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Psicoanálisis, arte, malestar en la cultura

Psicoanálisis Portátil
Reunión a cargo de Gerardo García
4 de abril de 2009

En primer lugar voy a reiterar los agradecimientos que hizo Clara.


A Graciela Distéfano, Directora del Espacio Contemporáneo de Arte, que nos ha
facilitado este ámbito.
A Clara, al grupo de trabajo que se ha encargado de la difusión de esta charla, a
los miembros de la Escuela Freudiana-Córdoba, que se ha llegado aquí a acompañarme
en esta ocasión. A los amigos que se han acercado, Carlos García desde Tunuyán y por
supuesto la presencia de cada uno de ustedes.
Para mí esta reunión tiene un significado muy especial, porque por una parte doy
inicio al Seminario “Deseo y Fantasma en las Estructuras Clínicas”, seminario que
dictara en Córdoba en 1997, pero a la vez, es la ocasión de una decisión, de un acto, que
tiene para mí gran peso, que sin embargo no quisiera que lo tuviera, sino que estuviera
marcado por otra dimensión: la dimensión de la alegría, del entusiasmo respecto de abrir
un espacio nuevo.
Entonces, como la escritura tiene una antecedencia respecto del hablar,
simplemente paso a leer lo que acabo de escribir:

“A los 4 días del mes de abril de 2009 fundo la Escuela Freudiana-Mendoza.


En tanto Escuela este acto prolonga la transmisión y enseñanza impartidas ya
desde hace varios años en esta ciudad, bajo la convocatoria que llamamos Psicoanálisis,
Arte, Malestar en la cultura. Trabajo recíproco que hicimos con Clara Álvarez y que
ahora invito a compartir con Uds.
En tanto Freudiana, las firmas que acompañen este gesto, se harán en este
ejemplar de Freud sobre el sueño la Monografía Botánica, que hará las veces de
testimonio y acta.
Mendoza 4 de abril de 2009

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Bueno, ya está hecho.
Pero este testimonio tiene su historia.
En el año 2000 la Escuela Freudiana-Córdoba organizó un concurso de
esculturas cuyo tema era Los sueños, en homenaje a los cien años de la publicación de
La interpretación de los sueños. La escultura premiada en el evento, fue donada a la
casa de Freud en Viena como homenaje y reconocimiento de la enseñanza de la que
somos deudores. Y en Viena, en agradecimiento, me regalan este hermoso estudio
ilustrado sobre el sueño de la monografía botánica.
Como dice Lacan, las cartas siempre llegan a destino y aunque haya estado en
espera tantos años, encuentra ahora su plaza y su fortuna.
Una fundación no es un gesto cómodo, no participa de la prisa ni de la
imprudencia.
Hace siete años, aproximadamente, que la transmisión y la enseñanza del
psicoanálisis la impartimos en forma conjunta con Clara, aquí en Mendoza. Fundé la
Escuela en Córdoba en 1995 y pasaron catorce años hasta fundar hoy la Escuela en
Mendoza.
A la vez, hay un hecho que quiero remarcar y es que hoy sea 4 de abril no es
contingente, sino que se trata del aniversario del Mendozazo, que se llevó a cabo en
1972.
No es del orden del azar, sino del dominio de una decisión y de una elección
que realizara la fundación en este día.
Recuerden asimismo que Lacan interrumpió anticipadamente su seminario El
envés del Psicoanálisis por su simpatía por la protesta estudiantil de mayo del 68.
El Cordobazo aconteció un año después, en el 69, pero la fuerza de este
movimiento ya se había iniciado en Estados Unidos, en los campos de Berkeley, como
protesta a la guerra de Vietnam y después se trasladó a Inglaterra, a China, a Méjico, a
Argentina. Gestos y actos reiterados, que recorrieron el mundo, deslizándose hacen a
la condición portátil, de aquello que se traslada, nos afecta y que tiene una relación
estrecha con el discurso.
La temática del discurso no es simple. No es el bla, bla, bla.
La noción de discurso en psicoanálisis, implica la articulación de cuatro lugares
y la circularidad de esos lugares. En definitiva, el capitalismo, que también se juega con
relación a esos lugares, no tiene circularidad y por eso se puede decir que no es un
discurso y que el subdesarrollo, como dice Lacan, es correlativo al capitalismo. Por eso,

