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L
cuestión de la recepción clásica latina para la cons-
trucción, consolidación y difusión del cristianismo.
Esta mirada crítica radica en tratar de comprender la
de la antigüedad gre-
elección del género y la utilización y apropiación de corromana fueron sin
argumentaciones y elementos de autores clásicos
en general como momentos de una práctica y, por lo duda un elemento muy
tanto, de un proceso, los cuales se hacen comprensi-
bles y explicables como estrategia, habida cuenta del
importante en la cons-
lugar desde donde son producidas. Entendido como trucción del discurso
estrategia, el género literario está ligado a la construc-
ción de la competencia para erigirse como enunciador cristiano pues, como
autorizado y válido. Desde esta perspectiva también
abordaremos la cuestión de la recepción y utilización
portadores de signi-
de autores latinos. ficación, afectaron la evolución de
Palabras clave: géneros - discurso cristiano - apolo- parámetros políticos y culturales que
gistas - cristianismo primitivo - cultura clásica.
intervinieron en la construcción del
edificio ideológico de la teología cris-
The Apology and the Dialog in the first Latin
apologists: Tertullian and Minucius Felix tiana y, de este modo, contribuyeron al
Abstract: The paper analyzes the literary genre
trasvase de una corriente conceptual
and classic authors used by the first Latin apologists y ética desde la Antigüedad clásica
Tertullian and Minucius Felix to deepen the question
of the classic Latin reception for the construction, con- hacia el cristianismo de los Padres de
solidation and diffusion of Christianity. This look tries
to understand the choice of literary genre and the use
la Iglesia (Alesso 2005/2006: 19-36).
and appropriation of argumentations and elements Desde esta perspectiva, el trabajo se
of classical authors like moments of a practice and,
therefore, of a process, which become understandable propone analizar la cuestión del género
and explainable as a strategy, having in account the
place from where they are produced. Understood as a
y de los autores clásicos utilizados por
strategy, the literary genre is linked to the construction los primeros padres apologistas lati-
of the power to set itself up as speaker authorized.
From this perspective we will approach the reception nos Tertuliano y Minucio Félix para, a
and use of Latin authors.
partir de allí, profundizar de un modo
Keywords: genres - Christian speech - apologists crítico en la cuestión de la recepción
- early Christianity - classical culture.
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clásica latina para la construcción, El análisis del género y de los
consolidación y difusión del cristianis- escritores clásicos utilizados es im-
mo. Esta mirada intenta comprender la prescindible, además, para abordar
elección del género y la utilización y la cuestión del objetivo, destinatario,
apropiación de argumentaciones y ele- función y efecto de las primeras obras
mentos de autores clásicos en general apologéticas cristianas latinas (Berg-
como momentos de una práctica y, por jan 2002:83). Con respecto al género, la
lo tanto, de un proceso, que se hacen afirmación de Timpe (2001:65) que la
comprensibles y explicables como es- apología no constituye un género lite-
trategia, habida cuenta del lugar desde rario sino que los apologistas se sirven
donde son producidas y del destinata- de formas diferentes, cartas, discursos,
rio al que se dirigen. diálogo, pedido oficial o tratado filosó-
Los dos autores elegidos tienen en fico, muestra ya una dificultad inicial.
común que pertenecen a los primeros A partir de allí se abre un abanico de
apologistas cristianos que escriben en interrogantes: la continuidad del to-
latín, ambos son del norte de África pos socrático (Butterweck 1995) y,
y vivieron en Cartago, ambos poseen sobre todo, el efecto de la apología en
una formación jurídica, se desempeña- la comunidad cristiana (Zilling 2004).
