de Damasco.
Será sin embargo con los omeyas, esto es, con el califato de Abderraman I (755), y
posteriormente con la constitución del Califato de Abderramán III (929) cuando las
instituciones andalusies se constituyan sin apenas variaciones sustanciales.
- Soberano: ya fuese emir, califa o rey.
o Gobernantes autocráticos que aunaban autoridad política y religiosa.
o Máxima autoridad judicial y militar.
- Administración central
o encabezada por el Gran Visir (hayib), especie de jefe de gobierno que
despacha con el rey y dirige a los demás visires de la corte. Sus
funciones variaron con el tiempo, llegando a dirigir de facto el califato
(al-Mansur). Casi siempre fueron de familias de origen árabe.
- Administración territorial.
o Dividida en kuras (provincias) de tamaño variable.
Las del centro y sur, seguras, gobernadas por un walí nombrado
por el emir o califa.
Las del norte en territorios fronterizo, en manos de jefes militares
a menudo de familias locales y muladíes6.
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Visigodos convertidos al Islam
Las kuras se dividían en distritos, y estos en aldeas y alquerías.
- Administración judicial.
o En manos del kadí.
Interpretaba la ley coránica.
Su autoridad se extendía a la política local, los ritos religiosos
(presidía la oración de los viernes).
En la capital de la kura había un kadí.
Audiencias semanales asesorado por expertos en derecho.
El kadi de Sevilla y Córdoba eran los más prestigiosos.
- Ejército
o En sus inicios compuesto por oficiales de origen árabe y tropa bereber.
Durante los 2 primeros siglos se fue nutriendo de andalusíes.
o En el X se observa que se prefiere nutrirlo de norteafricanos y eslavos.
La llegada de almorávides y almohades aumento la separación de los
combatientes por su origen, y a la larga debilitó al ejército.
Durante las taifas se conservó la división en kuras.
Almorávides, almohades y nazaríes mantuvieron la misma estructura político-
administrativa, bajo un territorio menguante.
ORGANIZACIÓN ECONÓMICO-SOCIAL
Distribución en ciudad y campo.
Aunque Al-Ándalus tenía una sociedad eminentemente campesina, una característica
que la distingue de los reinos cristianos coetáneos es la importancia de la ciudad, centro
económico, comercial, administrativo, político y artístico.
Estructura urbana: la ciudad se organiza en torno a la mezquina, a cuyo alrededor se
despliega la vida económica con los zocos (zoq, mercado), los bazares de lujo o
alcaicerías y los barrios artesanos. Las viviendas de la gente adinerada se aleja del
centro situándose junto a las murallas (suelen tener jardín). Extramuros se construían
barrios (arrabales) y explanadas para celebraciones religiosas. Las ciudades son de
plano irregular, callejones estrechos y a veces terminados en adarve (perpendiculares).
A partir del XI aparecen las grandes alcazabas (fortalezas defensivas) en lugares
elevados. Destacaron por su tamaño Córdoba en el X (la mayor ciudad europea), Sevilla
y Granada.
La sociedad
En sus inicios el grupo dominante era de origen árabe, si bien paulatinamente se produjo
una integración entre familias árabes, yemeníes, sirias, muladíes y bereberes, e incluso
con libertos que adquirieron apellidos árabes. Si que hubo una segregación a partir del
X con los norteafricanos bereberes almorávides y almohades, considerados poco
refinados, rudos y de severa religiosidad.
La verdadera división social tenía razones religiosas: creyentes musulmanes y no
creyentes (dimmies).
Creyentes musulmanes. La concentraba los cargos políticos, administrativos,
militares y judiciales, mientras que la gran mayoría eran agricultores, artesanos y
ganaderos. La menor carga fiscal y mayores privilegios hizo que gran parte de la
población se convirtiera al Islam, empezando por los visigodos (muladíes).
Esclavos y cautivos cristianos se convertían al islam para alcanzar la libertad.
No creyentes (dimmies). Cristianos y judíos, con menores privilegios. Tenían
sus propias autoridades judiciales y religiosas que respondían ante las
musulmanas, aplican sus leyes y recaudaban impuestos.
Mozárabes. Numerosos al comienzo, desaparecieron paulatinamente debido a
conversiones o emigración al norte. Con los almohades habían prácticamente
desaparecido. En las revueltas del IX-X apoyaron a líderes muladíes.
La Iglesia conservó cierta organización, siendo obispados Toledo, Sevilla y
Mérida. Para el X su papel era casi inexistente.
Judíos. Pequeña minoría. Peso significativo en Córdoba y Toledo. Hacia la
época nazarí perdieron su posición económica preeminente tanto en reinos
cristianos como musulmanes.
LA CULTURA Y EL ARTE
La cultura
La cultura andalusí fue influida permanentemente por la religión islámica, pública y
oficial, que determinaba toda la vida moral, política, judicial e intelectual. No obstante
en términos generales la fidelidad a la religión entre los andalusíes fue más bien
moderada, como muestra el refinamiento hedonista y su literatura amorosa, y la
discrepancias que había en las sucesivas invasiones de bereberes, más rigurosos en lo
religioso.
La lengua oficial fue el árabe, influido por el latín y las lenguas romances, de manera
que el arabe andalusí tenía rasgos propios. Mozárabes y muladíes continuaron usando
latín y luego romance. En los territorios de frontera se usaban ambas lenguas.
Su literatura inicialmente se redujo a ámbitos de la élite cortesana e intelectual que
componía poesía lírica artificiosa e ingeniosa sobre temas amorosos.
Con el califato, especialmente bajo Abderramán III y al-Hakam II Córdoba se convirtió
en un gran centro cultural que atrajo, protegió y promocionó a artistas e intelectuales de
todo el mundo islámico. Se construyeron escuelas y bibliotecas (destaca la de al-
Hakam).
- Pensamiento: Averroes y Maimónides (judio)
- Poesía: ibn Gabirol (judio)
- Ciencia: avances en medicina, astronomía.
En general hubo atmósfera de libertad intelectual, pese a periodos dificiles (Averroes y
Maimónides tuvieron problemas, y este último tuvo que exiliarse ante los intolerancia
de los almohades)
El arte
Edificios religiosos. Los omeyas adoptaron los edificios civiles y religiosos visigodos,
pero el crecimiento de la comunidad islámica obligó a la construcción de nuevas
mezquitas. El paradigma artístico fue la Mezquita de Córdoba iniciada en 785 por
Abderramán I, sentando bases de una estética que integra elementos árabes, visigodos,
sirios y bizantinos. Destaca también la Alfajería de Zaragoza y la mezquita almohada de
Sevilla, de la que queda la Giralda.
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Único palacio medieval conservado.