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esta decisión de elegir del 4 de abril, está en correspondencia a una de las vertientes de
la transmisión, el malestar en la cultura.
A la vez, el estatuto de una fundación implica el plano del fundamento.
Recuerden que fundar es fundamentar, cavar los cimientos.
En psicoanálisis podemos nombrar sus fundamentos: Inconciente, repetición,
pulsión, transferencia. Se funda sobre esos conceptos, o bien, sobre esos conceptos que
van a ser cuestionados por lo que Lacan nombró su invento en psicoanálisis que es el
objeto a.
La intención del seminario Deseo y fantasma en las estructuras clínicas, es
estimar de qué manera dos objetos esenciales a la teoría y la práctica del psicoanálisis,
el falo y el objeto a, van a tener una incidencia sobre la clínica, la práctica y la teoría.
La Sección Clínica, que se llevará a cabo en Córdoba, Qué hacer con el
sufrimiento también, va a funcionar en Mendoza con el mismo título, al menos por este
año y es que esa experiencia va a depender de la idea que nos hagamos de cuál es la
clínica y la práctica hoy.
Esa clínica y esa práctica implican una reformulación de la clínica freudiana.
A la vez, respecto de la temática del arte, es un proyecto de la Escuela
Freudiana-Mendoza, llevar a cabo un concurso de objetos sobre el tema Odradek,
extraído del cuento de Kafka, Preocupaciones de un padre de familia.
Ese concurso que será de objetos y fotografías que intentaremos hacer de
manera conjunta con el ECA, pretende que las obras ganadoras sean donadas a distintos
lugares de la cultura en Mendoza.
Por último, un funcionamiento de cartel, Psicoanálisis-arte, que trabaje en
relación a lo que se produzca dentro de este espacio, el ECA.
Luego los participantes se darán sus propias alternativas, formularán sus propios
desarrollos; éstas son sólo algunas propuestas iniciales.
Si abordamos ahora lo que recién les decía respecto de la importancia del objeto
y particularmente de ese objeto que Lacan llama cesible, que se desprende del cuerpo,
vamos a ver como, si bien en un principio la práctica freudiana se centró en lo que
puede llamarse el símbolo, la máquina, ya en 1905 con Tres ensayos para una teoría
sexual, en 1908, con Teorías sexuales infantiles la temática del objeto fue cobrando
prevalencia.
Pero, en el mismo momento hay un movimiento dentro de la plástica, del
surrealismo en particular, que toma contacto con Freud.

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Los surrealistas se interesan en Freud respecto de la asociación libre
articulándola a la escritura automática.
Mientras que Lacan se interesa por la temática de la paranoia, de la alucinación,
del objeto. Veremos que hay desarrollos paralelos en lo que puede llamarse la búsqueda
del objeto en tanto real.

Picasso:
Naturaleza muerta con silla de rejilla

Les decía que en 1905, contamos con Tres ensayos para una teoría sexual,
donde la temática del objeto es prevalente.
En 1908, las Teorías sexuales infantiles, en 1914, Introducción al narcisismo.
En mayo de 1912, queriendo representar una silla, Picasso engancha en la obra
un trozo de hule, que simula una rejilla. La obra se titula Naturaleza muerta con silla de
rejilla.
Esta inserción de un objeto manufacturado en el campo cerrado de la práctica
pictórica, tendrá consecuencias que son incalculables. Se diría que es el golpe más
violento, jamás dado a la pintura tradicional. Picasso incorpora el objeto real, cansado
de denotar los elementos del mundo externo. Ahí tenemos un paso que es altamente
significativo, de la representación del objeto a la presentación del objeto real.
Recuerden en la tragedia griega tenemos el universo de lo simbólico en cuanto
a las palabras proferidas, pero cuando ingresaba el dios a escena se lo hacía descender

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con un sistema de poleas y correas y era la forma de presentar una diferencia con
relación a la palabra, el Dios era real.
Acá tenemos un emplazamiento del objeto en el interior de la representación y
que va a cuestionar la misma. Por lo tanto, si un trozo de papel puede llegar a ser una
botella, ya no sabemos qué es un periódico o qué es una botella, qué identidad funcional
o mágica tienen.
El mismo Picasso decía que el objeto desplazado ha entrado en un universo para
el cual no estaba hecho y en el que permanece como extranjero.
Pero escuchemos, lo que nos dice después Picasso: “Sobre ese extranjerismo
nosotros queríamos hacer reflexionar a la gente, porque éramos concientes de vivir en
el exilio, dentro de un mundo poco tranquilizador.”
Pero qué interesante constatar cómo, sin que haya ninguna discontinuidad, el
objeto es extranjero y ese extranjerismo, ese exilio, era el del propio Picasso o de los
artistas de la época.
Hay identidad de exilio, de extranjeridad entre el objeto y la persona.
El inicio de la guerra estaba allí, a un paso.
Un año después, en 1913, la obra de Marcel Duchamp:

