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PÉRDIDA DE Seguro de
LA Accidental Natural
Vida
EXISTENCIA
PÉRDIDA DE Seguro de
LA Accidental Natural Invalidez
INTEGRIDAD
PÉRDIDA DE Seguro de
LA SALUD Accidental Natural Enfermedad
Seguro de Accidentes
Seguro de decesos
Es un caso especial de seguro de fallecimiento que cubre, en lugar de
un capital o prestación económica en caso de muerte del asegurado como es
el caso de los seguros de vida, la prestación de un servicio, consistente en
los trámites y coste del enterramiento del asegurado cuando éste fallece.
42 – Teoría General del Seguro
SEGUROS DE DAÑOS
Se pueden definir los seguros de daños como aquéllos que tienen por
objeto indemnizar al asegurado el perjuicio económico que sufre el interés
que tenga dicho asegurado sobre un bien, en el caso de que ocurra el riesgo.
En los seguros de daños, que también podemos denominar seguros de
cosas o seguros sobre las cosas, rige, a diferencia de los seguros de vida que
acabamos de ver, el principio indemnizatorio.
Es decir, los bienes asegurados tienen un valor objetivo y la entidad
aseguradora, cuando ocurre el siniestro, compensa las pérdidas económicas
efectivamente sufridas por el asegurado.
Ello, claro está, siempre y cuando los bienes asegurados hayan sido
valorados a efectos del seguro de acuerdo con su valor real, como veremos
en el capítulo 7.
Junto con la característica principal de los seguros de daños, definida
como el principio indemnizatorio que acabamos de exponer, esta clase de
seguros presenta otras características.
En primer lugar podemos citar la separación que existe entre el
asegurado y los bienes que se aseguran.
En los seguros de personas existe una identificación entre objeto
expuesto al riesgo y persona asegurada, lo que no ocurre en los seguros de
daños, en los que la persona asegurada, que padece el riesgo, es un ente
distinto al objeto asegurado.
Por otra parte, los bienes asegurados deben estar adecuadamente
determinados, ya que lo que se asegura es precisamente su pérdida o daño
como consecuencia del acaecimiento del riesgo.
No se aseguran por tanto, las "propiedades" del asegurado de forma
indiferenciada, o su patrimonio en general, sino un objeto o conjunto de
objetos determinados que pueden sufrir un quebranto.
El daño sobre el objeto puede consistir en su rotura, su ruina o
deterioro como consecuencia de incendio, de fenómenos de la naturaleza
como inundaciones, lluvia, nieve, viento, etc. Puede también referirse a su
desaparición como consecuencia de una sustracción –robo, hurto– por parte
de terceros.
2 · El Seguro – 43
INCENDIO Seguro de
Vehículos Otros Objetos
Incendios
Seguro de
ROBO Vehículos Otros Objetos Robo
Seguro de
ROTURA Vehículos Otros Objetos Roturas
Seguro de
OTROS DAÑOS Otros Daños
Vehículos Otros Objetos a los Bienes
El seguro de vehículos
Comprende los daños sufridos por vehículos, por colisión u otras
causas, por incendio, rotura de cristales, etc.
Dentro de este apartado se puede distinguir, además, entre vehículos
terrestres no ferroviarios, vehículos ferroviarios, aeronaves y buques o
embarcaciones.
44 – Teoría General del Seguro
El seguro de robo
Cubre la sustracción ilegítima por parte de terceros de los bienes
asegurados.
El seguro de roturas
Cubre del riesgo de rotura de los objetos asegurados.
SEGUROS PATRIMONIALES
El seguro de crédito
El seguro indemniza de las pérdidas que sufre el asegurado como
consecuencia de la insolvencia de sus deudores. Se incluyen dentro de esta
2 · El Seguro – 45
El seguro de caución
El asegurador se obliga, en caso de incumplimiento por el tomador
del seguro de sus obligaciones legales o contractuales, a indemnizar al
acreedor a título de resarcimiento o penalidad, los daños patrimoniales
sufridos. Dentro de este ramo, se incluye el seguro de fianza para
depositarios de mercancías, a favor de la administración pública, garantía
del fiador, licitaciones y ejecución de obras, etc.
SEGUROS MULTIRRIESGOS
Hemos dejado para el final esta modalidad de seguro pues bajo esta
denominación se incluyen pólizas que cubren diferentes riesgos a los que
está sometida una actividad o bien asegurado. Estos riesgos son sobre las
cosas y también patrimoniales y personales, en su caso.
Los ejemplos más conocidos son los seguros del hogar, del comercio,
de la pequeña y mediana empresa, de las comunidades de propietarios, de
los talleres, hoteles, etc., que reúnen en un solo contrato de seguro
coberturas de varios ramos: incendios, robo, daños por otras causas,
responsabilidad civil, accidentes de las personas, etc.
