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Carrera de Odontología

1er Nivel “B”


TRABAJO DE INVESTIGACIÓN
TEMA:
 Oncogénesis
 Diferenciación
 Apoptosis
 Metástasis
 Angiogénesis

INTEGRANTES:

Ana Isabel Andrade


Michelle Zambrano
Andy Verdezoto
Steven Vélez
Jesús Esparza

DOCENTE:

Dra. Yanet López

Portoviejo – Manabí
2018
ONCOGÉNESIS

Proceso que inicia y facilita el desarrollo de una neoplasia mediante la acción de

agentes biológicos, químicos o físicos.

ONCOGEN: La palabra oncogén viene del griego onko que significa masa o tumor.

Los oncogenes son el resultado de la mutación de protooncogenes. Estos codifican la

producción de proteínas involucradas en el control del crecimiento. Sin embargo, los

oncogenes codifican versiones alteradas (o cantidades excesivas) de estas proteínas de

control del crecimiento, alterando de esta manera el mecanismo de señalamiento del

crecimiento de las células.

Las diferencias entre oncogenes y genes normales pueden ser muy tenues. La proteína

mutante que un oncogén codifica puede diferir de la versión sana por un solo aminoácido.

Pero esta simple alteración puede cambiar radicalmente la función de la proteína. La

mutación más común, causante de cáncer, ocurre en el gene ras. Aproximadamente 30%

de los cánceres humanos portan un gene ras anormal. La transformación maligna de una

célula surge a través de la acumulación de mutaciones, principalmente en dos clases

específicas de genes:

1. Protooncogenes que estimulan la proliferación celular

2. Genes supresores que inhiben la formación de tumores.

Los protooncogenes son los genes celulares que controlan los procesos de

proliferación y diferenciación. La ocurrencia de mutaciones en éstos puede resultar en

variantes alteradas u oncogenes que codifican para proteínas que desencadenan señales

positivas de proliferación que mantienen a la célula estimulada para pasar de una mitosis

a otra. (Hernández Menéndez & Ríos Hernández, 1999)


Colectivamente estas dos clases de genes producen la proliferación celular

incontrolada observada en los cánceres humanos. Las mutaciones en proto-oncogenes

pueden producir demasiadas proteínas estimuladoras de la proliferación. En contraste, los

genes supresores contribuyen al cáncer cuando son inactivados por mutación. La

resultante pérdida de las proteínas supresoras funcionales priva a la célula de frenos

cruciales que previenen la proliferación inapropiada.

En consecuencia, para que un tumor canceroso se desarrolle deben ocurrir mutaciones

en al menos media docena de genes que controlan la proliferación de la célula, además

de evadir la apoptosis. ( Meza-Junco & Montaño-Loza, 2006)

Las pérdidas de regulación celular que dan origen a la mayoría o a todos los casos de

cáncer se deben a daños genéticos. En la aparición del cáncer se han implicado

mutaciones en dos amplias clases de genes: los protooncogenes y los genes supresores de

tumores. Los protooncogenes son activados para volverse oncogenes mediante

mutaciones que los hacen excesivamente activos en la promoción del crecimiento.

La expresión genética incrementada o la producción de un producto hiperactivo

promueven ese crecimiento. Los genes supresores de tumores normalmente restringen el

crecimiento, por lo que si se dañan se produce un crecimiento inapropiado. Muchos de

los genes en ambas clases codifican proteínas que ayudan a regular el nacimiento celular,

por ejemplo, la entrada y la progresión a través del ciclo celular o la muerte celular

mediante apoptosis; otros codifican proteínas que participan en la reparación del DNA

dañado. El cáncer suele ser el resultado de mutaciones que aparecen en el curso de la vida

durante una exposición a los carcinógenos, que incluyen ciertos químicos y radiación

ultravioleta. Las mutaciones que lo causan ocurren principalmente en las células

somáticas, no en las células de la línea germinal y estas mutaciones no se transmiten a la

siguiente generación. En cambio, ciertas mutaciones hereditarias de la línea germinal


incrementan la probabilidad de que el cáncer aparezca en algún momento. En una

asociación destructiva, las mutaciones somáticas pueden combinarse con mutaciones

hereditarias para causar cáncer. Por lo tanto, los procesos de formación de cáncer,

denominados oncogénesis o tumorigénesis, son una interacción entre la genética y el

medio ambiente. La mayoría de los cánceres aparecen luego de que los genes son

alterados por carcinógenos o por errores en el copiado y reparación de genes.

