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Una soberanía extraña: la Provincia Oriental en el Curtir 30

mundo atlántico
Lauren Benton
Universidad de Nueva York

Bajo el mando de José Gervasio Artigas, la Provincia Oriental recurrió a


corsarios. Este hecho es un motor para estudiar las políticas exteriores, la
soberanía y la diplomacia internacional de las recientes naciones
latinoamericanas, las cuales debían buscar su reconocimiento como nuevas
entidades políticas y su inserción en un orden internacional preexistente.

En la primavera de 1819, un barco llamado el Columbia zarpó del puerto de * Traducción de Roberto Breña.
Baltimore. Llegó al otro lado del Atlántico como el navío Arraganta, después de
haber adoptado el nombre probablemente escrito en la patente de corso. Ese
documento fue firmado por José Gervasio Artigas, quien era líder de las fuerzas
separatistas de la Banda Oriental del Rio de la Plata, autorizando al capitán del
Arraganta la captura de barcos portugueses y españoles. Un año después, testigos en
un tribunal de los Estados Unidos narraron la siguiente cadena de eventos: había
controversia en algunos detalles pero estaban de acuerdo en que antes de
apoderarse de un barco de bandera española, el Antelope, el Arraganta atacó a un
barco de esclavos norteamericano a las afueras de la costa del occidente de África.
Parte de la tripulación del Arraganta abordó el barco español y lo usó para atacar
otros tres barcos que llevaban esclavos. Rebautizado como elGeneral Ramírez (en
honor al caudillo de Entre Ríos, entonces aliado de Artigas), el barco navegó a
Brasil junto con el Antelope, que habían capturado, supuestamente en busca de
compradores para los africanos que llevaba a bordo. ElGeneral Ramírez naufragó
frente la costa de Brasil y, bajo el mando del norteamericano John Smith, el
Antelope, ahora llevando la bandera española, entró en las aguas de Estados Unidos,
donde fue interceptado frente a las costas de Florida con 283 esclavos a bordo.

El caso del Antelope no parece ayudar mucho a comprender la independencia de


América Latina. De hecho, los historiadores han analizado el caso sobre todo en el
contexto de la evolución de las políticas de Estados Unidos hacia el comercio
nacional e internacional de los esclavos. En varias etapas de este caso el sentimiento
abolicionista tuvo influencia y algunos de los esclavos —el número estimado de
esclavos capturados que iban a bordo de los barcos estadounidenses— fueron 1 Ver John T. Noonan, The Antelope: The
liberados y enviados a restablecerse en Sierra Leona.1 Sin embargo, la explicación Ordeal of the Recaptured Africans in the
del viaje del barco es también una historia atlántica y está conectada no sólo de Administrations of James Monroe and John
manera directa con la patente firmada por José Artigas sino también, de manera Quincy Adams (Berkeley: University of
California Press, 1977).
indirecta, a políticas legales atlánticas más amplias y a transformaciones políticas en
la región.

Las décadas anteriores al caso del Antelope fueron de una guerra continua entre las
potencias del Atlántico, lo que provocó la militarización del espacio marítimo, un
aumento de los procesos judiciales para adjudicar las capturas de barcos en el
Atlántico y un amplio sistema de maniobras sobre los barcos “neutrales” y su
regulación, ya que los barcos cambiaban banderas y adoptaban otras estrategias
para incrementar sus posibilidades de evadir la captura o confiscación. Fueron
pocos los acontecimientos importantes que no fueron afectados por estas pautas.
Los abolicionistas tuvieron que tomar en cuenta las leyes marítimas en sus
esfuerzos para acabar con el comercio y los comerciantes de esclavos fueron 2Law, Lauren Benton, “Abolition and Imperial
1780-1820”, Journal of Commonwealth
obligados a adaptarse a las cambiantes presiones y restricciones legales.2 Las and Imperial History, n. 39 (2011).
revoluciones haitiana y estadounidense crearon, junto con la crisis del imperio
español, nuevas entidades para apoyar a los corsarios y generar nuevas
oportunidades para la circulación de importantes comisiones, como la que estaba a
cargo del capitán del Arraganta. Un creciente volumen de comercio a larga distancia 3 Marcus Rediker, Between the Devil and the
tuvo que ser manejado a través de esta matriz de legalidad incierta y de violencia Deep Blue Sea: Merchant Sea-men,Pirates, and the
potencial. Anglo-American Maritime World, 1700–1750
(Cambridge: Cambridge University Press,
1987); Jeffrey Bolster, Blackjacks: African-
El mundo marítimo era, al mismo tiempo, más que una carrera de obstáculos para
American Seamen in the Age of Sail
los comerciantes. Era parte integral de un amplio campo político y jurídico. Hasta (Cambridge: Harvard University Press,
hoy en día, los historiadores han señalado la conexión entre el Atlántico y los 1998). Es fácil moverse de los análisis
movimientos de independencia, al destacar el papel de los marineros en la detallados de tales patrones a unpunto de
circulación de las ideas revolucionarias. Los marinos desarrollaban y llevaban con vista románticodel radicalismo marítimo,
ellos ideas antiautoritarias mientras enfrentaban las fuerzas conjuntas del como en Linebaugh, Peter y MarcusRediker,
The Many-Headed Hydra: Sailors, Slaves,
reclutamiento forzoso para del trabajo en los barcos y el endurecimiento de los Commoners, and the Hidden History of the
regímenes disciplinarios de a bordo. Además, los trabajos en los barcos proveían a Revolutionary Atlantic (Boston: Beacon Press,
hombres que estaban en desventaja política y social, incluyendo muchos esclavos 2000).
libertos, con oportunidades para escapar de la opresión.3 Pero centrarse
exclusivamente en la circulación de ideas revolucionarias sería sólo contar una parte
de la historia. Los asuntos marítimos también tuvieron una gran carga simbólica y 4 Escritos sobre la política económica
práctica en la creación de nuevas entidades políticas. Los contemporáneos enfatizaban que el comercio era la base de
comprendían perfectamente que en gran medida la autoridad política dependía del un Estado saludable, incluso cuando
control de los puertos y el comercio que pasaba a través de estos.4 Patrocinar a los advertían contra la regulación excesiva y
corsarios era tanto una manera de promover y proteger el comercio como una reconocían el valor de la protección y el
patrocinio imperial. Jeremy Adelman,
estrategia para destruir el comercio de los enemigos y los rivales. Y dado que por Sovereignty and Revolution in the Iberian Atlantic
definición los corsarios dependían de la autorización de autoridades soberanas, sus (Princeton: Princeton University Press,
acciones anunciaban la existencia de nuevas entidades políticas y promovían su 2006), pp. 53-57. Los documentos que
integración en el régimen legal atlántico. Las disputas resultantes de los ataques fundaron los gobiernos sudamericanos
corsarios sirvieron, además, como una introducción a la diplomacia internacional. subrayaron la autoridad para controlar el
comercio, capacidad que Kenneth Maxwell
considera particularmente sobresaliente en
el atlántico sudamericano. Kenneth
Maxwell, “The Influence of the U.S.
Constitution on Latin America,” in
Kenneth W. Thompson, ed. The U.S.
Constitution and the Constitutions of Latin
America (Lanham: University Press of
America, 1991), pp. 3-31, en particular p. 28.

Los cambios en las regulaciones marítimas afectaron el comercio de esclavos. El


Atlántico era un espacio comercial, jurídico y político, y no sólo militar. Sections of
a Slave Ship. En Robert Walsh, Notices of Brazil in 1828 and 1829, vol. 2 (Londres:
F. Westley y A.H. Davis, 1830). Cortesía de la John Carter Brown Library en la
Universidad de Brown, EEUU.

Los corsarios deben de ser entendidos en el contexto de los intentos por


reconfigurar la soberanía. Recientemente, algunos historiadores han planteado la
necesidad de estudiar la medida en la cual los actores políticos latinoamericanos del
siglo XIX aceptaron y siguieron un conjunto diverso de resultados posibles, no sólo
5 José Carlos Chiaramonte, Nación y Estado
la formación de naciones que fueron el resultado de desafíos revolucionarios a la en Iberoamérica: El lenguaje político en tiempos de
autoridad política. José Carlos Chiaramonte, quien señaló las fallas en las las independencias (Buenos Aires: Editorial
progresiones narrativas hacia las naciones, ha insistido en que el marco común del Sudamericana, 2004), p. 12.
derecho natural es compatible con “cualquier tipo de organización política.”5 José
M. Portillo Valdés ha analizado la importancia de entender el marco atlántico para 6 José M. Portillo Valdés, Crisis Atlántica:
Autonomía e independencia en la crisis de la
comprender la gran apertura política que más tarde fue considerada monarquía hispana (Madrid: Marcial Pons
como“incoherencias políticas”, pero que en su momento representaba maneras Historia, 2006), p. 116
viables de organizar la soberanía.6 Jeremy Adelman ha hecho hincapié en las raíces
imperiales de la crisis política, una perspectiva que enfatiza las contingencias en la
7 Jeremy Adelman, Sovereignty and Revolution,
formación de los Estados que Chiaramonte identificó, el papel de las op. cit., especialmente pp. 345-346.
constituciones en la creación de derechos en lugar de proteger a los ya existentes y
la conexión entre el constitucionalismo y el reto de establecer una soberanía.7 La
nueva atención que se ha prestado a la circulación de la literatura política en el 8 Sobre nuevos géneros de literatura
mundo atlántico ha hecho más difíciles las primeras interpretaciones de una política, ver: David Armitage, The Declaration
propagación unidireccional del constitucionalismo anglo-estadounidense.8 En lugar of Independence: A Global History (Cambridge:
de asumir que en América Latina el discurso constitucional reflejaba una simple Harvard University Press, 2007).
copia de los modelos estadounidenses, los historiadores reconocen actualmente que
el constitucionalismo ibérico y el liberalismo tienen orígenes particulares, así como
conexiones con tradiciones más amplias. Algunas corrientes que influyeron durante
9 Jeremy Adelman, Republic of Capital: Buenos
el periodo reflejaban continuidad del pensamiento escolástico tardío, otras Aires and the Legal Transformation of the
respondían al proyecto constitucional de Cádiz y varias surgían de los proyectos Atlantic World (Stanford: Stanford University
Press, 1999), p. 51. Y también Jorge
locales reformistas que, como un historiador ha observado, estaban“animados por Cañizares-Esguerra, How to Write the History
un profundo deseo de evitar la revolución”.9 of the New World: Histories, Epistemologies, and
Identities in the Eighteenth-Century Atlantic
World (Stanford: Stanford University Press,
2001); Josep Maria Fradera, Colonias para
después de un imperio (Barcelona: Edicions
Bellaterra, 2005).