ron como juristas, son miembros de un Ante este panorama, y en vistas del
estrato social acomodado de la Cartago estado actual de las investigaciones
romana y, convertidos a la nueva reli- sobre género literario y recepción de
gión, emprenden con su práctica de autores clásicos (Fredouille 1976; Stei-
escritura la tarea de defender a los cris- ner 1989), se tomará una perspectiva
tianos frente a las acusaciones y de con- socio-antropológica (Bourdieu 1992)
tribuir a la difusión y establecimiento para analizar la apologética cristiana
de la religión que consideran como como una práctica, teniendo en cuen-
única y verdadera. Estos apologistas ta que en todo campo literario cada
latinos del Norte de África se enrolan creador está autorizado a instituir su
en la tradición cristiana greco-oriental propio nomos, desde el cual aporta la
y sus escritos presentan muchas carac- regla de su propia percepción. A partir
terísticas comunes a las obras apologé- de allí se puede analizar en el discur-
ticas griegas. Sin embargo, a diferencia so de Tertuliano y Minucio Félix la
de las apologías escritas en griego, en cuestión de la relación entre posesión
las apologías latinas de estos autores del saber y autoridad social, a fin de
no se polemiza tanto con los filósofos analizar la inserción de la misma en
griegos sino con autores latinos, y en su particular contexto de producción
esto reside la originalidad de esta lite- y los mutuos condicionamientos que
ratura cristiana que comienza a desa- su escritura plantea entre productor y
rrollarse en occidente con Tertuliano y destinatarios. ¶
Minucio Félix, que tomarán como base
a Varrón y a Cicerón.
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que emprenden la defensa de la nueva cuyo tema central no es la filosofía
religión descalificando y atacando a las sino la descripción detallada sobre los
demás religiones del imperio romano. cultos, la organización religiosa y los
Para llevar adelante este objetivo se dioses de Roma. Su Antiquitates rerum
basan en obras que contienen repre- divinarum es una obra de la repúbli-
sentaciones sistemáticas de la religión ca tardía que surge de las tendencias
romana, éstas son De natura deorum a la reflexión y a la sistematización
de Cicerón y Antiquitates rerum divi- que se desarrollaron en Roma a partir
narum de Varrón, dos obras de la repú- del siglo tercero como consecuencia
blica tardía que predominan durante de la expansión imperialista y del in-
todo el período imperial. A primera tensificado encuentro con la cultura
vista ambas obras presentan similitu- griega. Respondiendo a esta tendencia,
des, se trata de las obras de dos escrito- Varrón, por un lado, hace una compi-
res contemporáneos muy productivos, lación completa de las prácticas reli-
con aspiraciones filosóficas, represen- giosas tradicionales, que de este modo
tantes del escepticismo académico y quedan documentadas, y, por el otro,
ambos se refieren a las religiones. Se crea un marco sistemático para legi-
trata, sin embargo de dos obras que timar filosóficamente estas prácticas
presentan grandes diferencias entres sí, religiosas. El instrumento para esto es
partiendo desde el género al que perte- la diferenciación de tres tipos de teolo-
necen cada una. En el caso de Cicerón gía, destacándose la teología civil, que
se trata de un diálogo filosófico en el concede un status teorético propio a
que se plantea un problema teológico. las prácticas romanas tradicionales
Encontramos en ella las opiniones de (Rüpke 2005). Varrón admite que el
muchos pensadores antiguos y, sobre culto y el aparato divino es histórica-
todo, las diferentes posiciones de las mente contingente, pero como ciuda-
escuelas helenísticas del momento son dano romano se ve llamado a defen-
expuestas por los personajes que inter- der lo legitimado por la antigüedad y
vienen en el diálogo con tal claridad y tradición de los propios antepasados.
agudeza, que esta obra de Cicerón se ha Estas obras de Varrón y Cicerón serán
convertido en una fuente central para claves en las apologías de Tertuliano
la reconstrucción histórica de las dis- y Minucio Félix, pero la modalidad y
cusiones filosóficas de la época. De na- características de la recepción varían
tura deorum constituye, junto con De en ambos. ¶
divinatione y De fato una tríada donde
se discuten conceptos teológicos, abs- Minucio Félix
tractos y universales como providentia
y fatum, pero en las argumentaciones a biografía y procedencia de Mi-
se encuentran muchos ejemplos de
religión romana. Por el contrario, en
el caso de Varrón se trata de una obra
L nucio Félix plantea problemas
por la falta de testimonios, sin
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clusión. El modelo que sigue Minucio fundo conocimiento y el dominio del
es el De natura deorum de Cicerón, lenguaje y de la tradición cultural ro-
donde intervienen con largos discur- mana.