Rueda de bicicleta en taburete

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Duchamp presenta como obra de arte, una rueda de bicicleta, donde como
pueden apreciar la horquilla está atornillada a una banqueta. Se parece al discurso de
Lacan, los cuadrípodos y lo que circula. Fue un acto singular, escandaloso, inaugural
porque tanto la rueda como el taburete, eran prefabricados, objetos de manufactura
seleccionados de la vida cotidiana.
Esto lo conduce al año siguiente, en 1914 a presentar un Portabotellas

Luego un urinario que llamó Fuente o Fontana que fue rechazado por el Jurado
en la exposición de los independientes de Nueva York.

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Algo cambia radicalmente y el concepto de belleza es cuestionado por la idea de
lo bello. Pero también es impugnado el esteticismo y la sanción de objeto artístico que
otorga o no la institución. Allí se encuentra Duchamp con algo bien inquietante y que
enjuicia la clausura institucional en que la ideología pretendía encerrar a la estética.
Esta instalación de acontecimientos, ese estremecimiento nuevo, este incansable
esfuerzo de expansión, este abordaje desesperado de lo real, fue el intento de recubrir el
espacio temporal, en una proliferación mayor para intentar alcanzar la ecuación arte =
vida.
Pero, tenemos luego un otro movimiento, que se puede decir: “Había una vez”.
Uds. saben, cada vez que cuando en un cuento decimos “había una vez” nos lleva al
corazón mismo e inaccesible de las cosas.
Podemos decir “Había una vez una máquina”.
Ocurre que desde finales de 1912, Duchamp sufre la gran crisis intelectual que
lo lleva a dejar de lado su anterior forma de expresión porque la considera viciada y se
propone como salida desaprender a dibujar, desprender a pintar, dado que la pintura y el
dibujo se le presentan como un juego de engaños.
En el 13-14, Duchamp abandona entonces la temática del emplazamiento del
objeto manufacturado en un otro medio, para trabajar durante 10 años seguidos, en una
obra, que se titula

La casada desnudada hasta por sus solteros

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Esta es una obra definidamente inconclusa, podemos decir que en el 23 está

decididamente inacabada.

También la pueden encontrar con otros nombres El gran cristal, El gran vidrio

o bien La novia desnudada hasta por sus célibes.

Esta obra magistral le demandó 10 años de trabajo.

Es un vidrio doble de 2, 70 de altura por 1, 70 de ancho y dividido

horizontalmente en dos partes iguales por un doble filo de plomo.

Cuando en 1934 se publicó La caja verde nos sorprendemos con una centena de

documentos, dibujos y cálculos que Duchamp nos dejó con relación a la máquina.

Cientos de páginas conceptuales respecto de lo que quiso decirnos, que se completa

con las notas de 1967 en las que Duchamp nos explica cada detalle de su obra.

El Gran Vidrio es la obra en que se nos ofrece el desnudamiento de una novia,

un strip-tease mecánico ceremonial, a la vez que una experiencia erótica y espiritual.

La mitad superior, es del dominio de la casada. Y la casada, también ocupa el

extremo superior izquierdo, una especie de maquinaria compleja de fisiológica

humanidad.

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Se relaciona con los solteros, que están en la parte inferior, por una suerte de vía

láctea, una serie de pistones, de energías que hace que se comuniquen pero no se

toquen.

En la parte central del módulo inferior advertimos la máquina de hacer chocolate

y que inspiró la frase célebre de Duchamp “el soltero se hace solo el chocolate”.

Cuando Lacan interrumpe su seminario y apoya la protesta del 68 advierte a los

estudiantes con esta frase: “Tengan cuidado, que el contestatario no se haga solo el

chocolate”. Y luego cuando es acosado por ellos profiere una suerte de amenaza:

“Quieren un amo lo tendrán”.

Son dos advertencias fuertes de Lacan.

Hay numerosos ensayos sobre la máquina, sobre La casada desnudada hasta

por sus solteros, pero les leo lo que Duchamp nos dice :

“La novia se presenta desnuda bajo dos apariencias, La primera como puesta

al desnudo por sus solteros, la segunda como imaginativo voluntaria de la novia”.

Se desnuda entonces bajo dos condiciones, una por los solteros y otra por

voluntad imaginativa. Del apareamiento de estas dos apariencias, de su condición,

depende toda la realización plena.

Primero, la plena realización en la puesta al desnudo por los solteros, segundo

la plena realización en la puesta al desnudo imaginativo de la novia deseante.