Durante los años anteriores y posteriores a las independencias americanas, los


marineros no sólo fueron un canal habitual de circulación de ideas
revolucionarias, sino que también las implementaron con rapidez dentro de su
organización interna. José Gil de Castro, Retrato del Coronel de Marina Hipólito
Bouchard, 1819. Óleo sobre tela, 77 x 102 cm. Museo Histórico Nacional de
Argentina.

El carácter abierto de estos proyectos reflejaba un conjunto fluido de


entendimientos acerca de la autoridad que se basó en la experiencia del dominio
imperial y en representaciones de la soberanía como algo divisible. La idea de que
las propiedades de la soberanía podían ser divididas y distribuidas entre
organizaciones políticas relacionadas entre sí y otras organizaciones políticas fue
fundamental para el funcionamiento de los imperios atlánticos, en los que la
autoridad se encontraba en múltiples niveles y creaba confusión en las
jurisdicciones. Los actores políticos sabían que los cambios en el gobierno, ya
fueran a través de la reforma o la revolución, necesitaban nuevas configuraciones
jurisdiccionales. El cambio político planteó preguntas importantes acerca del grado
en que las diferentes entidades podían adjudicarse las propiedades de los Estados.
¿En qué medida podían ejercer la capacidad de manejar las relaciones exteriores y
hasta qué punto podían reclamar ser los promotores autónomos de la violencia
política? ¿Cuál era su lugar entre las demás unidades políticas al reclamar una
mezcla incompleta de tales capacidades? Además, ¿podrían los nuevos Estados ser
reconocidos como iguales en las relaciones internacionales no solo por su cuenta
sino como miembros de entidades políticas compuestas?
10 Incluso la caída del Imperio español, que
Para responder estas preguntas, los líderes políticos tuvieron que tomar en cuenta fue considerado por muchos
que el mundo atlántico seguía siendo dominado por imperios, pero no tenían que contemporáneos como algo poco probable,
pues esperaban que España reafirmara su
presentarse como naciones o imperios para operar en la arena internacional.10 autoridad en sus antiguas colonias.
Precisamente porque los imperios estaban estructurados como sistemas de
múltiples soberanías, era posible imaginar a diferentes tipos de entidades políticas
operando con las mismas capacidades de tipo estatal. Así, como nuevos modelos
surgieron de naciones independientes, ejemplos de entidades políticas con
soberanía parcial ya existían y tenían una larga historia. Hay que tomar en cuenta el
11 Ver Lauren Benton, “Legal Problems of
caso de los estados de Barbería, que por siglos ejercieron un grado de autonomía Empire in Gentili’s Hispanica Advocatio”, en
con papeles diplomáticos y al mismo tiempo mantuvieron su estatus de Benedict Kingsbury y Benjamin Straumann
dependencias dentro del imperio otomano. Algunas veces los europeos afirmaban (eds.), The Roman Foundations of the Law of
que las relaciones diplomáticas con los otomanos determinaban el estatus de los Nations (Oxford: Oxford University Press,
estados de Barbería pero cuando les convenía argumentaban lo contrario y 2010), pp. 269-282. La habilidad de los
estados de Barbería para establecer tratados
reconocían a las entidades políticas de Barbería como Estados con capacidad comerciales también tuvo relevancia
diplomática.11 Más aún, como subentidades políticas de un imperio en particular, inmediata ya que la diplomacia estaba
los estados de Barbería estaban hasta cierto punto reconocidos por otros poderes emergiendo como la mejor forma en que
soberanos como un grupo unificado de Estados en las relaciones internacionales. los Estados Unidos lograraacuerdos en
Al firmar tratados, entidades políticas tan disímiles como aliados, enemigos, materia de protección marítima en el
beligerantes o neutrales podían ser agrupadas en el mundo diplomático y las Mediterráneo.
subentidades políticas imperiales podrían de la misma forma participar en los
asuntos internacionales, estableciendo acuerdos comerciales y organizando la
violencia. 12 Este punto en particular está bien
desarrollado por Chiaramonte, Nación y
Estado en Iberoamérica, y por Portillo, Crisis
Las provincias de América del Sur son ejemplos de nuevas entidades políticas con Atlántica.
reclamos cambiantes sobre los diversos atributos que poseían y sobre su relación
con otros Estados e imperios. 12 Los líderes provinciales a lo largo de la región
abogaron por la autonomía y afirmaron su derecho a dirigir la política exterior,
controlar el comercio y organizar ejércitos —todo esto sin insistir en la formación
de los Estados-nación como el único resultado aceptable. Basaron esta noción de
su viabilidad como Estados en la idea que siempre existirían junto con otras
entidades políticas. Incluso sin pertenecer formalmente a confederaciones, las
provincias podían ser agrupadas con propósitos internacionales, como lo hicieron
los Estados Unidos y la Gran Bretaña, al considerarlas beligerantes en una guerra
civil con España. La circulación de documentos constitucionales y revolucionarios
de los Estados Unidos y Haití, junto con numerosos comentarios sobre ideas
ilustradas acerca de cómo gobernar, influyeron en los argumentos de los líderes y
sus acciones, pero no había ninguna guía a seguir para definir la capacidad política
de los nuevos Estados. Los latinoamericanos tuvieron que improvisar al asignar
capacidades particulares del Estado a la noción de “independencia”, al
interpretar“confederación” y “federalismo” y al tener que negociar con imperios
poderosos ya existentes.

Este artículo explora la conexión entre el reto de definir a la soberanía en las 13 No haré un resumen del movimiento de
nuevas entidades políticas latinoamericanas y el apoyo a los corsarios durante los Artigas. El mejor resumen sigue siendo el
movimientos de independencia, y lo hace mediante el análisis de las ideas políticas de John Steet, Artigas and theEmancipation of
Uruguay (Cambridge: Cambridge University
de la Provincia Oriental bajo el dominio de José Gervasio Artigas y su activo Press, 1959); véase también M. Blanca París
patrocinio a corsarios entre 1816 y1820.13 Frecuentemente, Artigas defendía una de Oddone,“Presencia de Artigas en la
visión de soberanía popular oponiéndose al dominio europeo y al dominio regional Revolución del Rio de la Plata 1810- 1820,”
de Buenos Aires, pero también insistió en que la supervivencia de la Banda Oriental en Ana Frega y Ariadna Islas (eds.), Nuevas
dependía de su participación dentro de una entidad política regional compuesta y miradas en torno al artiguismo (Montevideo:
Departamento de Publicaciones de la
fue consistente con su parcial reconocimiento como autónoma por otros Estados e
Facultad de Humanidades y Ciencias de la
imperios. La primera visión necesitó un entendimiento de las capacidades de Educación de la Universidad de la
soberanía que podían ser concedidas dentro de estados compuestos; el segundo República, 2001), pp. 65-85.
objetivo dependió de la clara y directa aceptación de la Provincia Oriental como un
cuasiestado. Ambas estrategias estaban relacionadas con una concepción flexible de
la soberanía y tuvieron una importante e inesperada influencia dentro de la política
internacional, aunque no ha sido muy estudiada por los historiadores. Como se
mostrará en este artículo, el apoyo de Artigas a los corsarios hizo que en ambos
lados del Atlántico se preguntaran de manera explícita qué clase de soberanía
poseía la Provincia Oriental. La campaña de corsarios produjo, como resultado,
consecuencias de gran alcance internacional. Con autorizaciones firmadas por
Artigas, los barcos navegaban el mundo atlántico para atacar a otros barcos, lo que
ayudó a que la Provincia Oriental se estableciera como una entidad internacional.
En última instancia, la campaña también reforzó la idea de que los estados
latinoamericanos, incluyendo a los mayores rivales de Artigas, conformaban un
grupo que tenía un estatus internacional similar. En un nuevo contexto, esta
práctica abrió la posibilidad de que una entidad política podía trabajar en el ámbito
internacional con cierta legitimidad, pero con incertidumbre en cuanto al estatus de
su soberanía. Más que la creación del sentimiento protonacionalista, tal vez el
legado que se le debería acreditar a Artigas es la creación de la base legal para el
reconocimiento de un Estado-nación en la Banda Oriental.

