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UNIDAD EDUCATIVA “MACANDAMINE”

Macandamine – Casanga – Paltas

BEETHOVEN Y YO

Hace poco tiempo vivo en el sector El Valle, cantón Paltas, barrio Macandamine,

parroquia Casanga, provincia de Loja, pertenezco a una familia muy humilde, soy el único

hijo, mis padres me cuidaban tanto y no me dejaban solo, cuando crecí no tenía con quien

pasar el tiempo, mi compañía para jugar eran solamente los juguetes que me compraban

mis papás, hasta que llegó el momento que me cansé de ellos y no contaba con amigos para

divertirme, mis padres se preocupaban mucho y pensaron en comprarme un cachorrito para

que me acompañe, al principio no me adaptaba al animalito, pero con el pasar del tiempo

fui acostumbrándome y familiarizando con él, hasta que llegó el momento que me encariñé

del cachorrito y pedí a mis padres que le pongan el nombre de Beethoven, porque
consideraba que era mi mejor amigo, arreglé su camita para que descansara en la noche

pero Beethoven no quiso dormir solo, se fue a recostar en mi lecho igual conmigo.

Beethoven es muy cariñoso, juguetón, dormilón, lanudo, orejas largas, ojos azules, frente

blanca, bravo, grande y cazador, desde este momento fue tanta mi emoción, que lo llevé a

recorrer por todos los espacio de mi habitación, porque Beethoven ya era mi mejor amigo

y que nunca me iba a dejarme solo, un día Beethoven estuvo triste no tenía ganas de comer

ni de jugar, mis padres lo llevaron donde el veterinario para que lo examinara y el doctor

luego de haberlo diagnosticado nos informó, que Beethoven tenía una enfermedad que

podía terminar con su vida, me puse muy apenado, pedí a mis padres que lo regalaran a

una fundación de perritos quizá ahí puedan ayudarlo, cuando lo dejamos me despedí con un

abrazo y le dije, ¡Beethoven nunca te olvides de mí! Yo eternamente te recordaré, porque

eres mi mejor amigo en todos los instantes de mi vida, yo te llevaré en mi corazón, piensa

que los momentos que vimos juntos fueron de mucha felicidad y alegría, siempre nos

ayudaste en el cuidado de nuestra casita.

Pasaron los días, desesperado dije a mis padres que me acompañaran a visitar a Beethoven,

de pronto escuché una noticia que Beethoven se había curado y que necesitaban saber de

los dueños para entregárselo, muy contentos fuimos a verlo en el lugar donde lo dejamos y

la sorpresa fue que Beethoven estaba sano, volvió nuevamente mi felicidad, lo llevamos a

casa lo alimentamos y de nuevo volvimos hacer travesuras sin medir consecuencias, hasta

que un día quebramos el macetero de una planta que tanto la cuidaban mis padres, ellos

muy molestos nos castigaron y nos sentimos muy tristes, salimos de la casa y nos fuimos a
la huerta donde siempre trabajábamos con mi padre, como Beethoven era muy ágil para

cazar animalitos de campo atrapó a una guatusa le quité y fuimos corriendo a casa a contar

a mis papás, lo que había cazado, ellos muy contentos se olvidaron de las travesuras que

hicimos.

Cuando nos íbamos de paseo por el campo y nos tocaba pasar por las quebradas a

Beethoven y yo nos gustaba bañarnos y jugar en el agua, como era tiempo de invierno la

creciente aumentaba y por poco nos lleva la corriente, pero gracias a un tronco de un árbol

pudimos salvarnos y regresar nuevamente a casa con felicidad, con el pasar del tiempo por

situaciones económicas de mis padres, tuvimos que dejar a Beethoven y abandonar el

lugar donde vivimos juntos salimos a la ciudad en busca de trabajo para solventar nuestras

necesidades y desde ahí poder ayudar en la alimentación de Beethoven, porque quedó al

cuidado de los vecinos, mi mascotita preferida.