Aun si el daño genético tiene lugar sólo en una célula somática, la división de esta

célula lo transmitirá a las células hijas y dará origen a un don de células alteradas.

Los cambios genéticos que subyacen a la oncogénesis alteran varias propiedades

fundamentales de las células, les permiten evadir los controles de crecimiento normal y

les confirieren el fenotipo de cáncer completo. Las translocaciones y mutaciones pueden

ocurrir como sucesos iniciadores o durante la progresión del tumor, mientras que la

amplificación se produce normalmente durante la progresión.

Los productos de los oncogenes se pueden clasificar en amplios grupos: factores de

transcripción, factores de crecimiento, receptores de factores de crecimiento,

transductores de señal, moléculas adaptadoras de la señalización, receptores nucleares y

reguladores de la apoptosis.

Los mecanismos más comunes de activación de protooncogenes a oncogenes son:

1) Mutaciones Puntuales: Se conocen muchos casos en que mutaciones puntuales

determinan la síntesis de proteínas productos de oncogén que pierden su capacidad de

ser reguladas y permanecen activas o inactivas sin responder a controles, lo que altera

los procesos normales de proliferación y muerte de las células. Las mutaciones son

también el mecanismo por el que genes supresores de tumores y otros genes

contribuyen a la transformación maligna. Mutación, alteración en la estructura del


ADN involucrando el cambio de una o más bases en la secuencia de nucleótidos,

conllevando la alteración de uno o más codones. Mecanismos de activación de

protooncogenes. (Lodish, 2005, pág. 935)

2) Mutagénesis por inserción: causadas generalmente por agentes virales como se vio

precedentemente. Si el virus DNA porta en su genoma una secuencia de oncogen viral

no es necesario que se inserte en un sitio especial del genoma para provocar la

transformación maligna. Cuando el virus DNA o RNA no porta un oncogen viral,

dependiendo del sitio de inserción del ADN viral que se integra al genoma del

huésped pueden presentarse dos casos:

a. Inserción Promotora: cuando la inserción del ADN viral se produce cercana

a la región del promotor o corriente arriba del sitio de inicio de transcripción

de un protooncogén de modo que este se activa y el oncogén celular comienza

a transcribirse en forma descontrolada.

b. Inserción Facilitadora: cuando el ADN del virus se inserta corriente debajo

del sitio de iniciación del protooncogén y actúa como un enhancer corriente

abajo.

3) Traslocaciones Cromosómicas: se produce cuando parte de un cromosoma se liga

con otro. Esta translocación puede afectar la estructura de un protooncogén y

determinar su activación. Este es el caso del cromosoma Filadelfia (de la leucemia

mieloide crónica) en que se produce una traslocación 9,22 originando un oncogén

codificante para una proteína de fusión quimérica (BCRABL) con actividad

descontrolada de tirosin quinasa. Otro ejemplo es la translocación 8,14 que activa en

forma permanente al oncogén c-myc en linfocitos originando el Linfoma de Burkitt.


4) Amplificación Génica: Un gran número de tumores cursa con la amplificación (es

decir la repetición de secuencias) de oncogenes presentes en un número de copias

mucho mayor al normal, lo que aumenta su tasa de expresión. Los procesos de

amplificación génica resultan de la reduplicación de fragmentos cromosomales de

distintos tamaños y son frecuentes en tumores resistentes a los agentes

quimioterápicos. (Manjarrez Hernández, 1998)


DIFERENCIACIÓN

La diferenciación celular es el proceso por el cual una célula cambia su estructura de

manera que pueda realizar una función específica. Las células bien diferenciadas son

células maduras, completamente relacionadas que están listas para cumplir con su función

particular. Cada tipo celular tiene características, funciones, y lapsos de vida específicos,

aunque todos se han diferenciado de la célula original o zigoto. (Merino Pérez & Noriega

Borge, 2000)