Entre la novia y los solteros no hay contacto directo, sino a distancia, chispas

del magneto deseo, explosiones del motor de cilindros, suspiros de la novia que hacen

ondular los pistones.

En el último estado de la novia, antes del orgasmo, los solteros desaparecen.

La operación es circular, comienza en el motor deseo de la novia y termina en

ella.

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Inclusive no necesita espectadores porque la obra misma los incluye: los

testigos oculistas.

Esta obra inconclusa en el 23, sufre años después la rotura de sus cristales y es

allí cuando Duchamp considera el acabamiento de la obra. Posibilidad de encuentro

determinada por la rajadura que va más allá de la interpretación cínica y mecánica del

encuentro amoroso.

La temática de la máquina, en el sentido de la transmisión, es compleja.

La maquina tiene una condición simbólica por excelencia. La maquina que Uds.

conocen fundamentalmente es el Fort Da que Freud lee en el juego de su nieto cuando

la madre se ausenta. La máquina Fuera Aquí, la oposición del par fonemático.

Ahí tenemos el símbolo, la máquina en funcionamiento.

Pero la máquina tiene a la vez una otra condición. Cuando Hegel pensó el fin de

la historia, lo desarrolló en la Fenomenología del Espíritu en torno al saber absoluto.

Cuando el saber absoluto, hubiera llegado a su conclusión, estaríamos en lo que se

llaman etapas post revolucionarias, vamos dando un giro a lo que estamos hablando.

Cuando esté consumado el saber absoluto, el fin de las ideologías, los que saben van a

tener el instrumento, el poder, el cetro, y la propiedad. De allí, cierta tensión que hay en

el discurso universitario, animado por el amo. Y los que no posean el saber, los buenos,

los divertidos, los simpáticos, a bailar.

Esto pertenece al orden de lo actual.

Freud no era un humanista. Tenía la actitud de un médico de la época. Para él, el

cuerpo era una máquina. De pronto empieza a descomponer, a desmontar esta máquina.

Se interesó por la biología, la fisiología, la anatomía, el estudio de las propiedades

anestésicas de la cocaína para intervenciones quirúrgicas en los ojos.

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Del complicado aparatito que es el sistema nervioso, pensó que era un

homeostato, que tendía a la homeostasis, al equilibrio.

Pero de lo que se habla en Freud es de energía, de algo de lo que no se hablaba

en Hegel. Se piensa que en Hegel predomina la conciencia y que en Freud prevalece

lo inconsciente. Pero, lo distintivo es que en el psicoanálisis comienza a hablarse de

energía porque entre Hegel y Freud lo que acontece es el advenimiento del universo de

la máquina.

La energía es un término oscuro, opaco, misterioso, y que hay que darle su

lógica.

Freud puso el acento, a lo largo de su obra sobre la función energética.

Pero entonces, en relación a esta máquina, tropieza con el sueño. Se percata de

que el cerebro es una máquina de soñar, allí donde la palabra y el sentido se revelan.

Descubre el funcionamiento del símbolo en estado dialéctico, en el chiste, en el síntoma,

en las bromas, en los desplazamientos, los juegos de palabras, en las condensaciones.

Tiene que tomar partido por ese descubrimiento, aceptarlo o desconocerlo. Lo acepta y

por eso nos lega La psicopatología de la vida cotidiana, El chiste y su relación con el

inconciente, La interpretación de los sueños.

Pero a la vez ¿qué es lo que de allí se desprende? -que eso ríe, que eso sufre,

que eso sueña y eso está dotado de energía.

Fue menester que recorriera todavía 20 años de su existencia, para poder volver
sobre sus pasos y descubrir de qué estaba hablando cuando hablaba de energía.
Esto le impuso la nueva elaboración del Más allá del principio del placer y la
pulsión de muerte.
Bueno, a mí me interesa en la transmisión hacer un movimiento inicial de
ampliación y luego un movimiento de reducción lógica. ¿ Qué es lo que intento
remarcar? Se los puedo decir en una frase: que ese funcionamiento que Freud encuentra

