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Estas son las noticias 0ue escuchó(amos en estos tiempos. Es incre1!le como
sobrevaloramos cosas tan pe0ue&as como un teléfono celular ) las preferimos sobre
cosas tan importantes ) vitales como lo son nuestra salud nuestros ami3os nuestra
familia e incluso (asta la vida.
Las razones por las que hablamos sobre este tema son porque ya se ha vuelto
indispensable el tener un celular y la mayoría de las personas tienen uno, pero el que
lo tengan y puedan usarlo no quiere decir que lo sepan usar en todo momento como
por ejemplo al manejar o en clase.
De acuerdo con el informe "Midiendo la Sociedad de la Información", divulgado hace
poco por la UIT-Unión Internacional de Telecomunicaciones, seis de cada diez
personas en el mundo utilizan teléfono móvil celular. Esto significa que el 60% de las
personas que habitan el planeta poseen un aparato telefónico móvil. Si se tiene en
cuenta que la población ronda por los seis mil millones de personas, se infiere que en
el mundo, en un instante, hay 3.600 millones de celulares. De acuerdo con recientes
cifras de la Comisión Nacional de Regulación de Telecomunicaciones (CRT), en
Colombia hay más de 32 millones de celulares, para una población de 46 millones de
habitantes, lo que representa casi el 70%. Como quien dice, estamos por encima de la
media mundial.
Medio siglo atrás, era impensable que, a través de una pequeña pantalla en la palma
de la mano, podria ser capaz de transmitir en vivo una llamada.
En esta era de la globalización el uso de estos aparatos está vez más extendido y con
ello, no ha falta las posturas que señalan las consecuencias de abusar con el tiempo
que pasamos con los móviles
Un aparato multiuso
Hace cincuenta años, para leer el periódico, habia que comprar el diario impreso. Si
queriamos escuchar una canción, teníamos que tener una radio, o si queriamos
trabajar en la redacción de algun documento, teniamos que poseer una máquina de
escribir.
Hoy día, todo eso fue puede ser consensado a través de un solo aparato que se ha
convertido, practicamente, en el símbolo de estas nueva era globalizada
Ana María Sánchez, una docente de Argentina, explica que "Los chicos tienen otras
formas de socializarse, utilizan los celulares para comunicarse o jugar. ¿Por qué no
aprovechar entonces esta herramienta para que descubran que pueden hacer otras
cosas con ella? Por ejemplo, entrevistas, fotografías, edición de videos educativos,
afiches, diseño gráfico, animación, filmar el proceso de aprendizaje en un laboratorio
durante la clase de Biología, etcétera. Son muchas las aplicaciones que pueden utilizar
con la orientación de un docente, y los chicos desconocen ese potencial"
La esclavitud del celular
+El uso excesivo de celulares se ha convertido en la pesadilla de adultos, niños y adolescentes. Más del 60%
de la población tiene un celular, en los jóvenes de entre 12 y 24 años sube a más del 90 %.
La esclavitud de la comunicación continua ocasiona un importante gasto mensual para millones de familias.
Actualmente, el creciente mercado de los teléfonos celulares está siendo dirigido a los niños y adolescentes,
con el pretexto de facilitar la comunicación entre la familia.
Los niños y adolescentes exigen que el celular reúna ciertas características, por ejemplo: que permita enviar
mensajes multimedia, leer archivos mp3, que tenga cámara y sea ultra pequeño, a fin de sentir que pueden
competir con el resto de sus amigos.
La adicción
Los adictos al celular sienten la necesidad de estar siempre ubicables. Además, lo usan para evitar los
tiempos muertos del transporte diario, trabajar desde todo lugar y hasta para hacerse notar. Muchas personas
consideran a su teléfono móvil «como un ser humano», porque es un objeto que simboliza "contacto, amistad
y atención".
El estudio de Digital Lab, que pretende investigar sobre los hábitos en el uso de los celulares, advirtió que esta
adicción afecta más a las mujeres que a los hombres. El 82,5% de las mujeres sufre de algún síntoma de esta
adicción mientras que sólo el 69,8% de los hombres. También se ha asociado con ausencia de buen juicio
social y pobre control de impulsos.
Los adictos a los celulares hablan en voz demasiado alta y constantemente deben demostrarse que están
vivos a través de conversaciones sin sentido e innecesarias, muchos sufren de depresiones severas.
Mientras que otras personas simulan que hablan aun con el teléfono apagado, para sentirse importantes.
Son los adictos al móvil, una dependencia que incluso lleva a algunos de los pacientes a robar para poderse
costear las llamadas.
La dependencia del móvil crea un auténtico caos entre los adictos.
Como no saben vivir sin el celular, compran varios y tienen los últimos modelos.
Remedios y soluciones:
El móvil no es nocivo si se utiliza racionalmente.
Primero debemos reencontrar el ritmo de vida propio y aprender a valorar la soledad y el silencio. Segundo,
hay que saber decir no y filtrar las conversaciones.
Los padres de familia no deben fomentar su uso, comenzando por dar el buen ejemplo, ya que son ellos los
que deben propiciar un uso crítico que ayude al joven a entender que debe relacionarse más allá de los
aparatos tecnológicos y a impedir que éstos condicionen sus necesidades.
Los que buscan ayuda serán siempre "una minoría fuera de lo común", pero son los primeros en resistirse a la
esclavitud digital.