El federalismo y la soberanía dividida


Es importante reconocer en este periodo la influencia de las ideas europeas sobre
soberanías más antiguas, así como el impacto de nuevas prácticas nacionales e
imperiales. Aunque en los Estados Unidos el federalismo ha sido frecuentemente
presentado como una idea política nueva, surgida entre 1770 y 1780, en realidad 14 Alison LaCroix, The Ideological Origins of
surgió de ideas europeas del siglo XVII sobre la soberanía como una propiedad American Federalism (Harvard: Harvard
University Press, 2010).
divisible —una forma variada de capacidades que podían ser ordenadas y delegadas
en partes a subentidades políticas dentro de los imperios-Estados.14 Este patrón no
estaba limitado a modelos europeos continentales. El problema de crear leyes para
15 Sobre el tema de soberanía dividida,
los imperios transoceánicos reforzó concepciones de la soberanía como un véase Edward Keene, Beyond the Anarchical
conjunto de capacidades que podían ser repartidas desigualmente a lo largo y ancho Society: Grotius, Colonialism and Order in World
del orden imperial.15 Politics (Cambridge: Cambridge University
Press, 2002); y Lauren Benton, A Search for
La comprensión de la soberanía como divisible había sido parte integral del Sovereignty: Law and Geography in European
pensamiento legal que se desarrolló en España en el siglo XVI, en parte debido a Empires, 1400-1900 (Cambridge: Cambridge
University Press, 2010).
los dos más grandes problemas del periodo: la reacción que tuvo la monarquía a los
desafíos de la nobleza española, en particular el legado de la revuelta de los 16 En términos de los estudios
comuneros en el siglo XVI, y el problema de definir un marco jurídico para el recién continentales posteriores, esta división se
adquirido imperio español. Los juristas y teólogos españoles como Francisco de asemeja a la distinción entre soberanía y
Vitoria, Juan de Mariana y Bartolomé de las Casas propusieron que el monarca jurisdicción. La monarquía tenía la
tuviera poder a través de la concesión de potestas (poder soberano), otorgada por la autoridad legal, o jurisdicción. Esta era una
función clave de la soberanía pero no su
comunidad política al monarca. Estos juristas concibieron la potestas como algo que
único atributo. Véase especialmente Keene,
residía fundamentalmente en el pueblo, por lo que cuando era transferida al rey, el Beyond the Anarchical Society.
pueblo no la perdía completa o permanentemente. En particular, Vitoria debatió de
manera clara que el rey no recibía toda la potestas, pero en su lugar se le concedía la
capacidad de ordenar a otros a actuar de determinada manera —en latín,
auctoritas.16 En el siglo XVI, cuando los juristas respondían tanto al imperio como al
legado de revueltas domésticas de gran escala, el aspecto central de esta 17 J.A. Fernández-Santamaría,Natural Law,
formulación era que implicaba que si el rey rompía su pacto con el pueblo, o ejercía Constitutionalism, Reason of State, and War:
Counter-Reformation Spanish Political Thought
el poder de manera tiránica o arbitraria, ésta podía y debía anular su pacto con el
(Nueva York: Peter Lang, 2005), cap. 4, p.
rey. En otras palabras era posible levantarse en armas en su contra.17 267.

Este planteamiento no sólo fue conservado sino reforzado durante el desarrollo del
imperio español. Por su propia naturaleza, el imperio era un proyecto que
involucraba una soberanía estratificada, pensada para que la autoridad legal fuera
del monarca a los oficiales coloniales. En efecto, la misma naturaleza divisible de la 18 Véase Benton, A Search for Sovereignty; y
soberanía, que llamaba la atención de los teóricos europeos, hizo posible que Jane Burbank y Frederick Cooper, Empires
autorizara a oficiales coloniales a ejercer su jurisdicción sobre casi todas las in World History: Power and the Politics of
Difference (Princeton: Princeton University
acciones que ocurrieran en los límites de los reinos del soberano. Este arreglo Press, 2010).
consistía en lazos imaginarios entre súbditos y soberanos, y entre comunidades
políticas y soberanos, en los cuales había obligaciones en ambas direcciones.18

Esta idea —que la potestas residía fundamentalmente en el pueblo— se hizo


extremadamente importante luego de la invasión francesa a España. En efecto, al
desaparecer el soberano, las elites latinoamericanas no buscaban la soberanía, sino
asumir el derecho ininterrumpido a ejercer la soberanía en ausencia de un monarca
legítimo. Es importante señalar que el ejercicio de la soberanía no significaba que
ésta estaba completamente en las manos del pueblo. De hecho, la divisibilidad de la
soberanía ayuda a explicar la postura política de jurar lealtad a Fernando VII y, al
mismo tiempo, erigir gobiernos locales.

Reconocer la influencia de la concepción de soberanía como divisible y, por lo


tanto, sujeta a una serie de acuerdos para gobernar, nos lleva a tres observaciones
importantes. La primera es la idea de un pacto que en su origen no se alimentaba
de ideas del Siglo de las Luces, aunque muchos escritores latinoamericanos que
usaban esta retórica se referían de manera directa a autores ilustrados. Dicha idea se
formó en la estructura misma del imperio, que siempre se había basado en
estructuras de autoridad delegadas y en acuerdos de lealtad y obligación mutua.
Aun cuando los rebeldes insistieron en la soberanía del pueblo como un principio
político fundamental, también reconocieron la capacidad del pueblo de conferir 19 Es sorprendente el grado con el que los
autoridad a líderes o instituciones. La combinación de estas ideas brindó un medio historiadores y otros estudiosos tendían a
para reconciliar a la elite y al liderazgo legítimo del caudillo, con el objetivo de organizar los análisis comparativos
constitucionales alrededor de la pregunta
romper lazos con el imperio. En otras palabras, no era la estructura del imperio la sobre el“fracaso” de los experimentos
que estaba siendo preservada sino la visión de la legitimidad de la soberanía como latinoamericanos. Este patrón reinó hasta
dependiente de una delegación de poder de súbditos o ciudadanos al soberano. hace relativamente poco. Ver, por ejemplo a
Este énfasis en la autoridad atravesó diversos contextos políticos y centró su Thompson, The U.S. Constitution and the
atención en las capacidades de la soberanía atribuidas a los agentes que actuaban en Constitution of Latin America.
Particularmente, en esevolumen, Keith
nombre del Estado. Rosenn, “The Success of Constitutionalism
in the United States and its Failure in Latin
Segundo, tal y como los historiadores han empezado a estudiar, el problema no era America: An Explanation,” pp.53-86.
que el constitucionalismo en los Estados Unidos siguiera un modelo liberal y que el
constitucionalismo hispanoamericano tuviera problemas para adaptar ese ejemplo
de manera fiel.19 En ambos casos, los movimientos se centraron en el orden,
abordando las cuestiones sobre los derechos de forma indirecta, tomando en
cuenta el contexto de cómo los derechos dependían de estructuras particulares de
autoridad y enfocándose en la manera en que funcionaban para restringir los 20 Ver, en especial, Daniel Hulsebosch,
poderes del gobierno. La idea de que existía un marco relativamente consistente Constituting Empire: New York and the
Transformation of Constitutionalism in the
para el pensamiento constitucional en las colonias británicas norteamericanas ha
Atlantic World, 1664–1830 (Chapel Hill:
dado paso a la noción de múltiples discursos constitucionales, una perspectiva que University of North Carolina Press, 2005).
tiene más en común con las diversas visiones constitucionales de América Latina.20

Un tercer punto clave es que la importancia del concepto de “confederación” en


América Latina creció porque la idea era consistente tanto con la independencia del
Imperio español como con los distintos resultados políticos que pudieran surgir.
Estas posibilidades incluían (1) volver a ser adoptada por un imperio, (2) crear
estructuras políticas en América Latina con algunas de las características de los
imperios y también con algunos rasgos de las diversas subentidades políticas dentro
de los imperios, y (3) la invención de nuevos tipos de organizaciones políticas como
unidades autónomas a nivel internacional. Capacidades externas tales como hacer la
guerra o establecer relaciones internacionales podían desarrollarse con cada tipo de
configuración, y todas las opciones reflejarían de manera fiel la idea de la soberanía
como parcial y estratificada. Por lo tanto, la independencia no fue el único resultado
“exitoso”. Solamente políticos sínvisión alguna no se hubieran preparado para la
posibilidad de la reabsorbción bajo un imperio. El hecho de que los Estados-nación
centralizados no surgieran rápidamente en la mayoría de los lugares, no significaba
que representaban la única meta aceptable de reorganización política. De hecho, los
latinoamericanos entendían las estructuras imperiales de mejor manera que las
instituciones de gobierno nacional y estaban preparados para evaluar resultados
políticos en relación con las capacidades para sobrevivir en un mundo de imperios.

Podemos ver de forma clara esta dimensión de la política independentista


latinoamericana en la lucha para reconfigurar la soberanía en el Río de la Plata; en 21 Esta es una interpretación contraria a la
especial el esfuerzo de José Gervasio Artigas por definir las relaciones entre intuición de la ideología de Artigas, pero
los“pueblos” y las provincias, dentro de los gobiernos y entre la Provincia Oriental pertenece a un intento más amplio y
reciente por entender las peculiares
y el mundo exterior. Son de gran interés las instrucciones emitidas por Artigas, en
continuidades de instituciones coloniales y
enero de 1813, a los delegados de la Asamblea Constituyente, que fue convocada formas de legitimidad de su movimiento.
por el segundo triunvirato para gobernar Buenos Aires en un esfuerzo por Véase en especial Ana Frega, “La virtud y el
consolidar su poder a nivel regional. La posición básica que conformaba las poder: La soberanía particular de los
instrucciones era la de la soberanía dividida.21 El acto de asistir a la asamblea pueblos en el proyecto artiguista”,en Noemí
significaba que los delegados de las provincias aceptaban la posibilidad de asignar al Goldman y Ricardo Salvatore (eds.),
Caudillismos rioplatenses: Nuevas miradas a un
gobierno de las Provincias Unidas un conjunto relativamente limitado de viejo problema (Buenos Aires: Eudeba, 1998),
capacidades. Estos poderes fueron definidos como el derecho de crear “leyes pp. 101-133.
fundamentales” que tenían que ver con las relaciones entre provincias, con el
derecho a llevar a cabo la mayoría —pero no todos— los asuntos extranjeros y con
el derecho de organizar los aspectos comunes sobre defensa y seguridad (aunque
nunca hubo ningún compromiso de disolver las fuerzas militares provinciales). Los
caudillos insistieron en que la soberanía residía en las provincias, que a cambio
tomaban su legitimidad de los pactos hechos con comunidades políticas locales.
Una estrategia importante de los gobiernos provinciales se centraba en retener, en
cierta medida, la identidad internacional y la capacidad de hacer la guerra; estas
metas se reflejaban en los pronunciamientos que limitaban los poderes transferidos
a una confederación y en una retórica sobre la soberanía de las provincias que
residía en los “pueblos”.