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en Más allá del principio de placer se llama goce y que el goce va a implicar una
reconsideración de la temática de la máquina de soñar.
Se funda algo. Pero lo primero es un cavado, un agujero que Freud llamó
núcleo central, ombligo del sueño y Lacan hiancia, hiato, desde donde surgen las
asociaciones de palabra, la máquina simbólica, el Fort Da , los sueños.
Pero la concepción que es novedosa, es que en definitiva, para que se
manifiesten todas esas formaciones, debe estar presente el goce.
Esto causó una gran conmoción.
Se está acostumbrado a decir que el sueño se despliega, se organiza a partir de
un resto diurno que activa un deseo infantil y que hace que el sueño se manifieste.
Pero podemos decirlo de una otra forma: que ese resto diurno va a tocar algún
elemento de goce, y ese elemento de goce va activar el sueño , lo simbólico, la ficción.
La novela familiar, el mito individual del neurótico nos otorgan la ecuación simple de
que la verdad tiene estructura de ficción.
En Teorías sexuales infantiles lo que el niño hace es inventar una teoría, por
ejemplo la teoría de la cloaca en función de una experiencia de goce corporal, el margen
anal. En función de ese margen gozante, se organiza la ficción.
Y con esto, vamos a ir al punto que ciñe la neurosis.
Lo que define la neurosis es la evitación de la castración. Y lo que introduce el
discurso del análisis, es justamente, a través del símbolo, a través de esa máquina
simbólica, es ese agujero, ese cavado, esa falta de objeto que llamamos castración.
El neurótico llevado por su sufrimiento toca la puerta del analista, en donde se
encontrará con la castración, mientras que por el contrario lo que está en juego en su
estructura es eludirla.
Estos dos objetos que nombramos falo y objeto a van a reconsiderar la teoría, la
clínica y la práctica freudiana
La histeria, en su evitación de la falta, le susurra al oído a Freud la temática del
Edipo y el neurótico obsesivo, en su intento de sustraerse a la castración, le dicta a
Freud Tótem y tabú.
Entonces tenemos que tener presente que estos dos mitos tienen la misma
condición que cualquier ficción. Tienen estructura de verdad, pero si no le damos su
lógica el Edipo y la construcción freudiana de Tótem y tabú serían delirantes.
¿Qué dice la histeria en torno al tema de Edipo? -el padre es amo.
¿Qué dice el obsesivo? -que el padre goza de todas las mujeres.

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El padre es amo en el mito de Edipo y goza de la madre, tomando en cuenta de
en doble sentido, él goza de la madre, la madre goza de él.
Mientras que gozar de todas las mujeres de Tótem y tabú, es retorcido, dice
Lacan. Tótem y tabú es un tabuzón que el obsesivo nos vende.
Cuando Freud construyó los historiales, los construyó en base al mito de Edipo
y Tótem y tabú y articulando el padre a la verdad.
Desde los Estudios de histeria, El Hombre de las ratas, El Hombre de los lobos,
los historiales en relación a la histeria o la neurosis obsesiva, el padre es equivalente a la
verdad.
Cuando reformulamos las cosas, vemos que lo que está subyacente en un mito y
otro es el goce. Goce de las mujeres, goce de la madre.
Podemos sustituir entonces, la temática del padre en Freud por la temática del
objeto y el goce.

Para concluir ahora, les presento esta fotografía de


Jeff Wall

Esta fotografía fue realizada en Praga, por Jeff Wall y está basada en el cuento
de Kafka Preocupaciones de un padre de familia.
Les adelanto que esta ilustración, es la que vamos a utilizar como difusión en
Córdoba de las Jornadas del 18 de abril, de la Escuela Freudiana Córdoba, que lleva por
título La declinación del padre: su incidencia en la práctica.

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La preocupación del padre de familia es la siguiente:
Descendiendo por las escaleras se encuentra con un pequeño objeto en forma de
carretel, similar a una estrella de cuyo centro sale un palito transversal y con unos hilos
desflecados que hacen del conjunto una forma adecuada a ninguna función.
A la pregunta ¿cómo te llamas? el huidizo objeto responde Odradek
y ¿tu domicilio? -Indeterminado.
¿Dónde vives? -Vivo en todas partes, en el pasillo, en el descanso de la escalera
y en ocasiones en casa de vecinos, pero regreso siempre aquí.
y ¿desde cuándo? -desde siempre contesta la criatura con una risa que suena
como un susurro de hojas secas.
Y el padre de familia se aleja con la dolorosa idea de que este extraño objeto lo
sobrevivirá.
Uds. advierten que esa preocupación no tienen que ver con la virtud o con moral
alguna, sino con que hay un objeto que va a atravesar todas las generaciones, va a rodar
sobre sus pies, los pies de sus hijos, los de los hijos de sus hijos.
Esa máquina simbólica, que es el lenguaje, traslada un objeto, un objeto de
goce, que va a atravesar todas las generaciones. Como vemos, el padre , que va a ser
sustituido, dentro de la práctica por esos dos objetos, el falo y el objeto a. Es una ironía
redoblada que Jeff Wall, sustituya al padre por esta joven bajando las escaleras.
Nos detenemos ahí a ver si quieren hacer preguntas.