sos los representantes de tres grandes La intervención de Cecilio cons-
escuelas filosóficas. El preámbulo y la tituye la parte siguiente de la obra
conclusión también revelan influen- (5-13). El discurso de Cecilio se es-
cia clásica, así como el narrador en tructura en dos partes: primero una
primera persona. La figura del árbitro exposición (5-7) relativamente breve y
se encuentra en Aulio Gelio, en cuya llena de referencias a los grandes per-
Noctes Atticae Minucio también debe sonajes de la historia romana y de la
haberse inspirado, pues aquel sitúa un tradición cultural y religiosa romana,
diálogo ente dos filósofos de diferentes a la que Roma debe su grandeza. De
escuelas en la playa de Ostia. ahí se sigue de que hay un consenso
La introducción (1-4) es de gran general acerca de la existencia de los
valor literario, comienza con la mismas dioses (8,1), pero no sobre su natura-
palabras con la que Cicerón comienza leza y origen, reproduciendo en esto la
su diálogo De oratore: “cogitanti mihi”, posición de De natura deorum (I,17,44;
recordando al amigo fallecido Octavio II,2,5). Aquí queda en claro la posición
y evocando recuerdos de tiempos pa- filosófica de Cecilio, un escepticismo
sados. De esos recuerdos rescata uno, negador de la posibilidad de llegar a
que será la trama del diálogo, el debate certezas firmes y que concede un lugar
de Octavio y Cecilio en torno a la reli- relevante al destino o a la fortuna en
gión. La introducción constituye una la explicación del devenir y del pro-
lograda puesta en escena en la que el pio acontecer histórico (5,2-13). Los
autor, dando muestras de un excelente cristianos son caracterizados como
dominio del lenguaje, describe el pai- gentes incultas que pretenden estar
saje, el ir y venir de las olas y el benéfico en posesión de certezas (5,4). En un
influjo de la brisa marina para la salud, mundo de dudas e incertidumbres,
y solo un pequeño detalle, el beso de atenerse a la tradición de los antepa-
Cecilio a una estatua de la diosa Sera- sados es el criterio más seguro (6-7),
pis, será el motivo que desencadenará criterio reafirmado por los hechos de
el debate. El uso del lenguaje y de los la historia romana, pues la divinidad
recursos literarios evidencian sin lugar ha recompensado la piedad y la reli-
a dudas que el diálogo se dirige a un gión del pueblo romano y ha castigado
público romano culto y refinado, de la irreligiosidad y el desprecio de los
un gusto literario exquisito, como se augurios y presagios. La discusión se
pone de manifiesto por las numero- estructura en torno a la tradicional
sas alusiones a lugares comunes de la oposición entre religio y superstitio,
literatura latina, con lo que, a su vez, conceptos que son utilizados por am-
el autor se construye a sí mismo como bos contendientes, pero estos concep-
un enunciador competente por el pro- tos no juegan un rol fundamental en
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varias ocasiones es llamada superstitio segado, respetuoso y correcto, en con-
(24,10), el origen y las historias de los sonancia con la urbanitas ciceroniana.
dioses (20,2-24,4), las imágenes (24,5- Como ya hemos notado, las referencias
10) y el culto (24, 11-13), y afirma que a Cristo, a escritores cristianos o a las
la superioridad política y militar de los sagradas escrituras están ausentes en
romanos no se debe a su religiosidad la obra. Sin duda el autor, que quiere
sino a los sacrilegios y crímenes que acercar el cristianismo a los ciudada-
han acompañado la historia de Roma nos romanos cultos, lo hace mediante
desde sus orígenes4. Al final dirige sus un lenguaje y estilo familiar a ellos.
ataques a los auspicios y augurios (26, El cristianismo se enrola entonces en
1-7), prácticas generalmente asociadas una tradición filosófica consolidada y
a la providencia, que son obra de los se construye sobre la base de la cultu-
demonios como los filósofos y poetas ra clásica, con sus herramientas y con
reconocen (26,8-27,8). La exposición los argumentos y ejemplos de Séneca
sobre los demonios le sirve para intro- y Cicerón. El diálogo tiende un puente
ducir su refutación a las acusaciones entre el destinatario, ese conciudadano
dirigidas contra los cristianos (28): culto al que se intenta persuadir y con-
adoración de asnos, asesinato de niños, vertir con argumentaciones y ejemplos
creencia en la resurrección y premio que le son conocidos, y un enunciador
del martirio, culminando en un ata- cristiano pero competente, cuya amplia
que general a la integridad moral del formación lo distingue de la masa de
oponte y de los filósofos. los cristianos y lo posiciona como un
La última parte constituye la con- par en la confrontación filosófica. ¶
clusión de diálogo (39-40) donde el na-
rrador manifiesta su admiración por Tertuliano
Octavio y reconoce que ha vencido a
los filósofos con sus mismas armas, n tono completamente diferente
después interviene Cecilio para felici-
tar públicamente a Octavio, admitir su
victoria y testimoniar su conversión.