Como Beethoven era muy cariñoso y bravo no le gustaba que ningún animal extraño llegue

a su casa y al sentirse abandonado, sin amigos cierto día huyó de la casa y se encontró con

una bandada de perritos y ellos viéndolo muy grande y extraño corrieron de miedo

dejándolo solo nuevamente y al verse sin amigos, Beethoven decide nuevamente regresar a

su casa para encontrarse conmigo que tanta falta le hacía; sin embargo no encontró a nadie

triste y abandonado se hundió en su soledad y se quedó ahí por varios días. De pronto

mejoró nuestra situación y tuvimos que regresar a casa, mi sorpresa fue que encontré a

Beethoven en una situación muy preocupante: sucio, flaco y hambriento nuestro encuentro

fue emocionante para los dos recordamos que jugábamos desde pequeños él se sentía feliz,

porque tenía un hogar donde vivir, donde alimentarse y descansar tranquilo.


Pero yo llegué a casa por unos días de vacaciones y nuevamente tenía que regresar a mi

escuela donde estudiaba, cursaba el séptimo Año tuve que abandonarlo a Beethoven

dejándolo al cuidado de mis padres, ellos con tanto esmero lo mimaban y lo alimentaban,

porque sabían que era mi mascotita más preferida. Un día notaron en Beethoven su mirada

triste ellos pensaban que estaba así porque su amigo lo abandonó, para acabar con la

tristeza del animalito mi padre lo llevó de paseo por los lugares donde siempre andábamos

los dos. La sorpresa más triste fue cundo regresaron a casa y encontraron a mi mamá caída

en el piso sangrado y una nota que decía perdóname hijo mío que no pude estar a tu lado

todos los momentos de tu vida, espero que sigas adelante con tus sueños y ten presente que

yo estaré ahí cuando tú me necesites y en tus momentos más felices, en seguida mi padre

me llamó para informarme que mi madre había muerto, cuando llegué a casa con mucha

tristeza nos abrazamos y con lágrimas en los ojos pedíamos a Dios que le perdone los

pecados, luego la llevamos al parque de los recuerdos para darle cristiana sepultura para

que descanse en paz.

Con el pasar de los días mi padre y yo no recuperábamos la pérdida del ser más preciado

de la tierra, pero mi amigo Beethoven siempre estaba a mi lado dándonos aliento, un ángel

del cielo en mi sueño me decía que no sufra porque mi mamá está en un lugar muy

especial, le suplicaba que me lleve a ver a mi madre, pero al darme cuenta que no pedía

dejarlo solo a Beethoven, ya que no había quien lo alimente y lo cuide entonces decidí

quedarme con mi amigo hasta que la muerte nos separe.


Meses después Beethoven y Yo nos fuimos a caminar por el parque de la ciudad y como mi

mascota era un animalito de pelaje muy hermoso que se parecía a un peluche, muchos de

mis amigos me pedían que se lo regale viéndolo tan grande sus orejas largas y ojos azules,

les dije que no podía hacer eso con mi gran amigo, porque él es el que cuida nuestra casa y

nos da felicidad; además, es muy juguetón e inteligente, esa es la razón por la que no podía

traicionar a mi mascotita; un día paseábamos alegres por el parque, cansados de tanto

correr regresamos a casa y al cruzar la calle fue atropellado por un carro dejándolo

inconsciente, yo marcando a Beethoven en mis brazos lo llevé donde el veterinario, pero

como el golpe había sido muy fuerte antes de llegar donde el doctor murió dejándome solo

y con la tristeza de haber perdido a mi mejor amigo, que con tanto amor y dedicación lo

cuidaba y así termina nuestra historia de vida entre Beethoven y Yo.

Autora: Daniela Piedad Pangay Sexto Año de Educación Básica.

SEUDONIMO: NIÑA DESCONSOLADA

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