Pregunta: sobre la obra de Picasso y el corte de la silla

Está presente. El aislamiento del objeto es el recorte mismo. Hice hincapié en el


objeto real. El recorte implica el aislamiento. Es el pasaje del universo de la
representación al universo de la presentación y cuando algo se presenta, tiene un
carácter de revelación, de irrupción. Dentro del marco del análisis lo que interesa es ese
carácter irruptivo, no una revelación en un sentido místico. El carácter irruptivo, de
revelación hace que las cosas tengan una presentación, una condición real, más que una
representación. Si nos manejamos con la representación, la interpretación tendría que
ser siempre dar sentido, estaríamos en el plano de la conciencia.
Mientras que la intervención, la interpretación, el corte, es lo que puede
precipitar el trabajo del inconciente. Es decir, no se trata de que un analizante concluya

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su sesión y se rompa la cabeza pensando. El inconciente trabaja solo. El gran
descubrimiento de Freud es que el pensamiento es inconciente. Por lo tanto el corte, la
escansión tiene una implicancia.
Pero me interesaba remarcar la historia del objeto real. Me interesaba señalar
como en el mismo momento que Freud se preguntaba por la temática del objeto e
intentaba elaborar una energética, Picasso, Duchamp, realizaban un intento paralelo.
Por eso me parece que el psicoanálisis no puede estar enclaustrado, el analista,
aislado en su consultorio, sino participar de lo actual. En lo actual hay un cinismo
social que acompaña la época. Tenemos que interrogar ese cinismo social, preguntarnos
quien es el prójimo hoy en día.
No es tan simple darnos una respuesta como en los inicios del análisis, en donde
podíamos decir que ese vacío que hay en mí, es el mismo vacío que hay en ti. Hoy el
prójimo es un semejante que padece de melancolización y de un marcado masoquismo
habitado a su vez por el vértigo.
Estas ilustraciones que ahora les presento son realizadas por Tim Burton en un
libro que les recomiendo vivamente, que se titula La melancólica muerte del chico
ostra.
Se las voy a mostrar en parejitas.

Chico ostra Chico ostra

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Amanda Chico tóxico

Son hermosas ilustraciones. Amanda, la que encuentra contento inhalando


pegamento ,el único problema es que se le pegan los pañuelos de papel a la nariz
El niño tóxico, el chico tóxico, inhalando gas carbónico, adviertan su júbilo.

Chico mancha Chico robot basura

El Chico mancha, como súper mancha. Aquí tenemos al Niño mancha y el niño
robot basura, intentado hacer estas parejas, que no están en Tim Burton.
El padre va al médico y pregunta ¿cómo nació este engendro? Y el médico le
responde tengo que darle esta noticia, usted no es el padre, su esposa lo ha traicionado
con el aparato microondas. El padre se indigna por haber sido traicionado por ese
grasiento aparato de cocina, le levanta la tapa de los sesos y lo transforma en un cesto
de basura.
A la vez, debiéramos tener en cuenta, como nos lo presenta Tristram Shandy, que
no se trata de que saquemos el niño debajo de la túnica para producir un efecto de
encantamiento.

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Laurence Sterne, el autor de Tristram Shandy nos relata irónicamente que tal
recurso es bastante usado en materia de elocuencia. Al menos se cultivaba en Atenas y
Roma y podrá seguirse usando mientras los oradores porten túnica.
Debajo de ella, para cuando se lo necesite se puede ocultar un hacha, un frasco
con pepinillos en vinagre, un casco roñoso o un tierno infante principescamente
ataviado.
El efecto de sacar el niño hará que los resultados sean maravillosos, ¡¡¡ las bocas
se abrirán de admiración !!!
Esas hazañas sólo son posibles en aquellas profesiones donde los oradores
todavía gastan túnicas largas.
La decadencia de la elocuencia es atribuible entonces al uso de levitas cortas:
“Ya no podemos esconder nada, señora, que valga la pena enseñar”
Lo que nos interesa entonces, no es exhibir al niño, sino preguntarnos quien es el
prójimo hoy en día y como analistas, ¿ cuál es el lugar del analista, hoy?
El lugar del analista de alguna manera tiene que participar de cierta condición
portátil y es de lo que quiero hablarles en la próxima media hora

