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LA PROMESA DE JESUS Y LA FE CRISTIANA

Lo que la Iglesia cree de Cristo, hunde sus raíces en el modo que tuvo Jesús de
creer en Dios. Pero, a la vez, la fe de la Iglesia permite inferir cómo ha podido ser
la experiencia espiritual de Jesús. Esta referencia recíproca entre Cristo y la
Iglesia invita a indagar en los fundamentos antropológicos y teológicos de la fe
"de" Jesús, en las dificultades y posibilidades que Jesús ha podido tener para
creer en su Padre, puesto que así él enseña por qué y cómo han de creer también
los hombres. El Padre merece fe, pero no la merecería si Él no "creyera" también
en la humanidad como "creyó" en su Hijo Jesús. Es el amor del Padre que en
última instancia produce confianza en Él y entre los hombres. La fe es "la certeza
de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve." Tal vez ningún otro
componente de la vida cristiana es más importante que la fe. No la podemos
comprar, ni vender, ni tampoco dársela a nuestros amigos. Pues, ¿Qué es la fe? y
¿Qué papel juega la fe en la vida cristiana? El diccionario define la fe como "la
creencia en, devoción a, o confianza en alguien o algo, especialmente sin prueba
lógica.” También define la fe como "la creencia en y devoción a Dios". La Biblia
tiene mucho más que decir sobre la fe y lo importante que es. De hecho, es tan
importante que sin fe no tenemos ningún lugar con Dios, y es imposible agradarlo.
La fe es la creencia en el Dios único y verdadero, sin verlo en realidad. Dios
diseñó una forma de distinguir entre aquellos que le pertenecen a él y quienes no,
y esto se llama la fe. Muy sencillamente, necesitamos fe para complacer a Dios.
Dios nos dice que le agrada que creamos en él, aunque no lo podemos ver. Una
parte clave de Hebreos 11:6 nos dice que "es galardonador de los que le buscan".
Esto no quiere decir que tenemos fe en Dios sólo para obtener algo de él. Sin
embargo, Dios quiere bendecir a aquellos que son obedientes y fieles. Vemos un
ejemplo perfecto de esto en Lucas 7:50. Jesucristo dialoga con una mujer
pecadora cuando él nos da una idea de por qué la fe es tan gratificante. "Tu fe te
ha salvado; ve en paz". La mujer creyó en Jesucristo por la fe y él la recompensó
por ello. Finalmente, la fe es lo que nos sostiene hasta el final, sabiendo por la fe
que estaremos en el cielo con Dios por toda la eternidad. "Ustedes lo aman a
pesar de no haberlo visto; y aunque no lo ven ahora, creen en él y se alegran con
un gozo indescriptible y glorioso, pues [obtienen] la meta de su fe, que es su
salvación". La fe es la piedra angular del cristianismo. Sin demostrar fe y confianza
en Dios no tenemos lugar con él. Creemos en la existencia de Dios por la fe. La
mayoría de las personas tiene un concepto vago, inconexo de quién es Dios pero
falta la reverencia necesaria para su posición exaltada en sus vidas. Estas
personas carecen de la verdadera fe necesaria para tener una relación eterna con
el Dios que les ama. La fe nos puede fallar a veces, pero porque es el regalo de
Dios, dado a sus hijos, él provee tiempos de prueba y dificultad para demostrar
que nuestra fe es real y para afilar y fortalecerla.

Jesús se refirió al Espíritu Santo como el Paracleto, palabra que se traduce como
el Auxiliador, el Ayudador, el Abogado, el Protector, el que Fortalece, el
Consolador, y dejó muy claro que el Paracleto vendría una vez que él partiera
(Juan 16:7). También su promesa es descrita como vital y dadora de plenitud
(Juan 7:38-39). De una manera explícita Jesús promete la venida del Espíritu de
esta forma “Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os
dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de
verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero
vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros.” Se da usted
cuenta, a veces olvidamos que él nos prometió continuar con nosotros a través de
su Espíritu, que está es una promesa real y que es parte del plan original de Dios
para la salvación del ser humano; esto podríamos decirlo así: El sacrificio de
Cristo en la cruz nos rescata de la condenación a la que habíamos sido reducidos
por causa del pecado, él anula el pecado y al perdonarnos nos trata como si
nunca hubiéramos pecado; la venida del Espíritu Santo nos da poder para vencer
al pecado en nuestra vida actual, nos libera de su dominio, nos da la posibilidad de
ser mejores.

5 PROMESAS:
1. La iglesia siempre tendrá la plenitud de la verdad.

2. Seremos llamados a estar con la iglesia para siempre.

3. El sacrificio eucarístico se ofrecerá continuamente.

4. María será alabada por todas las generaciones.

5. La iglesia nunca será abandonada o superada.

Una manera en que Él lo cumple es mediante el envío del Espíritu Santo.