Las primeras células de un ser humano procedentes del zigoto son denominadas células

totipotenciales, por ser capaces de diferenciarse en todo tipo de células especializadas;

proceso que comienza a los 4 días de desarrollo. De una célula totipotencial se puede

obtener un organismo funcional. A medida que se diferencian restringen su potencial y

se convierten en células pluripotenciales, que pueden desarrollarse en varios, pero ya no

en todos los tipos celulares. De estas células ya no es posible obtener un organismo. A

medida que avanza la diferenciación se van desarrollando los distintos tipos de tejidos del

cuerpo. Con la especialización y la maduración muchas células pierden la capacidad de

reproducción. En cambio, otras denominadas células troncales o células madre conservan

la capacidad de división. En los adultos estas células sólo pueden diferenciarse en un tipo

concreto de célula especializada (ej.: las células sanguíneas). A estas células troncales

indiferenciadas de un tejido que pueden desarrollarse a células especializadas de dicho

tejido se las denomina multipotenciales. (Ej. Las de la médula ósea que darán lugar a

células sanguíneas)

Durante el desarrollo, las células tienden a quedar cada vez más restringidas en su

"potencial de desarrollo."

Es decir, los tipos de células que pueden producir por división celular (o en las que se

pueden convertir directamente) cada vez son menos.


Por ejemplo, un cigoto humano puede dar origen a todos los tipos de células del cuerpo

humano, así como las células que componen la placenta. Para usar vocabulario del campo

de las células madre, esta habilidad de dar origen a todos los tipos celulares del cuerpo y

placenta, hace del cigoto una célula totipotente. Sin embargo, después de varias etapas de

división celular, las células del embrión pierden su habilidad para dar origen a células de

la placenta y quedan más restringidas en su potencial (pluripotente).

Estos cambios son debidos a alteraciones en el conjunto de genes expresados en las

células.

Con el tiempo, las células del embrión se dividen en tres diferentes grupos conocidos

como capas germinales: mesodermo, endodermo y ectodermo. Cada capa germinal, bajo

circunstancias normales, dará origen a un conjunto determinado de tejidos y órganos.

A medida que las células de una capa germinal continúan dividiéndose, interactuando

con sus vecinas y leyendo su información interna, sus "opciones" de destino celular serán

cada vez más escasas. Al principio, las células pueden estar especificadas, marcadas para

cierto destino, pero ser capaces de cambiar con las señales adecuadas. Más adelante,

pueden convertirse en determinadas, lo que significa que están comprometidas con cierto

destino de manera irreversible. Una vez que una célula es determinada, aunque se le

mueva a un nuevo ambiente, se diferenciará como el tipo de célula para el que se ha

comprometido. Al final, la mayoría de las células en el cuerpo se diferencian o adoptan

una identidad estable y definida. Algunos ejemplos de tipos de células diferenciadas en

el cuerpo humano incluyen las neuronas, las células que recubren el intestino y los

macrófagos en el sistema inmune que devoran invasores bacterianos. Cada tipo de célula

diferenciada tiene un patrón de expresión genética específico que mantiene estable.


Los genes expresados en un tipo de célula especifican proteínas y ARN funcionales

necesarios para ese tipo celular en particular, que le dan la estructura y función correctas

para hacer su trabajo. (khanacademy, 2017)

No todas las células en el cuerpo humano se diferencian. Algunas células en el cuerpo

adulto conservan la habilidad de dividirse y producir múltiples tipos de células. Entre

ellas están las células madre adultas, que por lo general son multipotentes: pueden

producir más de un tipo de célula, pero no una gran variedad. Por ejemplo, los

hemocitoblastos de la médula ósea pueden generar todos los tipos de célula del sistema

sanguíneo, pero no otros tipos como neuronas o células de la piel.