Pregunta
.
Es una pregunta interesante, a la vez que compleja.
El padre ideal es una dificultad dado que lleva al sacrificio. Freud lo decía de
otra manera Dios es la nostalgia por el padre ideal. Ahora el padre en tanto legislador es
también una dificultad, es el padre de Schreber, que conduce a la psicosis. Entonces no
es tan sencillo decir que el padre es la ley. Una función del padre, sin que se la
proponga, es encontrar en una mujer el objeto a y de esa forma los hijos quedan
liberados.. Ese es el padre real, que es el que interesa y que Lacan ubica como agente
de la castración.
El analista da preeminencia al lenguaje y la palabra. Recuerden Función y
campo de la palabra y el lenguaje en Lacan. Recuerden, El chiste, La Psicopatología
de la vida cotidiana, el privilegio dado por Freud al significante.
Pero cuando digo los fundamentos del psicoanálisis, inconciente, repetición,
transferencia y pulsión.
¿Qué implica el recorrido de la pulsión? El dar vueltas en torno a un objeto.
En la repetición, la tyche, el objeto participa del encuentro con lo real.

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¿Respecto del inconciente? Eso habla, eso ríe, el objeto está presente.
Y tenemos en la trasferencia, al analista en el lugar del objeto, llevado a ese
lugar por el analizante, de modo que no sólo es soporte de la palabra sino que sostiene
ese lugar objetal.
En el discurso del análisis en el lugar del agente ubicamos el objeto a.
¿Cual es el Otro en el discurso del analista? -el sujeto dividido, el matema de la
fórmula del fantasma.
Acompaña con su escucha pero a la vez, es llevado a ese lugar objetal.
La palabra, como el circuito de la pulsión, semeja una mano, una garra, que va
a intentar arrancar esos objetos.
Para concluir, les relato un cuento de Kafka escrito en 1917. Se titula El jinete
del cubo y que abordé en La metamorfosis del objeto.
En Calvino, lo encontramos en Seis propuestas para el próximo milenio.
El punto de partida de la narración es una situación real, la guerra, el invierno
terrible en el imperio austriaco. El personaje del relato acude a una mujer para pedirle
al fiado una palada de carbón. La carbonera rechaza este pedido y ante la negativa, el
personaje monta al cubo y se va volando al otro lado de las montañas de hielo.
Calvino se pregunta si allí encontrará el carbón para mitigar el frío y se
responde que no, porque si el cubo hubiese estado lleno de carbón el hombre no podría
volar.
En el análisis, es necesario que el objeto de goce pierda peso, que vire hacia la
levedad, que en definitiva una falta sea posible.

Vamos a continuar esta segunda parte, va a ser más breve. Les dije que la
Fundación de la Escuela conllevaba para mi un peso, que no quería que lo tuviera.
Quiero otorgarle, entonces, una dimensión más leve. Recurro para ello a dos
textos que se entrecruzan en 1985. Uno de ellos se los acabo de mencionar Seis
propuestas para el próximo milenio de Italo Calvino de 1985 y el otro Historia
abreviada de la literatura portátil, de Vila-Matas del mismo año.
Dos trayectos que transitan la levedad, pero con diferentes destinos de sus
autores. Calvino fallece una semana antes de las conferencias anunciadas, mientras que

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Historia abreviada de la literatura portátil, es el texto que lleva a Vila-Matas a cierto
reconocimiento en la literatura española y universal.
Es interesante remarcar que la temática de la levedad está presente en uno y
otro. En La metamorfosis del objeto he desarrollado las Seis propuestas, así que hoy me
voy a centrar en el comentario de Historia abreviada de la literatura portátil.
Si tenemos en cuenta el trazado que realicé al inicio de esta disertación respecto
de Duchamp, comenté que de 1913 a 1923 trabaja sobre la obra inacabada que llamará
La casada desnudada hasta por sus solteros.
Y advertimos que 1924, el año inmediatamente posterior, es aquel en que sitúa
el comienzo de la historia que nos relata Vila- Matas de lo que llamó la conjura Shandy.
Toma apoyo en la novela referida de Laurence Sterne, que se titula Tristram
Shandy, aparecida en 1760 que narra las aventuras y opiniones, la vida del caballero
nombrado como Tristram. Los datos accesorios, sus familiares, los amigos, van
tomando todo el relato que no arriba nunca a una conclusión.
Sterne escribe por fuera de las convenciones del género, explota los distintos
recursos tipográficos, deja una página en blanco para que el lector pueda dibujar a su
enamorada, se vale reiteradamente de la paradoja. Una novela excéntrica,
autorreferencial, un protagonista extravagante. Cuando más nos adentramos en su
escritura, Sterne se nos revela como un conocedor de los movimientos religiosos,
culturales y políticos de su época.
Supo presentar lo que veía a su alrededor de una manera crítica, burlona, no
exenta de ironía. Pero a la vez un estilo que difería de la novela inglesa de la época,
abriendo una vía nueva a los novelistas del futuro.
Entonces la conjura Shandy que relata Vila- Matas en Historia abreviada de la
literatura portátil, reúne ciertos personajes, medio chiflados, volubles, divertidos que
podrían habitar a su vez el libro de Sterne.
La conjura se inicia por hechos accidentales en el invierno de 1924, pero que
toman la condición de acontecimientos significativos a partir de las conjeturas
desopilantes que los protagonistas hacen de los mismos.
La primera de las escenas se desarrolla sobre el peñasco donde Nietzsche habría
tenido la sublime intuición del eterno retorno. Montado sobre la histórica roca el
escritor ruso Andrei Biely sintió los efectos de las lavas de lo supraconciente nos dice
Vila-Matas o de las larvas de lo inconciente podríamos precisar nosotros.

