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El presente trabajo esta dedicado a

nuestros alumnos, razón para ser


cada día mejores.
TRASTORNOS EMOCIONALES DEL NIÑO Y DEL ADOLESCENTE

Definición

Hay muchos términos para describir problemas emocionales, mentales o del


comportamiento. En la actualidad, estos están calificados de trastornos
emocionales, bajo las regulaciones del Acta para la Educación de individuos
con Discapacidades, IDEA, define el trastorno emocional como: una condición
que exhibe una o más de las siguientes características a través de un periodote
tiempo prolongado y hasta un grado marcado que afecta adversamente el
rendimiento académico del niños.

Hasta el momento de las causas de los trastornos emocionales no han sido


adecuadamente determinadas. Aunque algunas causas pueden incluir factores
tales como la herencia, desórdenes mentales, dieta, presiones y el
funcionamiento familiar, ningún estudio ha podido demostrar que alguno de
estos factores sea la causa directa de los trastornos emocionales o del
comportamiento.
Algunas de las características y comportamientos típicos de os niños con
trastornos emocionales incluyen:
:
 La hiperactividad : falta de atención, impulsividad
 Agresiones: un comportamiento que puede resultar en heridas propias.
 Retraimiento: falta de iniciar intercambios con los demás, el retiro de los
intercambios sociales, temores ansiedades o ansiedades excesivas.
 Inmadurez: el niño llora en ocasiones inapropiadas temperamento,
habilidad inadecuada de adaptación.
 Dificultades en el aprendizaje: rendimiento académico por debajo del
nivel correspondiente al grado.

Los niños con los trastornos emocionales más serios pueden exhibir un
pensamiento distorsionado, ansiedad, actos motrices raros y un temperamento
demasiado variable. A veces son identificados como niños con una psicosis
severa o esquizofrenia.
Muchos niños q no tienen un trastorno emocional pueden experimentar algunos
de estos comportamientos durante diferentes etapas de su desarrollo. Sin
embargo, cuando los niños tienen trastornos emocionales, este tipo de
comportamiento continúa a través de largos períodos de tiempo. Su
comportamiento nos indica que no están bien dentro de su ambiente o entre
sus compañeros.

TRASTORNO EMOCIONAL DEL NIÑO:

1) Autismo Infantil:

Etimológicamente, el término autismo proviene de la palabra griega eaftismos,


cuyo significado es "encerrado en uno mismo". Para Bleuler en el "pensamiento
autista", la realidad objetiva es substituida normalmente por alucinaciones y el
paciente percibe su mundo "fantasioso" como real y la realidad como una
ilusión.

El autismo es un trastorno del desarrollo que persiste a lo largo de toda la vida.


Se manifiesta en los niños regularmente entre los 18 meses y 3 años de edad y
da lugar a diferentes grados de alteración del lenguaje y la comunicación, de
las competencias sociales y de la imaginación.

Estadísticamente hablando, se estima que el autismo afecta de dos a diez


personas por cada 10.000 habitantes, siendo que por cada cuatro autistas del
sexo masculino, hay una del sexo femenino. Se puede encontrar en todo el
mundo y en personas de todos los niveles sociales.

Clasificación del autismo

El autismo varía grandemente en severidad. Los casos más graves se


caracterizan por una completa ausencia del habla de por vida,
comportamiento extremadamente repetitivo, no usual, auto dañino y
agresivo. Mientras que las formas más leves de autismo (típicamente
Síndrome de Asperger o autismo de alto funcionamiento) pueden ser casi
imperceptibles y suelen confundirse con timidez, falta de atención y
excentricidad.

Causas del autismo

Sus causas son desconocidas a pesar de que desde hace muchos años se
le reconoce como un trastorno del desarrollo. Sin embargo muchos
investigadores creen que es el resultado de algún factor ambiental, que
interactúa con una susceptibilidad genética.

Diagnóstico

Su diagnóstico va desde los 4 meses a los 4 años. En algunos casos, la


identificación no se realiza hasta mucho tiempo después. En algunas
ocasiones, este síndrome se refleja en el electroencefalograma como unos
picos.

Su diagnóstico debe ser muy certero ya que puede llegar a confundirse con
esquizofrenia infantil.

Síntomas del niño con autismo

Cada niño con autismo es diferente uno de otro, sin embargo se han
establecido algunos comportamientos muy similares, tales como:

 Lenguaje poco o nulo, o bien pierde el habla.


 Ecolalia, repite lo mismo o lo que oye (frases o palabras).
 Actúa como si fuera sordo, pero no soporta ciertos sonidos o luces muy
fuertes como por ejemplo, la licuadora o el microondas.
 No mira directamente a los ojos.
 Se obsesiona con los objetos sin razón alguna.
 No muestra ningún interés por los juguetes y/ o no los usa
adecuadamente.
 Tiende a reunir objetos o los pone en línea.
 Muestra total desinterés por su entorno y en las relaciones sociales con
los demás.
 No responde a su nombre.
 No obedece ni sigue instrucciones.
 Cuando quiere algo, no lo pide, toma la mano de alguien dirigiéndola a lo
que desea.
 Rechaza el contacto físico. No le gusta que lo toquen o carguen.
 Aleteo de manos (como si intentara volar) en forma rítmica y constante.
 Gira o se mece sobre sí mismo.
 Se queda quieto observando un punto como si estuviera hipnotizado.
 Camina de puntitas (como ballet).
 Puede ser un niño hiperactivo (muy inquieto) o pasivo (demasiado
quieto).
 Muestra agresividad y/o puede ser en ocasiones auto agresivo (se
golpea a sí mismo).
 Tiene una gran obsesión por el orden y la rutina, rechaza los cambios.
 Se enoja mucho y hace rabietas sin razón aparente o porque no obtuvo
algo.
 Sonríe sin razón aparente (como si viera fantasmas).
 En ocasiones, estos niños, además de ser autistas, tienen algún otro
trastorno del desarrollo (retraso mental, motriz, Síndrome de Down, etc.)
 Solo un pequeño segmento de niños con autismo, llega a mostrar alto
grado de inteligencia; su falta de aprendizaje se hace evidente, debido
precisamente a su pobre o nula comunicación.

Esta lista es solo una referencia, para un diagnóstico certero, es necesaria


la accesoria de un neurólogo así como la valoración del psicólogo.
Tratamientos para el autismo

Se han probado varios tratamientos para el autismo, algunos han tenido mayor
éxito que otros. De los tratamientos con mejores resultados se encuentra el de
Modificación de Conducta, es el más aceptado porque tiene la capacidad de
mantener bajo control instruccional al niño y lograr centrar su atención.

Aun así es importante mencionar, que está comprobado que el mejor avance
se logra con una mezcla o variedad de tratamientos, algunos de ellos
encaminados al desarrollo de áreas específicas (por ejemplo, el habla).

Los padres ya sea asesorados por lo especialistas o bien documentándose e


investigando en diferentes medios, son quienes finalmente pueden elegir el
mejor tratamiento para su hijo, basándose en las posibles ventajas o
desventajas que tenga cada uno de ellos y según sea su caso en específico.

A continuación le damos algunos tratamientos más conocidos:

Terapia Conductual: Se le conoce también como método Lovaas (por Ivar


Lovaas, uno de los principales precursores de la actualidad), ABA o Skinner y
está basada en el conductismo. Esta terapia enseña habilidades por medio de
reforzadores y aversivos (premio y castigo).

TEACCH: Se basa en la comunicación visual, por medio de imágenes y


símbolos que representan conceptos o palabras .Este tratamiento es una
excelente opción una vez que los niños con autismo están bajo control
instruccional y fijan su atención.

PECS (Picture Exchange Comunication System): Método de comunicación


visual y de lecto-escritura que ha sido aplicado con bastante éxito en algunos
estados de la unión americana (Missouri destaca en este método).

Tratamiento Químico y/o Fármaco: Es el tratamiento por medicamentos, ya


que existen casos en los que el niño tiene alguna disfunción (por ejemplo,
epilepsia). Los medicamentos deben admistrarse bajo estricta vigilancia
médica. Siempre en continua comunicación con un neurólogo pediatra.
Dieta libre de Gluten y Caseína: Este tratamiento se refiere a la restricción de
alimentos que tengan estos compuestos, los cuales se encuentran
principalmente en las harinas de trigo y en los lácteos. En algunos casos sus
resultados son favorables, es una buena opción por no tener efectos
secundarios.
Antes de iniciarla, se recomienda quitar los azúcares para poder realizar una
valoración más objetiva.

Vitaminosis: Consiste en proveer al niño de una serie de vitaminas. Algunos


estudios han demostrado que algunos niños carecen o tienen insuficiencia de
ellas. Entre las más frecuentes están las vitaminas del complejo B (B6 y B12).

Método Tomatis y Berard: Estos métodos se basa en el adiestramiento


auditivo del niño que tiene autismo y con ello abrir canales en su cerebro. Esta
terapia es muy sugerida cuando el niño muestra demasiada sensibilidad a los
ruidos.

Músico Terapia: Este método busca el vínculo con el niño a través de la


música y el ritmo. En algunos niños ha dado buenos resultados.

Delfino Terapia, Equino Terapia, etc.: Terapia con delfines, caballos, etc. Es
muy recomendable independientemente de sus ventajas o desventajas, ya que
será una gran experiencia para el niño.

2) Depresión Infantil

La depresión infantil puede definirse como una situación afectiva de tristeza


mayor en intensidad y duración que ocurre en un niño. Se habla de depresión
mayor, cuando los síntomas son mayores de 2 semanas, y de trastorno
distímico, cuando estos síntomas pasan de un mes.
Tipos de depresión

1- Primaria versus secundaria.


Hace referencia a que la depresión es el trastorno principal o bien es
consecuencia de un problema médico o psicológico (p.e. drogadicción).

2- Unipolar versus bipolar.


La primera se manifiesta sólo con episodios depresivos mientras que la
segunda cursa alternativamente con ciclos de depresión y manía (euforia).

3- Depresión mayor versus distimia.


Para contemplarse el diagnóstico de depresión mayor, la más severa de las
formas de depresión, deben cumplirse los criterios diagnósticos señalados en
el D.S.M.-IV. Los otros tipos de depresión pueden hacer referencia a estados
depresivos durante ciclos prolongados pero sin cumplir los criterios
diagnósticos.

4- Endógena versus Exógena.


Hace referencia al tipo de causa desencadenante; interna (p.e. déficit funcional
de noradrenalina) o externa (pérdida de un ser querido).

CRITERIOS Y SÍNTOMAS EMOCIONALES:


Los expertos en el tema de depresión infantil, a través de numerosas
investigaciones han llegado a la aceptación de los siguientes síntomas
característicos y criterios de la depresión infantil (Del Barrio 1997): tristeza,
irritabilidad, anhedonia (pérdida del placer), llanto fácil, falta del sentido del
humor, sentimiento de no ser querido, baja autoestima, aislamiento social,
cambios en el sueño, cambios de apetito y peso, hiperactividad, disforia e
ideación suicida.
Esta definición operativa puede ser utilizada como guía diagnóstica y tiene la
ventaja de representar un núcleo de coincidencia de un amplio espectro de la
comunidad científica.
Causas de la depresión

En la depresión infantil, al igual que ocurre con la de adultos, concurren varios


mecanismos o factores que suelen interactuar constituyendo el origen del
desarrollo de los estados de depresión en niños y jóvenes. Los principales son
los biológicos, genéticos, socio-familiares, estilos de vida y los psicológicos que
se explican en el próximo apartado.

a) Factores Biológicos.
Se han efectuado diferentes estudios para averiguar las posibles causas
psicobiológicas y psicofisiológicas de la depresión en población infantil. Los
estudios han intentado replicar los resultados hallados en población adulta. Los
resultados no han estado concluyentes.
Algunas líneas de investigación han planteado la hipótesis del déficit funcional
serotinergico como elemento facilitador del trastorno afectivo, pero, tampoco
sin poderse llegar a conclusiones definitivas.

b) Factores Genéticos.
Según diversos estudios efectuados, los factores genéticos podrían explicar un
porcentaje elevado (50%) de la varianza en la transmisión de los trastornos
afectivos. Los estudios familiares que evalúan hijos de padres deprimidos han
verificado que la posibilidad de que éstos lleguen a desarrollar el trastorno es
entre 3 y 6 veces más elevada en comparación con niños que no presentan
este factor de riesgo. Igualmente, el riesgo de desarrollar otra psicopatología,
como ansiedad o incluso trastornos de conducta, es también mayor. De todas
formas se habla de factores predisponentes no causales. La presencia o no del
trastorno y su tipo en población de riesgo, dependería de los factores internos
del sujeto interactuando con el entramado de circunstancias personales,
familiares y sociales.
c) Factores Socio-familiares.
Parece bastante probable que un factor determinante en la aparición y
mantenimiento del trastorno, está estrechamente relacionado con el entorno
familiar. La depresión sería resultado, entre otros factores, de una pobre
interacción padres - hijos. Estudios realizados al efecto han demostrado
diversas características interactivas familiares peculiares entre los que destaca:
baja implicación paterna y alta sobreprotección materna, más conflictos
familiares, más problemas de comunicación, más irritabilidad, más abuso y
negligencia. En el caso de padres depresivos, la transmisión de la depresión no
implica, por tanto, sólo influencias genéticas sino que también conlleva
influencias psicosociales.
Si bien el tipo de interacción puede relacionarse como causa de depresión a
través de modelos psicológicos (conductuales, cognitivos) y biológicos, para
algunos autores el conflicto familiar podría ser la respuesta de los padres a los
problemas del hijo, o en otros casos, la depresión podría contribuir al
mantenimiento del problema parental.

d) Factores estresantes.
Aquí se pueden incluir los factores externos que cursan generando un estado
de estrés continuado. Es el caso de las separaciones, divorcios o discordia de
la pareja. El elemento relevante para el niño no es tanto la ruptura en sí, sino,
el estado en que queda la relación afectiva entre los padres. Una relación de
amenazas, coerciones, etc. produce evidentemente una transición con más
carga emocional para el niño y lo hace más vulnerable al desarrollo de la
patología.
Otro factor potencialmente generador del trastorno es el caso de pérdida de un
ser querido, especialmente en niños ya frágiles. La perdida de la madre o padre
puede requerir, dependiendo de la edad, una atención especializada para
facilitar el proceso de duelo. Ello puede ser especialmente necesario en
aquellos casos de muerte repentina o en accidentes de tráfico.
SINTOMATOLOGÍA

El conjunto sintomático se puede reducir a cuatro grandes núcleos:

Síntomas Anímicos: La tristeza es el síntoma por excelencia de la depresión.


Esta tristeza se manifiesta por sentimientos de abatimiento, pesadumbre,
infelicidad incluso irritabilidad. A veces es difícil separar los trastornos de
ansiedad con los trastornos afectivos debido a la ansiedad subjetiva y a la
inquietud que presenta el cuadro.

Síntomas Motivacionales: estado general de inhibición en el que se hallan.


Forma parte la apatía, la indiferencia. En su forma extrema se halla lo que se
llama el " retardo psicomotor " un enlentecimiento generalizado de las
respuestas motoras, el habla, el gesto.

Síntomas Cognitivos: La valoración que hace la persona deprimida de sí


mismo y de su entorno suele ser negativa. La auto depreciación y la pérdida de
autoestima suelen ser características estables de estas personas. Ante un
suceso negativo atribuyen la causa del suceso más a sus defectos o
incapacidades que a factores externos. La desesperanza, la visión totalmente
pesimista del futuro es un factor casi siempre presente en estos sujetos.

Síntomas Físicos: Se puede dar una pérdida de sueño o una hipersomnia,


fatiga, pérdida de apetito y la disminución de la actividad y el deseo sexual,
molestias corporales difusas (dolores de cabeza, de espalda, nauseas,
vómitos, estreñimiento, micción dolorosa, visión borrosa).