APOPTOSIS

El fallecimiento de las células mediante la muerte celular programada está marcado

por una secuencia bien definida de cambios morfológicos, denominados en forma

colectiva apoptosis, palabra griega que significa "declive" o "caída", como ,una hoja de

un árbol. Las células moribundas disminuyen de tamaño, se condensan y luego se

fragmentan, liberando pequeños cuerpos apoptóticos limitados por membranas, que

generalmente son absorbidos por otras células. El núcleo se condensa y el DNA se

fragmenta. Más importante aún, los constituyentes celulares no se liberan al medio

extracelular donde podrían traer efectos nocivos a las células circundantes. (Lodish, 2005,

pág. 924)

Desde que fue descripta la apoptosis por Kerr et al en 1970, es uno de los procesos

más investigados en la biología. Al ser un proceso altamente selectivo, es importante tanto

en condiciones fisiológicas como patológicas. En situaciones fisiológicas tales como la

destrucción programada en el desarrollo embrionario para terminar de formar los tejidos,

la involución fisiológica tales como el desprendimiento del endometrio o la regresión de

la mama luego de la lactancia, la destrucción normal de las células acompañadas por

nueva proliferación como en el tracto digestivo, la involución del timo a edad temprana.

Y en condiciones patológicas como la muerte celular inducida por un quimioterápico en

el cáncer, la muerte y depleción progresiva de los CD4 en el SIDA, algunas formas de

muerte celular inducidas por virus como en las hepatitis B o C, la atrofia patológica de

órganos y tejidos como resultado de retirar un estímulo como la atrofia de la próstata

luego de una orquiectomía, etc.

Los cambios tan estereotipados que acompañan la apoptosis sugirieron a los primeros

investigadores que este tipo de muerte estuvo bajo el control de un programa estricto.

Este programa es crítico durante la vida embrionaria y la adulta para mantener el número
y la composición normal de células. Los genes involucrados en el control de la muerte

celular codifican proteínas con tres funciones diferentes:

 Las proteínas "asesinas" se necesitan para que una célula comience el proceso

apoptótico.

 Las proteínas "destructivas" o de "destrucción" que digieren, por ejemplo, el DNA

en una célula moribunda.

 Las proteínas "devoradoras" son necesarias para que una célula moribunda sea

fagocitada por otra célula. A primera vista esta "devoración" parece ser

simplemente un proceso de limpieza posterior a la muerte, pero cierta evidencia

sugiere que es una parte de la decisión final de muerte. Por ejemplo, mutaciones

en los genes asesinos siempre evitan que las células inicien la apoptosis, mientras

que las mutaciones que bloquean la devoración a veces permiten que sobrevivan

células que normalmente mueren. Es decir,

 las células con mutaciones en el gen devorador pueden iniciar la apoptosis, pero

luego a veces se recuperan.

A diferencia de la apoptosis, las células que mueren en respuesta al daño tisular

exhiben cambios morfológicos muy diferentes, denominados necrosis. Típicamente, las

células que atraviesan este proceso se dilatan, estallan y liberan sus contenidos

intracelulares, que pueden dañar las células circundantes y suelen causar inflamación.

En resumen, la “muerte celular programada” hace referencia a situaciones en las cuales

las células activan un programa letal que se encuentra codificado en el genoma, que, en

un momento preciso, selecciona determinadas células para morir. La apoptosis tiene

como función biológica principal mantener la homeostasis en distintas poblaciones

celulares. La desregulación de este proceso puede conducir a estados patológicos que


involucran a enfermedades con excesiva acumulación celular (falta apoptosis) o con

excesiva pérdida celular (sobra apoptosis).

Diferencias entre Apoptosis y Necrosis

Las células que sufren apoptosis muestras rasgos morfológicos y bioquímicos

característicos que las diferencian de las células necróticas. (SOSA, 2012)

NECROSIS APOPTOSIS

 Pérdida de la integridad de las  Formación de ampollas en


membranas. las membranas sin pérdida
de la integridad.
 Floculación de la cromatina.  Agregación de la cromatina
sobre la membrana nuclear.
 Hinchazón de la célula.  Formación de vesículas
rodeadas de membranas.
 Lisis completa, sin formación de  No hay desintegración de
vesículas. organelas.
 Desintegración de las organelas, con  Condensación
formación de ampollas. citoplasmática y nuclear.

Cambios morfológicos en la apoptosis

Las alteraciones morfológicas de la muerte celular apoptótica que importan tanto al

núcleo como al citoplasma son remarcablemente similares en todos los tipos celulares y

especies. Generalmente se requieren sólo algunas horas desde la iniciación de la muerte

celular hasta el final de la fragmentación celular. Sin embargo, el tiempo que toma

depende del tipo celular, el estímulo y la vía apoptótica.