Corsario y líder de la Banda Oriental del


Río de la Plata, José Artigas luchó, entre
1816 y 1820, por el reconocimiento de la
autonomía de esa región respecto a los
europeos y bonaerenses. Juan Manuel
Blanes, Artigas en la Ciudadela, 1884. Óleo
sobre tela. Museo Histórico Nacional,
Montevideo, República Oriental del
Uruguay.

22 Héctor Miranda, Las Instrucciones del año


Las instrucciones de Artigas a los delegados de la Provincia Oriental revelan
XIII (Montevideo: A. Barreiro y Ramos,
múltiples propósitos políticos. Los veinte artículos incluyen pasajes que parafrasean 1910), pp. 411-417.
varios documentos estadounidenses, incluyendo la Declaración de Independencia,
los Artículos de la Confederación, las constituciones de Virginia y Massachusetts y 23 Sobre las declaraciones de independencia
como un género, véase David Armitage,The
la Constitución de los Estados Unidos.22 Se podría considerar al documento como
Declaration of Independence: A Global History.
la típica declaración de independencia en que se pronunciaban los lazos que unían a
las colonias a la monarquía española disueltos y, también, se establecía la existencia
de la Provincia Oriental como una entidad soberana.23 Al mismo tiempo, las
instrucciones repetían el lenguaje constitucional pretendiendo subrayar los límites
del poder concedido a la confederación de las provincias. Parafraseando los 24 Miranda, Las Instrucciones del año XIII, p.
Artículos de la Confederación y la Constitución de Massachusetts, el artículo 11 413.
decía que la Provincia Oriental “retiene su soberanía, libertad e independencia,
todo poder, jurisdicción y derecho que no es delegado expresamente por la
Confederación a las Provincias Unidas”. El artículo 10 adaptaba el lenguaje de los
Artículos de la Confederación, enfatizando el pacto entre provincias como “una
firme liga de Amistad.”24 25 Las citas son del discurso hecho el 4 de
abril, de 1813 al Congreso de Abril. José
En la época en que las instrucciones fueron emitidas, Artigas hizo declaraciones Gervasio Artigas y Lucía Sala de Touron,
donde enfatizaba no sólo elementos del constitucionalismo estadounidense, sino José Gervasio Artigas: Obra Selecta (Caracas:
también de la teoría política española. Dirigiéndose a sus seguidores, Artigas Fundación Biblioteca Ayacucho, 2000), p.
proclamó que la “autoridad emana de vosotros y ella cesa por vuestra presencia 22.
soberana.” 25 Debatió si la asamblea constituyente debería ser reconocida como
una cuestión de pura obediencia y llegó a la conclusión de que su legitimidad
derivaba de un pacto que dejó intacta la libertad de las provincias. Lo más notable 26 Juan Antonio Rebelle, Lo hispánico en la
fue su insistencia en identificar a “los pueblos” como el fundamento del nuevo acción y en el pensamiento político de Artigas
régimen político. En una declaración, que nos recuerda que uno de los títulos que (Montevideo: s.l., 1953), pp. 16-17.
tuvo Artigas fue “Protector de los Pueblos Libres,” escribió lo siguiente a un
delegado: “La soberanía particular de los pueblos será precisamente declarada y
ostentada, como objeto único de nuestra revolución. ” 26 De manera simultánea la 27 Rebelle, Lo hispánico en la acción y en el
frase “pueblos libres” se refería a un principio abstracto y se dirigía a la importancia pensamiento político de Artigas, p. 20. Sobre el
política de los establecimientos o pueblos —no todos suficientemente grandes u papel central de los pueblos y ciudades en la
organizados para tener cabildos— que juntos formaban la unidad política de la revolución del Río de la Plata, ver en
provincia. Esta insistencia en que los pequeños asentamientos fueran depositarios especial José Carlos Chiaramonte, Ciudades,
provincias, estados: orígenes de la nación Argentina
de la soberanía cuando los lazos con la monarquía se habían disuelto era “la esencia (1800-1846) (Buenos Aires: Espasa Calpe,
del pensamiento artiguista” y sentó las bases para los movimientos de oposición a 1997), particularmente, pp. 145-47. El
la centralización del poder en Buenos Aires.27 “Proyecto de Constitución para la Provincia
Oriental” de 1813 comienza por enlistar
los“pueblos que forman la Provincia
Oriental”: Canelones, Piedras, Pando,
Minas, Maldonado, San Carlos, Rocha,
Santa Teresa, Santa Lucía, Pintado, San José,
el Colla, Colonia, Espinillo, Víboras, Santo
Domingo, Soriano, Mercedes, Porongos,
Paysandú, Cerro Large y Belén. Felipe Pigna
(ed.), José Gervasio Artigas: Escritos políticos y
económicos (Buenos Aires: Grupo Editorial
Planeta, 2010), pp. 51-52.

Una de las nuevas ideas políticas fue la de 28 Ver la nota 19. La descripción del
crear una federación. Sin embargo, Buenos “fracaso” es difícil de evitar aun para los
Aires se imponía sobre el resto de las historiadores más sofisticados que escriben
provincias. Este mapa indica cómo se sobre la historia de la confederación en la
constituía dicha federación. Lucas Fielding región. Sobre estetema, ver Jeremy
Jr., United Provinces, 1817. David Rumsey Adelman, Sovereignty and Revolution in the
Historical Map Collection, Iberian Atlantic, p. 397.
www.davidrumsey.com

Podría ser tentador analizar tal retórica viéndola como evidencia de simples 29 Portillo, Crisis Atlántica, p. 116.
préstamos—y de una aplicación fallida— del lenguaje político y de estrategias
empleadas con mejores resultados en los nacientes Estados Unidos.28 De manera
incorrecta, esta aproximación nos hace pensar que los contemporáneos
consideraban como inevitable el surgimiento del Estado-nación.29 Además, no deja 30 Alberto David Leiva, “Sovereignty and
que se noten una serie de retos legales y políticos que surgieron de la nueva Federalism as Constituent Elements of
Argentine Nationality,” Rechts geschichte, núm.
configuración de la soberanía estratificada. A este respecto, tres puntos merecen 16 (2010), pp. 91-93.
una particular atención.
31 Esta es la frase de Leiva (una “confusión
El primero es que la confederación hizo que surgiera la pregunta de la naturaleza de entre ‘confederación’ y ‘federalismo’”).
los lazos legales y políticos entre las provincias. Incluso refiriéndose a los delegados Leiva,“Sovereignty and Federalism,” op. cit.,
de la asamblea constituyente como “diplomáticos” reconocía que las relaciones p. 92.
entre provincias pasaban por el derecho internacional.30 Concebir a las provincias
como Estados revela una profunda “confusión entre ‘confederación’y 32 Hendrickson, Peace Pact: The Lost World of
‘federalismo’.”31 Al parecer, este punto llamaría la atención sobre las diferencias the American Founding (Lawrence: University
entre el federalismo en el Río de la Plata y en los Estados Unidos. Sin embargo, esta of Kansas Press, 2007).
perspectiva puede servir igualmente para reforzar una interpretación del
constitucionalismo estadounidense como producto del entorno internacional,
como ha propuesto David Hendrickson, al entender que los Estados estaban
utilizando el derecho internacional para desarrollar un pacto de paz en la forma de
una constitución.32

Una segunda observación es que el enfoque de Artigas fue conformado no sólo


por las teorías extraídas de interpretaciones antiguas sobre la soberanía dividida,
sino también por una lectura práctica de la política en el ámbito atlántico. En
particular, estaba muy al tanto de la verdadera posibilidad de que el Imperio
español se apoderara de ellos otra vez, de ser conquistados por el Imperio
portugués o de ser absorbidos por el Imperio británico. La variante de federalismo
adoptada por Artigas estaba diseñada para poder ajustarse en un mundo de
soberanía imperial y para otorgarle a la Banda Oriental una capacidad soberana que
33 Sujay Rao, “Arbiters of Change:
podría persistir junto —y quizás aun dentro—a formaciones políticas alternativas.
Provincial Elites and the Origins of
Ante la invasión militar portuguesa, Artigas no tuvo la oportunidad de desarrollar Federalism in Argentina’s Littoral, 1814-
un modelo de convivencia en el que la provincia cediera algunos de los poderes a 1820”, The Americas, núm. 64 (2008), pp.
una hegemonía regional, pero se posicionó al mantener una autonomía significativa. 511-546.
Sin embargo, este fue el modelo que propusieron algunos de sus caudillos aliados
en el intento de apoyar al federalismo y mantener la paz con Buenos Aires.33 Ellos
mostraron que era posible imaginar una configuración constitucional en la que
nuevas entidades políticas podrían conservar toda, o casi toda, su soberanía 34 “Proyecto de constitución para la
mientras que un imperio mantenía la capacidad militar y fiscal, y la capacidad de Provincia Oriental”, en Pigna, José Gervasio
ejercer jurisdicción y autoridad con base en una “ley fundamental”. Este resultado Artigas, p. 53.
no era el deseado; de hecho Artigas y sus seguidores lucharon furiosamente en su
contra. Pero siguió siendo consistente con la idea de que el pueblo retenía “todo
poder, jurisdicción y derecho” a excepción de esos poderes que podía delegar a las
Provincias Unidas —o, por implicación, a otro poder.34

La Asamblea General Constituyente del Año 1813. Paul Emile Boutigny,


Asamblea del año XIII, siglo XIX. Óleo sobre tela, 160 x 225 cm. Colección del
Banco de la Pronvinciade Buenos Aires, exhibida en su Archivo y Museo
Históricos “Dr. Arturo Jauretche”, Sarmiento 364, Buenos Aires, Argentina.