EPIDEMIOLOGÍA

- Edad: los lactantes y preescolar manifiestan su depresión por síntomas casi


exclusivamente psicosomáticos: enuresis (hacer pipí en la cama), onicofagia
(comerse las uñas), manipulación genital, miedos nocturnos, llanto. Los
escolares lo hacen de forma más a nivel de pensamiento (ideas de suicidio,
sentimiento de inferioridad).
- Sexo: las niñas depresivas son tranquilas e inhibidas, incluso se dificulta el
diagnóstico ya que socialmente se espera que las niñas cumplan con estas
características, mientras que los niños tienen dificultad de establecer contacto
por la tendencia al aislamiento que con inhibición de aprendizaje e irritabilidad
puede llevar a dificultades escolares.

La palabra depresión puede estar haciendo referencia a tres conceptos:

La depresión como síntoma. Como respuesta a una pérdida (la muerte de un


se querido o de una mascota) o asociado a otras enfermedades..

La depresión como síndrome: la tristeza aparece acompañando a otros


síntomas y el conjunto de estos síntomas son los que forman el síndrome de la
depresión.

La personalidad depresiva: sería el tipo de personalidad que tiende a la


depresión pero que no le afecta en su vida normal.

Instrumentos de evaluación de la depresión infantil

Los instrumentos de evaluación varían en función del marco teórico del que se
derivan y de lo que pretenden medir. Así, cuando se quieren medir las
conductas interiorizadas, se usan fundamentalmente pruebas de lápiz y papel
que pueden ser: entrevistas estandarizadas, inventarios, escalas,
cuestionarios, test pictórico, y otros. Cuando lo que se pretende es medir la
conducta manifiesta se hace observación de conductas, registro de conductas,
y aplicación del juego infantil.
La evaluación de los aspectos biológicos de la depresión infantil se lleva a cabo
con análisis y pruebas objetivas de los elementos físicos que se han mostrado
relacionados con ella. Así tenemos pruebas de carácter endocrino, como la
determinación de los niveles de cortisol y la hormona de crecimiento. Pruebas
como el electroencefalograma EEG (sobre todo durante el sueño) y el
electromiograma EMG (relacionado con la musculatura facial implicada en la
expresividad).
Al recurrir a estos instrumentos de evaluación se deben tomar en cuenta
algunos factores como: el nivel de desarrollo del niño, su grado de madurez
intelectual, su labilidad emocional y el carácter interiorizado de la conducta
deprimida, por todo ello es conveniente pasar el cuestionario dos veces.
La entrevista a los padres surge como un instrumento importante de
recolección de datos, tanto del niño deprimido como de la familia. Así como
también la entrevista a los maestros y compañeros de clase.

Tratamiento de la depresión infantil


El tratamiento de la depresión infantil ante todo debe ser individualizado,
adaptado a cada caso en particular y a la fase del desarrollo que se encuentra
el niño, en base a: su funcionamiento cognitivo, su maduración social y su
capacidad de mantener la atención.
Debe además involucrar de una manera activa a los padres, y realizar
intervenciones hacia el entorno del niño (familiar, social y escolar)
El tratamiento se divide en tratamiento de fase aguda y fase de mantenimiento.
El tratamiento en Fase Aguda, incluye: Psicológico, Farmacológico y
Combinado.

Las Terapias Psicológicas más utilizadas son:


• Cognitivo-Conductual: se basa en la premisa de que el paciente deprimido
tiene una visión distorsionada de sí mismo, del mundo y del futuro. Tales
distorsiones contribuyen a su depresión y pueden identificarse y tratarse con
esta técnica.

• Conductual: se basa en la aplicación de técnicas de modificación conductual,


manejo adecuado de situaciones, etc.

• Psicodinámica.
• Interpersonal
• Familiar.
• Grupal y de Apoyo.
El Tratamiento Farmacológico: se basa en el uso de drogas como:

• Antidepresivos Tricíclicos, para lo cual se requiere un EEG basal, y


mediciones de tensión arterial, frecuencia cardíaca y peso.
• Los Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina ISRS, son en la
actualidad los más utilizados, por su eficacia, aparente bajo perfil de efectos
colaterales, baja letalidad por sobredosis y fácil administración una vez al día.
El Tratamiento Combinado, que incluye fármacos y terapias psicológicas, ha
demostrado ser lo más adecuado en la actualidad.
Así mismo, el Tratamiento en Fase de Mantenimiento va a depender del estado
clínico del paciente, su funcionamiento intelectual, su sistema de apoyo, la
presencia o no de estresores ambientales y su respuesta al tratamiento.

Algunos modelos psicológicos

Existen diferentes modelos de depresión que tratan de explicar los orígenes y


causas de la misma. Todas ellas describen el trastorno depresivo como una vía
final, común, psicobiológica, que depende de la interacción de varios factores,
incluyendo la vulnerabilidad genética, fenómenos del desarrollo,
acontecimientos psicosociales, estresores fisiológicos y rasgos de
personalidad. A continuación se expondrán algunos de los modelos más
importantes dentro de la psicología actual.

1) El modelo cognitivo de BECK

El modelo de depresión de Beck defiende la existencia de la triada cognitiva


negativa. Ello hace referencia a que la persona que sufre el trastorno tiene una
visión negativa de sí mismo, del mundo en que se mueve y del futuro
(pensamientos del tipo: "soy un desastre, mis amigos me rechazan, nunca
podré ser feliz").
El niño o joven con depresión, no discute ni se plantea la validez de sus
pensamientos pese a que existan evidencias objetivas que los cuestionen. Al
mismo tiempo tampoco se percata de los errores lógicos que comete
sistemáticamente. A modo de ejemplo el autor expone algunos de estos
errores:

1-Inferencia arbitraria:
Se extraen conclusiones precipitadas sin disponer de información suficiente o
de datos en contra.
Ejemplo: Un adolescente cree que no le cae bien a un colega pese a que lo
invita cada fin de semana para salir.

2-Abstracción selectiva:
Focalización en detalles concretos de las situaciones fuera de contexto o
irrelevantes al tiempo que se omite la información relevante. Es como si la
persona que sufriera el trastorno filtrara la información con un filtro que sólo
captaría aquella información que fuera coherente con sus creencias erróneas
(pensamientos negativos).
Ejemplo: Un joven es felicitado por su tutor por haber sacado un notable en una
asignatura difícil. El tutor añade que si se esfuerza más sus resultados pueden
ser aún mejores. El joven no toma como un halago las palabras del tutor sino
como la confirmación de que es un desastre y que no se ha esforzado lo
suficiente.

3-Magnificación y minimización:
Consiste en maximizar los errores o sobrestimar las dificultades infravalorando
las propios aciertos o habilidades.
Ejemplo: Un estudiante ha sido elegido por sus compañeros como delegado de
la clase, pero él resta valor a este reconocimiento alegando que "no tiene
mérito dado que no había más candidatos".

4-Sobregeneralización:
Se trata de elaborar conclusiones generales a partir de hechos particulares.
Ejemplo: Una chica puede declinar la invitación de un chico a bailar y éste
piensa que nunca van a querer bailar con él, que lo tendrá difícil, etc...
5-Personalización:
Se asume la responsabilidad de los eventos negativos externos sin base
objetiva para dicha atribución.
Ejemplo: Un niño que se culpa como responsable de la separación de sus
padres cuando los motivos han sido otros.

6-Pensamiento dicotómico:
Categorización de la experiencia en categorías opuestas, situándose el niño en
el polo negativo.
Ejemplo: El niño piensa que su comportamiento es ejemplar o que es un
desastre, sin existir los términos medios.

2) El modelo de Indefensión Aprendida de SELIGMAN

Aunque fue propuesta en su momento como una teoría utilizada en adultos,


sus autores (Seligman y Peterson, 1.986) la consideran igualmente aplicable y
útil para la depresión en niños y adolescentes. Fue formulada en base al
modelo del aprendizaje pero incluyendo algunas explicaciones cognitivas.
El modelo asume fundamentalmente el principio de que una persona sometida
a situaciones no controlables presentará un conjunto de déficits
(motivacionales, cognitivos y emocionales) agrupados bajo el nombre de
indefensión aprendida.
Según los autores (en su primer modelo de 1.975), la secuencia que puede
producir la indefensión aprendida (estado de depresión), sería la siguiente:
El niño está expuesto a situaciones incontrolables, es decir a situaciones en las
que la probabilidad de obtener refuerzo si se emite una respuesta operante
(respuesta a la que sigue un reforzador o premio) es igual a la probabilidad de
obtenerlo si no se produce.
Las experiencias de incontrolabilidad producen expectativas de
incontrolabilidad, es decir, el niño predice que no tien control sobre la situación,
interfiriendo en aprendizajes adaptativos posteriores.
Las expectativas de incontrolabilidad originan los déficits característicos de la
depresión:
a) Motivacionales. Disminución de la tasa de respuestas operantes y aumento
de la latencia de respuestas operantes.
b) Cognitivos. Dificultad para aprender nuevas respuestas reforzadas.
c) Emocionales. Sentimientos de indefensión y desesperanza.

El modelo es muy coherente con sus enunciados pero no podía explicar el


hecho de que algunos sujetos no desarrollaban la depresión pese a estar
expuestos a situaciones incontrolables. La teoría fue reformulada (1.978
Abramson, Seligmas, Teasdale) en base a la incorporación de la teoría de las
atribuciones, la cual puede explicar las diferencias individuales y el hecho de
que iguales circunstancias produzcan o no el trastorno depresivo en algunas
personas. Este nuevo modelo presenta 3 principios fundamentales:

Atribución Interna-Externa.
La intensidad de la indefensión depende de esta dimensión. Un niño puede
atribuir el fracaso de haber sacado una mala nota en un examen, cuando la
mayoría de sus compañeros han aprobado, a que no tiene el suficiente nivel o
inteligencia (indefensión, baja autoestima). Esto sería una atribución interna.
Por el contrario si piensa que la nota del examen es consecuencia de la mala
suerte o de que el profesor le tiene manía, estaría efectuando atribuciones
externas.

Atribución Global-Específica.
Esta dimensión explica la generalización de la indefensión. En el caso anterior,
si el niño de la baja nota, atribuye el resultado a una causa general, como es el
caso de poseer una baja inteligencia, entonces considerará que casi todas las
situaciones de este tipo son incontrolables ya que suspenderá siempre todas
las asignaturas (atribución global). Por contra si atribuye a un factor concreto el
resultado de la mala nota, por ejemplo, a que el cálculo o la asignatura en
particular, no se le da bien y le cuesta más, entonces pensará que el resto de
las asignaturas sí puede aprobarlas (atribución específica).
Atribución Estable-Inestable.
El mantenimiento de la indefensión se debe a esta dimensión. Siguiendo con el
niño del ejemplo, si atribuye su fracaso a una causa estable (pensar que no es
inteligente), entonces juzgará que su falta de control sobre el rendimiento
escolar es permanente (atribución estable). Contrariamente si lo atribuye a un
factor no permanente (atribución inestable), por ejemplo, a que estudió poco o
que estaba cansado, considerará que su falta de control sobre la situación ha
sido sólo pasajera y, por tanto, causará menores sentimientos de indefensión.

Resumiendo, el modelo reformulado de la Indefensión Aprendida, argumenta


que el niño que desarrolla la depresión presenta expectativas de daño, es decir,
espera la ocurrencia de hechos aversivos o que no se den los deseados.
También presenta las expectativas de incontrolabilidad, esto es que cree que
ninguna de sus respuestas puedan cambiar la probabilidad de un evento.
Finalmente y en base a las atribuciones, el niño depresivo, tiene un estilo
atributivo peculiar ya que atribuye sus fracasos a factores internos, globales y
estables, mientras que sus éxitos son atribuidos a factores externos,
específicos e inestables.

3.- Ansiedad infantil

Es una señal de alarma o peligro. Puede ser considerada normal cuando nos
prepara para un mejor rendimiento frente a una situación inesperada, novedosa
o amenazante.
Se vuelve un trastorno cuando es desmedida y en lugar de facilitar el
rendimiento de las personas les ocasiona problemas adicionales o interfiere
con su desempeño.
Se manifiesta como un conjunto de síntomas físicos(palpitaciones, sudor,
temblor, sofocos, palidez o enrojecimiento del rostro) y psicológicos (miedo
intenso, llanto o rabietas, sensación de descontrol, ganas de salir corriendo,
miedo a volverse loco o a morir).
Es importante resaltar que existen ciertos miedos y ansiedades normales en
cada etapa del desarrollo y es el profesional especializado en estos trastornos,
quien podrá determinar o descartar la existencia de un Trastorno de Ansiedad.

Causas de la ansiedad

Actualmente se acepta un origen multicausal para los trastornos de ansiedad,


reconociéndose la influencia de una combinación de factores genéticos,
temperamentales, ambientales y psicosociales en la génesis de los mismos.
Así, los trastornos de ansiedad han demostrado ser más frecuentes en hijos de
padres que también los presentaron o presentan. Asimismo, los niños que
muestran rasgos temperamentales de inhibición comportamental, suelen
desarrollar con mayor probabilidad futuros trastornos de ansiedad. Por otra
parte influye el condicionamiento ambiental y por último, debe considerarse
también la influencia de las actitudes ansiosas de los padres con sus hijos a
partir del modelado que ellos les imprimen inadvertidamente a lo largo de la
vida.

Los niños y adolescentes con trastornos de ansiedad suelen experimentar un


miedo intenso, preocupación o inquietud que puede durar largos períodos de
tiempo y afectar significativamente sus vidas. Si no se trata con prontitud, los
trastornos de ansiedad pueden derivar en:

Repetidas ausencias a clase o una incapacidad para terminar el período de


escolaridad.
Deterioro en las relaciones con iguales.
Baja autoestima.
Abuso de alcohol u otro tipo de drogas.
Problemas de ajuste en situaciones laborales.
Trastornos de ansiedad en edad adulta.
Tipos de ansiedad

Existe una variedad de trastornos de ansiedad que pueden afectar a niños y


adolescentes. A continuación, se describen la mayoría de ellos, así como sus
características:

Trastorno de ansiedad generalizada: Los niños y adolescentes con este


trastorno se preocupan en extremo por sus actividades, ya sea por su
rendimiento académico, deportivo o incluso por ser puntual. Esta clase de
personas suelen ser muy responsables, se sienten tensos y necesitan mucha
seguridad. Pueden quejarse de dolores de estómago u otras afecciones que no
parecen tener una causa física.

Trastorno de ansiedad por separación: Los niños con este trastorno suelen
tener dificultad en dejar a sus padres para ir a la escuela o campamento de
verano, quedarse en casa de un amigo o estar solo. A menudo, se “aferran” a
sus padres y tienen problemas para quedarse dormidos. El trastorno de
ansiedad por separación puede ir acompañado de depresión, tristeza o miedo a
que algún miembro de la familia se vaya o muera. Aproximadamente uno de
cada 25 niños experimenta trastorno de ansiedad por separación.
Trastorno de pánico: Los “ataques de pánico” repetitivos en niños y
adolescentes sin una causa aparente son signos de un desorden de pánico.
Los ataques de pánico son períodos de intenso miedo acompañados por
fuertes latidos del corazón, sudoración, mareo, nauseas o sentimiento de
muerte inminente. La experiencia es tan terrible que viven con el miedo de que
puedan sufrir otro ataque. Los niños y adolescentes con el trastorno suelen
hacer cualquier cosa para evitar la situación que provoque otro ataque. Es
posible incluso que no quieran ir a la escuela o separarse de sus padres.

Trastorno obsesivo-compulsivo: Los niños y adolescentes con trastorno


obsesivo-compulsivo, se ven atrapados en un patrón de pensamientos y
comportamientos repetitivos. Aunque puedan reconocer que éstos parecen sin
sentido y traumatizantes, son muy difíciles de parar. El comportamiento
compulsivo puede incluir lavarse repetidamente las manos, contar o poner en
orden objetos una y otra vez. 2 de cada 100 adolescentes experimentan
trastornos obsesivos.

