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Rev Chil Neuro-Psiquiat 2001; 39(1): 10-11

ARTÍCULO ESPECIAL

La psiquiatría en el cambio de siglo: psiquiatría social

Psychiatry in the Turn of the Century: Social Psychiatry

Juan Marconi

Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, Campus Sur, Universidad de Chile.

Dos precisiones y algunos hitos históricos

La psiquiatría social surge de la aplicación, en general, de los métodos de las


ciencias sociales al estudio de los trastornos mentales. La salud mental, como
disciplina científica nace de la aplicación del método epidemiológico, propio de la
salud pública, como ciencia social, con idéntico propósito. El presente análisis se
restringe sólo a este segundo tema.

Así como en la segunda mitad del siglo diecinueve se consolida, a nivel mundial, el
modelo asilar de los hospitales psiquiátricos, en los últimos 50 años del siglo veinte
hemos vivido la incorporación de la salud mental a la salud pública propiciando una
red de servicios en todos los hospitales generales y en la comunidad asignada. La
reforma psiquiátrica es el acontecimiento capital de la psiquiatría social en el
cambio de siglo. Su grado de implementación, en diversos países y culturas,
permite medir la calidad de los programas de salud mental dentro de regiones de
un país, o a nivel internacional. Cinco raíces nutren la reforma, desde la década de
1950: psicofarmacología, epidemiología, atención primaria, terapia conductual y
derechos humanos.

La psicofarmacología desde la clorpromazina (1952) a la olanzapina (2000), ha


transformado a la psiquiatría en la especialidad de mejor rendimiento terapéutico:
60% a 80% de los casos tratados. El creciente desarrollo de la epidemiología
demostró altas tasas de prevalencia de trastornos mentales (20% a 30% en
estudios en comunidad y 50% en la atención primaria de salud), que requieren un
sistema de atención masiva orientado al análisis de factores de riesgo y factores
protectores. La creciente expansión a nivel mundial de

la atención primaria en salud refrendada en Alma Ata (1979), reunión donde un


psiquiatra de Panamá, Jaime Arroyo, logró la incorporación de la salud mental
dentro de la "salud para todos el año 2000"; un paso histórico, apoyando lo que en
Cali, Colombia y Santiago de Chile se practicaba desde 1967 y 1968.
A mediados de la década de 1950, con Wolpe en Sudáfrica y Shapiro en Londres,
nace la terapia conductual, psicoterapia de base científica y aplicación masiva para
controlar conductas anormales.

Por último, al plantearse la defensa de los derechos humanos de los pacientes


mentales, la Reforma agregó la dimensión ética y política de la acción.

Proyecciones Futuras

El incremento de la patología social, de la drogadicción y el alcoholismo hace


imperativa la integración plena de la comunidad organizada en los programas de
salud mental, aumentando la eficiencia y bajando el costo. El factor más importante
será desarrollar la docencia de pregrado de todos los profesionales de la salud en
consultorios periféricos, en torno a la atención primaria y la práctica en terreno.

Asimismo, junto a la psiquiatría biológica y la psicoterapia, la salud mental se


consolidará como el tercer pilar básico de la formación de postgrado en psiquiatría,
lo que ya sucede en Europa.

Las terapias génicas, inyectadas en virus portadores resolverán crecientemente a


nivel patogénico los trastornos mentales de base genética predominante. El año
2015 los problemas de salud mental serán el tema principal de salud públicas,
según estimación de la O.M.S.

La situación en Chile

La reforma psiquiátrica en nuestro país se inicia en la Universidad de Chile, en


1950, al crearse el Instituto de Investigaciones sobre alcoholismo, destacándose
estudios genéticos del apetito por alcohol en ratas, estudios clínicos y
epidemiológicos (5% de alcoholismo y 15% de bebedores excesivos). En 1952
Ignacio Matte crea el primer servicio de psiquiatría en el hospital general José
Joaquín Aguirre, de la Universidad de Chile, abriendo la nueva era de nuestra
psiquiatría. El Servicio Nacional de Salud enuncia, en 1957, el programa nacional de
control y prevención del alcoholismo, en hospitales generales, junto a educación
escolar y participación comunitaria. Sólo en 1966 se amplía el programa al resto de
los trastornos mentales, sin financiamiento adecuado hasta hoy: 1,2% del
presupuesto de salud; en Inglaterra, el 15%. En 1990, en democracia, Chile
suscribe la reforma (declara

ción de Caracas) y en 1998 se enuncia el Plan de atención psiquiátrica para Chile,


obra de la unidad de salud mental del Ministerio de Salud, que propone, en 8 años,
incrementar de 1,2% a 5% la proporción de recursos para salud mental.

En el último decenio los estudios epidemiológicos de alta tecnología de la


Universidad de Concepción han enriquecido los programas con datos de diversas
regiones y culturas del país. Los estudios genéticos de apetito por alcohol han
evolucionado a la aplicación, a futuro, de la terapia génica del alcoholismo, siendo
hoy la Universidad de Chile un centro de nivel mundial en el tema.

Los problemas del alcohol en Chile tienen un costo económico de 3.000 millones de
dólares por año, cifra que puede reducirse a la mitad, bajando en 50% la carga de
los problemas, lo que es factible, como lo ha demostrado la nueva política del
alcohol de la O.M.S. Europa.

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