U y una actitud combativa carac-
terizan los escritos apologéticos
de Tertuliano, quien vive en Cartago
La elección del género diálogo, entre el 160 y el 220. De allí que su
imitando el patrón clásico, pone de elección del género literario, así como
manifiesto las dotes literarias del au- su modo de recepción y apropiación
tor así como su empeño en elaborar de la tradición clásica, sea muy pecu-
un discurso culto que no desmerece liar. De temperamento violento y de
la tradición clásica, adoptando, pese a ardiente energía, alimentó dentro de
las graves acusaciones que se intercam- sí una pasión fanática por la verdad:
bian ambos contendientes, un tono so- para él todo el problema del cristia-
nismo y del paganismo se reduce a la
4 Muchas de estas referencias críticas e iró- vera vel falsa divinitas; su defensa del
nicas a los dioses romanos son tomadas de cristianismo y su ataque al paganismo
Tertuliano.
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rancia relacionada con el odio y con el Tertuliano va más allá de la discusión
comportamiento contradictorio frente filosófica sobre la naturaleza de los dio-
a la injusticia. Estas primeras palabras ses y en el mismo capítulo primero ya
resultan entonces un sutil ataque a deja en claro que va a emprender una
sus destinatarios, a los que constru- crítica incisiva que abarca no sólo a los
ye como ignorantes e injustos y, a su dioses sino a las prácticas concretas de
vez, anuncia la temática del libro que la religión romana tradicional, las ins-
gira alrededor de los procedimientos tituciones de los mayores, los mecanis-
jurídicos. Tertuliano retoma y elabo- mos de legitimación (2,1,7).
ra mucho material de los apologistas Para llevar adelante este objetivo
griegos (Schneider 1968) y, en general, Tertuliano tiene que alejarse del cami-
no se desvía del camino iniciado por no de los apologistas griegos (Becker
ellos. La diferencia con Minucio Félix 1954: 88) y recurrir a material sobre
es evidente. dioses y prácticas romanas. A este
El segundo libro reviste un ca- material lo encuentra en la obra de
rácter más original, en él Tertuliano Marcus Terentius Varro, Antiquita-
emprende la crítica a las religiones tes rerum divinarum libri XVI. Ya en
paganas en general y ataca en parti- el primer capítulo del libro segundo
cular las creencias romanas sobre los Tertuliano comienza con la exposición
dioses, ridiculizándolas de un modo del sistema de Varrón, constituyéndo-
incisivo. Para demostrar la irraciona- se el libro completo en un diálogo y
lidad de las doctrinas sobre los dioses discusión con el citado autor romano.
y su reprochabilidad moral Tertuliano La obra de Varrón constituye no sólo
argumenta con numerosos ejemplos el punto de partida de Tertuliano sino
y detalles tomados de la historiogra- también el principio de estructuración
fía, de la poesía y de la filosofía, lo que de este libro, pues Tertuliano expone
pone de manifiesto el acabado conoci- el sistema de Varrón y, de acuerdo a
miento y dominio de Tertuliano sobre él, procede sistemáticamente, punto
tradición literaria romana, pero él no por punto. Tertuliano se vale aquí de
construye sobre esta tradición sino que la clasificación de Varrón (tria genera
rompe con ella. El tono de este libro theologiae), que distingue los dioses de
ya no es defensivo sino decididamente los filósofos, genus phisicum, los dio-
agresivo, pues de la sutil designación ses de los poetas, genus myticum y los
del destinatario como ignorante en el dioses de las naciones, genus gentile, e
libro primero pasa a una denomina- introduce en relación con este tercer
ción ofensiva directa al llamarlos mise- género de dioses, que corresponde a la
randae nationes. También en este caso teología civil, la imagen de la adopción,
las primeras palabras anuncian el tema pues se trata de los dioses que las dife-
del libro, los dioses de los destinatarios rentes naciones han elegido y adoptado
romanos y la cuestión de la verdad y para practicar su culto (2,1,10). La ar-
falsedad. Sin embargo, el objetivo de gumentación de Tertuliano construye
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especialmente con los dioses de los ro- con un ataque mesurado a la religión