Trastorno de estrés post-traumático: Los niños y adolescentes pueden


desarrollar un estrés post-traumático después de haber experimentado un
acontecimiento sumamente estresante, como experiencias de abusos físicos o
sexuales, ser testigo de un hecho violento, la vivencia de un desastre como un
bombardeo o un huracán. Los jóvenes con dicho trastorno suelen experimentar
el acontecimiento una y otra vez en forma de fuertes recuerdos, instantáneas, u
otra clase de pensamientos perturbadores. Como resultado, pueden intentar
evitar todo lo que se encuentra asociado con el trauma. También sobreactuar al
sobresaltarse o tener dificultades del sueño

4.- Miedos

El miedo al igual que la ansiedad es un estado emocional aversivo pero


suscitado por una amenaza objetiva de peligro (por ejemplo estímulo externo
identificable). Mientras que la ansiedad es una reacción más difusa, sin un
estímulo externo identificable. Los miedos son considerados como reacciones
normales a situaciones amenazantes reales o imaginarias, cuando estas
reacciones son desproporcionadas y pueden perturbar o interferir en la vida del
individuo, entonces se convierten en fobias (miedos patológicos). Algunos
estudios han demostrados que los miedos no son los mismos en todas las
edades. Así mientras que algunos miedos, como los temores al ruido, a lo
extraño (objetos, situaciones o personal), y a la caída, pérdida de apoyo y
alturas, empiezan a desaparecer a partir de los dos primeros años de vida,
otros temores, tales como los ruidos asociados a fenómenos imaginarios o
sobrenaturales (seres imaginarios en la oscuridad, la oscuridad, estar solo, los
¡ladrones, la muerte, los sueños, etc.) y los miedos asociados a peligros o
daños físicos (amenazas de peligro o daño, el tráfico, el fuego, ahogarse, etc)
muestran una frecuencia ascendente desde los dos primeros años (esta
tendencia se mantiene incluso a la edad de los 6 años)
 Durante los primeros meses del primer año de vida del niño se
desarrollan diversos miedos innatos (aparecen tempranamente sin
evidencia de que debas ser aprendidos), tales como los relacionados
con la presencia de estímulos de ruido intenso, movimiento súbito, dolor
y perdida de apoyo. Posteriormente durante la segunda mitad del primer
año, aparece el miedo a las personas, situaciones u objetos extraños o
no familiares. Este tipo de miedos requiere cierta maduración cognitiva
del niño, también se inicia el miedo a las alturas.

 Durante la primera fase preescolar (2-4 años) se produce una marcada


reducción a los miedos marcados producidos por el ruido, movimiento
súbito y pérdida de apoyo, si bien la evolución del miedo al dolor es más
irregular. Comienzan a ser importantes los miedos a los animales.
Particular el miedo a los perros y a las serpientes. Los niños desarrollan
a estas edades, también en forma significativa, los miedos a la oscuridad
y a estar solo (separación).

 Durante la segunda fase preescolar (5 a 6 años) predominan las


reacciones de temor a seres imaginarios y sobrenaturales (fantasmas,
monstruos, pesadillas nocturnas, brujas, etc.); tal vez porque, un bajo
importante desarrollo cognitivo, el niño aún no es capaz de diferenciar
claramente entre lo real y lo imaginario. Tras el importante desarrollo
cognitivo del niño (por ejemplo, la memoria) los miedos se van haciendo
más anticipatorios; de este modo, ahora suelen predominar los miedos a
ladrones y raptores, así como también los temores a las amenazas de
daño corporal (miedo a los accidentes de tráfico, al fuego, etc) y a
peligros asociados a la socialización (por ejemplo, castigos de los
padres).

5.- Fobias

Es importante recordar que las fobias se caracterizan por ser miedos


irracionales, extremos e incontrolables que se desencadenan ante un estímulo
determinado. Una persona que sufre de una fobia, ante el contacto real o
incluso la anticipación de encontrarse con aquello que le produce el temor,
experimenta síntomas físicos tales como palpitaciones, temblores, náuseas,
etc. Los niños más pequeños viven al objeto o a la circunstancia temidos como
auténticas amenazas y peligros. Aún así, si bien los adultos y los adolescentes
logran darse cuenta de que su temor es infundado, no por ello logran
controlarlo.

¿Fobia o temor normal?

Todos los niños experimentan algunos miedos muy comunes a lo largo de las
diferentes etapas de su infancia. Así, es normal que los bebés teman a los
ruidos muy fuertes, que los niños de tres años no quieran dormir con la luz
apagada, que los niños de cuatro años tengan miedo a los monstruos y a partir
de los ocho años teman a la muerte. La edad del niño indica si es un miedo
normal, y estos temores tienden a desaparecer conforme el niño madura. Es
bueno respetarles estos miedos a los chicos, calmarlos, hablar con ellos y
darles una dimensión real.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de las fobias tiene su origen en la
infancia, entre los seis y los doce años. Sin embargo, muchas veces los niños
que las padecen terminan sobreponiéndose a sus temores, así que no siempre
la aparición de algún síntoma parecido al de una fobia es sinónimo de que el
niño la vaya a padecer aún de adulto.
Por ello, las fobias infantiles son algo para preocuparse únicamente cuando
interfieren en la vida cotidiana de los chicos. Los niños que padecen fobias
tienden a evitar todo aquello que podría desencadenar sus temores: por
ejemplo, un niño de ocho años que no puede dormir con la luz apagada por su
terror a la oscuridad, o una pequeña que se niega a ir a jugar al parque por
temor a encontrarse un insecto.

Fobias más comunes

Existen algunas fobias que son particularmente comunes entre los niños. Por
ejemplo, la fobia específica, que es el miedo a determinado objeto o situación
fácil de identificar. Por ejemplo, el miedo a las serpientes, a los insectos o a los
payasos. Otra fobia frecuente entre los niños es la agorafobia, el miedo a
encontrarse en una situación donde sea difícil salir o recibir ayuda: es el caso
del niño que se angustia en demasía al perder de vista a su madre en una
tienda. Otra fobia muy frecuente entre los niños, adolescentes y adultos es la
fobia social. Se caracteriza porque la persona se angustia en situaciones donde
se siente expuesta: hablando frente a la clase, por ejemplo, o caminando
delante de otros niños para poder pasar al baño.

SÍNTOMAS DE LA FOBIA

Es importante que podamos entender estos síntomas y saber que existen, para
que cuando estemos ante la manifestación de ellos, podamos al menos
sospechar que se trata de un
tipo de fobia,

1) Aumento de la frecuencia cardiaca, cuando hay fobia, el latido del corazón


se hace más rápido,porque se está ante el contexto de temor o fobia, eso
produce que nuestro organismo secrete adrenalina y la adrenalina acelera el
ritmo de nuestro corazón.

2) Sudoración, que la persona sin estar haciendo alguna actividad física


empieza a sudar.

3) Temblores o estremecimientos en el cuerpo, puede suceder que la persona


por la ansiedad y temor que está sintiendo, empiece a experimentar temblor en
su propio cuerpo.

4) Falta de aire, no tiene que ver con una enfermedad, un problema cardiaco o
pulmonar, sino porque el mismo temor que está sintiendo le imposibilita a tener
un ejercicio respiratorio normal y empieza a tener falta de aire.

5) Sensación de ahogo, la persona que está en el contexto de temor y


ansiedad puede tener esa sensación, otro síntoma mas frecuente en el
momento del temor es el dolor o la molestia en el pecho.
6) Malestar estomacal, un dolor que no tiene una explicación y que
simplemente se explica por el contexto del temor o fobia que se está
presentando en ese momento.

7) Sensación de mareo o desmayo.


8) Temor a perder el control o enloquecer de repente o en una forma
inesperada, la persona empieza a sentirse profundamente nerviosa, ansiosa,
piensa que puede perder el control de sus actos, incluso de enloquecer, de
empezar a actuar de forma no racional.

9) El sentimiento del temor a morir, la persona se vuelve sensible en el asunto


de su propia vida, manifiesta un temor a la muerte en ese momento.
10) Aturdimiento, es decir una pesadez mental, la persona no está muy lúcida
mentalmente.

11) Escalofríos o calores súbitos.

En los ataques de pánico se deben de producir al menos 4 de los síntomas que


acabamos de enumerar.
Los síntomas de una fobia pueden parecerse a los de otros trastornos o
problemas psiquiátricos, por lo tanto siempre se debe de consultar al médico o
especialista para saber si efectivamente nuestro hijo, o el niño que está
evidenciando estos síntomas tiene o no esa fobia o temor.
El padre de familia que no es especialista en estas cosas, no es la persona
adecuada para hacer el diagnóstico de una fobia, pero si es la persona
adecuada para poder sospechar de este problema y al hacerlo se pueda acudir
al médico o especialista adecuado, para poder llegar a un diagnóstico certero,
si se trata afectivamente de fobia, o quizás de algún otro problema psiquiátrico,
o si no, si simplemente fue un momento de temor que naturalmente se puede
tener y que cualquier persona en un momento dado puede llegar a tener.
Por lo tanto lo que estamos mencionando es solamente para hacernos
conscientes del problema existente, sin embargo siempre será importante y
necesaria la asistencia con una persona califi cada para hacer el diagnóstico y
entablar un tratamiento al respecto.

Tratamiento
El tratamiento para las fobias, debe ser dado por una persona adecuada y se
basa en lo siguiente:
• La edad del niño que está sufriendo la fobia y el temor.
• El estado de salud del niño y sus antecedentes médicos.
• La extensión de los síntomas de su hijo, es diferente tratar a un niño que va
empezando con el problema a uno que ya lleva 10 años con eso.
• El tipo de fobia también determina el tipo de tratamiento que se va a dar.
• La tolerancia del niño a determinados medicamentos o terapias.
• Que tratamiento dar en base a las expectativas para la evolución del
tratamiento.
• Y por supuesto cada médico tiene su propio criterio para establecer el tipo de
tratamiento.
Las fobias, al igual que otros trastornos de ansiedad, pueden ser tratadas
eficazmente, hay tratamientos que cuando un especialista, o una persona
capacitada los da, el tratamiento puede ser eficaz y puede ayudar muchísimo al
niño a salir delante de este problema.
El tratamiento siempre se debe basar en una evaluación exhaustiva completa,
tanto del niño como de la familia, hay ocasiones en las que el ámbito familiar
está favoreciendo ese tipo de desarrollos equivocados de las emociones de los
niños, por lo tanto debe haber una evaluación tanto del niño, como de la
familia.
Las recomendaciones de tratamiento pueden incluir entre otras la terapia
individual, o conductiva y conductual para el niño, es decir, ayudar al niño a
aprender nuevas formas de controlar la ansiedad, los ataques de pánico
cuando estos ocurran, de esto se trata la terapia conductual, enfocarlo en como
salir adelante cuando esa circunstancia se está presentando.
Algunos niños también pueden beneficiarse del tratamiento con medicamentos,
específicamente medicamentos que detengan la aparición de los ataques de
pánico, y por supuesto que los padres tienen un rol vital de apoyo .
DEFICIENCIAS EN HABILIDADES SOCIALES

A) Agresión:

Hablamos de agresividad cuando provocamos daño a una persona u objeto. La


conducta agresiva es intencionada y el daño puede ser físico o psíquico.
En el caso de los niños la agresividad se presenta generalmente en forma
directa ya sea en forma de acto violento físico (patadas, empujones,...) como
verbal (insultos, palabrotas,...). Pero también podemos encontrar agresividad
indirecta o desplazada, según la cual el niño agrede contra los objetos de la
persona que ha sido el origen del conflicto, o agresividad contenida según la
cual el niño gesticula, grita o produce expresiones faciales de frustración.

Independientemente del tipo de conducta agresiva que manifieste un niño el


denominador común es un estímulo que resulta nocivo o aversivo frente al cual
la víctima se quejará, escapará, evitará o bien se defenderá.

Los arrebatos de agresividad son un rasgo normal en la infancia pero algunos


niños persisten en su conducta agresiva y en su incapacidad para dominar su
mal genio. Este tipo de niños hace que sus padres y maestros sufran siendo
frecuentemente niños frustrados que viven el rechazo de sus compañeros no
pudiendo evitar su conducta.

Teorías que explican las causas del comportamiento agresivo

Las teorías del comportamiento agresivo se engloban en: Activas y Reactivas.


Las activas son aquellas que ponen el origen de la agresión en los impulsos
internos, lo cual vendría a significar que la agresividad es innata, que se nace o
no con ella. Defensores de esta teoría: Psicoanalíticos y Etológicos.
Las reactivas ponen el origen de la agresión en el medio ambiente que rodea al
individuo. Dentro de éstas podemos hablar de las teorías del impulso que dicen
que la frustración facilita la agresión, pero no es una condición necesaria para
ella, y la teoría del aprendizaje social que afirma que las conductas agresivas
pueden aprenderse por imitación u observación de la conducta de modelos
agresivos.
Factores influyentes en la conducta agresiva

Habitualmente cuando un niño emite una conducta agresiva es porque


reacciona ante un conflicto. Dicho conflicto puede resultar de:

1.-Problemas de relación social con otros niños o con los mayores, respecto de
satisfacer los deseos del propio niño.

2.-Problemas con los adultos surgidos por no querer cumplir las órdenes que
éstos le imponen.

3.-Problemas con adultos cuando éstos les castigan por haberse comportado
inadecuadamente, o con otro niño cuando éste le agrede.
Sea cual sea el conflicto, provoca en el niño cierto sentimiento de frustración u
emoción negativa que le hará reaccionar. La forma que tiene de reaccionar
dependerá de su experiencia previa particular. El niño puede aprender a
comportarse de forma agresiva porque lo imita de los padres, otros adultos o
compañeros. Es lo que se llama Modelamiento. Cuando los padres castigan
mediante violencia física o verbal se convierten para el niño en modelos de
conductas agresivas. Cuando el niño vive rodeado de modelos agresivos, va
adquiriendo un repertorio conductual caracterizado por una cierta tendencia a
responder agresivamente a las situaciones conflictivas que puedan surgir con
aquellos que le rodean. El proceso de modelamiento a que está sometido el
niño durante su etapa de aprendizaje no sólo le informa de modos de
conductas agresivos sino que también le informa de las consecuencias que
dichas conductas agresivas tienen para los modelos. Si dichas consecuencias
son agradables porque se consigue lo que se quiere tienen una mayor
probabilidad de que se vuelvan a repetir en un futuro.
Por ejemplo, imaginemos que tenemos dos hijos, Luis y Miguel, de 6 y 4 años
respectivamente. Luis está jugando con una pelota tranquilamente hasta que
irrumpe Miguel y empiezan a pelear o discutir por la pelota. Miguel grita y
patalea porque quiere jugar con esa pelota que tiene Luis. Nosotros nos
acercamos y lamentándonos del pobre Miguel, increpamos a Luis para que le
deje la pelota a Miguel. Con ello hemos conseguido que Miguel aprenda a gritar
y patalear cuando quiera conseguir algo de su hermano. Es decir, hemos
reforzado positivamente la conducta agresiva de Miguel, lo cual garantiza que
se repita la conducta en un futuro.

De acuerdo con este modelamiento la mayoría de los adultos estamos


enseñando a los niños que la mejor forma de resolver una situación conflictiva
es gritándoles, porque nosotros les gritamos para decir que no griten.

Instrumentos de evaluación.

Ante una conducta agresiva emitida por un niño lo primero que haremos será
identificar los antecedentes y los consecuentes de dicho comportamiento. Los
antecedentes nos dirán cómo el niño tolera la frustración, qué situaciones
frustrantes soporta menos. Las consecuencias nos dirán qué gana el niño con
la conducta agresiva. Por ejemplo:
" Una niña en un parque quiere bajar por el tobogán pero otros niños se le
cuelan deslizándose ellos antes. La niña se queja a sus papás los cuales le
dicen que les empuje para que no se cuelen. La niña lleva a cabo la conducta
que sus padres han explicado y la consecuencia es que ningún otro niño se le
cuela y puede utilizar el tobogán tantas veces desee."
Pero sólo evaluando antecedentes y consecuentes no es suficiente para lograr
una evaluación completa de la conducta agresiva que emite un niño, debemos
también evaluar si el niño posee las habilidades cognitivas y conductuales
necesarias para responder a las situaciones conflictivas que puedan
presentársele. También es importante saber cómo interpreta el niño una
situación, ya que un mismo tipo de situación puede provocar un
comportamiento u otro en función de la intención que el niño le adjudique.
Evaluamos así si el niño presenta deficiencias en el procesamiento de la
información.