35 Karen Racine, Francisco de Miranda, a


Esta observación nos lleva a un tercer punto: aun cuando los latinoamericanos Transatlantic Life in the Age of Revolution
estaban conscientes de la importancia de establecer el reconocimiento internacional (Wilmington: Scholarly Resources, 20039;
para las nuevas entidades políticas de la región, operaban sin tener reglas claras Iván Jaksic, Andrés Bello: Scholarship and
sobre cómo lograr tal reconocimiento. Los historiadores han empezado a ahondar Nation-Building in Nineteenth-Century Latin
en las actividades que realizaban los agentes latinoamericanos en Londres que America (Cambridge: Cambridge University
Press, 2001). De nuevo, un intento reciente
buscaban obtener el reconocimiento internacional de las nuevas repúblicas.35 Las de estudiar la constitución estadounidense
aperturas diplomáticas representaban sólo una parte de un grupo de estrategias en el contexto internacional muestra que el
para crear nuevas configuraciones de soberanía en la comunidad internacional. documento fue dirigido en parte a la
Aquí es donde se ve la compleja visión que tenía Artigas sobre la soberanía de los comunidad internacional y pretendía
“pueblos”, provincias y confederación de provincias; una visión que es muy presentar a los nuevos Estados Unidos
como una entidad con soberanía externa.
significativa. Cualquiera de estas entidades políticas podía reclamar y reafirmar un
David M. Golove and Daniel J. Hulsebosch,
grado de personalidad internacional. Las estrategias para lograr tal reconocimiento “A Civilized Nation: The Early American
abarcaban varias acciones, en la que la firma de tratados era solamente la más obvia. Constitution, the Law of Nations, and the
Un ejemplo es la insistencia de las elites criollas —el ejemplo más destacado es el Pursuit of International Recognition”,
bonaerense Mariano Moreno— en el derecho de los nuevos gobiernos de invitar a NYU Law Review, núm. 923 (2010).
naciones neutrales a comerciar en los puertos latinoamericanos. Las instrucciones
de Artigas incluían artículos que declaraban que Maldonado y Colonia podían
operar como puertos libres y esperaba que contaran con la protección de la marina
británica. Esta postura combinaba el reconocimiento del lugar dentro de un
marcointerimperial, con el reconocimiento de puertos y pueblos como unidades
políticas. Los acuerdos marítimos, en general, y el apoyo a los corsarios, en
particular, se deben de entender como parte de este esfuerzo ad hoc que involucra la
capacidad de múltiples entidades semisoberanas de la nueva América Latina, de
presentarse a sí mismas como interlocutoras internacionales.

Corsarios y soberanía
Para la segunda mitad del siglo XVIII, los convenios para la adjudicación de las
capturas de barcos en tiempo de guerra fueron relativamente coherentes a través
del mundo atlántico. Cada imperio tenía sus propias cortes de presa, o cortes de
almirantazgo, y todas las entidades políticas atlánticas reconocían un sistema
mediante el cual los captores llevaban a los barcos a cortes en los puertos bajo su
control. Ahí, los demandantes tenían la oportunidad de presentar evidencia para
que los barcos, o lo que llevaban a bordo, pudieran ser devueltos. Este marco
interimperial relativamente estable coexistió con un conjunto de normas inciertas y
cambiantes sobre los derechos de neutrales y con una mezcla de prácticas que
permitían que los dueños de los barcos, los mercaderes y los marineros evadieran
los procesos legales o frustraran las estrategias legales de sus rivales. Los corsarios
interpretaban de manera muy general los términos de sus patentes y evitaban las
cortes cuando les convenía. Los capitanes y tripulantes eran tan hábiles como sus
patrocinadores en las maniobras legales. Era posible comprar patentes de corso,
también “pintar” la nacionalidad de los barcos y cambiar los papeles de propiedad
de la mercancía, o simplemente maniobrar el paso de la mercancía de un barco a
otro. En particular, para Gran Bretaña la plaga de barcos enemigos navegando
como neutrales fue percibida como una amenaza directa y grave a los intereses
comerciales y un desafío a la capacidad y la autoridad de los tribunales del
vicealmirantazgo en todo el Imperio.

En este contexto, las banderas españolas, portuguesas y también las banderas y


patentes de corso de las recién creadas repúblicas latinoamericanas, representaban
importantes ventajas para los mercaderes y los barcos cuando buscaban maniobrar
en las traidoras aguas del Atlántico. El periodo de guerra continua, que comprendió
de 1753 a 1815, dio vida a las cortes de presa, que fueron diseñadas para adjudicar
capturas en tiempos de guerra, con una importancia política y comercial inusual.
Este era el mundo que enfrentaban las juntas latinoamericanas y las otras nuevas
autoridades, y en que tenían que establecer su capacidad de soberanía para ir a la
guerra en el momento que la estabilidad y la soberanía del imperio español estaban
siendo puestas en duda.

Artigas afrontó este contexto con el desarrollo de su visión sobre el


constitucionalismo provincial, un proyecto que necesitaba que se reservara para la
Provincia Oriental la capacidad de ser un actor legal internacional. Una
característica digna de notar del proyecto de Artigas es el compromiso simultáneo
en varios frentes. Mientras las fuerzas de Artigas se movilizaban en contra de la
conquista y la ocupación portuguesas, el movimiento también negoció con
representantes británicos acerca del comercio y la protección del mismo, se opuso
al dominio de Buenos Aires, atacó a los intereses españoles y continuó cultivando
alianzas con otras provincias. El problema de definir la Banda Oriental como una
entidad con personalidad jurídica internacional no era un problema abstracto de
teoría política, sino uno que fue crucial para la capacidad de asegurar, en alguna
medida, la legitimidad y el poder en la región al enfrentar los rivales cercanos y las
amenazas lejanas. La actividad marítima fue pieza clave en este proyecto.

La decisión de apoyar a los corsarios se debió a objetivos estratégicos inmediatos.


El objetivo más importante era perturbar las comunicaciones y el comercio de los
portugueses mientras avanzaban para atacar la Banda Oriental. A finales de 1816,
los corsarios zarpaban de Purificación, campamento principal de Artigas en el río
Uruguay, y también de los puertos de Montevideo y Colonia para atacar barcos con
banderas portuguesas. La disrupción del comercio marítimo fue significativa y sin
duda contribuyó a estimular los planes portugueses para preparar un ataque a
Montevideo y a Colonia. Al mismo tiempo, Artigas pronto descubrió que sus
patentes de corso eran muy valiosas para los marineros en Buenos Aires bajo la
bandera de las Provincias Unidas. Debido a que Buenos Aires no estaba en guerra
con Portugal, sus patentes sólo autorizaban ataques contra los barcos españoles.
Los capitanes que zarpaban de Buenos Aires empezaron a ofrecerle sus servicios a
Artigas; una tendencia que cambió muy poco aun cuando se estableció claramente
que las patentes de la Provincia Oriental no eran bienvenidas en las cortes de
Buenos Aires, y los barcos y la mercancía capturados no podían ser llevados ahí
para ser vendidos o condenados.
Derrota de las tropas realistas en la batalla del 18 de mayo de 1811. El Capitán
José Posadas entrega una espada al victorioso Valentín Gómez, en presencia de
Artigas como Jefe de los Orientales (a caballo). Juan Luis y Juan Manuel Blanes,
La Batalla de las Piedras, 1895. Óleo sobre tela, 5.02 x 2.84 m. Museo Histórico
Nacional, Montevideo, República Oriental del Uruguay.
36 Agustín Beraza, Los Corsarios de Artigas
No tenemos ningún registro con argumentos explícitos que haya hecho Artigas (Montevideo: Imprenta Nacional, 1949), p.
donde buscara posicionar a la Banda Oriental como un Estado entre Estados al 32.
emitir patentes de corso, pero es claro que este era el caso. Artigas firmaba sus
patentes como “El Jefe de los Orientales y Protector de los Pueblos de la República
Oriental”, y las patentes autorizaban a quien las portara el derecho de atacar a los
enemigos y “respetar el Pabellón de la República y hostilizar sus enemigos del
modo que juzgue más oportuno según el Derecho de las Naciones”.36 Al igual que
el gobierno de Buenos Aires, Artigas mejoró las cartas patentes al crear un
documento llamado “Reglamento del Corso”, que especificaba procedimientos a 37 La carta aparece en Agustín Beraza, “Los
seguir por los corsarios y la adjudicación de botines. En 1817, al inicio de la corsarios de Artigas”, Revista Histórica,
invasión portuguesa, en un esfuerzo por incrementar los ataques corsarios a barcos Publicación del Museo Histórico Nacional
(Montevideo: 1948), tomo XVI, núms. 46-
portugueses, Artigas suministró unas patentes en blanco a Thomas Lloyd Halsey, 48, 1-354, apéndice, núm. 9, 219.
cónsul de los Estados Unidos en Buenos Aires, quien lo había visitado en
Purificación. Artigas claramente anticipaba y esperaba que Halsey repartiera las
patentes a marineros estadounidenses, ampliando así el impacto del apoyo de la 38 Agustín Beraza, “Los corsarios de
Artigas”, Revista Histórica, op. cit., p. 102; ver
Provincia Oriental a los corsarios en el Atlántico. Junto con las patentes de corso,
también la carta de John Quincy Adams,
Artigas le dio a Halsey una carta para el presidente James Monroe, redactada como Secretario de Estado, a Luis de Onís,
una comunicación de un jefe de Estado a otro.37 embajador español en los Estados Unidos,
en William R. Manning, Diplomatic
Sin duda los portugueses entendieron la importancia simbólica del apoyo que daba Correspondence of the United States
Artigas a los corsarios. Los barcos corsarios navegando desde Montevideo y concerningIndependence of the Latin-
Colonia creaban peligros para la navegación portuguesa y contribuyeron a AmericanNations, vol. 1 (Nueva York:
Oxford University Press, 1925), pp. 88-91.
incentivar a Portugal a tomar los dos puertos. La exitosa invasión portuguesa llevó
a que los diplomáticos portugueses comenzaran a señalar a las autoridades 39 Por ejemplo, Courier (3 de noviembre,
estadounidenses que la Banda Oriental no podía legítimamente conceder patentes 1818), p. 4; Bells Weekly Messenger (8 de
de corso, ya que carecía de un puerto de aguas profundas, así como de corte de marzo, 1818), 6; Edinburgh Advertiser (14 de
presas.38 No sólo el gobierno portugués insistió en que Artigas no debía ser septiembre ,1821), p. 4; Hipólito José da
reconocido como jefe de Estado, sino también la prensa en ambos lados del Costa, Correio braziliense, ou Armazém literário
XVIII (1817), p. 210; y XXI (1818), pp.
Atlántico se refería a los marineros como piratas que navegaban con patentes de
463-465.
Artigas.39