Los contrastes morfológicos de la apoptosis en el núcleo son la condensación de la

cromatina y la fragmentación nuclear, que se acompañan de un redondeamiento o

balonamiento de la célula, reducción del volumen celular (picnosis) y retracción de los

pseudópodos. La condensación de la cromatina comienza en la periferia de la membrana

nuclear, formando una estructura tipo anillo. La cromatina, además se condensa hasta que

comienza a romperse dentro de la célula, pero siempre con una membrana celular intacta,

una característica descripta como cariorrexis. La membrana plasmática también está

intacta y durante todo el proceso. En el estadio final de la apoptosis, se agregan algunas

otras características tales como un blebbing de la membrana (se forman como burbujas

llamadas “blebs”), modificaciones ultraestructurales de las organelas citoplasmáticas y

pérdida, finalmente, de la integridad de la membrana. Generalmente, las células

fagocíticas engullen a las células apoptóticas antes que ocurran estos cuerpos apoptóticos.

Esta es la razón por el cual, la apoptosis fue descubierta tardíamente en la historia de la

biología celular, y los cuerpos apoptoticos sólo pueden verse in vitro y bajo condiciones

muy especiales. Si los remanente de las células apoptóticas no son fagocitadas como en

el caso de un cultivo celular artificial, sufrirán un proceso de degradación que remeda a

la necrosis y esta condición se llama “necrosis secundaria”. (khanacademy, 2017)

Cambios bioquímicos en la apoptosis

A grandes rasgos, existen tres tipos principales de cambios bioquímicos que pueden

verse en la apoptosis.

1. Activación de las caspasas.

2. Rotura de DNA y otras proteínas.

3. Cambios de la membrana y reconocimientos por parte de las células fagocíticas.


Al principio de la apoptosis, hay expresión de fosfatidilserina (PS) en las capas

externas de la membrana celular, que han hecho un “flipped out” desde las capas más

internas. Esto permite el reconocimiento temprano de células muertas por los macrófagos,

lo que resulta en fagocitosis sin liberación de componentes celulares proinflamatorios.

Esto es seguido de una rotura característica del DNA en piezas grandes de 50 a 300

kilobases. Más tarde, hay un clivaje internucleosomal del DNA en oligonucleosomas

formados por múltiplos de 180 a 200 pares de bases, por parte de las endonucleasas. Esto

hace que, en la corrida electroforética en el gel, aparezca la característica “escalera de

ADN”.
METÁSTASIS

El término metástasis se define como “el proceso de diseminación de las células

cancerosas desde su lugar de origen hasta un órgano distante”, siendo un proceso

complejo, que comprende varias etapas:

1. La activación de la transición epitelio/mesénquima o EMT en inglés, durante

el cual las células cancerosas pierden tanto el contacto célula-célula como la

adhesión al sustrato, adquiriendo la propiedad de movimiento.

2. La invasión local, para lo cual las células malignas degradan la lámina basal,

que es la matriz extracelular especializada que organiza los tejidos epiteliales

separándolos del estroma, que juega un papel importante tanto en la

señalización como en ser reservorios de factores de crecimiento liberados por

las células tumorales.

3. La intravasación, durante la cual las células tumorales atraviesan la pared de

los vasos sanguíneos y entran en la circulación,

4. La capacidad de sobrevivir en el torrente circulatorio.

5. La extravasación, propiedad de las células tumorales de salir del torrente

circulatorio, atravesando la pared de los vasos sanguíneos en el tejido de un

órgano en particular.

6. Establecimiento de las células tumorales en los tejidos del órgano donde se va

a formar la metástasis, es decir de un nicho premetastásico para crear un

ambiente favorable para el crecimiento de las células cancerosas. ( Arvelo, ,

Sojo , & Cotte , 2013, págs. 2-4)

Cada uno de los pasos necesarios para que se produzca la metástasis, desde la llegada

de las células malignas hasta su crecimiento y proliferación en el órgano huésped, está


dirigido por las alteraciones genéticas y/o epigenéticas adquiridas y acumuladas durante

el curso de la progresión del tumor.