Para evaluar el comportamiento agresivo podemos utilizar técnicas directas


como la observación natural o el autorregistro y técnicas indirectas como
entrevistas, cuestionarios o autoinformes. Una vez hemos determinado que el
niño se comporta agresivamente es importante identificar las situaciones en las
que el comportamiento del niño es agresivo. Para todos los pasos que
comporta una correcta evaluación disponemos de múltiples instrumentos
clínicos que deberán utilizarse correctamente por el experto para determinar la
posterior terapéutica a seguir.

¿Cómo podemos tratar la conducta agresiva del niño?

Cuando tratamos la conducta agresiva de un niño en psicoterapia es muy


importante que haya una fuerte relación con todos los adultos que forman el
ambiente del niño porque debemos incidir en ese ambiente para cambiar la
conducta. Evidentemente el objetivo final es siempre reducir o eliminar la
conducta agresiva en todas las situaciones que se produzca pero para lograrlo
es necesario que el niño aprenda otro tipo de conductas alternativas a la
agresión. Con ello quiero explicar que el tratamiento tendrá siempre dos
objetivos a alcanzar, por un lado la eliminación de la conducta agresiva y por
otro la potenciación junto con el aprendizaje de la conducta asertiva o
socialmente hábil. Son varios los procedimientos con que contamos para
ambos objetivos. Cuál o cuáles elegir para un niño concreto dependerá del
resultado de la evaluación.
Vamos a ver algunas de las cosas que podemos hacer. En el caso de un niño
que hemos evaluado se mantiene la conducta agresiva por los reforzadores
posteriores se trataría de suprimirlos, porque si sus conductas no se refuerzan
terminará aprendiendo que sus conductas agresivas ya no tienen éxito y dejará
de hacerlas. Este método se llama extinción y puede combinarse con otros
como por ejemplo con el reforzamiento positivo de conductas adaptativas. Otro
método es no hacer caso de la conducta agresiva pero hemos de ir con
cuidado porque sólo funcionará si la recompensa que el niño recibía y que
mantiene la conducta agresiva era la atención prestada. Además si la conducta
agresiva acarrea consecuencias dolorosas para otras personas no actuaremos
nunca con la indiferencia. Tampoco si el niño puede suponer que con la
indiferencia lo único que hacemos es aprobar sus actos agresivos.
Existen asimismo procedimientos de castigo como el Tiempo fuera o el coste
de respuesta. En el primero, el niño es apartado de la situación reforzante y se
utiliza bastante en la situación clase. Los resultados han demostrado siempre
una disminución en dicho comportamiento. Los tiempos han de ser cortos y
siempre dependiendo de la edad del niño. El máximo sería de 15 minutos para
niños de 12 años. El coste de respuesta consiste en retirar algún reforzador
positivo contingentemente a la emisión de la conducta agresiva. Puede
consistir en pérdida de privilegios como no ver la televisión.
El castigo físico no es aconsejable en ninguno de los casos porque sus efectos
son generalmente negativos: se imita la agresividad y aumenta la ansiedad del
niño.

B) Robo

La falta más común es el robo y con este caso a veces son los mismos
adultos quienes refuerzan la conducta negativa del niño que lo comete.
Dentro del tratamiento, deben ser identificados los actos delictivos, que van
desde sustraer dinero del monedero de la madre o de la cartera del padre,
quitar los juguetes a otros niños, sean vecinos o compañeros de clase, y
robar útiles escolares o dinero en el aula, hasta los robos efectuados en un
supermercado.
Nunca debe de considerarse un robo como pequeño o carente de
importancia ya que su práctica temprana puede ser el punto de partida para
convertirse, mas adelante, en un autentico delincuente. Uno de los aspectos
correctivos considerados para el manejo de este problema son los contratos
conductuales que pueden emplearse tanto en el hogar como en la escuela,
los cuales deben de especificar que tipo de mejorías en la conducta
académica o social pueden intercambiarse por oportunidades de ganar
dinero o escapar de situaciones que sean molestas para el niño.

Causas
Los niños tomas cosas que no les pertenecen por diferentes razones. Las
razones varían de niño en niño, o cada niño robar por razones diferente

* Los padres pueden esforzar consciente o inconscientemente esta


conducta. Padres que no disciplinan a sus hijos cuando toman algo que no
les pertenece podrían estar esforzando este comportamiento.

* Poniendo el ejemplo. Los niños aprenden observando a sus padres.


Padres que toman cosas que no les pertenecen, por ejemplo, cosas de la
oficina para uso en casa, pueden estar enseñando a sus hijos que en
ciertos casos robar es aceptable.

* Algunos niños no tienen su propio dinero para comprar lo que quieren.


Niños que no tienen su propio dinero para gastar roban lo que quieren
poseer.

* Para crear una buena impresión con sus amigos. Algunos niños
comienzan a robar porque sus amigos lo hacen también y quieren ser
aceptados por ciertos amigos.

* Indicio de problemas emocionales o de comportamiento. Algunos niños


roban como indicio de problemas más serios.

Prevención
Existen muchas cosas que los padres pueden hacer para prevenir el inicio
de la conducta de robar en los niños.

- Discuta y explique porqué robar es malo. Los padres deberían asegurarse


de que sus hijos sepan porqué robar es malo. Pueden explicarles que robar
significa tomar algo que pertenece a otra persona.

- Enseñe propiedad. Cuando los niños aún están chicos es bueno que los
padres les enseñen lo que significa la propiedad. Pueden explicar que la
gente tiene el derecho a poseer sus propias pertenencias, y que es malo
tomar algo que pertenece a otros. Los padres pueden usar tales ejemplos
como, "Qué te parecería si alguien quisiera tu animal de peluche favorito y
decidiera llevárselo?".

Los padres también pueden usar ejemplos que ocurren en la vida diaria,
como explicarles a sus hijos que uno paga por las cosas en las tiendas, y
pide libros prestados en la biblioteca, o indicando en casa las cosas que
pertenecen a otros, qué son los regalos, etc.
- Enseñe maneras apropiadas para conseguir lo que uno quiere. Padres
deben enseñar a sus hijos como conseguir lo que ellos quieren sin tener
necesidad de robar. Por ejemplo, pueden sugerir a sus hijos que pidan las
cosas que ellos quieren, etc.

- Desarrolle una amistad abierta y cercana con sus hijos. Los padres
deberían esforzarse para comunicarse efectivamente con sus hijos. Los
niños que están cercanos a sus padres podrán continuar mejor con sus
creencias y valores morales que los niños que no tienen una relación
cercana con sus padres.

- Elogie y gratifique la conducta honesta. Padres deben hacer todo el


esfuerzo para elogiar a sus hijos cuando se comportan honestamente. Entre
más elogios reciban los niños por su honestidad, es más probable que se
comporten honestamente en el futuro.

C) Alcoholismo

Actualmente mucho se habla de la preocupación por el consumo de bebidas


alcohólicas, ya no sólo en adolescentes, sino entre niños.
Independientemente de la presencia estadística de este problema, desde un
punto de vista escolar o familiar, la existencia de un solo niño alcohólico es
inaceptable. La intervención de profesionales es indispensable, sobre todo
porque si han llegado al grado de manifestar dependencia del alcohol.
Significa que se trata, la gran mayoría de veces, de un niño desatendido
totalmente en el seno de su familia.

Consecuencias del alcoholismo infantil


Dependiendo de la edad del niño, se producen alteraciones en el desarrollo
de la personalidad, básicamente una tendencia a las conductas
compulsivas, cierto nivel de mal desarrollo emocional dado por la presencia
de frecuentes depresiones y de angustia, como consecuencia de los
consumos.
El niño tiene problemas neuronales, pues el alcohol afecta esa parte del
sistema nervioso que no es recuperable; ve afectada su parte social, hay
deserción escolar, mala relación con los padres y con su familia.
Los daños de un bebedor infantil son peores que los de un adulto, porque
está en periodo de formación y pueden presentarse problemas hormonales
que generan atrofias y problemas de crecimiento e intelectuales; mayor
pesadez o lentitud.

D) Mentira

A edades tempranas, la mentira es una actitud normal que no implica


ningún problema, la mentira o acción explícita de inducir a engaño o alterar
intencionalmente la realidad, merece especial atención a partir de los 6 a 8
años. Es necesario como en todas las deficiencias en habilidades sociales,
observar su frecuencia y determinar las razones que inducen al niño a
mentir. Las mentiras pueden ser defensivas, al tratar de justificar a una falta
incurrida o compensatoria cuando atenúan posibles debilidades que el
mismo se atribuye. Los problemas que plantea un niño que miente
sistemáticamente deben de ser manejados con especial cuidado y en
ningún caso se le descubrirá ante sus compañeros. El padre o el maestro
deben de actuar como mediador entre los deseos inconfesados del niño,
sus miedos o temores y la realidad, y ayudarle a irla aceptando
gradualmente. Desde luego que hay casos donde la fabulación sistemática
y totalmente cerrada de la realidad, hace necesaria la intervención del
especialista, lo que deberá producirse al margen de la vida escolar, en un
ámbito psicoterapéutico. En general se debe de evitar que la mentira se
convierta en un hábito arraigado que perturbe la personalidad y altere sus
relaciones con los demás. El niño mentiroso es un niño con un soporte
personal frágil y aunque puede obtener algún beneficio con su conducta, le
provoca al mismo tiempo un profundo malestar, excepto en los casos
debidamente patológicos.
¿Por qué mienten los niños?

Menos de 3 años: Por debajo de esta edad los niños no mienten aunque digan
cosas que no son verdad, pues para ellos sí lo son y con eso les basta.

Entre 3 y 5 años: La mentira no se produce de forma consciente, sino como


elemento constituyente de sus juegos e historias fantasiosas. La mentira es un
elemento más del juego y no hay que darle demasiada importancia, salvo que
se extienda a su comportamiento habitual o se convierta en la forma por
excelencia de obtener lo que quieren.

También les sirve para aprender que no siempre los adultos saben todas las
cosas -lo cual es positivo y permite adquirir una mayor tolerancia a la
frustración-; que puede ser una forma útil de llamar la atención en algunos
casos, o que les permite evitar consecuencias negativas, como por ejemplo, un
castigo.

A veces, mienten simplemente porque imitan lo que ven, es decir, absorben


nuestras formas de actuar, de comportarnos y también, por qué no decirlo, de
mentir. Asimismo, si nuestro nivel de exigencia es demasiado elevado, puede
influir de tal forma que al no poder cumplirlo mientan para evitar defraudarnos y
eliminar la tensión que les supone asumir esa responsabilidad
desproporcionada: la mentira puede convertirse en una válvula de escape que
enmascare una ansiedad demasiado elevada.

A partir de 5 años: A esta edad comienzan a mentir de forma consciente,


cuando ya suelen distinguir la diferencia entre lo que es cierto y lo que no lo es,
aunque aún no tienen claro que mentir sea algo incorrecto. Las mentiras
pueden producirse tanto por inseguridad y falta de autoestima -que intentan
ocultar mediante la mentira- o bien para probar y ver las reacciones de los
adultos y comprobar hasta dónde pueden llegar. En algunos casos, se trata de
una forma de obtener afecto (que puede significar la existencia de problemas
emocionales no resueltos) y que en la adolescencia puede convertirse en una
forma de obtener más intimidad o de ocultar otros problemas más graves.
La mentira puede ser un síntoma que nos indique la personalidad de nuestro
hijo:

• El niño tímido que se evade al sentirse desamparado.

• El niño agresivo y colérico que no encuentra la reacción adecuada.

• El niño temeroso que trata de huir del peligro.

• El niño vengativo que busca desquitarse.

¿Cómo saber si miente?

A menudo es muy difícil para los papás saber si los niños están diciendo la
verdad o no. Cuando dicen la verdad, generalmente están relajados y sus
expresiones faciales lo demuestran. Cuando mienten, sus expresiones faciales
pueden demostrar esta ansiedad. Los padres deben escuchar cuidadosamente
lo que sus hijos les dicen. ¿Existen contradicciones en lo que dicen? ¿Tienen
sentido sus palabras? ¿Es creíble lo que dicen? Si los niños dicen la verdad,
usualmente sus palabras no suenan ensayadas, si lo que dicen suena
ensayado, los padres pueden hacer preguntas para ver cómo reaccionan al
contestarlas.

¿Cómo actuar cuando el niño nos miente?

La causa más común de las mentiras de los niños es el miedo al castigo o a


defraudarnos, por eso en vez de reprenderle por sus actos es mejor intentar
buscar soluciones.

Los inconvenientes de mentir

No te conformes con decirle que no debe mentir. El niño debe ver que con ese
acto puede perjudicar a otros y la gente dejará de confiar en él.
Enseñar otras soluciones

Podemos reparar lo que se ha roto y se pueden pedir disculpas. El niño debe


entender que mentir no es la única ni la mejor solución.

Destacar la honradez

Podemos aprovechar ejemplos de los dibujos animados, de los cuentos


infantiles o de la vida real para que el niño vea ejemplos de honradez.

No ser demasiado exigentes

Si les ponemos demasiadas reglas y les abroncamos por todo lo que hacen, es
fácil y hasta lógico que mientan para evitar nuestras regañadas. Hay que
buscar un término medio.

Elogiarlos por ser sinceros

«¡Qué bien, me gusta que digas la verdad!». «¡Qué chico tan honrado y
sincero!». Los adjetivos positivos son convenientes, por la misma razón que los
negativos no lo son: animan al niño a comportarse mal.

Dar el ejemplo

Todos mentimos alguna vez, pero el niño no debe pensar que sus padres
mienten a menudo. Nosotros somos un modelo para ellos y nuestros consejos
no tendrán ningún efecto si no actuamos en consecuencia.

¿Qué no debemos hacer?

Hacerles pasar por interrogatorios policiales

En vez de hacer preguntas insistentes o buscar una confesión, podemos decir:


«Veo que has llenado el suelo de agua. ¿Qué te parece si lo limpiamos entre
los dos?». O: «Ya sé que has insultado a tu hermano. ¿Qué puedes hacer para
que te perdone?»
Llamarles «mentirosos»

Se puede afear el hábito de mentir, pero sin aplicar adjetivos negativos, pues
pueden afectar al concepto que se están construyendo de ellos mismos, y
pueden provocar que se acostumbren a ellos. Si les llamamos mentirosos, ellos
seguirán mintiendo.

¿Hay que castigar al niño?

Cuando un niño miente para ocultar un mal comportamiento, puede ser


conveniente aplicar dos castigos diferentes: uno para el mal comportamiento y
otro para el hecho de mentir. Es útil que el niño conozca los castigos de
antemano, eso sí, debe ser un pequeño castigo (sin exagerar).

ALGUNOS TRASTORNOS RELACIONADOS CON EL FACTOR


EMOCIONAL

a) Enuresis

Enuresis deriva del término griego “enoureein=urinar” y es sinónimo de


incontinencia. La enuresis es un trastorno excretorio que consiste en la
ausencia de control vesical nocturno en forma regular, después de los tres o
cuatro años. El control diurno se consigue a los 3 ó 4 años, y el nocturno a
los 4 ó 5 años. La enuresis más común es nocturna. Abarca dos categorías:
los casos en que los niños nunca han tenido control sobre la emisión de
orina y aquellos en que lo han llegado a tener, pero lo han perdido.
Aclarando que es en forma regular, porque ocasionalmente, niños mayores
pueden presentarla mientras duermen sin que constituya una alteración.
Para que el síntoma sea considerado patológico, debe producirse en un
medio social en el cual no es habitual la falta de control después de esa
edad, ya que en algunos sectores campesinos lo es hasta etapas muy
posteriores. A cerca de las causas no se cuenta con una información clara,
se habla de factores genéticos, sueño profundo, discapacidad funcional de
la vejiga, factores neurológicos, conflictos internos y experiencias fallidas en
aprendizajes y en control de esfínteres. Sin embargo, hay evidencias de que
la mayoría de los niños afectados no muestran signos significativos de
perturbación emocional.

