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la gente tóxica
Las personas tóxicas desafían la lógica de las relaciones personales. De hecho algunos,
aunque inconscientemente en la mayoría de ocasiones, son felices creando un impacto
negativo en los demás. Otros obtienen satisfacción creando el caos llegando a la fibra
sensible de otras personas. De cualquier manera, las personas tóxicas crean
innecesariamente complejidad, conflictos y estrés.
“Las personas tóxicas se adhieren como bloques de hormigón atados a sus tobillos, y
luego invitan a nadar en sus aguas envenenadas”.
“Desprecia la opinión de la gente tóxica, sé libre de los críticos y serás libre de cada una
de sus palabras y de sus acciones. No idealices. No esperes nada de nadie”.
-Bernardo Stamateas-
Si, por el motivo que sea, no puedes evitar a esa persona tóxica, intenta no caer en
su red. Ignórala. Sabes que va a buscar tu atención, que ta va a provocar. No te dejes
enredar. Que no te encuentre. No te dejes provocar por sus interrupciones, sus
comentarios o sus acciones. Sé benévolo. Sé paciente. Préstale la menor atención
posible. Múerdete la lengua si hace falta para no hacer que su veneno forme parte de ti.
Sé asertivo si ha llegado el momento de marcar un límite.
“Comparte solo con personas que te pueden ayudar con información y apoyo. Cuando
encuentres a gente negativa, cierra la boca”.
-Israelmore Ayivo-
Que sea posible, no significa que sea fácil ignorar las llamadas de atención de una
persona tóxica. De hecho, una estrategia habitual de la gente tóxica es ridiculizar a su
objetivo en público cuando no consigue un enfrentamiento directo, si es que no ha
optado por este camino primero. Por eso, mantener el control de las emociones es
primordial ante una situación así.
Por otro lado, mantener una distancia emocional requiere conciencia. No siempre
puedes impedir que alguien pulse tus botones sensibles. Cuando esto suceda tendrás que
superar tus miedos y tus complejos y seguir adelante. En cierto modo, es mejor ignorar
lo sucedido, puesto que de ese modo será más sencillo controlar tus emociones. Sin
embargo, hay otra opción: defender tus límites.
“El descalificador tiene como objetivo controlar nuestra autoestima, hacernos sentir
nada ante los demás, para que de esta forma él pueda brillar y ser el centro del
universo”.