Las células metastásicas proceden de una población de células biológicamente

heterogéneas del tumor primario que en el tiempo son seleccionadas, experimentan una

alta tasa de mutación espontánea, una mayor tendencia a sufrir una rápida diversificación

fenotípica y ser resistentes a los tratamientos terapéuticos.

La supervivencia de las células malignas en el órgano receptor para formar

micrometástasis no está asegurada, ya que pueden existir diferencias entre el

microambiente del tumor primario y el lugar a donde se establecerán las células

cancerosas. Por tal razón se ha propuesto el modelo de nicho premetastásico, el cual se

puede describir como “el lugar con las condiciones microambientales necesarias para la

supervivencia de las células tumorales diseminadas”. Para que su adaptación ocurra, ellas

despliegan mecanismos para modificar el nuevo microambiente. Para ello establecen,

junto con las células del estroma, una red de señalización para promover su crecimiento,

satisfacer las demandas metabólicas para sintetizar proteínas proangiogénicas para formar

nuevas redes vasculares y facilitar la supervivencia inicial en la nueva localización

ectópica. La metástasis es un proceso bastante ineficiente, por lo que es llamado

“ineficiencia metastásica”, ya que en los modelos animales solo un 0,01% de las células

tumorales que entran en la circulación tiene éxito en la formación de un tumor secundario.

Con estos modelos ha sido posible seleccionar poblaciones de células con fenotipo

metastásico, y que estas células presentan cada vez más una selectividad después de cada

ciclo de selección por un órgano específico en particular.

Componentes del nicho premetastásico

El nicho metastásico juega un papel fundamental dentro de los factores primordiales

que determinan el éxito o el fracaso de la metástasis. En su formación ocurren una serie


de eventos donde destacan: la modificación de la matriz extracelular, MEC; la

remodelación de la red vascular; la participación de células de la médula ósea; la hipoxia

y la expresión de una gran variedad de moléculas de señalización. A ello se suma la

participación de células no transformadas, como es el caso de los fibroblastos y las células

endoteliales, más la deposición de moléculas tales como la fibronectina, tenascina-c y la

periostina. (Lodish, 2005)

En cuanto a tejidos receptores particulares, la fibulina-5 reduce sus niveles para que

la metaloproteasa MMP-9 remodele la matriz en la metástasis del hígado y pulmón,

contribuyendo de esta manera a la formación del nicho metastásico.

La enzima lisil-oxidasa, LOX, participa activamente en la remodelación de la matrix

MEC y en la formación del nicho, ya que esta enzima tiene la capacidad de enlazarse al

colágeno y la elastina. La expresión de la enzima LOX es incrementada en las células

tumorales expuestas a condiciones de hipoxia.


ANGIOGÉNESIS

La angiogénesis se define como la formación de nuevos vasos sanguíneos a partir de

micro-vasos preexistentes, y este proceso es tan importante en estados fisiológicos

(embarazo, cicatrización de heridas) como en estados fisiopatológicos (inflamación,

retinopatía diabética, isquemia y cáncer). La angiogénesis es principalmente una

respuesta adaptativa a la hipoxia tisular y depende de la acumulación del factor de

crecimiento inducido por la hipoxia (FIH-1 α) en la zona del miocardio isquémico, que

sirve para aumentar la transcripción del factor de crecimiento endotelial vascular (con sus

siglas en inglés: VEGF vascular endotelial growth factor), y sus receptores VEGF-R, por

las CE en el sufrimiento isquémico. Esos pasos aglutinan mecanismos enzimáticos y

proteasas activadoras del plasminógeno, metaloproteinasas (MMP)n de la matriz

extracelular (MEC), y cinasas que provocan la degradación molecular proteolítica de la

MEC, como también la activación y la liberación de factores de crecimiento, tales como:

factor básico de crecimiento de los fibroblastos (FCFb), VEGF y factor de crecimiento

insulínico-1 (FCI-1). Posteriormente, viene la fase intermedia de estabilización del nuevo

brote neovascular inmaduro y la fase final de maduración vascular de la angiogénesis

fisiológica. (CÁNCER, 2011)

El proceso de angiogénesis está controlado por señales químicas en el cuerpo. Estas

señales pueden estimular tanto la reparación de vasos sanguíneos dañados como la

formación de vasos sanguíneos nuevos. Otras señales químicas, llamadas inhibidores de

la angiogénesis, interfieren con la formación de vasos sanguíneos. Normalmente, los

efectos estimulantes e inhibidores de estas señales químicas están equilibrados, de modo

que los vasos sanguíneos se forman solamente cuando y donde son necesarios.