Así, según los expertos, podemos dividir la enuresis de la siguiente manera:

A. Según el ritmo:

1.- Enuresis primaria: Cuando nuestro pequeño nunca ha controlado la


orina, es decir, la sufre desde de su nacimiento. Esto sucede en el 80% de
los casos de enuresis.

2.- Enuresis secundaria: Cuando aparece sorpresivamente, después de


una temporada de control, entre seis meses y un año.

B. Según la frecuencia:

1.- Enuresis continua, cuando moja todos los días.

2.- Enuresis intermitente, cuando algunos días se levanta seco.

C. Según se acompañe o no de otros síntomas en las vías urinarias, se


puede distinguir entre:

1.- Enuresis diurna: Tiene una menor incidencia en la población infantil. Va


disminuyendo significativamente con la edad. Tiene mayor incidencia en el
sexo femenino. Se asocia a psicopatología individual y familiar,
acompañada de alteraciones urológicas.

2.- Enuresis nocturna: La más habitual o la que mayor incidencia tiene.


Entre las causas de mayor incidencia se encuentran la de una "capacidad
funcional de la vejiga disminuida", es notablemente inferior en los niños que
se hacen pis en la cama que en aquellos que no se lo hacen. Aquí no se
trata de que el niño enurético produzca más orina, sino que ante cantidades
de orina semejantes tiene que ir al baño muchas veces.

3.- Enuresis Mixta: Cuando el niño se hace pis de día y de noche.

En todo caso, lo más importante que debéis recordar es que, aunque tarde
más o menos, la paciencia, confianza y el trabajo en equipo (padres e hijos)
son las mejores recetas para dejar atrás este problema.

Tratamiento

Los estudios científicos y psicológicos indican que la enuresis puede tener


tanto un tratamiento activo como pasivo. Cuando la enuresis es fuente de una
importante tensión emocional, puede estar indicada la farmacoterapia
sintomática, prestando la atención adecuada a las posibles causas
subyacentes, es decir a los aspectos emocionales. Se debe distinguir entre los
trastornos de origen neurológico y los de etiología psicológica, que son la gran
mayoría de los casos. Cuando los tratamientos "activo" y "pasivo" no terminan
de resolver el problema, o bien desde el inicio de la intervención, se debe tener
en cuenta el abordaje de los problemas emocionales del niño o adolescente,
mediante el tratamiento Psicológico.

Tratamiento activo

El tratamiento activo consiste brevemente en medicación apropiada


(imipramina, arginina, anticolinérgicos, etc.) para modificar el ánimo del niño,
así como la dilatación de la vejiga que está íntimamente relacionada con la
capacidad de contención y vaciamiento de la misma. También existen una serie
de prácticas, orientadas a desarrollar el control del agujero anal (ejercicios de
control de pene), así como ciertas conductas que previenen la enuresis
nocturna. El tratamiento sintomático se suele realizar con cloruro de oxibutinina
o con imipramina.
b) Encopresis

La encopresis consiste en la falta de control anal después de 2 años. El


niño es incapaz de controlar la defecación adecuándola al momento y lugar
establecido por los hábitos de higiene, defecándose en las ropas y sitios y
momentos inadecuados. La encopresis también engloba dos categorías, los
que nunca han logrado controlar sus esfínteres (encopresis continua) y los
niños que habían logrado este control para después perderlo (encopresis
discontinua) y volverse incontinentes. Las causas pueden deberse a un
estreñimiento descuidado en el control de esfínteres dentro de la primera
categoría, o por lo contrario, provocada por entrenamiento inflexible y
estresante, el cual, por su carácter coercitivo hace que el niño experimente
ansiedad exagerada relacionada con este control, temores al retrete o
conflictos graves con sus padres, por lo que no logra aprender las
habilidades esenciales o se siente poco motivado para hacerlo. También
pueden contribuir el estreñimiento, las deposiciones endurecidas o el
negarse a ir al baño. La enuresis puede provocar serios conflictos al niño
cuando se orina en el trascurso de la clase o en el período de descanso. Si
se trata de encopresis, la situación será peor, por el rechazo que sufrirá por
parte de sus compañeros.

El trastorno puede ser la expresión de la continuidad de una incontinencia


fisiológica infantil, aparecer después de haber adquirido el control de los
esfínteres o consistir en la deposición deliberada, aun cuando exista un control
normal de los esfínteres. El cuadro puede presentarse como una alteración
aislada o puede formar parte de un síndrome más amplio, en especial de un
trastorno de las emociones o de un trastorno disocial
La emisión inadecuada de heces, la cual puede manifestarse de diferentes
formas, puede estar manifestando
- La expresión de una enseñanza inadecuada del control de esfínteres o de un
fallo en el aprendizaje de dicha enseñanza, con antecedentes de un continuo
fracaso del control de los esfínteres.
- La expresión de un determinado trastorno psicológico en el cual hay un
control fisiológico normal de la función, pero que por alguna razón hay un
rechazo, resistencia o fracaso a la aceptación de las normas sociales sobre el
defecar en los lugares adecuados.

- La consecuencia de una retención fisiológica que termina con un


desbordamiento secundario y deposición de heces en lugares no adecuados.
Esta retención puede haber tenido origen en las consecuencias de tensiones
entre padres e hijos sobre el aprendizaje del control de esfínteres, de la
retención de heces a causa de una defecación dolosa (por ejemplo, como a
consecuencia de una fisura anal) o por otras razones.

Algunas causas

 Predisposición física a la ineficaz motilidad y funcionamiento intestinal


 Tratamientos prolongados con laxantes y supositorios.
 Fisuras anales.
 Constipación.
 Pacientes con constipación que inician dietas para el estreñimiento.
 Causas de origen emocional.
 Frecuente en niños autistas o con severos desórdenes emocionales.

Los casos emocionales son muy habituales, ya que un niño bajo muchas
presiones familiares puede expresarlo en el control de esfínteres.

Es usual encontrar esta patología en niños que fueron exigidos en exceso


durante el fin del uso de los pañales o a mayor edad con el fin de "regulizar" la
evacuación del intestino en la pelela o inodoro.

El niño puede percibir la evacuación como una experiencia negativa y retener


las heces por temor a las consecuencias de ensuciarse y lógicamente mientras
más retenga peor serán las consecuencias y desembocar en una encopresis.

Si el episodio es intencional, nos encontramos ante un niño desafiante


generalmente hostil o agresivo; debe entonces tenerse en cuenta el trastorno
antisocial o un trastorno psiquiátrico mayor.

El hecho de ensuciarse puede ser accidental entonces el niño tratará de ocultar


el episodio ante los demás.

Ciertos niños encopréticos muestran síntomas neuroevolutivos, incluyendo falta


de atención, hiperactividad, impulsividad, baja tolerancia a la frustración y
descoordinación.

En algunas ocasiones la encopresis puede ir acompañada de untar con heces


el propio cuerpo o el medio circundante y menos frecuentemente por
manipulaciones o masturbaciones anales. Con frecuencia se acompaña de
algún grado de trastorno de las emociones o del comportamiento. No esta
clara la línea de separación entre la encopresis que acompaña a algún
trastorno de las emociones o del comportamiento y los trastornos psiquiátricos
en los que la encopresis es uno de sus síntomas. El criterio diagnóstico
recomendado es codificar la encopresis si es la manifestación predominante y
si el otro trastorno no lo es (siempre que la frecuencia de la encopresis sea al
menos de una vez por mes). No es rara la asociación de encopresis y enuresis,
en este caso la encopresis tiene preferencia sobre la enuresis.

La encopresis es más común durante el día que por la noche.

En el 50% de los casos el control intestinal no está todavía aprendido, por lo


que el síntoma puede ser considerado como un reflejo de una fijación evolutiva
temprana (encopresis primaria). En la otra mitad, los niños aprendieron
inicialmente el control intestinal, han sido capaces de contener al menos
durante un año, y luego se ha producido la regresión (encopresis secundaria).
La encopresis secundaria empieza normalmente hacia los 8 años.

En el tratamiento integral de la encopresis es necesario no cargar con


sentimiento de culpa al niño y a la familia, pero es necesario acudir a un
especialista en salud mental.
Los padres deben brindar apoyo y abstenerse de criticar y desanimar a los
niños. Es de gran importancia la ínter-consulta con un gastroenterólogo para
cambiar hábitos de alimentación. De igual manera, la psicoterapia puede
ayudar al niño a hacer frente a los sentimientos asociados de vergüenza,
culpabilidad, retraimiento o pérdida de autoestima.

Tipos:

Primaria: Cuando no se adquirió nunca el control esfinteriano. Nunca dejó de


hacer caca encima o en lugares inapropiados.

Secundaria: Hubo control de esfínteres pero en algún momento se perdió.Hay


chicos que se hacen encima por rebalsamiento después de largos períodos de
constipación en los que retienen la caca. Otros chicos que registran la
necesidad de hacer caca y eligen dónde y cuándo hacerlo. En otros casos
pareciera que la caca “se escapa”, que la perdieran indiscriminadamente sin
registro de sensaciones. Las diferencias no siempre son claras y hay chicos
que pueden presentar diversas formas de encopresis.

Tratamiento
En los niños sin clínica de severo trastorno emocional se basa en tranquilizar a
la familia, saber que las recaídas pueden ser frecuentes. En caso de ser un
proceso muy refractario se investiga a fondo la existencia de importantes
problemas psicosociales, enfermedad física que requiere nueva evaluación o
impactación crónica en el intestino (ejemplo: bolo fecal).

En los casos leves de encopresis es importante reeducar el intestino por medio


de una dieta acorde, sentarse en el inodoro dentro de los 15 a 30 minutos
después de las comidas y en otros momentos del día.

Uso de medicaciones del tipo de laxante, supositorios, eventualmente en los


casos que lo requieran: enemas (específicamente preparadas y a volúmenes y
concentraciones determinadas para peso y edad).
No cargar con sentimiento de culpa al niño y a la familia, pero explicar que en
ciertos casos es necesario acudir a un especialista en Salud Mental.

Paciencia.

Eventualmente se solicitarán estudios radiológicos, siempre y cuando lo


anterior lo justifique.

Ante un niño que presente incontinencia de heces consulte con su pediatra.

c) Onicofagia
La onicofagia es un disturbio emocional cuya manifestación es comerse las
uñas en acontecimientos imprevistos, se observa en los niños mayores y
puede constituir un medio del inconsciente de dominar los impulsos
agresivos. En estas situaciones no se debe llamarle la atención tampoco
regañarlo al niño, se le debe brindar afecto y compresión, el especialista
debe enseñar al niño como relajarse a través de ejercicios, los padres
deben orientar al niño hacia actividades lúdicas cuando se presenta el
problema. La onicofagia se origina en situaciones ligadas al entorno familiar
y generalmente se manifiestan cuando el niño experimenta miedos, fobias o
cuando quiere evitar contacto social.

Causas que pueden llevar al hábito de comerse las uñas:

Causas psicológicas:

Estados obsesivos, compulsivos, agresividad o como forma de calmar


momentos de nervios, ansiedad , angustia etc.. Cualquiera de estos estados
puede desencadenar inconscientemente y de una manera frenética un impulso
de comerse las uñas. El estrés, dificultades para resolver problemas cotidianos
que sean sociales, laboral o escolar (exámenes) son causas frecuentes que
pueden desarrollar un complejo que lleva a una persona a comerse las uñas.
Causas psicosomáticas:

Es difícil agrupar en un mismo patrón a la cantidad de personas que sufren


este mal hábito por causas psicosomáticas. Pero en los casos muy severos en
formas más conscientes de lesiones autoinfligidas, podemos enumerar algunos
de los rasgos distintivos que pueden favorecer actitudes negativas e influir
emocionalmente en el comportamiento del sujeto durante la niñez,
adolescencia y hasta la edad adulta. Por ejemplo: Cambios dramáticos en la
unidad familiar, no asumir la pérdida de un ser querido, violencias y disputas
domésticas reiteradas ante el sujeto, divorcios y separaciones de los padres,
rechazo a los padrastros o madrastras, rechazo a la incorporación en la familia
a nuevos hermanos y hermanas, malos tratos y humillaciones, presión por los
estudios en el ambiente familiar o escolar, y un sin fin de otras causas. Pero en
la mayoría de estas causas las frustraciones acumuladas, la timidez y la baja
autoestima son los rasgos más significativos que llevan al sujeto a morderse
las uñas. Desaparecerá esta manía cuando se adquiere confianza y seguridad
en el área familial, escolar o laboral.

Tratamiento

La onicofagia se trata sólo con voluntad propia, es decir, sin ninguna ayuda
externa. No existe solo un tratamiento concreto para dejar de comerse o
morderse las uñas. Se trata de dominar los nervios, ansiedad, o problemas
cotidianos que te arrastran a este mal hábito.
Si se trata de un niño hay que ayudarle porque por sí mismo será incapaz de
superarlo. Algunos consejos muy útiles para ayudarle a salir de este
sufrimiento.

d) Bruxismo

El bruxismo que consiste en rechinar los dientes durante el sueño


determinado por factores emocionales o ambientales. Se presenta el
problema como una forma de inhibir su agresividad o impulsividad. Se
podría asociar el bruxismo a situaciones de ansiedad previa, de tensión. En
algunos caos a disfunciones cerebrales. Si se trata de un niño con
problemas digestivos puede asociarse con parasitosis intestinal. También el
bruxismo se puede encontrarse en los deficientes mentales y es muy
frecuente en los estados de inconciencia debido a una enfermedad,
especialmente de tipo intracraneal, ejemplo meningitis. El bruxismo se
presenta por la contracción de los músculos maxilares inferiores los que
intervienen en los procesos de la masticación. Estos músculos pueden
contraerse en circunstancias de angustia, temor, miedo, etc. Los niños con
parasitosis intestinal suelen tener contextura delgada, escozor a nivel de las
fosas nasales por lo que podrían estar rascándose, frotándose
constantemente. Si se asocia a estos signos la desnutrición entonces es
posible que el bruxismo de tal niño corresponda a una parasitosis.

e) Pica

La pica llamado también apetito pervertido y es más frecuente en los 3


primeros años de vida. El niño puede ingerir una diversidad de sustancias
inadecuadas tales como: arena, tierra, hierba, vidrio, ceniza o yeso de las
paredes. También es posible que se presente la pica como un disturbio
subyacente de la nutrición, la cual nos deben hacer en un déficit de
minerales, vitaminas, hierro y de otras sustancias.

El síndrome de Pica es una extraña enfermedad alimentaria, que según


expertos, puede tener causas físicas, mentales y hasta culturales.

Este trastorno alimenticio provoca deseos urgentes de comer sustancias no


destinadas al consumo humano, tales como: pasta dental, jabón,
detergente, condones, yeso, pelo, fósforos, barro, hielo, colillas de cigarro,
betún para zapatos, polvo o suciedad, esmalte, entre otros.

La pica se observa más en niños pequeños que en adultos. Entre 10 y 32% de


los niños de uno a seis años tienen estos comportamientos.
La pica se puede presentar durante el embarazo. En algunos casos, afecciones
debidas a la falta de algunos nutrientes, como la anemia ferropénica y la
deficiencia de zinc, pueden desencadenar este deseo vehemente inusual. La
pica también puede presentarse en adultos que ansían sentir una cierta textura
en la boca.

El tratamiento involucra enfoques conductuales, ambientales y de educación a


la familia. Otros tratamientos eficaces abarcan el hecho de asociar el
comportamiento de la pica con consecuencias nefastas o castigo (terapia de
aversión leve), seguida de un refuerzo positivo para consumir alimentos
apropiados.