Como una estrategia para ampliar la guerra en contra de Portugal, la táctica de 40 Halsey fue eventualmente nombrado
mandar patentes de corso en blanco al Atlántico fue indudablemente efectiva. cónsul y John Quincy Adams, como
Secretario de Estado, se negó a ceder ante
Entre 1817 y 1820, cuando Artigas estuvo aislado entre dos fuerzas hostiles, la
las presiones de los senadores de Rhode
poderosa fuerza de ocupación portuguesa y el gobierno rival de Buenos Aires, las Island, el estado de Halsey, para su
patentes de Artigas empezaron a circular entre marineros en los puertos de los reincorporación, comentando en sus
Estados Unidos, especialmente en Baltimore, pero también en Savannah, Norfolk, memorias que Halsey “se había hecho tan
Charleston y Providence; además, fueron empleadas en cruceros en contra de la molesto para el gobierno de Buenos Aires
navegación ibérica a través del Atlántico y el Caribe. El gobierno de Buenos Aires, como habia sido para el suyo” (“had made
himself as obnoxious to theGovernment at Buenos
siguiendo su política de apoyo silencioso a la ocupación portuguesa, no sólo se Ayres as to his own.”). Memoirs of John Quincy
negó a adjudicarse capturas de barcos portugueses en su corte de presas sino Adams: comprising portions of his diary from
también hizo una queja oficial ante los Estados Unidos por el papel que había 1795 to 1848, vol. 5 (Nueva York: J.B.
tomado Halsey al hacer que las patentes de Artigas estuvieran ampliamente Lippincott & Co., 1875), p. 98.
disponibles.40 Al mismo tiempo, los cónsules ibéricos en los Estados Unidos
presionaban para influir en los líderes políticos de aquel país e intervenían en los 41 Kevin Arlyck, “Plaintiffs v. Privateers:
casos de presas llevadas ante sus cortes. En 1817, cuando los Estados Unidos Litigation and Foreign Affairs in the Federal
actuaron para restringir la entrada de los corsarios de Sudamérica en los puertos Courts, 1816-1825”, Law & History Review
(2012); Sean T.Perrone, “John Stoughton
estadounidenses, los corsarios comenzaron a descargar el botín en el mar desde
and the Divina Pastora Prize Case, 1816-
buques con bandera portuguesa, y empezaron a llevar sus capturas a las cortes de 1819”, Journal of the Early Republic, núm. 28
presa en Venezuela y el Caribe, especialmente a Juan Griego y Angostura.41 (2008), pp. 215-241.

Los procedimientos de presas desempeñaron un papel importante al proporcionar 42 En Juan Griego, el barco fue capturado
medidas de legitimidad al gobierno de la Provincia Oriental en un momento en que por amotinados de un barco que teniauna
ningún gobierno extranjero la había reconocido formalmente como una entidad patente de corso del gobierno de Buenos
política soberana. La influencia de los corsarios sobre el transporte marítimo fue Aires. El pretexto para este ataque fue que
el gobierno de Buenos Aires había
cada vez mayor. Consideremos la trayectoria corsaria de una sola nave, el Irresistible.
declarado a Danielscomo pirata porque no
El barco zarpó de Baltimore en 1818 como el Vacunia, probablemente ya con una devolvió todos los documentos cuando
patente de la Provincia Oriental en su poder. Bajo el mando de John Daniels, el renunció como corsario del gobierno de
Irresistible navegó al Río de la Plata, donde Daniels obtuvo una patente del gobierno Buenos Aires. Los amotinados fueron
de Buenos Aires. Primero tenía que documentar una venta falsa, recomprar el juzgados y condenados por piratería en la
Vacunia y cambiar su nombre al de Maipú —sin duda para preparar una reclamación corte de Baltimore, en el mismo mes que
una corte de Baltimore encontró a Daniels
posterior en la que Daniels no violaba ninguna de las leyes sobre la neturalidad de inocente de matar a un capitán británico
los Estados Unidos. Una vez en alta mar, empezó a atacar con la patente de la cuando el Irresistible detuvo su barco y
Provincia Oriental, argumentando que había regresado su patente original al disparó una andanada contra él. Ambos
gobierno de Buenos Aires. El barco fue rebautizado como el Irresistible, que casos parecen mostrar una política de
probablemente era el nombre que aparecía en la patente concedida por Artigas. protección hacia Daniels y otros corsarios
de Baltimore. Durante el procedimiento se
Danielsempezó así una temporada activa de ataques lucrativos a lo largo de la costa dijo que John Daniels era un ciudadano
brasileña. Al menos uno de los barcos capturados en la costa, el Flor de Santa estadounidense, pero la defensa insistió en
Catalina, fue enviado con una pequeña tripulación a la corte de presas de Margarita, que era un “capitán comandante de la
donde fue condenado. A finales de 1818, el Irresistible regresó a Baltimore, donde la marina republicana de la Banda Oriental”
fortuna acumulada por los corsarios impresionó a los locales y probablemente (“capitán comandante in the Banda oriental
republican navy”). Sobre el Irresistible, ver
inspiró a otras tripulaciones a obtener patentes de corso de la Provincia Oriental y a
Beraza, “Los corsarios de Artigas,” Revista
organizar viajes para capturar embarcaciones extranjeras. En diciembre, el barco Histórica, pp. 107-115; y Fred Hopkins, “For
volvió a la costa brasileña antes de dirigirse al norte para buscar botines entre Freedom and Profit: Baltimore Privateers in
Europa y África. Fue entonces cuando el Irresistible capturó el buque Paquete de the Wars of South American
Maranhao, un barco portugués de esclavos, así como el Nereyda, un bergantín Independence”, Northern Mariner/le marin du
español fuertemente armado, el cual fue escoltado a Juan Griego y llevado en nord, XVIII núms. 3-4 (2008), pp. 93-104.
Sobre el caso contra Daniels, ver William
marzo de 1819 a la corte de presas como una captura legal. En una travesía que Ogden Niles, Niles’ Weekly Register, vol. 17
había durado solamente catorce meses, el barco había capturado entre 16 y 29 (Baltimore: Franklin Press, 1820).
presas y había operado sin obstáculos en un puñado de puertos y en por lo menos
tres cortes de presas.42
43 Un miembro de la tripulación reportó
En la medida en que las patentes de corso circularon, docenas de otros barcos que el capitán se había hecho cargo del
barco después de que se detuvo en una
tomaron la misma ruta, aunque no todos tuvieron el éxito en número de presas de pequeña isla entre St. Thomas y Tórtola
el Irresistible. Las patentes de Artigas circularon por toda la región. Un pequeño para comprar esclavos traídos en un barco
buque, La Mouche, fue abordado por la marina británica cerca de Tórtola y pequeño por comerciantes locales. The
capturado junto con su capitán, Robert Mason, quien dijo ser residente de St. National Archives of Britain (TNA),
Thomas, pero enseñó una patente de corso firmada por Artigas.43 El barco General Colonial Office (CO) CO 318/82.
Artigas llegó en 1817 al puerto de Galveston con un barco capturado con 287
esclavos.44 Las patentes de corso no ofrecían entrada a todos los puertos, pero sí 44 William C. Davis, The Pirates Laffite: The
Treacherous World of the Corsairs of the Gulf
proveían de cierta protección legal a capitanes emprendedores que, como Daniels
(New York: Houghton Mifflin, 2006), pp.
en el Irresistible, esperaban convertir los viajes riesgosos y violentos en ganancias 320-321, 326.
rápidas.

La cuestión de la legitimidad del gobierno de La Provincia Oriental tuvo 45 Stanislaus Murray Hamilton (ed.), The
consecuencias políticas y legales urgentes. Como los británicos, el gobierno de los Writings of James Monroe (1817- 1823), vol. 6
Estados Unidos buscaba mantenerse neutral en el conflicto entre España y sus (Nueva York: G.P. Putnam’s sons), pp. 106-
colonias, una política necesaria por el deseo de evitar hostilidades con España, pero 113.
muy difícil de defender. Se definió a las primeras colonias españolas como
beligerantes en una guerra civil; en 1819, el presidente James Monroe comentó que
46 Adams buscó también conciliar el
la guerra avanzaba “en favor de las colonias”.45 Esta postura no fue sólo repetida reconocimiento de las provincias
por John Quincy Adams, como secretario de Estado, sino también consagrada en latinoamericanas con políticas convenientes
fallos judiciales sobre botines.46 a España. “Este reconocimiento no tiene el
propósito de invalidar ningún derecho
español, ni de afectar el empleo de cualquier
medio que aun pueda disponer o estar
capacitada para usar, con la intención de
unir estas provincias al resto de sus
dominios. Sólo es reconocer los hechos ya
existentes.” (“This Recognition is neither intended
to invalidate any right of Spain, nor to affect the
employment of any means which she may yet be
disposed or enabled to use, with the view of
reuniting those Provinces to the rest of her
Dominions. It is the mere acknowledgment of
existing facts”). Carta de John Quincy Adams,
Secretario de Estado, al Ministro de España,
Joaquín de Anduaga, Washington, 6 de abril
de 1822. Congreso de los Estados Unidos,
American state papers: Documents, legislative and
executive of the Congress of the United States,
parte 1, vol. 5 (Washington: Gales y Seaton,
1858), p. 350.
47 Ver Perrone, “John Stoughton and the
Divina Pastora Prize Case,” p. 223; The Divina
Pastora, Suprema Corte de los Estados
Unidos, 17 U.S. 52; 4 L. Ed. 512; 1819 U.S.
LEXIS 299; 4 Wheat. 52, 5 de febrero de
1819.