3 · La Industria del Seguro – 47
Capítulo 3
La Industria del Seguro
Regulación legal
El seguro privado nace y se formaliza mediante un contrato que
establece una relación civil y mercantil entre el asegurador y la persona
expuesta al riesgo. Para que el seguro privado esté en vigor es necesario que
exista una póliza firmada por las partes, de la que nacen derechos y
obligaciones. En cambio, el seguro público no se rige por conceptos
mercantiles, sino que se regula por disposiciones legales que en cada caso
determinan las prestaciones que satisfará el sistema y las cotizaciones que
deberán aportarse al mismo.
Capítulo 4
INTRODUCCIÓN
El margen de solvencia.
En cuanto a capital o fondo mutual mínimo, la ley de seguros
española de 8 de noviembre de 1995 lo fija con carácter general en 1.500
millones de pesetas para operar en el ramo de vida y 1.500 millones
adicionales para operar en los seguros no vida (en total aproximadamente 18
millones de euros para operar en ambos ramos), con excepciones para
determinadas clases de seguros, como los de asistencia sanitaria y de
enterramiento que pueden operarse con capitales inferiores. Las entidades
constituidas con anterioridad a la Ley que no tienen dichos capitales
mínimos pueden seguir operando mientras posean el margen de solvencia
suficiente proporcionado a su volumen de negocio. De lo contrario deben
ampliar capital dentro de unos plazos transitorios.
Las entidades aseguradoras, por otra parte, tienen la obligación de
calcular y contabilizar, entre otras, las siguientes provisiones técnicas:
matemáticas, de primas no consumidas, de riesgos en curso, para siniestros
pendientes de declaración, de liquidación o de pago, de desviación de la
siniestralidad y para primas pendientes de cobro. Todas ellas deben estar
materializadas en el balance en activos identificados, afectos a la cobertura
de dichas provisiones técnicas.
También deben disponer, como margen de solvencia, de un
patrimonio propio no comprometido, que debe ser igual a unos mínimos que
vienen determinados en función del volumen de negocio que administran.
La tercera parte de dicho margen de solvencia, que se denomina
fondo de garantía, debe ser como mínimo igual a determinados valores
absolutos. Sobre todo ello volveremos en el capítulo 12.
Antecedentes
Antes de la existencia de una legislación específica aplicable al
seguro, la regulación de la institución aseguradora venía recogida en:
El código de comercio de 1885, que dedicaba los artículos 380 a
438 al contrato de seguro en general y a varios seguros terrestres
y los artículos 737 a 805, a los seguros marítimos.
El código civil, que dedicaba al contrato de seguro los artículos
1791 a 1797.
La primera ley de seguros que se dicta en España es la de 14 de mayo
de 1908, que regula por primera vez la práctica del seguro en nuestro país,
los requisitos y garantías que deben tener las entidades para poder actuar
como aseguradoras y el régimen de control por parte del Estado de la
actividad del seguro.
La ley de 1908 establecía un control sobre las entidades
aseguradoras, obligándolas a funcionar con arreglo a bases técnicas, exigió
un determinado capital social, depósito previo de garantía, aprobación
previa por la Administración de los modelos de pólizas, tarifas de primas,
reservas técnicas, publicación anual de Memorias, Balances y Cuentas de
Resultados, etc.
El Reglamento que desarrolló la Ley de Seguros se publicó el 2 de
febrero de 1912, el cual estuvo en vigor –con sucesivas modificaciones
4 · El Régimen de Control de la Actividad Aseguradora – 59
Regulación actual
La regulación actual del seguro viene recogida, en el derecho
positivo español, en tres disposiciones fundamentales, con rango de ley:
Ley de Contrato de Seguro de 8 de octubre de 1980.
Ley de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados de 8
de noviembre de 1995.
Ley de Mediación en Seguros Privados, de 30 de abril de 1992.
Aunque no es propiamente una actividad aseguradora, merece
destacarse en el ámbito de la regulación, la Ley de 8 de junio de 1987
reguladora de los Planes y Fondos de Pensiones y el reglamento para su
aplicación de fecha 30 de septiembre de 1988, que permite a las entidades
aseguradoras autorizadas para operar en el ramo de vida actuar como
gestoras de dichos fondos.
Antes de pasar a analizar sucintamente el contenido de estas
disposiciones legales, hemos de decir que la legislación española de seguros
se adapta a la normativa comunitaria sobre la materia, motivo por el cual
procede en primer lugar estudiar el derecho europeo de seguros sobre cuyas
directivas se asienta la legislación española.
LEGISLACIÓN ESPAÑOLA