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Empezando el Jardín: ¿adaptación o familiarización?

Mag. Gabriela Etchebehere.

Lic. Analía Duarte Servicio de Educación Inicial, Instituto de Psicología, Educación y Desarrollo
Humano. Facultad de Psicología- UdelaR

Esta ponencia introduce a la reflexión sobre la denominación de lo que, por muchos años, se
llamó “período de adaptación” al ingreso del niño o niña al Jardín de Infantes, desde nuevos
aportes que pasan a llamarlo “proceso de familiarización”.

Por mucho tiempo hemos hablado de “período de adaptación”, para referirnos al proceso en el
cual niños y niñas y sus familias se acomodan al nuevo espacio, horarios y personas de los Jardines
y Centros Infantiles.

Sin embargo, la lectura de un reciente artículo en la revista In-fan-cia (Febrer, I.; Jansà, E.; 2011)
nos permite pensar otra perspectiva, ya que cuestiona este término en el sentido de que puede
llevar a pensar que se trata de “adaptar” al niño y su familia a los ritmos y profesionales de la
escuela.

Es por eso, que proponen cambiar y hablar de proceso de “familiarización” aludiendo más a la
necesaria bidireccionalidad: “(…) familiarizar es establecer vínculos entre todas las personas
implicadas en la educación de un niño: el mismo niño, su familia, y las maestras que cuidarán de él”

promueve ansiedades intensas tanto en el niño como en el grupo familiar y exige de ambos un gran
esfuerzo.
Con este ingreso, el niño vive su primera separación parcial, diaria y regular del hogar
(Etchebehere, G.; Et. Al. 2008)
.
nuevos tiempos y nuevas rutinas, lo que favorece su individuación, crecimiento y posibilita su
socialización. En su desarrollo, el niño pequeño comienza construyendo una concepción de sí
mismo como sujeto a través de la relación con la realidad, al mismo tiempo que desarrolla una
relación interpersonal con su madre (al decir de Winnicott), y/o padre y/o referente familiar cercano
(desde planteos vinculares más actuales).

Esta relación sufre un “golpe” cuando el niño ingresa al Jardín (Winnicott, D. 1951). Ante esto, el
niño se enfrenta a nuevas maneras de relacionarse,

Esta experiencia se vivencia como un gran cambio, que visto desde los aportes de Pichón Rivière
despierta en el niño dos ansiedades básicas: la ansiedad depresiva, entendida como el miedo a la
pérdida y la ansiedad paranoide, entendida como el miedo a lo desconocido. (Etchebehere, G.;
Et. Al. 2008).
Aparecen así, por ejemplo, el miedo a la pérdida de la rutina que tenía en la casa, el tiempo en el
hogar y con su familia y el miedo a lo desconocido como los nuevos lugares, otros adultos, niños y
objetos.

Preferimos hablar del Personal, lo que incluye a las Auxiliares de Servicio, a las Educadoras
Alimentarias, a las Auxiliares de sala, ya que esta familiarización también es un fenómeno que se
extiende para ellas.

Por otra parte, destacamos una herramienta que denominamos “mi cajita de Familiarización”. Esta
herramienta es una adaptación de lo observado en la visita a un Centro Infantil de atención a niños y
niñas hasta 3 años pertenecientes a la Organización Femenina WIZO en Haifa, Israel, en el marco
de una beca de capacitación en el centro Golda Meier en el año 2000. En ese centro en la sala de 6
meses a 1 año consistía en "canastos con objetos personales" y en la sala de 1 a 2 años eran
"cajones personales" en un armario al alcance de niños y niñas

La primera adaptación de esta herramienta la introducimos en un Jardín privado de


Montevideo a partir del año 20031 denominándola “la caja de adaptación” como instrumento
que contribuye a realizar este proceso y elaborar las ansiedades ya mencionadas. Se trata de que
cada familia traiga una cajita con algunos objetos representativos de la familia: 1 o 2 juguetes (no el
preferido que puede ir y venir de la casa acompañando al niño), una prenda de vestir o accesorio
pequeño de madre, padre o referente familiar importante para el niño (pañuelo, corbata, collar,
pulsera, llavero, etc.), una foto con su familia (y/o separadas de mamá, papá, u otros), y además
algún objeto del hogar con el que haya jugado (cuchara, servilleta, pote, etc.) Es importante
mostrarle al niño lo que guardamos en la cajita y explicarle que vendrá al Jardín a acompañarlo,
para que cuando extrañe mucho su casita, poder ver esas cosas y tranquilizarse.

Básicamente en eso consiste la estrategia: cuando la educadora percibe que el niño/a está
angustiado, lo invita a ver y jugar con dichos objetos. Esto se fundamenta en la idea de que
favorecer la expresión de los sentimientos, reconociéndolos y hablando de ellos, permite su
elaboración.

consideramos que dar espacio y tiempo para la expresión de las emociones, acompañándolo y
sosteniéndolo, es brindarle seguridad afectiva, contribuyendo a que adquiera confianza para
integrarse a este nuevo mundo que es el Jardín.

Si bien sabemos que este periodo está colmado de miedos, inseguridades y angustias de
separación, la “caja de adaptación” intenta colaborar en la atenuación de estos efectos .

De este modo utiliza los elementos que en ella se encuentran como objetos transicionales que
intentan brindar seguridad y apoyo al infante.

Ya hemos planteado la fundamentación que sostiene el cambio de su terminología por lo cual


hoy pasamos a llamarla “mi caja de familiarización”

Consideramos que una vez que el niño, las familias y el personal, se sientan familiarizados, las
ansiedades desaparecerán, dándose paso al comienzo del recorrido por el camino del
aprendizaje de la Educación Inicial, donde el niño se irá apropiando del nuevo espacio físico,
construyendo vínculos con los adultos referentes, con sus compañeros y compañeras.

De esta manera, decimos que el proceso de familiarización es un proceso que presenta avances
y retrocesos, y por lo tanto es de carácter cualitativo. La manera en cómo vivan los niños y
niñas estos cambios marcarán su vida, y es por eso que debemos ser cuidadosos a la hora de
enfrentarnos a ellos y brindar la contención necesaria y tener en cuenta que existen tantas
familiarizaciones como niños y familias (Febrer, I.; Jansà, E.; 2011 pág. 1

SEGUNDO TEXTO- EL PASAJE A PRIMERO

EL PASAJE A PRIMERO

Del ingreso al egreso

Ruptura con el ingreso del niño al sistema escolar, se abandona el campo lúdico del jardín de
infantes. Reemplazo del juego por el trabajo.

El ingreso implica adaptación al sistema familiar, en especial al niño, despierta las ansiedades
depresivas y ansiedades paranoides.
Miedo a perdidas de estructuras, AD, miedo al ataque, AP. es un proceso de duelo.
Del as AP alas AD.

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