Los medicamentos pueden ayudar a reducir el comportamiento de


alimentación anormal, en caso de que la pica se presente como

f) Chuparse el dedo

Debe de considerarse como problema cuando solamente cuando persiste


después de la infancia, el tipo más frecuente es chuparse el dedo pulgar.
Refieren que chuparse demasiado los dedos se debe en parte de una
duración inadecuada del tiempo de lactancia. El chuparse el dedo brinda al
niño una sensación de alivio y es particularmente probable que se produzca
al dormirse, cuando hay fatiga, aburrimiento, inseguridad o sensación de
infelicidad. Durante la infancia no se necesita tratamiento alguno y cualquier
empleo de sustancias amargas está contraindicado. El chuparse el dedo
después de los primeros años de vida, puede ser algún desorden
emocional. Estos requieren una investigación más profunda y
probablemente de un tratamiento psicológico del niño y de la familia.
Cuando se presenta este problema orientar al niño hacia una actividad
lúdica o diversión que brinde alegría al niño en vez de chuparse los dedos.

Causas:

La interpretación psicológica es variada y depende de las escuelas o


tendencias. Aunque no hay una respuesta clarificadora, veamos algunas
teorías:
 Relacionado con un comportamiento regresivo.
 Conducta consoladora que le proporciona seguridad.
 Se debe al aburrimiento.
 Es una respuesta de inseguridad, al no poderse enfrentar a las
tensiones de la vida y al proceso de aprendizaje.
 Es una forma de expresar la ansiedad.
 Se ha convertido en hábito.

Consecuencias de chuparse el dedo


 Chuparse el dedo puede provocar deformaciones en las encías, dientes
y paladar. Toda la dentadura del niño se ve afectada e incluso la
musculatura facial y bucal. Al introducir el pulgar en la boca, éste
presiona el paladar. El movimiento del chupeteo del dedo va empujando
el paladar hacia arriba y éste va deformando el arco del paladar. Esta
deformación se llama paladar ojival.
 La succión continuada y el movimiento del dedo produce a su vez el
desplazamiento de los incisivos hacia delante afectando al cierre bucal,
también llamado maloclusión, que deja una abertura entre las dos
arcadas dentales por donde tiende a salir la lengua, esto es, en términos
odontológicos, mordida abierta.
 La succión del pulgar obliga a toda la musculatura facial y bucal a
adaptarse. El odontopediatra, será el profesional encargado de corregir
el problema físico-bucal, pero será necesaria la colaboración familiar y
del niño para eliminar el hábito.
 Es frecuente que el paladar ojival favorezca las alteraciones en el
lenguaje, concretamente dislalias. La dislalia es la dificultad de
pronunciar los sonidos de la /t/, /d/ y /l/. En caso de no corregirse
espontáneamente sería conveniente acudir a un logopeda para
estimularle la dicción de los fonemas antes mencionados.

TRASTORNOS EMOCIONALES EN LOS ADOLESCENTES


Trastornos afectivos:

1) Depresión, ansiedad y desesperanza

Es frecuente la prevalencia del estado de ánimo deprimido, trastornos


depresivos y de ansiedad en adolescentes y jóvenes, muchos de estos
trastornos conducen a conductas suicidas, abuso de alcohol o drogas y
violencia callejera. Se observa frecuentemente en adolescentes y jóvenes
trastornos depresivos y de ansiedad, que de alguna manera ambos están
relacionados, porque toda depresión trae consigo un trastorno de ansiedad.
Las causas de los trastornos depresivos y de ansiedad en los adolescentes
y jóvenes se pueden asociar a problemas sentimentales, amorosos,
fracasos escolares, académicos, baja autoestima, falta de asertividad, falta
de auto eficiencia y desesperanza aprendida. La desesperanza es un
deseo de escapar de algo que uno considera que es un problema insoluble
y no tiene esperanza de que la solución sea posible en el futuro. La
desesperanza tiene que ver con un sistema de esquemas cognitivos con
expectativas negativas aprendidas, lo cual conducen a un sentimiento
general de desesperación y de falta de intención de vivir.

¿Qué ocurre en el cerebro cuando alguien se deprime?

En la depresión, está involucrada la delicada química del cerebro:


específicamente, están involucradas unas sustancias químicas llamadas
neurotransmisores. Estas sustancias químicas contribuyen a la transmisión de
mensajes entre las células nerviosas del cerebro.

Algunos neurotransmisores regulan el estado de ánimo. Cuando no están


disponibles en las cantidades necesarias, el resultado puede ser la depresión.

La respuesta del cerebro a los acontecimientos estresantes como los


mencionados más arriba puede alterar el equilibrio de los neurotransmisores y
provocar una depresión.
Algunas veces, una persona puede experimentar una depresión sin poder
identificar ningún acontecimiento triste o estresante responsable de ello. Las
personas con una predisposición genética a la depresión pueden ser más
propensas al desequilibrio en la actividad de los neurotransmisores que forma
parte de la depresión.

Los medicamentos que se utilizan para tratar la depresión actúan ayudando a


restablecer el equilibrio adecuado de los neurotransmisores.

¿Cuáles son los síntomas de la depresión?

Éstos son algunos de los síntomas que las personas manifiestan cuando están
deprimidas:

Estado de ánimo deprimido o tristeza la mayor parte del tiempo (para


lo que no parecería haber motivos)

Falta de energía y sensación de cansancio permanente


Incapacidad para disfrutar de cosas que antes provocaban placer
Desinterés por estar con amigos y familiares
Irritabilidad, enojo o ansiedad
Incapacidad para concentrarse
Pérdida o aumento considerable de peso
Cambios considerables en los patrones de sueño (incapacidad para
dormirse, permanecer despierto o levantarse por la mañana)
Sentimientos de culpa o de inutilidad
Achaques (aunque físicamente todo esté bien)
Pesimismo e indiferencia (no darle importancia a nada ni en el
presente ni a futuro)
Pensamientos de muerte o suicidio

Cuando alguien tiene cinco o más de estos síntomas la mayor parte del tiempo
durante dos o más semanas, esa persona probablemente está deprimida.

Conseguir ayuda
La depresión es uno de los problemas emocionales más habituales. La buena
noticia es que también es una de las afecciones más curables. Hay
profesionales que pueden ayudar. De hecho, aproximadamente el 80% de las
personas que reciben ayuda por su depresión tienen una mejor calidad de vida:
se desenvuelven mejor y disfrutan de una manera que antes les resultaba
imposible.

El tratamiento de la depresión puede incluir psicoterapia, medicación o una


combinación de ambas.

LA ANSIEDAD

La ansiedad es un sentimiento de inquietud o ante un posible peligro que


puede ser cierto o imaginario. Responde a motivos personales y suele tener un
origen no definido y generalmente basado en experiencias pasadas no
agradables que vuelven al pensamiento presente, lo que lo diferencia del miedo
que es una reacción personal a un peligro más real e inmediato.

SINTOMAS:

Nerviosismo, miedo, aumento de sudor, opresión en el pecho, respiración


dificultosa, hiperventilación, dolor de cabeza, mareo, temblores, peso en los
hombros y cuello, ideas negativas, fobias, etc.

CAUSAS:

Estrés, enfermedades físicas, toxinas o medicamentos, factores ambientales.

DESESPERANZA
Es la percepción de una imposibilidad de logro, la idea de que no hay nada
que hacer, ni ahora, ni nunca, lo que plantea una resignación forzada y el
abandono de la ambición y del sueño. Y es justamente ese sentido absolutista,
lo que le hace aparecer como un estado perjudicial y nefasto.

Uno de los conceptos psicológicos más importantes de los últimos años, es el


de “desesperanza aprendida”, que es un estado de pérdida de la motivación,
de la esperanza de alcanzar los sueños, una renuncia a toda posibilidad de que
las cosas salgan bien, se resuelvan o mejoren.

2) El suicidio

Llamamos Suicidio a aquella acción por la cual una persona acaba con su
propia vida. La clasificamos como conducta autodestructiva porque esa acción
puede conducir directamente a la muerte o puede ser un intento pero siempre
existe una intención letal en su misma esencia.
Partimos de la base de que el suicidio no puede prevenirse, sólo podemos
clasificar a determinadas personas o situaciones en la carpeta de "alto riesgo"
pero su escasa prevención despertará en familiares y amigos sentimientos de
culpa u hostilidad.

Conductas autodestructivas en el ser humano

El ser humano continuamente lleva a cabo acciones autodestructivas como por


ejemplo fumar, beber en exceso, practicar deportes de riesgo pero la intención
habitualmente no es la de acabar con la propia vida sino experimentar
determinado placer.
Cuando una persona tiene una intención de suicidio no buscan el deleite sino
acabar con el sufrimiento porque su visión de túnel no permite ver otras
posibles salidas.

La jerga suicida más conocida es la siguiente:


 Suicidio consumado: Conducta autodestructiva y autoinfringida que
acaba con la muerte de la persona que lo lleva a cabo.
 Suicidio frustrado: Suicidio que no llega a consumarse porque un
imprevisto (algo con lo que no contaba el sujeto) lo interrumpe.
 Intento de suicidio: Daño autoinfringido con diferente grado de
intención de morir y de lesiones.
 Ideación suicida: Pauta de afrontar los problemas que tiene cada
persona.
 Gesto suicida: Amenaza con hechos sobre una conducta
autodestructiva que se llevará a cabo. Suele estar cargada con
simbolismos.
 Amenaza suicida: Lo mismo que el anterior pero con palabras.
 Equivalentes suicidas: Son las automutilaciones que puede hacerse
una persona.
 Suicidio colectivo: La conducta autodestructiva la llevan a cabo varias
personas a la vez. En este tipo de suicidios lo normal es que una
persona del grupo sea la inductora y el resto los dependientes.
 Suicidio racional: Una persona que tras una larga enfermedad por
ejemplo incapacitada, llega a la conclusión de que lo mejor que puede
hacer es suicidarse.

Hay que diferenciar las tentativas de suicidios de los suicidios consumados, los
primeros suelen ser llamadas de atención pero hay que controlarlos muy de
cerca porque dichas tentativas suelen repetirse con bastante asiduidad durante
las primeras semanas que siguen a la tentativa y existe el riesgo finalmente de
consumarlo.

Para explicar el Suicidio diferentes modelos han dado su propia versión, de los
cuales analizaremos 4: biológico, genético, psicológico y sociológico.

Modelo Biológico
Las personas que parecen tener cierta vulnerabilidad hacia el suicidio
presentan un descenso en los niveles de Serotonina (neurotransmisor) en el
Líquido cefalorraquídeo.
También se ha encontrado un descenso en la actividad dopaminérgica.
Modelo Genético
El estudio de los árboles genealógicos confirma cierta transmisión genética.

Modelo Psicológico
Según el Psicoanálisis, el suicidio es un homicidio contra uno mismo a causa
del abandono vivido por los demás. La agresividad que siento hacia el entorno
la dirijo hacia mi y por ello me suicido.

Modelo Sociológico
A cada sociedad le corresponde un número X de suicidios. Los hay de tipo
altruista, egoísta, anémico (sociedad cambiante en la que se pierde el control
social) o incluso ritualista.

Una mirada a los principales factores de riesgo

Antes podíamos decir que la mayor proporción de suicidios consumados es a


partir de los 65 años pero ahora la tasa de suicidio juvenil se ha incrementado
considerablemente entre los 15 y los 25 años. El desencadenante más
frecuente de tentativa de suicidio es el fracaso en la relación amorosa. El 98%
de los pacientes suicidas consumados tienen sintomatología de trastorno
mental.

La enfermedad psiquiátrica con más riesgo es la depresión. Los momentos con


más riesgo es cuando disminuye la inhibición y la melancolía, es decir, el
paciente deprimido parece empezar a mejorar, o bien cuando se inicia el
cuadro depresivo y todavía no nos hemos enterado. Los tres síntomas de la
depresión relacionados con el suicidio son:

1. insomnios
2. abandono del cuidado personal
3. deterioro cognitivo

La segunda enfermedad con mayor riesgo es la esquizofrenia y la tercera, el


abuso de sustancias (alcohol y otras toxicomanías).

TRANSTORNOS SOCIALES:
1) Drogodependencia:

La drogodependencia es una patología causada por el uso frecuente de drogas


también llamada dependencia a sustancias psicoactivas es un tema serio que
requiere la ayuda de un centro de desintoxicación, provoca la IMPERIOSA
NECESIDAD que tiene una persona por consumir bebidas con contenido
alcohólico u otra clase de drogas (marihuana, cocaína, Inhalantes,
tranquilizantes, alucinógenos, etc).

Esta necesidad no desaparece a pesar de que la persona consumidora sufra


las consecuencias negativas producidas al momento o después de dejar de
usarlas. Por norma general, la drogodependencia se trata más de una
necesidad psicológica que física.

La adicción de la drogodependencia tiene cuatro puntos cardinales que son:

 Obsesión: En la que el individuo no piensa en otra cosa que no sean


las drogas
 Consecuencias negativas: Lo que hace que una droga sea nociva
es que la vuelve en contra de la misma persona y en contra de los
demás.
 Falta de control: El tratar de controlar una conducta adictiva es casi
imposible
 Negación: Los adictos niegan dos cosas que son: que pueden
controlar la droga y que sus problemas se deben a las drogas.

La adolescencia es una etapa del desarrollo evolutivo de las personas en que


de corre mayor riesgo de volverse adicto a las drogas, pero también es la etapa
de la vida en que la acción preventiva contra la drogodependencia causa un
mayor efecto. La herramienta más eficaz para evitar o retrasar el consumo de
drogas es la prevención, por lo cual la incluimos en este trabajo junto con las
diferentes estrategias de prevención como son: La estrategia informativa, La
estrategia formativa y ofrecer alternativas.
Causas de la adicción

Es imposible determinar o hacer referencia a una causa en particular en


relación a la drogadicción. Si bien pueden haber similitudes entre un adicto y
otro al momento de su vinculación con las drogas, no hay factores en común a
todos. Las causas que llevan a una persona a la necesidad constante de
consumo de una droga, tienen raíces en diferentes planos de su vida, ya sean
personales, familiares, sociales, laborales, entre otros. Es habitual que adictos
presenten, en etapas de tratamiento de rehabilitación, aspectos de fondo que
se pueden considerar como los causantes, aspectos que pueden tomarse
como una consecuencia de la adicción.Sea cual sea la dependencia de un
adicto, sea cual sea el tipo de droga que consume, existen tratamientos de
recuperación. Éstos deben ser acompañados por supervisión médica, de la
misma manera que de terapia, buscando encontrar los mencionados puntos
profundos, aquellos factores que motivaron el consumo y su dependencia. En
la mayoría de las ocasiones, la droga no es la raíz del problema, sino una
grave consecuencia.

El deporte la mejor alternativa:

El deporte puede ser una gran herramienta para luchar contra el consumo de
drogas, esto por distintos motivos:

 Muchas personas consumen drogas para mejorar su capacidad de


socialización, el deporte es uno de los mejores métodos para unir a
distintas personas y mejorar así la capacidad de socialización de cada
persona.
 El deporte concurre a incrementar la autoestima de uno mismo a través
del continuo reto personal a mejorarse, eliminando así el factor de
consumo de drogas por depresión;
 Los momentos de ocio son en los que hay más consumo de drogas.
Colocándose en este mismo tiempo el deporte 'robaría' así horas al ocio
del individuo distrayéndole.
 El deporte, en cuanto actividad física intensa, facilita la producción de
endorfinas, neuroproteínas que donan al cuerpo y al cerebro una
sensación de bienestar, compensando la tristeza debida a la falta de
consumo de sustancias estupefacientes.

Los motivos son muchos, es por eso que el deporte es una de las herramientas
más poderosas para facilitar la vida a quien ha dejado y quien quiere dejar las
drogas.

Consecuencias:

Las consecuencias negativas asociadas a las adicciones afectan a muchos


aspectos diferentes de la vida de una persona. Estas consecuencias son muy
diversas y pueden agruparse en dos grandes grupos:

Según El Tipo
Salud: el consumo de drogas origina o interviene en la aparición de diversas
enfermedades, daños, perjuicios y problemas orgánico y psicológicos. Por
ejemplo: Hepatitis, Cirrosis, Trastornos cardiovasculares, Depresión, Psicosis,
Paranoia, etc.