Pero también promete permanecer con nosotros, como en la última línea del
Evangelio de Mateo se muestra:
“Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia”. Y en su famosa
promesa a la Iglesia, Jesús dice a Pedro
“Y ahora yo te digo: Tú eres Pedro (o sea Piedra), y sobre esta piedra edificaré mi
Iglesia; los poderes de la muerte jamás la podrán vencer.
”Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos: lo que ates en la tierra quedará
atado en el Cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el Cielo”.
JESUS Y EL SIN SENTIDO DEL MAL Y EL DOLOR

A veces puede que haya situaciones y momentos en tú vida en la que sientas que
el mal y el dolor no van a acabar sin embargo debes tener en cuenta el hecho de
que sin importar que tan desesperado y perdido te encuentres Jesús estará
presente para ayudarte y guiarte a través del camino correcto hasta que cures tu
dolor y expulses los males que te acechan.
¿ Qué es el mal ?
El mal no nace en el ser humano, sino en la realidad malvada de Lucifer, que es el
padre del pecado, mentiroso y que tienta por envidia, presentando al ser humano
la posibilidad de dominar a Dios y quitar la divinidad de éste. Cuando Eva comió el
fruto prohibido atrae el pecado, la maldad y la muerte.

Dios permite el mal porque nos ha hecho libres, y no nos tomaría en serio si no
llevara esta responsabilidad hasta sus últimas consecuencias. El mal existe,
porque la libertad de el hombre lo introdujo en el mundo.

Sin embargo el mal no es algo permanente porque DIOS nos guía mediante las
enseñanzas que nos dio Jesús a través del camino hacia el bien y el
arrepentimiento.

¿ Qué es el dolor ?
El sufrimiento y el dolor es una cuestión intrínseca que acompaña la vida de el ser
humano, inseparable a toda su existencia. Y ante esta realidad el hombre termina
por darse cuenta que quizás nunca le encuentre una lógica al sentido del
sufrimiento, pero no lo hará sin antes haber preguntado impetuosamente a DIOS,
sin haber reclamado y acusado a DIOS de haberlo abandonado, pero finalmente
con la guía de Jesús lograr ver esa luz, no como producto del esfuerzo intelectual,
sino como revelación comprensiva y amorosa de DIOS.

Ante el absurdo del sufrimiento y el dolor, DIOS no nos enseña por qué ese
sufrimiento, sino que nos muestra el cómo vivirlo, en Jesucristo.
Jesús contra el sinsentido de el mal y el dolor
Jesús enfrenta el mal que amenaza con derribarlo a él con fuerza de voluntad, y el
mal que se encuentra en las demás personas lo supera ayudándolos a encontrar
el camino correcto con amor y comprensión.
Así mismo Jesús enfrenta el dolor de manera sabia y decidida recurriendo a DIOS
para que lo guié en los momentos de desesperación y en los que pierde el camino,
también ayuda a las demás personas a superar el dolor guiándolos y sanándolos
no física sino espiritualmente en todos aquellos aspectos en los que se hallan
equivocado y se sientan perdidos.

FILOSOFICAMENTE
El problema del mal surge de la suposición de que un Dios omnisciente y todo
poderoso debería ser capaz de arreglar el mundo según sus intenciones.
Como respuesta se plantea el concepto de libre albedrío.
(Dios hizo al hombre libre para trazar su propio camino, y por tanto libre para
escoger el bien o el mal).

RELIGIOSAMENTE
En realidad, Dios, creando criaturas libres, dando libertad, renunció a una parte de
su poder, dejando el poder de nuestra libertad. De esta forma Él ama y respeta la
respuesta libre de amor a su llamada.
Una catástrofe natural es un evento que produce daños a la población, al planeta,
la ecología y sobre todo a la salud.
En un desastre la población o parte de ella, sufre un daño severo e incurre en
pérdidas para sus miembros, de manera que la estructura social de desajusta y se
impide el cumplimiento de las actividades esenciales de la sociedad afectando el
funcionamiento vital de la misma.

Podemos concluir que el mal y el dolor son inherentes a la vida del hombre lo han
acompañado durante toda su existencia pero afortunadamente siempre ha
encontrado la solución en DIOS nuestro señor, aunque el ser humano cuando
sufre y tiene dolor es cuando más necesita a DIOS, debería ser cuando menos lo
busque porque ÉL es paz, amor, bondad y alegría .
Hay un sufrimiento que llamaremos vicario, que es el de alguien que no es
culpable pero se sacrifica, padece por otros. Es el sufrimiento de la Pasión de
Cristo y de los mártires.

Conseguir la aceptación del sufrimiento sin la ruptura de la personalidad hacer que


la persona pueda amar y trabajar con el, sería la finalidad de una terapia. Para ello
es importante la alegría, el sentido del humor, el arte.

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