manos, que son su propia imagen, y los romana, tal como puede realizarla un
ridiculiza al extremo. Estas considera- ciudadano romano culto en una discu-
ciones sobre las divinidades romanas le sión filosófica entre pares. Más allá de
permiten a Tertuliano atacar la idea de la forma dialogal, en lo que respecta a
que la superioridad romana se base en los préstamos y referencias a autores
la religiosidad utilizando el argumen- clásicos, ellos son numerosísimos y to-
to de la absurdidad y ridiculez de los dos los investigadores acuerdan en la
dioses romanos y del fracaso probado capacidad de Minucio para componer
de los dioses importados. ¶ y ensamblar frases, expresiones y figu-
ras tomadas de otros autores, haciendo
Conclusión de esta obra un equilibrado mosaico
de ideas, escenas y detalles tomados
a lectura de ambas obras nos lleva de todos lados. Si bien este modo de
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usarse muchas argumentaciones filo- les falta universalidad. Tertuliano ar-
sóficas, pero es claro que para Tertulia- gumenta con las estructuras vacías
no el cristianismo no es una doctrina que constituyen las religiones en el
filosófíca sino una verdad revelada. imperio romano: provincia, civitas,
Con respecto a la religión del im- municipium8. Pero no se generan nue-
perio con la que se enfrentan, en am- vas categorías, de allí que Tertuliano, al
bos autores las referencias y los datos intentar imponer el cristianismo, hace
concretos sobre la religión romana es- de él una nueva religión romana, mien-
tán tomados de la tradición literaria, tras Minucio Félix hace de él una nueva
se trata siempre de casos y ejemplos filosofía. Esto determinó la elección del
estandarizados que provienen de la género y la modalidad de la recepción
filosofía, la historiografía, la poesía y de los autores clásicos. ¶¶
los manuales de retórica. La selección
de información responde sin duda a
la intención apologética cristiana y se Ediciones
toman aquellos ejemplos que muestren
lo contradictorio, inhumano o ridícu- BEAUJEU, J. (1964). Minucius Felix, Octavius.
lo de las prácticas religiosas romanas, París: Les Belles Lettres.
de modo que resultan funcionales a la BECKER, C. (1954). Tertullians Apologeticum:
argumentación filosófica. Pero aquí Werden und Leistung. München: Kösel.
se abre nuevamente la brecha entre HEIDENTHALLER, M. (1942). Tertullians
nuestros dos autores, pues este no es zweites Buch Ad Nationes und De Testimo-
el único objetivo de Tertuliano, él de- nio Animae. Studien zur Geschichte und
Kultur des Altertums XXIII.
muestra tener además, una conciencia
clara de la estructura de dominio del HOPPE, H. (1939). Quinti Septimi Florentis
Tertulliani Apologeticum. Vindobonae-
imperio romano, del rol de la ciudad
Lipsiae. CSEL 69.
de Roma y de su propio lugar como
KYTZLER, B. (1965). Minucius Felix. Octavius.
provincial. El contexto dominación- Bibliotheca Teubneriana. Leipzig (1992).
religiosidad hace que Roma sea la que
REIFFERSCHEID, A. y WISSOWA, G. (1890).
expande y legitime la religión romana. Ad Nationes. CSEL 20; 59-133.
Las consideraciones sobre las divinida-
des romanas ridiculizadas al extremo
le permiten a Tertuliano atacar la idea
de que la superioridad romana se base
8 La compleja relación entre religiones lo-
en la religiosidad. De este modo Tertu- cales y religión imperial es lo que en todo
liano, desde su situación de provincial, momento está en el fondo, de allí su dispu-
aborda el tema del dominio romano, ta con Varrón como proyecto de legitimar
y en ese marco analiza y ridiculiza sus las prácticas religiosas romanas fuera de
Roma. Tertuliano argumenta basándose en
prácticas religiosas y muestra que los el lugar, las categorías romanas de religión
dioses romanos no pueden afrontar el local, religión provincial, religión imperial
desafío que significa el imperio, pues están presentes y en su crítica basa su pro-
puesta de religión universal.
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Christian Literature. Cambridge: Univer-
sity Press.
ZILLING, H. M. (2004). Tertullian. Untertan
Gottes und des Kaisers. Paderborn: Ferdi-
nand Schöningh.
Recibido: 21/03/2008
Evaluado: 27/04/2008
Aceptado: 06/05/2008