Salud psíquica: Los adictos suelen padecer una amplia gama de trastornos
psicológicos, como estados de ánimo negativos e irritabilidad, actitudes
defensivas, pérdida de autoestima e intensos sentimientos de culpa.
Salud Física: La adicción suele conllevar la aparición de multitud de síntomas
físicos incluyendo trastornos del apetito, úlcera, insomnio, fatiga, más los
trastornos físicos y enfermedades provocadas por cada sustancia en
particular.

Social: Los adictos a drogas, con frecuencia se ven envueltos en agresiones,


desorden público, conflictos raciales, marginación, etc.
Cuando se comienza a necesitar más a las drogas que a las otras personas
pueden arruinarse o destruirse las relaciones íntimas y perderse las
amistades. Se puede dejar de participar en el mundo, abandonar metas y
planes, dejar de crecer como persona, no intentar resolver constructivamente
los problemas y recurrir a más drogas como "solución".
El abuso de las drogas puede también perjudicar a otros, por ejemplo: el
dinero con que son pagadas las drogas puede privar a la familia de
satisfacciones vitales como comida o ropa. El discutir los problemas y
situaciones de la adicción puede generar conflictos familiares. Las reacciones
violentas a las drogas pueden llevar al usuario a cometer asaltos e incluso
asesinatos. Si una mujer embarazada toma drogas sin control médico puede
ocasionar malformaciones genéticas en el nuevo ser que está en gestión.

Legal: Abusar de las drogas es contra la ley. Los ofensores (tanto los que
experimentan como los que se dedican al consumo de drogas) corren el
riesgo de tener que pagar multas y/o ser encarcelados. Un arresto puede
significar vergüenza, interrupción de los planes de vida, antecedentes
penales. Ciertas drogas pueden desencadenar una violencia incontrolable y
conducir al usuario a crímenes que son severamente punibles por la ley.

Economía: dado el ingente volumen de dinero que mueve el mercado de las


drogas y el narcotráfico, tanto los consumidores como los países contraen
importantes deudas; se crean bandas organizadas; se produce
desestabilización económica nacional, etc. El uso continuo de drogas puede
ser muy caro, ya que sus costos se elevan a cientos y, en ocasiones, a miles
de dólares por año. Para sostener su hábito muchos usuarios recurren al
crimen. Al destinar la mayor parte del dinero a comprar las drogas, apenas
queda dinero para otras cosas. Los ahorros se agotan y suele aparecer el
endeudamiento. A veces para poder sufragar los gastos de la adicción se ve
obligado a recurrir a actividades ilegales.
Relaciones: La relación con la familia, amigos o pareja se altera, aparecen
discusiones frecuentes, desinterés sexual, la comunicación se interrumpe, hay
pérdida de confianza, alejamiento, etc.
Trabajo: Cuando una persona tiene una adicción suele restarle tiempo a su
trabajo para buscar la droga o recuperarse de su uso, suele llegar tarde, hay
menor productividad, deterioro de la calidad del trabajo o pérdida del propio
trabajo.

Conducta: Como conseguir y usar la droga se ha vuelto casi más importante


que ninguna otra cosa, los adictos se vuelven egoístas y egocéntricos: no les
importa nadie más que ellos mismos.
Según El Nivel
Individual: son los daños experimentados por el propio consumidor de drogas.

Comunidad: el consumo de drogas genera multitud de consecuencias


negativas para la familia del drogodependiente, sobre los amigos, los vecinos,
etc.

Sociedad: en la sociedad produce efectos sobre la estructura y organización


de la misma (aumento de las demandas en los servicios de salud, incremento
de la inseguridad ciudadana por delitos contra la propiedad, presencia del
crimen organizado a través de las redes de narcotraficantes.

Efectos de la droga en la familia:


Con frecuencia los miembros de la familia cesan de actuar en forma funcional
cuando tratan de lidiar con los problemas producidos por la droga en un ser
querido, algunos niegan que exista algún problema, bloqueando sus propios
sentimientos (de igual modo que el adicto a la droga). Otro de los miembros
de la familia tratan de encubrir los errores cometido por el adicto a la droga. El
encubrimiento ocurre cuando un miembro de la familia rescata al adicto o le
ayuda en la obtención de la droga. Uno de los cónyuges quizás trate de
ocultar a los hijos la adicción a la droga de su pareja.
Los miembros de la familia que niegan que exista un problema o permiten que
el adicto continúe con el uso de la droga se consideran codependientes.
La droga puede controlar la vida del adicto y la conducta de los miembros de
la familia y otros seres queridos. La negación, el encubrimiento y la
codependencia agravan el problema. Los miembros de la familia deben
buscar tratamiento para su salud emocional y otros factores que giran
alrededor del problema de la droga.

2) Alcoholismo

El alcoholismo es una enfermedad que consiste en padecer una fuerte


necesidad de ingerir alcohol etílico, de forma que existe una dependencia física
del mismo, manifestada a través de determinados síntomas de abstinencia
cuando no es posible su ingesta. El alcohólico no tiene control sobre los límites
de su consumo y suele ir elevando a lo largo del tiempo su grado de tolerancia
al alcohol

Tratamiento

Los tratamientos contra el alcoholismo incluyen programas de desintoxicación


realizados por instituciones médicas. Esto puede suponer la estancia del
paciente durante un periodo indeterminado, (quizás varias semanas), bajo
tutela en hospitales especializados donde puede que se utilicen determinados
medicamentos para evitar el síndrome de abstinencia.

Después del período de desintoxicación, puede someterse al paciente a


diversos métodos de terapia de grupo o psicoterapia para tratar problemas
psicológicos de fondo que hayan podido llevar al paciente a la dependencia. Se
puede asimismo apoyar el programa con terapias que inciten al paciente a
repugnar el alcohol mediante fármacos como el disulfiram, que provoca fuertes
y repentinas resacas siempre que se consuma alcohol.

La terapia nutricional es otro tratamiento. Muchos alcohólicos tienen síndrome


de resistencia a la insulina, un desorden metabólico debido al cual el cuerpo no
regula correctamente el azúcar causando un suministro inestable a la
circulación sanguínea.
Efectos:

Los efectos se presentan en una secuencia de etapas, siempre que el individuo


continúe bebiendo y de acuerdo con la cantidad y el tipo de bebida ingerida.
Influye también el volumen de alimentos que se encuentran en el estómago, el
peso corporal de la persona y las circunstancias en que se bebe:

Primera: El sujeto se ve relajado, se torna comunicativo, sociable y desinhibido,


debido a que el alcohol primero deprime los centros nerviosos que controlan la
inhibición de los impulsos, por lo que la conducta se libera, el individuo parece
excitado.

Segunda: La conducta es esencialmente emocional, errática, se presentan


problemas de juicio y existe dificultad para la coordinación muscular; así como
trastornos de la visión y del equilibrio.

Tercera: El individuo presenta confusión mental, se tambalea al caminar, tiene


visión doble, así como reacciones variables del comportamiento: pánico,
agresividad y llanto. Por otra parte tiene serias dificultades para pronunciar
adecuadamente las palabras y para comprender lo que se le dice.

Cuarta: Incapacidad para sostenerse en pie, vómitos, incontinencia de la orina,


estupor, aproximación a la inconsciencia.

Quinta: inconsciencia, ausencia de reflejos. Estado de coma que puede llevar a


la muerte por parálisis respiratoria.

Lo que sucede es que cuando una persona ingiere una copa, el 20% del
alcohol presente en esa bebida es absorbido en forma inmediata a través de
las paredes del estómago y pasa a la sangre.

Consecuencias

- Después de un tiempo de abusar del consumo de bebidas alcohólicas, se


presenta un deterioro en diversos órganos como el estómago, el hígado, los
riñones y el corazón, así como en el sistema nervioso.
- Existen una serie de enfermedades que se relacionan con el consumo
reiterado de bebidas alcohólicas, como la cirrosis hepática y las enfermedades
cardiacas.
- Algunos estudios señalan que quienes se inician en el abuso de las bebidas
alcohólicas desde jóvenes, tienen una expectativa de vida 5 a 10 años menor
que los que no experimentan esta situación.
- El alcohol es una de las drogas más peligrosas para la mujer que esta
embarazada, ya que en el cuerpo de la mujer el alcohol se transforma en
sustancias dañinas para las células que son absorbidas por el feto. En
cantidades abundantes aumenta el riesgo de nacer con defectos, como el
"síndrome alcohólico fetal", que implica la formación de un cráneo pequeño,
facciones anormales, retardo físico y mental. Consumir bebidas alcohólicas al
final del embarazo, puede también afectar al feto.
- En el sistema cardiovascular, incrementa el riesgo de enfermedades al
corazón, el bebedor incrementa sus niveles de lípidos ( grasa en al sangre) que
puede resultar en arteriosclerosis , incrementa el riesgo de una muerte
temprana y un ataque al corazón, y el desarrollo de cardiomopatia.

- En el sistema nervioso, daño en el sistema nervioso central se reconoce luego


de muchos años.
- El sistema gastrointestinal es probablemente el sistema más dañado por
efecto del consumo de alcohol. Podemos ver úlceras faciales ( ulceras
sangrantes y perforantes), problemas en el páncreas e incremento de la
incidencia de desarrollo de cáncer al esófago.
- Los alcohólicos podrían desarrollar cirrosis. En la primera etapa de la cirrosis,
las células del hígado se perjudican y acumulan gotas de grasa; cuantas más
células sufren esta infiltración, el hígado se dilata más. Si el consumo de
alcohol continúa, se forman cicatrices hasta que esto se vuelve irreversible.

3) Embarazo precoz y no planeado

Embarazo adolescente o embarazo precoz es aquel embarazo que se


produce en una mujer adolescente: entre la adolescencia inicial o pubertad
y el final de la adolescencia
Las consecuencias

La madre, puede padecer de anemia, y complicaciones a la hora del parto. Los


bebes de las mamás adolescentes, tienen un alto riesgo de mortalidad y
pueden desarrollar mal formaciones, tanto a nivel físico, como así también
congénitas.

El bebé, puede padecer; de ceguera, parálisis cerebral, problemas en su


desarrollo y aún de retraso mental. Para evitar, este tipo de embarazo, es
fundamental el apoyo de la familia hacia el adolescente, ya sea varón o niña.

Es importante la comunicación y que se le brinde al adolescente toda la


información necesaria, para prevenir una posible situación de embarazo
precoz.
Deben existir, en los centros de estudio, proyectos y planes, para acercar al
adolescente, a esta temática.

Las consecuencias de los embarazos no deseados, además de psicológicas,


sociales y económicas son las siguientes:[10]

 Aborto inducido (aborto con medicamentos o aborto quirúrgico)


 Mortalidad materna
 Mortalidad infantil
 Enfermedades derivadas del embarazo y el parto
4) Delincuencia

Las actividades ilegales que desarrollan jóvenes, cuya conducta no discurre por
unas causas sociales aceptadas ni sigue las mismas pautas de integración que
la mayoría, no surgen repetidamente, sino que forman parte de un proceso
gradual de socialización desviada que poco a poco se va agravando. Este
proceso se manifiesta más agudamente en la adolescencia, cuando el joven
está más capacitado para realizar acciones por cuenta propia.

Entre adolescentes no podemos considerar la existencia de un solo tipo de


delincuente, ya que se observan entre ellos diferentes modos de
comportamiento y actos de distinta gravedad. En algunos jóvenes, la
delincuencia es algo transitoria, utilizado para llamar la atención a falta de
autodominio, mientras que para otros se convierte en norma de vida. Cuanto
más joven sea el delincuente, más probabilidades, habrá de que reincida, y los
reincidentes, a su vez son quienes tienen más probabilidades de convertirse en
delincuentes adultos.

Unas de las razones por las que la delincuencia alcanza su máxima frecuencia
entre la adolescencia media y la final es que, en esta época, muchos jóvenes
son capaces de aprender a adaptarse por sí mismos, sin el auxilio de padres o
tutores.

La delincuencia alcanza su punto máximo entre los 13 y 17 años de edad;


pues, es un periodo en el cual el menor tiende particularmente a relacionarse
con los otros chicos de su edad.

La banda de adolescentes sirve a la vez como lazo social para jóvenes


desarrollados y como agente canalizador de su agresividad hacia los adultos. A
semejanza del mundo animal, en la banda juvenil se da la seguridad de un
territorio. La obsesión de la seguridad se garantiza por la integridad en el
territorio y la lealtad respecto al grupo, que a menudo se convierte en
temeridad.

Existe mayor número de muchachos que de muchachas delincuentes, aunque


esta diferencia empieza a disminuir al final de la adolescencia a causa del
incremento de la delincuencia femenina en dicha etapa, también existe una
diferencia entre sexos en función del tipo y de la gravedad de los delitos
cometidos. En las muchachas son más frecuentes los hurtos menores y la
prostitución, mientras que abunda entre los muchachos la agresión física, los
robos, la alteración del orden, etc.

Los menores de 13 a 17 años dirigen la mayoría de sus actos delictivos contra


la propiedad; en la adolescencia final por el contrario, los mismos afectan con
más frecuencia a las personas. En el medio rural los actos son, en su mayoría,
individuales, en cambio en el medio urbano suelen realizarse en grupo,
respaldos por el apoyo mutuo que encuentran los jóvenes en la banda.

La influencia del medio en el desarrollo de la delincuencia juvenil es también


muy importante, los niños colocados en un medio muy pobre o que viven en
condiciones difíciles están fuertemente tentados de descifrar su existencia por
el robo o por la búsqueda de consolaciones dudosas

Hoy en día los medios más afortunados son una proporción de delincuentes.
Esto es debido a ciertos dramas familiares y a que los niños disponen de
mucho más dinero y comodidades de todas clases y a que la sociedad hace
nacer nuevas necesidades que pueden ser satisfechas de momento más que
por actos reprensibles.

Estos actos nos llevan naturalmente a denunciar los errores de educación


como causa esencial de la delincuencia juvenil.

En primer lugar, la severidad excesiva demuestra que cuando los padres son
muy exigentes o estropean al niño a fuerza de quererlo hacer perfecto, o hacen
nacer la rebeldía en vez de favorecer la honradez. Y así vemos a estas
víctimas de la disciplina fría o brutal como aprovechan la primera ocasión
favorable para liberarse de toda tutela y hacer lo que les da la gana.

Hay padres demasiados débiles. La disciplina personal, especialmente el poder


de retenerse, de actuar o de privarse de una cosa deseada, debe ser inculcado
al niño en el curso de los dos primeros años de su existencia.

Del 70 al 80 por ciento de los delincuentes proceden de familias disociadas,


(por divorcio, muerte o abandono) o de familias cuyos padres no se entienden.

El niño que ve a su padre y a su madre disputar entre sí, juzga la sociedad en


su conjunto sobre el mismo modelo, y llega a creer que él también debe
defender violentamente su punto de vista si no quiere ser aplastado.
Puede suceder que aunque la familia este relativamente unida, las ocupaciones
de los padres dejan a los niños muchos ratos libres, y una libertad que, al
perder la vergüenza, se vuelve libertinaje.

La delincuencia juvenil, toma un aspecto mucho más grave cuando los jóvenes
forman bandas y pandillas. Se estimulan por la audiencia tanto más buscada
cuanto más esconde un verdadero miedo y tanto más mantenida cuanto más
prestigioso se hace uno de la “pandilla”, atreviéndose a lo que los demás no se
atreven.

Fuentes de la delincuencia

Uno de los factores que se une en multitud de ocasiones a este proceso es la


presión social emanada de un medio o unas condiciones de vida atosigante, el
ambiente enrarecido del suburbio sin otras alternativas culturales o la
progresiva frustración a lo largo del desarrollo, que va generando unos niveles
de respuesta violenta imposibles de contener al llegar a la adolescencia.

