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ENFERMEDADES CAUSADAS POR LOS LINFOCITOS T

Los linfocitos T dañan los tejidos porque desencadenan la inflamación o matan

directamente a las células diana. Las reacciones inflamatorias la desencadenan, sobre

todo, los linfocitos T CD4+ de los subgrupos Th1 y Th17, que secretan citocinas que

reclutan leucocitos. En algunos trastornos mediados por el linfocito T, los CTL CD8+

matan a las células diana que portan antígenos asociados a la clase 1 del complemento

principal de histocompatibilidad (MHC). Los linfocitos T que causan lesiones tisulares

pueden ser autorreactivos o ser específicos frente a antígenos proteínicos extraños

presentes en las células o tejidos o unidos a ellos.

ENFERMEDADES CAUSADAS POR LA INFLAMACIÓN MEDIADA POR

CITOCINAS

Los linfocitos Th1 y Th17 secretan citocinas que reclutan y activan a los leucocitos.

La IL-17, producida por los linfocitos Th17, promueve el reclutamiento de neutrófilos; el

interferón-y, producido por los linfocitos Th1, activa a los macrófagos; y el factor de

necrosis tumoral y las quimiocinas, producidos por los linfocitos T y otras células,

participan en el reclutamiento y activación de muchos tipos de leucocitos. La lesión tisular

se debe a los productos de los neutrófilos y macrófagos activados, como las enzimas

lisosomicas, las especies reactivas del oxígeno, el óxido nítrico y citocinas

proinflamatorias. La inflamación asociada a las enfermedades mediadas por el linfocito

T suelen ser crónicas, pero pueden superponerse brotes de la inflamación aguda a un

fondo de inflamación crónica.

La hipersensibilidad de tipo retardado (DTH) es un ejemplo de tales reacciones

inflamatorias.
Las reacciones inflamatorias crónicas producen a menudo fibrosis como resultado de

la secreción de citocinas y factores de crecimiento por los macrófagos.

Muchas enfermedades autoinmunes específicas de órganos se deben a la interacción

de linfocitos autorreactivos T con antígenos propios, lo que conduce a la liberación de

citocinas y a la inflamación.

Las reacciones del linfocito T contra los microbios y otros antígenos extraños pueden

conducir también a la inflamación y la lesión tisular en los lugares de infección o

exposición al antígeno.

Las bacterias intracelulares, como Mycobacterium tuberculosis, inducen fuertes

respuestas de linfocitos T y macrófagos que dan lugar a una inflamación granulomatosa

y a una fibrosis; la inflamación y la fibrosis pueden provocar una destrucción tisular

extensa y una alteración funcional, en este caso en los pulmones. La tuberculosis es un

buen ejemplo de una enfermedad infecciosa en la que la lesión tisular se debe, sobre todo,

a la respuesta inmunitaria del anfitrión.

Varias enfermedades cutáneas debido a la exposición tópica a sustancias químicas y

antígenos ambientales, llamada sensibilidad por contacto, se debe a reacciones

inflamatorias, probablemente desencadenadas por neoantigenos formados por la unión de

sustancias químicas a proteínas propias. Tanto los linfocitos T CD4+ como los CD8+

pueden ser fuentes de citocinas en las reacciones de sensibilidad por contacto.

La clásica reacción inflamatoria mediada por el linfocito T se llama hipersensibilidad de

tipo retardado.

HIPERSENSIBILIDAD DE TIPO RETARDADO


La hipersensibilidad de tipo retardado es una reacción inflamatoria perjudicial

mediada por citocinas debida a la activación de los linfocitos T, particularmente de los

linfocitos T CD4+. Esta reacción se llama hipersensibilidad porque refleja respuestas

inmunitarias excesivas, y retardada porque suelen aparecer a las 24 a 48 h posteriores al

contacto con el antígeno.

En el modelo animal clásico de DTH, a una cobaya se la sensibiliza, en primer lugar,

mediante la administración de un antígeno proteínico en un adyuvante; este paso se llama

sensibilización. Alrededor de 2 semanas después se administra al animal por vía

subcutánea el mismo antígeno y se analiza la reacción consiguiente; esta fase se llama

provocación. Los seres humanos pueden sensibilizarse mediante estas reacciones de DTH

por una infección microbiana, por una sensibilización por contacto a sustancias químicas

y antígenos ambientales o por una inyección intradérmica o subcutánea de antígenos

proteínicos. La exposición posterior al mismo antígeno (llamada provocación)

desencadena la reacción.

La respuesta de DTH característica evoluciona durante 24 a 48 h. Alrededor de 4h

después de la inyección del antígeno, se acumulan neutrófilos alrededor de las vénulas

poscapilares en el lugar de la inyección. A cabo de unas 12 h, el lugar de la inyección lo

infiltran linfocitos T y monocitos sanguíneos, también organizados en una distribución

perivenular. Las células endoteliales que recubren estas vénulas aumentan de tamaño,

muestran un aumento de orgánulos biosintéticos y se hacen permeables a las

macromoléculas plasmáticas. El fibrinógeno se escapa de los vasos sanguíneos hacia los

tejidos que los rodean, donde se convierte en fibrina. El depósito de fibrina y, en menor

grado, la acumulación de linfocitos T y monocitos dentro del espacio del tejido

extravascular que hay alrededor del lugar de la inyección hace que el tejido se vuelva

tumefacto y adquiera firmeza (se indure). La induración, una característica diagnostica de


la DTH, es detectable al cabo de unas 18 h de la inyección del antígeno y es máxima a las

24 a 48 h.

Las reacciones de DTH crónicas aparecen si una respuesta Th1 a una infección activa los

macrófagos, pero no se puede eliminar los microbios fagocitados. Si los microbios se

localizan en una pequeña zona, la reacción produce nódulos de tejido inflamatoria

llamados granulomas. La DTH crónicas, ejemplificada por la inflamación granulomatosa,

se debe a señales citocínicas prolongadas. En tales reacciones, los linfocitos T Y los

macrófagos activados continúan produciendo citocinas y factores de crecimiento, lo que

amplifica las reacciones de ambos tipos celulares y modifica progresivamente el ambiente

tisular local. El resultado es un ciclo de lesión tisular e inflamación crónicas, seguido de

la sustitución por tejido conjuntivo (fibrosis).

ENFERMEDADES CAUSADAS POR LOS LINFOCITOS T CITOTOXICOS

Las respuestas de los CTL a la infección vírica pueden llevar a lesión tisular al matar

a las células infectadas, aunque el propio virus no tenga efectos citopáticos.

La principal función fisiológica de los CTL es eliminar los microbios intracelulares, sobre

todo los virus, matando a las células infectadas. Algunos virus dañan directamente a las

células infectadas y se dice que con citopáticos, mientras que otros no. Como los CTL

pueden no distinguir entre virus citopáticos y no citopáticos, matan a las células infectadas

por virus independientemente de si la propia infección es o no perjudicial para el anfitrión.

Los CTL pueden contribuir a la lesión tisular en los trastornos autoinmunes causados,

sobre todo, por los linfocitos T CD4+, como la diabetes del tipo 1. Se han registrado pocos

ejemplos de enfermedades autoinmunes mediadas solo por CTL.

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