La emisión de patentes de corso permitió a Artigas


situar a las PovinciasOrientales como un Estado
más dentro del concierto internacional de naciones.
Patente de corso firmada por José Gervasio Artigas, 15 de
noviembre de 1817. Museo Histórico Nacional,
Montevideo, República Oriental del Uruguay.
48 Las frases son traducidas del inglés: “a
Un caso particularmente significativo ocurrió en 1819, donde estuvo involucrada mere adventurer”; “partial recognition”;
una patente de corso emitida por el gobierno de Buenos Aires. La Suprema Corte “minute division of an empire...[to] become a
nation”; “the Banda Oriental was a sovereign state
de Justicia los Estados Unidos dictaminó que los nuevos gobiernos
de facto”; “an incidental contest with Portugal.”
latinoamericanos estaban en guerra civil con España y por lo tanto tenían que ser The Gran Para. The Consul General of Portugal,
reconocidos como beligerantes.47 Pero al resolver el asunto del estatus beligerante Libellant, Suprema Corte de los Estados
de las colonias quedó irresuelta la pregunta de si la Provincia Oriental, un estado Unidos, 20 U.S. 471; 5 L. Ed. 501; 1822 U.S.
rebelde entre los rebeldes y en conflicto no sólo con España sino también con LEXIS 268; 7 Wheat. 471.
Portugal, debería de ser reconocida como un Estado y, por lo tanto, como un
promotor legítimo de los corsarios. En el caso que involucraba las riquezas que
llevaba el Irresistible depositadas por Danielsen un banco en Maryland, las partes
abordaron esta cuestión directamente. Los demandantes que representaban los
intereses del barco portugués capturado, el Gran Pará, argumentaban que los
Estados Unidos no había hecho ninguna referencia explícita a la Provincia Oriental
para reconocer su estatus beligerante. Aun cuando Artigas pudo haber sido visto
como algo más que un “mero aventurero” y ser reconocido como el líder de una
provincia sudamericana, este “reconocimiento parcial” era peligroso porque
permitiría a cualquier “parte diminuta de un imperio. . .convertirse en nación” En
contra de estos argumentos, se propuso que “la Banda Oriental fuera un estado
soberano de facto”, y era una parte legal legítima en la guerra civil con España tanto
como un participante en “un conflicto incidental con Portugal”. Además, el
Irresistible no había atacado ningún barco hasta su visita al Río de la Plata, cuando se
convirtió en corsario con un patrocinador legítimo. Entonces, se argumentaba, no
pudo haber violado el Acta de Neutralidad simplemente por haber zarpado del
puerto de Baltimore.48 Poniendo a un lado, de manera muy hábil, el asunto de si la
Provincia Oriental era un Estado soberano, el Juez Presidente de la Suprema Corte,
John Marshall, falló en el caso considerando solo el hecho que el barco fue enviado
a atacar a otros barcos desde Baltimore, acto que él consideró como suficiente para
encontrar una violación de la neutralidad.

El Irresistible, que circulaba con una patente de corso emitida por Artigas, se
convirtió en el ejemplo a seguir por parte de otros corsarios, debido a la riqueza
de sus botines. Ferdinand VictorPerrot, Combat Soutenu par le Cape Malo
LenouvelCommt le Corsaire de St Malo l’ Amelie, contre 7 Peniches de la Fregate Anglaise la
Fortunee, 10 Fevrier 1811. Litografía, 21.4 x 26.9 cm. © National Maritime
Museum, Greenwich, Gran Bretaña.

Aunque los tribunales evitaron pronunciarse sobre si el gobierno de Artigas podía


ser considerado una nación soberana, la decisión de juzgar casos sobre botines sin
zanjar esta cuestión tuvo el efecto de afirmar las aspiraciones de la Provincia
Oriental para obtener reconocimiento internacional. Como ejemplo podemos
retomar el caso del Antelope. Hay que recordar que el buque fue capturado por un
barco de la marina de Estados Unidos cuando entró en su territorio, en la costa de
Florida. En 1820, el comercio de esclavos extranjeros por parte de ciudadanos
estadounidenses era considerado como piratería, y en la primera acción legal que
surgió relacionada con el Antelope fue un caso criminal que acusaba de piratería al 49 The Antelope. The Vice-Consuls of Spain and
capitán John Smith. La defensa argumentó que Smith había abandonado su Portugal, Libellants. S 23 U.S. 66; 6 L. Ed.
268; 1825 U.S. LEXIS 219; 10 Wheat. 66.
ciudadanía estadounidense convirtiéndose en un ciudadano de la Banda Oriental
bajo las órdenes de Artigas. Este argumento resultó ser innecesario para la defensa,
que estaba satisfecha con la determinación de la corte de que la patente de corso de
Artigas era un instrumento legítimo de guerra y por lo tanto Smith estaba
legalmente autorizado para ser corsario legítimo, no un pirata. Smith fue absuelto
de todos los cargos.

En el proceso judicial no se determinó ni la propiedad del barco ni de quién eran


los africanos que estaban a bordo del buque cuando éste fue capturado. En una
corte federal de los Estados Unidos, del distrito de Georgia, el juez William Davies
sostuvo que el comercio de esclavos podría ser “repugnante para la humanidad”
pero era aún legal bajo las leyes españolas. La corte ordenó que se dividiera a los
esclavos en tres grupos y que los dos más grandes se les concedieran a España y a
Portugal. El caso fue llevado a la Suprema Corte, que reafirmó el fallo anterior
aunque reduciendo la cantidad de esclavos que serían devueltos a España y 50 La frase (“the Spanish provinces in this
eliminando el reclamo hecho por Portugal. Como parte de este fallo, John Marshall hemisphere”) es de James Monroe, in
expresó algunas dudas de que el Arraganta fuera un barco corsario legítimo, pero, al Hamilton (ed.),The Writings of James Monroe,
igual que el juez de primera instancia, no impugnó de manera formal la validez de 112. Artigas le escribió a Bolívar en 1819
para solicitar su reconocimiento y
la patente de corso firmada por Artigas. En su lugar, se concentró en la posibilidad
protección de los piratas orientales. Carta de
de que algunos de los buques saqueados llevaran la bandera portuguesa por pura José Artigas a Simón Bolívar, 29 de julio de
conveniencia al momento de ser capturados. Al hacer caso a tales cuestionamientos, 1819, en Pigna, José Gervasio Artigas, pp. 104-
la corte consideró la nacionalidad portuguesa a la par que el patrocinio hecho por 105.
Artigas.49 La ironía del caso Antelope es que el fallo, con su reconocimiento
implícito de la legitimidad de la Provincia Oriental, vino después de la derrota y
exilio de Artigas a Paraguay.

Mediante el reconocimiento de las patentes de corso de las Provincias Unidas y al


no cuestionar las de Artigas, los tribunales de los Estados Unidos y otros países en
el Atlántico fueron elevando esas entidades políticas por encima del nivel de las
provincias rebeldes y concediéndoles “reconocimiento parcial” como Estados
soberanos. En efecto, los tribunales corroboraron las afirmaciones de Artigas que
la Banda Oriental —a pesar de la naturaleza de su asociación política con otras
provincias o de la ocupación portuguesa de sus puertos principales— tenía la
capacidad de hacer la guerra y tenía cierta posición legítima en el derecho
internacional con respecto tanto a las naciones (como los Estados Unidos) como a
los imperios (como España y Gran Bretaña). Además, la categorización hecha por
los Estados Unidos de que “las provincias españolas en este hemisferio” eran
cobeligerantes agrupaba a Venezuela y a la Banda Oriental de una manera que
seguramente hubiera sido aprobada por Bolívar y por Artigas —y que era incluso
su intención.50 Mientras que éste había empezado a tener la visión de una
confederación rioplatense, su patrocinio a los corsarios promovió el
reconocimiento internacional de una gran variedad de puertos aliados y de
provincias con alcance hemisférico.

Conclusión
Concentrándonos en el marco de la ley imperial y en las presiones de las rivalidades
interimperiales nos permite evitar la tentación de ver a los nuevos gobiernos
latinoamericanos como tratando simplemente de encajar en un orden internacional
preexistente, siguiendo los ejemplos de Europa y de los Estados Unidos. Este
enfoque nos demuestra que resultados que no hayan derivado en Estados e
independencia no fueron simplemente alternativas conservadoras o
compensatorias. Los líderes políticos vieron sus nuevas entidades políticas con
potencial de ser reabsorbidas por los imperios u otros Estados compuestos, y
entendieron que la combinación de capacidades asociada con las reivindicaciones
de soberanía podía variar considerablemente. En lugar de apresurarse a formar
Estados, estaban recurriendo a diversos modelos de gobierno para enfrentar un
mundo atlántico de imperios en guerra. 51 Armitage, Declaration of Independence, p.
89; Benton, “Abolition and Imperial Law”.
No podemos entender la época sin recuperar la gran cantidad de experimentos
políticos. Precisamente porque los imperios dependían de sistemas estratificados de
gobierno, los agentes políticos eran expertos en las posibilidades de una soberanía
parcial. Aún cuando defendían la independencia o anticipaban una conquista
imperial, se imaginaban otras formas de soberanía. Si miramos hacia atrás desde un
tiempo posterior, cuando las descripciones del orden mundial enfatizaban su
carácter internacional —es decir, su composición de múltiples estados firmando
tratados— podríamos olvidar fácilmente que en el siglo XIX existía una gran
variedad de entidades políticas con algunas de las capacidades de los Estados,
incluyendo el control sobre la política exterior y el patrocinio de la violencia
organizada. Al comprometerse en las luchas sobre las definiciones de las
capacidades legales de los Estados, los actores políticos se estaban involucrando en
una gran variedad de proyectos constitucionales, que tenían que ver tanto con las
luchasintraimperiales e interimperiales, como con las visiones revolucionarias y la
formación de nuevas naciones.