Los modelos sociales, a veces presentados en la misma familia, constituyen así


mismo otra importante fuente de la delincuencia juvenil. No hay que olvidar lo
susceptible que es el muchacho a la imitación y a la influencia que está puede
ejercer como método de afirmación personal, capaz de superar al propio
modelo.

Por otro lado las causas Orgánicas se hallan inscritas en la anatomía del
delincuente desde su nacimiento. La herencia no siempre es decisiva, pero
ejerce constantemente una influencia más o menos favorable, confirmada por
los muchos ejemplos ofrecidos por la misma familia. También se le atribuye
culpabilidad a las alteraciones física ó perturbaciones afectivas o de
personalidad. Sin embargo, parece más oportuno tener en cuenta el conjunto
de los diversos factores que afectan a la conducta del delincuente, y poner de
relieve la inter-relación de todas las fuerzas y condiciones, internas y externas,
que intervienen en su desarrollo.

Teorías que pueden justificar actos del delincuente juvenil


Teorías Biológicas:

Estas teorías atribuyen a la delincuencia a caracteres innatos del individuo,


transmitidos por herencia o debido a alteraciones en sus estructuras genéticas
o a otros elementos constitucionales, aunque no niegan que la influencia de los
factores ambientales, concedan una importancia máxima a los aspectos
biológicos.

Estudios genéticos realizados con delincuentes, a fin de explicar las causas de


sus trastornos de conducta, han proporcionado datos sobre ciertas alteraciones
cromosomáticas detectadas en algunas personas. Hace unos años se describió
el síndrome xyy, que afectaba varones con fuertes tendencias criminales y
dotadas de gran agresividad, lo que hacía de ellos individuos potenciales
peligrosos.

Otras investigaciones insisten en la influencia de factores hereditarios sobre la


disposición previa a la delincuencia; justifican su posición en estudios
realizados sobre parejas de hermanos gemelos, los cuales demostraban en la
conducta delictiva entre gemelos monocigotos (con idéntico código genético) se
asemejaba mucho más en términos cuantitativos que la de los dicigotos
(gemelos con distinto código genético).

En éstas teorías se han creído ver un intento de aludir la responsabilidad social


en la génesis de la delincuencia, así como una forma de relegar el problema a
un callejón sin salida.

La influencia de las teorías afecta, en definitiva, a un reducido o irrelevante


número, de individuos, y en ningún caso sirve para explicar las complejas
causas que conducen a ciertos jóvenes a la delincuencia.

Aunque sea cierto que el niño nace con unas características genéticas muy
concretas que determinan su grado de agresividad, introversión, actividad, etc.
lo cierto es que los estímulos maternos y la interacción que crean son muy
importantes para la posterior relación del niño con el medio en que se
desenvuelve.
En este grupo podemos incluir también los casos en los que él yo, es puesto
fuera de acción por perturbaciones teóricas u orgánicas o trastornos
funcionales de los centros nerviosos.

1. Perturbaciones Tóxicas: Crímenes cometidos bajo la influencia del alcohol o


de drogas.

2. Perturbaciones Orgánicas:

a.) Delincuencia mental y retardo, si la falta de capacidad intelectual es favor


motivante del comportamiento delictuoso.

b.) Tumores cerebrales, parálisis general progresiva, traumatismo cerebral, etc.

c.) Encefalitis, si se adquiere antes de la pubertad.

5) Trastornos alimenticios
Anorexia, obesidad y bulimia están actualmente entre las alteraciones de
alimentación y comportamiento más frecuentes entre los 12 y 20 años.

a) La anorexia

La anorexia es una enfermedad mental que consiste en una pérdida voluntaria


de peso por un deseo patológico de adelgazar y un intenso temor a la
obesidad.

La pérdida de peso es conseguida por la persona enferma mediante uno o más


de los siguientes procedimientos:

 Reducción de la alimentación, especialmente de los alimentos que


contienen más calorías.
 Ejercicio físico excesivo.
 Utilización de medicamentos reductores del apetito, laxantes o
diuréticos.
 Vómitos provocados.

De esta manera, se produce una desnutrición progresiva y trastornos físicos y


mentales que pueden ser muy graves e incluso conducir a la muerte.

Preferentemente la padecen chicas jóvenes de edades comprendidas entre 14


y 18 años, colectivo que agrupa el 90% de los casos; en el 10% restante se
encuentran chicos adolescentes, niños menores de 12 años, niños y mujeres
maduras.

Los datos hablan por si solos: en los últimos diez años el incremento del
número de afectados por anorexia ha sido galopante. En la actualidad, en los
países desarrollados, la anorexia nerviosa afecta aproximadamente a una de
cada 200 jóvenes de entre 12 y 14 años.

La anorexia nerviosa es más frecuente en la mujer que en el varón en una


proporción de 10 a 1.

La mortalidad por anorexia nerviosa es de un 10% entre las pacientes que la


padecen.

Causas

La enfermedad no tiene una causa única, sino que existen elementos


biológicos, psicológicos y sociales que predisponen a padecerla o la
desencadenan directamente.

Los factores que configurarían un grupo de riesgo serían uno o varios de los
siguientes:

 Ser mujer joven.


 Tener antecedentes familiares de anorexia, bulimia, trastornos
depresivos, obsesivos o alcoholismo.
 Sufrir previamente un problema de obesidad o simplemente algo de
sobrepeso.
 Poseer determinados rasgos de carácter: ser perfeccionista,
excesivamente responsable para la edad o situación, sufrir de
inseguridad, timidez o introversión, o tener una baja autoestima.

Los factores desencadenantes de la enfermedad suelen ser uno o varios de los


siguientes:

 Haber ganado peso recientemente y estar a régimen.


 Padecer alguna enfermedad que dificulte o impida comer durante unos
días (amigdalitis, gastroenteritis, etc.).
 Haber incrementado el ejercicio físico.
 Recibir críticas sobre el tipo o el peso, en cualquier ambiente.
 Tener que enfrentarse a situaciones nuevas o difíciles, perder a seres
queridos, encontrarse en situaciones de aislamiento o soledad.

Los factores sociales que predisponen a la enfermedad, e incluso la


desencadenan, son muchos y muy complejos. La presión social y mediática
que existe en torno a la línea y el adelgazamiento tiene un papel decisivo en la
aparición y desarrollo de la enfermedad; la moda y la publicidad incitan más
frecuentemente a adelgazar que a mantener una buena salud.

Los factores que predisponen y los sociales interactúan entre si determinando


una serie de cambios en la personalidad y conducta que, en la pubertad y bajo
el influjo de los factores precipitantes, conducen al deseo de adelgazar
mediante la realización de dietas y/o ejercicio físico exagerado, lo que en efecto
produce una pérdida de peso progresiva. La desnutrición resultante provoca
trastornos mentales que refuerzan el deseo de seguir adelgazando,
instaurándose de esta manera un terrible círculo vicioso psíquico del que es
muy difícil escapar.

Síntomas

Es preciso abrir los ojos ante ciertos comportamientos como:

 Hacer deporte en exceso y tener preferencia por los alimentos light.


 Tener un estado de ánimo triste con grandes cambios de humor y
aislarse continuamente.
 En relación con los alimentos: hacer trozos pequeños, esparcirlos por el
plato, revolver la comida, secarla con servilletas para evitar todo tipo de
grasa.
 Padecer estreñimiento debido a su escasa dieta y tener dificultades para
dormir bien.
 Acumular golosinas y comer con la sensación de no poder parar, en el
caso de la bulimia.
 Negativa a mantener el peso corporal por encima de un peso normal
mínimo para la edad y altura; por ejemplo, pérdida de peso dirigida a
mantener el peso en 15 por ciento por debajo del esperado.
 Intenso temor a aumentar de peso o engordar, aun cuando tenga peso
insuficiente.
 Percepción distorsionada del peso, tamaño o figura de su cuerpo.
 En las mujeres, la ausencia de por lo menos tres ciclos menstruales
consecutivos.

En general, se puede estar absolutamente seguro de que una persona tiene


anorexia si se observan las siguientes tres señales de alarma constantes y
esenciales:

Señales de alarma:

1- Peso corporal anormalmente bajo.

2- Mantenimiento deliberado de ese peso corporal mediante dieta, ejercicio,


abuso de laxantes o diuréticos, o una combinación de los tres.

3- Síntomas de inanición.

b) La obesidad

La obesidad es una enfermedad crónica que se caracteriza por el exceso de


grasa en el organismo y se presenta cuando el Índice de Masa Corporal en el
adulto es mayor de 30 (peso en Kg/Talla2en m). No distingue color de piel,
edad, nivel socioeconómico, sexo o situación geográfica, pero es la
enfermedad nutricional más frecuente en los países desarrollados.

Anteriormente se consideraba a la persona con sobrepeso como una persona


que gozaba de buena salud, sin embargo ahora se sabe que la obesidad tiene
múltiples consecuencias en nuestra salud: está fuertemente relacionada con
enfermedades cardiovasculares, dermatológicas, gastrointestinales,
osteoarticulares, diabetes, etc.

Además, un niño obeso o un adolescente obeso tienen muchas


probabilidades de ser adultos obesos. Y esas dos etapas de la vida son
periodos críticos en la posible aparición de la enfermedad.

CAUSAS

En principio, como causas más directas están un consumo excesivo de


nutrientes y un descenso en el gasto energético.

Las causas de la obesidad hasta el día de hoy no han sido del todo
comprendidas, pero se sabe que existen muchos factores causantes de esta
grave enfermedad, unos que parecen ser muy sencillos y otros bastante
complicados.

Por resumir un poco podemos agruparlos en:

 Factores genéticos y ambientales, causas hormonales, dietas,


alteraciones genéticas y la herencia.

 Factores familiares y socioculturales el modelaje (aprendizaje a través


de la observación); el alimento utilizado como reforzador (premio o
castigo); valores y normas transmitidas a lo largo de generaciones
familiares, falsas creencias, nivel sociocultural; hábitos de ocio (play +
ordenador + tele + falta de ejercicio)

 Factores psicológicos influyen en la generación y regulación de la


conducta alimenta; la ansiedad, la baja autoestima y el rechazo son
factores que contribuyen a la aparición y mantenimiento de la obesidad
en los adolescentes.

Síntomas:

El síntoma más característico y evidente es el incremento de peso y de


volumen por parte de la persona.

Otros síntomas comunes que indican que un adolescente es obes, aunque


cada adolescente puede experimentarlos de una forma diferente. pueden ser:

 los rasgos faciales pueden parecer desproporcionados


 en los varones, adiposidad (células adiposas ) en la región de los senos
 abdomen de gran tamaño (a veces se presentan marcas blancas o
púrpura)
 en los varones, los genitales externos pueden parecer
desproporcionadamente pequeños
 la pubertad puede producirse a una edad temprana
 aumento de adiposidad, especialmente en los muslos y parte superior de
los brazos

Los adolescentes obesos generalmente experimentan una significativa presión


social, estrés y dificultades para cumplir las tareas de desarrollo. Las
perturbaciones psicológicas también son muy comunes. Los síntomas de la
obesidad pueden parecerse a los de otros trastornos o problemas médicos.

c) La bulimia

La bulimia es una enfermedad de tipo nervioso que produce alteraciones en el


comportamiento y en los hábitos de alimentación, con la alternancia de
periodos de compulsión para comer (atracones) con otros de conductas
compensatorias inadecuadas (dietas abusivas, provocación de vómitos, ingesta
de diversos medicamentos -(laxantes y diuréticos-, etc.). Se trata de una
enfermedad grave y potencialmente mortal.
El paciente siente una necesidad imperiosa por ingerir grandes cantidades de
comida, generalmente de elevado contenido calórico. Una vez que termina de
comer, al paciente le invaden fuertes sentimientos de autorrepulsa y culpa. Ello
le induce a mitigar los efectos, autoinduciéndose el vómito o el uso de laxantes,
diuréticos, ayuno o ejercicio excesivo. Todo esto ocurre al menos dos veces a
la semana durante tres meses.

Causas:

A pesar de que no están claras se cree que intervienen tres tipos de


factores:
 Factores que predisponen

a) individuales sobrepeso, perfeccionismo, problemas para ser autónomo,


baja autoestima,..
b) genéticos los precedentes familiares aumentan el riesgo de padecer el y
trastorno
c) socioculturales ideales de delgadez, prejuicios contra loa obesidad,
ciertas profesiones y deportes, malos hábitos alimentarios, preocupación
excesiva de los padres por la figura, mala resolución de conflictos,...

 Factores que precipitan: Cambios físicos y síquicos de la pubertad,


dietas, mala valoración del cuerpo, insatisfacción personal, trastornos
emocionales,...

 Factores que la mantienen: Ciclo atracción-purgas, reaparición de la


ansiedad, abuso de sustancias, autolesiones.

Síntomas

1. Episodios recurrentes de atracones de comida.

2. Una sensación de pérdida del autodominio durante los atracones de comida.

3. El uso regular de vómito autoinducido, laxantes o diuréticos, dieta estricta o


ayuno, o ejercicio muy energético para evitar el aumento de peso.
4. Un mínimo de dos episodios de atracón de comida a la semana durante al
menos tres meses.

5. Preocupación exagerada por la figura y el peso corporal. Las bulímicas están


continuamente obsesionadas por su aspecto y trabajan duro para ser lo más
atractivas posibles.

6. Antecedentes de dietas frecuentes. Frecuentes intentos previos de controlar


su peso.

7. Síntomas de depresión. Incluyen pensamientos melancólicos o pesimistas,


ideas recurrentes de suicidio, escasa capacidad de concentración o irritabilidad
creciente.

8. Excesivo temor a engordar.

9. Comer en secreto o lo más inadvertidas posible.

10. Mantenimiento de al menos un estándar normal mínimo de peso. A


diferencia de las anoréxicas, las bulímicas no tienen una figura demacrada que
las traicione. Por supuesto, muchas mujeres con anorexia también
desarrollaran bulimia.
BIBLIOGRAFIA:

http://www.psicologoinfantil.com/articulodepresion.htm

http://www.peques.com.mx/sintomas_del_nino_con_autismo.htm

http://nichcy.org/wp-content/uploads/docs/spanish/fs5sp.pdf

http://www.esperanzaparalafamilia.com/Rev/Articulos/PDFs/PDF0127.pdf

http://www.actad.org/actad_cas/ansiedad_infantil.php

http://www.educared.org/

CONCLUSIONES

 A modo de conclusión, en la actualidad la existencia de la depresión


infantil es un hecho comúnmente aceptado por la comunidad científica
especializada, por lo que ha cobrado gran importancia su estudio y
tratamiento. Algunos han llegado a denominar a la depresión como la
enfermedad del siglo XXI.
 Los Trastornos del espectro emocional, tradicionalmente, siempre se
han asociado más a población adulta que a población infantil-juvenil.
Hoy en día asistimos a un aumento de estas patologías en población
infantil. La importancia de detectarlas y tratarlas a tiempo es de vital
importancia.

 Es importante detectar y tratar a tiempo estos trastornos, pues la forma


como se procesan las emociones es muy importante para el desarrollo
personal. Los padres y adultos tienen una gran responsabilidad de
restablecer el estado emocional del niño.

 Para prevenir algunos trastornos los padres deben preocuparse de llenar


necesidades básicas que tengan sus hijos en el aspecto emocional.

 Anorexia y bulimia son dos enfermedades mentales con serias


repercusiones físicas y es muy difícil que la familia sola pueda afrontar el
problema. Lo primero que hay que hacer es acudir al médico de atención
primaria o al pediatra, quien nos derivará al especialista para hacer el
diagnóstico correcto y prescribir el tratamiento adecuado.

 Los trastornos alimentarios son muy comunes en los adolescentes. Las


opciones de tratamiento dependen de cada persona y de cada familia,
pero hay muchos que incluyen publicaciones con información, charlas
con terapeutas y trabajo con nutricionistas y otros profesionales.

 Los trastornos afectivos no tienen una única causa. Son muchos los
factores que influyen en ello como la genética, el entorno, el estado de
salud, los sucesos de la vida y determinados patrones de pensamiento
que afectan las reacciones de las personas frente a los acontecimientos.

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