La bondad es una cualidad de las personas que refleja claramente la
naturaleza del ser humano, su esencia verdadera. La persona bondadosa es benévola y buena, tiene inclinación natural o disposición permanente para hacer el bien con una actitud de amor, respeto y comprensión.
La mejor manera de enseñar, la mejor docente o maestra es el
ejemplo, ya que el modelo es más eficaz que la diversidad de palabras. Los niños deben observar en el adulto que un comportamiento bondadoso como ayudar, cooperar, comprender y ser solidario es mejor que agredir, maltratar, insultar o arrebatar.
En el proceso enseñanza aprendizaje, el niño debe incorporar
conceptos como hacer compañía a los abuelos, cuidar su habitación, recoger sus juguetes, ayudar a los padres en el hogar, colaborar en clases con sus maestros, prestar útiles a los demás, ayudar a los que menos tienen regalando ropa o algunas pertenencias, son sólo algunas de las tantas actitudes que forman al ser humano desde la niñez.
La bondad está presente en casi todas las religiones, es uno de los
elementos más esenciales de cada doctrina. Para el cristianismo representa un fundamento primordial, la bondad de Dios para con los seres humanos y la bondad de Jesucristo al entregar su vida para salvar a la humanidad. Según la biblia, las personas que actúan con bondad conocen mejor a Dios, y llevan una vida de felicidad, sin embargo muchas veces los individuos se muestran bondadosos solo con personas cercanas a ellos, es decir, personas que ellos aprecian y quieren , por ejemplo: sus familiares, sus amigos, etc. Pero no suelen mostrarse bondadosos con personas que no son de su agrado, no obstante, la biblia también comenta que el ser humano se encuentra rodeado de personas agradecidas y de personas ingratas, pero a pesar de esto, aquel que sigue las enseñanzas de Jesucristo debe ser bondadoso tanto con el agradecido como con el malagradecido.
La bondad es mantener una actitud amable, generosa, compasiva y
dispuesta a ayudar a los demás en lugar de la mezquindad, del egoísmo, de ver a los otros como rivales a los que es riesgoso ayudar.
La dureza de corazón como expresión de fortaleza y poder, el odio
y el rencor, el deseo de destruir a los semejantes o querer sacar provecho de ellos en lugar de cultivar la simpatía, la empatía, el compañerismo, la amistad son claros obstáculos que se interponen en el logro de una convivencia regida por la ética y la moral. Ser bondadosos es un don, un valor que hay que desarrollar para perfeccionar el espíritu y la grandeza de la dignidad humana.