La angiogénesis, está estimulada por la hipoxia; en consecuencia, asegura que todas

las células estén en la proximidad adecuada al suministro de sangre oxigenada.


Los tumores en crecimiento estimulan la angiogénesis para asegurar su propio aporte

sanguíneo. Como, por ejemplo, las células cancerosas adquieren la capacidad de migrar

a otras partes del cuerpo, un proceso llamado metástasis, y de promover el crecimiento

de nuevos vasos sanguíneos, un proceso llamado angiogénesis (que da a las células

tumorales una fuente de oxígeno y nutrientes). Por esta razón desempeña un papel

importante en el crecimiento y la diseminación del cáncer. Se necesita un suministro de

sangre para que los tumores crezcan unos milímetros más en su tamaño. Los tumores

pueden hacer que se forme este suministro de sangre al emitir señales químicas que

estimulan la angiogénesis. Los tumores también pueden estimular las células normales

cercanas para que produzcan moléculas de señalización de angiogénesis. (khanacademy,

khanacademy, 2016)

Debido a que los tumores no pueden crecer más allá de un tamaño determinado ni

diseminarse sin un suministro de sangre, los científicos están tratando de encontrar formas

de bloquear la angiogénesis tumoral. Están estudiando inhibidores naturales y sintéticos

de la angiogénesis, llamados también sustancias antiangiogénicas, con la idea de que estas

moléculas impidan o hagan que sea lento el crecimiento del cáncer.


BIBLIOGRAFÍA

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Instituto de Estudios Avanzado-IDEA, Caracas. Obtenido de

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 Meza-Junco, J., & Montaño-Loza, A. (Enero- Febrero de 2006). medigraphic

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2006/nn061h.pdf

 CÁNCER, I. N. (07 de OCTUBRE de 2011). INSTITUTO NACIONAL DEL

CÁNCER. Obtenido de

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 Hernández Menéndez, L., & Ríos Hernández, L. (1999). Revista Cubana Oncol.

131-9.

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 Lodish, H. &. (2005). Biología Celular y Molecular - 5 Edicion. . Buenos Aires:

Medica Panamericana S.A.

 Manjarrez Hernández, Á. (1998). ONCOGENES. © VERTIENTES Revista

Especializada en Ciencias de la Salud,, 41-45.

 Merino Pérez , J., & Noriega Borge, M. (2000). Universidad de Cantabria.

Obtenido de
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Bloque%2520I-Crecimiento%2520Diferenciacion%2520Celular.pdf

 SOSA, R. (2012). APOPTOSIS. CATEDRA DE BIOQUIMICA FACULTAD DE

MEDICINA UNNE, 2-3.


ANEXOS

A. Cambios fundamentales en la fisiología celular, que se consideran


rasgos característicos del cáncer, estos determinan el fenotipo
maligno.

Ilustración A. Alteraciones esenciales para la transformación maligna


ONCOGÉNESIS

B. Acumulación de mutaciones

Ilustración B Progresión Tumoral CARCINOGÉNESIS


C. La célula madre puede diferenciarse en distintos tipos celulares.

Ilustración C DIFERENCIACIÓN CELULAR

D. Las células en el cuerpo se diferencian o adoptan una identidad


estable y definida. Algunos ejemplos de tipos de células diferenciadas
en el cuerpo humano incluyen las neuronas, las células que recubren
el intestino.

Ilustración D, Genes expresados de manera diferente en una célula hepática y una


neurona.
E. Apoptosis la muerte celular programada.

F. Diferencias entre Necrosis y Apoptosis.


G. Metástasis, el cáncer se disemina a otras partes del cuerpo.

H. Angiogénesis, formación de nuevos vasos sanguíneos.

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