Conflictos mayores y menores se dieron en un contexto en el que el límite entre la


ley domestica e internacional —o lo que los abogados en ese tiempo
llamaban“derecho municipal” y “derecho de las naciones”— permanecía borroso y
la base legal para las interacciones globales era muy fluida. Con frecuencia, los
argumentos legales tomaban una forma compuesta, con la presentación simultánea
de diferentes lógicas y fuentes. Los juristas se referían tanto a los principios de
derecho natural —tales como la idea o el derecho a la libertad de viajar por mar—
y a las normas interimperiales que residían en el derecho positivo elaborado a partir
de tratados.51 Los que no eran abogados también utilizaron frecuentemente
argumentos legales, aunque sin mucha precisión. En lugar de representar un patrón
establecido, el derecho de las naciones creó un repertorio de argumentos y
doctrinas que podían escogerse y combinarse estratégicamente. Diferentes áreas del
derecho no estaban aisladas unas de otras, pues frecuentemente absorbían las 52 Para definiciones sobre la nacionalidad
mismas influencias y enfoques. en el derechode presa, ver Henry
Bourguignon, Sir William Scott, Lord Stowell:
Otra ventaja de esta perspectiva es que abre la posibilidad de explorar las formas en Judge of the High Court of Admiralty, 1798-
las que las estrategias de las entidades políticas latinoamericanas, en la época de la 1828 (Cambridge: Cambridge University
independencia, tenían un impacto considerable en las doctrinas y en las prácticas Press, 2004). Y sobre la “plétora de ideas
sobre la soberanía” (the“plethora of ideas
del derecho internacional. Sugerir esta influencia invierte el ángulo usual de visión
about sovereignty”), tanto antes como
respecto a que las repúblicas latinoamericanas solamente respondían a estímulos durantela independecia latinoamericana,ver
externos: la invasión francesa a España, las ideas del Siglo de las Luces, la Jeremy Adelman, “Iberian Passages:
independencia de los Estados Unidos. ¿Qué nuevas perspectivas podrían resultar de Continuity and Change in the South
ubicar a América Latina en el centro del desarrollo del derecho internacional Atlantic”, David Armitage and Sanjay
durante este periodo? Subrahmanyam (eds.), The Age of Revolutions
in Global Context, c. 1760-1840(Nueva York:
Palgrave MacMillan, 2010), pp. 59-82, 76.
La respuesta completa a esta pregunta se encuentra fuera del campo de este
artículo, pero varias posibles respuestas están claramente a la vista. Las entidades
políticas latinoamericanas recién formadas buscaron —y formalmente recibieron—
un peculiar pero importante reconocimiento legal mediante la emisión de patentes
de corso y su recibimiento en cortes de presa en el Atlántico. Lo hicieron aun
cuando estaban luchando por establecer la legitimidad de otra manera. Tales
estrategias se llevaron a cabo junto con otros intentos de posicionar sistemas
políticos emergentes como entidades con capacidades soberanas que incluían
conducir sus propias relaciones exteriores, pero sin descartar su posible absorción
por parte de imperios poderosos. Todos estos esfuerzos se basaron en un
entendimiento de la soberanía como algo divisible y de la “nacionalidad” como un
término con muchos significados dentro del derecho marítimo, con connotaciones
distintas de aquellas que asociamos con la formación de Estados-nación.52 Incluso
53 Lauren Benton, “From International
líderes sin una armada o el control de un puerto importante, sabían cómo usar las Law to Imperial Constitutions: The
prácticas del régimen jurídico atlántico para acumular dinero, adeptos y legitimidad. Problem of Quasi-Sovereignty, 1870-1900”,
Artigas y otros no entraron simplemente a este mundo emulando modelos ya Law and History Review, núm. 26 (2008), pp.
establecidos o confiando en un régimen jurídico transnacional supuestamente 595-620.
basado en el derecho natural o el derecho de las naciones. Experimentaron con
formas políticas, estableciendo la provincia como actor internacional y agrupando 54 La frase (“the only successful experiment
provincias dentro de otros tipos de entidades internacionalmente reconocidas; in international government”) esdel
buscaron asimismo un despliegue de tácticas para lograr un posicionamiento sudafricano Jan Smuts, citada en Mark
internacional. El patrocinio de la violencia marítima permitió que la Provincia Mazower, No Enchanted Palace: The End of
Empire and the Ideological Origins of the United
Oriental actuara como Estado sin tener la infraestructura de un Estado. También, la
Nations (Princeton: Princeton University
táctica tuvo el efecto inesperado de promover que otros poderes atlánticos Press, 2009), p. 36.
identificaran nuevos gobiernos latinoamericanos como parte de una categoría
colectiva, aun en la ausencia de una confederación estable. El hecho de que este
reconocimiento fuera transitorio al no dar lugar a una república continental de
provincias unidas, no resta importancia respecto a las posibilidades políticas para
las confederaciones, para las provincias y para las ciudades portuarias que actuaban
como Estados.

Dentro de esta mezcla, la pregunta de qué hacer con semiestadospatrocinadores de 55 Este punto no es solamente especulativo.
corsarios planteó directamente el problema de cómo reconocer las El reconocimiento del derecho del gobierno
confederaciones, los territorios rebeldes e incluso los puertos individuales como de Artigas a apoyar a los corsarios, aunque
actores internacionales. Por mucho tiempo retos similares persistieron en el orden no tenía cortes de presa, fue citado al
discutir el estatus internacional de la
global. El federalismo conservó su fuerza y a finales del siglo XIX regresó a una
Confederación. Por ejemplo, Sir William
posición central en el derecho internacional, cuando los juristas internacionales lo Vernon Harcourt, American Neutrality
consideraron una variante efectiva dentro de un continuum de distintos tipos de (Nueva York: s.l. 1865), 5. El punto más
arreglos en los que figuraban estados cuasisoberanos dentro de imperios.53 Si en el general respecto a la mezcla de
siglo XX un hombre de Estado pudo describir al Imperio británico como“el único autoritarismo y revolución ha sido adoptado
experimento exitoso de gobierno internacional”, esto fue posible porque la en el caso de Artigas porFrega, en “La
virtud y el poder”; para la revolución
soberanía estratificada de los imperios parecían servir como modelo para las haitiana por David Geggus en
relaciones legales internacionales, o un sistema global en el que la mayoría de los “TheCaribbean in the Age of Revolution”,
Estados no tenían plena autonomía o independencia soberana.54 en Armitage and Subrahmanyam, The Age
of Revolutions in Global Context, pp. 83-100,
Una última lección que se puede extraer de la extraña soberanía de la Provincia 96; y, en el mismo volumen, respecto a las
Oriental es que el liberalismo y la defensa de la consolidación política no siempre revoluciones latinoamericanas en general
por Jeremy Adelman, “Iberian Passages”, p.
aparecen juntos. En los Estados Unidos, la causa de los derechos de los estados fue 81.
asociado con la protección de la esclavitud; en el Río de la Plata, los revolucionaros
que hablaban de los derechos de los pueblos se opusieron a la centralización e
improvisaron un constitucionalismo provincial. Los términos usados, junto con las
acciones destinadas a promover una imagen de las provincias y las confederaciones
provinciales como actores internacionales, hubieran resultado familiares a una
figura como John C. Calhoun, quien apoyaba los derechos de los estados y la
secesión de los estados del sur en los Estados Unidos. Poner a Calhoun y a Artigas
en el mismo nivel puede parecer una herejía, pero deberíamos reconocer que los
intentos para dar legitimidad a las provincias también tuvieron consecuencias no
deseadas que harían estremecerse a los reformistas radicales.55

Esta tabla de banderas, usadas por los barcos de la época, sirvió como referencia
para determinar cuáles eran las entidades políticas reconocidas
internacionalmente y que, como tales, tenían la facultad de iniciar conflictos
bélicos y comerciar. Sin embargo, y para evitar ser aprehendidos por las
autoridades marítimas, cambiar la bandera de los barcos se volvió una práctica
frecuente. En esta tabla también están representadas algunas escenas de las
guerras marítimas. En particular, es relevante la batalla de julio 27 de 1778 (entre
los franceses y los británicos) y la batalla de Ushante entre la Belle Poule y el
Arethusa, que marcó el inicio de la intervención francesa en la guerra de
independencia de Estados Unidos. Tras haber ganado la guerra, los Estados
Unidos se volvieron una entidad política reconocida por otras potencias, de ahí
que aparezca su bandera en esta tabla. Tableau de Tous les pavillons que lon arbore sur
les vaisseaux dans les Quatre parties du monde, 1781. Grabado coloreado a mano, 59 x
86.5 cm (Chez Mondhare rue St. Jacques: París). Cortesía de la John Carter
Brown Library en la Universidad de Brown, EEUU.

Como hemos visto, la proliferación de patentes de corso no sólo creó los


mecanismos para convertir los actos de robo en actos legítimos de guerra, sino que
también generó nuevas oportunidades para los comerciantes de esclavos en el
Atlántico. Es útil dejar atrás las ideas anacrónicas de lo que es una nación, así como
que las conexiones marítimas significaban mayor libertad. Nos quedamos con una
historia importante sobre la innovación política en la que la viabilidad de las
provincias como Estados evolucionó desde concepciones sobre la soberanía
dividida y de las rivalidades imperiales. Al mismo tiempo, formas políticas
emergentes dependían de eventos en mares lejanos y tribunales distantes, en donde
los líderes provinciales eran reconocidos como jefes de Estado, aun cuando fallaron
en sus intentos por lograr legitimidad y poder en sus territorios.

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