EL ALMA GENEROSA
“El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado”
Proverbios 11:25
Introducción:
Es una bendición “dar”, la generosidad es una evidencia del
carácter cristiano. Damos porque hemos recibido y
tenemos; damos de gracia, lo que de gracia hemos recibido
(Mateo 10:8).
Ejemplo de dar un regalo:
Imagínese que usted es invitado a un cumpleaños y lleva un
regalo para el agasajado. Una vez usted ha entregado el
regalo, sabe que ese regalo está en posesión de quien lo
recibe y él puede hacer lo que quiera con el mismo. Por
supuesto, que usted espera que esa persona le dé un buen
uso al regalo que usted le ha ofrecido.
Otro caso, cuando usted da un regalo, su regalo debe ser
coherente con usted y con el que recibe. En su regalo usted
expresa lo que siente por la otra persona; imagine que le
debe dar un regalo a su padre o su madre, a quienes usted
estima. Piensa en algo útil, bonito y que el costo exprese
adecuadamente la medida de su amor.
Así pasa cuando damos. Le damos a nuestros hijos, le damos
a nuestros padres, le damos a nuestro prójimo… le damos a
Dios. Nuestro dar expresa lo que sentimos y lo que sabemos
de la persona que recibe.
En esta ocasión, permítame hablarle sobre una verdad: “LA
MEDIDA DE NUESTRO DAR ES LA MEDIDA DE NUESTRO
AMOR”. Eso aprendemos de Dios mismo, Él nos ama tanto,
que nos ha dado lo mejor de sí mismo… a su Hijo Jesucristo
y a su Espíritu Santo; es decir, en cuanto a dar, Dios se da a
sí mismo.
Aprendamos algunas verdades de nuestra actitud en cuanto
al dar, para que este valor cristiano, sea agradable a Dios,
principalmente cuando le damos a Él. Leamos Génesis 4:1-4.
1. Cuando damos a Dios debemos dar lo primero.
Nuestro dar a Dios es un buen indicador espiritual. Hay
cosas que no le pertenecen, son de Dios; debemos ser
buenos mayordomos y no caer en el error de robarle a Dios.
 Aprenda a dar con alegría sus diezmos.
 Aprenda a colocar en su presupuesto mensual el
rubro de ofrendas.
 Aprenda a colocar en su presupuesto un rubro para
ayudar al prójimo.
 2. Cuando damos a Dios debemos dar de lo mejor.
Dios se merece lo mejor. Nuestro mejor tiempo, nuestra
mejor alabanza, los mejores años de nuestra vida… nuestras
mejores ofrendas económicas. De la ofrenda de la viuda
aprendemos algo elemental (Marcos 12:41-44)
 Los ricos echaban mucho; pero según Jesús, daban
de lo que les sobraba.
 La viuda echó poco; pero, de su pobreza echó todo lo
que tenía, todo su sustento.
3. Cuando damos a Dios debemos dar con fe
(Hebreos 11:4).
Todos nuestros actos, para que sean agradables a Dios,
deben ser motivados por la fe: “… sin fe es imposible
agradar a Dios” (Hebreos 11:6). Nuestros diezmos que no
tienen fe, son desagradables; nuestras mayores ofrendas,
sin fe no sirven. La fe es la convicción de que lo que
hacemos busca agradar a Dios; la fe es una expresión de
nuestro amor por Dios.
 Nadie le enseñó a Abel, cuánto debía darle a Dios… la
fe y su amor por Dios, fueron los parámetros para su
dar.
 Nadie le enseñó a Abel que tipo de ofrenda debía
darle a Dios… por la fe buscó lo mejor, algo que
valiera la pena darle a Dios.
Conclusión:
Dios nos pide dar, de lo que tenemos. Elías le pidió a la
viuda de Sarepta que cocinara el poco de harina con aceite,
que ella pensaba comerse con su hijo; pero el profeta le
dijo: “—No tengas miedo. Ve y haz lo que has dicho. Pero
primero cocina un pequeño pan para mí y tráemelo.
Después prepara pan para ti y para tu hijo, 14 pues el Dios
de Israel dijo que no se terminará la harina que está en la
jarra ni el aceite que tienes en la botella hasta que él haga
llover otra vez.” (1 Reyes 17:13)… Eliseo le preguntó a la
mujer viuda: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en
casa… una vasija de aceite (2 Reyes 4:2). Otro muchacho, le
dio a Jesús sus panes y sus peces (Juan 6:9). Revise su
propiedad, revise lo que tiene… de eso usted le puede dar a
Dios (no se gaste lo que no es suyo).
Hay un principio en el dar… cuando damos recibimos (esa
es una paradoja cristiana). Dijo Jesús: “Dad, y se os dará;
(cómo se nos dará) medida buena, apretada, remecida y
rebosando darán a vuestro regazo; porque con la misma
medida con que medís, os volverán a medir” (Lucas 6:38).
Hoy les he hablado de tres actitudes para darle a Dios:
Demos a Dios, de lo primero; demos a Dios de lo mejor;
Demos a Dios con fe. Que el diablo no robe la bendición que
se esconde en el dar… principalmente cuando damos a Dios,
a su obra y a su iglesia.