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A la misma hora, el mismo día, a poca distancia de allí, el músico Edgar Varese
se cae del caballo, cuando parodiaba a Apollinaire que se preparaba para ir a la guerra.
Éstos dos hechos, estas dos escenas, acaecidas en el invierno de 1924, donde cabalgar
sobre la fama de otros causó patentes estragos llevaron a Duchamp a sospechar que no
se trataba del orden de lo casual.
Pero más allá de la sospecha lo que asaltó a Duchamp fue la súbita comprensión,
no sabemos muy bien porqué, de que la vida no debiera cargarse con demasiado peso.
Una intuición respecto de la levedad, quizás alentada por aquello que cae de lo
alto, sustentó la historia de la literatura portátil.
La caja-maleta de Duchamp, maletín que contenía toda su obra en miniatura, se
convirtió en el icono, en el símbolo en que se reconocieron los conjurados shandys.
Su alma gemela, Walter Benjamin, que había intentado convertir su vida en un
pasaje, que sabía entonces de puertas y de lo portable, inventa una máquina para pesar
libros, la máquina que vuelve ahora a nuestro relato. Un extraño dispositivo en donde el
libro, ingresa en un cilindro y por una serie de lentes, de ópticas, se lee velozmente y si
es sopesado como leve, emerge del cilíndrico encierro, al tiempo que se enciende una
bombilla que reza “abajo el gran estilo”.
Se detectaba entonces con suma precisión a la vez las obras literarias
insoportables y por ello también intransportables.
Estos dos personajes, estas almas errantes, vagabundas, exiliadas del mundo y de
si mismos, organizan casi sin proponérselo la gran conjura Shandy.
Uno de los requisitos necesarios para ser integrante de la conjura, es que sus
escritos no sea insoportables. El otro, funcionar como una máquina soltera, al menos en
el sentido que Duchamp le diera en El Gran cristal. Son dos requerimientos necesarios
aparte de exigirse un alto grado de locura, simpatía por la negritud y cultivar el arte de
la insolencia. También eran considerados como rasgos típicamente shandys una tensa
relación con el doble, sexualidad extrema, si eso fuera posible, espíritu innovador y la
ausencia de grandes propósitos.
Es una conjura, en definitiva, destinada a desaparecer.
¡¡¡No planteo estos rasgos como requisitos!!! -pero estar habitados por la
levedad, me parece condición necesaria a todo analista. Si no hubiera pérdida de lo
pesado, si no hubiera pérdida de goce, no habría deseo del analista.

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Es interesante que haya todo un trazado, que de alguna forma, tiene registros
afines con el psicoanálisis. París, Praga, Viena, Trieste… el trazado de la conjura
Shandy, diversas ciudades donde recalan y escapan para volver a reagruparse.
Viena no es indiferente, por Freud, tampoco Praga con relación a Kafka. De
Trieste recuerden lo que hemos trabajado, en otras ocasiones, con relación a la
dimensión poética.
En estos recorridos los conjurados son acompañados por extrañas formas que
son aquellas que las cosas asumen en el olvido.
Golem, Bucaresti, Odradek, son los nombres que ponemos a cosas innombrables
que viajan junto a nosotros en nuestras vidas.
Abandonados en opacos lugares conspiran a nuestro lado en silencio y a veces
contra nosotros mismos.
Lacan llamó letosas a estos objetos de la ciencia a los que no hay que darle
demasiada lata, pero que a la vez quizás somos llevados a encarnar en lo actual.
El Psicoanálisis portátil tiene que vérselas con una condición doble, soportar
la posición de letosa, pero a la vez no dejar ese punto de auscultación, todo lo que
permanece vivo del cuerpo: “ese crío, por que no, esa mirada, este grito, esos berridos,
ladra - ¿qué puede hacer?”.

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